Resumen –El sistema que alude a la
negociación, el consenso y la responsabilidad entre actores políticos y
civiles, sectores públicos y privados es conocido como gobernanza. El objetivo
del presente trabajo fue especificar un modelo para la indagación de sus
dimensiones relativas a las expectativas de las partes involucradas. Se realizó
un estudio documental con una selección de fuentes indexadas a repositorios
internacionales de la literatura publicada de 2015 a 2019, así como la
inclusión de conceptos claves. La propuesta incluye la relación entre la
aversión a los riesgos y la propensión a la utilidad, aunque el diseño de la
investigación limitó el modelo al estado de la cuestión.
Palabras claves –Desarrollo, globalidad, localidad,
expectativas, riesgo, utilidad
Abstract
Governance is
known as the system in which negotiation, consensus and responsibility rule
among political and civilian’s agents, public and private sectors. This work aims to specify
a model to research the expectations of agents involved. A documentary study
selected sources linked to international repositories of papers published from
2015 to 2019 and key concepts were included as well. The article includes the
connection between risk aversion and the tendency to utility even though the
design of research limited the model to the status of the issue.
Key words: Development –
globalization- localization- expectations- risk- utility
Expectativas en torno al desarrollo
corresponsable
Fermín Anguiano-Salazar,
Michiko Amemiya-Ramírez, Cruz García-Lirios
Introducción
El desarrollo corresponsable,
entendido como un sistema de gestión y administración de los bienes asumidos
como comunes propicia una serie de demandas, necesidades y expectativas entre
quienes integran las comunidades y municipios, migrantes y residentes, actores
políticos y sociales, así como sectores públicos y privados (Carreón, 2013).
El desarrollo corresponsable ha sido
estructurado en endógeno con énfasis en las relaciones entre las partes
involucradas, comunitario para referir a grupos en torno a un bien común y
sustentable para dar cuenta de la apertura al capital externo como el turismo
(Carreón, 2014).
Es así como las demandas,
necesidades y expectativas de grupos orientados a la protección de sus recursos
y administración de bienes atraviesa problemáticas como la seguridad y la
sustentabilidad, la cual se distingue por la conservación de los recursos y
bienes con respecto a generaciones futuras (Carreón, 2016).
El abordaje del desarrollo corresponsable
no siempre ha sido desde los recursos con los que cuenta una comunidad o
municipio. Además, la participación civil directa o indirecta como es el caso
de las remesas propicia un escenario de crecimiento endógeno necesario para la
diseminación del desarrollo local (Carreón, Hernández, Bustos y García, 2017).
El estudio de las dimensiones del
desarrollo corresponsable desde las expectativas, perspectivas, opiniones y
discursos de sus integrantes, residentes, migrantes y actores públicos como
privados sugiere un sistema de gestión y administración centrado en la
deliberación, el acuerdo y la corresponsabilidad que el presente trabajo se
propuso indagar y especificar en un modelo para su estudio.
Teoría de las expectativas sociales
La teoría de la justicia que
demostró las insuficiencias del intuicionismo (ideología que consideraba a las
personas selectoras de lo que es bueno y lo que es malo) y la pertinencia de
complementar una disyuntiva histórica: la libertad versus la igualdad para
solucionar la problemática de la injusticia social generada por el Estado
liberal (Carreón,
Juárez y García, 2017).
La estructura social del Estado
benefactor promovió la justicia social a través de instituciones que dieron por
hecho una equidad social (las personas nacen con las mismas oportunidades).
Esta problemática fue superada a partir de tres fundamentos:
- Toda persona posee igual
derecho a la más amplia libertad compatible con una libertad igual para
todos.
- Las desigualdades son
inaceptables a menos que sea razonable esperar que actuarán en beneficio
de todos.
- Por lo tanto, las posiciones y
oficios deben estar abiertos para todos.
La libertad era la conciencia de la
necesidad, en consecuencia, la desigualdad implicó oportunidades exclusivas
para unos cuantos individuos. El
Estado liberal como inmoral e injusto y propuso una teoría con su
correspondiente método que desvanecieron y superaron una falsa dicotomía: la
libertad versus la igualdad. La conciliación de ambos valores materializados en
un contrato social. Se trató de la configuración de dos formas de Estado
(benefactor y liberal) con base en una síntesis moral (Carreón, Sánchez, Molina, García y
Rojano, 2017).
Una teoría de la justicia
social y un método de equilibrio reflexivo surgieron de las problemáticas de la
inmoralidad del Estado liberal mínimo. En este sentido, los valores
comprensivos de tolerancia y pluralidad de visiones morales orientadas a
demandas compatibles. Es en este sentido que la teoría de la justicia social
estableció los fundamentos morales y jurídicos, políticos y sociales, liberales
y democráticos para una sociedad democrática liberal justa. Por lo tanto, es un
acercamiento interpretativo y heurístico (asume críticas y ajusta sus
planteamientos) a los sistemas políticos (García, 2013).
Son siete los fundamentos
en torno al Estado liberal justo:
- La percepción de
libertad.
- Las subsiguientes
creencias en torno a la equidad de oportunidades.
- Los consecuentes
valores de igualdad.
- El necesario
individuo moral que busca el bien social a partir de establecer un punto
de equilibrio reflexivo entre los valores de la igualdad y las
percepciones de libertad.
- La obvia cooperación
y la posterior participación.
- La resultante
sociedad democrática justa; cooperativa, ordenada y estable.
- La inevitable
redistribución de la riqueza del Estado liberal para una vida plena.
El principio del maximin
(elección racional de un sistema político de menores costos frente a mayores
beneficios a través de un contrato social) supuso que la libertad e igualdad
son principios de justicia, en un nivel institucional, fueron criterios que
orientaron las decisiones ciudadanas (García,
2014). Los
principios de igualdad tuvieron en los principios de diferencias sus
contrapesos. Dichas desigualdades sociales, políticas y económicas beneficiaron
a los menos aventajados. Consecuentemente, surgió la equidad (oportunidades
abiertas en la obtención de oficios). Ambos principios, develaron la
improcedencia del pensamiento utilitarista que justificó las ventajas sociales,
políticas y económicas en los individuos. Enmarcados por el concepto de
equilibrio reflexivo entre la estructura social y las decisiones individuales,
cada ciudadano acepta los dos principios de justicia para construir una
sociedad ordenada con individuos moralmente libres e iguales (García, Carreón y Hernández, 2017).
De este modo, el Estado
fue planteado como un redistribuidor de la riqueza. A través de sus
instituciones, se enfrentaría a los intereses hegemónicos que apelan al
principio de libertad para lucrar con los servicios públicos. En tal sentido,
la libertad de consenso como la capacidad que tienen los individuos para
elegir, hacer y ser fue el principal instrumento en la concepción del Estado
justo (García, Carreón,
Hernández y Salinas 2016).
En tal sentido, el
impacto social del Estado liberal radical en relación con el Estado liberal
clásico supone una forma de Estado mínimo como el único permisible y
justificable para una sociedad liberal. Esta forma mínima de Estado violaba los
derechos individuales. Sin embargo, en la concepción liberal, sobretodo los de
libre pensamiento y propiedad determinaron la función protectora del Estado. La
diferencia entre las necesidades individuales coartó la cooperación entre las
personas. Es decir, cada miembro autónomo, es igual en sus derechos más no en
sus obligaciones de solidaridad. Moralmente, la decisión de cada individuo
implicó su responsabilidad (García,
Juárez y Bustos, 2017).
En este sentido, el
Estado benefactor al entrometerse en las libertades de los individuos afectó
directa, negativa y significativamente el funcionamiento y la estructura
social, los derechos políticos y mercantiles de las personas. Es así como un
Estado mínimo que sólo debiera garantizar el derecho a la propiedad y la
seguridad correspondiente (García,
Juárez, Sandoval y Bustos, 2017). Por lo tanto, el Estado liberal fue una opción
pertinente porque promovió los derechos individuales. Sin embargo,
históricamente el Estado ha expropiado propiedades para transferirlas a una
elite. El estado ha transferido propiedades a personas particulares que no han
probado merecer dichos bienes. Por lo tanto, el Estado es inmoral.
En contraste, el Estado
máximo como ilegitimo por usurpador y redistribuidor. Ambas funciones le
pertenecerían a la racionalidad de los individuos quienes pueden decidir
cotizar, comprar, vender, intercambiar o regalar sus bienes. El Estado fue
ilegitimo porque restringió estas iniciativas en las personas. Por lo tanto, la
pobreza y la exclusión social, fueron consecuencias de la inmoralidad e
impertinencia del Estado. Más aún, el Estado ha sido ineficaz en la
distribución de la riqueza. Finalmente, la solución a la injusticia social es
impulsando una nueva moralidad en la sociedad civil (García, Rivera y Limón, 2017).
·
En el
Estado mínimo pueden enmarcarse las utopías de cambio moral: los derechos
civiles.
·
Sin
embargo, bajo el Estado liberal no fue posible cambiar la moralidad humana
individualista a una moralidad colectivista.
·
Además,
fue indispensable cambiar el marco jurídico para activar el cambio moral.
·
Por
lo tanto, la sociedad también debió cambiar en sus hábitos más que en sus
valores.
Los conocimientos
decisorios y las habilidades comunicativas implican la construcción de una
entidad (Estado, grupo o individuo) moral líder. Es en las democracias gobernadas
por la representación de voluntades mayoritarias y minorías proporcionales más
que por oligarquías, dictaduras o tiranías, donde ambos planteamientos
liberales son pertinentes. Sin embargo, esta estructura liberal democrática fue
incompatible tanto para el crecimiento individual como para el desarrollo
comunitario (García,
Carreón, Hernández y Salinas, 2016). En este sentido, la igualdad de oportunidades es
diferente a la igualdad de resultados. El Estado social al promover la equidad
también restringe la libertad de crecimiento económico al planificar la
producción y regular la oferta y la demanda.
Estudios de las expectativas
sociales
La globalización es parte de un
proceso en el que la localización es su complemento antagónico. Esto significa
a los flujos económicos y humanos concentrados en las ciudades desarrolladas al
mismo tiempo que quienes se quedan en sus lugares de origen se arraigan
identificándose con el mundo global a través de los medios masivos de
comunicación. Internet como la principal ventana a las imágenes y discursos,
promueve ideas y sentimientos de pluralidad como libertad de elección y
competencia. En contraste, en las zonas comunitarias se gestan sentimientos de
solidaridad. Ambos son consecuencias de lo global y lo local que se ubican en
cinco dimensiones (Aldana,
Rosas, y García, 2018).
Las consecuencias de la
globalización definida como la consolidación de mega empresas líderes en
tecnología y la maximización de la producción en un mercado mundial simultáneo,
han sido identificadas en la calidad ambiental y la calidad de vida. De este
modo, Singapur destaca como el país más globalizado, Norteamérica sobresale
como la zona con mayor poder de compra, México se encuentra en el primer lugar
de inmigrantes e Irlanda repunta con un crecimiento sustentable, aunque se
proyecta que en el 2100 aumentará 88 centímetros el nivel del mar (Bustos,
Ganga, Llamas y Juárez, 2018).
Sin embargo, en Asía, Latinoamérica
y Europa, la globalización ha consolidado los efectos dominó definidos como los
choques bursátiles de un mercado accionario con otro en economías emergentes
como las de Singapur, Corea, Malacia Hong Kong y Taiwán (efecto dragón), Brasil
(efecto zamba), México (efecto tequila), Argentina (efecto tango) y Rusia
(efecto vodka).
Los efectos se han explicado desde
cuatro teorías:
Rezago Informativo. Plantea la diferencia de uso
horario que explica por qué las operaciones de los mercados accionarios
poderosos influyen en las operaciones de los demás (Carreón, Blanes y García, 2018).
Precio del arbitraje. Establece la convergencia de la
misma cotización de activos en todos los mercados. Por lo tanto, se genera el
entrelazamiento constante de las acciones a largo plazo de dos o más economías
(Carreón,
García y Blanes, 2018).
Choques exógenos. Conocido como fuga de capitales
especulativos (retiro de activos financieros con altos rendimientos) por parte
de bancos, casas de bolsa, fondos de inversión, fondos de pensiones y
tesorerías de las empresas (Carreón, Hernández y García, 2017).
Movimientos comunes. Identifica los flujos de capital a
corto plazo que responden al balance fiscal en cuenta corriente, tasa de
inflación y tamaño de la deuda externa (García, Carreón y Hernández, 2017).
Las cuatro teorías refieren procesos
económicos y psicosociales en las decisiones de transferir los capitales entre
las bolsas de valores. En tal sentido, los indicadores macroeconómicos y
geopolíticos expuestos pueden complementarse con los indicadores socio
psicológicos. Consecuentemente, la globalización implicaría efectos derivados
de la igualdad de oportunidades en un sentido social y la libertad de elección
en un sentido individual (García, Carreón, Hernández, 2016).
A continuación, se exponen dos
fundamentos (igualdad y libertad) de las cinco consecuencias de la
globalización económica tecnológica y la localización arraigada.
En consecuencia, la
dicotomía entre la globalidad, principalmente económica y tecnológica, y la
localidad, esencialmente la decisión a partir de sentimientos, implica a los
dos fundamentos de justicia humana: la igualdad y la libertad. Precisamente,
son cinco las consecuencias que subyacen a este proceso de globalización y
localización (Mejía,
Carreón y García, 2016).
De la territorialidad hacia la
extraterritorialidad.
En el sentido
de lo territorial, la migración a las zonas desarrolladas económicamente
propicia la erosión de las identidades locales. Los espacios urbanos se
fragmentan en barrios disgregando las comunidades y sus procesos de cooperación
y solidaridad. El poder sobre los espacios públicos que el Estado expropió para
legitimarse ahora la iniciativa privada lo utiliza como estrategia para su
crecimiento económico. Por tal motivo, en
el sentido de lo extraterritorial, los espacios geográficos son sustituidos por
los espacios geopolíticos. La política comercial externa y la política
comercial interna tienden a asemejarse. Los espacios públicos son sustituidos
por los espacios privados. El
Estado invierte en la infraestructura necesaria para facilitar la inversión en
zonas turísticas y zonas maquiladoras más que en la infraestructura educativa
para redistribuir los beneficios económicos.
De la seguridad hacia la inseguridad. En el sentido de la
seguridad, el mercado político se encarga de vigilar y establecer las mejores
condiciones para que se desarrolle el mercado económico. En las democracias
liberales, las personas votan por aquellas opciones que les prometen acabar con
la delincuencia y consecuentemente, les presentan escenas de operativos y
subsiguientes capturas de personajes supuestamente peligrosos para la sociedad,
redes de traficantes que amenazaban con el estado de derecho o bien
funcionarios que fueron corrompidos. De este modo, en el sentido de la
inseguridad, se construye una ideología del castigo no a los responsables
directos que son quienes diseñan y aplican las políticas públicas, sino a los
responsables indirectos, aquellos que su situación socioeconómica les orilló a
delinquir. Esta ideología del castigo, ha sido más severa con el delincuente
común que con los banqueros prófugos de la justicia (Martínez, Anguiano y García, 2018).
De la movilidad hacia la inmovilidad. En el sentido de la movilidad, una
consecuencia y evidencia del nulo poder del Estado frente a los flujos
financieros es la capacidad que tienen de transferirse y devastar las economías
de los países como las de América Latina e incluso de las regiones económicas
como las de los tigres asiáticos. Consecuentemente, en el sentido de la
inmovilidad, las bases de datos son utilizadas para vigilar a las personas, sus
intereses o necesidades, sus ingresos y su consumo actual y futuro.
De la inclusión hacia la exclusión. En el sentido de la inclusión, los
medios de comunicación, Internet como el principal escenario, son el sinóptico
moderno es el principal instrumento y escenario de libertad de decisión y la
consecuente pluralidad o voluntad mayoritaria. Es el lugar donde los locales
observan a los globales. Precisamente, en el sentido de la exclusión, las
personas marginadas económicamente, pagan para acceder al sinóptico, las
personas pagan para poder informarse no de política, sí de las peripecias de
los políticos que demostrarán su incompetencia con iniciativas, no de economía,
sí de las consecuencias de la inflación, no de la ciencia, sí de la ética
distorsionada de algunos científicos que pretenden más progreso con más
inventos, no de tecnología, sí del último invento que será obsoleto y aumentará
los residuos en el planeta, no de cultura, sí de imágenes y discursos
dominantes que se impondrán en la educación (Quintero, Hernández, Sánchez,
Molina y García, 2017).
De la satisfacción hacia la
insatisfacción. En
el sentido de la satisfacción, las necesidades motivan a las personas a buscar,
seleccionar, comprar y utilizar productos o servicios. Este proceso trato de
asemejarse a la realidad comercial mediante modelos económicos que predecían el
comportamiento del consumidor. Se trataba de un comportamiento lineal en el que
las personas eran consideradas como clientes racionales, deliberados y sistemáticos.
Sin embargo, las empresas pronto advirtieron que el comercio reflejaba a una
sociedad afectiva. Es así como en el sentido de la insatisfacción, se plantea
que las necesidades de los consumidores son creencias, percepciones y valores
heurísticos e improvisados. Este proceso emocional es interminable y cíclico al
derivarse de sentimientos que funcionan como analogías de una sociedad adversa
a su futuro (Rincón,
Juárez y García, 2018).
En estas cinco consecuencias de la
globalización pueden observarse su decantación de lo general a lo particular y
su relación inversa de este a aquel. Esto implica una menor igualdad en lo
social y una mayor libertad en lo individual. Este desequilibrio caracteriza a
las democracias liberales más globalizadas y localizadas. Estas sociedades
abiertas que responsabilizan a los individuos desintegrando sus grupos, sus
comunidades, sus sociedades y sus culturas presentes y futuras.
La globalización al ser reversión de
las sociedades cerradas que aumentaron la igualdad de resultados y disminuyeron
las libertades individuales por la ausencia de sus derechos y los regímenes
autoritarios. Implica a un nuevo sistema social, económico y político diferente
puede construirse a partir de la concatenación de sus consecuencias. Es decir,
que independientemente de la igualdad y la libertad, la consecuente afectividad
y racionalidad, las subsiguientes solidaridad y competencia, son los factores
para revertir un sistema injusto para las minorías marginadas económicamente
(Mendoza, Carreón, Mejía y García, 2017).
El desequilibrio, entre la igualdad
y la libertad puede revertirse a partir de sus consecuencias concentradas en la
solidaridad y la competencia. Esto sugiere excluir a la burocracia estatal,
permitir la auto gestión comunitaria y el desarrollo de un auto sistema
educativo.
Modelo de expectativas sociales
La propuesta de análisis del
desarrollo local tiene su cimiento en la noción de justicia y equidad ante la
gestión de los bienes comunes. En tal sentido es que la aversión a los riesgos
sugiere una conservación de los recursos como los energéticos o hídricos
vitales para el desarrollo comunitario, endógeno y local, aunque la propensión
a la utilidad del manejo de los bienes comunes con base en su disponibilidad
también complementa la ecuación del desarrollo sostenible.
A diferencia del desarrollo local
que centra su atención en las demandas internas y las necesidades de las partes
interesadas, el desarrollo corresponsable sugiere una estructura de discursos y
narrativas en torno al posicionamiento de los bienes comunes no sólo a las
partes implicadas sino a futuras generaciones.
El desarrollo endógeno dependiente
de las políticas regionales o los lineamientos internacionales de crecimiento
dista de ser un escenario proclive a la discusión de saberes e inteligencias
organizacionales en torno a un bienestar común.
Por su parte, el desarrollo
comunitario centra en sus usos y costumbres la identidad que lo distingue del
desarrollo corresponsable el cual está obligado a edificar un sistema dialógico
entre identidades comunitarias distintas, pero equitativas ante la
redistribución de bienes.
El desarrollo corresponsable al
difundir acuerdos universales de pertenencia y administración de recursos
sugiere la superación del desarrollo territorial centrado en la seguridad de
patrimonios y bienes públicos y culturales.
Por consiguiente, el modelo para el
estudio de las relaciones corresponsables, los acuerdos y negociaciones con
base en la disponibilidad de los recursos comunes sugiere; 1) expectativas de
disponibilidad centradas en el capital natural que activa la agroindustria,
pero limitando y confinando su extracción; 2) expectativas de gestión y
administración de los bienes con base en su facultad común o grado de escasez,
desabastecimiento, carestía e insalubridad esperadas ante una eventual
extinción; 3) expectativas de recursos y demandas internas a las comunidades a
partir de su sentido de pertenencia y arraigo o apego a su lugar de origen,
flujos migratorios y retorno de capitales sociales.
A partir de estas tres expectativas
relativas a la disponibilidad de los recursos, el manejo sustentable y el
desplazamiento humano será posible establecer un modelo para el abordaje de la
cuestión, aún y cuando otras propuestas centres sólo su interés en las
capacidades más que en las externalidades. O bien, iniciativas que destacan las
competencias más que las sabidurías de las comunidades, localidades, regiones o
territorios.
Consideraciones finales
El objetivo del presente trabajo fu
especificar un modelo para el abordaje del desarrollo corresponsable, aunque el
diseño de la revisión de la literatura sólo consideró a los trabajos publicados
de 2015 a 2019, así como la indexación de las revistas a repositorios
internacionales como Dialnet, Latindex, Publindex, Redalyc y Scielo, el aporte
del presente trabajo al estado de la cuestión radica en la discusión de las
expectativas como categorías centrales en la agenda de desarrollo
corresponsable, territorial, local, endógeno y comunitario con orientación a la
sustentabilidad de los bienes comunes.
El modelo propuesto, a diferencia de
los planteamientos revisados en donde se destacan las externalidades y las
internalidades de los territorios, localidades y comunidades sugiere la
discusión, la concertación y la responsabilidad de actores políticos y
sociales, así como sectores públicos y privados.
Los enfoques que destacan las
demandas y contingencias externas a las localidades y comunidades parecen
demostrar que las capacidades de las partes interesadas están limitadas por su
área geográfica o administrativa sin considerar a los flujos migratorios y
turísticos activadores de la economía regional y municipal.
Las aproximaciones que destacan las
competencias; habilidades y conocimientos, usos y costumbres locales parecen
limitar el margen de acción a las necesidades, demandas y expectativas de las
partes involucradas más que al balance entre el manejo de recursos y su
administración en el consumo para beneficio de otras generaciones.
Por lo tanto, el desarrollo
corresponsable alude a un nuevo esquema de gestión y administración compartidas
responsablemente entre sectores públicos y privados, así como entre actores
civiles y políticos en torno a bienes que se asumen comunes para la
sustentabilidad.
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