RESUMEN
El
presente ensayo tratará de demostrar si la administración del presidente Menem
fue hiperpresidencialista, el tema surge de un debate teórico de varios
pensadores, y la forma de gobernar de uno de los políticos más polémicos que
tuvo la Argentina. En momentos aciagos aparece la figura de este líder
provinciano para sacar a su país del escenario hiperinflacionario más grande de
su historia.
La
importancia de este trabajo, es vital para comprender cuál es la actitud de un
líder frente a la crisis, y frente al diletante parlamento.
ABSTRACT
This essay will discuss
if Menem’s presidential term was hiper presidential or not. This issue arises
as a result of theoretical debate between several thinkers on the way of ruling
of one of the most controversial Argentine’s politicians. There were hard times
for Argentina when this provincial leader arose to free the country from the
greatest hyperinflation ever lived.
This work is crucial to
understand the leader’s attitude to face the crisis and an amateur parliament.
El
Liderazgo Hiperpresidencialista de Carlos Saúl Menem
Por:
Samuel Guzzardi
ALGUNAS
CONSIDERACIONES SOBRE EL HIPERPRESIDENCIALISMO
Hiperpresidencialismo:
Una perspectiva general
Por
consiguiente, quien en su nuevo principado juzgue que es necesario protegerse
de los enemigos, ganarse amigos, vencer tanto con la fuerza como con el engaño,
hacerse amar y temer por el pueblo, hacerse seguir y respetar por los
soldados, eliminar a los que pueden o deben ofenderle, renovar con nuevas
costumbres las antiguas instituciones, ser severo y grato, magnánimo y liberal,
destruir el ejército infiel y crear uno nuevo, y conservar la amistad de reyes
y príncipes, de forma que tengan que beneficiarle con gracia u ofenderle con respeto,
no podrá encontrar ejemplos más recientes que las acciones de aquel.
Nicolás
Maquiavelo, El príncipe, Planeta De Agostini, Barcelona, 1995.
Al
principio del siglo XVI, Nicolás Maquiavelo presentó la idea de que el
príncipe, el líder del estado, puede y debe hacer lo que necesita para mantener
poder en sí mismo. El príncipe, el poder ejecutivo del estado, tenía la
obligación fundamental de preservar el estado; y, como el príncipe era nada más
que una extensión del estado, también tenía la obligación de proteger su propia
posición. Para Maquiavelo, la función del príncipe era mantener su poder y
control sobre el estado, y las herramientas que utilizase eran secundarias:
todo en función de la preservación del estado. Las acciones del líder,
entonces, se entienden según su éxito en preservar el estado y el poder estatal.
En términos Maquiavélicos, por ejemplo, es mejor para el líder (el príncipe)
ser temible que ser amado, porque el líder que es temido por el pueblo puede
tener un mecanismo más fuerte para mantener el control del estado.
En
esta construcción se puede identificar una raíz fundamental de lo que vamos a
denominar “Hiperpresidencialismo.” Fundamentalmente, el concepto de Hiperpresidencialismo
refiere a la noción de que el líder de estado puede utilizar cualquier
herramienta para preservar su poder sobre el mismo. La prioridad de la agenda
de un estado hiperpresidencialista es la agenda ejecutiva; el poder ejecutivo
es la fuente de las decisiones del estado. En un sistema
hiperpresidencialista, el poder ejecutivo tiene bastante más poder que las
otras ramas del gobierno.
En términos generales, un gobierno
hiperpresidencialista se logra por una serie de herramientas; una de las más
importantes es el decretismo, o el gobierno por decretos. Esta es la
herramienta que voy a tomar como centro de análisis del caso
hiperpresidencialista argentino. La idea central del Hiperpresidencialismo es
que la agenda ejecutiva es la prioridad del estado, y el gobierno tiene que
apoyarla. En un régimen hiperpresidencialista, el congreso y el poder judicial
son siempre más débiles del ejecutivo. En lugar de un proceso de compromiso y
colaboración entre las tres ramas del gobierno, el programa estatal esta
propuesto solo por el poder ejecutivo. En este sentido, es central el concepto
de decretismo.
Hiperpresidencialismo
en América Latina
En términos teóricos, algunos
autores han identificado la tendencia a concentrar poder en el ejecutivo en
América Latina. Muchos de estos autores han tomado el concepto elaborado
por Carl Schmitt (1984): el del estado de excepción. Un estado de excepción es
uno en donde la incapacidad de acción de un sistema parlamentario fuerza al
líder—no tan diferente a como Maquiavelo describió el rol del príncipe—a actuar
sólo: en nuestros términos de una manera hiperpresidencialista.
Otros autores también trabajan con
la idea de un “estado de excepción” en el contexto latinoamericano. Guillermo O’Donnell
(1992) observa lo que denominó un “nuevo animal” en América Latina. Con
este término el autor señala que en el momento de crisis, en América Latina, un
nuevo modelo estatal emergió en donde el sistema democrático, utilizó elementos
parecidos a un sistema autoritario. La tradición de gobiernos autoritarios
en la región se mezcló con la crisis social y económica que emergió en los
ochenta. En este momento, en muchos países en la región, los estados se
caracterizaban por un poder ejecutivo fuerte y un legislativo y judicial
manipulados. Según su análisis, “las instituciones estatales son
incomodidades.”
Entonces estos estados no tuvieron
los mecanismos de limitar cada rama del gobierno, o la responsabilidad
horizontal, la base de un sistema republicano. Para describir este
fenómeno, el autor utilizó la frase “democracia delegativa.” Por un lado,
en estos estados hubo elecciones, propias del sistema democrático, pero por
otro lado, como un estado que no tenía la responsabilidad horizontal de una
democracia, las decisiones del estado, fueron tomadas rápidamente con una
presencia dominante del ejecutivo. Según O´Donnell, estos estados
latinoamericanos representan una manera en que la democracia puede delegar el
poder estatal solamente en el ejecutivo. O´Donnell dice que en una “democracia
delegativa, él que gana una elección presidencial está autorizado a gobernar el
país como le parezca conveniente…hasta el fin de sus mandatos…los candidatos
presidenciales victoriosos en las democracias delegativas se presentan como estando
por encima de todo.”
James Malloy (1992) analizó muchos
de los cambios en la forma del estado en América Latina durante esa época. El
identifica una nueva forma de estado y de régimen democrático en Latinoamérica
después de las crisis económicas de fines de la década de los
ochentas. Según Malloy, este momento representa la aparición de
“democracias híbridas” en América Latina. Esta idea refiere a la mezcla
de prácticas autoritarias y democráticas que caracterizan muchos regímenes de
esa época. Por un lado, los administraciones gubernamentales analizadas
tuvieron participación abierta de los ciudadanos en las elecciones y en la
selección del gobierno, como un sistema democrático, pero, por otro lado, el
ejercicio del poder del gobierno estaba caracterizado por métodos
discrecionales, decisionistas, y autocráticos. Una de las más importantes
consecuencias de estas prácticas fue la concentración de poder en el
ejecutivo.
De acurdo con lo planteado por los
diferentes autores, muchos regímenes latinoamericanos pueden ser identificados
como híperpresidencialistas. Este trabajo tiene relevancia e inserción en
el contexto político latinoamericano.
El
gobierno de Carlos Menem: ¿Hiperpresidencialista?
El concepto de Hiperpresidencialismo
es utilizado por muchos autores, como Rubio y Goretti, para describir la concentración
de poder en el ejecutivo durante la presidencia de Carlos Menem. Este
concepto se aplica, específicamente, a su primera presidencia, entre 1989 y
1995. Durante este período, se va a enfocar este trabajo.
La
base de esta investigación está dada por dos perspectivas teóricas distintas de
análisis del hiperpresidencialismo durante la primera presidencia de Carlos
Menem. Dentro de los análisis propuestos por distintos autores, se puede
entender la tentativa de concentrar poder en el ejecutivo—de realizar el
hiperpresidencialismo—en una democracia desde dos perspectivas. Una
perspectiva es que las características republicanas de la democracia en
Argentina, como las ramas distintas y la responsabilidad horizontal, sirven
para limitar el grado en el que un líder puede concentrar poder en su mismo.
Entonces aunque Menem tuvo mucho poder, hubo mecanismos como el congreso para
limitar este poder. La otra perspectiva es que Menem impuesto su programa sin
obstrucción del legislativo. Según esta perspectiva, si hay condiciones
correctas, dentro del régimen del gobierno y además en el contexto general de
la situación económica y social del país y de la región, un líder puede
establecer hiperpresidencialismo por implementar su programa o agenda sin la consideración
o la aportación de otras partes del gobierno. En este caso hay un gran
desequilibrio de poder, y el ejecutivo es mucho más fuerte que todas las otras
ramas.
Por lo tanto, esto crea una
oportunidad de análisis de la primera presidencia de Carlos Menem, porque hay
las dos interpretaciones de su régimen en la producción teórica. Algunos
autores han identificado momentos y mecanismos en el gobierno de Menem que,
según ellos, muestran las características republicanas del sistema, y pudieron
limitar la tentativa de Menem de concentrar poder. Otros autores han dicho que
la tentativa de concentrar poder por el parte fue relativamente desenfrenada?.
En términos de los límites de poder,
uno de los más importantes mecanismos fue el rol del congreso. Según
Mariana Llanos (2001), el congreso tuvo dos funciones importantes en términos
de los límites del poder de Menem. La primera fue el rol del congreso en
la redacción de leyes , y la segunda era la cooperación y el trabajo intensivo
entre el congreso y el ejecutivo; los dos, entonces, en vez de simplemente aceptar
lo que Menem propone. Ella distingue entre el apoyo que Menem tuvo en el
Congreso, que para algunos autores es una indicación de debilidad de la
legislatura, y la participación en el proceso de escribir esas mismas leyes.
El promedio tiempo de aprobación de una ley en esta época, por ejemplo, era de
diez meses: una indicación de que el congreso trabajó las leyes. Aunque Menem utilizó
el veto en muchas ocasiones, al final de este proceso, en cada caso, las leyes
tuvieron algunos cambios, hechos por el Congreso, otra indicación de que el
congreso tuvo efecto en la política de Menem.
Ana Mustapic (2000), identifica
otros factores que limitaron el poder: los incentivos, la división de la labor
dentro de las instituciones del gobierno, y una estructura del gobierno que
pertenece más como una estructura del centralismo limitado que uno de hiperpresidencialismo. En
su análisis, las interacciones entre el ejecutivo y el congreso, en el gobierno
de Menem, también muestran los límites del poder del ejecutivo. Aunque ella
identifica el rol del congreso como débil, para esta autora cualquier
interacción entre el ejecutivo y el congreso, en que el ejecutivo tenga que
comprometer su agenda, es evidencia de que el régimen no es
hiperpresidencialista. Este punto de vista—uno en que cualquier interacción es
una indicación de un compromiso de la fuerza del ejecutivo—es otra manera de
refutar la idea de hiperpresidencialismo para el gobierno de Carlos Menem.
Sin embargo, existen otros análisis,
como ya he dicho, que entienden el lugar del ejecutivo, en el gobierno de
Carlos Menem, de una manera distinta. Estos análisis se enfocan en la idea,
expresada por Según a Rubio y Goretti, de que una de las maneras mas importantes
de concentrar poder en el gobierno de Menem fue el uso de los decretos de
emergencia. En el contexto de crisis, Menem utilizó esos decretos,
específicamente la gran cantidad de decretos de necesidad y urgencia, como una
herramienta para concentrar poder en el ejecutivo. Estos decretos
formaron una parte importante del hiperpresidencialismo de Menem, y en modo
general de la forma en la que él evitó los procesos democráticos y pudo
concentrar su poder.
Para muchos de los autores que
describen la primera presidencia de Carlos Menem como hiperpresidencialismo, la
manera en la que Menem gobernó por decreto es central para sus análisis. El
gobierno por decreto es un instrumento que le sirve al ejecutivo para evitar el
uso de los mecanismos republicanos. La gran cantidad de decretos que Menem
utilizó es una fuerte evidencia que apoya la idea del hiperpresidencialismo.
Específicamente, las Leyes de Emergencia 23.696 y 23.697, que identificaron la
situación económica argentina como de emergencia, sirvieron para justificar los
decretos siguientes... Por eso, esas leyes forman un punto central para el
análisis de esta parte del gobierno de Menem. La idea de que Menem gobernó por
decreto sirve para refutar los argumentos que identifican en el congreso un rol
importante en el gobierno de Menem. Gobernar por decreto implica gobernar sin
el congreso. Gobernar por decreto es una manera de evitar implicar el congreso
en el proceso de decisión estatal.
Para analizar el gobierno de Carlos
Menem hay múltiple puntos de vista. , Específicamente difieren en el análisis
de los límites de su poder y de su tentativa de concentrar poder en su mismo.
Para algunos autores, el rol del congreso era bastante fuerte en su gobierno, y
el término “hiperpresidencialismo” no se debe usar para describirlo. Para
otros, el gobierno por decreto, la evasión del congreso y la manipulación del
juicio son tres pilares para realizar un análisis del gobierno de Menem como
hiperpresidencialista. Estos dos puntos de vista en el análisis forman la base
teórica para realizar este
trabajo.
CONCENTRACIÓN DE PODER Y GOBERNABILIDAD
La
constitución y la estructura del gobierno argentino
Para
entender la manera en que el gobierno podía o no limitar el poder del ejecutivo
durante la primera presidencia de Carlos Menem, y los propios límites del
hiperpresidencialismo en su gobierno, hay que entender la estructura del
gobierno en términos generales. Por lo tanto, hay que analizar las relaciones
entre el ejecutivo y el legislativo que existen dentro de la estructura del
gobierno, creado por la constitución.
Históricamente,
después de la caída del orden colonial y la presencia del fuerte gobierno de
España, Argentina tuvo que desarrollar su propio gobierno para unificar un
territorio grande, diverso, y regionalizado. Durante ese período hubo
innumerables conflictos en el país, guerras entre distintos grupos, conflictos
regionales, y sediciones. El problema político fue, entonces, formar un sistema
que pudiese integrar los distintos territorios y formar un estado. Por eso la
propuesta la política argentina, después de estos conflictos, fue a crear un
sistema bastante fuerte para controlar los sectores en conflicto; en otros
términos, la constitución argentina nació por el miedo de la anarquía que
existió en la época (Mustapic, 2000). Esta es una explicación histórica de
porque ha habido una presencia fuerte del ejecutivo en la constitución
argentina
Para entender el contexto del ejecutivo de Menem hay que presentar algunos de
los poderes que el ejecutivo tiene en relación del legislativo. Uno de esos
poderes es la decisión, por parte del ejecutivo de imponer el estado de sitio y
la intervención federal. También el ejecutivo puede presentar leyes al
congreso, cuando está en receso, y enfrentarlo una vez iniciada sus sesiones.
Además, el ejecutivo tiene un veto parcial de las leyes legislativas, otra
manera en que el ejecutivo puede controlar el proceso legislativo, y en la que
el rol del congreso es más reaccionario. Finalmente, el ejecutivo es el
artífice de la innovación política en la argentina; el ejecutivo puede
presentar leyes en el congreso, y en esta manera el ejecutivo también tiene un
rol legislativo. Por eso, en los casos en que el ejecutivo presenta leyes al
congreso, el congreso funciona para reactivar a la iniciativa ejecutiva.
Por
otro lado, existen algunas funciones importantes del congreso en el sistema
argentino. Las que tienen relevancia para el objetivo de este trabajo son las
que se relacionan con el rol del congreso cuando el presidente realiza su
programa por decreto. En la estructura del gobierno, el presidente tiene que
tener una mínima base de apoyo en el congreso para presentar su agenda. Si el
presidente quisiera tomar sus decisiones por decreto, según la Constitución,
tiene que tener el apoyo de la mayoría del congreso. Por eso, Mustapic dice
que según los términos de la Constitución de la argentina, “el Congreso no
puede ser ignorado” .
El
proyecto de Carlos Menem: El estado de excepción
Para
entender el hiperpresidencialismo de Carlos Menem, hay que analizar cómo fue su
proyecto político. Dentro de la estructura creada por la Constitución, Menem
realizó una serie de cambios en el rol y en la función del ejecutivo en
relación con las otras ramas del gobierno. Muchas veces, el resultado de estos
cambios fue un aumento en el poder del ejecutivo. De este modo, es posible
entenderlos como movimientos hacia un régimen hiperpresidencialista.
Según
el análisis de Bosoer y Leiras (2002), hay varias partes en el proyecto
político de Carlos Menem, y hay que comprenderla tal síntesis de todas para realizar
un análisis completo del alcance y de la manera en que Menem podía concentrar
poder. El análisis de todas las acciones presidenciales, durante seis años,
supera los objetivos y posibilidades de este trabajo; sin embargo los aspectos
más importantes de la presidencia de Menem, en términos de la concentración de
poder, se pueden sintetizar en la implementación de un “estado de excepción.”
Estado de excepción es un concepto desarrollado por Carl Schmitt, que busca
describir momentos de emergencia, en los que el líder del estado puede llevar a
cabo acciones excepcionales, fuera de los mecanismos normales, para recuperar
el estado de su momento de crisis. Menem, a través de las leyes de emergencia,
utilizó la ley para declarar un estado de emergencia en la argentina, y con
esto se hizo el líder de un estado de excepción. La implementación de un
estado de emergencia, o estado de excepción, fue una manera fundamental en la
que Menem realizó su propio proyecto político. De este modo, él llevó a cabo un
cambio en la estructura creada por la Constitución: en un estado de excepción,
está justificado evitar los procesos constitucionales para salvar el estado.
“Una
revolución desde arriba”
Jorge
Castro ha dicho que “a partir de 1989, con el liderazgo de Menem [hubo]... una
profunda transformación estructural realizada a través de una ‘revolución desde
arriba,’” Esta clasificación de las acciones de Carlos Menem, como “una
revolución desde arriba,” explica uno de los puntos más importantes en la
concepción del hiperpresidencialismo de Carlos Menem. Los cambios
estructurales en su régimen fueron realizados desde arriba, o en otros
términos, los cambios eran el proyecto del líder del estado, no del estado
entero, en los términos tradicionales. A través del uso del un estado de
emergencia, Menem pudo gobernar dentro de la ley constitucional pero al mismo
tiempo revolucionó la estructura del gobierno porque el ejecutivo se hizo la
fuente de la acción estatal. El concepto de una revolución desde arriba,
realizada por el ejecutivo, es el concepto primario para entender el contexto
de la primera presidencia de Menem, como el hiperpresidencialismo.
Los
cambios de Menem: Las herramientas para concentrar poder y el decisionismo
político
Hay
varias maneras en que Menem fundamentalmente cambió el papel del ejecutivo en
el sistema político argentino. En suma esas maneras forman la base para
entender cómo Menem concentró poder en el ejecutivo y cómo ell régimen de Menem
puede ser entendido como un régimen de hiperpresidencialista.
Fabián
Bosoer y Santiago Leiras (2002) han dicho que el proyecto político de Carlos
Menem era “Un proyecto de reconstrucción/redefinición del poder estatal, en sus
tres dimensiones: la jurídico-normativa del Estado de derecho, la
burocrático-funcional de la administración estatal y la ideológica del Estado
democrático presidencialista con centralidad de políticas orientadas al
mercado” (Bosoer y Leiras, 2002, p. 44). Esta idea de transformación de todas
las dimensiones del estado es central para entender el alcance de su tentativa
de concentrar poder. En las palabras de Jorge Castro, el proyecto de Carlos
Menem fue un proyecto de establecer “una nueva hegemonía.” Esta frase es nada
más que otra manera de describir que Menem proyectó un cambio en todos los
aspectos del estado.
Durante
la primera presidencia de Menem, hubo cambios en todos los aspectos del
estado. En términos de la cultura política, por ejemplo, Bosoer y Leiras han
descripto el proyecto de Menem como una lucha por “una nueva mística
nacional.” Menem intentó a implementar una revolución conservadora en la
cultura política. En términos de economía política, además Menem, implementó un
programa conservador de liberalización de los mercados. Castro afirma que “la
doctrina de Menem…orienta al país hacía la ‘revolución capitalista’ y la
economía de mercado.” Estos aspectos del proyecto de Menem, un proyecto
económico y un proyecto cultural, no pueden separarse; al contrario, hay que
entender todas sus acciones, todas estas “revoluciones” en las políticas
estatales, como parte de una gran transformación estatal. Según Castro, “no
hay proyecto liberal en lo económico sin revolución conservadora en lo político
y cultural.”
Los cambios económicos de
reestructuración de la política económica del estado, el proyecto de
liberalización más grande en todo la historia de Latinoamérica, son los
ejemplos más evidentes de la transformación propuesta por Menem. En este
proyecto , Menem privatizó muchas de las industrias más importantes del estado,
como la famosa privatización de Aerolíneas Argentinas, para abrir los mercados
al nuevo escenario económico. Este escenario fue caracterizado por el desarrollo
de la globalización en la decada noventa, emergiendo después de la guerra fría,
que cambió profundamente el mercado global, y Menem intentó a modernizar la
economía argentina para hacerse miembro de este nuevo mercado. La relevancia
que este proyecto tiene para la caracterización del hiperpresidencialismo es
que el proyecto de liberalización de la economía es una de las áreas en la que
Menem intentó a hacer un gran cambió del rol del ejecutivo. La
reestructuración de la economía fue un proyecto creado “desde arriba,”
implementado por el ejecutivo. Esta transformación económica apoya los análisis
que dicen que Menem llevó a cabo un gran proyecto político de concentración de
poder en el ejecutivo.
Usando otra terminología política,
se puede caracterizar estos cambios de Menem como un movimiento hacía lo que se
llama “el decisionismo político”. El decisionismo político se caracteriza por
el gobierno por decisión del ejecutivo, más que por un proceso de colaboración
entre las ramas del gobierno. Esta concepción se relaciona con la idea de
“revolución desde arriba;” En un gobierno decisionista, la fuerza está
concentrada en el ejecutivo. El ejecutivo, esencialmente, funciona como el que
decide en el gobierno y el que maneja el proyecto político. Bosoer y Leiras
describieron el decisionismo como una reinterpretación de la doctrina estatal,
desde una que tiene una división de poderes hacía otra que tiene una “’división
de funciones’ de un mismo y único poder.”
El gobierno de Menem, por un lado,
representa una extensión de la estructura creada por la Constitución de
argentina. Esta Constitución, por razones históricas, estabilizó un gobierno
con un ejecutivo fuerte. Por otro lado, el gobierno de Menem representa una
ruptura en la estructura tradicional de gobierno: él realizó un proyecto
político que buscó redefinir el poder estatal en casi todos sus aspectos. En
este proyecto el líder, o el poder ejecutivo, obtuvo más control de las
acciones del estado, y se hizo el actor central en las decisiones del estado.
A continuación, se va a analizar los límites de esta tentativa de concentrar
poder en el ejecutivo (si hubiere algunos), con un foco en las acciones de la
legislatura, y se va a presentar otra caracterización del proyecto de Menem que
define su gobierno como menos hiperpresidencialista y más como centralista
limitada.
EL
LIDER Y SU ACCIÓN FRENTE EL CONGRESO
Está
claro que Carlos Menem, en su primera presidencia, tuvo un proyecto político
definido, y que éste se enfocó en una concentración de poder en el ejecutivo.
La pregunta central de este trabajo, sin embargo, es si había límites a la
tentativa de concentración de poder. Se puede preguntar, por ejemplo: ¿Cuáles
fueron las limitaciones de su proyecto político? Se puede entender también este
proyecto político como un proyecto de hiperpresidencialismo. Los límites de su
proyecto político son los límites de su hiperpresidencialismo.
Identificar
todos los mecanismos que pueden limitar el poder del ejecutivo excede los
límites y alcances de este trabajo que se va a enfocar en el rol del congreso.
Para realizar este análisis hay que recordar la postura de Ana Mustapic, quien
propone que según la estructura de la Constitución argentina, “el congreso no
puede ser ignorado.” De hecho, desde un punto de vista institucional, el
congreso es la rama del gobierno que tiene más poder para limitar el
ejecutivo. Las acciones de Menem frente el congreso, y lo que el congreso pudo
haber hecho para limitar su tentativa de aumentar su poder, son la mejor indicación
del grado de los límites del hiperpresidencialismo.
¿Decisionista
sin consideración del proceso legislativo?
Para
lograr la meta de un ejecutivo más fuerte, Menem intentó gobernar de una
manera decisionista. La evidencia que apoya esta idea, más que nada, es la
manera en que Menem actuó frente del congreso. En vez de presentar los
proyectos de ley para avanzar en su agenda, intentó gobernar por decreto.
Muchos de estos decretos se fundan en las Leyes de Emergencia 23.696 y 23.697.
Inmediatamente después de la gran crisis de inflación del estado que apareció
al final de la década ochenta, Menem declaró que la Argentina era un momento de
crisis económica, y que por eso tenía que utilizar recursos extraordinarios.
. En su discurso inaugural, ante la Asamblea Legislativa el 8 de julio de
1989, Menem dijo que “La Argentina está rota…En estas horas (los ciudadanos de
Argentina) viven instancias difíciles, dramáticas, decisivas, y fundacionales
como nunca.”
Estas palabras, dichas frente a la
legislatura, son la primera instancia en la que Menem identificó el status de
la Argentina, en ese momento, como un momento de crisis. Con las Leyes de
Emergencia, Menem intentó a concentrar más poder en el ejecutivo para combatir
la crisis económica. Estas dos leyes formaron la base ideológica de lo que era
un gobierno por decreto, justificado por lo que Menem identificó como un
momento de emergencia.
Rubio y Goretti (1996) han hecho un
análisis de los “decretos de necesidad y urgencia “ que siguieron a esta
primera proclamación. Según ellos, la cantidad de decretos de necesidad y
urgencia emitidos por Menem fue una indicación de su tentativa excepcional de
concentrar poder en el ejecutivo: entre 1853 y julio de 1989, más de cien años,
estiman que hubo aproximadamente 35 decretos de necesidad y urgencia dictados
por el ejecutivo; mientras que en la primera presidencia de Menem hubo 336 de
estos decretos. En síntesis, gobernar de decreto cesó de ser un método
excepcional en la época de Menem. Al contrario, fue una herramienta para que
pudiera concentrar poder en el ejecutivo y para evitar el proceso normal de
presentación de las leyes al legislativo.
Rubio y Goretti citan las palabras
del ministro Cavallo para apoyar este análisis del propósito de la estrategia
de gobierno por decreto: Cavallo dijo que “sancionar las leyes es más difícil
que redactar decretos.” Está claro, entonces, que la prioridad fue el programa
ejecutivo, y que Menem hizo lo posible por implementar este programa. Para
implementar las reformas económicas, por ejemplo, tuvieron que poder actuar
rápidamente y, la manera de gobernar con la mayor capacidad de acción rápida,
es gobernar por decreto y evitar el congreso. Rubio y Goretti han llamado esta
manera de gobernar una de “dudosa legalidad” (448).Lo cierto es que la
prioridad, en este sentido, no fue legalidad sino implementar el programa
ejecutivo. Esto es un ejemplo claro de hiperpresidencialismo en su
presidencia.
Hubo otros momentos y herramientas
utilizados por el gobierno de Menem para evitar el proceso legislativo y el
congreso. Por ejemplo, Menem dictó algunos de los decretos en momentos en que
no era posible esperar la convocatoria del Congreso: “El ejecutivo puso el
acento en la imposibilidad de esperar un pronunciamiento del Congreso aun
cuando éste sesionó, en reuniones ordinarias y extraordinarias, casi en forma
ininterrumpida desde julio de 1989.” Además, Menem utilizó el veto y el veto
parcial para reducir la influencia del congreso. Hubo 625 proyectos de ley
sancionados por el congreso en la primera presidencia de Menem; él utilizó el
veto parcial en 41 casos y el veto en forma total en 37 casos. Entonces, casi
el 13% de las iniciativas del congreso, en su primer presidencia, fue afectada
por el veto de alguna manera.
En
suma, se puede identificar una tendencia hacía el hiperpresidencialismo en la
primera presidencia de Menem por sus acciones frente la legislatura. Con el
uso de la idea de un estado de emergencia, Menem implementó su programa con una
serie de decretos de necesidad y urgencia. Además, Menem gobernó por decreto
para evitar el proceso legislativo; dictó los decretos en momentos en que
sabía que el congreso no podía responder con fuerza y uso el veto para limitar
la influencia del congreso sobre su programa. Se va a intentar a tener en
cuenta estas conclusiones cuando se encuentre los análisis que siguen.
Centralismo
Limitado: ¿Otra explicación?
Para
comenzar el proceso de comprensión de los límites del hiperpresidencialismo de
Carlos Menem, hay que entender el rol del congreso en relación al ejecutivo.
Aunque la Constitución argentina establece un ejecutivo fuerte, establece
además un legislativo que, por lo menos en términos teóricos, puede limitar el
poder del ejecutivo. Hay una rama del gobierno—el congreso—que, en términos de
la estructura, , tiene la posibilidad de templar el ejecutivo. Esta idea forma
la base de un argumento de que la clasificación del hiperpresidencialismo no
es correcta para el gobierno de Menem.
Según
el análisis de Mariana Llanos, por ejemplo, la clasificación de
“hiperpresidencialismo” es incorrecta para el gobierno de Menem. Ella ha
postulado que en un sistema en que el congreso puede aprobar, retrasar, o
rechazar las leyes, no se pueda decir que es un sistema de hiperpresidencialismo.
En lugar de clasificar el sistema como este, hay que clasificar el sistema como
un sistema de centralismo limitado. Este análisis, sin embargo, depende de que
el congreso funcione como debe, y que participa en el proceso como la Constitución
dice. Esta, entonces, es la fuente de la discrepancia entre los dos
argumentos: en síntesis, los que han identificado el sistema como
hiperpresidencialista creen que el congreso falló en su función, y los que
apoyan la idea del centralismo limitado entienden que el congreso funcionó para
limitar el poder ejecutivo.
En
su análisis, Llanos ha identificado una serie de acciones hechas por el
congreso que apoyan su idea de que el congreso podía limitar el poder
ejecutivo. Ella, por ejemplo, considera que aunque el ejecutivo hizo la
mayoría de la acción en el programa de privatización, hubo varios momentos, en
el proceso de ratificación del programa de privatización, en que el poder
judicial y el congreso pudieron usar el poder del veto. Todas las instituciones
del gobierno participaron en el proceso y, por eso, existió la posibilidad de
veto en cada institución. La participación en cada nivel del gobierno era,
para Llanos, una indicación de que había límites del poder ejecutivo.
Lo
central en la idea de gobierno de centralismo limitado es que el congreso puede
ejercer su función sin influencia excesiva del ejecutivo. Llanos ha
identificado dos indicadores de que el congreso podía hacer su función sin
demasiada influencia. Ella primero es la participación de la legislatura en la
escritura de las leyes. Según ella, en un sistema de hiperpresidencialismo, la
escritura de las leyes es hecha por el ejecutivo y simplemente presentada al
legislativo. La mayoría en el congreso hizo muchas enmiendas, y dos veces—en
la privatización de las compañías del petróleo y la modificación del sistema de
jubilación—el ejecutivo tuvo que reescribir la ley totalmente. Además, cuando
el ejecutivo utilizó el veto , las leyes nunca regresaron a su forma original;
las enmiendas quedaron en la ley. De esa manera, el legislativo podía afectar
las leyes y el programa ejecutivo.
Un
segundo indicio de una participación activa e intensiva de la legislatura en el
proceso de desarrollo de las leyes y el programa ejecutivo fue la intensidad y
cantidad de las interacciones entre el ejecutivo y el legislativo en este
periodo. Esta interacción es una indicación de que el ejecutivo tuvo que
negociar y comprometer con el congreso. En un proceso donde el congreso no
puede limitar el poder ejecutivo, Llanos dice que el ejecutivo que no tiene que
trabajar con el legislativo de esa manera; solamente tiene que presentar leyes
al congreso. Al contrario, en el gobierno de Menem, hubo momentos en que el
ejecutivo organizó reuniones con los líderes del congreso, intentó limitar
debate en el congreso para que no pudiera hacer tantos cambios y creó
instituciones para facilitar la comunicación entre la oficina del presidente y
el congreso.
Hubo
momentos en que el congreso apoyó a las iniciativas del ejecutivo; otros
autores han identificado este apoyo como una indicación de que el congreso no
pudo limitar el poder ejecutivo. Pero según el análisis de Llanos, el apoyo
legislativo de algunas iniciativas ejecutivas fue un resulto de su propio éxito.
Es decir que cuando el congreso observó el éxito y popularidad del programa de
Menem, tuvo que apoyarlo para mantener su propia popularidad política. En
conclusión, todos estos ejemplos manifiestan maneras en que el ejecutivo de
Menem tuvo que relacionarse con el congreso y evidencia que su poder fue
limitado y su régimen no fue de hiperpresidencialismo.
Dos
posiciones problemáticas y la posibilidad de un consenso
Después
de este análisis, está claro de que las dos posiciones sobre la primera
presidencia de Carlos Menem son problemáticas. Por un lado, la idea de que no
hubo un mecanismo para limitar el poder del ejecutivo de Menem es problemática
ya que hay evidencia de que el congreso participó en el proceso de ratificar
las leyes de Menem. Además, esta evidencia indica que la participación del
congreso fue relativamente intensa. Por otro lado, la noción de que no se
puede usar el término “hiperpresidencialismo” para describir el gobierno de
Menem es problemática porque, como algunos autores han dicho, en algunos
momentos Menem evitó el proceso legislativo por gobernar por decreto, o por
implementar leyes en momentos en que el congreso no pudo actuar.
Entonces
para construir el modelo del hiperpresidencialismo de Carlos Menem y sus
propios límites, hay que entender que ambas perspectivas pueden ayudar analizar
la primera presidencia de Menem; sin embargo ninguna la describe
precisamente. Es por este motivo que hay que buscar un modelo que incluya
los dos elementos del régimen menemista. Ana María Mustapic (2002) ha dicho
que las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo en la época de Menem
siempre osciló entre una relación más presidencialista y una relación más
parlamentarista. Esta oscilación parece la única manera de describir
correctamente al hiperpresidencialismo de Menem y sus límites. En otros
términos, la mejor frase para describir la relación ejecutivo-legislativa en la
primera presidencia de Menem sería una relación de hiperpresidencialismo
limitado.
Lo
se busca afirmar con el termino hiperpresidencialismo limitado es lo
siguiente. Generalmente, Menem pudo implementar su programa de reformas sin
problemas con el Congreso. Hubo varias razones para esto: muchas veces Menem
evitó el proceso legislativo para gobernar por decreto, a veces el congreso fue
forzado a implementar su programa por razones políticas y, a veces, el
ejecutivo trabajó con el legislativo para reformar las leyes. Para decir que
un régimen es hiperpresidencialista, el ejecutivo tiene que gobernar casi sin
consideración de las otras ramas del gobierno y hay evidencia que Menem no lo
hizo. Entonces, el concepto para describir la manera en que Menem gobernó puede
ser hiperpresidencialista limitada.