Revista Nº33 "ECONOMÍA POLÍTICA"

 

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

Red de Cultura Política y Democrática.

 

 

 

 

División de Gestión Empresarial

Departamento de Administración

 

 

 

La Revista Gestión Pública Y Empresarial (GESPyE)

 

 

 

La influencia de los programas sociales en México en la decisión del voto del ciudadano: el caso del Programa de Inclusión Social Prospera[1]

 

José Rosario Lara Salazar

 

Resumen

En México actualmente existen 55.3 millones de personas que viven en condiciones de pobreza, lo cual equivale al 46.19% de la población total. Por ello, el gobierno federal a lo largo de los años ha tratado de disminuir esta cifra a través del Programa de Inclusión Social Prospera[2], considerado como uno de los programas con más presupuesto y más importantes del gobierno, debido a su alto número de beneficiarios. Aunque el gobierno en turno tiene prohibido utilizar este tipo de programas para fines político-electorales que beneficien a su partido, en cierta manera se condiciona la entrega de los recursos de Prospera a cambio del voto; es decir, ocurre un nexo clientelar entre el gobierno, los partidos políticos y la ciudadanía beneficiaria. Por lo anterior, en el presente ensayo se analizó el impacto de Prospera en la decisión del voto del ciudadano. Para esto, se realizó una revisión de literatura sobre prácticas de clientelismo en relación a este programa social. Además, para una mejor comprensión, se abordaron los temas de marketing político y sus diferencias con el marketing gubernamental, electoral y público; los conceptos de políticas públicas, programas sociales, el clientelismo y corporativismo. Asimismo, se analizó la motivación que tienen los ciudadanos para votar, principalmente el miedo como emoción primaria del ser humano. Se encontró que este programa, desde su implementación a inicios del sexenio de Carlos Salinas, sí ha tenido efectos al tiempo de elegir a un candidato para un cargo público, es decir, se ha utilizado para fines político-electorales. En algunas ocasiones, se van visto resultados positivos; por ejemplo, en las elecciones federales de 1991[3], año en el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) recuperó una gran cantidad de votos que tres años atrás había perdido, mientras en otras ocasiones el uso de Prospera no ha funcionado. Sin embargo, no hay duda que es una estrategia que se utiliza para lograr acceder a un cargo público de representación popular en México.

 

Palabras clave: Programas sociales, Prospera, Clientelismo, Marketing Político

 

Abstract

In Mexico, there are currently 55.3 million people living in poverty, which is equivalent to 46.19% of the total population. For this reason, the federal government has tried to reduce this number through the Social Inclusion Program Prospera, considered as one of the programs with more budget given and one of the most important for the government, due to its high number of beneficiaries. Although the government in turn is prohibited from using such programs for political-electoral purposes that benefit its party, in a certain way it is conditioned the delivery of the resources of Prospera in exchange for the vote; in other words, there is a link of clientelism between the government, political parties and the beneficiary citizenry. Therefore, the present essay analyzed the impact of Prospera on the decision of the citizen’s vote. For this, a literature review of clientelism practices was carried out in relation to this social program. In addition, for a better understanding, the topics of political marketing and their differences with governmental, electoral and public marketing were approached; the concepts of public policies, social programs, clientelism and corporatism. Likewise, the motivation that citizens have for voting was analyzed, mainly the human’s being primary emotion of fear. It was found that this program, since its implementation at the beginning of Carlos Salinas’ term, has had an effect when it comes to electing a candidate for public office, that is to say, it has been used for political-electoral purposes. On some occasions, it has had good results; for example, in the federal elections of 1991, year in which the Institutional Revolutionary Party (PRI) recovered a large number of votes that three years ago had lost; at other times the use of Prospera hasn’t worked at all. Nevertheless, there is no doubt it is a strategy that is used to gain access to a public office of popular representation in Mexico.

 

Key words: Social Programs, Prospera, Clientelism, Political Marketing

 

Introducción

 

El marketing político ha tenido una evolución considerable a través de los años en México, ya que de acuerdo a Barraga et al (2016) se tiene avistamientos de su uso a finales de la década de los 80’ en la campaña presidencial de 1988, cuando en el país se siente la necesidad de evolución de los mecanismos políticos orientados a un proceso más democrático.

A pesar que fue en la década de los 80’ cuando empezó el marketing político, fue hasta que Vicente Fox Quesada en 1998, expresó a todo México sus intenciones de contender en las elecciones presidenciales del 2000 (Borjas, 2003) y se ganó la simpatía de la gente con aspectos de Fox que se percibía como uno de ellos tales como el ser perteneciente a una familia de clase media alta, ranchero, católico, enarbolar el estandarte de la Virgen de Guadalupe[4], pero sin duda, lo que lo hizo destacar fue su lenguaje coloquial, algo que todos podían entender.

Para el mejor entendimiento de lo anteriormente mencionado, Alonso y Adell (2011) definen al marketing político como disciplina orientada a la creación y desarrollo de conceptos relacionados con unos partidos políticos o candidatos específicos que logren satisfacer tanto a determinado grupo de electores como para que les otorguen su voto. Asimismo, Barranco (1997) describe al marketing político como el conjunto de técnicas que permiten captar las necesidades que un mercado electoral tiene, estableciendo con base a esas necesidades, un programa ideológico que las solucione, ofreciendo un candidato que personalice dicho programa al que se apoya e impulsa a través de la publicidad política. Aunado a esto dicho, De las Heras (1999) establece que las necesidades que un mercado tiene pueden ser aspiraciones, expectativas, sueños, emociones, sentimientos, percepciones u opiniones. Con esta información, los candidatos consiguen votos y una vez en el poder como gobierno, construyen legitimidad y respaldo social para con ello acceder y conservar espacios de representación pública.

Así pues, la idea del marketing político tiene similitudes con el marketing comercial (véase cuadro 1) donde hay una existencia de ofertantes, los cuales, de acuerdo a Barranco (1997), estudian las necesidades de los demandantes y personalizan esas ofertas en un candidato para que este las lleve a cabo y sea elegido por sobre los demás.

 

Cuadro 1

Característica

Marketing Comercial

Marketing Político

Logística de mercado

Satisfacción de la necesidad

Elección de alternativas

Productos

Bienes y servicios

Candidatos y propuestas

Valor simbólico

Consumo

Valores

Demandantes

Consumidores

Votantes

Ofertantes

Empresas comerciales

Partidos políticos

Toma de decisiones

Más jerarquizada

Más difusa

Información

Estudios de mercado

Sondeos de opinión

Comunicación

Medios/ publicidad

Medios/ publicidad

Fuente: Marketing Político de Gustavo Martínez Pandiani (2004)

 

Como consecuencia de la exigencia del votante, los partidos políticos en el gobierno se esmeran por realizar un excelente trabajo y así convencer al electorado para que otorguen su voto a favor del partido. Para efectos de este estudio, se analizará el programa social de gobierno impartido por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) llamado Prospera, con el fin de conocer el impacto que dicho programa tiene en la influencia del voto del electorado. De este modo se busca analizar si este resulta una herramienta para los candidatos del partido que se encuentra en el poder.

 

1. Marketing Político

 

En la introducción, se mencionaron definiciones sobre el marketing político en la que autores concluyen que se busca persuadir y conquistar al votante para así poder conseguir el voto por parte de ellos. Aunado a eso, también se le conoce como el conjunto de técnicas y expectativas del mercado electoral (Mercado, 1996). Es totalmente claro que lo principal en el marketing político es analizar el mercado para poder conseguir un triunfo electoral a la postre.

Un mercado de votantes puede ser distinto en diferentes partes; por ejemplo, en países democráticamente avanzados, a los votantes se les puede persuadir con propuestas más claras y que sean alcanzables, contrario a lo que sucede en países democráticamente en desarrollo, en los cuales de acuerdo a Valdez et al (2015), se privilegia el espectáculo por encima de la propuesta y las ideas, la imagen por encima de la sustancia y el carisma por encima de la capacidad. Si esto es así, no se puede actuar de igual forma en los dos escenarios mencionados, puesto que son diferentes las necesidades que se buscan, por lo que Fernández y Hernández Sampieri (2000) afirman que el marketing político es el conjunto de actividades tendientes a crear, promover y ofertar, ya sea a candidatos o gobernantes, fuerzas políticas, instituciones o ideas, en un momento y sistema social determinado.

La palabra determinado es lo que indica de cómo crear un candidato en distintos lugares; se cita el ejemplo de Donald Trump en Estados Unidos para las elecciones presidenciales de 2016, de donde un porcentaje de la población estadounidense deseaba que “América fuera grande de nuevo”, convirtiéndola en el país más poderoso y temido del mundo y eso solo sería en las manos de Trump; por otro lado, si se ejemplifica el caso de las elecciones presidenciales de México en 2012, fue claro que se buscaba vender a un personaje “guapo”[5] y de moda. Había necesidades diferentes en México y en Estados Unidos; estas se analizaron y como consecuencia, acertaron con lo que se buscaba, lo cual era el triunfo presidencial.

En conclusión, el marketing político según Valdez et al (2015) funciona como una herramienta que se conceptualiza como una serie de técnicas y estrategias para avanzar en los objetivos del poder. En otras palabras, utilizar tácticas para mantenerse como partido político en el poder y al mismo tiempo no dejar que la oposición gane. Al ser amplio los ámbitos que el marketing político estudia, este se divide a su vez en marketing electoral, marketing gubernamental y marketing público.

El marketing electoral es el planteamiento, realización y difusión de unos determinados mensajes, con ocasión de la puesta en marcha de programas electorales para designar el gobierno de una determinada comunidad política (The Graduate School of Political Management, 2016). Es decir, esta rama del marketing político se lleva a cabo previo a que un partido político llegue a ser gobierno. Igualmente se encuentra las ramas en donde el partido político ya es gobierno; la referencia se hace al marketing público en el que según Rufín y Medina (2012), es el conjunto de actividades relativas a las relaciones de intercambio que llevan a cabo los servicios públicos en orden de satisfacer necesidades sociales. Aunado a ello, está el marketing gubernamental, el cual de acuerdo a The Graduate School of Political Management (2016), es el proceso de planificar y ejecutar la política gubernamental para crear intercambios públicos que satisfagan tantos los objetivos sociales como los del Estado.

Puede llegar a ser parecido la definición de marketing gubernamental y el marketing público. Para efecto de su mejor entendimiento se analiza el siguiente cuadro comparativo.

 

Cuadro 2

Variable

Gubernamental

Público

Electoral

Político

Tiempo

Al momento de tomar posesión hasta la terminación de la función pública

En cualquier momento

En el periodo electoral

En cualquier momento (preelectoral, electoral o poselectoral)

Objetivo

Lograr la legitimidad y el respaldo social de las autoridades y gobernantes en turno

Lograr los objetivos institucionales y organizacionales

Ganar las elecciones o avanzar sus metas político-electorales (mejorar el nivel de posicionamiento)

Lograr el poder político, la legitimidad gubernamental, el respaldo ciudadano y la consecución de objetivos organizacionales

Eje de articulación de los esfuerzos

Las dependencias gubernamentales

Las dependencias y organizaciones de carácter público

Los candidatos, formaciones políticas y sus comités de apoyo

Los candidatos, partidos, gobiernos, organizaciones e instituciones públicas de carácter no gubernamental

Objeto de estudio

Las relaciones de intercambio entre gobernantes y gobernados

Relaciones de intercambio entre instituciones, organismos públicos y la sociedad

Las relaciones de intercambio entre candidato, partidos políticos y los electores

Relaciones de intercambio entre electores, candidatos y partidos, entre ciudadanos, gobernantes, entre instituciones públicas y la sociedad

Fuente: Teoría y práctica del marketing político de Andrés Valdez Zepeda (2002)

 

 

2. Políticas públicas

 

Una parte esencial de las ciencias políticas y del mismo marketing político son las políticas públicas, las cuales según el portal en línea del INE[6] (2013) son el estudio de la acción de las autoridades públicas en el seno de la sociedad, planteando como preguntas si qué producen quienes gobiernan para lograr qué resultados y a través de qué medios.

Avanzando en este razonamiento, una política pública de excelencia corresponde a aquellos cursos de acción y flujos de información relacionados con un objetivo político definido en forma democrática; los que son desarrollados por el sector público y frecuentemente con la participación de la comunidad y el sector privado. Así pues, Lahera (2004) afirma que una política pública de calidad incluirá orientaciones o contenidos, instrumentos o mecanismos, definiciones o modificaciones institucionales y la previsión de sus resultados.

Partiendo de esta premisa, cualquier gobierno busca realizar actividades lo más eficaz y eficiente para dar resultados positivos a la sociedad. Algunos ejemplos de políticas públicas serían programas de empleo temporal a jóvenes o adultos mayores, becas de estudio o apoyo económico, educativo y de salud a personas de escasos recursos. En definitiva, en las políticas públicas en México aplicaría los programas sociales de SEDESOL, los cuales al tener contacto cercano con la población mexicana, es probable que cumpla lo señalado con Barranco (1997), De las Heras (1999) y Valdez et al (2015) quienes afirman que el marketing político, tiene como objetivo satisfacer al electorado para obtener su voto.

 

3. Programas sociales

 

Para la mejor comprensión del tema, se hace una breve definición de lo que es un programa social. Habitualmente se entiende por programa todo plan, proyecto o servicio mediante el cual se diseña, organiza y pone en práctica un conjunto de acciones dirigidas a la consecución de unas metas (De Miguel, 2000). Por lo que este término conlleva cualquier tipo de estrategia de intervención social que se dirige a la promoción de cambios.

El desarrollo social surgió en Europa con los llamados programas de protección social, que beneficiaban a las personas con seguros contra enfermedades, como en el caso de Alemania (Cámara de Diputados, 2014). Asimismo, en Inglaterra, estos programas se instauraron con la finalidad de combatir la indigencia y las enfermedades, con lo cual la población adquirió derechos sociales.

De la misma manera, la revista Cámara (2014) indica que en México se tiene avistamientos de programas sociales con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en 1943, según su portal en línea (2017) y posteriormente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en 1959, de acuerdo a lo establecido en su sitio de internet (2016); para después en la década de 1980 se creara el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol). Dicho programa estaba dirigido a pueblos indígenas, campesinos y zonas urbanas marginadas.

Como se afirmó en el párrafo anterior, los programas sociales en distintas partes del mundo y sobre todo en México han ido evolucionando, mejorando los existentes y creando nuevos; esto debido a la necesidad que existe en la población. A ello, Ziccardi (2008) establece que los programas sociales tienen como objetivo crear condiciones de equidad social, así como promover y garantizar el ejercicio de los derechos sociales; además, buscan dar acceso a bienes y servicios básicos que son considerados parte de dichos derechos.

De modo que según el portal en línea de SEDESOL (2016) después de la creación de algunos programas e instituciones en pro del beneficio de los mexicanos, hoy en día dicha secretaría tiene en México programas como la Cruzada contra el Hambre, el Programa Seguro de Vida para Jefas de Familia y el Programa Pensión para Adultos Mayores.

Así pues, se destaca uno de los programas sociales de mayor impacto de SEDESOL, el cual es llamado Prospera, que en sus inicios fue Pronasol creado por el entonces presidente de México, Carlos Salinas.

 

4. Prospera

 

El programa social Prospera tiene el objetivo de reducir los niveles de pobreza en México, los cuales de acuerdo al CONEVAL[7] (2017) alcanzan los 55.3 millones de personas. Este programa es considerado como uno de los más vigilados por el mismo gobierno federal (Secretaría de Desarrollo Social, 2017) para poderlo “blindar”[8] de cualquier uso político electoral[9], puesto que existe un alto número de padrón de beneficiarios y ello ha dado paso que en México se hayan suscitado diversos casos de uso político-electoral de Prospera. Por consiguiente, se hace un análisis del programa y su evolución a través de los años.

Desde la toma de protesta del entonces presidente de México, Carlos Salinas, se presentó el Pronasol como medida para combatir los niveles de pobreza en pueblos indígenas, campesinos y en zonas marginales de las principales ciudades (CNN Expansión, 2014). Esto era uno de los principales programas que Salinas miraba como una oportunidad de hacer consolidar su gobierno, debido a que no había existido hasta entonces un programa que se dedicara específicamente al combate a la pobreza. Asimismo, el portal de CNN Expansión (2014) cita que se ejercieron bajo este programa más de 52,000 millones de pesos en el sexenio salinista; por lo que se puede inferir, que la inversión del gobierno mexicano hacia Pronasol era gigante en pro de reducir los niveles de pobreza que en ese entonces según Correa y González (2016), había 46.1 millones de habitantes en dicha situación.

Pronasol empleaba el “crédito a la palabra”[10] a los apoyos otorgados. Con esto el gobierno manifestaba su confianza en los productores directos, de modo que les hacían ver que les entregaban dinero sin pedir un tipo de aval; además, Pronasol parecía dar resultados favorables como con los campesinos pobres quienes al recibir los recursos para la producción sentían dicho apoyo como algo positivo (Lechón, 2013) lo que a la postre daba pie a prácticas clientelares las cuales se mencionarán más adelante.

Continuando con la idea establecida en el párrafo anterior, Pronasol logró un impacto positivo de suma importancia, que de acuerdo a Rojas (2010), sirvió como modelo para varios países de América Latina; por ejemplo: los programas de Bolsa Familiar en Brasil, Familias en Acción en Colombia o el programa Avancemos en Costa Rica y la Red de Protección Social en Nicaragua.

A pesar que los esfuerzos para reducir la pobreza por parte de Pronasol fueron grandes, el número de pobres se incrementó del inicio al final del sexenio de Salinas con 900,000 más, por lo que daba la impresión que existía un fallo en Pronasol. Sin embargo, el programa continuó con el siguiente presidente de México, Ernesto Zedillo.

Teniendo en cuenta de la fuerte crisis económica suscitada en México, Pronasol tuvo un cambio, para llamarse Progresa en el año de 1997, el cual tenía como objetivo que los beneficiarios fuesen habitantes de comunidades rurales exclusivamente (Correa & González, 2016). Por lo que se infiere, que a causa de la crisis que ocurría, era necesario hacer una elección más selectiva de los beneficiarios.

Dicho lo anterior, Progresa conjugó a su vez subsidios alimentarios y acciones de salud y educación para asegurar la entrega de un paquete básico con una cobertura inicial de 300 mil familias beneficiarias; el programa se expandió hasta alcanzar 2.4 millones de familias (Levy & Rodríguez, 2005). Avanzando en este razonamiento, a pesar de lo complicado que pudo ser el sexenio de Zedillo debido a la crisis, aun así, Progresa mostró un avance fuerte desde su cambio, en la reducción de pobreza de 63 millones a 52.7 millones (Correa & González, 2016), no obstante, el número de pobres se había incrementado conforme a 1994 cuando terminó el sexenio salinista. Por lo cual, la pobreza seguía en aumento y Progresa seguía sin reducir esos niveles.

En consecuencia, a que los niveles de pobreza seguían altos en 2002, Vicente Fox siendo el primer presidente de México de un partido de oposición[11] decide darle una transformación a Progresa llamándolo programa Oportunidades, en el que continuaría con las reglas de aplicación de Progresa, pero ahora incluyendo también a familias pobres de zonas urbanas (antes era solo rurales). Igualmente, las becas se expandieron de sólo educación básica hasta educación media superior (Franco & Canela, 2016) y con la dinámica de otorgar el dinero directamente a las madres de las familias beneficiarias (CNN Expansión, 2014), siempre y cuando cumplieran con revisiones médicas y que llevaran a sus hijos a la escuela.

El portal de CNN Expansión (2014) indica que el presupuesto otorgado al programa se incrementó en un 70% en comparación con el último año de Zedillo, por lo que Oportunidades canalizaba más de 146,000 millones de pesos, lo cual indicaba una cifra jamás vista y ello dio pie a la reducción de pobreza, puesto que al final del sexenio de Fox el número de pobres en México había decrecido en un 10.26% comparado con el inicio.

El programa Oportunidades estuvo en activo 4 años del sexenio de Vicente Fox y los 6 años de Felipe Calderón[12]. De la misma manera, Oportunidades continuó casi 2 años del sexenio de Enrique Peña Nieto[13], hasta que el presidente Peña Nieto decidió cambiar a Prospera (el más reciente) en el que seguía prácticamente las mismas vertientes de Oportunidades solo con el agregado de lograr la inclusión financiera laboral y productiva (Correa & González, 2016), con el fin que los beneficiarios sintieran un cambio significativo en sus vidas.

Más allá de los cambios que ha habido en 26 años de Pronasol a Prospera, el porcentaje de la población pobre ha tenido una reducción mínima conforme a lo que se esperaba en 1988, cuando se creó Pronasol (véase gráfica 3). De modo que, se cuestiona el uso de Prospera y se analiza la causa de que su objetivo primario no logre alcanzar la meta esperada de una reducción significativa de la pobreza en México.

 

      Gráfica 3

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Fuente: Correa y González (2016), CONAPO (2016)

 

5. La presencia del clientelismo en Prospera

 

Prospera al ser un programa social de gobierno no debe usarse para fines político-electorales; así lo dice la Ley General de Desarrollo Social (2016) en su artículo 28 la cual establece:

 

La publicidad y la información relativa a los programas de desarrollo social deberán identificarse con el Escudo Nacional en términos que establece la ley correspondiente e incluir la siguiente leyenda: “Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos al desarrollo social.

 

De modo que conforme lo establecido en el artículo 28 de la Ley General de Desarrollo Social, el partido político que esté en gobierno debe abstenerse de usar esos programas en favor de su partido y debe hacerlo en pro de tener una mejor sociedad y un mejor país. No obstante, es menester destacar que si el partido en gobierno aplica una estrategia inteligente puede favorecerse sin que cometa una ilegalidad, esto puede hacerse otorgando buenos resultados y en donde el ciudadano se sienta agradecido y contento para poder otorgarle su voto.

Lechón (2013) afirma que Pronasol cumplió muy bien la conexión clientelar entre el gobierno y la ciudadanía; es decir, en cierta forma Pronasol condicionó la recepción de los recursos a cambio del voto. También, es de suma importancia recordar que, en las elecciones federales de 1991, a mediados del gobierno de Salinas, el PRI recuperó una enorme cantidad de votos que tres años atrás había perdido.

Para su mejor comprensión el clientelismo se define como el intercambio de bienes, servicios y favores por lealtad, obediencia y votos (Tosoni, 2007). Por lo que en México aplica bien este principio (muchas veces sin quiera ser mencionado) puesto que el mexicano se le distingue por ser muy cercano, con esa sensación de familiaridad y “compadreo”[14] (Báez, 2013) y este al ser ayudado por alguien más, busca regresar el favor de la mejor manera. Tosoni (2007) menciona que esto sucede paralelamente porque al dar el apoyo se aplica el principio de reciprocidad el cual consiste en “dar, recibir y devolver”.

Citando un ejemplo del clientelismo, Hevia (2010) menciona que, en Coatzacoalcos, Veracruz, un enlace municipal llamado Rodrigo renunció a su puesto para poder hacer campaña electoral por Marcelo Montiel, presidente municipal que se postulaba a diputado local. Siendo Rodrigo una autoridad importante en el municipio y uno de principales operadores de Montiel, utilizaba la estructura del Programa Oportunidades para invitar a la gente a reuniones de apoyo a “Marcos”, un precandidato del PRI que finalmente perdió contra Iván Hillman.

Aunado al ejemplo anterior, se dieron a conocer unos videos donde Teresa Idelfonso, operadora de Prospera en el municipio de Zaragoza, Puebla, exigiera a beneficiarios su voto para su partido, a cambio de recibir el apoyo (Contraparte, 2016), teniendo como consecuencia que el partido en oposición hiciera una demanda en contra.

De la misma manera, no solo el clientelismo ha sido un factor en la inclinación de voto por parte del ciudadano que recibe algo a cambio (en este caso el apoyo económico de Prospera), sino el corporativismo, el cual de acuerdo a Schmitter (1979) se define como:

 

Sistema de representación de intereses en el cual, las partes constitutivas están organizadas dentro de un número limitado de categorías singulares, obligatorias, jerárquicamente ordenadas y funcionalmente diferenciadas, reconocidas o autorizadas (si no creadas) por el Estado, a las que les concede un deliberado monopolio de representación, dentro de sus respectivas categorías, a cambio de seguir ciertos controles en su selección de líderes y articulación de demandas y apoyos.

 

Llegados a este punto, con el paso del tiempo el corporativismo fue perdiendo peso ya que antes una corporación llámese sindicato, institución o universidad podía afiliar en masa a sus agremiados, cuando ahora la afiliación debe ser individual.

Como se estableció con anterioridad, se destaca que, aunque el porcentaje de pobreza ha disminuido escasamente de 1994[15] a 2014, el presupuesto otorgado a Prospera haya aumentado en ese mismo periodo[16] (véase cuadro 4), siendo este, uno de los principales programas sociales que el gobierno atiende y se enfoca en mejorar (Secretaría de Desarrollo Social, 2017). Esto se ha visto, primeramente, que el programa siga vigente[17], además, de la adición de nuevas vertientes a atender o mejorar las antes establecidas.

 

Cuadro 4

Año

Cantidad

Porcentaje de crecimiento

2014

$73,176,835,072

10.65%

2015

$74,991,343,348

2.48%

2016

$82,166,741,898

9.57%

2017

$82,151,073,496

-0.02%

Fuente: Presupuesto de Egresos de la Federación de los ejercicios 2014, 2015, 2016 y 2017.[18]

 

Así pues, ha habido casos en que Prospera ha influido en algunas elecciones (como en las intermediarias de 1991, mencionadas anteriormente); sin embargo, debe resaltarse qué es lo que motiva más al elector para que decida tener inclinación política por el partido en gobierno y así otorgarle el voto. Entre ellas puede destacarse diversas variables establecidas anteriormente como el “compadrazgo”, corporativismo o incluso sentimientos primarios que influyan al elector a decidirse por una opción política como lo es el miedo. Por tanto, a continuación se analiza el factor motivación en la decisión de voto del ciudadano.

 

6. Motivación

 

La motivación es conceptualizada a grandes rasgos como la fuerza interna generada por una necesidad insatisfecha que impulsa a las personas a la acción; dichas necesidades pueden ser positivas o negativas (Schiffman & Kanuk, 2010). Otro rasgo a destacar, son los impulsos positivos, los cuales se consideran como necesidades, anhelos y deseos; mientras que los negativos como temores o aversiones.

En el sentido político, la motivación toma en las personas un rol importante en su decisión final en las votaciones. Delgado et al (2010), mencionan que las actitudes, las creencias propias, la presión social, las intenciones y conductas de los individuos también tienen un peso preponderante en la determinación que toma cada persona.

Asimismo, Cortina (2003) afirma que la motivación nunca es una cuestión absoluta, sino que siempre se consume de manera comparativa, haciéndose más notable en el consumo político, donde la oferta se restringe a un número limitado de opciones; es decir, la decisión de adquirir el producto ofertado, pasa entonces por comprar entre las ofertas disponibles, y muchos casos, elegir la que presenta menor disparidad con lo deseado.

La motivación en el campo político puede funcionar distinto de acuerdo a su población; por ejemplo, el factor racional, según Delgado et al (2010) gana fuerza cuando esta cuenta con el conocimiento suficiente como para juzgar actitudes, decisiones y comportamientos. En otras palabras, un pueblo que razona su voto se motiva a buscar a un candidato que oferte las mejores propuestas para la sociedad y no para un grupo pequeño de personas. No obstante, un pueblo que no razone su voto, solo buscará un beneficio temporal como puede ser una despensa o una cantidad de dinero.

En lo que respecta a un pueblo que no racionalice su voto, se observa que la motivación de una persona para elegir a sus gobernantes va más con la imagen y la telegenia[19] que el propio candidato (Sánchez, 2009). Por ello muchos candidatos buscan hacer presencia en televisión y lucir bien, antes que dar propuestas concretas y posibles para el electorado.

Complementando lo anteriormente establecido, razonar el voto juega un papel importante en la motivación del electorado; así como también la simpatía e imagen de un candidato. Sin embargo, es de resaltar que también los sentimientos juegan un papel primario en ello como el miedo o el agradecimiento. Este último sentimiento va ligado con el compadrazgo, rasgo de la idiosincrasia del mexicano.

Se ejemplifica el agradecimiento en las elecciones intermediarias del sexenio salinista en 1991, puesto que previamente Salinas había creado el Pronasol donde el apoyo económico era “crédito a la palabra”; es decir, el mexicano sentía que le daban la confianza de utilizar ese dinero a cambio de nada y eso conllevó a que el sentimiento de agradecimiento se pagara con un voto.

Además del sentimiento de agradecimiento, en México, ha habido casos en el que el voto del miedo se ha aplicado estratégicamente. El portal de internet de la revista Proceso (2016) afirma que, en 1994 se aplicó dicha estrategia, la cual mostró su eficacia en la que el gobierno administró ese temor a la violencia o a la inseguridad de que el ciudadano pudiera perder la paz o algún patrimonio conseguido. En consecuencia a ello, se comprueba que el elector se ve motivado más a votar por percepción que por razonamientos.

 

7. El voto del miedo

 

El miedo es un sentimiento primario el cual cualquier ser humano experimenta. Es así como Valdez (2014) indica que la emoción es más potente que la razón y que en el proceso de toma de decisiones, el coeficiente emocional de las personas es más importante que el coeficiente racional. En este orden de ideas y de acuerdo a hallazgos científicos, se puede decir que, en muchos casos, la emoción controla a la razón.

Dicho lo anterior, una persona puede razonar una decisión, pero al final si se ve motivado por los sentimientos hacia una decisión diferente, se hará de esa forma. Un claro ejemplo es el voto del miedo el cual según Valdez y Huerta (2011) es el acto de sufragar por parte del elector, compelido o motivado por una serie de temores, amenazas, intimidaciones e incertidumbres sobre el presente y el futuro de una determinada actividad.

El miedo es una herramienta y táctica importante para los candidatos del partido que gobierna, esto debido a que existe la premisa que el gobierno utiliza algunos beneficios o apoyos que otorga a la ciudadanía para condicionar el voto (un ejemplo de ello es Prospera), mostrándoles el escenario que, si la oposición llegase al poder, la posibilidad de perder dichos beneficios estaría en riesgo.

Como se mencionó anteriormente, en 1994 se utilizó la campaña del miedo en México, centrándose principalmente en el mensaje que, si se elegía a cualquier candidato que fuera de la oposición, la economía se iría a pique, el conflicto armado zapatista[20] se extendería por todo el país y todo eso generaría una situación de confrontación social que ocasionaría una situación de caos (Proceso, 2016), teniendo como resultado, un triunfo electoral más por parte del PRI; partido que hasta entonces, seguía gobernando desde 1929.

Aunado a lo establecido en el párrafo anterior, en 2006 se volvió a utilizar la estrategia del miedo, esta vez por el PAN, cuando Felipe Calderón desplegó una campaña en contra de su contrincante, Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como “un peligro para México”, comparándolo con el entonces presidente venezolano Hugo Chávez (Proceso, 2016). Del mismo modo, figuras emblemáticas de México como empresarios o miembros de la Iglesia Católica apoyaron la campaña de Calderón, en lo cual le dio a la postre una victoria muy reñida con una diferencia del solo .5% sobre López Obrador.

De manera que, en México se han utilizado diversas estrategias del miedo para conseguir el triunfo electoral. Hecha esta salvedad, Prospera ha sido un programa en el que el factor miedo se ha aplicado, en el cual se ha visto a delegados federales amenazar directamente a las comunidades votantes con quitarles los programas sociales (López, 2016). De ahí que, las personas beneficiarias pueden tener el sentimiento de perder ese apoyo y al ser gente de escasos recursos, estas temen que ese ingreso lo pierdan. Dicho lo anterior, Valdez y Huerta (2011) establecen lo siguiente sobre ello:

 

El dilema que generalmente se les plantea a los votantes, durante una campaña sustentada en el miedo, es que de llegar los adversarios al poder se perderá o se podrán en riesgo la estabilidad, la paz, el progreso, el bienestar, el futuro, la seguridad, los valores y los logros alcanzados por los ciudadanos, por lo que se les convoca a sufragar para evitar el riesgo o para detenerle la posible calamidad que vendrá en el futuro y que lo representan sus opositores.

 

Se destaca que, se han visto varios casos del uso del miedo para que la gente no salga a votar y los partidos en el poder utilicen el “voto duro”[21] para ganar, como lo que sucede en el Estado de México, en donde habrá elecciones el 4 de junio de 2017, en la que el PRI (partido actual en el gobierno) buscará hacer sentir el miedo en las personas para que no haya mucha participación electoral y a su vez, emplear el voto duro de su partido (García, 2017). Luego entonces, el miedo es aliado del PRI para evitar una alternancia letal para el partido.

En definitiva, el miedo es una herramienta positiva para el candidato del partido que se encuentra en el gobierno; debido a que, ha habido situaciones de violencia, días previos a las votaciones, como en Sinaloa, en 2016 se dañaron 65 camiones urbanos, que fueron agredidos con piedras, bates de béisbol y armas de fuego (La voz de Michoacán, 2016), dando pie a que la ciudadanía se aleje de votar y así pueda resultar beneficiado el partido que tenga más voto duro.

 

8. Principio de reciprocidad

 

Con anterioridad, se destacó el agradecimiento como parte de la idiosincrasia del mexicano. Para ello se hace un breve análisis del principio de reciprocidad, de la cual Jaeggi (2015) afirma que, las normas sociales impulsan a responder con un favor cuando una persona ha hecho uno a otra previamente, para no ser considerados como ingratos.

Es por ello, que muchas personas se sienten comprometidas a dar el voto al candidato del partido que se encuentra gobernando, ya que miembros del gobierno en ocasiones han ayudado a los ciudadanos con alguna obra pública, como reparar el pavimento de una calle, construir alguna escuela u hospital o el apoyo económico de algún programa social como puede ser Prospera.

Como muestra de la reciprocidad, está el caso de Karla López, funcionaria federal de Prospera que apoyaba la campaña de Nancy de la Sierra en Puebla. Karla López mencionó en una reunión privada a un grupo de beneficiarias, que ellas están respaldadas por Nancy de la Sierra; además, utilizó un vocabulario alabador para las beneficiarias describiéndolas como personas “risueñas”[22] y que tienen un buen corazón (Mejía, 2015). A cambio de dichas palabras, algunas de las beneficiarias mostraron simpatía con Karla López. Por consiguiente, se establece que se cumple el principio de reciprocidad, en el cual las personas al recibir algo material, algún apoyo económico o apoyo moral de respaldo, estas a su vez se sienten con la necesidad de poder regresar el favor que les fue dado.

 

9. Consideraciones finales

 

El programa social de gobierno Prospera, ha crecido en número de beneficiarios y en presupuesto desde su creación con Carlos Salinas. Se enfatiza que, el objetivo principal de dicho programa es reducir los niveles de pobreza en México, el cual se ha cumplido; no obstante, el porcentaje de pobreza de 1994 a 2014 solo ha disminuido en un 4.31% (Correa & González, 2016), cifra insuficiente para el presupuesto que Prospera ha tenido en los últimos años.

Definitivamente, existe el cuestionamiento del aumento en presupuesto que Prospera tiene cada año o de su misma existencia porque los resultados de reducción de pobreza han sido bajos. Para ello, Hevia (2010) y Lechón (2013) afirman que Prospera en su evolución y en la actualidad ha servido como una herramienta clientelar para la obtención de votos para el candidato del partido político que se encuentra gobernando una entidad y mediante el uso de diversos sentimientos como lo son el miedo o la reciprocidad, el gobierno se ha encargado de influir en la toma de decisión final de los electores.

Así pues, se discute la causa por la cual los electores permiten acciones que condicionen su voto. Hay que recordar que Prospera tiene en su padrón de beneficiarios a personas de escasos recursos, a quienes se les establece de forma directa o indirecta, que ese apoyo posiblemente se pierda si un partido político de oposición llega al poder; por lo que el beneficiario se ve influido en un alto nivel por quién votar.  

A manera de conclusión, se enfatiza que el uso de programas sociales de gobierno tales como Prospera, quedan estrictamente prohibido para fines político-electorales. Sin embargo, existe el supuesto que estos se usan de dicha manera; a través del voto del miedo, de la reciprocidad, del clientelismo o del corporativismo. Esto se logra ver con el incremento de presupuesto otorgado a Prospera cada año, con el número de beneficiarios que tiene y paralelamente con los escasos resultados de reducción de pobreza que ha tenido el programa. Hecha esta salvedad, el uso de Prospera seguirá siendo una vía cercana de comunicación clientelar entre el beneficiario para obtener el apoyo económico y entre el partido político que gobierna para obtener el voto.

 

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FICHA CURRICULAR

 

·         José Rosario Lara Salazar

 

·         Licenciado en Administración de Empresas.

 

·         Universidad de Guadalajara; Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas.

 

·         Marketing político.

 

 



[1] Prospera es un programa social de Gobierno dirigido a la población en situación de pobreza cuyo objetivo es articular esta población en el sector financiero y laboral, educación, alimentación y salud.

[2] Antes llamado Pronasol, Progresa y Oportunidades.

[3] Justo después de la implementación del programa Pronasol.

[4] Símbolo religioso en la cultura de México, país el cual el 82.7% de su población son católicos (Milenio, 2016).

[5] El término guapo según el Diccionario de la Real Academia Española (2017) establece a una persona bien parecida y atractiva físicamente.

[6] El Instituto Nacional Electoral (INE) es un organismo público autónomo encargo de organizar las elecciones federales, así como organizar, en coordinación con los organismos electorales de las entidades federativas, las elecciones en los estados de la República y de la Ciudad de México. Aunado a ello, de acuerdo al sitio web del INE (2017), esta institución fue creada en 1990 con el nombre de Instituto Federal Electoral (IFE) con el objetivo de dar certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales.

[7] El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) es un organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal, con autonomía y capacidad técnica para generar información objetiva sobre la situación de la política social y la medición de la pobreza en México, que permita mejorar la toma de decisiones en la materia (CONEVAL, 2017).

[8] De acuerdo a la Real Academia Española (2017), el término blindar significa proteger exteriormente algo con diversos materiales; lo cual en este caso se refiere proteger a Prospera con diversas estrategias de cualquier uso diferente a los establecidos.

[9]  A pesar que SEDESOL establece que Prospera es un programa altamente vigilado por el gobierno, dicha afirmación parece ser una simulación, ya que de acuerdo con algunos autores como Hevia (2010) y Lechón (2013) establecen que los partidos que se encuentran gobernando, hacen uso político de Prospera.

[10] El Diario de Colima (Quiles & Ruiz, 1991) señala que el crédito a la palabra se refiere a proporcionar un préstamo sin intereses, en donde se confía que quien recibe el préstamo, pagará lo recibido sin tener algún tipo de aval.

[11] En el año 2000, el Partido Acción Nacional (PAN) venció al PRI en las elecciones de presidente de la República.

[12] Presidente de México en el período 2006-2012.

[13] Actual presidente de México quien inició en 2012 y su periodo finaliza en 2018.

[14] Compadreo de la palabra compadre o compadrazgo, en México, es un acuerdo entre dos o más personas para favorecerse mutuamente, por lo general causando daño a otra (The Free Dictonary, 2017).

[15] Prospera inició en 1988; sin embargo, se cuenta en este punto el porcentaje de pobreza desde 1994, año en que termina el sexenio de Salinas, ya que para este año se podía ver lo efectos que Prospera pudo haber hecho desde su creación.

[16] En 2017 tuvo un decremento mínimo del .02%

[17] Se enfatiza la vigencia, ya que la pobreza en México ha tenido una reducción escasa, siendo esta el principal objetivo de Prospera.

[18] Se toma en consideración los últimos 4 años del presupuesto hacia Prospera para analizar que a pesar de no reducir los niveles de pobreza como se espera, su presupuesto sigue aumentando.

[19] Conjunto de cualidades de una persona que la hacen más atractiva en televisión (Real Academia Española, 2017)

[20] El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es un grupo armado que inició un levantamiento en contra del gobierno mexicano en Chiapas, al suroeste de México. El EZLN le declaró la guerra al gobierno de México y al entonces presidente, Carlos Salinas debido a que exigían trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz.

[21] El voto duro suele llamarse al voto emitido por quienes son militantes y simpatizantes permanentes de un partido político, y que lo apoyan en las urnas independientemente de los candidatos y de los programas que ofrezca al electorado, o de la situación que atraviese el país, porque sienten una gran identificación con él (Diccionario electoral, 2017)

[22] De acuerdo a la Real Academia Española (2017), risueña es una persona que ríe con facilidad.