Título: Consumo Sostenible ante la Crisis Global
Autores:
Pujadas, Carlos Héctor1
Figueroa, María Fernanda2
García, María Laura3
Hernández, Juan Jesús4
Resumen
Varios factores se aliaron para dar lugar a la crisis financiera internacional. Se puede afirmar que uno de ellos es el consumismo que asecha a la sociedad actual, la cual lleva a los hombres a perseguir cada vez más bienes materiales sin reflexionar sobre la verdadera necesidad de los mismos.
Por lo anteriormente expuesto, la presente ponencia busca profundizar en la noción de Consumo Sostenible y para ello se plantea los siguientes objetivos:
Objetivo General:
- Investigar el concepto de Consumo Sostenible, en el marco del Desarrollo Sostenible, en búsqueda de una alternativa ante la crisis global. Destacar la importancia de la incorporación de este concepto en las carreras universitarias.
Objetivos Específicos:
- Describir la importancia del Consumo Sostenible en los organismos internacionales y las definiciones desarrolladas por los mismos.
- Estudiar la noción de Consumo Sostenible desde el punto de vista ecológico
- Analizar el concepto de Consumo Sostenible desde el punto de vista económico
- Describir y exponer, desde un punto de vista social, el “consumismo como fenómeno social” que influye en el estilo de vida actual.
- Destacar la importancia de la incorporación de este concepto en las carreras universitarias.
- Resaltar la contribución del Consumo Sostenible para superar la crisis actual y/o evitar crisis futuras.
Abstract
Several factors joined together to give rise to the international financial crisis. Arguably, one of them is consumerism that stalks the modern society, which leads men to pursue more and more material goods without thinking about the real need for them.
For these reasons, this paper seeks to elaborate on the notion of sustainable consumption and it has the following objectives:
General Objective:
- Investigate the concept of Sustainable Consumption in the context of sustainable development, seeking an alternative to the global crisis. Emphasize the importance of incorporating this concept into the curricula.
Specific Objectives:
- Describe the importance of sustainable consumption in international and definitions developed by them.
- Study the concept of sustainable consumption from the ecological point of view
- Analyze the concept of sustainable consumption from the economic standpoint
- Describe and explain, from a social standpoint, the "consumerism as a social phenomenon" that influences current lifestyle.
- Emphasize the importance of incorporating this concept into the curricula.
- Highlight the contribution of consumption to overcome the current crisis and / or prevent future crises.
Título: El Consumo Sostenible ante la Crisis Global
Autores:
Pujadas, Carlos Héctor5
Figueroa, María Fernanda6
García, María Laura7
Hernández, Juan Jesús8
1. Introducción
La presente ponencia es un avance del proyecto de investigación actualmente en curso denominado “Aproximación multidisciplinaria al concepto de Consumo Sostenible y descripción de su relevancia para el Desarrollo Sostenible. Propuestas para la aplicación del concepto en las carreras de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Católica de Cuyo”. Dicho proyecto se lleva a cabo en la provincia de San Juan en el marco del Instituto de Desarrollo Sostenible de la Universidad Católica de Cuyo
Esta ponencia describirá, en primer lugar, la importancia que fue adquiriendo el Consumo Sostenible (en adelante CS) en el ámbito nacional e internacional, luego expondrá las definiciones sobre CS desarrollados por distintos organismos internacionales. En el siguiente apartado se analizará el CS desde 3 enfoques: ecológico, social y económico, trascendiendo las visiones puramente ecológicas que exponen la mayoría de los estudios sobre el tema
Por último se resaltará la importancia de fomentar patrones de CS ante la actual Crisis Global y de incorporar esta noción en las carreras universitarias.
2. Estado del Arte: El camino hacia un Consumo Sostenible
2.1 Primeras Aproximaciones
La historia post Revolución Industrial, muestra que el desarrollo industrial y tecnológico ha sido la fuente del crecimiento de las economías y que el objetivo de los gobiernos fue mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas a través del aumento del consumo de bienes y servicios. Las actividades productivas y en especial el desarrollo industrial, se multiplicaron desde el siglo XIX.
Las medidas tomadas por los gobiernos, impulsadas fuertemente a partir de la década de 1930, llevaron a los países a promover el crecimiento del consumo, lo que significó la reactivación de la economía: incremento de la demanda, aumento de la oferta, desarrollo industrial y creación de empleo.
Sin embargo este modelo trajo consigo consecuencias en las personas y sus estilos de vida. Se generó una sociedad consumista donde el tener y comprar determinó una posición dentro de la sociedad.
Este modelo de desarrollo de las actividades productivas, en especial las industriales, llevaba implícito el uso y explotación de los recursos naturales, solo limitadas por tenues medidas de preservación medioambiental, que variaban según los países.
Los límites de este modelo de desarrollo se pusieron en evidencia en los últimos 50 años. Paralelamente a las crisis económicas que fueron surgiendo, comenzó a mostrarse cada vez con mayor fuerza el deterioro ambiental que estaba produciéndose.
En la década del ´60 la ONU, organizaciones de la sociedad civil y algunos gobiernos comenzaron a plantearse el problema del deterioro del medioambiente a nivel global y en especial en los países desarrollados. El debate ambiental generado entre 1960 y 1980 estuvo centrado en la preocupación por el creciente uso de recursos no renovables. En los ´80 y ´90 el debate se trasladó a otros factores: la contaminación, el calentamiento global, la pérdida de la biodiversidad y de recursos naturales, entre otros.9
Los países más ricos del mundo han consumido en el siglo XX más materia prima y recursos energéticos no renovables que toda la humanidad a lo largo de su historia y prehistoria. En especial son estos países los que poseen la mayor responsabilidad en el deterioro ambiental: el 15 % de la población mundial que vive en los países de altos ingresos es responsable del 56% del consumo total del mundo, mientras que el 40% más pobre en los países de bajos ingresos es responsable solamente del 11% del consumo. En los países desarrollados que solo poseen una cuarta parte de la población mundial se consumen alrededor del 70% de los recursos de la Tierra10
Como consecuencia, fue surgiendo un amplio reconocimiento a nivel global acerca de los serios impactos sociales y ambientales de mantener los actuales patrones de consumo y de la necesidad de plantear el Consumo Sostenible como una alternativa a los hábitos previamente mencionados. Así el consumo sostenible es una nueva forma de consumir, distinta y opuesta al consumismo11
El Consumo Sostenible como noción y objetivo, aparece expresado por primera vez en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992. Esta fue la primera vez que la necesidad de modificar los patrones de consumo era plasmada en una iniciativa concreta dentro del marco de la ONU. La declaración de Río en el principio 8 expresa: “Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejor calidad de vida para todas las personas, los Estados deberían reducir y eliminar las modalidades de producción y consumo insostenibles y fomentar políticas demográficas apropiadas”12
En el capítulo cuarto de la Agenda 21, Plan de Acción para el Desarrollo Sostenible aprobado en la Cumbre de Río, se afirma que “la causa más importante del deterioro del medio ambiente global son los patrones insostenibles de consumo y producción particularmente en los países industrializados”13
Luego, en 1995 la Comisión de Naciones Unidas para el Desarrollo sustentable adoptó oficialmente la siguiente definición para el consumo sustentable: “El uso de servicios y productos relacionados que responden a las necesidades básicas y conllevan una mejor calidad de vida, minimizando el uso de recursos naturales y materiales tóxicos así como también la emisión de residuos y contaminantes sobre el ciclo de vida, de tal forma que no haga peligrar las necesidades de las futuras generaciones”14
En 1998 en el ámbito de la ONU se crea el programa de CS a cargo de la UNEP, mediante su agencia de Producción y Consumo Sostenible, la cual se encuentra en la División de Tecnología, Industria y Economía. El programa tiene como objetivo comprender y analizar las fuerzas motivadoras de los patrones de consumo alrededor del mundo y trasladar estos hallazgos a actividades concretas para las empresas y demás actores. Con ello busca aumentar la calidad de vida de la sociedad y reducir el daño ambiental.
2.2 El consumo sostenible en el siglo XXI
En el ámbito de las Naciones Unidas el siguiente impulso se encuentra en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en el año 2002. El plan de implementación de Johannesburgo en su capitulo III propone los lineamientos necesarios para cambiar los patrones insostenibles de consumo y producción, afirmando que para alcanzar un desarrollo sostenible a nivel global es indispensable generar cambios en la manera en que las sociedades producen y consumen.
A su vez, promueve la generación de un acuerdo marco con acciones a desarrollar por los siguientes 10 años. El mismo busca fortalecer la cooperación internacional y aumentar el intercambio de información necesarios para facilitar la aplicación nacional y regional de programas que fomenten el consumo y la producción sostenibles.
Para implementar el mencionado acuerdo marco la DESA's (Division for Sustainable Development) y la UNEP (United Nations Enviromental Program) o PNUMA por sus siglas en castellano (Progama de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) iniciaron el Proceso de Marrakech, en Marruecos en junio de 2003.
El Proceso de Marrakech incluye reuniones globales y regionales, grupos de trabajo de expertos en diversas disciplinas (Task Forces) y otras actividades para promover el mencionado acuerdo marco.
Una Task Force es una reunión informal de un grupo de países y organizaciones coordinadas por un país determinado. Los mismos trabajan voluntariamente en un tema específico de consumo y/o producción sustentable, comprometiéndose a implementar lo investigado mediante actividades concretas. Las Task Forces que actualmente constituyen el proceso de Marrakech son las siguientes:
- Sustainable Building and Construction: Liderado por Finlandia, se encarga del estudio de los modos de construcción sostenible
- Sustainable Lifestyles: Su objetivo es desarrollar y apoyar la implementación de políticas para cambiar el comportamiento de los consumidores hacia estilos de vida más sustentables. Suecia es el país que lo lidera.
- Sustainable Public Procurement: Se reúne en Suiza, investiga medidas a tomar en el sector público para fomentar el CS.
- Sustainable Products: El país coordinador de esta Task Force es el Reino Unido y su objetivo es aumentar la concientización sobre las políticas de producción como un medio para alcanzar desarrollo internacional y objetivos ambientales, principalmente mediante la innovación en eco-diseño.
- Sustainable Tourism: Su líder es Francia e investiga y propone modalidades de turismo sustentable
- Cooperation with Africa: Promovido por Alemania, tiene por objetivo apoyar a los países Africanos en la incorporación del consumo y la producción sustentables en programas existentes.
- Education for Sustainable Consumption: Liderado por Italia, busca la introducción de temas de Consumo y Producción Sostenibles en la currícula educativa (educación formal y no formal).
La Cumbre de Johannesburgo también resaltó la importancia de la educación para el Desarrollo Sostenible. En 2005, la DESD (Decade for Education for Sustainable Development) comienza a desarrollarse bajo la coordinación de la UNESCO. La misma reconoce que para alcanzar patrones de consumo más sostenibles son necesarias tanto las prácticas de las empresas como así también las políticas gubernamentales que amplíen el rango de opciones de compra para los consumidores y garanticen información clara y precisa que les permita tomar decisiones ambiental y éticamente responsables. La educación juega un rol particularmente importante como catalizador de este proceso.15
La ONU ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del CS a nivel mundial. Como se mencionó previamente, esta noción fue dada a conocer por primera vez, internacionalmente, en la Cumbre de Río y desde ese momento la ONU siguió ahondado en sus implicancias.
La metodología de estudio utilizada por esta organización es muy variada y va desde los tratamientos de los temas internacionales y regionales que estudian la manera de aplicar el concepto en políticas concretas y la redacción de documentos junto a otras instituciones internacionales. Dentro de esta última metodología, se pueden mencionar varios documentos que representan un gran aporte al estudio al CS:
- Programa 21-Capitulo 4, elaborado por la Cumbre de Río.
- Plan de Implementación de Johannesburgo-Capitulo III, redactado por la Cumbre de Johannesburgo.
- Here and Now - Educación para el consumo sustentable – Recomendaciones y guías de acción, escrito por la UNEP y la Task Force en Educación para el Consumo Sustentable liderado por Italia.
- A nivel regional los documentos más importantes son los Informes elaborados por las Reuniones de Expertos de Gobierno sobre Consumo y Producción Sustentables de América Latina y el Caribe, redactados por PNUMA y diferentes organizaciones oficiales pertenecientes a los estados donde se realiza cada reunión.
El consumo y la producción sostenible son temas que ocupan cada vez más espacio en las agendas públicas, convirtiéndose en objeto de políticas estatales. Así lo demuestra la medida tomada por el gobierno de los EE.UU a principios de junio de 2009, que obliga a los fabricantes de automóviles a producir vehículos que consuman menor cantidad de combustible. El consenso necesario para tomar la medida demoró muchos años ya que son diversos los sectores involucrados: empresas privadas, sindicatos, ambientalistas, gobiernos de los estados y el gobierno federal. Estos vehículos estarán a la venta hacia el 2016, y costarán alrededor de U$S 1.300 dólares adicionales al valor de los autos tradicionales, pero permitirán el ahorro de combustible por montos superiores. La medida fue motivada por la necesidad de reducir la dependencia del país del petróleo extranjero, y se calcula que logrará disminuir el consumo de petróleo en un 5%. La importancia de esta política pública radica en la gran cantidad de automóviles que se producen en ese país y en la posibilidad que medidas similares sean adoptadas por los restantes países, además de la reducción de la contaminación ambiental que generan medidas de este tipo. Si bien la decisión tomada gira en torno de la producción, también influye sobre el consumo, ya que permite a las personas optar por bienes que contaminen en menor medida el medio ambiente, convirtiéndose de esta manera en consumidores más responsables.
2.3 En el MERCOSUR
En el ámbito del MERCOSUR encontramos algunas normativas que tratan sobre consumo y producción sostenibles, tales como el “Protocolo Adicional al Acuerdo Marco sobre Medio Ambiente del MERCOSUR en materia de Producción y Consumo Sostenible”16 del año 2006 y la “Política de promoción y cooperación en Producción y Consumo Sostenibles en el MERCOSUR”17 que fue fruto de la decisión Nº 26/07 de junio del 2007.
Esta última está dirigida a los sectores productivos del bloque y las demás partes interesadas del ámbito público, privado, y de la sociedad civil. Su objetivo es contribuir a la sostenibilidad económica, social y ambiental de los sistemas productivos, mejorando su eficiencia y competitividad. La norma establece principios, objetivos específicos, lineamientos e instrumentos para promover la producción sostenible y contribuir al perfeccionamiento de las políticas de fomento productivo en el MERCOSUR.
Uno de los instrumentos que se proponen en esa política es la elaboración de “programas y proyectos orientados a la inclusión de prácticas de producción y consumo sostenibles en las administraciones públicas”. En este sentido en nuestro país la Dirección de Producción Limpia y Consumo Sostenible que depende de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación promueve algunas acciones referidas a lograr compras públicas sostenibles en el marco de programas tales como “municipios sustentables” y algunos talleres de capacitación.
Dentro de dicha Dirección también se encuentra el Centro de Información de Producción Limpia y Consumo Sustentable (CIPLyCS), el cual se enmarca en el Memorándum de Entendimiento celebrado entre la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS) y la Oficina para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA/ORLAC)18.
El Centro fue creado bajo dependencia directa del Secretario y de la Unidad mediante Resolución Nº552/04, con el fin de impulsar la promoción de la producción limpia y el consumo sustentable.
Los objetivos del Centro son:
• Promover la producción más limpia;
• Promover el consumo sustentable;
• Capacitar técnicamente e intercambiar información;
• Mejorar la calidad ambiental y reducir la contaminación;
• Promover el cambio en los patrones de consumo y;
• Promover el desarrollo industrial sustentable
En el año 2007 se constituyó en el país el Instituto Argentino para el Desarrollo Sustentable. Se trata de una organización no gubernamental, sin fines de lucro, formada por profesionales de diferentes áreas del conocimiento como economía, ingeniería, biología, ciencia política, derecho, con especialización y amplia experiencia en la temática ambiental y del desarrollo sustentable.
Los proyectos y actividades que desarrolla se orientan a la generación de propuestas y acciones que tienden a mejorar la sustentabilidad de los sectores gubernamental, productivo y de la sociedad civil, promoviendo asimismo la modificación de los patrones de consumo actuales.
Dentro de su amplio espectro de programas se encuentra el Programa Consumo Sustentable, el cual persigue los siguientes objetivos:
Objetivo General:
- Promover la incorporación de patrones de consumo sustentables
Objetivos específicos
- Elaborar un programa sobre uso racional de los servicios públicos
- Desarrollar un proyecto sobre comercio justo
- Sensibilizar a través de difusión y educación a actores clave
- Desarrollar un Proyecto piloto en gobierno local
A su vez el Instituto da una particular relevancia al papel de los jóvenes en el consumo y por ello está desarrollando el Programa Jóvenes y Estilos de Vida Sustentables, el cual pretende:
- Lograr que los jóvenes se pregunten sobre las consecuencias ambientales y sociales de su comportamiento como consumidores.
- Que obtengan la formación necesaria para que modifiquen sus actitudes hacia pautas de consumo más responsables.
- Que tengan información para poder canalizar sus compras de bienes y servicios hacia proveedores que tienen un compromiso manifiesto con la sustentabilidad y mantienen políticas empresariales consistentes con el consumo responsable.
2. 4 Mucho por hacer
En líneas generales se puede afirmar que hasta fines del siglo XX el CS no había adquirido gran relevancia, figuraba como un tema a tratar en diferentes agendas de cumbres internacionales pero no se traducía en acciones concretas de abordaje del mismo.
A principios del siglo XXI el tema fue estudiado en mayor profundidad, sin embargo el cumplimiento de los objetivos propuestos en las cumbres y tratados sigue siendo escaso.
Finalmente, se puede decir con respecto al CS que algunas acciones se han llevado a cabo: existe un concepto del mismo, forma parte de las agendas públicas y ha sido objeto de acuerdos internacionales. Sin embargo lo logrado hasta ahora no es suficiente para generar un impacto considerable sobre los niveles y estándares de consumo a nivel mundial y/o regional y el CS no es considerado de vital importancia por los Estados ya que las políticas adoptadas tienen como objetivo principal lograr la preservación medioambiental y no buscan crear modalidades socioculturales y patrones de consumo que sean sostenibles y que permitan hacer del CS un estilo de vida.
- El Consumo Sostenible frente al consumismo y el consumo no sostenible.
Para definir el Consumo Sostenible es necesario determinar qué se entiende por consumismo o consumo no sostenible, por ello a continuación se profundiza en estas nociones.
3. 1 El consumismo
El consumo es un proceso que forma parte de la vida social y es una función imprescindible de la vida biológica que se da en toda la historia y en toda época; el consumo trae consigo vínculos y relaciones humanas. Por el contrario, el consumismo es un tipo de acuerdo social que resulta de la reconversión de los deseos, ganas o anhelos humanos en la principal fuerza de impulso y de operaciones de la sociedad; esta fuerza coordina la reproducción sistémica, la integración y estratificación social y la formación del individuo.
El contraste entre ambos conceptos, es que el consumo es propio del organismo humano y de toda época, mientras que el consumismo es una adquisición o una característica de una sociedad histórica concreta, el cual no es inherente a la naturaleza del individuo. La sociedad posmoderna tiene como una de sus características el consumismo.19
3.2 Consumo No Sostenible
Este consumismo del que se hablaba previamente, es también denominado consumo no sostenible. Los patrones de consumo no sostenibles han sido objeto de debate en varias cumbres de la ONU, donde se hicieron aproximaciones a esta noción en relación al desarrollo y consumo sostenibles:
- "Para lograr un desarrollo sostenible y una mayor calidad de vida para sus pueblos, los estados deberán reducir y eliminar los patrones insostenibles de producción y consumo y promover políticas demográficas apropiadas".20
- “Debemos considerar la necesidad de adoptar nuevos conceptos de riqueza y prosperidad, lo cual no sólo permitirá alcanzar mayores estándares de vida mediante el cambio de los estilos de vida, sino también nos hará menos dependientes de los recursos finitos de la Tierra y nos colocará en armonía con las capacidades de ésta"21.
- "…la causa más importante del deterioro continuo del medio ambiente global son los patrones insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados…"22
- "…lograr un desarrollo sostenible requerirá tanto de la eficiencia en los procesos de producción como de los cambios en los patrones de consumo… en muchas instancias, esto requerirá de una reorientación en los procesos de producción actuales y los patrones de consumo, los cuales han surgido predominantemente de los países desarrollados y están siendo imitados cada vez con mayor frecuencia en la mayor parte del mundo, incluyendo a los países en vías de desarrollo"23
3.3 Consumo Sostenible
La presente investigación pretende analizar y desarrollar el concepto de Consumo Sostenible, el cual nace de la noción de consumo anteriormente descrito, un consumo como parte inherente al hombre que le permite satisfacer sus necesidades y desarrollarse como tal.
El término CS tiene su origen en el término Desarrollo Sostenible. La definición más común de desarrollo sostenible es la utilizada por la Comisión Brundtland: "Es aquel desarrollo que cubre las necesidades presentes sin poner en riesgo la habilidad de próximas generaciones para cubrir sus propias necesidades” (WCED, 1987:43).
A continuación se detallarán las diferentes definiciones de CS que han presentado diferentes organizaciones:
- “Conjunto de acciones que tratan de encontrar soluciones viables a los desequilibrios (sociales y ambientales) por medio de una conducta más responsable. El objetivo es asegurar que se satisfagan las necesidades básicas de la comunidad global en su conjunto mientras se reducen los excesos y se evita el daño ambiental.”24
En este concepto se expresa claramente que no se trata solo de consumir menos sino de consumir de manera diferente y eficiente. En muchos casos lo que se necesita es redistribuir la oportunidad de consumir, puesto que un gran numero de personas en el mundo necesitan consumir más, tan solo para sobrevivir. Otros muchos deberían hacer elecciones más responsables. Al final, eso significaría un menor uso de recursos, una disminución en la generación de emisiones contaminantes y se cubrirían las necesidades de la población mundial.
- “Utilización de bienes y servicios que responden a las necesidades básicas y contribuyen a una mejor calidad de vida, reduciendo al mínimo el uso de recursos naturales, materiales tóxicos y emisiones de desechos y contaminantes a lo largo del ciclo vital, sin poner en peligro las necesidades de las generaciones futuras".25
En esta definición, la noción de consumo sostenible, es tratada como un concepto dinámico que indica la dirección del cambio deseado o necesario, pudiendo modificarse a medida que se obtiene nueva información y se establecen preferencias políticas.
- “El consumo sostenible es un término sombrilla que reúne en sí mismo toda una serie de factores como satisfacción de necesidades, mejoramiento de la calidad de vida, mejoramiento en la eficiencia de los recursos, incremento del uso de recursos energéticos renovables, reducción de desperdicios, adopción de una perspectiva responsable del ciclo de vida y consideración por la dimensión de equidad. Integrar estos componentes es la cuestión central de cómo brindar los mismos o mejores servicios para satisfacer las necesidades básicas de la vida y las aspiraciones de mejora de las generaciones presente y futura, mientras se continúa reduciendo el daño ambiental y el riesgo de la salud humana. Por lo tanto, un problema central es la manera en la cual se pueden llevar a cabo las mejoras necesarias en la calidad ambiental mediante la implantación de bienes y servicios más eficientes y menos contaminantes (patrones de consumo), más que en la reducción del consumo de bienes y servicios (niveles de consumo). La realidad política en las sociedades democráticas es tal que será más fácil cambiar los patrones de consumo, más que los volúmenes de consumo, aunque es necesario atender ambos problemas".26
Un obstáculo importante para lograr los factores propuestos de eficiencia, está relacionado con el hecho de que el sistema económico actual no toma en cuenta los factores sociales, éticos y ambientales del consumo y la producción.
Como conclusión de este apartado, se puede sostener que la definición del concepto de Consumo Sostenible está en proceso de construcción. Explicitar los términos usados, definir las dimensiones que abarca, etc. es tarea de los distintos organismos e investigadores.
En esta investigación se sostiene que cualquier estudio profundo sobre CS debe abarcar no solo una definición conceptual escueta, sino también un análisis de las dimensiones o aspectos que el CS involucra.
La mayoría de las definiciones ponen su acento en lo ecológico. Es necesario abrir este espectro, y considerar no solo esta dimensión sino también otras tales como la económica y la social.
4. El Consumo Sostenible desde 3 enfoques
Una vez comprendidos los conceptos de Consumo Sostenible acuñados internacionalmente, se puede avanzar en el análisis de los enfoques ecológico, económico y social. Este análisis multidisciplinar aporta una visión superadora de la perspectiva puramente ecológica que ha caracterizado la mayoría de los estudios sobre el CS.
4.1 Enfoque Ecológico: la necesidad ecológica de cambiar los patrones de consumo actuales
El deterioro del medio ambiente ha sido la consecuencia más evidente de los patrones insostenibles de producción y consumo. La toma de conciencia acerca de las consecuencias desastrosas del cambio climático y del calentamiento global ha movido a la sociedad a replantearse la manera de vincularse con el medio ambiente y a examinar con mayor rigor los modelos de producción y consumo, tanto personales como corporativos y estatales.
El cuidado del medio ambiente es un aspecto central del CS, tanto es así que la preocupación por preservarlo lleva a los organismos internacionales y organizaciones civiles alrededor del mundo a plantear cambios concretos en el consumo actual, tendiendo a la implementación de un consumo más sostenible.
Ya desde la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en Río de Janeiro en 1992, también denominada Cumbre de la Tierra, la comunidad mundial ha hecho pública su preocupación al respecto:
“Debe prestarse particular atención a la demanda de recursos naturales generada por el consumo insostenible, así como al uso eficiente de esos recursos, de manera coherente con el objetivo de reducir al mínimo el agotamiento de esos recursos y reducir la contaminación”
Muchos gobiernos han aplicado incentivos económicos y reglamentarios, como los impuestos ambientales, los impuestos por contaminación, las tasas de incumplimiento, las garantías de desempeño y los códigos de conducta voluntarios.
Las empresas, por su parte han introducido procesos de producción menos contaminantes y más eficientes desde el punto de vista ecológico y han reducido la contaminación y otros efectos ambientales mediante el diseño, el envasado y el etiquetado ecológicamente beneficiosos.
Los ciudadanos también son protagonistas de este cambio ya que han adquirido más conciencia sobre las responsabilidades y las opciones de los consumidores. Cada vez son más los que practican las tres "R" (reducir, reutilizar y reciclar) y existe la voluntad de pagar más por productos orgánicos y no perjudiciales para el medio ambiente.27
En el marco de los acuerdos internacionales, hubo un paso importante con el Protocolo de Kyoto firmado en diciembre de 1997 por más de 40 países que se comprometen a reducir el total de sus emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel no inferior en 5% al de 1990 en el período de compromiso comprendido entre el año 2008 y el 2012.
A su vez, el Protocolo incita a los firmantes al desarrollo de energías más eficientes, promoción de prácticas sostenibles de gestión forestal, forestación y reforestación, promoción de modalidades agrícolas sostenibles a la luz de las consideraciones del cambio climático, limitación y/o reducción de las emisiones de metano mediante su recuperación y utilización en la gestión de los desechos, la producción, el transporte y la distribución de energía.
En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en el año 2002 se manifiesta un alto interés en la transferencia de tecnología eco-eficiente desde los países desarrollados hacia las economías en transición. El punto 22 de su Capítulo III trata de la reducción de los efectos adversos que se generan sobre el medio ambiente en los países en desarrollo mediante la disminución de los deshechos y el aumento de la reutilización, reciclaje y uso de materiales eco-eficientes.
También hace hincapié en la necesidad de implementar estrategias de transporte sustentables mediante el desarrollo de tecnologías automotrices ecológicamente responsables.
En 2007 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés) desarrolló la iniciativa del BioTrade o BioComercio. El término BioComercio es entendido como aquellas actividades de recolección, producción, transformación y comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad nativa (recursos genéticos, especies y ecosistemas) que involucran prácticas de conservación y uso sostenible, y son generados con criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica.28 Los Principios de esta iniciativa son:
- Conservación de la biodiversidad
- Uso sostenible de la biodiversidad
- Distribución justa y equitativa de beneficios derivados del uso de la biodiversidad
- Sostenibilidad socio-económica (de gestión, productiva, financiera y de mercado) Cumplimiento de la legislación nacional e internacional
- Respeto de los derechos de los actores involucrados en el BioComercio
- Claridad sobre la tenencia de la tierra, el uso y acceso a los recursos naturales y a los conocimientos
Este modelo busca generar una producción sostenible, mediante un consumo y utilización moderada de materias primas que provienen de la biodiversidad.
4.1.1 Situación Actual
Sin perder de vista los progresos anteriormente mencionados, es preciso exhibir una visión general de los efectos de los patrones actuales de consumo en el medio ambiente, como así también los retos a los cuales deberá enfrentarse la población mundial.
Según el Manual de Educación para un Consumo Sostenible desarrollado por el programa Jóvenes por el Cambio dependiente de la UNESCO y PNUMA, nuestro planeta pierde cada año una superficie de tierra fértil más o menos del tamaño de Irlanda como resultado de la sobreexplotación del suelo y la deforestación. Los datos del Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF por sus siglas en inglés) muestran que un ciudadano medio en el mundo requiere 2,3 hectáreas para producir lo que consume cada año y depositar los residuos que genera. Eso supone un 40% más de lo que es sostenible. Si se habla de un europeo, el mismo necesita el doble de la superficie mencionada, los estadounidenses, 25 veces más. Por el contrario, los ciudadanos de Bangladesh utilizan tan sólo la tercera parte de dicha superficie. Esto indica claramente el desequilibrio del consumo, el cual está muy por encima de los niveles sostenibles en los países desarrollados y muy por debajo de lo necesario en los países subdesarrollados.
Además de la contaminación de la tierra, los hábitos de consumo actuales también contaminan el aire. La flota de automóviles, que es considerada como parámetro de crecimiento y progreso de las economías, puede en muchos casos ser contraproducente. Si bien los automóviles son esenciales en la vida moderna, también es correcto afirmar que el mal uso que se hace de ellos genera graves problemas ecológicos. El 80% de los automóviles en el mundo pertenecen al 20% de la población mundial, principalmente en los países desarrollados. Hay más automóviles en Los Ángeles que en la India, China, Indonesia, Pakistán y Bangladesh juntos. Las emisiones de CO2 están contaminando ciudades a niveles críticos y las calles se encuentran severamente congestionadas por el volumen del tráfico. Las emisiones de este gas en EE.UU. sumaron un total de 291 millones de toneladas en 1997, lo que excedió el total de emisiones generadas en casi todo el mundo.29
Un nuevo concepto que está siendo usado por científicos, empresas, gobiernos e individuos comprometidos con el cuidado del medio ambiente es el de la Huella Ecológica. En 1990 Mathis Wackernagel y William Rees de la Universidad de la Columbia Británica desarrollaron este parámetro que mide cuánta área de la tierra y del agua requiere una población humana para producir el recurso que consume y absorber sus desechos usando la tecnología prevaleciente. En su portal Web puede encontrarse información sobre el denominado “Sobregiro Ecológico” que significa que los recursos se convierten en deshechos más rápidamente que los desechos se convierten en recursos. Hoy la humanidad utiliza el equivalente de 1.3 planetas cada año, es decir que actualmente le tarda a la tierra un año y cuatro meses para regenerar lo que el Hombre utiliza en un año. La ONU sugiere que si las tendencias actuales de la población y del consumo continúan, para el año 2050 se necesitará el equivalente a dos tierras.
Gráfico I: Sobregiro Ecológico
Fuente: The Ecological Footprint
Algunos de los efectos más notables del sobregiro son: El colapso de las industrias pesqueras, disminución de la cubierta forestal, agotamiento de los sistemas de agua fresca, la acumulación de contaminación y el cambio del clima global.
El sobregiro también contribuye a los conflictos y guerras sobre los recursos, las migraciones masivas, el hambre, la enfermedad y otras tragedias humanas; además tiende a tener un impacto desproporcionado en los pobres, quienes no pueden comprar su salida del problema al conseguir recursos de otras regiones.30
El análisis ecológico de la necesidad de la existencia del CS muestra que es evidente que las sociedades no pueden continuar consumiendo como hasta ahora, es imperioso tomar conciencia de que los patrones de consumo deben cambiar a fin de encontrar un equilibrio en el uso de los recursos naturales.
Tanto los productores como los consumidores, los individuos, las corporaciones y el mismo Estado deben ser responsables con el medio ambiente y desarrollar patrones de producción y consumo ecológicamente sostenibles.
4.2 Enfoque Económico: algunas ideas para fomentar el Consumo Sostenible
El consumo es el principal motor del crecimiento en el mundo. Sin embargo, la sociedad y la ecología se ven cada vez más afectados por el consumo no sostenible, por lo que un sistema económico basado en el consumo masivo, la explotación y el beneficio monetario es insostenible.
El problema está en encontrar el equilibrio entre un desarrollo económico que permita cubrir las necesidades humanas pero, al mismo tiempo, hallar las estrategias adecuadas para preservar el entorno natural y asegurar la distribución equitativa de los recursos mundiales.
Por todo ello es necesario introducir cambios de gran envergadura para mejorar la eficiencia de la utilización de recursos en los países desarrollados y en vías de desarrollo. Deberían concertarse compromisos e iniciativas tendientes a promover el consumo y la producción sostenibles, y para ello tener en cuenta los siguientes aspectos:
En los últimos años ha habido en todo el mundo un creciente interés en emplear para la protección del ambiente instrumentos fiscales que, fundamentalmente, obligan a quienes contaminan a pagar impuestos que reflejen los costos que la polución implica para la sociedad en general.
En muchos países industriales, los aspectos ambientales se toman en cuenta de manera explícita en el régimen tributario y los ingresos provenientes de los impuestos que, al menos en parte, se establecen por razones ambientales y gravan principalmente la energía y el transporte, son un importante componente de las entradas del gobierno central.32 En algunas economías en transición también han aumentado considerablemente los ingresos de origen tributario relacionados con el medio ambiente, sobre todo por concepto de impuestos aplicados a la energía.
El fundamento para el uso de instrumentos fiscales con fines ambientales es que resulta mejor trabajar con el sistema de precios que contra él. Este principio es aplicable en todos los países, con independencia de su grado de desarrollo. En ausencia de mecanismos de compensación, es probable que las externalidades ambientales lleven a un mal funcionamiento del mercado, es decir, a situaciones en las que los precios generados por la acción de las fuerzas del mercado no indiquen a los agentes económicos los verdaderos costos y beneficios de sus actividades. Si el número de aquellos que contaminan y de quienes padecen la contaminación es pequeño, quizás la negociación o el sistema jurídico permitan hallar soluciones aceptables.
Sin embargo, cuanto mayor sea el número de quienes tienen parte en la situación, menos probable será que esto ocurra y más sólido se tornará el argumento (con vistas a una asignación de recursos eficaz) a favor de una intervención gubernamental que, mediante un impuesto que grave la contaminación, armonice mejor los costos y los beneficios sociales con los precios del mercado. En tal caso, los impuestos son el instrumento para lograr que “quien contamina pague”.
En principio, con la vigencia de una tasa retributiva por contaminación, quienes contaminan pagan impuestos equivalentes al valor del daño social que resulta de sus actividades. Al mismo tiempo, son libres de decidir sobre la manera de reaccionar ante el impuesto, tanto en lo relativo a la proporción en que se comprometen a reducir la contaminación como a la forma de cumplir ese objetivo. Su incentivo, en ausencia de otras distorsiones de precios, es disminuir la contaminación de la manera más eficaz posible y continuar haciéndolo hasta el punto en que los costos de la reducción (por unidad de contaminación) sean equivalentes a la tasa impositiva, sin llegar a superarla.
Dicho curso de acción sería favorecido debido a que es probable que quien contamina tenga un buen conocimiento (mejor que el de otros) acerca de las oportunidades más adecuadas para reducir la contaminación. Esto se contrapone al peligro que implica la adopción de medidas administrativas inadecuadas para establecer la magnitud en que debe disminuirse la contaminación, los medios para hacerlo, o ambas cosas a la vez, decididas sobre la base de información incompleta, con el riesgo consiguiente de que la reducción resulte insuficiente o excesiva o que no se logre en forma eficaz.
Es necesario, aclarar que la viabilidad de gravar la contaminación depende fundamentalmente de que sea posible controlar en forma precisa las emisiones de cada sujeto contaminante imponible y de que exista una base de aceptación general para la fijación de tasas impositivas adecuadas.
El dinero que los gobiernos recauden de los impuestos ambientales debería utilizarse para subsidiar a aquellas empresas ecológicamente responsables. Podría lograrse un esquema de impuestos y subsidios cruzados, donde las empresas que utilizan una alta cantidad de recursos no renovables “subsidien” a las que produzcan utilizando recursos alternativos o renovables. Desde ya que esto afectaría la formación de precios de ambos productos, incrementándose el precio relativo del bien que no utiliza los recursos alternativos. Esto sería también una señal a la demanda para se sustituya el consumo de estos bienes (ahora relativamente más caros) por el consumo de los bienes sostenibles y sería una forma de incentivar a las unidades productivas para que innoven en procesos productivos ahorradores de recursos no renovables
Las ideas desarrolladas en este apartado pueden tenerse en cuenta para fomentar la existencia de patrones de CS. Futuros avances en la investigación presentarán un modelo más completo de una regulación de la economía que favorezca la existencia de dichos patrones.
4. 3 Enfoque social: La necesidad social de un Consumo Sostenible
La noción de Consumo Sostenible abraca distintas dimensiones. Dentro de éstas, la dimensión económica y la ambiental han sido analizadas en mayor profundidad por los organismos internacionales y gobiernos. Plantear la necesidad de un Consumo Sostenible ha significado proponer medidas o soluciones ante problemáticas medioambientales o económicas. A pesar que la dimensión social ha formado parte de algunos conceptos, poco se ha profundizado en ella.
La sociedad necesita practicar un consumo sostenible. Lograr esto implicaría modificar hábitos de consumo y modos de relación social. Estas modificaciones son cruciales para alcanzar la meta del Desarrollo Sostenible.
Los hábitos de consumo de personas y familias son motivados por una serie de factores o criterios, algunos de los cuales son de interés personal (precio, calidad, preferencias individuales, etc.) y otros son motivos sociales (cultura, identidad, contexto social, preocupaciones ambientales y sociales, etc.).33 Es decir los aspectos sociales son uno de los determinantes de los patrones de consumo de las personas. A su vez, los patrones insostenibles de consumo generan impactos sociales (también económicos y ambientales).
Por otra parte no sirve que el Consumo Sostenible sea practicado solo por personas individuales (aunque sean muchas), es necesario que sea una sociedad la que adopte patrones sostenibles de consumo, para que el cambio sea factible y real.
Roberto Guimarães, reconocido cuentista social latinoamericano, proclama la insustentabilidad del estilo actual de desarrollo debido a la creciente exclusión que genera. Destaca que la economía de mercado es excelente generadora de riquezas, pero es también productora de profundas asimetrías sociales. No es la riqueza la condición para el desarrollo humano, sino el uso que se hace de esa riqueza
. “Pese a que hemos sido llevados a creer ciegamente que mientras más nos trasformemos de ciudadanos en consumidores, más nos acercamos a la libertad y la felicidad, la verdad es que nos tornamos menos humanos en el camino”.34
Zygmunt Bauman, sociólogo polaco, acuñó el término “modernidad líquida” para referirse a la posmodernidad o la fase actual de la historia de la modernidad. En distintas obras analiza las características del consumo en estas sociedades.
En su obra Vida de Consumo opone los conceptos consumo y consumismo. El consumo es un proceso que forma parte de la vida social, es inalienable y es una función imprescindible de la vida biológica que se da en toda la historia y en toda época; el consumo trae consigo vínculos y relaciones humanas. Por el contrario, el consumismo es un tipo de acuerdo social que resulta de la reconversión de los deseos, ganas o anhelos humanos en la principal fuerza de impulso y de operaciones de la sociedad; esta fuerza coordina la reproducción sistémica, la integración y estratificación social y la formación del individuo. El contraste entre ambos conceptos, es que el consumo es propio del organismo humano y de toda época, mientras que el consumismo es una adquisición o una características de una sociedad histórica concreta, el cual no es inherente a la naturaleza del individuo. La sociedad posmoderna o “líquida” tiene como una de sus características el consumismo.
El consumismo trae consecuencias: desafecta los vínculos, aumenta la desigualdad entre los hombres, socava la confianza en el otro y profundiza los sentimientos de miedo e inseguridad.
Bauman, en otra de sus obras llamada “La Sociedad Sitiada” sostiene que en la sociedad de consumo actual ha desaparecido el impulso a la acumulación de posesiones, ya que las personas se apropian de los objetos no para conservarlos, sino para usarlos, y por tanto para tenerlo por el tiempo que se lo usa y no más. Hoy, un objeto es útil, no por su capacidad de prestar un servicio, sino “por el deseo que quien lo adquirió siente por sus servicios”. Por esto: “puede que el objeto esté en perfectas condiciones de funcionamiento, pero si sus usos han perdido el valor agregado de la novedad o si otros objetos ofrecen servicios más tentadores (quizá solo porque aún no se los probó), no sirve más… de modo que se convierte en basura, cuyo lugar natural debe ser el basurero.”. Y más adelante agrega, “cuanto más alto sea el puesto de un país en la jerarquía de desarrollo económico, mayor será la masa de desechos que produzca, incluso aunque otros índices de bienestar no hayan podido alcanzar un nivel respetable”35
Con estas frases el autor comenta y retrata una característica del estilo de desarrollo no sostenible, la existencia de un consumo no sostenible, que consume y desecha demasiado; el ejemplo es el gran recambio de celulares, que terminan en la basura en cuanto su propietario descubre que hay un modelo nuevo.
En esta modernidad líquida, las personas no experimentan las necesidades de consumo como un estado de tensión desagradable ni identifican la felicidad con la eliminación de esa tensión cuando se obtiene aquello que se necesita para satisfacer esa necesidad. Hoy el consumo ha dejado de ser un medio para transformarse en un fin en sí mismo y una vocación. Un fin que tiene por propósito perpetuarse e intensificarse. Una vocación frente a la cual las personas miden y explican la corrección y la incorrección, los éxitos y fracasos, y la felicidad e infelicidad.36
“En una sociedad de consumidores todos tienen que ser, deben ser y necesitan ser consumidores de vocación… En esa sociedad el consumo como vocación es un derecho humano universal y una obligación humana universal que no admite excepciones”37
Esa sociedad de consumidores promete felicidad terrenal, aquí y ahora, instantánea y perpetua; pero esa felicidad que se lograría por satisfacer necesidades al consumir, tiene un umbral específico y pasado ese límite el consumidor no encuentra felicidad sino que se somete a un yugo hedonista, y surgen en él sentimientos antisociales, inconformismo, inseguridad, infelicidad, depresión, estrés y consumo acelerado.38
En la actualidad, destaca Bauman, la satisfacción de necesidades ya no es el motor del consumo y no es la supervivencia su principal propósito. “La sociedad de consumo proclama abiertamente la imposibilidad de satisfacción”. Ni siquiera es el deseo el que mueve al consumidor actual (como lo fue en algún momento), sino el anhelo. El anhelo es la “liberación de fantasías inciertas” y lo que mantiene en marcha a la sociedad de consumo. Es un estimulante más poderoso que el deseo. “El anhelo completa la liberación del principio del placer, purgando los últimos residuos de cualquier impedimento que aún pueda oponerle el principio de la realidad”39.
Podemos concluir en este apartado que existe una necesidad social de lograr patrones de CS. Lograrlo implica un cambio social que lleve a abandonar ese modelo de sociedad consumista.
El adquirir bienes tendría que dejar de ser el objeto central de las propagandas televisivas, de los proyectos personales y familiares y de las relaciones entre las personas. Si esto se lograra, no habría temor a consumir menos. Y si quienes consumen de más abandonan el exceso, es posible que otros puedan empezar a consumir. Un camino para vencer las desigualdades económicas y sociales entre las personas (que en la sociedad actual son en buena medida desigualdades en los niveles y tipo de consumo) es terminar con la mentalidad personal y el ethos consumista.
En el ámbito del poder político de los estados, de las grandes empresas y de las organizaciones internacionales, poco se habla de cambios sociales para lograr un consumo sostenible. No solo porque es muy difícil encontrar instrumentos eficaces para lograr ese cambio, sino también porque quienes deciden forman parte de la misma sociedad consumista. Todos somos parte de esta sociedad, que para cambiar necesita reconocer sus problemas.
Como sostiene Roberto Guimarães hoy no hay nadie que se declare expresamente opuesto al desarrollo sustentable. Sin embargo, las acciones concretas para conseguirlo no llegan. En realidad no se puede esperar que los actores promotores del desarrollo sustentable sean los mismos que se benefician con el actual modelo insustentable, ya que éstos tendrán mucho que perder con el cambio. La solución solo podrá venir de una amplia alianza entre grupos y estratos sociales. Dentro de esto, la universidad debe ocupar un lugar como promotora de un estilo de desarrollo y de consumo sostenible.
El Consumo Sostenible no es la solución a todos los males y tensiones sociales. Pero sí es un camino para abandonar el consumismo y sus dañinas consecuencias.
5. Conclusiones
El consumo sostenible implica repensar las definiciones de las necesidades humanas40 y deseos. Ello abarca los principios de moderación y suficiencia como medio de frenar desequilibrios sociales, económicos y medioambientales; y de estimular el consumo responsable. Se basa en el principio de la unidad de la humanidad y en el derecho de todos a tener sus necesidades básicas satisfechas. La integración de dicho concepto en las acciones diarias es un proceso, que debe ser desarrollado y modificado en respuesta a los cambios en la sociedad.
Para alcanzar un consumo sostenible es necesario un cambio radical en los estilos de vida actuales. El valor del “Tener” sobre el “Ser”, por el que se mueve gran parte de la sociedad en la que vivimos, ha dado lugar a estilos de vida consumistas, que reducen a la persona a la sola satisfacción de sus deseos y necesidades de una manera egoísta e individualista.
El CS hace referencia al uso racional y consciente de bienes y servicios que permiten un desarrollo humano integral. El desarrollo humano es definido por PNUD como un proceso mediante el cual se busca la ampliación de las oportunidades para las personas, aumentando sus derechos y sus capacidades. Este proceso incluye varios aspectos de la interacción humana como la participación, la equidad de género, la seguridad, la sostenibilidad, las garantías de los derechos humanos y otros que son reconocidos por la gente como necesarias para ser creativos y vivir en paz. Por eso el desarrollo humano significa mucho más que el crecimiento del ingreso nacional per capita, el cual constituye solamente uno de sus medios para ampliar las opciones de las personas. En principio, las oportunidades del ser humano pueden ser infinitas y cambiar con el tiempo. Sin embargo, las tres más esenciales y comunes a efectos del desarrollo humano, y medidas por el Índice de Desarrollo Humano (IDH), son:
- Una vida longeva y sana, medida por las esperanzas de vida al nacer.
- El conocimiento, medido por la tasa de analfabetismo adulto (con una ponderación de dos tercios) y la tasa de matrícula total combinada de primaria, secundaria y terciaria (con una ponderación de un tercio).
- Un nivel de vida decente, medido por el Producto Interior Bruto per cápita.41
A su vez, el consumo debe ser racional y conciente ya que ésta es una de las características que diferencian al Ser Humano del resto de los seres vivos, de este modo al consumir no debe responder solo a impulsos sino que debe comprender y considerar las dimensiones del consumo previamente mencionadas. Este razonamiento le permite al hombre respetar su propia dignidad, no reduciéndose a un mero comprador, sino reconociéndose a sí mismo como un actor clave que por medio de sus conductas de consumo influye directamente en la sociedad, la economía y el medio ambiente.
En el consumo desaforado típico de nuestras sociedades siempre insatisfechas, lo de menos es el “valor de uso”, la utilidad que se le pueda dar a los objetos que se compran, porque hay una especie de ley de rendimiento decreciente, que minimiza la relevancia de las nuevas adquisiciones, cada vez más superfluas. Lo que está en juego es el “efecto demostrativo”, o sea, las capacidades personales que el sujeto presuntamente manifiesta a través de automóviles, viajes, vestidos, perfumes o bebidas.
Aunque es propio de la condición humana buscar un reflejo de la propia personalidad y de la posición que socialmente se ocupa a través de los objetos más cercanos al cuerpo, es grave que tal apariencia material sustituya por completo a la realidad corporal y anímica. Porque entonces el logro de la vida, que es esencialmente interiorización, se proyecta totalmente al exterior. Toda esta parafernalia demostrativa y ornamental actúa como una pantalla que fascina al espectador y oculta la propia vaciedad42…
Entonces el Consumo Sostenible es bueno y necesario para las personas y para las sociedades. Lograr estilos de vida sustentables se vuelve una gran meta.
Distintos actores sociales son fundamentales para modificar los patrones actuales de consumo. Entre ellas la universidad por su función de educadora y creadora de conocimientos tiene un papel importante
La Universidad es un actor clave en la promoción del Consumo Sostenible. Ésta ocupa un papel primordial en los cambios de la sociedad, dado que es la encargada de formar tanto a alumnos como a profesores, quienes participan activamente del mundo económico y social e influyen en los comportamientos y estilos de vida de la sociedad.
La Universidad debe contemplar en sus programas de estudio nociones básicas de Consumo Sostenible relacionadas con cada disciplina, a fin de impulsar comportamientos de consumo responsable y convertirse en motor de un nuevo estilo de consumo y desarrollo.
Por otra parte, lograr patrones de CS previene futuras crisis de caracteres similares a las actuales. La crisis global que comenzó en EE.UU. haya de sus principales causas el consumo exacerbado que ni siquiera tiene en cuenta los medios para financiarlo. Se otorgaban créditos al consumo sin la existencia de fondos reales y sin tener en cuenta la capacidad de pago de las personas. Se falsificaron títulos de créditos y calificaciones de la seguridad de las hipotecas. Todo esto para sostener un modelo de producción y consumo paradójicamente insostenible.
La actual crisis nos lleva a pensar si nuestro planeta, economía y sociedad pueden sostener este modelo económico y social. Si la conclusión es negativa, entonces se hace necesario pensar en un nuevo modelo de economía y sociedad.
De la crisis no solo se debe salir recuperando lo que había antes, sino que se debe proyectar algo nuevo. Si esto ocurre los motivos que desencadenaron la crisis en EE.UU. y en el resto del mundo, podrán desaparecer (o por lo menos disminuir). Quizás surgirán nuevas crisis, pero seguramente serán distintas.
El dilema final es si el CS es posible. Todo dependerá de que los múltiples y desiguales actores sociales quieran hacerlo posible. Es utópico pensar que todos se comprometan en ello, ya que muchos resultarían perjudicados por los nuevos patrones de consumo. Pero es posible pensar que hay otros (que pueden ser muchos) que estén dispuestos al cambio.
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Visitado 04/05/09 20 hs.
1 Magíster en Docencia y Gestión de Universidades. Arquitecto. Director del Instituto de Desarrollo Sostenible de la UCCuyo – San Juan. Categoría como investigador: Independiente
3 Lic. en Comercio Internacional. Investigadora del IDS – UCCuyo - San Juan.
3 Analista Económico, estudiante avanzada de la Lic. en Economía – UCCuyo – San Juan. Investigadora del IDS – UCCuyo - San Juan
4 Estudiante avanzado de la Lic. en Ciencias Políticas de la U.N.S.J. Auxiliar de la docencia 2º categoría alumno en la asignatura “Economía Política I”, en la Lic. en Cs. Políticas de la U. N. de San Juan. Investigador del IDS – UCCuyo – Becario de Investigación de la U.N.S.J.
5 Magíster en Docencia y Gestión de Universidades. Arquitecto. Director del Instituto de Desarrollo Sostenible de la UCCuyo – San Juan. Categoría como investigador: Independiente
6 Lic. en Comercio Internacional. Investigadora del IDS – UCCuyo - San Juan.
7 Analista Económico, estudiante avanzada de la Lic. en Economía – UCCuyo – San Juan. Investigadora del IDS – UCCuyo - San Juan
8 Estudiante avanzado de la Lic. en Ciencias Políticas de la U.N.S.J. Auxiliar de la docencia 2º categoría alumno en la asignatura “Economía Política I”, en la Lic. en Cs. Políticas de la U. N. de San Juan. Investigador del IDS – UCCuyo -
11 “Ministerio de Salud y Ambiente de la República Argentina y PNUMA (2006), op.cit
12 Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo 1992
13 Programa 21: Plan de acción para el desarrollo sostenible aprobado en la Cumbre de La Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992.
14 “Ministerio de Salud y Ambiente de la República Argentina y PNUMA (2006), op. cit
15 ONU - Marrakech Task Force on Education for Sustainable Consumption led by Italy. “Here and Now! Education for Sustainable Consumption. Recommendations and Guidelines”. 2009
16 http://www.ambiente.gov.ar/archivos/web/MERCOSUR/File/Grupo%20Ad%20Hoc%20CyMA/cyma2,%20a3.pdf
17 http://www.ambiente.gov.ar/?idarticulo=5480
18 http://www.ambiente.gov.ar/?idseccion=52. 12/05/09. 16:25 hs.
19 Zygmunt Barman. Vida de Consumo
20 Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Principio 8, resultado de la Cumbre de la Tierra en Río (1992).
21 Capítulo 4 de la Agenda 21, documento creado en la Cumbre de la Tierra.
22 Capítulo 4 de la Agenda 21
23 Capítulo 4 de la Agenda 21.
24 Manual de educación para un consumo sostenible youth x change (Jóvenes por el cambio). Se trata de un programa de las Naciones Unidas y del UNEP, por medio del cual pretenden informar y educar a los jóvenes para que cambien sus hábitos de consumo.
25 Ministerio del Medio Ambiente de Noruega, 1994
26 Mesa Redonda sobre Producción y Consumo Sostenible en Oslo, 1995
27 www.un.org/CONSUMORESPONSABLE/CumbredeJohannesburgo2002. Visitado 04/05/09 20 hs.
28 Cfr. UNCTAD. UNCTAD/DITC/TED/2007/4. Publicación de las Naciones Unidas. 2007
29 Jóvenes por el Cambio. Manual de educación para un consumo sostenible. UNESCO / UNEP. 2002
30 www.earthday.net/footprint. Visitado 10/08/09 15:00 hs.
31 La OCDE utiliza el término impuesto ambiental para referirse a cualquier impuesto cuya base imponible se considere de especial relevancia para el medio ambiente. La Comisión Europea, el Organismo Internacional de Energía y la OCDE compilaron la lista de base imponible para el medio ambiente.
32 En el plano internacional se observa que los impuestos ambiéntales adquieren creciente importancia como parte integral de reforma fiscal en los países más desarrollados. Entre los que forman parte de la OCDE, la recaudación de impuestos ambientales representó un 2,5% del PIB en 1995, o casi un 7% de la recaudación tributaria total. La mayoría de estos impuestos se aplica a una base gravable específica relacionada con los sectores de transporte y la energía, pero también se hacen cada vez más comunes los impuestos sobre manejo de desechos y efluentes.
33 “¿Hacia un consumo sostenible en los hogares? Tendencias y políticas en los países de la OCDE”, en
http://www.ecodes.org/pages/especial/documentos/consumo_sostenible_OCDE .pdf.-
34 GUIMARÃES, Roberto P., “Modernidad, Medio Ambiente y Ética: un nuevo paradigma de desarrollo” presentado en la Conferencia Internacional Amazonia 21, Brasil, 1997
35 Bauman, Z. (2002), “La Sociedad Sitiada”, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica. Pág. 188
36 Bauman, Z. (2002), Pág. 183-185
37 Bauman, Z. (2007). Pág. 81
38 Bauman, Z. (2007). Pág. 69
39 Bauman, Z. (2002), op.cit., Pág. 225-227
40 Las necesidades se refieren al conjunto de objetivos que las personas tratan de alcanzar para mantener o mejorar su "calidad de vida” o su bienestar.
41 http://www.undp.org.ni/dh/mundiales
42 Cfr. Alejandro Llano. “La Vida Lograda”. Editorial Ariel-2002. Pág 55.