UN MODELO DE
PARTICIPACIÓN POPULAR: REFLEXIONES SOBRE EL DESARROLLO COMO LIBERTAD: UN
ESTUDIO DE CASO EN BOLIVIA.
A MODEL OF POPULAR
PARTICIPATION: REFLECTIONS ON DEVELOPMENT AS FREEDOM: A CASE STUDY IN BOLIVIA.
RESUMEN
Según el economista y
filósofo indio Amartya Sen, las libertades humanas son a la vez medios y fines
para el desarrollo de las naciones. Una de las libertades más importantes en
este sentido es la de la participación popular en las asociaciones
público-privadas, PPPs, que mejora la eficacia de estos proyectos. Ofreciendo
una nueva perspectiva a la literatura existente, y basándose en el enfoque del
desarrollo como libertad, este artículo presenta un modelo teórico de
gobernanza pública con el sector privado y la sociedad, que puede aplicarse en
una política de participación popular. Este modelo demuestra que compartir el
conocimiento y las soluciones con la sociedad, tras el desarrollo de la
inteligencia cultural, tiene el potencial de proporcionar legitimidad y mejorar
la calidad de la participación popular.. El estudio concluye que la integración
de las prácticas de gestión del conocimiento y de la inteligencia organizativa,
con atención a la importancia de la inteligencia cultural, es la mejor manera
de compartir y aplicar el conocimiento colectivo y aumentar así la efectividad
de las PPPs.
PALABRAS CLAVE: gestión del
conocimiento, gobernanza compartid, inteligência organizacional, participación
popular,
PPPs.
ABSTRACT
According to the Indian
economist and philosopher Amartya Sen, human freedoms are both means and ends
for the development of nations. One of the most important freedoms in this
regard is that of popular participation in public-private partnerships, PPPs,
which improves the effectiveness of these projects. Offering a new perspective
to the existing literature, and based on the approach of development as
freedom, this paper presents a theoretical model of public governance with the private
sector and society, which could be applied in a policy of popular
participation. This model demonstrates that sharing knowledge and solutions
with society, following the development of cultural intelligence, has the
potential to provide legitimacy and improve the quality of popular
participation. The study concludes that the integration of knowledge management
practices and organizational intelligence, with attention to the importance of
cultural intelligence, is the best way to share and apply collective knowledge
and thus increase the effectiveness of PPPs.
KEY WORDS: knowledge
management, shared governance, organizational intelligence, popular
participation, PPPs.
INTRODUCCIÓN
Este texto tiene como
objetivo presentar un modelo teórico para dilucidar las relaciones entre las
prácticas de gestión del conocimiento y la inteligencia organizacional,
iniciativas para incluir temas de ética y moral desde la educación escolar y la
calidad de la participación popular en las alianzas público-privadas en una
perspectiva de largo plazo. Se pretende que este modelo, aquí denominado Modelo
de Participación Popular y Efectividad de las APP (MPEPS), sirva de punto de
partida para otros trabajos, de carácter aplicado y empírico, que diseñen
políticas de participación popular en Bolivia.
El marco teórico general
viene dado por el enfoque del desarrollo como libertad, defendido por el
economista y filósofo indio Amartya Sen. Según él, las libertades humanas son,
al mismo tiempo, medios y fines para el desarrollo de las naciones. Una de las
libertades más importantes en este sentido es la participación popular en la
acción gubernamental, que puede ser un instrumento para mejorar la eficacia de
los programas y proyectos público-privados. La idea general es que las libertades
democráticas, que incluyen acuerdos institucionales para la participación
popular y la transparencia en los asuntos gubernamentales, funcionan como un
mecanismo de incentivo para que los gobiernos creen proyectos más eficaces con
el sector privado, y al mismo tiempo comparten esta responsabilidad con la
sociedad civil. Además, el enfoque de Sen también aporta elementos teóricos
para pensar sobre el papel de la participación popular en los procesos de
reforma y desarrollo institucional. Todos estos elementos están incorporados en
MPEPS.
Este artículo está
estructurado de la siguiente manera. Además de esta introducción y
conclusiones, la sección 1 analiza las relaciones teóricas entre desarrollo
como libertad, educación y ciudadanía. La Sección 2 presenta una historia de la
participación y el control social y los temas de la democracia representativa,
participativa y deliberativa a la luz de los nuevos modelos de Gestión Pública
– NGP (actual) y el modelo de Nuevo Servicio Público – NSP (propuesto). La Sección
3 explica la integración de los conceptos y prácticas de Gestión del
Conocimiento y la Inteligencia Organizacional. La Sección 4 presenta el tema de
la Inteligencia Cultural como una herramienta para mejorar la calidad de la
participación y el control social. La sección 5 habla sobre el control social y
la participación en las APP utilizando prácticas de GC e IO, además de la
inteligencia cultural, llegando a la conclusión de que la educación
–especialmente en cuestiones éticas y morales– puede hacer una contribución
importante a esta relación entre el gobierno y el sector privado. . La sección
6 presenta el modelo MPEPS, combinando los diversos elementos teóricos
recogidos a lo largo de las secciones anteriores.
1. LA
RELACIÓN ENTRE EL DESARROLLO COMO LIBERTAD, EDUCACIÓN Y CIUDADANÍA
La visión del
desarrollo de Amartya Sen (2010) se denomina “enfoque de desarrollo como
libertad” o “enfoque de capacidades”. Para este autor, el desarrollo está
vinculado a la ampliación de las capacidades y libertades humanas, en un
proceso en el que se amplían las opciones personales para vivir la vida en
plenitud. Esto implica que una buena acción pública no sólo distribuye bienes a
receptores pasivos, sino que también amplía las opciones de las personas y
promueve sus capacidades, incluida la capacidad de elegir.
Andrade et.
al (2016) sostienen que el crecimiento económico debe ir acompañado de
instrumentos que permitan el avance de las capacidades de la población, a
través de herramientas distributivas.
A su vez, la
educación permite al individuo ampliar sus horizontes cognitivos, tener acceso
a información, conocimientos y sabiduría importantes, comprender mejor el mundo
y a sí mismo y posicionarse frente a los problemas de la vida mejor preparados
para resolverlos. Según Sen (2000), la educación aparece como una libertad
instrumental para el desarrollo. La educación es tan importante que se puede
decir que estar bien educado es un fin en sí mismo, dada la inseparabilidad
práctica entre estar bien educado y ser libre. De ahí que la privación de la
libertad de educación sea tan grave para el desarrollo de un pueblo, mereciendo
los mayores y mejores esfuerzos de la sociedad para remediar esta privación.
Corresponderá
al trabajo empírico mostrar la existencia y magnitud del efecto de la falta de
educación de los bolivianos, en general, sobre la participación social. Sin
embargo, desde un punto de vista teórico, es posible demostrar que la libertad
política, tan duramente conquistada en Bolivia, sólo dará buenos resultados en
términos de participación popular, cuando haya acceso generalizado a una
educación de calidad y libertad de expresión en los diálogos entre gobierno,
sector privado y sociedad.
Un sistema
educativo de calidad y equilibrado en sus segmentos científico y humanístico es
fundamental para promover la condición de agencia, como lo menciona Sen (2000):
es esencial que las personas tengan el poder de actuar como ciudadanos. Un
Estado que toma todas las decisiones en nombre del ciudadano, sin dejarle
elección, también limita la responsabilidad personal. Ahora bien, esta
situación sería un obstáculo evidente para el desarrollo como libertad. Una
alternativa razonable es la defensa de un Estado que brinde más oportunidades a
las personas de elegir, para que puedan ejercer su responsabilidad (ídem,
ibidem, p. 284). Por lo tanto, el enfoque de Amartya Sen sobre el desarrollo
como libertad puede articular coherentemente los temas de educación, ciudadanía
y participación social.
Sin embargo,
no debemos considerar el desarrollo de la ciudadanía como un proceso
históricamente lineal, ni acumulativo, ni responsabilidad exclusiva de la
escuela. Esto se debe a que la formación de ciudadanía está atravesada por
disputas tanto desde el punto de vista material como inmaterial, en avances y
retrocesos históricamente situados y en significados individuales y colectivos.
Por tanto, el
desarrollo de la ciudadanía en Bolivia es más una cuestión de práctica que de
teoría; Más arte que ciencia. Por encima de todo, se trata de un largo proceso
histórico de empoderamiento de las masas, al que contribuyen tanto las
capacidades “senianas” de los individuos –con énfasis en sus libertades
instrumentales (económicas, sociales, políticas, de transparencia y seguridad)–
como los acuerdos institucionales que canalizan voluntad popular en acción del
poder público.
Para Carvalho
(2015), en general, el proceso de ciudadanía comienza con la adquisición de
derechos civiles. El individuo en posesión de sus derechos civiles tiene
libertad para pensar, actuar y expresar sus opiniones y elecciones, con esto el
individuo comienza a ejercer sus derechos políticos y participar en las
decisiones que impactan su vida y la sociedad y, finalmente, la participación
política lo hace posible. Reivindicar derechos sociales, con el fin de mejorar
la calidad de vida del individuo y de la comunidad en la que se inserta.
Este artículo
sostiene que el desarrollo de la ciudadanía, como proceso de maduración
democrática popular concurrente con el desarrollo de las capacidades de las
personas y la consolidación de mecanismos institucionales de gobernanza
efectivos, es una condición necesaria pero no suficiente para una participación
popular de calidad. Sin embargo, antes de presentar el modelo que busca
establecer estas relaciones, es necesario revisar cómo se produce la creación y
aplicación de conocimiento relevante, específicamente en las APP - alianzas
público-privadas, a través de las prácticas de Gestión del Conocimiento y de
Inteligencia Organizacional. Esto
se hará en las siguientes secciones.
2.
DEMOCRACIAS REPRESENTATIVAS, PARTICIPATIVAS Y DELIBERATIVAS: UNA COMPARACIÓN
ENTRE EL NSP Y EL NGP
Bobbio (1987)
afirma que cualquier proyecto de democracia debe basarse en tres pilares
fundamentales: participación popular, control social y libertad de disidencia,
aspectos ausentes en la democracia representativa y presentes en la democracia
participativa.
La democracia
participativa y el sistema descentralizado se construyeron para permitir la
construcción de espacios de negociación, la construcción de consensos y
disensos, el reparto de poder y la corresponsabilidad entre el gobierno y la
sociedad civil.
Veremos más
adelante que esto no es así en la práctica, no sólo por la cuestión del acceso
(cultural), sino también por la cuestión de la calidad de la discusión (Gestión
del Conocimiento e Inteligencia Cultural) y su análisis e interpretación (
Inteligencia organizacional).
A partir de
los años 90, según Dagnino, Olivera y Panfichi (2006), la participación dejó de
tener un carácter voluntarista y filantrópico, ligado a valores morales y
desconectado del sentido colectivo de la política, como proclamaban los
programas neoliberales que se difundían. en toda América Latina en esa década,
a asumir un carácter estratégico de construcción colectiva de alternativas y
control social.
Para Claro y
Júnior (2015), las clases populares y los grupos sociales oprimidos,
debilitados y marginados están hoy promoviendo en muchas partes del mundo
formas de democracia participativa –una forma de democracia de alta intensidad–
que se basan en una participación activa y constantemente renovada. ..
poblaciones y a través del cual buscan resistir las desigualdades sociales, el
colonialismo, el sexismo, el racismo y la destrucción ambiental.
Silva (2018)
explica que este tipo de situaciones pueden implicar una dificultad real para
conciliar representación y representatividad. En este caso, como destacó
Almeida (2014), el desafío radica precisamente en cómo “mantener vivo el deseo
de los ciudadanos de participar en este proceso”, ya que no existe confianza ni
en la democracia representativa ni en la participativa, dado el problema de
acceso y influencia en la democracia deliberativa, no sólo causada por el
modelo de administración actual (la Nueva Gestión Pública – NGP), sino también
por la falta de calidad de esta participación, que parece más bien una
avalancha de información repetitiva sin aplicación práctica (propuestas) .
Para la
mayoría de los investigadores, el problema de implementar la participación y el
control social es político y tiene raíces culturales.
Cada vez más
se crean canales de participación para intentar insertarse en un sistema
democrático de baja intensidad, marcado por “una isla de relaciones
democráticas en un archipiélago de despotismos (económicos, sociales, raciales,
sexuales, religiosos) que controlan efectivamente las vidas de los ciudadanos”.
y de las comunidades” (Santos, 2016). En este sentido, sería muy ingenuo
suponer que serían inmunes a todas las relaciones de dominación nocivas y
autoritarias históricamente consolidadas en la sociedad (tradición patrimonial
y oligárquica), que al mismo tiempo genera y alimenta una estructura de poder
extremadamente desigual. acceso a instrumentos institucionales de decisión
(Pinto, 2002; Young, 2006; Lavalle, Houtzager y Castello, 2006; Coelho, 2007;
Vaz, 2011).
Gran parte de
la literatura sobre participación y control social culpa a la microcultura de
mantener el poder y el conocimiento en la cima, que se transfiere del nivel
macro (alta administración federal) al nivel micro (diversos mecanismos de
participación popular), sin considerando la falta de madurez intelectual y
cultural y el uso de prácticas de gestión modernas para crear, analizar,
interpretar y aplicar conocimientos relevantes dentro de grupos (que llamaremos
comunidades de práctica) antes de presentarlos a nivel administrativo y
gubernamental.
Evidentemente
hay que considerar las dificultades más conocidas para acceder y aplicar los
resultados de la participación y el control social, pero no sólo ésta: la
compatibilidad entre participación y deliberación marcada fundamentalmente por
la desigualdad en el acceso a la toma de decisiones y en el control de las
decisiones políticas. -makers-, al fin y al cabo parece más pertinente cambiar
los problemas técnicos vinculados al conocimiento de los participantes que los
vinculados a la cultura, a pesar del fuerte impacto que la cultura tiene sobre
la importancia del conocimiento y la inteligencia (aplicación del conocimiento).
También es
importante saber qué políticas y prácticas son necesarias para llevar a cabo
este proceso de refinamiento cultural, advirtiendo que cuando un estilo
cultural es completamente percibido y realizado, a partir de acontecimientos
muy fuertes, en una cultura específica hay una fatiga inevitable y el declive.
de esta cultura (Kroeber, 1949) y luego la oportunidad de cambiar la cultura
nacional (Angelis, 2018).
Entre los
factores que dificultan la creación y aplicación de conocimientos relevantes dentro
de los mecanismos de participación y control social, Fonseca (2011) citó: i)
limitaciones en cuanto al dominio de conocimientos especializados y el dominio
de lenguajes y términos técnicos; ii) control del proceso de selección de
participantes; iii) control del proceso deliberativo como forma de legitimar
acciones realizadas por autoridades públicas u otros grupos influyentes; iv)
dificultades para generalizar una cultura participativa; v) asimetrías de poder
manifestadas dentro de los espacios de participación; vi) falta de
representatividad de los representantes; vii) existencia de relaciones sociales
basadas en el clientelismo; viii) cooptación de líderes de grupos con menores
recursos económicos y políticos; y ix) posible limitación de la participación
plena de algunos grupos sociales por parte de otros grupos.
El modelo de
gestión actual ya no es permeable a las demandas participativas y los acuerdos
no pueden promover en mayor medida la inclusión política ni influir de manera
más significativa en las decisiones políticas.
Contrariamente
a la retórica del modelo gerencial, en el modelo del Nuevo Servicio Público
(NSP) (Denhardt & Denhard, 2003), los ciudadanos son llamados socios o
stakeholders, con quienes la esfera pública construye modelos horizontales de
relación y coordinación.
Necesitamos
un sentido renovado de comunidad y el gobierno puede desempeñar un papel
importante y fundamental en este sentido, facilitando y apoyando las conexiones
entre los ciudadanos y sus comunidades y entre ellos y el gobierno. Por lo
tanto, la construcción de instituciones formales o informales que induzcan a
los agentes a comportarse cooperativamente se convierte en el eje pragmático de
la reforma administrativa.
El cambio de un enfoque
en la eficiencia y la productividad a un enfoque en la eficacia y la
colaboración es la base para el cambio del modelo NGP al modelo NSP.
La tabla 1 presenta
los tipos de gobernanza y sus características
TIPOS DE GOBERNANZA
|
JERÁRQUICA
(modelo burocrático)
|
MERCADOS (NGP)
|
NETWORK
(modelo participativo)
|
Propósito
|
Seguir normas/reglas
|
Disminuir costos
|
Inclusión y
participación
|
Enfoque
|
Regulador
|
Competitivo
|
Colaboración y
coordinación
|
Características
cuando
funcionan bien
|
Efectividad técnica,
accountability técnica
(líneas claras de
autoridad)
|
Eficiencia,
accountability
de mercado, aprendizaje
con el sector privado,
visión empresarial
|
Inclusión,
accountability
social, alta
flexibilidad
para solución de
conflictos
|
Características
cuando no
funcionan bien
|
Rigidez e ineficiencia,
aislamiento
de la interferencia
externa, concentración
de decisiones
|
Pérdida de valores
públicos,
corrupción,
concentración
del conocimiento
en la alta
administración
del Gobierno
|
Pérdida del enfoque,
exceso
de información, alta
incertidumbre
y complejidad,
falta de credibilidad
|
Fuente: Van Wart, 2012
La tabla 2 presenta las ]diferencias
entre el modelo NGP y el modelo NSP.
Modelo
NGP
|
Modelo
NSP
|
Eficiencia
(enfocado en la productividad y reducción de coste)
|
Efectividad
(enfocado en las personas y en el impacto sostenible del resultado)
|
Visión
unitaria de Estado
|
Visión
MACRO colaborativa
|
Visión
empresarial y competición
|
Co-producción
del Bien Público
|
Administración
Pública Neoliberal (ciudadano cliente)
|
Administración
Pública Neo social (ciudadano colaborador)
|
Hombre
Económico-racional
|
Hombre
social – espiritual
|
control
basado en el cumplimiento de normas y procedimientos
|
conocimiento,
valores, supremacía del interés público
|
Gerencia
(política de cargos)
|
Liderazgo
compartido
|
Tabla 2 – Diferencias
entre el modelo NGP y el modelo NSP (elaboración propia)
El modelo NSP por sí solo
no resuelve el problema de capturar y aplicar el conocimiento colectivo. Es
necesario contar con un plan integrado de prácticas de Gestión del Conocimiento
- KM (organizar, transferir y crear conocimiento) con prácticas de Inteligencia
Organizacional - IO (análisis, interpretación y aplicación del conocimiento).
Sin embargo, la gente
sólo utilizará realmente estas prácticas después de un proceso de humanización
en el sector público. Este proceso busca transformar a los servidores públicos
alienados y egoístas en personas capaces de pensar y actuar como un ser humano
en un contexto global, y no simplemente como pertenecientes a un grupo selecto
de dependientes de la maquinaria pública burocrática.
El Modelo NSP
precisamente busca este comportamiento de los servidores públicos en relación
con la sociedad, pero la pandemia terminó alejando a la sociedad de las
autoridades públicas, lo que motiva aún más el uso de prácticas de Gestión del
Conocimiento e Inteligencia Organizacional.
3. EL CASO DA FALTA DE
DEMOCRACIA EN BOLIVIA
Las elecciones
Presidenciales, con victoria del Partido de Morales en 2020, mostraron cómo la
ignorancia conduce al caos político-social-económico.
Bolivia es uno de los
países con menos acceso al conocimiento del mundo, seguramente todo América
Latina, incluidos los países dominados por Inglaterra, los Países Bajos y
Francia, como Guyana inglesa, Surinam y Guayana Francesa, respectivamente.
Esto se debe a que Evo
Morales ha sido capaz de construir una cultura de falta de producción
científica en las universidades y la no presencia de maestros extranjeros,
además de esto adoptó el método de sílaba para la alfabetización de los
bolivianos (el más fácil), que no pueden entender todos sus teatros, siendo la
creación más reciente de la oposición artificial con su amigo y colegio de
partidos, Luis Arce.
Además de falsificar las
elecciones de 2019, según lo informado por OAS, y un corto período de exilio
entre México y Argentina, logró poner en la cárcel a sus principales
adversarios: Jainine Anez y Fernando Camacho.
El embargo al
conocimiento de la dictadura disfrazada de Evo Morales es una falta de respeto
por los derechos humanos que podría ser cuestionado en la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos: IACHR, ya que Bolivia solo tiene unos pocos
libros raros, lo peor, que proviene de Perú (copias), que ya tiene un problema
de conocimiento muy grave y luego pasa por el mismo problema: un golpe por Keiko
Fujimori que condujo a vive-presidente de Pedro Castillo al poder, y él para
una prisión.
En este caso, incluso la
Iglesia Católica fue engañada, ya que pensó que Castillo estaba del lado de
México-Rusia-China-India, que se mostró a lo contrario, dadas las conexiones
actuales del gobierno actual.
Por lo tanto, se puede
decir que Bolivia, sí, como Perú, son países esclavizados por la ignorancia,
dominados por el comunismo chino.
Evo Morales nombró a la
mayoría de los jueces y fiscales en el país. Con la nueva constitución de 2009,
el poder judicial perdió el estado del poder autónomo. Hoy, es un órgano sujeto
a la presión del ejecutivo. Los jueces de los tribunales superiores, la Corte
Suprema y la justicia electoral fueron reemplazados. De los casos de corrupción,
el primero es la tubería Bolivia-Brazil, también conocida como Gasbol, un
acuerdo entre Petrobras de propiedad estatal y YPFB. Tiene 3.150 km en todo su
curso, con solo 557 km dentro de Bolivia y 2.593 km en suelo brasileño. El
costo total de este trabajo fue de $ 2 mil millones. El segundo es el
"corredor ferroviario bioceánico", que proporciona la construcción
futura de un ferrocarril entre los puertos de Santos en Brasil, en la costa
atlántica, y la ciudad peruana en el Pacífico, que pasa por el territorio de
Bolivia.
La única forma de
deshacerse de esto sería el acceso de la población a proyectos gubernamentales
y su participación, también en términos de control social.
También es necesario que
la población cree un hábito de lectura para comprender todo el uso por la parte
de Evo de los medios de comunicación y el sistema educativo, con todo el apoyo
de los militares, para permanecer en el poder.
3. LA INTEGRACIÓN DE
PRÁCTICAS DE GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y LA INTELIGENCIA ORGANIZACIONAL
Rothberg y Erickson
(2004) aclaran que el conocimiento se construye socialmente con actividades
colaborativas, pero el acceso a este conocimiento no significa éxito en la toma
de decisiones, ya que el conocimiento sin aplicación es inofensivo. En resumen,
el conocimiento es la base de la inteligencia, ya que la inteligencia es el
conocimiento en acción para resolver problemas.
Bali, Wickramasinghe y
Lehaney (2009) definen la Gestión del Conocimiento - GC como un conjunto de
herramientas, técnicas, tácticas y tecnologías diseñadas para potenciar los
activos intangibles de la organización, a través de la extracción de datos,
información pertinente y conocimiento relevante para facilitar la toma de
decisiones. La KM es un conjunto de prácticas orientadas a la interacción entre
conocimientos tácitos y explícitos para adquirir y crear nuevas competencias
(conocimientos + habilidades + actitudes), con el fin de permitir a una
organización actuar inteligentemente (transformar la complejidad en simplicidad
con significado) en diferentes entornos ( Ángelis, 2016).
Inteligencia
Organizacional - Las prácticas de IO se utilizan para mejorar la interpretación
y síntesis del conocimiento generado: análisis de expertos, sistemas
inteligentes y técnicas avanzadas, como hipótesis competitivas y modelización
mediante ecuaciones estructurales. Las herramientas de IO combinan una
combinación de elementos sociotécnicos de (a) evaluaciones subjetivas de la
discusión en línea dirigidas por facilitadores y expertos en la materia con (b)
retroalimentación en tiempo real de la extracción de datos y el análisis
semántico de la discusión en línea. Las herramientas de IO contribuyen a
profundos cambios estructurales y transformaciones en el clima social, la
cultura colaborativa y el papel de la inteligencia colectiva interna (Chauvel
et al., 2011). La idea detrás de las herramientas de IO es transformar los
modelos de “crowdsourcing” que aplican la “sabiduría de las multitudes” en la
“sabiduría de los expertos” para resolver problemas complejos.
Choo (2002) define las OI
como un ciclo continuo de actividades que incluyen sentir el entorno,
desarrollar percepciones y crear significado a través de la interpretación,
utilizando la memoria de experiencias pasadas para actuar sobre la base de
interpretaciones desarrolladas.
Angelis (2013a) considera
la OI como la capacidad de una organización para adaptarse, aprender y cambiar
en respuesta a las condiciones ambientales mediante el uso de conocimiento
relevante.
A pesar del atractivo
intuitivo de que los conceptos de KM e IO son complementarios e
interdependientes, esta relación ha recibido relativamente poca atención en la
literatura. Para Halal y Kull (1998), la OI es función de cinco subsistemas
cognitivos: estructura organizacional; cultura de la organización; relaciones
con las partes interesadas; procesos estratégicos; y GC. Liebowitz (2001)
destaca que la gestión activa del conocimiento es fundamental para mejorar el
desempeño organizacional, la resolución de problemas y la toma de decisiones.
Con base en estas
perspectivas, es posible concluir que KM proporciona métodos para identificar,
almacenar, compartir y crear conocimiento, mientras que IO integra, analiza e
interpreta este conocimiento para la toma de decisiones y la resolución de
problemas.
4. LA INTELIGENCIA
CULTURAL COMO HERRAMIENTA PARA MEJORAR LA PARTICIPACIÓN Y EL CONTROL SOCIAL.
Schein (1985) define
formalmente la cultura como un patrón de supuestos básicos compartidos que el
grupo ha aprendido al resolver sus problemas de adaptación externa e
integración interna, que ha funcionado lo suficientemente bien como para ser
considerado válido y, por lo tanto, para ser enseñado a nuevas personas.
miembros como la manera correcta de percibir, pensar y sentir en relación a
estos problemas (Schein, 1985).
La inteligencia cultural
se refiere a un conjunto general de capacidades relevantes para situaciones
caracterizadas por la diversidad cultural. Por tanto, la inteligencia emocional
se diferencia de la inteligencia cultural porque se centra en la capacidad
general de percibir y gestionar las emociones sin considerar el contexto
cultural (Ang et al., 2007).
Bucher (2007) concluye
que la IC tiene que ver con la conciencia de nuestros valores y los de los
demás, y las relaciones entre los valores, comportamientos y antecedentes
culturales de las personas, y Rockstuhl et al. (2011) sostienen que la teoría y
la investigación sugieren que la IC facilita la formación de vínculos
significativos y muestra el valor de la inteligencia cultural como una competencia
de liderazgo crítica en el mundo globalizado de hoy.
Los argumentos teóricos
sugieren que los altos ejecutivos que son más inteligentes culturalmente son
más capaces de explorar sus entornos en busca de información relevante y
precisa y utilizar esta información de mayor calidad para tomar mejores
decisiones y asumir riesgos mejor calculados (Ang et al., 2007).
Una de las razones por
las que la CI aumenta el desempeño laboral es que resulta en un mejor juicio y
toma de decisiones. Un resultado cognitivo importante es el juicio cultural y
la toma de decisiones, que se refiere a la calidad de las decisiones con
respecto a las interacciones interculturales (Ang et al., 2007). De hecho, el
proceso de creación de significado se manifiesta y está mediado por contextos
culturales (Rockstuhl et al., 2011).
Aprender de otros
supuestos, creencias y valores trae madurez para transformar la complejidad en
simplicidad, como es el caso de los alemanes que conocen diferentes idiomas y
culturas antes de iniciar la universidad y por tanto desarrollan una alta
capacidad para abrir empresas y es por eso que hoy es uno de los países que más
personas recibe debido al fenómeno conocido como “fuga de cerebros” por la
falta de oportunidades en el país de origen y la diáspora por conflictos de los
más diversos tipos, incluidas guerras.
La inteligencia cultural
es un factor esencial en la creación de conocimiento relevante dentro de
comunidades de práctica diseñadas para recopilar conocimientos relevantes sobre
participación social y control social.
El aprendizaje comparado
de prácticas participativas en otros países es de fundamental importancia para
mejorar la calidad de la contribución de la sociedad a la efectividad de las
políticas públicas. La efectividad se diferencia de la eficiencia y la
eficacia, precisamente porque no se centra sólo en las variables de costo y
resultado, sino en el análisis de la política pública desde el punto de vista
del beneficiario, la sociedad misma. La encuesta de satisfacción parece
entonces ser una buena manera de mostrar a la administración pública (formador
de políticas públicas) y al gobierno (tomador de decisiones) la necesidad de
participación popular. Sin embargo, es importante resaltar aquí que la calidad
de esta participación también necesita ser demostrada y por lo tanto las
prácticas de GC e IO, combinadas con un buen nivel de inteligencia cultural,
son los grandes diferenciadores de la Participación y el Control Social.
5. PARTICIPACIÓN Y
CONTROL SOCIAL EN LAS ALIANZAS PÚBLICO PRIVADAS
Un estudio de Provenzano
et al. (2014) señala la importancia de la participación ciudadana en el proceso
de implementación de Alianzas Público Privadas - APP,
destacando que los hábitos que rodean el protagonismo social derivan de valores
como la reciprocidad y el espíritu colaborativo.
De manera genérica, las
APP pueden definirse como instrumentos de colaboración entre actores públicos y
privados. Cuando se trata de diferentes prácticas, las APP pueden adoptar
diversas formas. Entre los usos más comunes de este concepto se encuentra la
definición de APP como: (a) contratos de infraestructura a largo plazo; b) un
método de gobernanza nuevo y alternativo; (c) un conjunto de lenguaje que busca
ocultar las intenciones de privatización (Hodge y Greve, 2007).
Las asociaciones
público-privadas son contratos entre autoridades públicas y el sector privado y
tienen como objetivo principal desarrollar e implementar, total o parcialmente,
servicios, obras y actividades de interés para la población.
Cabe señalar que las
consecuencias de la asociación público-privada en educación es que los métodos
de gestión del sector privado se utilizan en el sector público
(descentralización, autonomía, rendición de cuentas, desempeño, control, educación
a distancia, etc.).
Según Monteiro et al.
(2014) la profundización del modelo concesional es estratégica para resolver
los cuellos de botella infraestructurales del país, modernizando instalaciones
obsoletas, aumentando la competitividad de la producción nacional y, al mismo
tiempo, permitiendo al Estado concentrar esfuerzos y recursos públicos en
políticas dirigidas más directamente a los sectores vulnerables de la sociedad.
Monteiro et.al (2014)
destacan que una APP implica que el sector privado opera un determinado
servicio público, pero la percepción general es la del Estado como productor de
todos los servicios públicos brindados a la sociedad. Un ejemplo es el caso de
las prisiones. Actualmente, el costo de cada interno para el sector público es
tres veces mayor que el costo de una beca universitaria. Aún así, cuando se
plantea la privatización del sistema penitenciario, existen grandes
resistencias, ya que persiste el arraigado prejuicio de que corresponde
únicamente al Estado proporcionar todo lo que la sociedad necesita, aunque su
incapacidad financiera para cubrir todas esas necesidades sea notoriamente
visible. .
Dados los efectos
positivos y negativos, ¿cuál sería la mejor estrategia para las APP?
El gobierno, el sector
privado y el sector privado deben apoyarse mutuamente en la integración de
prácticas de gestión modernas, como la gestión del conocimiento (KM) y la
inteligencia organizacional (IO), para mejorar los procesos de creación y
aplicación del conocimiento dentro de las asociaciones público-privadas. . El
uso de estas prácticas de gobernanza compartida con la sociedad conduce, si hay
un papel relevante en la educación y la ética, a una mayor eficacia en los
proyectos desarrollados en el ámbito de las alianzas público-privadas.
Oliveira y Villardi
(2014) explican que para estimular la formación de CoP se debe considerar, como
advierte Gherardi (2003), que las personas, sus emociones y deseos influyen
directamente en las interacciones sociales y en la forma en que se perciben a
sí mismas y a los grupos de trabajo. Las personas, según el autor, también
están motivadas por la búsqueda del conocimiento como un fin en sí mismo. Sin
embargo, Moura (2009) señala que las CoP rara vez han sido estudiadas desde una
perspectiva crítica, aunque Lave y Wenger (1998) reconocen la dimensión de
poder involucrada en las CoP, y Wenger (2002) recomienda no entender las CoP
con una visión romántica, ya que “Ellos son la cuna del espíritu humano, pero
también pueden ser sus prisiones”.
Al participar en contextos
de aprendizaje, las personas dialogan, negocian significados a partir de sus
experiencias profesionales y cotidianas, agilizan sus procesos de reflexión
individual y contribuyen a la reflexión de los demás. Así, la reflexividad, el
aprendizaje y la competencia social del grupo se expanden colectivamente y
pueden formar comunidades de práctica (CoP) en las organizaciones (Souza-Silva;
Davel, 2007).
Tres elementos
caracterizan una CoP: dominio, comunidad y práctica.
(a) Dominio, una CoP
presenta una identidad definida por un conjunto compartido de intereses,
miembros comprometidos que tienen una competencia compartida, aprenden unos de
otros, se destacan y son valorados por esta competencia colectiva, no son solo
un club de amigos;
(b) Comunidad, participar
en un Cdp implica participar y discutir actividades conjuntas, ayuda recíproca
y compartir información entre los miembros debido a su interés en el dominio
que poseen.
Para mantener esto, los
CdP construyen relaciones que les permiten aprender unos de otros, incluso si
no trabajan juntos a diario;
(c) La práctica es
característica de una CoP porque sus miembros son practicantes y comparten
experiencias, historias, herramientas, formas de resolver problemas, es decir,
llevan a cabo una práctica compartida (Wenger, 2002).
Los nuevos miembros
ingresan a la comunidad a través de su compromiso progresivo, involucrándose en
prácticas colectivas a través de su 'participación periférica legitimada' (PPL)
que perpetúa una CDP a través de la cual los recién llegados aprenden y
socializan hasta que son gradualmente reconocidos como miembros de esa
comunidad (Gherardi et al. , 1998).
La adhesión al entorno
informal de interacción social y el compromiso colectivo de la CoP son
importantes para construir, transmitir conocimientos y promover el aprendizaje
grupal situado (anclado) en la práctica (Gherardi et al., 1998).
Sin embargo, el informe
de Reuters, citado por Bawden (2001), reconoce el problema y sostiene que
demasiada información, si está mal organizada, obstaculiza el conocimiento. De
hecho, parece que el gran desafío para las organizaciones hoy en día es
controlar/gestionar la información que tienen, y no cómo obtener nueva
información.
Bax y Terra (2003)
sostienen que algunas organizaciones estarían tratando el conocimiento como una
"mercancía" y no como un proceso para mejorar la inteligencia
organizacional, lo que se traduciría más apropiadamente en habilidades
superiores para interpretar hechos y tomar decisiones.
Esta dificultad puede
superarse a medida que la práctica de la Gestión del Conocimiento, conocida
como Comunidades de Práctica, combinada con la práctica de la Inteligencia
Organizacional, conocida como Análisis de Expertos, se incluya en la discusión
de las Políticas públicas, particularmente aquellas con el sector privado, las
APP, como ya tienen ejemplos prácticos exitosos, destacados anteriormente, de
la relación entre el nivel macro de la economía (gobierno) y el nivel micro
(empresas y sociedad).
La gran diferencia de las
Comunidades de Práctica – CdPs es la implicación y el compromiso con las
actividades conjuntas, la ayuda recíproca y el crecimiento mutuo. Obviamente,
compartir información y conocimientos (información contextualizada) entre los
miembros depende del interés que deben tener en el dominio del tema. Para
ingresar a los CdP es importante tener acceso a un cuadernillo explicativo de
la política pública que se está discutiendo y a un cuestionario sobre los principales
puntos (agendas) a trabajar dentro de los CdP, separados por temática.
Permanecer parte de los
CdP depende de construir relaciones que permitan a los miembros aprender unos
de otros, incluso si no trabajan juntos diariamente; sólo así se podrá ampliar
colectivamente la reflexividad, el aprendizaje y la competencia social del
grupo, y luego se podrán considerar. a Comunidades de Práctica – CdP.
CdP, una práctica de GC,
tiende a generar una avalancha de información si no existe conocimiento y
experiencia relevante por parte del miembro del grupo, incluso antes de la
entrada.
La práctica de las OI, la
motivación y el análisis de la discusión por parte de expertos en el tema, es
fundamental.
Aquí imaginamos una
discusión sobre la lucha contra la pobreza en la que la discusión va desde una
persona sin hogar (mayor experiencia práctica) y un doctorado en pobreza (mayor
experiencia teórica), el experto debe tener un nivel intermedio de
conocimientos y experiencia para poder mediar en la discusión. En los congresos
académicos hay un solo mediador, como mucho dos, pero en las consultas
populares, en los presupuestos participativos, en los consejos de gestión y en
el seguimiento de las políticas públicas hay demasiados jefes para pocos
indios, lo que hace que la colaboración y la transformación de esta
colaboración en algo propuestas muy difíciles, la gran mayoría de las cuales
están duplicadas, sin fundamento teórico y sin aplicación práctica.
6. UN MODELO DE
PARTICIPACIÓN DE CONTROL SOCIAL BASADO EN LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y LA
INTELIGENCIA ORGANIZATIVA Y CULTURAL.
El propósito de este
trabajo es presentar un nuevo modelo, denominado Modelo de Participación
Popular y Efectividad de las APP (MPEPS), que busca mantener las ventajas del
modelo gerencial y reforzar el componente de gobernanza compartida
(participación popular). Primero, sin embargo, es necesario revisar algunos
fundamentos e hipótesis básicas del modelo propuesto, para lo cual recurrimos
nuevamente al enfoque del desarrollo como libertad, de Amartya Sen.
La participación y el
control social son los principales elementos de la gobernanza compartida entre
el Estado y la sociedad para mejorar la efectividad de las políticas públicas.
La gobernanza compartida genera conocimiento e inteligencia relevantes si el
Estado está interesado en organizar, transferir y utilizar este aporte.
Profundicemos en la
relación entre participación popular democrática y control social. Nuevamente
utilizamos el enfoque del desarrollo como libertad (Sen, 2000). Este enfoque
enfatiza el papel indispensable de la participación popular (libre, racional e
inclusiva) en la elección de los objetivos y procesos de desarrollo de una
nación, así como en la formación de valores sociales. Esto es importante según
Andrade et. al (2016) porque, especialmente en el mundo globalizado de hoy, el
desarrollo económico de una comunidad puede chocar con sus tradiciones y
valores culturales, incluidas sus creencias religiosas y costumbres políticas.
En una situación como esta, las personas deben tener derecho a elegir qué hacer
con sus tradiciones culturales, mediante una decisión colectiva y libre. Un
proceso de decisión en el que todos los involucrados tengan las mismas
oportunidades de participar, en igualdad de condiciones, resultará ipso facto
en una decisión legítima por parte del grupo involucrado en el proceso (Andrade
et. al, 2016).
Para Sen (2000), no se
debe subestimar la extensión, profundidad y carácter multifacético de las
interrelaciones culturales que se han establecido, desde hace mucho tiempo,
entre los pueblos de la Tierra. De hecho, es un mito suponer que existen
culturas autosuficientes, plenamente autónomas y que, por tanto, hay que
preservarlas “puras”. No se trata de negar la existencia y la importancia de
las culturas nacionales, regionales o locales, ni de negar que la dominación
cultural pueda tener aspectos nocivos para las culturas “dominadas”. Se trata
de reconocer la importancia de las influencias interculturales antes
mencionadas, y esto como resultado de una capacidad humana para disfrutar de
productos culturales de diferentes pueblos, lugares y épocas. En consecuencia,
personas de diferentes culturas tienen la capacidad de compartir ciertos
valores y creencias. Según Sen (2000), uno de estos valores es la libertad.
Costa y. al (2015)
sostienen que el principio de respeto a la libertad humana, que rige el derecho
de un pueblo a la libre elección en relación con sus tradiciones culturales,
tiene al menos dos implicaciones importantes. En primer lugar, la apelación a la
tradición no justifica la supresión general de la libertad de expresión, ni la
supresión de los derechos políticos y civiles de la población. En segundo
lugar, siempre debe garantizarse la libertad de participar en las decisiones
colectivas, incluso proporcionando las condiciones básicas para ello (por
ejemplo, la provisión de información, conocimientos y educación para la gente).
En términos generales, en el enfoque de desarrollo como libertad, el desarrollo
requiere que la población en su conjunto tenga las capacidades y habilidades
necesarias para tomar decisiones colectivas (Costa et. al, 2015).
Además, para Sen (2000),
la simple existencia de un régimen democrático no es suficiente para resolver
los problemas de toda la población. Es esencial que la democracia funcione para
la gente común y corriente y se ejerza de manera adecuada, generando
oportunidades para todos. El éxito de este arte depende, entre otras cosas, de
los mecanismos formales a través de los cuales se ejercen las libertades
políticas. Esto incluye la revisión de reglas y procedimientos, el refuerzo de
“la política multipartidista y el dinamismo de los argumentos morales y la
formación de valores”, entre otras cosas (Sen, 2000).
Sen (2011) da especial
énfasis al activismo de los partidos de oposición y las diversas formas de
participación popular como fuerzas fundamentales en el buen funcionamiento de
las sociedades democráticas contemporáneas. El autor recuerda que “en una
democracia, la gente tiende a obtener lo que exige y, lo que es más importante,
normalmente no obtiene lo que no exige” (Sen, 2011). Esta frase resume bien dos
ideas: la democracia constituye un medio generalmente eficaz para obligar al
gobierno a servir al pueblo; y la democracia requiere el ejercicio de la
agencia (autonomía con responsabilidad) por parte de los individuos.
Por las mismas razones
que los mecanismos democráticos de participación social tienden a alentar a las
autoridades a atender las necesidades de la gente, también existen incentivos
para adoptar medidas que eviten la mala asignación de recursos públicos o
incluso proyectos con poca efectividad, es decir, con malos resultados de el
punto de vista del beneficiario. En este sentido, la democracia proporciona
ciertos mecanismos e incentivos políticos: elecciones libres, sistema
multipartidista, separación de poderes, diversas formas de participación de la
sociedad en las decisiones públicas, prensa libre, etc. –, que funcionan como
una especie de “seguro” contra la práctica de mala asignación de recursos públicos.
A menudo, la falta de
mecanismos de control democrático, incluidos mecanismos de transparencia y
rendición de cuentas para las actividades de los sectores público y privado, da
lugar a crisis sistémicas. Un ejemplo de esto ocurrió durante la crisis financiera
que afectó a los países del este y sudeste asiático a finales de los años 1990.
Según Sen (2000, p. 185-186) esta crisis tuvo que ver con la falta de
transparencia y participación democrática en la discusión de normas
regulatorias para las empresas en general, particularmente en el sector
financiero. Por ejemplo, Indonesia y Corea del Sur no tenían mecanismos que
permitieran un examen crítico y democrático de los perfiles de aplicación
(inversión) de las instituciones financieras públicas y privadas. Esto crea
dificultades para responsabilizar a los “jefes de las finanzas”, lo que sin
duda contribuyó al estallido de la crisis económico-financiera en esos países.
Las relaciones entre
participación popular, control social y mayor efectividad de las políticas
públicas, intuitivamente esbozadas en los párrafos anteriores, adquieren un
carácter formal Modelo de Participación Popular y efectividad de las APP
(MPEPS). La Figura 1 ilustra los conceptos y relaciones del modelo.

Figura 1: El modelo MPEPS
(creación propia)
El modelo MPEPS demuestra
que una visión gubernamental más holística del mundo, basada en la colaboración
interna y externa, genera una nueva conciencia sobre la supremacía del interés
público. El modelo propaga el cambio basado en la responsabilidad social
corporativa, el intercambio de conocimiento y experiencia, que es
potencialmente inteligencia y sabiduría.
La participación y el
control social de calidad tienen el potencial de abrir espacios dentro del
gobierno para la gobernanza compartida, que, al establecer alianzas con el
sector empresarial, a través de APP, tiene el potencial de mejorar la
efectividad de las políticas públicas.
CONCLUSIONES
Gobernar con la sociedad,
en lugar de gobernar la sociedad, significa que el propio beneficiario puede
contribuir al desarrollo de la estrategia, la planificación y la gestión de los
distintos programas y proyectos, mejorando la calidad del gasto y la acción
pública. La participación ciudadana y el establecimiento de alianzas ayudan a transformar
la cultura de desconfianza y cortoplacismo en una cultura de colaboración y
largoplacismo.
El Estado necesita darse
cuenta de que la participación y el control social consideran cuestiones de
poder e intereses divergentes en cualquier proyecto público. A partir de esta
comprensión, el Estado debe abrirse al conocimiento de la sociedad para superar
la crisis de confianza y la crisis económica, derivadas de la política de
aislamiento y mantenimiento del status quo.
Como se analiza en este
artículo, la crisis es una oportunidad para revisar creencias, valores,
supuestos y comportamientos en busca de mejores resultados. El lado destructivo
del funcionalismo ha generado crisis económicas, sociales, morales y de otro
tipo que surgen de la madre de todas las crisis, que es la crisis de
percepción. El modelo MPEPS muestra que el intercambio de conocimiento entre el
Estado, el sector privado y la sociedad puede cambiar el enfoque de la acción
gubernamental hacia la supremacía del interés público, lo que automáticamente
mejorará la efectividad de las APP.
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