RESUMEN
Cambio
de régimen en Nepal: De monarquía a república
En el presente artículo se
analiza el desarrollo del proceso de cambio acontecido en Nepal, que ha mutado
de una monarquía hinduista a una república federal democrática y secular. Se
abordan las características de este país multiétnico, multicultural,
multi-lingüístico, conocido como "techo del mundo".
Se estudian las causas y
motivos del fin de la monarquía absolutista, conseguido mediante el concierto
de los partidos políticos tradicionales, que junto a la guerrilla maoísta, que
depuso las armas, se desmovilizó y se sumó al sistema institucional,
suscribieron un Acuerdo General de Paz en 2006 que fue supervisado por Naciones
Unidas.
Se consideran las
elecciones multipartidistas y libres de 2008 y 2013, como asimismo a los
actores, procedimientos y objetivos del período 2006-2016, la promulgación de
la Constitución de 2015 y los principios y fines del maoísmo nepalés.
Finalmente, se disciernen
las consecuencias y los efectos de la crisis de Nepal, la situación de
minorías, castas y etnias, las tareas pendientes en materia política, económica
y social, como asimismo de reconstrucción a posteriori de los terremotos de
abril y mayo de 2015.
KEY WORDS: monarquía -
república - castas - maoísmo - Constitución –
ABSTRACT
Regime
change in Nepal: From monarchy to republic. Ten years after the Spring
Kathmandu.
In
this paper we analyze the process of change in Nepal which used to be a
monarchy of Hinduism and became a federal democratic and secular republic in
the present. We will study the main characteristics of this country with
multiple ethnics, languages and cultures, known as “roof of the world”.
Why
absolute monarchy ended? How traditional political parties and maoist
guerrilla band, which stopped the war and joined to the institutional system,
signed a general peace agreement in 2006 under UN supervision.
We
consider in our paper free elections in 2008 and 2013 as well as political
actors, procedures and objectives of period 2006-2016, the proclamation of a
Constitution in 2015 and principles and basis of Nepal’s maoism.
Finally,
we distinguish consequences of Nepal’s crisis, minorities, ethnic groups and
lineage, what should be done in political, economic and social areas as well as
rebuilding work that has to take place after earthquakes in april and may 2015.
KEY
WORDS: monarchy – republic – lineages – Maoism – constitution
Cambio
de régimen en Nepal: De monarquía a república
Por
Javier Marotte
Universidad
Kennedy – Universidad Nacional de Córdoba - Universidad Complutense de Madrid -
Comisión de Bioética P. José Kentenich
I.-
Introducción
"¡Cómo
puede un hombre estudiar la realidad humana, si ignora al mismo tiempo la
divina!" Braudel, 1963/1987:66)
En Nepal desde 2001 las noticias se suceden
como un torbellino: por aquellos años el príncipe heredero Dipendra se suicidó,
previamente haber asesinado a casi toda la familia reinante. Durante los tres
días que duró su propia agonía, fue reconocido como monarca y sucedido por su
tío, el impopular Gyanendra, quien abolió en 2005 el régimen democrático. Al
año siguiente siete partidos políticos movilizaron al país pidiendo el fin de
la monarquía; los rebeldes maoístas depusieron las armas y se sumaron al
escenario político; se llamó a una asamblea constituyente, la cual el 28 de
mayo de 2008 proclamó la república, poniendo fin, de ese modo, a casi 240 años
de régimen monárquico.
La salida de Gyanendra, fue consecuencia de
un proceso político increíble de dos años, en el curso de los cuales los nepaleses
pusieron término a la guerra civil, llevaron al poder a la ex rebelión maoísta
y enterraron la única monarquía hinduista del mundo, instaurando un sistema
republicano.
Nepal, es considerado un "estado
tapón" enclavado entre el gigante chino en el norte y el omnipresente
vecino meridional indio. El ahora ex reino de Nepal, país himalayense
desheredado y atormentado, observa a la historia acelerar su curso, hacia un
horizonte favorable, reclamado por una población maltratada tras una década de
guerra civil, veinticinco años de inestabilidad gubernamental (once primeros
ministros se sucedieron entre 1990 y 2001) y de mala gobernanza, tragedias
diversas y variadas (vg. El asesinato de la familia real y los seísmos de abril
y mayo de 2015), de experiencia monárquica más o menos acabada (Guillard,
2007).
Ante el asombro de los extranjeros, esta
ecuación inestable acabó por dar a luz un modelo original; a principios de
2007, la democracia retornó bajo una forma inédita. En efecto, al lado de la
alianza de siete partidos políticos tradicionales –muchos desacreditados por el
pueblo- aparecieron en lo sucesivo en un gobierno y en un congreso de diputados
interinos, sus "aliados" maoístas, hasta ayer adversarios que
blandían armas.
El rey, desde los acontecimientos de la
"Primavera de Katmandú" (abril de 2006) estuvo destinado a un papel
protocolar. En prueba de buena voluntad y de integración al proceso político
institucional, los ex rebeldes entregaron sus armas ante los observadores de la
ONU, sin perjuicio de algunos pocos nostálgicos que aún mantienen sus reservas.
Las Fuerzas Armadas Nepalesas cuentan hoy en sus filas, con muchos de los
antiguos insurgentes de la Nepalese People´s War (Guillard, 2007).
La vida política de Nepal está hoy dominada
por el social demócrata Partido del Congreso Nepalí y otros dos partidos
comunistas, en los que sus folletos, locales y reuniones son adornados con
retratos de Marx, Engels, Lenin, Stalin o Mao. Los jefes que han sido elegidos
para dirigir al país combatían hace apenas diez años en el matorral, en nombre
de la doctrina maoísta de la "guerra del pueblo". Por muy anacrónica
que parezca externamente esta realidad, da cuenta de la dimensión de los
arcaísmos de un Nepal en vías de desarrollo que absorbe con varias décadas de diferencia
las evoluciones de sus vecinos.
II.-
El país "techo del mundo"
Nepal no posee acceso al mar y está situado
en medio de las famosas montañas de la cadena del Himalaya (nombre derivado del
sánscrito que significa "nieves perpetuas" o "mansión de las
nieves"). En el Himalaya se encuentra el monte más alto del mundo, el
Everest de 8850 metros, cuya denominación en tibetano es "Chomo Lungma",
que podemos traducir como "diosa madre del mundo".
Por el Everest y las otras siete cumbres
más altas del globo ubicadas en este país (Kangchenjunga, Lhotse, Makalu,
Cho Oyu, Dhaulagiri, Manaslu, Annapurma I) y más de un centenar de montañas
que tapizan la orografía, se le conoce como el "techo del mundo".
Nepal se halla emplazado entre los dos estados más poblados de la tierra: China
e India y posee una particularidad, nunca fue colonizado. De aquí son
originarios los soldados "gurkhas" que prestan servicios
alternativamente para los ejércitos británico e indio y son conocidos por su
ferocidad.
Nepal posee un área de 147.181 kilómetros
cuadrados y para 2016 se calcula su población en 31,5 millones de habitantes,
con una densidad de 210 hab/km2. El país es un paradigma de lo exótico,
salpicado de altas cumbres y monasterios (en el valle de Katmandú hay 2700
templos religiosos); pero también ha sido uno de los estados con menor
desarrollo del mundo. Más adelante veremos que, también aquí la pobreza fue la
génesis de la violencia y que de modo paulatino ha comenzado la recuperación
económica y social.
Un 80% de los nepaleses profesan el
hinduismo, y las tres religiones minoritarias son en orden decreciente de
importancia: budismo, islamismo y cristianismo (10.7%, 4.2% y 0.5%,
respectivamente). La población es multirracial compuesta de 102 etnias
(chettri, bramines, sherpas, manangpas, lopas, gurungs, magarsm tharus,
yadavas, satar, rajvanshis, dhimals, tamanos, newares, kamis, rais, limbus,
santhal, sunwars, thakuris, indios, tibetanos, etc.) y se encuentra divididas
en castas.
Según el origen étnico se asientan en determinadas
regiones del país. Así, el pueblo tharu es un grupo étnico indígena de la zona
de Terai en las estribaciones meridionales de la Cordillera del Himalaya. Los
miembros de este grupo son considerados descendientes directos de Siddharta
Gautama (Buda). Son famosos por haber desarrollado resistencia a la malaria.
Representan el 13.5% de la población total de Nepal.
Los madhesi son un grupo indígena que
reside en la región sur y en los llanos de Terai. Son étnica, cultural y
lingüísticamente similares a la gente del estado indio de Bihar y de parte del
estado de Uttar Pradesh. Son mayoritariamente hindúes. Terai representa un
quinto de la masa continental de Nepal y en la que se asienta cerca del 50 % de
su población.
El nepalés (de origen sánscrito) es el
idioma de unificación, el cual hablan y entienden todos los habitantes, empero
son 93 los dialectos que se utilizan generalmente como lengua familiar
(maithili 12%, bhoipuri 5%, tharu 3%, tamango 2%, gunung 1.5 %). En las
oficinas de gobierno y de negocios, así como en las escuelas privadas, el
idioma utilizado es el inglés.
En el Informe de Desarrollo Humano
2007-2008 del PNUD, Nepal poseía un Índice de Desarrollo Humano de 0.534
(medio-bajo); se hallaba situado en el puesto 142 sobre un total de 177 países
evaluados. La esperanza de vida al nacer era de 62.6 años (una de las más bajas
del sur de Asia); habiendo solamente 21 médicos cada 100 mil habitantes, no se
garantizaba el acceso a la salud y el 17% de la población se hallaba
desnutrida. Sin embargo, poseía una elevada tasa de crecimiento demográfico del
2.17 % anual.
El acceso a la educación continuaba siendo
deficiente y el país tenía una tasa de alfabetización de sólo el 48.60%. Estaba
catalogado como un país de ingresos bajos y se lo consideraba dentro de los
pueblos menos adelantados. El PIB per cápita era de uso 390 (es decir apenas
por encima de un dólar diario) y Nepal crecía a un ritmo del 2 % anual. La
inflación rondaba el 10% cada doce meses. Había alrededor de 450 mil teléfonos
fijos, 250 mil celulares y 175 mil usuarios de Internet.
Contrastadas y actualizadas dichas
estadísticas con las más recientes, tenemos que la tasa media de crecimiento
demográfico es de 1.84% (2014); la tasa de fecundidad por mujer es de 2.3
hijos; la esperanza de vida de ha elevado a 69.60 años; la tasa de natalidad
por cada mil habitantes es de 21.07 (2014); la tasa de mortalidad es de 6.39
por cada mil habitantes; la mortalidad infantil por cada mil nacimientos en el
mismo año es de 40.43; el 88% de la población tiene acceso a fuentes de agua
potable; mientras que el 35% posee servicios de saneamiento; la población por
debajo de la línea de pobreza era en 2012 de 24.8% y el Índice de Desarrollo
Humano para 2014 había ascendido a 0.548 (bajo, tendiendo a medio), lo cual
representa una mejora respecto de 2008 y se halla en constante ascenso (puesto
146 sobre 184 países relevados).
El PIB per cápita ha aumentado
sensiblemente, pasando a ser en 2013 de u$s 1500 por habitante y ascendiendo al
puesto 106 a nivel mundial por volumen de PIB. El ingreso promedio de los
ciudadanos alcanzó los u$s 750. El crecimiento del PIB en 2013 fue del 3.6 %,
mientras que la inflación se mantiene en los mismos niveles de 2008, un 9.6 %
en 2013.
El desempleo sigue siendo muy elevado,
afectando a un 46% de la población económicamente activa (un universo total de
18 millones de nepaleses). La deuda externa es de u$s 5.960 millones (2015) y
posee una deficitaria balanza comercial, con u$s 1060 millones en exportaciones
y u$s 6.329 millones en importaciones, para el mismo año.
La novel república tiene grandes desafíos
por delante, incluidos la violencia política, la total desmovilización de la
guerrilla maoísta que ha sido asimilada en gran parte al Ejército y a la
policía, lo cual aún no es bien aceptado por los militares; eliminar la
pobreza, entregar tierras a los campesinos, en un país en el que el 80% de la
población vive en zonas rurales y un cuarto se encuentra por debajo de la línea
de pobreza.
La contaminación es la principal causa de
muerte en Nepal. Es lo que surge del último informe de la OMS. Con 9 mil
decesos al año, la mala calidad del aire es más mortífera que la revolución
maoísta de una década atrás. De cada 100 mil nepaleses, son 36 los que mueren a
causa de enfermedades respiratorias. Expertos locales sostienen que:
"Después del terremoto, la situación empeoró. Ahora es una emergencia de
salud pública (Sharma, 2016b).[i]
Nepal ha experimentado una crónica fuga de
cerebros y de mano de obra en los últimos quince años, así como también miles
de jóvenes nepaleses han huido del país para buscar educación y oportunidades
de empleo en el extranjero. Se estima que alrededor de 700 mil ciudadanos
nepaleses trabajan en el exterior. El desarrollo heterogéneo ha aumentado en el
último quinquenio. Hasta 2007, la continuación de lucha armada había sido el
principal impedimento de desarrollo económico. Los daños a los cultivos como
consecuencia de los combates y el desplazamiento de aproximadamente 100 mil
personas condujo a la reducción de la producción agrícola, el principal
componente del PIB de Nepal.
Este es un país demasiado confuso, con un
entramado social, administrativo, económico y humano por naturaleza complejo,
con experiencias gubernativas previas que causaron el gran malestar y generaron
desconfianza exacerbada, con rivalidades políticas y tensiones, luchas de egos,
agendas ideológicas antinómicas, persistencia de castas, ausencia de Estado de
derecho e imperio de una proverbial corrupción política. Nepal fue ubicado en
el puesto 21 entre los "Estados fallidos" según el Informe 2007-2008
de FfP, habiendo bajado al puesto 36 en Informe correspondiente a 2015-2016 de
la misma organización, en un nivel que comparte con Ruanda, Egipto, Sri Lanka y
Timor Leste.
En la actualidad el país himalayense ocupa
el puesto 126 entre 174 países según el Índice de Percepción de Corrupción de Transparency
International. Los poderes del Estado y los partidos son "calderas de
amiguismo y nepotismo" (Guillard, 2015a).
Nepal depende de la gestión razonable de
sus líderes, hasta los terremotos de abril y mayo de 2015, mucho más ocupados
en sus intereses materiales que en la correcta administración de los asuntos
nacionales, que incluyen temas críticos como la reconstrucción post guerra
civil y post seísmos, la reconciliación nacional, la pobreza, el subdesarrollo
y el endémico desempleo.
Ante la incuria de sus dirigentes,
carencias y profusión de males crónicos, este país está ahogado por los
gigantes del sur (India) y del norte (China) y permanece como un actor frágil,
débil, dividido e incapaz de sustraerse a la influencia / injerencia de sus
vecinos poderosos. India es Goliath, gran potencia meridional
tradicionalmente demasiado implicada en los asuntos nepaleses (étnicos,
religiosos, comerciales, económicos y de la seguridad pública). Guillard
(2015b) considera a India como una especie de Big Brother
condescendiente y molesto, que no vacila e maltratar o intimidar a Nepal, para
su propio beneficio.
III.-
2001 – 2016: Actores, procedimientos y objetivos
Gyanendra Bir Bikram Shah Dev, fue hasta el
28 de mayo de 2008 el último rey de Nepal. Se dedica privadamente a la
industria del té, tabaco y casinos y es propietario de varios hoteles en la
capital del país, Katmandú. Llegó al trono real a raíz de la masacre perpetrada
por el príncipe Dipendra en 2001, cuando munido éste de una ametralladora segó
la vida de la familia real que encabezaba el popular rey Birendra. Ante el
avance del maoísmo en la guerra civil y una generalizada corrupción política,
en febrero de 2005 Gyanendra asumió como autócrata la suma del poder público,
aboliendo el régimen democrático establecido, posponiendo sine die las
elecciones parlamentarias. También destituyó al Parlamento, instauró la censura
en los medios de comunicación, encarceló a políticos y activistas. De tal forma
sobrepasando sus poderes, consiguió la unanimidad de las reprobaciones.
En abril de 2006 una alianza de siete
partidos promovió la Jana Andolan II (Movimiento Democracia 2006, como
continuación del primero en 1990), que con manifestaciones populares, mítines y
huelgas paralizaron el país. Se exigió el fin de la monarquía y este grupo de
partidos fue considerado como un "atípico cóctel contra-natura"
(Guillard, 2008a), porque estaban unidos por la animadversión hacia el rey
Gyanendra, pero no por el amor por su país (en palabras de Borges "no los
unía el amor, sino el espanto").
Ante el repudio de la población, el
escepticismo de sus opositores y la presión internacional de sus vecinos, el
monarca anunció el 21 de abril de 2006 que "devolvía el poder al
pueblo". Fue el principio del fin del reino nepalés: los partidos
nombraron al primer ministro, el rey fue obligado al pago de impuestos, fue
privado de sus títulos tales como "encarnación y descendiente de la
divinidad hindú Vishnú" y se vio forzado a dejar de ejercer las funciones
de Jefe de Estado; sólo conservó la corona.
A este resultado se llegó después de
innumerables negociaciones, en las que diplomáticos europeos, americanos e
indios hicieron las veces de mediadores. "Quiero expresar mis condolencias
a las familias de los muertos y heridos" dijo Gyanendra durante su
discurso, aceptando las demandas de la calle que pedían una disculpa por los
quince muertos y más de 5 mil heridos provocados por la represión policial de
las últimas semanas de insurrección. Dijo además que había tomado la decisión
para "proteger la democracia multipartidista y restaurar la paz".
El anuncio del rey llegó después de que su
oferta de nombrar un primer ministro de la oposición y convocar a elecciones
fuera considerada insuficiente. Los siete partidos que dirigieron el
levantamiento conocido como "Primavera de Katmandú" se persuadieron
que el discurso de Gyanendra fue una "victoria del movimiento
popular" y se comprometieron a devolver el orden al país con un
llamamiento a la calma.
Los poderes del rey fueron duramente
recortados el 18 de mayo de 2006 cuando el Parlamento de Nepal aprobó por
unanimidad una moción histórica por la que dejó de ser "comandante supremo
del Ejército", el que fue puesto bajo control legislativo. También se
decidió por entonces que el monarca podía ser llevado ante los tribunales en
caso de que "actuase contra la ley", algo impensado de acuerdo con la
obsoleta Constitución por la que, hasta hace poco tiempo, se regía el pueblo
nepalí.
Desde junio de 2006 Gyanendra tampoco formó
parte del Parlamento y por tanto no tuvo derecho a veto sobre las leyes que
éste elaboró, con lo cual se trató de evitar hacia el futuro que los
legisladores debieran buscar la aprobación real para sus proyectos y normas,
pues cortaron toda relación entre el monarca y el poder legislativo.
En noviembre de 2006 el líder guerrillero
maoísta Pushpa Kamal Dahal, alias Prachanda ("El temible" o "El
feroz") y el primer ministro Koirala firmaron un acuerdo de paz que
contempló la incorporación de representantes de la guerrilla al Parlamento y al
gobierno, para un período de transición semestral, previo a las elecciones. Los
siete partidos acordaron de antemano la abolición de la monarquía bicentenaria
y la fundación de una república.
Desde el 15 de enero de 2007 al 23 de
julio de 2008 la jefatura de Estado la encabezó interinamente el primer
ministro Girija Prasad Koirala, quien había sido elegido en seis ocasiones para
ese cargo y contaba con una trayectoria política de sesenta años.
El 24 de diciembre de 2007 el Parlamento
estableció una república federal con democracia multipartidista, como prenda de
paz entre el gobierno y los maoístas, que actuando como guerrilleros desde 1996
dejaron un saldo de entre 13 mil a 15 mil muertos en enfrentamientos armados.
La guerrilla surgió con apenas cien miembros y fue creciendo hasta contar en
sus filas alrededor de 20 mil efectivos (40% mujeres). Llegaron a controlar la
administración de algunos distritos (un tercio del país) y fueron la primera
minoría en las elecciones de 2007 y la tercera en 2013.
Las causas del crecimiento exponencial de
la violencia encuentran su origen en el descontento causado por las paupérrimas
condiciones de vida y en la exclusión de grupos étnicos que no pertenecen a la
mayoría hindú. Las violaciones a los derechos humanos, la intimidación y el
recorte de las libertades han sido la constante de ambos bandos. El Ejército ha
sido acusado de homicidios, torturas a presos y detenciones arbitrarias. Los
maoístas, por su parte han asesinado a más de mil personas bajo la acusación de
"enemigos de la revolución", reclutaban niños-soldados y secuestraban
rehenes para cobrar rescate.
El 28 de mayo de 2008 se puso fin a
doscientos cuarenta años de monarquía y se ordenó al rey abandonar el Palacio
de Narayanhity en Katmandú, que ha sido convertido en museo. Cuando la Asamblea
Constituyente anunció el fin del reinado de Gyanendra, los nepaleses eufóricos
y en un ambiente festivo ganaron las calles al grito de "¡Viva la
República!" y "Gyanendra ladrón, deja el palacio". Fue un
monarca odiado por el pueblo, que se empeñó en gobernar de modo absolutista,
calificado de "medieval" y "arcaico". Como encarnación de
Vishnú el rey tenía naturaleza divina y su mera presencia imponía reverencia,
oración y obediencia ciega. La matanza palaciega de 2001 fue utilizada por los
maoístas para demostrar a los campesinos que la monarquía no tenía ninguna
naturaleza divina.
Dos semanas después de la abolición del régimen
monárquico, Gyanendra "rey-dios", deshonrado por el pueblo nepalés y
cuya fortuna es estimada en centenas de millones de dólares, hizo su equipaje.
Se transformó en un "ciudadano ordinario". Según la prensa local
reclamó una guardia de cuatrocientos soldados, pero el gobierno sólo le
concedió setenta y cinco agentes de seguridad. El antiguo soberano y su esposa
la ex reina Komal Rajya Laxmi Devi Shah, debieron también renunciar a sus
seiscientos servidores, secretarios, asistentas, jardineros, choferes,
cocineros, quienes pasaron a ser empleados de la nueva República Federal
Democrática de Nepal.[ii]
Resignado a su destino, el depuesto rey
Gyanendra abandonó (previo consultar con futurólogos y adivinos su día más
propicio) el 11 de junio de 2008 por última vez su palacio en forma de pagoda
con techos rosados, pero prometió permanecer en el país y trabajar por su
pueblo. Se retiró del amplio complejo Narayanhiti en el corazón de la capital
en una limusina negra, precedida de un furgón policial, pasando junto a miles
de curiosos y cientos de policías antidisturbios. Algunas docenas de personas
le gritaron a su paso epítetos tales como: "Gyane ladrón, vete del
país", aplaudieron y bailaron mientras se retiraba (Denyer, 2008).
Tres horas antes, el ex monarca había
expresado en una rueda de prensa su deseo de no exiliarse. "Me gustaría
vivir en mi madre patria y contribuir de la manera que sea posible al mayor
bien de este país y la paz en esta tierra". En la conferencia de prensa,
el rey depuesto se mostró tranquilo y sonrió a menudo. Dijo que aceptaba el
veredicto de la Asamblea Constituyente y que ya había entregado la corona
decorada con diamantes y rubíes y el cetro ceremonial de oro.[iii]
El otrora monarca, actualmente de sesenta y
nueve años, cuya toma absoluta del poder en 2005 trajo como consecuencia,
fuertes protestas callejeras y finalmente, su caída, expresó cierto pesar por
sus acciones, pero no efectuó ninguna disculpa formal. "En nombre de los
miembros de mi familia y de mí mismo, me gustaría expresar mi pesar si mis
acciones, o la de miembros de mi familia, hirieron inadvertidamente a
alguien", dijo ante una multitud de periodistas. La abolición de la
monarquía fue una condición clave para el Acuerdo General de Paz firmado en
2006 con los rebeldes maoístas, que se habían enfrentado a la dinastía en una
guerra civil de una década.
Después de la publicitada ruptura con más
de dos siglos de monarquía de la familia Shah, los maoístas y los demás
partidos de relevancia en la Asamblea Nacional, se avocaron infructuosamente a
dar respuestas a las aspiraciones de cada uno de ellos, muchas contradictorias.
También discutieron durante casi siete años el texto de la constitución
política del nuevo Estado y la asignación y distribución de los roles y
funciones en la república y sus instituciones.
De la buena voluntad de los dirigentes
maoístas depende aún hoy, no herir las susceptibilidades de las diversas
formaciones y de los electores, tranquilizar la nación y crear confianza en la
comunidad internacional.[iv]Sin
embargo, también existen sobradas razones para dudar que ello ocurra
prolijamente (Guillard, 2008). Asimismo, queda un aparente minoritario grupo de
monárquicos que sumado al colectivo nacionalista hindú son refractarios a la
laicización del Estado y al establecimiento del nuevo orden republicano.
Algunas bombas que han estallado en Katmandú dan testimonio, que los días por
venir aún pueden ser cruentos.
No podemos dejar de considerar que existen
otras minorías, actualmente no activas como militares, burócratas, empresarios
y partidarios del ancien régime que fueron colocados en las periferias
del poder, que persisten como el fermento que puede dar lugar a manifestaciones
de protestas, conforme se vaya revelando la política maoísta.
El período de gracia post instauración de
la república fue breve, porque la población demandaba soluciones al nuevo
gobierno. Al principio, estuvieron dominados por el temor hacia quienes hasta
2006 fueron un atroz grupo guerrillero. Pero la pauperización al ser
insoportable, es más fuerte que cualquier miedo. Si bien la imaginación de los
nuevos gobernantes propendió a una mesurada laicización del Estado, relanzar la
economía, modernizar el funcionamiento de la administración pública y sobre
todo crear consensos y fomentar la inclusión de los más desposeídos; muchas
prácticas de venalidad, corrupción y nepotismo permanecieron inalterables,
mientras que ha habido fórmulas más declamativas de respeto a los derechos
humanos de las minorías, que políticas tendientes a su observancia y operatividad.
Al constituirse la república se eligió como
presidente al médico madhesi, Ram Baram Yadav, dirigente del Partido del
Congreso Nepalí, quien cumplió su mandato entre julio de 2008 y mayo de 2015.
Fue sustituido por la actual presidente Bidhya Devi Bhandari, militante
feminista, antigua ministro de Defensa y líder del Partido Comunista marxista
leninista (UML). Minorías religiosas la acusan de favorecer al hinduismo y los
valores védicos, a pesar de haberse convertido Nepal en un Estado laico y que "las
instituciones no debieran expresarse a favor de un credo" en particular.
El 14 de junio de 2011 Nepal se transformó
en el segundo país asiático en ser declarado por la ONU, libre de campos
minados. La erradicación de las minas era uno de los compromisos del acuerdo de
paz firmado en 2006. En mayo de 2012 lo intentos de promulgar una nueva
Constitución terminaron cuando la Asamblea Constituyente que se había formado
en 2008, se desintegró debido a la falta de acuerdos.
Ocho primeros ministros se sucedieron desde
2008 hasta 2016 y las crisis gubernamentales han sido la característica de los
efímeros gobiernos parlamentarios. Esta es la nómina de los titulares del Poder
Ejecutivo:
Girija Prasad
Koirala (abril-agosto 2008)
Pushpa Kamal Dahal
"Prachanda" (agosto 2008-mayo 2009)
Madhav Kumar Nepal
(mayo 2009-febrero 2011)
Jhala Nath Kanal
(febrero-agosto 2011)
Baburam Bhattarai
(agosto 2011-marzo 2013)
Khil Raj Regmi
(marzo 2013-febrero 2014)
Sushil Koirala
(febrero 2014-octubre 2015)
Khagda Prasad
Sharma Oli (K.P. Oli) (octubre 2015-agosto 2016)
Amnistía Internacional en su Informe 2008
expone que: "Tanto el gobierno como el Partido Comunista de Nepal
(maoísta) incumplieron en gran medida los compromisos en materia de derechos
humanos adquiridos con el Acuerdo General de Paz, firmado en noviembre de 2006.
Las elecciones se aplazaron en dos ocasiones. Las medidas destinadas a abordar
la impunidad de los autores de violaciones y abusos cometidos en el pasado eran
claramente insuficientes. Sectores vulnerables, como las mujeres y las
minorías, continuaban corriendo peligro de sufrir abusos contra los derechos
humanos" (threport.amnesty.org).
En la actualidad subsisten en Nepal otros
problemas. Los 19 mil desmovilizados maoístas, que junto a sus familias suman
más de 25 mil personas y fueron repartidos en veintiocho campos supervisados
por los antiguos observadores de la ONU, están aún asimilándose a la vida
civil. Los que no ingresaron al Ejército ni a la policía (unos 6 mil)
permanecen pendientes de ser efectivamente integrados en las fuerzas militares
nepalesas. La población madhesi, un tercio del total de habitantes del país se
halla en insurrección con la nueva Constitución y además, con el aval de India,
no tolera a los maoístas en el gobierno y posee planes en la región de Terai,
que podrían derivar en la independencia o en la solicitud de anexión a la Unión
India.
Según informes, decenas de miles de
personas continuaban desplazadas internamente a consecuencia del conflicto que
finalizó en 2006 y de la persistente violencia reinante en el sur nepalés.
Existe preocupación por la seguridad de las personas retornadas y por la
restitución de propiedades de ciudadanos que habían huido ante las amenazas y
ataques de la guerrilla maoísta.
A ello debe sumarse la situación humanitaria
de los supervivientes de los terremotos de 2015, que quedaron lesionados o
sufrieron la pérdida de sus viviendas. El proceso de reconstrucción marcha
lentamente y no se han receptado las prometidas ayudas internacionales o se han
desviado los fondos que efectivamente llegaron al país, destinados a aliviar la
difícil situación de los damnificados por los seísmos.
Merece destacarse la notable tarea
desarrollada en conjunto por la ACNUR y la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM), que han reasentado exitosamente 100 mil refugiados butaneses
de Nepal, que habían llegado a comienzos de la década del ´90 del siglo
anterior. El programa comenzó en 2007 y hoy sólo quedan dos campamentos,
contando con una población de emigrados butaneses de sólo 18 mil personas. A
medida que el reasentamiento concluya quedarán 10 o 12 mil refugiados
definitivamente en Nepal (Fuente: ACNUR).
Sin embargo, la asunción de Donald Trump a
la presidencia de Estados Unidos provocó una crisis inesperada ya que la OIM,
que ha estado coordinando la reubicación de refugiados butaneses, anunció la
suspensión a los residentes en los campos de refugiados del distrito de Jhapa,
a unos 700 kilómetros de Katmandú. "Como el presidente de EEUU ha
suspendido el programa de admisión de refugiados, no habrá ninguna salida a
partir del 3 de febrero hasta nueva orden", informó a la agencia EFE
Deepesh Das Shrestha, un funcionario del Alto Comisionado para los Refugiados
(ACNUR), al confirmar los términos de la instrucción girada por las autoridades
estadounidenses (Diario Las Américas, 2 de febrero de 2017).
También existen alrededor de 20 mil
exiliados tibetanos, según la Administración Central del Tíbet con base en
India. La mayoría se hallan en un limbo jurídico ya que Nepal hace décadas que
no proporciona documentación adecuada a los migrantes, ni los registra para
acogerse al estatus internacional de refugiados. Los tibetanos desfilan
periódicamente frente a la embajada de China en Katmandú, para exteriorizar sus
protestas frente al trato que el gobierno de Beijing le otorga a la Región
Autónoma del Tíbet y la difícil vida de sus habitantes.
En Nepal habitan alrededor de 600 mil
ciudadanos indios, que son un grupo de presión de importancia, ya que India
representa el 40 % de la inversión extranjera directa, así como los dos tercios
de su comercio exterior.
IV.- La Constitución de 2015
El 19 de noviembre de 2013 se realizó la
jornada de las elecciones legislativas, a través de la cual se eligió a los
miembros de la nueva Asamblea Constituyentes. El social-demócrata Partido del
Congreso Nepalí obtuvo la mayoría de los escaños, seguido del Partido Comunista
marxista leninista (UML), mientras que el Partido Comunista Unificado de Nepal
(Maoista-Centro) quedó relegado al tercer lugar en el número de puestos,
después de haber sido primera minoría en 2008.
Votaron 9 millones 45 mil ciudadanos, con
una participación del 70 % del censo electoral. Las elecciones transcurrieron
pacíficamente sin mayores inconvenientes y dieron la victoria al Partido del
Congreso Nepalí con 196 de 575 escaños de elección directa, segundos los
comunistas de UML con 175, terceros los maoístas con 80 y cuartos los
monárquicos del Rastriya Prajatantra Party Nepal (Partido Nacional Democrático)
con 24.
La caída de los maoístas en su
representación parlamentaria que en la anterior legislatura era de 149, puede
explicarse debido a sus pretensiones de redactar una constitución de tintes
maoístas, sin considerar a las restantes fuerzas democráticas (Parajuli, 2013).
Tras los devastadores terremotos del 25 de
abril y 12 de mayo de 2015 y sus múltiples réplicas, se aceleró el proceso de
sanción de la Carta Magna. En efecto el 20 de setiembre de 2015 (2072 Badhra 4
según el calendario local) Nepal promulgó por 507 votos contra 25 su tan
demorada Constitución bajo la presidencia del diputado Krishna Prasad Sitaula,
la primera en Asia que protege especialmente los derechos de las personas gays.
Así Nepal quedó constituido como una República federal secular, habiendo sido
como monarquía el único estado del mundo con el hinduismo como religión
oficial. Asimismo, se dividió el territorio en siete provincias.
La Constitución que cuenta con 308
artículos fue impulsada por el Partido del Congreso Nepalí, del ex primer
ministro Sushil Koirala (fallecido el 9 de febrero de 20l6), su por entonces,
socio de gobierno el Partido Comunista CPN-UML y el opositor, ahora encabezando
el gobierno desde agosto de 2016, Partido Comunista Unificado (UPCN
maoísta-centro).
Para gran parte de la sociedad este
documento es discriminatorio de las minorías y las mujeres. Entre otras cosas,
no otorga suficiente representación política a algunos grupos étnicos y las
madres solteras o casadas con extranjeros no pueden dar la nacionalidad a sus
hijos, si su esposo no lo ha hecho con anterioridad. Sin embargo, un hombre
nepalés puede hacerlo sin que su pareja tenga que nacionalizarse. Además, los
hijos de las madres solteras sólo podrán acceder a la nacionalidad, si se
desconoce el paradero de su padre. Esta situación legal ha dejado a cerca de
800 mil personas en condición de apátridas, según un informe producido por
ACNUR.
Los opositores madhesi y partidos del
Terai, con apoyo indio, promovieron un bloqueo fronterizo que se prolongó
durante cinco meses y produjo desabastecimiento de combustible, medicamentos y
productos básicos, además de la muerte violenta de cincuenta y cinco personas,
incluida una decena de policías.
La minoría madhesi de la región del Terai y
los indígenas tharus del cinturón industrial del sur del país, no están de
acuerdo con el reparto administrativo dispuesto en la Constitución y frente al
primer aniversario de la misma convocaron a un "día negro" como modo
de protesta (Ghimire, 2016).
Además de pretender lograr dos provincias
para su grupo étnico, buscan también que los nepalíes nacionalizados puedan
liderar funciones en el Ejército, la policía y ser jefes de Estado. Actualmente
pueden ser miembros del Parlamento y del gobierno, pero no dirigir órganos
oficiales algunos. Los madhesi quieren también que la representación electoral
sea proporcional al número de habitantes representados, algo que no obstante
perjudicaría a las zonas remotas y menos habitadas del país.
Sin embargo, la Constitución de Nepal abre
el camino al pleno respeto de la libertad de asociación, derechos de las
mujeres y reconocimiento especial de las personas homosexuales y el desarrollo
basado en el trabajo digno y seguro; consagra el derecho a la alimentación como
fundamental para todos los ciudadanos, asegura que éstos tengan protección en
casos de escasez de alimentos que pueda poner peligro su vida; dispone que
todos los ciudadanos tienen derecho a la soberanía alimentaria y establece
como derecho la justicia social. Nepal ha emitido el primer pasaporte del mundo
donde se contempla el tercer género y en sus documentos nacionales de identidad
también se permite esta opción.
La nueva Constitución prohíbe expresamente
la pena capital, contempla la igualdad ante la ley, el debido proceso legal con
las garantías estandarizadas a nivel internacional, respeta la libertad de
prensa y de religión. Veda cualquier discriminación por motivos de origen,
creencia religiosa, raza, casta, tribu, sexo, condiciones físicas y de salud,
discapacidad, estado civil, embarazo, situación económica, idioma, región
geográfica, lenguaje o ideología.
Asimismo promueve el empoderamiento, la
protección y el progreso de las mujeres, de los dalits, adibasi (grupos
indígenas), madhesi, tharus, musulmanes, clase oprimida, grupos marginados,
campesinos, indios, obreros, jóvenes, niños, ancianos, minorías sexuales,
personas discapacitadas.
La Constitución define a la nación como
multiétnica, multilingüe, multicultural, reconociendo su diversidad geográfica.
Establece que Nepal es una organización independiente, indivisible, soberana,
secular, con un Estado democrático de orientación socialista, federal y
republicano.
El sistema federal deslindado se basa en la
lógica geográfica más que en la etno-religiosa, por cuanto agravaría las
tensiones étnicas y socavaría la unidad nacional. Los maoístas y madhesi
consideran a esta un receta para futuros desastres y se hallan avocados a
efectuar enmiendas y correcciones según sus criterios (Guillard, 2015).[v]
El presidente del país es pensado como una
figura protocolar y es elegido por medio de un colegio electoral integrado por
los miembros del parlamento federal bicameral y las asambleas legislativas
provinciales (Giri, 2015). La función del presidente es promover la unidad de
Nepal, el cumplimiento y protección de la Constitución del país.
Al presidente elegido por cinco años, lo
acompaña un vicepresidente elegido por similar período. El Poder Legislativo
consta de dos cámaras: La Casa de los Representantes de 275 miembros y la
Asamblea Nacional de 79 miembros. El Poder Judicial lo ejerce la Suprema Corte
y los tribunales inferiores.
Crea organismos independientes como el
Fiscal General, el Auditor General, la Comisión para la Investigación de Abuso
de Autoridad (casos de corrupción), la Comisión de Servicio Público, para la
provisión de funcionarios y empleados del Estado y una serie de comisiones
tendientes a la promoción, protección e implementación efectiva de derechos
reconocidos, tales como: Comisión Nacional de Derechos Humanos; Comisión
Nacional de Mujeres; Comisión Nacional de los Dalits; Comisión Nacional de
Recursos Naturales y Fiscales; Comisión Nacional de Inclusión, etc.
Hasta llegar a la Constitución de 2015,
Nepal ha estado plagado de intentos fallidos y de una inestabilidad política
que ha causado decenas de muertos. Los principales partidos, incapaces de
llegar a un acuerdo de mínimos durante siete años, acordaron en junio de 2015
impulsar el proceso constitucional, en medio de la conmoción que vivió el país
tras los terremotos que destruyeron varias zonas en abril y mayo de dicho año,
causando casi 9 mil muertos, cerca de 22 mil heridos y 1 millón de viviendas
dañadas o destruidas.
El 26 de febrero de 2015 el Tribunal
Supremo de Justicia falló en contra de las disposiciones que recomendaban
amnistías por crímenes de derecho internacional, contenidas en la Ley sobre la
Comisión de Verdad y Reconciliación aprobada por la Asamblea Constituyente en
abril de 2014. El gobierno rechazó la sentencia del Tribunal Supremo y presentó
una solicitud de revisión. La Comisión antedicha y la Comisión para la
Investigación de Personas Desaparecidas, creadas por ley, comenzaron a
funcionar pese a las disposiciones sobre amnistías.
La rendición de cuentas por los abusos
contra los derechos humanos siguió estando muy desvirtuada, por el accionar
defectuoso de la policía, que en ocasiones no acata órdenes de tribunales en
caso de presuntas ejecuciones extrajudiciales, violencia de género, torturas y
malos tratos y tráfico de mujeres y menores (Informe Amnistía Internacional, 2015/2016).
Como sostenemos, persisten las
discriminaciones por múltiples razones y la Ley sobre Eliminación de la
Discriminación basada en la casta y en la condición de intocable de 2011, se
aplicó sólo en unos pocos casos penales por desconocimiento de la propia norma
y por temor de las víctimas a la hora de denunciar agresiones.
V.- La misión de Naciones
Unidas y las elecciones de 2008
El Consejo de Seguridad de la ONU creó la
Misión de la ONU en Nepal (UNMIN) con el fin de proporcionar apoyo al proceso
de paz y las elecciones. UNMIN informó oportunamente que en los campos
permanecían 3 mil niños y jóvenes combatientes. La UNMIN fue una misión
política especial establecida por el Consejo de Seguridad, para apoyar el
proceso de paz en Nepal: en particular, para ayudar en la realización de la
Asamblea Constituyente y en la organización de elecciones libres y justas.
UNMIN se estableció en respuesta a las
peticiones de los Alianza de Gobierno de los siete partidos y el Partido
Comunista Unificado de Nepal (Maoísta), en cartas dirigidas al Secretario
General de la ONU de fecha 9 de agosto de 2006 en las que se pidió a la
organización internacional que brindase ayuda en la creación de un libre y
justo ambiente para la elección de la Asamblea Constituyente y todo el proceso
de paz. Las partes firmaron el Acuerdo General de Paz (AGP) el 21 de noviembre
de 2006, y UNMIN comenzó oficialmente sus trabajos el 23 de enero de 2007.
Para lograr su objetivo, y con base en
las peticiones de las partes en el AGP, el mandato de la UNMIN incluyó las
siguientes tareas:
a) supervisar la gestión de armas y
personal armado del Ejército de Nepal y de los combatientes maoístas.
b) ayudar a las partes a través de un
Comité de Coordinación Conjunto de Vigilancia en la aplicación del acuerdo
sobre desarme y desactivación de la guerrilla maoísta.
c) colaborar en el seguimiento de los
acuerdos de alto el fuego.
d) prestar asistencia técnica a la Comisión
Electoral en la planificación, preparación y realización de la elección de una Asamblea
Constituyente, mediante un equipo independiente de observadores electorales
nombrados por el Secretario General y la presentación de informes de análisis
de todos los aspectos técnicos del proceso electoral y la celebración de los
comicios.
El Consejo de Seguridad estableció la UNMIN
con un período de doce meses, luego prorrogado, ya que las dos veces aplazadas
elecciones para una Asamblea Constituyente, consideradas la piedra angular de
la transición política trazada en los doce puntos de entendimiento del 22 de
Noviembre de 2005 entre los siete partidos y el maoísmo y en el Acuerdo General
de Paz de noviembre de 2006, dilataron el proceso, y finalmente se celebraron
el 10 de abril de 2008 en ordenada y pacífica atmósfera.
Ban Ki Moon, secretario general de la ONU,
felicitó a los nepaleses por el desarrollo de la elección y elogió la
entusiasta participación en este acontecimiento histórico. Más del 63 por
ciento de los 17,6 millones de nepaleses con derecho a voto participaron en las
urnas, con una alta intervención de las mujeres y los jóvenes. La Comisión
Electoral sólo repitió los colegios electorales en 106 de un total de 20.886
centros de votación.
La elección fue la más observada en la
historia de Nepal: más de 60 mil fiscalizadores locales y cerca de 800
observadores internacionales fueron desplegados en todo el país. En
declaraciones públicas, los principales grupos de observadores internacionales,
incluida la Unión Europea, la Red Asiática para Elecciones Libres, el Centro
Carter y otros, así como los principales grupos de observadores nacionales
coincidieron en que la elección se llevó a cabo de manera relativamente
pacífica y que no se denunciaron fraudes ni intimidaciones.
El éxito de la celebración de las
elecciones y la amplia aceptación del resultado fue un logro significativo para
el proceso de paz y un homenaje a la valentía y voluntad del pueblo nepalés.
También demostró el compromiso de sus dirigentes políticos y la profesionalidad
y la integridad de la Comisión Electoral (http://www.unmin.org.np/downloads/keydocs/2008-05-16-UNMIN.SG.Report.to.SC.
ENG.pdf).
Con la aplicación del 50 por ciento de
cuota en relación con los escaños por representación proporcional, las mujeres
constituyeron el 33 por ciento de los miembros electos. Se trata de un
porcentaje mucho más alto que la media mundial del 17,8 por ciento de las
mujeres representantes en los órganos electivos. Los candidatos que representan
una amplia diversidad de comunidades fueron elegidos de circunscripciones en
todo el país en el primer escrutinio después de la elección. Mediante el
establecimiento de las circunscripciones, junto con el requisito de las cuotas
para la representación proporcional de asientos, se ha garantizado que obtengan
diputados los grupos históricamente marginados de la vida política y social
como son los madhesi, janajatis, dalits y las minorías religiosas.
La Asamblea Constituyente con 601 miembros
de 2008 fue el mayor órgano electo en la historia de Nepal. Aunque, debemos
aclarar que los grupos más desfavorecidos, como los dalits, seguirá siendo
insuficientemente representados desde el punto de vista proporcional, si bien
la considerable sobre-representación histórica de los grupos dominante ha
disminuido. De tal modo se dieron cabida a las demandas de estos sectores de la
sociedad que reclamaban, incluso con virulencia, el mejoramiento de sus
posiciones dentro de los poderes del Estado.
Los rebeldes maoístas procedieron a
entregar sus armas y se desarmaron por completo desde 2007, dejaron la
clandestinidad, ingresaron al Parlamento y lograron colocar a algunos de sus
dirigentes como primeros ministros, tales como Prachanda en dos oportunidades y
el moderado Baburam Bhattarai. El actual vicepresidente de la República, Nanda
Kishor Pun es un antiguo comandante militar del irregular ejército People´s
Liberation Army (PLA).
UMIN extendió sus actividades durante 2009
y 2010, pero con retiro gradual de personal afectado a la misión, la cual dejó
de operar definitivamente el 15 de enero de 2011.
V.- Los principios y fines del maoísmo
nepalés
Estos maoístas perpetuaban la tradición de
los guerrilleros naxalites, muy activos en los años 1960-1970 en Bengala, y
tomaron como modelo a Sendero Luminoso de Perú. Los movimientos revolucionarios
maoístas de la India, les consideraban hasta hace poco como sus hermanos de
armas. Los éxitos de esta "guerra del pueblo" en Nepal se explican
por la pobreza de las zonas rurales, donde vive la mayoría de la población, la
corrupción de las élites políticas y los viejos rencores de las minorías
étnicas hacia sus antiguos conquistadores. El relieve montañoso del país
contribuyó mucho a eso. El conflicto duró diez años (1996-2006).
Prachanda, se inspiró en la Revolución
Cultural China y las teorías, la ideología y la retórica de Mao Zedong. Pero,
contrariamente a lo que podría sugerir la marca de fábrica "maoísta",
esta no es exclusiva derivación de China. Encuentra su fuente en la India, de
la cual el ex reino hindú nepalés tomó a menudo sus modelos políticos. Los
maoístas de Nepal son los herederos de un Partido comunista nacido en 1949 en
Calcuta. Como los maoístas indios, son la transformación de la extrema
izquierda que no dejó de fragmentarse en el curso de escisiones provocadas por
choques externos o internos: cisma sino-soviético o controversias sobre la
participación al proceso electoral tanto en India como en Nepal.
En 1996 el maoísmo nepalés se puso en
marcha en una "guerra popular" para establecer una república
comunista, pero diez años más tarde aceptaron la democracia pluripartidista; su
lucha armada dirigida contra el sistema parlamentario, también fue rendida, ya
que están trabajando junto con sus antiguos enemigos, los principales partidos,
en la Asamblea Constituyente y en el gobierno de coalición encabezado por el
propio Prachanda. Su compromiso con la política pluralista y la sociedad está
lejos de ser definitivo, y su futuro dependerá de factores tanto internos como
externos. Aunque se han inscrito para una solución pacífica, la transición
pluripartidista, siguen perfeccionando planes alternativos para el cambio más
revolucionario.
El año 1996 marcó el bautismo de fuego de la rebelión maoísta. Aquel año, un
puñado de agitadores radicalizados puso en marcha, en las colinas del
centro-oeste del país, una lucha armada inspirándose expresamente en la
estrategia militar de Mao que consistió en "cercar las ciudades por los
campos".
Los insurrectos capitalizaron las
desilusiones del pueblo, particularmente en materia social y la experiencia
negativa de la monarquía parlamentaria de los años 1990. El grueso de sus
tropas fue surtido por las tribus marginadas por su lengua tibéto-birmana y por
las de tradición guerrera (magar, tamang), que alimentaron a los contingentes
gurkhas del Ejército británico.
La rebelión se extendió en el curso de los
años. Se exacerbó ante la brutalidad de la represión policíaca. En materia de
violencia, los maoístas también recurrieron a una coerción que dependió a veces
del terrorismo. Pero las reformas sociales que esbozaron en sus zonas liberadas
les valieron la simpatía de una franja de la población. Desde la matanza del
rey Birendra y de la familia real por el príncipe heredero, los maoístas
cambiaron de estrategia. Comprendieron que esta masacre inoculó un bacilo
mortal al corazón de la institución monárquica, cuya abolición inmediata
reclamaron por manifiestamente decadente.
Al decodificar su trayecto histórico, un
rasgo característico debe ser considerado: el maoísmo significa hoy más
nacionalismo nostálgico del pasado de grandeza de Nepal, que intérpretes de los
clásicos del comunismo. Este tropismo autoriza muchos pactos, como lo sugieren
los llamamientos a todos los "patriotas" y un programa económico más
bien pragmático (Bobin, 2008) que incluye generación de empleos y de ingresos
susceptibles de financiar el desarrollo que prometieron y que excluye
taxativamente a las nacionalizaciones.
La estrategia maoísta está conformada por
una tensión entre la pureza y el pragmatismo. A pesar de que se adhieren a
ciertos principios establecidos desde hace mucho tiempo, están dispuestos a
cambios de cursos si identifican debilidades estratégicas de sus oponentes. Su
enfoque original fue modificado ante el reconocimiento de tres fallas críticas
de su plan fundacional:
a) la creencia en que la victoria militar
resultaría improbable,
b) que la oposición internacional no les
permitiría gobernar si tomaban el poder por la fuerza,
c) que no se pueden soslayar las fallas que
causaron el colapso de los regímenes comunistas en los años 90 del siglo
anterior.
A pesar de tener una visión autoritaria,
los maoístas mantuvieron una cultura de debate dentro de su partido; cuestiones
clave han sido amplia y acaloradamente discutidas. A partir de finales de la
década de 1990, se han desplazado gradualmente hacia una postura más moderada.
Ellos cambiaron las posiciones al reconocer a la democracia como exitosa (a la
que previamente habían caracterizado como una "traición"), a abandonar
el objetivo inmediato de un estilo “Mao” tradicional y, en noviembre de 2005,
mediante la alineación a favor de la democracia pluripartidista.
Los maoístas de la India piensan que sus
camaradas de Nepal han traicionado los principios fundamentales y arrojado a la
basura las ventajas prácticas que habían obtenido a través de su lucha armada.
Para los maoístas de Nepal, sin embargo, el balance al final de diez años de
"guerra popular" es más complejo. Ellos creen que han obtenido
algunas ventajas duraderas, derivadas de su propio aumento espectacular de
influencia (con una base de apoyo y la fuerza militar difícilmente imaginable
en 1996) para la remodelación de la agenda política nacional (la promoción de
causas anteriormente tabúes como el republicanismo y el federalismo).
Setenta años después de la India, su vecino
poderoso, adoptaron definitivamente los valores laicos e igualitarios, a pesar
del peso persistente de las castas. Y es el partido maoísta, salido vencedor
elecciones de abril de 2008 y tercero en las de noviembre de 2013, el que se
halla preparado para construir "el nuevo Nepal". Impresionados por la
fuerza de su organización, los electores los prefirieron a los partidos
políticos tradicionales de izquierda, considerados ineficaces y fáciles de corromper.
Votaron por la fuerza y el poder. En las
zonas que controlaba, el partido maoísta ya había comenzado a reconstruir el
país a su modo, volviendo a distribuir las tierras, el sustentante de los
pobres, emancipando a las mujeres. Ante los ojos de los nepaleses, este partido
y sus líderes representaban la mejor alternativa seria a la monarquía,
identificada con el rey caído y sostenida por una minoría sin convocatoria
efectiva.
Dieron a su programa un tinte de cierto
nacionalismo y han sido uno de los redactores e impulsores de la Constitución
de 2015, sabiendo manejar pactos, acuerdos y coaliciones para gobernar y
legislar.
El proceso de paz ha obligado a teóricos y
prácticos a replanteamientos. Los dirigentes han tratado de presentar una
imagen más moderada, para conseguir el apoyo internacional. Los ministros
maoístas debieron cooperar con sus colegas de otros partidos y trabajar con la
burocracia. Ideológicamente definen al proceso de paz como una etapa de
transición en el que se debe destruir el "antiguo régimen" y
reestructurar el Estado. Justifican esto diciendo su aceptación de una burguesa
"república democrática" como un necesario peldaño en el camino hacia
una verdadera "república popular". Los dirigentes afirman que pueden
crear una nueva forma de "revolución pacífica" que es fiel a sus
objetivos comunistas, que refleja además la realidad de la política de Nepal.
Pero los maoístas radicales, cada vez de
menor número, siempre amenazan con volver a la insurrección en masa para
satisfacer a los tradicionalistas de su propio movimiento que no pueden ser
ignorados. Los líderes más caracterizados que han luchado para concebir el
nuevo enfoque se resisten a su vez a dar la espalda a ventajas que han obtenido
a través de un compromiso.
Ellos saben que se enfrentan a la propia
oposición interna maoísta, pero creen que pueden mantener la línea, siempre y
cuando el proceso de paz no se frustre y se les permita alcanzar algunos de sus
objetivos centrales. El gran dilema a descubrir es que los líderes del
movimiento maoísta lleguen a hacer entender y cumplir sus órdenes a todos los
militantes de base.
En abril – mayo de 2010 se generó un
conflicto entre los maoístas y el gobierno, que puso al país al borde de una
nueva guerra civil. 200 mil maoístas participaron de la huelga general y
bloqueos, porque el presidente Yadav estaba temeroso de absorber a la totalidad
de los ex guerrilleros en las fuerzas militares y policiales. La presión
internacional, de la ONU en particular, puso fin a los escarceos maoístas, los
que además contaron con el palmario rechazo de la población que ansía vivir en
paz y armonía.
Algunos grupúsculos maoístas aún provocan
en 2016 actos de terrorismo, como la fracción que responde a un líder prófugo
que coloca bombas en escuelas privadas que no consienten en ser extorsionadas.
Vale decir que los atentados carecen de razones políticas y poseen motivaciones
de índole económica.
De la capacidad de los antiguos soldados
para comprender la moderación súbita de sus dirigentes y de la decisión de
renunciar a las extorsiones y otros métodos violentos, a los cuales estuvieron
acostumbrados por más de doce años, depende el futuro de Nepal
La Comisión sobre Crímenes de Guerra y
Reconciliación, ha señalado a Prachanda como responsable de tales delitos y con
su elección como primer ministro en 2016, ha logrado adquirir impunidad
transitoria, existiendo al respecto una insoluble divergencia entre el Poder
Judicial y el Poder Ejecutivo, a extremo tal que se plantea llevar los casos de
crímenes de lesa humanidad ante tribunales internacionales, si no se pudiera
accionar debidamente en Nepal.
La amnistía pactada entre el gobierno y los
maoístas indigna a la mayoría de la población (Sharma, 2016a), que rechaza el
acuerdo que declara no punibles y despenaliza a los delitos de guerra cometidos
durante el período 1995-2006 y deja impunes las treinta y siete denuncias
formuladas contra el líder maoísta y primer ministro Pushma Kamal Dahal.
Del probable comportamiento de los
maoístas a medida que el proceso avance, también dependerá el papel de otros
actores políticos, así como sus propias decisiones. Si los principales partidos
logran mantener el firme compromiso con el proceso de la Asamblea Constituyente
y la construcción de las instituciones creadas por la Constitución de 2015, a
los maoístas les resultará difícil ir hacia atrás.
Superado el bloqueo que existió ente 2008 y
2013, los dirigentes maoístas ya no deben realizar grandes esfuerzos por
mantener bajo control a la rebelión y por lo tanto resulta inadecuada
cualquier reanudación del conflicto armado. Los maoístas saben que en tal
hipotético caso, ellos mismos serían los grandes perdedores, junto con todos
los partidos democráticos y, más aún, el pueblo de Nepal (IRIS, 2007).
El objetivo medular de la elección de
diputados constituyentes fue cumplir con dos exigencias maoístas: escribir una
nueva Constitución y poner fin a 240 años de monarquía. Lo que importa ahora,
es cómo los maoístas lograrán interpretar la voluntad de los nepaleses. “Si toman
su victoria como una aprobación de su política de aniquilación en masa de
enemigos de clase, será una catástrofe", dice Yubaraj Ghimire, editor del
semanario Newsfront. "Si toman esto como un reconocimiento del
pueblo hacia ellos como los agentes claves del cambio, será fácil para los
maoístas trabajar y bueno para el país."
Se argumenta entre los nepaleses que los
votantes estaban aterrorizados por la amenaza maoísta de vuelta a la guerra en
caso de derrota. A pesar de su impresionante victoria de 2008, el ejercicio de
las actividades del poder no resultó fácil para los maoístas que ya han probado
ser oficialismo, oposición y coalición de gobierno. Los analistas dicen,
especialmente que ahora han de cumplir las promesas más importantes, incluida
la rápida transformación económica.
"El pueblo ha dado legitimidad a los
maoístas", dice C.K. Lal, un destacado columnista político. "Pero
ellos aún tienen que obtener la aceptación. Y recuerde, sólo existe un prefijo
que separa la legitimidad y la ilegitimidad." Hablando durante un mitin
después de su victoria de una circunscripción en Katmandú, Prachanda prometió
que su movimiento continuará trabajando con los otros partidos políticos, para
fortalecer las relaciones con la comunidad internacional y asumir la responsabilidad
de construir una paz duradera, encomendada por la ciudadanía.
De hecho, asumieron la decisión popular de
2013 que los colocó como tercera minoría de la Asamblea Constituyente, a pesar
que en primera instancia intentaron desconocer el resultado electoral al que
tachaban de complot de las restantes fuerzas, pero no insinuaron siquiera
retomar la lucha armada y supieron establecer alianzas para hacer arribar a
Prachanda a su segunda experiencia como jefe del Poder Ejecutivo desde agosto
de 2016, oportunidad en la que contó con el apoyo del Partido del Congreso
Nepalí, los partidos regionales que representan a la minoría madhesi y la única
oposición del Partido Comunista UML.
Los maoístas son contestes que
"solamente por medios pacíficos es posible construir una democracia
popular", luego de la decrepitud de la monarquía feudal es dable
establecer un estado republicano sustentado por una competencia pacífica,
multipartidaria, dentro de una línea de firme acción anti feudal y
antiimperialista (Renique, 2012).
Los maoístas tuvieron un lema electoral:
“Hemos visto a todo el mundo gobernar Nepal una y otra vez, permítase ver los
maoístas esta vez". Entre los desafíos inmediatos a los que se enfrentará
el maoísmo después de la formación de gobierno es garantizar un buen suministro
de combustible sin hacer la impopular decisión de elevar los precios de los
carburantes. Por otra parte, los maoístas han de resolver la actual escasez de
energía eléctrica, que dejan sin electricidad a todo Nepal durante ocho a doce
horas cada día. Los hogares pobres nepaleses, a menudo gastan en leña entre un
10 y un 15% del ingreso familiar (Informe PNUD 2008). Ello, conlleva además la
deforestación como secuela de la sobreexplotación de madera para combustible.
Los maoístas, cuyos ministros han servido
en los gobiernos de coalición, han propuesto un sistema mixto de la política
económica: la combinación de socialismo, capitalismo, industrialización, para
establecer la reforma agraria y fomentar una mayor inversión extranjera.
Prachanda también ha expresado que pretende cálidos vínculos entre China, India
y los EE.UU. Este último país ha considerado a los maoístas como un
"organización terrorista" a causa de la violencia aplicada durante la
guerra civil.
Para Prachanda, como señalamos es su
segundo período como primer ministro, ya que en su primera administración debió
renunciar el 4 de mayo de 2009 después de su intento de destituir al jefe del
Ejército, general Rookmangud Katawal, petición que fue rechazada por el
entonces presidente Ram Baran Yadav. Hoy ha moderado su discurso y su conducta
política y continúa liderando Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta -
Centro), tercera fuerza de la Asamblea Constituyente donde cuenta con 80 de 595
escaños.
El partido, si bien ha morigerado su
discurso no abjuró de su posición de extrema izquierda y adoptó el "Camino
Prachanda" como su ideología. Después de años de lucha armada, asumieron
que ninguna de las revoluciones proletarias del pasado podría llevarse a cabo en
el contexto de Nepal. Así que después de haber analizado los retos cada vez más
graves y los cambios en el escenario mundial y moviéndose más allá del
marxismo, el leninismo y el maoísmo, la parte que determina su propia
ideología, crearon el "Camino Prachanda".
Este es en esencia, un tipo diferente de
levantamiento que puede ser descrito como la fusión de la estrategia de guerra
popular prolongada que fue probada por Mao Zedong en China y el modelo ruso de
la revolución armada. Lok Raj Baral, dice que esta doctrina aparentemente no
crea una ruptura ideológica con el marxismo ni el leninismo, pero encuentra que
las estrategias de dichas doctrinas no son capaces de replicarse en Nepal, como
se hizo en el pasado. La mayoría de los líderes maoístas creen que la adopción del
"Camino Prachanda" después de la segunda conferencia nacional es la
que empujó al partido a seguir adelante con una visión clara después de cinco
años de "guerra popular".
Los maoístas nepalíes sostienen que al
igual que el marxismo que nació en Alemania, el leninismo en Rusia y el maoísmo
en China; "Camino Prachanda" es la identidad de la revolución de
Nepal. Al igual que el marxismo tiene tres facetas: la filosofía, la economía
política y el socialismo científico. "Camino Prachanda" es una
combinación de las tres totalmente en el contexto político social de Nepal. El
líder maoísta, inspirado en Sendero Luminoso ha señalado que "El partido
considera el camino Prachanda como un enriquecimiento del marxismo, el
leninismo y el maoísmo".
VII.- Consecuencias y efectos de la crisis
nepalesa
La dilatada variedad de peligros y
deficiencias no se limita al territorio de Nepal sino que provocan el
"efecto vecino" en dos direcciones: 1) El crecimiento deviene más
lento en los países que tienen a un vecino frágil (Collier y Chauvet, 2005); 2)
las instituciones débiles de los Estados frágiles, pueden causar un efecto de
expansión a sus Estados vecinos (Cliffe: en BM: 2005); e incluso la crisis
puede llegar a afectar la seguridad regional y global. El fenómeno nepalés es
percibido como una amenaza azarosa para la seguridad y estabilidad de la Región
a la cual pertenece, porque irradia sus efectos en los países cercanos: China,
India, Bangladesh y Buthan.
La realidad de los Estados fallidos[vi] (failed
states) y débiles (weak states) no es de reciente aparición, pero
carecían de significación estratégica[vii],
hasta los atentados terroristas del 11 de setiembre de 2001[viii], cuando
cobraron una especial preocupación entre las grandes potencias, los organismos
multilaterales y los académicos. En Nepal podemos identificar en los últimos
años conflictos tales como la guerra civil de raigambre étnica, religiosa y
política, pero también derivada de conflictos económicos, sociales y
culturales, que enfrentó a una fuerza que pretendió disputar el control del
poder estatal a quienes lo detentaban.
Asimismo, Nepal ha llegado a ser
caracterizado como un Estado fallido. Entendemos por tales a los conflictos
intraestatales que se suscitan en países donde se observa la falta de un Estado
que organice los elementos básicos de la convivencia en sociedad (Herman y
Ratner, 1992-1993; Olson, 1993; Rotberg, 2002). Se trata de situaciones donde
existen: violencia prolongada entre facciones; crisis institucional severa que
provoca en las instituciones estatales, inhabilidad o desinterés para brindar
seguridad física y servicios básicos (justicia, salud, educación) al conjunto
de la comunidad; y un cuestionamiento profundo de la legitimidad del Estado.
Un Estado fallido se identifica por la
pérdida del control monopólico del uso de la fuerza y una deficiente gestión
económica. Una de las principales consecuencias de esta clase de conflictos es
la elevada proporción de víctimas civiles, el aumento de desplazamientos
masivos y forzados de la población, las matanzas en masa de refugiados,
catástrofes humanitarias derivadas de epidemias y hambrunas prolongadas.
El Estado nepalés ha sido incompetente para
solucionar los inconvenientes inmediatos, lo cual llevó a un aumento en la
violencia, padecimiento y destrucción. Las consecuencias del caos producido son
las siguientes: a) movimientos descontrolados de población; b) crisis
alimentaria; c) colapso económico, que redunda en un incremento repentino en el
nivel de desempleo, rompimiento de los canales de distribución (incluyendo
alimentos y necesidades básicas) y un alto nivel de incertidumbre social; d)
escalada continua de la violencia, el repentino colapso económico, la escasez
de productos de consumo general, los movimientos de refugiados, las crisis de
salud y la anarquía política incrementan los motivos que condujeron al inicio
del conflicto violento.
Todas las partes, en principio se sintieron
vulnerables y menos inclinadas al compromiso, prefiriendo en su lugar, la
defensa de sus propios intereses. Más tarde, la pretensión absolutista de
Gyanendra unió a los opuestos y se abandonaron muchas de las antiguas
reivindicaciones.
Pese a los avances en la economía,
educación y reconocimiento de derechos, después de la guerra civil y el ocaso
de la monarquía, persisten en Nepal focos de corrupción y compra de votos, una
tendencia a morigerar la inestabilidad, falta de infraestructura agudizada a
raíz de los seísmos de 2015, la agricultura de subsistencia, el estancamiento,
bolsones de pobreza, impunidad de crímenes de guerra, tortura a detenidos,
ataques a periodistas y trata de seres humanos.
Ello, a pesar de contar con importantes
recursos turísticos y naturales, especialmente en cuarzo, madera, un sistema
hídrico de excepción derivado de nieves, ríos, manantiales, lagos y aguas
subterráneas, con un potencial hidroeléctrico de 83 mil megavatios, no obstante
lo cual Nepal importa energía eléctrica de la India, a raíz de los permanentes
cortes de energía de entre 8 a 12 horas diarias en la ciudad de Katmandú.
Zigor Aldama (2015) afirma que uno de los
retos de Nepal es la lucha contra el feudalismo de los terratenientes brahamanes,
que no trepidan en despojar de sus tierras a los santhal, a quienes ven
como esclavos del siglo XXI. Por su parte, para el Banco Mundial, los grupos
indígenas son ciudadanos de segunda categoría, ya que les resulta muy difícil
cambiar su deplorable situación, dada la preeminencia de castas.
Hoy el 65% de las tierras que pertenecieron
históricamente a las minorías están en manos de la etnia mayoritaria o se han
transformado en parques naturales. Los jóvenes son captados por los maoístas, a
través de la Unión de Jóvenes Comunistas y las mujeres son especialmente
vulnerables al tráfico de personas para prostitución. Existe un boom en la comercialización
ilegal de órganos humanos para trasplantes, sobre todo de riñones.
La pobreza en 1996 ascendía a 41.8%, en
2004 a 30.9%, El índice de pobreza (poverty gap index) ha disminuido
constantemente desde el 11.8% (1996); 7.6% (2004) y 5.4% (2011), lo que sugiere
que la severidad de la pobreza de las personas que viven bajo la línea de la
indigencia ha cedido y que más personas están cerca de ser sacadas de la
miseria. En 2010 el 24.8% de los nepaleses vivía con menos de u$s 1.25 diarios,
en comparación con 53.1% en 2004 y 68% en 1996.
La prevalencia de niños menores de cinco
años con bajo peso, se redujo de 42.6% en 1995 a 29.1% en 2011. Esta tasa es
mucho más baja que la media del sur de Asia (42.6%), aunque las
correspondientes al sudeste asiático alcanzan al 18.4% y en el este de Asia
ascienden a sólo el 3.4%. No puede soslayarse que en Nepal existen
disparidades en el estatus de desarrollo de la persona humana y su nutrición,
como consecuencia de las diferencias existentes entre regiones geográficas,
grupos étnicos, factores culturales y disponibilidad de alimentos.
En 2011 la pobreza rural era del 24.7%,
mientras que en las zonas urbanas ascendía a 15.5%. Por distribución geográfica
se mide 21.4% en la región oriental; 45.6% en la región occidental; 42.3 % en
la zona montañosa y 23.4% en los llanos de Terai. La incidencia de la pobreza
entre las personas sin estudio es de 33.5% en comparación con el 7.1% entre
aquellos que han completado once grados de escolarización y educación superior.
En Nepal, además la pobreza es estacional,
reflejo de una sociedad predominantemente agrícola. Así en la estación seca de
abril-mayo el alimento escasea y la pobreza se incrementa, mientras que en
noviembre la cosecha post monzón favorece la disminución de los índices.
VIII.- Situación actual del ex rey
El antiguo rey absolutista Gyanendra
permanece en Nepal, recluido en un palacio más modesto "Nagarjuna" en
las afueras de Katmandú, donde lleva diez años sin pagar el suministro
eléctrico, argumentando que su factura deben abonarla el Estado. La compañía
prestataria, a su vez, no se atreve a cortarle el servicio.
La ex familia real y sus aliados permanecen
inquietos, incluso los generales que rodeaban al monarca. Después de haber
usado un estatus de privilegio para hacer negocios, esta pequeña aristocracia
teme deber rendir cuentas. En previsión de confiscaciones, muchos vendieron sus
tierras y sus joyas en los últimos años y han transferido el dinero a cuentas
en el exterior y en paraísos fiscales.
Se ha barajado restaurar la monarquía, para
acabar con la tensión étnica, el caos y la crónica ingobernabilidad. El clamor
ciudadano de recuperar el hinduismo como religión de Estado favorece a
Gyanendra. La monarquía ha jugado otrora un rol aglutinador clave en este país
crisol de castas, minorías étnicas, lingüísticas y religiosas. Incluso
comunistas y maoístas han pensado en restaurar la monarquía encorsetándola en
un papel meramente cultural, ceremonial, representativa de la totalidad de los
nepaleses y desprovista de cualquier autoridad política. El primer ministro de
India Narendra Modi es el político más popular en Nepal y apoya un posible
retorno de la monarquía nepalí. A su vez, el anterior jefe de gobierno indio
Manmohan Singh ha calificado a los maoístas nepaleses como la amenaza número
uno para su país.
IX.- Conclusiones
Los dos ejércitos que lucharon en la guerra
civil se han fundido en uno sólo, los maoístas se desarmaron, renunciaron a la
violencia y se integraron a la actividad política del país. De hecho, hoy el vicepresidente
de la República, el primer ministro y el presidente de la Asamblea
Constituyente son miembros del Partido Comunista maoísta.
La comunidad internacional tiene una
importante función de observación de la evolución electoral y constitucional; debe
escuchar a los políticos de Nepal y a los grupos de la sociedad civil en la
evaluación de la credibilidad y consolidación del proceso que aún no concluyó.
Asimismo, los organismos internacionales y
los países más aventajados económicamente deben colaborar en la reconstrucción
solidaria de Nepal, como consecuencia de los destructores terremotos de abril y
mayo de 2015, controlando que las sumas de dinero que se envíen sean afectadas
a los fines previstos y no resulten desviadas ni malversadas.
Las autoridades de la joven República
Federal Democrática de Nepal además de desterrar la pobreza, la desigualdad, la
corrupción, el nepotismo y la discriminación multicausal deben propender a:
A) mejorar la seguridad pública, cesando
las intimidaciones y abusos de poder.
B) construir consensos con madurez y
flexibilidad con todos los movimientos de protesta e insurrectos, especialmente
con el Frente Democrático Unido Madhesi y el Rastriya Prajatantra Party de
Nepal (monárquico).
C) Respetar el Acuerdo General de Paz,
mantener el desarme y vigilar el cumplimiento del Código de Conducta.
D) Educar a la ciudadanía en sus derechos y
deberes políticos, para que el régimen electoral sea transparente y los
comicios libre y limpios, sin compra de votos ni clientelismo político.
E) Penalizar el uso indebido de recursos
estatales.
F) Aquietar las tensiones separatistas en
el límite meridional del país y cesar la injerencia de India en los asuntos
internos de Nepal.
G) Instrumentar debidamente la creación de
las instituciones establecidas en la Constitución de 2015, con participación de
la oposición y las minorías.
H) Dar una respuesta conforme a las
expectativas de la ciudadanía respecto a la Verdad y Reconciliación Nacional,
el destino de las personas desaparecidas y la eliminación de la discriminación
basada en la casta.
Más allá de algunos intentos de restaurar
el régimen monárquico, la adoración por el derrocado rey se ha visto reducida a
una élite que teme al ejercicio del poder por parte de los comunistas y
maoístas. El Ejército, tradicionalmente ligado a la monarquía ha iniciado un
proceso de sujeción a los principios republicanos y de subordinación a las
autoridades políticas constitucionales nepalesas. Una minoritaria parte de la
sociedad aún sigue creyendo en la santidad de Gyanendra y sostiene: "Mi
rey jamás comete errores".
Nepal ha logrado un proceso socioeconómico
notable en los últimos años, pero aún insuficiente, a pesar de los devastadores
terremotos de abril y mayo de 2015 y la disminución general de la pobreza del
país se puede atribuir en gran parte al envío de remesas del exterior (19.637
millones de dólares en 2012 equivalentes a un cuarto del PIB según cifras del
Banco Asiático de Desarrollo), al aumento de salarios y en el mayor acceso a
los servicios básicos. Las tasas de alfabetización han aumentado; las
estadísticas de pobreza han menguado; las disparidades de género se han
reducido y la inclusión social ha mejorado ostensiblemente.
Nepal ahora se esfuerza por alcanzar los
objetivos de desarrollo sostenible y salir del grupo de países menos
adelantados del orbe. Pese a ello, se mantiene poliédrica y abstrusa
discriminación por motivo de casta, clase, origen étnico y religión.
Un tercio del PIB se genera en el campo, lo
que conlleva a que casi el 75% de los habitantes vive de lo que siembra y de lo
benevolente que llegue cada año el monzón. La industria es incipiente
especialmente de alfombras anudadas y cobertores, hierro laminado y fibras
sintéticas, mientras que el resto del crecimiento lo aportan el turismo y la
hotelería, el comercio, transportes y comunicaciones y los servicios
financieros e inmobiliarios.
La nueva Constitución promulgada en 2015,
pese a algunos rechazos y promesas de enmiendas para satisfacer las demandas de
opositores radicales, cerró siete años de transición y ha allanado el camino a
la paz duradera y a la estabilidad, con un crecimiento rápido, inclusivo y
duradero. Nepal se enfrenta, como vimos, al desafío de la recuperación de los
seísmos de 2015, que empujaron a un 3% de la población por debajo del umbral de
pobreza.
La nación himalayense, jamás colonizada y
que siempre permaneció como estado soberano, posee desde 2015 una Constitución
moderna, que tiene como méritos principales ser la primera que en la historia
de Nepal no fue hecha a medida y por disposición del gobernante de turno, ni es
eclipsada por los intereses de la monarquía, que ya no existe, ni del Ejército
que se encuentra sometido a las autoridades legítimamente constituidas.
X.-
Cronología
1768: Prithvi Narayan Shah
funda el reino de Nepal
1846: la dinastía Rana se
apodera del poder
1923: tratado
anglo-nepalés confirma la soberanía del Estado de Nepal
1955: adhesión a Naciones
Unidas
1959: adopción del
multipartidismo
1972: el soberano Birendra
sucede a Mahendra 1989 / bloqueo económico de Nepal por la India
1990: agitación popular /
monarquía constitucional
1991: primeras elecciones:
G.P. Koirala primer ministro
1996: debut de la
insurrección maoísta en zonas rurales (oeste)
2001: masacre de la
familia real: Gyanendra deviene rey
2002: el monarca disuelve
el Parlamento
2005 feb: Gyanendra impone
la monarquía absoluta
2005 nov: alianza
oposición democrática / guerrilla maoísta
2006: primavera de
Katmandú / restauración democrática
2006 nov: Acuerdo General
de Paz
2007 ene: instauración de
un gobierno y de un Parlamento interinos mixtos (partidos políticos y maoístas)
2007 ene 15: Girija Prasad
Koirala asume como Jefe de Estado ad interim.
2007 ene: Consejo de
Seguridad de la ONU creó la Misión en Nepal (UNMIN)
2008 abr: elección de 601
diputados para la Asamblea Constituyente
2008 may 28: instauración
de la república y fin de la monarquía
2008 jun 11: el ex rey
Gyanendra abandona definitivamente el Palacio de Narayanhity
2008 jul 23: elección de
Ram Baran Yadav como primer presidente de la República
2009 may 25: renuncia de
Prachanda a la función de primer ministro
2010 abril-mayo: huelga
general y bloqueo de maoístas, que depusieron su actitud por presión
internacional
2011 ene 15: cese de las
operaciones de UNMIN
2013 nov 19: elecciones
parlamentarias para renovar la Asamblea Constituyente
2015 set 20: se sanciona
la nueva Constitución de la República Federal Democrática
2015 oct – 2016 feb:
bloqueo en la frontera con India
2015 oct 29: elección de
Bidhya Devi Bhandari como presidente de la República.
2016 ago 4: elección de
Prachanda como primer ministro por segunda vez
XI.-
Notas