Título:
La dimensión cultural de la ruta de la seda como “diálogo de civilizaciones”
Autor:
Msc. Angel Rodríguez Soler. Licenciado en Historia por la Universidad de La
Habana, máster en Historia Contemporánea y relaciones internacionales en el
2011 en la Universidad de La Habana, investigador del Centro de Investigación
de Política Internacional (CIPI), profesor adjunto en la Universidad de
Artemisa y Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI)
Resumen
La
Nueva Ruta de la Seda no es solo un proyecto comercial, esta iniciativa
consiste en el establecimiento de dos rutas combinadas, una de infraestructuras
terrestres y otra marítima, que optimizarían las conexiones chinas tanto en el
continente asiático como hacia el exterior. El proyecto jugará un papel importante
la visión de la cultura china a través de la cooperación cultural con otros
países. Además, la Ruta de la Seda ruta cultural turística transnacional del
siglo XXI, donde participan 34 países, incluido Malasia, que ha sido el último
en sumarse a esta iniciativa liderada por la Organización Mundial del Turismo
(OMT).
Palabras
claves: Nueva Ruta de la Seda, dimensión cultural, “dialogo de civilizaciones”
Abstract
The
New Silk Road is not just a commercial project, this initiative consists of the
establishment of two combined routes, one for land infrastructures and the
other for maritime, which would optimize Chinese connections both on the Asian
continent and abroad. The project will play an important role in the vision of
Chinese culture through cultural cooperation with other countries. In addition,
the Silk Road transnational cultural tourist route of the 21st century, where
34 countries participate, including Malaysia, which has been the last to join
this initiative led by the World Tourism Organization (UNWTO).
Keywords:
New Silk Road, cultural dimension, "dialogue of civilizations"
Desarrollo
El
proyecto Una franja una Ruta, en inglés con el nombre de OBOR (One Belt One
road) fue lanzado en 2013 por el presidente Xi Jinping con su histórico discurso
“promoción de la amistad de pueblo a pueblo y la creación de un futuro mejor”
en la universidad Nazaryeb, en Kazajistán (Ministerio de Asuntos Exteriores de
la República Popular China,2013) como principal estrategia económica y de
cooperación internacional del país que incluye una enorme serie de programas de
desarrollo e inversión que se extienden desde el este de Asia, hacia Europa,
África y América Latina, que ofrece la posibilidad de un mundo multipolar.
Fuente:
Estudios de Política Exterior. Disponible en: link
Para
Lauren Johnston, investigadora del Instituto de China de la Escuela de Estudios
Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres, cree que la mayoría
de los acuerdos de inversión de la Nueva Ruta de la Seda han sido beneficiosos
para las dos partes.
La
Nueva Ruta de la Seda se vincula también con el sueño chino, presentado como
una aspiración común de la sociedad china, pero a su vez plantea una propuesta
de carácter civilizatoria global. Se entiende que este objetivo ha de traer
beneficios no solo para el Estado y la sociedad china, sino también para el
orden mundial y la humanidad en su conjunto (Santillán, 2018).
Para
Santillán (2018) el sueño chino se refiere a una serie de elementos que
refieren a nociones clásicas. Entre ellas, el autor menciona:
-
La adquisición de un estatus de sociedad moderadamente próspera
-
Transformación de un socialismo moderno (“armonioso”)
-
Mejoramiento de los salarios/ingresos de sus habitantes
-
El sueño chino como sinónimo de humanidad, ecumenismo y civilización universal
El
caso del sueño chino, su noción fue lanzada por primera vez por el presidente
Xi Jinping en el momento de su visita a la muestra “el camino al
rejuvenecimiento”, exhibida en el Museo Nacional de China. En ese marco se
plantearon dos aspiraciones, conjunta a los dos objetivos centenarios:
1-
El objetivo de alcanzar una sociedad moderadamente próspera en todos los
aspectos para el centenario de la fundación del PCCh.
2-
El objetivo de una China como un país socialista moderno que sea próspero,
fuerte, democrático culturalmente avanzado y armonioso para el 2049 cuando la
RPCh alcance el centenario.
Por
miles de años, el espíritu de la Ruta de la Seda, “paz y cooperación, apertura
e inclusión, aprendizaje mutuo y beneficio mutuo”, ha pasado de generación a
generación, promoviendo el progreso de la civilización humana y contribuyendo
enormemente a la prosperidad y el desarrollo de los países que le conforman.
Simboliza la comunicación y cooperación entre el Este y el Oeste, su espíritu
es patrimonio histórico y cultural compartido con todos los países del mundo
(Xinhua, 2017)
La
utilización de un nuevo lenguaje diplomático aparece como herramienta del poder
blando chino, asumiendo la convivencia armoniosa y enriquecimiento cultural
mutuo. En tal sentido, se define los “cinco principios de coexistencia
pacífica” como valores fundamentales de OBOR: respeto mutuo a la soberanía e
integridad territorial; acuerdo mutuo de no agresión; acuerdo mutuo de no
intervención en los asuntos internos; igualdad y el beneficio mutuo;
coexistencia pacífica.
Por
su parte, la dimensión cultural con su eficaz utilización de los medios de
comunicación y las redes sociales, investigaciones conjuntas, intercambios
académicos, becas para lograr un acercamiento de los países a esa cultura
milenaria (Rodríguez Soler, 2019). Aprovecha el aspecto cultural del proyecto
OBOR, en esencia busca proyectar la extensión del poder blando e influencia en
el marco internacional.
Como
señala Xulio Ríos: “El proyecto reúne tres continentes y realza la posición
central de China en el mundo. Es el regreso actualizado del pasado y revela la
enorme impronta de la historia y la cultura en el imaginario chino. El
desarrollo de la infraestructura –ferrocarriles y puertos–, del comercio, la
conectividad, la integración monetaria, etc., debe dar paso a una efectiva
comunidad de intereses que tendrá en la explotación de los recursos energéticos
su columna vertebral.” Ríos, X. (2014a).
Con
el Premio Nobel de Literatura ganado por Mo Yan en el 2012 resultó un momento
para renovar la imagen del país, no se puede negar que desde Occidente se
despliega una guerra cultural y mediática encaminada a imponer patrones
liberales y minar las raíces de las pautas sociales chinas.
También,
en la formación de aquel perfil se inscriben los institutos Confucio que, con
más de 525 institutos en 146 países, ubicadas por todo el mundo aportan una
diplomacia cultural. Sin contar que en 67 países han promulgado leyes o
reglamentos que enumeran el estudio del idioma chino como parte de sus sistemas
educativos nacionales, y se ofertan cursos de chino en más de 170 países.
Fuente:
Tomado del sitio web link
Dentro
de los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) se
gestiona en un plazo de 10 años otorgar 30.000 becas a estudiantes para
estudiar en universidades chinas e invitar a profesores y estudiantes de los
institutos Confucio de la región a participar en programas de capacitación en
China.
Además
de millones de turistas cada año, decenas de miles de investigadores,
profesores y estudiantes vuelan a China y de China para realizar investigaciones,
asistir a conferencias, realizar cursos esto significa que los chinos se están
transnacionalizando o globalizando. En su momento el expresidente el Hu Jintao
expreso “la influencia china se debe reflejar tanto en estrategias de hard
power que incluyan la ciencia, tecnología, economía y el poder de defensa
nacional, así como estrategias de soft power como la cultura” (Liu y Tsai,
2014).
Un
efecto, en comparación con los años 60 y 70, a partir de los intercambios
culturales entre China y Occidente, observamos que la generación menor de 35
años, se siente más atraída por la cultura occidental, prefieren la modernidad
a la tradición. Se ha visto influenciado por las imágenes de la sociedad de
consumo occidental, además se siente menos agobiados por el peso de la
tradición cultural y la historia. Algunos llegan a decir que no leen ninguna
obra contemporánea de autores chinos porque no tienen nada de nuevo en ellas.
Donde
los intelectuales de mediana edad, asimilan la cultura occidental con una visión
crítica, adaptándose en la asimilación de la cultura occidental y la forma de que
no se pierda la cultura china tradicional. También ven la incorporación de la
cultura occidental como una amenaza a su propia identidad cultural, en un
camino a la desculturación.
En
el proceso de globalización, la cultura ha devenido un vehículo especial para
la expansión del capital simbólico de los pueblos, es decir, que a través de
las rutas culturales se están acercando diferentes culturas muchos más que
antes.
Por
lo tanto, piensa que la larga historia cultural china y la universalidad de sus
valores son ricas en recurso no solo que sea vista por los chinos, sino también
por los ciudadanos del mundo.
En
tal sentido, se encuentra la ruta de la seda, programa que promueve la UNESCO y
la Organización Mundial de Turismo para difundir el patrimonio cultural,
natural y el arte en toda la trayectoria de la Ruta de la Seda desde la ciudad
de Xian hasta Valencia. Para concretarse como ruta cultural, debe de contar con
su propio espacio, es decir que se trate de un camino real e incluye también
una extensa red de itinerarios marítimos que unen diversas culturas con total vigencia
en la actualidad, que a través del conjunto de sus obras se apoye en elementos
históricos.
Por
otro lado, el valor de conjunto sea compartido, tenga un carácter dinámico y un
entorno cultural que favorece la conexión e interacción de individuos,
sociedades y cultura. Además de respetar su originalidad, conservación patrimonial
y significado histórico.
Entonces,
la nueva Ruta de la Seda se muestra como vehículo del intercambio cultural para
fomentar la cultura del encuentro y la amistad entre los pueblos. En la
apertura de la Conferencia sobre el Diálogo de Civilizaciones Asiáticas realizada
en Pekín en mayo de 2019, Xi Jinping afirmó que en este marco de turbulencia y
crisis mundial, había que superar la doctrina del “choque de civilizaciones”
propuesta por autores como Hungtinton (1993), según la cual “la cultura y las
identidades culturales, que en su sentido más amplio son identidades
civilizatorias, están dando forma a los patrones de cohesión, desintegración y
conflicto en el mundo de la pos Guerra Fría”. En otras palabras, las
diferencias y afinidades culturales serán las principales causas de alianzas y
conflictos en el nuevo orden mundial multipolar (Salamanca, 2017). Xi
contrapuso la necesidad de construir un “diálogo de civilizaciones”.
Ejemplo
de esto se observan en los dos intercambios con centros educativos de la ciudad
de Hong Kong y de la ciudad de Quanzhou (punto de partida de la antigua Ruta de
la Seda Marítima) con estudiantes de Valencia en agosto 2016. Estos
intercambios incluyeron presentaciones en chino de la cultura española, veladas
culturales con canciones, danzas, juegos interculturales, visitas y excursiones
y las sinergias entre Valencia y China (cultura del arroz, cultura de la seda,
pólvora, porcelana, etc.).
Del
2 al 7 de octubre de 2018, en el Instituto Confucio ubicado en la Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, con el fin de
promocionar aspectos culturales chinos y crear puentes culturales con otros
países alrededor del mundo.
En
este contexto se llevó a cabo una exhibición de una semana en la sala Sert del
MNAD con patrimonio del Museo Nacional de Arte Oriental. Esta exhibición,
planteada por la profesora Clara Sánchez, busca contextualizar el fenómeno de
la antigua ruta de la seda: su geografía, los intercambios producidos, los
materiales y las costumbres que circulaban a través de ella. La Ruta de la Seda
fue un camino para aventureros, comerciantes y devotos de diversas religiones
que propiciaron intercambios culturales que enriquecieron al mundo, tanto a
nivel material como espiritual. China vuelve con una apuesta similar que busca
potenciar desde su país al resto de Asia: la iniciativa One Belt, One Road.
En
el marco del festival internacional de música clásica, Octobre musical del
2019, el grupo Capella de Ministrers
ofreció un concierto titulado “La ruta de la seda. Oriente y el Mediterráneo”.
Esta ruta no es sólo una cuestión histórica, es también un espacio de
dimensiones culturales de carácter transdisciplinario. Por ello, la
recopilación de obras musicales alrededor de la Ruta de la Seda amplía el
estudio de este fenómeno intercontinental de diálogo de civilizaciones con una
mirada plural en torno a las tradiciones sonoras y vocales que se dan en
espacio histórico.
El
grupo de actuaciones artísticas de la provincia de Gansu, en el marco de la
campaña “Promesa del Mileno” en junio del 2019, realizó algunos bailes como
“Guanyin, el bodhisattva de las mil manos”, “Sedas largas” o “El Inmortal
Jingang”, que permite contemplar las esculturas de las Cuevas de Mogao de
Dunhuang y el espectáculo de ópera y danza “La Encantadora Ruta de la Seda”, se
pudo ver en Barcelona, Madrid e Israel, es un ejemplo de “la cercanía de las
civilizaciones”.
Con
una exhibición de tesoros de los museos nacionales de 13 países (China,
Camboya, Japón, Kazajstán, Letonia, Mongolia, Omán, Polonia, República de
Corea, Rumania, Rusia, Eslovenia y Tayikistán) participantes en la iniciativa
china OBOR, inaugurada en el Museo Nacional de China, Beijing en abril hasta
julio del 2019. Con 234 reliquias, la exposición muestra las historias de los
intercambios culturales de la Ruta de la Seda Terrestre y la Ruta de la Seda
Marítima.
Wang
Chunfa, conservador del Museo Nacional de China, señalo que con la exposición
promueve el espíritu de la Ruta de la Seda y revela la tendencia futura del
mundo hacia la construcción de una comunidad de futuro compartido para la
humanidad.
En
el texto introductorio de la exposición, se recoge que “todas las regiones
cubiertas por la Ruta de la Seda pudieron eliminar malentendidos, vivir en
armonía y lograr la prosperidad común a través de la comunicación y la
cooperación. La Ruta de la Seda es un concepto fundamental que ayudó a la
República de Corea, China y Japón, naciones situadas en el extremo oriental de
la Ruta de la Seda, a comprender las tradiciones culturales de los otros países.”
En
junio del 2020, en el Centro Cultural de China en la ciudad israelí de Tel Aviv
inauguró una exposición en línea con el tema "Nuestra Ruta de la
Seda". Un total de 60 fotografías, tomadas por fotógrafos que asistieron a
la quinta Conferencia Mundial de Fotografía realizada en agosto de 2017 en la
provincia oriental china de Shandong, son presentadas en esta exposición
fotográfica en línea.
Esta
exposición según Tao Chen, directora del Centro Cultural de China, sea para que
desarrolle el entendimiento y la apreciación de las diferentes culturas entre
ciudadanos de varias nacionalidades y promueva el diálogo cultural.
En
la diplomacia cultura, la visita del presidente de China Xi Jinping a Italia,
que implicó la firma del Memorándum de Entendimiento (MoU) de la OBR, la
incorporación de Italia a la OBR cuestionada entre los distintos bloques del
Parlamento italiano y, sobre todo, en el marco de la Unión Europea (UE).
Algunos
países miembros han expresado estar en contra de la firma de Italia, por ser una
acción política bilateral entre China e Italia y no representaría la línea
común del plan estratégico UE-China,
sobre todo con referencia a las posibles repercusiones en las tradicionales
alianzas de Europa con EEUU. No obstante, Italia no es el primer socio
comercial de China, se ubica Alemania, Francia y Reino Unido, pero es el primer
país miembro del G7 que firma su incorporación a la OBR.
De
hecho, el Presidente Xi destacó “un pacto estratégico con Italia”, definiendo
esta visita como la evolución de una larga amistad entre los dos países
símbolos de “la gran historia de los encuentros entre Oriente y Occidente, un
nuevo capítulo para la amistad entre Roma y Pekín” (Xi, 2019). El Presidente Xi
subrayó que las relaciones entre China e Italia celebrarán 50 años en el 2020,
a pesar de que el conocimiento entre las culturas romanas y chinas empezó hace
2000 años y se ha renovado en muchas ocasiones durante la historia, como las
misiones de Matteo Ricci y los viajes de Marco Polo en la antigua Ruta de la Seda:
los primeros occidentales que tuvieron un conocimiento profundo de la cultura
china, y conocidos por ello como los “primeros sinólogos del mundo”. (Vadell y
Staiano, 2020)
En
realidad China, se encuentra atrapada en un dilema: para realizar sus avances
industriales, mejorar las condiciones de vida del pueblo, llevar a cabo su
proyecto del OBR, tener un liderazgo en la área de las relaciones
internacionales debe de continuar su política abierta y desarrollar las altas
tecnologías, pero, al hacerlo, no puede detener el flujo de ingreso de
ideologías occidentales que ella considera perjudiciales para su estabilidad
política y destructivas para su sistema político.
El
sentido de esta nueva ruta de la seda, más allá que una varias áreas
geográficas que se vinculen la tradición y la modernidad no solo a través del
desarrollo de infraestructura y telecomunicación sino que promueva la
competencia pacífica entre los países participantes, así como la cooperación cultural.
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