Resumen
La vuelta a la Democracia implicaba para ambos países la necesidad de recuperar mucho tiempo perdido en manos de regímenes militares. Sin embargo, el análisis de los gobiernos de Alfonsín en Argentina y el de Sarney en Brasil, nos muestra claramente que la redemocratización fue lenta y particularmente muy complicada. Época caracterizada por numerosas crisis inflacionarias y también por numerosos conflictos que se desprendían de la necesidad de la sociedad de poder satisfacer sus demandas y necesidades. A su vez la herencia recibida por parte de los militares contribuyó aún más a complicar la consolidación de la Democracia.
Abstract
The return to democracy meant to Argentina and Brazil a great challenge: both of them needed to recover economy and politics after the great loss of time that implied military regimes. However, as we analyze Alfonsin and Sarney’s terms we find that the return to democracy was slow and particularly complicated. It was a period of several inflation crisis and conflicts which were the result of unsatisfied social needs. Besides, problems inherited from the military term only contributed to turn even more difficult democratic consolidation.
“Análisis de los gobiernos de Alfonsín en Argentina y de José Sarney en Brasil y la crisis de la redemocratización”.
Por: Marcelo Tabbaj *
Introducción:
A lo largo de la historia de la Argentina y el Brasil, se han ido sucediendo numerosos golpes de estados, militares como así también cívicos militares. El período que compete trabajar aquí, no está relacionado con las causas que provocaron las intervenciones de los gobiernos sino, las consecuencias que conllevaron para ambos países. Este período presenta determinadas características políticas, económicas, sociales, etcétera que hace que algunas de ellas sean compartidas por los dos países. La característica mayor, aquella que aglutina a la mayoría de ellas, es la crisis de la redemocratización, compartida tanto por Brasil como por Argentina. El análisis de los gobiernos de Alfonsín en Argentina y de Sarney en Brasil, resultaría importante para poder entender lo dificultoso que fue para ambos países la consolidación de la vuelta de la democracia. A partir de los años 1983 y 1985, tanto en Argentina como en Brasil, se eligieron presidentes electos institucionales luego de años de gobiernos autoritarios en manos de militares. La llegada de la democracia trajo consigo numerosas esperanzas y expectativas en la población de un lado y del otro lado. La implementación de medidas concretas para satisfacer las demandas de la población, tanto en Argentina como en Brasil, en un principio tuvieron éxito, pero con el correr de los meses (nótese meses y no años) tanto del sector empresarial, político, sindical y en el caso argentino militar también, empezaron a presionar, atacar y erosionar el camino que se estaba construyendo desde el poder en los gobiernos. Debido a las crisis que se estaban sucediendo, en especial la económica, ambos presidentes comenzaron a realizar distintos cambios en los planes económicos, etcétera, para poder calmar los ánimos existentes en ambos países pero con resultados nulos. La delicada situación presente en ese entonces, minaba toda posibilidad de una pronta y exitosa consolidación de la redemocratización. Justamente, las pretensiones de este trabajo es el análisis de los dos gobiernos para poder entender el por qué de las crisis de la vuelta de la Democracia.
Se comenzará preparando una breve caracterización de los antecedentes históricos a los gobiernos de ambos presidentes, Por consiguiente se tomará a ciertos autores que ayudarán en el entendimiento del escenario vigente de esa época, aportando el marco teórico necesario que permite una comprensión mejor del tema. Luego se hará una biografía de los presidentes Alfonsín y Sarney para conocer el perfil y el origen de ellos antes de asumir el rol principal del poder ejecutivo. A continuación de las biografías ya mencionadas se pasará a describir el gobierno de Raúl Alfonsín, estableciendo tres etapas dentro de su gestión. La gestión de Sarney en Brasil se desarrollará, en base a autores en su mayoría extranjeros, basándose en aspectos centrales y específicos del tema en cuestión. A partir de lo trabajado hasta aquí, se profundizará la relación de la Democracia con los gobiernos ya mencionados y entrándose en la etapa final, se elaborarán las conclusiones finales para cerrar el trabajo en cuestión.
Antes de seguir con los antecedentes históricos, resulta importante definir tanto el significado como la etimología del concepto de Democracia. El término proviene del antiguo griego y fue acuñado en Atenas, en el siglo V a.C. a partir de los vocablos (“demos”, que puede traducirse como “pueblo” y “kratos”, que traducirse como “poder” o “gobierno”).
Algunos autores definen a la Democracia como: “…gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo…”Abraham Lincoln, Discurso de Gehysburg, 19 de noviembre de 1863. Para Winston Churchill, “…la Democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo…”Discurso en la Sala de los Comunes, 11 de noviembre de 1947.
*Antecedentes históricos:
Argentina: El final de la guerra de Malvinas, entre Gran Bretaña y Argentina, con la victoria de los ingleses trajo consigo una profundización de la crisis del régimen militar. Éste venía arrastrando una aguda crisis financiera que se vio reflejada aún más, cuando en el campo de batalla los militares argentinos cayeron en lo que mas capacitados estaban. El país estaba económicamente muy mal: la inflación era de casi el 20% mensual, la desocupación alcanzaba el 7% y la deuda externa había alcanzado los 44.000 millones de dólares (nótese que hoy en día esos valores, lejos son de un país quebrado como se creía entonces). A demás se había debilitado la situación hegemónica de los servicios públicos y de los obreros industriales. La fuerte desindustrialización que venía padeciendo el país desde los años 70 provocó un fuerte impacto en la estructura social. La importante y amplia clase media, característica singular de la Argentina, se estaba desintegrando ya que se le daba impulso en ese entonces a las actividades autónomas a costa del trabajo asalariado. Por consiguiente, el aumento de trabajadores autónomos fue consecuencia del empleo precario y marginal que presentaba esa época. El gobierno militar centraba su estrategia en el fortalecimiento de sectores financieros y en un modelo aperturista en desmedro del modelo industrial. Consecuencias de esta apertura y cambio de modelo, mas allá de lo que se dijo hasta ahora, es que muchas industrias típicas hasta entonces dejaron de existir y se diversificaron algunas actividades convirtiéndose en oligopólicas. La derrota militar provocó que unos a otros militares se culparan de ella, pero mas tarde, un informe realizado por una comisión investigadora responsabilizó a la Junta Militar, condenándola por ella. El sucesor de Galtieri, pasó a ser el general Reinaldo Bignone, téngase en cuenta que de la Junta Militar se retiraron la Marina y la Aeronáutica. A pesar del recambio la situación era crítica pero la promesa de una reinstitucionalización en el futuro, surgió para aminorar los reclamos de parte de la sociedad y de las fuerzas políticas existentes. Téngase en cuenta que los militares querían comprometer a las fuerzas políticas a firmar un documento donde establecía que no se los juzgaría por enriquecimientos ilícitos ni por actos de corrupción, ni tampoco por los caídos en la “guerra sucia”. Lo que pasó con esto es que se hizo público el documento a través de la prensa y la opinión pública y las fuerzas políticas rechazaron con mucho fervor (movilizándose en forma masiva) lo que pretendían los militares. Ante esta situación a los militares no les quedaba otra opción que fijar una fecha para la salida democrática. La sociedad se encontró con una enorme necesidad de participar, movilizarse y reclamar una gran cantidad de derechos anteriormente reprimidos y/o censurados que debían canalizarse de alguna manera. La irrupción de los sindicatos en este papel fue vital ya que tanto la CGT de Saúl Ubaldini como la de la calle Azopardo desempeñaron ese rol fundamental que la sociedad esta necesitando (acompañar y organizar a la sociedad en sus demandas). Los partidos políticos se reorganizaron y empezaron a prepararse para una futura elección donde volverían a luchar por ocupar cargos políticos dentro de una nueva democracia tan esperada. Por último, no hay que olvidarse que el país estaba viviendo una crisis del Estado Benefactor (también llamado de otras formas por otros autores) ya desde los ’80, y por consiguiente “…la percepción era la de una sociedad asfixiada por el Estado, debido al excesivo tamaño que éste había adquirido, al exceso de burocracia, a sus estructuras cada vez más grandes pero ineficientes y a la descontrolada expansión del gasto fiscal. Esto hacía presuponer la necesidad de una impostergable reformulación del rol del mismo para la resolución de la crisis mediante política de desregulación y privatización. 1
Brasil: Este país ha alcanzado la democracia solo recién en el año 1985, posteriormente a la Argentina, aunque el régimen militar estuvo vigente desde el año 1964. A diferencia de lo ocurrido en nuestro país, el camino hacia la redemocratización en el Brasil ya se estaba gestando desde el gobierno del General Ernesto Geisel, que asumió en el año 1974. En el gobierno de este General ya se vislumbraban señales de acercamiento con la oposición, con la Iglesia Católica y la existencia de una disminución de la censura existente para la época. Hay que agregar que más allá de la posición más flexible de este General, la presión de la sociedad civil junto con la línea de los militares “blandos”, posibilitaba un relajamiento de este gobierno militar. Una vez dejado el poder, Geisel había logrado allanar el camino hacia la transición democrática.
El que pasó a ocupar el más importante cargo en el país fue, Batista Figueiredo. Este sucesor de Geisel, continuó con la política de disminución del autoritarismo y a demás a través del Congreso se sancionó una ley de amnistía en relación a todos los crímenes políticos cometidos tanto por el gobierno como por la oposición. En relación a la economía de esta época, existía una crisis de deuda muy importante que culminaría con una ruptura en el año 1981-1982. Figueiredo tuvo la asistencia y ayuda de militares de la línea “blanda” y por consiguiente el ala más dura de los militares fue perdiendo peso. Se intentó que el cargo de presidente sea elegido por elección directa (una de las aspiraciones de la sociedad en ese entonces) pero el Congreso se opuso a esto y se eligió otra vez en forma indirecta a otro presidente. El elegido a ocupar ese cargo fue Tancredo Neves, convirtiéndose en el primer presidente civil desde los años ’60. Todo Brasil, incluyendo los militares, creía que era el indicado para restablecer la Democracia en ese país pero debido a problemas de salud, murió en el mes de abril del año 1985. El ya conocido político José Sarney asumió la vicepresidencia y las funciones de la presidencia con carácter interino.
Biografías:
Raúl Ricardo Alfonsín: El mayor de los seis hijos que tuvo Ana María Foulkes y Serafín Raúl Alfonsín. Su padre un comerciante minorista, nieto de gallegos. Realizó la escuela primaria en la localidad de Chascomús y fue compañero en el secundario de Leopoldo Galtieri. Logró ser designado concejal en esa localidad y al año siguiente fue encarcelado por la Revolución Libertadora. Ya con el peronismo proscrito en las elecciones, donde triunfó Frondizi, fue electo diputado provincial por Buenos Aires. Hay que dejar asentado que el radicalismo ya se había dividido en aquellos que apoyaban a Frondizi (Unión Cívica Radical Intransigente) y los que apoyaban a Balbín (Unión Cívica Radical del Pueblo). Alfonsín creó en los ’70, el Movimiento de Renovación y Cambio, una división opuesta a la de Balbín, y con cercanía a la socialdemócrata europea y fuertemente antiperonista. Sólo con la muerte de Balbín, Alfonsín dejo de ser la sombra de ese importante líder que tuvo el radicalismo y convertirse en un referente del partido radical. No se puede olvidar que Raúl Ricardo Alfonsín fue una de los que fundaron la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en el ’75 y por consiguiente desempeñó un vigoroso papel en defensa de los derechos humanos. Con relación a la guerra de Malvinas, el ex presidente de la Argentina se jacta de haber sido uno de los pocos políticos que sabían que terminaría muy mal, la incursión por la recuperación de las islas. En el año 1983, ante la declinación del otro candidato en la pelea por las futuras elecciones (De la Rúa) lo eligieron como candidato del radicalismo para pelear las elecciones presidenciales, después de años de dictadura militar.
José Sarney: Entró a la política siendo el hijo de, ya que su padre era un político ya reconocido en ese ambiente. Hijo del conocido político Sarney de Araújo Costa que justamente por esto luego se lo llamaba Zé do Sarney, es decir, José hijo de Sarney. Estudió la carrera de Derecho, graduándose en el año 1953 pero ya en el comienzo de los ´50 estaba en la vida pública. Aunque no provenía de una familia pobre, ni tampoco de una rica, se presentó a una serie de reportajes que propiciaba el diario Sao Luís O Imparcial, de la que resultó ganador y se le ofreció el trabajo de reportero con el que pudo saldar unas cuentas pendientes que tenía en ese entonces. Así comenzó una extensa actividad periodística que sigue vigente hoy en día. Ya en el año 1964, cuando se produjo el golpe militar que hizo caer la Quarta República brasileña aplaudió este quiebre del orden constitucional ya que él aspiraba con quedarse con el estado de Maranhao. Fue un colaborador civil de la dictadura militar y no ocultaba su estrecha relación con ellos. Su formación ideológica siempre estuvo atada a lo liberal, como el partido Arena o el Partido Democrático Social. Fue muchas veces elegido diputado y senador pero ya en el año 1965 y 1970 fue gobernador del estado de Maranhao. Es el fundador del Partido Liberal con el que se presentó a las elecciones del año 1985 y con el que fue designado vicepresidente junto en la formula con el fallecido Tancredo Neves.
Gobierno de Alfonsín:
Etapa Inicial: el presidente Raúl Alfonsín asumió su mandato el 10 de diciembre de 1983, compartiendo un entusiasmo fenomenal con toda la sociedad por la vuelta de la Democracia. En los comienzos de su gobierno, fomentó la participación y el resurgimiento de las instituciones, pero ese entusiasmo que presentaba la población estaba atado a un sin número de demandas que se necesitaba satisfacerlas, producto de tantos años de dictadura militar. A demás se tiene que tener en cuenta que la vuelta de la Democracia estaba asociada a la realización de todas esas demandas y deseos de la sociedad que tenía guardada por muchos años. La situación económica era muy preocupante ya que la herencia recibida de la dictadura había sido desastrosa. Inflación por las nubes, grandes problemas con los pagos de la deuda externa y por ende problemas con ella ya que se había disparado durante el régimen militar, el endeudamiento con los países del primer mundo. Todo esto se agregaba a la crisis que estaba presentando el Estado de Bienestar, que traía consigo la preocupación de qué rumbo había que tomar o si se tenía que hacer caso omiso a las recetas que se estaban dando en los países centrales en relación a políticas neoliberales. La grave situación económica del país ponía en duda la capacidad del Estado, su fortaleza en relación a otros actores que sí presentaban un poder fuerte como el de la Iglesia Católica, los militares y los sindicatos. El papel del partido opositor, el peronismo, estaba en plena crisis ya que había sido derrotado por primera vez en su historia en una elección. A demás la UCR no se caracterizaba por ser una fuerza partidaria homogénea ya que en muchas ocasiones iniciativas llevadas adelante por el Poder Ejecutivo fueron rechazadas o discutidas por la misma UCR. El gobierno creyó que solo con la legitimidad que le habían dado en las elecciones pasadas era lo que necesitaba para sacar adelante al país y por eso no propicio ningún acuerdo con los demás actores sociales. Por eso durante el curso de su mandato chocó una y otra vez con los sindicatos, el peronismo, demás líderes políticos y a demás las Fuerzas Armadas no se contentaban con su accionar. No hay que confundirse porque apenas comenzó el gobierno de Raúl Alfonsín, todavía el sindicalismo como así también el peronismo estaban muy divididos y en crisis, o sea, que el gobierno tuvo margen de maniobras en los comienzos de su mandato. “…El presidente debía elegir entre gobernar activamente, tensando al máximo el polo de la civilidad, lo que implicaba confrontar con intereses establecidos y aún introducir fisuras en su frente de apoyo, o privilegiar las soluciones consensuadas, los acuerdos con los poderes establecidos, lo que implicaba postergar los problemas que requerían definiciones claras…”2 . Está claro por lo dicho anteriormente que el gobierno eligió lo primero, pero debió aceptar lo segundo ya que soportó que le impusieran límites a su poder. La “muñeca” de Alfonsín para sortear los distintos problemas que se le presentaban fue realmente muy buena en los primeros años de su gestión pero ya a partir de 1985 cuando el Partido Justicialista se reorganizó de la mano de la Renovación Peronista (de la mano de Antonio Cafiero, Carlos Grosso, Juan Manuel De la Sota, José Luís Manzano, Eduardo Duhalde, Carlos Menem y otros) las cosas empezaron a cambiar un poco más.
En el marco cultural promovió una modernización, por ejemplo estableciendo programas de alfabetización masiva, se removieron aquellos elementos represivos que estaban incorporados a la enseñanza escolar, se reincorporaron los intelectuales y científicos que se habían exiliado o marginado de la Universidad Pública, etcétera. Obviamente, la publicación de diarios, revistas, magazines, etcétera se multiplicaron como así también la realización de obras, temas y demás aspectos culturales. Téngase en cuenta que la Iglesia Católica, que en un principio estaba a favor de la Democracia, a pesar de haber estado muy cerca de los militares, empezó a chocar y obstaculizar lo que el gobierno quería cambiar y llevar adelante para una modernización y democratización del país.
En lo que respecta a la relación con las Fuerzas Armadas, era muy importante encontrar soluciones para la oposición civil-militar. Una de las cosas que se hizo fue eliminar el cargo de Comandante en Jefe de cualquiera de las armas, estableciendo que el Presidente del país sería el que llevara esa función. A su vez, se estableció que se anule el auto amnistía que se había impuesto durante la dictadura y que beneficiaba a los militares de los crímenes políticos que habían cometido. La sociedad argentina cuestionaba a los militares no sólo por su fracaso en la guerra de Malvinas sino también por haber tomado el poder e instaurar un régimen autoritario. Pero con respecto a las torturas, desaparición forzosa de personas, asesinatos, etcétera recién se “enteró” por las denuncias judiciales, por los medios de comunicación y por los informes de organismos creados para lo ocurrido como la CONADEP (Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas), presidida por Ernesto Sábato y que era la encargada de reunir las pruebas sobre el destino de los desaparecidos, los secuestros y las prisiones secretas, torturas y asesinatos. El “Informe Sábato”, como se lo llamaba, aunque el nombre verdadero fue Nunca Más, identificaba lo sucedido durante el régimen militar, éste resultó ser totalmente incontrovertible. En este informe, se plasmó la cantidad de campos de concentración existentes, que la mayoría de las victimas eran provenientes de distintas clases sociales y que muchísimas personas no tenían vínculo alguno con la guerrilla, que los asesinatos y secuestros resultaron ser una política deliberada por parte del Estado incluyendo miles de militares en su accionar. Téngase en cuenta que en este informe se evitó determinar responsabilidades pero sí documentar la cronología de los hechos. La CONADEP determinó la cantidad de 8960 casos de desaparecidos forzosos durante el régimen militar, aunque tanto Amnistía como las Asociaciones de Derechos Humanos determinaron muchísimos casos más entre murtos y desaparecidos.
El presidente Alfonsín necesitaba encontrar la manera de subordinar las Fuerzas Armadas al poder civil y por ello los jefes militares fueron sometidos a juicio oral y público. Igualmente, puso un límite a aquel juicio, y fue que se diferencie de quienes dieron las órdenes de aquellos que se sometieron a cumplirlas. Que se castigue a las cúpulas y que al resto, se los beneficie con la obediencia debida. Lo que se hizo, entonces, fue reformar el Código de Justicia Militar, donde se estableció una primera instancia castrense y otra civil, y se llevó a enjuiciamiento a las tres primeras Juntas Militares junto con las organizaciones ERP y Montoneros, como para que no quede duda de la imparcialidad en el accionar de este gobierno. Todo esto traía consigo muchísimo malestar por supuesto entre los militares, y como los tribunales castrenses determinaron correcto el accionar de ellos, entonces el Ejecutivo pasó las causas judiciales a los tribunales civiles. Este juicio llamado “Juicio del Siglo”, duró siete meses y medio, reveló completamente las atrocidades que se hicieron en esos años anteriores a la Democracia, y provocó el surgimiento de muchas voces que defendían a los militares teniendo en cuenta que lo sucedido había tenido lugar debido a la “guerra sucia” que se estuvo dando entre las distintas facciones. El fallo, obviamente determinó, la condena de los ex comandantes, negando que haya habido una guerra y distinguiendo responsabilidades de cada uno de ellos. En realidad, justamente todo esto no había saldado el problema entre los militares y la sociedad sino todo lo contrario. A demás el accionar de la justicia que no daba respiro a los militares ya que los citaba una y otra vez, incluso a los de menores rangos provocaba una convulsión dentro de sus filas. Desde el gobierno se acotó y se limitó el accionar de la justicia a través de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. La primera de ellas, establecía un límite temporal de dos meses a las citaciones judiciales y en realidad nadie estuvo a favor de esta ley y por consiguiente las consecuencias para el gobierno fueron muy altas, como se verá más adelante. La Obediencia Debida, fue uno de los argumentos de la defensa de los nazis en los juicios de Nuremberg, pero ni los nazis se animaron a plantearla en términos tan absolutos como lo hizo la imaginación criolla…” 3 . Lo que sucederá dará por sentado “…que el poder del gobierno era insuficiente para forzar a ambas a aceptar sus reglas…” 4 , en lo que se refiere a los militares y a los sindicato.
Lo que se llamó Semana Santa, ejemplifica lo anunciado anteriormente. Un grupo de oficiales, encabezados por el teniente coronel Aldo Rico, se acuarteló en Campo de Mayo, exigiendo que se cesaran las citaciones a los militares por las violaciones a los derechos humanos y, una reconsideración de lo actuado por las FFAA, a su juicio injustamente condenados. No se estaba frente a un típico levantamiento militar por quebrar el orden constitucional vigente sino que necesitaban que se les solucionara el problema de un grupo de oficiales. A su vez, cuestionaban la propia conducción del Ejército, ya que los generales descargaban sus responsabilidades en los subordinados, etcétera entre otras cosas. La reacción por parte de la sociedad fue unánime, masiva y rápida, todos los partidos políticos y todas las organizaciones sociales dieron su apoyo al orden institucional, firmando un Acta de Compromiso Democrático. Justamente la sociedad creyó estar al frente de un golpe de Estado y por consiguiente, se movilizó a las calles concentrándose más de un millón de personas, reclamando por la Democracia. El acuerdo al que se llegó fue realmente extraño ya que el gobierno se comprometió a hacer lo que ya había decidido hacer, sancionar la ley que exculpaba a los subordinados, y los amotinados no impusieron ninguna condición, aceptando su responsabilidad en la acción llevada adelante. Raúl Alfonsín, desde el balcón de la Casa Rosada se dirigió a la multitud que estaba presente en la Plaza de Mayo y pronunció una frase que quedó en la memoria de todos: “Felices Pascuas. La casa está en orden”. La “Ley de Obediencia Debida” se envió al Congreso para su aprobación y a pesar de la opinión de muchísimas personas, que veían que con su aprobación se estaría dejando libre a muchísimos militares, se sancionó.
En relación al otro actor importante de peso, el sindicalismo, éste estaba debilitado debido a la derrota del peronismo en las elecciones y por el accionar de la dictadura. Por consiguiente, el gobierno radical vio una oportunidad de democratizar los sindicatos, y así abrir el juego a las demás corrientes. Se promovió una ley de normalización que incluía el voto directo, secreto y obligatorio, que diera lugar a las minorías y que la fiscalización de los comicios esté en manos del Estado. Era una jugada muy dura y fuerte para los sindicatos y para el peronismo, pero a pesar de haber salido aprobada de la Cámara de Diputados, en el Senado fue rechazada ya que el radicalismo no tenía mayoría propia. Esto originó una política más conciliadora que posibilitó debilitar el papel de las 62 Organizaciones aunque en realidad las viejas direcciones resultaron confirmadas.
El accionar en contra del gobierno radical, por parte de los sindicatos, fue casi siempre muy fuerte, solamente entre 1984 y 1988, la CGT organizó trece paros generales. Se enfrentó sistemáticamente con el gobierno, basándose en las crecientes dificultades económicas existentes durante casi todo el mandato. El sindicalismo logró unificar el descontento social, incluyendo a distintos sectores incluso opuestos en su lucha contra el gobierno. Se basaban en el deterioro que ocasionaba la inflación en el salario de los trabajadores pero en realidad las demandas incluían desde romper con el FMI, hasta reivindicaciones liberales del establishment económico. El gobierno llamó a la concertación y al diálogo muchas veces, pero la táctica del sindicalismo era, sentarse a hablar, luego levantarse y dar el “portazo”, obteniendo así un poder importante dentro de sus filas. A pesar de ello, el gobierno acordó con los “15”, un grupo importante de sindicatos que incluían a los de la actividad privada y del Estado. Se cedió mucho a los sindicatos y la contraprestación fue muy poca ya que estaba atada a una tregua y a un apoyo político que en realidad nunca se concretó.
La economía estaba estancada en una recesión que se había iniciado ya en el año 1981 y los pagos de deuda externa representaban el 50% de la ganancia de las exportaciones. A demás el país presentaba una economía cerrada, estancada e ineficiente, donde la vulnerabilidad externa estaba presente. Existía la posibilidad de no pagar la deuda externa pero las consecuencias de ello serían devastadoras, por lo tanto la chance que quedaba era la de una renegociación. El Ministro de Economía Bernardo Grinspun, impulsó medidas como lograr un crecimiento del producto bruto interno del 5% anual, aumentar el salario de los trabajadores en un 8%, obviamente bajar indefectiblemente la inflación e incrementar la recaudación, evitando la evasión y fijando impuestos sobre la riqueza y los ingresos. También dejó en claro que no se harían ningún tipo de política de ajuste regresiva intentando así, no realizar medidas impopulares. A su vez, determinó que no se iban a pagar vencimientos de la deuda externa hasta junio de 1984, con el objetivo de poder arreglar con el FMI, que los pagos no deberían ser mayores a 10 o 15 % de las exportaciones. Para poder hacer frente a las presiones del exterior, se intentaría hacer un frente de países deudores latinoamericanos, que con su accionar en conjunto se podría aplazar plazos y consensuar medidas que beneficien a todos. En relación con la emergencia que presentaba la sociedad, se lanzó el Plan Alimentario Nacional (PAN), se incrementó en un 25% el presupuesto educativo y se redujo el gasto militar. A pesar del empuje y de medidas que previsiblemente solucionarían muchos de los problemas existentes, el gobierno no pudo sortear los difíciles problemas que existían. En realidad, se subestimó el problema de la deuda externa y a demás los funcionarios tenían una visión mucha más optimista de lo que en realidad pasaba, junto con que sus políticas keynesianas parecían estar fuera de época. Se percibía como que todo lo que se hacía era por improvisación y no estudiado e implementado, contribuyendo así a una incertidumbre de la situación económica. Hay que tener en cuenta que no solamente la falta de capacidad del ministro por sortear los problemas económicos fue el detonante del fin de la administración de Grinspun sino también su visión errónea de lo esperado por parte de los factores de poder luego de la caída del régimen militar. Entre los factores de poder importantes se encuentran: los grandes grupos económicos locales (con vinculación con el sector financiero), el sector agro exportador (también con fuertes vinculaciones con esos holdings), las empresas extranjeras y la banca acreedora. Todos ellos no reaccionaron a lo esperado por la cartera económica (ya que se imaginaba un apoyo importante luego años de dictadura) sino que inmediatamente respondieron maximizando sus ganancias, en perjuicio del nuevo Estado Democrático. Según Joaquín Morales Solá, “...a fines de 1984, en un viaje de Alfonsín a los Estados Unidos, el ministro argentino recibió una estocada fatal de la que nunca se enteró: funcionarios de Washington, sobre de todo el presidente de la Reserva Federal, Paúl Volcker, aconsejaron a Alfonsín que pusiera fin a esa política económica sin viabilidad ni coherencia y desplazara del Palacio de Hacienda a ese hombre que tropezaba de desplante en desplante…” 5 . En el año 1985, no quedó otra opción que cambiar radicalmente el curso de la economía ya que no solo la inflación estaba descontrolándose sino que el PBI había caído fuertemente en relación al año anterior y el déficit fiscal estaba en niveles altos. La salida del Ministro Grispun por Sourrouille (en lo que se puede decir que fue un enroque, ya que uno ocupó el lugar del otro) y la implementación posterior del “Plan Austral”, dan por terminada la etapa inicial en este gobierno.
Segunda Etapa: Hay un aspecto que marca por entero la siguiente etapa en relación a la anterior y es que Juan Vital Sourrouille era anti-Grinspun, ya que había llegado a la UCR procedente del balbinismo y era un técnico en lugar de un político.
El agravamiento de la situación económica obligó al presidente a someterse a los dictados del FMI, quien exigió establecer una política deflacionaria, a través de la reducción del gasto público. Por consiguiente se enunció el “Plan Austral” en junio de 1985. Obviamente, a lo que se apuntaba era a estabilizar la economía lo más rápido posible y crear las condiciones necesarias para la implementación de transformaciones profundas. En realidad, las reformas no se habían explicitado pero estaban relacionadas con la posibilidad de dar batalla a las conductas especulativas, estimuladas por la inflación y centrarse en aplicar medidas que conduzcan a los actores económicos a invertir, producir para un crecimiento sostenido. Entre las medidas económicas implementadas se puede nombrar: congelamiento de precios y salarios, regulación del tipo de cambio, eliminación de los mecanismos de indexación, eliminación del déficit fiscal, compromiso de no emitir moneda y el surgimiento de una nueva denominada “el austral”. Se fijó un crecimiento anual del 4%, basándose en las exportaciones y la inversión, ya que se estimaba una creciente demanda de nuestros productos y una tasa de interés internacional favorable, cuestiones que en el corto plazo chocaron con una realidad totalmente diferente. Téngase en cuenta que el plan económico fue “…elaborado por un equipo técnico de excelente nivel pero ajeno tanto al partido gobernante como a cualquiera de los grandes grupos de interés, el plan se sustentaba exclusivamente en el respaldo del gobierno, de incierto valor, y en su capacidad para suscitar apoyo en la sociedad…”6 A pesar de los pronósticos, el plan en sus comienzos resultó exitoso en relación a frenar la creciente y angustiante inflación, sin frenar la actividad económica y por consiguiente sin aumentar la desocupación. A demás lo que logró fue que, al no afectar a ningún sector en particular de la economía, posibilitó el respaldo de la sociedad toda. Esta característica de no perjudicar a los empresarios, le dio un respaldo al gobierno para poder ajustar sensiblemente a por ejemplo el sector de trabajadores estatales (a través del congelamiento de sus salarios) como así también a los privados. Este ajuste fiscal igual no hizo que los gastos del Estado se hayan reducido mucho pero el apoyo recibido por parte de los Estados Unidos como por las principales instituciones económicas internacionales, hizo que se considerada este plan como el Plan de Todos. La exitosa implementación de estas medidas junto con el resultado obtenido, trajo como consecuencia un apoyo al gobierno de Alfonsín en las elecciones de noviembre de 1985. Igualmente, el exitoso plan escondía insuficiencias estructurales, es decir, falta de metas de crecimiento y de reactivación a mediano y largo plazo. Esta sería su mayor debilidad, ya que se profundizaría en el futuro. Luego para complementar el plan anunciado se proyectó la realización de ciertas privatizaciones como las de SOMISA y de Fabricaciones Militares y, se habló de trasladar la Capital Federal a Viedma y de reducir también el empleo y el gasto público. Mas allá de lo anunciado junto con otras iniciativas, la ejecución de muchas de ellas fueron nulas, y otras apenas realizadas parcialmente, dejando constancia de que muchas habían quedado en un mero discurso popular. Ahora llegaba el turno de ver cómo se iba a descongelar la economía intentando no caer en los mismos problemas que padeció el país largamente. Todo lo que se intentó durante el año 1986, provocó rebrotes inflacionarios, por lo cual, “…el diagnóstico implicaba que el problema era mucho mas complejo que como había sido definido en 1983, y los recursos políticos con que contaba el gobierno a fines de 1986 eran menores que los de aquel momento…” 7 . La decisión política de los Estados Unidos de hacer caer los precios internacionales de los cereales, contribuyó a afectar los ingresos del Estado Nacional y el perjuicio al campo. Todo esto junto con las pujas corporativas, que influenciaban en los índices inflacionarios y la lucha de la CGT, por destrabar ese congelamiento de salarios privados como estatales, hizo rápidamente olvidar el pequeño éxito obtenido en los primeros meses del plan. Ante la nueva y repetitiva situación existente, el gobierno de Alfonsín, se apoyó en las viejas corporaciones que anteriormente acusaba, otorgándoles la conducción de empresas públicas, sentando así que había sido derrotado por ellas. A demás un importante sindicalista tomaba las riendas de uno de los más importantes cargos existentes, el Ministerio de Trabajo, estableciéndose una alianza con un sector del sindicalismo. Se cerraba así la etapa del predominio del interés público por sobre los intereses particulares de los distintos sectores de la sociedad. “…La incipiente tregua social tuvo como contrapartida el bloqueo que las distintas corporaciones impusieron a las medidas que los pudieran afectar…”8 . Igualmente debido a la alianza con un sector del sindicalismo se aprobó la Ley sindical y de convenciones colectivas lo que marcaría el fin del Plan Austral ya que éste se encargaba del control de precios y de salarios y esta Ley se contraponía con el accionar del plan. Ya hacia fines de 1987, las elecciones para la renovación parlamentaria le fue desfavorable al gobierno, ya que tras la rearticulación del peronismo y la crisis que se estaba viviendo, el peronismo se quedó con mayoría en la Cámara de Diputados y ganó en 17 de las 23 provincias, entre ellas la de Buenos Aires.
Tercera Etapa: Etapa marcada por la sublevación militar y el desenlace caótico del gobierno. La relación con los militares estaba lejos de recomponerse, ya que la situación de los oficiales seguía sin resolverse y porque los militares aprovecharían la debilidad del gobierno. Mediante los levantamientos intentaron posicionarse fijando posiciones, demandas y presiones sobre la conducción misma de la cuestión militar y ante las autoridades gubernamentales. El Teniente Coronel Aldo Rico huyó del cuartel en que estaba recluido y volvió a levantarse esta vez en Monte Caseros, en la provincia de Corrientes. Esta sublevación no tuvo la reacción de una movilización masiva de la sociedad como en el anterior levantamiento y a demás tampoco tuvo un apoyo importante de ciertos sectores de las fuerzas militares. Por lo tanto fue rápidamente sofocado y Aldo Rico encarcelado. Ya hacia fines del año 1988, una nueva sublevación de militares padeció este gobierno, de la mano del Coronel Seineldín. Éste militar encabezó un levantamiento demandando una amnistía y una reivindicación de la institución militar. Obviamente estas ideas eran compartidas por muchos militares, incluso de las otras fuerzas, pero el final fue parecido al que ocurrió en Semana Santa. Los militares carapintadas resultaron presos y la resolución del conflicto resultó incierta, pero lo que dejó mas claro este episodio es que la idea de reconciliar la sociedad con las fuerzas armadas resultó nula. No se puede pasar por alto un hecho que agravó la relación del radicalismo con las Fuerzas Armadas y es lo ocurrido en La Tablada en enero de 1989.Un grupo terrorista asaltó el cuartel de La Tablada en el Gran Buenos Aires diciendo que de esta forma estaban evitando un supuesto golpe militar. Planteada la situación el ejército aprovechó la ocasión para demostrar su fuerza y aplastar la revuelta y así dejar una imagen distinta y beneficiosa de su accionar y existencia.
La situación económica a pesar de que había pasado a un plano secundario por el levantamiento de Rico, no dejaba de ser preocupante. Hacia abril de ese mismo año, se suspendieron los pagos de los intereses de la deuda externa y eso sumado a las presiones de los organismos internacionales como así también a las presiones por la inflación presente en ese entonces, el Ministro Sourrouille acordó con el FMI, la Unión Industrial Argentina y la Cámara Argentina de Comercio el llamado Plan Primavera. Como en el anterior plan (Austral), el Primavera al principio pudo hacer disminuir la inflación y con la ayuda de los organismos internacionales a través de los préstamos poder seguir adelante con los pagos de los intereses de la deuda externa, a mediano plazo todo resultó ser una falacia. Ya hacia fin de 1988 el plan había perdido la confianza de actores internos y externos. Inflación, altas tasas de interés, disminución de la inversión y recesión, sólo podían desembocar en una crisis inimaginable, aún para la Argentina…” (8) CARLOS ACUÑA.
Cuando el FMI y el Banco Mundial se distanciaron del gobierno, dejándolo sólo, todo el gobierno de Alfonsín se derrumbó. Se anunció ya en febrero de 1989, una devaluación del austral y todo lo que siguió en adelante fue caos en la economía. Los precios de los productos se fueron a las nubes, como así también el valor del dólar que trepó a niveles nunca antes visto y las tasas de interés captando muchísimos capitales golondrinas. La situación había dejado aislado al gobierno incluso del candidato oficialista, y por consiguiente la ciudadanía apoyó en las elecciones siguientes al candidato peronista Carlos Saúl Menem.
Muchos hablaron de “golpe de mercado” ya que los precios al consumidor treparon al 2300% en tan solo 6 meses. Además se vivieron días de máxima tensión ya que se produjeron saqueos en forma masiva a los negocios, supermercados, por parte supuestamente de los sectores más carenciados de la sociedad. Y a demás la población de zonas humildes se armaron con el fin de preservar su propiedad amenazada supuestamente por personas aún más carenciadas. Todo esto dejó por sentado el gran descontento popular con la política económica del gobierno radical y al presidente Raúl Alfonsín no le quedó otra opción que entregar el poder anticipadamente al sucesor de él, el Dr. Carlos Saúl Menem.
*Gobierno de Sarney
-Aspectos centrales: El presidente Sarney había alcanzado la presidencia de la Nación Brasileña en base a una coalición de la Alianza Democrática siendo el primer presidente civil desde el año 1964. Igualmente hay que dejar asentado que el verdadero héroe de la Nueva República fue Tancredo Neves, el elegido para ocupar ese cargo, que sino hubiese muerto, él hubiese sido el responsable de conducir los destinos de ese país en esa época tan importante. De lo dicho anteriormente se desprende que Sarney ya no contaba con una fuerte legitimidad al ocupar ese cargo y que por consiguiente para no despertar aún más temores y dudas sólo se limitaría al legado de Neves. La transición hacia la Nueva Democracia estaría garantizada y se llevaría a cabo más allá que su figura (Sarney) estaba ligada a los militares, siendo un colaborador cercano de ellos.
Sarney envió al Congreso un proyecto de reforma constitucional en lo referido a la elección directa del presidente y los intendentes urbanos, la posibilidad a aquellos analfabetos en edad de votar y la flexibilización para registrar nuevos partidos políticos. Dejó que la Asamblea Constituyente estableciera la fecha de elección directa presidencial pero igualmente no se consideró un presidente provisional considerando su mandato como de 4 años. La legislatura aprobó su plan y el propio Sarney nombró a un grupo de notables que trabajarían en la redacción de un anteproyecto que serviría para la Asamblea Constituyente.
La situación económica de Brasil no era nada buena, una inflación del orden del 10% mensual, una desvalorización constante de su moneda, un altísimo analfabetismo propio de un país subdesarrollado, gran miseria y desempleo como así también un deuda externa solamente superada por los Estados Unidos de América. Sin embargo hay que tener presente que potencialmente Brasil era y es uno de los mejores países del mundo, ya sea por la gran cantidad de habitantes que posee, como así también la gran cantidad de recursos naturales, una clase media e industrial muy grande, y un potencial de crecimiento futuro envidiable. A pesar de algunos índices micro y macro económicos malos se puede decir que su PBI había crecido en el año 1984 a razón de 4,5% y su balanza comercial era superavitaria.
La Democracia no solo debía ajustar aspectos relacionados con la sociedad sino que también debía solucionar aspectos económicos centrales. Por lo tanto ya en mayo de 1985 Sarney lanzó un plan con varias medidas económicas orientadas principalmente a las clases mas marginales de la población, entre las cuales se pueden citar: subsidio de alimentos, apertura de comedores escolares, entrega de semillas a los campesinos rurales, lanzamiento de viviendas sociales y la promesa de que el salario estaría por arriba de la inflación existente. Además estableció una reforma agraria muy importante ya que repartió unas 40 millones de hectáreas de terreno cultivable entre los campesinos.
En relación a las Fuerzas Armadas del país, llevó adelante el compromiso que les había prometido su antecesor Tancredo Neves, de que no serían perseguidos judicialmente, por consiguiente, Sarney posibilitó que las violaciones de Derechos Humanos en este país quedaran impunes. Se les otorgó un a amnistía a aquellos que habían sido parte pero no se les permitió volver al servicio activo.
La economía del país se descarrilaba y la falta de sustento político del presidente debido a una alianza que no le permitía llevar adelante todo lo que pretendía lo obligo a cambiar a gran parte de su gabinete y lanzar con todo, su próximo plan económico denominado Plan Cruzado.
-Desarrollo: Este plan tenía como objetivo por supuesto reducir la inflación del 250% interanual a cero a través de la sustitución del cruceiro por una nueva moneda llamada obviamente cruzado junto con el congelamiento de salarios de los precios de las mercaderías por un año. La moneda fue devaluada y se aplicaría un aumento en el salario congelado siempre y cuando la inflación llegara al 20% de inflación mensual o lo superase.”… El Plan Cruzado, como no podía ser de otra manera dada su naturaleza puramente intervencionista, tuvo unos efectos positivos inmediatos y a corto plazo. Aunque el bloqueo de los salarios provocó las protestas de los sindicatos, el conjunto de la población se sintió aliviada e incluso se lanzó a consumir con voracidad, ahora que los precios les resultaban asequibles. La tasa de inflación mensual se redujo a casi cero y el crecimiento rebotó hacia arriba por el tirón de la demanda interna. La popularidad de Sarney se disparó en consonancia…” 10 . El plan económico tuvo como en el caso argentino (Plan Austral) en sus comienzos un éxito rotundo, ya que no solo la demanda de la población había crecido mucha sino que la lucha encarnada con la inflación ya había dado sus frutos, estableciéndose en casi 0%, dándole al presidente un respaldo tal como no la había tenido hasta entonces. Incluso hay que recordar que la euforia presente en ese particular momento del país hizo que surgieran los llamados “fiscalizadores de Sarney” como se los llamaba a aquellas personas que controlaban y denunciaban a aquellos comercios que aumentaban los precios de los productos congelados. Igualmente toda esta euforia terminó por caer ya solamente a los 4 meses de lanzado este plan ya que la oferta no pudo seguir el ritmo de una demanda creciente junto con una caída en la cosecha de café y un desabastecimiento de muchos productos por causa de descontento de los productores por los precios congelados. A lo dicho anteriormente le siguió una violenta ola de asaltos a los comercios y a los productores por ser, éstos, especuladores, por lo tanto al gobierno no le quedó otra opción que utilizar dinero para la importación de alimentos para contrarrestar el desabastecimiento existente. A pesar de los problemas que empezaron a surgir, el clima en contra del gobierno no era generalizado ya que en las elecciones que se sucedieron Sarney logró afianzarse aún más. Con el resultado a su favor, se aprovechó esta situación para liberalizar los precios de los productos pero no los de los salarios, dan así al nacimiento del Plan Cruzado II. La manipulación de los índices de precios al consumidor por parte del gobierno enmascaraba la realidad de una inflación mucho mayor con el fin de no incrementar los salarios de los trabajadores. A esta altura la fuerza de los sindicatos y de los partidos políticos de las clases trabajadoras se hacía notar. Los años que le siguieron al gobierno de Sarney no fueron para nada buenos en relación a la economía y ya en 1987 lanzó una moratoria de pagos a los acreedores externos por tiempo indefinido hasta que se renegocien otra vez los pagos a ellos. Junto con esta moratoria se pasó a gastar solo lo que se tenía y se evitó la emisión de moneda porque era la causante de mucha liquidez en el circulante de la población con la consecuencia de una inflación en aumento. Estos malos resultados provocaron la salida de los ministros de Planificación y de Finanzas y ya con el nuevo titular de la cartera económica se volvió al congelamiento de precios y salarios por 90 días y una nueva devaluación del 11% de la moneda en curso legal del país. Consecuencias importantes tuvieron estas medidas en la población ya que se produjeron reales motines del hambre debido al marcado deterioro de las condiciones de vida de la sociedad y una movilización masiva de la población llevada adelante por el Partido de los Trabajadores de Lula da Silva. A esta realidad se le sumó la suspensión también de los pagos con la banca pública internacional a lo que más tarde se le agregó la salida de “nuevo” ministro de economía. …” Así, el 5 de octubre de 1988, tras año y medio de trabajos de la Asamblea Constituyente, fue promulgado la Carta Magna que reemplazó el texto impuesto por los militares en 1967. Considerada ampliamente progresista, la nueva ley suprema consagraba el derecho de huelga incluso en las empresas estatales de servicios, el derecho de sindicación de los funcionarios, la objeción de conciencia por motivos religiosos, filosóficos o políticos, la nacionalización del subsuelo, la jornada laboral de 44 horas, el seguro de desempleo y la penalización de la discriminación racial. Las Fuerzas Armadas quedaban sometidas a la potestad de los tres poderes constitucionales. En cuanto al mandato presidencial, quedaba reducido a cinco años no renovables, cláusula que afectaba también a Sarney, quien acogió con reparos la naturaleza presidencialista, no parlamentaria, decidida para el sistema de gobierno republicano, si bien tanto el sistema de gobierno como la forma del mismo (república o monarquía) eran dos cuestiones sobre las que los brasileños tendrían que pronunciarse en plebiscito en 1993…”11 .La población percibía un fracaso de la gestión de Sarney tanto en lo económico como en lo social y lo único que esperanzaba a la sociedad en su conjunto era la esperada elección presidencial en el corto plazo. Igualmente Sarney no bajó los brazos en su lucha por contener la inflación creciente y lanzó junto con su nuevo ministro de Hacienda el nuevo plan llamado “Plan Verano” donde establecía nuevamente una devaluación de la moneda brasileña, despido masivo de 200.000 funcionarios públicos y congelamiento nuevamente de precios. Misma suerte que los anteriores planes tuvo éste, ya que la inflación estructural no se podía contener como así también el aumento de la deuda externa.
La situación era alarmante y llegada la elección presidencial la consecuencia de un mal manejo de la economía por parte de esta coalición trajo como resultante una pésima cosecha de votos, saliendo victorioso el partido “inventado” de derecha de Collor de Mello y en segundo lugar el de Lula da Silva, siendo éste de izquierda.
*Sarney y la Democracia:
“....La construcción de la Democracia no es una resultante natural del fin del autoritarismo…” (11). No es sencilla la consolidación de ella ya que es muy pesado lo que dejó el régimen autoritario y a demás las fuerzas políticas tienen mucho para hacer. “…En primer lugar, debido a que el proceso de creación de instituciones siempre expresa el conflicto - la disputa entre concepciones distintas del mundo y de la existencia social -, que caracteriza a las sociedades modernas, las instituciones son el fruto de la pugna entre las diferentes concepciones que existen sobre cómo debe procesarse ese conflicto. Por otra parte, las instituciones no son simples creaciones de los hombres; una vez instaladas, ejercen una enorme influencia sobre ellos, sobre la orientación de su acción y sobre su capacidad para encontrar soluciones a los problemas públicos más importantes…” 12 . Téngase en cuenta que a medida que el proceso de democratización avanza, el problema de las instituciones mas adecuadas es vital para la consolidación de la Democracia. Además las sociedades no son las mismas que fueron, por eso a la hora del cambio de régimen por otro se hace difícil la consolidación. La reforma de la Constitución durante el gobierno de Sarney ha aportado algunos avances democráticos importantes en base a los derechos individuales, colectivos, en lo que respecta a la ciudadanía y al trabajo y en la relación entre el legislativo y el ejecutivo. A pesar de lo dicho anteriormente, a lo que se puede agregar mas aportes que otorgó la reforma, no deja de parecer insuficiente para la sociedad debido a la gran cantidad de demandas y aspiraciones que tenían puestas en la vuelta de la Democracia. La nueva Constitución a pesar de su carácter conservador, dejaba sentado la cantidad de duración de los mandatos y la fecha de las elecciones y a demás establecía la posibilidad institucional de una alternancia efectiva del poder, cuestión más que importante para la consolidación de la Democracia. La puesta en marcha de la Constitución estaría marcando el pase de un gobierno de transición democrática a uno en pos de la consolidación de ella. Igualmente cabe aclarar que la línea que separa el fin de la transición e inicio de un camino a la consolidación es muy delgada ya que era necesario realizar muchísimos mas cambios para que haya terminado ese período tan añorado.
Requisitos necesarios para llevar adelante el proceso de democratización de un país:
a) La remoción de los residuos del autoritarismo; b) el comienzo de la vigencia legal de los derechos políticos; y c) el establecimiento de normas mínimas, aceptadas por la mayoría, para garantizar la amplia participación de la ciudadanía en los procesos destinados a formar gobiernos.
“…Llegamos a algo que caracteriza la emergencia de un nuevo régimen en el proceso de transición política. Es cierto que ese proceso solamente va a concluir con la vigencia plena de los principios establecidos por la nueva Constitución, especialmente cuando un nuevo gobierno viene a ocupar el mando del país legítimamente. El hecho de que esa posibilidad esté dada, de ahora en adelante, marca el comienzo del proceso de consolidación democrática en Brasil….”13
La transición siempre está marcada por ser un período de incertidumbre, inseguridad y de contradicciones que hacen mas difícil el accionar de los funcionarios a cargo de llevar adelante las reformas esperadas por la sociedad. A ésta situación si se le agrega el mal desempeño crónico en llevar adelante las demandas de la sociedad, se puede producir efectos desestabilizadores de gran magnitud, ya sea en la sustitución del gobierno en cuestión u ocasionado el colapso del orden democrático. El Brasil de esta época, padeció estos síntomas (el mal desempeño de sus funcionarios) y por consiguiente la calidad democrática resultó ser baja ya que se tenía que recurrir siempre a resolver lo urgente, dejando de lado los elementos necesarios para ir consolidando cada vez más un Estado Democrático.
*Alfonsín y la Democracia:
La Democracia fue ante todo una ilusión para todos los argentinos. Algo parecido a “…la tierra prometida y alcanzada sin esfuerzo por una sociedad que, poco antes adhería a los términos y opciones planteados por los militares,” 14 La derrota tanto en lo militar como en lo económico contribuía aún más a ese deseo por parte de la sociedad de alcanzar la tan ansiada Democracia. Era lo que hacía falta para poder cumplir con todos los sueños que no se pudieron realizar en el período de los militares. Luego de muchos años de censura, represión y falta de derechos individuales y colectivos, la sociedad se despertaba y encontraba muchas voces que antes callaban y otras como la de las organizaciones de Derechos Humanos que siempre estuvieron vigentes.
La sociedad argentina presentaba ciertas características, desde hace algunas décadas, de pretorianismo y de un excesivo individualismo que imposibilitaba el surgimiento de responsabilidad común, contribuyendo así a la formación de una sociedad que se bloqueaba a si misma. “..La nación y cada uno de los individuos que la integran no deberían esperar de sí mismos ni de la comunidad nacional algo extraordinario y único, cosa que sólo conduciría a nuevas frustraciones y también privaría a cualquier gobierno de un necesario anticipo de legitimación. El país debería volver a encontrar la capacidad de verse y discutirse a sí mismo a la luz de experiencias políticas, económicas y culturales corrientes…” 15 . La consolidación de la Democracia requiere la renovación de personas y de ideas y es mucho más fácil decir qué debería ser cambiado que decir cómo esto puede ser llevado a cabo. La Democracia está mucho más ligada que cualquier otra forma de Estado al prestigio con que cuentan los aparatos del mismo y las personas responsables. En el gobierno de Alfonsín es evidente lo débil que resultó su gobierno en relación a las instituciones y no así tanto el prestigio de su persona que sí fue poco cuestionable.
Alfonsín llevó desde temprano la bandera de la Democracia y la combinó con un conjunto de propuestas de modernización de la sociedad y el Estado, una reivindicación de los aspectos éticos de la política y un discurso ganador, muy distinto al radical, que atrajeron a una masa de afiliados y simpatizantes a su partido. Pero la dificultad para poder satisfacer las demandas de la población minaría la posibilidad de una consolidación efectiva de la Democracia durante todo su gobierno. Dicho esto se puede dejar asentado que presentaba los mismos problemas que Brasil a la hora de intentar una consolidación fuerte de la Democracia.
*Conclusiones:
El estudio de los gobiernos de Alfonsín en Argentina y de Sarney en Brasil posibilitó el entendimiento del difícil camino que tuvieron que transitar esos países para la redemocratización. Es decir, ambos gobiernos reflejaron la dificultad que tuvieron estos países para dar vuelta la página negra que se había establecido por mucho tiempo y que parecía eternizarse en la historia.
Téngase en cuenta que hubo numerosos problemas económicos durante las dictaduras y que justamente éstos fueron heredados a los gobiernos democráticos entrantes. A su vez se debe tener presente que tantos años de regimenes militares ocasionó una atraso excepcional en lo referido a las instituciones y a las sociedades. No se puede hablar solamente de problemas económicos sino que hubieron grandes crisis que hacían peligrar inclusive más allá del gobierno, el propio orden democrático. Esto se ve muy claro en el caso de Argentina ya que a diferencia de Brasil, la salida del régimen militar no fue negociada, pactada como en el país hermano. El gran distanciamiento entre la sociedad y los militares fue muy notorio. Es que el perseguimiento del gobierno de Alfonsín a los militares jugaba en contra del supuesto intento del presidente de conciliar a las distintas partes. Las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida intentaron justamente calmar los reclamos de los militares pero la justicia no paraba de citarlos y la disociación entre ellos era cada vez peor. A pesar de que los levantamientos de “Semana Santa”, el que se produjo en Monte Caseros y la sublevación de Seineldín, no intentaron un quiebre del orden constitucional, la amenaza de ello estaba muy latente. Sólo el levantamiento que se produjo en La Tablada parecía que había tenido ese objetivo, igualmente en todos los levantamientos había una clara demostración del descontento generalizado de los militares para con el gobierno democrático. El caso de Brasil fue distinto ya que en los últimos años de la dictadura militar, el sector de los “blandos” ya se imponía e implementaba algunos claros signos de acercamiento a la oposición como así también a la Iglesia Católica. La redemocratización en el Brasil ya se estaba gestando desde el gobierno del General Ernesto Geisel, que asumió en el año 1974 y una vez dejado el poder, Geisel había logrado allanar el camino hacia la transición democrática. El que pasó a ocupar el más importante cargo en el país fue, Batista Figueiredo. Este sucesor de Geisel, continuó con la política de disminución del autoritarismo y a demás a través del Congreso se sancionó una ley de amnistía en relación a todos los crímenes políticos cometidos tanto por el gobierno como por la oposición. Acá se ve una clara diferencia entre ambos países y su relación con las Fuerzas Armadas. Téngase en cuenta que a pesar que en Brasil la relación con ellas fue muchísimo mejor, no implica que Brasil haya tenido una redemocratización mucho mas fácil que en la Argentina.
Argentina no sólo tuvo crisis económicas muy importantes y problemas con las Fuerzas Armadas sino que también el choque casi permanente con el sindicalismo, minaba toda posibilidad de poder construir las bases necesarias para una redemocratización exitosa. Una vez que el partido peronista se reorganizó tras la “renovación” éste empezó a jugar un papel, junto con el sindicalismo, totalmente confrontativo con el gobierno de Alfonsín, imposibilitando a éste ejercer un gobierno eficiente para saldar las deudas pendientes de la sociedad.
“…El gobierno radical consideraba prioritario no crear divisiones en el campo de la civilidad, que constituía su gran apoyo, y evitar al conjunto de la población los costos de una reforma profunda, cuya necesidad, por otra parte, no parecía evidente, sobre todo si alguno de los rumbos elegidos chocaba con tradiciones sólidamente arraigadas acerca de los deberes y funciones del Estado. Por otra parte, si esas reformas habrían de tener un sentido democrático, equitativo y justo, sólo serían viables con un poder estatal fuerte y sólidamente respaldado…”16
Como se dijo anteriormente el estudio de los gobiernos de Alfonsín en Argentina y de Sarney en Brasil posibilitó el entendimiento del difícil camino que tuvieron que transitar esos países para la redemocratización, con el agregado que mas allá que no hubiesen tenido problemas tanto económicos como militares, etcétera éstos gobiernos nacieron para ser lo que fueron: gobiernos de transición y no de consolidación de la Democracia, porque la herencia recibida después de muchos años de dictadura no estaba solamente relacionada con la economía sino con las estructuras del Estado y con una sociedad muy desorganizada y atrasada.
Por consiguiente se quiere dejar asentado que los problemas económicos y las consecuencias que se derivaron de ellos, sí perjudicó una pronta y exitosa redemocratización de ambos países pero no fueron las únicas variables ya que las consecuencias de muchos años de dictadura militar también contribuyeron a que este proceso sea lento y doloroso. En conclusión sería necesaria una reformulación de la hipótesis establecida en la introducción, en la que tendría lugar también la herencia recibida por parte de los regímenes militares.
Citas:
1 Gaggero, Horacio; Iriarte Alicia; Zoitberg, Humberto,(2000) “Argentina, 15 años después: de la transición a la Democracia al menemismo”1982-1997.(Pág. 34)
2 Romero, Luís Alberto, (2001)”Breve historia contemporánea de la Argentina” (Págs.322).
3 Lanata, Jorge; (2003) “Argentinos” tomo 2, Siglo xx: Desde Irigoyen hasta la caída de De La Rúa. (Pág. 541)
4 Romero, Luís Alberto, (2001)”Breve historia contemporánea de la Argentina” (Págs.322).
5 Morales Solá, Joaquín, Planeta, (1990) “Asalto a la ilusión”
6 Romero, Luís Alberto, (2001)”Breve historia contemporánea de la Argentina” (Págs.322).
7 Acuña, Carlos H,”Política y Economía en la Argentina de los 90” Cedes- Centro Norte Sur, Universidad de Miami, Bs. As. 1993.
8 Ídem anterior.
9 Véase en// "http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Sarney"
10 Ídem anterior.
11 Moisés, José Álvaro, (1990) artículo publicado en la revista “Nueva sociedad” Número 105.
12 Ídem anterior.
13 Ídem anterior.
14 Romero, Luís Alberto, (2001)”Breve historia contemporánea de la Argentina” (Págs.322).
15 Garzón Valdés, Ernesto; Mols, Manfred; Spitta, Arnold. (1988)”La nueva Democracia Argentina”
16 Romero, Luís Alberto, (2001)”Breve historia contemporánea de la Argentina” (Págs.322).
* Facultad de Cs. Sociales. Universidad de Buenos Aires.
Bibliografía:
Libros:
-Landi, Oscar, (1985)“El discurso sobre lo posible: La Democracia y el realismo político” (Págs.33).
-Romero, Luís Alberto, (2001)”Breve historia contemporánea de la Argentina” (Págs.322).
-Gaggero, Horacio; Iriarte Alicia; Zoitberg, Humberto, (2000) “Argentina, 15 años después: de la transición a la Democracia al menemismo”1982-1997.
-Garzón Valdés, Ernesto; Mols, Manfred; Spitta, Arnold. (1988)”La nueva Democracia Argentina”
-Majul, Luís, “Por Qué cayó Alfonsín: El nuevo terrorismo económico: los personajes, las conexiones, las claves secretas.
-Lanata, Jorge; (2003) “Argentinos” tomo 2, Siglo xx: Desde Irigoyen hasta la caída de De La Rúa.
-Morales Solá, Joaquín, Planeta, (1990) “Asalto a la ilusión”
-Acuña, Carlos H,”Política y Economía en la Argentina de los 90” Cedes- Centro Norte Sur, Universidad de Miami, Bs. As. 1993.
- Hensbroek, Nienke, “Avances económicos lentos” universidad de Groningem
Artículos:
- Moisés, José Álvaro, (1990) artículo publicado en la revista “Nueva sociedad” Número 105.
Páginas en Internet:
"http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Sarney"
“http://www.jstor.org/stable/165746
“http://www.jstor.org/stable/645410
“http://www.jstor.org/stable/2503283
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