Revista Nº19 "INSTITUCIONES Y PROCESOS GUBERNAMENTALES"
Índice:

 

 

RESUMEN

 

La investigación se basará en la relación a la comparación entre los gobiernos de Lula y Chávez en sus primeras presidencias, para esto utilizará distintas visiones sobre el Estado, la economía, la política, la representación y los partidos políticos. Se detallará como funcionan los populismos en los casos citados y además se comparará con los anteriores liderazgos. La complejidad del plano social versus la composición de la representación mostrarán el papel del liderazgo en los dos presidentes. A partir de allí se podrá comprender, las limitaciones estructurales y el tipo de decisiones que realizaron durante sus mandatos, la valoración sobre el papel de los jefes del ejecutivo como estrategas queda demostrada y confirmada por medio de estos procesos.

 

Palabras clave:

 

Populismo- Presidencialismo- Bonapartismo- Lula- Chávez.

 

 

 

ABSTRACT

 

The research is about the relationship between the government of Lula and Chavez in their first administrations, working with different approach of State, economy, politics, representation and political parties. It will detail how populism works in those cases and take a comparison of the before leadership. The complexity of society versus the type of representation shows the role of leadership of the two presidents. In first place it can be understand, the structural limits and the value of the executive chief like strategists, it will be the show and check by this process.  

 

Key Words:

 

Populism- Presidentialism- Bonapartism- Lula- Chávez.

 

 

 

“Las primeras presidencias de Chávez (1999-2001) y Lula (2002-2007)  y sus partidos políticos MVR luego PSUV y el PT”

                                                                                   Por: Rodrigo Banús[1]

 

Introducción:

 

La importancia de este trabajo va a residir en que los dos modelos planteados pueden que sean los más exitosos de Latinoamérica por eso vale la pena tratar de analizarlos de la forma más terminada conceptual e históricamente, y ambos exitosamente se han sobrepuesto a la etapa neoliberal e impulsado una nueva forma de hacer política en sus respectivos países. En este trabajo sin embargo no tratará de tomar la medida de la evolución económica propiamente dicha, ni de analizar las características del capitalismo en ese periodo. Esto hace al mérito de sus trayectorias que forman parte clave de la matriz de los liderazgos más propiamente latinoamericanos y a la vez más modernos y desafiantes, podemos decir enfáticamente que entre Brasil y Venezuela se da el abanico de lo realmente existente en América Latina.

 

Centrándonos en el plano más individual, la figura de un sindicalista, un actor poco común en las presidencias latinoamericanas y la figura de un militar, una figura que se repite excesivamente en Latinoamérica pero completamente aggiornada al siglo XXI, son las que representan Lula y Chávez.

 

Esta es la razón por la que sus partidos el PT, y el MVR, serían distintos a las propuestas vigentes, el primero como un partido anti - sistema  que se va adaptando en la Sexta República, y el otro como un partido que altera el sistema para siempre post-crisis terminal del “Punto Fijo”.

 

Los objetivos de esta investigación son tratar de llegar a una respuesta específica y concreta de una pregunta necesaria en los estudios de liderazgo, la relación necesaria y evidente entre los líderes y los partidos políticos a los que pertenecen a la hora de gobernar. En los casos de las presidencias que encararon el siglo XXI, se puede ver y entender que repasar qué son los partidos y qué son los líderes es fundamental. Tal vez esto termine por reforzar la comprensión cabal de los propios estudios de liderazgo.

 

Por esta razón se elige a Lula Da Silva y a Hugo Chávez Frías, estos dos líderes tienen un punto en común, ambos tienen que responder con partidos particulares demandas propias de los sistemas a los que pertenecen e inauguran un largo periodo presidencial ininterrumpido, y aseguran sucesiones que pertenecen a su procedencia partidaria, además terminan consolidando versiones contrapuestas pero complementarias en la unidad regional, léase UNASUR y MERCOSUR. Esto cambia la  idea de éxito en elecciones y del sistema democrático en América Latina, donde algunos partidos pueden atravesar largos periodos de tiempo en presidencialismos en pleno siglo XXI sin desgastarse completamente asegurando su permanencia y vigencia en la sociedad a la que pertenecen.

 

De acuerdo a los párrafos anteriores, llegaremos a la siguiente hipótesis de trabajo:

 

“Los líderes políticos latinoamericanos en el siglo XXI especialmente en Venezuela y Brasil habrían creado mecanismos partidarios para responder particularmente a los desafíos de cambiar el perfil de sus países”.

 

Marco Teórico:

 

En cuanto a los términos teóricos fundamentales de esta investigación cuenta el papel de la definición de Bonapartismo por parte de Karl Marx; las características del Príncipe de Nicolás Maquiavelo, y apreciaciones particulares de Ernesto Laclau en cuanto al concepto de populismo. En cuanto al problema de la discursividad me remití a  Hernán Hair, en este sentido se puede considerar importante las apreciaciones de Aboy Carlés y Emilio de Ipola, el segundo mostrando los límites existentes en el Estado por parte del populismo y del líder populista.

 

También se incorpora la noción de romanticismo político, y del valor de la idea con relación a los pueblos por parte de Carl Schmitt.

 

 Los textos consultados en primer lugar son El Príncipe, El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, y la Razón Populista.    

 

 

Consideraciones previas:

 

Este trabajo consiste en entender el papel de los presidentes, de los partidos políticos que los acompañan a lo largo de sus primeras presidencias. El populismo y el bonapartismo hoy no afectan en su totalidad el mundo del trabajo y que puede que sea la clave para entender qué hace a su razón de ser en el siglo XXI. Venezuela y Brasil son dos casos interesantes, desde el punto de vista de política interna, política exterior, economía, e incluso en disposiciones constitucionales hasta de los sistemas de partidos. A partir de ello se puede reflexionar a conciencia sobre la transformación que ha ocurrido en estos últimos años. Hay que tomar el valor fundamental del liderazgo político, el cual se define en la manera en que específicamente un líder político llevó adelante las políticas durante su gestión y como manejo su capital político en las distintas coyunturas políticas; es decir la estrategia versus el “estilo de gobierno”, a partir de allí la vuelta del “populismo” como una estrategia dominante en los presidentes de la región nos permite abordar este tema con mayor profundidad.

 

En los inicios del siglo XXI, el gran problema era el papel del Estado y de la democracia; la cual debería ser más “sustantiva”, los presidentes mantuvieron las características de los periodos anteriores; entre ellas un papel de intervención en la economía en el gasto antes que en la producción de bienes y servicios; la participación y autogestión de los trabajadores se mantiene relegada y aunque se pretenden nuevas formas todo queda bajo la democracia representativa, hay que recordar que el mercado interno en los 30´ y 40´ tuvo que ver con una coyuntura especial, la crisis del 29´-30´ y potenciaron otras características, las nuevas son el papel que tienen como mediadores principales en las consecuencias de la globalización. La democratización del mundo del trabajo sería la clave para un cambio más profundo de paradigma. La globalización es importante para entender el cómo y el porqué de estos presidencialismos, y como fueron tomados por anomalías por los distintos observadores de acuerdo a su ideología y al lugar de donde provenían, no es lo mismo el análisis que podría desarrollar Coppedge o Ellner que el que podría entender Ceresole, por esta razón  las especulaciones sobre el chavismo deben ser dejadas de lado si queremos entender que fue su actuación como un populismo. La historia puede mostrar a más de una teoría como un claro déficit de lo que es un fenómeno político y social. Las tendencias que debaten el chavismo sobre el populismo, son liberales, post marxistas, marxistas y conservadoras; nosotros tomaremos las similitudes existentes con Brasil quitando de lado el excepcionalismo.

 

Se podría afirmar que los presidentes latinoamericanos tomaron cierta senda progresista, por el hecho del propio agotamiento del neoliberalismo, sobre todo desde el punto de vista del discurso y la fundamentación ideológica, nuevamente esto haría del liderazgo parte importante de la reflexión, ¿Los liderazgos exitosos creen en el providencialismo? ¿No son justamente los líderes políticos débiles o alejados de la realidad los que optan por estas salidas?, se tratará de demostrar una polarización entre la base de apoyo a un proyecto político, el cual es una de las piedras fundamentales del populismo versus su debilidad ante los ciclos económicos. Ante esto nuevas posibilidades se fueron forjando de ellas, surgió el papel de Chávez siendo el que desafío algunas concepciones, entre ellas la de “Democracia Liberal” y Lula como aquel que entendió las reglas implícitas del juego, las tomó y las integro con las ideas primigenias del PT, pero más precisamente de su propio pensamiento personal. No obstante aquello los líderes políticos en tiempos de extrema personalización de la política siguen usando a los partidos, más cuando en el caso latinoamericano tienen que luchar contra los medios de comunicación y los grupos económicos, por buenas o malas razones. Es decir se mantiene la tensión entre el neopopulismo no estatista y el populismo clásico, estatista.  Por esta razón estos liderazgos han llamado la atención de muchos analistas previamente, trabajo brevemente repasará algunas cuestiones puntuales de sus gobiernos para tratar de dar con una respuesta contundente sobre lo que se cree que fueron sus primeras presidencias y entender el papel que tuvieron estas en la consecución de estos procesos en el tiempo, podemos decir que estas presidencias fueron exitosas, ya que replicaron el liderazgo exitosamente.

 

No obstante esto no hay que pensar que los líderes son providenciales por el hecho del tiempo que les tocó gobernar, sino que cuando profundizamos entendemos el papel necesario de las grandes estructuras en cada una de las políticas, en cierto sentido, aunque se puede relativizar su acción de gobierno más importante será entender qué hace a la sustentabilidad de estos presidentes que fueron re-electos y que continuaron dejando una marca importante América Latina. Además de que fueron los primeros que tuvieron que afrontar un cambio de ciclo más importante de los últimos años, el fin de la gran hegemonía unipolar planetaria de Estados Unidos, como ocurrió en los 80´ y los 90´ con el fin de la guerra fría, esto afecto en distintos puntos sus decisiones para bien o para mal. Podemos decir que en parte una parte de la oposición que estos líderes tienen esta completamente relacionada con ese establishment que nació o se reforzó en esos procesos. A partir de allí se pueden considerar que se tratar de hacer un recorrido en el papel de la economía, lo institucional, y el papel que tuvieron estos líderes en la conformación de de sus países. Los argumentos desarrollados irá acercando a Chávez y a Lula, a diferentes definiciones, las cuales serán todas útiles para entender, algunas cuestiones, la primera de ella, caracterizar un liderazgo tiene una gran importancia, porque nos permite entender, a) ¿Cómo los presidentes afrontaron las contradicciones principales del capitalismo? b) Cuáles eran las limitaciones reales a su manera de manejar el poder. c) ¿Qué otros actores se opusieron a su llegada al poder y dificultaron su acción de gobierno? d) ¿Qué consecuencias trajo esto para la sociedad en la que efectivamente gobernaron una vez que el periodo antes que nada queda circunscripto tanto en las condiciones de partida como en los legados que fueron dejando a lo largo del tiempo.

Los casos estudiados, Venezuela y Brasil, sus presidentes:

 

1.1- Las condiciones de partida en el plano político:

 

Lula Da Silva en Brasil y Hugo Chávez Frías en Venezuela, comparten puntos en común fundamentales. Algunas cuestiones que son importantes para entender su llegada al poder y el papel de la crisis de los partidos que fueron los dominantes en sus respectivos países. La idea de una nueva izquierda democrática es muy amplia ya que parte del: populismo, la social democracia y el social liberalismo, en este sentido la homogeneidad de colocar a Chile, Bolivia, Argentina, Ecuador, Venezuela, Brasil y Uruguay en el mismo grupo, demuestra que el concepto izquierda se ha usado de forma voluntarista y no analítica. La crisis en el sistema político anterior permite que accedan al poder, en el caso del PT fue el desafío al sistema constantemente primero en forma político económica en 1989, en las siguientes elecciones se transformó en una fuerza que al conquistar distritos empezó la negociación dentro de los canales convencionales, se planteaban posibilidades de alianzas que pudieran llevarlo a la presidencia. El caso del chavismo, la lógica del golpe militar fue la predominante y la incorporación a la vida democrática se dio más tarde, el crecimiento de la figura de Chávez y de otros militares golpistas llevó a la transformación del paradigma; no fue Chávez el primero de los miembros del MBR-200 que optó por este camino. Lula y Chávez eran las figuras más populares, expuestas por los medios de comunicación, considerando que los más importantes opositores eran empresarios representantes del empresariado brasileño. El carisma de los candidatos mantuvo la continuidad con el período anterior, lo que varía es la ideología implementada en el discurso.

 

El MBR-200 y la CUT de la que estaba compuesto mayoritariamente el PT, son resultados de crisis en las décadas anteriores, actores políticos que se gestan por fuera de la arena legislativa por lo tanto no fueron concebidos para ser partidos, en los dos casos se trata de una ruptura previa de la construcción desde el Estado, en el caso del MBR-200 de las ideas implícitas en el Pacto de Punto Fijo sobre la subordinación de las FF AA, en el caso del PT, del resultado de la decadencia del modelo del getulismo, es decir la construcción de un sistema en el cual el Estado contenía y subordinaba a los sindicatos. Chávez y Lula tienen en sus conflictos internos una relación específica entre el papel de los militares y de los sindicalistas respectivamente, Lula por mantener la ortodoxia económica, y Chávez por involucrar el ejército en la política. Partiendo de estas bases la maduración del proceso de izquierda en cada uno de los casos está fuertemente atravesado por la ideología de los autores citados, siendo esto motivo de controversia, mientras que algunos argumentan fuertes continuidades, otros auguran presupuestos completamente reaccionarios y de restitución del capitalismo, hay una tercera posición de izquierda heterodoxa que aparecerá muchas veces a lo largo de este trabajo, que como en cierto período histórico analizó la “excepcionalidad” del neoliberalismo en Latinoamérica, ahora hace los mismos planteos desde el punto de vista del progresismo.

 

El nuevo ciclo de la izquierda brasileña, iniciado con las huelgas obreras de finales de los años setenta, desembocó en la elección de Lula en 2002, como presidente de la República. Dicha izquierda también recorrió, a su manera, los dos primeros ciclos de estrategia política del continente. Antes de Lula y el Partido de los Trabajadores (PT), con el golpe militar de 1964 se había dado el agotamiento del modelo reformista clásico- del cual los gobiernos de Getulio Vargas (1930-1945 y 1950-1954) y Joao Goulart (1961-64) fueron los ejemplos más significativos-, al que siguió una breve etapa de resistencia armada, de 1966 a 1971. Encontró su límite cuando la represión artículo los movimientos populares, provocando una marginación de la izquierda. La agudización de los enfrentamientos derivados de la resistencia armada acentuó tal aislamiento, que llevo a una derrota relativamente rápida. (Sader,2009, p 26)   

 

El MVR por otra parte, continuación del MBR-200 fue en Venezuela una continuación de cierta presencia política e ideológica de lo que había quedado por fuera del pacto del Punto Fijo, además de una interpretación de la oficialidad media, la cual como en otros casos en Latinoamérica no se encuentra incorporada al sistema político, la maduración de este se da en la medida de la decadencia de la Acción Democrática y del COPEI, especialmente de Acción Democrática, este partido fue en su primer golpe de estado y el periodo conocido como el trienio, responsable de la primera etapa populista del país. Vargas y Betancourt ya habían sentado precedentes del populismo en sus respectivos países, en este sentido, la variación se dará en la base material de las sociedades estudiadas Brasil y Venezuela. Chávez llega al poder de acuerdo a la constitución de 1961, hace la reforma constitucional, esta tiene por fin asegurar su supervivencia y reemplazar el régimen de Punto Fijo, hay una evolución institucional y política, la economía al reforzar el presidencialismo quedó en manos de Chávez con una libertad mayor, hay relación de este punto con su resolución de la crisis, Chávez no empieza su carrera como un líder político que proviene del régimen sino como un “outsider”[2], los medios lo sostienen en el inicio de su carrera en parte porque creen que se trata de un fenómeno menor, terminada la primera presidencia, ya Chávez sería considerado como una verdadera amenaza para el status quo en Venezuela, lo que no quiere decir que escape por completo a la relación capitalista a escala internacional, en los comienzos este estilo de liderazgos y las atribuciones en el plano de la economía hicieron que se lo comparase a Fujimori y a Carlos Menem. La sociedad venezolana tiene una demanda importante en la reforma de la constitución la cual ve como alternativa para poder cambiar el resultado de ella, el Punto Fijo. No obstante, la visión continuista de no cambiar el canon de 1961, fue lo que nunca fue acordado por Chávez, a partir de allí, la oposición política se mantendrá errática. Todas las reglas de juego irían cambiando, y las antiguas élites no sabrían qué hacer, no fue víctima sin más bien un papel plenamente incompetente. 

 

Lo cierto es que Chávez mismo hace variar sus promesas de gobierno a lo largo del tiempo, esto tiene que ver con qué consideraba que era la base de su sustentación, el discurso de este presidente se va haciendo clasista con el tiempo por lo que habría que considerar que el bolivarianismo primigenio con el paso de los años llevaría al socialismo del siglo XXI actual. No son ideologías en el sentido clásico porque tienen limites bastante difusos, la consideración que hace Laclau de populismo, en el cual gran parte de los gobiernos latinoamericanos son caracterizados encontraría poco para explicar exactamente qué es el chavismo. El bolivarianismo es la variante originaria del discurso, por medio de la cual se redefine la sociedad venezolana en términos populistas. Lula en cambio tenía un discurso de izquierda que para el momento en que es presidente ya no se encuentra sino en la socialdemocracia, la tercera vía, y la necesidad de mantener como elemento dominante de nacionalismo para poder contrastar contra la gestión anterior de Fernando Henrrique Cardoso. Esto se ve en su elogio al proceso militar como aquel que había modernizado el país, y el hecho de que el PT jamás cumpliría su promesa de democratizar el acceso al estado y en el mundo del trabajo.

 

Irene Suárez, otro outsider que compartió parte de la campaña con Chávez y forma parte de un periodo donde la verdadera crisis se encontraba en Acción Democrática y COPEI, ¿no fue acaso irresponsable tanto Caldera como Pérez en su papel hacia el final del pacto del punto fijo? Chávez de hecho en su primera campaña presidencial al no manejar la mayoría de los resortes del Estado se encontraba en desventaja versus la oposición que luego se dedicó a reducir y arrinconar, ¿Los argumentos que hoy se usan contra el chavismo no se podrían haber utilizado contra los últimos elementos del puntofijismo? El régimen adecopeyano fue un fracaso fundamental e incluso si la alternativa chavista no surgía, el hecho de tener que afrontar la crisis económica se hubiese vuelto algo incierto para cualquier presidente. Los partidos del establishment tenían un problema para financiarse y habían sido abandonados; por su parte Chávez había logrado el apoyo de algunos empresarios consiguiendo los recursos necesarios. Nos podemos dar cuenta que la estrategia de desplazar a Chávez de manera torpe tratando de unificar a la partidocracia frente  a Chávez fue destrozada desde todo punto de vista ya que justificaba las pretensiones de Chávez de reemplazar el régimen, era sin duda una profecía autocumplida, lo cual ocurrió en muchas elecciones populistas. No podemos decir que Chávez avanzará sobre la sociedad venezolana como un líder autoritario, lo que podemos decir es que el militarismo de Chávez empezó en el momento donde el mismo para poder sobrevivir suma las FF AA al gobierno civil, afectando más las ideas originales en torno al Punto Fijo. A partir de ello podemos entender que en un periodo breve de tiempo, las condiciones de las sociedad estaban dadas para las transformaciones que se dieron bajo el chavismo, la política convencional estaba desacreditada y el ejército por su parte no. A este último no se lo relacionaba como al resto de las FF AA del continente como parte del imperialismo. Lula por el contrario toma ciertas condiciones como importantes, una de ellas aceptar el Plan Real [3]de Cardoso como una premisa fundamental de lo que era Brasil en el 2002, lo cierto es que Cardoso, fue, es y será oposición a Lula, el PT y a su sucesora Dilma, en este sentido, tal vez el Plan Real por su éxito relativo fue mantenido en la práctica además de que daba la chance de poder tener la coalición real de la Lula se basó para poder gobernar. Los aliados de derecha de Lula hubieran sido imposibles si hubiese mantenido los postulados de un PT, en el cual el empleo y el keynesianismo entre otras medidas hubieran hegemonizado la agenda. De hecho, tanto Argentina como Venezuela, casos más extremos en tanto a las políticas de gasto; comenzaron a radicalizar el papel del gasto público y la lógica populista luego de un periodo prolongado desde el punto de vista de las políticas públicas, lo primero en toda la región como en los 80´, 90´ fue negociar con los organismos multilaterales de crédito, el PT mantuvo siempre una ortodoxia mayor y prefirió seguir el ciclo económico.  

 

1.1-1. El papel de la democracia como sistema político contemporáneo en Latinoamérica:

 

            Para poder describir el gobierno de los presidentes Lula da Silva y Hugo Chávez Frías, destacamos el papel del sistema representativo y de la democracia procedimental, en este punto la descripción no es menor, se explicita cierta relación necesaria que hace posible el populismo, en medio de la cual, las transformaciones del neoliberalismo conformaron una serie de expectativas en la totalidad de todos los actores políticos, desde ese momento queda claro que desde las alianzas más amplias dentro del sistema político hasta la confrontación más enconada hacen que la relación de acuerdo o desacuerdo tenga que ver con un valor fundamental, el papel de una “opinión pública” que ante todo esta para aprobar o desaprobar gobiernos. En este punto de vista queda enunciado que el problema general de la representación se termina convirtiendo en una obsesión normativa, es complejo tratar de entender donde empiezan las expresiones de deseos sobre los regímenes políticos y donde comienza la realidad, mientras que los que son dados al estudio de los populismos terminan siendo adeptos al estudio del análisis de las identidades políticas como Laclau, donde se pone el acento sobre el papel de los nuevos actores y las nuevas luchas sociales que serían cristalizadas en nuevas formas de  la acción política, entre ellas el populismo, en este sentido, una larga objeción sistemática se desarrolla sobre el papel de la representación  y el juicio de la ciencia política de corte institucionalista que no queda sólo en la democracia delegativa sino que va más lejos. El momento instituyente de la política queda muy alejado de la lógica contractualista.

 

¿Y qué ocurre con un gobierno que hace felices a sus súbditos cuyas políticas son ampliamente aceptadas por ellos? ¿Podríamos mostrar que un gobierno es representativo demostrando su popularidad entre los súbditos? Creo que, en este caso la tentación de responder afirmativamente es muy fuerte, pero debemos ser cautelosos. ¿No podríamos imaginar casos que digan lo contrario? Supongamos que una somnolienta isla tropical (para situarla mejor antes de la Segunda Guerra Mundial) es deliciosamente administrada por un benevolente déspota colonial. Los nativos lo aman. Pero con seguridad esto no es un gobierno representativo. O también, un dictador puede perfeccionar una nueva droga tranquilizante, y alimentar con “píldoras de la felicidad” a sus súbditos de forma que aprueben absolutamente todo lo que él haga. Seguramente no se trata de un gobierno representativo. Una vez más hay que decir que el contentamiento de los súbditos de forma que aprueben absolutamente todo lo que el haga. Seguramente no se trata de un gobierno representativo. Una vez más hay que decir que esto no basta para decir que se trata de un gobierno representativo. Una vez hay que decir que el contentamiento de los súbditos no basta para definir la representación. […]

 

Cuando un gobernante manipula una masa inerte de seguidores de acuerdo a su voluntad, dudamos al decir que los representa. De igual forma, si un grupo de interés se empeña en una vasta campaña de propaganda para persuadir el público en su favor de una medida, no contemplamos esa actividad como representación del público. (Pitkin,, p.236-237)

 

De esta manera queda claro que ciertas consideraciones sobre el papel de la representación y la satisfacción de demandas nunca serán consideradas como representativas y como democráticas por lo que llegado cierto punto la controversia, de cuál es el real apoyo de los populismos latinoamericanos con sus liderazgos específicos en estos casos se convierte en un punto realmente controvertido. Así los gobiernos de Lula y de Chávez son difíciles de caracterizar, ¿Qué se necesitaba realmente para el periodo? No obstante hay que tomar en consideración el papel del populismo de Ernesto Laclau para mediar con lo que se considera la manera inédita de interpretar esta forma, el papel de las demandas, las cuales alteran el papel del análisis:

 

El camino que hemos tratado de seguir para tratar estas cuestiones es doble. Lo primero ha sido dividir la unidad del grupo en unidades menores que hemos denominado demandas, la unidad del grupo es en nuestra perspectiva, el resultado de una articulación de demandas. Sin embargo esta articulación no corresponde y positiva que podríamos considerar como una totalidad unificada: por el contrario puesto que, toda demanda representa reclamos a un determinado poder establecido, ella está en una relación peculiar con ese orden, que la ubica a la vez dentro y fuera de él. Como ese orden no puede absorber completamente la demanda, no consigue constituirse a sí mismo como una totalidad coherente. […] en tanto de un cemento social que una a los elementos heterogéneos- unidad que no es provista por ninguna lógica articulatoria funcionalista o estructuralista- otorga centralidad al efecto en la constitución social, Freud ya lo había entendido claramente: el lazo social es el lazo libidinal. (Laclau, 2005, p.10-11)          

                       

La nueva manera de entender la relación de representación deja de ver patológica la relación que hay entre las masas y su comportamiento, se parte de escapar de los reduccionismos que se fundaron en Le Bon y en la capacidad de la manipulación de las masas, esto es especialmente importante para entender la nueva visión en torno al papel del populismo y la relación con las masas.

 

No cabe duda que esto es el resultado de dos supuestos principales que fundamentan su pensamiento y que han dominado gran parte en gran medida las primeras etapas de la psicología de las masas. […] entre las formas normales de organización social y los fenómenos de masas coincide en gran medida de lo que separa lo normal de lo patológico. A su vez este primer supuesto está inserto e otro que sin duda está presente en Le Bon, pero también la mayor parte de la literatura de época relativa al comportamiento de las masas: la distinción entre racionalidad e irracionalidad coincidiría ampliamente con aquella entre el individuo y el grupo. (Laclau, 2005, p.46)  

 

                      

1.2- El papel del gobierno de Lula y Chávez:

 

Estos líderes son más prudentes de lo que ciertos acercamientos no académicos querrían pensar. Lo cierto es que en Chávez y Lula hay menos improvisación que en líderes populistas pero neoliberales como Carlos Menem. En parte porque la crisis latinoamericana tiene características distintas que aquella que llevaba a la reforma del Estado, mientras que la segunda era presionada por parte de los Estados Unidos, la primera es decir los populismos del siglo XXI son una respuesta local, como lo fue en su momento en los 30´ y los 40´ el modelo de sustitución de importaciones el cual consistía en responder a ciertas condiciones generales del capitalismo internacional. Es un  hecho importante tener en cuenta que la administración Bush, a diferencia de su antecesor quiere tener un papel más duro con los países latinoamericanos y las condiciones de financiamiento. En parte para forzarlos a entrar al ALCA, en parte porque consideraba que el ejemplo sería útil para mostrar a un Estados Unidos más duro en cuanto a la negociación internacional. Un punto que es un fundamento para re pensar las trayectorias de estos presidentes forma parte de las consecuencias que conllevaron sus estilos de liderazgos. Lula da Silva fue un presidente importante en Latinoamérica pero no creó una polarización lo suficientemente importante para que fuera tomado por sus pares continentales como un modelo a seguir de forma específica como Chávez. Podemos decir que hay sin embargo una concepción internacional sobre qué es la “izquierda democrática”, y en este sentido los liderazgos son analizados a partir de estos puntos a priori.

 

En la actualidad, tanto los dirigentes de izquierda como los académicos europeos observan con una profunda perplejidad la efervescencia política de una región a cuyos líderes creían también ganados por las virtudes del mercado. En 1999, Javier Santiso describía la conversión de los “buenos revolucionarios” en “buenos liberales” en el marco de las transiciones democráticas, como procesos “alimentados de decepciones y desencantos respecto de las revoluciones”, caracterizados por una “adhesión a una economía política de lo posible, una economía y una política más preocupadas por una ética de las consecuencias que por una ética de las convicciones”. Un análisis confirmado por la praxis a la vez pragmática y liberal de los jefes de Estado, autoproclamados de “izquierda moderna”, como el chileno Ricardo Lagos o el boliviano Jaime Paz Zamora. (Do Alto, p.83)

 

Lula consideró necesario mantener cierta línea económica de lo cual iría demostrando que gobernaría mediante el pragmatismo y siendo cuidadoso de no romper la compleja base de sustentación que en medio de esa coyuntura se había generado, por otra parte llegó con una unión de intereses que no se vio completamente representada en el plano ideal por el PT, la gran burguesía ganó el espacio central, el papel de Lula es algo que lo haría chocar con la izquierda de su país, que tomó líneas parecidas al Chavismo u otras formas de marxismo. No obstante esto queda recordar el papel siempre importante de la manipulación de los líderes de acuerdo a sus objetivos, los cuales quedan siempre velados entre las intenciones supuestas y las acciones concretas y verdaderas, ¿Cuál sería el papel del discurso y la legitimidad dentro de este sistema?

 

Así un príncipe siempre debe cuidar mucho que nunca salga de su boca algo que no este lleno de las cinco cualidades mencionadas; y al que lo mira y escucha, debe parecer todo clemencia, todo fe, todo integridad, todo religión. Y no hay cualidad más necesaria que esta última. Los hombres en general juzgan más por los ojos que pero las manos, porque el ver pertenece a todos, pero el palpar a pocos. Todos ven lo que pareces, pocos palpan lo que eres, y esos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de muchos que cuentan en su defensa con la majestad del estado. […] Procure un príncipe vencer y conservar el estado: los medios que utilice siempre serán juzgados como honrosos y elogiados por todos, por que el vulgo se atiende a las apariencias y a lo que sucede, y en el mundo no hay más que vulgo; y los pocos no tienen lugar en él, cuando los muchos tienen dónde apoyarse. (Maquiavelo, 2003, p. 53) 

 

En este sentido vale tomar en cuenta otra interpretación posible de cómo se presentaba el chavismo ante la sociedad venezolana:

 

Los protagonistas del ciclo de victorias de izquierda iniciado a fines de los 90, aunque comenzó con un Hugo Chávez que en su primera elección revindicaba la Tercera Vía, a primera vista no tienen nada que ver con sus antecesores. Ya se trate de Luiz Inacio Lula Da Silva en Brasil, de Evo Morales en Bolivia, de Néstor Kirchner en Argentina o Rafael Correa en Ecuador, sus triunfos electorales pueden percibirse como la expresión nacional de un rechazo a los efectos de las políticas económicas neoliberales que es común al subcontinente. […] una retórica nacionalista y desarrollista que veinte años de ajuste estructural y privatizaciones parecían haber vuelto obsoleta para siempre. Sin embargo se sigue queriendo oponer a los dirigentes de esta nueva izquierda latinoamericana, a punto tal que el discurso de sobre las “dos izquierdas” se ha vuelto una antífona repetida hasta el cansancio tanto en el campo político como en el intelectual. (Do Alto, p.84)

 

 Lula por su parte mantiene la continuidad sobre el manejo de la moneda y la política económica relativamente concensuada con el empresariado forma parte del “misterio”[4] de Lula como primer mandatario. Esto no es más que entender el papel del presidencialismo en Brasil y de un estilo de liderazgo de Lula, tal vez en el la línea ejecutivista, y más decisionista queda matizada no como la de Chávez. Esta relación es el punto más interesante para entender el papel del Estado de derecho en las dos presidencias. Lula nunca va ir explícitamente contra la constitución de su propio país, sino que en todo caso, usará las reglas informales del sistema para construir su real polítik, esto es lo que no hace despreciable el papel del liderazgo de Lula, ya que lo pone en sintonía con el funcionamiento del sistema político brasileño ayudando a entender lo que es su evolución. Chávez por su parte dejó ciertas pautas que se podrían ver los gobiernos de Kirchner, Correa y Evo Morales. ¿Tendrá que ver esto con las economías de los países? Hay relaciones interesantes para re pensar las condiciones sobre las cuales se constituyó de alguna manera los procesos que dieron parte a esta tensión de modelos políticos. No obstante incluso desde lo estructural queda un espacio para la decisión, esto es lo que genera liderazgos distintos. Además teniendo en cuenta que el liderazgo en parte se funda por sobre el prestigio y que el estudio del liderazgo queda determinado por la forma en la que los líderes confirmaron su capacidad o no para mediar con las crisis, y que esto fue la característica de que para que haya un líder con liderazgo este tiene que hacer acciones extraordinarias que lo legitimen como tal, este es el papel de los presidentes latinoamericanos hoy, pero esto reside en la misma esencia de la crisis del estado contemporáneo, vale decir entonces que “el Príncipe” es la figura a remitirse para explicar “el Líder”.

 

Ninguna otra cosa a un príncipe tanta estima como las grandes empresas y los ejemplos poco comunes que pueda dar de sí mismo. Nosotros tenemos en nuestra época a Fernando de Aragón, actual rey de España. Fernando puede ser considerado un príncipe nuevo, gracias a su fama y a su gloria, de rey débil que era se convertido en el primer rey de los cristianos. Y si examinamos sus acciones encontraremos que la mayoría de ellas son notabilísimas cuando no extraordinarias. Al principio de su reinado atacó Granada, y esa empresa fue el fundamento de su estado. En primer lugar la empresa inició en un momento de paz interior y sin temor de encontrar obstáculo alguno; así, mantuvo ocupadas las energías de aquellos nobles de Castilla que, pensando en esa guerra, no pensaban en conspirar. Mientras tanto, y sin que los nobles advirtieran, adquiría reputación y dominio sobre ellos. Y con dineros de la Iglesia y de los ejércitos pudo sostener a los ejércitos, dando con esta larga guerra un sólido fundamento a sus propias tropas, que después le dieron un gran renombre. (Maquiavelo, 2003, p. 64)       

 

Si a esto se le suma el hecho de que la masa puede “enamorarse” de un líder hay con una contradicción entre los que se identifican y el margen de acción del político según el caso:

 

[…] formación del grupo en términos de vínculos equivalentes forjados por personas como resultado de su amor común hacia un líder (un amor que, por supuesto, ha sido inhibido de sus cuestiones sexuales). “Un grupo primario de este tipo está formado de este está formado por cierto número de individuos que han puesto el mismo y único objeto en el lugar de su yo ideal y consecuencia se han identificado se han identificado entre sí entre sí en su yo”. Debemos retener para nuestra discusión posterior dos cuestiones implícitas de análisis […] pero no entre ellos y su líder, con lo cual se cierra la posibilidad de ser Primus ínter pares. Segundo que la base de esta identificación sólo sería exclusivamente por amor al líder. (Laclau, 2005, p. 80)         

 

También es cierto que Chávez como Kirchner en particular fueron con el tiempo buscando la lógica de confrontación de los populismos clásicos, tal cual lo entendía el peronismo.

 

Más allá de los eufemismos, esta claro que la idea es la misma. Asimismo, otro de los elementos del discurso político del comandante Chávez que lo vincula con el populismo clásico es el antagonismo clásico con “la oligarquía”, que pudiéramos interpretarlo como una alusión a la clase política y económica usufructuaria del poder en el pasado inmediato. Esta “clase oligárquica” sería la responsable de la marginación económica y la política del resto de la sociedad (“la colectividad”, “el pueblo”) y abre las puertas- en la mejor tradición peronista- para la división maniquea de la sociedad, en términos de revolucionarios y contrarrevolucionarios, patriotas y traidores, etc. (Cividanes, 200,p.152)

 

En este sentido el activismo de Chávez creo un polo que desplazó una buena parte del modelo de posibilidad para los países latinoamericanos, y a nivel mundial cuestionó algunos fundamentos clave. Cierta política petrolera de ayuda a otros países, hizo que su revolución fuera exportable, sin tener sin embargo que llevarla por medio de elementos militares, la figura de Chávez repite de alguna manera lo que fue la figura de Castro en la segunda mitad del siglo XX. En este sentido, el liderazgo de Chávez en la región es clave para entender que lo importante en las dicotomías que ocurren se da en torno al papel de la economía. Hay cierta fe que el Estado como tal es el capaz de llevar a cabo estas transformaciones. Venezuela era un país que estaba en crisis por la reforma del Estado durante los años 90´ en la cual tanto Carlos Andrés Pérez como Rafael Caldera habían fracaso en los intentos sucesivos de recorte teniendo el Caracazo como producto de una gran crisis como el 17 de Octubre en Argentina en 1945,[5] son momentos donde las clases subordinadas se encuentran de alguna manera participes fundamentales de la historia de sus países, hay que considerar que en su momento de oro, la AD y el COPEI, llegaban a toda la sociedad ordenando gran parte de la vida social. Se puede decir que el primer mandato de Chávez tuvo la facultad de mostrarse como la salida que luego irían adoptando los distintos presidentes desde el punto de vista del financiamiento de los organismos multilaterales de crédito. Podemos también ver que la crisis política se superpone a la crisis económica, de esta manera queda en cuestión entender cómo se desarrolló esta cuestión. Lula en todo momento tomó a Chávez como un elemento que debía ser contenido dentro de los planes generales de Brasil. La expansión de la lógica del bolivarianismo se exportó a toda América Latina, congregando diferentes posiciones, y contradicciones. Entre ellas, la de las fuerzas políticas que siendo “chavistas” se encuentran en contra de los presidentes de Brasil y de Argentina, en este sentido, la izquierda chavista es un fenómeno nuevo. No obstante esto, no ha habido conflictos internos con esos países, y la presión internacional no fue tal como la que ocurría con Cuba, la OEA y Estados Unidos, no forzaron el aislamiento total de Chávez. En este sentido el proyecto bolivariano se extendió más allá de las ideas de la primera presidencia, pese las críticas de las inconsistencias sobre el chavismo, la integración latinoamericana se daría en etapas. El primero de estos elementos fue la relación privilegiada con Fidel Castro, y partir de allí otros conceptos, como Telesur y la intención de ser el gran proveedor de gas y petróleo de America Latina como de alguna manera lo es Rusia, de Europa Occidental. La relación con Fidel Castro ayudó a que Chávez  en un primer momento a que no fuera visto en la región como un militar que repetía la larga tradición de autoritarismo latinoamericano. El fin del aislamiento de Cuba generaba una excepcionalidad sobre la cual, nadie había previsto a lo largo de la década en trascurso. Se puede decir que Chávez de alguna manera hegemónico cierta concepción ideológica de todo el ciclo de progresismo latinoamericano. Chávez sintetiza las aspiraciones del período:

 

Pero la representación es más amplia que la comprensión conceptual. Lo que permanece es la necesidad de ese objeto imposible de acceder de alguna manera al campo de la representación. No obstante la representación tiene, como sus únicos medios posibles, las diferencias particulares. El argumento que he desarrollado es que en ese punto existe la posibilidad de una diferencia, sin dejar de ser particular, asuma la representación de una totalidad inconmensurable. […] Esta operación por la que una particularidad asume significación universal inconmensurable consigo misma es lo que denominamos hegemonía. (Laclau, 2005, p. 95)   

 

Brasil y Venezuela terminaron creando escenarios diferentes, mientras que la trayectoria de Venezuela quedó en manos de Chávez y puede que su liderazgo haya concebido un proyecto bolivariano de difícil consolidación, Brasil sigue siendo una potencia regional, la pregunta estará en qué punto la preferencias de Brasil quedaron atadas a la gestión de Lula Da Silva, en este sentido, el MERCOSUR en su estado actual y con la posibilidad de expansión con Ecuador, negociación con Paraguay, la dependencia de Argentina y Uruguay, genera cierto tipo de triunfo de la alternativa de la economía más grande la región. ¿Será el momento de considerar la lógica que se opone entre el nacionalismo y la integración latinoamericana? La crisis sobre la hegemonía de este “régimen liberal” [6]de la distribución petrolera en un “petro-Estado”, es parte de lo que con Chávez pasará a ser la contra cara, una forma anti liberal de entender el estado y la redistribución, lo cual va a generar que las burocracias de PDVSA y la clase media de Venezuela se vayan resintiendo contra Chávez. En este sentido el populismo es explícito, la política de dar poder a los sectores más pobres de la sociedad es real, lo cierto es que esto se da también con la relación exclusiva con la figura de Chávez, lo que llevaría a la acumulación de poder. Lo que también lograría que luego de su primera presidencia, la legitimidad fuera tal que el golpe de Estado que en 2002 siguió apenas terminada su primera presidencia fuera un completo fracaso. Si tomamos en cuenta que Chávez se hace famoso por un intento de golpe militar fallido de 1992 podemos entender que Venezuela estaba en una crisis terminal en el sentido de los partidos no habían podido re-editar el papel de ese estado que repartía las ganancias de las rentas del petróleo, lo cierto es que la disciplina de los partidos se volvía inútil cuando los líderes partidarios rompían con el propio sistema para poder ser presidentes, el mejor caso Rafael Caldera. Chávez de alguna manera elemental vuelve a activar este sistema pero moderniza los medios para hacer esto posible, el chavismo podría haber sido una salida más autoritaria y ser un golpe militar más de corta vida pero comprensible en el papel general de la inestabilidad crónica de Latinoamérica, por eso es importante tener en cuenta el papel de Velasco Alvarado en Perú y Torrijos en Panamá, ya que estos pueden ser parecidos y hasta una fuente de inspiración para Chávez pero no significaron una atadura dogmática a la cual ajustaría sus decisiones. En vista al proceso estudiado, la recuperación de las economías, lenta pero consistente, y el cambio del perfil productivo, se puede entender que en la puja que atravesó el periodo entre China y Estados Unidos, la integración de los países como Venezuela y Brasil es anómalo porque no se dio en el plano de la total apertura. Una de las grandes preguntas que quedan sobre todo el periodo es cuál sería el papel de Cuba, y de las otras naciones que de alguna manera no se integran a los planes de liberalización total. Una de las grandes diferencias que existen entre  Chávez y el de Lula es el grado de adaptación al régimen anterior. Podemos decir que en Argentina y en Venezuela, se recurrió a la idea de que la Constitución reformada al fin liquidaba los problemas políticos, dando las “correctas instituciones”, de hecho en Argentina en 1994, se dio una reforma que no fue exitosa que termino desembocando en el 2001, y luego en Venezuela si se dio una reforma exitosa donde Chávez con la constitución de 1999 logró una estabilidad perdurable, hay que tener en cuenta que Fujimori es otro caso de reforma constitucional exitosa, y Chile lo es desde el punto de vista de la continuidad del pinochetismo. Tal vez dentro de esos esquemas se pueda hacer una valoración correcta de lo que fueron las modificaciones constitucionales a grandes rasgos. Podemos tener en cuenta una nota de importancia, la salida de De Gaulle en la creación de una constitución semi-presidencial, para poner fin a la IV República Francesa representó el fin de la crisis congénita del modelo asambleario de la Francia de la III y IV Repúblicas con excepción de la fórmula bonapartista.  En este sentido la reforma de la Constitución en 1998 representa esto, la tensión entre democracia liberal y democracia participativa en Chávez está latente. También lo está el cuestionamiento a la lógica populista. De fondo, la democracia con Chávez evoluciona a la sociedad que Chávez tenía por meta, una en la cual la unidad de la nación fuera más importante que el pluralismo político. Esta forma de entender la política claramente tiende a sociedades divididas y a una puja por ser la fracción mayoritaria. También debemos tener en cuenta que una relación general entre lo jurídico y la vida de la totalidad de la sociedad, basta entender esto para poder decir que la relación estructura y súper-estructura, en este caso la constitución puede ser abordada de manera distinta en este sentido:

 

En primer lugar, me parece, es necesario señalar lo siguiente: se darán cuenta que para Rougier, como también para los ordoliberales, lo jurídico no es del orden de la superestructura. Esto es: no conciben que lo jurídico esté en una relación de pura y simple expresión o instrumentalizad con respecto a la economía. No es la economía la que determina lisa y llanamente, un orden jurídico, esté en una relación pura y simple expresión o instrumentalizad con respecto a la economía. No es la economía la que determina lisa y llanamente un orden jurídico que tenga una relación de de servicio y de servidumbre a la vez. Lo jurídico informa a lo económico […] La significación teórica la vemos de inmediato, me da vergüenza insistir: quiere decir que en vez de oponer un elemento económico que sea del orden de lo supra, en realidad hay que hablar de un orden económico jurídico. […] De hecho lo económico debe entenderse de entrada como un conjunto de actividades reguladas. Un conjunto de actividades reguladas cuyas reglas tienen niveles, formas, orígenes, fechas y cronologías diferentes. Estas reglas pueden ser un habitus social, pueden ser una prescripción religiosa, pueden ser una ética, un reglamento corporativo y asimismo la ley. (Foucault, 2007, p.194)             

 

            La constitución de 1999 en Venezuela ocurre lo inverso, se soluciona la crisis de gobernabilidad pero se crea una crisis general en el Estado, ya que los opositores relevantes a diferencia de la solución francesa; pese a que esta tuvo amplia libertad para modificar el sistema, nunca reconocieron de hecho gran parte de las reformas que se introdujeron con el chavismo. En este sentido De Gaulle fue un político del orden para la burguesía francesa, mientras que Chávez fue el gran desestabilizador. En Francia, la crisis era terminal desde el punto de vista más clásico, la aparición de factores anti sistema y la necesidad de poner fin a una estabilidad que se profundizaba hacia el fin de la guerra de Argelia, la crisis fue solucionada en forma tal que el ejecutivo fuera la garantía del Estado. En los regímenes presidencialistas donde el presidencialismo es preponderante, incluso los acuerdos como el Punto Fijo, no resuelven el problema del gobierno y del Estado. De esta forma el bonapartismo puede ocurrir en una forma completamente distinta, ya que la toma del Estado, y la necesidad de gobernabilidad pueden fundirse completamente. El primero de ellos es de República de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela, este sería el signo de la cuarta a la quinta república. Otros de ellos fueron la incorporación de variados derechos sociales, y la totalidad de la propiedad de PDVSA. Estos reclamos reencauzan el papel de la lógica rentista y del populismo.

 

Venezuela y Brasil son economías distintas, tanto que comparar a Chávez y Lula superficialmente lleva a errores asombrosos, Brasil es comparable con Rusia, u otro miembro de los BRICS como la India en tanto al tamaño del PBI. Ambos son dependientes de la llegada de los grandes capitales, pero ambas han creado maneras distintas de llevarse con ellos. La seguridad jurídica de Brasil es mucho mayor que la de Venezuela; no obstante esto, en Venezuela las condiciones de los acuerdos son mucho más discrecionales por lo tanto el papel del extractivismo petrolero con Chávez crece de manera espectacular, la cuestión general es que Chavismo cree que ese petróleo tiene que manejarse como la garantía más importante, de alguna manera toma como otros países petroleros como Arabia Saudita la preocupación por obtener los mayores beneficios posibles y no ceder a la presión internacional por petróleo barato. Brasil terminó con Lula cabalgando en una gran contradicción donde ni empresarios ni movimientos sociales estaban conformes:

 

La coalición política que apoya a la administración federal en el Congreso se rebela contra los directivos de la política general que emanan del círculo interno del presidente (conocido como el hard core del presidente) Los empresarios industriales se reúnen continuamente en Brasilia para demandar cambios en la política económica. Los movimientos sociales conectados tradicionalmente con el Partido de los Trabajadores (PT), tales como el Movimiento de los Sin Tierra o de los funcionarios, están abiertamente en conflicto. Solamente los inversionistas financieros, internos y extranjeros, parecen apoyar las políticas del presidente, antes arduamente opuestos a él en la campaña electoral. ¿Qué es lo que marcha mal? (Carvalho-Ferrari Filho, 2004, p.56)

 

            Además esto cuenta como parte del resultado general de lo que ya ocurría en Brasil desde el punto de vista económico:

 

Sin embargo Cano argumenta que la sustentabilidad del modelo neoliberal descansa sobre los flujos constante de capital extranjero que provocan un aumento de la dependencia externa. Es decir, se trata de un modelo que es intrínsecamente importador de bienes, servicios e insumos, de modo que exige un volumen creciente de ingreso de capitales que, además de endeudar en el país, causan debilidad y discontinuidad en el crecimiento así como  una alta susceptibilidad a las crisis internacionales.

 

Pero ¿Cuáles fueron las consecuencias del modelo neoliberal en Brasil? Francisco de Oliveira señala que entre 1980 y 1999, se perdieron aproximadamente más de 3 millones de puestos de trabajo asalariado, de los cuales 2 millones pertenecían al sector industrial; la tasa de desempleo llegó a los 9,6% de la población económicamente activa cuatro de cada cinco empleos creados en esos años pertenecieron al sector informal y el 40% de los trabajadores tenían empleos formales no regulados. Oliveira afirma que la desregulación, la privatización y la restructuración implementadas por Carodoso incidieron en la disolución de la clase obrera industrial que había surgido durante la época desarrollista, además de que se trastocaron todas las relaciones sociales, económicas y políticas. Oliveira afirma que este panorama trajo consigo la eclosión de un período de indeterminación en el medio del cual Lula obtuvo su victoria presidencial. (Valero, 2012, p.6)     

 

El precio del petróleo afecta a la hora de pensar las relaciones con Estados Unidos con: Irán, Venezuela, Irak, en ese momento países enemistados con la administración Bush fueron parte de un eje que poco tenía que ver con los antagonismos ideológicos sino con una campaña que Estados Unidos manejaba para alterar ciertas cuestiones que hacían al comercio internacional de este commoditie. En cambio, Brasil los capitales y las inversiones se manejan de otra manera que en lo que concierne a Venezuela, aunque Brasil tiende a re-primarizarse en cada crisis importante de la economía, bajo Lula como con Kirchner, la soja transgénica avanza en el país generando divisas e inversión, los cuales permiten hacer lo mismo que Chávez con la entrada de la renta petrolera; ampliar los planes sociales. Esto muestra que el populismo tiene un lado importante en la política pública que necesita de ciertas formas de administrar el Estado, sería increíble que la identidad política de los sectores postergados no fuera re-definida sin un sustento material y concreto. Las primeras presidencias, las condiciones iniciales, las relaciones de fuerza a nivel social, económico y político implicaban, una sobriedad con la economía que parece difícil de observar en quienes sólo quieren oponerse al populismo. El populismo y estos presidencialismos hay mucha menos improvisación de lo que a muchos les gustaría pensar. Los dos siguientes casos son la gestión ministerial y el modelo productivo:

 

La primera etapa de los mandatos del gobierno de Lula estuvo marcada por la hegemonía incuestionable de Antonio Palocci y su interpretación ortodoxa del sostenimiento del modelo económico heredado. […] la lentitud de la reforma agraria, el distanciamiento con los movimientos sociales y un discurso de Lula desmovilizador, apuntando todo ello hacia un régimen que mantendrá el modelo neoliberal, incumpliendo las prioridades sociales prometidas por Lula. (Sader, 2009,p.31)

 

Señales del continuismo de las políticas de Carodoso en la administración de Lula fueron también la explotación masiva de materias primas- materializada en las agroexportaciones y en la reprimarización de la economía- así como la apertura del país y su mano de obra a las empresas transnacionales- que causa la flexibilización del trabajo.- Igualmente se mantuvieron los pilares de la política económica del período anterior: las metas de inflación, el régimen cambiaron con tasa fluctuante y las metas de superávit primario. […]

 

[…] el “gobierno de Lula” siguió el camino hacia la financiarización y el crecimiento inducido de las exportaciones con el sector de los agronegocios a la cabeza, dando como resultado una gran concentración de la riqueza basada en mano de obra expropiada. Lo cierto es que, bajo el gobierno del PT, han crecido enormemente los beneficios de los bancos, especialmente con el alto pago de intereses que inciden en el detraimiento de la rentabilidad de la producción de bienes y constituyen una transferencia de renta al sistema financiero. (Valero, 2012, p. 11)     

 

 Lo cierto es que en su primera presidencia Chávez estaba centrado en el papel que tenían las FF AA y el Estado, antes que en el papel redistributivo del modelo chavista estaba más centrado en poder conseguir la inversión extranjera fue a Wall Street, la primera etapa es profundamente más estratégica de lo se quiera suponer, en el caso de Lula se da algo similar; el papel del PT, el futuro del Real, el crecimiento económico estuvieron en el centro de la escena; combinando ideas como: el nacionalismo y el desarrollismo en Brasil forman parte del Estado y que suman al proceso de la globalización. Chávez primero busca instalar su figura en medio de la escena política nacional, todos los presidentes a su manera van a ir presionando para poder tener una parte preponderante a la agenda de sus países, tanto en Argentina, Brasil y Venezuela, se puede entender que los medios critican sistemáticamente la acción de gobierno de los presidentes. Haciendo de esto el control débil pero a la vez desestabilizador de los regímenes, ya que la oposición entra en una crisis importante tanto en Brasil como en Venezuela, la diferencia es que la indisciplina de Brasil muestra esta crisis en una forma menor de lo que fue la crisis en Venezuela, la cual no había producido partidos importantes hasta el MVR como lo habían sido la AD y el COPEI. En ambos casos, el presidente en cuestión generó sorpresa en sus países. Ambos fueron subestimados o imaginados como líderes distintos por la mayoría de los actores políticos rivales, Chávez como un: burdo nacionalista elemental y Lula como un: socialista arcaico que no sabría gobernar su país, de hecho en este sentido se los atacó en las campañas de 1998 y de 2002 respectivamente. Se toma especial atención en el papel de la economía, ambos presidentes fueron criticados por cierto establishment económico como incapaces para poder hacerse cargo de la situación aunque por otra parte si eran capaces políticamente de lograr esa identificación tan necesaria para poder sostener el Estado en las crisis que se dieron en el final de Caldera y de Cardoso. Algunos han preferido marcar sus características como una “nueva izquierda” [7]mientras que otros, entre ellos se encuentran Natanson y otros como Álvaro García Linera, también los ha habido muy críticos como Aznar, Petkoff se mostraron contrarios a esta idea generando la paradoja, de que algunos estudiosos de Venezuela consideran que Lula mismo era una alternativa de lo que era la verdadera reforma necesaria para Venezuela, esta coyuntura ha mostrado que creen que se trata una continuidad dentro de lo que es la historia latinoamericana, podemos decir que el “progresismo” y el “populismo” fueron el telón de fondo donde se dio esta transformación como lo fue el neoliberalismo en los 90´ pero ciertamente que sirve poco para entender, la historia y la teoría, como cada país llevo adelante la reforma neoliberal en forma bien distinta, basta recorrer la experiencias de Fujimori a Collor; Brasil y Venezuela son dos salidas distintas del neoliberalismo. Ambas posturas tienen sentido de acuerdo a las acciones reales y concretas que han llevado a cabo estos mandatarios. Esto lleva a considerar realmente qué fue la crisis de las ideologías, la cual tal vez continúe, y qué hacemos para determinar muchos de los indicadores que hacen a la ideología de un líder político y a lo que hace a la vida de un país. Brasil avanza en cierto sentido bajo el mando de una burguesía hegemónica y nacional, y dentro de unos marcos bastantes ortodoxos, y esto marcó que Lula, sea un presidente populista, pero que no sea un populista extremo, que quiera cambiar de raíz el neoliberalismo como una ruptura. Lula implementará cierto pragmatismo para poder ir tomando como aliados a los sectores más postergados de la sociedad sin poner en riesgo la gobernabilidad, en este sentido la siempre volátil clase media no va a ser una incondicional del PT, puede que sea una dinámica del populismo tener una relación en tensión con la clase media latinoamericana. Hay una paradoja, mientras que Brasil y Argentina tienen expresiones de izquierda que considerar que Chávez es una expresión superadora de lo que hacen los mandatarios de esos países citados, con Chávez hay expresiones de izquierda que ponen en duda su “progresismo”, dentro y fuera del chavismo hay críticas al burocratismo y la corrupción de los mandos intermedios. Chávez es criticado fuerte por las líneas del marxismo ortodoxo, en este sentido la nueva izquierda no adherida al dogmatismo marxista es un universo verdaderamente difuso donde las ideologías que hacen al sustento de Chávez y de Lula aparecen difusamente más justificando la acción de gobierno que diseñando un programa a implementar. En este sentido las contradicciones en un mundo globalizado entre las izquierdas y las derechas con las relaciones de poder a escala internacional es un desarrollo importante. ¿Cuál es le papel de la economía nacional y de desarrollo independiente o no de los países? Después de todo hay que concebir que estos presidentes de alguna manera prometieran en el plano material las reivindicaciones económicas que superaran el estado de cosas existente.

 

Esta es una de las razones por las cuales, hay que tener mucho cuidado en caracterizar a Lula y a Chávez en una primer pasada, revisar distintas vertientes es muy útil para entender la importancia del proceso de estos líderes. La primera presidencia de Chávez fue intensa y corta, duro de 1998 a 2001, y tuvo por fin primero modificar el régimen legal y político que luego daría paso a las modificaciones económicas, sino sería inexplicable el papel de las cooperativas y de las expropiaciones. Tenemos cuestiones ciertas, los problemas de los presidentes son similares, la gravedad de ellos tiene que ver con cuestiones distintas. Lula no cuenta con el apoyo de los militares, Chávez no cuenta con una base industrial ni con las perspectivas reales y concretas que se presentan a Brasil en el escenario internacional, ¿Será por esto que Venezuela tiene una posición más fácilmente clasificable dentro del intervencionismo económico? Chávez llega al poder en una elección extraordinaria en la historia de Venezuela, mientras que Lula se presenta cuatro veces antes de ser elegido al fin presidente, es decir, la eventualidad de Lula tiene que ver con las transformaciones del PT, un partido más pequeño pero más disciplinado que el MVR. A partir de allí, las consecuencias de la excepcionalidad de Chávez y de la regularidad de Lula, valga la metáfora deben ser tenidas en cuenta. Brasil tiene una crisis menor en la coalición dominante, y el agotamiento de Fernando Henrrique Cardoso, la cual podría haber empeorado, desde ese punto de vista, Bolivia, Argentina y Venezuela, eran un recordatorio para Brasil de lo que podría ser una crisis más severa dentro de aquella sociedad, dejar o permitir el acceso a Lula, podría llevar a dar lugar a una coalición distinta, la brasileña tiene a un sindicalista como presidente Lula da Silva y a un empresario como vicepresidente. También tiene la idea de la erradicación de la inflación como base para el combate de la pobreza, lo cual es un postulado de la economía ortodoxa, esto tuvo que ver con la salida de los elementos más revolucionarios del PT. También es lo que diferencia a Bolivia, Argentina, Uruguay y Venezuela de Brasil. El Real es una moneda que puede ser más fuerte, y forma parte de una forma de soberanía que no está en la práctica de los otros países de la región. Chávez sin embargo luego de algunas reformas intentará reformar la moneda, con el Bolívar fuerte, el cual tiene una gran corrección en un intento de poder sanear ciertas cuestiones previas en la historia venezolana. Lula improvisa poco, mantiene cierto estado quo de cosas pero quiere darle cierta dimensión social y humana que según el considera Brasil carecía por completo y que sería lo que le devolvería la dignidad, hay que recordar que el neoliberalismo suele dejar a sociedades muy fragmentadas donde la legitimidad del Estado está en riesgo. En este sentido, Lula no usa un lenguaje ni revolucionario ni militarizado en tanto al papel de la economía, en este sentido Argentina parecía un caso intermedio entre estas dos lógicas. Brasil es una sociedad que está terminando una reforma del Estado; la cual es compleja, pero tal vez a la vista de los resultados económicos y la consolidación de este capitalismo sea la más exitosa del continente para la burguesía de ese país, sólo seguida luego por la burguesía chilena. Aunque la economía de chile es más primaria, y el tamaño de esta es menor. Pero por cierto es que estas economías crecieron a pautas más moderadas en ciertos indicadores porque nunca pusieron al Estado como el referente principal del impulso a la demanda agregada. Podemos decir que mientras Brasil cree en cierto proteccionismo para poder desarrollar su industria, Venezuela en muchos pasajes del pensamiento de Hugo Chávez ponía desde el principio la idea de la completa autarquía. También es cierto que Chávez tendrá ese mismo punto con la minería su desarrollo incompleto, otra de las grandes riquezas del país y en el desarrollo de la alimentación una debilidad geopolítica y económica, seguiría dependiendo de las importaciones del exterior.

 

Venezuela se enfrenta a un líder político que tiene ideas muy particulares de cómo debe ser la sociedad, Chávez puede ser muchas cosas, se lo ha definido hasta de manera contradictoria pero lo que podemos saber es que no es liberal. Esto quiere decir que no cree en la presentación política pluripartidista, aunque se presentó a la sociedad como un mero reformador, fue subestimado por el establishment de su país. El mérito de Chávez es tener una idea clara de que cada sector de la sociedad debía cumplir un nuevo rol en la sociedad, más activo en las FF AA y declinante en los medios de comunicación. Esto sería la contratara exacta del Punto Fijo. Además a juicio del MVR y Chávez, Venezuela debería ir por la senda de la búsqueda de una autonomía económica total, es decir la contratara de la globalización, en este sentido hace recordar a los debates que se dieron en Cuba y de los cuales Petkoff es lapidario para caracterizar los gobiernos de Hugo Chávez y de Fidel Castro; había que mantener ciertos lineamientos para que esto fuera posible. La reforma de Venezuela no es consensuada pero no se da en los términos de revolución violenta, la reforma constitucional por más que fuera una reivindicación a Chávez está hecha en el sentido a lo que el chavismo le interesaba. Lo cierto es que Chávez tiene un manejo de la oposición particular. Lo que podemos decir es que en Venezuela existen partidos de oposición que realizan actividades políticas y que han mantenido una posición errática respecto a Chávez. Esto permite entender que el vacío del Punto Fijo es tan importante como Chávez mismo. En su primera presidencia será de cabal importancia la reforma de la constitución pero esto no es el final del recorrido sino que se trata del inicio. Forjar un régimen plebiscitario termino siendo la respuesta a una Venezuela con un solo líder claro, Hugo Chávez.

 

El caso de Venezuela tiene como eje central de la política chavista, el manejo del petróleo y de uno de los pilares del punto fijo desde el punto de vista económico, PDVSA que como FEDECAMARAS, son una de las representaciones más claras del papel del capital local venezolano. Hay que recordar que este sindicalismo el de PVSA, y sus dirigentes a nivel gerencial disfrutaron durante el punto fijo de una posición privilegiada. A partir de allí la relación con los nuevos poderes sería problemática, en parte porque ya no estaba asegurada la “independencia” de estos sectores de las directivas políticas.

 

Uno de los grandes procesos que inicia con el primer mandato de Lula por su parte, y que se profundiza con el segundo es el que atañe al proceso de captura del sindicalismo, este en parte tiene que ver con los orígenes del PT, la integración de este al poder estatal a escala nacional y la necesidad de controlar el factor obrero. Chávez intentaría hacer lo mismo, la subordinación de este factor de la sociedad es una de las características fundamentales para entender esta relación con todos los regímenes bonapartistas o “semi-bonapartistas”, por esta razón vale la pena la comparación.

 

A third large organization, the Venezuelan Workers Confederation (Confederación de Trabajadores de Venezuela, CTV), also found itself in an antagonistic relationship with the government but lacked the leadership to launch concerted opposition. Organized labor had long been dominated by the political parties, especially, Acción Democrática, but now that the parties were crippled, the organization lacked direction. Nevertheless, the Chávez government made plans to separate the unions from the parties in its second year. ANC president, Luis Miquilena complained that “there is an entrenched mafia of real cops [organized crime bosses] of labor who forgot about the elections and the grass roots.” To root them out, the government ended the hefty state subsidies to the CTV and proposed to audit labor leadership asset´s. It also held a referendum to obtain a popular mandate to dismantle CTV by, among other means, forcing the labor federations to hold open internal elections supervised by the National Electoral Council. At the same time, Chávez promoted a parallel official union called the Bolivarian Workers Front (Frente Boliviariano, FTB), clearly intended to mobilize workers behind the government’s projects, beginning with the destruction of CTV. (Coppedge, 2002,p .20)           [8]

 

Entendido esto se puede saber que el PT en sus desprendimientos genero nuevos actores políticos sindicales que sin embargo con mucho más débiles que la CUT de la cual participó Lula en los años 80´[9], en este sentido cabe comparar dos puntos importantes en lo que es la categoría populista y bonapartista de los regímenes políticos y su grado máximo de contradicción. Si un presidente como Lula da Silva opta por regimentar y desmovilizar al sector obrero organizado es porque ocurre en esta forma de dominación un avance del capital sobre el trabajo, además de la creación de sindicatos que son más fuertes en las cúpulas que en sus bases, en este sentido como se ha recalcado esto sí tiene un claro modelo muy similar a lo que fue el sindicalismo del primer peronismo y del getulismo, es decir que el Estado asegura la vida de los sindicatos mayoritarios independientemente del poder de sus bases. En este sentido hay cierta composición del mantenimiento de ciertas clases pauperizadas en la pobreza y en la inestabilidad laboral, con el tiempo la base de sustentación de Lula pasa de la clase obrera organizada a las personas que tienen un modo de subsistencia más precario, en este sentido, los planes “Bolsa Familia” y “Fome Zero” (Hambre cero) configuran una política más focalizada y una más universal que mantienen el papel de las clases desempleadas en una estabilidad mayor. Hay que considerar el papel problemático que se da entre el MST y Lula, como muestra de cierto manejo bonapartista, el gobierno del presidente jamás integró del todo a este elemento de la sociedad brasileña, lo que hizo fueron una serie de transacciones parciales, se puede decir que en parte el no criminalizar particularmente al MST como lo hizo Fernando Henrrique  Cardoso hace que la posición del MST sea ambigua, esto tiene por fin controlar el nivel de movilización de este grupo social específico, y uno de los pilares del modelo del nuevo brasil, la soja transgénica.

 

Estos sectores expulsados del PT, trazaron rápidamente alianza con aquellos que habían planteado rupturas anteriores al partido encabezado por Lula (como es el caso de los sectores dentro del PTSU) y el apoyo de intelectuales como Antunes y Francisco de Oliveira, entre otros, formarán en junio del 2004 el Partido Socialismo e Liberade (PSOL). Según estos intelectuales mencionados, el PSOL venía a reemplazar el espacio vacío dejado por el PT como sus antiguas sociales de apoyo habían dejado de lado una vez que se convirtió en “partido del orden” y llevó adelante una política “social liberal” que claramente se encontraba más cercano a la continuidad que a la discontinuidad neoliberal imperante (Antunes, 2009, b) (Lucca,2010, p.4)     

 

En este sentido se puede aceptar que hay una contradicción misma en las clases subalternas que no tiene que ver solamente con la heterogeneidad, tiene que ver con la relación de los gobiernos con los grandes capitales e indirectamente con la relación de los trabajadores, los cuales subsisten en los que tienen empleos formales mejor remunerados los cuales son controlados desde arriba, los que tienen empleos precarios y necesitan de planes sociales, y un gran continente de desempleados que a la deriva conforman un universo heterogéneo pero que no serán integrados a la sociedad brasileña. Se puede considerar también el papel de la evolución del sindicalismo en Venezuela luego del proceso de privatizaciones bajo Caldera:

 

Los cambios estructurales relacionados con la globalización debilitaron aún más el sindicalismo venezolano. La privatización total de sectores como las telecomunicaciones, los puertos, el petróleo, el acero y las líneas áreas después de 1989, redujo el tamaño de la fuerza laboral en sitios estratégicos, y transfirió la propiedad al capital extranjero. Después de la privatización, los sindicatos ya no pudieron canalizar sus demandas y sus reclamos a través de los partidos políticos, ni pudieron exigir fácilmente privilegios sindicales no acordes en forma estricta con ley en áreas tales como la contratación sindical (“la cláusula sindical”) y el descuento automático de cuotas sindicales. (Ellner, 1999, p. 133-134). La práctica cada vez más común del outsourcing, en la cual una compañía grande contrata a una empresa pequeña para el suministro de insumos y servicios y el crecimiento de la economía informal, cuyos trabajadores no son fáciles de organizar, debilitaron aún más al sindicalismo. (Ellner, p. 212.)

 

Todo esto conforma una realidad compleja, la gobernabilidad, la relación con el capital concentrado, las alianzas con los distintos actores sociales, el control de los trabajadores y el papel del arbitraje del bonapartismo, como el papel del Estado mediando en las clases, y a la vez promoviendo mejoras en revoluciones pasivas. 

 

Podemos decir que la comparación simple de los sistemas de Brasil y Venezuela es la siguiente, Brasil es un sistema con muchos partidos, plástico, donde los cambios a nivel parlamentario han sido muchas veces muy importantes, esta fragmentación obliga al PT a cooptar a otros sectores para poder gobernar con alguna eficacia, y así poder llevar adelante la ortodoxia económica, y ciertas formas de asistencia social que se expandirían de gran manera durante el gobierno de Lula Da Silva y aún más en el segundo gobierno. ¿Tendría desde el primer momento Lula una estrategia re-eleccionista? Se podría afirmar que sí, ya que la política federal busco mantener claramente aliados útiles para el momento más ortodoxo como para el momento más populista más adelante. Esta razón hará que una parte de sus conflictos sean con sus críticos partidarios dentro de las instituciones en parte con Cardoso y Serra, además del papel del poder judicial la alianza clara con el PMDB y el PL, y ciertas cuestiones puntuales en términos de gobernabilidad, hay que entender que Brasil tiene una sola reforma importante en su constitución y esta es la reelección presidencial, la cual logró implementar Cardoso, lo que ahorró a Lula tener que forzar todo el sistema institucional en torno a su persona, más adelante el PT querría hacer esto agregando un tercer mandato pero no sería aprobado por Lula. Estas características se dan por la contradictoria y rica historia del federalismo brasileño, del cual Lula no pudo escapar. Por esta razón, el PT va conquistando con el tiempo una modificación lenta pero paulatina en la política brasileña pero sin llegar a la alteración que hizo el chavismo.

 

Venezuela se presenta como un país en el cual la federalización nunca se termina de dar completamente, ya que en los hechos, el partido dominante o el régimen dominante termina siendo clave en la conquista de las subunidades nacionales, aunque hoy en Venezuela se votan las autoridades subnacionales lo cual mediante el régimen de Punto Fijo eran nombras por la Asamblea Nacional. Es decir son al menos electas por elección directa y alianzas con el chavismo. En este sentido la oposición a Chávez se ha refugiado como último recurso en ciertas unidades subnacionales pero el sistema como tal nunca termino de funcionar de acuerdo a un federalismo idealizado con autonomía de las subunidades. Esto hace que ni en la constitución de 1961, ni en la de 1998, haya un decidido intento de terminar de lograr la independencia de estas subunidades. Esto puede que tenga que ver con la fragmentación de la sociedad en muchos aspectos pero no en una unidad suficientemente fuerte de algún distrito que tenga tendencias separatistas o quiera reservar para sí algún privilegio particular. Chávez deja a su arbitrio el papel de las unidades subnacionales, continuando con el régimen en este aspecto tan importante para la gobernabilidad, por esto el enfrentamiento en la Asamblea Nacional será constante.

 

1.4- El populismo y su efecto en la modificación en la sociedad.

 

            Alcanzamos una noción importante, ¿Por qué el populismo no es sólo un análisis del gasto público, una teoría sobre la modernización, o una simple objeción a la democracia liberal? La cuestión queda en analizar el fenómeno, ¿Por qué hoy se consideró que el populismo sería la gran alternativa al neoliberalismo?

 

El populismo, como categoría de análisis político, nos enfrenta con problemas muy específicos. Por un lado, es una noción recurrente, que no es sólo de uso generalizado, ya que forma parte de la descripción de una amplia variedad de movimientos políticos, sino que también intenta capturar algo acerca de éstos. A mitad de camino entre los descriptivo y lo normativo, el concepto de “populismo” intenta comprender algo crucialmente significativo sobre las realidades políticas e ideológicas a las cuales refiere. Su aparente vaguedad no se traduce en dudas acerca de la importancia de su función atributiva. […]

 

Quisiéramos, desde el comienzo, adelantar una hipótesis que va a guiar nuestra indagación teórica: que el impasse que experimenta la teoría política en relación con el populismo está lejos de ser casual, ya que se encuentra en la raíz de la limitación de las herramientas ontológicas actualmente disponibles para el análisis político; que el populismo, como lugar de escollo teórico, refleja alguna de las limitaciones inherentes al modo en que los agentes sociales “totalizan” el conjunto de su experiencia política.(Laclau,2005,p.15-16)              

 

Podemos decir sin lugar a dudas que justamente hay una gran diferencia política y teórica entre el papel de un presidente y de su gobierno y el papel de este reflejo en la sociedad. En este sentido vale aclarar y entender algunos puntos importantes. Tanto es así que incluso hoy en día tanto en la caracterización de Chávez como de Lula da Silva persiste la voluntad de poder entender qué se quiere decir, el populismo, combinado con el bonapartismo y presidencialismo, da como resultado de la crisis un resultado complejo, donde las oposiciones por izquierda y por derecha quedan descolocadas, en este sentido, con Lula, ocurre lo mismo con Chávez, la alianza policlasista es el centro político, no se trata más de un modelo idealizado y bi modal de “Centro Izquierda vs Centro Derecha”, por eso, los partidos populistas no son partidos de centro izquierda ni socialdemócratas sino que son el resultado de una nueva forma de hegemonía que disputa a la democracia liberal, a partir de allí, cabe entender que se pueden tener contradicciones económico y políticas en el mismo plano, y partir de allí sacar las conclusiones. Aquí se presentan los ejemplos de Lula y Chávez:

 

El gobierno de Lula ha recibido ya lo más contradictorios calificativos: de mejor administrador del modelo neoliberal, como crítica la izquierda, al de prácticamente populismo estatista, según la campaña que la derecha y los medio oligopólicos realizan en el país valiéndose de denuncias de escándalos. Lula lleva a cabo una política social que conquista el apoyo social de gran apoyo popular como ningún otro gobierno lo había conseguido (el 80 por ciento de apoyo y sólo un 8 por ciento de rechazo en el sexto año de su gobierno, mientras que su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, tenía apenas el 18 por ciento de apoyo), pero al mismo tiempo, recibe ataques sistemáticos de sectores de izquierda radical, nacionales e internacionales; por no haber roto con el modelo económico heredado. De algunos de esos sectores recibe apoyo crítico y de otros el fuego principal, para los primeros es la versión moderada de la izquierda, para los segundos un traidor de la izquierda que debe ser combatido como el enemigo principal. (Sader, 2009, p27)

 

Sin embargo, más allá de los recursos simbólicos manejados muy eficientemente por Chávez, su programa económico presenta, tal como lo hemos visto, una clara veta neoliberal en contradicción con una Constitución que también contiene fuertes rasgos estatistas y populistas. Si este plan económico se cristalizara, estaríamos ante la presencia de un discurso anti-neoliberal y nacionalista negado en el terreno de las acciones. Esta aparente contradicción, sin embargo, se resolvería si Chávez logra conciliar prácticas con una agenda populista, tal como lo lograron Menem y Fujimori. De acuerdo a lo señalado, esto dependerá de cómo el Presidente resuelva la tensión entre los elementos románticos y comunistas de la sociedad, y la necesidad de ajustarse a la dinámica real, tanto nacional como global, que obliga inevitablemente al pragmatismo, so pena de aislamiento y atraso. […] las arcas del Estado se han visto robustecidas como consecuencia de la disparada de precios del petróleo en el año 2000. Ello ha permitido a Chávez adelantar medidas sociales de corte universal como el Plan Bolívar 2000, dirigido a la población más desesperada y mecanismos de financiamiento dedicados a los microempresarios. (Calcaño y Arenas, 2001, p.86)

 

            En este sentido vale aclarar que ciertas nociones que Marx caracterizó para el gobierno de Luis Napoleón tendrían similitudes con las políticas de marchas y contra marchas que se le adjudican a los populismos tanto del siglo XX como del siglo XXI.

 

Mientras el ministerio de Bonaparte tomaba iniciativa en las leyes inspiradas en el partido del orden, y en parte exageraba aún más su severidad y ejecución de las mismas, el propio Bonaparte intentaba, mediante propuestas puerilmente necias, ganar popularidad, poner de manifiesto su antagonismo con la Asamblea Nacional y apuntar el designio al pueblo francés sus tesoros ocultos, designio cuya ejecución sólo impedían las circunstancias. Así la proposición de decretar un aumento de cuatro “sous”[10] diarios para los sueldos de los suboficiales. Así, la proposición de crear un banco para conceder créditos de honor a los obreros. Obtener dinero regalado y prestado: a eso se limita la ciencia financiera del lumpen proletariado, lo mismo del distinguido que del vulgar. A esto se limitan los resortes que Bonaparte sabía poner en movimiento. Jamás un pretendiente ha especulado simplemente sobre la simpleza de las masas. (Marx, 2009, p.67)

 

Lo mismo que en 1849, durante las vacaciones parlamentarias de ese año, el partido del orden se había dispersado en sus distintas fracciones, cada cual se ocupaba con sus distintas estrategias restauradoras, a las que la muerte de Luis Felipe daba nuevo pábulo. […] Bonaparte quedaba pues autorizado para emprender giras por los departamentos franceses y dejar escapar, recatada o abiertamente, según el estado de ánimo de la ciudad a la que regalaba con su presencia, sus propios planes de restauración, reclutando votos para sí. […] lo acompañaban constantemente afiliados de la Sociedad del 10 de Diciembre. Esta sociedad data de 1949. Bajo el pretexto de la sociedad de beneficencia, se organizó el lumpen proletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas manejada por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. […] en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los franceses llaman bohéme […] concibe la vida histórica de los pueblos y los grandes estados de gobierno y del Estado como una comedia, en el sentido más vulgar de la palabra como una mascarada, en que los grandes disfraces y las frases y los gestos no son más que una careta para mostrar lo más mezquino y miserable. (Marx, 2009, p. 74-75)

 

            Podemos interpretar que en las relaciones contradictorias generales que hay entre la figura de Chávez, el concepto de la democracia y las tensiones del capitalismo hay una repetición de cierto ciclo, como se puede deducir el apoyo parcial de la clase media y ciertos condicionantes de lo difuminado de la base de sustentación descansan más en su figura que en su programa, el programa emergerá posteriormente.

 

 

El 26 de Marzo de 1994 Chávez salió de la cárcel y se dedicó a la labro proselitista por todo el país, sembrando el liderazgo en función del valor actual del pensamiento de Bolívar, cuya fuerza libertadora asimila a los esfuerzos necesarios, con la conjunción del pueblo y la milicia, para aniquilar la desigualdad generada por los gobiernos de la democracia representativa, amparado en las características personales […] irreverente, de lenguaje altanero, radical, llama a la Constituyente (algo distinto, con sabor a pueblo y participación) y es demócrata porque se somete a la contienda electoral; todo lo cual suministraba garantías a gran parte de los venezolanos descontentos de que el cambio sería a fondo, porque quedarían excluidos AD y COPEI del poder y la democracia venezolana recuperaría su orientación popular. (Almao,, p.5)                    

    

Por otra parte el sentido del populismo se puede concebir como ve Marx o se puede tomar otros conceptos generales o por medio de la caracterización del proceder por parte del concepto de “romanticismo” y el de populismo, las formas estéticas y su fundamentación en el concepto de humanidad, forman parte de una larga tradición política, la cual no siempre ha sido consideraba como positiva, la oposición entre los distintos conceptos es algo digno de mencionarse para escapar a la idea del populismo y de  especialmente del chavismo como un mero “oportunismo” todas las alusiones de Chávez tal por intuición tienen un sentido más primigenio.   

 

Entre ellos hay un verdadero sentido entre las contradicciones de la racionalidad expuestas de quienes se consideran enemigos de la irracionalidad del populismo y de quienes lo adoptan como una forma claramente posible de cierta cuestión política, en cabe valorar la siguiente interpretación, sobre qué fue el romanticismo en política:

 

Romanticismo se convierte en sinónimo de misticismo, con una restricción únicamente histórica: es un misticismo que se libera de las ataduras de la cristiandad eclesiástica a partir del siglo XVII, esto es a partir de Rousseau. El misticismo y por eso también el romanticismo, aparece como un impulso profundo de la naturaleza humana, tan elemental como la tendencia a la autoconservación; el hombre, “malo por naturaleza”, está siempre dispuesto a superar los estrechos límites de lo racional, es decir, la experiencia acumulada por generaciones, a crearse un Dios como aliado metafísico y, con la ayuda de esta ilusión, a sojuzgar a otros. En el misticismo estético, el romántico- que se siente una herramienta elegida por un ser superior- se convierte en el artista genial que como un genio, encuentra en sí mismo la única norma; en el misticismo de la pasión interesa su propio deseo como la pasión de Dios; en la religión mística del movimiento de clases socialista el proletario se convierte en el único productor de valor económico; a la raza elegida, finalmente, un misticismo místico racial le sirve de fundamento a la pretensión de dominación mundial. La ilusión se convierte en una inmensa fuente de energía y provoca en los individuos y en los pueblos enteros expectativas y acciones exaltadas. […]

 

Los románticos son elogiados por algunos como fundadores del pensamiento histórico objetivo; se afirma que ellas han sido los primeros que introdujeron la comprensión de la tradición y que despertaron un nuevo sentimiento comunitario esto es, descubrieron el pueblo como unidad, supraindividual y orgánica. (Schmitt, 2005, p.72)

 

            Por esta razón, el pueblo es mucho más que una instancia pasiva sobre la cual se puede o no dudar de su existencia y oponer a la sociedad civil, más bien, la sociedad civil fue la respuesta de la democracia liberal. Esto perdura en la visión de la “gobernabilidad” como la síntesis de la sociedad organizada en torno a intereses particulares. Tanto es así que en pleno proceso del desarrollo del chavismo hay un conflicto de estas características, tanto más cuando la economía, la base social las favorece y cuando el fin del Punto Fijo, quita el papel de las organizaciones minoritarias.

 

Governability is favored when civil society is structured into solid, well organized associations and these societal actors have understandings with one another and with the state that permit them to act freely and confidently. This is one of the weakest areas of governance in Venezuela. There were relatively few social actors that were large and well organized, and the few that were all had a very strained relationship with the Chávez Government. The most respected actor was the Catholic Church, which initially had good relations with the government. However in 1999 the executive cut in a half its 3.4$ millions direct subsidy to the Church, and ANC rejected proposed constitutional language that protected life “for the moment of conception” By November church officials were unofficially calling for a “No” vote in the constitutional referendum, and one bishop publicly, interpreted the catastrophic mudslides in December as a sign of God´s fury against the president. Chávez replied that “God is with the revolution” and accused Church officials who opposed him of being in league with AD and COPEI and “having the devil up their cassocks”. (Coppedge,2002, p.19)[11]

 

Podemos decir que efectivamente cuando interpretamos el conflicto total con todo el orden establecido, el populismo chavista sigue la fórmula romántica, es decir tiende hacia el absoluto, es decir su proyecto político no tiene el concepto de la diferencia en el sentido liberal, tanto es así que en la noción del absoluto, “Dios”, incluso allí el chavismo disputa a la Iglesia, la identidad total de los venezolanos. En este sentido la diferencia más grande entre Lula y Chávez desde el punto de vista del populismo, es que el populismo chavista reinaugura cierta dimensión total de un proyecto total sin ser totalitario, esto es lo que no se ve en lo ecléctico del discurso chavista. En tanto a la religión, como la concepción del tiempo y del destino de Venezuela se cumplen las bases del “romanticismo político”:

 

Se trata de una continua evocación a Dios, a los valores del cristianismo, sino también de lo religioso y de lo político que algunas veces se mezclan y se confunden. Asimismo, hay una permanente alusión a la virtud del compromiso político de la fe, (la opción por los pobres) y una concepción de Cristo como precursor revolucionario, que más allá de algún beneficio político lo vincula con elementos de la teología de la liberación. […]

 

En segundo lugar recorre el discurso político del comandante Chávez una especie de utopismo arcaico, retrospectivo, que mitologías los tiempos históricos con base en un pasado idealizado e irreal. Este pasado, virtuoso, esclarecido y rector, constituye un estadio de perfección que orienta y da las claves para el presente; un pasado que; en inquebrantable vuelo circular nos será devuelto inexorablemente.

 

Esta visión utópica parece alimentar arcaísmos románticos como refundacionales de repúblicas, asambleas nacionales constituyentes con poderes originarios, anfictionías continentales, mundos multipolares, o sencillamente la negación de la realidad histórica y su negación por la convención útil: (Cidivanes, 2000,p.107-108-109)             

 

El populismo es un fenómeno típico de la sociedad contemporánea, su síntoma tiene que ver sin duda con el papel de la propia auto-identificación del “Petista” o del “Chavista”, mientras que podemos aceptar que la constitución de los grandes relatos es algo que desaparece hacia fines del siglo XX, la voluntad de refundar el sistema político puede ser criticada desde el punto de vista retórico. No obstante sus adversarios se basa en las nociones conservadoras son las que terminan y continúan disputando la noción de pueblo, los “anti-populistas” son anti-románticos, y por esto el uso de la historia busca anular el poder de la retórica de los valores fundamentales del populismo, el papel del líder y la retórica refundacional.

 

Para estos adversarios de la revolución, la sociedad humana contiene ya una determinación histórica, se ha convertido en nación. Sin esta determinación, la comunidad ilimitada en sí misma un dios revolucionario que elimina todas las barreras sociales y políticas y proclama la fraternidad de toda la humanidad. […]

 

El correctivo del desenfreno revolucionario se encontraba en el otro de los demiurgos, la historia. Ella es el dios conservador, que restaura todo lo que lo otro ha revolucionado, ella constituye la comunidad humana genérica para el pueblo históricamente concreto, que a través de esta delimitación se convierte en una realidad sociológica e histórica, y conserva su capacidad de producir un derecho particular, y un idioma individual como una expresión del idioma individual. Por esta razón, qué es un pueblo “orgánicamente”, qué significa el “espíritu de un pueblo”, sólo puede establecerse históricamente ya que el pueblo, no es más como en Rousseau, señor de sí mismo, sino resultado del desarrollo histórico. (Schmitt, 2005, p.121)     

 

            Si hay algo que pudo hacer tanto el neoliberalismo como el populismo, es mostrarse en su momento constituyen olvidando las características que dieron su origen, es decir que fue lo que logró que ciertas posibilidades de reinventar el rol del Estado y la gestión de la crisis.

 

No todo es político en la sociedad porque tenemos muchas formas sociales sedimentadas que han desdibujado las huellas de su institución política originaria, pero si la heterogeneidad es constitutiva del lazo social, siempre vamos a tener una dimensión política por la cual la sociedad -y el pueblo- son constantemente reinventados. (Laclau.2005, p.)

 

Podemos decir que esto tiene una importante interpretación, ya que el cambio de posición del sistema productivo y la adaptación  del sistema político generan cierta situación, en la cual la sociedad que estaba en el límite de su subsistencia se basa se convierte en un problema fundamental. Podemos entender que noción de la fundación del Estado, y lo constituyente en el populismo y Laclau tiene un peso relevante, tiene por así decirlo una renovación constante de la política y de la historia, esto es lo que se pone en juego en la idea de la lógica populista.

 

 

 

El MVR y el PT, los partidos que acompañaron a Lula y Chávez:

           

Lo que define fundamentalmente la investigación el nexo necesario entre la caracterización de los países, Venezuela y Brasil, y que a la vez condiciona el papel de la forma en que gobiernan estos va a tener que ver con los partidos políticos que forman parte de lo que hace a una democracia, el vehículo para ganar, y acceder al Estado.

 

Además, al ofrecer una lectura despolitizada de esta ruptura entre las masas y sus representantes tradicionales, el concepto de populismo aporta un marco de análisis conveniente para designar racionalmente a los culpables de esta situación (políticos que practican la demagogia y un pueblo ignorante), eximiendo a la izquierda europea de cualquier responsabilidad. Si se observa el entusiasmo expresado por casi toda la socialdemocracia de Europa para ratificar el acuerdo de Lisboa (o Tratado de funcionamiento de la Unión Europea-tfue-), esta ruptura corre el riesgo de extenderse en el tiempo. […]

 

¿Las clases populares se volvieron tan molestas para la izquierda que debe evitarse someterse al sufragio el camino que no conduce a la felicidad neoliberal? Al menos de momento, entre una socialdemocracia asustada por el pueblo y los supuestos líderes populistas que no rezongan, sino todo lo contrario, por exponerse a la prueba de los referendos revocatorios, como ocurre en Venezuela y Bolivia, las inquietudes sobre la consolidación de la democracia quizás no provengan necesariamente de aquellos países que recientemente han accedido a ella. (Do Alto,, p.93-94)

 

            Ciertamente durante mucho tiempo se redujo a la mera institucionalidad y no a la existencia del estado de la economía el papel del presidencialismo y cuán autoritario podría llegar a ser en este sentido:

 

La historia de Venezuela parece contradecir la tesis de este libro de que las democracias presidenciales son propensas a experimentar una crisis. A pesar de su sistema presidencial, en Venezuela se han realizado 7 elecciones consecutivas sin fraudes y en libre competencia desde las elecciones de 1958 hasta hoy. Cuatro de esas elecciones implicaron la transferencia del poder ejecutivo entre los dos principales partidos, la Acción Democrática de centro izquierda y el COPEI de centro derecha. Ciertamente estas características corresponden a un régimen democrático completamente institucionalizado, un régimen que se ha mantenido al menos una generación y que es previsible que perdure hasta que se enfrente a una crisis irresoluble. (Coppedge, 2002, p 335)   

 

            En este trabajo la democracia va a ser analizada como la democracia procedimental y no un fin en si mismo. El papel del líder político es importante desde el punto de la democracia pero es importante también desde el punto de vista del Estado. La importancia del poder de los ejecutivos es una característica irreversible en la mayor parte de las democracias del mundo, la deliberación como tal es algo que ha entrado en decadencia en la mayoría de los gobiernos del mundo, tal vez esto se haya profundizado a lo largo del siglo XX, primero con el Estado de Bienestar, donde es el ejecutivo el que asegura y reparte los beneficios, además por el hecho de que la democracia de masas, dio una nueva noción concreta y cabal de lo que es un gobierno de mayorías, luego con la descomposición del factor clasista, las mayorías llevan a potenciar el papel el presidencialismo y así a su supervivencia. En este sentido, este trabajo sería ocioso si se creyese que Latinoamérica va a cambiar la forma de gobierno desde un presidencialismo a un semi-presidencialismo, o un parlamentaríamos; los liderazgos latinoamericanos enmarcados en el presidencialismo necesitan de un poder legislativo no reactivo, y altamente cooperativo, además forman parte de una construcción más lenta y sólida la cual es la propia existencia del Estado en cada país. Vale para la caracterización de los populismos y el uso de lo que hacen sus críticos entender el sentido originario de “partido político” no tanto como es entendido hoy como una mera maquina para ocupar el estado sino como una posición general sobre temas de la sociedad, en su lógica más antigua, el partido era una facción en este sentido, el romanticismo político y el populismo actual tienen un hilo conductor común, el uso de la épica, es sin duda un uso del discurso y del relato pero enmarcado en un punto especialmente particular, el arte de la novela y de lo estético por sobre lo jurídico y lo moral tal cual lo entiende Schmitt:

 

“Los nombres de los partidos políticos no son absolutamente exactos” señala con razón Friederich Engels, pero con palabras como liberal, conservador, radical tienen un objetivo históricamente comprobable, aunque no sea un contenido absoluto. En un caso así solo ayuda a poner las dificultades frente a nosotros. “Romántico” [romantisch] significa etimológicamente “novelesco” [romanhaft]; la palabra deriva de la novela [Roman] y puede tener un significado explicativo preciso como diferenciación de un concepto de épica. (Schmitt,2005, p.76)     

 

            A este fenómeno se suma cierto papel que existe en muchos partidos políticos en general entre ellos, el MVR que progresivamente junto a las FF AA, irá conquistando una parte del gobierno, con la captura sucesiva del Estado. Esto por una parte genera dos fenómenos bien distintos, el primero de ellos la presencia del partido estatal estratárquico de redes, y la segunda el fin de la neutralidad de las FF AA, dos cuestiones que no ocurren de igual manera en Brasil, pero que ocurren en Argentina en torno a la realidad del Partido Justicialista.

 

Mi argumento es que ésta es precisamente la forma en la que se constituye el partido de gobierno, o por lo menos en la forma en que se hace visible como en la Argentina, la tendencia a la personalización y estatización partidarias han llegado más lejos. […] esa división entre gobierno y partido se vuelve obsoleta desde el momento en que el partido es, fundamental sino únicamente una agencia paraestatal del gobierno. (Scherlis, p12.)

 

 Esto asegura a la oposición un lugar mínimo dando cierta pauta no de equilibrio pero si de participación, si el Estado no quiere eliminarla. No obstante hay errores severos en la manera de entender la sustentabilidad de los regímenes políticos, hay ciertos casos donde los análisis por pretender ser más políticos que económicos, aislando la “variable” política se abstraen que de el PBI, la entrada de recursos por impuestos al Estado y el gasto público, el pago a actores, o privilegios, ya sean centrales sindicales CTV (Venezuela), CUT (Brasil) o patronales como Fedecámaras (Venezuela) o los empresarios concentrados en Sao Pablo se construyen relaciones de poder concretas.Pese a todo esto, la dimensión de la política de los partidos en las grandes crisis como las que sufrió Brasil termina siendo un punto menor en la totalidad de la imagen:

 

 Esta concepción reductivista de la política, que creo que está muy presente en nuestro país (Argentina), puede ser que haya impedido tener otra mirada sobre la sociedad y nos ha estorbado para advertir que los partidos políticos son sólo uno de los instrumentos de la política, y que en muchos casos especialmente en momentos de dificultades en la vida de las sociedades democráticas, la política también transcurre por otros espacios que no son necesariamente los de los partidos. […] la base social puede verse obligada a buscar otros caminos cuya desembocadura es incierta. (Tula, 2002, p. 16)

 

            Pareciera ser que muchas veces el disponer de un sistema de partidos, el ver que hay fuerzas dispuestas a aliarse para hacer gobierno es más que suficiente para pensar en la estabilidad de la democracia, ya durante los gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, los movimientos sociales en Venezuela estaban conquistando lugares de legitimidad que serían más importantes que los de los partidos políticos, lo que ocurre con ONG, partidos ideológicos excesivamente pequeños, y movimientos sociales es que cuando hay un frente tan extenso como lo que fue el Polo Patriótico, la posibilidad de acceder a los recursos hace que se unan a una tendencia general mayor.

 

Pero precisamente porque el vínculo partido votante adopta un sentido tan general, los vínculos al interior del partido se tornan necesariamente más particularistas. Esto es evidente en lo que respecta a la vieja noción de militante. En la medida en que el partido debe responder a las demandas de la opinión, no puede ser un lugar atractivo para aquellas personas con motivaciones ideológicas (que por otra parte tienen a su disposición una amplia gama de alternativas más adecuadas que los partidos para canalizar sus entusiasmos). A su vez, y seguramente más importante, el viejo activismo ideológico resulta para el liderazgo un lastre del que más le vale convendrá desprenderse si se ha contar con la flexibilidad necesaria para una competencia electoral exitosa. Por cierto, los medios masivos tienen en esto una incidencia fundamental, al permitir al liderazgo prescindir de la estructura partidaria y de los activistas para comunicarse con el público. Pero el punto decisivo consiste en que la sola presencia de militantes guiados por su orientación ideológica está en tensión con el carácter pragmático y no representativo de los partidos. (Scherlis, p.8)        

 

Para mejor incorporando algunas nociones del “nuevo pragmatismo” de la izquierda Latinoamericana, hay visiones encontradas sobre qué es el papel del partido y del presidente en el rol de las reformas a realizar, lo cierto es que hay una valoración importante de ganar cada una de la instancias posibles por métodos democráticos aunque mínimamente procedimentales, en este sentido Natanson, da a entender este papel de la nueva izquierda que ya no depende del modelo de la URSS y que tiene que construir su camino en estas condiciones de posibilidad.

 

Lejos de estas teorías extravagantes, los líderes y los partidos políticos de izquierda lucha por el gobierno y quieren acceder a la mayor cantidad de espacios institucionales posibles porque saben que la única manera de cambiar algo. (Natanson, 2007, p.108-109)  

 

A partir de este momento como venimos planteando en algunas de las características desarrolladas tanto el bonapartismo como el populismo, como también las nuevas variantes del pensamiento en torno a la política no tienen un lugar claro ni para los partidos ni para el programa. En este sentido el caso de Lula es paradigmático, su capacidad de para adaptarse al estado de cosas existente en el Brasil que le tocó gobernar es muy importante sobre todo en su primer mandato, en Chávez hay un sentido de la oportunidad extraordinario, que va en combinación de su carisma, en este sentido su habilidad como en el caso de Menem, y otros líderes para poder hacer de su discurso, su poder y sus relaciones con los actores relaciones muy dinámicas lo ponen como en uno de los casos más interesantes para tratar de entender cómo es un líder latinoamericano hoy. Chávez en 1998, va a hacer una campaña convencional pero entiendo el papel clave de desbancar al COPEI y la AD de sus privilegios en el Estado, en este sentido su apelación y campaña irán en este sentido, construyendo a partir de los postulados citados, los espacios necesarios para un gran movimiento popular que ocuparía la mayor parte del Estado, de allí en adelante, en este sentido, la legalidad de todo este proceso puede ser comprendida en el camino de la reforma constitucional, vale entender entonces que Chávez no moderó su discurso pero tampoco lo llevó al límite de las lógicas que habría llevado adelante los totalitarismos en este sentido se concentro en estas pautas:

 

Para 1998, si no en principio, al menos en la práctica Chávez había hecho a un lado la insurrección militar y la revuelta popular como vías para llegar al poder. Las próximas elecciones le ofrecían la opción de lograr sus objetivos originales por otro camino, utilizando el apoyo popular que había logrado en los últimos años. De hecho, el objetivo original del MBR el derrocamiento de Pérez había sido logrado a través de su destitución pero el propósito verdadero había sido la destrucción de la partidocracia representada por AD y Copei, que habían dominado la política venezolana por décadas. La preocupación por lo  económico que había sido planteada con menor insistencia en las campañas de Chávez-tanto la político militar de 1992, como la electoral de 1998. (Norden,, p. 127)

 

            Podemos interpretar que no necesariamente esto significaba entrar rápidamente a un totalitarismo como si eran las ideas alrededor del 30´ tanto en Weimar, como en Italia por los partidos anti sistema, ya sean fascistas o comunistas. Es decir en las condiciones actuales estas propuestas terminan de adoleciendo de base. Es decir que la conquista del estado por parte del MVR y en menor medida del PT, surge de la misma lógica de la democracia lo que ocurre es que no se realiza en forma ingenua, el disponer de los medios y recursos va dando más poder y permite un enfrentamiento calibrado con otros poderes, sean o no partidos. Tanto el PT, como el MVR fueron consiguiendo lugares en torno a la administración estatal, y al no provenir de una dictadura estos fueron obtenidos con una normalidad inédita dentro de lo que se podrían considerar la sociedad latinoamericana.

 

Para 1998 y nuevamente para el 2000 un número cada vez mayor de oficiales-especialmente quienes habían participado del golpe- se lanzó al ruedo electoral. Por ejemplo, en 1998, el teniente coronel (r) Yoel Acosta Chirinos fue electo diputado por el estado de Falcón. Otro veterano de la rebelión del 4 de febrero, el capitán (r) Jesús Aguilarte, logró una curul en el Congreso como diputado por el estado de Apure. Ambos figuraron en las listas del MVR. Al mismo tiempo, el coronel (r) de la Fuerza Área Luis Alfonso Dávila García, dirigente de ese movimiento, se convirtió en senador por el estado Anzoátegui. Y otro candidato que tuvo éxito en llegar al Congreso como representante del MVR fue Freddy Bernal quien había participado  quien había participado en el golpe de 1992 con el Comando Especial Táctico de Apoyo (CETA), un grupo de élite. (Norden,, p.131)       

 

            Basta entonces entender que si el papel de los partidos cambió, el papel de las gestiones, el poder de los liderazgos y las estrategias para conservar el poder son totalmente distintos.

 

El tradicional dispositivo de los partidos políticos se ha tornado obsoleto y difícil de sostener en el esquema del terreno político-electoral actual. En la medida en que el partido deja de ser un agente de representación social, y su continuidad reside en su capacidad de acceder al gobierno y gobernar, es de esperar que sus características organizativas (al menos en las que subsisten con éxito) respondan a dichas exigencias.

 

Entre las numerosas transformaciones que la literatura contemporánea identifica en las organizaciones partidarias, tres deben destacarse en el marco de la radical mutación del lugar del partido en el campo del sistema político. (Scherlis, p. 7)     

 

En este sentido vale hacer una tajante distinción de la interpretación de la sustentabilidad del Estado versus la de la Democracia:

 

La plausible conexión entre riqueza petrolera y democracia: ha sido señalada en muchas ocasiones como por expertos, eruditos y teóricos de salón. Se trata de un planteamiento muy simple: el petróleo es un lubricante que suaviza las fricciones sociales que se presentan en una democracia, y reduce por tanto las la necesidad de tomar decisiones severas. En condiciones de escasez la política tiende a ser un juego excluyente: un grupo gana sólo cuando a expensas de otro. Pero cuantos mayores son los ingresos precedentes de las exportaciones petrolíferas menos perdedores hay. Hay suficiente para repartir. (Coppedge, 2002,p. 336)

 

            Las apreciaciones en este sentido son falsas primero, siguen reforzando la idea de “excepcionalismo venezolano”; tanto Irán como Arabia Saudita son “petro-estados”, que jamás desarrollaron un sistema de partidos como el venezolano, en parte por razones fácilmente explicables, el nacionalismo secular fue erradicado por los Estados Unidos de Irán por la búsqueda de independencia, Arabia Saudita es una monarquía de corte teocrático/tribal, y sin embargo no ha sufrido los embates de la opinión estadounidense. La verdad es que Venezuela construyó un estado corporativo, donde el ingreso petrolero se redistribuyó lo más ampliamente posible, esto estaba en el proyecto de Rómulo Betancourt y de Acción Democrática, Chávez lo único que generaría más adelante sería la radicalización de estos postulados, olvidar el punto que la Acción Democrática y el MVR, actualmente PSUV, unen el Estado, los partidos, y la sociedad civil entorno al petróleo quita de por medio de que la democracia en un bi partidismo es un asunto muy menor.  En este caso, los partidos se basan en la supervivencia del Estado gracias al presidente en ejercicio, y los presidentes creen que las burocracias de los partidos son el alma de sus políticas en el Estado. Esto debilita la idea de un estado en la concepción neoliberal como un estado profesional, y pasa a la idea de un Estado como un estado de clase o de fracción, donde hay política que responde a sectores sociales específicos, la función más bien corporativa del Estado. El peronismo, el varguismo como populismos, y el nacionalismo militar, de Velasco Alvarado en Perú, Torrijos en Panamá, Torres en Bolivia confirman cierta hipótesis, que en el caso de Latinoamérica podría tener un ejemplo máximo, Fidel Castro en Cuba, en el cual la continuidad del partido, y del líder, ha sido tal que la idea de democracia procedimental en términos liberales quedaría anulada completamente.

 

El MVR elude el término partido y acoge el de movimiento, algunos de sus miembros han manifestado que de esa forma se evitan paralelos con los partidos tradicionales del país, que la idea de movimiento está atada a movilización cívico-militar (Almao, p.12)

 

            En este sentido, tal cual lo entendía Lenin y Weber los partidos no son meras estructuras de lo electoral sino que son organizaciones que persiguen objetivos ideológicos y la gestión del Estado, periódica o permanentemente, allí en el líder y en el partido están los presupuestos ideológicos que poseen y qué harán del gobierno. Hay en el caso de Coppedge una extraña manera de valorar el proceso del Punto Fijo, inversamente proporcional a la que tuvieron Valenzuela y Linz sobre la Unidad Popular en Chile, bien podríamos explicar, el fin del Punto Fijo, la politización de las FF AAA, la cual debió haber sido el papel de un poder moderador y neutral, defensor de la estabilidad, los términos de la represión del Caracazo y la obstinación de Carlos Andrés Pérez por conservar el poder, forzó a un más las contradicciones del Punto Fijo.

 

La historia de Latinoamérica en el siglo XX está repleta de casos de políticos que, ante crisis similares, se han mostrado intransigentes se han negado a colaborar, han apelado al ejército para resolver sus problemas, y de otros que han sacrificado imprudentemente su interés en preservar la democracia en aras de una política a corto plazo. Los líderes de los partidos venezolanos cometieron esos errores una vez pero fueron lo suficientemente sabios una vez como para dar marcha atrás a último momento y salvar al régimen del colapso. Betancourt y Caldera acordaron repartir el poder; Leoni reconoció el liderazgo de la oposición en el congreso; Caldera negoció la Coincidencia con Ad; y AD dejó de boicotear al parlamento durante la administración de Herrera con poco más que protestas verbales. (Coppedge, p. 369)

 

 

El PT es un partido en cambio de extracción obrera, su origen en parte surge por la ausencia de representación de este sector en la sociedad brasileña. Hay que decir que en Brasil existe el partido comunista pero este luego de la experiencia del varguismo pierde la importancia que había tenido previamente. Esto aumento de acuerdo al descrédito sucesivo de los liderazgos de derecha y de centro derecha, hacia el año 2002-2003. El MVR es un partido que combina elementos socialistas como el del PCV, PPT (Patria para Todos) y alianzas como el MAS (Movimiento hacia el socialismo) y el papel de las fuerzas castrenses, unos quiere reforzar el papel de la disciplina en el partido y los otros quieren aumentar el contenido ideológico que este tiene.

 

Pero el MVR se desarrolla junto a gran parte de esas características una situación más compleja vinculada a la relación militarismo-izquierdismo que lleva en su seno, de donde derivan tendencias con visiones diferentes del partido, los sectores más militaristas pugnan por una organización y disciplina  que conduzca a un mayor control de Chávez del partido; y los izquierdistas aspiran a construir un partido fuerte, que pueda asimilarse a las características de un partido de masa o de aparato […] séquito de masas, una extendida y estable organización, cuerpo de funcionarios, control disciplinario, programa político y especial atención a las actividades de educación y propaganda. (Almao, p 2)

           

No obstante el papel del PT como el del MVR fue el de ocupar el estado en la forma más permanente posible, pese a todas las dificultades dadas por el sistema, la fragilidad de los consensos queda claro que llegado cierto punto las estrategias fueron similares, en el PT hay sin duda un manejo mucho más institucionalizado de las distintas relaciones partidarias, además hay elecciones para sus autoridades nacionales que no coinciden con la presidencia del país, si a esto se suma la base sindical, el resultado es un partido más pequeño pero capaz de ir a elecciones con mayor regularidad. Por esta razón el papel del PT fue la conquista progresiva del espacio, cada una de sus fragmentaciones fueron la ruptura con la línea mayoritaria predominante que une al CUT con el PT, ya sea en su fase más radical o su etapa más liberal, el PT en el Estado termino teniendo una simbiosis similar a la que tuvieron la mayoría de los partidos políticos, pero con la diferencia interesante de que alteraba las relaciones del post getulismo y las que habían conformado el retorno a la democracia en Brasil.

 

La pregunta, aunque comprensible, de alguna manera era también ingenua, ya estaba en juego mucho más que la agenda económica. El PT llevó a cabo una estrategia de construcción de poder a lo largo plazo, diseñado para transformarla en el partido dominante en Brasil en forma permanente. Los recursos a utilizarse en este planteamiento incluían el control del PT sobre el bloque individual de escaños más grande de la Cámara, sus fundamentos y disciplina organizacional, y por último la popularidad de un 82% de Lula. Sin embargo, el primero de éstos era menos valioso de lo que parecía, dado que la participación en la Cámara apenas representaba el 18%, y en Brasil sólo un partido ha alguna vez más del 20% del Poder Legislativo. Este límite del 20% explica por qué en 2003 Lula tan enérgicamente alcanzar el centro- y sobre todo a los legisladores del fracturado PMDB- en una apuesta por obtener para sí al menos la mayoría legislativa nominal.

 

El gobierno uso sus poderes discrecionales para aislar las políticas económicas de las presiones de la política competitiva; una medida habitual en los casos de ajuste estructural macroeconómico. En Brasil, esto suponía proteger la autoridad de los economistas liberales en el Ministerio de Finanzas y del Banco Central frente a los ataques de economistas de las filas del PT. (, p.104-105)      

 

Además es uno de los partidos más importantes por su situación en la democracia que se recuperó en los años 80, durante mucho tiempo se considero que este partido por su retórica y la importancia electoral como lo que en su momento fue el PCI en Italia, además hay que considerar que en su programa original, el PT defendía el socialismo como forma de organización de la sociedad. Podemos decir en cambio que el MVR es un partido carismático y más reciente que depende fundamentalmente de otros factores, entre ellos: la rivalidad internas quedan supeditadas a la figura del líder que da existencia al partido, la mayor parte de la financiación está en manos del líder y del acceso a los ingresos públicos, con esta lógica termina siendo antisistema cuando quiere rebasar a los partidos existentes, el aspecto de la ideología ocupa un lugar menor, la supervivencia está fuertemente relacionada con el líder. Esto tuvo una parte importante en la presidencia de Chávez en su relación con otros elementos de las fuerzas armas. 

 

Las raíces del PT tienen que ver con la acción sindical espontánea de los obreros del sector siderúrgico de Sao Pablo, lo que es cierto es que era la síntesis del estado de una sociedad, porque por su heterogeneidad conformaba parte de lo que quedaba fuera de la dictara inmediatamente anterior. El PT, estaba compuesto por sindicalistas, intelectuales de izquierda y católicos adherentes a la teología de la liberación. Todos ellos estaban en relación con la CUT, Central Única de Trabajadores en Brasil, grupo al cual perteneció Lula. El PT originalmente una respuesta sintética de algunos elementos reaccionarios predominantes de la sociedad brasileña, el fin del laborismo de herencia varguista, más la presencia del PC brasileño pero con una presencia menor referenciado en las formas estalinistas o basadas en la revolución China, todos ellos más la presencia de sindicalistas que estaban con el régimen en el Comando General de Trabajadores, reconstruido por los propios militares. En este sentido funcionaba también como una expresión del trotskismo, podían definir todos los sectores como la búsqueda de un socialismo democrático. Este partido nunca se definió completamente como marxista en el sentido clásico del termino pero tenía vinculaciones con los partidos del los países comunistas de Europa del Este, y de Cuba, por esta razón el PT se mostraba como crítico a la postura del mero reformismo de los partidos socialdemócratas. Desde el principio había dos polos importantes, el de esta intelectualidad marxista brasileña alejada del PC y de una ideología espontánea manejada por los líderes sindicales como Lula, los cuales aceptaban el orden burgués, esta segunda línea fue avanzando progresivamente. Algunas críticas que se hacen al PT es no tener un programa definido sobre estas cuestiones por lo que dependería de ciertas motivaciones laxas o valorativas, sobre qué es el socialismo, este contenido axiológico podría dar a entender porque hay cierto componente populista neto en el fondo del PT, si este partido tiene un elemento marxista y uno más improvisado puede que la combinación de ello generé cierta identificación amplia entre los distintos elementos que representa el PT, la idea de una solidaridad con distintos elementos socialistas pero no un plan común con el MST, y otros partidos comunistas o vertientes del estilo en el plano general genera cierta adhesión a postulados anti-imperialistas como también a la unidad latinoamericana, en este sentido la idea del socialismo nacional, y la tradición nacional-popular, sin un líder importante en ese momento podrían tener una importancia no tenida en cuenta a la hora de analizar la trayectoria de Lula, y del PT.

 

Puede que esto tenga que ver con un momento clave de la historia como fue la crisis ideológica que se dio entre los 80´ y los 90´, la cual llevó a distintos partidos o bien abandonar completamente cierto programa para volverse neoliberales, o bien a desaparecer, en este sentido el PT se mantendría en la riqueza de su contradicción a salvo pero sin poder acceder al poder. En este sentido, la dirigencia del PT que se encuentra por fuera del establishment de los partidos dominantes en Brasil y que no formó como el PJ de Argentina o la AD de Venezuela una fantástica conversión para poder sobrevivir como lo que habían sido partidos mayoritarios pero que ya no eran capaces de movilizar a las masas de igual manera. Por cierto esto hará que el PT o muestra al PT como un partido predominante pero menos masivo de lo que fueron el peronismo, la Acción democrática y el Chavismo, los cuales basaron una parte fundamental de su demostración de fuera como partidos mayoritarios en las calles. Partiendo de este caso, puede que una alianza con el MST, y el movimiento sin techo de Brasil habrían dado posibilidades de este tipo de alianza, la pregunta es, si el sistema institucional de Brasil no habría buscado su fracaso sistemático como se hizo con la gestión de Collor en cuanto al papel de la tenencia de la tierra que parece estar enraizado en el poder de Brasil en una forma que escapa a toda reforma seria. Durante el gobierno de Lula con la expansión de la Soja, y otras producciones esta relación se mantendría y reforzaría. Esta es una de las razones por las que el PT tendría tantas tendencias más izquierdistas y radicales dentro del partido como fuera de él que terminarían conformando una buena parte de la oposición por izquierda al mismo proceso. Se puede decir que reflexionando sobre el papel del Foro del Sao Pablo, y del cambio del neoliberalismo a un progresismo y populismos latinoamericanos con ideas de izquierda y no enemistados con estos partidos al menos en un principio que se constituye una serie de políticas en común que permiten posicionar a líderes como Chávez, Lula y Fidel Castro en un gran espectro de izquierda, este hecho de heterogeneidad podría servir para desafiar cierta noción providencial del cambio de época propiciado por la aparición sucesiva y esporádica de líderes políticos progresistas en cada país. Si esto es así, las “Nuevas Izquierdas” son en realidad la aglomeración de las izquierdas latinoamericanas, aceptando sus diferencias y que por esto mismo tienen resultados contradictorios, hay que considerar que el PT es el partido de esta alianza que entra en el país donde el capitalismo está más desarrollado y donde las contradicciones de clase son más complejas. Podemos también hacer una digresión importante en este punto que es olvidado por Laclau y por ciertos optimistas de las generalizaciones.

 

El PT se adapta al capitalismo de una forma distinta que los otros partidos del Foro, de una manera distinta que los aliados del Frente Amplio, y del Peronismo progresista como el kirchnerismo, los cuales tienen un sindicalismo heterónimo. El propio Chávez al no poder controlar completamente la CTV tiene una contradicción. En este sentido la base social de los partidos va desde los trabajadores organizados hasta los trabajadores que fueron expulsados y personas que se encuentran completamente en la marginalidad. En este sentido las políticas, la manera en que se distribuye la riqueza, sumado a la volatilidad del apoyo por lo tanto las estrategias de supervivencia de cada presidente, lo que se podría considerar como una política irresponsable podría no ser más que una estrategia política que buscara un efecto perdurable en la sociedad. Las críticas del orden de la política pública alejadas de la ideología, y de las motivaciones concreta de la coyuntura llevan a estos errores de percepción. El PT va creciendo conquistando Prefecturas y Estados progresivamente, por esta razón su llegada hacia el poder muestra el recorrido de un partido convencional pero inédito desde el punto de vista que se va configurando como una fuerza nacional relevante de izquierda en un país donde los partidos locales que manejan ciertos contenidos feudales sobre su territorio han dado a una lógica federal de Brasil un carácter netamente reaccionario.

 

No obstante esta razón muestra como los populismos en caso de Lula y de Kirchner con regímenes provinciales importantes y una fragmentación más clara de personalidades locales tiene un impacto distinto a lo que es el PSUV o el MVR que obtuvieron mediante las elecciones una hegemonía casi total del territorio, siendo una fuerza relativamente nueva. Las aspiración a una hegemonía más completa hace del chavismo en los hechos una fuerza más importante que a otros populismos en tanto al poder del líder político con respecto al resto de la sociedad. En este sentido las teorías post modernas de las identidades políticas tienen un déficit, ya que toman como irreversibles el papel de la cultura de masas, los medios de comunicación y el papel del líder, tal cual si este no tuviera que hacerse cargo del Estado, los caso de caída de Pérez, Collor, y ahora Fernando Lugo parecieran que no llaman la atención lo que sería esta alternativa a la política que si no se materializa en términos concretos se presenta en una crisis más que discursiva. La realidad de la política nacional, y el poder conquistar elecciones locales, el hecho de buscar asentar sus bases sobre puntos importantes del sindicalismo, las fuerzas armadas y hacer pactos necesarios con algunas fracciones de la burguesía y de intelectualidad, muestra que no se da en una forma tan espontánea el papel del discurso legitimador, sino que el contexto, más el liderazgo y el discurso están en tensión.

 

Podemos afirmar que Lula y su “tendencia mayoritaria” se terminan adueñando del PT, en este sentido es importante que no es sólo que la sociedad toma al líder como una referencia incontestable de cómo se organiza la sociedad, y el criterio de polarización sino que el partido, se organización en tanto a cierto concepto heredado del partido cartel, el Estado es el mayor proveedor de la actividad política. Este populismo o bien incorpora en organizaciones intermedias a personas que no encontraban en la política, o sale a búsqueda de ciertos sectores de clase media que adhieren al proyecto o simplemente supone una simbiosis de distintos elementos en la administración nacional. Esto se puede ver claramente cuando en el caso del PDVSA, el gremio petrolero en su condición verdaderamente privilegiada en Venezuela se resiste tenazmente el líder del partido gobernante incluso más que las FF AA, en las cuales los mandos más bajos si pertenecen as las clases medias y las clases medias bajas, donde proviene Hugo Chávez.

 

Esta caracterización de cierta excepcionalidad, es algo que está presente en una obra de Teodoro Petkoff sobre el tema, donde de alguna manera muestra la situación coyuntural, no obstante en su visión hace una crítica férrea y considera que el proceso chavista es un infantilismo de izquierda, es decir lo enmarcar en ciertas tendencias generales de lo que habría fracaso en Cuba, China y la ex URSS, en este sentido puede que su caracterización del chavismo distanciándolo de todos los demás sea interesada y se base en un criterio historicista, donde el Frente Amplio, el peronismo, el PT, y hasta la Concertación, tal vez este enfoque privilegia cuestiones partidarias como la administración de la economía de cada país olvidando especificidades de orden particular de cada régimen y la historia particular de las dictaduras latinoamericanas en los países en cuestión.

 

El Partido de los Trabajadores brasileño, el socialismo chileno, el Frente Amplio en Uruguay y el peronismo, vienen de una larga lucha contra dictaduras militares y en el último medio siglo han pasado por las más variadas experiencias, que van desde la clandestinidad episodios de lucha armada que involucran a algunos de sus actuales componentes (sobre todo en Brasil, Uruguay y Argentina), la vida parlamentaria, el ejercicio de gobiernos regionales y locales y hasta, en el caso chileno, del nacional. Hundidas sus raíces en la historia continental, ya más secular de las luchas sociales […] ha llevado a estos partidos a dejar atrás los infantilismos de izquierda y a internalizar los valores democráticos como componentes sine qua non de los proyectos de cambio social. (Petkoff, p. 119)

 

            Estas nociones impactan en la manera de comprender el papel del PT, tomando en cuenta estos postulados y no forzando las posiciones, hay ciertos elementos del nacionalismo burgués, que tal vez quedan enlazados en la cuestión de la transformación desde ciertas posiciones más socialistas y rupturistas hacia posiciones de centro pero sobre todo contrarias al neoliberalismo, este nacionalismo burgués sería de clases medias y bajas, tomando como siempre a la comunidad nacional como una unidad preponderante sobre la que habría que organizar la vida social. ¿Por qué esto se daría en Brasil? En parte porque sus burguesías, dependen menos del papel de otras burguesías en América Latina de las metrópolis, en este sentido su papel sería distinto, la capacidad real de mantener cierta tasa de industrialización y ser la economía más importante de América Latina como su deseo de formar parte del consejo de seguridad forma parte de cierta aspiración como la que tiene Alemania de poder conformar cierto papel en la economía mundial y ser realmente un hegemonía regional. En este sentido Venezuela, en su papel con la OPEP y los No Alineados como Argentina y Bolivia se encontraría un escalón más abajo en este papel. Lo cierto es que la integración Latinoamericana tiene tensiones, entre el proyecto chavista, el proyecto del nacionalismo burgués[12] brasileño de Lula da Silva, y una participación más laxa de Argentina, Uruguay y Bolivia. Curiosamente el elemento nacionalista es algo que se maneja en todos los discursos de los líderes populistas, si esta retórica es más o menos chauvinista se lo puede desde muchos puntos de vista. Lo cierto es que el nacionalismo tiene una parte importante en la batería ideológica, una vez definida, la nación y su proyecto, cada proyecto político defiende su interés y mantiene la voluntad de congeniar con ciertas tensiones acerca de cual debe ser la posición que debe predominar.

 

            Hay que recordar que el periodo anterior, esta pretensión de alguna unidad había sido dada por la integración directa con Estados Unidos, donde Argentina, y Brasil, principalmente fueron las que se integración a un nivel inédito en décadas anteriores. En este sentido el PT, no puede deshacerse de las necesidades de la gobernabilidad es por eso que no queda en los papeles más importantes que se le dan a otros casos como el de Rafael Correa, y Néstor Kirchner en el poder de sus partidos, el MVR, es un partido totalmente nuevo, más cuando gran parte de sus aliados han tenido una verdadera participación marginal en el Estado, sus burocracias no tienen intereses creados al efecto. Rafael Correa se basó en un partido profesional electoral como el que usó Fujimori, y en este sentido, su esquema de construir un partido completamente desde el Estado es clave. El partido de Correa al no tener una fidelidad tan grande en las FF AA, no es tan potente como lo que sería la “Revolución Bolivariana”, los militares entran en la política vía el chavismo llegando a los puestos más altos de la administración, a la vez a los puestos menores entrar los militantes sociales y los miembros de la coalición minotarios. Curiosamente esta supeditación de la oficialidad a los cargos ministeriales y el papel de los movimientos sociales en un acceso a los aspectos bajo de la administración no da la imagen de un totalitarismo tal como el soviético, o el nacional-socialista, donde los críticos liberales entendían que el partido y la militarización van de la mano completamente. En este caso el proceso es incompleto por razones hasta ideológicas, el chavismo subsume a las FF AA y al MVR a un régimen personal bajo su mandato pero en ningún momento se crean milicias del partido, ni formas de control político sobre las FF AA. La figura del autoritarismo se escinde por completo de cualquier intento totalitario de la sociedad. Hay cierto optimismo en estas transformaciones, fueron tomadas por algunos como una confianza en el poder de la democracia, y de la democracia procedimental, en este sentido, sería un error aislar al chavismo en tanto régimen excesivamente distinto a los demás populismos, es más hay cierta voluntad de disociación entre “Izquierda y populismo”  como de “Institucionalismo y Presidencialismo”. Llegado cierto punto se produce una contradicción, y esta es la que quiere desligar la idea de la historia latinoamericana como procesos ya clausurados y no como escenarios que se repiten por la constitución a la sociedad en la que pertenecen.

           

Para la izquierda moderna y democrática, que metabolizó la experiencia de la lucha armada y la crisis del modelo soviético así como las desventuras del allendismo y el sandinismo, que no se asoma al espejo cubano, las relaciones con la izquierda borbónica, conservadora y no democrática, forman parte, sin embargo del manejo de las tensiones internas. Recibir con honores a Castro y Chávez, darles un trato cordial y abrirles las puertas de sus masas populares, pagar tributos a sus leyendas, considerándolos parte de la “familia”, aunque sean una suerte de enfants –o, más bien-, péres terribles y no existan mayores coincidencias con ellos, es por parte una forma de lealtad a su propia historia (todos fuimos pro soviéticos y fidelistas, no somos ajenos al entrañable mito guevarista y, quien más quien menos pasó por el marxismo-leninismo) (Petkoff, p. 127)

 

La imagen que hace Petkoff de la escenificación de Chávez y de Castro, el mismo al ser un anti-chavista es errónea. Tanto el MVR, como Hugo Chávez y su experiencia como presidente parte de la crisis del neoliberalismo por esta razón, incluso siendo el primero de los presidentes “progresistas” en llegar a la región no cabe duda que su papel es el de dinamizador del proceso en los hechos, no es un mera cuestión de retórica, Chávez asume el costo político de enfrentar mucho más enconadamente a Estados Unidos sobre sus espaldas; otros líderes agradecen esta actitud, ya que como se ve, no hay un verdadero expansionismo militar chavista sobre sus vecinos, los conflictos con Colombia de hecho terminaron siendo muy menores. Esta cuestión del prestigio de Fidel y de Chávez más que basarse en el punto del marxismo-leninismo, tienen que ver con La revolución Cubana como un proceso, nacional-popular independentista, y con Chávez y su Revolución Bolivariana, la cual como en el Movimiento 26 de Julio recorre algún derrotero parecido desde una gran alianza burguesa, campesina, y de personas excluidas de la sociedad hacia cierta concepción del socialismo latinoamericano como una creación propia, la excepcionalidad del petróleo en Venezuela permite que este proceso se mantenga de alguna manera más autónoma que en Cuba. El MVR se definió originalmente en términos más bien nacionalistas aunque difusos:

 

La definición del MVR contenida en los Estatutos aprobados en la Asamblea constitutiva del 21 de Octubre de 1997 es bastante escueta y general, no alude a una definición ideológica precisa, pero remite a aspectos importantes: el carácter de movimiento aluvial, no de partido, y la orientación popular y nacionalista. En el artículo 1 (De la definición del Movimiento) dice lo siguiente:

 

“El movimiento V República” es un movimiento político amplio, abierto y unitario, que defiende los intereses del pueblo y de la Nación venezolana. (Acta Constitutiva en MVR 1998b. 21) […]

 

De programa de Acción Política (MVR 1998b, 42-44) se infiere una idea de democracia supeditada a las nociones de pueblo y nación, lo cual podría tomarse como una aproximación difusa a la democracia patriótica. (Almao, p.6)     

 

El liderazgo de Lula en cambio al frente del PT tiene ciertas cuestiones que por el nivel de liberalización de la economía de Brasil y por el papel de la política social, el respeto a los medios de comunicación, sean estos buenos o malos, y la irresolución ante problemas clave como la tenencia de la tierra hacen recordar a cierto papel que tuvo Roosvelt con el New Deal, algunos han querido ver esta relación aún más extrema y liberal comparándolo con Tony Blair, y diciendo que sería una recreación de la tercera vía. Tal vez en este sentido vale por eso volver siempre a los partidos comparar la crisis del partido laborista inglés post Margaret Thatcher y el esforzado, largo esfuerzo del PT por el acceso al poder sean trillados. Lo cierto es que la idea de una ruptura al neoliberalismo de todos los países “populistas” es sin duda la menor, esto tal vez tenga que ver efectivamente con el desarrollo de todo el sistema brasileño, incluido el financiero, y por una explícita búsqueda de potenciar el factor desarrollista. Chávez por el contrario se maneja en conceptos muy heterogéneos, desde el cristianismo popular, a una relación extraña donde sería el Estado y no el pueblo el que aseguraría el socialismo, las vueltas sobre la idea del poder popular, como Salvador Allende intento en su programa que era más explicito forman parte una constante formulación teórica de la intelectualidad chavista que tiene que darle un arco más amplio a la síntesis discursiva de lo que es el propio presidente y su movimiento.

     

El MVR es el partido poli-clasista de Chávez, y su lógica tiene la idea de un movimiento, poca estructuración, cuadros improvisados o provenientes de diferentes tendencias políticas.

Los gobiernos de Chávez y de Lula en comparación:

           

         3.1- La caracterización del Liderazgo en cada caso:

 

Chávez gobierna sobre algunas bases ciertas: una de ellas, la construcción de un proyecto personal. Su relación con las masas, es directa, también lo es su lenguaje, busca ante todo un apoyo elemental, emocional y hasta irremplazable con ellas. Lo cual no quita que haya un sustento ideológico para esta labor. El problema de la sociedad civil es menor, ya que a la hora de entender el papel de liderazgo hay que entender que sistema de dominación se pone en juego para una sociedad dada  más que imaginar, si de la sociedad provendría espontáneamente, un cierto tipo de política, en este sentido, el chavismo tiene que ver con la tradición de hombres fuertes de Venezuela como Pérez Jiménez, y Gómez, en este sentido como en el caso de Argentina, las presidencias imperiales se dan recurrentemente. En este sentido hay que diferenciarlo porque tener una oposición considerable pero esporádica y desorganizada, no es lo mismo que la vía autoritaria, o que la existencia de un único partido. La mayoría de las elecciones en Venezuela no han sido testimoniales.

 

Se dice que el populismo “simplifica” el espacio político, al reemplazar una serie compleja de diferencias y determinaciones por una dicotomía cuyos dos polos son necesariamente imprecisos. Por ejemplo en 1945, el general Perón adoptó una postura nacionalista y aseveró que la opción argentina era elegirlo a Braden (el embajador estadounidense) y Perón. Y, como es bien sabido, esta alternativa personalizada tiene lugar en otros discursos mediante dicotomías como ser el pueblo vs. la oligarquía, las masas trabajadoras vs. los explotadores, etcétera. […]

 

Ahora bien si esto es así, ¿no es la lógica de la simplificación y de la imprecisión, la condición misma de la política? Sólo en un mundo imposible, en el cual la administración hubiese reemplazado totalmente a la política en un piecemeal engineering, al tratar diferencias particularizadas, hubiera eliminado completamente las dicotomías antagónicas, hallaríamos que la “imprecisión” y la “simplificación” habrían sido realmente erradicadas de la esfera pública. En este caso, sin embargo, el rasgo distintivo del populismo sería sólo el énfasis especial en la lógica política, la cual, como tal, es un ingrediente necesario para la política, tout court.  (Laclau, 2005, p. 33)            

 

En este sentido vale considerar cierto papel discurso que tienen los primeros mandatarios, que como las contra partes de lo que fue el proceso anterior construyeron una noción general de lo que sería la tensión sobre la relación del estado, y cómo la teoría del Estado, está en relación con el dominio presidencial. La concepción basada en el gasto; es la piedra de toque para poder analizar la manera en que la política es realizada, en este sentido el discurso de confrontación distinto en cada uno de ellos, Chávez siempre en aumento y Lula en una distancia considerable, justamente forma parte de un proceso que nos muestra el papel del discurso:

 

La implementación de estas formas “antiestatistas” se vio justificada por un eficaz discurso político de legitimación que señalaba la necesidad urgente de constituir un liderazgo ejecutivo que tomara decisiones soberanas para solucionar la situación de caos e ingobernabilidad política, económica y social. Mediante este tipo de de discurso neodescionista se incentivó, así, un fenómeno caracterizado por lo que se ha dado a conocer como crisis de representación o crisis de representatividad de la política, económica y social, fenómeno que promovió una creciente apatía general entre los representantes y representados y una re-vinculación en relación a la figura del Presidente, erigido en garante del orden y de la gobernabilidad. (Fair, 2012 p.88)

 

            El discurso del proceso neoliberal dejó que el presidencialismo sea la parte más importante de la política y porque en términos sustanciales sigue siendo el poder ejecutivo el artífice de la política económica es probable que por esto, la continuidad sea clara, no es un partido, no es una “clase política” sino un solo hombre es el que es capaz de tener las facultades para resolver la crisis. Después de todo, forma parte del poder de las instituciones y del poder de la economía delegado en expertos económicos, el presidente en todo caso es el decide y le da legalidad a estas transformaciones. Chávez en este sentido formó parte de esta cultura y volvió más contradictoria en la medida que terminó usando ese poder para ir en contra de algunas cuestiones que hacía al estado neoliberal. Durante el periodo en que Lula hace la campaña en el año 2002, la combinación de la campaña presidencial y la moderación de su discurso tuvieron la facultad de poder capturar una parte del voto que se encontraba saliendo del partido de Cardoso. No obstante esto podría ser la contratara de un largo proceso, las izquierdas latinoamericanas llegan al poder de formas totalmente distintas. ¿Qué alianza complicaba más la supervivencia en el gobierno? ¿La alianza de Lula con los empresarios o la alianza de Chávez con los militares? Los hechos demostraron que en la práctica, la situación era completamente distinta. Lo cierto es que los presidentes manipularon los humores de la sociedad. El populismo como forma de construir la política seguía activo, el poder de transformar por parte del mismo ejercicio de la presidencia es fundamental.  

 

Lula había sido candidato presidencial tres veces antes de 2002, perdiendo con Collor de Mello en 1989, con Cardoso en 1994 y otra vez con Cardoso en 1998. En las preparaciones para la elección de 2002, una cuestión importante en la discusiones de la estrategia del PT, según la prensa, eran sus “políticas relacionadas con las alianzas políticas”. Una vez más, según los informes de la prensa, Lula da Silva aceptó de manera renuente un nuevo nombramiento como candidato presidencial por el PT. […] Pocos partidos centristas estaban realmente dispuestos a buscar una coalición con el PT. De hecho, una alianza fue celebrada por el PT con el Partido Liberal, un pequeño grupo populista centro-derecha, que tenía el privilegio de nombrar al candidato a vicepresidente. (Carvalho-Filho, 2004, p.57)    

 

            Aunque todo esto, relacionado con los clásicos conceptos de Lenin, Gramsci y Lukacs, el partido político para el marxismo la herramienta fundamental para el proletariado. De este también en parte estaba la idea de la construcción de la hegemonía, que no era simplemente la ocupación del Estado, este problema en el siglo XXI, queda fundamentalmente olvidado. Pero vale la pena retomarlo para entender, la cuestión del supuesto culto a la personalidad de los líderes populistas contemporáneos que a diferencia de su predecesores neoliberales, siguen despreciando programas claros pero que además le dan al discurso antes disuelto del fin de la historia, una épica totalmente nueva, una “dialéctica” si se quiere. En el caso de Chávez esto está analizado en profundidad, en el caso de Lula es más moderado, Kirchner y Correa, siguen el mismo camino, ya que no se trata de la conflictividad simplemente sino de la idea muy presente en el chavismo de ser un heredero indiscutido del destino del país. Tanto Brasil como Argentina, en sus líderes encuentran personas que se consideran a sí mismas depositarias de verdades relativas donde lo importante es poner un límite a la presencia de los grupos económicos en lo público. Kirchner tributando a la generación de los 70´ en sentido amplio y lleno de controversias, y Lula en sentido de la nacionalidad de los que están atrasados en este proceso de Brasil el cual es un éxito pero que debe incorporar a todos. A partir de allí las campañas que llevan al poder tanto a Lula como a Chávez tuvieron que ver con el fin de un proceso que se dio en pleno liberalismo, tanto en Menem como en Fujimori, un presidente se podría imponer con ciertas cuestiones difusas pero con una cierta identificación por parte del público, y este sentido, el perfil de Chávez como militar y Lula como sindicalista, en una mezcla de moderación y exceso repetían un lugar conocido, y esto tiene que ver con el poder de mediatización sobre la “elección racional” de los individuos más cuando la instrucción baja o la apatía política podrían generar votos de carácter distinto a los de las preferencias supuestas, tal vez por eso se abandonó la seguridad de los partidos conocidos, sin mediar que eso condujera a una crisis. El que la democracia pueda ser inútil es un problema de gran preocupación para la supervivencia en general del propio sistema. Además hay que aceptar que populismos de derecha, con los mismos elementos; fuerzan contradicciones y salidas simplificadas en el discurso entre ellos en vez del imperialismo, la xenofobia. Podríamos decir entonces que esa forma populista de manejarse lleva a cuestiones como esta:

 

Esta estrategia de identificación emotiva y personalista con las masas populares, que lo situaba como una especie de líder carismático “salvador”, y a la vez diferenciaba de la frialdad tecnocrática de su contrincante (Angeloz), reenviaba, a su vez a la tradición “populista”, y verticalista del peronismo. Por otra parte, debemos considerar que Menem había emergido de la rioja, una de las regiones más pobres del país y sometida al centralismo partidario. En este marco, su cuerpo “significante” (Verón, 1987) proponía una imagen inusual. En efecto, su aspecto campechano y popular evocaba a la de un caudillo del interior, Facundo Quiroga, con sus patillas abundantes y su poncho colorado. (Hair, 2012, p. 92)                     

 

           

            El presidente Chávez había construido sobre sí mismo la responsabilidad de ser el discurso, el gobierno, y el estratega general de todas las grandes decisiones en su país. Esto ha llevado a que se lo tome como un híper-presidencialista o un autoritario, en todo caso, vale decir Chávez se construye a sí mismo. Su discurso evoluciona de acuerdo a la necesidad, retiene para sí la definición de la política, busca alterar la sociedad para que tenga cierta unidad indivisible con el líder, esta sociedad, no sería una sociedad pluralista y liberal, en el sentido de la pequeña y la gran burguesía, la promesa de Chávez es para las personas excluidas del sistema y sobre todo en el marco del “nacionalismo burgués o el socialismo nacional”[13]. Su salida no es una salida institucional, él se hace cargo de velar por las necesidades del pueblo en su autopercepción, se puede decir que hay cierta visión paternalista que de alguna manera tiene que ver con cierta noción de que es el Estado el ordenador de la vida de Venezuela pese a todas las transformaciones ocurridas en las décadas anteriores. En este sentido, no se comporta dentro de las ideas de una social democracia, no es un “modernizador”, es un líder que recupera las ideas del nacionalismo en sentido amplio, y las ejecuta, entre ellas, considera que la posesión de la riqueza de Venezuela en minerales y petróleo es fundamental. El problema crónico de Venezuela para diversificarse queda pendiente. Pero se puede decir que amplia la base de sustentación sobre el gasto y no sobre la producción.

 

            Lula por su parte es un populista, pero podemos afirmar que el no excede el papel de un presidente, se convierte con el tiempo en un presidente muy popular, no obstante su cautela es suficiente. Lula no cuenta con elementos que estén por fuera del sistema que tiene un presidente constitucional, el ejército no tiene por que apoyarlo más allá de lo que haría con otro presidente, la diplomacia lo mismo, y el gobierno de Lula y el PT deben manejarse con la cancillería y las FF AA, en una relación de tensión. Su papel queda restringido a reinventar la figura del presidente, lo cual no es poco, tal vez inspirado en Vargas pero este si se apoyaba en el apoyo militar de la oficialidad media, Lula busca hacer de el mismo una figura que sumada a la de su partido; hagan y organicen a la política del país para esto se basa en las formas más modernas, cree en las herramientas desarrolladas para esto, no las reinventa si las coloniza, lo cual les vale críticas pero que en comparación Chávez son menores, si hay una cuestión partisana en Lula pero que funciona como un cuenta gotas, ir capturando los organismos del Estado, darle poder a los dirigentes de algunos movimientos sociales, introducir ciertas personas de la cultura popular brasileña pero de forma moderada. Todos los presidentes latinoamericanos hacen alguna reforma de la burocracia estatal para tratar de darle continuidad y profundidad a sus políticas. Hay que recordar que liderazgos opuestos como el Margaret Thatcher, hicieron de la reforma del servicio civil (Civil Service) y del sindicalismo, la manera de alterar de forma definitiva la política del país, sólo que en su caso la reforma era para extinguirlos o simplificarlos.    

 

            De alguna manera Lula ayuda a su partido, y el PT asume los costos de hacer la política realista del presidente, el PT recorre la senda de los partidos como el PSOE y el Laborismo que tienden a ser partidos cacth-all o escoba. Muchos líderes menores han sufrido el tener que ser compañeros de ruta de Lula, lo que es cierto es que el presidente se puede ver como lo que quiere, alguien que estaba más allá de los conflictos más relacionados a la partidocracia tradicional. Esto incluso le sirve para escapar de la corrupción cosa que había arruinado el proyecto de Collor, el gobierno de Lula, manejó su relación con lo otros poderes de manera más ordenada, busca aliados de forma pragmática. Estos aliados acostumbrados a esta gimnasia apoyan parcialmente a Lula, con el tiempo la colonización de las instituciones puede más que la alianza clásica del PT, el PT se modifica creciendo en el Estado, y abandona lo anti-sistema, para ir siendo el sistema mismo. Hay resistencias a estos cambios pero estas son ante todo un tema menor en ciertos sectores populares de las clases bajas brasileñas, Lula conserva el voto nordestino, pierde una parte del voto en las clases medias pero esto suele pasar en todos los regímenes populistas. Lo cierto es que los nuevos miembros de la clase media, los integrados, apoyan a este PT. Puede que este populismo débil sea cierta consecuencia de la consecuencia de la sociedad de Brasil la cual se encuentra en expansión, y a la vez hegemonizada por la burguesía, que se opone pero no termina de tener un proyecto de ruptura. El papel de Lula, recuerda de alguna manera a Roosevelt, o a Tony Blair al menos en ciertos aspectos de que buscar la popularidad confrontando de una manera no puntual con los enemigos políticos lleva a que el conflicto se de dentro de ciertos cauces con tensiones que se resuelven en una forma bien distinta a la que se daría si el presidente fuera el que ayudara a reforzar la crisis política. Chávez, maneja su presidencia desde el comienzo en una guerra sistemática contra sus enemigos políticos, lo cual es lícito desde el punto de vista donde la Nación es una unidad irreductible anterior a cualquier intento de ser dividida por la política, en Chávez conviven el papel del presidente y del comandante. Ya que las FF AA son aliadas, el resto de los sectores de la sociedad, la CTV, la Iglesia, y las Cámaras empresariales en Venezuela son los enemigos principales en la medida que el régimen adecopeyano entra en decadencia. El chavismo tiene cierto elemento de una revolución blanda. No incorpora un cambio tan radical a primera vista pero siempre apela a la excepción atenuando el estado de derecho, este neo-decisionismo en Chávez, tiene que ver con ello el excesivo poder de los constituyentes por sobre toda consideración de la Constitución de 1961. El primer gobierno de Chávez en ese sentido asegura el camino a la continuidad de su propia persona en la figura de las excepciones que tuvo el “Congresillo” para distintas situaciones con cierto aval tácito del poder supremo de la justicia y el aval de la población que buscaba un orden, aunque no estaba claro cuál sería este orden.

 

            Los dos buscan concentrar el poder del presidente ya que esto es necesario en el contexto que se hereda post neoliberalismo donde el papel de la economía viene de la mano de presidentes fuertes y de tecnócratas en la economía. Mientras que Chávez tiene cierta preferencia por militares en todos los aspectos en la vida institucional del Venezuela, lo cual uniforma el estilo de pensamiento, acción y ejecución, eso va a derivar en la visión que tendrá Chávez luego en las misiones, las cuales reemplazan el sistema convencional de Venezuela es decir el sistema de educación y de salud, es más, Chávez tiene de por si en la constitución reformada objetivos claros pero medios poco claros, al menos desde la concepción convencional del accountability horizontal y vertical de su acción de gobierno. Una buena parte del sentido del plebiscito es separar a las masas de una necesidad de representación que vaya por fuera de su propia persona, no hay que deliberar para saber lo correcto o incorrecto de la política. Eso permite simplificar el papel de la oposición a medidas concretas, permite aceitar el papel de un gran partido que va a ser el MVR y sus aliados en el polo patriótico y además ayuda a homogeneizar cierta concepción del pueblo como mayoría que puede deliberar de una manera distinta. Es decir que la falta del acceso al poder de la democracia directa existe porque Chávez retiene gran parte del poder, las FF AA se entrometen en la vida civil, los partidos de oposición no están de igual a igual con el chavismo, por otra parte, el pueblo incluso apoyando a Chávez participa de la democracia en el plano de la aprobación o desaprobación del gobierno, lo cierto es que son protagonistas a niveles más elementales. Chávez entiende el papel del vecinalismo en Venezuela, que tiene relación con los piqueteros de Argentina, los indígenas en Bolivia, y el Movimiento sin Tierra en Brasil. La nueva constitución tiene a los movimientos sociales y a los partidos menores incorporados en cierta etapa de transición. El chavismo no se opone a cierta forma de vida política de lo elemental que poco tiene que ver con el lineamiento general de estado. Por otra parte, hay una cierta cuestión relacionada con el papel de “Alo Presidente”, el presidente es pedagogo de cierto sector popular que se encontraba totalmente alejado de la política, y por eso mismo la sociedad se va polarizando por condiciones sociales y por la incorporación de nuevos sectores a la política.

 

            Lula y Chávez tienen una agenda política común, el no al ALCA fue el más claro, esta tiene que ver no sólo con los aranceles comerciales. Se basa en cierto punto importante, la integración del ALCA lleva a una progresiva dolarización de las economías latinoamericanas, esto lleva un problema, las economías y burguesías nacionales periten toda posibilidad de competencia con Estados Unidos. O al menos lo consideraron así en los primeros años de siglo XXI. No tiene sentido pensar si estaba bien o mal esta política separándola de los líderes que la ejecutaban, lo cierto es que la administración Bush fue especialmente torpe en no diferenciar la política de Irak a la política con Latinoamérica, sobredimensionando a la política militar y  dio mucha menos atención a la comercial. El liderazgo de Bush en estos frentes fue torpe, y débil mientras que Chávez obtuvo prestigio internacional por mantener el status quo, en ese momento la coalición que estaba con Lula, consideró que esto era lo mejor para su país.

 

Hubo un gran lobby Pro ALCA, las multinacionales, por las consecuencias a mediano y largo plazo, sobre todo las norteamericanas, y hay una gran oposición por parte de ciertas formas de sindicalismo, burguesías nacionales, y movimientos sociales aunque por razones diversas, las cuales son las bases netas de estos presidentes y no otras, el discurso de los presidentes luego invocaran para poder sostenerlas. El No al ALCA como política, no está presente en el primer gobierno de Chávez si esta su relación tensa con Estados Unidos, Venezuela busca exportar más petróleo pero a mayor precio en cualquier condición porque esto es lo que le permite salir de las obligaciones que tiene con el FMI, y otros sectores. Chávez hasta no disponer de mejores precios del petróleo fue mucho más cauto de lo que sus detractores consideran.

 

            El presidencialismo pesa a la hora de entender el papel de estos líderes, la manera de entender la supervivencia se mantiene. Los políticos experimentados se aseguran ante todo de tener gobernabilidad. Por eso, hay que diferenciar el sentido de las políticas del momento en que se implementan. De hecho, la independencia del banco central en los países latinoamericanos es algo que se mantiene pese a la devaluación en países como Argentina, Brasil, y Venezuela mantienen esa herramienta de la ortodoxia en parte porque tienen que negociar con el FMI. Las monedas sudamericanas a excepción del Real son débiles. Esto tiene que ver con la siempre presente tentación de asegurar competitividad devaluando y la súbita apreciación de la moneda con la entrada de dólares. A partir de allí, se rompe con la idea de que los medios son los únicos que hacen el nexo con la sociedad. Los presidentes latinoamericanos intentarán dominar la agenda, cada uno a su estilo, Kirchner lo haría a través de los discursos relacionados con su gestión, Lula también, Chávez combinaría y extendería esta situación, exacerbando este papel. Dominar la agenda o intentar hacerlo fue una búsqueda de autonomía por parte el sector político.

 

            Para poder entender una parte de lo tratado anteriormente hay que diferenciar dos conceptos que se dan en estos nuevos liderazgos, en este sentido se puede afirmar que hay posibilidades de enmarcar estos presidencialismos dentro de dos lógicas más importantes de clásicos, Maquiavelo y Marx. Ambos han tomado la figura del líder de manera distinta. Recorriendo la importancia de estos conceptos se puede reconocer que tanto la figura del líder carismático, como la del bonapartismo, también la del Príncipe conforma parte inseparable del papel del liderazgo. Las tres definiciones son un armado teórico que ayuda a mejorar las definiciones previas sobre la cuestión de cómo y por qué esta crisis política, ideológica y social fue enfrentada de esta manera. No obstante esta cuestiones, el populismo usado de manera genérica termina vaciando al término de todo significado, volviendo casi ociosa cualquier especulación sobre el tema.

 

Como se puede imaginar, el populismo sigue siendo hasta hoy un concepto polémico, que carece de una dimensión concensuada. Pero a pesar de su evidente elasticidad se utilizando sistemáticamente- a menudo sin una gran precaución metodológica- con el único objetivo implícito de criticar a los presidentes que, paradójicamente, son los que han sido elegidos con más apoyo popular. […] referencia a los mandatarios de Venezuela, Bolivia o Ecuador. En este caso con el objetivo explícito de descalificar a dirigentes que tienen el mal gusto de no ajustarse a los cánones del líder de izquierda del siglo XXI (criterios obviamente fijados por los periodistas acerca de lo que debería significar). (Do Alto,, p.85)   

 

 

            Además podemos decir que si se deja de lado toda la bateria ideológica del neoliberalismo anterior, con Laclau y otros, hay un auge de nuevas ideas que escapan a la lógica de la Escuela de Virginia,  el Rational-Choice, y otros ejemplos del neoliberalismo. El populismo no es un estado que debe prestar servicios públicos de la manera más fácil y barata posible, es un armado político que incluye muchas variantes. Además tiene un discurso completamente distinto, en el caso de Venezuela esto se da claramente, Chávez construye el carisma y su forma de gobernar en parte es la manera en que el y sus seguidores más cercanos encarnan de alguna manera el proyecto bolivariano. Tanto es así, que la política se hace espectacular, a diferencia de lo que fue el siglo XX, Chávez toma los elementos del neoliberalismo como la gestión y los reconvierte a la lógica del populismo, este manejo personal de muchas cuestiones hace que el chavismo tenga la lógica que tuvieron los primeros gobiernos de Perón, y especialmente la Fundación Eva Perón. Tal vez esto hoy se refuerza más porque cada papel renovado y aumentado del contacto con la población puede ser reproducido infinidad de veces a través de los medios.  

 

¿Por qué este concepto de ciencia política es tan empleado en el discurso periodístico, y con semejante agresividad? ¿Qué imagen del mundo intelectual europeo nos revela? Quienes estudian el fenómeno populista procuran en general tomar preocupaciones para indicar una neutralidad axiológica que implica negar toda dimensión política y normativa. […] limitarse a un análisis de un estilo de ejercicio particular del poder, desprovisto de todo juicio sobre el fondo de las políticas llevadas adelante por los regímenes estudiados. […]

 

En un artículo en el proponía una conceptualización capaz de abordar todos los casos. Guy Hermet explica que la “promesa de realización [de las expectativas del electorado] en un lapso de tiempo muy breve constituye el elemento definitivo esencial del populismo”. Luego agrega: “queda claro que esta inmediatez procede también de su lógica de mediación directa (…) sin complicaciones institucionales y sin demora. Finalmente, “la única definición discriminante del populismo reside en estas dos dimensiones, ligadas a la promesa inmediata realizable y no a la mediación, que garantizar la respuesta inmediata”. (Do Alto,, p.88)   

 

            También podemos decir con relación a los partidos cuestiones contundentes. Lo líderes como Chávez desde el principio no deja formas institucionalizadas, tanto el MVR y su reformulación como PSUV fueron intentos de tener esa variante institucional que pudiera continuar el chavismo. En el caso del PT, la cuestión es muy distinta, el PT es un partido que subsiste en medio de la figura de Lula, el cual de alguna manera asegura el piso para poder tener el acceso al poder, aunque el PT por el mismo es capaz de continuar una vida propia. La primera elección tal vez demostró esto en una forma más clara. Profundizando en la cuestión teórica que lleva esta caracterización del MVR y el PT, con Lula y Chávez tomando ya como necesario el tener que explicar el fundamento del papel en la forma en que se hace y se ejecutan los estilos de gobierno es necesario recurrir a los clásicos entre ellos, Maquiavelo y Marx.Hay que sin embargo caracterizar que la emergencia del populismo fue una etapa de transición donde la ruptura no se da como hemos dicho más arriba de forma total, como en los procesos de re-democratización y reforma del Estado, el resurgimiento del populismo, y el descisionismo tienen como base el papel de cierta valoración de que son capaces de hacer los líderes políticos:

 

En suma, esto implica negar que la política de lo posible, evocada incluso precognizada por numerosos especialistas en populismo, constituye en sí mismo un proyecto político. Adosado a un temor legítimo a la rehabilitación del totalitarismo, este posibilismo condena de antemano todo proyecto de transformación social. Por ello es necesario oír las prescripciones formuladas por algunos autores acerca de la necesidad de elegir entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. […] Sin convicción la política no es más que un asunto de gestores y técnicos. Por eso el posibilismo constituye una negación de la política y de su motor, el conflicto.

 

[…] como el programa Fome Zero, entre otros casos de continuidad con las políticas del modelo neoliberal, que frecuentemente contribuyeron a generar o mantener clientelas políticas. En contraste, en Venezuela y en Bolivia, aunque las políticas sociales todavía incluyen programas de este tipo, apuntan claramente a la creación de derechos en el ámbito de la salud, como lo demuestra el proyecto de Chávez de reforma constitucional de 2007 y el impulsado por Evo Morales en Bolivia. Contrariamente a los prejuicios, son justamente los líderes “populistas” quienes promueven derechos universales, con lo cual corren el riesgo de perder un mecanismo de control social sobre las poblaciones más pobres.

 

A la hora de explicar la capacidad de los líderes populistas de llegar al poder y luego mantenerse en él, una mayoría de autores menciona la falta de mediación partidaria e institucional entre el dirigente y el pueblo, o el carisma y el poder de seducción de este dirigente, y ambas opciones son compatibles. (Do Alto,, p. 89)    

 

            El problema del Liderazgo, el presidente y el partido puede ser visto de la siguiente manera:

 

“Su ilustre casa, con su fortuna y virtud, favorecida por Dios y por la Iglesia, de la que ahora usted es príncipe, pueda encabezar esta redención. Y ello no será muy difícil, si Usted mantiene delante de sus ojos las acciones y la vida de los aquí mencionados [en regencia al tratado el Príncipe]. Y aunque esos hombres son extraordinarios y maravillosos, sin embargo fueron hombres, y cada uno de ellos tuvo una ocasión inferior a la presente, porque sus empresas no fueron más fáciles, y tampoco Dios les fue más propicio que a Usted. Aquí hay una gran justicia: “Justa es la guerra para quien resulta necesaria y religiosas son las armas sólo cuando hay esperanzas en ellas”. Aquí la disposición favorable es muy grande, y donde así sucede no pueden presentarse grandes dificultades, siempre que Su casa emule a aquellos que he propuesto como modelos. […]

 

Si entonces Su ilustre casa quiere emular a esos eminentes hombres que rescataron a sus países, ante todo, y cómo verdadero fundamento de toda empresa es necesario proveerse de ejércitos propios, porque no se puede tener soldados más fieles,  más auténticos o mejores que éstos. Y aunque ya cada uno de ellos sea bueno, juntos se volverán mejores, cuando se vean honrados, comandados y sostenidos por su príncipe.” (Maquiavelo, 2003, p. 74-75)                  

 

Esto tuvo una demostración fáctica en la misma lógica del chavismo, en el cual el factor militar cobró una parte importante del poder con esto se dotó en el estado de una cuota importante de poder:

 

The president claimed to promoting efficiency and honesty in the executive branch by appointing military officers to high posts and mobilizing troops to carry out some duties that would normally be assigned to civilian bureaucrats. (Polls showed that the armed forces were among the least distrusted institutions In Venezuela.) In his first cabinet, six ministries were headed by military officers and 70 percent of vice-ministers were from the military as well. […]

 

[…] Wellcome military role expansion initiated by a properly elected president, not as power grab by military. Especially after deffection of Arias, Urdaneta, and Acosta from Chávez camp, which was partly a reaction against this role expansion, the military loyalties were divided. As long as pro-Chávez tendency remain dominant, civil-military relations will be good. (Coppedge, 2002, p.25)      [14]

 

 

Se puede decir que desde los inicios de la ciencia política en los formatos unipersonales de poder, donde el ejecutivo remite a una sola persona, el papel del “Príncipe” es algo que se reinventa, no sólo eso, Maquiavelo fue tomado por Gramsci y Althusser, es decir considerado como aquel que explicaba la verdad de la lógica de la política, tanto así que el padre de la política burguesa pero no de la teoría del Estado. Creo la figura del príncipe como un concepto ajeno al que tendría Hobbes del Leviatán no obstante la historia sería el marco de referencia, y en este sentido vale usar el mismo método.

 

Aun así, este vínculo casi esotérico entre el caudillo y sus bases niega la pirámide de relaciones sociales de la estructura, por medio de interacciones concretas, la relación que se establece entre ellos. Postula por sobre parte la debilidad política de los sectores populares, que sucumben a la seducción de su jefe, y a los que se les atribuye cierta irresponsabilidad en cuanto al ejercicio de su ciudadanía, así como una incapacidad para votar de acuerdo a sus propios intereses. […] En Argentina por ejemplo, Juan Domingo Perón sigue constituyendo un caso de estudio de una increíble riqueza para quien se interesa por la dominación carismática en política. Pero ¿el carisma no ha sido desde siempre un requisito necesario para los dirigentes políticos en todas partes? […] Argentina, al punto de que se habla de un “peronismo infinito”, es en buena medida por la capacidad de su aparato para mantener sus redes a través de incentivos tanto por materiales y sociales. (Do Alto,,p. 90)  

 

La historia del siglo XX es suficientemente clara en el papel de los líderes políticos, desde los presidentes norteamericanos a los dictadores fascistas para entender que los partidos políticos de masas convivieron con formas de ejecutivos unipersonales y que cada crisis del liberalismo ya sea en el 30´ con la crisis generalizada en Europa con el parlamentarismo europeo donde en Weimar tiene una cita común, se puede decir que un partido, y un líder pueden hacer transformaciones drásticas cuando son capaces de trabajar juntos en la consecución de un solo objetivo, conquistar el poder, esto además se refuerza, cuando el hecho es fundante de un nuevo régimen es decir cuando lo político mismo se pone en juego. El objetivo del Estado es mucho mayor que el de la democracia, y en este sentido, el liderazgo se constituye como una razón superadora de las reglas de juego. A partir de allí Maquiavelo, resalta la importancia de los “ejércitos propios”, en las democracias contemporáneas este punto no es ni más ni menos que los partidos políticos, será el mismo Collor, Pérez defraudando a la AD, quienes sin escudos parlamentarios perezcan ante la posibilidad de ser enjuiciados y desplazados.

 

Lula y Chávez lo saben, importa poco si se trata de las mensualidades para con los congresistas, o del uso de las FF AA, la supervivencia es lo primero para la gobernabilidad, cuestión que en el periodo anterior, la década de los 90´, estaba relacionado con la alianza a los sectores financieros y al FMI. Aquí se traza una cuestión decisiva en cuanto al papel de estos presidentes, en ella se ve lo siguiente, la guerra de Estados y Medios de comunicación no es menor, la súper-estructura es vital,  ya que el dominio de la sociedad, en un debilitamiento de las clases sociales y una política individualizada, con el auge del consumismo lleva a que el papel también decadente de la escuela, tal cual lo entiende Sarlo en sus críticas a Landi sobre el papel de la televisión, son que perdida la capacidad del Estado hacer uso de la ideología mediante el elemento pedagógico que la escuela, queda la espectacularidad reñida por los medios de comunicación y exageradas demostraciones de fuerza, ya sean espectáculos, o desfiles militares en las cuales el Estado se tiene que mostrar como autosuficiente y sus líderes como capaces de desarrollar el bienestar. Este un concepto que  George Bataille manejaba, ya que esta idea de escapar al economicismo tan caro al neoliberalismo queda obsoleto. Es aquí donde el partido, con el gasto social, y el manejo de la propaganda política puede entrar en enfrenamientos ciertos con las cámaras patronales, eventualmente con las burocracias sindicales, con las universidades (hay una lucha por el conocimiento legítimo), y con los medios de comunicación. No así con las multinacionales. La lógica del mercado, los medios de comunicación y las publicidades de los grandes grupos de comunicación se disputan el espacio público.

 

En tanto el populismo vive en campaña permanente, y esto lo diferencia un poco del neoliberalismo donde el presidente cuando llega a su ocaso convive con bajos niveles de popularidad, para el populismo clásico, esta idea al apoyar la mayoría partidaria y la preeminencia del líder llevaría a la ruina total a todo el proceso. En el fondo en el siglo XXI, los grandes liderazgos se interpretan en esta clave, ¿Quién representa mejor a la sociedad, el estado o los medios de comunicación? Si se cree lo primero se es anti-liberal, si se cree lo segundo, se es liberal conservador, si se cree en la comunicación alternativa se es progresista en sentido amplio y de tendencias más izquierdistas.

 

            La aparición de estos regímenes populistas en la forma del presidencialismo como el papel de Cárdenas con el PRI y Perón en Argentina se da por circunstancias particulares. Hay además de una función relacionada con el papel del Estado, una función estrictamente social y distinta que fue estudiada por Trotsky con la caracterización de los bonapartismos sui generis, y con Marx en su obra, “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”. Por esta razón podemos decir que se trata nuevamente de una revolución desde arriba la que acontece, el papel fundamental del líder populista para lograr las conquistas pasivas es un hecho incontrastable. Nadie concibe las políticas llevadas a cabo sin los presidentes y estos llevan los elogios y las críticas. Tanto en el desarrollo del modelo ISI[15], como en la salida del neoliberalismo tiene el incómodo lugar de ser desde arriba y no de una forma más jacobina, es decir más revolucionaria. Por esta razón cuesta imaginar cuán independientes son las bases en estos procesos populistas.

 

“Bonaparte como el Poder Ejecutivo convertido fuerza independiente, se cree llamado a garantizar el “orden burgués”. Por la fuerza de este orden burgués, esta en la clase media. Se cree, por tanto, representante de la clase media y promulga decretos en este sentido. Pero si es algo, es gracias a haber roto y romper de nuevo diariamente con la fuerza política de esta clase media. Se afirma, por tanto, como adversario de la fuerza política y literaria de la clase media. Pero, al proteger su fuerza material, engendra de nuevo su fuerza política. Se trata por tanto de mantener viva su causa, pero de suprimir el efecto allí donde se manifieste. Pero esto no es posible sin una pequeña confusión de la causa y el efecto, pues al influir el uno sobre la otra y viceversa, ambos pierden sus características distintivas. Nuevos decretos que borran la línea divisoria. Bonaparte se reconoce al mismo tiempo, frente a la burguesía, como representante de los campesinos, y del pueblo en general, llamado a hacer dentro de la sociedad burguesa a las clases inferiores del pueblo. Nuevos decretos, que estafan de antemano a los “verdaderos socialistas”[16], su sabiduría de gobernantes. Pero Bonaparte se sabe ante todo jefe de la sociedad del 10 de Diciembre, representante del lumpen proletariado, al que pertenece el mismo en su entourage, su gobierno y su ejército.” (Marx, 2009, p.125)

 

            Esta definición clara de las medidas bonapartistas y el peso que conlleva esto en la legitimación del estado de cosas existente es un hecho considerablemente real. El problema de la alianza policlasista es un problema del populismo, aunque cueste hoy en día de acuerdo a la mentada heterogeneidad poder decir exactamente cómo están definidas las clases, sí podemos decir que los apoyos cambian y lo hacen de forma drástica. Esta imagen queda demostrada en ciertos conceptos que se refuerzan en ambos mandatarios, sobre el papel de los liderazgos el populismo y la forma específica del bonapartismo:

 

Nos parece importante retomar en este punto la hipótesis de la hegemonía invertida, concepto inspirado en Gramsci que Francisco de Oliveira acuña para caracterizar las relaciones de dominación que se gestaron durante el “gobierno de Lula”, al que denomina “petismolulismo”. Oliveira argumenta que el PT ofreció a Brasil un liderazgo moral durante la dictadura militar al poner en primer plano la pobreza y la desigualdad. Bajo el “gobierno de Lula” esta bandera moral la tomaron los pobres creando con ello la apariencia de ser quienes dominan, pero sólo moralmente, pues la “revolución moral de los pobres” se transformó y se deformó hasta llegar al punto en que los dominados consienten su propia subordinación y los dominantes “consienten” ser dirigidos por representantes de los dominados, siempre y cuando estos no cuestionen las relaciones capitalistas. He aquí la inversión del modo gramsciano.

 

Las relaciones entre estos dos polos son fundamentales para poder entender la contradicción entre la permanencia del neoliberalismo y la innovación política, esto es lo que cambia la relación con otros líderes como Menem, Fujimori o Collor, profundizan la relación de arbitraje entre las fuerzas sociales preexistentes.      

  

 

Conclusión:

 

Se puede afirmar que los presidentes de esta época cambiaron el perfil de sus países, en este sentido la hipótesis se comprueba en parte porque el papel del presidente sigue siendo el más importante en la construcción política en América Latina. Si la pregunta en cambio es cuánto influyo la ideología de estos presidentes en la modificación de estos países la pregunta termina teniendo una respuesta más matizada.

 

Económicamente las condiciones generales en el rol internacional de los países citados no se modificaron, no se puede decir ni que Brasil haya alterado las relaciones de fuerza a nivel internacional, ni que Venezuela haya escapado al modelo rentista que prevalece a lo largo de su historia y especialmente en el siglo XX. Sí podemos decir algunas cosas que han hecho en común estos países y que están relacionadas tanto a sus actuales gobernantes como aquellos que en esos momentos gobernaron los respectivos países. De ellos se pueden obtener algunas ideas clave, la primera de ellas es la siguiente, Venezuela se constituyó como un polo ideológico del anti-liberalismo, y como una respuesta contraria a la democracia liberal como lo son Rusia y China respectivamente. Por todos los medios, Chávez intento exportar en forma de “soft power” su influencia en el continente con éxito y a nivel extra continental con un éxito relativo, su diplomacia, elemental, intuitiva y llena de roces cumplió algunos de sus objetivos aunque en otros se quedó completamente estancada. El objetivo de poner le papel de los países petroleros como un asunto importante quedó relegado, también el papel de la misma Venezuela en el mercado mundial del petróleo. Por otra parte la relación con Irán, Rusia y China, la cual desde el primer momento fue buscada por Chávez si afianzó, en términos reales Venezuela está mucho más lejos de Estados Unidos en términos concretos, fue en parte por torpeza de Estados Unidos, Venezuela hoy recibe prestamos de China por fuera del sistema del FMI, Chávez en su enfrentamiento desde el inicio de su presidencia con el FMI y los organismos multilaterales de crédito tuvo su éxito.

 

Chávez tuvo un éxito mayor que Lula en cuanto a sus aspiraciones personales, la modificación de la Constitución apenas asumido creo un proceso que luego se conocería genéricamente como “Revolución Bolivariana”, en este sentido débil, el chavismo fue una revolución, que hoy mismo en Venezuela, algunos opositores al chavismo consideran que el papel de la Asamblea Constituyente al cambiar radicalmente la vida del país fue en cierta forma una toma del poder. Luego más adelante a partir de la ideología de Chávez y el efecto de sus políticas la primera presidencia creo las condiciones de posibilidad de los enfrentamientos que vendrían de la mano de la antigua PDVSA, infiltrada por Estados Unidos, y las cámaras patronales venezolanas que de alguna manera se manejaban con estos valores. En este punto de vista, no es cierto que el chavismo no tolerase la oposición porque sí, si que esto se manejó a nivel de las cuestiones del Estado venezolano más que en la mera definición de la democracia, el reformar el Estado, la posición de Venezuela ante el mundo, y el papel de este estado con todos sus vecinos además de una coyuntura cambiante con uno de sus vecinos, Colombia, todo el proceso del chavismo es una reacción en general de cierto sector que termino por expandirse y que tuvo victorias parciales en la creación del ALBA, el UNASUR y la unión mucho más adelante del Mercosur. El MVR fue una gran herramienta para el chavismo en parte porque fue una construcción que termino conformando el otro vínculo necesario para poder ocupar el Estado pese a que Chávez siempre quiso manejarse directamente con las masas, cuando el MVR pasa al PSUV posteriormente lo que ocurre es que el momento de la ocupación del Estado es superado en post de un regimentación de las pautas que harían al control de este. Por eso se entiende que Chávez en su primera presidencia lo que hizo fue sobrevivir, pero podemos saber por el apoyo popular y de una buena parte de las FF AA en 2002 que su gestión fue en esos años suficientemente buena para poder tener en su favor a las masas, las cuales fueron las que terminaron de ayudar a su vuelta en el poder. Post 2002, el chavismo crece de manera irreversible sobre sus enemigos, tanto es así, que las variantes del post chavismo tienen que ver con ciertos elementos que se fueron constituyendo desde el inicio. Si bien Chávez dejo un problema se sucesión, también dejo un espectro de elementos que partiendo de él configurarán a futuro la sociedad venezolana. Después de todo esto ha sido el intento fracasado del mejor opositor hasta la fecha de Chávez, Capriles el cual trata de recuperar el centro de la escena política, algo que se ha vuelto difícil con la polarización que tanto chapistas como anti-chavistas han buscado.

 

En el caso de Lula, las consecuencias de su entrada en la política develan cierta resignación en el plano de lo ideológico, pero cierta ambición de poder real en el estado de cosas existente de Brasil, ciertamente hay signos claros del Brasil de Lula versus el Brasil de los “tucanos”, de Fernando Henrrique Cardoso, y del PSDB; podríamos decir que Lula es una síntesis de cierto nacionalismo más marcado hacia el exterior, y cierto liberalismo de izquierda, más progresista o populista según el momento que trata de manejar la totalidad del país en ciertas claves claras. El presidente de hecho tiene intereses permanentes en sus socios latinoamericanos, Uruguay, Argentina y Venezuela, los miembros del PT sueñan con una presencia de Ecuador, se puede decir que durante el primer gobierno de Lula, la experiencia de este presidente lo convenció de esto, en resumidas cuentas por su predominio regional, en parte también porque ve que estos son los países junto con Bolivia que de alguna manera le sirvieron para poder remarcar su papel frente a Estados Unidos, también porque Brasil, al igual que Venezuela y Argentina han tenido relaciones privilegiadas con China y no con Estados Unidos, Brasil, o al menos el Brasil en la concepción de este PT, realmente existente es una apuesta a cierta creencia fundamental de cierto declive estadounidense y europeo.

 

Lo cierto es que Lula no es el artífice de esta política exterior completamente, sino que vuelve a abrevar en las intenciones nacionalistas que estaban en toda la dictadura previa en el país, esta es una de las contradicciones más notorias para los que consideran a Lula un progresista, aunque también es cierto, que el mercado interno y la industrialización siempre están atravesadas por muchas contradicciones dentro del marco del extractivismo imperante. Conociendo como se maneja la oposición brasileña se puede entender la puja entre este nacionalismo brasileño parternalista hacia América Latina, que es el dominante hoy, el cual tiene que ver con el estado de cosas que encontró Lula en 2002, no fue que los votantes que abandonarán a Cardoso quisiera el plan original del PT, sino que esperaban una alternativa menos liberal. Lula no es el artífice del incipiente imperialismo o potencia brasileña, sino que Lula es el responsable de cambiar la idea de un Brasil que era meramente un papel preponderante en Latinoamérica a pasar a ser una opción para Latinoamérica. Quizá por cuestiones meramente políticas, se ha preferido analizar a más a Chávez como aquel que trastorna la región, esto tiene que ver más con el miedo de las clases altas de los países asociados a Brasil, que el propio país. En Brasil madura un proyecto no bolivariano de integración parecido al que se constituyó con Alemania en la UE, Lula en este sentido es un continuador, ciertamente que conformó parte de la crisis que en un primer momento dio a Brasil con el MERCOSUR, ser un mero instrumento de apertura hacia los Estados Unidos. Argentina y Venezuela eventualmente fueron dependiendo más del papel de Brasil, y en este sentido, la política de Estado de Brasil al respecto del flujo de capitales es completamente exitosa, a Lula se imputa como a Kirchner el hecho de heredar condiciones propicias para el desarrollo de sus políticas, esto es falso.

 

Chávez y Lula estuvieron una relación dialéctica y reciproca, como ironía se puede ver que el Foro de Sao Pablo tiene como miembros a Venezuela y Brasil, también podemos ver que el Mercosur fue con el tiempo un arena común, además de que Argentina y Bolivia se disputan en los hechos como lugares donde la influencia de ambos modelos se siente profundamente. Una a nivel ideológico y el otro nivel real. El intervencionismo de Chávez ocurrirá posteriormente,  mientras que Brasil intentó capitalizar de la mejor manera posible, la necesidad de sus vecinos de apoyo en las conflictivas relaciones que mantenían con Estados Unidos, y entre sí. Brasil gracias a Lula es el centro del MERCOSUR, el sacrificio para el país al corto mediano plazo es grande, pero en el largo plazo, Brasil desafía con la posibilidad de la construcción de un mercado más importante.

 

Como resultado estos presidentes en las primeras presidencias empezaron un proceso que iría llevando hacia el nacionalismo, el extractivismo, ciertos intentos de potenciar la industrialización mediante el proteccionismo. Reinventaron al populismo centrados en el gasto social, más que en la relación con los medios, creyeron e impulsaron un papel del Estado más fuerte, entraron en conflicto con los medios de comunicación locales y las multinacionales asociadas a ellos. Administrar el capital, y tratar de obtener más beneficios en torno a él ha sido la gran apuesta de estos gobiernos, que fueron imitados de manera más o menos conciente por el resto de la región. Esta es la necesidad real que se le pedía desde la sociedad a estos presidentes, cada uno dio una respuesta distinta. Las viejas élites, quedaron más o menos descolocadas según el país, l cierto es que el proceso general como lo fue en otro momento la globalización y la democratización, con la reforma del Estado, llevaron ahora a poner a los presidentes frente a la gestión de su riqueza primaria, y a partir de allí al diseño de políticas. Estos presidentes no se esforzaron por mejorar la calidad de las instituciones de acuerdo a los cánones de la democracia liberal, más buen partieron de esas democracias realmente existentes poniendo en tensión transformaciones necesarias del déficit en cuestiones de empleo, salud, educación, y lo pudieron hacer en parte por el escaso pero vital margen de maniobra que pudieron conservar estos países.

 

Los críticos de estos presidentes dirán tres cosas, la primera es que fueron oportunistas, ya que su llegada al poder habría que interpretarla como una excepción, la segunda es que abusaron de su poder, ya que instrumentaron el poder de la presidencia para hacer crecer el Estado y para reimplantar su rol en la sociedad, buscando hacerse con más poder entre las clases subalternas, el tercero es que desperdiciaron coyunturas que difícilmente podríamos juzgar de buenas entendiendo que la oposición, en ambos países no supo ser capaz una fuerza de desplazar al modelo gobernante. Podemos decir que estos casos remiten a un bonapartismo el cual tiene como punto de inflexión que las fuerzas sociales de derecha y de izquierda más duras quedaron neutralizadas por la ocupación del centro del líder político, el empate dado en este periodo con una prosperidad relativa termina contando como una parte fundamental de una crisis que más que alterar las relaciones de América Latina con la economía internacional tienen que ver con la decadencia de ciertas fracciones de las burguesías de cada país, en el caso de Venezuela esto fue evidente. Tanto que fueron derrotados, culturales, económica y políticamente, no podemos decir que sólo fue culpa del autoritarismo chavista, sino que la decadencia del Punto Fijo fue la decadencia de la burguesía venezolana, por cierto hay que reconocer que siendo esta transformación menos violenta de lo que a muchos les gustaría advertir, este predominio del centro político pero sin nunca cerrar la posibilidad a las elecciones hace que se tenga que repensar la política para cada una de las clases sociales, y cómo cada una de ellas, necesita del Estado en una forma distinta. Curiosamente esto desafía la cuestión dominante, en este sentido, Lula y Chávez son populistas pero siendo más específicos son bonapartistas y usan la figura propia del continente americano el presidencialismo con todas las contradicciones que tiene en un primer momento como la independencia al menos formal del legislativo y el mandato fijo.

Más o menos relacionados con el híper-presidencialismo, porque estas presidencias no llevaron al colapso, se puede decir que puede que algunas características deseadas para las instituciones puede que se hayan resentido en el caso de Venezuela más que en el de Brasil pero lo cierto es que los presidentes optaron que entre “democracia liberal” y Estado, preferían el Estado. Vale aclarar algunos puntos que pueden servir para profundizar realmente las cuestiones relativas al liderazgo desde el punto de vista teórico, importantes son las valoraciones de Baldioli y Lleiras en tanto el papel de Schmitt en la conceptualización de los liderazgos en los 90´, el ejecutivismo en función de la fracción financiera del capital, lo que fue la reforma del Estado a nivel sudamericano, bien puede aceptar ese ejecutivismo, el cual no es bonapartista sino que es parte de la hegemonía de esta fracción de la burguesía, siendo Menem y Fujimori, los mejores casos. En este sentido, el Estado de derecho atenuado es puesto al servicio de los grandes grupos económicos, las características neodescionistas y neopopulistas, como lo son la perdurabilidad de los partidos políticos, y de la misma democracia. Todos estos factores tienen una cuota de realidad incontrastable desde el punto de vista de los liderazgos en la década anterior.

 

En caso referido, el presidente es la creación de una formula que tiene que ver con el Principado de Maquiavelo y el Bonapartismo en Marx, y en este sentido, el liderazgo cambia la base de los supuestos que operan. La construcción de sistemas estables que tiendan a la constitución de partidos predominantes en los cuales el papel del Estado fuera importante, en el cual el populismo intervencionista tuviera posibilidades reales. Claro que esto suele ser la cuestión olvidad, el momento institucional, tal vez la concepción débil de Laclau del momento militar en Gramsci, cuando un bloque histórico al fin ser conforma. Estos liderazgos mediante la lógica de la creación de identidades políticas creadas al efecto, activan la confrontación ideológica por razones de Estado y por razones de supervivencia en sus cargos, de la misma manera que en los liderazgos de la década anterior con recursos en este caso presentes en la sociedad civil, y del abuso de los medios de comunicación se busco la apatía, hacia la democracia, la política, y el conflicto social como tal. Esto nos lleva a una conclusión que hace interesante el estudio de los liderazgos en Latinoamérica, y en el mundo del capitalismo periférico en general. El liderazgo de corte cesarista, forma parte de cierta forma de estado, donde el Estado tiene que conducir al capitalismo propio de cada país, a la vez que tiene que mediar con las grandes potencias y multinacionales. No habiendo otra institución capaz de mediar con las sucesivas crisis económicas, como desde el origen del constitucionalismo americano, la guerra, el estado de excepción y ciertas formas excepcionales de la economía, terminan quedando en las manos de los presidentes.

 

Podemos afirmar varios supuestos, confirmados con los hechos, los líderes populistas al tener o pretender mandatos largos, indefinidos o de continuidad de sus partidos en un proyecto de Estado, se institucionalizan en una forma no tecnocrática sino partisana, con las contradicciones que implica ellos en una sociedad que se fue depurando del peso de las burocracias extendidas luego de las dictaduras militares.

 

Las dos gestiones podemos observar que el papel del presidente a la sociedad vuelve a ser aceptado, que el uso de la propaganda estatal y de las medidas sociales tendientes al formato universal busca tener la mayor base de representación social, para crear mayorías. Estas son las razones de las oposiciones encarnizadas, ya que estas forman parte del régimen pre-existente. Podemos analizar que desde el punto de vista de lo que sería un análisis basado en el Príncipe de Maquiavelo, se puede ver que los príncipes nuevos, tal cual los define Maquiavelo siguieron los pasos necesarios para asegurar, la estatalidad, esto puede ser también parte del cambio que se dio dentro del proceso de globalización el cual avanzó hacia una complejidad y multipolaridad que no había sido tenida en cuenta. Por otra parte el concepto de Bonapartismo nos enmarca las relaciones internas de la vida de estos regímenes, la continuidad de estos depende de la supervivencia de las burocracias estatales que se acrecientan o se hacen del partido de gobierno, y de las ganancias de la burguesía local, a la relación compleja entre las políticas sociales, y la legitimidad internacional que dan ciertos enclaves productivos profundamente extractivistas. De esta manera la globalización de hecho se mantiene y el papel de Latinoamérica como principal exportador de materias primas se consolida.

 

No obstante esto podemos decir que estos dos liderazgos demuestran el papel de los presidentes en estos países, y que en las características comunes de cada caso se confirma que el proceso se mantiene una conformidad, tal vez no tanto desde el punto de vista cómo cada país estudiado y cómo país de Latinoamérica se inserta en el mercado mundial pero sí como las limitantes institucionales, partidarias, y económicas hacen que las diferencias se den en el plano del discurso, la diplomacia y de la política interna pero mantengan dependencia frente a las multinacionales aunque esta sea menor.

 

Esta es una buena pregunta que queda delimitada ante la pregunta de porque se asumió que el polo de confrontación se daba dentro del progresismo y el neoliberalismo en lugar del lugar más dramático de la supervivencia del Estado nacional, y la existencia de unas democracias en las cuales las brechas sociales han aumentado lo suficiente para que en nombre de la gobernabilidad, la utilización de políticas sociales o de la represión sea una carta admisible y coherente dentro de las estrategias de los gobernantes.

 

   Por último se puede decir que dentro de las ideas mayoritarias de la democracia, y en consonancia de la necesidad de la supervivencia del Estado, desde un punto de vista alejado al institucionalismo y al liberalismo, los presidentes obtuvieron todos los objetivos necesarios para ser una alternativa al neoliberalismo con un predominio de los sectores de la burguesía financiera. Hay que decir que fue el Estado, su ocupación, y la incorporación de los movimientos sociales, o de las FF AA, el factor predominante en la supervivencia y expansión de los regímenes de estos presidentes por sobre el factor obrero del sindicalismo que en los años 40´ y 50´ como parte de la reindustrialización fueron lo fundamental. Este nuevo populismo tiene nuevas bases sociales cercanas a lo más pobres y las burocracias militares y no militares que conforman una alianza policlasista, la Iglesia, los medios de comunicación y las cámaras empresariales son los actores que estratégicamente van variando tanto como aliados y cómo enemigos.

 

 

 

 

 

 

   

             

 

 

 

           

   

 

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[1] Facultad de Ciencias Sociales. Carrera de Ciencia Política. Universidad de Buenos Aires.

[2] El auge del elemento outsider, aquel que no es político profesional y no ha militado en los partidos tradicionales, tiene que ver con el papel de la democracia de audiencia y con el papel preponderante de la personalización de la política el cual es parte fundamental del porque del impulso a los estudios relacionados con el liderazgo.

[3] El Plan Real tiene ciertos parecidos con el Plan de Convertibilidad argentino, su fin estabilizar la moneda brasileña y contener la inflación para poder lograr una competitividad distinta, basándose en  la exportación pero no abusando de la emisión monetaria. Como contra parte, el desempleo se fue endureciendo en Brasil y debilitando el crecimiento económico.  

[4] Constantemente los bonapartismos son tratados en caso de que sean progresistas o no para las clases subordinadas, el papel de oposición a estos gobiernos burgueses pero que aumentan las conquistas sociales en la forma de revolución pasiva, es un problema que está presente en todos los procesos populistas clásicos y que se reactivado con la aparición de Lula y de Chávez en escena.

[5] Se toma en cuenta este hecho de la historia argentina como la aparición de un actor social nuevo, con escasa experiencia política como lo entiende Germani.

[6] Se toma al Punto Fijo como un régimen liberal por la idea de la alternancia de la oposición y por su caracterización como una democracia de más larga duración en la segunda mitad del siglo XX, cuando en el resto del continente estaba dominado por los golpes militares.

[7] Esta nueva izquierda es claramente distinta de “la izquierda autonomista” De Negri y de Hardt, como también lo es de la izquierda maxista-leninista clásica, por esta razón, la izquierda nueva la de principios de los 2000 sería la izquierda populista. ¿Eran sus objetivos necesarios ser la nueva izquierda por parte de estos líderes? Ciertamente que lo que se puede interpretar es que antes que nada lo que hicieron fue desafiar al establishment neoliberal y ser considerados por lo tanto como la izquierda.

[8] N del A: Una tercera organización, la Confederación de Trabajadores de Venezuela se encontró en una situación antagónica con el gobierno como parte del liderazgo de la oposición. El trabajo organizado ha sido dominado por los partidos políticos, especialmente Acción Democrática, pero ahora que los partidos colapsaron, los sindicatos han cambiado de dirección. Chávez hizo planes para la separación de los sindicatos de los partidos. Luis Miquilena presidente del ANC queja de una verdadera mafia de policías [mafias organizadas] del trabajo que habían perdido las raíces. Busca tener apoyo popular para desmantelar la CTV y por medio de la supervisión del Comité Nacional Electoral. Mientras Chávez creo un frente paralelo, el frente de Trabajadores de Venezuela, para movilizar a los trabajadores tras el presidente y derrotar a la CTV.  

[9] Durante los años 80´ se consideró que en  Brasil se desarrollaron gran parte de la mayor cantidad de huelgas de su historia, en este sentido, durante el periodo a la vuelta de la democracia desde Sarney a Collor, el poder del PT como oposición de izquierda y de la CUT como central obrera estaban en su máximo esplendor. Hay que tener en cuenta que el neoliberalismo cambio una parte importante de los empleos en Brasil como en el resto de Latinoamérica. Se entiende que el empleo precario en Brasil alcanzó en el momento de transición del primer al segundo gobierno de Lula, 50 millones de habitantes, lo que en una población activa de 80 millones configura más de la mitad de los trabajadores efectivamente empleados.

[10] Moneda de cinco centavos de la época, nota al pie presente en el libro, página 67, de la edición de la cita.

[11]N de A: La gobernabilidad se ve favorecida cuando la sociedad civil se estructura en asociaciones sólidas, bien organizadas y los actores sociales tienen acuerdos entre sí y con el Estado que les permiten actuar libremente y con confianza. Esta es una de las áreas más débiles de la gobernanza en Venezuela. Había relativamente pocos actores sociales que eran grandes y bien organizado, y  menos que todos  tenían una relación muy tensa con el gobierno de Chávez. El actor más respetado fue la Iglesia Católica, que en un principio tenía buenas relaciones con el gobierno. Sin embargo, en 1999 la corte ejecutivo en una mitad de su 3,4 millones de dólares de subvención directa a la Iglesia, y la ANC opusieron al texto constitucional propuesto que la vida protegida "por el momento de la concepción" por funcionarios de la iglesia noviembre fueron extraoficialmente pidiendo un voto "No" en el referéndum constitucional, y un obispo públicamente, interpreta los deslaves catastróficos en diciembre como un signo de la ira de Dios contra el presidente. Chávez respondió que "Dios está con la revolución" y acusó a funcionarios de la Iglesia que se le oponían de estar en liga con AD y COPEI y "tener al diablo sus sotanas". (Coppedge, 2002, p.19)

[12] Caractirzar a la burguesía de cada país es fundamental para entender como estas han reaccionado a los procesos populistas, muchas veces se pone el acento en el papel de las cases subalternas y en el papel de los sindicatos, movimientos sociales y grupos contestatarios. Lo cierto es que en realidad, son las burguesías las que pueden o no impedir e mejor o peor manera el desarrollo de los gobiernos populistas. ¿No es en este sentido una falta de toda perspectiva pensar que la inserción de esas burguesías en el mercado internacional no conforma parte de su reacción ante ciertas políticas de nacionalización, y defensa de la institucionalidad? La respuesta es sí, el PT como tal si fue cooptado en parte tuvo que ver con el papel de estos líderes sindicales con el resto del establishment del Brasil, cosa que no paso en Venezuela, la crisis orgánica desde el papel de la AD, dejó a la CTV con sus dirigentes relacionados a ella en cierto papel de debilidad. El chavismo se apoyo en la burguesía de la oficialidad media, en ciertos obreros descontentos, y en las personas que están por fuera del mercado de trabajo. El nacionalismo, en este caso como en el de Bolivia se mide por la posibilidad de usar la renta petrolera, y de dar empleo en las petroleras y empresas estatales a la población. 

[13] Las dos variantes de alguna manera se basan en cierto supuesto de que es posible que la comunidad nacional puede encarar reformas que haga cambiar su papel, en el sistema internacional y que por lo tanto cambien las condiciones reales de vida de esta misma sociedad. En este caso la política se centraría antes que nada en los problemas concretos de esta sociedad, los enemigos de la comunidad nacional, esto estaba presente en el peronismo en un caso recurrente en la figura del Cipayo, la lucha por la independencia nacional se concibe en tensión con un sector de la sociedad que está adaptado al régimen anterior.

[14] T del A: El presidente afirma que la promoción de la eficiencia y la honestidad en el Poder Ejecutivo mediante el nombramiento de oficiales militares de altos cargos y la movilización de tropas para llevar a cabo algunas tareas que normalmente se asignan a los burócratas civiles. (Las encuestas mostraron que las fuerzas armadas estaban entre las instituciones menos desconfiadas en Venezuela.) En su primer gabinete, seis ministerios estaban encabezados por oficiales militares y 70 por ciento de los vice-ministros eran militares también. [...]

 

[...]  Fue Bienvenida, la expansión papel militar iniciado por un presidente debidamente electo, no como toma del poder por los militares. Sobre todo después de deffection de Arias, Urdaneta y Acosta de Chávez campamento, que fue en parte una reacción contra esta expansión papel, se dividieron las lealtades miliraty. Mientras la tendencia pro-Chávez siguen siendo dominantes, las relaciones entre civiles y militares serán buenos. (Coppedge, 2002, p.25)

[15] Industrialización por sustitución de Importaciones.

[16] Curiosamente los verdaderos socialistas eran elementos que Marx y Engels consideraban reaccionarios y pequeño burgueses que creían que había que hacer reformas sociales sin llevar a cabo la democratización de la Alemania de aquel entonces fines del siglo XIX, por alguna extraña razón esto se repite en los estados latinoamericanos con toda una serie de intelectuales que desde el más variado “espectro político” proponen planes y los diseñan siempre y cuando formen parte de una “revolución desde arriba” y no alteren las relaciones de poder imperantes.