LA
UNIDAD LATINOAMERICANA EN EL PENSAMIENTO DE SIMÓN BOLÍVAR Y JOSÉ MARTÍ
Autoras:
1. Xiomara Caridad
Barajona Caro
Licenciada en Historia.
Especialista en Historia de América y Universal. Profesora Auxiliar en la
Universidad Tecnológica de La Habana, Cuba.
E-mail:
xbarajona@icb.cujae.edu.cu
2. Victoria L. Barajona
Caro
Licenciada en Economía
Política. Master en Ciencias de la Educación Superior. Profesora Auxiliar en la
Universidad Tecnológica de La Habana, Cuba
E-mail:
victoria@icb.cujae.edu.cu
Resumen
Las autoras consideran oportuno
abordar en pleno siglo XXI el pensamiento de dos grandes figuras de
Latinoamérica: Simón Bolívar y José Martí, pretendiendo reflexionar acerca de
la coincidencia de ambos en lo relativo a la unidad en aras de lograr la
verdadera independencia de Hispanoamérica primero y consolidar esta, después
que las colonias españolas se convirtieran en Republicas.
Para lograr una aproximación
al pensamientos de estos próceres se consultaron numerosos artículos, cartas, documentos
elaborados por ambos, entre otros materiales no menos importantes; que
justifican la presencia de muchos puntos de coincidencia a pesar de haber
vivido en diferentes etapas históricas.
Es significativo el legado
dejado por Bolívar en la “Carta de Jamaica” y posteriormente Martí en “Nuestra
América” donde se encuentran puntos de contacto en cuanto a las relaciones que debían
establecer las Repúblicas, ya que para ellos sería un error que la posición de
estas tuviera un carácter de subordinación hacia Estados Unidos u otra potencia
europea.
El pensamiento Bolivariano
y el Martiano tiene significativa vigencia en el contexto latinoamericano, donde
se evidencia la necesidad de la unidad en aras de viabilizar el desarrollo
que estas Republicas necesitan.
THE
LATIN AMERICAN UNITY IN THE THOUGHT OF SIMÓN BOLÍVAR AND JOSÉ MARTÍ
Summary
The
authors consider appropriate to address in the 21st century the thought of two
great figures in Latin America: Simón Bolívar and José Martí, pretending to reflect
on the coincidence of both in relation to unity in order to achieve the true
independence of Spanish America first and consolidate this, after the Spanish
colonies became republics.
To
achieve an approach to thoughts of these protracts, numerous articles, letters,
documents prepared by both, among other non-less important materials were
consulted; that justify the presence of many coincidence points despite having
lived in different historical stages.
It
is significant the legacy left by Bolívar in the "Letter of Jamaica"
and Later Martí in "Our America" where
there are contact points regarding the relations that the republics had to be established,
since for them it would be an error that the position of these had a character
of subordination towards the United States or another European power.
Bolivarian
thought and Martian have significant validity in the Latin American context,
where the need for unity is evident in the interests of viability that these
republics need.
Introducción
Nacidos a finales del
Siglo XVIII Simón Bolívar y a mediados del Siglo XIX José Martí, simbolizan la
continuidad del pensamiento revolucionario latinoamericano.
De cuna rica Bolívar y de
origen humilde Martí, son portadores de un pensamiento universal que rebasa el límite
de sus patrias de origen y del continente americano. No fueron hombres de
patria chica como catalogaba Martí a aquellos que solo luchaban por su
territorio y a veces con ideales de lucro; para Bolívar al decir también de
Martí “patria es humanidad”.
Fueron hombres no solo de
su tiempo, sino que su ideario tiene plena vigencia en estos días donde América
Latina demanda más que nunca la necesidad de la unidad. Martí al igual que Bolívar
soñó con una América Latina unida donde estaban presentes muchas semejanzas en
las Repúblicas que la conforman. Luchó Martí porque Cuba que no hizo su proceso
independentista junto al resto de la América Hispana, lograra la independencia
y se insertara en la América nuestra: El avizoraba que era la hora del recuento
y de la marcha unida, donde América lograra su segunda independencia.
Sus palabras parecen
dichas hoy, donde sería viable para que la América Latina se desarrolle plenamente,
la búsqueda de la unidad por la que tanto lucharon Simón Bolívar y José Martí.
Simón Bolívar y Palacios
Simón Bolívar nació el 24
de julio de 1783 en Caracas, Venezuela, perteneció a una familia que contaba
con grandes riquezas: fincas, ingenios azucareros, casas, numerosos esclavos, así
como otras propiedades. Todo ello hacía a la familia Bolívar y Palacios estar dentro
de las más ricas de Venezuela. Siendo un niño quedó huérfano, primero falleció
su padre cuando contaba solo con tres años y a los siete murió su madre; Simón
y sus tres hermanos quedaron al cuidado del abuelo materno.
Fue de suma importancia en
la vida de Bolívar su maestro preceptor Simón Rodríguez que le inculcó valores decisivos
para su vida futura. Con la guía de ese ejemplar maestro se fue forjando su recio
carácter y ampliándose su cultura.
Junto a Simón Rodríguez
viaja a Italia y en el Monte Aventino en 1806 jura ante este consagrar su vida
a la libertad de la patria. Se vincula también con figuras destacadas de la
ciencia lo que le permitió ampliar su horizonte cultural. En ese propio año
conoce al Barón de Humboldt; naturalista alemán que había realizado profundos estudios
de la naturaleza y las sociedades en gran parte de la región Hispano Americana.
El Barón le brindó a Bolívar
una panorámica de las amplias potencialidades naturales de la América Hispánica,
los conocimientos adquiridos contribuyeron a la formación del pensamiento bolivariano
sobre la naturaleza.
En 1808 después de ocupar
Portugal, Napoleón ocupa también a España y pone en el trono español a su
hermano José. Este hecho inicia la lucha contra el absolutismo y la ocupación
de las fuerzas francesas, constituyéndose Juntas de Gobiernos Locales.
Esa situación en la
metrópolis repercutió en las colonias de Hispanoamérica, donde se produjo un movimiento
juntista en rechazo al Rey francés impuesto en España, que después se
transformó en un movimiento independentista en las Colonias.
Uno de los primeros lugares
donde se consolidó el movimiento fue en Venezuela y al cual se incorporó
Bolívar. La Junta Suprema de Caracas creada el 19 de abril de 1810 se pronunció
por la creación de una Confederación que reuniría a los pueblos americanos.
En este contexto se desarrolló la actividad revolucionaria de Bolívar, quien
desde su incorporación a la lucha por la independencia comprendió la necesidad
de la unidad de las colonias hispanas para alcanzar primero la independencia y
consolidar ésta después.
La idea de Bolívar era crear
una gran nación que llamó indistintamente América Meridional, Sudamérica, Hispanoamérica
o simplemente América. Su pensamiento a partir del inicio de la lucha independentista
estará muy vinculado a la integración latinoamericana. En la medida que va
madurando el pensamiento independentista del Libertador se produciría una
toma de conciencia con relación a la necesidad de la unidad de todas las
fuerzas revolucionarias del continente. Esa idea se pondrá de manifiesto en las
numerosas cartas que envía a diferentes oficiales del Ejército Independentista
y a otras personalidades; también en documentos que suscribe desde los
importantes cargos que ocupa a lo largo de la lucha por la independencia.
Bolívar considera que solo
la unión en una gran nación permitiría eliminar el regionalismo, las indisciplinas
y la anarquía que tanto daño causaban, contribuyendo solo a la fragmentación.
Planteaba constantemente que era necesario para evitar los males que
llevarían al fracaso el proceso independentista, un gobierno central fuerte
para lograr los objetivos supremos de toda la América Meridional.
El fracaso de la Primera y
la Segunda República en Venezuela, le daría a Bolívar duras lecciones que le
sirvieron para radicalizar su pensamiento, con ideas que van más allá de los
intereses de la clase social a la que pertenecía. Consideró la necesidad de
eliminar la esclavitud como paso importante para lograr el apoyo popular en la lucha
por la independencia donde debían luchar juntos las grandes masas de indígenas,
mestizas y esclavos.
En sus discursos a las
tropas Bolívar explica la importancia de que cada luchador revolucionario comprenda
el papel que en el proceso independentista le corresponde jugar no como simple
soldado de una región determinada, sino de toda la América. En una arenga a la División
de Urdaneta el 12 de noviembre de 1814, Bolívar finaliza exclamando: “Para
nosotros la patria es la América; nuestros enemigos los españoles, nuestra
enseña la independencia, y la libertad” (Galich, 1975.pag 29). Evidentemente se
ponen ahí de manifiesto una vez más sus ideas acerca de la unidad y ver la
América como una sola nación.
Bolívar en la Carta de
Jamaica señalaba: “es una obra grandiosa formar de todo el mundo nuevo una sola
nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que
tienen un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por
consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que
hayan de formar…”. Sin embargo, esa idea bolivariana de unidad no dejaba de ser
en ese momento un sueño que la vida demostró irrealizable todavía.
Más adelante Bolívar reconocía
“…más no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses
opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América”. (Tres documentos, 1979
pág.179)
Todo esto quedó demostrado
antes de su muerte ya que otros luchadores por la independencia de la América
Hispana se encargaron de desbaratar lo que Bolívar con tanto esfuerzo había construido.
En 1830 cando muere Bolívar
ya la Gran Colombia se había disuelto; hombres de patria chica - al decir de
Martí - se habían encargado con sus ambiciones de desmembrar la unidad de
Venezuela, Colombia y Ecuador.
En la Carta de Jamaica
elaborada por Bolívar en 1815, expresa lo que significó para América los tres
siglos de colonización española, durante los cuales saqueó las riquezas del
área y contribuyó a la destrucción de su población autóctona. Valora que
después de todo lo sufrido por los americanos bajo el yugo español, la única
salida posible era luchar por la independencia absoluta.
En su análisis de la situación
socioeconómica de la América Latina consideró que era el resultado de la
forma en que España administró las colonias considerando solamente los
intereses de la metrópolis e ignorando los intereses de las regiones
colonizadas; lo que en definitiva, contribuyó a sentar las bases del
subdesarrollo futuro.
Precisamente las
limitaciones para el desarrollo económico y político de la región se
manifestaron a la hora de luchar por la independencia y de llevar a cabo
un proceso revolucionario radical.
En la Carta citada Bolívar
analiza la disposición de cada territorio latinoamericano para lograr la independencia,
incluida Cuba y Puerto Rico a los que considera por su posición geográfica no
dispuestos aún a levantarse en armas.
Teniendo en cuenta las condiciones
históricas de la región, hace alusión además al tipo de gobierno que sería más conveniente
luego de alcanzar la libertad. Vaticinó el futuro de acuerdo a sus
conocimientos de la región de América Latina. Concluyó el documento referenciado
señalando que lo único que faltaba a los americanos para alcanzar su verdadera
independencia era la unión.
José Martí continuador
del pensamiento latinoamericanista de Bolívar y estudioso de su labor en
aras de la independencia y la unidad de las antiguas colonias de España en América;
en un discurso pronunciado en honor a Simón Bolivar el 28 de Octubre de
1893 señalaba “ ¡Pero así está Bolívar en el cielo de América , sigiloso, y
ceñudo, sentado aún en la roca de crear, con el inca al lado y el haz de
banderas a los pies; así está el calzando aún las botas de campaña, porque
lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy , porque Bolivar tiene que
hacer en América todavía (Martí, 1975 OC.T8 pág. 243)
Antes de realizar una
valoración objetiva de la situación de América Latina en la Carta de Jamaica, Bolívar
había manifestado algunas ideas unionistas de forma esporádica. En la misma, en
1815 se plantea de forma más precisa la idea de la integración latinoamericana.
Se muestra deseoso “…más que otro alguno ver formar en América la más grande nación
del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria…”
(Galich, 1975. pág. 23)
En numerosas cartas,
documentos y discursos; Simón Bolívar expresa la necesidad de la unidad
latinoamericana para alcanzar la independencia e irse integrando las nacientes
republicas liberadas del yugo español.
En una carta del 12 de
junio de 1818 dirigida a Juan Martin Pueyrredón, Director de las Provincias
Unidas del Rio de La Plata, el Libertador señalaba “Una sola debe ser la patria
de todos los americanos, ya que en todo hemos tenido una perfecta unidad”. (Galich,
1975. pág. 68)
Se refería en este caso a
la integración que debían ir realizando las repúblicas que se irían creando a
partir de su independencia. Así vemos el apoyo que da Bolívar para el logro de
uniones que se dieran entre antiguas colonias de Rio de La Plata. También en
carta al general Carlos Soublette, del 22 de noviembre de 1822, le expresaba
sus temores con relación al régimen monárquico establecido en México. Consideraba
que las ambiciones del monarca podrían amenazar a la vecina Colombia, pues
dicha monarquía también tendría el respaldo de Europa y podría invadir con el
objetivo de restaurar el régimen colonial en los territorios liberados. Al
respecto señalaba: “Es necesario ir difundiendo en nuestro pueblo aun ignorante,
estas ideas para prevenir al enemigo, es preciso hacerle concebir la
posibilidad de que esto suceda y enseñarle el remedio de preservarse del mal,
que no es otro que la unión”. (Galich, 1975. pág. 109)
En esa etapa Venezuela no había
logrado aún su independencia, pero Bolívar asegura en su carta a Pueyrredón,
que cuando su patria alcance la independencia firmará “…el pacto americano,
que formando de todas nuestras republicas un cuerpo político , presente la
América al mundo con un aspecto de majestad y grandeza sin ejemplo en las
naciones antiguas . La América así unida, si el cielo nos concede este deseado
voto, podría llamarse la reina de las naciones, y la madre de las repúblicas”.
(Galich, 1975. pág. 69).
En este sentido cuando el
Libertador se refiere a América excluye a los Estados Unidos de quien critica
su falsa “neutralidad” con respecto a la lucha de las colonias hispanas por su independencia.
Consideraba que EEUU no era imparcial, pues apoyaba a España y estaba en contra
de los independentistas del Sur.
En carta a Bautista Irvine,
agente de los Estados Unidos de la América del Norte, fechado desde Angostura
el 20 de agosto de 1818 señalaba: “hablo de la conducta de los Estados Unidos
del Norte con respecto a los independientes del Sur, y de las rigurosas leyes
promulgadas con el objetivo de toda especie de auxilios que pudiéramos
procurarnos allí”. (Galich, 1975. pág. 84).
Para Bolívar no cabían
dudas con respecto a la posición de los Estados Unidos y su marcado interés en
no tomar partido sobre la gesta independentista hispanoamericana. Por ello en
su lucha por la unidad de la América Meridional no incluía a la Anglosajona. Detallaba
los distintos territorios que conformaban la América Hispana. Sus
características, potencialidades y hasta vaticinó el futuro de la región.
Ya desde la Carta de
Jamaica en 1815 El Libertador cuando consideraba, la posición europea con relación
a la lucha independentista en América, decía de Estados Unidos que “…hasta
nuestros hermanos del Norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta
contienda”. (Casa de las Américas 1973, pág. 14).
Sus ideas sobre la actitud
norteamericana se reflejaron también en la Convocatoria al Congreso de Panamá
de 1826, donde llamaba la atención al colombiano Francisco de Paula
Santander en cuanto a su criterio con respecto a que se invitara a Estados
Unidos a participar.
Sus ideas son
concluyentes cuando en carta del 5 de agosto de 1829 al Coronel Patricio Campbell
le expresa que “…los Estados Unidos…parecen destinados por la Providencia para
plagar la América de miserias a nombre de la libertad”. (Galich 1975, pág. 329)
En las numerosa cartas que
escribe Bolívar, sobre todo a Santander manifiesta su idea de que Estados
Unidos eran los mayores enemigos de la creación de una Confederación que
abarcara a las republicas que habían surgido en la América Meridional. No le
gustaban los norteamericanos. En su preparación del Congreso de Panamá se opuso
a que se invitara a una representación de dicho país. Bolívar trabajó con
denuedo por realizar su sueño de una Hispanoamérica unida. Empezó a lograrlo
con el surgimiento de la Gran Colombia cuando se materializó la independencia de
Nueva Granada, Venezuela y Ecuador. Otros territorios también se confederaron
pero la unidad fue efímera.
Bolívar además intentó
crear la Confederación de Los Andes, que la integrarían la Gran Colombia, Perú
y Bolivia, deseo que no germinara pues eran muchos los factores en contra.
Cuando Bolívar muere en 1830, ya la Gran Colombia se había desmembrado y la
unidad latinoamericana siguió siendo una utopía.
José Martí y Pérez
El 28 de enero de 1853
nace en la Habana José Martí y Pérez. De familia humilde desde niño comenzó a
comprender las injusticias y se opuso a estas. Con solo nueve años vio de
cerca lo que era la esclavitud, pues en una temporada que pasó junto a su
padre en una finca en Hanábana, provincia de Matanzas, vio azotar a un
esclavo, acto que lo impresionó y le hizo tomar partido contra la crueldad
de la esclavitud. Numerosos son sus escritos referidos a esta etapa.
Años después de lo que
había presenciado en cuanto al trato dado a los esclavos, reflejó en sus
conocidos “Versos sencillos” lo siguiente: “Rojo como en el desierto, salió
el sol al horizonte:/y alumbró a un esclavo muerto, /colgado a un ceibo del
monte./Un niño lo vio: tembló / De pasión por los que gimen , /Y al pie del
muerto juró / Lavar con su vida el crimen /”(Martí, 1975. OC T 16, pág.
106 - 107)
Contó Martí en su niñez
con la enseñanza de hombres como el maestro Rafael María de Mendive, quien
inculcó en el valores que fortalecidos en el ámbito familiar contribuirían al
desarrollo de un pensamiento abarcador, universal.
Sus rectas ideas con
relación a la justicia, al deber ciudadano, a la lealtad, a la amistad, lo
llevarán a definirse desde muy joven contra las injusticias del régimen colonial.
Con solo diecisiete años sufrió cárcel y destierro que forjarán su carácter y
le darán una visión más amplia del yugo colonial que pesaba sobre Cuba.
En su primer destierro en España,
conocerá las interioridades de la metrópolis, e irá al mismo tiempo enriqueciendo
su cultura. Vivió durante años en varios países de América Latina, entre ellos
Venezuela donde se aproximará al pensamiento bolivariano y se convertirá en el
continuador en la lucha por la unidad latinoamericana.
El deseo de Martí de
conocer más profundamente a la que él llama Nuestra América, también la
necesidad de buscar una situación económica más estable para su familia, lo que
no había logrado hasta el momento lo llevó a Venezuela en 1881.
Muy impresionado y ferviente
seguidor del Libertador narra en “Tres Héroes”: “Cuentan que un viajero llegó
un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó
ni donde se comía ni se dormía, sino como se iba a la estatua de Bolívar”
.Martí consideraba a Bolívar como el padre de América y a Caracas la cuna del
continente liberado. (Martí, 1975. T 8, pág. 304)
Martí observa críticamente
la situación de Venezuela, donde el gobernante del momento solo beneficia a la oligarquía
y hace nada por las clases más humildes. Estudia además la historia de los
países de América Latina, todo ello le permite comprender los males que sufre Hispanoamérica
y la necesidad de la unidad para poder enfrentarlos.
Consideró que la
Revolución en América estaba solo iniciada. Es en esa etapa que madura su
pensamiento latinoamericanista y toma conciencia de su lugar en la lucha, no
solo por lograr la independencia de Cuba y Puerto Rico, sino en contribuir a la
realización de las grandes transformaciones que considera inaplazables, para
ocupar el lugar que en el mundo le corresponde a América.
Se identifica Martí con la
causa venezolana y a su vez con América. En su carta a Fausto Teodoro de
Aldrey, desde Caracas el 27 de julio de 1881 le dice: “De América soy hijo y a
ella me debo. Y de la América a cuya revelación, sacudimiento y fundación urgente
me consagro, esta es la cuna, ni hay para labios dulces, copa amarga, ni el
áspid muerde en pechos varoniles; ni de su cuna reniegan hijos fieles. Deme Venezuela
en qué servirla, ella tiene en mi un hijo”. (Martí, 1993. Epistolario. T I,
pág. 212).
Consideraba el Apóstol su
deber para América, no solo su sacrificio seria por Cuba. Para el América era
la patria grande al igual que lo había sido para Bolívar, Martí fue su
continuador.
Analizando la situación de
América Latina Martí aseguraba: “…Ni ¿en qué patria puede tener un hombre más orgullo
que en nuestras republicas dolorosas de América, levantadas entre las masas mudas
de indios, al ruido de pelea del libro con el cirial sobre los brazos
sangrientos de un centenar de apóstoles?…De factores tan descompuestos, jamás
en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compuestas”.
(Martí, 1975, OC T 16, pág. 16)
Reconocía Martí cómo a
pesar de las diferencias de origen social los hombres fueron capaces de unirse
con el objetivo común de lograr la independencia. Decía el Apóstol en estas
consideraciones sobre las diferencias: “Con los pies en el rosario, la cabeza
blanca y el cuerpo pinto de indio y criollo, venimos denodados al mundo de las
naciones. Con el estandarte de la virgen salimos a la conquista de la
libertad”. (Martí, 1975. OC T 6, pág. 18)
En este análisis de
Nuestra América, Martí pone de manifiesto el origen de esta región, conformada
por elementos de diverso origen pero que forman un todo haciendo posible la
unión.
Martí supo valorar con justeza
la labor emancipadora de Bolívar para lograr la independencia de las colonias
hispanas de América. Bolívar en la Carta de Jamaica se refería a los factores
diversos de la región latinoamericana que no contribuían a la unión; Sin
embargo Martí acerca del pensamiento bolivariano consideraba: “Su gloria más
que en ganar las batallas de la América, estuvo en componer para ellos sus
elementos desemejantes u hostiles, y en fundirlos a tal calor de gloria, que
la unión cimentada en él ha podido más, al fin que sus elementos de
desigualdad y discordia…”. (Martí, 1975. OC T 8, pág. 252)
El Apóstol enaltece la
obra del Libertador, pues comprendió la posibilidad de alcanzar la libertad de
la América hispana mediante la unidad. Como seguidor de las ideas de Bolívar, comprendió
la necesidad de lograr la independencia de Cuba y Puerto Rico, lo cual estuvo
en los planes libertarios de Bolívar. Lo que no pudo cumplirse por su muerte
en 1830, así como la muerte de ese gran General Antonio José de Sucre a quien
Bolívar en su momento, había confiado esa importante misión.
Al igual que Bolívar, Martí
comprendió el peligro que constituían los Estados Unidos para América Latina y
expresaba que solo la unidad podía constituir un obstáculo a las ambiciones
norteamericanas, “¡Los árboles se han de poner en fila para que no pase el
gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y
hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”.
(Martí, 1975. OC T 6 pág. 15).
También en su obra Nuestra
América, el Apóstol manifestaba con relación a los Estados Unidos: “Pero otro
peligro corre acaso, Nuestra América, que no le viene de sí, sino de la
diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores
continentales, y es la hora próxima en que se le acerque demandando relaciones íntimas,
un pueblo emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña”. (Martí, 1975.
OC T 6. Pág. 21)
A estas consideraciones
llegaba Martí luego de analizar la situación que tenían la republicas
hispanoamericanas, donde el principal problema lo constituía el peligro
norteamericano que despreciaba a Latinoamérica, pero la deseaba, pues consideraba
que debía estar bajo su dominio. “El desdén del vecino formidable, que no la
conoce, es el peligro mayor de nuestra América, y urge, porque el día de la
visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto para que no
la desdeñe” (Martí, 1975. OC T 6. pág. 22)
Otra ocasión en que Martí
criticó la posición norteamericana lo fue cuando en 1888 Estados Unidos convocó
a una Conferencia Internacional en Washington, para entre otras cosas aprobar
la adopción por cada uno de los gobiernos de una moneda común de plata. Durante
algunos años en que Estados Unidos realizó Congresos y Conferencias tratando de
imponer su dominio, engañando a los delegados latinos que participaron,
tratando de mostrarles beneficios al realizar uniones con un país poderoso. Martí
escribió numerosos artículos acerca de la Conferencia Internacional convocada
por Estados Unidos.
En uno de los artículos
escritos en la Revista Ilustrada de Nueva York, en marzo de 1891, señalaba “…pueden
los Estados Unidos convidar a Hispanoamérica a una unión sincera y útil para Hispanoamérica
¿Conviene a Hispanoamérica la unión política y económica con los Estados
Unidos?...” (Martí, 1975. OC T 6. Pág. 160).
Quien dice unión económica
dice unión política: El pueblo que compra manda. El pueblo que vende, sirve. En
el artículo Martí hacia reflexiones sobre el peligro que constituía vender a un
solo país, eso llevaba al pueblo más débil a servir al pueblo poderoso, a
doblegarse a este.
En el pensamiento
martiano, su patria Cuba y América van juntos lo que expresó hasta en la carta
inconclusa que escribió a su amigo mexicano Manuel Mercado, el día antes de
caer en combate. En la misma señala el peligro que representaba Estados Unidos
para Cuba y América. Por eso consideraba que la guerra de independencia en
Cuba contra el colonialismo español debía ser breve, para “…impedir a tiempo
con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados
Unidos y caigan, con esa fuerza más sobre sobre nuestras tierras de América…” (Martí,
1993. Epistolario, T 5, pág.250)
Era vital en las
consideraciones que hacia Martí, lograr la independencia de las colonias españolas
de Cuba y Puerto Rico. Con respecto a la guerra por la independencia Martí
decía el 17 de abril de 1894 “Es un mundo lo que estamos equilibrando: no son
solo dos islas las que vamos a libertar”. Él le concedía mucha importancia al
logro de la independencia de las dos islas antillanas y como bien expresaba, contribuiría
al equilibrio del mundo. Más adelante en el artículo aseguraba: “Un error en
Cuba es un error en América, es un error en la humanidad moderna…la
independencia de Cuba y Puerto Rico no es solo el medio único de asegurar el
bienestar decoroso del hombre libre en el trabajo junto a los habitantes de
ambas islas, sino el suceso histórico indispensable para salvar la
independencia amenazada de las Antillas libres, la independencia amenazada de
la América libre, y la dignidad de la republica norteamericana” . (Martí,
1975. OC T 3. Pág. 142- 143)
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