Resumen
En el siguiente trabajo de
investigación se inicia con la descripción de la situación política como social
que transcurre el país en los inicios de siglo XXI. Esto se relaciona con la
crisis educación que conlleva al incumplimiento del Derecho Constitucional de
la Argentina, condena social de los últimos 50 años.
Por último se desprende de la
comparación de la calidad que el Plan FinES presenta con respecto su
implementación. Para llegar a los resultados se ha tomado como base de los
mismos documentos oficiales generados por el Ministerio de Educación de la
Provincia de Buenos Aires en el año 2018 haciendo un avocado estudio,
desarrolla de manera minuciosa la estructura del Plan FinES. Esto llevará al
lanzamiento de una segunda edición en el año 2015 durante la Gestión de María
Eugenia Vidal en la Provincia. Por otro lado se recaban de la muestra realizada
a estudiantes del Plan FinES en la Ciudad de La Plata.
Palabras
Clave: Pobreza,
Crisis, Educación, Reinserción, Calidad, Políticas Públicas.
Abstract
The following research work begins
with a description of the political and social situation in the country at the
beginning of the 21st century. This is related to the education crisis that
leads to the failure to comply with Argentina’s Constitutional Law, a social
condemnation of the last 50 years. Finally, it is clear from the comparison of
the quality that the Plan aims at its implementation. To arrive at the results
it has been taken as base of the same official documents generated by the
Ministry of Education of the Province of Buenos Aires in 2018 making an avocado
study, thoroughly develops the structure of the Plan aims. This will lead to
the launch of a second edition in 2015 during the management of Maria Eugenia
Vidal in the Province. On the other hand they are collected from the sample
made to students of the Plan fines in the City of La Plata.
Key
Words:
Poverty, Crisis, Education, Reintegration, Quality, Public Policies.
“Plan FinES, una política
educacional que se queda en el
camino”
Costas,
Lucía
INTRODUCCIÓN: Informe de la situación
PRESENTACIÓN
El objetivo de la
presente investigación se centra en la premisa de que el origen del Plan FinES
es consecuencia de una crisis educacional que afecta a una gran franja de la
sociedad. Busca generar nuevas oportunidades que alcancen a un sector muy
perturbado con una crisis que ha dejado estragos.
El problema que focaliza
el análisis consiste en resaltar la disparidad que persiste entre quienes han
utilizado la política en cuestión con la finalidad de terminar sus estudios en
contraposición a quienes no han tenido que recurrir al Plan FinES, se sostiene
la desigualdad educacional.
Por último se dará lugar
a cuestionar cómo ha sido la implementación del Plan FinES y si esta coincide
con la calidad de la misma. Para esto se tomará como fuente documentos
publicados por la Presidencia de la Nación en el año 2018.
Con lo anteriormente
enunciado se buscará dar al estudio del Plan FinES un enfoque desde el punto de
vista cualitativo, resaltando su aspecto social como su aspecto cuantitativo.
A partir del año 2003
se generó en la Argentina un resquebrajamiento del viejo escenario político a
consecuencia de la crisis iniciada en el año 2001. En un nuevo panorama caótico
surgen nuevos actores sociales provenientes de sectores sociales bajos. Estos
nuevos actores comenzaron a tener un lugar prioritario en la red política,
buscaban defender sus interés. Un ejemplo es el Movimiento de Jefes y Jefas de
Hogar[2], quienes
abogan por mejores condiciones de vida, mejores oportunidades de educación.
Antes de empezar es
necesario entender cómo la crisis del año 2001 ha llevado al Estado varios años
más tarde a tener que resolver una situación educacional imperante que no
permitía al país crecer. Con esto damos la bienvenida al conocido Plan FinES,
gestado e implementado a partir del año 2008. Esta política pública se
caracteriza por estar ideada desde “arriba”. En su proceso de implementación se
puede ver a organizaciones territoriales, ONG, Movimiento Social, Partidos
Políticos, Centros Educacionales. Todos ellos se encargan de hacer llegar la
política.
En el año 2008 se da
lugar al proyecto de ley que buscaría terminar con un problemática social
presente en nuestra sociedad desde los últimos veinte años. Con esto se hace
alusión a la deserción escolar que la Argentina sufre.
En los últimos años se
ha dado un incremento de misma, se habla de casi el 50% de los jóvenes de
menos de 18 años, quienes por distintos motivos no han finalizado los estudios
básicos, el primario como el secundario.
La desoladora realidad
de quienes no han podido terminar el colegio muestra un escenario en el que
reducen el margen de oportunidades para poder desarrollarse en cualquier
aspecto de su vida, más allá del laboral. Toda situación compleja en la mayoría
de los casos terminan en situaciones de marginalidad. Por consiguiente quienes
no tengan contención por parte de una organización no gubernamental,
movimiento social o el mismo Estado, quien en la generalidad no está presente,
se observará en situaciones en las que muchas veces estará obligado a actuar de
determinada manera.
Ante la crisis política,
social, económica que golpeó a nuestro país en el 2001, muchos fueron quienes
debieron abandonar sus estudios para sostener la estructura familiar que
sufría una situación atípica. Más allá de esta crisis debe recordarse que
nuestro país se caracteriza por tener una pobreza estructural que golpea
desde los últimos 50 años. Las repercusiones pueden verse años más tarde, como
es el caso de la alta tasa de analfabetismo.
En el año 2008 año
bisagra, se gestó las políticas públicas que tomarían forma bajo la
denominación de Plan FinES. Su implementación ha alcanzado aceptables
resultados lo que ha motivado al lanzamiento años más tarde de su segunda
edición, Plan FinES II.
El Plan se caracterizó
por ser la única forma de resolver una demanda de primera necesidad
convirtiéndose en el medio para solucionar esa situación. Se entiende que el no
adquirir estudios reduce en un gran margen las posibilidades de alcanzar un
desarrollo en lo personal como en lo profesional, mejorar las condiciones de
vida, como de alcanzar mejores oportunidades.
La implementación de la
nueva política es en el territorio argentino busca multiplicar las posibles
instancias de estudio.
Los fríos datos
estadísticos que se establecen poco pueden aportar, importan en aquellos años
en los que las confrontaciones políticas y debates insustanciales se ponderan
dejando en las sombras a sectores como problemas de suma urgencia. La salud y
la educación fueron siempre dejadas de lado. Las políticas asistencialistas que
se buscan en la actualidad abordar sin una mera consecuencia de la situación
social fragmentada que se ha vuelto insostenible para cualquier gobierno
(Inchaurregui et al, 1991). La “política asistencial” cobra mayor relevancia
por la red de una creación mínima de intervención sobre los grupos considerados
de mayor riesgo en el nuevo panorama social. Los programas sociales focalizados
fueron la herramienta predilecta para la intervención de necesidades
específicas, además de la reinserción tutelada de sujetos y grupos al mercado
de trabajo, el sistema educativo y de salud (Repetto y Andrenacci, 2006).
Argentina ha pasado de
ser uno de los países vanguardias, bandera del desarrollo, integración,
homogeneidad social como de alfabetismo a ubicarse en los últimos puestos en
los rankings internacionales.
Plan FinES II
El Plan FinES, su idea
original dirigida a integrantes de la cooperadora “Argentina Trabaja”. Sin
embargo, en sus pocos años de implementación, el mismo ha rebasado los
objetivos iniciales se han extendido llegando a alcanzar otros grupos sociales
a causa de la fuerte demanda social que ha habido.
El impartir educación es
la Argentina es más que un derecho, para una gran porción de la sociedad no se
cristaliza este derecho. Para muchos el hablar de concurrir o simplemente haber
finalizado el tramo superior educacional, el secundario, resulta algo más que
natural. En cambio, para un porcentaje (oscila entre en 1% y el 13% dependiendo
la provincia)[3]
este margen poblacional no concurre al colegio.
El concurrir al colegio
constituye un objetivo social, político y cultural prioritario en el marco de
lo prescripto por las leyes de Educación Nacional y Provincial, al mismo tiempo
que retoma las voces de aquellos que, por diversas razones, no pudieron
garantizar su derecho social a la educación y también de quienes no pudieron
completar sus estudios secundarios.
Atendiendo dicha
problemática en la Provincia de Buenos Aires se implementó como modelo
alternativo de escolarización el Plan FinEs II que contempla las condiciones
personales de jóvenes y adultos que por distintos motivos abandonaron el
secundario. La inclusión educativa no puede pensarse sin referencia al binomio
inclusión-exclusión y sin implicarse en el proceso de producción de la
desigualdad social. Inclusión es una categoría política (Martínez Daniel; et
al, 2008).
Es una política nacional
creada en 2008, dirigida a jóvenes y adultos, que tuvo por objetivo generar
alternativas de completitud de la escuela media para ese grupo etario que
adeuda materias para obtener su título, tanto de primaria como de nivel medio o
que había abandonado la oferta regular.
El diseño del FinEs a
lo largo de todas sus etapas tiene por objetivo abordar el problema histórico
de la repitencia y deserción en los dos niveles, pero especialmente en la
escuela secundaria, proceso que además de constituir un problema para las
personas que en ella fracasan define un bajo nivel educativo para el conjunto
de la población.
De acuerdo al estudio de
Naciones Unidas “Situación y Desafíos de la Juventud en Iberoamérica” completar
la escuela secundaria “hace una diferencia decisiva en las oportunidades de la
juventud hoy, no sólo porque permite el acceso a mejores empleos, sino también
porque juega un rol protector e incrementa las capacidades de los jóvenes para
tomar decisiones informadas y ejercer una ciudadanía social activa” (ONU,
2008:15).
La investigación de
UNICEF (2012) denominada “Acerca de la obligatoriedad de la escuela secundaria
en Argentina: Análisis de la política nacional” da cuenta de la situación
anterior al concluir, entre otras cosas, que si bien durante el periodo
2007-2010 se produce un aumento de la escolarización del nivel secundario,
dicha situación es a la vez acompañada de un incremento del abandono y de un
empeoramiento de los niveles de promoción. Se logra mayor acceso a la enseñanza
media, sin embargo, esta amplitud del acceso aún no consigue generar una
experiencia escolar adecuada y completa. En este contexto, la deserción de los
jóvenes en el nivel medio de educación se presenta como una expresión más de la
exclusión social.
En Argentina hay más de
5 millones y medio de adolescentes entre 10 a 18 años, que experimentan brechas
entre el derecho formal y su ejercicio efectivo según la situación económica en
la que nacen y las características socio laborales de sus hogares.
Aproximadamente 1 de cada 2 adolescentes de entre 13 y 17 años vive en
situación de pobreza por ingresos monetarios. En la mayoría de estos casos, la
oportunidad de concurrir a un establecimiento educativo no está entre las
oportunidades que su realidad les otorga.
Considerando la
problemática del abandono y la deserción escolar, en el año 2008, toma forma la
iniciativa conjunta entre los Ministerios Nacionales de Desarrollo Social y
Educación el Ministerio de Educación de la Nación y el Consejo Federal de
Educación (CFE), a través de la Resolución 66/08 crearon el Plan de
Finalización de Estudios Primarios y Secundarios para Jóvenes y Adultos
conocido como Plan FinEs 2, propuesta de alcance nacional que forma parte de la
oferta de servicios de Educación para Jóvenes y Adultos (EDJA). La idea central
consignada en dicha resolución es tomada como base para su desempeño tanto las
necesidades como las posibilidades de sus destinatarios, para de esta manera
ofrecer la posibilidad tanto a jóvenes como a adultos de todo el país de
finalizar sus estudios primarios o secundarios.
En el caso de la
Provincia de Buenos Aires la modalidad de la orientada a concluir los estudios
secundarios para jóvenes y adultos mayores de 18 años se denomina Plan FinEs II
o Plan FinEs Secundaria. Las demandas formales del mercado de trabajo se han
ido incrementando entre las cuales es indispensable tenes el titulo secundario,
este es un requisito base. Esto aumenta las necesidades especialmente para los
jóvenes de no contar con dicha acreditación es un motivo explícito de exclusión
para el acceso a ciertos puestos del mercado de trabajo, aún aquellos que son
de baja calificación. Para los adultos, por su parte, la obtención del título
puede generales mejores condiciones en su carrera laboral con impacto directo
en su futuro jubilatório.
a) PLAN FinEs 2: ESTRUCTURA
El Plan es una propuesta
de terminalidad educativa de alcance nacional, destinada a personas mayores de
dieciocho años que no completaron los niveles primario o secundario,
implementada por los Ministerios del área educativa, en articulación con otras
instancias gubernamentales y sociales. Los lineamientos curriculares generales
del Plan FinES en la provincia, estipulan que la propuesta es de carácter
presencial, con asistencia a clase dos días por semana (durante tres horas). El
año lectivo se organiza de modo cuatrimestral y se cursan cinco materias por
cuatrimestre. Los horarios de cursada (mañana, tarde o vespertino) se pautan,
según la resolución, de acuerdo a la disponibilidad horaria de los estudiantes
y las sedes disponibles (Res. DGCyE N° 3520). Asimismo tienen la exigencia de
acreditar la asistencia en al menos el 75% de las clases. Para completar la
propuesta del secundario se plantea un dispositivo que contempla tres años de
estudio, distribuido en seis períodos de dieciocho semanas cada uno. Aunque
inicialmente todos los estudiantes se incorporan al Plan en primer año, la
Disposición Nº 99/2012 reconoce trayectorias escolares previas y fija un
esquema de “correspondencias” que permite ingresar en segundo o tercer año.
Con una población
potencial de 13.800.000 adultos y jóvenes que no han cursado el secundario o
tienen el primario o el nivel medio incompleto (Censo 2010), en 2008 y por
iniciativa de la jurisdicción nacional, se pone en marcha el plan FinEs que ha
sido el intento más ambicioso de diseño e implementación de políticas para
superar esa brecha educativa en nuestro país. En la provincia de Buenos Aires,
la ejecución de esta política tan ambiciosa está a cargo del Estado y la
sociedad civil.
Los grupos de población
que tienen interés que inscribirse en el Plan deben solicitar la apertura del
mismo en sus localidades y cuyo reclutamiento está a cargo de dirigentes o
actores locales de distinto tipo. Varían desde Movimientos Sociales y/o
políticos, religiosos, ONGs, Sindicatos y algunos organismos del sector
público, con cuyos listados solicitan la apertura de una sede o comisión.
En el primer
cuatrimestre del 2017, se llegó a contabilizar la cobertura a 135.300 alumnos
que concurren a un total de 2.772 sedes con 6.362 comisiones y un promedio de
21,26 alumnos por comisión.
La particularidad más
significativa del Plan consiste en el hecho de que las tareas de reclutamiento
local, obtención de la sede y gastos del mantenimiento, dependen de una figura
barrial denominada “Referente”, vecino/a que toma la iniciativa para la
realización de esas tareas. La particularidad del desempeño del rol reside en
que se trata de una actividad no remunerada aunque se encuentra reconocido en
la normativa oficial de la Dirección General de Escuelas. Sus límites son las
cuestiones administrativas y pedagógicas sobre las que no tienen ningún tipo de
incidencia pero que no podrían llevarse a cabo de no existir esta figura que
garantiza día a día la apertura de las sedes.
La gestión del plan se
divide en tres áreas: territorial, pedagógica y administrativa.
“diseñará
programas a término destinados a garantizar la erradicación del analfabetismo y
el cumplimiento de la educación obligatoria (…) para la población mayor de 18
años que no la haya alcanzado”, siendo obligatorio el nivel secundario a partir
de dicho marco normativo, como se enunció previamente.
b)Los docentes
Las autoridades dependen
de la Dirección de Adultos la que ha fortalecido su capacidad de conducción del
Plan, y son las Jefaturas Regionales, distritales, los inspectores y los
directores de los CENS a quienes reportan las sedes. Los cambios
administrativos introducidos en el año 2015 con la nueva gestión incluyeron la
nominalización total de los estudiantes y la estandarización de los
procedimientos incluyendo el seguimiento de presentimos de docentes y
estudiantes.
Efectivamente, se
encuentra en el medio de la educación popular y los modelos institucionales.
Los costos de mantenimiento de los salarios del personal docente están a cargo
de la Provincia de Buenos Aires que los efectúa con transferencias de recursos
del Estado Nacional. Los costos de provisión y mantenimiento de las sedes están
a cargo de los barrios y sus instituciones mientras que los referentes se
desempeñan sin remuneración y sin pretensiones de tenerla.
Cada barrio, cada sede,
cada referente se siente partícipe de la extensión de la educación popular
haciéndose presente el Estado. Este provee a la vez recursos y acceso a la
ciudadanía, con un costo relativamente bajo además promover una experiencia
cuyas externalidades positivas van mucho más allá de cada alumno o egresado en
particular.
En general, los docentes
son jóvenes que han egresado recientemente de universidades o de institutos
superiores de formación docente. En muchas ocasiones los mismos no tienen
previa experiencia en la labor docente convirtiéndose esta en la primera.
c) El estudiantado
Los alumnos que
participa de los cursos de FinEs no está dominado por la presencia de jóvenes
en edades tempranas, sino más bien por alumnos de entre 30-40 años con una
presencia importante de mujeres. La mayoría relata historias de ingreso y
fracaso. En muchas oportunidades el foco del problema está sobre temas de
autoestima entre las varias. Buscan tener mejores posibilidades de acceso al
mercado de trabajo como alcanzar superarse a nivel personal.
El nivel educativo antes
de ingresar al plan corresponde en su mayoría, al nivel secundario. El 37,4%
declara haber cursado algún año de ese nivel, el 2,6% proviene del nivel
polimodal, y el 24,3% cursó alguno de los tres últimos años de la EGB, por lo
que el porcentaje que proviene del secundario alcanza a 64,3%. Del restante
35,7% que llega desde el nivel primario, el 23,9% cursó 7º grado.
CASOS DE ESTUDIO
Paloma, nacida en la
ciudad de La Plata, egresada del Plan FinES en el año 2017, terminó luego de
haber dejado la escuela a los 17 años. Los motivos de su deserción se basaban
en dificultades para avanzar en la misma, lo que le llevó a repetir en varias
oportunidades. Recién a los 20 años decidió que era necesario terminar el
colegio.
Su contexto familiar no
se caracterizó por ser el mejor durante el transcurso de sus años lectivos,
sufrió problemas personales que ha preferido no contar, pues son de índole
familiar.
Con la finalización de
las materias que le quedaban para poder obtener su título, consiguió trabajo en
el Municipio de la ciudad, y se encuentra esperando familia.
En este caso puntual
observamos que el acceder al dictado de clases le ha permitido a Paloma obtener
mayores posibilidades para conseguir un puesto de trabajo, el cual no habría
sido posible sin el título de bachiller como tampoco permitir convertirse en el
sostén de su propia familia.
Juan Ignacio, platense de
21 años. Nos contó que su decisión de empezar el Plan estuvo motivado por la
decisión de cambiarse de colegio. No buscaba ninguno en particular pero sabía
que a un privado no podría acceder por su mala conducta y sus pésimas notas.
Previamente a llevar a
la escuela Media N 12, donde hizo tanto el último año de secundario como
posteriormente la cursada del Plan FinES, este repitió dos años consecutivos en
un colegio privado. Esto mismo trajo como decisión el rápido cambio de
institución, considerándolo como la única manera de terminar sus estudios.
Mauro, platense de
26 años, dejó la escuela a los 17 adeudando un año por cursar. Su única meta
por cumplir era manejar un camión, cosa que no se vería afectadas la
interrupción de los estudios. Mauro prosiguió con éstos cuando su madre lo
obligó a concluir con los mismos. En la actualidad es dueño de su propio
camión.
Tomando solamente dos
casos no puedo bajo ningún punto de vista generalizar. Pero si puedo remarcar
que el nivel educativo de Paloma difiere muchísimo del de Juan Ignacio.
Considero a que se debe a lo aprendido en las escuelas de base siendo una
privada y la otra pública.
Más allá de esto, ambos
salieron con el mismo título pero los conocimientos que se llevan muy dispares.
En la actualidad Juan Ignacio está cursando el primer año de la
Licenciatura en Turismo
con notas por encima del promedio.
Por otro lado está el
caso de Alicia, totalmente distinto a los anteriores. Ella es nacida en
La Plata, de 39 años, con dos hijos, uno de 13 años y la otra recién nacida con
la que concurre a clases. Cursa el 1° cuatrimestre del 2° año. Su trayectoria
es un poco particular pues debió abandonar la cursada cuando por un problema
administrativo le extraviaron los papeles por lo que no hay constancia de que
solo le debiera una materia para obtener su título. Años posteriores Alicia
perdió un hija, lo que le quitó todo tipo de ganas de continuar con los
estudios, mientras obtenía distintos trabajos en los que no le fuera necesario
el título de bachiller, como hacerse cargo de la limpieza en distintas casas,
ser niñera y atender un remis. Mientras tanto, su marido empleado de una
fábrica se vio obligado a terminar con sus estudios, en esa oportunidad Alicia
se encargaba de ayudarlo a preparar sus exámenes, eso la empujó a retomar años
más tarde sus estudios.
En la actualidad se
encuentra cursando con una amiga, lo que la llena de entusiasmo y la empuja a
seguir.
La Educación de Jóvenes y Adultos, la inclusión educativa y
la efectivización
del derecho a
la educación
Hoy en día nuestro país
la efectivización en la aplicación del derecho a la educación aún enfrenta
fuertes desafíos. Más allá de la generalización de leyes, discursos y políticas
que afirman a la educación como un derecho social, podríamos decir que aún hoy
se encuentra vigente la perspectiva de Brusilovsky y Cabrera, según la cual “en
nuestro país y en América Latina la expresión ‘educación de adultos’ constituyó
un eufemismo para hacer referencia a la educación de adolescentes, jóvenes y
adultos de sectores populares” (Brusilovsky, 2005: 10), de modo que su estudio
exige considerar que se encuentra atravesada por procesos de diferenciación
social. Si esto es así, la EDJA, como modalidad, tiene que brindar condiciones
para que todos aquellos sujetos que no hayan terminado la escolaridad
obligatoria en el marco de las “trayectorias esperadas” puedan hacerlo en otro
momento de la vida. De hecho, así la define la Ley de Educación Nacional en su
artículo 46:
“La Educación Permanente
de Jóvenes y Adultos es la modalidad educativa destinada a garantizar la
alfabetización y el cumplimiento de la obligatoriedad escolar prevista por la
presente ley, a quienes no la hayan completado en la edad establecida
reglamentariamente, y a brindar posibilidades de educación a lo largo de toda
la vida.” (LEN, 2006: 10)
Siguiendo a Brusilovsky
y Cabrera, las propuestas estatales para la educación de adultos han estado
fuertemente impregnadas por lógicas ligadas al control social y a la
moralización. Al mismo tiempo, estas han coexistido con diversas iniciativas de
organizaciones sociales y movimientos populares con que han asumido la
educación de los jóvenes y los adultos como una herramienta para la
democratización y la transformación social. Se observa el caso del Movimiento
Jefas y Jefes actor principal que impulsó la política en cuestión.
De esta forma, el
análisis de la EDJA implica considerar una multiplicidad de propuestas
formativas, impulsadas dentro y fuera del sistema escolar; gestionadas por el
Estado, aunque no exclusivamente desde el área de educación, y por diversos
actores referenciados en organizaciones y movimientos sociales o populares (Di
Pierro, 2008). Así, entendemos que estas lógicas atraviesan a todos los sujetos
e instituciones de la modalidad, si bien en cada espacio esto será de una
manera singular.
El Plan FinEs 2S es un
plan a término que se suma a la oferta regular de nivel secundario de jóvenes y
adultos con el objetivo de “garantizar el derecho a una educación inclusiva y
permanente” (Web FinES 2). El primer interrogante que surge sobre esta cuestión
consiste en plantearse que es lo que sucede en relación a la oferta regular de
EDJA para que sea necesario implementar este Plan. Teniendo una enorme
población que actualmente está asistiendo al Plan FinEs 2S pudiendo haber
terminado sus estudios en los CENS, en los Bachilleratos de adultos o en alguna
de las ofertas semipresenciales o a distancia existentes.
Se debe analizar qué es
lo que hace tan atractivo al Plan FinES II que logra lo que le ha sido
imposible al sistema educativo escolar. Por otra parte, también cabría
preguntarse por qué es a través de un programa a término y no desde una
re-formulación de los “regímenes académicos” del sistema educativo que se
decide apostar a la inclusión educativa de una gran cantidad de estudiantes que
no han podido terminar la escolaridad obligatoria.
El diseño de la política
educativa desde esta perspectiva supone atender las condiciones pedagógicas en
las que se van configurando las trayectorias educativas de los estudiantes,
problematizando fundamentalmente las características del aula estándar, el
método uniforme, que tendrían efectos en la producción del “fracaso escolar”.
Esta perspectiva vuelve a plantear en el seno de la preocupación política, la
pregunta por las características de la institución escolar, reconociendo que en
su propio formato residen algunos de los problemas que generan expulsión. De
este modo, se instala la pregunta en clave de en qué formatos y bajo qué condiciones
pedagógicas es posible garantizar la efectivización del derecho a la educación
para todos los ciudadanos.
Entendemos al formato
escolar como un conjunto de aspectos visibles conjugados con otros elementos
igualmente presentes, aunque no tan fácilmente observables. De algún modo,
todos estos aspectos se encuentran naturalizados y frecuentemente se consideran
inobjetables. Así, al pensar en “la escuela” a menudo se evoca una “realidad
colectiva”, que se ubica en un espacio y en un tiempo determinados (el edificio
escolar, al que se asiste cotidianamente), con roles de docente y alumno
fuertemente delimitados, a partir de los cuales el docente es el encargado de
transmitir una serie predeterminada y sistematizada de contenidos a través de
una forma de aprendizaje descontextualizada.
En función del
significado amplio de inclusión educativa supone una formación que contemple
las particularidades de los sujetos, sin establecer como única cultura
autorizada la de determinados sectores de la población; una formación que
habilite para que los estudiantes puedan seguir estudiando en los distintos
niveles del sistema, y que remueva aquellos obstáculos que impiden los procesos
de aprendizaje. Es el Estado, en este sentido, quien debe asumir medidas
orientadas a garantizar el derecho a la educación.
“Inclusión” y
“exclusión” designan procesos sociales, aun así son conceptos que no suelen
definirse en términos relacionales, como caras de la misma moneda, sino como
condiciones existenciales de los sujetos.
De estos principios,
podríamos pensar al Plan Fines 2S como una estrategia que tiene la intención de
generar la inclusión y la titulación en el nivel secundario, pensada
específicamente en función de los sujetos pedagógicos que no han terminado la
escolaridad obligatoria en el tiempo esperado y que tampoco han podido seguir
cursando en las diversas propuestas de educación secundaria para adultos. Si el
Plan FinEs 2S es considerado una política de inclusión educativa es porque han
existido ciertas condiciones desde institucionales, sociales, económicas,
políticas que previamente han impactado en las trayectorias educativas de los
sujetos que hoy deciden retomar sus estudios. No obstante, creemos necesario
dar cuenta de las voces de los protagonistas de esta política, que la reconocen
en sus potencialidades para el logro de la terminalidad educativa sin dejar de
lado que se trata de un programa que contiene ciertos límites.
Se entiende que la
obligatoriedad del nivel secundario implica, por un lado, una responsabilidad
indelegable del Estado de brindar las condiciones que lo hagan posible, y por
el otro, un derecho para todas las personas a poder ser incluidas en políticas
educativas que brinden procesos educativos significativos y otorguen la
certificación correspondiente. Esto implica que las políticas que proponen la
inclusión educativa no deberían fundamentarse en los puntos débiles de aquellos
a los que el mismo sistema ha expulsado, se deberían englobar las
características de anteriores políticas, aquellas que hayan tenido impacto
positivo sobre las situaciones de exclusión de muchos estudiantes. Es una
manera de enriquecimiento con el objetivo de pensar qué cambios sería necesario
implementar para cambiar la situación educativa en que se encuentra un gran
porcentaje de la población.
Se puede esbozar la
suposición de que la creación de un programa como el FinES 2 permitiría
introducir modificaciones en los formatos de la educación de adultos que
resultan más complejos de instrumentar en el caso de la oferta escolar.
Entendemos que la elaboración de una política pública que tiene como principal
objetivo revertir las condiciones de escolarización de un gran sector de la
población adulta de nuestro país, requiere la puesta de una gran cantidad de
recursos materiales, pedagógicos y humanos, esto necesita de un compromiso y
dedicación, el Estado se deberá encargar tanto de las condiciones
institucionales para albergar a sujetos que históricamente han sido excluidos
de la escuela media, como del desarrollo de cuestiones pedagógicas específicas
en relación al sujeto adulto, a las pedagogías, al lugar que se le da a los
conocimientos previos y al lugar significativo que el adulto necesita ante una
situación de tales magnitudes.
Enfatizando la idea
principal del trabajo la enseñanza no es un problema doméstico es un problema
de condiciones de escolarización. Y la modificación de las condiciones de la
misma es una responsabilidad innegable del Estado a través del desarrollo de
políticas públicas hacia la escuela. A menudo, son los mismos docentes quienes
son portadores conscientes del “destino de fracaso” que espera a los alumnos de
la educación bajo las condiciones habituales de escolarización y buscan
modificarlo pero no saben cómo hacerlo; o tienen idea de cómo hacerlo, pero no
tienen los medios económicos ni políticos para la lograrlo, con lo cual
tropiezan muy rápidamente . Es en este punto donde entendemos que el Estado
tiene que estar presente, proveyendo condiciones, generando capacidad para
investigar problemas didácticos, generando saber comunicables, estudiando la
forma en la cual unos logros pedagógicos obtenidos bajo ciertas condiciones
pueden extenderse a toda la población potencialmente alcanzada por un problema.
En este marco, tomamos
las voces de los sujetos que se encuentran en las aulas del Plan Fines 2S para
dar cuenta de los aportes y las limitaciones del Plan a la efectivización del
cumplimiento de la obligatoriedad del nivel secundario, que podría entenderse
como la intención de realizar la inclusión educativa a través de políticas
pensadas específicamente para garantizar el derecho a la educación. Entendemos
que la propuesta del Plan está en estrecha relación con lo que estos mismos
actores critican a la oferta regular de EDJA y del sistema educativo.
Plan FinES ¿una correcta implementación?
La implementación,
abarca las acciones de individuos o grupos públicos y privados que buscan el
cumplimiento de los objetivos previamente decididos. Es la forma de llevar a
cabo una decisión, con el fin de transformar las mismas en principios
operativos. Debe ser visto como el proceso por el que se logran las metas
previamente establecidas, con la intención de alcanzar el objetivo de manera
eficaz, modificar la realidad social.
El Plan FinEs (Plan
Nacional de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios) en su primera
etapa, se inició en el año 2008, se trató de un programa del Estado nacional,
implementado a través de los Ministerios de Desarrollo Social y Educación de la
Nación. En un principio estaba orientado a personas que hubieran terminado pero
adeudan materias. De forma similar al funcionamiento de los COA, esta modalidad
consistía en tutores que debían acompañar a los jóvenes y adultos en el proceso
de preparación de materias, pero mientras los estudiantes menores de 25 años
debían rendir las materias en las escuelas donde habían cursado, para los
mayores de 25 la evaluación de las materias se realizaba a través de diferentes
estrategias, tales como: monografías, trabajos prácticos parciales y finales,
investigaciones aplicadas al sector de la producción donde se estén
desempeñando laboralmente, etc.
En Provincia de Buenos
Aires se aplicó a través de la resolución 3536/09, en la que se establece una
fusión entre el COA y el FinÉs, denominado “Plan Provincial de Finalización de
Estudios y Vuelta a la Escuela” con las características que nombramos antes. A
diferencia de los planes posteriores éste sólo podía ser cursado en
establecimientos formales de la provincia y sus objetivos apuntaban a que la
población joven se reinserte en la escuela tradicional[4].
El Plan FinEs 2,
presenta un cambio importante en relación a la población destinataria, se
orienta hacia aquellos que no hayan iniciado o no concluyeron su educación
secundaria. El programa se distribuye a través de convenios con las restantes
provincias.
Los lineamientos
curriculares generales del Plan FinES 2 en la Provincia de buenos Aires
estipulan que la propuesta es de carácter presencial, con asistencia a clase
dos días por semana (durante tres horas). El año lectivo se organiza de modo
cuatrimestral y se cursan cinco materias por cuatrimestre. Los horarios de
cursada (mañana, tarde o vespertino) se pautan, según la resolución, de acuerdo
a la disponibilidad horaria de los estudiantes y las sedes disponibles.
Asimismo tienen la exigencia de acreditar la asistencia en al menos el 75% de
las clases. Para completar la propuesta del secundario se plantea un
dispositivo que contempla tres años de estudio, distribuido en seis períodos de
dieciocho semanas cada uno. Inicialmente todos los estudiantes se incorporan al
Plan en primer año. Esto fue modificado mediante la Disposición Nº 99/2012,
reconoce trayectorias escolares previas y fija un esquema de “correspondencias”
que permite ingresar en segundo o tercer año.
Los grupos de población
que tienen interés que inscribirse en el plan, deben solicitar la apertura del
mismo, y cuyo reclutamiento está a cargo de dirigentes o actores locales de
distinto tipo. Varía desde movimientos sociales y/o políticos, religiosos,
ONGs, sindicatos y algunos organismos del sector público, con cuyos listados
solicitan la apertura de una sede o comisión.
Aquellas personas que
deseen ingresar en el plan, deberán cumplir con una reducida cantidad de
requisitos administrativos, entre ellos se encuentran presentación del Cuil,
fotocopia del D.N.I, Certificado de estudios de la Institución donde se
interrumpieron los estudios, este último tiene el objetivo de demostrar que se
ha dejado pasar un año entre la deserción escolar y el ingreso del FinES.
Los distintos centros
locales articulan en lo local con la Dirección General de Cultura y Educación
(DGCYE).
Se establece que los
destinatarios serán jóvenes, adultos y adultos mayores alfabetizados que no
hayan completado el Nivel Primario, no hayan transitado la escolaridad del
Nivel Secundario o aquellos que de manera incompleta si lo hayan cursado.
Entre las mismas están quienes hayan cursado el último año del nivel Educación
Polimodal, y adeuden materias sin haber alcanzado el título. Por otro lado
puede que estos adeuden el último año completo y materias de años anteriores
del Nivel Secundario.
Posteriormente a haber
desarrollado el proceso de implementación se toma lo que se ha desarrolla. El
analisis de la misma se muestran en la Investigación Evolutiva del Plan FinEs.
La misma pertenece a la Secretaría de Evaluación Educativa de la Nación
Argentina, esta califica a la Política resaltando que la misma ha alcanzado los
resultados esperados. Ha tenido una exitosa formulación como implementación.
Abordar la educación de
adultos requiere ordenar los distintos planes y programas existentes dirigidos
a ese sector, como por ejemplo, los de educación en condiciones de encierro o
los que se articulan con actividades de incorporación al mercado de trabajo
como el programa Envión Bonaerense[5]
ó los programas de alfabetización y el desafío de la educación permanente
de jóvenes y adultos.
Debe plantearse la
cuestión desde un punto de vista del fortalecimiento de las competencias
básicas para mejorar la calidad de la educación y las condiciones de vida de
esos grupos vulnerables. A ellos se suma la institucionalidad de los CENS, los
esfuerzos de la sociedad civil coordinados con el Estado y sus políticas
públicas. De manera conjunta forman parte de una gran iniciativa nacional en
conversación permanente, bajo un modelo de gestión asociada novedoso en materia
educativa.
Los esfuerzos entre el
sistema educativo y la sociedad deben ser respondidos colocando la problemática
en el más alto nivel del debate público. A su vez, dada nuestra estructura
federal, debe tratarse de un movimiento común a todas las provincias.
La creación de una
comisión de expertos notables, de la región y del país, se vuelve un paso
necesario, no para paralizar el plan sino para darle más visibilidad y fuerza.
Esta comisión podría fijar metas de erradicación progresiva de la deuda
educativa que fueran vinculantes, cuyo cumplimiento fuera regularmente
monitoreado por el sistema estadístico nacional.
En síntesis, en el plano
bonaerense el objeto de esta evaluación es fortalecer el FinEs 2. Esto implica
institucionalizarlo manteniendo tanto sus mutaciones como su dinamismo. En tal
sentido generar un cuerpo docente con mayores calificaciones para la tarea;
reforzar los niveles de calidad con que se imparte y atendiendo al rol social
de inclusión que también desempeña; acceder a materiales didácticos; aumentar
la articulación con los espacios locales y programas sociales; preservar los
roles de los referentes adecuadamente reforzados por el apoyo del sistema
formal, son claramente caminos posibles para avanzar en la continuidad de uno
de los planes más originales de la educación de adultos que ha tenido lugar en
la región.
Tomando como un punto de
partida la correcta implementación de la política pasó a generar un conjunto
de incógnitas que se desprenden del anterior desarrollo.
¿Cómo se encuentra la
calidad del contenido de la misma? ¿Son completos los contenidos de las
asignaturas que se dictan en el Plan FinES? ¿Realmente quienes obtienen su
título adquieren los conocimientos suficientes? ¿Obtienen el mismo nivel
educativo que quienes se han egresado de instituciones privadas? ¿Hasta qué
punto genera herramientas para el crecimiento laboral?
ANÁLISIS
Es vasta la
literatura que señala que el tránsito por el sistema educativo ya no es
garantía de alcanzar las mejores oportunidades, ahora las mismas se encuentran
condicionadas por el barrio, el nivel educativo alcanzado por los padres, el
ingreso del hogar, el apoyo brindado por las instituciones, etc. La desigualdad
social alcanza grados tan profundos que las diferencias entre las instituciones
educativas se vuelven cruciales en la inserción social y laboral. En rigor,
podemos afirmar que en la actualidad existen circuitos educativos diferenciados
a los que acceden la casi totalidad de los jóvenes, sin embargo, unos en
circuitos reservados para los más pobres, con escuelas precarias y sin
condiciones para hacer efectivo su derecho a la educación, otros en cambio, en
circuitos orientados para aquellos jóvenes con mejores condiciones de vida,
circuitos que otorgan oportunidades para su desarrollo personal y profesional.
El trato desigual en las oportunidades educativas hace que los jóvenes de
sectores populares pasen más tiempo en el sistema educativo.
La desigualdad enraizada en nuestra sociedad es un pozo ciego en
el que caen miles de jóvenes, ven lejos cualquier tipo de oportunidades de
mejorar. Por otra parte se observan políticas que se encuentran distantes de
buscar mejorar desde la raíz aquella situación.
La política argentina se caracteriza por toman situaciones en las
que la demanda social, crítica en la mayoría de las veces, reclama una mejora.
No se tiende a mejorar la situación, se tiende a utilizar el problema para
alcanzar rédito político. Esto mismo ha sucedido con el Plan FinES, creado con
la finalidad de incrementar los porcentajes en relación a la terminalidad
educativa. No se hay una mera intención de terminar una crisis que agobia a
toda una generación. No se estará buscando mejorar la calidad de educación que
se brinda en nuestro país sino manifestar mejoras del mismo con fines
políticos.
Los resultados de años de políticas con finalidades meramente
electorales nunca tienen buenos resultados.
La implementación del Plan FinES como política pública ha sido
exitosa pero desde el enfoque de calidad encontramos demasiadas grietas. Las
diferencias preexistentes entre los alumnos que han realizado toda su educación
de manera continua o en colegios privados. Esto mostrará en instancias de educación
superior, universidades, terciarios, que la calidad que se les ha brindado a
quienes por distintos motivos han finalizado sus estudios en el Plan FinES no
es suficiente para poder seguir con sus estudios. Esto en muchas oportunidades
lleva a la frustración, llevándolos al abandono de sus estudios.
Los jóvenes con más recursos lo hacen en mejores condiciones y con
un creciente aumento en sus oportunidades y alternativas educativas.
De alguna manera se sigue manteniendo un sistema en el que solo
aquellos que tienen condiciones socioeconómicas pueden tener las oportunidades
para realizar cualquier objetivo.
Como se ha enunciado anteriormente, el Plan FinES surge en el
marco de la LEY que establece la obligatoriedad de estudios secundarios. Esto
hace visible la idea de que el sistema educativo formal tiende a expulsar a
quienes por distintos motivos no puedan finalizar con los mismos. Esto mismo
genera una deuda que en muchos casos no puede ser subsanado por distintos
motivos, en algunos de ellos vergüenza, edades avanzadas, complejidad al
momento de encarar el estudio o por el mero hecho de desinterés.
Con la implementación de este nueva política educativa encontramos
un abanico de nuevas oportunidades que permiten que en la mayoría de los casos
quienes obtienen el título de bachiller sientan que son “alguien”, que pueden
aspirar a más o simplemente sientan que cerraron una cuenta pendiente.
Desde el punto de vista social se ha podido paliar el gran caudal
de deserción escolar, pero no se ha caracterizado por proveer un servicio
educativo de mala calidad si se considera que cada materia dictada no
tiene más duración que cuatro meses. No se permite al alumno cursar más de tres
materias por cada cuatrimestre y cada uno de ellas tiene una duración máxima de
tres horas semanalmente.
Con lo anteriormente enunciado no se puede esperar que se le
brinde a los alumnos el contenido total de cada materia, sólo se alcanzan a dar
lo básico por asignatura, por ende nunca se podría esperar que en la práctica
los egresados de este tipo de planes tengan las mismas oportunidades al momento
de desenvolverse, en otras instancias educativas como la universidad o en la
búsqueda de un puesto de trabajo con más especialización.
Conclusión
Como se ha expuesto
anteriormente, el Plan FinES surge en el marco de la LEY que establece la
obligatoriedad de estudios secundarios. Esto hace visible la idea de que el
sistema educativo formal tiende a expulsar a quienes por distintos motivos no
puedan finalizar con los mismos. Esto mismo genera una deuda que en muchos
casos no puede ser subsanado por distintos motivos, en algunos de ellos
vergüenza, edades avanzadas, complejidad al momento de encarar el estudio o por
el mero hecho de desinterés.
Con la implementación de
este nueva política educativa encontramos un abanico de nuevas oportunidades
que permiten que en la mayoría de los casos quienes obtienen el título de
bachiller sientan que son “alguien”, que pueden aspirar a más o simplemente
sientan que cerraron una cuenta pendiente.
Desde el punto de vista
social se ha podido paliar el gran caudal de deserción escolar, pero no se ha
caracterizado por proveer un servicio educativo de mala calidad si se
considera que cada materia dictada no tiene más duración que cuatro meses. No
se permite al alumno cursar más de tres materias por cada cuatrimestre y cada
uno de ellas tiene una duración máxima de tres horas semanalmente.
Con lo anteriormente
enunciado no se puede esperar que se le brinde a los alumnos el contenido total
de cada materia, sólo se alcanzan a dar lo básico por asignatura, por ende
nunca se podría esperar que en la práctica los egresados de este tipo de planes
tengan las mismas oportunidades al momento de desenvolverse, en otras
instancias educativas como la universidad o en la búsqueda de un puesto de
trabajo con más especialización.
BIBLIOGRAFÍA
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-URL: LINK
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Investigación
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Ministerio de Educación, Presidencia de la Nación.