América
Latina frente al Gigante Asiático en el nuevo siglo.
Entre
nuevas oportunidades y viejos modelos.
Latin
America against the Asian Giant in the new century.
Between
new opportunities and old models.
Autor:
Javier A. Valente
Mail:
javier.entrerriano84@gmail.com
Área
temática: Relaciones Internacionales
Resumen
El
peso ganado en las últimas décadas por China en el sistema de las Relaciones
Internacionales, trastoco los parámetros y expectativas con los que se
desenvolvían otros agentes del sistema internacional. En torno a esta cuestión,
se abrió un profundo debate respecto al impacto (positivo-negativo) y la
amenaza potencial (aliado-enemigo) que representa dicha consolidación China en
el nuevo esquema mundial. ¿Es un estímulo al desarrollo de otras naciones?¿O
por el contrario, expresa una agudización de viejos patrones?¿Es un aliado
estratégico para la construcción de autonomía y ampliación de soberanía en
otras regiones? Nuestra hipótesis es que, (1)más allá de los discursos y
filosofías elaboradas y esgrimidas repetidas veces por los agentes decisionales
chinos, los vínculos establecidos con América Latina, están orientadas y
regidas pragmáticamente en función de las necesidades que emanan de su propio
desarrollo económico nacional -el de China- y (2)si esta vinculación
(comercial, política y económica) da lugar y forma al desenvolvimiento de
recursos de ampliación de soberanía en países en desarrollo, debemos buscar las
respuestas en las propias capacidades y retoricas locales más que en las
intenciones u objetivos inmanentes en la política exterior China.
Palabras
claves:
Autonomía / desarrollo / relaciones internacionales / dependencia /
extractivismo
Abstract
The
weight gained by China in the last decades in the International Relations
system disrupted the parameters and expectations with which other agents of the
international system developed. On this issue, an in-depth debate was opened
regarding the impact (positive-negative) and the potential threat (ally-enemy)
that this Chinese consolidation represents in the new world scheme. Is it a
stimulus to the development of other nations? Or on the other hand, is it a
manifestation of the sharpening of old patterns? Is it a strategic ally for the
construction of autonomy and the expansion of sovereignty in other regions? Our
hypothesis is that, (1)beyond the discourses and philosophies elaborated and
wielded repeatedly by the Chinese decision-making agents, the links established
with Latin America are oriented and governed pragmatically according to the
needs emanating from their own national economic development -the one of China-
and (2)if this linkage (commercial, political and economic) gives rise and form
to the development of resources for the expansion of sovereignty in developing
countries, we must seek for the answers in the very local capacities and
rhetorics rather than in the immanent objectives or intentions of the Chinese
foreign politics.
Keys Word: Autonomy / Development /
International relationships / Dependency / Extractivism
Introducción
En 1978, chinaemprendió un
camino que alteraría indefectiblemente el desarrollo de los acontecimientos
propios e internos de esta nación, cómo los del conjunto del sistema
internacional. El vuelco impulsado por el Gobierno chino hacia la gradual
liberación económica, comercial y productiva,así como hacia el incentivo de
agentes económicos “privados” y “mixtos”, le dieron al Estado -políticamente
fuerte y centralizado- lasherramientascon las cualesestimular el desarrollo de
las fuerzas productivas en un juego planificado de estímulos y acciones
privadas y estatales.
Este proceso “guiado” -más
allá de los posibles imponderables-y acumulativo, dio lugar y forma al salto
político-económico de una nación “en desarrollo” a una “económicamente
desarrollada” en cuestión de décadas. No sin trastocar, claro está, el statu
quo delas relaciones internacionales;no sin afectar tampoco, las economías y
naciones vinculadas a su desarrollo, entre ellas las de América Latina. Estamos
hablando de un desarrollo y un peso ganado por Asia en general y China en
particular en los últimos años del siglo XX y primeros del XXI, que llevó a
muchos analistas a considerar que el centro gravitacional de las transacciones
económicas y políticas, se están desplazando del atlántico norte al pacifico
norte, como antes lo hiciera del mediterráneo al atlántico (Bolinaga Luciano;
2007).
Este recorrido, ira
acompañado de nuevas formas de pensar las interacciones entre los agentes
internacionales y de pensarse a sí mismo (como actor no occidental). La
política exterior de China, contara así, con todo un nutrido desarrollo
filosófico intelectual de la mano de las academias y escuelas de Relaciones
Internacionales (RRII) chinas en las que el “liberalismo” y el “realismo”
encuentran lugar junto a los clásicos filosóficos confucionistas y toda una
tradición histórica propia. Una articulación de
preceptos,axiomaseideaspropiasdel cuerpo analítico occidental, con concepciones
filosóficas, políticas y ontológicas arraigadas en la tradición china, que
conformarían de conjunto, el prisma mediante el cual interpretan y evalúan las
interacciones humanas en general, e internacionales en particular; del cual
emanan los principios rectores (morales y racionales) sobre el cual conducirse
y fijar los fines.
Por otro lado, se abren
una serie de debates en el resto de los agentes intervinientes en las
relaciones internacionales, respecto al impacto (positivo-negativo) y la
amenaza potencial (aliado-enemigo) que representa la consolidación de China
como un actor relevante y de peso en el nuevo esquema mundial. ¿Es un estímulo
al desarrollo de otras naciones? ¿O por el contrario, expresa una agudización
de viejos patrones? ¿Es un aliado estratégico para la construcción de autonomía
y ampliación de soberanía en otras regiones respecto a la hegemonía
norteamericana?¿O es simplemente otro actor con el cual interactuar mediante
acuerdos coyunturales?¿es un riesgo, una amenaza a la estabilidad mundial?¿o es
una garantía, un balance al poder norteamericano?.
Nuestra hipótesis es,(1)que másallá de los discursosy filosofías elaboradas y
esgrimidas repetidas veces por los agentes decisionales chinos,los vínculos
establecidos con América Latina, están orientadas y regidas pragmáticamente en
función de lasnecesidadesque emanan de su propio desarrollo económico nacional
-el de China- y que (2)si esta vinculación (comercial, política y económica) dalugar
y forma al desenvolvimiento de recursos de ampliación de soberanía en países en
desarrollo -sobre todo a partir de los primeros años delpresente siglo-, debemos
buscar las respuestas en las propias capacidades y retoricas locales más que en
las intenciones u objetivos inmanentes en la política exterior China.
El gigante asiático
Efectivamente, a partir de
1978 -en el marco del XI Comité Central del Partido Comunista Chino(PCCh) y
acelerado tras la muerte del líder Mao Zedong- China introdujo una serie de
reformas políticas y económicas dirigidas a la “modernización socialista”, es
decir, a la modernización de la agricultura, la industria, la defensa, la ciencia
y la tecnología (Malena Jorge; 2015).
El recambio generacional procesado
en importantes espacios decisionales,llegado a finales del Siglo XX, dio un
nuevo impulso al abandono del principio de “luchas de clases” y estimulo
la elaboración del principio del “socialismo de mercado” o “socialismo
con peculiaridades chinas”,bajo las que se exigía la continuidad de las
reformas “modernizadoras”. En definitiva de lo que se trataba, era de acelerar
el desarrollo de las fuerzas productivas chinas, mediante la combinación de una
“economía planificada” con la regulación del mercado -con características
“socialista”-.
Al tiempo que el Estado se reservaba el control y dirección de las empresas
industriales pesadas y las consideradas estratégicas para la nación, iniciaba
sobre las pequeñas y medianas empresas una política de semi-privatización que favoreció
la asociación de capitales nacionales y extranjeros.
Estas reformas
implementadas en escasas cuatro décadas y en distintas etapas, significaron la
gradual liberación económica de China, la descentralización administrativa y la proliferación
de empresas y capitales privados y nacionales, que conjuntamente con las
Empresas estatales y mixtas modificaron definitivamente las prácticas sociales
chinas.
Fueron transformaciones
que efectivamente crearon las condiciones para un crecimiento sostenido de
características impresionantes y con una creciente competitividad.Sin embargo,
es de mencionar, que esos índices de éxito del “socialismo de mercado”, se
cimentaron sobre una creciente desigualdad social -sobre todo entre los
trabajadores rurales y urbanos- y una fuertes desatención en cuestiones como la
seguridad social, la estabilidad laboral, las condiciones de trabajo y los
ritmos de producción (Malena Jorge; 2015). Frente a estas nuevas realidades y tensiones
sociales, podemos pensar que el “éxito económico” se transformó en una presión
legitimadora para el Estado y el PCCh volviéndose un fin en sí mismo.
Cabría preguntarse en este
contexto, que rol jugaron -y juegan- las “economías periféricas” en este
proceso de desarrollo acelerado chino. Un desarrollo que cada vez más necesito
tanto de insumos primarios para susindustrias, como de mercados para sus bienes
manufacturados.
China y las Relaciones internacionales.
Conforme China emergía
como un polo productivo regional asiático y se integraba a la comunidad
internacional, múltiples explicaciones buscaron dar respuesta a lo que sería
para muchos, el fenómeno internacional más relevante de la era post “guerra
fría”. China como productor de conocimiento, no se quedaría atrás y
desarrollaría lógicas interpretativas propias que, sin renegar de las
contribuciones occidentales, levanta sistemas de pensamiento propios; surgirían
de allí, las “Teorías de la Relaciones Internacionales con peculiaridades
chinas”.
Generalmente se utiliza el
esquema propuesto por el profesor Qin Yaqing para pensar el proceso y
enriquecimiento analítico filosófico de las RRII chinas. Lo interesante de esta
propuesta, es que nos devela un rico proceso en el que se impulsan academias de
RRII que -tomando elementos teóricos y metodológicos del realismo y el
liberalismo occidental con un fuerte aporte de las tradiciones filosóficas
locales-dan cuenta de la complejidad de las interacciones políticas exterioresy
comenzaran a pensar a china como actor en ese espacio internacional,aportando
su influencia en el campo decisional en vista de los intereses nacionales.
Mientras el realismo reservo
un lugar en la agenda, al debate del fortalecimiento estatal como garantía de
concreción del interés nacional, el liberalismo hacia su parte, con el precepto
del fortalecimiento económico y la incorporación de China en los organismos
internacionales y el multilateralismo como mecanismos de intervención.A este cuadro
analítico-intelectual, que además se instituye en una filosofía de acción, se
le sumo un constante esfuerzo por darle un aporte desde los propios pensadores
clásicos filosóficos chinos-generalmente ligados al confucionismo-, con una
fuerte impronta moral sobre las acciones políticas (Staino Maria y Bordazar
Laura; 2017).
En este sentido, con el
ingreso al Siglo XXI comienza a surgir un renovado interés por desarrollar una
teoría propia de las Relaciones Internacionales.Durante el congreso partidario
de 2007, se articuló una serie de elaboraciones analíticas/conceptuales propias
como “mundo armonioso” y “sociedad armoniosa”, con las que se dio
una orientación política definida: el “desarrollo pacífico de China”. En
este contexto, se definieron los intereses nacionales y las estrategias hacia
adentro y afuera: erradicar la pobreza interna y reintegrar la región al mundo“pacíficamente”(sudeep
kumar; 2018).
En la práctica, esto
implicó un desplazamiento hacia un perfil más activo en la vida internacional
de la mano de un liderazgo geopolítico y económico, a través de su intervención
-como nación “desarrollada”- en múltiples organismos internacionales, interactuando
y vinculándose con otras regiones del mundo comercial y económicamente y
participando del debate de algunos de los principales temas de la agenda
internacional, como el cambio climático.
La cuestión de la
vinculación e interacción armoniosa, como vehículo de desarrollo de un mundo
más próspero y pacífico, beneficiosa para todos, aparecerá en el esquema
filosófico analítico chino, dándole relevancia al criterio de “responsabilidad
internacional” y a la idea de un liderazgo basado en alianzas con normas
morales universales de entendimiento,ayuda y respeto. China-como país
desarrollado- tendría así la responsabilidad de aportar y ayudar -al mundo en
general y a las naciones en desarrollo en particular- a desarrollarse; como se
desprende del documento: “ocho principios para la ayuda económica y la
asistencia técnica a terceros países” de 1964, cuya lógica se transmitiría a
otros documentos más recientes. (Staino Maria y Bordazar Laura; 2017).
Por tanto, si bien la
cultura política de china fue influenciada por su participación en las relaciones
internacionales y los organismo internacionales -ambas con sus normas y
culturas explicitas e implícitas-, aun hoy se puede observar la impronta de un
antiguo concepto filosófico chino, el de “Dantong” (sudeep kumar;
2018)
Sin embargo, como veremos,
muchos analistas ponen en tela de juicio este entramado discursivo/filosófico,
al considerarlo más bien un artilugio dirigido a empañar el interés
“depredador” de una economía desarrollada sobre las naciones “periféricas”.
China y América Latina
Si bien el vínculo
comercial entre las dos regiones es precedente, el bum industrial de china a
finales de los ’90, demando un fuerte abastecimiento de materias primas e
insumos comestibles para el consumo popularchino, al tiempo que requirió de
mercados capaces de absorber sus productos manufacturados. Esto transformo
radicalmente las dimensiones y características de las transacciones comerciales
que en 2003 se aceleraron vertiginosamente. (Jenkins Rhys; 2010)
Los gobiernos de la región
primeramente se mostraron poco entusiastas con la “amenaza” representada por
los bienes chinos -altamente competitivos- en el mercado local. Pero en cambio,
si mostraron iniciativa al estimular-mediante relaciones y acuerdos bilaterales-
la llegada de inversiones y créditos frescos del gigante asiático. Ahora bien,
estas inversiones de capital generalmente estaban ligadas al desarrollo de
industrias, infraestructuras o bienes complementarios a las actividades extractivitas
de la región, a través de las cuales China, se garantizaba un mejor acceso a
los recursos estratégicos regionales;
mientras que los créditos, pocas veces se desembolsaron como se esperaba y crecían
las importaciones de bienes manufacturados a la región.
En líneas generales, la
llegada de los créditos e inversiones directas, no fueron ni lo esperado ni lo
hablado en los acuerdos bilaterales; de hecho, los países desarrollados fueron
los puertos privilegiados en los que, generalmente,desembarcaron las
inversiones de capital chinas. Según Rhys, las inversiones directas de china en
la región estuvieron por debajo de las expectativas iniciales y en la mayoría
de los casos fueron impulsadas por factores comerciales, como la adquisición de
materias primas y el acceso al mercado latinoamericano para los bienes de
exportación china (Jenkins Rhys; 2010). Estos créditos, no solo están sujetos a
condicionamientos (prioridad en las licitaciones a empresarios chinos, apertura
comercial a sus productos, facilidades en materia comercial arancelaria,
implicación en las políticas nacionales, repago en materias primas y recursos, etc.),
sino que además, están “atados” al desarrollo de proyectos extractivos (mineros,
energéticos, agrícolas) yde infraestructura (puertos, redes ferroviarias,
represas, etc.)vinculadasdirectamente a la ampliación del flujo de exportación primaria
local (Cesarin Sergio; 2016).
La capacidad de presión de
China,
la necesidad acuciante de los Estados regionales de liquides, divisas e
inversiones de capital, le permite a China “vender futuro”. Esta mecánica, implica
que mientras el gigante asiático promete voluntad política -inversiones, créditos,
transferencias de capital y“mutuo beneficio”- en tanto acción potencial, las
economías periféricas en general y América Latina en particular, le retribuye
con acciones tangibles y presentes -ventajas competitivas frente a otras
economías desarrolladas, acceso a mercados, importación de productos
manufacturados, prioridad en licitaciones, etc.-(Bolinaga Luciano; 2007).
Cuando consideramos en
este cuadro, el riesgo a la (re)primarización productiva, a la exfoliación de
los recursos estratégicos naturales y las problemáticas socio-ambientales de
las economías periféricas contenidas en este patrón de intercambio, se nos
revela un panorama de profunda asimetría.En
este sentido, Sevares considera que la estrategia de expansión y vinculación
económica-comercial de China esta sostenida por un lado, en el acceso a las
materias primas de las economías periféricas y al acceso a los mercados locales
para sus productos manufacturados, y por el otro, en la utilización de los
créditos e inversiones como recursos para reforzar y profundizar el perfil
exportador de materias primas en las periferias (Sevares julio; 2015).
SoberaníaPolítica
Si bien es cierto que
variados sectores de la región, observan al gigante como una alternativa a la
hegemonía norteamericana y los organismos financieros ligados a él, también es
cierto que forma parte del complejo entramado discursivo construido en la
región, en torno a las RRII de China.
Los gobiernos de la región,
quedaron sujetos a un doble dilema. Por un lado, la necesidad real de estos por
preservar el mercado chino como receptor de sus materias primas a través
del cual acceden a las divisas necesarias para el desarrollo de las políticas
públicas -lo cual beneficia tanto al Gobierno como a los sectores
intervinientes en la redistribución interna-; por el otro lado, está la
necesidad de proteger las industrias locales de los productos chinos. En este
contexto, se acopla la falta de voluntad china por invertir los capitales acordados-másallá
de casos excepcionales en que se encuentra afectada la cadena de producción/exportación
primaria-
y la falta de una transferencia de capital tecnológico a nuestra región.
Contrariamente a lo que
considera Granados,la presencia comercial y de inversiones de China en la región,
dista bastante de presentarse en términos de cooperación y mutuo desarrollo. La
confianza en el “dialogo”, el “desarrollo pacífico”, el “mutuo entendimiento” y
la cooperación “sur-sur” no pueden solapar el carácter asimétrico que asumen
las interacciones y vínculos entre nuestra región -como economía periférica- y
China. Donde observa “oportunidades de negocios” muchos analistas ven
primarización económica y avasallamiento a la industria local.
A su vez, por parte de
China, no solo hay una preocupación real de desligarse del rol “contra-hegemónico”
que otros actores le atribuyeron, sino que hay una fuerte preeminencia de
inversiones chinas en los países desarrollados, lo que desnaturaliza un poco la
imagen construida de “contra parte”global norteamericano. A tal punto está
claro esto, que el mercado europeo y norteamericano representa para China, el
grueso de sus exportaciones -después de la propia región asiática- y que muchas
de las empresas de capitales mixtos, cuentan con alguna participación de
capitales transnacionales norteamericanos. De hecho, empresas transnacionales
con importantes capitales norteamericanos -anteriormente ubicadas en otras
regiones periféricas-, han reubicado sus procesos productivos en china, tanto
por los estímulos impositivos como por los bajos costos de producción -bajo
costo de mano de obra y ritmos intensivos de trabajo-.
Conclusiones preliminares
Los vínculos económicos y
comerciales con la región, expresan un claro desfasaje con la retórica
cooperativa sostenida en las RRII chinas. Para un sector de cientistas, este
bloque filosófico/conceptual figurado en torno al rol chino en las RRII,
representan una dimensión idealista del desarrollo chino detrás del cual, se
nubla la realpolitik de optimización de la inserción económica-comercial
en las regiones periféricas. Su aparente funcionalidad, según Bolinaga, sería
la de “minimizar la teoría del avance chino y establecer una relación favorable
a la modernización china”.
El pragmatismo chinoopera
en la región en el marco de la división internacional del trabajo, que vuelve a
encontrar a las economías periféricas en su rol de “proveedores” de recursos
naturales y materias primas para los insumos industriales de -en este caso- su
país, mientras los principales flujos de tecnología y capitales se
establecenentre los países desarrollados en general y con Estados unidos en
particular (Cesarin Sergio. 2016). En esta línea de pensamiento, autores como
Bolinaga llegaran a la conclusión de que en el esquema internacional de la
división del trabajo, mas allá de las cuestiones retoricas y discursivas, no se
expresa un cambio sustancial; por el contrario, se reproducen viejos patrones
de primarización y asimetría económica.
De esta forma y másallá de
los beneficios relativos para los países de la región, de contar con acceso
-limitado y condicionado- a los flujos frescos de capitales -divisas y
créditos- e inversiones chinas frente a las presiones unilaterales de EEUU -y
los organismos internacionales ligados al atlántico norte-, lo cierto es que habría
que repensar las formas de vinculación entre estos. El desafío se presenta
claramente para los países de la región, que deben allanar el camino a la
industrialización, hacia la diversificación económica y la ampliación de los
márgenes de soberanía-autonomía en el marco de las relaciones internacionales;todo
para lo cual, requieren -paradójicamente- del flujo de divisas e inversiones
que acrecienten las reservas y los capitales disponibles para una política de
Estado sostenida.
Por tanto, la asimetría de
los roles establecidos, debe ponerse sobre la mesa, cuestionarse y sobre ello,
elaborar una planificación de desarrollo regional propia que concentre sus
esfuerzos en la transferencia de capitales tecnológicos y el desarrollo
industrial. Consideramos que solo en base a metas claras de desarrollo, con
Estados fuertes y planificadores, la región en general y cada país en
particular, podrá esperar y demandar un vínculo simétrico en la mesa de las
relaciones internacionales. Con esto, implicamos las responsabilidades en el
aprovechamiento de las nuevas circunstancias en el espacio de las relaciones
internacionales, para consolidar mediante los márgenes de autonomía relativa
que esta pudiera dar, una proyección modernizadora propia.
Cuando señalamos la falta
de interés, por parte del gigante asiático, de transferir capitales e
inversiones al desarrollo industrial de la región, o cuando consideramos que su
impulso está volcado plenamente al desarrollo de las áreas periféricas del
mercado de exportación primaria, debemos necesariamente, incorporaral
diagnóstico a las dirigencias políticas de la región. Dado que, en gran medida,
aun guían sus decisiones en concepciones mercantilistas de la economía en
desmedro de las capacidades industriales nacionales (Cesarin Sergio; 2016).
Esto nos induce a observar
las políticas chinas hacia la región, desde la perspectiva de las respuestas
nacionales dadas por las dirigencias nacionales, que perpetuarían o alterarían
el entramado asimétrico.
Esta perspectiva es
importante, porque sin atender a las responsabilidades locales, la imagen que
se construye es la de una China inescrupulosa y voraz que impone modelos y
asimetrías en el mundo, reproduciendo viejos órdenes en función de sus
intereses. Detrás de las posiciones que las “fichas” ocupan en la división
internacional, necesariamente debe haber un relativo reconocimiento de cada
actor de su lugar y, por tanto, depende de ellos también construir proyecciones
más o menos exitosas de desarrollo localen el plano políticoy económico. En
definitiva, las oportunidades que pudobrindar la “irrupción asiática”-desde finales
de los años ´90 y principios del Siglo XXI- al diseño de “estrategias
nacionales”, por el momento no parece haber encontrado eco en los espacios de
decisión local.
En parte, habrá que atendera
las especificidades de cada nación de la región, para observar las causas y
limitaciones a esta proyección, puesto que la misma no es un actor monolítico y
esta atravesada de tensiones y competencias internas. Sin embargo, hay tendencias
generales que nos permite pensar en una profunda dependencia hacia los ingresos
provenientes del extractivismo y la producción primaria como pilar de los
ciclos económicos nacionales.
La forma que va asumiendo
el sistema internacional, ciertamente pone en juego las capacidades
unilaterales de Estados Unidos por imponer modelos de desarrollo y colocar
agenda internacional (Granados Ulises; 2015). Pero no le podemos asignar por
elloa la política internacional de china hacia la región,una carga
ideológica-moral,
sino más bien observar como los gobiernos nacionales de América Latina, aprovechan
las posibilidades abiertas por la presencia asiática. Después de todo, la
consecución de sus intereses -sostener la modernización y el desarrollo
industrial- puede entrar en sintonía con ciertos aspectos de la vida política y
económica nacional, pero puede también significar, como observamos, un ancla
hacia la falta de diversificación productiva y la primarización extrema.
Por tanto hay que considerar
una serie de cuestiones que plantean nuevos desafíos analíticos (e históricos):
(1)las oportunidades abiertas y su aprovechamiento serán tales en el marco de
una proyección de desarrollo local; (2) se debe partir de la base de que China
tiene intereses definidos sobre la región y que su política va indefectiblemente
en función de ello; (3)que esos intereses pueden significar una puerta a nuevos
flujos de capitales, recursos y oportunidades para los Estados locales, pero
también pueden significar una profundización de viejos esquemas productivos
primarizados; (4)por tanto, hay que despojar de cualquier carga ideológica-moral
que se le pudiera imprimir al desenvolvimiento chino en los vínculos e
interacciones internacionales, para reubicarlo en el plano de la Realpolitik,
y desde allí poder pensar estrategias de desarrollo nacionala partirdel cual
posicionarse en las negociaciones e intercambios con el gigante asiático y el
mundo; (5)se debe,en este sentido, recuperar las responsabilidades locales que
intervienen en el diseño de estrategias nacionales de desarrollo, para repensar
la asimetría estructural establecida entre los distintos países de la región
con China, así como entre los mismos países regionales.
Con todo, quizás sea más
productivo observar y sacar algunas conclusiones (aunque sean tentativas),
sobre el recorrido atravesado por China para desarrollar exponencialmente sus
capacidades productivas, intentando encontrar en ello, algunas experiencias
enriquecedoras para la región. Un modelo político estatal, que ha logrado
sostener a lo largo de estas décadas, una batería de políticas dirigidas a
regular y planificar tanto la definición de los objetivos a mediano y largo
plazo, como de los medios para llegar a ellos. En este sentido es de resaltar,
el probado sistema Científico/Social ligada a las estructuras de poder y
decisión del gobierno chino-en un contexto caracterizado por un Estado
políticamente fuerte y centralizado-,que permitió la constitución de una
sofisticada red de profesionales (empresarios) y académicos dispersos por la
región, a través de la cual elaboran evaluaciones integrales sobre América
Latina ya partir de las cuales toman sus decisiones (Cesarin Sergio; 2016).
Podemos a su vez, poner
en cuestión si este desarrollo acelerado chino surgió como respuestas a las
propias contradicciones y tenciones de su realidad interna (Malena Jorge; 2015),
o si efectivamente fue una línea seguida a fin de elevar las condiciones de
vida de la sociedad china que sufría del estancamiento económico y productivo
(Guoxing Li; 1992); pero sea cual fuera, hay que extraer las experiencias que
llevaron al salto cualitativo y cuantitativo de las fuerzas productivas de este
país, sin perder de vista las tensiones y contradicciones que emanan del
proceso.En definitiva, tomando las experiencias que la historia nos da, debemos
repensar las responsabilidades que surgen del “estado de las cosas”-y que
recaen sobre las elites locales- y considerar que cualquier transformación en
los roles -impuestos/logrados- en la división internacional del trabajo, debe
necesariamente estar vinculados ala existencia -o no- de proyecciones
nacionales (y regionales) de desarrollo a mediano y largo alcance.
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Cristina recibió reclamos y promesas de empresarios chinos”; Obarrio
Mariano; Diario La Nación; 04 de Febrero 2015; https://www.lanacion.com.ar/politica/en-pekin-cristina-recibio-reclamos-y-promesas-de-empresarios-chinos-nid1765693
- “Cristina
Kirchner le ofreció mas negocios a China y lo declaro su mayor aliado”;
Obarrio Mariano; Diario La Nación; 04 de Febrero 2015; https://www.lanacion.com.ar/politica/cristina-kirchner-le-ofrecio-mas-negocios-a-china-lo-declaro-su-mayor-aliado-nid1765715
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Izquierda Diario; 02 de Abril de 2016; http://www.laizquierdadiario.com/Cuales-son-los-acuerdos-con-China-que-Macri-quiere-revisar
- “China
acepto cambios en los contratos que acordó con Cristina Kirchner”;
Dinatale Martin; Diario La Nación; 20 de Mayo de 2016; https://www.lanacion.com.ar/politica/china-acepto-cambios-en-los-contratos-que-acordo-con-cristina-kirchner-nid1900603
- “Argentina-China:
¿Cómo es la relación comercial con el gigante asiático?”; Salvador
Pablo; Diario El Cronista Comercial; 17 de Mayo de 2017; https://www.cronista.com/columnistas/Argentina-China-Como-es-la-relacion-comercial-con-el-gigante-asiatico-20170516-0107.html
- “La gira
de Macri en China, una remake del Kirchnerismo”; Solano Gabriel; Prensa
Obrera; n°37167; 26 de Mayo de 2017; https://prensaobrera.com/politicas/37167-la-gira-de-macri-en-china-una-remake-del-kirchnerismo
- “Lazos con
China: Argentina, a la cola de la región”; Guelar Diego (Embajador
argentino en China); Diario El Cronista Comercial; 22 de Octubre de 2019; https://www.cronista.com/columnistas/Lazos-con-China-Argentina-a-la-cola-de-la-region-20191022-0075.html
- “Sindicalistas
argentinos, en alerta por los acuerdos con China debido a las malas condiciones
laborales que impone el régimen”; Diario Infobae; 02 de Enero 2020; https://www.infobae.com/politica/2020/01/02/sindicalistas-argentinos-en-alerta-por-los-acuerdos-con-china-por-las-malas-condiciones-laborales-que-impone-el-regimen/
- “Alertan
sobre el desembarco de chinos en el mercado laboral argentino”; Alvarez
Pablo; Diario La Nueva; 13 de Enero de 2020; https://www.lanueva.com/nota/2020-1-13-7-0-41-alertan-sobre-el-desembarco-de-chinos-en-el-mercado-laboral-argentino