Ponencia preparada para el XIII Congreso
Nacional de Ciencia Política “La política en entredicho. Volatilidad global,
desigualdades persistentes y gobernabilidad democrática”, organizado por la
Sociedad Argentina de Análisis Político y la Universidad Torcuato Di Tella,
Buenos Aires, 2 al 5 de agosto de 2017.
Título: Venezuela
1999-2017: De la democracia con adjetivos al autoritarismo a secas.
Nombre/s y apellido/s de/l los autores: Dr. Santiago
César Leiras.
Correo Electrónico: santiago.leiras@gmail.com/leiras2@hotmail.com.
Institución: Universidad de
Buenos Aires
Área temática a la que se presenta: Política
Comparada
Sub-área temática a la que se presenta: Procesos
políticos en América Latina.
Resumen.
La
inesperada muerte de Hugo Chávez Frías en el mes de marzo del año 2013 dio
comienzo a una etapa de profundización y mayor radicalización política aún, del
régimen político en Venezuela, que la preexistente desde el año 2007 como
resultado de la derrota, en el referéndum llevado a cabo en aquel año, del
primer intento de incorporación en la carta constitucional de la cláusula de la
reelección indefinida.
En
efecto, un proceso electoral controversial en 2013, los sucesivos y fallidos
intentos de diálogo político con intervención internacional mediante en 2014 y
2016, el desconocimiento por parte del oficialismo del triunfo opositor en la
Asamblea Legislativa a fines del 2015 y los sistemáticos intentos de bloqueo
del funcionamiento de dicho cuerpo colegiado a partir del 2016 como así también
de la realización del Referéndum Revocatorio y nuevas elecciones regionales, el
intento de apropiación de funciones correspondientes a la Asamblea Legislativa
por parte del Poder Judicial y la convocatoria a una nueva asamblea
constituyente durante el 2017 con el propósito de llevar a cabo una nueva
reforma constitucional representan emblemáticas manifestaciones de la
radicalización del gobierno venezolano.
El
presente trabajo invita a explorar el proceso de transformación del Régimen
Político en Venezuela entre 1999 y 2017, partiendo de la premisa de que se
trata de un proceso no-lineal tanto en su desarrollo como en la propia
evolución del régimen político de gobierno.
Bajo
esa premisa, podremos distinguir en el desarrollo del proceso político
acontecido en la República Bolivariana de Venezuela desde 1999 a la actualidad
cuatro etapas principales; la Fundacional dictatorial entre 1999 y 2001, de
Crisis entre 2002 y 2005, Democrática Iliberal/Delegativa entre 2006 y 2015 y
Autoritaria a secas desde el 2016 a la fecha presente.
Abstract
Unexpected
death of Hugo Chávez Frías on March, 2013 started an era of deeper political
radicalization of political regime in Venezuela, even deeper that
radicalization existing since 2007 as a result of defeat at referendum on the
inclusion of a indefinite reelection rule in the Constitution.
Indeed,
a controversial electoral process in 2013; successive and failed attempts of
political dialogue with the help of international actors in 2014 and 2016; the
officialdom's ignorance of the opposition victory in the Legislative Assembly
at the end of 2015 and systematic attempts of blocking normal work of the
Assembly since 2016 as well as the recall referendum and new regional
elections; the attempt by the judiciary to take over the functions of the
Legislative Assembly and the convening of a new constituent assembly in 2017
searching for a new constitutional amendment, they are all emblematic signs of
the radicalization of Venezuelan government.
The
present paper invites to explore the process of transformation of Venezuelan
political regime between 1999 and 2017 on the premise that it is a non-lineal
process in its development nor in the evolution of political regime.
Under
that premise, we can identify in the development of political process in
Venezuela since 1999 to the present, four main phases; the foundations with
dictatorship between 1999 and 2001; a Crisis between 2002 and 2005; a
non-liberal delegative Democracy between 2006 and 2015 and an Authoritarism
since 2016 up to the present.
Venezuela
1999-2017: De la democracia con adjetivos al autoritarismo a secas.
Por: Dr. Santiago C. Leiras
1. Presentación
La inesperada
muerte de Hugo Chávez Frías en el mes de marzo del año 2013 dio comienzo a una
etapa de profundización y mayor radicalización política aún del régimen
político en Venezuela que la preexistente desde el año 2007 como resultado de
la derrota, en el referéndum llevado a cabo en aquel año, del primer intento de
incorporación en la carta constitucional de la cláusula de la reelección
indefinida.
En efecto, un
proceso electoral controversial en 2013, los sucesivos y fallidos intentos de
diálogo político con intervención internacional mediante en 2014 y 2016, el
desconocimiento por parte del oficialismo del triunfo opositor en la Asamblea
Legislativa a fines del 2015 y los sistemáticos intentos de bloqueo del
funcionamiento de dicho cuerpo colegiado a partir del 2016 como así también de
la realización del Referéndum Revocatorio y nuevas elecciones regionales, el
intento de apropiación de funciones correspondientes a la Asamblea Legislativa
por parte del Poder Judicial y la convocatoria a una nueva asamblea
constituyente durante el 2017 con el propósito de llevar a cabo una nueva
reforma constitucional representan emblemáticas manifestaciones de la
radicalización del gobierno venezolano.
El presente trabajo
invita a explorar el proceso de transformación del Régimen Político en
Venezuela entre 1999 y 2017, partiendo de la premisa de que se trata de un
proceso no-lineal tanto en su desarrollo como en la propia evolución del
régimen político de gobierno.
Bajo esa premisa,
podremos distinguir en el desarrollo del proceso político acontecido en la
República Bolivariana de Venezuela desde 1999 a la actualidad cuatro etapas
principales; la Fundacional dictatorial entre 1999 y 2001, de Crisis entre 2002
y 2006, Democrática Iliberal/Delegativa entre 2006 y 2015 y Autoritaria a secas
desde el 2016 a la fecha presente.
Entendemos como
Régimen Político aquel conjunto de reglas o procedimientos, formales o
informales explícitos o implícitos, que estructuran y dan forma a la conducta
política solo en la medida en que los actores obedecen o aceptan esas reglas -dimensión
procedimental-, como así también al comportamiento de los actores
consistente en la aceptación, estratégica o instrumental, de las reglas sin que
medie en ninguna de las modalidades de aceptación manifestación alguna de
rechazo normativo –dimensión conductual- (Munck, 1996).
2.
La
etapa Fundacional Dictatorial (1999-2001).
El ex-teniente coronel y cabecilla de las
intentonas golpistas de febrero y noviembre de 1992, Hugo Chávez Frías,
encabezando la coalición electoral Polo Patriótico, es elegido presidente de
Venezuela con mayoría absoluta el 6 de Diciembre de 1998, obteniendo el 56,20%
de los sufragios emitidos, frente al 39,97% de los votos obtenidos por Salas
Romer, quién, al frente de una coalición política heterogénea, contó con el
apoyo de los partidos tradicionales, tanto de Acción Democrática, como así
también del COPEI. No obstante, Chávez no consigue en las elecciones
parlamentarias de 1998, la mayoría ni en la cámara de diputados ni en el senado
del entonces congreso bicameral, obteniendo 76 escaños en la cámara de
diputados (36, 72%) y 19 escaños en la cámara de senadores (33,85%).
Con ello daba término a 40 años de
hegemonía de los dos partidos tradicionales AD y COPEI y al sistema
partidocrático resultante (Mc Coy, 1999). La precaria situación económica del
país, los altos índices de desempleo, el aumento de la pobreza así como la
corrupción que genero el viejo sistema de Punto Fijo fueron aumentando el
descontento popular y en última instancia llevaron a la ciudadanía a votar por
alguien que prometía terminar con la “podredumbre” del sistema y que hablaba de
“revolución pacífica” del pueblo.
Asume el 2 de Febrero de 1999 jurando (........)
sobre esta moribunda constitución que haré cumplir e impulsaré las reformas
democráticas necesarias que requiere el país (.....). En este sentido es
que se realizará la convocatoria, para el 25 de Abril del mismo año, de un
referéndum, en el cual los ciudadanos deberán pronunciarse sobre la posibilidad
de la constitución de una Asamblea Constituyente con el propósito de
transformar el Estado, y crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el
funcionamiento de una democracia “social y participativa”.
Entre
los principales intelectuales orgánicos del nuevo régimen se fundamentará dicha
convocatoria para la transformación institucional, a partir de los siguientes
argumentos:
1. El carácter
programático –ideológico de la constitución no se cumplió con la fuerza
necesaria para su concreción. La desviación populista, el clientelismo y la
corrupción desvirtuaron el programa constitucional.
2. Además, el programa
constitucional no fue acompañado, o lo fue en forma retardada, incompleta y
reactiva, por una acción legislativa eficaz y proyectiva que lo impulsara en
forma coherente.
3. El estado no diseñó
las adecuadas garantías constitucionales para la mejor protección de los
derechos fundamentales. El gravísimo deterioro de la calidad de vida de amplios
sectores de la población y los balances en rojo que consecutivamente arrojan
las violaciones de los derechos humanos, constituyen el mayor mentís de la
carta de los derechos establecida en la constitución.
4. El deterioro del
poder judicial, garante por excelencia del Estado de Derecho, ha impedido su
efectiva realización, y por consiguiente desvirtuado el principio central de la
supremacía constitucional y la autonomía de las ramas del poder público.
5. El pálido
desarrollo del principio democrático recogido por la constitución y su
desviación partidocrática, tutelar y cerrada a la participación, ejemplifica en
el país una suerte de régimen político que Duverger denominó alguna vez
“democracia sin el pueblo” (Combellas, 1999).
Asimismo,
y a tono con el sesgo fundacional y de características plebiscitarias que asume
el nuevo régimen, se fundamentará la convocatoria en estos términos:
Una
frase del general De Gaulle en los difíciles días del tránsito de la IV a la V
República francesa vale la pena aquí citar <Cuando los acontecimientos
hablan muy claro y se está de acuerdo en el fondo, los procedimientos tienen
una flexibilidad considerable>.
(...)
los procedimientos, en definitiva las formas jurídicas, por supuesto que son
importantes, pero a todas luces secundarios frente al hecho político
fundamental: el llamado al poder constituyente originario, con el fin de abrir
cauces al rediseño institucional de la república. Lo que deseo transmitir lo
expresan con claridad las palabras del destacado jurista alemán Martín Kriele
<la fuerza explosiva que se halla en la idea de la soberanía del pueblo no
puede ser eliminada por ningún estado constitucional, solo puede ser moderada y
suavizada>.
Los
poderes constituidos (el Presidente, la Corte Suprema de Justicia, el Congreso)
afincados en el respeto mutuo implicado en el principio de colaboración de las
ramas del poder público, deben atender solícita y prontamente este llamado, que
no es otro que el llamado al titular de la soberanía democrática, el pueblo,
para que legitime con su sí aprobatorio la convocatoria constituyente. Por
supuesto que el respaldo de la iniciativa popular es fundamental para alcanzar
el objetivo propuesto.”
(Combellas, 1999).
Esta convocatoria por cierto estará
enmarcada dentro de la discusión planteada por el propio presidente Chávez, en
torno a los siguientes ejes convocantes:
1. Los valores de la
democracia.
2. Un sistema político
amplio, profundo, de contenido político ético.
3. La descentralización,
la desconcentración y un verdadero federalismo.
4. La genuina
independencia del Poder Judicial.
5. La defensa
irrevocable de los derechos humanos, tanto individuales como sociales.
6. Un nuevo orden
económico.
7. Un nuevo orden
social, basado en la ayuda mutua.
8. El rescate del
ciudadano.
9. Una nueva doctrina
democrática de seguridad y defensa.
10. Un poder moral
como mecanismo de modernización y saneamiento del estado (Chávez, 1999).
Finalmente,
se realiza la consulta el 26 de Abril de 1999, en base a dos preguntas que
constituyeron el eje de la convocatoria:
1. ¿Convoca usted una
Asamblea Nacional Constituyente con el propósito de transformar el estado y
crear un nuevo ordenamiento jurídico que permita el funcionamiento efectivo de
una democracia social y participativa?
2. ¿ Está usted de
acuerdo con las bases propuestas por el Ejecutivo Nacional para la convocatoria
a la Asamblea Nacional Constituyente, examinadas y modificadas parcialmente por
el Consejo Nacional Electoral en sesión fecha Marzo 24, 1999 y publicadas en su
texto íntegro en la Gaceta Oficial de la República de Venezuela, número 36.669
de fecha marzo 25, 1999?
Frente a la primera pregunta, fue claro el
triunfo de la propuesta de convocatoria a una Asamblea Constituyente, con
un 92,36% de votos favorables, y un 7,64% de votos negativos, y la pregunta
relacionada con las bases propuestas para dicha convocatoria por el Poder
Ejecutivo, obtuvo 86, 43% de opiniones afirmativas, y un 13,57% de sufragios
negativos.
Asimismo, el 25 de Julio de 1999, se
celebraron nuevas elecciones para la designación de los miembros de la Asamblea
Nacional Constituyente (ANC), la cual es ampliamente ganada por la coalición
que apoya a Chávez, Polo Patriótico (PP), que consigue 121 de los 128 elegiblesde
la Asamblea que deberá elaborar una nueva constitución política.
En lo
sucesivo la pugna política entre el chavismo y sus opositores, se centrará en
torno al tema del carácter “derivado” u “originario” de la asamblea. La
diferencia residía en que, si la ANC iba a ser originaria, tendría la facultad
de crear un orden jurídico totalmente nuevo y legislar sobre cualquier materia
imponiéndose sobre el congreso, mientras que, de ser derivada, tendría que
actuar respetando la constitución y acatando la institucionalidad existente,
cumpliendo en este marco con la tarea específica de elaborar una nueva carta
constitucional.
Poco
tiempo después, fue declarada la “emergencia judicial” y la “emergencia
legislativa” con lo cual se limitó drásticamente el accionar de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación (CSJN) y del congreso en favor de la ANC. Finalmente,
la Corte Suprema terminará definiendo el carácter supraconstitucional de la
Asamblea Constituyente.
En un
nuevo referéndum realizado en el mes de diciembre de 1999, con el 71, 37% de
los votos a favor y 28,63 % de sufragios en contra y con un porcentaje de
abstención del 54,74%, es aceptada la nueva constitución Bolivariana de
Venezuela, quedando ese mismo día, -15 de diciembre-, disueltos el Congreso y
la Corte Suprema de Justicia y las funciones legislativas son asumidas por la
ANC.
Entre las principales modificaciones se
destaca la incorporación de la figura del referéndum revocatorio. En este
sentido, las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a
referendo consultivo por iniciativa del presidente/a de la república, por
acuerdo de la mayoría de la Asamblea Nacional, aprobado con el voto de la
mayoría de sus integrantes, o a solicitud de un número no menor del diez por
ciento de los electores/as inscriptos en el registro civil y electoral (artículo
71), no pudiendo ser objeto de tratamiento consultivo las leyes de
presupuesto, las que establezcan o modifiquen impuestos, las de crédito
público, y las de amnistía, así como aquellas que protejan, garanticen o
desarrollen los derechos humanos y las que aprueben tratados internacionales (artículo
74).
Si el referéndum concluye en un sí
aprobatorio, siempre que haya concurrido el veinticinco por ciento de los
electores/as inscriptos en el registro civil y electoral, el proyecto
correspondiente será sancionado como ley (artículo 73).
Por otra parte, todos los cargos y
magistrados de elección popular son revocables, cuando igual o mayor número de
electores/as que eligieron al funcionario/a hubieran votado a favor de la
revocatoria siempre que haya concurrido al referéndum, un número de
electores/as igual o superior al veinticinco por ciento de aquellos inscriptos
en el registro civil o electoral (artículo 72). Asimismo, durante el
período para el cual fue elegido el mandatario no podrá realizarse más de una
solicitud de revocación de su mandato.
Sin embargo esta iniciativa constitucional,
por su propia definición, tropieza con la propia dificultad que supone su
implementación; en primer lugar, por la alta exigencia de su convocatoria, 25%
de los electores inscriptos, que en el supuesto caso de revocación del mandato
del Presidente, representa un número aproximado de 2.500.000 personas. Sumado a
ello, la revocación del funcionario se condiciona a la votación favorable de un
número de electores mayor al que lo eligió. Este “espejismo” del referéndum
revocatorio es advertido hasta por los propios “intelectuales orgánicos” del
proceso constituyente, dado que:
En
suma, el instituto del referéndum revocatorio es adrede exigente y así lo
aprobó la Constituyente, dentro de una paradójica defensa del denostado
principio representativo, contradictoria a todo evento con la bandera de la
democracia participativa como sustitutiva de la malhadada democracia
representativa. En esta materia, el constituyente protegió y fortaleció al
representante ante los avatares de un fuerte movimiento de opinión adversa. En
la cruda verdad, al <soberano> se le tornará, repito, casi imposible
deshacerse de los representantes electos, por lo menos mientras transcurre su
mandato (Combellas,
2001).
Entretanto,
se “institucionaliza” el proceso de concentración y centralización del poder, a
través de la modificación constitucional que introduce la ampliación del
mandato presidencial de cinco a seis años con la posibilidad de reelección
inmediata y por una sola vez para un período adicional (artículo 230),
aún sin satisfacer plenamente las aspiraciones de Chaves quien sostenía:
Me
iré, no sé adónde, si Dios quiere, en el año 2009. O un poco antes si la
Constituyente decide recortar el período a 4 años. Pero si lo alarga a 7
podrían ser 14 años (Diario
el Nacional, 10 de Abril de 1999).
También se establecerán nuevas cláusulas
que tenderán a incrementar las facultades legislativas del presidente de la
república, como la atribución de declarar los estados de excepción en los casos
previstos en la constitución y la restricción de las garantías constitucionales
(artículo 236, inciso 7 y 8 y artículos 337, 338 y 339). Es en este
contexto que se han llevado a cabo iniciativas legislativas como, entre otras a
destacar, el Decreto-Ley nº 113 del 26/04/1999, otorgando facultades al
presidente Chávez para dictar medidas extraordinarias en materia económica y
financiera, requeridas por el interés público, las cuales abarcarán los planos
de la organización de la administración pública nacional, financiero,
tributario y económico-sectorial.
Respecto del rol de las Fuerzas Armadas, en
la constitución de 1961, en su artículo 132, se definía a las mismas como una
institución apolítica, obediente y no deliberante, cuya misión es asegurar la
defensa nacional, la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto
a la constitución y sus leyes, estando las mismas al servicio de la república y
no de una persona o parcialidad política. Un nuevo rasgo que estará presente en
la Constitución Bolivariana será el de la incorporación del derecho a sufragio
de conformidad con la ley (artículo 330), aunque esto no implique la
posibilidad de participar por el acceso a cargos públicos, ni en actos de
propaganda, militancia o proselitismo político.
En el marco de esta nueva institucionalidad
se desarrollaron las elecciones presidenciales del 30 de Julio del año 2000, en
las cuales Hugo Chávez Frías derrota s su (ex) compañero de ruta, Francisco
Arias Cárdenas por un 59,70 por ciento de los votos frente al 37,50 obtenido
por Arias Cárdenas, iniciando de esta manera Hugo Chávez su “primer” período
presidencial: con relación a la duración de su
mandato presidencial, el propio Chávez aseguró en aquella oportunidad:
Parece
que estamos comenzando, parece que estaremos del 2001 al 2007, porque los dos
años de transición no contarían (Hugo Chávez publicado en Diario El
Nacional. 1 de Marzo de 2001).
Con los partidos tradicionales reducidos a
un papel casi testimonial, con pleno manejo de la asamblea legislativa por
parte del oficialismo y la subordinación de las fuerzas armadas al nuevo poder
político, el presidente Hugo Chávez se lanza a una aventura electoral esta vez
con el propósito de desarticular el poder sindical encarnado en la Central de
Trabajadores de Venezuela (CTV), en este contexto se lleva a cabo un nuevo
plebiscito en el mes de diciembre del año 2000 con el objetivo de consultar a
la ciudadanía sobre su acuerdo o desacuerdo sobre la revocatoria de los
mandatos de los dirigentes sindicales: con un elevado porcentaje de abstención
electoral -75 por ciento- se impone la postura de la revocación de los mandatos
(Ellner, 2003).
El año 2001 marca el inicio de una dinámica
de confrontación y polarización política: diferentes iniciativas desde el
oficialismo darán lugar a una estrategia reactiva por parte de la oposición,
dando así lugar a un escenario caracterizado por la crisis de legitimidad
(Botana, 1988). En el punto siguiente analizaremos los
hitos más sobresalientes en esta etapa de crisis en la construcción del nuevo
régimen político de Venezuela.
3.
La
crisis del régimen (2002-2006).
Las elecciones del 30 de julio del año 2000 no sólo
habían dado cuenta del masivo apoyo popular del proyecto bolivariano, sino
también de un nuevo escenario político, marcado por una nueva distribución de
fuerzas al interior de la Asamblea Nacional y los gobiernos estatales. El
inicio del “primer período presidencial”, proveniente de una
relegitimación de todos los poderes como el propio Chávez expresara, dio al
presidente más fuerzas para allanar el camino hacia una democracia
participativa.
En este sentido se inscribe el Decreto 1011 del mes de
Octubre del año 2000, a través del cual se proponía reformar el sistema
educativo sobre bases bolivarianas, ideologizar la enseñanza pública y
nacionalizar los establecimientos privados. La oposición se movilizó alrededor
de la propuesta radicalizando sus posturas.
Un año más tarde, el presidente Chávez volvió a tomar
el mismo curso de acción. En el mes de noviembre del año 2001, el congreso
otorgó al mandatario facultades especiales para aprobar una Ley Habilitante que
sancionara un total de 49 decretos con fuerza de ley. Nuevamente la oposición
reaccionó elevando la apuesta, convergiendo los diferentes sectores de la misma
en la posición de dar por tierra con las leyes sancionadas, donde las de mayor
relevancia incluían una Ley de Tierras que disponía la fuerza pública y la
realización de una reforma agraria, una nueva Ley de Hidrocarburos y finalmente
la Ley de Pesca.
Las fuerzas contrarias al gobierno convergieron en una
sociedad entre Acción Democrática (AD), Comité de Organización Política
Electoral Independiente (COPEI), la Federación de Cámaras y Asociaciones de
Comercio de Venezuela (FEDECAMARAS), y la Central de Trabajadores de Venezuela
(CTV). Viendo el arco opositor infructuosos sus pedidos al gobierno, decidieron
elevar la apuesta y comenzaron a llevar acciones concretas. El día 10 de
diciembre del 2010 CTV y FEDECAMARAS llamaron a un paro total de las
actividades, y comenzaron una estrategia de movilización con el propósito de
presionar el gobierno. Si bien el gobierno no cedió a la presión sectorial, el
paro fue considerado exitoso; no obstante, la espiral de radicalización y
polarización política desatada a partir de ese momento no tendría fin sino
hasta conseguir una derrota definitiva de alguno de los dos bandos (Spinetta,
2010).
En este sentido, el clímax de la confrontación se dio
durante los sucesos de abril de 2002, donde las fuerzas políticas y sociales
opositoras lograron desalojar al presidente Hugo Chávez de sus funciones a
través de un golpe cívico-militar que duró 48 horas y ubicó a esas fuerzas en
una postura de máxima intransigencia e intolerancia.
Enmarcado en fuertes
protestas y una huelga general convocada por FEDECÁMARAS, que duró más de tres días, el 11 de abril del 2002,
el mando de la oposición convocó a una marcha permitida entre los sectores
caraqueños de Parque del Este y Petróleos de
Venezuela (PDVSA) Chuao que luego fue desviada hacia al Palacio de Gobierno ubicado
en Miraflores, Caracas, esta marcha fue fuertemente promovida e impulsada por los
medios de comunicación privados de Venezuela. Alrededor del mismo se habían
congregado simpatizantes de Hugo Chávez, y cuando ambos bandos se encontraron
se produjeron enfrentamientos que causaron varios muertos en ambos bandos. Si
bien todavía se discute quién inició y quién continuó el tiroteo esa tarde, en
la madrugada del día siguiente el Alto Mando Militar venezolano anunció que
Chávez había renunciado tras habérselo solicitado. Inmediatamente, militares
adversos a Hugo Chávez ejecutaron un Golpe de Estado que colocó en la Presidencia al presidente de FEDECÁMARAS Pedro Carmona Estanga. Luego de fuertes protestas de los simpatizantes de
Chávez y algunas presiones internacionales, ya que muchos países no
reconocieron a Carmona, los militares leales al Gobierno retomaron el poder y
Chávez reasumió la Presidencia en la madrugada del 14 de abril de 2002.
La oposición no abandonó
sus esfuerzos por desalojar a Chávez del poder, aunque a través de la exclusión
de la vía insurreccional: el 17 de Octubre de 2002, una coalición de partidos
políticos, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales opositoras
a la administración de Hugo Chávez dieron inicio a la estructura supra
organizacional denominada Coordinadora Democrática (CD).
Con los hechos de abril en
el imaginario colectivo aún, y una situación de conflictividad creciente,
autoridades de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter
articularon una mesa de diálogo con el objetivo de que el gobierno y la
oposición sentaran un programa común de acuerdos y cese de hostilidades.
Fracasada esta instancia, la intransigencia se apoderó de la situación
nuevamente y esto llevó a la declaración de un nuevo paro de actividades el día
2 de diciembre del 2002.
Los sectores de la
oposición, aglutinados en la CD, la CTV y FEDECAMARAS, junto a otros partidos y
organizaciones desencantadas del proyecto bolivariano como el Movimiento al
Socialismo (MAS) y el partido Bandera Roja exigieron al presidente su renuncia
o la realización de un referéndum consultivo de mandato. Ante la negativa de
Chávez, el paro que inicialmente tendría una duración de 24 horas, se prorrogó
de manera indefinida. Con una duración total de 62 días y serias consecuencias
para la economía venezolana, el paro petrolero de diciembre de 2002 a febrero
de 2003 constituyó el segundo intento frustrado de la oposición para desalojar
a Chávez del gobierno.
Fracasadas las diferentes
alternativas de cambio por medio de la vía extra institucional, pareció quedar
“allanado” el camino para la resolución institucional de la crisis, haciendo
uso de los mecanismos establecidos por la propia constitución bolivariana. En
el apartado siguiente analizaremos el proceso que desembocó en el Referéndum
Revocatorio llevado a cabo el 15 de Agosto de
2004.
Luego
del fallido golpe de Estado y del derrotado paro petrolero que procuraron
deponer al presidente Chávez por vías extra constitucionales, desde el mes de
febrero del 2003 sectores mayoritarios de la oposición política concentraron
sus esfuerzos en alcanzar los requisitos para la realización de un referendo
revocatorio.
En
el mes de mayo, gobierno y oposición, con los auspicios de la Organización de
Estados Americanos (OEA), el Centro Carter y el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), suscribieron un acuerdo donde se comprometieron a
encontrar una salida a la crisis política dentro de las pautas establecidas por
la constitución de 1999. En el punto 12 de dicho acuerdo, explícitamente se
comprometieron a respetar y seguir los requisitos del artículo 72 de la
constitución, y en el punto 13 a llevar a cabo esfuerzos para designar a los
miembros de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Este acuerdo abrió
cauces para que la interna conflictiva vivida desde finales del año 2001
pudiera comenzar a procesarse por medios pacíficos (Lander y López Maya,
2005).
En
el segundo semestre del 2003 fueron designados los integrantes del CNE. En ese
momento, las designaciones hechas fueron reconocidas y bien recibidas tanto por
las organizaciones simpatizantes del gobierno, como por las de la Coordinadora
Democrática (CD). Una de las primeras tareas que tuvo que cumplir el CNE fue la
elaboración de un reglamento que estableciera los procedimientos de
implementación del referendo: el reglamento aprobado contó con amplio respaldo
de las partes.
La
recolección de firmas para solicitar los referendos revocatorios de diputados,
oficialistas y de oposición, y del presidente se realizaron en dos fines de
semana consecutivos, entre noviembre y diciembre de ese año. Cuando se
efectiviza la entrega de las firmas, se iniciaron los conflictos.
Al
revisar el CNE las firmas entregadas, se encontró con decenas de miles de datos
y firmas de caligrafía similar sin nota alguna. Esta situación se presentó
tanto en las firmas recogidas para el referéndum presidencial como para la
revocatoria de diputados oficialistas o de oposición. El 24 de febrero el CNE
tomó la decisión, por mayoría de 3 de los 5 rectores que lo integran, de
someter a la observación de la Comisión Técnica Superior (CTS) del Poder
Electoral más de 1.480.000 firmas. Si bien la OEA y el Centro Carter criticaron
inicialmente la metodología utilizada para seleccionar las firmas a ser
observadas, terminaron respaldando la decisión adoptada por el CNE.
El
anuncio del CNE suscitó un vehemente rechazo por parte de la CD, que llamó a
desobediencia civil lo que desencadenó cinco días de violencia en algunas
ciudades del país, suceso conocido como “La guarimba”. El Bloque Democrático
(BD), grupo disidente de la CD promovió entre otras por internet una acción de
protesta o “desobediencia civil” que consistía en el masivo bloqueo de calles
frente o cerca del hogar de cada manifestante. El objetivo era provocar una
situación de anarquía y violencia que incitara la intervención de las fuerzas
armadas, aunque finalmente este objetivo no fue alcanzado (Lander L. y López
Maya M., 2005).
El
2 de marzo el CNE, luego de oír la opinión de la CTS y por decisión nuevamente
dividida, acordó someter a ratificación o “reparo” 876.017 de las firmas bajo
observación. La CD terminó aceptando cumplir con lo pautado por el CNE y las
fechas para los reparos fueron fijadas y cumplidas sin mayores contratiempos.
El 3 de junio el CNE dictaminó que el número de firmas recogidas y validadas
cumplían con lo pautado en el artículo 72 de Constitución y fijó para el 15 de
agosto la realización del referéndum revocatorio presidencial.
Los resultados de referéndum ratificaron las previsiones
llevadas a cabo por las principales encuestadoras de Venezuela:
Cuadro I
Principales encuestas previas al Referéndum Revocatorio
Empresa
|
Fecha
|
NO
|
SI
|
Indecisos
|
Diferencia
|
North American Opinion Research Inc.
|
1-5 Agosto
|
63 %
|
32 %
|
5 %
|
31 %
|
Evans/Mc Donough Co Inc. Varianzas
|
4-8 agosto
|
50 %
|
38 %
|
12 %
|
12 %
|
Hinterlances
|
31 de julio/
8 de agosto
|
53 %
|
41 %
|
6 %
|
12 %
|
Alfredo Keller y Asociados
|
2-6 agosto
|
48 %
|
38 %
|
14 %
|
10 %
|
Consultores 21
|
22-31 de julio
|
51,50 %
|
45,20 %
|
3,30 %
|
6,30 %
|
Datanálisis
|
14 julio/
2 agosto
|
47,50 %
|
42,30 %
|
10,20 %
|
5,20 %
|
Fuente: Lander, 2004
El resultado preliminar
fue anunciado por Francisco Carrasquero, presidente y uno de los cinco rectores
del CNE, en la televisión y la radio nacional aproximadamente a las 4:00 de la
madrugada del ya 16 de agosto después que el 94% de los votos habían sido
escrutados, siendo el siguiente resultado:
·
El Si (a favor de la destitución de Chávez):
3.576.517 = 42%
·
El No (a favor de la permanencia de Chávez
en el poder): 4.991.483 = 58%
Pero los resultados
finales dados el 18 de agosto por el CNE fueron aún más favorables por el
"No", escrutándose todos los votos, donde se reafirma en dejar sin
efecto el pedido del cese del gobierno de Chávez, con una abstención de 30,08%:
Cuadro
II
Resultados Referéndum Revocatorio Presidencial
15 de agosto de 2004
|
Votos
|
%
|
Censo electoral
|
14.037.900
|
100,00%
|
Total votos
|
9.815.631
|
69,92%
|
Total votos válidos
|
9.789.637
|
99,74%
|
Total votos
inválidos
|
25.994
|
0,25%
|
Total votos Si (a favor de la destitución de
Chávez)
|
3.989.008
|
40,64%
|
Total votos No (en contra de la destitución de
Chávez)
|
5.800.629
|
59,1%
|
Fuente:
Consejo Nacional Electoral-CNE
Estas elecciones tuvieron una muy numerosa presencia de
observadores internacionales, incluyendo a las dos organizaciones que la
dirigencia de la oposición había señalado como los únicos árbitros confiables
en cuyo veredicto aceptarían: la OEA y el Centro Carter.
Precisamente esta última organización elaboró un informe
reconociendo la validez de los resultados electorales; en las conclusiones del
mismo se señalaba lo siguiente:
La conclusión del Centro
Carter es que las máquinas de votación automatizada funcionaron bien y que los
resultados de la votación reflejan la voluntad del pueblo. Nuestro conteo
rápido incluyó también a los centros de votación manual, y no hubo casi
preocupaciones a este respecto.
Esperamos que estas
conclusiones le den al pueblo de Venezuela confianza en que el sistema
automatizado funcionó adecuadamente, específicamente frente a la cercanía de
las elecciones regionales.
El Centro Carter en su reporte
final al Consejo Nacional Electoral con su evaluación de todo el proceso y con
recomendaciones específicas para mejorarlo.
La masiva votación de
cerca de un 73% del REP refleja el intenso interés suscitado por el referéndum
revocatorio. Se debe hacer un reconocimiento al pueblo de Venezuela que
permaneció en las filas durante horas sin generar incidentes, en una
demostración cívica de participación y orgullo ciudadano.
Instamos a todos los
ciudadanos a aceptar esos resultados y a mirar hacia el futuro. El 41% de la
población que votó por un cambio en la presidencia tienen preocupaciones
legítimas que deben ser atendidas. Urgimos al gobierno a reconocer los derechos
y las preocupaciones de esta enorme minoría y a iniciar discusiones con ellos
que les permita crear una visión común sobre el futuro de Venezuela. También
instamos a aquellos que conforman la oposición a buscar caminos que les
permitan trabajar de manera constructiva con el gobierno a fin de alcanzar los
sueños de todos los venezolanos (Centro Carter,
2004).
Así también desde el propio informe se plantearon una serie
de recomendaciones a futuro:
A fin de que Venezuela
pueda avanzar hacia los próximos procesos electorales previstos para elegir
gobernadores y alcaldes a fines de septiembre, nos permitimos respetuosamente
sugerir algunos pasos que ayudarían a generar confianza en el proceso y a
asegurar mayor eficiencia:
·
Los procesos electorales automatizados son la tendencia
dominante hacia el futuro, pero es necesario que los ciudadanos confíen en
estos nuevos sistemas. Aun cuando pensamos que las máquinas de votación
funcionaron bastante bien, creemos que una posterior evaluación e información
generada por otras compañías de tecnología similar ayudaría a informar mejor al
público venezolano sobre los diversos sistemas automatizados.
·
El CNE sufrió la ausencia de comunicación y coordinación
interna, lo que bloqueó la capacidad de los miembros del Directorio para tomar
decisiones a tiempo y para que la organización funciones con eficiencia. Urgimos
a los Rectores a compartir información, y a desarrollar una mayor comunicación
y coordinación entre ellos y con los miembros de las otras instancias del CNE.
·
La transparencia es la base fundamental de la confianza.
Durante los últimos ocho meses, la ausencia de una política de información del
CNE al público de Venezuela, los partidos políticos y hasta los observadores
internacionales ha generado preocupaciones y sospechas innecesarias. Reclamamos
mayor transparencia a todos los niveles, a fin de asegurar la confianza en los
futuros procesos electorales (Centro Carter, 2004).
La reacción de la oposición no se hizo esperar, dado que la
misma impugnó los resultados del proceso revocatorio en medio de fuertes
denuncias de fraude electoral, esta actitud tuvo su traducción en
relación a los procesos electorales subsiguientes: así durante las elecciones
regionales del mes de Octubre del mismo año 2004 y municipales de agosto del
2005 los resultados de la oposición fueron magros, decidiendo en diciembre del
mismo año 2005 todas las fuerzas opositoras abstenerse en las elecciones para
la renovación de representantes de la asamblea nacional; esto permitió al
Movimiento Quinta República (MVR) y sus aliados políticos obtener el 100 por
ciento de los escaños parlamentarios.
En este escenario de fortalecimiento del oficialismo y
fragmentación/desmoralización de la oposición, se desarrollaron las elecciones
presidenciales el día 3 de diciembre de 2006 con el resultado de un nuevo
triunfo del presidente Hugo Chávez Frías por un porcentaje del 62, 84% de los
votos positivos frente al 36,90% de los votos obtenidos por el candidato de la
oposición, Manuel Rosales, en ese entonces gobernador del estado de Zulia,
abriendo inicio a la etapa de “consolidación” del régimen político.
Cuadro III
Resultado Elecciones Presidenciales Venezuela
3 de Diciembre de 2006
Candidato
|
Partido/Alianza
|
Votos
|
%
|
Hugo Chávez
|
MVR-PODEMOS-PPT-PCV-MEP y otros
|
7.309.080
|
62,84
|
Manuel Rosales
|
Un Nuevo Tiempo–Primero
Justicia-y otros
|
4.292.466
|
36,90
|
Luis Reyes
|
Joven
|
4.807
|
0,04
|
Venezuela Da Silva
|
Nuevo
Orden Social
|
3.980
|
0,03
|
Carmelo Romano Pérez
|
Mov.
Liberal Pueblo Unido
|
3.735
|
0,03
|
Alejandro Suárez
|
Mov.
Sentir Nacional
|
2.956
|
0,03
|
Eudes Vera
|
Iniciativa
Propia
|
2.806
|
0,02
|
Carolina Contreras
|
Iniciativa
Propia
|
2.169
|
0,02
|
Pedro Aranguren
|
Mov.
Conciencia País
|
2.046
|
0,02
|
José Tineo
|
Venezuela
Tercer Milenio
|
1.502
|
0,01
|
Yudith Salazar
|
Hijos
de la Patria
|
1.355
|
0,01
|
Ángel Yrigoyen
|
Rompamos
Cadenas
|
1.316
|
0,01
|
Homer
Rodríguez
|
Por
Querer a Venezuela
|
1.123
|
0,01
|
Isbelia León
|
Institución
Fuerza y Paz
|
793
|
0,01
|
Total
|
|
11.630.152
|
|
Fuente: Consejo Nacional
Electoral-CNE
4.
La democracia iliberal/ delegativa (2006-2015).
Poco
antes de finalizar la campaña y ratificado luego del triunfo electoral, el
presidente Chávez anunció su intención de conformar una comisión para evaluar,
formular y abriera debate los contenidos de una reforma constitucional que
fortaleciera el proyecto socialista, calificado como “originario, indígena,
cristiano y bolivariano” (Lander. y López Maya, 2007). Así también Chávez
anunció la conformación de un partido único, el Partido Socialista Unificado de
Venezuela (PSUV) y la desaparición de su organización electoral, el Movimiento
Quinta República (MVR).
El
objetivo de reformar la carta magna de 1999 en palabras del diputado del MVR
Carlos Escarrá no era otro que el de poder crear formar y organizar el poder
popular como una estructura orgánica del estado y no como un simple elemento de
política abstracta. Ello remite a la inclusión de la reelección indefinida del
presidente de la República. Por otra parte, el modelo de desarrollo que se
intentaría definir a partir de esta reforma de la constitución estaría dirigido
hacia la ampliación de nuevas formas de producción que podrían convivir junto
con la propiedad privada de los medios de producción, siendo la más importante
para el gobierno la estatal, en convivencia con las empresas mixtas, las
empresas de producción social y los procesos de cogestión (Maingon, 2007, LGDESN, 2008).
El
2 de diciembre del 2007 se lleva finalmente a cabo el referéndum sobre la
propuesta de reforma constitucional: hecha inicialmente por el presidente venezolano Hugo Chávez, la
misma sería luego ampliada por la Asamblea Nacional de Venezuela con el objeto de modificar 69 artículos de la Constitución de 1999. En un complejo
aunque corto cuestionario, los ciudadanos venezolanos dirimieron la consulta
realizada en base a dos preguntas principales:
¿Aprueba usted el proyecto de Reforma Constitucional con sus
Títulos, Capítulos, Disposiciones Transitorias, Derogatoria y Final; presentado
en dos bloques y sancionado por la Asamblea Nacional, con la participación del
pueblo y con base en la iniciativa del Presidente Hugo Chávez?
Bloque
A
Artículos:
11, 16, 18, 64, 67, 70, 87, 90, 98, 100, 103, 112, 113, 115, 136, 141, 152,
153, 156, 157, 158, 167, 168, 184, 185, 225, 230, 236, 251, 252, 272, 299, 300,
301, 302, 303, 305, 307, 318, 320, 321, 328, 329, 341, 342, 348.
Bloque
B
Artículos: 21, 71, 72, 73, 74, 82, 109, 163, 164, 173, 176, 191,
264, 265, 266, 279, 289, 293, 295, 296, 337, 338, 339.
El pronunciamiento ciudadano constituyó la primera –y única-
derrota del presidente Hugo Chávez: por un ajustado margen es rechazada la
propuesta de reforma constitucional, en particular el polémico artículo 230
relacionado con la introducción de la cláusula de la reelección indefinida:
Cuadro IV
Resultados referéndum
constitucional
2 de Diciembre de 2007
Bloque
|
Opción SI
|
SI
|
Opción NO
|
NO
|
A
|
4.404.626 votos
|
49,34%
|
4.521.194 votos
|
50,65%
|
B
|
4.360.014 votos
|
48,99%
|
4.539.707 votos
|
51,01%
|
Fuente: CNE y Wikipedia.
La
derrota fue reconocida por el propio Hugo Chávez, aunque caracterizándola como
una “victoria de mierda”. Inmediatamente después de referéndum
de 2007, un parlamentario del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ante la Asamblea Nacional de Venezuela, Roberto Hernández, expresó que la
propuesta podía ser presentada nuevamente, sólo que la iniciativa no podía
partir del Presidente, pero sí del parlamento o de los ciudadanos.
Un
mes después, durante un discurso a la Nación, Chávez dijo que para 2009 incluiría otra pregunta
en el hipotético caso de un referendo presidencial, que según él podría plantearse de
la siguiente forma: "¿Está Usted de acuerdo con realizar una enmienda a la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que permita la reelección
indefinida?".
A
todo esto, la oposición sostuvo que esta consulta sería ilegal, alegando que la
propuesta ya había sido rechazada en el referéndum del 2007, y que no era
posible presentar una reforma de la Constitución en un mismo período
constitucional. Sin embargo,
durante la mayor parte del 2008, el tema de la reelección se mantuvo de bajo
perfil, porque se inició la discusión para las candidaturas de gobernadores y
alcaldes para las elecciones
regionales de ese año.
El 1 de diciembre de 2008, una semana
después de las elecciones regionales, Chávez propuso un referéndum con el
objetivo de levantar el límite al número de reelecciones presidenciales. Una
propuesta inicial del partido oficialista Patria Para Todos (PPT), de incluir a
todos los funcionarios electos, fue rechazada inicialmente por Chávez, aunque
finalmente fue aceptada esta iniciativa.
El Referéndum
constitucional de Venezuela de 2009, también llamado Referéndum Aprobatorio de la Enmienda
Constitucional, se llevó a cabo el domingo 15 de febrero de 2009 para
aprobar o rechazar la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela con el fin de permitir la postulación de cualquier cargo de
elección popular de manera continua. La siguiente pregunta fue el objeto de la consulta
ciudadana:
¿Aprueba
usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución
de la República, tramitada por la Asamblea Nacional, que amplía los derechos
políticos del pueblo, con el fin de permitir que cualquier ciudadano o
ciudadana en ejercicio de un cargo de elección popular, pueda ser sujeto de
postulación como candidato o candidata para el mismo cargo, por el tiempo
establecido constitucionalmente, dependiendo su posible elección,
exclusivamente, del voto popular?
La
propuesta es aceptada con el 54,85% de los votos frente al 45,14% por la
negativa a la modificación. La participación en los comicios alcanzó el 70,32%
de los electores.
Cuadro
V
Resultados
Referendo Aprobatorio de la enmienda Constitucional
15
de Febrero de 2009
Opción
|
Votos
|
Porcentaje
|
SI
|
6.310.482
|
54,85%
|
NO
|
5.193.839
|
45,14%
|
Fuente: CNE.
Quedaba
abierto de esta manera el camino para una nueva presentación de Hugo Chávez
Frías como candidato a presidente de Venezuela en los comicios previstos para
el 2012, sin embargo este proceso va a estar signado por una inesperada
noticia: el 10 de junio del año 2011, Hugo
Chávez Frías es operado de urgencia en La Habana a causa de un "absceso
pélvico". En ese momento no se habla de cáncer.
Veinte días después, el 30 de junio, el presidente venezolano
se somete a una segunda intervención quirúrgica en la que se descubre un tumor cancerígeno. En septiembre de
ese mismo año, el propio Chávez anuncia que termina su tratamiento de
quimioterapia. La penúltima de sus operaciones fue hace casi un año, en febrero de 2012
Declarando estar “totalmente libre del cáncer”
Hugo Chávez encabeza en una nueva oportunidad las listas del PSUV para las
elecciones presidenciales llevadas a cabo el 7 de Octubre de 2012, derrotando
en esta oportunidad al candidato de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)
Henrique Capriles Radonski obteniendo el 55,07 por ciento de los votos frente
al 44,31 por ciento del candidato opositor, alcanzando la participación
electoral el 80,49 por ciento del padrón electoral.
Cuadro
VI
Resultados
elecciones presidenciales en Venezuela
7
de Octubre de 2012.
Candidato
|
Votos
|
Porcentaje
|
Hugo Chávez
Frías (PSUV)
|
8.191.132
|
55,07%
|
Henrique
Capriles Radonski (MUD)
|
6.591.304
|
44,31%
|
Reina
Sequeira (PL)
|
70.567
|
0,47%
|
Luis Reyes
(ORA)
|
8.214
|
0,05%
|
María
Bolívar (PDUPL)
|
7.378
|
0,04%
|
Orlando Chirino
(PSyL)
|
4.144
|
0,02%
|
Fuente: CNE y Wikipedia
El clima electoral favorable al oficialismo del mes de
octubre se verá ratificado en los comicios regionales del 16 de diciembre del
2012, aumentando el mismo el número de gobernaciones de 15 a 20, conservando la
oposición solo 3 de los 7 distritos en su poder hasta ese entonces.
Con el agravamiento
de su enfermedad, Hugo Chávez Frías anuncia en los primeros días del mes de
diciembre del 2012 el alejamiento “temporario” de sus funciones para someterse
a una nueva operación en La Habana y designa, siendo esta su última decisión
política pública, como sucesor a Nicolás Maduro en caso de que se diera la
situación de nuevas elecciones sin su presencia física.
Como
vicepresidente, Maduro asumió las funciones administrativas y económicas de Venezuela durante la enfermedad del
presidente Hugo Chávez. Al
morir Chávez el 5 de marzo de 2013, Maduro asumió 3 días después la jefatura de
Estado y de Gobierno como «presidente encargado de Venezuela» hasta la
celebración de elecciones presidenciales. Ante esta situación, algunos medios
de comunicación internacionales destacaron que, según su interpretación del
artículo 233 de la Constitución venezolana, no
sería el vicepresidente Maduro sino Diosdado Cabello, presidente
de la Asamblea Nacional, quien
tendría que haber asumido la presidencia interina de la república. Sin embargo, el mismo día del
juramento de Maduro, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo declaró
que su presidencia era constitucional en base al mismo artículo.
El
resultado electoral cerrado en las elecciones del 14 de abril del 2013 reabrió
viejas heridas políticas en la medida en que, bajo condiciones de un escrutinio
disputado pero favorable al oficialismo a una sola vuelta y con fórmula de
mayoría relativa, se (re)instalan las sospechas de fraude por parte de quien
detenta la conducción política del estado.
Cuadro VII
Resultados Elecciones Presidenciales Venezuela
14 de Abril de 2013
Candidato
|
Número
de votos
|
Porcentaje
|
Nicolás Maduro
|
7.587.579
|
50,61
%
|
Henrique Capriles
Radowski
|
7.363.980
|
49,12
%
|
Eusebio Méndez
|
19.498
|
0,13 %
|
María Bolívar
|
13.309
|
0,08 %
|
Reina Sequera
|
4.241
|
0,02 %
|
Julio Mora
|
1.936
|
0,01 %
|
Votos validos
|
14.990.543
|
99,55
%
|
Votos Nulos
|
66.937
|
0,44 %
|
Votos Escrutados
|
15.057.480
|
99,99
%
|
Fuente:
Consejo Nacional Electoral-CNE
Al
problema de los cuestionamientos sobre la legitimidad de origen del gobierno de
Nicolás Maduro se sumaron las manifestaciones
iniciadas el 4 de febrero de 2014 en la ciudad de San Cristóbal del estado Táchira,
como consecuencia de la inseguridad, el alto nivel de la inflación y la escasez
de productos básicos. Los
manifestantes alegan que estos problemas han sido causados por las políticas
económicas del gobierno venezolano ―entre ellas los estrictos controles
de precios―, los cuales han llevado a uno de los niveles de inflación más
altos del mundo en la actualidad.
El
12 de febrero de 2014, la ciudad de Caracas se sumó a las protestas, convocadas
por los líderes de la oposición venezolana Antonio Ledezma, María Corina Machado y Leopoldo López
y organizadas en conjunto con movimientos estudiantiles. Se realizan en varias ciudades del
país, y entre las motivaciones alegadas por los manifestantes opositores
figuran el descontento ante la supuesta vulneración de los derechos civiles (una «suspensión de
garantías»), la escasez crónica
de productos básicos, los altos niveles de violencia delictiva y la presunta injerencia de Cuba en la política de
Venezuela.
A
la par de las manifestaciones de oposición, el Gobierno también convocó a
marchas a su favor en Caracas y en otras ciudades. El Ejecutivo afirma que no se han
suspendido garantías y que en Venezuela se vive el ejercicio pleno de las
libertades civiles. El gobierno
de Maduro identifica a los manifestantes y líderes opositores que, según el
discurso oficial, promueven violencia y odio como “fascistas”.
Hasta
el momento, las manifestaciones y los disturbios han dejado un saldo de 42
fallecidos (oficialistas, opositores, funcionarios de la Guardia Nacional
Bolivariana entre otros), más de 486 heridos y 1854 detenidos, según informe de
la Fiscalía General de la República, mientras
el Foro Penal Venezolano denuncia 33 supuestos
casos de tortura.
Se
ha informado la comisión de actos vandálicos contra bienes públicos en medio de
las manifestaciones, que el gobierno venezolano atribuye a supuestos
opositores, así como la existencia de bandas armadas motorizadas o
«colectivos», formadas supuestamente por simpatizantes del gobierno, que atacan
a los manifestantes de la oposición y que habrían causado varias muertes y
agresiones.
El
21 de febrero el gobierno venezolano retiró el permiso de funcionamiento y la
señal dentro de Venezuela a los canales internacionales NTN24 y CNN en Español, retractándose de su decisión el 22 de
febrero con CNN, emitiendo nuevas credenciales para los periodistas de la
cadena estadounidense.
El 10 de abril de 2014 se llevó a cabo la primera mesa de
diálogo entre representantes de la oposición venezolana e integrantes del
gobierno nacional. El encuentro tuvo lugar en el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores,
ubicado en la capital del país. El proceso de mediación se llevó a cabo
mediante la participación de la canciller Colombiana María Ángela Holguín y el canciller de Ecuador Ricardo Patiño Aroca y el canciller
de Brasil Luiz Alberto Figueredo, y un
representante del Vaticano a través del nuncio apostólico en Caracas Aldo
Giordano que sirvió de testigo a petición de la oposición Venezolana.
El presidente Maduro fue acompañado por Cilia Flores, la
primera dama; el vicepresidente Jorge Arreaza; el canciller Elías Jaua, el secretario del
Movimiento Tupamaro José Tomás Pinto y el alcalde de Libertador Jorge
Rodríguez, entre otros. El excandidato presidencial y gobernador de Miranda Henrique Capriles
Radonski fue
acompañado de diferentes representantes de la Mesa de la Unidad
Democrática entre
ellos Ramón Guillermo Aveledo y Henry Ramos Allup. La
reunión contó con 22 oradores en total, 11 de la MUD Y 11 del gobierno. Los
integrantes tocaron diferentes temas durante 5 horas en cadena nacional de
radio y televisión. El papa Francisco envió una carta a los integrantes de la reunión con la cual
se dio inicio al diálogo.
Sin embargo el diálogo se vio interrumpido luego de la última
reunión llevada a cabo el 13 de mayo cuando la opositora Mesa de la Unidad
Democrática (MUD) anunció que congelaba su participación a la espera de algunos
"gestos" de parte del Gobierno, entre los que incluyó la liberación
de los "presos políticos".
La
MUD ha dicho que en el escenario del diálogo pidió al Gobierno la
creación de una "verdadera Comisión de la Verdad" que no esté
conformada por dirigentes de ninguno de los dos bandos. Además, la alianza
opositora solicitó la liberación por motivos de salud del comisario
Iván Simonovis, condenado por 2 de las 19 muertes registradas durante el
fallido golpe de 2002 contra el entonces presidente, Hugo Chávez, y la revisión
de los casos de los que considera presos políticos.
El
año 2015 se vio sacudido por un hecho político sin precedentes en los años de
la “Revolución Bolivariana”; el día 6 de diciembre de 2015 se
celebraron las elecciones
parlamentaria para renovar todos
los escaños de la Asamblea Nacional,
mediante votación universal, directa, personalizada y secreta con
representación proporcional. Las elecciones resultaron en la victoria de la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD),
principal movimiento de oposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro, con 112 de los
167 diputados de la Asamblea Nacional (56,2% de los votos), y la primera
victoria electoral de peso para la oposición en 17 años.
Cuadro VIII
Composición Asamblea Nacional en 2010
y 2015.
|
2010
|
2015
|
Gran
Polo Patriótico-GPP
|
98
|
55
|
Mesa
de la Unidad Democrática-MUD
|
65
|
112
|
Patria
Para Todos-PPT
|
2
|
|
Fuente:
elaboración propia en base a Consejo Nacional Electoral-CNE y Wikipedia.
El contundente resultado fue aceptado por el
presidente Maduro, aunque con una muy particular lectura del mismo:
Ha triunfado la guerra económica, ha triunfado una
estrategia para vulnerar la confianza colectiva en un proyecto de país, ha triunfado circunstancialmente el estado de las necesidades creado
por una política de capitalismo salvaje, de esconder los productos, de
encarecerlos, es una guerra sin parangón, sin igual.
De
esta manera la Revolución Bolivariana se veía sacudida por una nueva “victoria
de mierda” de la oposición, como aquella acontecida en 2007, que abría la
puerta a la radicalización y endurecimiento del gobierno de Nicolás Maduro.
5. Autoritarismo a Secas (2016-2017).
Si la etapa comprendida
entre los años 2016 y 2015 podría ser definida haciendo referencia a términos
tales como “democracia delegativa”, “democracia iliberal” o “autoritarismo
electoral o competitivo”, dando cuenta de la hibridez del régimen político
venezolano, en el caso particular de este tramo presente de la vida política de
Venezuela el término “autoritarismo electoral” entre otros utilizado abre paso
a la denominación del Régimen Político de Gobierno como “autoritarismo a
secas”, más autoritario menos electoral. El triunfo del MUD en las elecciones
legislativas del mes de diciembre de 2015 representa sin lugar a dudas una
bisagra en la evolución del gobierno de Nicolás Maduro y del Régimen Político
en Venezuela.
La inesperada
muerte de Hugo Chávez Frías en el año 2013 había dado comienzo ya a una etapa
de profundización y mayor radicalización política del régimen: un proceso
electoral controversial en 2013, los sucesivos y fallidos intentos de diálogo
político con intervención internacional mediante en 2014 y 2016, el
desconocimiento por parte del oficialismo del triunfo opositor en la Asamblea
Legislativa a fines del 2015 y los sistemáticos intentos de bloqueo del
funcionamiento de dicho cuerpo colegiado a partir del 2016 como así también de
la realización del Referéndum Revocatorio y nuevas elecciones regionales representan
claros indicadores de la radicalización del gobierno venezolano.
El intento del
Tribunal Superior de Justicia de Venezuela de asumir aquellas funciones
legislativas correspondientes a la Asamblea Nacional perpetrado en el
transcurso del mes de Febrero representó un escalón más en la creciente
radicalización que caracteriza al gobierno venezolano.
Esta iniciativa
reconoce como antecedentes la disolución del parlamento llevada a cabo por José
María Bordaberry en Uruguay en 1973 y años después por Alberto Fujimori en Perú
en 1992, en un contexto de enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y
Legislativo. La particularidad de este intento de intervención en la Asamblea
Legislativa en Venezuela ha estado dada por la intervención del poder judicial
representando una suerte de “Golpe de Estado Judicial” en lugar del tradicional
golpe civil con soporte en las FFAA como el protagonizado en Uruguay y Perú.
Tres son las
acepciones más corrientes: a) Alzamiento contra el orden político vigente por
parte del propio jefe de gobierno o alguno de sus componentes, b) Medida grave,
que puede o no ser violenta, por el que uno de los poderes del estado usurpa
atribuciones del otro, c) Uso en todo o en parte, de coerción de un sistema
político para cambiar a las autoridades o las reglas legales, o parte de ellas,
en condiciones que violan dichas reglas legales (Arlotti, 2003).
En función de los
acontecimientos sucedidos, se ha tratado claramente de un golpe de estado (o
tentativa de por lo menos) en la medida en que el proceso cumple con los
atributos descritos en las acepciones a y b.
Esta situación se
ha visto agravada por la inhabilitación judicial de dirigentes de la oposición
como el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, y la más reciente
convocatoria a una asamblea constituyente con el propósito de aprobar una nueva
propuesta constitucional destinada a profundizar el proceso revolucionario, sin
conocerse al momento de escribir estas líneas iniciativa alguna dirigida a la
normalización del proceso electoral.
Se ha intentado
equiparar esta situación con el proceso de impeachment que culminó con la
destitución de Dilma Rousseff durante el año 2016; a diferencia de lo
acontecido en Venezuela, la ex presidente de Brasil se sometió al proceso
judicial que culminó con su remoción sin apelar a mecanismos tan “heterodoxos”
como los implementados en Venezuela y al mismo tiempo se vio garantizado el
proceso de continuidad institucional con la sucesión de Michel Temer al frente
del poder ejecutivo aún en tan crítica coyuntura.
En resumidas
cuentas, mientras en Brasil el problema ha sido (y probablemente es) más de
legitimidad que de legalidad, en Venezuela el dilema tiene lugar tanto en
términos de legitimidad política como de legalidad.
6. Conclusiones.
El presente trabajo
ha tenido como propósito principal explorar el proceso de transformación del
Régimen Político en Venezuela entre 1999 y 2017, partiendo de la premisa de que
se trata de un proceso no-lineal tanto en su desarrollo como en la propia
evolución del régimen político de gobierno.
Bajo esa premisa,
hemos distinguido en el desarrollo del proceso político acontecido en la
República Bolivariana de Venezuela desde 1999 a la actualidad cuatro etapas
principales; la Fundacional dictatorial entre 1999 y 2001, de Crisis entre 2002
y 2005, Democrática Iliberal/Delegativa entre 2006 y 2015 y Autoritaria a secas
desde el 2016 a la fecha presente.
La definición de
Régimen Político de Gerardo Munck (1996) bien puede representar una adecuada
metáfora para comprender la naturaleza de la crisis que vive la república
Bolivariana de Venezuela hoy, consistente en la ausencia de aceptación o por lo
menos tolerancia del resultado del proceso electoral por parte de los actores
participantes del juego político, tanto de la oposición en las primeras etapas
del régimen –habiendo transitado desde una estrategia “destituyente” a una de
carácter abstencionista y finalmente a retomar la vía electoral- como del
oficialismo a partir de las derrotas de 2007 y 2015 –habiendo caracterizado las
victorias de la oposición como “victoria de mierda” y “triunfo de la guerra
económica” respectivamente.
En este escenario
de confrontación y radicalización creciente cabe preguntarse si tiene salida la
crisis en Venezuela; la dinámica que ha adquirido el conflicto nos lleva a ser
más bien escépticos en función de los posibles desenlaces de la crisis:
1) Diálogo
Político:
esta alternativa parece ser de poca viabilidad a la fecha, en primer lugar por
el desgaste que ha sufrido la utilización de herramienta al fracasar las
iniciativas de los años 2014 y 2016, en segundo lugar por la ausencia de
interlocutores moderados en el oficialismo y la oposición que pudieran
encabezar el proceso de negociación, y en tercer término por la carencia de un
interlocutor externo con reconocimiento como tal por las partes; por distintas
circunstancias ni la OEA ni el Vaticano ni los Estados Unidos podrían cumplir
ese rol. Una alternativa podría ser el involucramiento de alguna potencia moral
reconocida como tal, como es el caso de Noruega.
2) Guerra
Civil:
Este desenlace no puede ser descartado como opción en condiciones de una
polarización creciente, y un aumento del número de segmentos de la población
–no solo las fuerzas armadas- con acceso a armas: se estima que hay
aproximadamente 200.000 ciudadanos civiles integrantes de milicias
paraestatales con entrenamiento militar para un conflicto más extendido, con la
población civil o con la propia FANB.
3) Revolución
dentro de la revolución: a través de un golpe –militar o
cívico-militar- que pudiera ser llevado a cabo por oficiales de media y baja
graduación directamente involucrados en los operativos de represión de la
población civil, reeditándose aquellas condiciones que, como el Caracazo en su
oportunidad, fueron el origen de la intentona golpista del 4 de febrero de 1992
encabezada por el entonces Teniente Coronel Hugo Chávez Frías. Se desconoce la
dinámica al interior de la oficialidad como así también la existencia de
sectores de estratos bajos y medios que bajo el liderazgo de “algún Hugo Chávez
Frías” pudieran llevar a cabo un alzamiento militar.
No obstante el
panorama descrito, nuestro deber es seguir siendo, parafraseando a Antonio
Gramsci, pesimistas en el pensamiento y optimistas en la voluntad.
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