Revista Nº2

Resumen

                  El presente trabajo, confirmaría desde los hechos la continuidad de la alta estrategia estatal a lo largo del tiempo y a pesar de los cambios de regímenes políticos en la República de Chile.
                  La dirigencia política chilena demuestra una madurez en la búsqueda de objetivos a largo plazo que constituyen su respectivo proyecto de país. Es así como la asociación con los más diversos mercados regionales, a fin de concretar una representación chilena en los cinco continentes.
                  Chile cuenta con una economía relativamente sólida, a pesar de su exiguo territorio, pero cuenta con una de las más profesionales administraciones públicas (donde cada empleado tiene una especificidad de funciones singular), además con una dirigencia política que en general se aparta de las muestras de populismos demasiado costosos y absurdos como demagógicos que inundan nuestra América Latina. 
                   La gran estrategia de los hombres del Estado trasandino  demuestra  la firme voluntad de sostener como última razón un objetivo principal, que su economía sirva para su Defensa Nacional.

Abstract

                  The following paper would confirm as a fact the continuity of high strategy decided by Chilean state despite its changes of political system.
                  Chilean governors show maturity in searching long-term goals which become projects of what Chile Should be at least. An example of this is the association with different regional markets in order to achieve worldwide representation.
                  Although Chile has a very small territory, it has developed a relatively solid economy and it also has one of the most professional public administration in where each employee has a very specific function. Besides, Chilean political leaders have in general no connection with expensive populism spread all over Latin America. Populism would be a not only absurd but also a demagogic way of ruling the countries.
                  Big strategy of Chilean governors shows their fixed will to make the economy serve for national defense.  

 

Chile-Mercosur. Ejes Opciones y escenarios: Economía para la defensa

EDENA -   ANUARIO 2004

Lic. Alberto Amadeo Baldioli*
Tte. Coronel Juan José Calleros Pavón**
Lic. Gustavo Lahoud***

INTRODUCCION

La construcción de una visión estratégica del esquema de integración regional conocido como MERCOSUR asume unas perspectivas analíticas diferentes cuando el actor involucrado en tal búsqueda es Chile.

La vinculación de la realidad socio-política chilena a la evolución y desarrollo del proceso de integración del Cono Sur puede ser percibida, contextualizada y analizada desde diversos ámbitos de interés o áreas temáticas. De hecho, los factores que se ponen en juego en una dinámica siempre abierta de integración son variados y todos ellos conforman las distintas facetas en las que se organiza el poder nacional de una comunidad.

Es por ello que, en nuestro grupo de trabajo, hemos privilegiado un enfoque  sistémico para intentar comprender, de la manera más concreta posible, los ejes tensionales por los que se mueve la relación Chile- Mercosur, sin considerar, en consecuencia, la presencia de factores o variables que puedan analizarse de manera apriorística, ya que consideramos que, al ser la descripta una realidad intrínsecamente política, está sujeta al juego permanente de los intereses, valores y creencias que están en pugna no sólo en una sociedad1 sino, también, en la arena internacional cuando colisionan intereses y percepciones disímiles respecto a los issues que forman parte de la agenda de debate y deliberación entre las respectivas conducciones de la política exterior.

Justamente, para una mejor organización del ejercicio explicativo hemos considerado tres ejes analíticos que creemos son relevantes a la hora de sopesar la dinámica de relación construida en torno al MERCOSUR desde la perspectiva y la weltanschauung chilena. Previamente, esbozamos una sinopsis histórica para ubicar a Chile en tiempo y lugar.

En un primer eje, entonces, nos preguntamos qué es el MERCOSUR desde la visión estratégica de Chile, intentando comprender el para qué del escenario de integración regional y el cómo de la puesta en marcha del proceso, siempre desde la perspectiva chilena.

Un segundo eje nos pone ante la materialización y despliegue de las estrategias de integración por las que Chile ha optado estructuralmente desde su política exterior y nos preguntamos si estamos ante un escenario de ampliación/profundización en el esquema de vinculación de Chile con el MERCOSUR.

El tercer eje nos remite al esquema de acuerdos comerciales hemisféricos subsumidos en la agenda ALCA y en torno a ello, nos preguntamos cuál es el grado y alcance de la vinculación chilena con el proyecto ALCA liderado por los EEUU en la región y, asimismo, qué perspectivas de integración- en términos de opciones factibles- se han puesto en marcha con otras regiones del sistema internacional.

 

Reseña histórica contemporánea de la República de Chile (1970/2004)
         
            El gobierno de la Unidad Popular (1970 – 1973) se caracterizó por enervar aún más la polaridad política de la nación, el presidente Salvador Allende no tenía el apoyo de todos los partidos que se  juntaron en la misma, y el socialismo mostraba ribetes  intolerantes, de la oposición política la fracción dura de la Democracia Cristiana dirigida por Frei Montalva y Patricio Aylwin querían desalojar a Allende del poder y habían tenido conversaciones con el Almirante Merino jefe de la Marina chilena. Mientras que los grupos de extrema derecha se  centran en el movimiento Patria y libertad.

            La violencia en las calles, la falta de un racional diálogo político, hizo que las FFAA comenzaran a ver la conveniencia de un  golpe de Estado.2 Las mismas habían encubado un proceso de politización. Cuando el General Carlos Prats se retira, queda en su lugar el Gral. Augusto Cesar Pinochet Ugarte, quien hasta último momento  dudaba si tomar parte del golpe, hasta que fue obligado a tomar partido por la insistencia y las amenazas del Almte. Merino y el Gral. de aviación Leigh.

            En 1973 se produce el golpe de estado, sumamente cruento, en donde el depuesto presidente intentará una infructuosa resistencia en la cual encontrará la muerte por mano propia al verse irreversiblemente derrotado.

            Al asumir la Junta de Gobierno, esta se arrojó en sí los poderes legislativo y constituyente  y aseguraba el ejecutivo a Pinochet que más tarde eliminará la competencia de los otros dos jefes de armas y se arrogará la suma del poder público.3

            El Gral. Pinochet a diferencia de otros regímenes militares latinoamericanos, utilizó en un primer momento un bajo porcentaje de civiles en el gobierno que fue del 13% en 1973 al 70,6 % en las postrimerías de su mandato.4

            En materia económica, el régimen ensayó diferentes políticas desarrollistas en los primeros tres años de gobierno, éstas llevadas a cabo centralmente por militares, pero al no dar los resultados esperados la economía fue dejada en manos de un grupo de civiles que directa o indirectamente estaban enrolados en la” Escuela de Chicago”, entre ellos estaban Sergio de Castro (quien tenía un magazine de economía titulado “El Ladrillo”), Pablo Barahona, Sergio de La Cuadra, Roberto Nelly ( oficial retirado de la Armada) el cual fue quien estableció tal contacto cívico – militar, José Luis Zavala, Álvaro Bardon, entre otros.5

            Los economistas chilenos ensayaron a partir de 1976 el primer experimento exitoso en materia económica que con el tiempo se conocerá como Estado Neoliberal o Mínimo, donde se profundizará en una reforma del Estado amplia y profunda, que tendrá como cenit  el reaseguro de las inversiones a través de una ley de radicación de capitales, la cual impedía la circulación de capitales especulativos o “golondrinas”. La segunda  etapa de la reforma, fue la privatización del sistema de jubilaciones y pensiones, con lo cual se contará con una masa de capital, que el sector privado debido justamente a la ley anteriormente nombrada debió invertir en la industria y el sector servicios dentro de Chile, generando así una importante circulación de capitales de inversión genuina que más tarde le darían a Pinochet un éxito económico sólo comparable con el milagro brasileño de fines de los 60.

                        La reestructuración del Estado, hizo que el mismo se convierta de un sistema clientelístico a uno netamente profesional, donde las agencias medían la gestión de cada área por resultado. Este experimento económico en un primer momento pasó ciertos sofocones debido a la baja en el precio internacional del cobre; el tan preciado metal no fue privatizado por el régimen porque era considerado medio estratégico para la defensa nacional. Sin embargo, las crisis económicas de fines de los 70 y principios de los 80 fueron cíclicas, dando fundamentos a los nuevos economistas de que había que buscar otras vetas de financiamiento y de productividad.

            Chile quería romper con su “cobre- dependencia”, y ya desde el régimen comenzaron las tratativas diplomáticas con países del Extremo Oriente, probando además un alineamiento implícito con Gran Bretaña en el conflicto del Atlántico Sur y una relación amistosa con los EEUU; paradojal fueron, a su vez, sus contactos con Europa Oriental a través de Alemania Oriental (al punto que el último dictador de la misma: Erich Honecker fue acogido como refugiado político).

            Al cabo de una década se reforzó la calidad de los productos con valor agregado, se mejoró  la capacidad científico- técnica, siendo uno de los mayores logros el gran uso de la biotecnología. Asimismo,  el viaje de gran cantidad de estudiantes a  cursar en las  más prestigiosas universidades del mundo desarrollado le aportó un capital social de alta calificación.

            Según Arturo Valenzuela, la consolidación del régimen se da con la Constitución de 1980, en la cual el electorado mayoritariamente apoya a Pinochet para que la Constituyente
 la sancione. A raíz de este hecho se crea la Secretaría General de la Presidencia. Este cambio coincidió con un incremento sustancial de funcionarios civiles en los rangos ministeriales.6

            El Gral Pinochet tenía liderazgo y proyecto político, pero indudablemente desde principios de los 80 estaba preparando el terreno para una transición democrática ordenada desde arriba (desde el régimen militar) para evitar cualquier atisbo de juicio público. Esto fue pensado debido a las denuncias por violaciones a los derechos humanos hechas por el Obispo brasileño Helder Cámara y otras organizaciones de Chile, Argentina y Uruguay.

            En lo que hace a la relación con EE.UU, ésta distó de ser óptima en la etapa Carter; pero,  más adelante, durante la presidencia de Ronald Reagan y sus sucesores, Chile fue considerado por su dinamismo económico y por su seriedad política. De hecho,  la Cancillería trasandina fue de vital importancia para mejorar la imagen y la credibilidad en el país tanto en dictadura como en democracia.

            Pinochet quería terminar con la histórica política de los “tres tercios”(1/3 derecha, 1/3 centro y 1/3 izquierda), pero fue en lo único que fracasó, ya que Chile tiene tradicionalmente un partido socialista muy fuerte, pero con la llegada  de la democracia la centro- derecha ( Democracia Cristiana) y la centro-izquierda ( Partido Socialista) se aliaron para que exista una concertación parlamentaria que permita al partido ganador ser gobierno (ya que muy difícilmente se da en Chile escrutinios donde un partido tenga mayoría propia), respetándose, de esa manera, la voluntad popular. Y mediante este mecanismo llegaron a la presidencia los democristianos Patricio Aylwin y Eduardo Frei Ruiz –Tagle, como así también el actual presidente, el socialista Ricardo Lagos.

            Los partidos de la derecha  UDI (Unión Democrática Independiente) y RN (Renovación Nacional), a pesar de que se unen para las elecciones, difícilmente puedan concertar con la DC para eliminar a la izquierda del panorama electoral.

           En los últimos trascendentales años, Chile ha logrado acrecentar su prestigio internacional, por su participación aplicada en  misiones de paz  con mandato de la ONU y de la OEA, uniendo, así,  más aún su vínculo estratégico con los EEUU.7

            ¿Cómo serán los próximos pasos de Chile en el ámbito internacional? Para inducir una respuesta a esta pregunta deberíamos hacer un sintético análisis FODA de la situación:

            Fortalezas: FFAA – Cancillería- Relación con los EEUU.

            Oportunidades: Ampliación de su participación  en diferentes mercados internacionales: ALCA, APEC, UE, MERCOSUR y las últimas reuniones exploratorias de la Cancillería con autoridades de la República Popular China.

            Debilidades: Falencia energética ante el incremento productivo.

                                 Depende del buen desempeño de las economías del primer mundo para su crecimiento.

            Amenazas: Tensa relación con Bolivia (cuestión corredor marítimo)

                               Fría relación con Perú (cuestión Arica)

            Ambas cuestiones son reivindicaciones de territorios perdidos por estos dos países en la Guerra del Pacífico de 1879.
                          

  1. EL MERCOSUR VISTO DESDE CHILE.

 

La vinculación formal del Chile con el proceso de integración del Cono Sur se remonta al 25 de junio de 1996, fecha en la que el MERCOSUR- constituido ya como persona jurídica de derecho internacional8- firmó el Acuerdo de Integración con Chile en la provincia de San Luis, Argentina. Este acuerdo incorporaba a Chile como miembro asociado al esquema de integración regional aunque, en virtud de la calidad de la membresía referida, Chile no formaba parte de la agenda institucional concreta que el avance del proceso de integración establecía para los miembros plenos en términos del logro de pautas comunes de liberalización programada del comercio intraregional en función del establecimiento de una zona de libre comercio por lo menos imperfecta que llevara, en su evolución política, a la conformación de una Unión Aduanera, cuyo rasgo fundamental es la imposición de un arancel externo común para todas las mercaderías que provengan de  la extrazona.9  

Justamente, aquí es donde entran en colisión la visión fundamentalmente divergente de Chile respecto a lo que es el MECOSUR como esquema de integración regional. La misma, deviene de una particular concepción de los procesos de integración que privilegia la construcción de escenarios comerciales fundados en una lógica ganar-ganar en términos del intercambio de ventajas comparativas y competitivas de los países mediante los instrumentos comerciales propios de un mercado mundial en tendencia a una mayor liberalización. Ciertamente, desde la lógica de la conducción política chilena, el Mercosur se configura como un interesante ensayo de promoción y dinamización comercial creciente en una comunidad geográfica regional que genera un mercado interno ampliado de enorme potencialidad, pero, que a la vez está dotado de un rígido esquema de progresión en el intento por profundizar el vínculo integrativo que no responde a la filosofía estratégico-comercial chilena que privilegia, básicamente, la búsqueda de construcción de escenarios flexibles y viables para incrementos relativos en la oferta exportable de los países en un marco de creciente liberalización comercial y apertura económica.

La perspectiva chilena, entonces, ha comprendido históricamente la visión estratégica del proyecto Mercosur como un esquema de integración de cuya dinámica es imposible abstraerse, pero, así como esta perspectiva de índole geopolítica queda claramente manifiesta por las diversas administraciones chilenas, no es menos cierto que los interrogantes que Chile ha planteado respecto al avance del Mercosur, han estado relacionados con el tipo de estructura institucional a crear, con el cronograma de avance del proceso integrador y con la puesta en juego de instrumentos comerciales que son vistos como esenciales a la hora de definir el cómo de la integración.

 

La recurrencia permanente de Chile a la calidad de los instrumentos utilizados para viabilizar la integración comercial ha hecho epicentro en el mismo planteo de la necesidad estratégica del por qué confluir en un esquema cerrado de Unión Aduanera imperfecta, que implicaba la puesta en marcha de una agenda de armonización arancelaria interna que colisionaba con el avance unilateral que ya Chile había consolidado con una efectiva reducción de los niveles arancelarios promedio de la estructura del comercio exterior del país.10

En una reciente nota de opinión, el Presidente de Chile, Ricardo Lagos, expuso esta relación tensional permanente que existe entre Chile y el Mercosur en virtud de las divergencias de percepciones y de enfoques respecto a la calidad del avance de la integración lograda en el Cono Sur y las prioridades estratégicas de los países en un mundo crecientemente globalizado. Lagos afirmaba que “...hace diez años que en la Cumbre de Ouro Preto, de diciembre de 1994, se aprobó el Protocolo Adicional por el cual se estableció la estructura institucional del Mercosur y se el dotó de personalidad jurídica internacional. A ello se sumó Chile en octubre de 1996 como país asociado para trabajar con entusiasmo en cada una de sus instancias. Hay obstáculos en el camino, pero bien sabemos por otras experiencias que las dificultades en los proyectos de integración se solucionan con realismo, con planes concretos y con más integración.”11

Precisamente, lo que está implicado en este análisis es la visión estructural que la política exterior chilena ha tenido respecto al Mercosur, en la que se mezclan dos fuerzas que son de índole diversa pero que, desde la concepción del para qué, del por qué y del cómo de Chile cobran vigencia permanente. Una de ellas, es la persistencia de la visión del proyecto Mercosur en un plano geoestratégico y geoeconómico que permite insertarlo en el área de preocupaciones estratégicas de Chile en términos de lograr un acceso bioceánico para sus productos- lo cual es toda una línea ya desarrollada y explicitada por el país trasandino desde el mismo momento de su inclusión en el bloque como miembro asociado- como, asimismo, servir de punte de oro en la conexión y vinculación comercial del Mercosur con la región del Asia Pacífico ( APEC).12

La otra fuerza es de orden pragmático y nos refiere a la visión que Chile tiene respecto a cómo remover los obstáculos al incremento del comercio a nivel regional y global garantizando, para ello, un genuino proceso de apertura de mercados privilegiando acceso y visión de ventajas competitivas en esa cosmovisión de las relaciones comerciales internacionales. En función de ello, ese avance debe leerse en términos de mayores niveles de apertura de la economía acelerando los esquemas de desgravación arancelaria en todo el universo de productos no catalogados como sensibles por los respectivos gobiernos nacionales.
Finalmente, cuáles son los aspectos más destacados del acuerdo Chile-MERCOSUR que deben tenerse en cuenta a fin de comprender en qué planos se ubica Chile en las temáticas referidas a los procesos de integración. Es decir, nos importa saber el contenido real de lo negociado y las perspectivas de alcanzar un escenario de previsibilidad a partir de lo convenido.
 Tal como ya se ha manifestado, el Acuerdo de Complementación Económica suscrito entre los Estados Partes del Mercado Común del Sur, Mercosur, y la República de Chile, fue firmado el día 25 de junio de 1996 y entró en vigencia el 1º de Octubre del mismo año, en el contexto del proceso de integración establecido por el Tratado de Montevideo de 1980, (ACE 35 ).
La propia Dirección de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, reafirmando el carácter inicialmente político y económico del acuerdo, señala que “Importante es destacar que durante la aplicación del Acuerdo se han ido ampliando los objetivos originalmente planteados, en particular el establecimiento de una zona de libre comercio, en la dirección de avanzar hacia una Asociación de carácter político y económico. Esta situación se presenta a partir de la incorporación de Chile al Mecanismo de Consulta y Concertación Política del Mercosur, en la Segunda Reunión sobre Diálogo Político entre los Estados Partes efectuada en Asunción, República del Paraguay, en fecha 23 de Julio de 1997. Posteriormente, este mecanismo se transformó en el Foro de Consulta y Concertación Política en el cual nuestro país también participa. Cabe hacer presente, que el mecanismo de Consulta y Concertación Política del Mercosur no es parte integrante del Acuerdo de Complementación Económica Nº35 sino estructura, junto con el mismo, la relación Chile-Mercosur.”13
Es decir que, desde Chile se han destacado siempre los mecanismos de acción política que el MERCOSUR prevé, intentando preservar y ampliar grados cada vez mayores de coordinación y cooperación políticas a la par que se consolida un tipo de vinculación económica que está en línea con su estrategia de regionalismo abierto que dicta la no asunción de compromisos rígidos que obliguen al país a un acuerdo cerrado e inflexible desde los económico-comercial.
Desde esa óptica,  los principales objetivos del Acuerdo fueron : la conformación de un espacio económico ampliado que tienda a facilitar la libre circulación de bienes y servicios y la plena utilización de los factores productivos ; la formación de una zona libre comercio entre las Partes en un plazo de diez años ; la promoción del desarrollo y utilización de la infraestructura física, con especial énfasis en el establecimiento de interconexiones bioceánicas ; la promoción de la inversiones recíprocas ; y, el estímulo a la complementación y cooperación económica, energética, científica y tecnológica.

Desde el ámbito comercial, la zona de libre comercio se establece mediante la adopción de un Programa de Liberación Comercial aplicable al universo de los productos originarios de los territorios de las Partes Signatarias. Las desgravaciones son anuales, progresivas y automáticas; se establecen sobre la base del margen de preferencia, es decir, se aplican a partir de los gravámenes vigentes para terceros países. En consecuencia, tales márgenes de preferencias son crecientes respecto de los aranceles generales, los cuales van aumentando, gradualmente, hasta llegar a 100% (arancel 0).
El margen de preferencia inicial varía según cada cronograma de liberación. Del Acuerdo surgen una lista y doce anexos, en torno a cada uno de los cuales se agruparon los productos según determinadas características. Para más del 90% de los ítems de la nomenclatura el proceso de desgravación se inició el 1º de octubre de 1996 y culminó el 1º de Enero del año 2004. (Cuadro IV.1)
La lista de productos incluye todos aquellos no contenidos en los doce Anexos. En este lista se encuentran la gran mayoría de los productos, más del 75% de la nomenclatura, y están sometidos a un programa general de desgravación
Los productos incorporados en los Anexos 1 (patrimonio histórico no sensibles), 2 (sensibles), 3 (sensibles especiales), 6 (alta sensibilidad) y 8 (azucares) se desgravarán conforme a programas precisos establecidos en sus respectivos Anexos. A su vez, los productos contenidos en los Anexos 9 (trigo), 4 (comercio Chile-Paraguay), 5 y 7 (patrimonio histórico), 10 (preferencia arancelaria regional), 11 (textil y calzado) y 12 (régimen interno Mercosur), dispondrán de modalidades especiales de desgravación, según lo establecido en cada uno de los Anexos correspondientes. En todo caso, la liberación total para los productos del universo arancelario no podrá exceder del año 2.014.
Por otra parte, el Acuerdo dispone un conjunto significativo de normas comerciales que complementan el programa de liberación y regulan los intercambios entre Chile y el Mercosur.
Según lo dispuesto por el artículo 3º del Acuerdo, la Comisión Administradora, en cualquier momento, podrá acelerar el programa de desgravación arancelaria antes mencionado.
En cuanto a los derechos específicos el Acuerdo establece el compromiso de las Partes Contratantes de no aplicar en el comercio recíproco derechos distintos a los existentes, aumentar su incidencia, aplicarlos a nuevos productos ni a modificar sus mecanismos de cálculo, de modo que signifique un deterioro de las condiciones de acceso al mercado de la otra Parte.
Las Partes Signatarias se comprometen a no aplicar nuevas restricciones no arancelarias, sin perjuicio de lo previsto en los Acuerdos de la OMC y en las notas complementarias del Acuerdo, estableciendo, además, que la Comisión Administradora deberá velar porque las mismas sean eliminadas en el menor tiempo posible.
En materia de valoración aduanera, incentivos a las exportaciones y antidumping, obstáculos técnicos al comercio, y medidas sanitarias y fitosanitarias, las Partes convinieron atenerse a los acuerdos, compromisos y normas que rigen en el ámbito de la OMC.
Las Partes Signatarias establecieron un Régimen de Origen, el cual constituye el Anexo 13 del Acuerdo. Este Régimen contiene normas generales para la calificación del origen de las mercancías que se benefician del Programa de Liberación Comercial, estableciendo como criterio básico el "salto de la partida arancelaria". En el caso, de que éste no se cumpla se exigirá un contenido regional del 60 % de los insumos de Chile y/o de los países del Mercosur. Asimismo, se establecieron requisitos específicos de origen para determinados productos.
En lo relacionado con los gravámenes a las exportaciones las Partes Signatarias se comprometieron a no aplicar al comercio recíproco nuevos gravámenes ni a aumentar la incidencia de los ya existentes.
El artículo 12 del Acuerdo establece que las Partes Signatarias aplicarán el arancel vigente para terceros países que corresponda, a todas las mercaderías elaboradas o provenientes de zonas francas de cualquier naturaleza situadas en los territorios de las Partes Signatarias, de conformidad con sus respectivas legislaciones.
Finalmente, dentro del ámbito del comercio de bienes, el Acuerdo desarrolla tratamientos especiales para el caso agropecuario y automotor. Respecto de estos sectores Chile se comprometió a no incluir nuevos productos en el Sistema de Bandas Precios, ni a modificar los mecanismos o aplicarlos de tal forma que signifique un deterioro de las condiciones de acceso para el Mercosur. En lo que se refiere al sector automotor se expresa la voluntad de las Partes en orden a que la Comisión Administradora evalúe y proponga (antes del cuarto año de vigencia del Acuerdo, 1º de octubre del año 2000) un tratamiento que mejore las condiciones de acceso de este sector en los mercados recíprocos.
En el ámbito económico, el Acuerdo Chile-Mercosur contempla el tratamiento de los siguientes temas: servicios, inversiones, regímenes de comercio exterior, defensa de los consumidores e integración física.
En materia de servicios el Acuerdo establece la voluntad de las Partes Signatarias de iniciar los trabajos tendientes a avanzar en la definición de los aspectos del Programa de Liberación para los sectores de servicios objeto de comercio y de reiterar el cumplimiento de los compromisos asumidos en el GATS. Asimismo, dispone que, en materia de transportes, se regirán por lo dispuesto en el Convenio de Transporte Internacional Terrestre del Cono Sur y sus modificaciones posteriores, sin perjuicio de encomendarle a la Comisión Administradora la identificación de aquellos Acuerdos celebrados en el marco del Mercosur cuya aplicación resulte de interés común.
En materia de inversiones, confirma la vigencia de los acuerdos sobre promoción y protección recíproca de inversiones suscritos entre Chile y cada uno de los Estados Partes del Mercosur. Además, establece la voluntad de las Partes Signatarias en orden a celebrar acuerdos para evitar la doble tributación.
Por otro lado, el ACE 35 contempla el compromiso de desarrollar acciones conjuntas tendientes a que los productos provenientes de los Partes Signatarias gocen de trato nacional en aspectos relacionados con la defensa de los consumidores, debiéndose implementar un esquema de cooperación que permita alcanzar, en el corto plazo, un primer nivel de entendimiento sobre estas cuestiones.
Las Partes Signatarias, junto con reconocer la importancia del proceso de integración física como instrumento imprescindible para la creación de un espacio económico ampliado, suscribieron el Protocolo de Integración Física que forma parte del Acuerdo. Además, se establece el compromiso de perfeccionar su infraestructura nacional, a fin de desarrollar interconexiones de tránsitos bioceánicos y de estimular las inversiones públicas y privadas en este sector. En este sentido, el Protocolo de Integración Física contiene un programa coordinado de inversiones entre Chile y Argentina en doce pasos fronterizos.
Asimismo, el Acuerdo establece el compromiso de estimular el desarrollo de acciones conjuntas orientadas a la ejecución de proyectos de cooperación para la investigación científica y tecnológica.
En el ámbito institucional, el Acuerdo establece normas sobre los siguientes temas: administración; solución de controversias; vigencia; denuncia; adhesión; enmiendas y adiciones; y, relaciones con otros tratados.
La administración y evaluación del Acuerdo se le encomienda a una Comisión Administradora integrada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, a través de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales y el Grupo Mercado Común del Mercosur.
La Comisión Administradora, tiene entre sus atribuciones generales: velar por el cumplimiento de las disposiciones del Acuerdo y sus Protocolos Adicionales y Anexos; determinar, en cada caso, las modalidades y plazos en que se llevarán a cabo las negociaciones destinadas a la realización de los objetivos del Acuerdo; evaluar periódicamente los avances del programa de liberación y el funcionamiento general del Acuerdo; elaborar y aprobar un régimen de salvaguardias ; definir y acordar un régimen se solución de controversias; realizar el seguimiento de la aplicación de las disciplinas comerciales acordadas; establecer, cuando corresponda, procedimientos para la aplicación de las disciplinas comerciales contempladas en el Acuerdo y proponer eventuales modificaciones a tales disciplinas; convocar a las Partes Signatarias para cumplir con los objetivos establecidos en el Título X del Acuerdo relativos a la Armonización de Normas y Reglamentos Técnicos, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias y otras medidas; establecer mecanismos que aseguren la participación activa de los representantes de los sectores productivos; revisar el Programa de Liberación Comercial en los casos que una de las Partes Contratantes modifique sustancialmente, en forma selectiva y o generalizada, sus aranceles generales; y, cumplir con las demás tareas que se le encomienden.
En lo relativo a solución de controversias el Acuerdo establece un sistema, en el Anexo 14, el cual contempla consultas, negociaciones directas y un panel de expertos. Sin perjuicio de lo anterior, dispone que la Comisión Administradora deberá iniciar las negociaciones necesarias para definir y acordar un procedimiento arbitral, que entrará en vigor al iniciarse el cuarto año de vigencia del Acuerdo (1º de octubre del año 2000). Si vencido dicho plazo no hubieran concluido las negociaciones, las Partes adoptarán el procedimiento arbitral previsto en el Capítulo IV del Protocolo de Brasilia.
En este contexto, el procedimiento contenido en el Anexo 14 sólo podrá ser aplicado por un período máximo de tres años, después del cual deberá aplicarse un nuevo régimen.
Ahora, qué reflexión se puede hacer desde el punto de vista del ámbito político- institucional de relaciones?
En el curso de la aplicación del Acuerdo los objetivos de la relación entre Chile y Mercosur se han ido ampliando desde conformar una zona de libre comercio, hacia el establecimiento de una asociación política y económica. Esta situación se concretó, en julio de 1997, mediante la incorporación de Chile al Mecanismo de Consulta y Concertación Política del Mercosur.
Los objetivos de dicho Mecanismo son:
a) ampliar y sistematizar la cooperación política entre los Estados Partes;
b) examinar las cuestiones internacionales de especial interés para los Estados Partes, con el objetivo de buscar concertar posiciones en relación a las mismas; y,
c) considerar asuntos de interés político común relacionados con terceros países, grupos de países u organismos internacionales.
Posteriormente, el 10 de diciembre de 1998, el Mercosur incorporó este Mecanismo a su estructura institucional denominándolo Foro de Consulta y Concertación Política. En su artículo 5º se incorpora a Chile al establecer que " El Foro de Consulta y de Concertación Política sesionará con la participación de los representantes de la República de Bolivia y de la República de Chile en temas relacionados con la agenda de interés común".
Finalmente, en el Anexo se exponen los cuadros de desgravaciones arancelarias acordados en 1996.

II  EJE : AMPLIACIÓN- PROFUNDIZACION.

En función de todo lo desarrollado respecto a la percepción chilena de lo que es el MERCOSUR y de sus perspectivas estratégicas de mediano y largo plazo, es indudable que hay una visión estructuralmente diferente respecto a lo que constituye un avance sólido, real y pragmático de un proceso integrador.

En este sentido, Chile ha privilegiado una construcción de vínculos comerciales más flexible, abierta y dinámica, que está relacionada con una perspectiva de modelos de integración que se sustentan en la ampliación de miembros y mercados de destino para una oferta exportable en crecimiento y diversificación antes que en una profundización de un esquema de integración determinado, lo cual supone la preeminencia de normas y procedimientos que no son compatibles con una estructura comercial abierta que es la más eficiente, desde la óptica chilena, para lograr avances reales y tangibles en materia de integración.

Esta concepción está íntimamente relacionada con la estrategia de regionalismo abierto que Chile lleva a la práctica en la totalidad de sus vínculos comerciales, lo cual supone, en algunos casos, privilegiar instrumentos de orden bilateral y, en otras ocasiones, como en el caso de la APEC, aquellos de índole multilateral, aunque siempre conservando una estructuración de procedimientos y un uso de instrumentos pragmáticos, en línea con una visión de la Integración que está lejos de responder a un modelo teórico idealizado y previamente estructurado.14

Por otra parte, la visión institucional que está ligada a las perspectivas de avance de un proyecto de integración asume, para la dirigencia chilena, un rol decididamente dinámico y flexible, con la posibilidad de construir alternativas de complementación, coordinación y cooperación efectiva entre los países implicados que respondan, con la mayor claridad posible, a los objetivos siempre primordiales de la conducción de la política exterior chilena en pos de  lograr acceso a mercados, aumento en las colocaciones de productos y efectiva y programada reducción de distorsiones para arancelarias que gravan al comercio mundial generando, con ello, externalidades leídas en clave de ineficiencias acumuladas en la gestión de la agenda comercial de los países.

Ahora, esta dicotomía ampliación/ profundización no sólo puede ser leída desde el factor económico o desde la visión de la política exterior del país, sino que, para que pueda ser cabalmente entendida, debe integrarse en el análisis la perspectiva que se percibe desde la defensa nacional y desde su planeamiento. En tal sentido, es importante tener en cuenta que, a la par del desarrollo tecnológico creciente que las Fuerzas Armadas chilenas han venido acumulando en los últimos años, se ha profundizado una visión  más abierta y flexible que ha recogido la reciente experiencia histórica de distensión y efectiva cooperación a en el marco de las relaciones bilaterales Argentina- Chile, interpretándola en clave de mayor conocimiento mutuo e integración entre los sectores militares de nuestros países y, por añadidura, del MERCOSUR. En este orden de cosas, los vínculos hoy más estrechos que se han podido construir en el área de la Defensa de nuestros países, se han expresado en la ampliación y hasta profundización de medidas de confianza mutua entre los factores de poder militar de los países del MERCOSUR, con la realización de ejercicios militares conjuntos en la región austral de la frontera común y la participación conjunta de nuestras Fuerzas Armadas en las misiones de paz de las Naciones Unidas.

Esta visión, sumada a una percepción de misión a desarrollar, ha sido claramente expuesta, en clave de ampliación laza de instrumentos conjuntos cooperativos en el área de Defensa, por el ex embajador de Chile en la Argentina, Juan Gabriel Valdés, en ocasión de hacer referencia al nuevo papel de involucramiento externo que Chile adopta como compromiso ante la irrupción de crisis de legitimidad democrática en el orden hemisférico. Ciertamente, el citado dirigente plantea que “    . Obviamente, esta estrategia plantea, desde la Defensa Nacional chilena, una perspectiva de ampliación de la cooperación Chile-MERCOSUR en el plano de estos nuevos roles que se reformulan a la luz de la evolución de los procesos políticos democráticos en la región. En efecto, es una estrategia coherente con los otros dos factores de poder, el económico y el de la política exterior, de cuya triple ecuación- con el factor militar y de Defensa- surge que la dirigencia chilena impulsa el potenciamiento de las capacidades efectivas del poder nacional mediante estrategias que buscan la ampliación de vínculos laxos con compromisos flexibles antes que la conclusión de acuerdos que signifiquen la profundización de los esquemas de integración tanto en los planos económico, político y militar. Esto es así ya que, la pregunta involucrada en las tendencias más intensivas en la construcción de procesos de integración refieren, permanentemente, a la pérdida y/o cesión de espacios de soberanía y decisión autónoma, escenario éste que es no sólo inconveniente para Chile sino insostenible en términos de su imaginario psicosocial y simbólico-cultural. Más aún clara resulta esta visión predominante si nos colocamos, por un momento, desde la ventana de la percepción de la Defensa nacional chilena, desde la cual es imposible pensar un escenario de profundización Chile-MERCOSUR que pasaría, indefectiblemente, por la tendencia a la mayor integración de las Fuerzas Armadas del bloque regional. Esta posibilidad implica, de hecho, cesión de espacios soberanos de autonomía, lo cual es una utopía en la actual coyuntura histórico-política de nuestros pueblos, la que, si bien ha sido protagonista de importantes niveles de avance en materia cooperativa flexible en todos los campos estudiados entre Chile y el MERCOSUR, está lejos de haber generado condiciones para el planteo de escenarios de profundización tanto en lo económico, político y militar.

En el Anexo se profundiza en la información sobre el estado de la Defensa nacional en Chile y se lo complementa con otros datos estadísticos que sirven para intentar comprender el conjunto del escenario de integración desde una perspectiva sistémica abierta a redefiniciones permanentes.15

 

  1. CHILE- ALCA.

Es fundamental tener en cuenta, en este orden de relaciones hemisféricas, que Chile ha suscripto un Acuerdo de libre comercio con EE.UU. en julio de 20003, luego de negociaciones bilaterales que se extendieron por más de 10 años y que atravesaron distintas administraciones.16 De hecho, esa exitosa conclusión está en línea con las estrategias generales de Chile en la región, según las cuales se privilegia el logro de avances concretos en el vínculo comercial con los países del Hemisferio, recurriendo a instrumentos bilaterales y multilaterales, peor encarando un camino de acuerdos económico-comerciales que le permitan al sistema productivo chileno ampliar su oferta exportable y su incidencia en los mercados de la región.

Ciertamente, este Acuerdo ha sido firmado simultáneamente a las negociaciones multilaterales en el marco del proyecto de libre comercio continental, liderado por los EE.UU., el ALCA. La agenda de este acuerdo hemisférico es compleja y, de hecho, abarca renglones diversos en el comercio de bienes y servicios tangibles e intangibles con una multiplicidad de actores que se caracterizan por los profundos niveles de asimetría que existen entre sus economías. 17

Pero, en el caso de Chile, es importante destacar que muchas de las áreas de negociación en las que se habían alcanzado fructíferos compromisos con el MERCOSUR luego de la firma del Acuerdo de Complementación Económica en 1996, fueron negociadas bajo una renovada estrategia bilateral de Chile, reinstalada y re potenciada bajo la actual administración Lagos, que asumió en el año 2000. En efecto, subsidios agrícolas, sistema antidumping, escalonamiento arancelario de productos y sistemas de solución de controversias más equilibrados formaron parte de los históricos reclamos de los países del MERCOSUR y de Chile, reactualizados hoy en la agenda ALCA de negociaciones.

Sin embargo, el relanzamiento de la ronda de negociaciones bilaterales con EE.UU. luego de más de 10 años de acuerdos esquivos, tuvo, como ejes dinámicos de la negociación, estos issues referidos anteriormente, pero, por otra parte, se agregaron a la agenda de discusiones reivindicaciones históricas que los EE.UU. siempre plantean en todas las rondas comerciales internacionales, ya sea bilaterales o multilaterales. Nos referimos aquí a una agenda liberalizadora de los movimientos de capitales y de la estructura financiera y comercial de los países combinados, a su vez, con fuertes reclamos proteccionistas en propiedad intelectual y patentes y en comercio electrónico.

Un economista chileno, Rodrigo Pizarro Gariazzo, afirma que, “De esta manera, un Chile encandilado con acceder al TLC hizo concesiones injustificadamente generosas en propiedad intelectual, servicios y especialmente en la consolidación arancelaria, favoreciendo así la posición estadounidense.”18

Lo cierto es que, mediante este paso, EE.UU. logra quebrar desde su inicio la formación de un bloque homogéneo en el Cono Sur que pudiera poner en peligro la agenda ALCA en aquellas áreas de negociación que son consideradas fundamentales para EE.UU.: bienes industriales, servicios, propiedad intelectual, patentes; es decir, aquellos sectores del comercio internacional fuertemente vinculados al manejo intensivo de tecnología como factor de poder nacional específicamente clave en la ecuación general de poder de un país, y que se traducen en lo que se ha dado en llamar comercio de los intangibles.

Mediante el acuerdo firmado con EE.UU., Chile accede a buena parte de esa agenda que es el hard core del proyecto ALCA, tal como se lo conoce hasta ahora. En tal sentido, desde hace ya unos años Chile se ha transformado en un promotor de un acuerdo de liberalización comercial a escala hemisférica que tenga en cuenta las notables disparidades en términos de recursos materiales, financieros y humanos que existen entre los 34 miembros del acuerdo del ALCA, aunque reclama, en todas las reuniones de Ministros de Comercio y  de dignatarios de América, el efectivo avance en una estrategia de liberalización creciente y de eliminación de políticas y prácticas distorsivas del comercio internacional.

En función de todo ello, es importante señalar que, en virtud del referido acuerdo bilateral con EE.UU., Chile se comprometió a reducir sus aranceles, desmontar sus bandas de precios (mecanismo empleado como gravamen que constituía una efectiva sobretasa a la importación de algunos productos agrícolas que estaban subsidiados por sus mercados de origen), proteger los derechos de propiedad estadounidenses y comprometerse a abrir la cuenta de capitales. Asimismo, Chile se obligó a eliminar todo tipo de impuestos al capital especulativo de corto plazo, que había sido un instrumento empelado por Chile recurrentemente durante los ’80 y los ’90 para reducir la vulnerabilidad externa y evitar fuertes desequilibrios de índole financiera.19

Por ende, cuando hablamos de los objetivos a cumplimentar en la agenda ALCA, debe tenerse presente la forma en que el accionar externo de Chile implica una fuerte opción estratégica en línea con su visión de la política exterior y de las relaciones comerciales internacionales, lo cual impacta en el MERCOSUR en términos de perpetuar diferencias conceptuales, instrumentales y de visión del mundo, que son las que han estado en la base de los desacuerdos existentes respecto a cuál es la mejor forma de encarar acuerdos comerciales que sean lo más provechoso posibles para los países involucrados. Chile ha optado, entonces, por una estrategia de free rider, en cuya prosecución intervienen todo tipo de consideraciones, aun aquellas relacionadas con el tipo de desarrollo que está ligado a una inserción de estas características en los mercados externos.

En tal sentido, para el economista antes referido, esta relación especial con los EE.UU. reafirmada a través del TLC, refuerza “... una estrategia de desarrollo basada en la sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación ambiental, la concentración económica en unos pocos grupos y la distribución desigual de los beneficios del crecimiento, todas características del desarrollo económico reciente de Chile.”20
Por otra parte, un alto porcentaje de las exportaciones de Chile hacia los EE.UU. está constituido por recursos naturales sin procesamiento alguno, estructura que se ha mantenido inalterable durante los ’90 y que ahora podrá profundizarse a partir de lo vínculos más profundos que se establecen con los EE.UU. Es notable marcar esto, ya que, en el caso del comercio exterior con el MERCOSUR, la calidad de la canasta de productos ha sido siempre más compleja y diversificada, destacándose la capacidad de inversión externa directa de Chile en los países del MERCOSUR- fundamentalmente, Argentina-, hacia donde han ido dirigidas las dos terceras partes de las inversiones de Chile en el exterior.21

La negociación por las normas de propiedad intelectual y protección de patentes han sido uno de los capítulos de negociación dentro del acuerdo Chile-EE.UU. que más inquietudes ha despertado en virtud de lo que estipula en términos globales.

Carlos Correa, Director del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE), afirma que “El componente sobre propiedad intelectual del TLC se adopta, paradójicamente, en un contexto de creciente escepticismo y crítica a la sobreprotección de la propiedad intelectual que Estados Unidos impulsa activamente en el plano bilateral y regional.”22 Los niveles de protección acordados refuerzan las posiciones dominantes de los países desarrollados, imponiendo nuevas barreras a los países en desarrollo- como es el caso de Chile- para acceder a productos y tecnologías producidos en el Norte industrializado.

Más aún, “Chile se coloca, con este tratado, entre los países más proteccionistas de las patentes de invención. Como lo reconoció el jefe del grupo negociador de Chile en propiedad intelectual, Alvaro Díaz, esta concesión, como otras del tratado, ‘satisface una aspiración del sector farmacéutico extranjero’.”23 Ciertamente, la extensión indiscriminada de los plazos de la exclusividad de las patentes provoca, entre otros efectos, el retraso en la introducción de productos competidores, generando un evidente perjuicio a los consumidores y un costo de los medicamentos que pede tornarlos inaccesibles para los ciudadanos más pobres. Esto se suma, a su vez, a la efectiva renuncia -legalizada y legitimada por el Estado- de soberanía en términos de salud pública que se opera con la extensión casi ilimitada de estos derechos, ya que al sector público le quedan muy pocas herramientas para hacer uso de la decisión soberana de producir medicamentos, por ejemplo, ante un caso de emergencia en el sistema de salud pública del país.

Finalmente, es importante señalar que, “...por aplicación de la cláusula de “Nación más favorecida” a la que está sometido Chile en virtud del ADPIC, los beneficios obtenidos por las empresas estadounidenses en el TLC se extienden automática e incondicionalmente a las empresas de todos los demás países de la OMC. Esto significa que, en particular, las empresas de los países europeos, tenazmente dispuestos a preservar sus mercados agrícolas cerrados a los productos latinoamericanos, se beneficiarán, sin pagar precio alguno, de las condiciones más favorables que para sus intereses Chile ha concedido a EE.UU.”24

 Por ende, las condiciones en que Chile ha entrado a formar parte de un área de libre comercio con los EE.UU., han cristalizado un nivel de ajuste importante que la política exterior comercial chilena había venido perfilando en los últimos años.

Por ello, con la consolidación del viraje a partir del acuerdo comercial bilateral y la plena asunción de la agenda ALCA en sus áreas económicas, comerciales y financieras con el patrón de medida marcado por la liberalización creciente y sin pausa, debe ponerse, cuanto menos, un signo de interrogación sobre el modo en que las relaciones ALCA-CHILE-MERCOSUR se desarrollarán en el futuro cercano, más aun observando cómo se han complicado las negociaciones en áreas que son sensibles para países como Brasil, como es el caso de la liberalización del comercio de servicios, patentes, medidas antidumping, compras gubernamentales, solución de controversias, propiedad intelectual y acceso a mercados para bienes agrícolas e industriales.

Específicamente, cuáles son las principales características que el acuerdo Chile- EE.UU. tiene en lo que respecta a las áreas aludidas en el presente eje de trabajo analítico. En este caso, se trabaja desde la perspectiva chilena, señalando aquellos aspectos que son considerados como fundamentales en este acuerdo.
En ese marco, en los últimos 12 años, Chile ha negociado acuerdos comerciales con el grueso de sus principales socios: primero, entre 1990 y 1999, con la totalidad de América Latina y con Canadá; y en el 2002 concluyeron las negociaciones con Europa, Corea y Estados Unidos.
Estas negociaciones han permitido avanzar en reducir la vulnerabilidad externa de la economía en tiempos de grandes turbulencias financieras, consolidar y ampliar el acceso de los productos chilenos a las principales economías internacionales, diversificar las exportaciones y contar con reglas del juego claras.
El estilo de desarrollo de Chile, basado en una economía abierta al mundo, competitiva en sus productos y equitativa en sus resultados es coherente con la existencia de una relación privilegiada con los EE.UU. y, a partir de allí, con la agenda ALCA. De hecho, desde la óptica de la élite chilena, la inserción de Chile en la economía global requería de un nuevo impulso y por eso los acuerdos de libre comercio son parte del proyecto país y un componente destacado de la agenda proactiva del país en el plano externo.
La principal ganancia de los acuerdos comerciales para la economía, el empleo y la sociedad chilena en general está precisamente en la agregación de acuerdos comerciales con los otros principales socios. Es decir, cada uno de los acuerdos (con América Latina, Europa, Corea, Canadá y Estados Unidos) se potencia en la medida que se vayan suscribiendo acuerdos adicionales, que abarquen un porcentaje mayor del comercio exterior.
El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos implica, entonces,  consolidar y ampliar el acceso de sus productos a la economía más grande, estable y la que lidera la nueva economía. Significa contar con reglas claras y permanentes para el comercio de bienes, de servicios y para las inversiones, que faciliten la toma de decisiones de los chilenos que hacen negocios con Estados Unidos.
Estados Unidos representa cerca del 22% del PIB mundial y sus importaciones de bienes responden por el 19% de las importaciones mundiales. La población de Estados Unidos asciende a 285 millones de habitantes, con un ingreso por habitante de US $ 35.400, ocho veces el chileno. Ello significa que US representa un mercado equivalente a 148 veces el de Chile. Las exportaciones chilenas totales de un año corresponden a un 72% de lo que Estados Unidos importa en una semana. Por otra parte, para equiparar un mes de importaciones de USA, se necesitan 6 años de exportaciones actuales.25
Según estudios de Direcon, la expansión exportadora global inducida por el TLC -EEUU, asumiendo la plena desgravación, asciende a US$ 504 millones, lo que con respecto al comercio exportador actual representa un incremento de 15,9% y el equivalente a un 0,7% del actual PIB.26 Cabe recordar que el aumento de las exportaciones tiene un efecto de arrastre importante en las actividades de servicios que las apoyan, es decir: telecomunicaciones, infraestructura portuaria, aeropuertos, transporte marítimo y aéreo (aumento en frecuencia de rutas, nuevos destinos, más vuelos directos; nuevos centros de operación y almacenaje, captación de demanda de fletes de países vecinos etc).
Desde la óptica del gobierno Lagos, entonces, Chile buscó y obtuvo un acuerdo equilibrado e integral, que incluye todos los aspectos de la relación económica bilateral, comercio de bienes, servicios e inversiones, además de incorporar temas propios de la nueva economía como el comercio electrónico, las telecomunicaciones y un tratamiento moderno de los temas ambientales y laborales.
El Acuerdo mejora la posición comercial de los productos chilenos y establece reglas claras y permanentes para el comercio de bienes, de servicios y para las inversiones. Se crean mecanismos para defender los intereses comerciales chilenos en Estados Unidos y se definen mecanismos claros, transparentes y eficaces para resolver conflictos comerciales. Con él se refuerza la estabilidad de la política económica y de las instituciones y se mejora aún más la clasificación de riesgo de Chile, rebajando el costo del crédito y consolidando la estabilidad del mercado de capitales.
La productividad de las empresas chilenas se la prevé en aumento con el Acuerdo, al facilitarse la adquisición oportuna de tecnologías más modernas y a menores precios, lo que redunda en mejores oportunidades para aumentar el valor agregado de la oferta exportable chilena, reforzando la presencia de manufacturas y de servicios calificados en las exportaciones. Por otra parte, las empresas chilenas podrán participar en las compras públicas del gobierno de Estados Unidos.
En lo que hace a los criterios de liberalización comercial, la perspectiva del gobierno esd también alentadora. De hecho, la exportación de todos los productos se verá favorecida con el Acuerdo ya que, sin excepción, aunque en plazos distintos, los aranceles llegarán a cero en un plazo máximo de 12 años. Esto incluye aquellos sectores donde existe más proteccionismo a nivel mundial (agricultura y textiles).
Además se consolidó el Sistema Generalizado de Preferencias SGP, hasta ahora de carácter unilateral, transitorio y sujeto a renovación. Para el conjunto de productos favorecidos por el SGP, el arancel será cero de un modo permanente, lo cual permitirá a los empresarios planificar mejor sus posibilidades de inversión para aumentar la escala de producción y de exportaciones hacia Estados Unidos, teniendo certidumbre jurídica de que no habrá cambio en las condiciones de acceso al mercado estadounidense.
Otro de los elementos que siempre estuvo en juego en las negociaciones es el logro de una eliminación lo más inmediata posible de los aranceles escalonados que limitan la diversificación exportadora, particularmente en los rubros de mayor grado de elaboración. Los resultados obtenidos de la negociación con EEUU permiten avizorar en el corto plazo un promisorio horizonte para la industria textil, vestuario y calzado y también en agroindustria, ya que en este sector el proceso de desgravación será más lento, si bien este sector se beneficia de desgravación plena en 4 años con la UE. Vale decir, la mirada conjunta de ambos acuerdos ratifica beneficios para el conjunto de los sectores.
Como es sabido, las actividades de textil, vestuario y calzado tienen elevada protección en el comercio internacional, particularmente en los países desarrollados. En este sentido, la desgravación inmediata en gran parte de las glosas de las actividades mencionadas obtenida en la negociación con los EEUU es un logro relevante.
Siempre ha existido un interés especial en las negociaciones por proteger a la agricultura tradicional, aunque eso haya significado a veces castigar a otros sectores productivos que hubieran podido lograr condiciones más favorables de no haber existido esta protección y también a los consumidores que compran productos básicos a precios más caros. Los plazos de desgravación para estos productos son más largos, para darles una oportunidad para ajustarse a las nuevas condiciones. Aunque los aranceles serán eliminados a lo largo del tiempo, el Acuerdo incluye disposiciones que ayudarán a proteger a los agricultores de alzas súbitas de importaciones agrícolas desde EEUU.
Desde el punto de vista de las importaciones, Chile compró de EEUU US$ 3.083 millones (2001) y representa un 20% del total de importaciones que hace el país. El impacto estimado sobre las importaciones estadounidenses derivado del TLC es del orden de los US$ 348 millones, lo que representa un incremento de 11% y de 2,7% respecto a la variación global de importaciones.27
El grueso de las importaciones norteamericanas mantiene una relación complementaria antes que directamente competitiva con la producción interna chilena. En efecto, un 84% del incremento esperado en las importaciones norteamericanas correspondería a desviación de comercio importador chileno, es decir, importaciones norteamericanas desplazarían a importaciones que hoy se realizan y que provienen de terceros países que compiten con EEUU. Sólo el el 16% restante correspondería a la creación de nuevos flujos importadores, la mayor parte de ellas en insumos especializados y bienes de capital que Chile no produce,  favoreciéndose la competitividad de las empresas.
En lo que respecta a las inversiones, las favorables condiciones de acceso a la economía más grande del mundo y la estabilidad de reglas contempladas en el TLC con EEUU constituyen un atractivo para las decisiones de inversión en Chile de las principales empresas internacionales, tanto americanas, como europeas y asiáticas. Desde este punto de vista, debería crecer la participación relativa de Chile en la cartera de proyectos de inversión en la región y entre las economías emergentes, todo lo cual no excluye las oportunidades que también se abren para inversionistas argentinos y brasileños.
El TLC con EEUU abrirá importantes oportunidades de inversiones en Tecnologías de Información, afirmando además con ello a Chile como plataforma de servicios en este sector. En este sentido, se trata de reemplazar servicios que se hacen hoy en EEUU o en la región para eventualmente producirlos en Chile. El "Programa de Atracción de Inversiones de Alta Tecnología" de CORFO, por ejemplo, se ha planteado como meta para los próximos 4 años generar 10.000 nuevos empleos y exportaciones cercanas a los 150 millones de dólares en servicios de Tecnologías de la Información.(actualmente se exportan 20 millones) Ya se han instalado en el país 12 centros de servicios internacionales de importantes empresas multinacionales (Call Center, Soporte y Servicios Compartidos de tecnologías de la información. Centros de desarrollo de Software regional, Contac Center). Esta tendencia, probablemente se verá reforzada por el TLC.28
La ampliación de mercado inducida por el TLC con EEUU arrastra a su vez a un aumento de la rentabilidad esperada de la inversión al nivel local debido a dos razones. Primero, las mayores economías de escala que inciden en un menor costo unitario de producción y segundo, la rebaja de costos que se produce por la importación más barata de equipos y bienes intermedios producidos en EEUU, lo cual tendería a reforzar el menor costo unitario indicado. Además, habría que considerar que un mayor flujo comercial se puede traducir en una disminución en los costos del flete aéreo y marítimo
 Por ende, según la administración chilena, el TLC permite abordar uno de los principales cuellos de botella: el financiamiento del desarrollo. Con el efecto favorable sobre riesgo-país, la mayor atracción de inversión extranjera y la mayor competencia en el sistema financiero, se podrán generar mejores condiciones para expandir la cobertura y profundidad de la oferta de crédito, incluyendo los segmentos de largo plazo y de apoyo a capital semilla y a innovadores.
Respecto a los efectos del TLC, se sostiene que el consumidor chileno se verá favorecido por varias vías:
· Rebajas arancelarias que significan una reducción neta de impuestos, incluso después de la compensación por la menor recaudación fiscal derivada de la desgravación arancelaria, aumentando su ingreso disponible y un incremento en la oportunidad y variedad de bienes de consumo disponibles.
· Un mayor crecimiento y, por ende, mejores oportunidades de empleo y de salario real. La suma de estos dos últimos puntos significa un incremento en el ingreso real disponible, que es la medida más precisa de bienestar, es decir, descontando el efecto inflación y libre de impuestos.
· El menor riesgo-país se irá reflejando en menores tasas de interés, incluso en las tasas de los créditos hipotecarios y de consumo. Por cierto, aquí de nuevo se trata de incrementos en el ingreso real disponible.
 A su vez, las empresas manufactureras recibirán varios estímulos:
· En la medida que los principales beneficiarios del acuerdo serán posiblemente las industrias manufactureras, es decir, las que más trabajo y tecnología incorporan a los productos, este tipo de acuerdo beneficiará al empleo en a) el sector agro industrial (trabajo estable para trabajadores rurales, temporeros) y b) el sector manufacturero (textil, cuero y calzado industrias tradicionales; intensivas en mano de obra, competitivas, pero con dificultades de acceso por escalonamiento arancelario). Asimismo potenciará el desarrollo sustentable, ya que al haber mejores oportunidades para los productos elaborados, mejorará la diversificación productiva y habrá una menor presión sobre la extracción de recursos naturales.
Este acuerdo también avanza respecto de una globalización con un rostro más humano y orientada al desarrollo sustentable, minimizando el riesgo de que estos temas sean utilizados como barreras proteccionistas. Para ello, se han incorporado los temas laborales al tratado, generándose un compromiso con los principios fundamentales de la OIT y con el cumplimiento de la legislación nacional. En el área medioambiental, también ambos países se comprometen al cumplimiento de su propia legislación. Todo ello con un espíritu de cooperación y con modalidades de solución de controversias que dan cuenta de la especificidad de estos temas tan sensibles.
En forma adicional y complementaria, Chile ha resguardado los intereses y preocupaciones del mundo de la cultura (libros, películas, videos, música, radio, TV). Se han excluido del Tratado todas las medidas vigentes de protección a las industrias culturales (por ej. cuota nacional de hasta 40% de pantalla en TV abierta). Se han excluido también del Acuerdo todas las medidas existentes o futuras de apoyo y subsidio del gobierno a la cultura chilena. Se podrán adoptar o mantener todo tipo de acuerdos internacionales respecto de industrias culturales, tales como los acuerdos de cooperación audiovisual. Por otra parte, se mejoran las condiciones para el ingreso temporal de profesionales chilenos a EEUU y se otorga una mayor protección a los derechos de autor y a los creadores de cultura.

S interesante observar, entonces, cómo se ha podido construir una perspectiva de análisis diferente según dónde nos ubiquemos en la siempre compleja constelación de poderes que conviven en la arena internacional. En este sentido, nuestro grupo ha querido trabajar visiones diversas respecto a lo que el TLC y la agenda ALCA significan en Chile, ya que, a los efectos de lograr una perspectiva con más claridad conceptual y capacidades explicativas y comprehensivas de la realidad de los intereses en juego, es fundamental estudia de manera simultánea y contradictoria las diversas percepciones y concepciones del mundo implicadas en estos temas.

CONSIDERACIONES FINALES.
Una d las premisas con las que hemos abordado la cuestión Chile-MERCOSUR, ha sido la de no dar nada por supuesto, sabido o confirmado; esto lo sostenemos muy firmemente, más aún a la luz de las implicancias que todo proceso de integración económico-comercial tiene para la multiplicidad de actores que intervienen en el juego cooperativo- casi siempre de suma variable- que supone la integración de los Estados nacionales en América del Sur.
En el caso de Chile, hemos podido confirmar, a partir de la información relevada, que la posición geoestratégica y geoeconómica que la élite chilena pone en juego a partir de su concepción gradualista, flexible, abierta y básicamente funcionalista del proceso de integración- entendiendo, en tal caso, la identificación de un núcleo dinámico de cooperación en torno al cual estructurar el comienzo del proceso-, está íntimamente relacionada con una permanente lectura estratégica de lo que el entorno internacional permite en términos de opciones factibles en el plano de las políticas comerciales y económicas en general. En tal sentido, hemos destacado que la estrategia de Chile, sustentada en lo que hemos dado en llamar regionalismo abierto-, supone la puesta en marcha de instrumentos tanto unilaterales, bilaterales y multilaterales en función de lograr los objetivos nacionales permanentes en el plano de la política exterior comercial: esto es, acceso a mercados, disminución de las restricciones globales al comercio internacional, gradual liberalización y desgravación arancelaria escalonada en todas las posiciones de productos y efectiva ampliación de mercados con una lógica de diversificación productiva que sea el sustento para el logro de una concreta, real y eficiente diversificación de la oferta exportable de la Nación.
Por otra parte, hemos señalado las fortalezas que Chile presenta, básicamente asociadas a su sector externo, con un balance comercial superavitario consolidado, más una situación de endeudamiento público y privado que es sostenible en función de su nivel de apertura externa, de su Producto Bruto Interno, de los pagos por los servicios de la deuda y de su situación macroeconómica general. Pero, simultáneamente marcamos que, en el análisis integral de su Balanza de Pagos, los componentes movimiento de capitales, pagos por regalías, patentes, etc, que son indicadores que nos sirven para monitorear la situación de vulnerabilidad de un país en el corto, mediano y largo plazo, nos señalaban que esa situación de solidez observada en sus saldos comerciales, estaba lejos de repetirse, teniendo en cuenta que esta imagen del sector externo ya nos entrega una foto un poco más compleja del país, a través de cuyos números podemos observar el grado de presencia extranjera en la economía con la consiguiente pérdida de control autónomo relativo de variables que son fundamentales a la hora de pergeñar un desarrollo menos condicionado por las fuerzas económicas externas. Esta situación es, entonces, crítica en virtud de prever escenarios de ampliación de la inserción externa de Chile en una variedad de mercados con una lógica de avance permanente en los niveles de apertura, de inversiones y de comercio recíproco.
Por otro lado, en estas consideraciones finales es necesario marcar la solidez político-institucional que Chile ostenta como un valor hoy destacable en un escenario de democracias jaqueadas por crisis sociales y políticas intensas y profundas en toda América Latina. No obstante, ello no significa que no haya problemas graves que la dirigencia debe afrontar: de hecho, los fuertes niveles de desigualdad de ingresos y de concentración de la riqueza en los sectores más ricos de la población, constituyen una verdadera vulnerabilidad, que se plantea como una auténtica hipoteca social a futuro, tal como ocurre con el resto de América Latina.
Finalmente, teniendo en cuenta los claroscuros que presenta la conflictiva situación geopolítica latinoamericana, el rol de Chile aparece claramente marcado en términos de objetivos nacionales, de instrumentos-medios para el logro de los mismos, y de previsibilidad en función de todo lo afirmado. Sin embargo, nos permitimos, en el final ya, compartir una reflexión que corresponde a Eric Calcagno y que se refiere a qué significan hoy las opciones en juego. Dice, entonces, “La distancia que va entre el atraso colonial y el desarrollo independiente es la misma que separa al sector financiero y la captación de renta, del desarrollo industrial y el mercado interno, nacional o regional. Es por eso que la mejor respuesta a la amenaza del ALCA es la ampliación del Mercosur en territorio, industria y eficiencia.”29
Ante esta perspectiva, por qué caminos optará Chile en términos de elecciones estratégicas?
Hemos intentado dar algunas respuestas, por cierto, insuficientes, pero creemos que hemos dejado planteadas algunas peguntas y un escenario abierto y en reconstrucción permanente, ya que mientras el hombre opere transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales, jamás habrá lugar para diagnósticos cerrados y concluyentes.
Con ese espíritu hemos trabajado Chile- MERCOSUR.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA Y UTILIZADA.
-Blanchet, Raúl:  Política de Defensa Nacional ¿Para qué se arma Chile?. El siglo en noticias. : Juventudes Comunistas de Chile. Comisión Nacional de Comunicaciones.
-Calcagno, Alfredo y Calcagno, Eric: “¿Quieres ser ALCA?”, Le Monde Diplomatique, abril 2001, Buenos Aires, Pág. 11.
-Clase del Dr. Bloch del martes 31 de agosto de 2004 referida a la evolución histórica del proceso de integración del MERCOSUR.
 -Clase especial del Dr. Pons dada el martes 31 de agosto de 2004, sobre teorías de la Integración y los factores que obstaculizan o viabilizan estos procesos
-Correa, Carlos M.: “Mal negocio de Chile con Estados Unidos”, Le Monde Diplomatique, marzo 2004, Pág. 8.
-Friedrich, Karl: “El hombre político y su tiempo”; Ed. Tecnos, Madrid, 1964
-Lagos, Ricardo; “Chile abre el Mercosur al Sudeste asiático”, Sección Opinión, Clarín, lunes 30 de agosto de 2004, Pág. 19.
- Pizarro Gariazzo, Rodrigo: “Chile, ingenuidad e ideología”, Le Monde diplomatique, abril 2001, Pág. 12.
-Remmer, Karen L :”La consolidación del régimen pinochetista” en :Material de Sociología Política Unidad 4, Cátedra :Eugenio Kvaternik, Carrera Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires, 2001, pp. 17 –40
-Seitz, Mirka: “Relación Argentina-Chile a la luz de los paradigmas internacionales”, Serie Cuadernos N° 3, CONICET, Buenos Aires, 1998.
-Seitz, Mirka: “Mercosur: nuevas oportunidades, controversias y soluciones”, Fundación Juan Pablo Viscardo, Buenos Aires, 1995.
-Seitz, Mirka: “Argentina y Chile: Pensamiento político, democracia y fronteras”, Fundación Juan Pablo Viscardo, Buenos Aires, 1999.
-Valenzuela, Arturo: “Los militares en el poder: la consolidación del gobierno unipersonal” en: Material de Sociología Política Unidad 4, Cátedra: Eugenio Kvaternik, Carrera Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires, 2001, pp. 39- 90.

DIRECCIONES DE INTERNET UTILIZADAS:

www.mercosur.org
www.mercosur.com
www.ftaa.org
www.direcon.cl
www.bcentral.cl
www.minrel.cl
www.defensa.cl
www.hacienda.cl
www.bancomundial.org.ar
www.worldbank.org
http://www.rebelion.org/chile

ANEXO I.
I. Programa de Liberación Comercial Chile-Mercosur

 

Margen de

Años de

Fecha Inicio

Fecha

Número
de

% sobre

 

Pref. Inicial**

Desgrav.

Desgrav. Gradual

Liber. Total

Itemes
***

Total de Itemes

 

 

 

 

 

 

 

Lista Gen.

40%

8

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2004

5242

75.6%

Anexo Nº1

Entre 40% y 100%

8

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2004

1025

14.8%

Anexo Nº2

30%

10

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2006

312

4.5%

Anexo Nº3

0%

10

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2006

208

3.0%

Anexo Nº6

0%

15

1º de Enero de 2006

1º de Enero de 2011

139

2.0%

Anexo Nº8

0%

16

1º de Enero de 2007

1º de Enero de 2012

4

0.1%

Anexo Nº9

0%

18

No definido

1º de Enero de 2014

3

0.0%

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TOTAL

6933

100%

II. Para Exportaciones de Mercosur a Chile*.

 

Margen de

Años de

Fecha Inicio

Fecha

Número
de

% sobre

 

Prefer. Inicial**

Desgrav.

Desgrav. Gradual

Liberación Total

Itemes
***

Total de Items

 

 

 

 

 

 

 

Lista Gen.

40%

8

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2004

5616

81.0%

Anexo Nº1

Entre 40% y 100%

8

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2004

672

9.7%

Anexo Nº2

30%

10

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2006

291

4.2%

Anexo Nº3

0%

10

1º de Enero de 1997

1º de Enero de 2006

194

2.8%

Anexo Nº6

0%

15

1º de Enero de 2006

1º de Enero de 2011

153

2.2%

Anexo Nº8

0%

16

1º de Enero de 2007

1º de Enero de 2012

4

0.1%

Anexo Nº9

0%

18

No definido

1º de Enero de 2014

3

0.0%

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TOTAL

6933

100%

Notas:
1. (*) El Programa de Liberación del Ace 35 Chile Mercosur, si bien es común para ambas Partes, se aplica a un listado de ítems diferente, para el caso de las exportaciones de Chile hacia el Mercosur y otro, para el caso de las exportaciones del Mercosur hacia Chile.
2. (**) En el caso de la Lista General y de los Anexos Nº1, Nº2 y Nº3, el margen de preferencia inicial rigió a partir del 1º de Octubre de 1996 hasta el 31 de Diciembre de 1996. A partir del 1º de Enero de 1997 empezó el programa de desgravación gradual descrito en las columnas siguientes.
3. (***) El universo arancelario corresponde a la Nomenclatura Arancelaria de la Asociación Latinoamericana de Integración basada en el Sistema Armonizado de designación y codificación de mercancías, NALADISA 1993. Elaboración: Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Dirección de Estudios (Mayo, 1999)

ANEXO II. Chile : Estrategia para la Defensa Nacional

 

            La República de Chile nacionaliza la Gran Minería de Cobre durante la presidencia de Salvador Allende Gossen, el 11 de julio de 1971, luego de un encendido discurso en Rancagua. Las empresas perjudicadas por la misma fueron Anaconda Cooper Company  y Kennecott Corporattion, quienes apelaron la medida expropiatoria (la cual no tuvo indemnización) ante el Tribunal Especial chileno.(1)
  
            El 1 de abril de 1976, durante el gobierno militar del Gral. Augusto Cesar Pinochet Ugarte, se institucionaliza CODELCO (Corporación Nacional del Cobre de Chile) a través de las leyes 1349 y 1350, reasegurando para el Estado la propiedad y la rentabilidad de este estratégico metal.
De esa manera las importantes minas de Chuquicamata, El Teniente, El Salvador, El Chuqui, entre otras, de estos socavones metalíferos saldrá el 40% de las exportaciones primarias en un promedio medio en los últimos veintiocho años.(2)

El cobre de acuerdo a Ley reservada aporta el 10% de ganancia neta a las fuerzas armadas chilenas, para que las mismas tengan fondos para el equipamiento en armas y tecnología.

En el  último ejercicio contable de CODELCO sobre  la venta de cobre al exterior, se informó que  entre enero y junio de 2004, hubo un record histórico de excedentes, dejando estas cifras:

Despacho de Cobre: Total = 1159 millones de toneladas.

Precio Promedio: Libra de cobre = 125,3  centavos de dólar.

Incremento del precio del cobre en comparación con el mismo período 2003 = 50,3
Centavos de dólar.

Ingreso Bruto de Divisas: 3906 millones de dólares.

Ingreso Neto a Cuentas Nacionales: 1540 millones de dólares.

Costos de Producción y transporte: 2366 millones de dólares. (3)
 
Ley de reserva: 10% = 154 millones de dólares ingresó en la cuenta de las Fuerzas Armadas chilenas.
 

Magnitud de la Deuda
 

            La deuda externa de Chile aumentó en 1034 millones de dólares en el primer trimestre

del año 2003 para alcanzar a 41429 millones de dólares, según informaciones dadas por el Banco Central. Y este mismo organismo informó que los primeros tres meses del año se pagaron  955 millones de dólares por amortizaciones de créditos externos.

            Las reservas internacionales con que cuenta el Banco Central  alcanzan a 15889,7 millones de dólares .Puede decirse que la deuda externa chilena es predecible y tiene sin cuidado a los gobernantes, políticos y  a los agentes económicos tanto internos como externos.(4)

            Para Chile la mayor preocupación es, el progreso de la economía de EEUU, la UE, y principalmente de los países asiáticos con los cuales tienen un gran volumen comercial de negocios

 

            Parte del enorme prepuesto militar procede del 10% de las exportaciones del cobre. El presidente Lagos ordenó la compra de 10 cazas F-16 a EEUU y modernizó la armada, esta decisión generó numerosas polémicas en la sociedad chilena, la cual reclamaron para que se utilicen los excedentes económicos para  mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en lugar de comprar más armas. Sin embargo, la decisión política y geopolítica del Estado pudo más que los reclamos de una sociedad que convive con :

            Desempleo: se incrementó y llegó al 9,1% de la PEA.
           Población Económicamente Activa: 6000000 de personas.
            Total de desempleados: 548260 persona. (5)
       
            Según el  Instituto de Estudios Estratégicos de Londres, Chile es el país que más gasta en armamento en América  Latina. Durante el año 2002, considerado el gasto presupuestario y extra presupuestario, que incluye la ley reservada del cobre, da un total de 2800 millones de dólares, es decir el 4,1 % del PIB.
           
            Para establecer un marco comparativo de gasto para la defensa  per cápita:

            Chile: 160 dólares  por habitante.

            Argentina: 36 dólares por habitante.

            Perú: 33 dólares por habitante.

            Bolivia: 14 dólares por habitante.

            La modernización de las Fuerzas Armadas ha sido un tema recurrente de los tres gobiernos concertacionista, inclusive se impulsaron diferentes planes para lograr una sustancial mejora en tecnología y armamento como así también en despliegue táctico de las tres armas:

            Plan Alcázar (para el ejército): reestructuración de 67 regimientos y batallones autónomos en 38 unidades tácticas más veloces, autónomas y más potentes, creación de unidades especiales de apoyo logístico, modernización del sistema integral de salud y del sector administrativo.

  1. Adquisición de 206 tanques Leopard equipados para combate diurno y nocturno, por 80 millones de dólares y 30 AMX-30 que se sumaron a los 30 ya existentes.
  2. Conformación de un parque de 320 transportes oruga acorazados M-113 (220 adquiridos en Italia y EEUU) y 300 transportes blindados del tipo Mowag “Piraña” a ruedas fabricados por FAMAE.
  3. Compra de tres tanques posa puentes, tres tanques de reparación de blindados, tres más de transporte de secciones de puente y dos tanques barreminas, mecanizando en forma exhaustiva las unidades acorazadas.
  4. Compra de equipos de comunicación satelital y guerra electrónica, para mejorar la red primaria y secundaria de operaciones.
  5. Adquisición del sistema múltiple de cohetes israelí LAR-160 con 35 km de alcance.
  6. Culminación del Sistema del cohete Rayo con 52 km de alcance. Puesta en servicio del misil antiaéreo Mistral de corto alcance integrado a sistema de mando y control.
  7. Se incorporó diversos medios anti blindaje: el misil Mapats de largo alcance, adquisición de sistema optrónico de puntería para cañones sin retroceso de 106mm.
  8. Y se espera próximamente comprar 180 nuevos blindados.

 

Plan Tridente  y Fragata (armada): para renovación de navíos, se compró:

1 Fragata británica de clase 22 (Williams), la cual cuenta con capacidad para portar 1 helicóptero de ataque y dotada de misiles antiaéreos y superficie –superficie, cuenta además con armas antisubmarino, incrementando así la capacidad operativa de la escuadra.(Usada).

4 Fragatas a la Real Armada Holandesa (proyecto Puente), orientado a comprar fragatas usadas, pero en perfectas condiciones para la guerra moderna, por un valor de 350 millones de dólares. Dos del tipo L, clase Jacob van Heemskerck, para combate antiaéreo y dos del tipo M, clase Karen Doorman, multipropósitos. Ambas en condiciones de portar helicópteros pesados y misiles de diverso alcance.

Las naves comenzarán a llegar al país a fines del 2005, hasta completar la partida en 2007. También este año, arribará el primero de los dos submarinos Scorpene, comprados al consorcio franco-español IZAR-DCN por un monto de 450 millones de dólares y que ya realiza pruebas en el mar, bajo el nombre de O’ Higgins. Ambos submarinos son convencionales (no nucleares), sin embargo, se destaca su bajo costo en mantenimiento y dotación (31 hombres), su gran poder de escucha y su resistencia hasta una profundidad de 300 metros.

A todo esto, se hizo una creciente adquisición para el 2008 de  500 proyectiles teledirigidos para la Armada. En la actualidad existirían 140 misiles Arpón, que tienen un alcance de 120 kilómetros y se contaría con 300 misiles antiaéreos Sea Sparrow, de 16 km de alcance y además de 60 misiles Standard, que alcanzan 38 km.

Plan de Fuerza Aérea:

            La compra de 10 aviones F-16 (por 600 millones de dólares), de origen estadounidense, caza- bombardero de gran radio de acción (puede volar sin escalas desde Florida en EEUU hasta Santiago de Chile), completo en sus armamentos (misiles aire-aire,  aire-tierra), equipado con la más avanzada tecnología.

            También se tiene pensado equipar al arma con helicópteros pesados (heavy lift helicopters), concebidos para alzar y transportar carros y piezas de artillería, o adaptarlos para el transporte de varias docenas de soldados, además de helicópteros artillados  antitanque. (6)

 

La Relación Cordial con los EEUU

           

            Los Estados Unidos definió en 1996 las prioridades en las funciones militares al elaborar su proyecto Visión Conjunta2010 y Visión Conjunta 2020, en las cuales delineó la estrategia para la próxima década y media, en la misma se piensa no sólo en la capacidad de reacción armada de las fuerzas propias sino también de sus aliados continentales y extra continentales.

            Las Fuerzas Armadas chilenas entran en escena como aliados de EEUU, en las operaciones multinacionales y en la región del Pacífico Sur. El actual presidente de Chile Ricardo Lagos declaró en la inauguración  de la FIDAE 2004 que la adquisición de armamentos estaba dentro del stock  permitido por la ONU, y que las armas eran para reemplazo de las obsoletas, y que se orientaban estrictamente para la defensa.

            El próximo embajador de los EEUU en Chile, Craig Nelly, derrochó elogios para el papel de Chile junto a su país en los últimos acontecimientos internacionales. Éste diplomático, estrecho colaborador de Colin Powell, es considerado una voz autorizada del Departamento de Estado, por lo que sus dichos revelan la estima de la Administración Bush por el país trasandino. (7)

            La República de Chile proclama que su intención es armarse para la defensa, sin embargo la gran cantidad de armamentos y sistemas  avanzados lo hacen un rival que además de disuadir a cualquier país vecino, está capacitado para atacar y vencer a sus oponentes...

         
                Fuentes

  1. Sacchi, Hugo M (1972):Chile, Perú, Bolivia. Documentos de tres procesos latinoamericanos.(Buenos Aires: Centro Editor de América Latina SA)
  2. www. pablomaldini@hotmail.com en : www.monografias.com ,año 2003 República de Chile ( Breve Reseña Socio-económica actual).
  3. Yahoo! Noticias Negocios, 12 de agosto de 2004.
  4. Idem (2)
  5. Idem.
  6.  www. Raúl Blanchet: Política de Defensa nacional. ¿Para qué se arma Chile? El Siglo. Juventudes Comunistas de Chile. Comisión Nacional de Comunicaciones.

7) Idem.

ANEXO III. PROCHILE. AGENCIA DE PROMOCION DE EXPORTACIONES CHILENAS.

 Origen y conformación.

 

La Dirección de Promoción de Exportaciones - Pro Chile -, creada en noviembre de 1974,y dependiente de la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, tiene como misión apoyar el desarrollo del proceso exportador y la internacionalización de las empresas chilenas, de acuerdo a la política de inserción económica internacional del país, de los acuerdos suscritos por Chile y en el marco de la OMC.
Este proceso de internacionalización es entendido en un sentido amplio, que incluye tanto la promoción de bienes y servicios, como la promoción de inversiones, negocios y alianzas estratégicas comerciales.

 Objetivos esenciales.
-Diversificar y estimular las exportaciones de productos y servicios especialmente no tradicionales.

  1. Proveer de información al sector exportador.
  2. Fomentar el contacto con potenciales exportadores extranjeros.
  3. Impulsar la incorporación de nuevas empresas chilenas al mundo de los negocios internacionales.

 La institución cumple tareas orientadas al conocimiento de los mercados externos, para captar en ellos las oportunidades comerciales que se le presentan a la producción nacional, ayudando a organizar la oferta de las PYMES chilenas y su proyección externa.
Frente a los nuevos desafíos que presenta la inserción internacional de Chile, Pro Chile ha ampliado sus objetivos para apoyar a las empresas chilenas en su proceso de internacionalización, trabajando para incentivar a nuevas empresas para que se incorporen al mundo de los negocios internacionales y para que las que ya lo han hecho, avancen a posiciones crecientemente competitivas en sus mercados.
Actúa a través de tres líneas de acción estratégica:
• Ampliación de la base exportadora nacional. Se refiere a la incorporación de nuevas empresas al proceso exportador en un trabajo conjunto de Pro Chile y los instrumentos de fomento productivo, en especial con la Corporación de Fomento de la Producción, CORFO.
• Consolidación de la base exportadora, para lo cual Pro Chile apoya a los exportadores en el fortalecimiento de su presencia en los mercados, el desarrollo de los canales de comercialización y la adecuación de la oferta exportable, mediante innovaciones tecnológicas, mejoramiento en la calidad y del diseño de sus productos y adecuación a las normas ambientales vigentes.
• Profundización de la base exportadora. Dice relación con empresas que cuentan con un buen posicionamiento externo, pero requieren apoyo en la detección de nuevas oportunidades comerciales, promoción de inversiones y creación de alianzas estratégicas

Programas y servicios.

Una de las más  importantes áreas de acción de Pro Chile es el Programa Internacional de Posicionamiento Económico Comercial de Chile en el exterior, el cual pretende generar una percepción favorable con una amplia gama de productos de excelente calidad y buen precio, y que ofrece grandes oportunidades de negocios para sus socios comerciales. Se trata, en definitiva, de brindar una imagen económica y comercial sólida.
En función de ello, se han estructurado los siguientes ejes de posicionamiento económico – comerciales :
• Apertura: Chile tiene una economía abierta al mundo, con acceso a más de 420 millones de consumidores.
• Diversidad de Mercados: Chile comercia con más de 170 países en todo el mundo.
• Diversidad de Oferta: Chile posee una oferta exportable de 4.000 productos competitivos y de calidad.
• Accesibilidad: Comerciar con Chile es fácil, ya que no existen barreras arancelarias, ni trabas burocráticas.
• Bajo Riesgo: Chile es políticamente estable y posee una economía sólida.
• Excelencia: Chile es un proveedor confiable porque cuenta con tecnologías de punta, respeta las normas de calidad y de protección del medio ambiente, cuenta con eficientes recursos humanos y cumple los compromisos.
Por otra parte, PROCHILE tiene una gama de servicios a disposición de los agentes económicos exportadores que permiten orientarlos integralmente en sus negocios. Ellos son:
1-TIENDA VIRTUAL: incluye información analítica de mercados y productos, estudios arancelarios, estadísticas de comercio y publicaciones especializadas.
2-TRAMITACIONES ADUANERAS: declaraciones de ingreso, Documento Unico de Salida, informe de exportación e importación, consultas.
3- CERTIFICADOS DE ORIGEN: certificación de denominación de origen.
4- SERVICIOS LOGISTICOS: transporte, distribución y gestión para el comercio exterior.
5- GREMIOS Y ASOCIACIONES EMPRESARIALES: oferta privada de servicios para el exportador.
 
Secuencia de la exportación.
El proceso de llevar a cabo una exportación se describe en tres grandes etapas:
La decisión de exportar
El proceso de la exportación
Incentivos para la exportación.
Publicaciones.
A continuación se listan una serie de documentos relacionados con el tema de exportaciones:
Beneficios arancelarios
Servicios de apoyo a los exportadores
Barreras Para Arancelarias
Instrumentos y programas de fomento productivo

Fuente consultada: www.prochile.cl

ANEXO IV. ALGUNOS DATOS DE COMERCIO EXTERIOR Y LA DINAMICA DEL REGIONALISMO ABIERTO.

 Las exportaciones  son el componente más importante como fuente del crecimiento económico.
El valor de las exportaciones acumuladas al mes de diciembre de 2002, cayó un 1,2% en doce meses, acumulando así US$ 18.288,1 millones. El menor valor de las exportaciones tiene su fuente en el menor valor de las exportaciones de cobre; sin considerar el metal rojo los envíos han acumulado US$ 12.013,2 millones un 2,2% más que el año anterior.
Los principales bloques de destino de las exportaciones fueron Nafta (27,4%), Noreste Asiático (25,2%) y Unión Europea (24,2%), destacando dentro de estos Estados Unidos (20,7%) y Japón (11%). Destacó durante el año pasado la disminución de los envíos a Mercosur, que sólo llegó a un 5,6% del total exportado, lo cual afectó principalmente a los productos con mayor grado de elaboración. Según tipo de bien se tiene que los embarques de recursos naturales procesados alcanzaron el 62,2%, seguido de recursos naturales con 23,2% y otros productos industriales 14,6%.
Las importaciones al cerrar el 2002 acumularon US$15.843,7 millones, un 3,5% menos que el año anterior. Sin considerar el petróleo, las importaciones alcanzaron los US$ 14.228,3 millones, un 3,1% menos que el año 2001. En la participación por mercados de orígenes destacan los siguientes: Mercosur (30,6%), Nafta (21,4%), Unión Europea (19,2%) y Noreste Asiático (14,6%). En el tipo de bien importado es notorio el aumento en la internación de los bienes de consumo que alcanzaron un 52,6%, en desmedro de los bienes intermedios (39,7%) y los de capital (7,7%), lo que indica una postergación de los compras de maquinaria y equipos en espera de señales de recuperación.
La inversión extranjera directa materializada en Chile a través del estatuto de Inversión Extranjera (D.L.600), alcanzó los US$ 1.344,3 millones, entre enero-octubre del 2002, lo que representa una caída de un 62,3% comparado igual período anterior. Los sectores que mayor participación tuvieron son Transporte y Comunicaciones con el 23,7%, seguido de Minería con 23,3% de participación y Electricidad, Gas y Agua con un 16,9%. Las principales países de origen son Estados Unidos, España y Bélgica. Destaca entre las regiones receptoras, la inversión multiregional con un 40,7% del total.
La inversión chilena en el exterior durante el año 2002 alcanzó un total de US$ 769 millones, esto comparado igual período anterior, muestra una caída de un 43%. Entre los principales destinos durante este período se concentraron en Ecuador, Argentina, México y Perú, que en conjunto suman el 88% del total. El principal sector de inversión en el exterior durante el 2002 correspondió a Transporte con un 45,5%, seguido de Energía (24,8%), Comercio (13,0%) e Industria (10,1%).

Un país con un mercado interno reducido como el chileno requiere de una participación activa en el comercio internacional para mantener de forma sostenida sus tasas de crecimiento, niveles de empleo, innovación tecnológica y eficacia en la asignación de los recursos.
Chile pretende lograr una incorporación mundial múltiple y flexible. Una participación que le permita involucrarse activamente en los procesos de integración regional y bilateral, además de entregar seguridad legal y económica a los exportadores e importadores chilenos.
La inserción debe combinar la apertura comercial con la protección de los intereses de política comercial doméstica, sin que esto último se traduzca en barreras al intercambio. Para garantizar el comercio justo a nivel multilateral, Chile es miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que establece las disciplinas comerciales de los países suscritos.
La estrategia económica internacional que ha adoptado Chile, en el contexto del denominado "regionalismo abierto", consagra tres grandes instrumentos o vías complementarias:

1. La apertura unilateral, que viene siendo aplicada desde hace dos décadas.
2. Las negociaciones comerciales multilaterales, en las que Chile tiene activa participación.
3. La apertura negociada a nivel bilateral y regional que es utilizada, en forma intensa y creciente, desde inicios de la década de los noventa.
Se estima que mediante este enfoque, Chile tendrá cubierto un porcentaje cercano al 90% del total del comercio exterior para antes del 2010. Considerando los acuerdos comerciales vigentes, el mercado potencial para las exportaciones chilenas llega a 858 millones de personas. Es más, con los acuerdos con  EE.UU., Corea del Sur, y EFTA ya vigentes, esta cifra ascenderá a 1.189 millones de eventuales compradores de los productos chilenos (Unión Europea : 378 millones; Corea del Sur : 47 millones; EE.UU. : 272 millones; EFTA : 12 millones).

La dinámica de negociaciones implementada por el Gobierno de Chile, a través de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, Direcon, ha sido de gran actividad en los últimos años. Actualmente, además de haber suscrito Acuerdos de Alcance Parcial, AAP, y Acuerdos de Complementación Económica, ACE, en el marco del Tratado de Montevideo de 1980, ALADI, están en plena vigencia los Tratados de Libre Comercio, TLC, con Canadá, México, Centroamérica, y Unión Europea. Y ya han entrado en vigencia los TLCs con EE.UU., Corea del Sur y EFTA, cuyas negociaciones fueron cerradas el II semestre del 2002 y I trimestre del 2003, respectivamente.

 Además, Chile participa en Mercosur, APEC, ALCA, y otros foros multilaterales, como la OCDE.

Para complementar la regulación de las disposiciones arancelarias y no arancelarias con el comercio de bienes y servicios, han sido negociados también Acuerdos de Protección de Inversiones, APPI, y Acuerdos de Doble Tributación.

Los Tratados negociados tienen su lógica propia y términos específicos que deben ser incorporados al vocabulario de los agentes económicos involucrados en el comercio internacional.

Fuente: Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
www.direcon.cl

 

DEUDA EXTERNA, EXPORTACIONES Y RESERVAS INTERNACIONALES.

Deuda externa bruta, por sector institucional
(Millones de dólares)

  1. 40675
  2. 43396
  3. 43573

 

Año 2004 a junio
Fuente: www.bcentral.cl

Saldo Balanza de pagos y Balanza comercial
(Millones de dólares)
                                                2001                          2002                        2003
Export.                                    18271                        18177                        21046

Import.                                    16428                        15920                        18030

Saldo B. Comercial                 1843.5                       2256.5                       3015.2

Saldo B. Pagos                        -596.1                         198.7                        -365.6

Las exportaciones representan algo más de un 30% del PBI; asimismo, la relación exportaciones/ deuda es de un 48.5%, lo cual significa que Chile paga integralmente su deuda con dos años completos de exportaciones. Finalmente, la deuda en función del PBI representa algo más de un 62%. Todos los datos son en base al desempeño económico del año 2003.
Fuente: www.bcentral.cl

 

Reservas internacionales
(millones de dólares)
Al 23/08/2004       15515.4 esto representa aproximadamente un 235 del PBI, estimado, para 2003, en unos US$ 70.000
Fuente: www.bcentral.cl
Finalmente, los servicios de la deuda externa en función de las exportaciones, representan aproximadamente un 24% de lo exportado y, en función del PBI, el pago de la deuda representa aproximadamente un 7.5% del producto. Todos los datos corresponden al año 2003.
Fuente: www.bcentral.cl

 

* Licenciado en Ciencia Política- Docente Investigador (U.B.A)
**Teniente Coronel del Ejército Mejicano
*** Licenciado en Relaciones Internacionales (USAL -IDICSO)

1 Ver al respecto, Friedrich, Karl: “El hombre político y su tiempo”; Ed. Tecnos, Madrid, 1964.

2 Remmer, Karen L:”La consolidación del régimen pinochetista” en: Material de Sociología Política Unidad 4, Cátedra: Eugenio Kvaternik, Carrera Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires, 2001, pp. 17 -40.

3 Ibídem.

4 Ibídem.

5 Ibídem.

6 Valenzuela, Arturo: “Los militares en el poder: la consolidación del gobierno unipersonal” en : Material de Sociología Política Unidad 4, Cátedra : Eugenio Kvaternik, Carrera Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires, 2001, pp. 39- 90.

7 Blanchet, Raúl: Política de Defensa Nacional ¿Para qué se arma Chile? El siglo en noticias. : Juventudes Comunistas de Chile. Comisión Nacional de Comunicaciones. Disponible en: http://www.rebelion.org/chile/040407rb.htm

8 Ver al respecto el Protocolo de Ouro Preto del 17 de diciembre de 1994 sobre solución de controversias que, junto con el Tratado de Asunción del 26 de marzo de 1991, conforman los dos documentos base del esquema intergubernamental de integración, siendo estos instrumentos los antecedentes jurídicos a tener en cuenta en función de la institución del Mercosur como persona jurídica de derecho internacional. Esta información está disponible en www.mercosur.org Asimismo, se puede profundizar en: www.mercosur.com

9 Ver clase del Dr. Bloch del martes 31 de agosto de 2004 referida a la evolución histórica del proceso de integración del MERCOSUR.

10 A tales efectos, es importante tener en cuenta que Chile tiene un promedio arancelario de su estructura de comercio exterior menor a la del Mercosur y, relacionado con ello, un mayor nivel de apertura de su economía, lo cual se ve reflejado en la incidencia que tiene el comercio exterior- balance exportaciones importaciones- en relación al Producto de la economía. Ver aquí: www.bcentral.cl

11 Lagos, Ricardo; “Chile abre el Mercosur al Sudeste asiático”, Sección Opinión, Clarín, lunes 30 de agosto de 2004, Pág. 19.

12 De hecho, Chile forma parte de la APEC desde hace ya diez años, lo cual ha sido parte de su opción por profundizar el esquema de relaciones del área de la costa del Pacífico.

13 Ver www.direcon.cl Allí se encuentra información detallada sobre los acuerdos de Chile en el orden bilateral y multilateral.

14 En tal sentido, recurro a la clase especial del Dr. Pons dada el martes 31 de agosto de 2004, sobre teorías de la Integración y los factores que obstaculizan o viabilizan estos procesos.

15 Ver Anexo correspondiente.

16 Ver Acuerdo en www.direcon.cl

18 Ver Pizarro Gariazzo, Rodrigo: “Chile, ingenuidad e ideología”, Le Monde diplomatique, abril 2001, Pág. 12.

19 Ibídem 11, óp. cit. Págs. 12 y 13. A su vez, pueden consultarse los documentos referidos al TLC firmado con EE.UU. en www.direcon.cl , que es la Dirección Económica de la Cancillería chilena.

20 Ibidem 12, op. cit. Pag. 13.

21 Ibídem 13, op. cit. Págs. 12 y 13.

22 Ver Correa, Carlos M.: “Mal negocio de Chile con Estados Unidos”, Le Monde Diplomatique, marzo 2004, Pág. 8.

23 Ibidem 16, op. cit. Pag. 8.

24 Ibidem 17, op. cit. Pag. 9.

25 Para estas elaboraciones se tuvieron en cuenta los datos extraídos de: www.bcental.cl ( Banco Central de Chile). Asimismo, www.direcon.cl ( Dirección de Asuntos Económicos Internacionales de la Cancillería). Finalmente, www.worldbank.org

26 Ver www.direcon.cl . Además, ver Serie Producto Bruto Interno en www.bcentral.cl El PBI del año 2003 a precios corrientes y a precios de mercado era de 49.819.303 pesos chilenos, aproximadamente unos US$ 70.000.

27 Ver www.direcon.cl Asimismo, el informe del comercio Chile-EE.UU. preparado por la Dirección General de Asuntos Económicos Internacionales.

28 Ibídem 21.

29 Ver Calcagno, Alfredo y Calcagno, Eric: “¿Quieres ser ALCA?”, Le Monde Diplomatique, abril 2001, Buenos Aires, Pág. 11.