La
poética del Bolero: un análisis estructural
Brahiman
Saganogo
Resumen:
este es un trabajo sobre el bolero precisamente, el bolero latinoamericano, su
interacción con la poesía, su forma y sobre su estructura. Pues, se trata de un
análisis estructural del bolero y en particular, del fragmento “Adoro” de la
canción del mismo título del bolerista mexicano Jorge Manzanero, con motivo de poner
en evidencia su estructura y de dar con su significado.
Palabras clave:
bolero, género musical, poética, análisis estructural, texto de la canción,
poesía, forma, ritmo, rima, asonancia.
The poetics of Bolero: a structural analysis
Abstract:
This is a work on the bolero precisely, the Latin American bolero, its
interaction with poetry, its form and its structure. Well, it is a structural
analysis of the bolero and, in particular, of the fragment “Adoro” from the
song of the same title by the Mexican bolero singer Jorge Manzanero, in order
to highlight its structure and find its meaning.
Keywords:
bolero, musical genre, poetics, structural analysis, song text, poetry, form,
rhythm, rhyme, assonance.
En cuanto a las
reflexiones contemporáneas en torno al arte, predominan de sobremanera, y desde
el punto de vista compositivo, los términos de categorías o formas genéricas
mejor dicho, de géneros artísticos.
La
obra de arte resulta ser la consecuencia de la combinatoria de formas, fondo y
de estilo, es decir, combinatoria de la base temática, del conjunto de
caracteres, la estructura compositivo-argumentativo, el lenguaje y de las
relaciones artísticas concretas del artista con la tradición, la Escuela o con
la tendencia artística.
Por
eso, en la tradición artística encontramos determinados tipos genéricos, formales
y estructurales tal como en todas las categorías artísticas y en particular, en
la música y en nuestro caso, en el género bolero; un bolero que también del
mismo punto de vista compositivo, se relaciona especialmente, con la categoría
literaria, la poesía.
En efecto, el cuestionamiento
de aquella relación de la poesía con el bolero, va más allá de cualquier
presencia temática en la poesía y se articula alrededor de una poesía oral como
componente factual del bolero puesto que este género musical al igual que los
demás géneros, conlleva una musicalidad que no depende exclusivamente del
acompañamiento de instrumentos ni de la voz sino que de los sonidos y del ritmo
de las palabras de la lengua.
¿Si la poesía es
una región categorial del bolero, que serían de la interacción entre poesía y bolero,
de su forma, su estructura y de su estilo?
El bolero y su
enunciado estarían en una relación de interferencia a través de elementos
sonoros, semánticos y estructurales propios de la poesía.
Es por eso que nos
proponemos un análisis estructural o poético del bolero es decir, una
revisión analítica de las estructuras del mismo.
Para ello, tres son
los puntos que estructuran el desarrollo de este trabajo: breve presentación del
Bolero, interacción entre poesía (oral) y género bolero, y por fin, análisis de
la forma y de la estructura del Bolero.
1.Breve presentación del
bolero.
De origen español,
el género bolero fue en sus inicios, una danza popular de tres tiempos,
frecuente en los bailes españoles a finales del siglo XVIII. Además, el
significante bolero se emplea para aludir a una variedad de música y
precisamente, a una danza del ballet clásico español que deriva de las
seguidillas, cuyo desarrollo fue atribuido a Maurice Ravel.
En cuanto a su
presencia en el subcontinente latinoamericano, conviene señalar al respecto que
el bolero penetra a dicho espacio geográfico por la isla de Cuba, en Cuba donde
se inicia, se afirma y se consolida en la provincia de Santiago a cargo del
músico José Pepe Sánchez para enseguida, difundirse en casi todo el
sub-continente latinoamericano.
En América latina,
el género el bolero se configura a partir de la temática latinoamericana, mejor
dicho, se metamorfosea bajo los preceptos románticos y modernistas, por lo que
enseguida, deviene una música de serenatas y muy popular. De allí
que el bolero latinoamericano se adueña sobre todo, de las poesía romántica y
modernista, poesías que se transcriben en el bolero mediante ritmos,
sonoridades, rimas y diversidades.
De manera general,
este género bolero subcontinental se distancia del bolero español y del de
Ravel por hacerse suya una poesía lírica centrada en la expresión de sentimientos
personales y de una poesía modernista con un lenguaje poético lleno de
imágenes, plasticidad, cromaticidad, correspondencias sinestésicas, nuevos ritmos,
sonoridades y contenidos muy regionales. Pues, un bolero latinoamericano como
el nuevo bolero y como reflejo o actitud intelectual basada en el gusto
por la música bolero, el placer estético, la diversidad y la libertad creadora,
el ritmo, las sonoridades como ideales y con una temática muy latinoamericana,
y por la extravagancia, lo extraño, lo bello, lo serio y lo vulgar, la
dialéctica tristeza vs alegría, nostalgia, el culto a la forma, la fuerza
de sugestión, el cosmopolitismo, el amor. Por fin, un bolero ya latinoamericano,
visto como -parafraseando a Rubén Darío-,
El
vínculo que haga una y fuerte la idea americana en la universal comunión
artística y [precisamente, musical] y que traduce el brillo de la lengua
castellana en América y, al par que es la expresión del tesoro de sus riquezas
antiguas, el engrandecimiento de esas mismas riquezas en vocabulario, rítmica,
plasticidad, sonoridad, rima y matiz (1974, p. 7).
Es por eso por lo que:
Para
explicar su vigencia se han esgrimido muchos argumentos, como que el Bolero
retrata el espíritu romántico del latinoamericano, que recupera la delicadeza
metafórica de la poesía hispana o que evoca con su ritmo cadencioso la
sensibilidad de la gente del Caribe. […] El bolero latinoamericano, sin embargo
tiene otros orígenes y no comparte ninguna característica musical con su
homónimo peninsular española está escrita en métrica ternaria, mientras que la
canción latinoamericana funciona en compases binarios y se caracteriza por el
uso de un patrón rítmico conocido como cinquillo (Delgado, 2008, pp. 16-17).
Respecto a su
ejecución, hemos de señalar que si el bolero español funciona en compás
ternario de 3 / 4, el latinoamericano y sobre todo, el bolero de inicio (el
cubano), se ejecuta en compás binario de 4 / 4; pues, con melodía y ritmo
diferentes.
En América latina, el
bolero por una razón o por otra, se implanta mejor dicho, se suelda a otros
géneros para dar lo que se conoce como subgéneros del bolero tales como: bolero
ranchero (bolero más mariachi mexicano), bolero son, bolero
moruno (bolero con influencias gitanas e hispanas), bolero con banda, bolero
con tríos, bolero yucateco (de Yucatán, México).
Del punto de vista
de la orquestación, el bolero se ejecutó en sus inicios a partir de los “tríos”
de guitaras aunque conforme fueron pasando los tiempos, y debido al fenómeno de
hibridación, en su orquestación, se fueron incorporando otros instrumentos
tales como la trompeta, el violín y el guitarrón, eso, sobre todo, en México.
Por fin, algunas
figuras exponenciales y emblemáticas del bolero latinoamericano son José Pepe
Sánchez y Compay Segundo (Cuba), los mexicanos Manuel M. Ponce, José Antonio
Zorrilla Martínez, Augusto Alejandro “Guty” Cárdenas, Agustín Lara, Armando Manzanero
y José José, entre otros boleristas.
2. Interacción entre
poesía (oral) y música bolero
Se entiende por
poesía -brevemente-, hecho o práctica literaria y técnicamente, un género
literario escrito ya sea, en verso ya sea, en prosa, de mayor alcance
semiótico. Es también el arte del habla que transmite a la voz humana a la vez,
su poder de simbolización y su fuerza de encarnación y de sugestión. Como hecho
literario, la poesía se reduce a las siguientes variantes: las poesías lírica
(relacionada con los sentimientos personales), épica (tiene que ver con la epos
que se halla en la prosa narrativa) y la dramática vinculada con el teatro).
Desde la
perspectiva de la musicología y de la bolerística, la canción uno de los
principales componentes de la música y del bolero, tiene como base la poesía.
En efecto, se trata de una poesía al oral, un arte poética o un hablaremos de
una poesía al oral, o sea, un arte poética o un arte del lenguaje poético al
oral como soporte de la canción del bolero. Mejor dicho, una poesía
caracterizada por la oralidad, la lengua oral, es decir,
el ritmo, las sonoridades, las rimas y las entonaciones y a través del canal
del oído, que se dirige a los oyentes. Dicho de otras formas, una poesía al
oral como componente del Bolero que es también, a la vez, la expresión y la
técnica lingüística transmitida al oral, y que recurre a la forma poética para dar
que sugerir.
Por otro lado, la
poesía oral como hecho artístico, se caracteriza por un lenguaje verbal cada
vez más refinado y perfecto puesto que los significantes están utilizados al
oral, a la vez, como instrumentos de representación, expresiones de ideas al
oral, y como elementos emocionales.
En otros términos,
en la voz del bolerista, el lenguaje verbal al oral que manifiesta la canción,
sufre su composición y su expresividad figurativas gracias a una suma de
imágenes, símbolos y de procedimientos retóricos (estilísticos) y gramaticales.
En cuanto a la
canción del bolero, ésta es el texto poético musicalizado, a veces, dividido en
estrofas y estribillos, destinado a ser cantado. De allí que el canto por
supuesto al oral, aparece como un poema que depende del carácter musical de las
secuencias versificadas (del texto poético) y declamadas (por el bolerista).
Pues, aspecto musical obtenido por la presencia de rimas y ritmos, y de otras
figuras retóricas sobre todo, las de dicción,
y de la intervención de los instrumentos.
En resumidas
cuentas, la canción del bolero es la suma o el arreglo específico del texto y
de su contenido verbal, de la rima, la melodía, la armonía, el ritmo, el sonido
de los instrumentos, el canto, la cadencia vocal y de la voz humana.
Además, la relación
de interacción entre poesía y bolero se explica por el hecho de que la canción
(hecha con poesía o con texto poético) y la poesía (hecha música) resultan ser
formas híbridas que evidencian prácticas discursivas y performanciales (tanto
la declamación del texto poético en el canto del bolero como la ejecución del
bolero resultan ser actos performativos asociados, al servicio del mismo). Ambos
fenómenos (poesía y bolero) comparten elementos sonoros semánticos y
estructurales y una actualización del enunciado poético en el bolero por medio
de la canción de modo que el poema no sólo es cantado sino que es fonoestilizado
a través de la intervención de los instrumentos.
En otros términos,
el texto poético por su disposición formal (en verso) y por sus constituyentes
tales como la métrica,
la imagen poética, la prosodia, el ritmo y la rima, es el material armónico de
la composición del bolero. Todo eso porque el poema es a la vez, semántico,
fónico y fonético, pues, apto para la linearidad melódica del discurso del
bolero. Lo que hace de la poesía y en particular, del poema, una parte escrita
de una música cualquiera inclusive, del bolero. Mejor dicho, el poema es música
y entre poesía y bolero, la única diferencia sería el estilo. Al respecto,
leemos lo siguiente: “Aquel encuentro de la poesía y de la música desempeña un
papel fundador a nivel de la génesis rítmica del poema” (Dupaigne, 2006, p.
379). Se trata de una música (escritura y ejecución) con su estructura sonora
que asimila la escritura tomando en cuenta sus constituyentes de manera a hacer
coincidir los efectos producidos en ambos (en poesía y en música). Pues, es el
ritmo poético al servicio del ritmo del bolero. Es por eso, que se puede
afirmar que creación poética y creación del bolero provienen de una misma
fuente, fuente como suma de las estructuras propias a ambos géneros artísticos.
Todo eso se
manifiesta mediante los modos operatorios de enunciación que intervienen
durante el paso de la poesía a la elaboración del bolero, tales como la
actualización del texto poético en canción para el bolero; la adaptación
de la estructura rítmica de la poesía y de otros fenómenos de la versificación
propios tales como la rima, la métrica, la cesura y la prosodia; la
intervención de la voz que convierte el texto poético en lenguaje poético, un
lenguaje poético que determina las particularidades sonoras del texto poético
musicalizado o que lo hace canción y el condicionamiento de la adecuación de lo
fono-estilístico con lo lingüístico de la canción. En fin, a todos los modos
operatorios -conviene mencionar-, la intervención de las técnicas y las
tecnologías de grabación y de la difusión de la canción y el estilo del
bolerista.
3. Aplicación: relación de
interacción entre poesía y el bolero en Armando Manzanero: caso de “Adoro”
Adoro
Adoro la calle en que nos vimos
La noche cuando nos conocimos
Adoro las cosas que me dices
Nuestros ratos felices, los adoro, vida mía
Adoro la forma en que sonríes
Y el modo en que a veces me riñes
Adoro la seda de tus manos
Los besos que nos damos, los adoro, vida mía
Y me muero por tenerte junto a mí
Cerca, muy cerca de mí, no separarme de ti
Y es que eres mi existencia, mi sentir
Eres mi Luna eres mi Sol, eres mi
noche de amor
Adoro el brillo de tus ojos
Lo dulce que hay en tus labios rojos
Adoro la forma en que suspiras
Y hasta cuando caminas, yo te adoro, vida mía
Yo, yo te adoro
Vida, vida mía
Yo, yo, yo te adoro
Vida, vida mía
Yo, yo te adoro
Vida, vida mía
Yo, yo te adoro (Manzanero, 2017, s.p).
Del punto de vista organizacional,
el texto o las letras de la canción “Adoro” de Jorge Manzanero, consta de seis
estrofas 4 / 4 / 4 / 4 / 4 / 3. Pues, un total de veintitrés versos o
sea, cinco cuartetos y un terceto, lo que imprime a dicho texto una estructura
irregular.
Desde la
perspectiva lingüística, trata de un discurso dotado de un lenguaje poético por
los niveles lingüísticos es decir, fonológico, sintáctico, lexical y
morfológico y de otros materiales relacionados entre sí y que refuerzan y
expresan el carácter poético de “Adoro”, es decir, una poeticidad ligada
fundamentalmente, a su distanciamiento del lenguaje ordinario y al arreglo
específico de los significantes.
Respecto a la
dimensión fónica del lenguaje de “Adoro”, ésta se sostiene por la presencia de
fonemas, grupos de fonemas,
rimas y ritmos reiterados, de asonancias, aliteraciones, unidades sonoras.
Tratándose
precisamente, de rimas, conviene señalar que Manzanero,
poeta-compositor-bolerista, alterna rimas planas (AA BB CC) y
cruzadas (ABAB) y abrazadas (ABBA) para efectos de musicalidad.
Por otra parte, el
texto de “Adoro” consta de versos largos (véase las cuatro primeras estrofas,
éstas, con versos largos con respecto a las dos últimas) y cortos con versos
breves en las dos últimas estrofas, lo que le imprime una forma de cono volcado
y traduce el final del texto y el agotamiento del soplo del bolerista. Pues, con
respecto a lo anterior, el texto resulta ser heterométrico, pues, un poema
heterométrico.
En resumidas
cuentas, todo eso mejor dicho, todas estas impresiones estructurales acerca de
“Adoro” estarían al servicio de la expresión de la confesión del yo poético
por su adorada mediante exaltación de su interlocutora por medio de comunión,
admiración y aun, por entre la exaltación del amor del yo por su amor.
3. Análisis de la
estructura del bolero
3.1. El lenguaje poético
como materia del bolero
El texto poético
hecho para la canción del bolero es lenguaje como manifestación práctica de la
legua al oral y función de expresión del pensamiento y de comunicación entre el
bolerista y sus oyentes. Además, este texto resulta ser un todo armonioso,
complejo, altamente estructurado, heteróclito y multiforme. Desde otro ángulo,
resulta ser un lenguaje artístico por basarse no sólo en el sentido connotativo
sino que por acomodarse a la polisemia de la palabra (pluralidad de sentido) y
por distanciarse de la norma. Mejor dicho, un lenguaje rebuscado presente en
las obras artísticas. Al respecto mencionamos lo que sigue:
En
el lenguaje poético se pueden actualizar incluso aquellos elementos acústicos,
motores y gráficos del idioma dado que son aprovechados en su sistema
fonológico o en el equivalente gráfico de éste. No obstante, la relación de los
valores fónicos del lenguaje poético con la fonología del lenguaje comunicativo
es indudable de tal manera que sólo el punto de vista fonológico es capaz de
revelar los principios de las estructuras fónicas poéticas. La fonología de la
poesía incluye: la medida en que los recursos fonológicos son aprovechados con
respecto al lenguaje comunicativo, los principios según los cuales se agrupan
los fonemas […], la reiteración de grupos de fonemas, el ritmo y la entonación
verbal. El lenguaje versificado se caracteriza por una jerarquía particular de
valores: el ritmo organizador con el cual de ligan estrechamente los demás
elementos fonológicos del verso: la entonación y la reiteración de fonemas y
grupos de fonemas. Mediante la unión de diversos elementos fonológicos con el
ritmo se originan los recursos canónicos del verso (rima, aliteración, etc.)
(Mukařowský, 2000, pp. 52-53).
He aquí una
presentación descriptiva de la dimensión musical del texto poético a partir del
lenguaje poético, un texto musical fuera y dentro de la canción del bolero dado
que en ambos casos, ha de ser declamado. Tal fenómeno fue descrito también en los
siguientes términos:
Las
estructuras rítmicas y sintácticas se resaltan en la obra versificada por medio
de fórmulas. Las figuras rítmico-sintácticas tienen una entonación
característica y la reiteración de ésta crea un impulso melódico que deforma
las relaciones entonacionales de la lengua, con lo cual se revela el valor
autónomo de las estructuras verbales melódicas y sintácticas (p. 53).
3.2. Forma y estructura del
bolero
Como género
musical, del punto de vista compositivo, el bolero consta de forma y de
estructura.
De entrada, se ha
de entender por forma, la manera con la que se construye una obra y en
particular, una obra artística; y la idea de la forma está ligada a la
necesidad de la obra, a su esencia más que a su estructura. Para André Hodeir:
“La forma es la manera por la que una obra trata de llegar a la unidad (2004,
p. 18). A partir de lo afirmado por Hodeir, la forma no es más que una
categoría estética que consta de la totalidad organizada de los medios de
expresión musical. Precisamente, y del punto de vista musical es:
la
forma, sistema organizado, centralizado y jerarquizado de todos los medios de
expresión musical: melodía, ritmo, escritura vertical (armónico) u horizontal
(polifónico), timbre, intensidad, tipo de textura, dimensiones de las partes
constitutivas y relaciones entre ellas dentro de la obra (Stoïanova.
Por otra parte, si
el término forma musical remite al discurso y a la enunciación musical mejor
dicho, al lenguaje y al enunciado musical, partiendo de eso, es de señalar que
el bolero en tanto que género musical, consta de varias formas: bolero-son,
bolero yucateco, bolero salsa, bolero santigüero, bolero mexicano, bolero cubano,
entre otros, cada una de estas formas, regida por rasgos estilísticos propios.
Uno de los elementos
estructuro-formales del bolero es sin duda alguna, el periodo. En
efecto, “el periodo es una estructura formal que consta de la exposición
de una idea musical relativamente desarrollada y cerrada […] Se termina en la
mayoría de las veces por una cadencia perfecta y completa” (p. 21). Como
sinónimo de estructura clásica, el periodo está presente en el bolero español,
cubano, yucateco del siglo XIX, boleros muy formales al género y ejecutado en
compás de 3 / 4, con acompañamiento musical con guitarras y percusión.
En resumidas
cuentas, siguiendo la evolución del arte y en particular, la del bolero, las
principales formas serían: simple, bipartita simple, tripartita simple y
tripartita compleja. Todo eso se hiciera posible por el hecho de que el bolero
evoluciona a la par de la tendencia y del desarrollo tecnológico. Pero, a pesar
de ello, se puede simplificar o resumir todas estas formas en dos
estructuraciones posibles en el bolero: la una binaria que puede ser simple o
compleja y la otra, ternaria que por igual, puede ser simple o compleja.
De manera
detallada, la estructura del bolero se caracteriza por la repetición de una
palabra o de una frase principal y por el estribillo. En “Adoro” de Jorge Manzanero,
la estructura evidente es A B C D E E, “E” es el estribillo y
éste tiene una dimensión reducida (véase las dos últimas estrofas del texto en
el cuacada una inicia con “yo, yo te adoro”).
Desde otro ángulo y
sobre todo, del punto de vista estructural, el bolero es monotemático aunque
-debido al vaivén de movimientos o corrientes y tendencias musicales-, no se ha
de excluir la existencia de bolero bi-temático. Pero, que sea monotemático o
bi-temático, el bolero consta de algunos procedimientos de desarrollo tales
como desarrollos rítmicos persistentes, melódicos intactos y armónicos y la
amplificación o la intervención de notas complementarias. Además de todo eso,
el género bolero encierra una estructura fundada en la sucesión de movimientos
moderados y lentos, a veces, rápidos.
Tocante al ritmo,
éste contribuye con las sonoridades, a circunscribir no sólo la musicalidad del
texto poético de la canción sino la del bolero en particular. Si las
sonoridades aluden a la sucesión de los sonidos que forman las sílabas a través
de la asonancia,
la aliteración
y de la armonía imitativa,
es necesario advertir que la musicalidad del bolero no depende exclusivamente
del acompañamiento de instrumentos ni de la voz, sino del ritmo del texto de la
canción. De modo que al igual que muchos otros géneros musicales, el bolero
alterna sonoridades y ritmos, estructura métrica y timbre de voz, y
acompañamientos de instrumentos al servicio de una melodía.
Es el ritmo poético
el que pasa a formar el ritmo del bolero por medio de la canción, del acompañamiento
de instrumentos y de la voz humana. Por eso, el ritmo más allá de la suma de
los acentos, las pausas, las cesuras y la métrica, es movimiento y organización
del movimiento del habla en los lenguajes poético y bolerístico, movimiento
producido por las sonoridades y la rima y aun, por la puntuación, aunque este
último está más por el tempo en el bolero.
El ritmo tanto en
el texto poético de la canción como en el bolero, favorece la alternancia de
los puntos fuertes y débiles del discurso musical bolerístico. Por eso, “Es
gracias a él [el ritmo] que módulos repetitivos estabilizadores al interior de
un marco temporal seguro porque previsible están establecidos (Barrucand, 2009,
p. 29).
Retomando la
cuestión de la forma del bolero, es de señalar que ésta va a la par del ciclo del
propio bolero y dicho ciclo consta de movimientos distintos y cada movimiento
posee una estructura formal independiente. Generalmente, el ciclo del bolero
suele ser de dos tipos: lento / rápido o de tres movimientos: lento /
rápido / lento.
En definitiva, el
acercamiento poético a el bolero entendido como análisis de las estructuras
externas e internas del mismo género, puso de manifiesto la interferencia entre
poesía y el bolero por lo que ambos géneros comparten elementos estructurales o
sea, algunos componentes estructurales propios de la poesía y sobre todo, los
que le imprimen su dimensión musical y que migran al bolero por la vía de la canción
para configurar junto a la intervención de los instrumentos, su carácter
musical.
Dicho de otra
forma, la generación de componentes formales propios a la poesía y aptos para
la elaboración de la materia sonora tanto a nivel de la poesía como a nivel del
bolero hace coincidir el bolero con la poesía y convierte al primero en un
poema fono-estilizado.
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