“PAMI: desde la cobertura –casi–
universal hacia una salud para pocos (2007-2017)”
Fabbioneri, Federico (Facultad
de Ciencia Política y RRII, UNR, Argentina)
federicofabbioneri88@gmail.com
Zubieta, Guillermina (Facultad
de Ciencia Política y RRII, UNR, Argentina)
guillerminazubietateler@gmail.com
Resumen:
El presente trabajo se
propone analizar el proceso de estructuración de la cobertura total y universal
de medicamentos para los afiliados del Instituto Nacional de Servicios Sociales
para Jubilados y Pensionados (PAMI) como política pública. Particularmente, se
pretende analizar la política en cuestión desde unos cambios que se produjeron
en la misma a partir de los primeros días enero de 2017, bajo el gobierno de
Mauricio Macri, en la alianza Cambiemos.
Resulta relevante para
nuestro análisis, realizar un abordaje que comprenda tanto las diferentes
posiciones que el Estado –expresado en sus distintas dependencias nacionales–
fue tomando como los tipos de racionalidad de los actores involucrados,
teniendo en cuenta una breve historización de la política desde el comienzo de
su implementación.
Abstract:
The present work intends
to analyze the process of structuring the total and universal drug coverage for
the affiliates of the National Institute of Social Services for Retired Persons
and Pensioners (PAMI) as a public policy. In particular, it is intended to
analyze the policy in question from changes that occurred in it from the first
days of January 2017, under the government of Mauricio Macri, in the Cambiemos
alliance.
It is relevant for our
analysis, to make an approach that includes both the different positions that
the State -expressed in its different national dependencies- was taking as the
types of rationality of the actors involved, taking into account a brief
historicization of the policy from the beginning of its implementation.
1.
Introducción
Para
introducirnos en este trabajo nos parece relevante retomar algunos aspectos
sobre la naturaleza pública de las políticas planteados por Wayne Parsons en
“Políticas Públicas: una introducción a la teoría y a la práctica de las
políticas públicas”: “Lo Público comprende aquella dimensión de la actividad
humana que se cree que requiere la regulación o intervención gubernamental o
social, o por lo menos la adopción de medidas comunes” (PARSONS, 2007, p.
37). A su vez, Medellín Torres sostiene que “vista desde el régimen
político, la naturaleza pública de las políticas públicas está definida por la
confluencia de dos elementos básicos: la existencia de una razón colectiva, que
se construye a partir de la existencia de redes mínimas de solidaridad y las
pautas mínimas de organización que fundamenta la existencia de una sociedad; y
la existencia de una razón estatal, que se construye a partir de la existencia
de un principio mínimo de territorialidad, un sentimiento de ciudadanía, y un
orden institucional que fundamentan la existencia de un Estado” (MEDELLIN
TORRES, 1997, p. 7).
Es a partir de esta aproximación conceptual a lo
público que decidimos plantear en este presente trabajo el análisis del proceso
de estructuración de la cobertura total y universal de medicamentos para los
afiliados del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados (PAMI). Particularmente, analizaremos la política en cuestión desde
unos cambios que se produjeron en la misma a partir de los primeros días enero
de 2017, bajo el gobierno de Mauricio Macri, en la alianza Cambiemos.
Nos resulta relevante para el análisis de la cuestión,
realizar un abordaje que comprenda tanto las diferentes posiciones que el
Estado –expresado en sus distintas dependencias nacionales– fue tomando con
respecto a la cobertura universal de medicamentos para afiliados del INSSJP
como los tipos de racionalidad de los actores involucrados. Prestaremos
especial atención en estos procesos a identificar cuándo se produce la primera
toma de posición por parte del Estado distinta al patrón anterior, generando
así un punto de inflexión que da origen a nuestro análisis; a establecer cómo
influye esa toma de posición en otros actores sociales; a determinar qué
actores sociales se movilizan tratando de influir sobre la cuestión y cuál es
su grado y tipo de acceso al Estado, así como cuáles son sus preferencias y
estilos.
Para este trabajo nos parece relevante tener en cuenta
la relación entre política y política pública. Es preciso antes aclarar
conceptualmente ambos términos para luego poder precisar la relación en
cuestión. Desde nuestra perspectiva, utilizamos la concepción que trabajan Oszlak
y O´Donnell: “política pública como un conjunto de acciones y omisiones que
manifiestan una determinada modalidad de intervención del Estado en relación
con una cuestión que concita la atención, interés o movilización de otros
actores en la sociedad civil. De dicha intervención puede inferirse una cierta
direccionalidad, una determinada orientación normativa, que previsiblemente
afectará el futuro curso del proceso social hasta entonces desarrollado en
torno a la cuestión.” (OSZLAK Y O´DONNELL, 1976, pp. 112-113). Nos parece
sumamente pertinente este concepto debido a que la política pública -o estatal
en término de los autores- no se constituye como reflejo o respuesta aislada,
sino que se configura como un conjunto de iniciativas y de respuestas que, situadas
en un contexto determinado, permite inferir cuál es la posición del Estado
frente a alguna cuestión. Por otro lado, en cuanto a la tarea de definir lo que
entendemos por política, podríamos aproximarnos argumentando que es aquella
arena de disputa de intereses, valores y poder en la que entran en juego todos
los actores de los diferentes escenarios, incluido el Estado, el cual no lo
entendemos como la habitual visión de un Estado monolítico, sino que es
permeado por los conflictos y disputas. Retomando a Oszlak y O´Donnell, el
Estado es tenido en cuenta como un actor más en el proceso social, pero es
importante destacar que a su vez éste no es un actor lisa y llanamente como
cualquier otro ya que posee ciertos atributos que lo posicionan de manera distinta
frente a una cuestión, es decir, que posee poder activo, coercitivo y de mayor
alcance que el resto de los actores en pugna.
Es por estos factores que cuando el Estado se posiciona
genera “nudos” en la formulación de políticas públicas afectando a otros
actores y transformando el escenario. Teniendo en cuenta que los actores se
relacionan entre sí, este posicionamiento del Estado frente a una cuestión
social genera un re-posicionamiento del resto de los actores. En lo que
acabamos de explicar radica la importancia de mirar el posicionamiento del
Estado y los actores, siempre considerándolos en contexto y en movimiento,
rompiendo con una visión estática de los mismos ya que estamos frente a
relaciones permanentemente dinámicas. En palabras de los autores “afirmar
que dentro de este tema las políticas estatales son “nudos” es presuponer que
el Estado no suele ser pasivo ni irrelevante, ni parece serlo para los actores
interactuantes en el proceso; por el contrario, suele importar y tanto, que
alrededor del contenido de su toma de posición se teje buena parte de las
interacciones de cada tramo del proceso”. (OSZLAK Y O´DONNELL, 1976,
p.116). Tomar estos conceptos para analizar dicha relación no es inocente ni
azaroso, sino que responde a nuestra manera de entender la misma en el contexto
actual.
2.
Breve historización: desde la cobertura –casi–
universal hacia una salud para pocos (2007-2017)
El caso de política pública que seleccionamos tiene su
punto de partida en su implementación en el año 2007, mediante la resolución N°
191 de febrero del mismo año que amplía el vademécum disponible de los
medicamentos contenidos en la cobertura del 100% para los afiliados del INSSJP.
Dicha política constaba en su inicio con el derecho de los afiliados (todos
ellos jubilados y pensionados en el sistema federal y nacional anteriormente
conocido como AFJP y ahora como ANSES) a gozar del beneficio de poder gestionar
frente al PAMI con la constancia de su médico de cabecera la gratuidad de hasta
cinco medicamentos de uso crónico de los pacientes, de forma transversal, es
decir, contemplando todas las distintas especialidades médicas. Este derecho es
garantizado a partir del descuento mensual de la cuenta corriente de los
beneficiarios la suma correspondiente al aporte establecido por ley para
mantener el vínculo de afiliación.
Esta política no se desarrollaba de manera aislada,
sino que se complementaba con un conjunto de políticas pensadas para actuar
sobre la situación de las personas entendidas como sujetos de derecho. En este
período, como sugiere Tomás Lukin en Página 12: “entre 2003 y 2014, las
políticas públicas de acceso a medicamentos y el incremento en los ingresos de
los jubilados y pensionados permitieron reducir de 65 a 52 por ciento la
incidencia del gasto de bolsillo en medicamentos”. Una de ellas es la
extensión y ampliación de la cobertura del sistema previsional para amas de
casa y jefes de hogar, enmarcada en un objetivo de lograr la universalización
del beneficio para toda la población en edad suficiente de adquirir este
derecho, en concreto esta extensión llegó hasta el 97% de la población que
reunía las condiciones mencionadas. Dichas medidas se desarrollaron bajo una
administración de diferente color político que entendía a la política pública
como “el vector que sintetiza el conjunto de proposiciones, decisiones y
operaciones dinámicas e interdependientes entre actores políticos, sociales e
institucionales, a través de las cuales se busca desde el gobierno imprimir un
determinado rumbo a la sociedad y al Estado que se gobierna” (MEDELLIN
TORRES, 1997, p. 9). Retomamos este concepto de Medellín Torres porque nos
parece el más adecuado para describir la interrelación del Estado con el resto
de los actores en la formulación y ejecución de las políticas, donde se daba
una apertura y permeabilidad a la participación decisoria y mayor injerencia de
actores externos en los distintos procesos del Estado.
A partir de la finalización del mandato de Cristina
Fernández de Kirchner en diciembre de 2015, y la asunción de la nueva coalición
de gobierno llamada Cambiemos, donde confluyen como principales partidos
políticos la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Propuesta Republicana
(PRO), entre otros, que lleva al gobierno a Mauricio Macri, es en el marco de
este nuevo gobierno donde la política electa para este trabajo comienza a
sufrir modificaciones, más precisamente a partir de enero de 2017. Sin embargo,
en los meses anteriores, con la puesta en marcha de distintas medidas tales
como la suspensión de ventas de medicamentos, la suspensión de la atención
medica odontológica, entre otros, se evidenciaban la puesta en práctica de
cambios en dicha política.
La medida tomada por la administración del Instituto
fue implementada a partir de la Disposición Conjunta N° 0005-2017 publicada en
el Boletín Oficial del INSSJP el día 5 de enero del año anterior, y a su vez
con la resolución 395/2017 donde el PAMI, “recortó la cobertura de
medicamentos para sus afiliados, interrumpió la provisión gratuita de anteojos,
eliminó programas de prevención de enfermedades recurrentes en los adultos
mayores, redujo las prestaciones de trasplantes y limitó la cantidad de
alimentos que entrega a los centros de jubilados”, como según el artículo
en Página 12 de Tomas Lukin sugiere. La medida alcanza a beneficiarios que
cuentan con más de una propiedad a su nombre, o que perciban de 1,5 haberes
jubilatorios mínimos (es decir, más de $8.500), que posean una prepaga, que
cuenten con un vehículo propio de menos de diez años de antigüedad, embarcaciones
o aviones de lujo. Dicho alcance afectó a más de 200.000 afiliados al
Instituto. Según los números que aportó el funcionario Carlos Regazzoni del
total de 1,6 millones de beneficiarios, había 2.495 jubilados con
embarcaciones, 51 con aviones, otros tantos con propiedades de lujo; en total,
menos del 0,2 por ciento. “Sin embargo, el recorte fue más allá y alcanzó a
los jubilados que ganan más de 8.500 pesos o tienen una prepaga, más de una
propiedad o un auto con menos de diez años de antigüedad.”, reza la nota “A
partir de hoy rige el recorte en el PAMI” de Enero del 2017 en Página 12.
3.
Estructuración de la política: dilucidación
de dos problemas
En palabras de Medellín Torres, la estructuración de
políticas públicas es entendida como “el producto de un proceso político
intenso a través del cual emergen y toman formas los agentes (individuos),
agencias (instituciones) y discursos (síntesis de la interacción entre agentes
y agencias) en pugna por imponer un determinado proyecto de dirección política
e ideológica sobre la sociedad y las instituciones que se gobiernan”
(MEDELLIN TORRES, 1997, p. 26) En este sentido, nuestro análisis parte de que
la política pública del caso analizado se estructura en torno a una “situación
detonador proactiva” entendida como una circunstancia que por sus dimensiones y
su manifestación llama la atención de las autoridades gubernamentales sobre la
necesidad de actuar y revela como tal nuevas posibilidades de desarrollo para
acciones públicas, estatales y privadas. Concretamente, la situación detonadora
que identificamos tiene que ver con la reconocida “estafa millonaria y
defraudación económica del PAMI” dada como la situación en donde los jubilados
del sistema federal estafaban al sistema previsional adquiriendo medicamentos y
beneficios gratuitos teniendo un poder adquisitivo lo suficientemente alto como
para ser propietarios de bienes de lujo tales como aviones y embarcaciones.
Desde nuestro análisis, el discurso esgrimido por las
autoridades del nuevo Ejecutivo Nacional desde su llegada al poder, en términos
de encontrarse con un país desbastado, con las arcas del Estado vacías, con la
carga de una “pesada herencia” y de una “fiestita de doce años que pagar”, un
Estado lleno de “grasa militante” en donde la Burocracia de la Administración
Pública estaba cooptada por militantes del partido gobernante anterior, la
existencia de redes clientelares políticas y corrupción en varias áreas del
Estado, fundamentalmente en la obra pública; se transformaba en el evento
focalizador, uno de los elementos básicos de la situación detonador. Dicho
evento es comprendido como la incorporación a la situación detonador en una
secuencia de acontecimientos de carácter estructural, a las que le confiere
integralidad, consistencia y permanencia como eventos de largo tiempo. Por otro
lado, el segundo elemento componente de la situación detonador es la ventana de
oportunidad, que da cuenta de las condiciones favorables o desfavorables para
que la situación detonadora se proyecte como un elemento que posibilita o
restringe la trascendencia de las políticas. La ventana de oportunidad en
nuestro caso es entendida como la coyuntura favorable propia de un gobierno que
recién asume (luego de una contienda electoral reñida que implicó tener que
recurrir a la instancia de ballotage), generando una alternancia después de
doce años de gobierno de un mismo símbolo político que se encontraba en un gran
nivel de desgaste y de poca aceptación en la opinión pública; este nuevo
gobierno aparecía como el restaurador de la república y de la esperanza de los
ciudadanos, como el encargado de la limpieza del Estado, y como representación
de la renovación política, entendida como “ciudadanos que se meten en la
política para cambiar las cosas” desde una perspectiva de voluntario y no como
figura de militante político. Además, se resignan distintos análisis
pertinentes por el simple hecho de entender a la alternancia en la democracia a
priori como buena, saludable, y necesaria.
Como justificación, en el plano de lo aparente y lo
persuasivo, es decir de lo explícito, hacia los medios masivos de comunicación
y la sociedad, la dirección del Instituto anclada al gobierno nacional
construye el problema desde el Estado, en términos de “estafa millonaria” y
defraudación económica al PAMI por parte de personas que perciben un beneficio
cuando poseen altos niveles de ingresos e incluso son propietarios de bienes de
lujo o habitué de realizar viajes al exterior. Mientras, por otro lado, es posible
evidenciar un problema implícito, que tiene que ver con algo de una magnitud
mucho mayor: el déficit fiscal. Esta afirmación se puede construir a partir de
diferentes participaciones, discursos y apariciones mediáticas de importantes
funcionarios del Gabinete Nacional en donde es posible entrever que la
reducción de la cobertura de medicamentos y otros servicios del INSSJP responde
a un plan de austeridad y achicamiento de gastos en el sentido de alivianar los
números en rojo de las arcas del Estado.
Coincidimos con el autor en la máxima “quien define es
quien decide” en el sentido de que los grupos sociales y/o gubernamentales, que
han tenido la capacidad de ofrecer el planteamiento y la definición aceptable
de la cuestión son los que influyen efectivamente en la decisión. Esto permite
también entrever cual es la estructura de poder que domina efectivamente la
hechura de una política. Puede relacionarse, además, con el concepto de
“propiedad de los problemas públicos” de Gusfield, es decir, que el reconocimiento
que en las áreas de la opinión pública y del debate público, no todos los
grupos tienen igual poder, influencia, y autoridad para definir la realidad de
ese problema.
Todo lo expuesto anteriormente se puede ver en nuestro
caso elegido, en el sentido de que los funcionarios gubernamentales, que fueron
los primeros en definir y enunciar el problema, fueron los que posteriormente
pudieron imponer su propia definición del mismo por sobre las esgrimidas por el
resto de los actores en cuestión en esta situación. No solamente impusieron la
definición sino lo que les permitió condicionar y configurar el posterior curso
de acción para llegar a una solución probable del problema. No es un dato menor
que el problema sea definido desde el Estado, ya que además de ser el primero
en definirlo, también es un actor peculiar en palabras Ozslak y O´ddonell, es
un actor que cuenta con atributos que lo diferencian del resto de los actores lisos
y llanos; El estado cuenta con poder coactivo, etc.
Cabe aquí destacar, retomando a Weiss, el tipo de
utilización de la información obtenida mediante el entrecruzamiento de datos de
la AFIP, en el cual se descubrió que existían determinada cantidad de afiliados
con bienes de lujos, propiedades y embarcaciones. Los resultados de la
investigación llevada a cabo por el poder ejecutivo nacional sobre los
afiliados del PAMI que fueron presentados por Carlos Regazzoni son utilizadas,
a nuestro criterio, como argumento para persuadir acerca de que la definición
del problema es la correcta, y para también legitimar su visión sobre los
cursos de acción futuros. Continuando con lo que plantea Weiss “vemos cómo
la investigación como argumentación presupone una toma de decisiones con
factores en pugna. Tiene un trasfondo político. Intereses y valores se
encuentran en disputa” (WEISS, 1999, p. 388). En relación a los usos de las
investigaciones, el conocimiento y la política, “es probable que la
investigación beneficie a los intereses en pugna que tengan los recursos
necesarios para pagar dicha investigación y que tengan el refinamiento
necesario para utilizarla con el fin de promover su bando en la controversia”
(WEISS, 1999, p. 385). Éstas se utilizan cuando ayudan a los actores de las
políticas a hacer lo que ya deseaban hacer. Esta utilización de la
investigación como argumento les permitió a los funcionarios legitimar la
política en términos objetivos, no sólo frente a la sociedad toda sino también
frente a los medios masivos de comunicación que construyen sentido en torno a
la política en cuestión.
4.
PAMI: posicionamiento de los actores
involucrados en la cuestión
Desde hace algún tiempo, durante el primer año del
gobierno de Cambiemos se enunciaron, desde los distintos funcionarios
nacionales más referenciados, argumentos vinculados a lo que decidimos llamar
“problema implícito” de la política.
Resulta evidente en nuestro análisis, a partir de sus
discursos en distintos medios de comunicación, que la cuestión que más se
trataba de instalar y poner en agenda era la grave situación respecto del
déficit fiscal, para lo cual, en palabras del entonces Ministro Alfonso Prat
Gay “hay que dejar de chorear para bajar el déficit fiscal” ya que “el
principal problema respecto del déficit no es la falta de recursos, sino el
derroche de gastos" y a su vez “el choreo”, que se traduce en la
corrupción.
Son estos discursos los que van a dar forma a los
distintos posicionamientos del Estado sobre la cobertura de medicamentos del
INSSJP (PAMI), representado mediante sus dependencias como el Ministerio de
Salud, del cual el PAMI depende directamente en términos organizacionales, y
también el Ministerio de Finanzas, cuyas directivas frente a la situación
fiscal son las que ordenan la hechura de las políticas, donde la seleccionada
no queda exenta.
El actor principal, el INSSJP (PAMI), a pesar de ser un
ente descentralizado dependiente del Ministerio de Salud, cuenta con un
Director Ejecutivo que siempre es nombrado por decreto por el Presidente de
turno, lo que deja entrever que está muy atado a la órbita de la política
nacional establecida desde el Poder Ejecutivo. Siguiendo esta línea de un
gobierno en donde el Ministerio de Finanzas es cuasi un “superministerio” que
toma decisiones de facto por sobre el resto de la gestión nacional, es posible
afirmar que la suspensión de la cobertura universal de medicamentos del
Instituto no responde, como ellos intentaron construir en el imaginario de la
sociedad, a la “estafa millonaria” al Estado por parte de los afiliados, sino
que está estrechamente asociado a la necesidad de reducir “gastos” mediante el
achicamiento del Estado, su estructura y sus políticas sociales. Una muestra
evidente de las políticas enmarcadas en la disminución del tamaño del Estado es
la resolución 0956 del gobierno nacional, mediante la cual se crea la Fundación
INSSJP-PAMI: una ONG cuyos objetivos se parecen mucho a los de la obra social
de los jubilados, cuyo presupuesto es el quinto más grande del país. Esta
ONG estará habilitada a dar prestaciones sanitarias y sociales que “brinde el o
los efectores cuya gestión se encargue”, con la posibilidad de abrir sucursales
y administrar establecimientos propios, es decir, los hospitales y las clínicas
que ya supervisa el PAMI. La Fundación podrá hacer compras directas sin
licitación y contratará personal por fuera del convenio. Y de esta manera,
esquivará todos los controles actuales establecidos por el Derecho
Administrativo.
Entendemos que la creación de esta ONG es un intento
de, por un lado, privatizar el Ente de forma indirecta, y por el otro, de
vaciarlo presupuestariamente, poniendo en juego la tercerización de los
servicios y funciones del Instituto, que se vehiculizan con el pase de una
parte del presupuesto al ámbito privado, ya bajo la órbita del derecho civil.
Durante los últimos tiempos la industria farmacéutica,
se ha vuelto un actor relevante en la estructura económica nacional, tanto por
sus amplias ganancias anuales, por su aporte contributivo a lo fiscal, como por
su capacidad de investigación y desarrollo, la generación de profesionales
específicos de la temática y la creación de conocimiento, entre otros. El
panorama de los laboratorios farmacéuticos en nuestro país presenta una
complejidad importante. Éstos, nucleados en la Cámara Industrial de
Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), evidencian un escenario de gran
concentración y la consecuente capacidad de formación de precios en un mercado
oligopólico ya que, de los más de 200 laboratorios que hay en Argentina, solo
10 manejan más de la mitad del mercado en unidades (entre ellos: Roemmers,
Gador, Bayer, Montpellier, Bagó, etc.) Y sólo 2 de estos 10 primeros
laboratorios son extranjeros -Bayer y Pfizer-. Llama la atención el bajo
porcentaje de extranjerización del mercado farmacéutico, ya que los grandes
laboratorios de los primeros países se dedican principalmente a la venta y control
de licencias farmacéuticas, y a colocar sus propios productos en los mercados
locales sometiéndose así a la competencia con productos locales de menor
precio.
Los laboratorios cuentan con una herramienta
fundamental para poder defender sus propios intereses, ya que son los fijadores
de precios en la cadena productiva de la industria, y ahora, con mayor libertad
durante el gobierno de Mauricio Macri debido a la ausencia de intervención por
parte del Estado mediante la Secretaría de Comercio con su política de
regulación de precios (conocida anteriormente como “precios cuidados”). Del
otro lado del mostrador, nos encontramos con el sector “más perjudicado”
económicamente en la cadena de valor: las farmacias. Las mismas se nuclean en
la COFA (Confederación Farmacéutica Argentina) para poder organizarse y ser
guardianes de sus intereses en esta cuestión. Sin embargo, evidenciamos que en
la hechura de la política existe un actor en particular, que cuenta con otras
herramientas para ser perro guardián de su propio interés: el caso de la cadena
de farmacias Farmacity y su ex CEO –actual vicejefe de Gabinete- Mario
Quintana. A partir de distintas notas periodísticas como la siguiente del
diario Perfil: “Quintana ya se armó un ‘gabinete paralelo’”, se ve que
no es un simple funcionario público en un lugar residual como lo es la
Vicejefatura de Gabinete, sino que es un gran lobbista con mucha capacidad de
coacción. En este sentido, es de público conocimiento su influencia sobre gran
parte del Gabinete Nacional y se conoce que, incluso fue el encargado de
designar funcionarios de su confianza al frente de algunas de las carteras más
importantes tales como Salud, Desarrollo Social, Infraestructura y Aduana,
entre otros.
Detrás de todo el proceso de estructuración de la
política, existe un conflicto de intereses privados que están vinculados con la
pretensión de expansión de la cadena Farmacity en la provincia de Buenos Aires
y su rol como funcionario público. Dicho conflicto comienza en el año 2012
cuando la cadena farmacéutica intenta desembarcar en la provincia bonaerense,
infringiendo leyes provinciales y nacionales que afectarían propiamente el
modelo sanitario provincial, como así también la ley de Medicamentos sancionada
en el 2009. Las contradicciones no sólo alcanzan al actual Vicejefe sino a
Carlos Rosenkratz, actual miembro de la Corte Suprema de la Nación, que en ese
entonces fue el profesional que representó los intereses de la cadena en el
litigio judicial.
Las contradicciones del conflicto de intereses componen
una larga lista. La primera de ellas tiene que ver con la modificación del
porcentaje de descuento que se les hace a los beneficiarios del PAMI por parte
de las farmacias. Se trata de una especie de sistema solidario, en función de
las capacidades, ubicación, publicidad, facturación y volumen de ventas. En
2011, las farmacias y los laboratorios reajustaron el arreglo, considerando la
expansión y ventajas comparativas de Farmacity. El promedio nacional del
descuento pasó a ser del 14%, mientras que para la cadena alcanzó los 22
puntos.
En segunda instancia, la política de contención de
precios que venía llevando adelante la Secretaría de Comercio, “Precios Cuidados”,
también sufre modificaciones. Dicho programa no sólo alcanzaba los precios de
venta de productos de la canasta básica de alimentos sino también a distintos
medicamentos que se utilizan para tratar patologías crónicas, muchas de ellas
muy comunes en personas de la tercera edad. En este sentido, “Precios Cuidados”
se convertía en un obstáculo para la maximización de ganancias y beneficios de
las farmacias. Tanto se entendía así, que una de las primeras medidas de la
gestión de Cambiemos fue la liberalización de precios de dichos medicamentos,
dejándolos afuera del alcance del programa. La lógica del mercado volvía a
tener preponderancia.
Muy vinculado a este último punto, aparece la
aplicación de criterios de comercialización ajenos a la industria farmacéutica.
Desde la sanción de la ley N° 17.565 la actividad de las farmacias quedó
limitada a "la preparación de recetas, la dispensa de drogas,
medicamentos, incluidos los denominados de venta libre y de especialidades
farmacéuticas" y la venta de "productos destinados a la higiene o
estética de las personas; así como de aquellos a los que se les asignen
propiedades profilácticas, desinfectantes, insecticidas u otras análogas”; sin
embargo desde la aparición de la cadena Farmacity esta norma entró en tensión
constante hasta que la Jefatura de Gobierno de CABA (en ese entonces a cargo
del actual Presidente de la Nación) emitió el decreto 41/14, cuya amplitud
permite la venta de todo aquello que no esté “expresamente prohibido”, dejando
una laguna legal para la comercialización de alimentos, bebidas, golosinas,
regalos y hasta productos tecnológicos, también resolviendo la tensión en favor
de la cadena empresarial.
Otra tensión fue la provocada por la intención de
ampliar la inserción territorial de la cadena en la provincia de Buenos Aires,
tal como fue desarrollado anteriormente, infringiendo la ley provincial N°
10.606 que establece que debe existir una distancia mínima entre farmacias de
300 mts. Cuidando así lo términos en los cuales se establece la comercialización
de medicamentos (con sus particularidades y especificidades) y la competencia
entre distintas franquicias de la actividad.
Su capacidad de lobby quedó demostrada con la salida de
Carlos Regazzoni como interventor del INSSJP, y su posterior reemplazo por
Carlos Cassinotti: hombre de confianza de Quintana, por haber estado al frente
del IOMA. Según los argumentos y versiones que pudimos reconstruir, el
contrapunto estuvo dado porque Regazzoni no estaba dispuesto a obedecer las directivas
dadas desde la Vicejefatura, ni a aceptar los modus operandi de Quintana frente
a una cartera que según él la tenía “vedada” por las contradicciones que su
participación podía generar.
5.
Reflexiones finales
Luego de todo el recorrido analítico realizado en este
trabajo podemos arribar a algunas conclusiones y plantear algunos interrogantes
que quedan todavía abiertos: ¿Cuáles fueron entonces los objetivos de la
política? ¿Cuál problema primó sobre el otro en la definición?
Entendemos que toda la cuestión que implicó la política
pública seleccionada contiene en su interior distintos elementos que no son
evidenciables a simple vista, y que, están en cierta manera implícitos.
Finalmente, en lugar de ser un problema de ética política o una cuestión de
eficiencia en la administración de los recursos públicos nacionales designados
al INSSJP por parte de los funcionarios, el achicamiento de la cobertura de
medicamentos termina respondiendo, en primera instancia, a una situación fiscal
desfavorable: el déficit fiscal y su urgente alivio fueron tratados con un plan
de austeridad. En este caso, el problema es construido y definido desde otro
ministerio distinto al que está a cargo del Instituto. A su vez, dicha cuestión
fiscal esconde un interés empresarial particular de un funcionario público de
la gestión Cambiemos: Mario Quintana, actual vicejefe de Gabinete de Ministros
y ex CEO de Grupo Pegasus.
El análisis de actores nos permite entender cómo entran
en contradicción los objetivos económicos y comerciales de la cadena Farmacity
que, si bien Quintana arguye haber puesto en venta sus acciones para fortalecer
la transparencia de la gestión, éstos claramente siguen estando relacionados
con sus negocios y, además, colisionan con su deber como funcionario público.
6.
BIBLIOGRAFÍA
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“Repercusiones por los recortes del PAMI a quienes no
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“Titular PAMI confirma que habrá recortes en la entrega
de medicamentos gratuitos”, Diario Clarín, 7 de enero de 2017: https://www.clarin.com/politica/titular-pami-confirma-daran-medicamentos-gratis-prepaga_0_BJVqjwRHg.html
“A partir de hoy rige el recorte en el PAMI”, Página
12, 27 de enero de 2017: https://www.pagina12.com.ar/16574-a-partir-de-hoy-rige-el-recorte-en-el-pami
“El PAMI creó una fundación gemela”, Página 12, Franco
Spinetta, 03 de octubre de 2017. https://www.pagina12.com.ar/66782-el-pami-creo-una-fundacion-gemela
“Incertidumbre en los trabajadores por la creación de
la Fundación PAMI”, Rosario Plus, 02 de Octubre de 2017. https://www.rosarioplus.com/ennoticias/Incertidumbre-en-los-trabajadores-por-la-creacion-de-la-Fundacion-Pami-20171001-0019.html