Revista Nº36 "TEORÍA POLÍTICA E HISTORIA"

 

liderazgo y democracia, sobre la alteración carismática de las instituciones.

Leadership and democracy, on the charismatic alteration of institutions. [1]              

 

Castelluccio, Sandro; Castillo, Juan Ignacio[2]

Universidad Católica de La Plata[3]

Licenciatura en Ciencia Política y Relaciones Internacionales[4]

AÑO: 2018

 

    RESUMEN

El siguiente trabajo tiene por objetivo de máxima demostrar que el líder político es capaz de alterar las instituciones democráticas, ya sea exacerbando sus alcances, reduciéndose o eliminándose por completo. Para ello, será necesario analizar el fenómeno del liderazgo con sus respectivas variables, y el marco sociohistórico al que se encuentra sujeto el actor que se convertirá en líder. Finalmente, se analizarán casos de la realidad en que se puede comprobar la hipótesis que dicho trabajo presenta.

 

     ABSTRACT

The following study herein aims to demonstrate that the political leader is capable of altering democratic institutions, either by exacerbating their scope, reducing it or eliminating it altogether. To this end, it will be necessary to analyze the phenomenon of leadership with its respective variables, and the socio-historical framework that takes the would-be leader as its subject. Finally, real case-studies that may verify the main hypothesis will be analyzed.


 

 

PALABRAS CLAVE

Liderazgo, carisma, masas, democracia, autoritarismo, sistema político, régimen político

 

 

KEY WORDS

Leadership, carisma, masses, democracy, authoritarianism, political system, political regime


ÍNDICE  

                                                                

Presentación……………………………………………………………….Pág.1

Índice………………………………………………………………………..Pág.2              

Introducción………………………,,…………………….…………...…....Pág.3

El liderazgo…………………...……………………...……………….……Pág.5

Las masas ……………...………………………………………………….Pág.10

El contexto histórico……………………………………..…...…………...Pág.14

La Alegoría del Partenón de cristal………………………………………Pag.17

La ruptura institucional…………………………………………………….Pág.20

Teoría de los dos caminos………………………………...………………Pág.33

Conclusiones…………………………………………………...…………..Pág.36

Bibliografía…………………………………………………………………..Pág.37

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

 Un líder de tipo carismático es aquel que asume al poder en los albores de Alemania, conforme se desarrolla una república que provenía desde algunos cuantos años atrás, cuando finaliza uno de los estruendos más grandes de Europa. Quien fuera el tercer Reich, sabía que alteraría los hilos de la política mundial.

 Un líder de tipo carismático es aquel que posee la legitimidad suficiente como para generar una de las cargas impositivas más grande de la historia de los Estados Unidos, impulsando las medidas neoliberales en concordancia con La Dama de Hierro en los años ´80.

 Un líder de tipo carismático es aquel que puede hacer frente, a una de las guerras más cruentas de Europa, movilizando a su población con la fuerza de su discurso, abocando a la lucha con sangre, sudor y lágrimas.

 Pero también, un líder es aquel que sabe tomar decisión, que puede guiar a las masas, es aquel que sabe tomar el camino para devolverle a su pueblo el respeto mutilado por los intereses extranjeros. Es aquel que se permite luchar contra el imperio, ganando la legitimidad de la región latinoamericana.

Quien viera en estos personajes ideales, algunas diferencias, claro que estaría en lo cierto, pero también es posible encontrar grandes similitudes en los líderes expuestos, las características comunes permiten identificarlos como tales, pero de ninguna manera, es posible asegurar que el trabajo habría acabado al realizar estos esfuerzos, es por eso, que lo que se plantea con este trabajo es analizar, en principio el liderazgo, para poder sentar las bases del común denominador que poseen los personajes que serán analizados en el devenir de la entrega, y para así, poder pasar luego, a comprender sus variables, sus alcances y sus efectos. Sería imposible intentar esto, sin entender el contexto histórico en que cada caso particular será estudiado, puesto que consideramos relevante para nuestro trabajo, las características del contexto, tiempo y lugar en que los hechos serán analizados, y, cabe destacar que, para que esto sea fortuito, debemos comprender los tipos de estados, de sistemas y regímenes políticos en los que cada uno se encuentran.

 Habiendo dicho esto, y sin interés en ser demasiados escuetos o demasiado amplios en el desarrollo de este, daremos lugar a la exposición que ambiciona demostrar, por medio de dos teorías, cómo impacta el líder político en su contexto histórico, y en los sistemas políticos, en los que concentrará su poder. Para ello será necesario, comenzar nuestro trabajo presentando las definiciones pertinentes a la materia en la que deseamos trabajar, haciendo un esfuerzo por comprender el fenómeno que aquí se suscita: el liderazgo.

EL LIDERAZGO

 

Es menester comenzar este análisis comprendiendo que el liderazgo, es un concepto que hace alusión al hombre, que fue creado por y para el mismo, al comprenderse que la vida en sociedad era un hecho. Desde el aporte de Aristóteles, pensador de la Antigua Grecia, podemos comprender que, el hombre es un ser político, entendido éste, como un ser que necesita de la vida en sociedad para poder llevar a cabo la consecución de sus objetivos. En su libro “La Política”[5], este autor, nos introduce en el mundo de las ciudades estado (organizaciones políticas conocidas en Grecia, previamente al nacimiento de Cristo), entendiendo que los hombres se unen entre sí para poder sobrevivir conformando las unidades sociales primarias, a nuestro entender, básicas que son las familias. El hombre necesita de ellas para poder crecer y desarrollarse, porque está más que claro que, durante los primeros años de vida, no puede autoabastecerse, pero con el pasar de estos, el hombre adquiere competencias tanto físicas como inteligibles para proporcionarse sus propios alimentos y no desfallecer, pero Aristóteles adelanta su planteo hacia la conformación de pueblos, siendo estos las asociaciones entre familias y, finalmente, hacia la conformación del estado, la asociación entre pueblos. Aquí el autor, nos plantea que este estado debe perseguir el bien común, fundado en los intereses de los pueblos, y de aquí se desprende que su organización política, jurídica y económica será en virtud del pueblo que la elija. Sucesivos autores han comprendido que la formación del estado es necesaria para poder institucionalizar los deseos de la población, como dijimos, organizada en base a su bien, o al menos a lo que estas consideran como el suyo, y así suponen, que previo a la organización del estado, existe un estado de naturaleza que debe ser eliminado, puesto que en éste prima el desorden social. Encontramos aquí a los filósofos contractualistas como Hobbes, Locke y Rousseau, quienes sostienen de diversas maneras, que deben darse pactos entre los hombres para mantener el orden social, Hobbes en “El Leviatán” (1651) habla del estado de naturaleza en que “el hombre es el lobo del hombre”[6], y tiende a matar a sus pares con el objetivo de conseguir bienes propios por lo que una autoridad debería intervenir para consolidar el orden. Por otro lado, Locke en varios de sus trabajos, habla de la lucha por la propiedad privada, donde en el estado de naturaleza el hombre es bueno, pero tiende a la lucha por establecer sus espacios propios. Y, finalmente, Rousseau, en el “Contrato Social”[7] (1762) considera que, el hombre debe establecer un pacto para poder abandonar el estado de naturaleza, conformando un gobierno a su elección. Sea cual fuere el enfoque que se tenga en cuenta, lo cierto es que, todos los autores coinciden en que el estado es necesario para el fin de las luchas del hombre. Pero se suscita aquí, un nuevo inconveniente, frente a los diversos intereses y objetivos que la población pueda presentar, existen distintos modos de cristalizar el estado antes mencionado, y es aquí donde comienza un nuevo campo de lucha por posicionar su concepción, generando una organización, instituciones, reglas y procedimientos que le proporcionen la legitimidad necesaria para no sucumbir. Peor aún, es más complejo analizar las luchas de poder, que devienen de los intereses de los individuos que desean posicionarse como actores del sistema y del régimen político, una vez establecidos los anteriores. Este estudio no pretende aquí, hacer un análisis de los tipos de gobiernos que podrían obtenerse de los distintos posicionamientos teóricos de los autores antes mencionados, ni de otros sin mencionar, pero sí permite demostrar que existen dos variantes básicas a la hora de la elección de la forma de gobierno, a saber, la democracia y la autocracia. No ignoramos que dentro de una y otra puedan suscitarse variantes, y que, incluso, podemos encontrar distintas a las expuestas, pero creemos que, a priori, es necesario comprender las mencionadas para dar un primer paneo en nuestro estudio, volveremos sobre ello en el devenir del texto.

Entendemos por Autocracia, el gobierno de una sola persona, pero distinguiéndose de la monarquía, en sentido del carácter que estas poseen en la actualidad; podemos ver en la realidad una autocracia en la monarquía absoluta típica de los siglos XVI y XVII, siendo el ejemplo más característico el del monarca francés Luis XIV. [8] Pero si hablamos de democracia, comprendemos que existen diversas formas de gobierno, pero en todas prima la posibilidad de la elección de quién será el jefe de Estado o de Gobierno. Ahora bien, va de suyo que, en este tipo de gobiernos, el hombre hará todo lo que se encuentre a su alcance, dentro las reglas establecidas (o no) para aspirar a esa magistratura, y es aquí donde debemos apreciar el rol del líder.

Líder es un término que refiere a una persona que encabeza, dirige o moviliza a un grupo social o a la persona que ocupa el primer lugar en una competición o clasificación, según qué acepción tomemos.[9] (RAE, 2018) De todos modos, en ambas se hace referencia a un hombre que se posiciona frente a los demás. Esta característica responde a la naturaleza propia del animal, por tanto, podremos observar que los animales suelen agruparse para su supervivencia, y que entre ellos emana alguno que impone su fuerza frente a los demás, mostrando su agresividad y generando obediencia y sumisión por parte de la manada. El hombre como animal racional, entonces, también desea imponerse frente a los demás, pero no lo conseguirá por medio de la fuerza sino de la inteligencia (una vez establecida una institución como el estado y un pacto que garantice el bienestar de los débiles), es por lo que, el hombre apela a la adquisición de competencias para posicionarse frente al resto, convirtiéndose en un líder. Pero el hombre también puede convertirse en el peor de los animales, si se aleja de los ideales de justicia y de la ley según Platón (S. IV AC)[10], pudiendo suceder esto antes de la creación del estado, o una vez creado y constituido el mismo, o lo que es peor, puede hacerlo habiendo obtenido la legitimidad de su pueblo.

Si bien aquí se intenta comprender el liderazgo político, no podemos dejar de reconocer que existen distintos tipos de líderes ideales que se encuentran en conformidad con sus intereses, como el líder gerencial, que pertenece a una organización y se encarga de administrar, como el líder servidor, quien prioriza las necesidades sociales y busca satisfacerlas, el líder paternalista, quien toma las decisiones por sí solo porque no confía en sus seguidores, el líder económico, quien se distingue del resto por su capacidad para generar ingresos o el líder individual, quien se esfuerza por sí mismo y es el ejemplo a seguir, entre otros. Pero consideramos que nuestro estudio, debe esforzarse por comprender las cualidades del político, quien se encarga de movilizar a la población para conseguir ciertos fines.

Según Natera (2001)[11], quien se basa en alguno de los principios propios de Bass, las cualidades que hacen a un líder son la inteligencia, la capacidad de decisión, los conocimientos especializados, la fluidez verbal, el buen juicio, la capacidad de adaptación a diferentes roles o situaciones, la creatividad, la confianza en sí mismo, el control emocional, la cortesía con las personas, la sociabilidad, amabilidad y persuasión, entre otros. Sin embargo, nosotros creemos que es de vital importancia resaltar la capacidad del carisma para entender al líder que estudiamos, pues consideramos que sería incompleto un análisis del liderazgo sin contemplar esta variable tan trascendental. Asimismo, creemos que el prestigio es una variable que se asocia al liderazgo político, pero que éste se obtiene y se pierde en la medida en que el líder se posiciona frente al pueblo, necesitando del carisma para nutrirse. Según Maquiavelo[12] (siglo XV), el pueblo se basa en apariencias, y es por ello por lo que, el hombre debe conseguir todos los medios para engrandecer su prestigio, haciendo que el pueblo lo acompañe.

Es entonces, el carisma lo que hace al líder político; en términos de Max Weber (1982), este concepto tiene dos aristas, la primera de ellas, es lo extraordinario del líder carismático, y la otra, es el reconocimiento que recibe de los seguidores, esto permite que veamos cómo el carisma es un atributo de un individuo, pero el mismo se construye a través de las relaciones sociales, que se establecen entre dominante y dominado.[13] Este es un tipo de dominación que se cristaliza en un ser con carisma suficiente como para imponer obediencia a un grupo de personas.

Se diferencia de la dominación burocrática (o racional legal), entendiéndose ésta como aquella que construye legitimidad a partir de las instituciones y de las reglas establecidas, donde las personas obedecen por una cuestión meramente disciplinaria (Weber, 1982) ; aquí la persona acata a una tradición de manera racional, obedece porque debe, se comporta de ese modo, porque la situación así lo requiere, luego de hacer un cálculo de costo/beneficio y se diferencia de la tradicional, entendiéndose ésta como aquella que construyó la legitimidad en tiempos pasados y, que por ello, se mantiene en el presente. De esta manera, el líder carismático legitima su dominación por sus propios principios y valores, teniendo la capacidad de generar entusiasmo en sus seguidores, pero desapareciendo su poder, al modificar los mismos o al morir su persona. Esto demuestra que su carisma no es hereditario, y que puede ser removido cuando así la población lo desee. No obstante, para un análisis más detallado recurriremos a una definición de carisma.

Entendemos por carisma la cualidad o don natural que tiene una persona para atraer a los demás por su presencia, su palabra o su personalidad,[14] (RAE 2018) pero parece conveniente buscar el significado del término en la profundidad de la historia, por lo que, primeramente, lo traduciremos del griego donde el término carisma es entendido como encanto, gracia, gozo, festividad, don, favor, mérito y veneración. No podemos obviar su proveniencia etimológica ya que el término actual proviene del latín charisma; el cual tiene como significado meramente: la gracia divina y el don, relacionándose fuertemente con lo sagrado, en el sentido de lo extraordinario, en especial de las cosas o personas extravagantes que son mediadoras con la divinidad.[15] Es así que, antiguamente, el líder carismático no era solo el poseedor de una característica humana que permite atraer a los demás, el líder era el poseedor de un verdadero poder mágico (o al menos así lo veía el resto) el cual se objetivaba a través de dones sobrehumanos y sobrenaturales, que el resto de los dominados aceptaba y veneraba con admiración. En esas sociedades antiguas, el carisma entonces era atribuido a aquellas personas que poseen una sabiduría que el resto no, siendo uno de los pilares del carisma la excentricidad, por lo que se veneraba tanto a sabios en lo legal y terapéutico, como a cazadores, chamanes y héroes de guerra. Siguiendo entonces esta línea, podemos pensar en ejemplos, como lo fueron el grandísimo Alejandro de Macedonia, quien, en el siglo IV a.C., conducía a sus Tropas con vehemencia hacia las lejanas tierras de la India, o un Aquiles mítico, hijo de una ninfa, quien guiaba a los mirmidones hacia el campo de batalla en los relatos homéricos. Pero, si nos basamos en lo exclusivamente religioso podemos pensar en Joseph Smith, el fundador de los mormones, o podemos remitirnos al mismísimo relato de Jesucristo, rodeado de sus apóstoles, santos y fieles.[16]

Hoy, podemos apreciar que esas cualidades se plasman en el líder, quien logra que el dominado acepte ser dominado porque se entrega a su santidad; se entrega por su propia voluntad, no existiendo ninguna obligación o ninguna violencia de por medio. Es por esto que, el carisma no proviene de una relación netamente de poder (si entendemos al poder como una lucha, como una imposición violenta), sino que proviene de una relación donde el dominado acepta ser dominado porque admira y reconoce capacidades especiales en su líder, a quien sigue pasionalmente. De esta manera, el pueblo deposita en él, una visión mesiánica, y éste, por su parte, intentará lograr mejorar el destino del pueblo que lo escucha, admira y aplaude. Es por lo que, es necesario abordar una nueva cuestión: el punto de vista de la masa.

 

LAS MASAS

 

¿Es posible enarbolar una teoría del liderazgo sin antes conocer su materia prima? Indefectiblemente no. Jamás podríamos hacer un estudio de caso verídico sobre esta temática, sin comprender a las masas como el elemento más importante que constituye y es constituido por el líder. No existe movimiento de masas sin él, así como tampoco existe el mismo sin ella, ambos se corresponden mutuamente. Por tanto, creemos que es de vital importancia para nuestro análisis, comprenderlas.

¿Qué pasaría entonces si los hombres tuvieran ideas que lentamente se imponen en las mentes de todos cuantos conforman una unidad? ¿Qué pasaría si la propagación de esas ideas fuera más vehemente y rápida que aquellas que nacen propiamente de la razón de cada hombre? Peor aún, ¿qué pasaría si esas ideas fueran alocadas o si esas ideas disparatadas se transmitieran sin cesar? La respuesta es que estaríamos ante un temible monstruo llamado masa social.

El amor, el odio, el pecado, el dolor, la venganza, la felicidad, y todos los sentimientos que mueven al hombre, y, por tanto, al mundo, son los elementos que se encarnan en las masas para darles sentido de pertenencia y un accionar concreto y tenaz. Las masas son efusividad, son movimiento, son la pasión, son sentimiento, las masas son como el fuego y el humo que de él se desprende, siempre más abarcativas que aquello que le da la razón de ser, se expanden y se distorsionan, conforme el viento las guíe, pero siempre provienen del mismo lugar. Las masas son difíciles de ser extintas, el humo yace aún en el proceso de extinción del fuego, como la masa muta, adquiere nuevas formas o nuevas ideas previo a su desintegración. Pero la masa nunca muere, puede adormecerse, puede apagarse, pero siempre estará latente para volver a encenderse con la más mínima chispa que roce su espacio vital. La masa está siempre a la orden del día, cualquier hecho por más mínimo que se considere, puede despertar y resurgir al temible monstruo. Por eso, las masas deben ser estudiadas con el mayor de los cuidados. Porque la misma puede arremeter contra el orden imperante, y una vez que la masa esté en movimiento, no hay modo de calmarla.

El líder es el único que puede anteponerse a ella, es por esto que, el mismo debe trabajar para moldearla respecto de sus intereses y objetivos, pero la masa es tan peligrosa que la mayor cantidad de veces se devora al líder, lo hace ingresar en su propio juego, y una vez en sus entrañas, el líder trabajara para cumplir con lo que la masa disponga.

Pero ¿quién es la masa?, es una gran pregunta para intentar explicar su identidad y sus efectos. En una primera aproximación, podríamos decir que la masa es un grupo de personas que pierde su individualidad a la hora de sucumbir dentro de un grupo, ya sea porque se comparten los mismos ideales o porque sus esfuerzos adquieren las mismas direcciones. Le Bon habla de la ley de unanimidad mental de las masas[17] cuando intenta explicar que el hombre que es parte de una masa pierde por completo su razonamiento crítico y analítico, y su personalidad queda ligada a la del grupo, compartiendo las emociones y los sentimientos con el resto. De esta manera, los hombres se convertirán en la unidad, una especie de mente colectiva que se traducirá constantemente en acciones, perdiendo la posibilidad de generar juicios propios no pudiendo ejecutar actos que demanden altos niveles de inteligencia, por ello, se considera que las masas son salvajes, anónimas e irresponsables. Cada una de las partes que la conforman pierden sus responsabilidades al formar parte de ellas, es por esto, que se permiten ceder a instintos y pasiones, y actuar como si no hubiera reglas y normas que cumplir. La catapulta que termina por convertir a la masa en una humareda es la condición que posee por sí misma de acabar con aquellos sujetos fuertes que pueden interponerse a los principios propios de la masa, esto se debe al gran poder de contagio y sugestión que se genera dentro de sí misma, en términos de Le Bon, el hombre se convierte en un esclavo hipnotizado y fascinado, que cree realizar actos en búsqueda del bien común dispuesto a sacrificar sus intereses personales para ello, así la voluntad propia y el discernimiento se encuentran perdidos.

Las masas actúan, entonces, en base a aquellas ideas que consideran absolutas, no existe en ellas posibilidades de parcialidad, o todo es perfecto o todo debe ser modificado y alterado. El líder es quien canaliza los deseos de la masa, es quien los encarna, es la representación de sus deseos en carne y hueso, de lo absoluto contra lo profano, por eso son amados u odiados, el líder es todo o no es nada, y es esto lo que nos lleva a la gran pregunta ¿Es el líder producto de las masas establecidas o son los ideales y creencias de las masas los que forjan la personalidad y los esfuerzos de su líder?

En principio podríamos responder que es el líder quien articula los intereses de la masa de acuerdo con los suyos, y esto es probable que ocurra realmente, pero, siempre y cuando las masas los acepten, y según veíamos, estos movimientos no son reticentes a ideas exteriores, pero qué pasaría si introducimos en este análisis un tercer elemento: la voluntad del cuerpo unido.

 Veremos entonces que la masa habiendo conformado un cuerpo con intereses integrados (ya no propios a cada uno de sus individuos), responderá pura y exclusivamente a aquello por lo cual fue creada, cabe aquí mencionar que las masas pueden adquirir el estatus de homogéneas o heterogéneas según estas están conformadas, siendo las primeras aquellas en que los individuos se abocan por completo a la consecución de ciertos fines y que presentan identidades comunes, y las segundas en las que sus identidades particulares son diversas pero se unen para alcanzar un objetivo parcial, motivo por el cual, luego de haberlo logrado, pueden disiparse. Es entonces que, tanto una como otra, aceptarán como líder a aquel que abogue por esos objetivos, pero dejarán de apreciarlo en cuanto éste altere sus principios y valores dejando de ser afín a la misma, pero también puede suceder que quien se posicione como líder altere los objetivos finales de la masa, y luego proceda a convencer a la misma de que esas acciones se concretan en pos del objetivo final anteriormente propuesto, este aspecto depende de la capacidad de negociación y de diplomacia que tenga el líder, y en definitiva, es el aspecto que el esfuerzo teórico que este trabajo intenta interpretar.

 Pero siendo de una u otra manera, lo cierto es que, frente a esta teoría, sería la masa quien dispone al líder, proviniendo éste de su interior y habiendo militado en su seno, o tomándolo del exterior para que la represente. Veamos un ejemplo: Un líder político como el presidente de los Estados Unidos, jamás podrá convencer a su población de que la mejor vía para abandonar alguna crisis y mejorar su calidad de vida, es recurrir a un sistema autocrático en un estado de hecho (o de facto o dictadura), esto no sería posible de ningún modo porque su población aboga por la libertad y la democracia desde tiempos remotos, de hecho, esos valores enarbolan a su patria. En otro ejemplo, podríamos observar como jamás el presidente de la Federación Rusa podría convencer al pueblo de que no es necesario expandirse en territorios, porque esto es parte de su folclore.

Esto no puede explicarse sin comprenderse el contexto histórico, social y cultural en que la masa y el líder se posicionan, es por lo que, para acabar este análisis es menester que analicemos qué rol juega en los movimientos sociales, este elemento; puesto que, es imposible responder al interrogante anterior sin hacer alusión a su presencia.


EL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL

 

En la simbiosis que se presenta entre el líder y la masa, hemos encontrado que existe una dificultad para responder ¿Cuál de los dos actores se posiciona frente al otro?, y logramos aproximarnos a una idea, de por sí acabada, que permite comprender que ambos, son necesarios el uno para el otro, y que jamás podemos comprenderlos como elementos mutuamente excluyentes. Veíamos además que, la voluntad de la masa y no de sus partes, altera esta cuestión, porque frente a los objetivos y perspectivas propios de una masa, los líderes deberán adecuarse en mayor o menor medida a sus requerimientos, y que solo pueden modificarlos si las persuaden de que esta salida es la correcta. Ahora bien, es imposible comprender que una masa altere sus principios y valores más profundos, sólo por el capricho de un líder, será en este caso que decidirán removerlo, de ser esto necesario.

El contexto sociohistórico es sumamente influyente ante esta situación, porque en la ciencia social el dinamismo es un hecho, y es por esto que, las sociedades pueden cambiar y mutar constantemente permitiendo presentar valores disímiles en uno y otro momento, pero jamás lo harán por radicalizaciones en los discursos de un líder, sino más bien por el avance de sus propias concepciones, es por esto que, el líder nunca puede postular ideas radicales para mover a la masa, retomando con la idea del apartado anterior. Frente a esto, el ejemplo de los Estados Unidos adquirirá ahora una nueva dimensión: las masas podrán aceptar algún día, la autocracia como forma de gobierno, pero esto no depende de su líder sino más bien, de sus características en el contexto sociocultural. Podremos analizar esta situación, en un ejemplo aún más claro:

Hitler asume al poder en una Alemania devastada, reprimida, resentida con el orden internacional imperante, producto del fin de la Primera Guerra Mundial y del Tratado de Versalles, por la cual era considerada como la única responsable de la Gran Guerra. Pero esto ocurrió en 1919 y no en 1933, por tanto, la sociedad debió aceptar primeramente las penas, creyendo que aquello dispuesto por los socialdemócratas en la República de Weimar era lo correcto, pero luego decidió hacer frente tanto a la política interna como a la internacional al ver, que su bienestar era completamente reducido frente a lo vivido en épocas pasadas y que las sanciones eran injustas. Frente a esta situación, las derechas conservadoras se presentan como la salida a las crisis; no es sorpresa que la población aceptase cada vez más este tipo de partidos políticos, incluso el establecimiento de Hindenburg como jefe de estado es producto de esta visión. Quien se presenta entonces, como quien devolverá a Alemania sus victorias pasadas, es quien se hará con el poder en cuestión de un pestañeo. Tampoco es sorprendente la legitimidad que cosecha este indiscutido líder. Ahora bien, el proceso por el cual las masas transitaron, le dieron la posibilidad de que este gobierno resultara electo. Este ejemplo demuestra cómo las masas aceptan ser lideradas por uno u otro, en la medida en que sus intereses se lo permiten, pero también en la medida en que el peso de la historia recae sobre sus hombros.

Pero entonces ¿es el líder producto de la historia o es la historia producto del líder? He aquí uno de los puntos medulares de nuestra teoría. Con asiduidad se ha establecido que los líderes han hecho historia, de hecho, es natural ver que muchos escritores asumen que los líderes la crean moviendo a las masas. Inmensa y variada bibliografía sobre Napoleón Bonaparte, sobre Rosas o sobre Perón, enseñan la historia desde sus concepciones, desde sus valores, modos de vida y algunos, hasta presentan reseñas biográficas de cada uno de ellos, entendiendo que los grandes movimientos políticos de los que la historia data, han sido producto de sus mentes brillantes. Hay quienes escriben nombrándolos como estadistas e ingenieros del futuro, sin embargo, este trabajo intenta demostrar que, si bien, las cualidades del líder carismático son esenciales para comprender la historia, también los ideales de las masas y los contextos políticos lo son. Se pretende entonces, arrojar luz sobre estos hechos, enseñando que a la historia la hacen un conjunto de elementos unidos, que no pueden separarse el uno del otro, para dar cuenta de la realidad.

Maquiavelo hablaba de la fortuna que debía perseguir el príncipe para poder establecerse como tal[18], nosotros creemos que esa fortuna, es el propicio contexto para el surgimiento de ciertas ideas, y para el intervencionismo de un líder con capacidades para guiar los destinos de toda una población.

Es claro entonces que, existe una conjunción de elementos para poder entender la dinámica que aquí se suscita; y, a modo de conclusión, sostenemos que esta interdependencia de variables son las necesarias para dar lugar a la comprensión del siguiente apartado, el cual se esfuerza por demostrar la veracidad de nuestra hipótesis; a saber, que el líder carismático, en un contexto propicio, puede alterar las condiciones de la democracia.

 

 


LA ALEGORÍA DEL PARTENÓN DE CRISTAL

 

Recordemos aquella historia en que el pueblo se lapidó a sí mismo.

Resulta que eran las tierras más fértiles que podían existir sobre la tierra, se encontraban cerca de las aguas de los ríos más extensos que se habían conocido hasta el momento, y estos bañaban sus costas. Las mismas poseían temperaturas templadas, y un buen cúmulo de precipitaciones. Crecían frutos muy diversos y los cultivos muy variados. Hablamos de un paraíso. Un paraíso terrenal, en el cual se podría apreciar los mejores colores que el universo tenía para presentar.

En aquel tiempo remoto, vivían en aquellas tierras, hombres que pertenecían a una comunidad, que poco a poco aprendían a cultivar las mismas. Estos individuos vivían de las cosechas producto de sus esfuerzos al trabajar la tierra y de los frutos que les regalaba la flora del lugar. Jamás habían requerido especializarse en el desarrollo de canales propicios para el riego, puesto que las lluvias, hacían el trabajo por sí solas, sin necesidad del trabajo o intervención humana. Estos hombres sembraban y luego se sentaban a esperar.

No debemos olvidar mencionar que, lo que acompañaba aquel pictórico lugar, era una estructura sólida, compuesta de cristales puros, que adquiere una forma similar a la de un partenón. La misma se encontraba situada a unos pocos kilómetros de donde residían los hombres, pero ellos la descubrieron luego de unos cuantos años, de haber vivido y trabajado en aquel lugar.

Un dato muy curioso, es que este partenón despertaba el miedo de los ciudadanos, su gran altura, y el gran peso de cada una de sus columnas, hacia temblar a los hombres, creyendo que algún día, ese coloso podría caer sobre sus cosechas y sobre sus precarias viviendas. Los hombres comentaban entre ellos, que nada quedaría en el paraíso si aquella estructura era derribada.

Por años convivieron con ella, pero jamás se atrevieron a acercarse demasiado, su temor era aún mayor que el mismísimo partenón. Cada tanto se asomaban por la zona donde este yacía, con motivo de estudiarlo. Los rumores eran de lo más variados, algunos comentaban que con el tiempo se hacía aún más inmenso, otros decían que seres extraños residían en su interior. Los más inteligentes, analizaban los cristales, y los más miedosos solo se limitaban a comentar los dichos de los más valientes, que merodeaban la zona con asiduidad. Algunos intentaban calcular con precisión el fenómeno de su caída, otros aprovechaban sus sombras para el descanso a media jornada. En fin, nadie jamás se había animado a ingresar, ni siquiera a pisar las escalinatas del partenón. Los hombres podían vivir con la incertidumbre que éste les generaba.

Todo transcurría con normalidad, cuando de repente, no volvió a llover. Al principio los hombres recurrieron a la espera, había provisiones para pasar algunos días, pero con el paso de las semanas, la situación comenzaba a complicarse porque escaseaban los alimentos. Las siembras estaban realizadas, pero sin precipitaciones no había modo de cosechar, puesto que no crecían los cultivos. Las preocupaciones comenzaban a aumentar en cuanto que los niños no tenían alimentos, y la situación se tornaba cada día más pesada. Los hombres entonces recurrieron a sus oraciones para pedir que precipitara. Pero esto no fue suficiente, los meses pasaban y no había productos que recolectar.

Creyeron los hombres, que estaban maldecidos, y por esto, comenzaron rituales para que sus deidades, le devolvieran las lluvias. Tampoco hubo respuestas. Los hombres lloraron, maldijeron, oraron, bailaron, e impulsaron todo tipo de rituales para no morir de hambre. Nada pudo solucionar esta cuestión.

Pero entre toda la muchedumbre que se reunía día a día para pedir por la lluvia, surgió un hombre que parecía ser de los más inteligentes, quien entendió que su miedo por el partenón de cristal había generado aquella situación, y que, por ende, debían orar a esta nueva deidad encontrada en este objeto, para que los perdonara por la indiferencia y el temor. Iniciaron entonces los ritos en pos del pedido, y mágicamente comenzó a levantarse un profundo aire de tormenta. Los cielos comenzaron a teñirse de negro, y los vientos fueron cada vez más intensos, la gente agradecía, las mujeres se ponían de rodillas frente al inmenso partenón, y los hombres intensificaban sus bailes, oraciones y rituales. Y fue en aquel mítico momento, en que comenzó a precipitar lentamente. Todos estaban agradecidos, sus esfuerzos daban frutos, pero fue allí cuando se desató una tormenta mayor a la que jamás hubiesen conocido.

Las nubes negras comenzaron a disparar con hielos tan grandes como cascotes, estaba granizando. Y las piedras de hielo eran cada vez superiores. Los hombres se asustaron, intentaron buscar refugios para protegerse, y muchos eligieron resguardarse al reparo del partenón de cristal. Pero lo que nadie noto, era que este mismo, comenzó a quebrantarse, con el penetrar de los granizos en su cúspide. Los cristales se hacían añicos frente a los ojos de los hombres, nadie lo podía creer. Eran tan grandes los estruendos, que nadie pudo evitar su ruptura y posterior derrumbe, cayendo bloques de cristal sobre las viviendas de los hombres, sobre sus mujeres, sobre sus hijos y sobre sus cabezas. Como indicaban sus especulaciones, nadie pudo sobrevivir a semejante diluvio. Lo que nadie pudo contemplar, lamentablemente, fue que detrás del partenón de cristal había un gran pozo de agua, que hubiese servido a los hombres para regar sus cosechas.

En esta historia alusiva, existen los elementos necesarios para comprender el fenómeno del liderazgo, los hombres actuaron como las masas anteriormente citadas, sin poder de raciocinio, sin posibilidad de enarbolar ideas separadas del ideal colectivo; se dieron las condiciones sociohistóricas para que los hombres buscarán soluciones a sus problemas y no hubo otra alternativa, que el llamado a una deidad, que se considera sobrenatural para resolverlo.

La pregunta que podría caber por parte del lector es ¿qué representa en la alegoría, el partenón de cristal? El mismo, viene a representar la democracia.

La alegoría permite visualizar que este modo de gobierno presenta la solución a la vida de los hombres, y que si bien, no con una perfección ideal, la misma, es lo más semejante al cumplimiento de sus expectativas. Esto puede apreciarse en sentido que el partenón era la única solución al problema de la sequía, pero los hombres prefieren la búsqueda de un líder carismático que termina por bloquearla y romperla por completo, estableciendo de esta manera un sistema de gobierno que los oprime. ¿Es, entonces, el líder carismático el ser capaz de romper la democracia? ¿O es un ser que podría descubrir sus alcances y exacerbar sus instituciones?

 

 

 

 

 

 

 

RUPTURA INSTITUCIONAL

 

Antes de intentar responder al interrogante suscitado en el apartado anterior, creemos necesario hacer un esfuerzo por comprender qué es la democracia, para luego poder establecer a que referimos con sus rupturas. Dependiendo del autor en que nos posicionemos, la democracia adquiere un rasgo significativo que la diferencia del resto, pero a priori, podemos hablar de democracia como aquel gobierno compuesto por muchas personas, Sartori se atrevería a hablar del gobierno del pueblo[19], indefectiblemente de que existen diversas acepciones sobre este término. Lo importante sería destacar que este tipo de gobierno empíricamente hablando, y no de manera ideal, si bien no es excelente, es aquel que permite cumplir con las expectativas de los ciudadanos, porque ellos se sienten representados, se da la regla de la mayoría que Bobbio expone en su “Teoría de la democracia”[20]. De esta manera se construye una legitimidad que la consolida como la mejor forma de gobierno. O’Donnell habla de los valores y la cultura democrática (como el ejemplo que pudimos observar sobre los Estados Unidos) que permiten consolidar la democracia porque existe una legitimación de sus instituciones.[21] Y si en ellas debemos hacer foco, podemos también tomar los conceptos de Dahl, expresados en su famoso texto “La Poliarquía”[22] (nombre con que reconoce la democracia en la modernidad), donde se exponen las instituciones básicas de esta forma de gobierno. Haremos a continuación un esquema en el que intentaremos postular los pilares básicos que hacen a una estructura democrática (como andamiaje), teniendo en cuenta a los autores citados anteriormente, así como también incorporando nuestros propios criterios.

Serán entonces las columnas de nuestro partenón de cristal, haciendo referencia a la alegoría, los siguientes: Acceso al sufragio electoral (directo e indirecto), entendiendo este como el derecho al voto que posee el ciudadano en la búsqueda de sus representantes, o del posicionamiento en agenda de ciertas temáticas, siendo este el primero y el principal en cuanto a su ponderación. La garantía del reconocimiento de derechos y libertades públicas, entre ellas, el derecho de asociación, de reunión y la libertad de expresión, entre otros. La transparencia, siendo esta variable comprendida como la conjunción de elementos que permiten el acceso a la información pública, la rendición de cuentas (accountability según O’Donnell) por parte del estado, el espacio para la participación ciudadana y la publicación de los actos de gobierno, privilegiando la libertad de información. La inclusión plena y el respeto de las minorías en el sistema de partidos, entendiendo esta variable como la única que da lugar a la mayor participación de los ciudadanos en la vida política y finalmente, con menor ponderación en la escala, el desarrollo económico y científico del sistema en su conjunto, en términos de Lipset [23], esto permite la modernización, la industrialización, la alfabetización y la urbanización, alcanzando el desarrollo económico y político, siendo esta la base de la educación para legitimar el sistema. De este modo, el grafico 1 muestra nuestro partenón de cristal, cimentado sobre el andamiaje aquí propuesto:

 

GRAFICO 1: PARTENON DE CRISTAL

 

Ahora bien, una vez comprendida la democracia y sus pilares, creemos que es de vital importancia demostrar que este tipo de gobierno puede mantenerse como tal, a pesar de que, en la práctica, sus pilares no se encuentren sumamente desarrollados.

 La siguiente pregunta que debemos hacernos seria ¿Cómo evaluar el desarrollo de cada uno de los pilares? Frente a esto, sostenemos que es necesario aplicar indicadores que permitan recolectar información de cada una de las variables propuestas en los distintos estados en que quiera llevarse a cabo el estudio. De esta manera resultaría establecerse un índice de calidad democrática, que asigne valores en porcentaje para los distintos estados, en los distintos momentos en que el estudio se llevaría a cabo, siendo cien por ciento democrático aquel estado que presente óptimos niveles de participación ciudadana, de reconocimiento de derechos y libertades, de transparencia, de inclusión y de desarrollo. Los mismos, deberían ser recolectados antes y después del paso del líder político por el sistema, para poder comprender si durante su mandato, las instituciones democráticas se han fortalecido o si, por el contrario, han tendido a su ruptura institucional, llegando a observarse, en el peor de los casos el bloqueo del sistema, y la instauración de un nuevo orden, el cual derriba la cúpula de nuestro partenón de cristal. Existen casos en que el sistema por si solo disminuye con constancia su índice de calidad democrática, siendo la llegada del líder político, el momento propicio para la instauración de un nuevo sistema, producto de las demandas de las masas en aquel contexto histórico.

Los índices que sugerimos deberían ser tomados en cuenta para poder llevar a cabo este análisis, son los siguientes: Para la variable de la participación, creemos pertinente tomar los datos de la cantidad de elecciones directas e indirectas, vinculantes o no, que se produzcan en el periodo analizado, y el acceso de la ciudadanía a las urnas. Para los derechos y las libertades públicas, entendemos que es necesario analizar la diversidad de los medios de comunicación, el alcance que los mismos poseen, y los mecanismos que se establecen para soportar las garantías en materia de derechos liberales y sociales adquiridos. En cuanto a la transparencia, como sugiere Oslack[24],  aceptamos que es relevante analizar el acceso a la información pública por parte del ciudadano, visualizar las reales rendiciones de cuenta que lleva a cabo el estado, por medio de los juicios políticos, de la publicación de los actos de gobierno y por el análisis de decretos presidenciales, entre otros. Para la variable de la plena inclusión, creemos necesario analizar la cantidad de partidos en el sistema político, el régimen electoral para comprender sus efectos, y como dice Nohlen[25], el análisis de las circunscripciones para asegurar la igualdad de oportunidades. Y finalmente para la variable del desarrollo, creemos que podrían observarse las tasas de pobreza, de indigencia, de alfabetización y de desarrollo económico.

De esta manera, podremos observar que en muchas ocasiones se producen avances en materia de algunas variables, pero retrocesos en otras. ¿Qué sucede entonces en estos casos? ¿Existe mejora de la calidad democrática o retroceso de la misma? Frente a esta pregunta, creemos que será necesario tener en cuenta la preponderancia que fue asignada a cada variable, siendo las primeras mayormente valoradas respecto de las ultimas, y entendiendo que cambios significativos en ellas, pueden alterar el estudio del caso, siendo las ultimas menos trascendentales. Efectuaremos algunos ejemplos de la realidad para aportar luz a estas teorías.

El primer ejemplo que tendremos en cuenta es el de la experiencia alemana en el periodo nacionalsocialista (1933-1945), en este periodo Adolf Hitler se hace con el poder siendo el jefe de estado alemán. Analizaremos los indicadores expuestos para poder dar cuenta de los pilares de la democracia (variables).

Hitler asume a la presidencia en las elecciones federales de 1933, luego de haber creado el partido nazi (nacional socialista) unos años atrás. Las elecciones en aquel entonces eran voluntarias, y participaron de las mismas el 95, 3% del electorado, siendo este compuesto por 45 millones de personas aproximadamente, y siendo el 50% del total de la población en aquel momento, puesto que había poco más de 90 millones de habitantes. De las cuales, el 92% votaron por el líder carismático. Estas elecciones no mantuvieron el voto secreto, y en varias zonas del país muchos hombres fueron amenazados por no concurrir a sufragar.

Para 1936, hubo elecciones parlamentarias, donde se presentó una sola lista, formada exclusivamente por nazis y por algunos candidatos independientes partidarios del régimen, y al igual que la anterior, se caracterizó por la alta participación y por, la intimidación de los votantes. El resultado fue nuevamente desequilibrado en favor del tercer Reich.

Este mismo año y en 1938, se dieron elecciones indirectas, en forma de Referéndum, el primero preguntando a la población por la militarización de Renania, y el segundo, fue una consulta popular para conocer si los votantes aceptaban una lista única de nazis y pronazis “invitados”, así como la anexión de Austria. En ambos se registra una participación casi perfecta, y un apoyo al líder del 99% de los votantes. Se cree que el referéndum fue altamente manipulado por las autoridades. Estas fueron las últimas elecciones al Reichstag durante el régimen nazi, lo que marca el quebrantamiento del pilar, y su posterior ruptura.

En cuanto a los derechos y libertades garantizados, Hitler retrocedió abismalmente respecto de la establecido en la constitución de la República de Weimar, la cual, era hasta el momento, la más democrática y la más parecida a la actual. El gobierno del líder, la adopto, pero con flagrantes violaciones, por lo que se pudieron llevar a cabo hechos inhumanos e injustificables. En 1933 surgió una ley habilitante para solucionar los peligros que acechaban al pueblo y al estado, que fue aprobada por el parlamento alemán el 23 de marzo de 1933, tras encerrar a todos los representantes del Partido Comunista de Alemania en campos de concentración. Fue el segundo documento jurídico, después del Decreto del Incendio del Reichstag, mediante la cual los nacionalsocialistas obtuvieron poderes dictatoriales bajo una apariencia de legalidad, la misma le concedía al canciller Hitler y a su gabinete, el derecho a aprobar leyes sin la participación del parlamento, lo que supuso el fin del República de Weimar y de su constitución. De esta manera, el gobierno pudo tomar las decisiones que considerara necesarias, negando la igualdad y los derechos de muchos grupos como los judíos. [26]

En cuanto a la libertad de expresión, La prensa se convirtió desde un principio en la estructura propagandística nazi, como ocurrió con los medios en general, la prensa cayó pronto y en su mayoría bajo el control de régimen. Muchos periódicos fueron cerrados, muchos periodistas y editores perseguidos. Aunque siempre permanecieron periódicos con cierto tono liberal como el Frankfurter Zeitung que daban cierta apariencia de pluralidad, todos ellos estaban, sin embargo, sometidos a las directrices que el Ministerio de Propaganda enviaba diariamente a sus redacciones. El artífice de tal proceso fue Max Amann, presidente de la Cámara de Prensa y director de la compañía editora del partido nazi y encargado de publicar libros, revistas y periódicos, quien creó un enorme imperio periodístico con cientos de publicaciones y miles de empleados. Editaba las obras de Goebbels o el Mein Kampf de Hitler, y también los principales periódicos del partido, convertidos en pura prensa propagandística.[27]

El padre de todo este mecanismo propagandístico fue Joseph Goebbels, al frente del recién creado Ministerio de Propaganda y Educación Popular. Su enorme capacidad como manipulador de la información lo convirtió en uno de los personajes fundamentales del nazismo, artífice de una incansable labor de propaganda intentando crear símbolos propios al régimen, aunando a los enemigos en uno solo, y adjudicándole los problemas y los defectos propios. Se encargo también, de convertir cualquier anécdota pequeña en una amenaza grave dirigiéndola de manera popular a la masa, repitiendo ideas constantemente para que las personas las retuvieran.[28] Tomó el control de todas las formas de comunicación de Alemania: periódicos, revistas, libros, reuniones públicas y mítines, el arte, la música, las películas y la radio. Los puntos de vista que de algún modo amenazaran las creencias nazis o el régimen eran censurados o eliminados de todos los medios.[29]  Se armaron largas listas de libros que pensaban que no debían ser leídos por los alemanes y luego, en la noche del 10 de mayo de 1933, los nazis allanaron bibliotecas y librerías de toda Alemania, marcharon con antorchas en desfiles nocturnos, cantaron canciones y arrojaron libros a enormes hogueras.[30] Mientras algunos libros eran sacados de las aulas por los censores, otros libros de textos, recientemente escritos, eran incorporados para inculcarles a los estudiantes la obediencia ciega al partido, el amor a Hitler y el antisemitismo.

Respecto de la transparencia, la publicación de los actos de gobierno, y el acceso a la información pública, era llevada a cabo por el Ministerio de Propaganda a cargo de Gebbels, con conferencias diarias donde se tergiversaba toda la información de la realidad y del gobierno, por tanto, el acceso a la información era escaso y la publicación manipulada. En cuanto al Juicio político, al ser garantía constitucional, no existió ya que cuando fue necesario el tercer Reich, fusilo por ‘’aita traición’ a quien le conviniera, jamás pudieron los alemanes enfrentarse a su líder, motivo por el cual este pilar también quedaría bloqueado.

Si tenemos en cuenta el acceso a los cargos públicos por parte de la ciudadanía, y de la estructura partidaria, debemos entender que, liquidaron el tradicional sistema partidista alemán que había subsistido sin mayores alteraciones a pesar de sesenta años de cambios socioeconómicos en los primeros seis meses del gobierno de Hitler, puesto que se declaró fuera de la ley a todas las organizaciones políticas, con la sola excepción de los nazis.[31]

Finalmente, la única variable que el partido nacional socialista supo mantener de pie fue aquella que consideramos menos importante, a saber, el desarrollo económico e industrial. Esto es así porque disminuyo el desempleo, y la pobreza. El “milagro económico” alemán de los años 30, consiguió aumentar el PIB en un 50% y atajar el desempleo en un periodo de cinco años dado que Alemania pasó de 6 millones de desempleados en 1932 (43,8% de tasa de paro) a menos de 800.000 parados (12%) en 1936. Tal y como vamos a ver, los nazis lo tuvieron muy fácil para acabar con el desempleo en cuanto tomaron el control del Parlamento alemán.[32]

Un segundo ejemplo que decidimos tratar aquí es el del presidente número cuarenta de los Estados Unidos, Ronald Reagan, habiendo asumido al cargo en 1981, y abandonado el mismo en 1989. Era un reconocido actor, motivo por el cual, las masas lo reconocían antes de haberse constituido como político. Las elecciones se desarrollaron mientras aún se encontraba en proceso el gobierno de Jimmy Carter, recordemos que, en Estados Unidos, el voto no es obligatorio y que, del total de la población, solo había inscriptos en el padrón electoral poco más del 50%, de los cuales solo la mitad, votaron por él, siendo el resto de los votos, adjudicados al partido demócrata. No hubo en este plazo, referéndum o plebiscitos, pero se mantuvieron todas las elecciones garantizadas en la constitución nacional.

Respecto de la garantía de los derechos y libertades, podemos encontrar diferencias abismales con Hitler, puesto que se mantienen los derechos de los ciudadanos, y sus libertades, siendo una de las más importantes la de expresión. Existía una prensa libre por lo que, a diferencia del líder alemán, él si podía ser criticado:

De este modo, la campaña de los medios de comunicación contra Reagan fue especialmente feroz: El periódico The Nation, por ejemplo, alertaba de que era “la persona más peligrosa de las que se ha acercado nunca a la presidencia”, mientras que una comentarista de CBS News se aventuraba a enunciar predicciones como ésta: “Predigo que los historiadores del futuro no serán capaces de explicar por qué el pueblo norteamericano se ha enamorado de este hombre”.

Por su parte, el New York Times, vaticinaba el fracaso del presidente Ronald Reagan. Además, después de que el presidente pronunciase su famoso discurso “imperio maligno”, uno de los periodistas de este medio, Anthony Lewis, acusaba a Reagan de “simplista”, “sectario” y “terriblemente peligroso”.

Pero la campaña contra Reagan no se constriñó a los medios de comunicación, sino que también formaron parte de ella las elites políticas e intelectuales estadounidenses. Así, abogados y conocidos académicos, como Henry Kissinger, se encargaron de desacreditarlo públicamente.[33]

Por otro lado, el presidente ha sido cuestionado respecto de sus intervenciones internacionales, siendo esto contrario a la protección de las libertades individuales proclamadas en la Declaración de la Independencia y garantizadas en la Constitución, si bien internamente no han existido represiones ni crímenes, como en el ejemplo anteriormente citado. Veamos esta cuestión:

Hay quienes acusan a Reagan de manejar la política exterior dejando por fuera el congreso, diciendo que apoya a la contra de Somoza en Nicaragua, y que apoyo la operación ciclón en Afganistán, y es esto verídico, pero se cimenta sobre la idea de la exportación de la democracia hacia otros pueblos, en términos de la alegoría, se podría comprender como la necesidad de un pueblo de transmitir agua del pozo a otro pueblo. En este contexto, la lucha contra todo aquello que no sea democracia, seria bien visto.

 En cuanto al pilar de la Información pública y la transparencia, se puede decir que desde que en 1966 se aprobó la Ley de Libertad de Información, cualquiera—persona física o jurídica, estadounidense o extranjera— tiene derecho a acceder cualquier documento del Ejecutivo federal de Estados Unidos (sólo de la Administración federal). La Ley establece que, una vez que se solicita un documento a un organismo público, éste tiene 10 días hábiles para responder, que se extienden a 20 en caso de fuerza mayor, como tener que consultar a otra Agencia. Sin embargo, frecuentemente tardan meses. La razón, según el Gobierno, es falta de tiempo y de recursos para examinar sus archivos. En ese caso, las autoridades envían una carta al demandante explicándole que han recibido su petición y que la están procesando. Solo en caso de interés nacional, o de seguridad, el estado puede negarse a la petición. Otras excepciones afectan a investigaciones criminales en curso, e incluso a yacimientos minerales. Frecuentemente, los tribunales acaban decidiendo qué debe ser develado y qué no.[34]

En cuanto al sistema electoral estadounidense, según la categoría de Sartori, se encuentra bajo un bipartidismo, el cual permite la existencia de nuevos partidos políticos, pero solo el republicano y el demócrata tienen suficiente peso electoral como para ganar elecciones, por tanto, puede concluirse que durante su mandato se respetaron las instituciones y regímenes propios de esta variable.

Finalmente, en lo referido al desarrollo científico y económico, no hubo grandes alteraciones durante su periodo, las tasas de pobreza se mantuvieron estables, no habiéndola reducido a lo largo de su mandato. Lo mismo con el crecimiento del PBI.[35] Podemos ver entonces, que la diferencia con nuestro primer ejemplo es sustancial.

Un tercer ejemplo será el caso de Winston Churchill, jefe de gobierno del Reino Unido durante la segunda guerra mundial, y luego de su fin. Teniendo dos períodos como Primer Ministro: 1940-45 y 1951-55.

En 1940 asume como consecuencia de la dimisión del anterior ministro, Neville Chamberlain.

En 1945 pierde las elecciones generales, ganándolas el partido laborista. En ellas participó el 72,8% de la población (alrededor de 24 millones de personas, siendo el total aproximadamente de 33 millones).

En 1950 se celebran otra vez las elecciones generales, y las gana el oficialismo, pero con sólo 6 puntos de diferencia respecto a Churchill, habiendo participado cerca de 28 millones de personas, y siendo el total de población de 34.5 millones.

     Y en 1951 con la intención de aumentar el número de parlamentarios del partido laborista, se convocan a elecciones, pero las gana Churchill, asumiendo como primer ministro con el 82,6%. Sin embargo, en 1955 dimite por problemas de salud.

 

Hay que tener en consideración que el voto no era ni es obligatorio; y que bastaba con la mayoría de los votos para ganar. Y que las elecciones se mantuvieron a pesar del contexto de guerra en que el país se veía inmerso, Churchill jamás intento manipular la institución del sufragio, respetando los tiempos en que no fue electo como primer ministro, eso marca la prudencia del líder.[36]

Respecto de la libertad de expresión, jamás hubo intentos por parte del gobierno del Reino Unido de eliminar o silenciar la opinión pública, de hecho, a pesar de la guerra jamás se dio lugar a la censura, llegándose incluso, a un acuerdo de responsabilidad y colaboración entre el Gobierno y los diferentes medios que dio muy buenos resultados. El fin era no alterar a la población aún más.[37] Los derechos de la población jamás fueron cercenados a pesar de que, muchas veces no pudo hacer uso de los mismos, por encontrarse en situación de guerra, recordemos que, en este periodo, hubo bombardeos a grandes ciudades británicas.

En cuanto a la calidad de la publicación de los actos de gobierno y en cuanto, al acceso de la información pública, el contexto de guerra permitió que muchos de los documentos y decisiones tomados por quienes comandaban el país en aquel entonces, queden sujetos a secretos de estado, poniendo sus esfuerzos en la lucha y en la salida de la guerra, intentando apoyar a la población en aquel momento trágico, es por esto que no existen datos sobre la transparencia, pero consideramos que no es una demanda de la población en aquella época, a pesar de lo cual, jamás se vio negado el pueblo, de conocer lo que ocurría en el parlamento, por los medios de comunicación y por los mensajes de su líder.

Constantemente en Reino Unido, hubo libertad hacia los partidos políticos, y de hecho, el bipartidismo establecido entre conservadores y laboristas en aquel designio, no dejo fuera de las elecciones partidos menores, aunque con menor peso electoral, lo que demuestra que esta variable ha sido siempre respetada a pesar del contexto de guerra en sucumbió el mandato de Churchill. Podemos decir que funciono, incluso, a la perfección, habiendo alteración en los mandatos en la década del 40 y principios del 50.

Finalmente, en cuanto a la variable del desarrollo económico, vemos que hubo retrocesos durante los mandatos de Churchill que pueden explicarse a partir de la guerra en que se vio inmersa Inglaterra, si bien hubo crecimiento del PBI, y desarrollos científicos en materiales bélicos principalmente, se puede apreciar como la población mantiene una economía penosa[38]. Incluso en comparación con la de sus pares alemanes para el mismo momento histórico. Gran Bretaña estaba en la bancarrota. Ferrocarriles y minas de carbón, transportes, puertos y la producción eléctrica se nacionalizó. Por otro lado, el Partido Laborista creó el “estado de bienestar social” y promulgó un programa completo de seguro nacional. También estableció un extraordinario Servicio de Salud Nacional que proporcionaba cuidados médicos gratuitos a todos los ciudadanos, ricos o pobres.

De hecho, luego de la guerra, Gran Bretaña queda devastada, la situación financiera del Reino Unido era precaria y los préstamos pedidos a Canadá y a los Estados Unidos tuvieron un costo elevado.  Al mismo tiempo, estaba empezando también su retirada de los territorios coloniales, de hecho, no tuvo elección, pues perdió el poder económico y militar necesario para controlar tal Imperio. El país que más insistió en su autogobierno fue la India pero la retirada de la India requería también el final del mandato en Jordania, la evacuación de Egipto, excepto el Canal de Suez, y la retirada de Palestina en 1948. Sin embargo, se puede decir que la ordenada retirada y el digno final del Imperio Británico, que hizo posible la amistad permanente entre los territorios coloniales y Gran Bretaña, fue el mayor logro del Partido Laborista.

 Pero gracias al plan Marshall y a otras condiciones favorables, la situación económica del país mejoró sustancialmente en tan sólo algunos lustros. Los años inmediatamente posteriores a la guerra vieron el establecimiento del estado de bienestar británico y de uno de los primeros y más completos servicios de salud del mundo, mientras que los signos de una economía en recuperación trajeron inmigrantes desde los países de la Mancomunidad, lo que convirtió al Reino Unido en un país multiétnico.[39]

Como podemos apreciar, si bien este líder no pudo con la guerra, al menos no permitió que el país sufriera una derrota, y manteniendo las instituciones democráticas, decidió dar lucha alentando a la población.

El último ejemplo que traeremos a colación, por una cuestión de espacios, es el del general Hugo Chávez en Venezuela.

Dicho régimen tiene su inicio en el año 1998 cuando el líder adquiere el poder con el 56,20% de los votos con un total del 63% de la población inscripta para votar, esto demuestra que el gobierno es poseedor de una gran legitimidad de origen. Durante su escueto primer periodo de gobierno, se realizo una reforma constituyente por medio de la cual pudo obtener la presidencia para un segundo mandato en los años 2000, ganaría esta elección, con el 59,77% de los votos. Siendo esta elección la primera en recibir críticas, puesto que el centro Carter[40] denuncio la falta de transparencias en el proceso. En esta misma elección presidencial hubo comicios regionales, y legislativos que validaron los cargos de elección popular.

Otros sufragios que se llevaron a cabo durante sus gobiernos han sido el referéndum de 2004 por el cual Chávez es reelecto con el 59,10% de los votos, y aunque, la oposición haya denunciado fraude, en esta ocasión el centro Carter y la Organización de los Estados Americanos (OEA) ratificaron los resultados del referéndum.

A finales de 2004 también se realizaron elecciones para las gobernaciones y alcaldías y en 2005 se eligieron cargos de concejales y juntas parroquiales donde nuevamente el chavismo se impuso. Pero cabe destacarse que en esta última elección la abstención alcanzo el 75% de los inscriptos debido a que los opositores realizaron un llamado hacia la no participación.[41]

En las elecciones presidenciales de 2006, el referéndum de 2009, (el cual se llevo a cabo con el fin de permitir la postulación de cualquier cargo de elección popular de manera continua) las elecciones legislativas de 2010, y la elección presidencial de 2012, este líder vuelve a imponerse con altos porcentajes de acuerdo con las actas escrutadas ganando no solo la presidencia sino también escaños en la legislatura, pero las mismas serian denunciadas por fraude nuevamente, sin embargo pese a ello se supone que la oposición no hubiera ganado en elecciones limpias, aunque la diferencia hubiera sido mucho menor.[42]

Consideramos que, frente a lo expuesto, el nivel de participación de la población en el sufragio ha sido relativamente alto, respecto de los otros casos tratados anteriormente. Pero aun así, debemos comprender que este tiene la particularidad de haber quebrantado en varias oportunidades la institución de nuestro primer pilar.

En cuanto a la libertad de expresión y de prensa, el régimen chavista no es ejemplo de nada, en términos democráticos este es un aspecto del cual no podría dar cuenta, ya que el gobierno cerro 34 estaciones de radio y de televisión, además de amenazar a mas de 200 empresas de telecomunicaciones de una eliminación de sus licencias, por un supuesto ‘’abuso de la libertad de expresión’’.[43] También es destacable que desde la segunda presidencia, el gobierno utilizando los mecanismos de coerción y coacción estatales, comenzó a perseguir y hostigar opositores como por ejemplo el caso de Álvarez Paz, político opositor y expresidente,  quien en televisión por cable acuso al presidente de mantener vínculos con el narcotráfico y con la guerrilla colombiana (FARC). El presidente respondió por televisión que Álvarez debía pagar por su acusación e incito a los poderes a actuar contra él,[44] Álvarez fue condenado a 2 años de prisión.[45] Es más que claro que en este caso el pilar, está roto.

Si nos referimos a la publicación de los actos de gobierno y, al acceso de la información pública, no podemos evitar mencionar que el 15 de julio de 2010 el tribunal supremo de Justicia emitió la decisión de limitar el derecho a la información pública El tribunal rechazo el recuso de amparo interpuesto por la ONG Espacio Público, la cual interpuso el recurso debido a la negativa de publicar la información de las remuneraciones de los funcionarios encargados del control de los fondos públicos. El fallo afirma entonces que el acceso a la información publica no es un derecho absoluto. Según este criterio el ingreso de los funcionarios y sus declaraciones juradas de bienes no deberían de publicarse, ya que son parte ‘’de la intimidad’’ de los funcionarios.[46]

Con respecto a los decretos, en principios del año 2007, el presidente, fue autorizado por la Asamblea Nacional a modificar leyes sin seguir el procedimiento parlamentario. Este es un mecanismo que es legal, institucionalizado, e usado con frecuencia en Venezuela desde la reforma de 1961. Es así que mediante la ‘’ley habitable’’ Chávez usufructo en tres oportunidades este privilegio, pero lo que llama la atención es el numero de decretos emitidos durante cada uno de estos tres momentos, siendo en la última ocasión de 65 decretos, superando los 41 que emitió en 2001.

 Venezuela se encontraba muy pobre en materia económica antes de la llegada de Chávez al poder, a partir del periodo Chavista el PBI se disparo y comenzó a crecer mas que exponencialmente, ya para el año 2004 la economía creció un 18%, a la par que la intervención del estado en la economía, a través de las llamadas “misiones”[47], logro aumentar la calidad de vida de los sectores de mas bajos recursos, a través de planes educativos, de alimentación y sanitarios. Se vieron favorecidos un 37% de la población. Para el año 2005 la economía venezolana creció un 9%, registrando el crecimiento más alto de la región por segundo año consecutivo. Este año, a su vez, se registró la inflación más baja de los últimos 7 años, descendiendo está a 8,9 según la CEPAL. La economía seguiría creciendo (2006; 10,3%, 2007;8;4%) y socialmente, la situación mejoraría, según informa la CEPAL, la cual establece un balance muy positivo desde el año 2002 al 2006. Disminuyendo la pobreza un 18,4%,  y la indigencia un 12;2% . 

Es a principios de 2010 cuando el ministro de finanzas Jorge Giordani reconoce públicamente un crecimiento del 0,5% del PBI, y especialistas de diversos centros de investigación como del FMI calcularon una caída que varia entre el 1,7% y el 3%. Comenzó así un ciclo recesivo, y desde entonces, las estadísticas emitidas por el BCV (Banco central de Venezuela) y el gobierno son poco fidedignas y de nada sirven a nuestra investigación.[48] 

Pese a esto destacamos la capacidad de la gestión para disminuir la pobreza y aumentar la alfabetización mediante el método de misiones. Es por esta cuestión, que a modo de conclusiones, creemos que la democracia se ha ido rompiendo en la mayoría de los pilares que consideramos con mayor ponderación, y, a pesar de encontrarse el pilar de la economia en buen estado, no vemos modernización en el estado, como Lipset sugiere. Es por esto, que creemos que la democracia se fragilizo demasiado durante su gestión.

 

 

 

TEORIA DE LOS DOS CAMINOS

 

Frente a lo expuesto en los ejemplos anteriores, hemos podido analizar que los líderes políticos en sintonía con los intereses de la masa y con el contexto histórico en que llevan a cabo sus actos, pueden quebrantar el sistema democrático, o pueden exacerbarlo, respetando sus instituciones. Es por esto, que elegimos, a modo de interrelación de variables, y como punto de partida previo al análisis de las conclusiones, postular una teoría que permite comprender la mayor cantidad, sino es el total, de los casos que puedan ser investigados, esforzándose por convertirse en una teoría de alcance generalizado, intentando predecir los efectos que pueden causar los líderes en sus sistemas políticos.

Para ello es necesario establecer una escala democrática, donde se reconoce que el punto álgido de la misma es aquel donde cada indicador se condice con los resultados esperados en un gobierno de tales características, y siendo el punto menos democrático, aquel donde ocurra exactamente lo contrario. El grafico 2 permite su ilustración.

 

 


Gráfico 2: Escala democrática y movilidad horizontal

 

El grafico permite interpretar el posicionamiento respecto de los distintos pilares, pero no supone que todos posean el mismo grado de ponderación, por tanto, no será igual, la ruptura de uno que de otro pilar que sujeta la democracia, esto permite ver que a pesar de que existan algunos componentes que hacen a la democracia, de ninguna manera puede sostenerse esta, sin sus pilares básicos.

De este modo, es posible comprender que dependiendo de donde sea el punto de partida del líder, y dependiendo de su vínculo con cada uno de los pilares de la democracia, existirá una movilidad horizontal creciente o decreciente, siendo la primera el fortalecimiento de la democracia, tendiente hacia la izquierda de nuestro gráfico, y siendo la segunda, el debilitamiento de esta, tendiente hacia la derecha del esquema.

Es por esto que elegimos hablar de la teoría de los dos caminos, siendo el primero aquel en que el líder incurre, si acepta respetar las instituciones, los ordenamientos jurídicos y las constituciones nacionales, y si el mismo se esfuerza por generar el desarrollo de su población, convenciendo a las masas de que el accionar que propone es el correcto, sosteniendo altos niveles de crecimiento pero también de legitimidad, respondiendo a los intereses del pueblo que lo venera, pero imponiéndose ante él. Y siendo, el segundo aquel en que el líder, decidirá no respetar el marco institucional establecido, no responder al orden imperante, intentando alterar el sistema, modificando la estructura democrática existente. De esta manera, el líder será guiado por los objetivos de las masas, puesto que estas son las que se encuentran disconformes con la realidad que les toca vivir, y serán ellas, quienes de manera irracional y concupiscible legitimen los actos del líder al que devoraron. Se puede apreciar en uno y otro ejemplo, la movilidad, en algunos casos lenta y gradual, y en otros, repentinos y radicales, hacia un lado u otro de nuestra escala. Cabe mencionar que el tiempo real en que incurre la movilidad, no afecta al resultado final.

Podemos ver en los casos aquí analizados, que Hitler rompe con todos los pilares básicos de la democracia, y solo mantiene el desarrollo económico, el cual ni siquiera implica que le sea propio a este sistema de gobierno, por tanto, en el análisis de los indicadores, su posición se encontrara lo suficientemente lejos del Partenón como para considerarse un gobierno democrático, eligiendo un camino claro de nuestra teoría. Por otro lado, en el ejemplo de Ronald Reagan, podemos ver como los pilares básicos de la democracia se mantienen estables y fortalecidos durante todo el periodo de gobierno, y el único pilar en que podría observarse una merma es en el desarrollo económico, pero este mínimo pilar en cuanto a su ponderación, jamás puede alterar el equilibrio de su Partenón de cristal. Sin embargo, ambos son reconocidos líderes carismáticos y políticos, ambos recibieron legitimidad por parte de la masa que los venera, pero deciden tomar caminos distintos en sus acciones de gobierno. El primero más similar a los actos irracionales en que incurre la masa, y el segundo, permitiendo tomar posición en el ideal weberiano de líder racional legal, lo que no implica que pierda su carisma.

Si bien podemos ver, que ambos ejemplos son contrarios y con diferencias muy tajantes, sostenemos que es posible analizar la movilidad horizontal de cada uno de los líderes carismáticos que la historia nos legó y el porvenir nos regalará, aplicando nuestra escala de percepción democrática. Ahora bien, no es posible entender a cualquier jefe de estado como líder político, para ello debe reunir todas las condiciones que nuestro trabajo presenta en sus primeras páginas, y debe poder mover o ser movido por los intereses de las masas, respecto del contexto en que ambos se encuentren.

 

 

 

CONCLUSIONES

 

Sostenemos, entonces, frente al estudio que hemos llevado a cabo, que los líderes se imponen a las masas en la medida en que el contexto histórico social y cultural, se los permite, siendo entonces la conjunción de estos tres elementos, lo que da forma la estructura política imperante en uno u otro momento, permitiéndose así, alejarse o acercarse en mayor o menor medida de la democracia y de sus instituciones, quebrantándola o exacerbándola. Asimismo, reconocemos que los eventos más desafortunados se cometen cuando la masa dispone de los esfuerzos del líder, llevándolo a actuar contra los regímenes establecidos, pero también aceptamos que, de este modo, se llevan a cabo, los grandes cambios de la historia de la humanidad.

 

 

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sandro-facundo@hotmail.com

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[3] *Institución académica*

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