Resumen: éste es un trabajo
centrado en la presentación descriptivo-analítica de los tres manifiestos
vanguardistas que dominaron en la primera mitad del siglo XX, tanto la
política, la cultura como el arte en Cuba, por la búsqueda de formas artísticas
renovadas y la revolución socio-política. En efecto, el vanguardismo en aquel
país tuvo un influencia notable en todos los niveles de la vida social no sólo
por implementar una nueva estética, un arte cosmopolita y militante sino que
por instituir una revolución ideológica y un nuevo espíritu con una función
precisa: la función socio-transformadora.
Palabras
clave: Cuba,
vanguardias, nueva estética, revolución ideológica, arte militante,
cosmopolitismo.
Résumé: ceci est un travail basé sur la
présentation descriptif-analytique des trois manifestes avant-gardistes qui ont
dominé dans la première moitié du XXe siècle, aussi bien la
politique, la culture que l´art au Cuba, à travers la recherche de formes
artistiques nouvelles et à travers la révolution socio-politique. En effet,
l´avant-gardisme dans ce pays a eu une influence remarquable sur tous les
niveaux de la vie sociale non seulement pour avoir instauré une nouvelle
esthétique, un art cosmopolite et militant mais aussi pour avoir institué une
révolution idéologique et un esprit nouveau avec une fonction précise: la
fonction socio-transformatrice.
Mots
clés: Cuba,
avant-gardes, nouvelles esthétique, révolution idéologique, art militant,
cosmopolitisme.
Abstract:
This
work focuses on the descriptive-analytical presentation of the three
avant-garde manifestos that dominated in the first half of the 20th century,
both politics, culture and art in Cuba, by the search for renewed artistic
forms and the socio-political revolution. Indeed, avant-garde in that country
has had a considerable influence in all levels of social life, not only by
implementing a new esthetics, a cosmopolitan and militant art, but also by
establishing an ideological revolution and a new spirit with a precise
objective: A social-changing function.
Key
words:
Cuba, avant-garde, new esthetics, ideological revolutions, activist art,
cosmopolitism.
Las vanguardias cubanas:
entre lo artístico, lo político y lo transnacional
Brahiman
Saganogo
La
historia de Cuba fue considerablemente marcada a principios del siglo XX, por
el surgimiento de un fenómeno cultural y socio-político llamado vanguardismo, éste
como consecuencia del impacto de las vanguardias europeas sobre el ambiente
cultural de la isla caribeña.
En
efecto, la vanguardia entendida como la búsqueda de nuevas formas estéticas,
lógicas y poéticas; logró configura un momento de ruptura mediante proclamas,
manifiestos, polémicas y exposiciones tanto a nivel artístico como
socio-político en Cuba. Más allá de todo eso, el vanguardismo se sitúa en
diversos ámbitos y al respecto, Benyle 1978) afirma:
Para
unos, no cabe duda que la vanguardia sea una especie de reacción del modo de
vida de las grandes metrópolis y de la revolución técnica a la decadencia
finisecular. Para otros es obvia la vinculación del arranque vanguardista con
el izquierdismo intelectual y hasta con el ultraizqierdismo (baste aludir al
proletkult soviético de los años 20). No faltan los que la conciben como
resultado de la alienación burguesa, interpretación ambivalente, por lo que
tiene, de un lado, de sectario-considerando reaccionaria la vanguardia en sí y
en su totalidad- y de otro por lo que tiene de gratuito –calificándola de
protesta contra la misma alienación. Unos insisten en la importancia de las conquistas
estilísticas de la vanguardia, mientras que otros, poniendo en duda tal
enriquecimiento, le reprochan una orientación formalística que tiende a
degenerar en un esquematización de las extravagancias expresivas. Es innegable
que el espectro de las tendencias vanguardistas abarca gran variedad de
actitudes artísticas e ideológicas, morales y políticas, un auténtico espíritu
revolucionario y un hermetismo extático o autosuficiente (Benyhe, 1978, pp.
177-178)1.
Una
revisión exhaustiva de la evolución cronológica de las letras cubanas revelaría
que éstas han sido empapadas por la vanguardia sobre todo, durante el decenio
del 20 al 30, período caracterizado por la combatividad y la militancia sociopolítica
y cultural de una generación de intelectuales y artistas. Dicha época es la que
sin duda alguna, suscitaría en la isla, una transformación de su cultura y de
sus letras, proyectando al mismo tiempo, una especie de revolución ideológica
mediante el vínculo correlativo entre lo sociopolítico, lo artístico y lo
transnacional, haciendo del arte el catalizador de la búsqueda de la
independencia y la identidad nacional. Al respecto, los manifiestos
vanguardistas tales como: “Declaración del Grupo Minorista”, “Manifiesto del
Grupo Minorista de Matanzas” y “Manifiesto Número 1 del Sindicato de
Trabajadores Intelectuales y Artistas de Cuba”2, todos publicados
en 1927, dan testimonio fiel de lo afirmado más arriba.
Por
eso, se hará de estas declaraciones programáticas (manifiestos) un análisis valorativo
a guisa de un desciframiento de los mismos a fin de poner de realce las ideas
renovadoras propuestas, su (s) sentido (s) y alcance relacionados con lo
artístico, lo político y lo transnacional. Es de esta manera que se demostrará
y se evidenciará de qué manera dichos manifiestos influyeron y estructuraron la
vida cultural, social y política de Cuba.
En
la primera mitad del siglo XX precisamente en 1923, José Antonio Fernández de
Castro, Rubén Martínez Villena, Jorge Mañach lideran a una agrupación de
intelectuales contra las ineptitudes de la élite cubana, ante los altos
privilegios del imperialismo norteamericano, al afirmar altamente su activismo
político por primera vez, en la Academia de Ciencias de La Habana, por medio de
denuncias públicas. Pasadas las épocas de represalias, dicha agrupación de
intelectuales, logran constituir y proclamar en el mes de mayo de 1927, en la
revista de Avance el primer grupo vanguardista denominado “Grupo
Minorista” cuyo manifiesto llevará el nombre “Declaración del Grupo Minorista” (véase,
Anexo 1), declaración o practica textual como arma de lucha revolucionaria de
carácter nacionalista, antimperialista y de coloraciones político-económicas y socio-culturales.
El
anhelo del Grupo minorista asentado en su “Declaración”, no era más que la
expresión de su voluntad resumida en término de lucha progresista por las vías
de la moralización, la sensibilización de la mayoría, la acción cultural sobre
todo, artística y del compromiso socio-político del pueblo y en particular, del
de los intelectuales cubanos. Al respecto, leemos: “[…] dando una fórmula de
sanción social y actividad revolucionaria a los intelectuales cubanos. Con ese
núcleo de protestantes […] tuvo así el doble vínculo de una colaboración
artística”.
Desde
luego, en su manifiesto, afirman los minoritas su deseo de ir revirtiendo: “malas
estampas” socio-políticas y económicas aun, culturales en las que es preso el
pueblo cubano, malas estampas que son la inercia de los administradores ante
los problemas cubanos y la complicidad de la élite gobernante ante los
intereses extranjeros y el agresivo intervencionismo extranjero. En otros
términos, los minoristas aspiraban a un movimiento revolucionario y a una
izquierda cubana; una misión que consistía de entrada, en estar a la par de
muchas naciones del mundo y en luchar por liberar al espíritu del cubano de la
resignación de todo tipo: “Es fenómeno innegable, comprobado en distintos
países, la renovación ideológica de izquierdización, de los grupos de
esta índole”. En efecto, se trataba de cierto “inconformismo” de parte de los
integrantes minoristas, como posicionamiento pasional de cara a la
transformación de la sociedad cubana, a la autonomía y a la soberanía y aun, a
la rehabilitación del ser cubano ante el mundo: “El grupo minorista […] en el
sentido de constituir el portavoz, la tribuna y el índice de la mayoría del
pueblo”.
Respecto
al arte como componente cultural, el Grupo Minorista lo considera
estrictamente, como medio de consolidación y de afirmación del ser humano a
partir de la indagación del lenguaje cercano a la realidad social o sea, la
búsqueda de una temática y de formas estilísticas universales sobresalientes y afines
a la realidad nacional.
Por
fin, para ellos, se trata siempre de que el arte vaya a la par de la vida y que
el primero impulse la segunda tanto a nivel nacional como a nivel internacional.
En otros términos, entre los minoristas, el arte ha de ser la afirmación de la
especie humana por eso afirman: “es minoría, solamente, en lo que a su criterio
sobre arte se refiere […] han laborado y laboran: Por el arte vernáculo y, en
general, por el arte nuevo en sus diversas manifestaciones. Por la introducción
y vulgarización en Cuba de las últimas doctrinas, teorías y prácticas,
artísticas y científicas”.
En
resumidas cuentas, izquierdismo, revolución, conservadurismo vs
progresismo, arte “clásico” vs arte “nuevo” y búsqueda de nuevas formas
artísticas, son aquellos elementos o argumentos entre los minoristas, los que
terminaron influenciando a la sociedad sobre todo, a los intelectuales y
artistas de cuba; lo que se tradujo también, por una adhesión masiva al
proyecto minorista para enseguida, evidenciarse en la configuración de una
nueva sociedad en Cuba.
Más
allá de lo anterior, el Grupo Minorista, no sólo aboga por la relación de
implicación entre lo artístico y lo socio-político, sino por el compromiso del
artista-productor, por lo que señalan en su manifiesto:
[…]
es minoría, solamente lo que a su criterio sobre arte se refiere […] han
laborado y laboran: Por la revisión de los valores falsos y gastados. Por el
arte vernáculo y, en general, por el arte nuevo en sus diversas
manifestaciones. Por la introducción y la vulgarización en Cuba de las últimas
doctrinas y prácticas, artísticas y científicas.
He
aquí un conjunto de funciones del arte nuevo o del arte bajo la vanguardia,
arte que ha de insistir en la búsqueda de toda manifestación artística
auténtica, cosmopolita y de los procesos científicos con un espíritu
esencialmente autóctono con motivo de deshacer al país de la tutela de la
burguesía conservadora con valores falaces.
En
términos generales, se trata de un proyecto basado en la adaptación del arte a
nuevas formas y técnicas universales, a nuevas doctrinas científicas. Lo que
hace eco en la sociedad de artista a partir de las nuevas creaciones artísticas
en las cuales se logró crear en base al realismo socialista tan predicado,
tales como La Zafra (1926) de Agustín Acosta, El poema de los
cañaverales y canto de la isla (1942) de Felipe Pichardo Moya,
entre otros libros de creación artística.
Conviene
además, señalar que el Minorismo crea una conciencia revolucionaria a
través del estado de espíritu revolucionario, que va más allá del ámbito
artístico-cultural, cuando manifiesta que:
[…]
sus verdaderos componentes han laborado y laboran: […] Por la reforma de la
enseñanza pública y contra los corrompidos sistemas de oposición a las
cátedras. Por la autonomía universitaria. Por la independencia económica de
Cuba y contra el imperialismo Yanqui. Contra las dictaduras políticas
universales, en el mundo, en la América, en Cuba. Contra los desafueros de la
pseudodemocracia, contra la farsa del sufragio y por la participación efectiva
del pueblo en el gobierno. En pro del mejoramiento del agricultor, del colono e
del obrero de Cuba. Por la cordialidad y la unión latinoamericana.
En
efecto, frente a la postura conservadora de la burguesía y del partido
conservador, los Minoristas se dieron a la tarea de proponer y de abogar por la
transformación de la educación a partir de la libertad de enseñanza y el libre
comercio, y por la lucha contra el intervencionismo y la dominación de los
Estados Unidos de América, por una verdadera reforma agraria y por una mejora
de las condiciones laborales de los trabajadores. Por fin, una política
revolución de integración nacional, regional y mundial tanto a nivel
socio-política como a nivel cultural a favor del bienestar de los pueblos.
Respecto
al segundo objeto de estudio o sea, el “Manifiesto del Grupo Minorista de
Matanzas” (véase anexo 2), publicado en el mes de junio de 1927 en la
ciudad de Matanzas (Cuba) por un grupo de intelectuales cubanos por añadidura, minoristas,
éste gira en torno la línea directriz a saber: una política cultural que debe privilegiar
al poeta y el género poético:
[…].
Bella y reparadora es a veces, la soledad espiritual. Muchos émulos tuvo
siempre el poeta que cantó las excelencias de la vida reiterada. Pero quienes
aman las ideas y las buscan en el incesante fluir de los hombres y las cosas,
no pueden olvidar que el pensamiento es en muchos un producto social. La
soledad lo precisa y lo destaca; la sociedad lo aguija y lo vigoriza
En
efecto, se trata de una línea según la cual la poesía es absolutamente arte del
arreglo fónico de las palabras y la utilización mediante imágenes sostenidas
por rupturas de la sintaxis a nivel de la lengua con objeto de decir
bellamente algo. Por eso para ellos, el lenguaje poético privilegia las
sensaciones, pasiones y sueños y el poeta es quien da que sentir sugiriendo
formas, imágenes y sentimientos, y la preocupación del propio poeta consiste en
dirigirse a los sentidos. Estos objetivos propios al poeta son los que determinan
la manera con la que los minoristas matanceros habrán de utilizar la lengua.
En
realidad, los integrantes o los firmantes del “Manifiesto del grupo Minorista
de Matanzas” desean no sólo redefinir la poesía y la función del poeta sino que
hacen coincidir a la poesía con lo socio-político. Por eso, para ellos, la
poesía sería cualquier acto individual, imaginario, espiritual y solitario
vinculado con presupuestos socio-político, ideológico y cultural. Además, -siguiendo
su pensamiento asentado en el manifiesto-, si la poesía es acto de comunicación
del punto de vista semántico, entonces, encierra un enunciado informativo o
tiene algo que decir. Pues, se trata de su parte, una forma de desacralizar la
tesis fundamental de los parnasos “el arte por el arte” en provecho de un arte
precisamente, de una poesía de izquierda y de vanguardia al servicio de la
revolución, mejor dicho, un arte poética militante y llena de sentido
por traducir las aspiraciones de la sociedad.
Dicho
de otras formas, los minoristas matanceros estarían por una poesía ligada a la
actividad revolucionaria esto es, una poesía no conformista, una poesía
comprometida con nuevas ideales nacionales. Por eso, no sólo creen en lo que
dicen, sino que se proponen difundirlo paulatinamente a fin de instruir a una
mayoría de los ciudadanos.
Dentro
del “Manifiesto del grupo minorista de Matanzas”, subyace otra línea, es la
referente a una política basada en el conocimiento filosófico-social
relacionado con la ética difícil de concretar aunque no sería imposible, puesto
que se tratará de destruir un orden de valores falsos ya arraigados antes del
surgimiento del vanguardismo.
En
cuanto a lo literario, los minoristas matanceros se declaran en busca de lo
nuevo, por lo que inician el estudio de las corrientes mejor dicho, de
las tendencias representativas del mundo artístico tales como futurismo,
dadaísmo, surrealismo, ultraísmo, creacionismo, impresionismo y cubismo como
motivo de hacer más originales el producto de sus actividades creadoras
(artísticas) en la universal comunión artística. Entre ellos, se trata
fundamentalmente, de encontrar nuevas formas y estructuras y nuevos rasgos
estilísticos pertinentes y acreditados universalmente, que sirvan de bases para
la representación de los temas nacionales en las obras. Al respecto, leemos: “En
la esfera literaria queremos estudiar las tendencias más fuertes a la
producción mundial y además volver la mirada al pequeño predio de nuestra
literatura nacional, para conocer sus buenos momentos y sus vínculos con
nuestro pasado político. […] hemos de invitar a intelectuales de otros lugares
de la república”.
Por
otra parte, los integrantes (artistas e intelectuales) toman partido por la
necesidad de una instrucción como realidad social que favorecerá la evolución
de la nación dentro del panorama mundial:
Las
concepciones individuales van pasando al consenso colectivo y viceversa, en
perpetuo y fecundo maridaje: Luz caballero fue como un largo fulgor en la
colonia tenebrosa. Varona ha sido un símbolo y una fuerza en la República. El
Grupo Minorista evoca a aquél, saluda a éste y ve entre uno y otro, e alma de
José Martí. No venimos a sembrar pesimismo, sino acción. Estudiar y enseñar es
actuar.
Pues, es
este doble movimiento de apertura sobre lo cosmopolita sin abandonar lo
racional cubano, que el minorista de Matanzas ha de hacer suyo.
En
resumidas cuentas y de manera general, el aporte del minorismo ha sido
primordial sobre todo, a nivel intelectual por eso señala Emilio
Roig de Leuchsenring:
Por
lo pronto, el minorismo dio en Cuba, por primera vez, el ejemplo de un
grupo de artistas y escritores, no sólo de atelier o gabinete sino interesados,
como hombres, en los problemas políticos y sociales de su patria, de América y
de la humanidad, con conciencia de la responsabilidad enorme que el intelectual
–por ser intelectual- tiene para con sus semejantes y el deber en que está de
poner cultura y talento al servicio de su país y de la humanidad,
principalmente en los periodos de crisis políticas o sociales (de Leuchsenring,
1961, p. 14)3.
Por
fin, último objeto de estudio o sea, el “Manifiesto número 1 del sindicato de
trabajadores intelectuales I artistas de Cuba”, publicado en el mes julio de
1927 por primera vez, en el diario El Heraldo de Cuba (véase anexo
3).
En
este manifiesto tal como su nombre lo indica, es un conjunto de declaración de
la asociación encargada de defender los intereses comunes de los trabajadores
intelectuales y artistas de Cuba mejor dicho, de una agrupación sindical influenciada
por las grandes revoluciones mundiales (las revoluciones Rusa y china) y de sus
acciones sociales sobre todo a partir de sus compromisos con los intereses de
clases precisamente, de los de las clases obreras: “Su presencia está
determinada por el proceso revolucionario mundial […] tomamos nuestras
posiciones agonistas en las filas del proletariado organizado del que formamos parte
integrante […]”.
El
presente manifiesto no es más que la “Declaración” de un grupo animado por el
espíritu del defensismo revolucionario como desenlace del mismo que se
traducirá por su solidaridad y por sus acciones a favor de la clase trabajadora
y proletaria.
En
efecto, el primer punto de dicho texto programático trata no sólo de la
necesidad de ejercer una presión sobre la clase dominante (la burguesía) símbolo
de la autoridad capitalista y poseedora de la cultura en detrimento de la masa
proletaria sino que de liberar el arte de las exigencias del mercado y del
gusto de la burguesía. Dicha línea como recomendación, resulta ser el eje
principal de una filosofía que consiste en visualizar a un arte revolucionaria
como fundamento del deber y del derecho social de una nación no alineada, pues,
una especie socialización del arte y por ende, de la cultura.
Otra
línea defendida en dicho manifiesto, es la relativa a la lucha contra el arte
de mercado. En efecto, la tesis de la lucha contra el arte de mercado se
justificaría por el hecho de que todos los actores sociales deben tener acceso
a la obra de arte sobre todo, el proletariado que -según dicha tesis-, habría
participado en su confección. Para que cumplir con este dictamen o con este
ideal sindical, resulta menester apelar a actos de tipo revolucionarios a fin
de poner fin a la carencia económica de las colectividades sociales.
La
idea de idea de revolución artística sólo es la adecuación y la interferencia de
componentes estructurales, expresivos y estilísticos, y la renovación del tema.
Por eso afirman: “negamos toda manifestación estética que no sea medularmente
nueva en su forma i contenido”.
Desde
otro ángulo, el sindicato en su lógica de revolucionaria, rechaza cualquier política
reduccionista de los Estados Unidos para con América Latina en la defensa de
sus intereses, por lo que recomienda la lucha cultural en contra de política
extranjera agresiva. Mejor dicho, las producciones artísticas deben reflejar
esta toma de posición antimperialista: “la irradiación del imperialismo yanki
[…] nos impone en lo estético la adopción de fórmulas y motivos vernáculos
–condenamos todo lo que no sea auténticamente latinoamericano- […] prefiriendo
el son al charleston”.
Pues,
una lucha antiimperialista que necesariamente, ha de tomar en cuenta los
avances tecnológicos y científicos en su justa dimensión debido a que dichos
avances atestigüen a pesar las ventajas que conllevan, la presencia del
imperialismo y sus corolarios de explotación de la clase trabajadora tanto en
Cuba como en Latinoamérica: “exaltamos la velocidad, el maquinismo […] a
nuestra realidad cuidando siempre de su significación fundamental como
instrumentos importados por el imperialismo –para la explotación de las masas
indígenas”.
Más
allá de la lucha contra el imperialismo, el otro compromiso del artista sería
la lucha contra las dictaduras: “reivindicamos las corrientes estéticas de
vanguardia poniéndolas al servicio de los productores de sus aspiraciones,
intereses, pasiones, anhelos i luchas contra los opresores nacionales i
extranjeros”.
La
teoría filosófica del sindicato conocida como el “defensismo” se debe
caracterizar por actos tales como “sabotaje, boicot, huelgas” a favor de una
cultura de masa, y la manifestación de un sentimiento de solidaridad de clases
y profesionales como obligación moral de asistencia a las clases y pueblos
dominados en busca de Estado de justicia.
Con
todo, la acción sindical como eje central de la declaración, se fundamenta en:
“2 cosas: 1 unidad en el pensamiento revolucionario, 2 unidad en la acción
revolucionaria”, lo que hace de la revolución una instancia socio-transformadora
hacia el futuro en provecho de la gran mayoría social y de construcción
mediante una nueva mentalidad, una nueva ética, la nación y mediante actos
sólidos y unánimes para el bienestar de la colectividad. Todo eso pasaría por
la unidad de los trabajadores intelectuales y artistas de Cuba, unidad que
fortalecería su lucha y determinaría sus logros.
En
conclusión, los tres manifiestos revisados, sitúan a las vanguardias cubanas
entre lo artístico, lo político y lo transnacional, eso, por la defensa y la
construcción de lo nacional, la gesta antiimperialista y la promoción de las
tendencias culturales cosmopolitas.
Nota:
1.Cfr. Benyhe, J. (1978). “Populismo y vanguardia
(Convergencia y síntesis; Federico García Lorca poeta)” en Actas del Simposio
Internacional de Estudios hispánicos. Budapest; Akadémiai Kiadó.
2.V. Las tres declaraciones
vanguasrdistas en Osorio T., Nelson (1988). Manifiestos, Proclamas y
Polémicas de la vanguardia literaria hispanoamericanas contemporáneas.
Caracas, Biblioteca Ayacucho, pp. 98-167. Citamos pasajes de dicho manifiesto
bajo esta edición.
3.De Leuchsenring, Emilio Roig (1961).
Cuaderno de historia habanera. El Grupo minorista de intelectuales y
artistas habaneros. La Habana: Oficina del historiador de la ciudad de la
Habana, p. 14 y más páginas en las cuales se encuentran más detalles.
Bibliografía
Benyhe, J. (1978). “Populismo y vanguardia
(Convergencia y síntesis; Federico García Lorca poeta)” en Actas del
Simposio Internacional de Estudios hispánicos. Budapest; Akadémiai Kiadó.
De Leuchsenring, Emilio Roig (1961).
Cuaderno de historia habanera. El Grupo minorista de intelectuales y
artistas habaneros. La Habana: Oficina del historiador de la ciudad de la
Habana
.
Osorio T., Nelson (1988). Manifiestos,
Proclamas y Polémicas de la vanguardia literai hispanoamericanas contemporáneas.
Caracas, Biblioteca Ayacucho.
Anexo
Anexo 1:
DECLARACIÓN DEL GRUPO
MINORISTA
Con motivo de cierta
afirmación lanzada por un periodista y ensayista local, el señor Lamar
Schweyer, asegurando la no existencia del Grupo Minorista, los abajo firmante,
que se consideran componentes de dicho grupo, estiman necesario aclarar, de una
vez y definitivamente, el error de apreciación que, juntamente con el señor
Lama, sufren algunos equivocados.
¿Cómo nació, qué es,
quiénes constituyen verdaderamente el Grupo Minorista?
Hace algunos años, el
18 de marzo de 1923, un reducido número de intelectuales –artistas,
periodistas, abigados-reunidos incidentalmente en la Academia de Ciencias,
llevó a cabo un acto de rebeldía y censura contra el entonces Secretario de
Justicia, allí presente, significando así el repudio que la opinión pública
hacía de la memorable compra por el gobierno del Convento de Santa Clara, como
imposición gubernamental a la mayoría del país. Aquel acto marcó una
orientación destructiva, apolítica, a la juventud interesada en influir
honradamente en el desarrollo de nuestra vida pública, dando una fórmula de
sanción social y actividad revolucionaria a los intelectuales cubanos.
Como ese núcleo de
protestantes se reunía a la sazón habitualmente para acopiar datos y libros al
proyecto de publicación de una antología de poetas modernos de Cuba, tuvo así
el doble vínculo de una colaboración artística y una corresponsabilidad pública
y hasta penal.
Se hizo enseguida el
intento de organizar y ampliar aquel conjunto, y a tal propósito tendió la
formación de la llamada Falange de Acción Cubana. Esa manera de agrupación no
plasmó en realidad efectiva, pero casi todos los componentes de aquel núcleo,
ya aumentado por simpatizadores decididos, volvió a hallarse en las filas de la
Asociación que se denominó Veteranos y Patriotas, la cual preparaba un
movimiento armado contra la corrupción administrativa y la incapacidad
gubernamental.
¿Qué sintomatizaban
estos hechos? ¿A qué se debían las frecuentes reuniones no oficiales, sino
espontáneas, de los mismos invariables elementos, casi todos jóvenes, casi
todos artistas? ¿Por qué en las conversaciones del grupo se hacía burla de los
falsos valores de los mercachifles patrioteros, de los incapaces encumbrados,
de los genios oficiales; y se censuraba el desconocimiento de los problemas
cubanos, el sometimiento de nuestro gobierno a la exigencia extranjera, la
farsa del sufragio y la ovejuna pasividad del medio? Todo eso era indicio de
que en Cuba se integraba, perfilándose sin organización estatuaria, pero con
exacta identidad de ideales y creciente relieve, un grupo intelectual
izquierdista, producto natural del medio, y órgano histórico fatalmente
determinado por la función social que había de cumplir.
La circunstancia de que
n algunos componentes del grupo se reunieron cada sábado y luego almorzaron
juntos en un lugar público, explica porqué a su mesa se sentaban amigos que no
eran propiamente compañeros, y ese es el origen del error que confunde a la
llamada minoría con su reunión accidental y heterogénea que no tiene carácter
sesional ni actividad trascendente.
La minoría, pues,
constituye un grupo sin reglamento, sin presidente, sin secretario, sin cuota
mensual, en fin, sin campanilla ni tapete; pero es esta precisamente la más
viable organización de un grupo de intelectuales: en diversos sitios ha fracasado
la reglamentación de grupos análogos, en los cuales la vertebración que impone
la unidad substantiva de criterio es más importante y no tiene los
inconvenientes de una estructura formal, externa y adjetiva.
Es fenómeno innegable,
comprobado en distintos países, la renovación ideológica, de izquierdización,
de los grupos de esta índole.
La minoría sabe hoy que
es un grupo de trabajadores intelectuales (literatos, pintores, músicos,
escultores, etc.). El grupo minorista, denominación que le dio uno de sus
componentes, puede llevar ese nombre por el corto número de miembros efectivos
que lo integran; pero él ha sido en todo caso un grupo mayoritario, en el
sentido de constituir el portavoz, la tribuna y el índice de la mayoría del
pueblo; con propiedad, es minoría, solamente, en lo que a su criterio sobre
arte se refiere.
En el transcurso de un
año, interpretando y traduciendo la opinión pública cubana, ha protestado
contra el atropello de Nicaragua, contra la política de Washington respecto de
México, contra el allanamiento del recinto universitario y el domicilio de
Enrique José Varona por las fuerzas de la Policía Nacional. Y nada importa a su
unidad ni a su existencia que en sus manifestaciones y declaraciones lo
acompañen episódica y esporádicamente nombres y firmas que no forman parte
integrante de su núcleo.
Colectiva o
individualmente, sus verdaderos componentes han laborado y laboran:
Por la revisión de los
valores falsos y gastados.
Por el arte vernáculo
y, en general, por el arte nuevo en sus diversas manifestaciones.
Por la introducción y
vulgarización en Cuba de las últimas doctrinas, teóricas y prácticas,
artísticas y científicas.
Por la reforma de la
enseñanza pública y contra los corrompidos sistemas de oposición a las
cátedras. Por la autonomía universitaria.
Por la independencia
económica de Cuba y contra el imperialismo yanqui.
Contra las dictaduras
políticas universales, en el mundo, en la América, en Cuba.
Contra los desafueros
de la pseudodemocracia, contra la farsa del sufragio y por la participación
efectiva del pueblo en el gobierno.
En pro del mejoramiento
del agricultor, del colono y del obrero de Cuba.
Por la cordialidad y la
unión latinoamericana.
La Habana, mayo 7 de
1927.
Anexo 2:
MANIFIESTO DEL GRUPO
MINORISTA DE MATANZAS
Un grupo de cubanos
amantes de la cultura, nos hemos constituido en asociación para fomentar y
difundir la cultura.
Los estudiosos se
aíslan demasiado. Bella y reparadora es a veces, la soledad espiritual. Muchos
émulos tuvo siempre el poeta que cantó las excelencias de la vidad retirada.
Pero quienes aman las ideas y las buscan en el incesante fluir de los hombres y
las cosas, no pueden olvidar que el pensamiento es en muchos un producto
social. La soledad lo precisa y lo destaca; la sociedad lo aguija y lo vigoriza.
Creemos que Matanzas
con buen número de personas dedicadas a la investigación, ya en literatura, ya
en filosofía, ya en disciplina científica. No todos los intelectuales
matanceros pertenecen al novísimo grupo. Pero aun de los que no se han adherido
a este movimiento esperamos, en su momento, valiosa contribución.
Queremos que cada acto
público efectuado, deje unas cuantas ideas en los concurrentes. Conferencias,
no discursos, serán nuestros trabajos. Vamos a estudiar, a difundir ideas, no a
predicar tendencias.
Sabemos empero, que en
las ideas hay potencia virtual para remover. Sabemos que la cultura de buena
ley altera. Iluminar es alterar. Pues bien, sólo en eso consistiría la eficacia
de esta labor.
Desalentarse, porque no
se advierte el efecto inmediato de una conferencia, es desconocer que la
historia interna –la de los valores-es así, ondulante, tornadiza, lenta. Pueden
los atenienses desoir a Sócrates y condenarlo. El filósofo y el maestro no
influirá menos por eso en la mentalidad de sus contemporáneos y hoy, su voz
resuena en medio de las turbulencias que abruman al mundo.
El Grupo Minorista se
propone tratar de aquellas cuestiones filosóficas y sociales que son,
actualmente, problemas por resolver. No pretende soluciones. Mira más modesto
objeto el conocimiento de tales problemas.
En la esfera literaria
queremos estudiar las tendencias más fuertes a la producción mundial y además
volver la mirada al pequeño predio de nuestra literatura nacional, para conocer
sus buenos momentos y sus vínculos con nuestro pasado político.
Por una vez, como se
estatuye en nuestro Reglamento, hemos de invitar a intelectuales de otros
lugares de la república. Pero la institución realizará obra propia,
sistemática.
Lo repetimos: las ideas
esclarecen. Pueden alterar y en esto mucho hay que hacer. Ni hombres ni
instituciones pueden inhibir la onda de la Historia en radioso ensanche. Las
concepciones individuales van pasando al consenso colectivo y viceversa, en
perpetuo y fecundo maridaje.
Luz Caballero fue como
un largo fulgor en la colonia tenebrosa. Varona ha sido un símbolo y una fuerza
en la república. El Grupo Minorista evoca a aquél, saluda a éste y ve entre uno
y otro, el alma inmensa de José Martí.
No venimos a sembrar
pesimismo sino acción. Estudiar y enseñar es actuar.
Y al mencionar a tan
altos patricios, nos obligamos, no sólo a promover corrientes culturales, sino
a despertar cuando sea necesario el decoro dormido.
Dr. Medardo Vitier,
Fernando Llés, César J. Andricaín, Arturo Aróstegui, Félix Campuzano, Julio
Cano Gutiérrez, Plácido J. González, Julio González, César García, Carlos M.
Gómez, Dr. Ricardo Haedo, Pedro P. Iturralde, Corpus H. Iraeta, Dr. Manuel
Labrada, Alberto Loviu, Enrique Mitchel, José A. Nodarse. Aurelio I. Pérez,
Angel P. de la Portilla, Filomeno Rodríguez, Enrique J. Rey, Dr. Valés Astolfi.
Anexo
3:
MANIFIESTO NÚMERO 1
DEL SINDICATO DE TRABAJORES
INTELECTUALES
I ARTISTAS DE CUBA
el sindicato de
trabajadores intelectuales i artistas de cuba no ha sido descubierto por nadie-
su presencia está determinada por el proceso revolucionario mundial del cual el
choque catastrófico no es más que un incidente-diferenciándose de los
taquimecanógrafos i horteras intelectuales tomamos nuestras posiciones
agonistas en las filas del proletariado organizado del que formamos parte
integrante-no llevamos ningún programa porque nuestras actitudes devendrán de
las exigencias impuestas por las altas i bajas de la acción diaria. para
quienes no alcanzan a 1 metro 60 centímetros de comprisión declaramos:
1 como en el régimen
social actual la obra de arte es una mercancía sujeta a las fluctuaciones de la
oferta i la demanda i al grasiento gusto del burgués que la adquiera i
financia, tarea fundamentalmente nuestra es-para liberarla-luchar por la
abolición de aquella sumando nuestros esfuerzos a los del proletariado
militante
2 negamos toda
manifestación estética que no sea medularmente nueva en su forma i contenido
3 la irradiación del
imperialismo yanki sobre los pueblos de américa nos impone en lo estético la adopción
de fórmulas i motivos vernáculos –condenamos todo lo que no sea auténticamente
latinoamericano –abominamos de toda imitación prefiriendo siempre el son al
charleston
4 exaltamos la
velocidad el maquinismo lo dinámico y eléctrico aportado por el industrialismo
a nuestra realidad cuidando siempre de su significación fundamental como
instrumentos importados por el imperialismo-para la explotación de las masas
indígenas
5 reivindicamos las
corrientes estéticas de vanguardia poniéndolas al servicio de los productores
de sus aspiraciones intereses pasiones anhelos i luchas contra los opresores
nacionales i extranjeros
6 emplearemos acción
directa sabotaje boicot huelgas contra los academizantes españolizados
yankistas etcétera-pequeñoburgueses de todos plumajes-catalogándolos por oden
alfabético en los museos de antigüedades o estrangulándolos en nuestros canales
porveniristas
7 tenderemos nuestra
solidaridad fervorosa i efectiva a las clases i pueblos oprimidos del mundo en
sus esfuerzos por la implantación de la única posible justicia
8 de la más oscura
esquina de cuba arrancamos nuestro símbolo –atuei- para levantarlo sobre el
andamio de nuestra revista que será la máxima condensadora de las inquietudes
revolucionarias de latinoamérica i del universo
i solo reclamamos de
los que marchan por nuestras mismas rutas 2 cosas
1 unidad en el
pensamiento revolucionario
2 unidad en la acción
revolucionaria