RESUMEN
La investigación se basará en la relación a la
comparación entre los gobiernos de Lula y Chávez en sus primeras presidencias,
para esto utilizará distintas visiones sobre el Estado, la economía, la
política, la representación y los partidos políticos. Se detallará como
funcionan los populismos en los casos citados y además se comparará con los
anteriores liderazgos. La complejidad del plano social versus la composición de
la representación mostrarán el papel del liderazgo en los dos presidentes. A
partir de allí se podrá comprender, las limitaciones estructurales y el tipo de
decisiones que realizaron durante sus mandatos, la valoración sobre el papel de
los jefes del ejecutivo como estrategas queda demostrada y confirmada por medio
de estos procesos.
Palabras clave:
Populismo- Presidencialismo- Bonapartismo-
Lula- Chávez.
ABSTRACT
The research is about the relationship
between the government of Lula and Chavez in their first administrations,
working with different approach of State, economy, politics, representation and
political parties. It will detail how populism works in those cases and take a
comparison of the before leadership. The complexity of society versus the type
of representation shows the role of leadership of the two presidents. In first
place it can be understand, the structural limits and the value of the
executive chief like strategists, it will be the show and check by this
process.
Key Words:
Populism- Presidentialism- Bonapartism-
Lula- Chávez.
“Las primeras presidencias de Chávez
(1999-2001) y Lula (2002-2007) y sus partidos políticos MVR luego PSUV y el PT”
Por: Rodrigo Banús
Introducción:
La importancia de este trabajo va a residir en
que los dos modelos planteados pueden que sean los más exitosos de
Latinoamérica por eso vale la pena tratar de analizarlos de la forma más
terminada conceptual e históricamente, y ambos exitosamente se han sobrepuesto
a la etapa neoliberal e impulsado una nueva forma de hacer política en sus
respectivos países. En este trabajo sin embargo no tratará de tomar la medida
de la evolución económica propiamente dicha, ni de analizar las características
del capitalismo en ese periodo. Esto hace al mérito de sus trayectorias que
forman parte clave de la matriz de los liderazgos más propiamente
latinoamericanos y a la vez más modernos y desafiantes, podemos decir
enfáticamente que entre Brasil y Venezuela se da el abanico de lo realmente existente
en América Latina.
Centrándonos en el plano más individual, la
figura de un sindicalista, un actor poco común en las presidencias
latinoamericanas y la figura de un militar, una figura que se repite
excesivamente en Latinoamérica pero completamente aggiornada al siglo XXI, son
las que representan Lula y Chávez.
Esta es la razón por la que sus partidos el
PT, y el MVR, serían distintos a las propuestas vigentes, el primero como un
partido anti - sistema que se va adaptando en la Sexta República, y el otro como un partido que altera el sistema para siempre post-crisis
terminal del “Punto Fijo”.
Los objetivos de esta investigación son tratar
de llegar a una respuesta específica y concreta de una pregunta necesaria en
los estudios de liderazgo, la relación necesaria y evidente entre los líderes y
los partidos políticos a los que pertenecen a la hora de gobernar. En los casos
de las presidencias que encararon el siglo XXI, se puede ver y entender que
repasar qué son los partidos y qué son los líderes es fundamental. Tal vez esto
termine por reforzar la comprensión cabal de los propios estudios de liderazgo.
Por esta razón se elige a Lula Da Silva y a
Hugo Chávez Frías, estos dos líderes tienen un punto en común, ambos tienen que
responder con partidos particulares demandas propias de los sistemas a los que
pertenecen e inauguran un largo periodo presidencial ininterrumpido, y aseguran
sucesiones que pertenecen a su procedencia partidaria, además terminan
consolidando versiones contrapuestas pero complementarias en la unidad
regional, léase UNASUR y MERCOSUR. Esto cambia la idea de éxito en elecciones
y del sistema democrático en América Latina, donde algunos partidos pueden
atravesar largos periodos de tiempo en presidencialismos en pleno siglo XXI sin
desgastarse completamente asegurando su permanencia y vigencia en la sociedad a
la que pertenecen.
De
acuerdo a los párrafos anteriores, llegaremos a la siguiente hipótesis de
trabajo:
“Los líderes políticos latinoamericanos en el
siglo XXI especialmente en Venezuela y Brasil habrían creado mecanismos
partidarios para responder particularmente a los desafíos de cambiar el perfil
de sus países”.
Marco Teórico:
En cuanto a los términos teóricos
fundamentales de esta investigación cuenta el papel de la definición de
Bonapartismo por parte de Karl Marx; las características del Príncipe de
Nicolás Maquiavelo, y apreciaciones particulares de Ernesto Laclau en cuanto al
concepto de populismo. En cuanto al problema de la discursividad me remití a
Hernán Hair, en este sentido se puede considerar importante las apreciaciones
de Aboy Carlés y Emilio de Ipola, el segundo mostrando los límites existentes
en el Estado por parte del populismo y del líder populista.
También se incorpora la noción de romanticismo
político, y del valor de la idea con relación a los pueblos por parte de Carl
Schmitt.
Los textos consultados en primer lugar son El
Príncipe, El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, y la Razón Populista.
Consideraciones previas:
Este trabajo consiste
en entender el papel de los presidentes, de los partidos políticos que los
acompañan a lo largo de sus primeras presidencias. El populismo y el
bonapartismo hoy no afectan en su totalidad el mundo del trabajo y que puede
que sea la clave para entender qué hace a su razón de ser en el siglo XXI. Venezuela
y Brasil son dos casos interesantes, desde el punto de vista de política
interna, política exterior, economía, e incluso en disposiciones
constitucionales hasta de los sistemas de partidos. A partir de ello se puede
reflexionar a conciencia sobre la transformación que ha ocurrido en estos
últimos años. Hay que tomar el valor fundamental del liderazgo político, el
cual se define en la manera en que específicamente un líder político llevó
adelante las políticas durante su gestión y como manejo su capital político en
las distintas coyunturas políticas; es decir la estrategia versus el “estilo de
gobierno”, a partir de allí la vuelta del “populismo” como una estrategia
dominante en los presidentes de la región nos permite abordar este tema con
mayor profundidad.
En los inicios del
siglo XXI, el gran problema era el papel del Estado y de la democracia; la cual
debería ser más “sustantiva”, los presidentes mantuvieron las características
de los periodos anteriores; entre ellas un papel de intervención en la economía
en el gasto antes que en la producción de bienes y servicios; la participación
y autogestión de los trabajadores se mantiene relegada y aunque se pretenden
nuevas formas todo queda bajo la democracia representativa, hay que recordar
que el mercado interno en los 30´ y 40´ tuvo que ver con una coyuntura especial,
la crisis del 29´-30´ y potenciaron otras características, las nuevas son el
papel que tienen como mediadores principales en las consecuencias de la
globalización. La democratización del mundo del trabajo sería la clave para un
cambio más profundo de paradigma. La globalización es importante para entender
el cómo y el porqué de estos presidencialismos, y como fueron tomados por
anomalías por los distintos observadores de acuerdo a su ideología y al lugar
de donde provenían, no es lo mismo el análisis que podría desarrollar Coppedge
o Ellner que el que podría entender Ceresole, por esta razón las
especulaciones sobre el chavismo deben ser dejadas de lado si queremos entender
que fue su actuación como un populismo. La historia puede mostrar a más de una
teoría como un claro déficit de lo que es un fenómeno político y social. Las
tendencias que debaten el chavismo sobre el populismo, son liberales, post
marxistas, marxistas y conservadoras; nosotros tomaremos las similitudes
existentes con Brasil quitando de lado el excepcionalismo.
Se
podría afirmar que los presidentes latinoamericanos tomaron cierta senda
progresista, por el hecho del propio agotamiento del neoliberalismo, sobre todo
desde el punto de vista del discurso y la fundamentación ideológica, nuevamente
esto haría del liderazgo parte importante de la reflexión, ¿Los liderazgos
exitosos creen en el providencialismo? ¿No son justamente los líderes políticos
débiles o alejados de la realidad los que optan por estas salidas?, se tratará
de demostrar una polarización entre la base de apoyo a un proyecto político, el
cual es una de las piedras fundamentales del populismo versus su debilidad ante
los ciclos económicos. Ante esto nuevas posibilidades se fueron forjando de
ellas, surgió el papel de Chávez siendo el que desafío algunas concepciones,
entre ellas la de “Democracia Liberal” y Lula como aquel que entendió las
reglas implícitas del juego, las tomó y las integro con las ideas primigenias
del PT, pero más precisamente de su propio pensamiento personal. No obstante
aquello los líderes políticos en tiempos de extrema personalización de la
política siguen usando a los partidos, más cuando en el caso latinoamericano
tienen que luchar contra los medios de comunicación y los grupos económicos,
por buenas o malas razones. Es decir se mantiene la tensión entre el
neopopulismo no estatista y el populismo clásico, estatista. Por esta razón
estos liderazgos han llamado la atención de muchos analistas previamente,
trabajo brevemente repasará algunas cuestiones puntuales de sus gobiernos para
tratar de dar con una respuesta contundente sobre lo que se cree que fueron sus
primeras presidencias y entender el papel que tuvieron estas en la consecución
de estos procesos en el tiempo, podemos decir que estas presidencias fueron
exitosas, ya que replicaron el liderazgo exitosamente.
No
obstante esto no hay que pensar que los líderes son providenciales por el hecho
del tiempo que les tocó gobernar, sino que cuando profundizamos entendemos el
papel necesario de las grandes estructuras en cada una de las políticas, en
cierto sentido, aunque se puede relativizar su acción de gobierno más
importante será entender qué hace a la sustentabilidad de estos presidentes que
fueron re-electos y que continuaron dejando una marca importante América
Latina. Además de que fueron los primeros que tuvieron que afrontar un cambio
de ciclo más importante de los últimos años, el fin de la gran hegemonía
unipolar planetaria de Estados Unidos, como ocurrió en los 80´ y los 90´ con el
fin de la guerra fría, esto afecto en distintos puntos sus decisiones para bien
o para mal. Podemos decir que en parte una parte de la oposición que estos
líderes tienen esta completamente relacionada con ese establishment que nació o
se reforzó en esos procesos. A partir de allí se pueden considerar que se
tratar de hacer un recorrido en el papel de la economía, lo institucional, y el
papel que tuvieron estos líderes en la conformación de de sus países. Los
argumentos desarrollados irá acercando a Chávez y a Lula, a diferentes
definiciones, las cuales serán todas útiles para entender, algunas cuestiones,
la primera de ella, caracterizar un liderazgo tiene una gran importancia,
porque nos permite entender, a) ¿Cómo los presidentes afrontaron las
contradicciones principales del capitalismo? b) Cuáles eran las limitaciones
reales a su manera de manejar el poder. c) ¿Qué otros actores se opusieron a su
llegada al poder y dificultaron su acción de gobierno? d) ¿Qué consecuencias
trajo esto para la sociedad en la que efectivamente gobernaron una vez que el
periodo antes que nada queda circunscripto tanto en las condiciones de partida
como en los legados que fueron dejando a lo largo del tiempo.
Los casos estudiados, Venezuela y Brasil, sus presidentes:
1.1- Las condiciones de partida en el plano político:
Lula Da Silva en
Brasil y Hugo Chávez Frías en Venezuela, comparten puntos en común
fundamentales. Algunas cuestiones que son importantes para entender su llegada
al poder y el papel de la crisis de los partidos que fueron los dominantes en
sus respectivos países. La idea de una nueva izquierda democrática es muy
amplia ya que parte del: populismo, la social democracia y el social
liberalismo, en este sentido la homogeneidad de colocar a Chile, Bolivia,
Argentina, Ecuador, Venezuela, Brasil y Uruguay en el mismo grupo, demuestra
que el concepto izquierda se ha usado de forma voluntarista y no analítica. La
crisis en el sistema político anterior permite que accedan al poder, en el caso
del PT fue el desafío al sistema constantemente primero en forma político
económica en 1989, en las siguientes elecciones se transformó en una fuerza que
al conquistar distritos empezó la negociación dentro de los canales
convencionales, se planteaban posibilidades de alianzas que pudieran llevarlo a
la presidencia. El caso del chavismo, la lógica del golpe militar fue la
predominante y la incorporación a la vida democrática se dio más tarde, el
crecimiento de la figura de Chávez y de otros militares golpistas llevó a la
transformación del paradigma; no fue Chávez el primero de los miembros del
MBR-200 que optó por este camino. Lula y Chávez eran las figuras más populares,
expuestas por los medios de comunicación, considerando que los más importantes
opositores eran empresarios representantes del empresariado brasileño. El
carisma de los candidatos mantuvo la continuidad con el período anterior, lo
que varía es la ideología implementada en el discurso.
El MBR-200 y la CUT de la que estaba compuesto mayoritariamente el PT, son resultados de crisis en las
décadas anteriores, actores políticos que se gestan por fuera de la arena
legislativa por lo tanto no fueron concebidos para ser partidos, en los dos
casos se trata de una ruptura previa de la construcción desde el Estado, en el
caso del MBR-200 de las ideas implícitas en el Pacto de Punto Fijo sobre la
subordinación de las FF AA, en el caso del PT, del resultado de la decadencia
del modelo del getulismo, es decir la construcción de un sistema en el cual el
Estado contenía y subordinaba a los sindicatos. Chávez y Lula tienen en sus
conflictos internos una relación específica entre el papel de los militares y
de los sindicalistas respectivamente, Lula por mantener la ortodoxia económica,
y Chávez por involucrar el ejército en la política. Partiendo de estas bases la
maduración del proceso de izquierda en cada uno de los casos está fuertemente
atravesado por la ideología de los autores citados, siendo esto motivo de
controversia, mientras que algunos argumentan fuertes continuidades, otros
auguran presupuestos completamente reaccionarios y de restitución del
capitalismo, hay una tercera posición de izquierda heterodoxa que aparecerá
muchas veces a lo largo de este trabajo, que como en cierto período histórico
analizó la “excepcionalidad” del neoliberalismo en Latinoamérica, ahora hace
los mismos planteos desde el punto de vista del progresismo.
El nuevo ciclo de
la izquierda brasileña, iniciado con las huelgas obreras de finales de los años
setenta, desembocó en la elección de Lula en 2002, como presidente de la República. Dicha izquierda también recorrió, a su manera, los dos primeros ciclos de
estrategia política del continente. Antes de Lula y el Partido de los
Trabajadores (PT), con el golpe militar de 1964 se había dado el agotamiento
del modelo reformista clásico- del cual los gobiernos de Getulio Vargas
(1930-1945 y 1950-1954) y Joao Goulart (1961-64) fueron los ejemplos más
significativos-, al que siguió una breve etapa de resistencia armada, de 1966 a 1971. Encontró su límite cuando la represión artículo los movimientos populares, provocando
una marginación de la izquierda. La agudización de los enfrentamientos
derivados de la resistencia armada acentuó tal aislamiento, que llevo a una
derrota relativamente rápida. (Sader,2009, p 26)
El MVR por otra
parte, continuación del MBR-200 fue en Venezuela una continuación de cierta
presencia política e ideológica de lo que había quedado por fuera del pacto del
Punto Fijo, además de una interpretación de la oficialidad media, la cual como
en otros casos en Latinoamérica no se encuentra incorporada al sistema político,
la maduración de este se da en la medida de la decadencia de la Acción Democrática y del COPEI, especialmente de Acción Democrática, este partido fue en su
primer golpe de estado y el periodo conocido como el trienio, responsable de la
primera etapa populista del país. Vargas y Betancourt ya habían sentado
precedentes del populismo en sus respectivos países, en este sentido, la
variación se dará en la base material de las sociedades estudiadas Brasil y
Venezuela. Chávez llega al poder de acuerdo a la constitución de 1961, hace la
reforma constitucional, esta tiene por fin asegurar su supervivencia y
reemplazar el régimen de Punto Fijo, hay una evolución institucional y
política, la economía al reforzar el presidencialismo quedó en manos de Chávez
con una libertad mayor, hay relación de este punto con su resolución de la
crisis, Chávez no empieza su carrera como un líder político que proviene del
régimen sino como un “outsider”,
los medios lo sostienen en el inicio de su carrera en parte porque creen que se
trata de un fenómeno menor, terminada la primera presidencia, ya Chávez sería
considerado como una verdadera amenaza para el status quo en Venezuela, lo que
no quiere decir que escape por completo a la relación capitalista a escala
internacional, en los comienzos este estilo de liderazgos y las atribuciones en
el plano de la economía hicieron que se lo comparase a Fujimori y a Carlos
Menem. La sociedad venezolana tiene una demanda importante en la reforma de la
constitución la cual ve como alternativa para poder cambiar el resultado de
ella, el Punto Fijo. No obstante, la visión continuista de no cambiar el canon
de 1961, fue lo que nunca fue acordado por Chávez, a partir de allí, la
oposición política se mantendrá errática. Todas las reglas de juego irían
cambiando, y las antiguas élites no sabrían qué hacer, no fue víctima sin más
bien un papel plenamente incompetente.
Lo cierto es que
Chávez mismo hace variar sus promesas de gobierno a lo largo del tiempo, esto
tiene que ver con qué consideraba que era la base de su sustentación, el
discurso de este presidente se va haciendo clasista con el tiempo por lo que
habría que considerar que el bolivarianismo primigenio con el paso de los años
llevaría al socialismo del siglo XXI actual. No son ideologías en el sentido
clásico porque tienen limites bastante difusos, la consideración que hace
Laclau de populismo, en el cual gran parte de los gobiernos latinoamericanos
son caracterizados encontraría poco para explicar exactamente qué es el
chavismo. El bolivarianismo es la variante originaria del discurso, por medio
de la cual se redefine la sociedad venezolana en términos populistas. Lula en
cambio tenía un discurso de izquierda que para el momento en que es presidente
ya no se encuentra sino en la socialdemocracia, la tercera vía, y la necesidad
de mantener como elemento dominante de nacionalismo para poder contrastar
contra la gestión anterior de Fernando Henrrique Cardoso. Esto se ve en su
elogio al proceso militar como aquel que había modernizado el país, y el hecho
de que el PT jamás cumpliría su promesa de democratizar el acceso al estado y
en el mundo del trabajo.
Irene Suárez, otro
outsider que compartió parte de la campaña con Chávez y forma parte de un
periodo donde la verdadera crisis se encontraba en Acción Democrática y COPEI,
¿no fue acaso irresponsable tanto Caldera como Pérez en su papel hacia el final
del pacto del punto fijo? Chávez de hecho en su primera campaña presidencial al
no manejar la mayoría de los resortes del Estado se encontraba en desventaja
versus la oposición que luego se dedicó a reducir y arrinconar, ¿Los argumentos
que hoy se usan contra el chavismo no se podrían haber utilizado contra los
últimos elementos del puntofijismo? El régimen adecopeyano fue un fracaso
fundamental e incluso si la alternativa chavista no surgía, el hecho de tener
que afrontar la crisis económica se hubiese vuelto algo incierto para cualquier
presidente. Los partidos del establishment tenían un problema para financiarse
y habían sido abandonados; por su parte Chávez había logrado el apoyo de
algunos empresarios consiguiendo los recursos necesarios. Nos podemos dar
cuenta que la estrategia de desplazar a Chávez de manera torpe tratando de
unificar a la partidocracia frente a Chávez fue destrozada desde todo punto de
vista ya que justificaba las pretensiones de Chávez de reemplazar el régimen,
era sin duda una profecía autocumplida, lo cual ocurrió en muchas elecciones
populistas. No podemos decir que Chávez avanzará sobre la sociedad venezolana
como un líder autoritario, lo que podemos decir es que el militarismo de Chávez
empezó en el momento donde el mismo para poder sobrevivir suma las FF AA al
gobierno civil, afectando más las ideas originales en torno al Punto Fijo. A
partir de ello podemos entender que en un periodo breve de tiempo, las
condiciones de las sociedad estaban dadas para las transformaciones que se
dieron bajo el chavismo, la política convencional estaba desacreditada y el
ejército por su parte no. A este último no se lo relacionaba como al resto de
las FF AA del continente como parte del imperialismo. Lula por el contrario
toma ciertas condiciones como importantes, una de ellas aceptar el Plan Real de Cardoso como una
premisa fundamental de lo que era Brasil en el 2002, lo cierto es que Cardoso,
fue, es y será oposición a Lula, el PT y a su sucesora Dilma, en este sentido,
tal vez el Plan Real por su éxito relativo fue mantenido en la práctica además
de que daba la chance de poder tener la coalición real de la Lula se basó para poder gobernar. Los aliados de derecha de Lula hubieran sido imposibles si
hubiese mantenido los postulados de un PT, en el cual el empleo y el
keynesianismo entre otras medidas hubieran hegemonizado la agenda. De hecho,
tanto Argentina como Venezuela, casos más extremos en tanto a las políticas de
gasto; comenzaron a radicalizar el papel del gasto público y la lógica
populista luego de un periodo prolongado desde el punto de vista de las
políticas públicas, lo primero en toda la región como en los 80´, 90´ fue
negociar con los organismos multilaterales de crédito, el PT mantuvo siempre
una ortodoxia mayor y prefirió seguir el ciclo económico.
1.1-1. El papel de la democracia como sistema político
contemporáneo en Latinoamérica:
Para poder describir el gobierno
de los presidentes Lula da Silva y Hugo Chávez Frías, destacamos el papel del
sistema representativo y de la democracia procedimental, en este punto la
descripción no es menor, se explicita cierta relación necesaria que hace
posible el populismo, en medio de la cual, las transformaciones del
neoliberalismo conformaron una serie de expectativas en la totalidad de todos
los actores políticos, desde ese momento queda claro que desde las alianzas más
amplias dentro del sistema político hasta la confrontación más enconada hacen
que la relación de acuerdo o desacuerdo tenga que ver con un valor fundamental,
el papel de una “opinión pública” que ante todo esta para aprobar o desaprobar
gobiernos. En este punto de vista queda enunciado que el problema general de la
representación se termina convirtiendo en una obsesión normativa, es complejo
tratar de entender donde empiezan las expresiones de deseos sobre los regímenes
políticos y donde comienza la realidad, mientras que los que son dados al
estudio de los populismos terminan siendo adeptos al estudio del análisis de
las identidades políticas como Laclau, donde se pone el acento sobre el papel
de los nuevos actores y las nuevas luchas sociales que serían cristalizadas en
nuevas formas de la acción política, entre ellas el populismo, en este
sentido, una larga objeción sistemática se desarrolla sobre el papel de la
representación y el juicio de la ciencia política de corte institucionalista
que no queda sólo en la democracia delegativa sino que va más lejos. El momento
instituyente de la política queda muy alejado de la lógica contractualista.
¿Y qué ocurre con
un gobierno que hace felices a sus súbditos cuyas políticas son ampliamente
aceptadas por ellos? ¿Podríamos mostrar que un gobierno es representativo
demostrando su popularidad entre los súbditos? Creo que, en este caso la
tentación de responder afirmativamente es muy fuerte, pero debemos ser
cautelosos. ¿No podríamos imaginar casos que digan lo contrario? Supongamos que
una somnolienta isla tropical (para situarla mejor antes de la Segunda Guerra Mundial) es deliciosamente administrada por un benevolente déspota colonial.
Los nativos lo aman. Pero con seguridad esto no es un gobierno representativo.
O también, un dictador puede perfeccionar una nueva droga tranquilizante, y
alimentar con “píldoras de la felicidad” a sus súbditos de forma que aprueben
absolutamente todo lo que él haga. Seguramente no se trata de un gobierno
representativo. Una vez más hay que decir que el contentamiento de los súbditos
de forma que aprueben absolutamente todo lo que el haga. Seguramente no se
trata de un gobierno representativo. Una vez más hay que decir que esto no
basta para decir que se trata de un gobierno representativo. Una vez hay que
decir que el contentamiento de los súbditos no basta para definir la
representación. […]
Cuando un
gobernante manipula una masa inerte de seguidores de acuerdo a su voluntad,
dudamos al decir que los representa. De igual forma, si un grupo de interés se
empeña en una vasta campaña de propaganda para persuadir el público en su favor
de una medida, no contemplamos esa actividad como representación del público.
(Pitkin,, p.236-237)
De esta manera
queda claro que ciertas consideraciones sobre el papel de la representación y
la satisfacción de demandas nunca serán consideradas como representativas y
como democráticas por lo que llegado cierto punto la controversia, de cuál es
el real apoyo de los populismos latinoamericanos con sus liderazgos específicos
en estos casos se convierte en un punto realmente controvertido. Así los
gobiernos de Lula y de Chávez son difíciles de caracterizar, ¿Qué se necesitaba
realmente para el periodo? No obstante hay que tomar en consideración el papel
del populismo de Ernesto Laclau para mediar con lo que se considera la manera
inédita de interpretar esta forma, el papel de las demandas, las cuales alteran
el papel del análisis:
El camino que hemos
tratado de seguir para tratar estas cuestiones es doble. Lo primero ha sido
dividir la unidad del grupo en unidades menores que hemos denominado demandas,
la unidad del grupo es en nuestra perspectiva, el resultado de una articulación
de demandas. Sin embargo esta articulación no corresponde y positiva que
podríamos considerar como una totalidad unificada: por el contrario puesto que,
toda demanda representa reclamos a un determinado poder establecido, ella está
en una relación peculiar con ese orden, que la ubica a la vez dentro y fuera de
él. Como ese orden no puede absorber completamente la demanda, no consigue
constituirse a sí mismo como una totalidad coherente. […] en tanto de un
cemento social que una a los elementos heterogéneos- unidad que no es provista
por ninguna lógica articulatoria funcionalista o estructuralista- otorga
centralidad al efecto en la constitución social, Freud ya lo había entendido claramente:
el lazo social es el lazo libidinal. (Laclau, 2005, p.10-11)
La nueva manera de
entender la relación de representación deja de ver patológica la relación que
hay entre las masas y su comportamiento, se parte de escapar de los
reduccionismos que se fundaron en Le Bon y en la capacidad de la manipulación
de las masas, esto es especialmente importante para entender la nueva visión en
torno al papel del populismo y la relación con las masas.
No cabe duda que
esto es el resultado de dos supuestos principales que fundamentan su pensamiento
y que han dominado gran parte en gran medida las primeras etapas de la
psicología de las masas. […] entre las formas normales de organización social y
los fenómenos de masas coincide en gran medida de lo que separa lo normal de lo
patológico. A su vez este primer supuesto está inserto e otro que sin duda está
presente en Le Bon, pero también la mayor parte de la literatura de época
relativa al comportamiento de las masas: la distinción entre racionalidad e
irracionalidad coincidiría ampliamente con aquella entre el individuo y el
grupo. (Laclau, 2005, p.46)
1.2- El papel del gobierno de Lula y Chávez:
Estos líderes son
más prudentes de lo que ciertos acercamientos no académicos querrían pensar. Lo
cierto es que en Chávez y Lula hay menos improvisación que en líderes
populistas pero neoliberales como Carlos Menem. En parte porque la crisis
latinoamericana tiene características distintas que aquella que llevaba a la
reforma del Estado, mientras que la segunda era presionada por parte de los
Estados Unidos, la primera es decir los populismos del siglo XXI son una
respuesta local, como lo fue en su momento en los 30´ y los 40´ el modelo de
sustitución de importaciones el cual consistía en responder a ciertas
condiciones generales del capitalismo internacional. Es un hecho importante
tener en cuenta que la administración Bush, a diferencia de su antecesor quiere
tener un papel más duro con los países latinoamericanos y las condiciones de
financiamiento. En parte para forzarlos a entrar al ALCA, en parte porque
consideraba que el ejemplo sería útil para mostrar a un Estados Unidos más duro
en cuanto a la negociación internacional. Un punto que es un fundamento para re
pensar las trayectorias de estos presidentes forma parte de las consecuencias
que conllevaron sus estilos de liderazgos. Lula da Silva fue un presidente
importante en Latinoamérica pero no creó una polarización lo suficientemente
importante para que fuera tomado por sus pares continentales como un modelo a
seguir de forma específica como Chávez. Podemos decir que hay sin embargo una
concepción internacional sobre qué es la “izquierda democrática”, y en este
sentido los liderazgos son analizados a partir de estos puntos a priori.
En la actualidad,
tanto los dirigentes de izquierda como los académicos europeos observan con una
profunda perplejidad la efervescencia política de una región a cuyos líderes
creían también ganados por las virtudes del mercado. En 1999, Javier Santiso
describía la conversión de los “buenos revolucionarios” en “buenos liberales”
en el marco de las transiciones democráticas, como procesos “alimentados de
decepciones y desencantos respecto de las revoluciones”, caracterizados por una
“adhesión a una economía política de lo posible, una economía y una política
más preocupadas por una ética de las consecuencias que por una ética de las
convicciones”. Un análisis confirmado por la praxis a la vez pragmática y
liberal de los jefes de Estado, autoproclamados de “izquierda moderna”, como el
chileno Ricardo Lagos o el boliviano Jaime Paz Zamora. (Do Alto, p.83)
Lula consideró
necesario mantener cierta línea económica de lo cual iría demostrando que
gobernaría mediante el pragmatismo y siendo cuidadoso de no romper la compleja
base de sustentación que en medio de esa coyuntura se había generado, por otra
parte llegó con una unión de intereses que no se vio completamente representada
en el plano ideal por el PT, la gran burguesía ganó el espacio central, el
papel de Lula es algo que lo haría chocar con la izquierda de su país, que tomó
líneas parecidas al Chavismo u otras formas de marxismo. No obstante esto queda
recordar el papel siempre importante de la manipulación de los líderes de
acuerdo a sus objetivos, los cuales quedan siempre velados entre las
intenciones supuestas y las acciones concretas y verdaderas, ¿Cuál sería el
papel del discurso y la legitimidad dentro de este sistema?
Así un príncipe
siempre debe cuidar mucho que nunca salga de su boca algo que no este lleno de
las cinco cualidades mencionadas; y al que lo mira y escucha, debe parecer todo
clemencia, todo fe, todo integridad, todo religión. Y no hay cualidad más
necesaria que esta última. Los hombres en general juzgan más por los ojos que
pero las manos, porque el ver pertenece a todos, pero el palpar a pocos. Todos
ven lo que pareces, pocos palpan lo que eres, y esos pocos no se atreven a
oponerse a la opinión de muchos que cuentan en su defensa con la majestad del
estado. […] Procure un príncipe vencer y conservar el estado: los medios que
utilice siempre serán juzgados como honrosos y elogiados por todos, por que el
vulgo se atiende a las apariencias y a lo que sucede, y en el mundo no hay más
que vulgo; y los pocos no tienen lugar en él, cuando los muchos tienen dónde
apoyarse. (Maquiavelo, 2003, p. 53)
En este sentido
vale tomar en cuenta otra interpretación posible de cómo se presentaba el
chavismo ante la sociedad venezolana:
Los protagonistas
del ciclo de victorias de izquierda iniciado a fines de los 90, aunque comenzó
con un Hugo Chávez que en su primera elección revindicaba la Tercera Vía, a primera vista no tienen nada que ver con sus antecesores. Ya se trate de Luiz
Inacio Lula Da Silva en Brasil, de Evo Morales en Bolivia, de Néstor Kirchner
en Argentina o Rafael Correa en Ecuador, sus triunfos electorales pueden
percibirse como la expresión nacional de un rechazo a los efectos de las
políticas económicas neoliberales que es común al subcontinente. […] una
retórica nacionalista y desarrollista que veinte años de ajuste estructural y privatizaciones
parecían haber vuelto obsoleta para siempre. Sin embargo se sigue queriendo
oponer a los dirigentes de esta nueva izquierda latinoamericana, a punto tal
que el discurso de sobre las “dos izquierdas” se ha vuelto una antífona
repetida hasta el cansancio tanto en el campo político como en el intelectual.
(Do Alto, p.84)
Lula por su parte
mantiene la continuidad sobre el manejo de la moneda y la política económica
relativamente concensuada con el empresariado forma parte del “misterio” de Lula como primer
mandatario. Esto no es más que entender el papel del presidencialismo en Brasil
y de un estilo de liderazgo de Lula, tal vez en el la línea ejecutivista, y más
decisionista queda matizada no como la de Chávez. Esta relación es el punto más
interesante para entender el papel del Estado de derecho en las dos
presidencias. Lula nunca va ir explícitamente contra la constitución de su
propio país, sino que en todo caso, usará las reglas informales del sistema
para construir su real polítik, esto es lo que no hace despreciable el papel
del liderazgo de Lula, ya que lo pone en sintonía con el funcionamiento del
sistema político brasileño ayudando a entender lo que es su evolución. Chávez
por su parte dejó ciertas pautas que se podrían ver los gobiernos de Kirchner,
Correa y Evo Morales. ¿Tendrá que ver esto con las economías de los países? Hay
relaciones interesantes para re pensar las condiciones sobre las cuales se
constituyó de alguna manera los procesos que dieron parte a esta tensión de
modelos políticos. No obstante incluso desde lo estructural queda un espacio
para la decisión, esto es lo que genera liderazgos distintos. Además teniendo
en cuenta que el liderazgo en parte se funda por sobre el prestigio y que el
estudio del liderazgo queda determinado por la forma en la que los líderes
confirmaron su capacidad o no para mediar con las crisis, y que esto fue la
característica de que para que haya un líder con liderazgo este tiene que hacer
acciones extraordinarias que lo legitimen como tal, este es el papel de los
presidentes latinoamericanos hoy, pero esto reside en la misma esencia de la
crisis del estado contemporáneo, vale decir entonces que “el Príncipe” es la
figura a remitirse para explicar “el Líder”.
Ninguna otra cosa
a un príncipe tanta estima como las grandes empresas y los ejemplos poco
comunes que pueda dar de sí mismo. Nosotros tenemos en nuestra época a Fernando
de Aragón, actual rey de España. Fernando puede ser considerado un príncipe
nuevo, gracias a su fama y a su gloria, de rey débil que era se convertido en
el primer rey de los cristianos. Y si examinamos sus acciones encontraremos que
la mayoría de ellas son notabilísimas cuando no extraordinarias. Al principio
de su reinado atacó Granada, y esa empresa fue el fundamento de su estado. En
primer lugar la empresa inició en un momento de paz interior y sin temor de
encontrar obstáculo alguno; así, mantuvo ocupadas las energías de aquellos
nobles de Castilla que, pensando en esa guerra, no pensaban en conspirar.
Mientras tanto, y sin que los nobles advirtieran, adquiría reputación y dominio
sobre ellos. Y con dineros de la Iglesia y de los ejércitos pudo sostener a los
ejércitos, dando con esta larga guerra un sólido fundamento a sus propias
tropas, que después le dieron un gran renombre. (Maquiavelo, 2003, p.
64)
Si a esto se le
suma el hecho de que la masa puede “enamorarse” de un líder hay con una
contradicción entre los que se identifican y el margen de acción del político
según el caso:
[…] formación del
grupo en términos de vínculos equivalentes forjados por personas como resultado
de su amor común hacia un líder (un amor que, por supuesto, ha sido inhibido de
sus cuestiones sexuales). “Un grupo primario de este tipo está formado de este
está formado por cierto número de individuos que han puesto el mismo y único
objeto en el lugar de su yo ideal y consecuencia se han identificado se han
identificado entre sí entre sí en su yo”. Debemos retener para nuestra
discusión posterior dos cuestiones implícitas de análisis […] pero no entre
ellos y su líder, con lo cual se cierra la posibilidad de ser Primus ínter
pares. Segundo que la base de esta identificación sólo sería exclusivamente por
amor al líder. (Laclau, 2005, p. 80)
También es cierto
que Chávez como Kirchner en particular fueron con el tiempo buscando la lógica
de confrontación de los populismos clásicos, tal cual lo entendía el peronismo.
Más allá de los
eufemismos, esta claro que la idea es la misma. Asimismo, otro de los elementos
del discurso político del comandante Chávez que lo vincula con el populismo
clásico es el antagonismo clásico con “la oligarquía”, que pudiéramos
interpretarlo como una alusión a la clase política y económica usufructuaria
del poder en el pasado inmediato. Esta “clase oligárquica” sería la responsable
de la marginación económica y la política del resto de la sociedad (“la
colectividad”, “el pueblo”) y abre las puertas- en la mejor tradición
peronista- para la división maniquea de la sociedad, en términos de
revolucionarios y contrarrevolucionarios, patriotas y traidores, etc.
(Cividanes, 200,p.152)
En este sentido el
activismo de Chávez creo un polo que desplazó una buena parte del modelo de
posibilidad para los países latinoamericanos, y a nivel mundial cuestionó
algunos fundamentos clave. Cierta política petrolera de ayuda a otros países,
hizo que su revolución fuera exportable, sin tener sin embargo que llevarla por
medio de elementos militares, la figura de Chávez repite de alguna manera lo
que fue la figura de Castro en la segunda mitad del siglo XX. En este sentido,
el liderazgo de Chávez en la región es clave para entender que lo importante en
las dicotomías que ocurren se da en torno al papel de la economía. Hay cierta
fe que el Estado como tal es el capaz de llevar a cabo estas transformaciones. Venezuela
era un país que estaba en crisis por la reforma del Estado durante los años 90´
en la cual tanto Carlos Andrés Pérez como Rafael Caldera habían fracaso en los
intentos sucesivos de recorte teniendo el Caracazo como producto de una gran
crisis como el 17 de Octubre en Argentina en 1945, son momentos donde las
clases subordinadas se encuentran de alguna manera participes fundamentales de
la historia de sus países, hay que considerar que en su momento de oro, la AD y el COPEI, llegaban a toda la sociedad ordenando gran parte de la vida social. Se puede
decir que el primer mandato de Chávez tuvo la facultad de mostrarse como la
salida que luego irían adoptando los distintos presidentes desde el punto de
vista del financiamiento de los organismos multilaterales de crédito. Podemos
también ver que la crisis política se superpone a la crisis económica, de esta
manera queda en cuestión entender cómo se desarrolló esta cuestión. Lula en
todo momento tomó a Chávez como un elemento que debía ser contenido dentro de
los planes generales de Brasil. La expansión de la lógica del bolivarianismo se
exportó a toda América Latina, congregando diferentes posiciones, y
contradicciones. Entre ellas, la de las fuerzas políticas que siendo “chavistas”
se encuentran en contra de los presidentes de Brasil y de Argentina, en este
sentido, la izquierda chavista es un fenómeno nuevo. No obstante esto, no ha
habido conflictos internos con esos países, y la presión internacional no fue
tal como la que ocurría con Cuba, la OEA y Estados Unidos, no forzaron el
aislamiento total de Chávez. En este sentido el proyecto bolivariano se
extendió más allá de las ideas de la primera presidencia, pese las críticas de
las inconsistencias sobre el chavismo, la integración latinoamericana se daría
en etapas. El primero de estos elementos fue la relación privilegiada con Fidel
Castro, y partir de allí otros conceptos, como Telesur y la intención de ser el
gran proveedor de gas y petróleo de America Latina como de alguna manera lo es
Rusia, de Europa Occidental. La relación con Fidel Castro ayudó a que Chávez en
un primer momento a que no fuera visto en la región como un militar que repetía
la larga tradición de autoritarismo latinoamericano. El fin del aislamiento de
Cuba generaba una excepcionalidad sobre la cual, nadie había previsto a lo
largo de la década en trascurso. Se puede decir que Chávez de alguna manera
hegemónico cierta concepción ideológica de todo el ciclo de progresismo
latinoamericano. Chávez sintetiza las aspiraciones del período:
Pero la
representación es más amplia que la comprensión conceptual. Lo que permanece es
la necesidad de ese objeto imposible de acceder de alguna manera al campo de la
representación. No obstante la representación tiene, como sus únicos medios
posibles, las diferencias particulares. El argumento que he desarrollado es que
en ese punto existe la posibilidad de una diferencia, sin dejar de ser
particular, asuma la representación de una totalidad inconmensurable. […] Esta
operación por la que una particularidad asume significación universal
inconmensurable consigo misma es lo que denominamos hegemonía. (Laclau, 2005,
p. 95)
Brasil y Venezuela
terminaron creando escenarios diferentes, mientras que la trayectoria de
Venezuela quedó en manos de Chávez y puede que su liderazgo haya concebido un
proyecto bolivariano de difícil consolidación, Brasil sigue siendo una potencia
regional, la pregunta estará en qué punto la preferencias de Brasil quedaron
atadas a la gestión de Lula Da Silva, en este sentido, el MERCOSUR en su estado
actual y con la posibilidad de expansión con Ecuador, negociación con Paraguay,
la dependencia de Argentina y Uruguay, genera cierto tipo de triunfo de la
alternativa de la economía más grande la región. ¿Será el momento de considerar
la lógica que se opone entre el nacionalismo y la integración latinoamericana? La
crisis sobre la hegemonía de este “régimen liberal” de la distribución
petrolera en un “petro-Estado”, es parte de lo que con Chávez pasará a ser la contra
cara, una forma anti liberal de entender el estado y la redistribución, lo cual
va a generar que las burocracias de PDVSA y la clase media de Venezuela se
vayan resintiendo contra Chávez. En este sentido el populismo es explícito, la
política de dar poder a los sectores más pobres de la sociedad es real, lo
cierto es que esto se da también con la relación exclusiva con la figura de
Chávez, lo que llevaría a la acumulación de poder. Lo que también lograría que
luego de su primera presidencia, la legitimidad fuera tal que el golpe de
Estado que en 2002 siguió apenas terminada su primera presidencia fuera un
completo fracaso. Si tomamos en cuenta que Chávez se hace famoso por un intento
de golpe militar fallido de 1992 podemos entender que Venezuela estaba en una
crisis terminal en el sentido de los partidos no habían podido re-editar el
papel de ese estado que repartía las ganancias de las rentas del petróleo, lo
cierto es que la disciplina de los partidos se volvía inútil cuando los líderes
partidarios rompían con el propio sistema para poder ser presidentes, el mejor
caso Rafael Caldera. Chávez de alguna manera elemental vuelve a activar este
sistema pero moderniza los medios para hacer esto posible, el chavismo podría
haber sido una salida más autoritaria y ser un golpe militar más de corta vida
pero comprensible en el papel general de la inestabilidad crónica de
Latinoamérica, por eso es importante tener en cuenta el papel de Velasco
Alvarado en Perú y Torrijos en Panamá, ya que estos pueden ser parecidos y
hasta una fuente de inspiración para Chávez pero no significaron una atadura
dogmática a la cual ajustaría sus decisiones. En vista al proceso estudiado, la
recuperación de las economías, lenta pero consistente, y el cambio del perfil
productivo, se puede entender que en la puja que atravesó el periodo entre
China y Estados Unidos, la integración de los países como Venezuela y Brasil es
anómalo porque no se dio en el plano de la total apertura. Una de las grandes
preguntas que quedan sobre todo el periodo es cuál sería el papel de Cuba, y de
las otras naciones que de alguna manera no se integran a los planes de
liberalización total. Una de las grandes diferencias que existen entre Chávez
y el de Lula es el grado de adaptación al régimen anterior. Podemos decir que
en Argentina y en Venezuela, se recurrió a la idea de que la Constitución reformada al fin liquidaba los problemas políticos, dando las “correctas
instituciones”, de hecho en Argentina en 1994, se dio una reforma que no fue
exitosa que termino desembocando en el 2001, y luego en Venezuela si se dio una
reforma exitosa donde Chávez con la constitución de 1999 logró una estabilidad
perdurable, hay que tener en cuenta que Fujimori es otro caso de reforma
constitucional exitosa, y Chile lo es desde el punto de vista de la continuidad
del pinochetismo. Tal vez dentro de esos esquemas se pueda hacer una valoración
correcta de lo que fueron las modificaciones constitucionales a grandes rasgos.
Podemos tener en cuenta una nota de importancia, la salida de De Gaulle en la
creación de una constitución semi-presidencial, para poner fin a la IV República Francesa representó el fin de la crisis congénita del modelo asambleario de la Francia de la III y IV Repúblicas con excepción de la fórmula bonapartista. En este sentido
la reforma de la Constitución en 1998 representa esto, la tensión entre
democracia liberal y democracia participativa en Chávez está latente. También
lo está el cuestionamiento a la lógica populista. De fondo, la democracia con
Chávez evoluciona a la sociedad que Chávez tenía por meta, una en la cual la
unidad de la nación fuera más importante que el pluralismo político. Esta forma
de entender la política claramente tiende a sociedades divididas y a una puja
por ser la fracción mayoritaria. También debemos tener en cuenta que una
relación general entre lo jurídico y la vida de la totalidad de la sociedad,
basta entender esto para poder decir que la relación estructura y
súper-estructura, en este caso la constitución puede ser abordada de manera
distinta en este sentido:
En primer lugar, me
parece, es necesario señalar lo siguiente: se darán cuenta que para Rougier,
como también para los ordoliberales, lo jurídico no es del orden de la
superestructura. Esto es: no conciben que lo jurídico esté en una relación de
pura y simple expresión o instrumentalizad con respecto a la economía. No es la
economía la que determina lisa y llanamente, un orden jurídico, esté en una
relación pura y simple expresión o instrumentalizad con respecto a la economía.
No es la economía la que determina lisa y llanamente un orden jurídico que
tenga una relación de de servicio y de servidumbre a la vez. Lo jurídico
informa a lo económico […] La significación teórica la vemos de inmediato, me
da vergüenza insistir: quiere decir que en vez de oponer un elemento económico
que sea del orden de lo supra, en realidad hay que hablar de un orden económico
jurídico. […] De hecho lo económico debe entenderse de entrada como un conjunto
de actividades reguladas. Un conjunto de actividades reguladas cuyas reglas
tienen niveles, formas, orígenes, fechas y cronologías diferentes. Estas reglas
pueden ser un habitus social, pueden ser una prescripción religiosa, pueden ser
una ética, un reglamento corporativo y asimismo la ley. (Foucault, 2007,
p.194)
La constitución de 1999 en
Venezuela ocurre lo inverso, se soluciona la crisis de gobernabilidad pero se
crea una crisis general en el Estado, ya que los opositores relevantes a
diferencia de la solución francesa; pese a que esta tuvo amplia libertad para
modificar el sistema, nunca reconocieron de hecho gran parte de las reformas
que se introdujeron con el chavismo. En este sentido De Gaulle fue un político
del orden para la burguesía francesa, mientras que Chávez fue el gran desestabilizador.
En Francia, la crisis era terminal desde el punto de vista más clásico, la
aparición de factores anti sistema y la necesidad de poner fin a una
estabilidad que se profundizaba hacia el fin de la guerra de Argelia, la crisis
fue solucionada en forma tal que el ejecutivo fuera la garantía del Estado. En
los regímenes presidencialistas donde el presidencialismo es preponderante,
incluso los acuerdos como el Punto Fijo, no resuelven el problema del gobierno
y del Estado. De esta forma el bonapartismo puede ocurrir en una forma
completamente distinta, ya que la toma del Estado, y la necesidad de
gobernabilidad pueden fundirse completamente. El primero de ellos es de
República de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela, este sería el
signo de la cuarta a la quinta república. Otros de ellos fueron la
incorporación de variados derechos sociales, y la totalidad de la propiedad de
PDVSA. Estos reclamos reencauzan el papel de la lógica rentista y del
populismo.
Venezuela y Brasil
son economías distintas, tanto que comparar a Chávez y Lula superficialmente
lleva a errores asombrosos, Brasil es comparable con Rusia, u otro miembro de
los BRICS como la India en tanto al tamaño del PBI. Ambos son dependientes de
la llegada de los grandes capitales, pero ambas han creado maneras distintas de
llevarse con ellos. La seguridad jurídica de Brasil es mucho mayor que la de
Venezuela; no obstante esto, en Venezuela las condiciones de los acuerdos son
mucho más discrecionales por lo tanto el papel del extractivismo petrolero con
Chávez crece de manera espectacular, la cuestión general es que Chavismo cree
que ese petróleo tiene que manejarse como la garantía más importante, de alguna
manera toma como otros países petroleros como Arabia Saudita la preocupación por
obtener los mayores beneficios posibles y no ceder a la presión internacional
por petróleo barato. Brasil terminó con Lula cabalgando en una gran
contradicción donde ni empresarios ni movimientos sociales estaban conformes:
La coalición
política que apoya a la administración federal en el Congreso se rebela contra
los directivos de la política general que emanan del círculo interno del
presidente (conocido como el hard core del presidente) Los empresarios
industriales se reúnen continuamente en Brasilia para demandar cambios en la
política económica. Los movimientos sociales conectados tradicionalmente con el
Partido de los Trabajadores (PT), tales como el Movimiento de los Sin Tierra o
de los funcionarios, están abiertamente en conflicto. Solamente los inversionistas
financieros, internos y extranjeros, parecen apoyar las políticas del
presidente, antes arduamente opuestos a él en la campaña electoral. ¿Qué es lo
que marcha mal? (Carvalho-Ferrari Filho, 2004, p.56)
Además esto cuenta como parte del
resultado general de lo que ya ocurría en Brasil desde el punto de vista
económico:
Sin embargo Cano
argumenta que la sustentabilidad del modelo neoliberal descansa sobre los
flujos constante de capital extranjero que provocan un aumento de la
dependencia externa. Es decir, se trata de un modelo que es intrínsecamente
importador de bienes, servicios e insumos, de modo que exige un volumen
creciente de ingreso de capitales que, además de endeudar en el país, causan
debilidad y discontinuidad en el crecimiento así como una alta susceptibilidad
a las crisis internacionales.
Pero ¿Cuáles fueron
las consecuencias del modelo neoliberal en Brasil? Francisco de Oliveira señala
que entre 1980 y 1999, se perdieron aproximadamente más de 3 millones de
puestos de trabajo asalariado, de los cuales 2 millones pertenecían al sector
industrial; la tasa de desempleo llegó a los 9,6% de la población
económicamente activa cuatro de cada cinco empleos creados en esos años
pertenecieron al sector informal y el 40% de los trabajadores tenían empleos
formales no regulados. Oliveira afirma que la desregulación, la privatización y
la restructuración implementadas por Carodoso incidieron en la disolución de la
clase obrera industrial que había surgido durante la época desarrollista,
además de que se trastocaron todas las relaciones sociales, económicas y
políticas. Oliveira afirma que este panorama trajo consigo la eclosión de un
período de indeterminación en el medio del cual Lula obtuvo su victoria
presidencial. (Valero, 2012, p.6)
El precio del
petróleo afecta a la hora de pensar las relaciones con Estados Unidos con:
Irán, Venezuela, Irak, en ese momento países enemistados con la administración
Bush fueron parte de un eje que poco tenía que ver con los antagonismos
ideológicos sino con una campaña que Estados Unidos manejaba para alterar
ciertas cuestiones que hacían al comercio internacional de este commoditie. En
cambio, Brasil los capitales y las inversiones se manejan de otra manera que en
lo que concierne a Venezuela, aunque Brasil tiende a re-primarizarse en cada
crisis importante de la economía, bajo Lula como con Kirchner, la soja
transgénica avanza en el país generando divisas e inversión, los cuales
permiten hacer lo mismo que Chávez con la entrada de la renta petrolera;
ampliar los planes sociales. Esto muestra que el populismo tiene un lado
importante en la política pública que necesita de ciertas formas de administrar
el Estado, sería increíble que la identidad política de los sectores
postergados no fuera re-definida sin un sustento material y concreto. Las
primeras presidencias, las condiciones iniciales, las relaciones de fuerza a
nivel social, económico y político implicaban, una sobriedad con la economía
que parece difícil de observar en quienes sólo quieren oponerse al populismo. El
populismo y estos presidencialismos hay mucha menos improvisación de lo que a
muchos les gustaría pensar. Los dos siguientes casos son la gestión ministerial
y el modelo productivo:
La primera etapa
de los mandatos del gobierno de Lula estuvo marcada por la hegemonía
incuestionable de Antonio Palocci y su interpretación ortodoxa del
sostenimiento del modelo económico heredado. […] la lentitud de la reforma
agraria, el distanciamiento con los movimientos sociales y un discurso de Lula
desmovilizador, apuntando todo ello hacia un régimen que mantendrá el modelo
neoliberal, incumpliendo las prioridades sociales prometidas por Lula. (Sader,
2009,p.31)
Señales del
continuismo de las políticas de Carodoso en la administración de Lula fueron
también la explotación masiva de materias primas- materializada en las
agroexportaciones y en la reprimarización de la economía- así como la apertura
del país y su mano de obra a las empresas transnacionales- que causa la
flexibilización del trabajo.- Igualmente se mantuvieron los pilares de la
política económica del período anterior: las metas de inflación, el régimen
cambiaron con tasa fluctuante y las metas de superávit primario. […]
[…] el “gobierno
de Lula” siguió el camino hacia la financiarización y el crecimiento inducido
de las exportaciones con el sector de los agronegocios a la cabeza, dando como
resultado una gran concentración de la riqueza basada en mano de obra
expropiada. Lo cierto es que, bajo el gobierno del PT, han crecido enormemente
los beneficios de los bancos, especialmente con el alto pago de intereses que
inciden en el detraimiento de la rentabilidad de la producción de bienes y
constituyen una transferencia de renta al sistema financiero. (Valero, 2012, p.
11)
Lo cierto es que
en su primera presidencia Chávez estaba centrado en el papel que tenían las FF
AA y el Estado, antes que en el papel redistributivo del modelo chavista estaba
más centrado en poder conseguir la inversión extranjera fue a Wall Street, la
primera etapa es profundamente más estratégica de lo se quiera suponer, en el caso
de Lula se da algo similar; el papel del PT, el futuro del Real, el crecimiento
económico estuvieron en el centro de la escena; combinando ideas como: el
nacionalismo y el desarrollismo en Brasil forman parte del Estado y que suman
al proceso de la globalización. Chávez primero busca instalar su figura en
medio de la escena política nacional, todos los presidentes a su manera van a
ir presionando para poder tener una parte preponderante a la agenda de sus
países, tanto en Argentina, Brasil y Venezuela, se puede entender que los
medios critican sistemáticamente la acción de gobierno de los presidentes.
Haciendo de esto el control débil pero a la vez desestabilizador de los
regímenes, ya que la oposición entra en una crisis importante tanto en Brasil
como en Venezuela, la diferencia es que la indisciplina de Brasil muestra esta
crisis en una forma menor de lo que fue la crisis en Venezuela, la cual no
había producido partidos importantes hasta el MVR como lo habían sido la AD y el COPEI. En ambos casos, el presidente en cuestión generó sorpresa en sus países. Ambos
fueron subestimados o imaginados como líderes distintos por la mayoría de los
actores políticos rivales, Chávez como un: burdo nacionalista elemental y Lula
como un: socialista arcaico que no sabría gobernar su país, de hecho en este
sentido se los atacó en las campañas de 1998 y de 2002 respectivamente. Se toma
especial atención en el papel de la economía, ambos presidentes fueron criticados
por cierto establishment económico como incapaces para poder hacerse cargo de
la situación aunque por otra parte si eran capaces políticamente de lograr esa
identificación tan necesaria para poder sostener el Estado en las crisis que se
dieron en el final de Caldera y de Cardoso. Algunos han preferido marcar sus
características como una “nueva izquierda” mientras
que otros, entre ellos se encuentran Natanson y otros como Álvaro García
Linera, también los ha habido muy críticos como Aznar, Petkoff se mostraron
contrarios a esta idea generando la paradoja, de que algunos estudiosos de
Venezuela consideran que Lula mismo era una alternativa de lo que era la
verdadera reforma necesaria para Venezuela, esta coyuntura ha mostrado que
creen que se trata una continuidad dentro de lo que es la historia
latinoamericana, podemos decir que el “progresismo” y el “populismo” fueron el
telón de fondo donde se dio esta transformación como lo fue el neoliberalismo
en los 90´ pero ciertamente que sirve poco para entender, la historia y la
teoría, como cada país llevo adelante la reforma neoliberal en forma bien
distinta, basta recorrer la experiencias de Fujimori a Collor; Brasil y
Venezuela son dos salidas distintas del neoliberalismo. Ambas posturas tienen
sentido de acuerdo a las acciones reales y concretas que han llevado a cabo
estos mandatarios. Esto lleva a considerar realmente qué fue la crisis de las
ideologías, la cual tal vez continúe, y qué hacemos para determinar muchos de
los indicadores que hacen a la ideología de un líder político y a lo que hace a
la vida de un país. Brasil avanza en cierto sentido bajo el mando de una
burguesía hegemónica y nacional, y dentro de unos marcos bastantes ortodoxos, y
esto marcó que Lula, sea un presidente populista, pero que no sea un populista
extremo, que quiera cambiar de raíz el neoliberalismo como una ruptura. Lula
implementará cierto pragmatismo para poder ir tomando como aliados a los
sectores más postergados de la sociedad sin poner en riesgo la gobernabilidad,
en este sentido la siempre volátil clase media no va a ser una incondicional
del PT, puede que sea una dinámica del populismo tener una relación en tensión
con la clase media latinoamericana. Hay una paradoja, mientras que Brasil y
Argentina tienen expresiones de izquierda que considerar que Chávez es una
expresión superadora de lo que hacen los mandatarios de esos países citados,
con Chávez hay expresiones de izquierda que ponen en duda su “progresismo”,
dentro y fuera del chavismo hay críticas al burocratismo y la corrupción de los
mandos intermedios. Chávez es criticado fuerte por las líneas del marxismo
ortodoxo, en este sentido la nueva izquierda no adherida al dogmatismo marxista
es un universo verdaderamente difuso donde las ideologías que hacen al sustento
de Chávez y de Lula aparecen difusamente más justificando la acción de gobierno
que diseñando un programa a implementar. En este sentido las contradicciones en
un mundo globalizado entre las izquierdas y las derechas con las relaciones de
poder a escala internacional es un desarrollo importante. ¿Cuál es le papel de
la economía nacional y de desarrollo independiente o no de los países? Después
de todo hay que concebir que estos presidentes de alguna manera prometieran en
el plano material las reivindicaciones económicas que superaran el estado de
cosas existente.
Esta es una de las
razones por las cuales, hay que tener mucho cuidado en caracterizar a Lula y a
Chávez en una primer pasada, revisar distintas vertientes es muy útil para
entender la importancia del proceso de estos líderes. La primera presidencia de
Chávez fue intensa y corta, duro de 1998 a 2001, y tuvo por fin primero modificar el régimen legal y político que luego daría paso a las modificaciones
económicas, sino sería inexplicable el papel de las cooperativas y de las
expropiaciones. Tenemos cuestiones ciertas, los problemas de los presidentes
son similares, la gravedad de ellos tiene que ver con cuestiones distintas.
Lula no cuenta con el apoyo de los militares, Chávez no cuenta con una base
industrial ni con las perspectivas reales y concretas que se presentan a Brasil
en el escenario internacional, ¿Será por esto que Venezuela tiene una posición
más fácilmente clasificable dentro del intervencionismo económico? Chávez llega
al poder en una elección extraordinaria en la historia de Venezuela, mientras
que Lula se presenta cuatro veces antes de ser elegido al fin presidente, es
decir, la eventualidad de Lula tiene que ver con las transformaciones del PT,
un partido más pequeño pero más disciplinado que el MVR. A partir de allí, las
consecuencias de la excepcionalidad de Chávez y de la regularidad de Lula,
valga la metáfora deben ser tenidas en cuenta. Brasil tiene una crisis menor en
la coalición dominante, y el agotamiento de Fernando Henrrique Cardoso, la cual
podría haber empeorado, desde ese punto de vista, Bolivia, Argentina y
Venezuela, eran un recordatorio para Brasil de lo que podría ser una crisis más
severa dentro de aquella sociedad, dejar o permitir el acceso a Lula, podría
llevar a dar lugar a una coalición distinta, la brasileña tiene a un
sindicalista como presidente Lula da Silva y a un empresario como
vicepresidente. También tiene la idea de la erradicación de la inflación como
base para el combate de la pobreza, lo cual es un postulado de la economía
ortodoxa, esto tuvo que ver con la salida de los elementos más revolucionarios
del PT. También es lo que diferencia a Bolivia, Argentina, Uruguay y Venezuela
de Brasil. El Real es una moneda que puede ser más fuerte, y forma parte de una
forma de soberanía que no está en la práctica de los otros países de la región.
Chávez sin embargo luego de algunas reformas intentará reformar la moneda, con
el Bolívar fuerte, el cual tiene una gran corrección en un intento de poder
sanear ciertas cuestiones previas en la historia venezolana. Lula improvisa
poco, mantiene cierto estado quo de cosas pero quiere darle cierta dimensión
social y humana que según el considera Brasil carecía por completo y que sería
lo que le devolvería la dignidad, hay que recordar que el neoliberalismo suele
dejar a sociedades muy fragmentadas donde la legitimidad del Estado está en
riesgo. En este sentido, Lula no usa un lenguaje ni revolucionario ni
militarizado en tanto al papel de la economía, en este sentido Argentina
parecía un caso intermedio entre estas dos lógicas. Brasil es una sociedad que
está terminando una reforma del Estado; la cual es compleja, pero tal vez a la
vista de los resultados económicos y la consolidación de este capitalismo sea
la más exitosa del continente para la burguesía de ese país, sólo seguida luego
por la burguesía chilena. Aunque la economía de chile es más primaria, y el
tamaño de esta es menor. Pero por cierto es que estas economías crecieron a
pautas más moderadas en ciertos indicadores porque nunca pusieron al Estado
como el referente principal del impulso a la demanda agregada. Podemos decir
que mientras Brasil cree en cierto proteccionismo para poder desarrollar su
industria, Venezuela en muchos pasajes del pensamiento de Hugo Chávez ponía
desde el principio la idea de la completa autarquía. También es cierto que
Chávez tendrá ese mismo punto con la minería su desarrollo incompleto, otra de
las grandes riquezas del país y en el desarrollo de la alimentación una
debilidad geopolítica y económica, seguiría dependiendo de las importaciones
del exterior.
Venezuela se
enfrenta a un líder político que tiene ideas muy particulares de cómo debe ser
la sociedad, Chávez puede ser muchas cosas, se lo ha definido hasta de manera
contradictoria pero lo que podemos saber es que no es liberal. Esto quiere
decir que no cree en la presentación política pluripartidista, aunque se
presentó a la sociedad como un mero reformador, fue subestimado por el
establishment de su país. El mérito de Chávez es tener una idea clara de que
cada sector de la sociedad debía cumplir un nuevo rol en la sociedad, más
activo en las FF AA y declinante en los medios de comunicación. Esto sería la
contratara exacta del Punto Fijo. Además a juicio del MVR y Chávez, Venezuela
debería ir por la senda de la búsqueda de una autonomía económica total, es
decir la contratara de la globalización, en este sentido hace recordar a los
debates que se dieron en Cuba y de los cuales Petkoff es lapidario para
caracterizar los gobiernos de Hugo Chávez y de Fidel Castro; había que mantener
ciertos lineamientos para que esto fuera posible. La reforma de Venezuela no es
consensuada pero no se da en los términos de revolución violenta, la reforma
constitucional por más que fuera una reivindicación a Chávez está hecha en el
sentido a lo que el chavismo le interesaba. Lo cierto es que Chávez tiene un
manejo de la oposición particular. Lo que podemos decir es que en Venezuela
existen partidos de oposición que realizan actividades políticas y que han
mantenido una posición errática respecto a Chávez. Esto permite entender que el
vacío del Punto Fijo es tan importante como Chávez mismo. En su primera
presidencia será de cabal importancia la reforma de la constitución pero esto
no es el final del recorrido sino que se trata del inicio. Forjar un régimen
plebiscitario termino siendo la respuesta a una Venezuela con un solo líder
claro, Hugo Chávez.
El caso de
Venezuela tiene como eje central de la política chavista, el manejo del
petróleo y de uno de los pilares del punto fijo desde el punto de vista
económico, PDVSA que como FEDECAMARAS, son una de las representaciones más
claras del papel del capital local venezolano. Hay que recordar que este
sindicalismo el de PVSA, y sus dirigentes a nivel gerencial disfrutaron durante
el punto fijo de una posición privilegiada. A partir de allí la relación con
los nuevos poderes sería problemática, en parte porque ya no estaba asegurada
la “independencia” de estos sectores de las directivas políticas.
Uno de los grandes
procesos que inicia con el primer mandato de Lula por su parte, y que se
profundiza con el segundo es el que atañe al proceso de captura del
sindicalismo, este en parte tiene que ver con los orígenes del PT, la
integración de este al poder estatal a escala nacional y la necesidad de
controlar el factor obrero. Chávez intentaría hacer lo mismo, la subordinación
de este factor de la sociedad es una de las características fundamentales para
entender esta relación con todos los regímenes bonapartistas o “semi-bonapartistas”,
por esta razón vale la pena la comparación.
A third large
organization, the Venezuelan Workers Confederation (Confederación de
Trabajadores de Venezuela, CTV), also found itself in an antagonistic
relationship with the government but lacked the leadership to launch concerted opposition.
Organized labor had long been dominated by the political parties, especially,
Acción Democrática, but now that the parties were crippled, the organization
lacked direction. Nevertheless, the Chávez government made plans to separate
the unions from the parties in its second year. ANC president, Luis Miquilena
complained that “there is an entrenched mafia of real cops [organized crime
bosses] of labor who forgot about the elections and the grass roots.” To root
them out, the government ended the hefty state subsidies to the CTV and
proposed to audit labor leadership asset´s. It also held a referendum to obtain
a popular mandate to dismantle CTV by, among other means, forcing the labor
federations to hold open internal elections supervised by the National
Electoral Council. At the same time, Chávez promoted a parallel official union
called the Bolivarian Workers Front (Frente Boliviariano, FTB), clearly
intended to mobilize workers behind the government’s projects, beginning with
the destruction of CTV. (Coppedge, 2002,p .20)
Entendido esto se
puede saber que el PT en sus desprendimientos genero nuevos actores políticos
sindicales que sin embargo con mucho más débiles que la CUT de la cual participó Lula en los años 80´,
en este sentido cabe comparar dos puntos importantes en lo que es la categoría
populista y bonapartista de los regímenes políticos y su grado máximo de
contradicción. Si un presidente como Lula da Silva opta por regimentar y desmovilizar
al sector obrero organizado es porque ocurre en esta forma de dominación un
avance del capital sobre el trabajo, además de la creación de sindicatos que
son más fuertes en las cúpulas que en sus bases, en este sentido como se ha
recalcado esto sí tiene un claro modelo muy similar a lo que fue el
sindicalismo del primer peronismo y del getulismo, es decir que el Estado
asegura la vida de los sindicatos mayoritarios independientemente del poder de
sus bases. En este sentido hay cierta composición del mantenimiento de ciertas
clases pauperizadas en la pobreza y en la inestabilidad laboral, con el tiempo
la base de sustentación de Lula pasa de la clase obrera organizada a las
personas que tienen un modo de subsistencia más precario, en este sentido, los
planes “Bolsa Familia” y “Fome Zero” (Hambre cero) configuran una política más
focalizada y una más universal que mantienen el papel de las clases
desempleadas en una estabilidad mayor. Hay que considerar el papel problemático
que se da entre el MST y Lula, como muestra de cierto manejo bonapartista, el
gobierno del presidente jamás integró del todo a este elemento de la sociedad
brasileña, lo que hizo fueron una serie de transacciones parciales, se puede
decir que en parte el no criminalizar particularmente al MST como lo hizo
Fernando Henrrique Cardoso hace que la posición del MST sea ambigua, esto
tiene por fin controlar el nivel de movilización de este grupo social
específico, y uno de los pilares del modelo del nuevo brasil, la soja
transgénica.
Estos sectores
expulsados del PT, trazaron rápidamente alianza con aquellos que habían
planteado rupturas anteriores al partido encabezado por Lula (como es el caso
de los sectores dentro del PTSU) y el apoyo de intelectuales como Antunes y
Francisco de Oliveira, entre otros, formarán en junio del 2004 el Partido
Socialismo e Liberade (PSOL). Según estos intelectuales mencionados, el PSOL
venía a reemplazar el espacio vacío dejado por el PT como sus antiguas sociales
de apoyo habían dejado de lado una vez que se convirtió en “partido del orden”
y llevó adelante una política “social liberal” que claramente se encontraba más
cercano a la continuidad que a la discontinuidad neoliberal imperante (Antunes,
2009, b) (Lucca,2010, p.4)
En este sentido se
puede aceptar que hay una contradicción misma en las clases subalternas que no
tiene que ver solamente con la heterogeneidad, tiene que ver con la relación de
los gobiernos con los grandes capitales e indirectamente con la relación de los
trabajadores, los cuales subsisten en los que tienen empleos formales mejor
remunerados los cuales son controlados desde arriba, los que tienen empleos
precarios y necesitan de planes sociales, y un gran continente de desempleados
que a la deriva conforman un universo heterogéneo pero que no serán integrados
a la sociedad brasileña. Se puede considerar también el papel de la evolución
del sindicalismo en Venezuela luego del proceso de privatizaciones bajo
Caldera:
Los cambios
estructurales relacionados con la globalización debilitaron aún más el
sindicalismo venezolano. La privatización total de sectores como las
telecomunicaciones, los puertos, el petróleo, el acero y las líneas áreas
después de 1989, redujo el tamaño de la fuerza laboral en sitios estratégicos,
y transfirió la propiedad al capital extranjero. Después de la privatización,
los sindicatos ya no pudieron canalizar sus demandas y sus reclamos a través de
los partidos políticos, ni pudieron exigir fácilmente privilegios sindicales no
acordes en forma estricta con ley en áreas tales como la contratación sindical
(“la cláusula sindical”) y el descuento automático de cuotas sindicales.
(Ellner, 1999, p. 133-134). La práctica cada vez más común del outsourcing, en
la cual una compañía grande contrata a una empresa pequeña para el suministro
de insumos y servicios y el crecimiento de la economía informal, cuyos
trabajadores no son fáciles de organizar, debilitaron aún más al sindicalismo.
(Ellner, p. 212.)
Todo esto conforma
una realidad compleja, la gobernabilidad, la relación con el capital
concentrado, las alianzas con los distintos actores sociales, el control de los
trabajadores y el papel del arbitraje del bonapartismo, como el papel del
Estado mediando en las clases, y a la vez promoviendo mejoras en revoluciones
pasivas.
Podemos decir que
la comparación simple de los sistemas de Brasil y Venezuela es la siguiente,
Brasil es un sistema con muchos partidos, plástico, donde los cambios a nivel
parlamentario han sido muchas veces muy importantes, esta fragmentación obliga
al PT a cooptar a otros sectores para poder gobernar con alguna eficacia, y así
poder llevar adelante la ortodoxia económica, y ciertas formas de asistencia
social que se expandirían de gran manera durante el gobierno de Lula Da Silva y
aún más en el segundo gobierno. ¿Tendría desde el primer momento Lula una
estrategia re-eleccionista? Se podría afirmar que sí, ya que la política
federal busco mantener claramente aliados útiles para el momento más ortodoxo
como para el momento más populista más adelante. Esta razón hará que una parte
de sus conflictos sean con sus críticos partidarios dentro de las instituciones
en parte con Cardoso y Serra, además del papel del poder judicial la alianza
clara con el PMDB y el PL, y ciertas cuestiones puntuales en términos de
gobernabilidad, hay que entender que Brasil tiene una sola reforma importante
en su constitución y esta es la reelección presidencial, la cual logró
implementar Cardoso, lo que ahorró a Lula tener que forzar todo el sistema
institucional en torno a su persona, más adelante el PT querría hacer esto
agregando un tercer mandato pero no sería aprobado por Lula. Estas
características se dan por la contradictoria y rica historia del federalismo
brasileño, del cual Lula no pudo escapar. Por esta razón, el PT va conquistando
con el tiempo una modificación lenta pero paulatina en la política brasileña
pero sin llegar a la alteración que hizo el chavismo.
Venezuela se
presenta como un país en el cual la federalización nunca se termina de dar
completamente, ya que en los hechos, el partido dominante o el régimen
dominante termina siendo clave en la conquista de las subunidades nacionales,
aunque hoy en Venezuela se votan las autoridades subnacionales lo cual mediante
el régimen de Punto Fijo eran nombras por la Asamblea Nacional. Es decir son al menos electas por elección directa y alianzas con el
chavismo. En este sentido la oposición a Chávez se ha refugiado como último
recurso en ciertas unidades subnacionales pero el sistema como tal nunca
termino de funcionar de acuerdo a un federalismo idealizado con autonomía de
las subunidades. Esto hace que ni en la constitución de 1961, ni en la de 1998,
haya un decidido intento de terminar de lograr la independencia de estas
subunidades. Esto puede que tenga que ver con la fragmentación de la sociedad
en muchos aspectos pero no en una unidad suficientemente fuerte de algún
distrito que tenga tendencias separatistas o quiera reservar para sí algún
privilegio particular. Chávez deja a su arbitrio el papel de las unidades subnacionales,
continuando con el régimen en este aspecto tan importante para la
gobernabilidad, por esto el enfrentamiento en la Asamblea Nacional será constante.
1.4- El populismo y su efecto en la modificación en la sociedad.
Alcanzamos una noción importante,
¿Por qué el populismo no es sólo un análisis del gasto público, una teoría
sobre la modernización, o una simple objeción a la democracia liberal? La
cuestión queda en analizar el fenómeno, ¿Por qué hoy se consideró que el
populismo sería la gran alternativa al neoliberalismo?
El populismo, como
categoría de análisis político, nos enfrenta con problemas muy específicos. Por
un lado, es una noción recurrente, que no es sólo de uso generalizado, ya que
forma parte de la descripción de una amplia variedad de movimientos políticos,
sino que también intenta capturar algo acerca de éstos. A mitad de camino entre
los descriptivo y lo normativo, el concepto de “populismo” intenta comprender
algo crucialmente significativo sobre las realidades políticas e ideológicas a
las cuales refiere. Su aparente vaguedad no se traduce en dudas acerca de la
importancia de su función atributiva. […]
Quisiéramos, desde
el comienzo, adelantar una hipótesis que va a guiar nuestra indagación teórica:
que el impasse que experimenta la teoría política en relación con el
populismo está lejos de ser casual, ya que se encuentra en la raíz de la
limitación de las herramientas ontológicas actualmente disponibles para el
análisis político; que el populismo, como lugar de escollo teórico, refleja
alguna de las limitaciones inherentes al modo en que los agentes sociales
“totalizan” el conjunto de su experiencia política.(Laclau,2005,p.15-16)
Podemos decir sin
lugar a dudas que justamente hay una gran diferencia política y teórica entre
el papel de un presidente y de su gobierno y el papel de este reflejo en la
sociedad. En este sentido vale aclarar y entender algunos puntos importantes.
Tanto es así que incluso hoy en día tanto en la caracterización de Chávez como
de Lula da Silva persiste la voluntad de poder entender qué se quiere decir, el
populismo, combinado con el bonapartismo y presidencialismo, da como resultado
de la crisis un resultado complejo, donde las oposiciones por izquierda y por
derecha quedan descolocadas, en este sentido, con Lula, ocurre lo mismo con
Chávez, la alianza policlasista es el centro político, no se trata más de un
modelo idealizado y bi modal de “Centro Izquierda vs Centro Derecha”, por eso,
los partidos populistas no son partidos de centro izquierda ni socialdemócratas
sino que son el resultado de una nueva forma de hegemonía que disputa a la
democracia liberal, a partir de allí, cabe entender que se pueden tener
contradicciones económico y políticas en el mismo plano, y partir de allí sacar
las conclusiones. Aquí se presentan los ejemplos de Lula y Chávez:
El gobierno de
Lula ha recibido ya lo más contradictorios calificativos: de mejor
administrador del modelo neoliberal, como crítica la izquierda, al de
prácticamente populismo estatista, según la campaña que la derecha y los medio
oligopólicos realizan en el país valiéndose de denuncias de escándalos. Lula
lleva a cabo una política social que conquista el apoyo social de gran apoyo
popular como ningún otro gobierno lo había conseguido (el 80 por ciento de
apoyo y sólo un 8 por ciento de rechazo en el sexto año de su gobierno,
mientras que su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, tenía apenas el 18 por
ciento de apoyo), pero al mismo tiempo, recibe ataques sistemáticos de sectores
de izquierda radical, nacionales e internacionales; por no haber roto con el
modelo económico heredado. De algunos de esos sectores recibe apoyo crítico y
de otros el fuego principal, para los primeros es la versión moderada de la
izquierda, para los segundos un traidor de la izquierda que debe ser combatido
como el enemigo principal. (Sader, 2009, p27)
Sin embargo, más
allá de los recursos simbólicos manejados muy eficientemente por Chávez, su
programa económico presenta, tal como lo hemos visto, una clara veta neoliberal
en contradicción con una Constitución que también contiene fuertes rasgos
estatistas y populistas. Si este plan económico se cristalizara, estaríamos
ante la presencia de un discurso anti-neoliberal y nacionalista negado en el
terreno de las acciones. Esta aparente contradicción, sin embargo, se
resolvería si Chávez logra conciliar prácticas con una agenda populista, tal
como lo lograron Menem y Fujimori. De acuerdo a lo señalado, esto dependerá de
cómo el Presidente resuelva la tensión entre los elementos románticos y
comunistas de la sociedad, y la necesidad de ajustarse a la dinámica real,
tanto nacional como global, que obliga inevitablemente al pragmatismo, so pena
de aislamiento y atraso. […] las arcas del Estado se han visto robustecidas como
consecuencia de la disparada de precios del petróleo en el año 2000. Ello ha
permitido a Chávez adelantar medidas sociales de corte universal como el Plan
Bolívar 2000, dirigido a la población más desesperada y mecanismos de
financiamiento dedicados a los microempresarios. (Calcaño y Arenas, 2001, p.86)
En este sentido vale aclarar que
ciertas nociones que Marx caracterizó para el gobierno de Luis Napoleón
tendrían similitudes con las políticas de marchas y contra marchas que se le
adjudican a los populismos tanto del siglo XX como del siglo XXI.
Mientras el
ministerio de Bonaparte tomaba iniciativa en las leyes inspiradas en el partido
del orden, y en parte exageraba aún más su severidad y ejecución de las mismas,
el propio Bonaparte intentaba, mediante propuestas puerilmente necias, ganar
popularidad, poner de manifiesto su antagonismo con la Asamblea Nacional y apuntar el designio al pueblo francés sus tesoros ocultos, designio cuya
ejecución sólo impedían las circunstancias. Así la proposición de decretar un
aumento de cuatro “sous”
diarios para los sueldos de los suboficiales. Así, la proposición de crear un
banco para conceder créditos de honor a los obreros. Obtener dinero regalado y
prestado: a eso se limita la ciencia financiera del lumpen proletariado, lo
mismo del distinguido que del vulgar. A esto se limitan los resortes que
Bonaparte sabía poner en movimiento. Jamás un pretendiente ha especulado
simplemente sobre la simpleza de las masas. (Marx, 2009, p.67)
Lo mismo que en
1849, durante las vacaciones parlamentarias de ese año, el partido del orden se
había dispersado en sus distintas fracciones, cada cual se ocupaba con sus
distintas estrategias restauradoras, a las que la muerte de Luis Felipe daba
nuevo pábulo. […] Bonaparte quedaba pues autorizado para emprender giras por
los departamentos franceses y dejar escapar, recatada o abiertamente, según el
estado de ánimo de la ciudad a la que regalaba con su presencia, sus propios
planes de restauración, reclutando votos para sí. […] lo acompañaban
constantemente afiliados de la Sociedad del 10 de Diciembre. Esta
sociedad data de 1949. Bajo el pretexto de la sociedad de beneficencia, se
organizó el lumpen proletariado de París en secciones secretas, cada una de
ellas manejada por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza
de todas. […] en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los
franceses llaman bohéme […] concibe la vida histórica de los pueblos y
los grandes estados de gobierno y del Estado como una comedia, en el sentido
más vulgar de la palabra como una mascarada, en que los grandes disfraces y las
frases y los gestos no son más que una careta para mostrar lo más mezquino y
miserable. (Marx, 2009, p. 74-75)
Podemos interpretar que en las
relaciones contradictorias generales que hay entre la figura de Chávez, el
concepto de la democracia y las tensiones del capitalismo hay una repetición de
cierto ciclo, como se puede deducir el apoyo parcial de la clase media y
ciertos condicionantes de lo difuminado de la base de sustentación descansan
más en su figura que en su programa, el programa emergerá posteriormente.
El 26 de Marzo de
1994 Chávez salió de la cárcel y se dedicó a la labro proselitista por todo el
país, sembrando el liderazgo en función del valor actual del pensamiento de
Bolívar, cuya fuerza libertadora asimila a los esfuerzos necesarios, con la
conjunción del pueblo y la milicia, para aniquilar la desigualdad generada por
los gobiernos de la democracia representativa, amparado en las características
personales […] irreverente, de lenguaje altanero, radical, llama a la Constituyente (algo distinto, con sabor a pueblo y participación) y es demócrata porque se
somete a la contienda electoral; todo lo cual suministraba garantías a gran
parte de los venezolanos descontentos de que el cambio sería a fondo, porque
quedarían excluidos AD y COPEI del poder y la democracia venezolana recuperaría
su orientación popular. (Almao,, p.5)
Por otra parte el
sentido del populismo se puede concebir como ve Marx o se puede tomar otros
conceptos generales o por medio de la caracterización del proceder por parte
del concepto de “romanticismo” y el de populismo, las formas estéticas y su
fundamentación en el concepto de humanidad, forman parte de una larga tradición
política, la cual no siempre ha sido consideraba como positiva, la oposición
entre los distintos conceptos es algo digno de mencionarse para escapar a la
idea del populismo y de especialmente del chavismo como un mero “oportunismo”
todas las alusiones de Chávez tal por intuición tienen un sentido más
primigenio.
Entre ellos hay un
verdadero sentido entre las contradicciones de la racionalidad expuestas de
quienes se consideran enemigos de la irracionalidad del populismo y de quienes lo
adoptan como una forma claramente posible de cierta cuestión política, en cabe
valorar la siguiente interpretación, sobre qué fue el romanticismo en política:
Romanticismo se
convierte en sinónimo de misticismo, con una restricción únicamente histórica:
es un misticismo que se libera de las ataduras de la cristiandad eclesiástica a
partir del siglo XVII, esto es a partir de Rousseau. El misticismo y por eso
también el romanticismo, aparece como un impulso profundo de la naturaleza
humana, tan elemental como la tendencia a la autoconservación; el hombre, “malo
por naturaleza”, está siempre dispuesto a superar los estrechos límites de lo
racional, es decir, la experiencia acumulada por generaciones, a crearse un
Dios como aliado metafísico y, con la ayuda de esta ilusión, a sojuzgar a
otros. En el misticismo estético, el romántico- que se siente una herramienta
elegida por un ser superior- se convierte en el artista genial que como un
genio, encuentra en sí mismo la única norma; en el misticismo de la pasión interesa
su propio deseo como la pasión de Dios; en la religión mística del movimiento
de clases socialista el proletario se convierte en el único productor de valor
económico; a la raza elegida, finalmente, un misticismo místico racial le sirve
de fundamento a la pretensión de dominación mundial. La ilusión se convierte en
una inmensa fuente de energía y provoca en los individuos y en los pueblos
enteros expectativas y acciones exaltadas. […]
Los
románticos son elogiados por algunos como fundadores del pensamiento histórico
objetivo; se afirma que ellas han sido los primeros que introdujeron la
comprensión de la tradición y que despertaron un nuevo sentimiento comunitario
esto es, descubrieron el pueblo como unidad, supraindividual y orgánica.
(Schmitt, 2005, p.72)
Por esta razón, el pueblo es mucho
más que una instancia pasiva sobre la cual se puede o no dudar de su existencia
y oponer a la sociedad civil, más bien, la sociedad civil fue la respuesta de
la democracia liberal. Esto perdura en la visión de la “gobernabilidad” como la
síntesis de la sociedad organizada en torno a intereses particulares. Tanto es
así que en pleno proceso del desarrollo del chavismo hay un conflicto de estas
características, tanto más cuando la economía, la base social las favorece y
cuando el fin del Punto Fijo, quita el papel de las organizaciones
minoritarias.
Governability is
favored when civil society is structured into solid, well organized
associations and these societal actors have understandings with one another and
with the state that permit them to act freely and confidently. This is one of
the weakest areas of governance in Venezuela. There were relatively few social
actors that were large and well organized, and the few that were all had a very
strained relationship with the Chávez Government. The most respected actor was
the Catholic Church, which initially had good relations with the government.
However in 1999 the executive cut in a half its 3.4$ millions direct subsidy to
the Church, and ANC rejected proposed constitutional language that protected
life “for the moment of conception” By November church officials were
unofficially calling for a “No” vote in the constitutional referendum, and one
bishop publicly, interpreted the catastrophic mudslides in December as a sign
of God´s fury against the president. Chávez replied that “God is with the
revolution” and accused Church officials who opposed him of being in league
with AD and COPEI and “having the devil up their cassocks”. (Coppedge,2002, p.19)
Podemos decir que
efectivamente cuando interpretamos el conflicto total con todo el orden
establecido, el populismo chavista sigue la fórmula romántica, es decir tiende
hacia el absoluto, es decir su proyecto político no tiene el concepto de la
diferencia en el sentido liberal, tanto es así que en la noción del absoluto,
“Dios”, incluso allí el chavismo disputa a la Iglesia, la identidad total de los venezolanos. En este sentido la diferencia más grande
entre Lula y Chávez desde el punto de vista del populismo, es que el populismo
chavista reinaugura cierta dimensión total de un proyecto total sin ser
totalitario, esto es lo que no se ve en lo ecléctico del discurso chavista. En
tanto a la religión, como la concepción del tiempo y del destino de Venezuela
se cumplen las bases del “romanticismo político”:
Se trata de una
continua evocación a Dios, a los valores del cristianismo, sino también de lo
religioso y de lo político que algunas veces se mezclan y se confunden.
Asimismo, hay una permanente alusión a la virtud del compromiso político de la
fe, (la opción por los pobres) y una concepción de Cristo como precursor
revolucionario, que más allá de algún beneficio político lo vincula con
elementos de la teología de la liberación. […]
En segundo lugar
recorre el discurso político del comandante Chávez una especie de utopismo
arcaico, retrospectivo, que mitologías los tiempos históricos con base en un
pasado idealizado e irreal. Este pasado, virtuoso, esclarecido y rector,
constituye un estadio de perfección que orienta y da las claves para el
presente; un pasado que; en inquebrantable vuelo circular nos será devuelto
inexorablemente.
Esta visión
utópica parece alimentar arcaísmos románticos como refundacionales de
repúblicas, asambleas nacionales constituyentes con poderes originarios,
anfictionías continentales, mundos multipolares, o sencillamente la negación de
la realidad histórica y su negación por la convención útil: (Cidivanes, 2000,p.107-108-109)
El populismo es un
fenómeno típico de la sociedad contemporánea, su síntoma tiene que ver sin duda
con el papel de la propia auto-identificación del “Petista” o del “Chavista”,
mientras que podemos aceptar que la constitución de los grandes relatos es algo
que desaparece hacia fines del siglo XX, la voluntad de refundar el sistema
político puede ser criticada desde el punto de vista retórico. No obstante sus
adversarios se basa en las nociones conservadoras son las que terminan y
continúan disputando la noción de pueblo, los “anti-populistas” son
anti-románticos, y por esto el uso de la historia busca anular el poder de la
retórica de los valores fundamentales del populismo, el papel del líder y la
retórica refundacional.
Para estos
adversarios de la revolución, la sociedad humana contiene ya una determinación histórica,
se ha convertido en nación. Sin esta determinación, la comunidad ilimitada en
sí misma un dios revolucionario que elimina todas las barreras sociales y
políticas y proclama la fraternidad de toda la humanidad. […]
El correctivo del
desenfreno revolucionario se encontraba en el otro de los demiurgos, la
historia. Ella es el dios conservador, que restaura todo lo que lo otro ha
revolucionado, ella constituye la comunidad humana genérica para el pueblo
históricamente concreto, que a través de esta delimitación se convierte en una
realidad sociológica e histórica, y conserva su capacidad de producir un
derecho particular, y un idioma individual como una expresión del idioma
individual. Por esta razón, qué es un pueblo “orgánicamente”, qué significa el
“espíritu de un pueblo”, sólo puede establecerse históricamente ya que el
pueblo, no es más como en Rousseau, señor de sí mismo, sino resultado del
desarrollo histórico. (Schmitt, 2005, p.121)
Si hay
algo que pudo hacer tanto el neoliberalismo como el populismo, es mostrarse en
su momento constituyen olvidando las características que dieron su origen, es
decir que fue lo que logró que ciertas posibilidades de reinventar el rol del
Estado y la gestión de la crisis.
No todo es
político en la sociedad porque tenemos muchas formas sociales sedimentadas que
han desdibujado las huellas de su institución política originaria, pero si la
heterogeneidad es constitutiva del lazo social, siempre vamos a tener una
dimensión política por la cual la sociedad -y el pueblo- son constantemente
reinventados. (Laclau.2005, p.)
Podemos decir que
esto tiene una importante interpretación, ya que el cambio de posición del
sistema productivo y la adaptación del sistema político generan cierta
situación, en la cual la sociedad que estaba en el límite de su subsistencia se
basa se convierte en un problema fundamental. Podemos entender que noción de la
fundación del Estado, y lo constituyente en el populismo y Laclau tiene un peso
relevante, tiene por así decirlo una renovación constante de la política y de
la historia, esto es lo que se pone en juego en la idea de la lógica populista.
El MVR y el PT, los partidos que acompañaron a Lula y Chávez:
Lo que define
fundamentalmente la investigación el nexo necesario entre la caracterización de
los países, Venezuela y Brasil, y que a la vez condiciona el papel de la forma
en que gobiernan estos va a tener que ver con los partidos políticos que forman
parte de lo que hace a una democracia, el vehículo para ganar, y acceder al Estado.
Además, al ofrecer
una lectura despolitizada de esta ruptura entre las masas y sus representantes
tradicionales, el concepto de populismo aporta un marco de análisis conveniente
para designar racionalmente a los culpables de esta situación (políticos que
practican la demagogia y un pueblo ignorante), eximiendo a la izquierda europea
de cualquier responsabilidad. Si se observa el entusiasmo expresado por casi
toda la socialdemocracia de Europa para ratificar el acuerdo de Lisboa (o
Tratado de funcionamiento de la Unión Europea-tfue-), esta ruptura corre el riesgo de extenderse en el tiempo. […]
¿Las clases
populares se volvieron tan molestas para la izquierda que debe evitarse
someterse al sufragio el camino que no conduce a la felicidad neoliberal? Al
menos de momento, entre una socialdemocracia asustada por el pueblo y los
supuestos líderes populistas que no rezongan, sino todo lo contrario, por
exponerse a la prueba de los referendos revocatorios, como ocurre en Venezuela
y Bolivia, las inquietudes sobre la consolidación de la democracia quizás no
provengan necesariamente de aquellos países que recientemente han accedido a
ella. (Do Alto,, p.93-94)
Ciertamente durante mucho tiempo
se redujo a la mera institucionalidad y no a la existencia del estado de la
economía el papel del presidencialismo y cuán autoritario podría llegar a ser
en este sentido:
La historia de
Venezuela parece contradecir la tesis de este libro de que las democracias
presidenciales son propensas a experimentar una crisis. A pesar de su sistema
presidencial, en Venezuela se han realizado 7 elecciones consecutivas sin
fraudes y en libre competencia desde las elecciones de 1958 hasta hoy. Cuatro
de esas elecciones implicaron la transferencia del poder ejecutivo entre los
dos principales partidos, la Acción Democrática de centro izquierda y el COPEI de centro derecha. Ciertamente estas
características corresponden a un régimen democrático completamente
institucionalizado, un régimen que se ha mantenido al menos una generación y
que es previsible que perdure hasta que se enfrente a una crisis irresoluble.
(Coppedge, 2002, p 335)
En este trabajo la democracia va a
ser analizada como la democracia procedimental y no un fin en si mismo. El
papel del líder político es importante desde el punto de la democracia pero es
importante también desde el punto de vista del Estado. La importancia del poder
de los ejecutivos es una característica irreversible en la mayor parte de las
democracias del mundo, la deliberación como tal es algo que ha entrado en
decadencia en la mayoría de los gobiernos del mundo, tal vez esto se haya
profundizado a lo largo del siglo XX, primero con el Estado de Bienestar, donde
es el ejecutivo el que asegura y reparte los beneficios, además por el hecho de
que la democracia de masas, dio una nueva noción concreta y cabal de lo que es
un gobierno de mayorías, luego con la descomposición del factor clasista, las
mayorías llevan a potenciar el papel el presidencialismo y así a su
supervivencia. En este sentido, este trabajo sería ocioso si se creyese que
Latinoamérica va a cambiar la forma de gobierno desde un presidencialismo a un
semi-presidencialismo, o un parlamentaríamos; los liderazgos latinoamericanos
enmarcados en el presidencialismo necesitan de un poder legislativo no
reactivo, y altamente cooperativo, además forman parte de una construcción más
lenta y sólida la cual es la propia existencia del Estado en cada país. Vale
para la caracterización de los populismos y el uso de lo que hacen sus críticos
entender el sentido originario de “partido político” no tanto como es entendido
hoy como una mera maquina para ocupar el estado sino como una posición general
sobre temas de la sociedad, en su lógica más antigua, el partido era una
facción en este sentido, el romanticismo político y el populismo actual tienen
un hilo conductor común, el uso de la épica, es sin duda un uso del discurso y
del relato pero enmarcado en un punto especialmente particular, el arte de la
novela y de lo estético por sobre lo jurídico y lo moral tal cual lo entiende
Schmitt:
“Los nombres de los
partidos políticos no son absolutamente exactos” señala con razón Friederich
Engels, pero con palabras como liberal, conservador, radical tienen un objetivo
históricamente comprobable, aunque no sea un contenido absoluto. En un caso así
solo ayuda a poner las dificultades frente a nosotros. “Romántico” [romantisch]
significa etimológicamente “novelesco” [romanhaft]; la palabra deriva de la
novela [Roman] y puede tener un significado explicativo preciso como
diferenciación de un concepto de épica. (Schmitt,2005, p.76)
A este fenómeno se suma cierto
papel que existe en muchos partidos políticos en general entre ellos, el MVR
que progresivamente junto a las FF AA, irá conquistando una parte del gobierno,
con la captura sucesiva del Estado. Esto por una parte genera dos fenómenos
bien distintos, el primero de ellos la presencia del partido estatal
estratárquico de redes, y la segunda el fin de la neutralidad de las FF AA, dos
cuestiones que no ocurren de igual manera en Brasil, pero que ocurren en
Argentina en torno a la realidad del Partido Justicialista.
Mi argumento es
que ésta es precisamente la forma en la que se constituye el partido de
gobierno, o por lo menos en la forma en que se hace visible como en la Argentina, la tendencia a la personalización y estatización partidarias han llegado más
lejos. […] esa división entre gobierno y partido se vuelve obsoleta desde el
momento en que el partido es, fundamental sino únicamente una agencia
paraestatal del gobierno. (Scherlis, p12.)
Esto asegura a la
oposición un lugar mínimo dando cierta pauta no de equilibrio pero si de
participación, si el Estado no quiere eliminarla. No obstante hay errores
severos en la manera de entender la sustentabilidad de los regímenes políticos,
hay ciertos casos donde los análisis por pretender ser más políticos que
económicos, aislando la “variable” política se abstraen que de el PBI, la
entrada de recursos por impuestos al Estado y el gasto público, el pago a
actores, o privilegios, ya sean centrales sindicales CTV (Venezuela), CUT
(Brasil) o patronales como Fedecámaras (Venezuela) o los empresarios
concentrados en Sao Pablo se construyen relaciones de poder concretas.Pese a
todo esto, la dimensión de la política de los partidos en las grandes crisis
como las que sufrió Brasil termina siendo un punto menor en la totalidad de la
imagen:
Esta concepción
reductivista de la política, que creo que está muy presente en nuestro país
(Argentina), puede ser que haya impedido tener otra mirada sobre la sociedad y
nos ha estorbado para advertir que los partidos políticos son sólo uno de los
instrumentos de la política, y que en muchos casos especialmente en momentos de
dificultades en la vida de las sociedades democráticas, la política también
transcurre por otros espacios que no son necesariamente los de los partidos.
[…] la base social puede verse obligada a buscar otros caminos cuya
desembocadura es incierta. (Tula, 2002, p. 16)
Pareciera ser que muchas veces el
disponer de un sistema de partidos, el ver que hay fuerzas dispuestas a aliarse
para hacer gobierno es más que suficiente para pensar en la estabilidad de la
democracia, ya durante los gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera,
los movimientos sociales en Venezuela estaban conquistando lugares de
legitimidad que serían más importantes que los de los partidos políticos, lo
que ocurre con ONG, partidos ideológicos excesivamente pequeños, y movimientos
sociales es que cuando hay un frente tan extenso como lo que fue el Polo
Patriótico, la posibilidad de acceder a los recursos hace que se unan a una
tendencia general mayor.
Pero precisamente
porque el vínculo partido votante adopta un sentido tan general, los vínculos
al interior del partido se tornan necesariamente más particularistas. Esto es
evidente en lo que respecta a la vieja noción de militante. En la medida en que
el partido debe responder a las demandas de la opinión, no puede ser un lugar
atractivo para aquellas personas con motivaciones ideológicas (que por otra
parte tienen a su disposición una amplia gama de alternativas más adecuadas que
los partidos para canalizar sus entusiasmos). A su vez, y seguramente más
importante, el viejo activismo ideológico resulta para el liderazgo un lastre
del que más le vale convendrá desprenderse si se ha contar con la flexibilidad
necesaria para una competencia electoral exitosa. Por cierto, los medios
masivos tienen en esto una incidencia fundamental, al permitir al liderazgo
prescindir de la estructura partidaria y de los activistas para comunicarse con
el público. Pero el punto decisivo consiste en que la sola presencia de
militantes guiados por su orientación ideológica está en tensión con el
carácter pragmático y no representativo de los partidos. (Scherlis, p.8)
Para mejor
incorporando algunas nociones del “nuevo pragmatismo” de la izquierda
Latinoamericana, hay visiones encontradas sobre qué es el papel del partido y
del presidente en el rol de las reformas a realizar, lo cierto es que hay una
valoración importante de ganar cada una de la instancias posibles por métodos
democráticos aunque mínimamente procedimentales, en este sentido Natanson, da a
entender este papel de la nueva izquierda que ya no depende del modelo de la URSS y que tiene que construir su camino en estas condiciones de posibilidad.
Lejos de estas
teorías extravagantes, los líderes y los partidos políticos de izquierda lucha
por el gobierno y quieren acceder a la mayor cantidad de espacios
institucionales posibles porque saben que la única manera de cambiar algo.
(Natanson, 2007, p.108-109)
A partir de este momento como venimos
planteando en algunas de las características desarrolladas tanto el
bonapartismo como el populismo, como también las nuevas variantes del
pensamiento en torno a la política no tienen un lugar claro ni para los
partidos ni para el programa. En este sentido el caso de Lula es paradigmático,
su capacidad de para adaptarse al estado de cosas existente en el Brasil que le
tocó gobernar es muy importante sobre todo en su primer mandato, en Chávez hay
un sentido de la oportunidad extraordinario, que va en combinación de su
carisma, en este sentido su habilidad como en el caso de Menem, y otros líderes
para poder hacer de su discurso, su poder y sus relaciones con los actores
relaciones muy dinámicas lo ponen como en uno de los casos más interesantes
para tratar de entender cómo es un líder latinoamericano hoy. Chávez en 1998,
va a hacer una campaña convencional pero entiendo el papel clave de desbancar
al COPEI y la AD de sus privilegios en el Estado, en este sentido su apelación
y campaña irán en este sentido, construyendo a partir de los postulados
citados, los espacios necesarios para un gran movimiento popular que ocuparía
la mayor parte del Estado, de allí en adelante, en este sentido, la legalidad
de todo este proceso puede ser comprendida en el camino de la reforma
constitucional, vale entender entonces que Chávez no moderó su discurso pero
tampoco lo llevó al límite de las lógicas que habría llevado adelante los totalitarismos
en este sentido se concentro en estas pautas:
Para 1998, si no en
principio, al menos en la práctica Chávez había hecho a un lado la insurrección
militar y la revuelta popular como vías para llegar al poder. Las próximas
elecciones le ofrecían la opción de lograr sus objetivos originales por otro
camino, utilizando el apoyo popular que había logrado en los últimos años. De
hecho, el objetivo original del MBR el derrocamiento de Pérez había sido
logrado a través de su destitución pero el propósito verdadero había sido la
destrucción de la partidocracia representada por AD y Copei, que habían
dominado la política venezolana por décadas. La preocupación por lo económico
que había sido planteada con menor insistencia en las campañas de Chávez-tanto la
político militar de 1992, como la electoral de 1998. (Norden,, p. 127)
Podemos interpretar que no
necesariamente esto significaba entrar rápidamente a un totalitarismo como si
eran las ideas alrededor del 30´ tanto en Weimar, como en Italia por los partidos
anti sistema, ya sean fascistas o comunistas. Es decir en las condiciones
actuales estas propuestas terminan de adoleciendo de base. Es decir que la
conquista del estado por parte del MVR y en menor medida del PT, surge de la
misma lógica de la democracia lo que ocurre es que no se realiza en forma
ingenua, el disponer de los medios y recursos va dando más poder y permite un
enfrentamiento calibrado con otros poderes, sean o no partidos. Tanto el PT,
como el MVR fueron consiguiendo lugares en torno a la administración estatal, y
al no provenir de una dictadura estos fueron obtenidos con una normalidad
inédita dentro de lo que se podrían considerar la sociedad latinoamericana.
Para 1998 y
nuevamente para el 2000 un número cada vez mayor de oficiales-especialmente
quienes habían participado del golpe- se lanzó al ruedo electoral. Por ejemplo,
en 1998, el teniente coronel (r) Yoel Acosta Chirinos fue electo diputado por
el estado de Falcón. Otro veterano de la rebelión del 4 de febrero, el capitán
(r) Jesús Aguilarte, logró una curul en el Congreso como diputado por el estado
de Apure. Ambos figuraron en las listas del MVR. Al mismo tiempo, el coronel
(r) de la Fuerza Área Luis Alfonso Dávila García, dirigente de ese movimiento,
se convirtió en senador por el estado Anzoátegui. Y otro candidato que tuvo
éxito en llegar al Congreso como representante del MVR fue Freddy Bernal quien
había participado quien había participado en el golpe de 1992 con el Comando
Especial Táctico de Apoyo (CETA), un grupo de élite. (Norden,, p.131)
Basta entonces entender que si el
papel de los partidos cambió, el papel de las gestiones, el poder de los
liderazgos y las estrategias para conservar el poder son totalmente distintos.
El tradicional
dispositivo de los partidos políticos se ha tornado obsoleto y difícil de
sostener en el esquema del terreno político-electoral actual. En la medida en
que el partido deja de ser un agente de representación social, y su continuidad
reside en su capacidad de acceder al gobierno y gobernar, es de esperar que sus
características organizativas (al menos en las que subsisten con éxito)
respondan a dichas exigencias.
Entre
las numerosas transformaciones que la literatura contemporánea identifica en
las organizaciones partidarias, tres deben destacarse en el marco de la radical
mutación del lugar del partido en el campo del sistema político. (Scherlis, p.
7)
En este sentido
vale hacer una tajante distinción de la interpretación de la sustentabilidad
del Estado versus la de la Democracia:
La plausible
conexión entre riqueza petrolera y democracia: ha sido señalada en muchas
ocasiones como por expertos, eruditos y teóricos de salón. Se trata de un
planteamiento muy simple: el petróleo es un lubricante que suaviza las
fricciones sociales que se presentan en una democracia, y reduce por tanto las
la necesidad de tomar decisiones severas. En condiciones de escasez la política
tiende a ser un juego excluyente: un grupo gana sólo cuando a expensas de otro.
Pero cuantos mayores son los ingresos precedentes de las exportaciones
petrolíferas menos perdedores hay. Hay suficiente para repartir. (Coppedge, 2002,p.
336)
Las apreciaciones en este sentido
son falsas primero, siguen reforzando la idea de “excepcionalismo venezolano”;
tanto Irán como Arabia Saudita son “petro-estados”, que jamás desarrollaron un
sistema de partidos como el venezolano, en parte por razones fácilmente
explicables, el nacionalismo secular fue erradicado por los Estados Unidos de
Irán por la búsqueda de independencia, Arabia Saudita es una monarquía de corte
teocrático/tribal, y sin embargo no ha sufrido los embates de la opinión
estadounidense. La verdad es que Venezuela construyó un estado corporativo,
donde el ingreso petrolero se redistribuyó lo más ampliamente posible, esto
estaba en el proyecto de Rómulo Betancourt y de Acción Democrática, Chávez lo
único que generaría más adelante sería la radicalización de estos postulados,
olvidar el punto que la Acción Democrática y el MVR, actualmente PSUV, unen el Estado, los partidos, y la sociedad
civil entorno al petróleo quita de por medio de que la democracia en un bi
partidismo es un asunto muy menor. En este caso, los partidos se basan en la
supervivencia del Estado gracias al presidente en ejercicio, y los presidentes creen
que las burocracias de los partidos son el alma de sus políticas en el Estado. Esto
debilita la idea de un estado en la concepción neoliberal como un estado
profesional, y pasa a la idea de un Estado como un estado de clase o de
fracción, donde hay política que responde a sectores sociales específicos, la
función más bien corporativa del Estado. El peronismo, el varguismo como
populismos, y el nacionalismo militar, de Velasco Alvarado en Perú, Torrijos en
Panamá, Torres en Bolivia confirman cierta hipótesis, que en el caso de
Latinoamérica podría tener un ejemplo máximo, Fidel Castro en Cuba, en el cual
la continuidad del partido, y del líder, ha sido tal que la idea de democracia
procedimental en términos liberales quedaría anulada completamente.
El MVR elude el
término partido y acoge el de movimiento, algunos de sus miembros han
manifestado que de esa forma se evitan paralelos con los partidos tradicionales
del país, que la idea de movimiento está atada a movilización cívico-militar
(Almao, p.12)
En este sentido, tal cual lo
entendía Lenin y Weber los partidos no son meras estructuras de lo electoral
sino que son organizaciones que persiguen objetivos ideológicos y la gestión
del Estado, periódica o permanentemente, allí en el líder y en el partido están
los presupuestos ideológicos que poseen y qué harán del gobierno. Hay en el
caso de Coppedge una extraña manera de valorar el proceso del Punto Fijo,
inversamente proporcional a la que tuvieron Valenzuela y Linz sobre la Unidad Popular en Chile, bien podríamos explicar, el fin del Punto Fijo, la politización de
las FF AAA, la cual debió haber sido el papel de un poder moderador y neutral,
defensor de la estabilidad, los términos de la represión del Caracazo y la
obstinación de Carlos Andrés Pérez por conservar el poder, forzó a un más las
contradicciones del Punto Fijo.
La historia de
Latinoamérica en el siglo XX está repleta de casos de políticos que, ante
crisis similares, se han mostrado intransigentes se han negado a colaborar, han
apelado al ejército para resolver sus problemas, y de otros que han sacrificado
imprudentemente su interés en preservar la democracia en aras de una política a
corto plazo. Los líderes de los partidos venezolanos cometieron esos errores
una vez pero fueron lo suficientemente sabios una vez como para dar marcha
atrás a último momento y salvar al régimen del colapso. Betancourt y Caldera
acordaron repartir el poder; Leoni reconoció el liderazgo de la oposición en el
congreso; Caldera negoció la Coincidencia con Ad; y AD dejó de boicotear al
parlamento durante la administración de Herrera con poco más que protestas
verbales. (Coppedge, p. 369)
El PT es un partido
en cambio de extracción obrera, su origen en parte surge por la ausencia de
representación de este sector en la sociedad brasileña. Hay que decir que en
Brasil existe el partido comunista pero este luego de la experiencia del
varguismo pierde la importancia que había tenido previamente. Esto aumento de
acuerdo al descrédito sucesivo de los liderazgos de derecha y de centro
derecha, hacia el año 2002-2003. El MVR es un partido que combina elementos
socialistas como el del PCV, PPT (Patria para Todos) y alianzas como el MAS
(Movimiento hacia el socialismo) y el papel de las fuerzas castrenses, unos
quiere reforzar el papel de la disciplina en el partido y los otros quieren
aumentar el contenido ideológico que este tiene.
Pero el MVR se
desarrolla junto a gran parte de esas características una situación más
compleja vinculada a la relación militarismo-izquierdismo que lleva en su seno,
de donde derivan tendencias con visiones diferentes del partido, los sectores
más militaristas pugnan por una organización y disciplina que conduzca a un
mayor control de Chávez del partido; y los izquierdistas aspiran a construir un
partido fuerte, que pueda asimilarse a las características de un partido de
masa o de aparato […] séquito de masas, una extendida y estable organización,
cuerpo de funcionarios, control disciplinario, programa político y especial
atención a las actividades de educación y propaganda. (Almao, p 2)
No obstante el
papel del PT como el del MVR fue el de ocupar el estado en la forma más
permanente posible, pese a todas las dificultades dadas por el sistema, la
fragilidad de los consensos queda claro que llegado cierto punto las
estrategias fueron similares, en el PT hay sin duda un manejo mucho más
institucionalizado de las distintas relaciones partidarias, además hay
elecciones para sus autoridades nacionales que no coinciden con la presidencia
del país, si a esto se suma la base sindical, el resultado es un partido más
pequeño pero capaz de ir a elecciones con mayor regularidad. Por esta razón el
papel del PT fue la conquista progresiva del espacio, cada una de sus
fragmentaciones fueron la ruptura con la línea mayoritaria predominante que une
al CUT con el PT, ya sea en su fase más radical o su etapa más liberal, el PT
en el Estado termino teniendo una simbiosis similar a la que tuvieron la
mayoría de los partidos políticos, pero con la diferencia interesante de que
alteraba las relaciones del post getulismo y las que habían conformado el
retorno a la democracia en Brasil.
La pregunta,
aunque comprensible, de alguna manera era también ingenua, ya estaba en juego
mucho más que la agenda económica. El PT llevó a cabo una estrategia de
construcción de poder a lo largo plazo, diseñado para transformarla en el
partido dominante en Brasil en forma permanente. Los recursos a utilizarse en
este planteamiento incluían el control del PT sobre el bloque individual de escaños
más grande de la Cámara, sus fundamentos y disciplina organizacional, y por
último la popularidad de un 82% de Lula. Sin embargo, el primero de éstos era
menos valioso de lo que parecía, dado que la participación en la Cámara apenas representaba el 18%, y en Brasil sólo un partido ha alguna vez más del 20% del
Poder Legislativo. Este límite del 20% explica por qué en 2003 Lula tan
enérgicamente alcanzar el centro- y sobre todo a los legisladores del
fracturado PMDB- en una apuesta por obtener para sí al menos la mayoría
legislativa nominal.
El gobierno uso
sus poderes discrecionales para aislar las políticas económicas de las
presiones de la política competitiva; una medida habitual en los casos de
ajuste estructural macroeconómico. En Brasil, esto suponía proteger la
autoridad de los economistas liberales en el Ministerio de Finanzas y del Banco
Central frente a los ataques de economistas de las filas del PT. (, p.104-105)
Además es uno de
los partidos más importantes por su situación en la democracia que se recuperó
en los años 80, durante mucho tiempo se considero que este partido por su
retórica y la importancia electoral como lo que en su momento fue el PCI en
Italia, además hay que considerar que en su programa original, el PT defendía
el socialismo como forma de organización de la sociedad. Podemos decir en
cambio que el MVR es un partido carismático y más reciente que depende
fundamentalmente de otros factores, entre ellos: la rivalidad internas quedan
supeditadas a la figura del líder que da existencia al partido, la mayor parte
de la financiación está en manos del líder y del acceso a los ingresos
públicos, con esta lógica termina siendo antisistema cuando quiere rebasar a
los partidos existentes, el aspecto de la ideología ocupa un lugar menor, la
supervivencia está fuertemente relacionada con el líder. Esto tuvo una parte
importante en la presidencia de Chávez en su relación con otros elementos de
las fuerzas armas.
Las raíces del PT
tienen que ver con la acción sindical espontánea de los obreros del sector
siderúrgico de Sao Pablo, lo que es cierto es que era la síntesis del estado de
una sociedad, porque por su heterogeneidad conformaba parte de lo que quedaba
fuera de la dictara inmediatamente anterior. El PT, estaba compuesto por sindicalistas,
intelectuales de izquierda y católicos adherentes a la teología de la
liberación. Todos ellos estaban en relación con la CUT, Central Única de Trabajadores en Brasil, grupo al cual perteneció Lula. El PT
originalmente una respuesta sintética de algunos elementos reaccionarios
predominantes de la sociedad brasileña, el fin del laborismo de herencia
varguista, más la presencia del PC brasileño pero con una presencia menor
referenciado en las formas estalinistas o basadas en la revolución China, todos
ellos más la presencia de sindicalistas que estaban con el régimen en el
Comando General de Trabajadores, reconstruido por los propios militares. En
este sentido funcionaba también como una expresión del trotskismo, podían
definir todos los sectores como la búsqueda de un socialismo democrático. Este
partido nunca se definió completamente como marxista en el sentido clásico del
termino pero tenía vinculaciones con los partidos del los países comunistas de
Europa del Este, y de Cuba, por esta razón el PT se mostraba como crítico a la
postura del mero reformismo de los partidos socialdemócratas. Desde el
principio había dos polos importantes, el de esta intelectualidad marxista
brasileña alejada del PC y de una ideología espontánea manejada por los líderes
sindicales como Lula, los cuales aceptaban el orden burgués, esta segunda línea
fue avanzando progresivamente. Algunas críticas que se hacen al PT es no tener
un programa definido sobre estas cuestiones por lo que dependería de ciertas
motivaciones laxas o valorativas, sobre qué es el socialismo, este contenido
axiológico podría dar a entender porque hay cierto componente populista neto en
el fondo del PT, si este partido tiene un elemento marxista y uno más
improvisado puede que la combinación de ello generé cierta identificación
amplia entre los distintos elementos que representa el PT, la idea de una
solidaridad con distintos elementos socialistas pero no un plan común con el
MST, y otros partidos comunistas o vertientes del estilo en el plano general genera
cierta adhesión a postulados anti-imperialistas como también a la unidad
latinoamericana, en este sentido la idea del socialismo nacional, y la
tradición nacional-popular, sin un líder importante en ese momento podrían
tener una importancia no tenida en cuenta a la hora de analizar la trayectoria
de Lula, y del PT.
Puede que esto
tenga que ver con un momento clave de la historia como fue la crisis ideológica
que se dio entre los 80´ y los 90´, la cual llevó a distintos partidos o bien
abandonar completamente cierto programa para volverse neoliberales, o bien a
desaparecer, en este sentido el PT se mantendría en la riqueza de su
contradicción a salvo pero sin poder acceder al poder. En este sentido, la
dirigencia del PT que se encuentra por fuera del establishment de los partidos
dominantes en Brasil y que no formó como el PJ de Argentina o la AD de Venezuela una fantástica conversión para poder sobrevivir como lo que habían sido
partidos mayoritarios pero que ya no eran capaces de movilizar a las masas de
igual manera. Por cierto esto hará que el PT o muestra al PT como un partido
predominante pero menos masivo de lo que fueron el peronismo, la Acción democrática y el Chavismo, los cuales basaron una parte fundamental de su demostración
de fuera como partidos mayoritarios en las calles. Partiendo de este caso,
puede que una alianza con el MST, y el movimiento sin techo de Brasil habrían
dado posibilidades de este tipo de alianza, la pregunta es, si el sistema
institucional de Brasil no habría buscado su fracaso sistemático como se hizo
con la gestión de Collor en cuanto al papel de la tenencia de la tierra que
parece estar enraizado en el poder de Brasil en una forma que escapa a toda
reforma seria. Durante el gobierno de Lula con la expansión de la Soja, y otras producciones esta relación se mantendría y reforzaría. Esta es una de las
razones por las que el PT tendría tantas tendencias más izquierdistas y
radicales dentro del partido como fuera de él que terminarían conformando una
buena parte de la oposición por izquierda al mismo proceso. Se puede decir que
reflexionando sobre el papel del Foro del Sao Pablo, y del cambio del
neoliberalismo a un progresismo y populismos latinoamericanos con ideas de
izquierda y no enemistados con estos partidos al menos en un principio que se
constituye una serie de políticas en común que permiten posicionar a líderes
como Chávez, Lula y Fidel Castro en un gran espectro de izquierda, este hecho
de heterogeneidad podría servir para desafiar cierta noción providencial del cambio
de época propiciado por la aparición sucesiva y esporádica de líderes políticos
progresistas en cada país. Si esto es así, las “Nuevas Izquierdas” son en
realidad la aglomeración de las izquierdas latinoamericanas, aceptando sus
diferencias y que por esto mismo tienen resultados contradictorios, hay que
considerar que el PT es el partido de esta alianza que entra en el país donde
el capitalismo está más desarrollado y donde las contradicciones de clase son
más complejas. Podemos también hacer una digresión importante en este punto que
es olvidado por Laclau y por ciertos optimistas de las generalizaciones.
El PT se adapta al
capitalismo de una forma distinta que los otros partidos del Foro, de una
manera distinta que los aliados del Frente Amplio, y del Peronismo progresista
como el kirchnerismo, los cuales tienen un sindicalismo heterónimo. El propio
Chávez al no poder controlar completamente la CTV tiene una contradicción. En este sentido la base social de los partidos va desde los trabajadores organizados
hasta los trabajadores que fueron expulsados y personas que se encuentran
completamente en la marginalidad. En este sentido las políticas, la manera en
que se distribuye la riqueza, sumado a la volatilidad del apoyo por lo tanto
las estrategias de supervivencia de cada presidente, lo que se podría
considerar como una política irresponsable podría no ser más que una estrategia
política que buscara un efecto perdurable en la sociedad. Las críticas del
orden de la política pública alejadas de la ideología, y de las motivaciones
concreta de la coyuntura llevan a estos errores de percepción. El PT va
creciendo conquistando Prefecturas y Estados progresivamente, por esta razón su
llegada hacia el poder muestra el recorrido de un partido convencional pero inédito
desde el punto de vista que se va configurando como una fuerza nacional
relevante de izquierda en un país donde los partidos locales que manejan
ciertos contenidos feudales sobre su territorio han dado a una lógica federal
de Brasil un carácter netamente reaccionario.
No obstante esta
razón muestra como los populismos en caso de Lula y de Kirchner con regímenes
provinciales importantes y una fragmentación más clara de personalidades
locales tiene un impacto distinto a lo que es el PSUV o el MVR que obtuvieron
mediante las elecciones una hegemonía casi total del territorio, siendo una
fuerza relativamente nueva. Las aspiración a una hegemonía más completa hace
del chavismo en los hechos una fuerza más importante que a otros populismos en
tanto al poder del líder político con respecto al resto de la sociedad. En este
sentido las teorías post modernas de las identidades políticas tienen un
déficit, ya que toman como irreversibles el papel de la cultura de masas, los
medios de comunicación y el papel del líder, tal cual si este no tuviera que
hacerse cargo del Estado, los caso de caída de Pérez, Collor, y ahora Fernando
Lugo parecieran que no llaman la atención lo que sería esta alternativa a la
política que si no se materializa en términos concretos se presenta en una
crisis más que discursiva. La realidad de la política nacional, y el poder
conquistar elecciones locales, el hecho de buscar asentar sus bases sobre
puntos importantes del sindicalismo, las fuerzas armadas y hacer pactos
necesarios con algunas fracciones de la burguesía y de intelectualidad, muestra
que no se da en una forma tan espontánea el papel del discurso legitimador,
sino que el contexto, más el liderazgo y el discurso están en tensión.
Podemos afirmar que
Lula y su “tendencia mayoritaria” se terminan adueñando del PT, en este sentido
es importante que no es sólo que la sociedad toma al líder como una referencia
incontestable de cómo se organiza la sociedad, y el criterio de polarización
sino que el partido, se organización en tanto a cierto concepto heredado del
partido cartel, el Estado es el mayor proveedor de la actividad política. Este
populismo o bien incorpora en organizaciones intermedias a personas que no
encontraban en la política, o sale a búsqueda de ciertos sectores de clase
media que adhieren al proyecto o simplemente supone una simbiosis de distintos
elementos en la administración nacional. Esto se puede ver claramente cuando en
el caso del PDVSA, el gremio petrolero en su condición verdaderamente
privilegiada en Venezuela se resiste tenazmente el líder del partido gobernante
incluso más que las FF AA, en las cuales los mandos más bajos si pertenecen as
las clases medias y las clases medias bajas, donde proviene Hugo Chávez.
Esta
caracterización de cierta excepcionalidad, es algo que está presente en una
obra de Teodoro Petkoff sobre el tema, donde de alguna manera muestra la
situación coyuntural, no obstante en su visión hace una crítica férrea y
considera que el proceso chavista es un infantilismo de izquierda, es decir lo
enmarcar en ciertas tendencias generales de lo que habría fracaso en Cuba,
China y la ex URSS, en este sentido puede que su caracterización del chavismo
distanciándolo de todos los demás sea interesada y se base en un criterio
historicista, donde el Frente Amplio, el peronismo, el PT, y hasta la Concertación, tal vez este enfoque privilegia cuestiones partidarias como la administración
de la economía de cada país olvidando especificidades de orden particular de
cada régimen y la historia particular de las dictaduras latinoamericanas en los
países en cuestión.
El Partido de los
Trabajadores brasileño, el socialismo chileno, el Frente Amplio en Uruguay y el
peronismo, vienen de una larga lucha contra dictaduras militares y en el último
medio siglo han pasado por las más variadas experiencias, que van desde la
clandestinidad episodios de lucha armada que involucran a algunos de sus
actuales componentes (sobre todo en Brasil, Uruguay y Argentina), la vida
parlamentaria, el ejercicio de gobiernos regionales y locales y hasta, en el
caso chileno, del nacional. Hundidas sus raíces en la historia continental, ya
más secular de las luchas sociales […] ha llevado a estos partidos a dejar
atrás los infantilismos de izquierda y a internalizar los valores democráticos
como componentes sine qua non de los proyectos de cambio social. (Petkoff, p.
119)
Estas
nociones impactan en la manera de comprender el papel del PT, tomando en cuenta
estos postulados y no forzando las posiciones, hay ciertos elementos del
nacionalismo burgués, que tal vez quedan enlazados en la cuestión de la
transformación desde ciertas posiciones más socialistas y rupturistas hacia
posiciones de centro pero sobre todo contrarias al neoliberalismo, este
nacionalismo burgués sería de clases medias y bajas, tomando como siempre a la
comunidad nacional como una unidad preponderante sobre la que habría que
organizar la vida social. ¿Por qué esto se daría en Brasil? En parte porque sus
burguesías, dependen menos del papel de otras burguesías en América Latina de
las metrópolis, en este sentido su papel sería distinto, la capacidad real de
mantener cierta tasa de industrialización y ser la economía más importante de
América Latina como su deseo de formar parte del consejo de seguridad forma
parte de cierta aspiración como la que tiene Alemania de poder conformar cierto
papel en la economía mundial y ser realmente un hegemonía regional. En este
sentido Venezuela, en su papel con la OPEP y los No Alineados como Argentina y
Bolivia se encontraría un escalón más abajo en este papel. Lo cierto es que la
integración Latinoamericana tiene tensiones, entre el proyecto chavista, el
proyecto del nacionalismo burgués
brasileño de Lula da Silva, y una participación más laxa de Argentina, Uruguay
y Bolivia. Curiosamente el elemento nacionalista es algo que se maneja en todos
los discursos de los líderes populistas, si esta retórica es más o menos
chauvinista se lo puede desde muchos puntos de vista. Lo cierto es que el
nacionalismo tiene una parte importante en la batería ideológica, una vez
definida, la nación y su proyecto, cada proyecto político defiende su interés y
mantiene la voluntad de congeniar con ciertas tensiones acerca de cual debe ser
la posición que debe predominar.
Hay que recordar que el periodo
anterior, esta pretensión de alguna unidad había sido dada por la integración
directa con Estados Unidos, donde Argentina, y Brasil, principalmente fueron
las que se integración a un nivel inédito en décadas anteriores. En este
sentido el PT, no puede deshacerse de las necesidades de la gobernabilidad es
por eso que no queda en los papeles más importantes que se le dan a otros casos
como el de Rafael Correa, y Néstor Kirchner en el poder de sus partidos, el
MVR, es un partido totalmente nuevo, más cuando gran parte de sus aliados han
tenido una verdadera participación marginal en el Estado, sus burocracias no
tienen intereses creados al efecto. Rafael Correa se basó en un partido
profesional electoral como el que usó Fujimori, y en este sentido, su esquema
de construir un partido completamente desde el Estado es clave. El partido de
Correa al no tener una fidelidad tan grande en las FF AA, no es tan potente
como lo que sería la “Revolución Bolivariana”, los militares entran en la
política vía el chavismo llegando a los puestos más altos de la administración,
a la vez a los puestos menores entrar los militantes sociales y los miembros de
la coalición minotarios. Curiosamente esta supeditación de la oficialidad a los
cargos ministeriales y el papel de los movimientos sociales en un acceso a los
aspectos bajo de la administración no da la imagen de un totalitarismo tal como
el soviético, o el nacional-socialista, donde los críticos liberales entendían
que el partido y la militarización van de la mano completamente. En este caso
el proceso es incompleto por razones hasta ideológicas, el chavismo subsume a
las FF AA y al MVR a un régimen personal bajo su mandato pero en ningún momento
se crean milicias del partido, ni formas de control político sobre las FF AA.
La figura del autoritarismo se escinde por completo de cualquier intento
totalitario de la sociedad. Hay cierto optimismo en estas transformaciones,
fueron tomadas por algunos como una confianza en el poder de la democracia, y
de la democracia procedimental, en este sentido, sería un error aislar al
chavismo en tanto régimen excesivamente distinto a los demás populismos, es más
hay cierta voluntad de disociación entre “Izquierda y populismo” como de
“Institucionalismo y Presidencialismo”. Llegado cierto punto se produce una
contradicción, y esta es la que quiere desligar la idea de la historia
latinoamericana como procesos ya clausurados y no como escenarios que se
repiten por la constitución a la sociedad en la que pertenecen.
Para la izquierda
moderna y democrática, que metabolizó la experiencia de la lucha armada y la
crisis del modelo soviético así como las desventuras del allendismo y el
sandinismo, que no se asoma al espejo cubano, las relaciones con la izquierda
borbónica, conservadora y no democrática, forman parte, sin embargo del manejo
de las tensiones internas. Recibir con honores a Castro y Chávez, darles un
trato cordial y abrirles las puertas de sus masas populares, pagar tributos a
sus leyendas, considerándolos parte de la “familia”, aunque sean una suerte de enfants
–o, más bien-, péres terribles y no existan mayores coincidencias con
ellos, es por parte una forma de lealtad a su propia historia (todos fuimos pro
soviéticos y fidelistas, no somos ajenos al entrañable mito guevarista y, quien
más quien menos pasó por el marxismo-leninismo) (Petkoff, p. 127)
La imagen que hace
Petkoff de la escenificación de Chávez y de Castro, el mismo al ser un
anti-chavista es errónea. Tanto el MVR, como Hugo Chávez y su experiencia como
presidente parte de la crisis del neoliberalismo por esta razón, incluso siendo
el primero de los presidentes “progresistas” en llegar a la región no cabe duda
que su papel es el de dinamizador del proceso en los hechos, no es un mera
cuestión de retórica, Chávez asume el costo político de enfrentar mucho más
enconadamente a Estados Unidos sobre sus espaldas; otros líderes agradecen esta
actitud, ya que como se ve, no hay un verdadero expansionismo militar chavista
sobre sus vecinos, los conflictos con Colombia de hecho terminaron siendo muy
menores. Esta cuestión del prestigio de Fidel y de Chávez más que basarse en el
punto del marxismo-leninismo, tienen que ver con La revolución Cubana como un
proceso, nacional-popular independentista, y con Chávez y su Revolución
Bolivariana, la cual como en el Movimiento 26 de Julio recorre algún derrotero
parecido desde una gran alianza burguesa, campesina, y de personas excluidas de
la sociedad hacia cierta concepción del socialismo latinoamericano como una
creación propia, la excepcionalidad del petróleo en Venezuela permite que este
proceso se mantenga de alguna manera más autónoma que en Cuba. El MVR se
definió originalmente en términos más bien nacionalistas aunque difusos:
La definición del
MVR contenida en los Estatutos aprobados en la Asamblea constitutiva del 21 de Octubre de 1997 es bastante escueta y general, no alude a una
definición ideológica precisa, pero remite a aspectos importantes: el carácter
de movimiento aluvial, no de partido, y la orientación popular y nacionalista.
En el artículo 1 (De la definición del Movimiento) dice lo siguiente:
“El
movimiento V República” es un movimiento político amplio, abierto y unitario,
que defiende los intereses del pueblo y de la Nación venezolana. (Acta Constitutiva en MVR 1998b. 21) […]
De programa de
Acción Política (MVR 1998b, 42-44) se infiere una idea de democracia supeditada
a las nociones de pueblo y nación, lo cual podría tomarse como una aproximación
difusa a la democracia patriótica. (Almao, p.6)
El liderazgo de
Lula en cambio al frente del PT tiene ciertas cuestiones que por el nivel de
liberalización de la economía de Brasil y por el papel de la política social,
el respeto a los medios de comunicación, sean estos buenos o malos, y la
irresolución ante problemas clave como la tenencia de la tierra hacen recordar
a cierto papel que tuvo Roosvelt con el New Deal, algunos han querido ver esta
relación aún más extrema y liberal comparándolo con Tony Blair, y diciendo que
sería una recreación de la tercera vía. Tal vez en este sentido vale por eso
volver siempre a los partidos comparar la crisis del partido laborista inglés
post Margaret Thatcher y el esforzado, largo esfuerzo del PT por el acceso al
poder sean trillados. Lo cierto es que la idea de una ruptura al neoliberalismo
de todos los países “populistas” es sin duda la menor, esto tal vez tenga que
ver efectivamente con el desarrollo de todo el sistema brasileño, incluido el
financiero, y por una explícita búsqueda de potenciar el factor desarrollista. Chávez
por el contrario se maneja en conceptos muy heterogéneos, desde el cristianismo
popular, a una relación extraña donde sería el Estado y no el pueblo el que
aseguraría el socialismo, las vueltas sobre la idea del poder popular, como
Salvador Allende intento en su programa que era más explicito forman parte una
constante formulación teórica de la intelectualidad chavista que tiene que
darle un arco más amplio a la síntesis discursiva de lo que es el propio
presidente y su movimiento.
El MVR es el
partido poli-clasista de Chávez, y su lógica tiene la idea de un movimiento,
poca estructuración, cuadros improvisados o provenientes de diferentes
tendencias políticas.
Los gobiernos de Chávez y de Lula en comparación:
3.1- La caracterización del Liderazgo en cada caso:
Chávez gobierna
sobre algunas bases ciertas: una de ellas, la construcción de un proyecto
personal. Su relación con las masas, es directa, también lo es su lenguaje,
busca ante todo un apoyo elemental, emocional y hasta irremplazable con ellas.
Lo cual no quita que haya un sustento ideológico para esta labor. El problema
de la sociedad civil es menor, ya que a la hora de entender el papel de
liderazgo hay que entender que sistema de dominación se pone en juego para una
sociedad dada más que imaginar, si de la sociedad provendría espontáneamente,
un cierto tipo de política, en este sentido, el chavismo tiene que ver con la
tradición de hombres fuertes de Venezuela como Pérez Jiménez, y Gómez, en este
sentido como en el caso de Argentina, las presidencias imperiales se dan
recurrentemente. En este sentido hay que diferenciarlo porque tener una
oposición considerable pero esporádica y desorganizada, no es lo mismo que la
vía autoritaria, o que la existencia de un único partido. La mayoría de las
elecciones en Venezuela no han sido testimoniales.
Se dice que el
populismo “simplifica” el espacio político, al reemplazar una serie compleja de
diferencias y determinaciones por una dicotomía cuyos dos polos son
necesariamente imprecisos. Por ejemplo en 1945, el general Perón adoptó una
postura nacionalista y aseveró que la opción argentina era elegirlo a Braden
(el embajador estadounidense) y Perón. Y, como es bien sabido, esta alternativa
personalizada tiene lugar en otros discursos mediante dicotomías como ser el pueblo
vs. la oligarquía, las masas trabajadoras vs. los explotadores, etcétera. […]
Ahora bien si esto
es así, ¿no es la lógica de la simplificación y de la imprecisión, la condición
misma de la política? Sólo en un mundo imposible, en el cual la administración
hubiese reemplazado totalmente a la política en un piecemeal engineering, al
tratar diferencias particularizadas, hubiera eliminado completamente las
dicotomías antagónicas, hallaríamos que la “imprecisión” y la “simplificación”
habrían sido realmente erradicadas de la esfera pública. En este caso, sin
embargo, el rasgo distintivo del populismo sería sólo el énfasis especial en la
lógica política, la cual, como tal, es un ingrediente necesario para la
política, tout court. (Laclau, 2005, p. 33)
En este sentido
vale considerar cierto papel discurso que tienen los primeros mandatarios, que
como las contra partes de lo que fue el proceso anterior construyeron una
noción general de lo que sería la tensión sobre la relación del estado, y cómo
la teoría del Estado, está en relación con el dominio presidencial. La
concepción basada en el gasto; es la piedra de toque para poder analizar la
manera en que la política es realizada, en este sentido el discurso de
confrontación distinto en cada uno de ellos, Chávez siempre en aumento y Lula
en una distancia considerable, justamente forma parte de un proceso que nos
muestra el papel del discurso:
La implementación
de estas formas “antiestatistas” se vio justificada por un eficaz discurso
político de legitimación que señalaba la necesidad urgente de constituir un
liderazgo ejecutivo que tomara decisiones soberanas para solucionar la
situación de caos e ingobernabilidad política, económica y social. Mediante
este tipo de de discurso neodescionista se incentivó, así, un fenómeno
caracterizado por lo que se ha dado a conocer como crisis de representación o
crisis de representatividad de la política, económica y social, fenómeno que
promovió una creciente apatía general entre los representantes y representados
y una re-vinculación en relación a la figura del Presidente, erigido en garante
del orden y de la gobernabilidad. (Fair, 2012 p.88)
El discurso del proceso neoliberal
dejó que el presidencialismo sea la parte más importante de la política y
porque en términos sustanciales sigue siendo el poder ejecutivo el artífice de
la política económica es probable que por esto, la continuidad sea clara, no es
un partido, no es una “clase política” sino un solo hombre es el que es capaz
de tener las facultades para resolver la crisis. Después de todo, forma parte
del poder de las instituciones y del poder de la economía delegado en expertos
económicos, el presidente en todo caso es el decide y le da legalidad a estas
transformaciones. Chávez en este sentido formó parte de esta cultura y volvió
más contradictoria en la medida que terminó usando ese poder para ir en contra
de algunas cuestiones que hacía al estado neoliberal. Durante el periodo en que
Lula hace la campaña en el año 2002, la combinación de la campaña presidencial
y la moderación de su discurso tuvieron la facultad de poder capturar una parte
del voto que se encontraba saliendo del partido de Cardoso. No obstante esto
podría ser la contratara de un largo proceso, las izquierdas latinoamericanas
llegan al poder de formas totalmente distintas. ¿Qué alianza complicaba más la
supervivencia en el gobierno? ¿La alianza de Lula con los empresarios o la
alianza de Chávez con los militares? Los hechos demostraron que en la práctica,
la situación era completamente distinta. Lo cierto es que los presidentes
manipularon los humores de la sociedad. El populismo como forma de construir la
política seguía activo, el poder de transformar por parte del mismo ejercicio
de la presidencia es fundamental.
Lula había sido
candidato presidencial tres veces antes de 2002, perdiendo con Collor de Mello
en 1989, con Cardoso en 1994 y otra vez con Cardoso en 1998. En las
preparaciones para la elección de 2002, una cuestión importante en la
discusiones de la estrategia del PT, según la prensa, eran sus “políticas
relacionadas con las alianzas políticas”. Una vez más, según los informes de la
prensa, Lula da Silva aceptó de manera renuente un nuevo nombramiento como
candidato presidencial por el PT. […] Pocos partidos centristas estaban realmente
dispuestos a buscar una coalición con el PT. De hecho, una alianza fue
celebrada por el PT con el Partido Liberal, un pequeño grupo populista
centro-derecha, que tenía el privilegio de nombrar al candidato a
vicepresidente. (Carvalho-Filho, 2004, p.57)
Aunque todo esto, relacionado con
los clásicos conceptos de Lenin, Gramsci y Lukacs, el partido político para el
marxismo la herramienta fundamental para el proletariado. De este también en
parte estaba la idea de la construcción de la hegemonía, que no era simplemente
la ocupación del Estado, este problema en el siglo XXI, queda fundamentalmente
olvidado. Pero vale la pena retomarlo para entender, la cuestión del supuesto
culto a la personalidad de los líderes populistas contemporáneos que a diferencia
de su predecesores neoliberales, siguen despreciando programas claros pero que
además le dan al discurso antes disuelto del fin de la historia, una épica
totalmente nueva, una “dialéctica” si se quiere. En el caso de Chávez esto está
analizado en profundidad, en el caso de Lula es más moderado, Kirchner y
Correa, siguen el mismo camino, ya que no se trata de la conflictividad
simplemente sino de la idea muy presente en el chavismo de ser un heredero
indiscutido del destino del país. Tanto Brasil como Argentina, en sus líderes
encuentran personas que se consideran a sí mismas depositarias de verdades
relativas donde lo importante es poner un límite a la presencia de los grupos
económicos en lo público. Kirchner tributando a la generación de los 70´ en
sentido amplio y lleno de controversias, y Lula en sentido de la nacionalidad
de los que están atrasados en este proceso de Brasil el cual es un éxito pero
que debe incorporar a todos. A partir de allí las campañas que llevan al poder
tanto a Lula como a Chávez tuvieron que ver con el fin de un proceso que se dio
en pleno liberalismo, tanto en Menem como en Fujimori, un presidente se podría
imponer con ciertas cuestiones difusas pero con una cierta identificación por
parte del público, y este sentido, el perfil de Chávez como militar y Lula como
sindicalista, en una mezcla de moderación y exceso repetían un lugar conocido,
y esto tiene que ver con el poder de mediatización sobre la “elección racional”
de los individuos más cuando la instrucción baja o la apatía política podrían
generar votos de carácter distinto a los de las preferencias supuestas, tal vez
por eso se abandonó la seguridad de los partidos conocidos, sin mediar que eso
condujera a una crisis. El que la democracia pueda ser inútil es un problema de
gran preocupación para la supervivencia en general del propio sistema. Además
hay que aceptar que populismos de derecha, con los mismos elementos; fuerzan
contradicciones y salidas simplificadas en el discurso entre ellos en vez del
imperialismo, la xenofobia. Podríamos decir entonces que esa forma populista de
manejarse lleva a cuestiones como esta:
Esta estrategia de
identificación emotiva y personalista con las masas populares, que lo situaba
como una especie de líder carismático “salvador”, y a la vez diferenciaba de la
frialdad tecnocrática de su contrincante (Angeloz), reenviaba, a su vez a la
tradición “populista”, y verticalista del peronismo. Por otra parte, debemos
considerar que Menem había emergido de la rioja, una de las regiones más pobres
del país y sometida al centralismo partidario. En este marco, su cuerpo
“significante” (Verón, 1987) proponía una imagen inusual. En efecto, su aspecto
campechano y popular evocaba a la de un caudillo del interior, Facundo Quiroga,
con sus patillas abundantes y su poncho colorado. (Hair, 2012, p. 92)
El presidente Chávez había
construido sobre sí mismo la responsabilidad de ser el discurso, el gobierno, y
el estratega general de todas las grandes decisiones en su país. Esto ha llevado
a que se lo tome como un híper-presidencialista o un autoritario, en todo caso,
vale decir Chávez se construye a sí mismo. Su discurso evoluciona de acuerdo a
la necesidad, retiene para sí la definición de la política, busca alterar la
sociedad para que tenga cierta unidad indivisible con el líder, esta sociedad,
no sería una sociedad pluralista y liberal, en el sentido de la pequeña y la
gran burguesía, la promesa de Chávez es para las personas excluidas del sistema
y sobre todo en el marco del “nacionalismo burgués o el socialismo nacional”. Su salida no es una
salida institucional, él se hace cargo de velar por las necesidades del pueblo
en su autopercepción, se puede decir que hay cierta visión paternalista que de
alguna manera tiene que ver con cierta noción de que es el Estado el ordenador
de la vida de Venezuela pese a todas las transformaciones ocurridas en las
décadas anteriores. En este sentido, no se comporta dentro de las ideas de una
social democracia, no es un “modernizador”, es un líder que recupera las ideas
del nacionalismo en sentido amplio, y las ejecuta, entre ellas, considera que
la posesión de la riqueza de Venezuela en minerales y petróleo es fundamental.
El problema crónico de Venezuela para diversificarse queda pendiente. Pero se
puede decir que amplia la base de sustentación sobre el gasto y no sobre la
producción.
Lula por su parte es un populista,
pero podemos afirmar que el no excede el papel de un presidente, se convierte
con el tiempo en un presidente muy popular, no obstante su cautela es
suficiente. Lula no cuenta con elementos que estén por fuera del sistema que
tiene un presidente constitucional, el ejército no tiene por que apoyarlo más
allá de lo que haría con otro presidente, la diplomacia lo mismo, y el gobierno
de Lula y el PT deben manejarse con la cancillería y las FF AA, en una relación
de tensión. Su papel queda restringido a reinventar la figura del presidente,
lo cual no es poco, tal vez inspirado en Vargas pero este si se apoyaba en el
apoyo militar de la oficialidad media, Lula busca hacer de el mismo una figura
que sumada a la de su partido; hagan y organicen a la política del país para
esto se basa en las formas más modernas, cree en las herramientas desarrolladas
para esto, no las reinventa si las coloniza, lo cual les vale críticas pero que
en comparación Chávez son menores, si hay una cuestión partisana en Lula pero
que funciona como un cuenta gotas, ir capturando los organismos del Estado,
darle poder a los dirigentes de algunos movimientos sociales, introducir
ciertas personas de la cultura popular brasileña pero de forma moderada. Todos
los presidentes latinoamericanos hacen alguna reforma de la burocracia estatal
para tratar de darle continuidad y profundidad a sus políticas. Hay que
recordar que liderazgos opuestos como el Margaret Thatcher, hicieron de la
reforma del servicio civil (Civil Service) y del sindicalismo, la manera de
alterar de forma definitiva la política del país, sólo que en su caso la
reforma era para extinguirlos o simplificarlos.
De alguna manera Lula ayuda a su
partido, y el PT asume los costos de hacer la política realista del presidente,
el PT recorre la senda de los partidos como el PSOE y el Laborismo que tienden
a ser partidos cacth-all o escoba. Muchos líderes menores han sufrido el tener
que ser compañeros de ruta de Lula, lo que es cierto es que el presidente se
puede ver como lo que quiere, alguien que estaba más allá de los conflictos más
relacionados a la partidocracia tradicional. Esto incluso le sirve para escapar
de la corrupción cosa que había arruinado el proyecto de Collor, el gobierno de
Lula, manejó su relación con lo otros poderes de manera más ordenada, busca
aliados de forma pragmática. Estos aliados acostumbrados a esta gimnasia apoyan
parcialmente a Lula, con el tiempo la colonización de las instituciones puede
más que la alianza clásica del PT, el PT se modifica creciendo en el Estado, y
abandona lo anti-sistema, para ir siendo el sistema mismo. Hay resistencias a
estos cambios pero estas son ante todo un tema menor en ciertos sectores populares
de las clases bajas brasileñas, Lula conserva el voto nordestino, pierde una
parte del voto en las clases medias pero esto suele pasar en todos los
regímenes populistas. Lo cierto es que los nuevos miembros de la clase media,
los integrados, apoyan a este PT. Puede que este populismo débil sea cierta
consecuencia de la consecuencia de la sociedad de Brasil la cual se encuentra
en expansión, y a la vez hegemonizada por la burguesía, que se opone pero no
termina de tener un proyecto de ruptura. El papel de Lula, recuerda de alguna
manera a Roosevelt, o a Tony Blair al menos en ciertos aspectos de que buscar
la popularidad confrontando de una manera no puntual con los enemigos políticos
lleva a que el conflicto se de dentro de ciertos cauces con tensiones que se
resuelven en una forma bien distinta a la que se daría si el presidente fuera
el que ayudara a reforzar la crisis política. Chávez, maneja su presidencia
desde el comienzo en una guerra sistemática contra sus enemigos políticos, lo
cual es lícito desde el punto de vista donde la Nación es una unidad irreductible anterior a cualquier intento de ser dividida por la
política, en Chávez conviven el papel del presidente y del comandante. Ya que
las FF AA son aliadas, el resto de los sectores de la sociedad, la CTV, la Iglesia, y las Cámaras empresariales en Venezuela son los enemigos principales en la
medida que el régimen adecopeyano entra en decadencia. El chavismo tiene cierto
elemento de una revolución blanda. No incorpora un cambio tan radical a primera
vista pero siempre apela a la excepción atenuando el estado de derecho, este
neo-decisionismo en Chávez, tiene que ver con ello el excesivo poder de los
constituyentes por sobre toda consideración de la Constitución de 1961. El primer gobierno de Chávez en ese sentido asegura el camino a la
continuidad de su propia persona en la figura de las excepciones que tuvo el
“Congresillo” para distintas situaciones con cierto aval tácito del poder
supremo de la justicia y el aval de la población que buscaba un orden, aunque
no estaba claro cuál sería este orden.
Los dos buscan concentrar el poder
del presidente ya que esto es necesario en el contexto que se hereda post
neoliberalismo donde el papel de la economía viene de la mano de presidentes
fuertes y de tecnócratas en la economía. Mientras que Chávez tiene cierta
preferencia por militares en todos los aspectos en la vida institucional del
Venezuela, lo cual uniforma el estilo de pensamiento, acción y ejecución, eso
va a derivar en la visión que tendrá Chávez luego en las misiones, las cuales
reemplazan el sistema convencional de Venezuela es decir el sistema de
educación y de salud, es más, Chávez tiene de por si en la constitución
reformada objetivos claros pero medios poco claros, al menos desde la
concepción convencional del accountability horizontal y vertical de su acción
de gobierno. Una buena parte del sentido del plebiscito es separar a las masas
de una necesidad de representación que vaya por fuera de su propia persona, no
hay que deliberar para saber lo correcto o incorrecto de la política. Eso
permite simplificar el papel de la oposición a medidas concretas, permite
aceitar el papel de un gran partido que va a ser el MVR y sus aliados en el
polo patriótico y además ayuda a homogeneizar cierta concepción del pueblo como
mayoría que puede deliberar de una manera distinta. Es decir que la falta del
acceso al poder de la democracia directa existe porque Chávez retiene gran
parte del poder, las FF AA se entrometen en la vida civil, los partidos de
oposición no están de igual a igual con el chavismo, por otra parte, el pueblo
incluso apoyando a Chávez participa de la democracia en el plano de la
aprobación o desaprobación del gobierno, lo cierto es que son protagonistas a
niveles más elementales. Chávez entiende el papel del vecinalismo en Venezuela,
que tiene relación con los piqueteros de Argentina, los indígenas en Bolivia, y
el Movimiento sin Tierra en Brasil. La nueva constitución tiene a los
movimientos sociales y a los partidos menores incorporados en cierta etapa de
transición. El chavismo no se opone a cierta forma de vida política de lo
elemental que poco tiene que ver con el lineamiento general de estado. Por otra
parte, hay una cierta cuestión relacionada con el papel de “Alo Presidente”, el
presidente es pedagogo de cierto sector popular que se encontraba totalmente
alejado de la política, y por eso mismo la sociedad se va polarizando por
condiciones sociales y por la incorporación de nuevos sectores a la política.
Lula y Chávez tienen una agenda
política común, el no al ALCA fue el más claro, esta tiene que ver no sólo con
los aranceles comerciales. Se basa en cierto punto importante, la integración
del ALCA lleva a una progresiva dolarización de las economías latinoamericanas,
esto lleva un problema, las economías y burguesías nacionales periten toda
posibilidad de competencia con Estados Unidos. O al menos lo consideraron así
en los primeros años de siglo XXI. No tiene sentido pensar si estaba bien o mal
esta política separándola de los líderes que la ejecutaban, lo cierto es que la
administración Bush fue especialmente torpe en no diferenciar la política de
Irak a la política con Latinoamérica, sobredimensionando a la política militar
y dio mucha menos atención a la comercial. El liderazgo de Bush en estos
frentes fue torpe, y débil mientras que Chávez obtuvo prestigio internacional
por mantener el status quo, en ese momento la coalición que estaba con Lula,
consideró que esto era lo mejor para su país.
Hubo un gran lobby
Pro ALCA, las multinacionales, por las consecuencias a mediano y largo plazo, sobre
todo las norteamericanas, y hay una gran oposición por parte de ciertas formas
de sindicalismo, burguesías nacionales, y movimientos sociales aunque por razones
diversas, las cuales son las bases netas de estos presidentes y no otras, el
discurso de los presidentes luego invocaran para poder sostenerlas. El No al
ALCA como política, no está presente en el primer gobierno de Chávez si esta su
relación tensa con Estados Unidos, Venezuela busca exportar más petróleo pero a
mayor precio en cualquier condición porque esto es lo que le permite salir de
las obligaciones que tiene con el FMI, y otros sectores. Chávez hasta no
disponer de mejores precios del petróleo fue mucho más cauto de lo que sus
detractores consideran.
El presidencialismo pesa a la hora
de entender el papel de estos líderes, la manera de entender la supervivencia
se mantiene. Los políticos experimentados se aseguran ante todo de tener
gobernabilidad. Por eso, hay que diferenciar el sentido de las políticas del
momento en que se implementan. De hecho, la independencia del banco central en
los países latinoamericanos es algo que se mantiene pese a la devaluación en
países como Argentina, Brasil, y Venezuela mantienen esa herramienta de la
ortodoxia en parte porque tienen que negociar con el FMI. Las monedas
sudamericanas a excepción del Real son débiles. Esto tiene que ver con la
siempre presente tentación de asegurar competitividad devaluando y la súbita
apreciación de la moneda con la entrada de dólares. A partir de allí, se rompe
con la idea de que los medios son los únicos que hacen el nexo con la sociedad.
Los presidentes latinoamericanos intentarán dominar la agenda, cada uno a su
estilo, Kirchner lo haría a través de los discursos relacionados con su
gestión, Lula también, Chávez combinaría y extendería esta situación,
exacerbando este papel. Dominar la agenda o intentar hacerlo fue una búsqueda
de autonomía por parte el sector político.
Para poder entender una parte de
lo tratado anteriormente hay que diferenciar dos conceptos que se dan en estos
nuevos liderazgos, en este sentido se puede afirmar que hay posibilidades de
enmarcar estos presidencialismos dentro de dos lógicas más importantes de
clásicos, Maquiavelo y Marx. Ambos han tomado la figura del líder de manera
distinta. Recorriendo la importancia de estos conceptos se puede reconocer que
tanto la figura del líder carismático, como la del bonapartismo, también la del
Príncipe conforma parte inseparable del papel del liderazgo. Las tres
definiciones son un armado teórico que ayuda a mejorar las definiciones previas
sobre la cuestión de cómo y por qué esta crisis política, ideológica y social
fue enfrentada de esta manera. No obstante esta cuestiones, el populismo usado
de manera genérica termina vaciando al término de todo significado, volviendo
casi ociosa cualquier especulación sobre el tema.
Como se puede
imaginar, el populismo sigue siendo hasta hoy un concepto polémico, que carece
de una dimensión concensuada. Pero a pesar de su evidente elasticidad se
utilizando sistemáticamente- a menudo sin una gran precaución metodológica- con
el único objetivo implícito de criticar a los presidentes que, paradójicamente,
son los que han sido elegidos con más apoyo popular. […] referencia a los
mandatarios de Venezuela, Bolivia o Ecuador. En este caso con el objetivo
explícito de descalificar a dirigentes que tienen el mal gusto de no ajustarse
a los cánones del líder de izquierda del siglo XXI (criterios obviamente
fijados por los periodistas acerca de lo que debería significar). (Do Alto,,
p.85)
Además podemos decir que si se
deja de lado toda la bateria ideológica del neoliberalismo anterior, con Laclau
y otros, hay un auge de nuevas ideas que escapan a la lógica de la Escuela de Virginia, el Rational-Choice, y otros ejemplos del neoliberalismo. El populismo
no es un estado que debe prestar servicios públicos de la manera más fácil y
barata posible, es un armado político que incluye muchas variantes. Además
tiene un discurso completamente distinto, en el caso de Venezuela esto se da
claramente, Chávez construye el carisma y su forma de gobernar en parte es la
manera en que el y sus seguidores más cercanos encarnan de alguna manera el proyecto
bolivariano. Tanto es así, que la política se hace espectacular, a diferencia
de lo que fue el siglo XX, Chávez toma los elementos del neoliberalismo como la
gestión y los reconvierte a la lógica del populismo, este manejo personal de
muchas cuestiones hace que el chavismo tenga la lógica que tuvieron los
primeros gobiernos de Perón, y especialmente la Fundación Eva Perón. Tal vez esto hoy se refuerza más porque cada papel renovado y aumentado
del contacto con la población puede ser reproducido infinidad de veces a través
de los medios.
¿Por qué este
concepto de ciencia política es tan empleado en el discurso periodístico, y con
semejante agresividad? ¿Qué imagen del mundo intelectual europeo nos revela?
Quienes estudian el fenómeno populista procuran en general tomar preocupaciones
para indicar una neutralidad axiológica que implica negar toda dimensión
política y normativa. […] limitarse a un análisis de un estilo de ejercicio
particular del poder, desprovisto de todo juicio sobre el fondo de las políticas
llevadas adelante por los regímenes estudiados. […]
En un artículo en
el proponía una conceptualización capaz de abordar todos los casos. Guy Hermet
explica que la “promesa de realización [de las expectativas del electorado] en
un lapso de tiempo muy breve constituye el elemento definitivo esencial del
populismo”. Luego agrega: “queda claro que esta inmediatez procede también de
su lógica de mediación directa (…) sin complicaciones institucionales y sin
demora. Finalmente, “la única definición discriminante del populismo reside en
estas dos dimensiones, ligadas a la promesa inmediata realizable y no a la
mediación, que garantizar la respuesta inmediata”. (Do Alto,, p.88)
También podemos decir con relación
a los partidos cuestiones contundentes. Lo líderes como Chávez desde el
principio no deja formas institucionalizadas, tanto el MVR y su reformulación
como PSUV fueron intentos de tener esa variante institucional que pudiera
continuar el chavismo. En el caso del PT, la cuestión es muy distinta, el PT es
un partido que subsiste en medio de la figura de Lula, el cual de alguna manera
asegura el piso para poder tener el acceso al poder, aunque el PT por el mismo
es capaz de continuar una vida propia. La primera elección tal vez demostró
esto en una forma más clara. Profundizando en la cuestión teórica que lleva
esta caracterización del MVR y el PT, con Lula y Chávez tomando ya como
necesario el tener que explicar el fundamento del papel en la forma en que se
hace y se ejecutan los estilos de gobierno es necesario recurrir a los clásicos
entre ellos, Maquiavelo y Marx.Hay que sin embargo caracterizar que la
emergencia del populismo fue una etapa de transición donde la ruptura no se da
como hemos dicho más arriba de forma total, como en los procesos de
re-democratización y reforma del Estado, el resurgimiento del populismo, y el
descisionismo tienen como base el papel de cierta valoración de que son capaces
de hacer los líderes políticos:
En suma, esto
implica negar que la política de lo posible, evocada incluso precognizada por
numerosos especialistas en populismo, constituye en sí mismo un proyecto
político. Adosado a un temor legítimo a la rehabilitación del totalitarismo,
este posibilismo condena de antemano todo proyecto de transformación social. Por
ello es necesario oír las prescripciones formuladas por algunos autores acerca
de la necesidad de elegir entre la ética de la convicción y la ética de la
responsabilidad. […] Sin convicción la política no es más que un asunto de
gestores y técnicos. Por eso el posibilismo constituye una negación de la
política y de su motor, el conflicto.
[…] como el
programa Fome Zero, entre otros casos de continuidad con las políticas del
modelo neoliberal, que frecuentemente contribuyeron a generar o mantener clientelas
políticas. En contraste, en Venezuela y en Bolivia, aunque las políticas
sociales todavía incluyen programas de este tipo, apuntan claramente a la
creación de derechos en el ámbito de la salud, como lo demuestra el proyecto de
Chávez de reforma constitucional de 2007 y el impulsado por Evo Morales en
Bolivia. Contrariamente a los prejuicios, son justamente los líderes
“populistas” quienes promueven derechos universales, con lo cual corren el
riesgo de perder un mecanismo de control social sobre las poblaciones más
pobres.
A la hora de
explicar la capacidad de los líderes populistas de llegar al poder y luego
mantenerse en él, una mayoría de autores menciona la falta de mediación
partidaria e institucional entre el dirigente y el pueblo, o el carisma y el
poder de seducción de este dirigente, y ambas opciones son compatibles. (Do
Alto,, p. 89)
El problema del Liderazgo, el
presidente y el partido puede ser visto de la siguiente manera:
“Su ilustre casa,
con su fortuna y virtud, favorecida por Dios y por la Iglesia, de la que ahora usted es príncipe, pueda encabezar esta redención. Y ello no será
muy difícil, si Usted mantiene delante de sus ojos las acciones y la vida de
los aquí mencionados [en regencia al tratado el Príncipe]. Y aunque esos hombres
son extraordinarios y maravillosos, sin embargo fueron hombres, y cada uno de
ellos tuvo una ocasión inferior a la presente, porque sus empresas no fueron
más fáciles, y tampoco Dios les fue más propicio que a Usted. Aquí hay una gran
justicia: “Justa es la guerra para quien resulta necesaria y religiosas son las
armas sólo cuando hay esperanzas en ellas”. Aquí la disposición favorable es
muy grande, y donde así sucede no pueden presentarse grandes dificultades,
siempre que Su casa emule a aquellos que he propuesto como modelos. […]
Si
entonces Su ilustre casa quiere emular a esos eminentes hombres que rescataron
a sus países, ante todo, y cómo verdadero fundamento de toda empresa es
necesario proveerse de ejércitos propios, porque no se puede tener soldados más
fieles, más auténticos o mejores que éstos. Y aunque ya cada uno de ellos sea
bueno, juntos se volverán mejores, cuando se vean honrados, comandados y
sostenidos por su príncipe.” (Maquiavelo, 2003, p. 74-75)
Esto tuvo una demostración
fáctica en la misma lógica del chavismo, en el cual el factor militar cobró una
parte importante del poder con esto se dotó en el estado de una cuota
importante de poder:
The president
claimed to promoting efficiency and honesty in the executive branch by appointing
military officers to high posts and mobilizing troops to carry out some duties
that would normally be assigned to civilian bureaucrats. (Polls showed that the
armed forces were among the least distrusted institutions In Venezuela.) In his
first cabinet, six ministries were headed by military officers and 70 percent
of vice-ministers were from the military as well. […]
[…] Wellcome
military role expansion initiated by a properly elected president, not as power
grab by military. Especially after deffection of Arias, Urdaneta, and Acosta
from Chávez camp, which was partly a reaction against this role expansion, the
military loyalties were divided. As long as pro-Chávez tendency remain
dominant, civil-military relations will be good. (Coppedge,
2002, p.25)
Se puede decir que
desde los inicios de la ciencia política en los formatos unipersonales de
poder, donde el ejecutivo remite a una sola persona, el papel del “Príncipe” es
algo que se reinventa, no sólo eso, Maquiavelo fue tomado por Gramsci y
Althusser, es decir considerado como aquel que explicaba la verdad de la lógica
de la política, tanto así que el padre de la política burguesa pero no de la
teoría del Estado. Creo la figura del príncipe como un concepto ajeno al que tendría
Hobbes del Leviatán no obstante la historia sería el marco de referencia, y en
este sentido vale usar el mismo método.
Aun así, este
vínculo casi esotérico entre el caudillo y sus bases niega la pirámide de
relaciones sociales de la estructura, por medio de interacciones concretas, la
relación que se establece entre ellos. Postula por sobre parte la debilidad
política de los sectores populares, que sucumben a la seducción de su jefe, y a
los que se les atribuye cierta irresponsabilidad en cuanto al ejercicio de su
ciudadanía, así como una incapacidad para votar de acuerdo a sus propios
intereses. […] En Argentina por ejemplo, Juan Domingo Perón sigue constituyendo
un caso de estudio de una increíble riqueza para quien se interesa por la
dominación carismática en política. Pero ¿el carisma no ha sido desde siempre
un requisito necesario para los dirigentes políticos en todas partes? […]
Argentina, al punto de que se habla de un “peronismo infinito”, es en buena
medida por la capacidad de su aparato para mantener sus redes a través de
incentivos tanto por materiales y sociales. (Do Alto,,p. 90)
La historia del
siglo XX es suficientemente clara en el papel de los líderes políticos, desde
los presidentes norteamericanos a los dictadores fascistas para entender que los
partidos políticos de masas convivieron con formas de ejecutivos unipersonales
y que cada crisis del liberalismo ya sea en el 30´ con la crisis generalizada
en Europa con el parlamentarismo europeo donde en Weimar tiene una cita común,
se puede decir que un partido, y un líder pueden hacer transformaciones
drásticas cuando son capaces de trabajar juntos en la consecución de un solo
objetivo, conquistar el poder, esto además se refuerza, cuando el hecho es
fundante de un nuevo régimen es decir cuando lo político mismo se pone en
juego. El objetivo del Estado es mucho mayor que el de la democracia, y en este
sentido, el liderazgo se constituye como una razón superadora de las reglas de
juego. A partir de allí Maquiavelo, resalta la importancia de los “ejércitos
propios”, en las democracias contemporáneas este punto no es ni más ni menos
que los partidos políticos, será el mismo Collor, Pérez defraudando a la AD, quienes sin escudos parlamentarios perezcan ante la posibilidad de ser enjuiciados y
desplazados.
Lula y Chávez lo
saben, importa poco si se trata de las mensualidades para con los congresistas,
o del uso de las FF AA, la supervivencia es lo primero para la gobernabilidad,
cuestión que en el periodo anterior, la década de los 90´, estaba relacionado
con la alianza a los sectores financieros y al FMI. Aquí se traza una cuestión
decisiva en cuanto al papel de estos presidentes, en ella se ve lo siguiente,
la guerra de Estados y Medios de comunicación no es menor, la súper-estructura
es vital, ya que el dominio de la sociedad, en un debilitamiento de las clases
sociales y una política individualizada, con el auge del consumismo lleva a que
el papel también decadente de la escuela, tal cual lo entiende Sarlo en sus
críticas a Landi sobre el papel de la televisión, son que perdida la capacidad
del Estado hacer uso de la ideología mediante el elemento pedagógico que la
escuela, queda la espectacularidad reñida por los medios de comunicación y
exageradas demostraciones de fuerza, ya sean espectáculos, o desfiles militares
en las cuales el Estado se tiene que mostrar como autosuficiente y sus líderes
como capaces de desarrollar el bienestar. Este un concepto que George Bataille
manejaba, ya que esta idea de escapar al economicismo tan caro al neoliberalismo
queda obsoleto. Es aquí donde el partido, con el gasto social, y el manejo de
la propaganda política puede entrar en enfrenamientos ciertos con las cámaras
patronales, eventualmente con las burocracias sindicales, con las universidades
(hay una lucha por el conocimiento legítimo), y con los medios de comunicación.
No así con las multinacionales. La lógica del mercado, los medios de
comunicación y las publicidades de los grandes grupos de comunicación se
disputan el espacio público.
En tanto el populismo
vive en campaña permanente, y esto lo diferencia un poco del neoliberalismo
donde el presidente cuando llega a su ocaso convive con bajos niveles de
popularidad, para el populismo clásico, esta idea al apoyar la mayoría
partidaria y la preeminencia del líder llevaría a la ruina total a todo el
proceso. En el fondo en el siglo XXI, los grandes liderazgos se interpretan en
esta clave, ¿Quién representa mejor a la sociedad, el estado o los medios de
comunicación? Si se cree lo primero se es anti-liberal, si se cree lo segundo,
se es liberal conservador, si se cree en la comunicación alternativa se es
progresista en sentido amplio y de tendencias más izquierdistas.
La aparición de estos regímenes
populistas en la forma del presidencialismo como el papel de Cárdenas con el
PRI y Perón en Argentina se da por circunstancias particulares. Hay además de
una función relacionada con el papel del Estado, una función estrictamente
social y distinta que fue estudiada por Trotsky con la caracterización de los bonapartismos
sui generis, y con Marx en su obra, “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”. Por
esta razón podemos decir que se trata nuevamente de una revolución desde arriba
la que acontece, el papel fundamental del líder populista para lograr las
conquistas pasivas es un hecho incontrastable. Nadie concibe las políticas
llevadas a cabo sin los presidentes y estos llevan los elogios y las críticas.
Tanto en el desarrollo del modelo ISI,
como en la salida del neoliberalismo tiene el incómodo lugar de ser desde
arriba y no de una forma más jacobina, es decir más revolucionaria. Por esta
razón cuesta imaginar cuán independientes son las bases en estos procesos
populistas.
“Bonaparte
como el Poder Ejecutivo convertido fuerza independiente, se cree llamado a garantizar
el “orden burgués”. Por la fuerza de este orden burgués, esta en la clase
media. Se cree, por tanto, representante de la clase media y promulga decretos
en este sentido. Pero si es algo, es gracias a haber roto y romper de nuevo
diariamente con la fuerza política de esta clase media. Se afirma, por tanto,
como adversario de la fuerza política y literaria de la clase media. Pero, al
proteger su fuerza material, engendra de nuevo su fuerza política. Se trata por
tanto de mantener viva su causa, pero de suprimir el efecto allí donde se
manifieste. Pero esto no es posible sin una pequeña confusión de la causa y el
efecto, pues al influir el uno sobre la otra y viceversa, ambos pierden sus
características distintivas. Nuevos decretos que borran la línea divisoria.
Bonaparte se reconoce al mismo tiempo, frente a la burguesía, como
representante de los campesinos, y del pueblo en general, llamado a hacer
dentro de la sociedad burguesa a las clases inferiores del pueblo. Nuevos
decretos, que estafan de antemano a los “verdaderos socialistas”, su sabiduría de
gobernantes. Pero Bonaparte se sabe ante todo jefe de la sociedad del 10 de
Diciembre, representante del lumpen proletariado, al que pertenece el mismo en
su entourage, su gobierno y su ejército.” (Marx, 2009, p.125)
Esta definición clara de las
medidas bonapartistas y el peso que conlleva esto en la legitimación del estado
de cosas existente es un hecho considerablemente real. El problema de la
alianza policlasista es un problema del populismo, aunque cueste hoy en día de
acuerdo a la mentada heterogeneidad poder decir exactamente cómo están
definidas las clases, sí podemos decir que los apoyos cambian y lo hacen de
forma drástica. Esta imagen queda demostrada en ciertos conceptos que se
refuerzan en ambos mandatarios, sobre el papel de los liderazgos el populismo y
la forma específica del bonapartismo:
Nos parece
importante retomar en este punto la hipótesis de la hegemonía invertida,
concepto inspirado en Gramsci que Francisco de Oliveira acuña para caracterizar
las relaciones de dominación que se gestaron durante el “gobierno de Lula”, al
que denomina “petismolulismo”. Oliveira argumenta que el PT ofreció a Brasil un
liderazgo moral durante la dictadura militar al poner en primer plano la
pobreza y la desigualdad. Bajo el “gobierno de Lula” esta bandera moral la
tomaron los pobres creando con ello la apariencia de ser quienes dominan, pero
sólo moralmente, pues la “revolución moral de los pobres” se transformó y se
deformó hasta llegar al punto en que los dominados consienten su propia
subordinación y los dominantes “consienten” ser dirigidos por representantes de
los dominados, siempre y cuando estos no cuestionen las relaciones
capitalistas. He aquí la inversión del modo gramsciano.
Las relaciones entre
estos dos polos son fundamentales para poder entender la contradicción entre la
permanencia del neoliberalismo y la innovación política, esto es lo que cambia
la relación con otros líderes como Menem, Fujimori o Collor, profundizan la
relación de arbitraje entre las fuerzas sociales preexistentes.
Se puede afirmar
que los presidentes de esta época cambiaron el perfil de sus países, en este
sentido la hipótesis se comprueba en parte porque el papel del presidente sigue
siendo el más importante en la construcción política en América Latina. Si la
pregunta en cambio es cuánto influyo la ideología de estos presidentes en la modificación
de estos países la pregunta termina teniendo una respuesta más matizada.
Económicamente las
condiciones generales en el rol internacional de los países citados no se
modificaron, no se puede decir ni que Brasil haya alterado las relaciones de
fuerza a nivel internacional, ni que Venezuela haya escapado al modelo rentista
que prevalece a lo largo de su historia y especialmente en el siglo XX. Sí
podemos decir algunas cosas que han hecho en común estos países y que están
relacionadas tanto a sus actuales gobernantes como aquellos que en esos
momentos gobernaron los respectivos países. De ellos se pueden obtener algunas
ideas clave, la primera de ellas es la siguiente, Venezuela se constituyó como
un polo ideológico del anti-liberalismo, y como una respuesta contraria a la
democracia liberal como lo son Rusia y China respectivamente. Por todos los
medios, Chávez intento exportar en forma de “soft power” su influencia en el
continente con éxito y a nivel extra continental con un éxito relativo, su
diplomacia, elemental, intuitiva y llena de roces cumplió algunos de sus
objetivos aunque en otros se quedó completamente estancada. El objetivo de
poner le papel de los países petroleros como un asunto importante quedó
relegado, también el papel de la misma Venezuela en el mercado mundial del
petróleo. Por otra parte la relación con Irán, Rusia y China, la cual desde el
primer momento fue buscada por Chávez si afianzó, en términos reales Venezuela
está mucho más lejos de Estados Unidos en términos concretos, fue en parte por
torpeza de Estados Unidos, Venezuela hoy recibe prestamos de China por fuera
del sistema del FMI, Chávez en su enfrentamiento desde el inicio de su
presidencia con el FMI y los organismos multilaterales de crédito tuvo su
éxito.
Chávez tuvo un
éxito mayor que Lula en cuanto a sus aspiraciones personales, la modificación
de la Constitución apenas asumido creo un proceso que luego se conocería
genéricamente como “Revolución Bolivariana”, en este sentido débil, el chavismo
fue una revolución, que hoy mismo en Venezuela, algunos opositores al chavismo
consideran que el papel de la Asamblea Constituyente al cambiar radicalmente la vida del país fue en cierta forma una toma
del poder. Luego más adelante a partir de la ideología de Chávez y el efecto de
sus políticas la primera presidencia creo las condiciones de posibilidad de los
enfrentamientos que vendrían de la mano de la antigua PDVSA, infiltrada por
Estados Unidos, y las cámaras patronales venezolanas que de alguna manera se
manejaban con estos valores. En este punto de vista, no es cierto que el
chavismo no tolerase la oposición porque sí, si que esto se manejó a nivel de
las cuestiones del Estado venezolano más que en la mera definición de la
democracia, el reformar el Estado, la posición de Venezuela ante el mundo, y el
papel de este estado con todos sus vecinos además de una coyuntura cambiante con
uno de sus vecinos, Colombia, todo el proceso del chavismo es una reacción en
general de cierto sector que termino por expandirse y que tuvo victorias
parciales en la creación del ALBA, el UNASUR y la unión mucho más adelante del
Mercosur. El MVR fue una gran herramienta para el chavismo en parte porque fue
una construcción que termino conformando el otro vínculo necesario para poder
ocupar el Estado pese a que Chávez siempre quiso manejarse directamente con las
masas, cuando el MVR pasa al PSUV posteriormente lo que ocurre es que el
momento de la ocupación del Estado es superado en post de un regimentación de
las pautas que harían al control de este. Por eso se entiende que Chávez en su
primera presidencia lo que hizo fue sobrevivir, pero podemos saber por el apoyo
popular y de una buena parte de las FF AA en 2002 que su gestión fue en esos
años suficientemente buena para poder tener en su favor a las masas, las cuales
fueron las que terminaron de ayudar a su vuelta en el poder. Post 2002, el
chavismo crece de manera irreversible sobre sus enemigos, tanto es así, que las
variantes del post chavismo tienen que ver con ciertos elementos que se fueron
constituyendo desde el inicio. Si bien Chávez dejo un problema se sucesión,
también dejo un espectro de elementos que partiendo de él configurarán a futuro
la sociedad venezolana. Después de todo esto ha sido el intento fracasado del
mejor opositor hasta la fecha de Chávez, Capriles el cual trata de recuperar el
centro de la escena política, algo que se ha vuelto difícil con la polarización
que tanto chapistas como anti-chavistas han buscado.
En el caso de Lula,
las consecuencias de su entrada en la política develan cierta resignación en el
plano de lo ideológico, pero cierta ambición de poder real en el estado de
cosas existente de Brasil, ciertamente hay signos claros del Brasil de Lula
versus el Brasil de los “tucanos”, de Fernando Henrrique Cardoso, y del PSDB;
podríamos decir que Lula es una síntesis de cierto nacionalismo más marcado
hacia el exterior, y cierto liberalismo de izquierda, más progresista o
populista según el momento que trata de manejar la totalidad del país en
ciertas claves claras. El presidente de hecho tiene intereses permanentes en
sus socios latinoamericanos, Uruguay, Argentina y Venezuela, los miembros del
PT sueñan con una presencia de Ecuador, se puede decir que durante el primer
gobierno de Lula, la experiencia de este presidente lo convenció de esto, en
resumidas cuentas por su predominio regional, en parte también porque ve que
estos son los países junto con Bolivia que de alguna manera le sirvieron para
poder remarcar su papel frente a Estados Unidos, también porque Brasil, al
igual que Venezuela y Argentina han tenido relaciones privilegiadas con China y
no con Estados Unidos, Brasil, o al menos el Brasil en la concepción de este
PT, realmente existente es una apuesta a cierta creencia fundamental de cierto
declive estadounidense y europeo.
Lo cierto es que
Lula no es el artífice de esta política exterior completamente, sino que vuelve
a abrevar en las intenciones nacionalistas que estaban en toda la dictadura
previa en el país, esta es una de las contradicciones más notorias para los que
consideran a Lula un progresista, aunque también es cierto, que el mercado
interno y la industrialización siempre están atravesadas por muchas
contradicciones dentro del marco del extractivismo imperante. Conociendo como
se maneja la oposición brasileña se puede entender la puja entre este
nacionalismo brasileño parternalista hacia América Latina, que es el dominante
hoy, el cual tiene que ver con el estado de cosas que encontró Lula en 2002, no
fue que los votantes que abandonarán a Cardoso quisiera el plan original del
PT, sino que esperaban una alternativa menos liberal. Lula no es el artífice
del incipiente imperialismo o potencia brasileña, sino que Lula es el
responsable de cambiar la idea de un Brasil que era meramente un papel
preponderante en Latinoamérica a pasar a ser una opción para Latinoamérica.
Quizá por cuestiones meramente políticas, se ha preferido analizar a más a
Chávez como aquel que trastorna la región, esto tiene que ver más con el miedo
de las clases altas de los países asociados a Brasil, que el propio país. En
Brasil madura un proyecto no bolivariano de integración parecido al que se
constituyó con Alemania en la UE, Lula en este sentido es un continuador,
ciertamente que conformó parte de la crisis que en un primer momento dio a
Brasil con el MERCOSUR, ser un mero instrumento de apertura hacia los Estados
Unidos. Argentina y Venezuela eventualmente fueron dependiendo más del papel de
Brasil, y en este sentido, la política de Estado de Brasil al respecto del
flujo de capitales es completamente exitosa, a Lula se imputa como a Kirchner
el hecho de heredar condiciones propicias para el desarrollo de sus políticas,
esto es falso.
Chávez y Lula
estuvieron una relación dialéctica y reciproca, como ironía se puede ver que el
Foro de Sao Pablo tiene como miembros a Venezuela y Brasil, también podemos ver
que el Mercosur fue con el tiempo un arena común, además de que Argentina y
Bolivia se disputan en los hechos como lugares donde la influencia de ambos
modelos se siente profundamente. Una a nivel ideológico y el otro nivel real.
El intervencionismo de Chávez ocurrirá posteriormente, mientras que Brasil
intentó capitalizar de la mejor manera posible, la necesidad de sus vecinos de
apoyo en las conflictivas relaciones que mantenían con Estados Unidos, y entre
sí. Brasil gracias a Lula es el centro del MERCOSUR, el sacrificio para el país
al corto mediano plazo es grande, pero en el largo plazo, Brasil desafía con la
posibilidad de la construcción de un mercado más importante.
Como resultado
estos presidentes en las primeras presidencias empezaron un proceso que iría
llevando hacia el nacionalismo, el extractivismo, ciertos intentos de potenciar
la industrialización mediante el proteccionismo. Reinventaron al populismo
centrados en el gasto social, más que en la relación con los medios, creyeron e
impulsaron un papel del Estado más fuerte, entraron en conflicto con los medios
de comunicación locales y las multinacionales asociadas a ellos. Administrar el
capital, y tratar de obtener más beneficios en torno a él ha sido la gran
apuesta de estos gobiernos, que fueron imitados de manera más o menos conciente
por el resto de la región. Esta es la necesidad real que se le pedía desde la
sociedad a estos presidentes, cada uno dio una respuesta distinta. Las viejas
élites, quedaron más o menos descolocadas según el país, l cierto es que el
proceso general como lo fue en otro momento la globalización y la
democratización, con la reforma del Estado, llevaron ahora a poner a los
presidentes frente a la gestión de su riqueza primaria, y a partir de allí al
diseño de políticas. Estos presidentes no se esforzaron por mejorar la calidad
de las instituciones de acuerdo a los cánones de la democracia liberal, más
buen partieron de esas democracias realmente existentes poniendo en tensión
transformaciones necesarias del déficit en cuestiones de empleo, salud,
educación, y lo pudieron hacer en parte por el escaso pero vital margen de
maniobra que pudieron conservar estos países.
Los críticos de
estos presidentes dirán tres cosas, la primera es que fueron oportunistas, ya
que su llegada al poder habría que interpretarla como una excepción, la segunda
es que abusaron de su poder, ya que instrumentaron el poder de la presidencia
para hacer crecer el Estado y para reimplantar su rol en la sociedad, buscando
hacerse con más poder entre las clases subalternas, el tercero es que
desperdiciaron coyunturas que difícilmente podríamos juzgar de buenas
entendiendo que la oposición, en ambos países no supo ser capaz una fuerza de
desplazar al modelo gobernante. Podemos decir que estos casos remiten a un
bonapartismo el cual tiene como punto de inflexión que las fuerzas sociales de
derecha y de izquierda más duras quedaron neutralizadas por la ocupación del
centro del líder político, el empate dado en este periodo con una prosperidad
relativa termina contando como una parte fundamental de una crisis que más que
alterar las relaciones de América Latina con la economía internacional tienen
que ver con la decadencia de ciertas fracciones de las burguesías de cada país,
en el caso de Venezuela esto fue evidente. Tanto que fueron derrotados,
culturales, económica y políticamente, no podemos decir que sólo fue culpa del
autoritarismo chavista, sino que la decadencia del Punto Fijo fue la decadencia
de la burguesía venezolana, por cierto hay que reconocer que siendo esta
transformación menos violenta de lo que a muchos les gustaría advertir, este
predominio del centro político pero sin nunca cerrar la posibilidad a las
elecciones hace que se tenga que repensar la política para cada una de las
clases sociales, y cómo cada una de ellas, necesita del Estado en una forma
distinta. Curiosamente esto desafía la cuestión dominante, en este sentido,
Lula y Chávez son populistas pero siendo más específicos son bonapartistas y
usan la figura propia del continente americano el presidencialismo con todas
las contradicciones que tiene en un primer momento como la independencia al
menos formal del legislativo y el mandato fijo.
Más o menos
relacionados con el híper-presidencialismo, porque estas presidencias no
llevaron al colapso, se puede decir que puede que algunas características
deseadas para las instituciones puede que se hayan resentido en el caso de
Venezuela más que en el de Brasil pero lo cierto es que los presidentes optaron
que entre “democracia liberal” y Estado, preferían el Estado. Vale aclarar
algunos puntos que pueden servir para profundizar realmente las cuestiones
relativas al liderazgo desde el punto de vista teórico, importantes son las
valoraciones de Baldioli y Lleiras en tanto el papel de Schmitt en la
conceptualización de los liderazgos en los 90´, el ejecutivismo en función de
la fracción financiera del capital, lo que fue la reforma del Estado a nivel
sudamericano, bien puede aceptar ese ejecutivismo, el cual no es bonapartista
sino que es parte de la hegemonía de esta fracción de la burguesía, siendo
Menem y Fujimori, los mejores casos. En este sentido, el Estado de derecho
atenuado es puesto al servicio de los grandes grupos económicos, las
características neodescionistas y neopopulistas, como lo son la perdurabilidad
de los partidos políticos, y de la misma democracia. Todos estos factores
tienen una cuota de realidad incontrastable desde el punto de vista de los
liderazgos en la década anterior.
En caso referido,
el presidente es la creación de una formula que tiene que ver con el Principado
de Maquiavelo y el Bonapartismo en Marx, y en este sentido, el liderazgo cambia
la base de los supuestos que operan. La construcción de sistemas estables que
tiendan a la constitución de partidos predominantes en los cuales el papel del Estado
fuera importante, en el cual el populismo intervencionista tuviera
posibilidades reales. Claro que esto suele ser la cuestión olvidad, el momento
institucional, tal vez la concepción débil de Laclau del momento militar en
Gramsci, cuando un bloque histórico al fin ser conforma. Estos liderazgos
mediante la lógica de la creación de identidades políticas creadas al efecto,
activan la confrontación ideológica por razones de Estado y por razones de
supervivencia en sus cargos, de la misma manera que en los liderazgos de la
década anterior con recursos en este caso presentes en la sociedad civil, y del
abuso de los medios de comunicación se busco la apatía, hacia la democracia, la
política, y el conflicto social como tal. Esto nos lleva a una conclusión que
hace interesante el estudio de los liderazgos en Latinoamérica, y en el mundo
del capitalismo periférico en general. El liderazgo de corte cesarista, forma
parte de cierta forma de estado, donde el Estado tiene que conducir al
capitalismo propio de cada país, a la vez que tiene que mediar con las grandes
potencias y multinacionales. No habiendo otra institución capaz de mediar con
las sucesivas crisis económicas, como desde el origen del constitucionalismo
americano, la guerra, el estado de excepción y ciertas formas excepcionales de
la economía, terminan quedando en las manos de los presidentes.
Podemos afirmar
varios supuestos, confirmados con los hechos, los líderes populistas al tener o
pretender mandatos largos, indefinidos o de continuidad de sus partidos en un
proyecto de Estado, se institucionalizan en una forma no tecnocrática sino
partisana, con las contradicciones que implica ellos en una sociedad que se fue
depurando del peso de las burocracias extendidas luego de las dictaduras
militares.
Las dos gestiones
podemos observar que el papel del presidente a la sociedad vuelve a ser
aceptado, que el uso de la propaganda estatal y de las medidas sociales
tendientes al formato universal busca tener la mayor base de representación
social, para crear mayorías. Estas son las razones de las oposiciones
encarnizadas, ya que estas forman parte del régimen pre-existente. Podemos
analizar que desde el punto de vista de lo que sería un análisis basado en el
Príncipe de Maquiavelo, se puede ver que los príncipes nuevos, tal cual los
define Maquiavelo siguieron los pasos necesarios para asegurar, la estatalidad,
esto puede ser también parte del cambio que se dio dentro del proceso de
globalización el cual avanzó hacia una complejidad y multipolaridad que no había
sido tenida en cuenta. Por otra parte el concepto de Bonapartismo nos enmarca
las relaciones internas de la vida de estos regímenes, la continuidad de estos
depende de la supervivencia de las burocracias estatales que se acrecientan o
se hacen del partido de gobierno, y de las ganancias de la burguesía local, a
la relación compleja entre las políticas sociales, y la legitimidad
internacional que dan ciertos enclaves productivos profundamente
extractivistas. De esta manera la globalización de hecho se mantiene y el papel
de Latinoamérica como principal exportador de materias primas se consolida.
No obstante esto
podemos decir que estos dos liderazgos demuestran el papel de los presidentes
en estos países, y que en las características comunes de cada caso se confirma
que el proceso se mantiene una conformidad, tal vez no tanto desde el punto de
vista cómo cada país estudiado y cómo país de Latinoamérica se inserta en el
mercado mundial pero sí como las limitantes institucionales, partidarias, y
económicas hacen que las diferencias se den en el plano del discurso, la
diplomacia y de la política interna pero mantengan dependencia frente a las
multinacionales aunque esta sea menor.
Esta es una buena
pregunta que queda delimitada ante la pregunta de porque se asumió que el polo
de confrontación se daba dentro del progresismo y el neoliberalismo en lugar
del lugar más dramático de la supervivencia del Estado nacional, y la
existencia de unas democracias en las cuales las brechas sociales han aumentado
lo suficiente para que en nombre de la gobernabilidad, la utilización de
políticas sociales o de la represión sea una carta admisible y coherente dentro
de las estrategias de los gobernantes.
Por último se
puede decir que dentro de las ideas mayoritarias de la democracia, y en
consonancia de la necesidad de la supervivencia del Estado, desde un punto de
vista alejado al institucionalismo y al liberalismo, los presidentes obtuvieron
todos los objetivos necesarios para ser una alternativa al neoliberalismo con
un predominio de los sectores de la burguesía financiera. Hay que decir que fue
el Estado, su ocupación, y la incorporación de los movimientos sociales, o de
las FF AA, el factor predominante en la supervivencia y expansión de los
regímenes de estos presidentes por sobre el factor obrero del sindicalismo que
en los años 40´ y 50´ como parte de la reindustrialización fueron lo
fundamental. Este nuevo populismo tiene nuevas bases sociales cercanas a lo más
pobres y las burocracias militares y no militares que conforman una alianza
policlasista, la Iglesia, los medios de comunicación y las cámaras
empresariales son los actores que estratégicamente van variando tanto como
aliados y cómo enemigos.
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