Resumen:
Néstor
Kirchner y Hugo Chávez fueron líderes latinoamericanos que asumieron la
presidencia de sus respectivos países en años distintos (2003 y 1999, respectivamente),
sin embargo, a partir de un análisis comparado, el presente artículo pretende
demostrar que su surgimiento puede explicarse por los mismos motivos,
relacionados a las crisis económicas y políticas que afectaron a sus países
como consecuencia de la aplicación de políticas neoliberales desde los años
setenta. En ese marco, el artículo se pregunta acerca de cuales fueron los
elementos sobre los cuales basaron la legitimidad de sus gobiernos.
Palabras
clave: Kirchner – Chávez – Neoliberalismo -
Orígenes – Liderazgo – Legitimidad
Abstract:
Nestor
Kirchner and Hugo Chavez were Latin American leaders who assumed the presidency
of their respective countries in different years (2003 and 1999 respectively),
however, from a comparative analysis, this paper aims to demonstrate that its
emergence can be explained by the same reasons related to economic and
political crises that affected their countries as a result of the application
of neoliberal policies since the seventies. In this context, the article
wonders about what were the elements on which they based the legitimacy of
their governments.
Key
Words: Kirchner – Chávez – Neoliberalism -
Origins – Leadership - Legitimacy
Los
Representantes de los Excluidos: Néstor
Kirchner y Hugo Chávez Frías en Perspectiva Comparada (2003-2007)
Por
Sebastián Calvo Ramírez
1.
Introducción:
El
estudio de los distintos tipos de liderazgos políticos en los países de América
Latina reviste de una importancia esencial, ya que dichos países, en su
mayoría, se encuentran regidos bajo regímenes presidencialistas que otorgan
atribuciones especiales a los Presidentes –entendidos como los líderes del
Poder Ejecutivo- para solucionar los problemas de la acción colectiva en
detrimento de los otros poderes que comprenden el sistema republicano de
gobierno. Asimismo, reviste de especial importancia el análisis acerca de los
contextos en los cuales dichos líderes emergen y como influyen en el desarrollo
de su liderazgo futuro. El presente trabajo intentará demostrar, a partir del
análisis comparado de Néstor Kirchner y Hugo Chávez, que ambos son, en gran
parte, producto de las crisis económicas y de representación política
ocasionadas por la aplicación de la concepción neoliberal del Estado en
Latinoamérica a partir de los años setenta. Dicho lo anterior, otra pregunta
que adquiere relevancia en este contexto es acerca de donde proviene la
legitimidad de dichos líderes. En ese marco, este trabajo intentará exponer,
mediante el estudio de los casos de los presidentes referidos, que existen
diversas fuentes (formal-institucional, soberanía popular, etc.) a partir de
las cuales los líderes pueden construir legitimidad y que la apelación
constante a alguna de ellas como estrategia discursiva y mediante mecanismos
institucionales, representa una herramienta fundamental para justificar
decisiones que aspiran a realizar reformas estructurales en sus respectivos
países, aun cuando estás sean fuertemente cuestionadas por múltiples actores
que conforman el sistema político y la sociedad civil.
2.
Objetivos:
El
objetivo principal de este trabajo es comparar los contextos políticos y económicos
sobre los cuales Néstor Kirchner y Hugo Chávez llegan al poder y en ese marco
analizar, desde la teoría política, los elementos a los que cada líder apeló
para construir la legitimidad de su gobierno.
3.
Planteo del Problema:
Néstor
Kirchner, un gobernador de la provincia de Santa Cruz, que hasta dos años antes
de las elecciones del año 2003 no era conocido por la opinión pública y por la
mayoría de los votantes del país, logra acceder a la presidencia de la Nación
Argentina en un contexto de crisis económica y de representación política con
un porcentaje muy bajo de votos (22 %) y luego de la renuncia de su oponente a
competir en una segunda vuelta presidencial. A pesar de que los factores
nombrados anteriormente parecían condicionar la fortaleza de su liderazgo y
socavar su legitimidad, intentaremos demostrar que a lo largo de los cuatro
años de su gestión logró desarrollar un estilo de liderazgo decisionista en el
marco de una democracia delegativa, construyendo la legitimidad que no poseía
inicialmente, lo que le permitió emprender diversas reformas entre las que
destacaremos las propuestas por su modelo de desarrollo económico con inclusión
social y por su política de derechos humanos. Hugo Chávez Frías, un ex-teniente
coronel que había participado de los intentos de golpe de estado de 1992, asume
la presidencia de Venezuela en el año 1999 con el 56,26 % de los votos,
derrotando al candidato opositor, que era respaldado por los dos partidos
tradicionales de Venezuela (COPEI y Acción Democrática). Chávez, asume en
condiciones similares a las de Néstor Kirchner, en un contexto de pobreza
económica, altos índices de desempleo y corrupción, provenientes, en este caso,
del viejo sistema político de “punto fijo” que había sido aplicado en Venezuela
desde el año 1958. En el período que pretendemos analizar, Chávez se enfrento
con fuertes oposiciones tanto de los partidos políticos tradicionales como de
organizaciones petroleras y sindicales (FEDECAMARAS, CTV) y a pesar de ello
logró mantenerse en el gobierno y hasta sobrevivir a un intento de golpe de
estado para luego emprender reformas que apuntaron a lo que el denominó el
“Socialismo del siglo XXI”
4.
Problema:
¿Existieron
similitudes entre los contextos políticos y económicos que explicaron el acceso
al poder de Hugo Chávez y Néstor Kirchner? Una vez en el poder ¿en que
elementos basaron la legitimidad de sus gobiernos desde una perspectiva de la
teoría política?
5.
Desarrollo:
5.1
El Camino hacia el poder. La Emergencia de los Líderes.
La
pregunta que debemos hacernos es ¿Existieron similitudes en el origen de estos
dos líderes latinoamericanos, a pesar de que hayan asumido la presidencia en
países distintos y en años diferentes?
En
el presente trabajo sostengo que el elemento de similitud de origen de ambos lo
podemos encontrar en la concepción de la figura del representante de los
excluidos y en el hecho de que ambos provienen de un contexto de emergencia,
para dar una respuesta a las crisis de representación política y
socio-económica que azotaban a sus respectivos países. Como veremos mas
adelante, estas crisis tuvieron sus máximos corolarios en los sucesos ocurridos
en 1989 en Venezuela (el llamado Caracazo) y en la denominada Crisis
de diciembre del 2001 en la Argentina.
Con
respecto a la figura del excluido refiero a una cita de Leticia Bontempo
que a su vez recuperan en su capítulo Baldioli y Leiras: “Según
Laclau (2005) las peticiones de los excluidos son convertidas en reclamos. Las
demandas no satisfechas o que están aisladas las denomina “demandas
democráticas”, y a la pluralidad de demandas que por medo de una “articulación
equivalencial” posibilitan una “subjetividad social” más amplia las llama
demandas populares (…)”. Más adelante los autores, agregan (en referencia a
Néstor Kirchner, aunque yo lo hago extensivo a Chávez en mi trabajo) que “El
excluido logró captar la demanda de todos los excluidos de la Nación,
convirtiéndolo en la voz que representa a aquellos que no pueden expresarse
públicamente, logrando recoger los frutos de su popularidad en pos de las
demandas del pueblo que serían paulatinamente satisfechas (…)”
Con
respecto al contexto de emergencia me refiero al hecho de que entiendo
que ambos líderes son, entre otros factores, producto de la crisis del modelo
neoliberal implantado en américa latina desde los años 70 y que tuvo su
manifestación en la caída del Pacto de Punto Fijo en Venezuela y de la
Hiperinflación y su consecuente crisis del sistema político Argentino. Este
contexto dio el marco para que dos outsiders de la política nacional pudieran
erigirse como candidatos a la presidencia de sus respectivos países, teniendo
en cuenta que provenían de contextos distintos como veremos luego (uno ya había
ocupado cargos públicos y contaba con el apoyo de una estructura partidaria consolidada
en la Argentina y otro provenía de las filas militares y no había ejercido
ningún cargo público hasta su asunción en Venezuela).
5.2
La emergencia del Chavismo. Caída del Pacto de Punto Fijo.
Múltiples
factores pueden utilizarse a la hora de analizar el arribo de Hugo Chávez al
poder. Desde un contexto mucho más amplio, puede analizarse en términos de la
tradición caudillista de Venezuela
o desde la mirada de la emergencia de los populismos en américa latina. Sin
embargo, a título de lo que referencié anteriormente me voy a focalizar en
entender el advenimiento al poder de Chávez como una respuesta al vacío de
poder generado por la crisis de un sistema político había sido “estable”
durante mas de cuarenta años en Venezuela.
El
31 de octubre de 1958, pocos meses después de la caída del dictador Marcos
Pérez Jiménez se firmó el denominado “Pacto de Punto Fijo” entre los máximos
dirigentes de los partidos de Acción Democrática, COPEI (Comité de Organización
Política Electoral Independiente) y la URD (Unión Republicana Democrática) en
conjunto con una serie de organizaciones empresariales y sindicales. Este
acuerdo generó un sistema de partidos bipartidista estable en Venezuela a
partir una alternancia pactada entre Acción Democrática y COPEI. Fue un pacto
de gobernabilidad que garantizó consensos mínimos en torno a ciertas políticas
públicas. Esto se manifestó en la Reforma Constitucional de 1961, en donde,
entre otras cuestiones, se acordó el disciplinamiento de las Fuerzas Armadas al
orden constitucional, se estableció un límite al mandato presidencial por cinco
años, quedando imposibilitado para ejercer el cargo por un período de diez años
siguientes a la culminación de su mandato y por último se le otorgaron
prerrogativas legislativas al poder ejecutivo. Según Luis Aznar, “El
Pacto, mediante el cual se logró la consolidación de la dinámica democrática,
representó, como lo hemos señalado anteriormente, la culminación de un largo y
complejo proceso de aprendizaje político de las elites venezolanas. Se
privilegiaron los acuerdos y el consenso sobre el conflicto, a partir de nuevas
reglas de juego político que aseguraban la existencia de todos los partidos del
sistema sin tomar en cuenta su tamaño o capacidad de influencia”. Ahora es
importante señalar que este acuerdo entre las elites políticas, el
empresariado, los sindicatos, la iglesia y las fuerzas armadas estaba sostenido
en la renta petrolera. Como lo expresan Baldioli y Leiras, “(…)
Los ingresos petroleros pagaron la factura de la democracia pactada,
subsidiando tanto al sector empresarial, como así también a los sectores
populares. Protegieron al país de la inflación y de los problemas de la balanza
de pagos, que han caracterizado a otros sistemas políticos con similares
proyectos económicos”. A pesar de la cantidad de años que se sostuvo este
sistema, el factor de la renta petrolera le otorgó un carácter volátil al mismo
que se manifestó en muchas oportunidades y que como veremos luego, fue en algún
punto la causa, si no la más importante, de su quiebre definitivo. A su vez, a
título de este trabajo, debemos tener en cuenta que este pacto es fundamental
ya que contiene, en los actores excluidos del mismo (como el Partido
Comunista Venezolano –PCV-, los movimientos sociales y las asociaciones vecinales)
a aquellos quienes reunió Chávez cuando formó su alianza política para alcanzar
la presidencia.
Hernán
Fair indica
que la ruptura del sistema bipartidista que se había estructurado luego de
la firma del Pacto de Punto Fijo genero en Venezuela una fuerte crisis de
representación política y al igual que yo sostengo en este trabajo, señala
que la emergencia de la figura de Hugo Chávez fue consecuencia directa de la
misma. Para explicar la caída del sistema, el expone cinco
acontecimientos disruptores que incrementaron el grado de descontento de la
ciudadanía con los dirigentes políticos y los partidos tradicionales. El
primer acontecimiento disruptor tiene que ver con las elecciones
presidenciales de 1988 en donde se produjo el triunfo, por segunda vez, de un
candidato de Acción Democrática (Carlos Andrés Pérez) que remplazó a un
candidato de su mismo partido. Esto puso en duda la alternancia del sistema de
partidos tal como se había pactado. El segundo acontecimiento disruptor es
fundamental y responde al llamado “Caracazo”. Durante el 27 y 28 de
febrero, en un contexto de frustración de expectativas, de demandas sociales
insatisfechas y de fragilidad de los mecanismos tradicionales de agregación y
articulación de intereses (partidos políticos y sindicatos) se produjeron en
Caracas, pero también en otras ciudades del interior, levantamientos sociales
muy intensos que tuvieron como principal disparador el aumento del precio de la
gasolina y del transporte. A pesar de estos disparadores concretos, debemos
señalar que el malestar de la sociedad respondía en concreto a un plan más
amplio del presidente de ese momento Carlos Andrés Pérez, de profundas reformas
neoliberales. Durante estos días se produjeron protestas, saqueos a
supermercados y numerosos comercios. El gobierno declaró el toque de queda,
militarizó las ciudades principales y aplastó las protestas con violencia. Hubo
más de trescientos muertos. Este segundo acontecimiento disruptor es importante
para nuestro análisis ya que en él se observa la figura de los excluidos
del sistema político que nombré al inicio del trabajo y que, como también
señala Fair
en los términos de Laclau, “se produjo un cúmulo de demandas insatisfechas,
que articuló equivalencialmente las demandas institucionales y de crítica
económica de amplios sectores de la población, descontentos con el orden
vigente”. El tercer acontecimiento disruptor fue el intento de golpe
de Estado de Hugo Chávez, enmarcado en una feroz crítica a los partidos, al
neo-liberalismo y una fuerte defensa del nacionalismo. El cuarto
acontecimiento disruptor fue en las elecciones para gobernadores de
diciembre de 1992, en donde Acción Democrática, que era el partido gobernante a
nivel nacional, pierde el dominio de varios estados en manos de la oposición. Y
finalmente el Quinto acontecimiento disruptor es en las
elecciones presidenciales de 1993 cuando Rafael Caldera, uno de los fundadores
de COPEI, decide presentarse a elecciones por fuera de su partido tradicional.
En
este marco debemos entender el surgimiento de Hugo Chávez, un líder que hasta
el momento de su asunción como presidente no había ejercido ningún cargo en el
poder político, un militar de carrera, licenciado en Ciencias y Artes Militares
que supo analizar el tiempo histórico en el que se encontraba y canalizar las
demandas de gran parte de la población venezolana y así llenar el vacío de
poder generado por la crisis del bipartidismo y el colapso del modelo
neo-liberal. Nicolás Pardy,
en su artículo, acuerda con esta visión que propongo, como se puede apreciar en
la siguiente cita: “La elección presidencial de Hugo Chávez Frías fue
producto de quince años de un proceso de descenso de poder de la política
tradicional en Venezuela. Chávez llenó el vació político que emergía durante el
proceso de crisis del sistema de partidos tradicional y los principios de su
Revolución Bolivariana resonaban en el nuevo ambiente político”.
5.3
La emergencia del Kirchnerismo. Colapso del modelo neo-liberal y estallido
social.
Considero
que para entender tanto la emergencia del Kirchnerismo como del Chavismo y sus
reformas posteriores una vez obtenido el poder necesitamos tener una mínima
noción acerca del neo-liberalismo como corriente política-económica y
comprender cual fue su impacto en sus respectivos países. Para dar una noción
acotada del neo-liberalismo (entendiendo las limitaciones de este apartado)
utilizaré a David Harvey
en su libro Breve historia del neoliberalismo. El autor señala que: “De
acuerdo con la teoría, el Estado neoliberal debería favorecer unos fuertes
derechos de propiedad privada individual, el imperio de la ley, y las
instituciones del libre mercado, y de libre comercio. La inviolabilidad de los
contratos y el derecho individual a la libertad de acción, expresión y elección
deben ser protegidos. El estado, pues, utiliza el monopolio de sus medios de
ejercicio de la violencia para preservar estas libertades por sobre todo” (…)
La empresa privada y la iniciativa empresarial son tratadas como las llaves de
la innovación y la creación de la riqueza. Los incrementos incesantes en la
productividad, deberían, pues, conferir niveles de vida más elevados para todo
el mundo. Bajo la premisa del derrame o goteo, la teoría neoliberal sostiene
que el mejor modo de asegurar la eliminación de la pobreza (tanto a escala
doméstica como mundial) es a través de los mercados libres y del libre
comercio. (…) Los sectores económicos anteriormente dirigidos por el Estado
deben ser traspasados a la esfera privada y desregulados”. Por último, el
autor explica que “La libre movilidad del capital entre sectores, regiones y
países se considera un factor crucial. Todas las barreras a esta libertad de
movimiento (como aranceles, ajustes fiscales punitivos, la planificación y
controles medioambientales) han de ser eliminadas, salvo en aquellas áreas que
sean cruciales para los intereses estatales (…)
Entiendo
que esta teoría neoliberal fue aplicada en la mayoría de sus rasgos en
múltiples países de américa latina a partir de los años 70 y particularmente en
Argentina tuvo su mayor exponente durante los años 90 bajo el gobierno de
Carlos Saúl Menem. Siguiendo a Ruth Felder
“Al asumir la presidencia, Carlos Menem lanzó su programa de transformación
estructural. (…) Partiendo de un diagnóstico que responsabilizaba al estado por
su ineficiencia y por su excesiva intervención en la economía, se postulo la
necesidad de recortar el tamaño del aparato estatal y de crear condiciones para
la expansión de los mercados mediante la privatización de activos y empresas
públicas, la modificación de la estructura de la administración pública, la
desregulación de un amplio conjunto de actividades económicas. (...) así, en
menos de cinco años se privatizaron casi cien empresas públicas, se eliminaron
numerosas dependencias públicas y se redujo la planta de personal de la
administración pública, se eliminaron diversas normas que regulaban las
relaciones laborales y protegían a los trabajadores, se desregularon numerosas
actividades económicas, se liberalizaron las actividades financieras y se privatizaron
parcialmente los sistemas públicos jubilatorios y de seguridad social”.
Lo
dicho anterior adquiere especial relevancia por que considero que las políticas
neoliberales, que habían comenzado ya durante la dictadura militar, pero que se
consolidaron durante el gobierno menemista, fueron las que en ultima instancia
derivaron en el estallido social del año 2001 bajo el gobierno de Fernando de
la Rúa y la crisis política que duro hasta el año 2003. Los hechos que
acontecieron el 19 y 20 de diciembre del 2001 bien pueden ser relacionados
realizando un paralelismo con el “Caracazo” en la Venezuela de 1989.
Podríamos decir que ambos fueron causa de la aplicación de las recetas
neoliberales en sus respectivos países. Las imágenes observadas en ambos países
fueron muy similares, protestas, huelgas generales, saqueos, represión por
parte de las Fuerzas de Seguridad. Este estallido era una representación de la
crisis económica y política que azotaba al país. La crisis de representación
política ya comenzaba a vislumbrarse en las elecciones del año 2001 en donde
predomino el “voto bronca”, en donde los votos en blanco o anulados
intencionalmente alcanzaron el 25% del total del padrón. La crisis política se
expresaba bajo el lema “Que se vayan todos”. En ese marco asumía la
presidencia Eduardo Duhalde el primero de enero del año 2002 y sentenciaba “La
Argentina esta quebrada. La Argentina esta Fundida. Este modelo en su agonía
arraso con todo”.
La
emergencia de Néstor Kirchner debe entenderse en este marco, con la Argentina
recuperándose de una crisis económica profunda mediante la gestión de Eduardo
Duhalde pero aún bajo las consecuencias de la crisis de representación
política.
A
diferencia de Chávez, Néstor Kirchner no era ajeno a la gestión gubernamental.
Si bien era un outsider para la política nacional hasta su aparición en
los medios de comunicación, su carrera política había comenzado mucho tiempo
antes en la provincia de Santa Cruz. En 1987 fue Intendente de la Ciudad de Rio
Gallegos, en 1991 fue electo Gobernador de la Provincia de Santa Cruz. En 1994
reforma la Constitución provincial y logra ser elegido en 1995. En 1998
mediante una forma de “ingeniería legislativa” cambia la interpretación y
aplicación de la Constitución Provincial y logra ganar las elecciones en 1999
para sumir por tercera vez su mandato como Gobernador.
Finalmente,
en el año 2003, Néstor Kirchner gana las elecciones a pesar de haber obtenido
un porcentaje muy bajo de votos en la primera vuelta. Julián Horvath, en su
artículo expresa de forma muy clara las condiciones en las que asume la
presidencia del país. El concluye lo siguiente: “En resumen, Néstor Kirchner
asume marcado por ciertas condiciones que lo sitúan en una posición de
debilidad. Por una parte, como aprecia Rodríguez Kauth, la decisión de Menem de
no participar en la segunda vuelta tuvo la "intención política de no
permitirle a Kirchner triunfar con un apoyo electoral superior a 22 por ciento
que ya había obtenido. Esto se hizo para que el nuevo Presidente asumiera en condiciones
de debilidad política y se le dificultara su quehacer futuro"; en este
sentido, vale decir que las encuestas que reflejaban un elevado apoyo de la
opinión pública a Kirchner para la segunda vuelta no expresaban un voto a su
favor, sino más bien el rechazo hacia Menem y el modelo neoliberal que éste
encarnaba. Por otra parte, como se describió anteriormente, la victoria de
Kirchner se debía en gran medida al apoyo de Eduardo Duhalde y la estructura
del partido justicialista bonaerense; la intención de éste era la de elegir un
presidente "títere" que le permitiría permanecer como el "hombre
fuerte" del justicialismo, ejerciendo "tras bastidores" la
primera magistratura. Si a estos factores políticos les sumamos la profunda crisis
económica y social arrastrada desde las administraciones anteriores, el
contexto de asunción del nuevo presidente implicaba serios límites a su
estrategia de gobierno.”
5.4
Estilos de Liderazgo y Construcción de la Legitimidad
En
los apartados anteriores expuse las similitudes con respecto a los contextos de
emergencia de los que puede explicarse el surgimiento de ambos líderes a pesar
de la diferencia en las carreras políticas y en la historia personal de ambos.
En este apartado me referiré al liderazgo de ambos y a los elementos sobre los
cuales construyeron su legitimidad para poder gobernar. En el caso de Néstor
Kirchner, considero que a pesar de haber asumido el poder con una escasa
legitimidad debido a los motivos que expliqué anteriormente, logró “construir”
la misma a partir de la utilización de los mecanismos institucionales que
caracterizan al presidencialismo argentino, constituyendo una “democracia delegativa”
fundada en un estilo de liderazgo decisionista, mediante la apelación de una
situación de emergencia permanente. En el caso de Hugo Chávez, observamos que
su estilo de liderazgo es coincidente con el régimen político que puede ser
definido como una “autocracia electiva”, en donde su principal elemento de
legitimidad es la apelación constante a la soberanía del pueblo, creando nuevos
mecanismos constitucionales mediante los cuales se observa un paso de una
democracia representativa a una democracia participativa.
5.5
Democracia Delegativa y Néstor Kirchner.
Para
comprender el marco en el que Néstor Kirchner operó durante su gestión
(2003-2007) es necesario trabajar con el concepto de Democracia
Delegativa propuesto por Guillermo O`Donnell en su libro. En su
capítulo, define a la democracia delegativa mediante los siguientes puntos: “La
DD (Democracia Delegativa) es una manera de concebir y ejercer el poder
político sustentada por algunos presidentes y colaboradores. (…) La DD es
democrática por dos razones básicas. Una es su legitimidad de origen, es decir
su surgimiento de elecciones que son razonablemente limpias y competitivas. La
otra es que se mantienen vigentes ciertas libertades políticas básicas, tales
como las de expresión, reunión, asociación y movimiento. (…) La concepción
central de la DD es que la elección le da al presidente el derecho, y la
obligación, de tomar las decisiones que mejor le parecen para el país, sujeto
sólo al resultado de las próximas elecciones. (…) Las DD consideran un estorbo
indebido a la “interferencia” de instituciones que ejercen diversos aspectos de
control o rendición de cuentas. Ellas incluyen las instituciones básicas del
constitucionalismo, el Congreso y el Poder Judicial (…) Lo anterior lleva a
esfuerzos de las DD por anular, cooptar, suprimir, privar de recursos y/o
ignorar las instituciones recién mencionadas. (…) Más globalmente, la
concepción de la DD expresa la idea de que en virtud de la elección el líder es
la encarnación, o al menos el más autorizado intérprete de los grandes
intereses de la nación. En consecuencia, el líder se siente colocado por encima
de las diversas “partes” de la sociedad. (…) Las DD surgen de las crisis ya
mencionadas (…) Los lleva a presentarse como auténticos “salvadores” de la
patria, quienes necesitan y merecen todos los poderes según ellos necesarios
para rescatar la patria no sólo de sus crisis sino también, claro está, de las
siniestras y poderosas fuerzas que las han provocado (…)”
La
relación con este tipo de Democracia puede observarse durante la gestión de
Néstor Kirchner mediante la excesiva utilización de la prerrogativa
constitucional del Decreto de Necesidad y Urgencia. El artículo 99, inciso 3 de
la Constitución Nacional Argentina
establece que: “(…) El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de
nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo. (…)
Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los
trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las
leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral
o de régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de
necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros
que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros.
(…) El jefe de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez días
someterá la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya
composición deberá respetar la proporción de las representaciones políticas de
cada Cámara. Esta comisión elevará su despacho en un plazo de diez días al
plenario de cada Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato
considerarán las Cámaras. Una ley especial sancionada con la mayoría absoluta
de la totalidad de los miembros de cada Cámara regulará el trámite y los
alcances de la intervención del Congreso.
A
pesar de que el artículo refiere a “circunstancias excepcionales” durante la
gestión de Néstor Kirchner firmó 48 decretos en 2003, 64 en 2004, 46 en 2005,
58 en 2006 y 20 en 2007 como se observa en el siguiente cuadro:
Lo
interesante acerca de la información contenida en el cuadro anterior es que el
Presidente utilizó este mecanismo excepcional a pesar de tener un porcentaje
muy alto de bancas en la cámara de diputados, lo cual afirma la presencia de
elementos que justifican hablar de una democracia delegativa.
Podemos
afirmar que, además de utilizar las características institucionales
características del presidencialismo argentino a su favor, Néstor Kirchner se
basó en determinadas políticas públicas para construir su legitimidad entre las
que destacamos su modelo de desarrollo económico con inclusión social y su
política activa de derechos humanos.
La
recuperación económica, que ya había comenzado bajo el gobierno de Eduardo
Duhalde, fue un factor principal a la hora de legitimar un gobierno que asumía
con muy pocos votos. Considero que en gran parte, de ella depende el “humor
social” de la ciudadanía y como se ha visto en numerosos casos de la historia
argentina, puede afectar la gobernabilidad de cualquier presidente. En el caso
de Néstor Kirchner no solo fue importante el incremento de los niveles de
crecimiento sino fundamentalmente las políticas sociales que adaptó en términos
de redistribución del ingreso. Mediante un trabajo de Alejandro Dabat, podemos
remitir a la política económica de Néstor Kirchner a grandes rasgos: “El
nuevo gobierno prolongará y ahondará la emergencia económica y la dispersión
institucional, apoyándose en el poder presidencial para avanzar desde arriba en
los objetivos trazados. Ello conducirá al desendeudamiento externo, la captura
de una parte substancial de la enorme renta del suelo, la preservación de la
subvaluación cambiaria para promover exportaciones y substituir importaciones,
el pasaje de la política puramente asistencial a otra de empleo productivo y, finalmente,
a un nuevo tipo de integración a la economía mundial por fuera de los mercados
financieros especulativos, de integración con Brasil, comercio en gran escala
con China y otros países emergentes y establecimiento de estrechas relaciones
con otros países de América del Sur. (…)En la renegociación de la deuda externa
con los acreedores privados, Argentina tensaría al máximo las negociaciones con
los acreedores y el FMI en búsqueda de un acuerdo favorable. Con el apoyo de
numerosos países, economistas de primer nivel mundial como Stiglitz y
organizaciones como la CEPAL, Argentina logrará una renegociación muy favorable
en febrero de 2005, que le permitirá pagar un dólar por cada tres de deuda
original. (…)En lo que hace a las retenciones a las exportaciones de bienes
primarios,22 agropecuarios (granos, harinas, aceites de girasol y soja, granos
y harina de trigo, maíz, carnes, lácteos, quesos y cueros) y extractivos
(hidrocarburos, cobre y oro fundamentalmente) las retenciones servirían también
para fortalecer las finanzas públicas y atender necesidades asistenciales
apremiantes (como el Plan Jefes y Jefas de Familia), subsidiar actividades
protegidas o reorientar recursos hacia la recuperación de la producción
industrial. En este sentido, constituirán un aspecto central del
fortalecimiento fiscal del Estado (10% adicional de ingresos) (…)
Con
respecto a la política social, Carolina Lebermann, en su artículo, Néstor
Kirchner, desde su asunción embanderó la cuestión de resolver a inequidad
social, tanto a través de planes inmediatos y asistencialistas, como de
soluciones más estructurales. “Allí se enmarca el aumento cuantitativo y
cualitativo del alcance de los planes sociales, como el Plan “Manos a la obra
de 2003, el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria, también de 2003, y el
Programa Familias por la Inclusión Social de 2005, todos implementados desde el
Ministerio de Desarrollo Social, y que se suman a los diversos planes y
programas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Tras la crisis
financiera de 2008-2009, el gobierno lanza el Plan Argentina Trabaja, que
implica una transferencia de ingresos hacia los sectores más pobres, y por ende
con más propensión al consumo, de más de 7.500 millones de pesos en el 2010.
Todo esto implica, en contraposición al menemismo, una clara expansión de las
funciones sociales del Estado.”
En
relación a la capacidad de impulsar este tipo de medidas sociales, observo un
paralelismo entre las gestiones de Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Ambos
dependieron en gran medida, para poder aplicarlas, de amplios recursos
fiscales. En el caso de Chávez estos provinieron de las remesas de la renta
petrolera, en el caso de Néstor Kirchner, puedo afirmar que provinieron de las
retenciones impuestas a la exportación de commodities, la cual se incrementó
considerablemente durante su gestión debido a un contexto internacional
favorable. Al respecto se expide Fabián Repetto, en su capítulo: “Luego
de algunos años de profunda recesión, la conjunción de políticas activas y contexto
internacional favorable (alto precio de las commodities) favoreció una mejoría
notable en las finanzas estatales. Esto generó al gobierno de Néstor Kirchner
el margen fiscal indispensable para afrontar medidas que requerían de nuevos e
importantes recursos, tales como la Ley de Financiamiento Educativo, algunos
programas de salud pública o la expansión de la cobertura provisional, sea vía
moratoria, o multiplicando el número de pensiones no contributivas.”.
Néstor
Kirchner consideró a la política de derechos humanos (especialmente en
referencia a aquellos que fueron violados gravemente durante la última dictadura
militar) como uno de los pilares de su gobierno y sobre los cuales construiría
rápidamente legitimidad frente a la población. Desde que asumió el poder
observo medidas claras con respecto a esta cuestión. En 2003 promovió el envío
al Congreso de un proyecto de ley para declarar nulas a las Leyes de Obediencia
Debida y Punto Final. A su vez, por decreto descabezó a los altos mandos del
estado mayor conjunto (Compuesto por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea).
En agosto de dicho año el congreso finalmente anuló las leyes propuestas por
Néstor Kirchner y además le otorgó rango constitucional a la Convención sobre
imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y lesa humanidad. Desde lo
simbólico, también realizó actos que sentaron una posición muy fuerte y le
otorgaron una inmensa popularidad entre la gente, como los sucedidos el 24 de
marzo del año 2004 en un acto en el Colegio Militar de la Nación, en donde
ordenó a un general que descolgara los cuadros que exponían los rostros de los
ex dictadores Videla y Bignone. Al mismo tiempo, declaraba: “Nunca
más tiene que volver a subvertirse el orden institucional en la Argentina. Es
el pueblo argentino por el voto y la decisión de él mismo, quién decide el
destino de la Argentina. Definitivamente terminar con las mentes iluminadas y
los salvadores mesiánicos, que solo traen dolor y sangre a los argentinos”
En
2005 la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró inconstitucionales a las
Leyes de Obediencia debida y punto final, dando paso de esta manera a la
reapertura de las causas judiciales hacia los que participaron durante el
proceso. Recordemos que dicha corte había sido renovada durante los primeros
años de su gobierno, con la designación del Dr. Eugenio Zaffaroni en 2003 y de
las Dras. Elena Highton de Nolasco y María Carmen Argibay en 2004, hecho que
fue considerado como muy positivo para la opinión pública debido a la
diversidad ideológica de los nuevos miembros y el desprestigio que habían
sufrido los anteriores por ser miembros de la “corte menemista”.
5.6
Chávez y la Autocracia Electiva.
A
diferencia de la Democracia Delegativa que podemos encontrar en la Argentina
durante el gobierno de Néstor Kirchner, considero que el caso Venezolano bajo
la presidencia de Hugo Chávez puede definirse en los términos de lo que
Spinetta denomina como autocracia electiva. El la define
en los siguientes términos: “En este tipo de régimen, se presenta una coexistencia
entre procedimientos democráticos y prácticas autoritarias por parte de un
líder que, mediante atributos excepcionales de decisión política, genera un
campo de juego desigual entre sus fuerzas y las de la oposición. (…) Todo ello
conlleva un fuerte culto al líder, un excesivo personalismo, y una perniciosa
concentración de poder. La misma se da en manos de ejecutivos, que, ante la
necesidad de construir nuevas formas de legitimidad que trasciendan la
legalidad formal y democrática, fomentan una dinámica de movilización al
interior de la sociedad civil y prevén su permanencia en el poder por períodos
prolongados de tiempo. A su vez, manipulan los resultados electorales y cometen
otras violaciones flagrantes a las instituciones de la democracia liberal. (…)
Estas prácticas tienen como objeto neutralizar y vaciar la institucionalidad
normal de la democracia política para que todo punto de gravitación decisoria
descanse inexorablemente en el líder; para lo cual los autócratas se valen de
un permanente estado de excepción. Consecuentemente, mediante un estilo de
democracia plesbicitaria, el pueblo se convierte en legislador y el líder pasa
a ser soberano y emisario de un mensaje popular que doblega la legitimidad de
origen de cualquier poliarquía puesto que en estos regímenes híbridos, la
legitimidad plesbicitaria prevalece por sobre la legalidad comicial.”
El
período que por razones comparativas debemos exponer (2003-2007) no es un
período en el cual se aprecie en su totalidad lo que he expuesto anteriormente,
pero de todas formas pueden apreciarse alguno de sus rasgos. El período que
abarca del año 2002 al 2005 es definido como crisis por Santiago Leiras debido a
las complicaciones políticas y económicas que afrontó su gobierno entre las que
se destacan el “lock-out” empresarial. Recordemos en 2003 en Venezuela, el PBI
estaba cayendo, la tasa de desempleo había alcanzado su pico máximo en los
últimos 20 años, el producto bruto por habitante había disminuido y el salario
real también. Las encuestas revelaban un descenso en el apoyo a la gestión de
Chávez. En 2004 se cumplía la mitad del mandato presidencial y con eso se abría
la posibilidad de convocar a un referéndum revocatorio para destituir por vías
constitucionales al presidente. (Recordemos que esta fue una estrategia
utilizada por la oposición al no poder derrocar al presidente ni mediante la
presión ejercida por el paro petrolero ni por el intento de golpe de estado del
año 2002). Es importante tener en cuenta que el mecanismo de referéndum
revocatorio fue impulsado por el mismo Chávez en la reforma constitucional del
año 1999 y es un mecanismo institucional que refleja el carácter de democracia
participativa al que referimos en este trabajo. El 15 de agosto de 2004,
Chávez, bajo sospechas de fraude, obtenía nuevamente un triunfo aplastante. ¿A
que factores puede atribuirse este triunfo electoral?, principalmente a la
evolución de los precios del petróleo, que genero un rápido incremento de los
recursos fiscales a disposición del gobierno y por el otro lado, la rápida
implementación de las misiones. Las Misiones Bolivarianas del Gobierno
de Venezuela fueron un elemento de legitimidad social y política bajo la
gestión de Chávez a partir del año 2003. Comprenden programas para luchar
contra la pobreza, para fomentar programas de educación y alfabetización, la
mejora en la salud pública y la obtención de la vivienda. Además poseen
programas culturales, científicos, políticos, dedicados a derechos indígenas y
medioambientales. Estas misiones fueron sostenidas con el excedente de la renta
petrolera originado por la empresa estatal PDVSA.
Luego
de la derrota en los comicios del 2004, la oposición decide abandonar la
participación política con el objetivo de deslegitimar al oficialismo, pero
esta estrategia no tiene el efecto buscado, sino todo lo contrario, Chávez gana
las elecciones a nivel presidencial, gubernamental y municipal en las
elecciones del año 2006 y comienza la etapa de consolidación de su régimen la
cual intenta comenzar en el año 2007 mediante la convocatoria a un nuevo
plesbicito para la reforma de la constitución en pos de modificar el artículo
230 para permitir una nueva relección. De todas formas, el hecho de nuevamente
intentar legitimar la reforma de la constitución mediante un plesbicito nos
otorga otro indicador del paso de Venezuela de una democracia representativa a
una participativa, al conformarse este mecanismo, junto al de la revocatoria
del mandato, como dos elementos claves para entender esta transformación.
Con
respecto al concepto de democracia participativa, observamos que el mismo se
encuentra consagrado por la misma Constitución de 1999 de Venezuela. Siguiendo
a Margarita López Maya
“El gobierno de Chávez y las fuerzas políticas que lo apoyan ensayan desde
1999 una democracia participativa y protagónica”. Dice el preámbulo de la
Constitución: El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores (…)
con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad
democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un
Estado de justicia federal y descentralizado (…) decreta la siguiente
constitución. Y dice en sus artículos 2 y 6: “El gobierno de la
República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen
es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado,
alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables. (…) La
participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión
pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su
completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado
y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más
favorables para su práctica”.
Finalmente
podemos concluir que el principal elemento de legitimidad en Venezuela es el
Pueblo, entendido en última instancia como el soberano, quién ejerce su
soberanía a partir del voto popular mediante los mecanismos consagrados en la
constitución para tal fin (referéndum revocatorio, plesbicitos). En este marco
el Gobierno de Chávez, mientras tuviera el apoyo popular en las urnas, pudo
realizar la mayoría de las reformas que emprendió sin tener en cuenta ningún
mecanismo de accountability horizontal. El discurso nacionalista,
latinoamericanista y anti-imperialista, sumado a las remesas fluctuantes de la
exportación de petróleo utilizadas para el desarrollo de programas de
asistencia social, sostuvieron en gran medida a la gestión durante el período
que comprendimos en este artículo.
5.7.
IV Cumbre de las Américas – “No al ALCA”
Considero
que la postura de ambos líderes frente a la integración latinoamericana es otro
de los elementos de legitimidad en los cuales basaron sus respectivos gobiernos
tanto desde el plano discursivo como en lo concreto, mediante políticas
públicas que apuntaron al desarrollo del MERCOSUR en el caso de Néstor Kirchner
y al intento de constitución del ALBA en el caso de Hugo Chávez. Esta
integración los países de ambos líderes se manifestó entre otros hechos,
mediante la creación en el año 2007 del Banco del Sur, impulsado por Chávez y
apoyado por Argentina. El Banco busca desarrollar políticas económico-sociales,
actividades, obras de infraestructura y promover el desarrollo de zonas
atrasadas sin depender del apoyo de otros organismos internacionales de crédito
como el FMI, el Banco Mundial y el BID. Así mismo observo que entre Argentina y
Venezuela se firmaron múltiples tratados comerciales durante ese período, entre
los cuales destaco los convenios para la construcción de gasoductos entre ambos
países.
Entiendo
que los hechos sucedidos durante la IV Cumbre de las Américas, realizada en la
Argentina durante los días 4 y 5 de noviembre del año 2005 fueron un punto de
inflexión en la política exterior latinoamericana en el sentido de que sentaron
un fuerte posicionamiento de los líderes de la región con respecto a la lucha
contra el neoliberalismo y frente a los postulados del Consenso de Washington,
a mi entender, encarnados bajo la intención de los Estados Unidos de constituir
el Área de Libre Comercio Americana (ALCA).
A
su vez, pretendo utilizar esta experiencia para comparar las diferentes
posturas de los líderes que estudio en este trabajo, mediante una exposición de
los discursos que pronunciaron en dichas fechas ya que ambos cumplieron un rol
protagónico en dicha cumbre.
La
IV Cumbre de las Américas
tuvo como lema “Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la
Gobernabilidad Democrática” y reunió a los Jefes de 34 Estados Soberanos
Americanos, con excepción de Cuba, por disposición de la OEA. La agenda de
dicha cumbre tuvo como temas fundamentales los principios de libertad,
justicia, seguridad y protección social, que se vieron plasmados en una serie
de puntos concretos como la promoción de políticas para la generación de empleo
y la incorporación del sector informal de la economía al sector formal, la
promoción de medidas concretas para prevenir y erradicar las formas de trabajo
infantil y el combate de la desigualdad, la pobreza, el hambre y la exclusión
en los pueblos, entre otros. Sin embargo, el tema que no se encontraba en
agenda, que tuvo la mayor repercusión y que fue puesto en discusión entre los
34 Jefes de Estado fue la creación del Área de Libre Comercio Americana (ALCA).
A
grandes rasgos, el ALCA proponía la creación de una zona de libre comercio
desde Alaska a Tierra del Fuego, con la eliminación de barreras arancelarias,
la liberalización de determinados servicios estratégicos, acuerdos de
protección de inversiones extranjeras intrazona y limitación de la capacidad
estatal para orientar las compras públicas. El ALCA presentaba como ejes
centrales la desregulación de los mercados, la libre circulación de capitales y
mercancías y la privatización de los servicios públicos, con lo que se
reforzaría el poder de las grandes corporaciones multinacionales, en especial
estadounidenses, y se debilitaría la capacidad de los Estados para poner en
práctica políticas activas que reactivan la economía, y promueven el desarrollo
económico y la integración social.
En
este marco, es importante remitir a algunos fragmentos del discurso inaugural
que brindó Néstor Kirchner. En dicho discurso podemos observar una profunda
crítica al Consenso de Washington y a las políticas Neoliberales que afectaron
a la región desde los años setenta y que como señalé anteriormente en este
trabajo, fueron factores claves en la configuración de la crisis económica y de
representación política de la Argentina y Venezuela y a su vez derivaron en la
emergencia de los líderes que analizo en el presente trabajo.
Néstor
Kirchner expresó lo siguiente:
“Crear
trabajo decente, cómo hacerlo de la mejor y más eficaz manera, está en la clave
del debate sobre cuáles son los mejores caminos para lograr un desarrollo
sustentable que garantice el bienestar de nuestros pueblos, vinculado con los
atributos de la libertad, la justicia, la seguridad y la protección, la
creación de trabajo no sólo es un fundamental vehículo de integración social,
sino que puede constituirse en la verdadera clave de la construcción de la
gobernabilidad.”
En
referencia a como obtener dichos objetivos, señala lo siguiente y es de
especial importancia:
“En
la obtención de esos consensos para avanzar en el diseño que las nuevas
políticas que la situación exige, no puede estar ausente la discusión respecto
de si aquéllas habrán de responder a recetar únicas con pretensión de
universales, válidas para todo tiempo, para todo país, todo lugar. Esa
uniformidad que pretendía lo que dio en llamarse el “Consenso de Washington”
hoy existe evidencia empírica respecto del fracaso de esas teorías. Nuestro
continente, en general, y nuestro país, en particular, es prueba trágica del
fracaso de la “teoría del derrame.”
Además
aconseja: “De la fe ciega y excluyente en el mercado, el objetivo aconsejado
o impuesto de reducir o minimizar el rol de los gobiernos, hacer desaparecer al
Estado y avanzar en la degradación de la política, debemos pasar a la
generación de una nueva estrategia de desarrollo de crecimiento sustentable,
con equidad, calidad institucional, ejercicio de la representación, el control
y la participación ciudadana.”
Finalmente,
entiendo que en referencia a la posible discusión del ALCA, refiere este
párrafo acerca de la cooperación internacional: “En este punto es necesario
advertir que a la ahora de analizar el sistema de comercio internacional,
subsidios agrícolas o barreras arancelarias, hay que tener en cuenta las
asimetrías y los diferentes grados de desarrollo. Porque la igualdad es un
concepto valioso y necesario, pero sólo aplicable a los que son iguales. Igual
tratamiento para los diferentes; igual tratamiento entre países poderosos y
débiles; igual tratamiento entre economías altamente desarrolladas y economías
emergentes, no sólo es una mentira sino que, además, resulta una trampa mortal.
Trampa que primero atrapa y afecta a los débiles, pero que luego de un modo u
otro, también termina llegando a los poderosos.”
Con
respecto a la participación de Hugo Chávez, debemos señalar que él fue el
artífice de lo que se denominó como la “III Cumbre de los Pueblos” o la
“Contra-cumbre” en donde participaron personalidades destacadas como las
“Madres de plaza de mayo”, el futuro presidente de Bolivia en ese entonces, Evo
Morales y el premio nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel, entre otros. En este
marco se realizaron foros desde ópticas alternativas y críticas a la Cumbre de
las Américas bajo la consigna “No al ALCA, No a Bush”. Podemos afirmar, que las
palabras que pronunció Chávez en dicha ocasión, se relacionan directamente con
algunas de las características discursivas claves que señala Hernán Fair en su
capítulo acerca de “La construcción político-discursiva del régimen
chavista”. Entre otros aspectos, el autor concluye que “(…) desde el
discurso populista de Chávez, lo nacional se articulaba equivalencialmente a lo
latinoamericano. (…) En este marco, frente al proceso de inserción subordinada
al ALCA, el Presidente instaba a realizar una integración diferente, que
respetara la soberanía nacional de los Estados y promoviera la integración entre
todos los países latinoamericanos. (…) El chavismo se articulaba a un
modelo de integración que privilegiaba la unidad nacional y latinoamericana y a
la inclusión popular, mientras que el anti-chavismo era articulado al poder de
las oligarquías, vinculado a un modelo que se basaba en la defensa de los
privilegios, la injusticia, la desigualdad y la exclusión social del pueblo”
Considero
que lo expresado anteriormente por Fair se ve materializado en la siguiente
cita textual del discurso de Chávez en la Contra-Cumbre:
“La
batalla del ALCA, la batalla del ALCA, que como bien decía Hebe Bonafini sin
duda que la hemos ganado, pero ¡cuidado!, eso es sólo una batalla, eso es sólo
una batalla de tantas batallas pendientes que nos quedan para toda la vida,
ahora, decía que tenemos una doble tarea, enterrar el ALCA y el modelo
económico, imperialista, capitalista por una parte, pero por la otra a nosotros
nos toca, compañeros y compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los
parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los
parteros del ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Américas, para los
pueblos de América, una verdadera integración liberadora, para la libertad,
para la igualdad, para la justicia y para la paz, sólo nosotros unidos podemos
hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socialismo del siglo
XXI, un nuevo proyecto histórico socialista, lloran los pueblos de la América,
nos toca a nosotros, yo estoy seguro de que ya en la América está engendrado el
nuevo proyecto histórico del socialismo del siglo XXI, lo ha engendrado el
vientre de América, ahora pujemos nosotros para parirlo, para darle vida, para
perfilarlo. Rosa Luxemburgo lanzó aquella expresión: “Socialismo o barbarie”,
hoy se hace más dramática la expresión y hay que repetirla: “Socialismo o
muerte”, “Socialismo o barbarie”.
Finalmente,
como conclusión de este apartado podemos señalar que si bien ambos Líderes
coinciden en su mirada crítica acerca de determinados procesos históricos
asociados a la implantación de las políticas neoliberales en américa latina.
Difieren en la expresión de dichas críticas y sus respectivas propuestas en el
plano discursivo. En Néstor Kirchner se observa una mirada más institucional,
relacionada con la construcción de consensos y alternativas de trabajo dentro
de los marcos propuestos por los organismos institucionales. En cambio en
Chávez se observa una mirada crítica más amplia, que asocia concretamente al
avance neoliberal con las políticas imperialistas de los Estados Unidos en
concreto y plantea transformaciones globales que exceden a los propios procesos
de su país y que abarcan a Latinoamérica como un todo en pos de la obtención
del llamado “Socialismo del Siglo XXI”.
6.
Conclusión
Frente
al problema que planteamos al inicio del artículo, podemos concluir que
existieron similitudes en los contextos políticos y económicos que explicaron
la llegada al poder de Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Encontramos dichas
similitudes en el hecho de que ambos líderes surgieron de crisis políticas y
económicas producidas por la aplicación de los modelos de Estado neoliberales
en sus respectivos países desde los años setenta. En el caso Venezolano,
realizamos un recorrido histórico por el desarrollo y la consecuente caída del
Sistema de Punto Fijo, el cual, entre otros factores, es sustancialmente
explicativo del vacío de poder que logró llenar el Chavismo. En el caso
Argentino, realizamos un repaso por la concepción del neoliberalismo en general
y cuales fueron las consecuencias concretas de su aplicación en dicho país, lo
cual conllevo a una profunda crisis que devino en última instancia a la
emergencia de Néstor Kirchner. Si bien destacamos que ambos líderes provenían
de orígenes distintos (uno con una carrera política enmarcada en un partido
tradicional y otro siendo un militar consagrado sin experiencia de gestión
previa), los dos basaron su apoyo político en el sector que alude el título de
mi artículo, “los excluidos”. Es decir aquellos sectores sociales que se
vieron desamparados tanto en términos económicos como políticos durante los
años anteriores y que encontraron en estos líderes una “voz” que defendiera sus
derechos. Podemos decir que ambos líderes respondieron a la emergencia
que les demandaban sus respectivos contextos.
Con
respecto a la segunda parte de nuestro problema, la pregunta se configuraba
alrededor de cuales fueron los elementos de legitimidad a los cuales apelaron
los líderes una vez que accedieron al gobierno. En este punto encontramos más
diferencias que similitudes. En el caso de Néstor Kirchner observamos que el
basó su legitimidad en la configuración de una democracia delegativa, empleando
a su favor las prerrogativas constitucionales de la Nación Argentina,
utilizando, por ejemplo, en reiteradas ocasiones el Decreto de Necesidad y
Urgencia a pesar de tener mayoría absoluta en ambos cuerpos legislativos. A su
vez, a lo largo de su gobierno, logró ganarse la legitimidad y el apoyo popular
mediante la recuperación de la economía y la redistribución del ingreso vía políticas
sociales. Esto fue clave y le permitió diferenciarse claramente de sus
antecesores y de los modelos neoliberales que representaban. Además, otro
factor explicativo de su gestión fue su marcada defensa de los derechos
humanos, mediante acciones tanto en el plano concreto como en el simbólico / discursivo
para garantizar el cumplimiento de la justicia y el castigo a los culpables de
los hechos sucedidos durante la última dictadura militar en su país. En el caso
de Chávez, observamos que, a diferencia de Néstor Kirchner, el basó enteramente
su legitimidad en la soberanía del pueblo encarnado en el apoyo popular
constante en las elecciones. Esto se vio manifestado en el uso constante de los
mecanismos constitucionales del “referéndum revocatorio” y el “plesbicito para
la reforma de la constitución”. Estos rasgos, en conjunto con otros,
permitieron definir al régimen chavista como una “Autocracia electiva”.
Asimismo, en comparación con la democracia representativa y liberal del
gobierno de Néstor Kirchner, En Chávez se observa un paso hacia una democracia
participativa, consagrada mediante la constitución y aplicada mediante los
mecanismos nombrados anteriormente además de la aplicación de una serie de
políticas a nivel departamental o local.
Con
respecto a las similitudes entre ambos gobernantes, podemos concluir que ambos
basaron su legitimidad en la aplicación de políticas sociales progresivas
basadas en el ingreso de recursos fiscales provenientes de remesas de
exportaciones (petróleo en el caso de Chávez y Commodities como la soja o el
trigo en el caso de Néstor Kirchner). Este fue un elemento clave durante sus
gestiones ya que la variación en el ingreso de dichos recursos tuvo
consecuencias concretas para la gobernabilidad de sus respectivos países.
A
su vez, se observan similitudes en la política exterior de ambos líderes,
orientados hacia una defensa de la integración latinoamericana frente a los
modelos de desarrollo económicos neoliberales impulsados por las potencias
extranjeras y los organismos multilaterales de crédito. Dicha postura se
observó concretamente en la participación de ambos presidentes en la IV Cumbre
de las Américas y en su negativa a la constitución del Área de Libre Comercio
de las Américas y también en sus acciones bilaterales posteriores, orientadas a
la constitución de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), al impulso del
MERCOSUR y a la creación del Banco del Sur, además de la firma de tratados
comerciales para el impulso de ambas economías regionales.
7.
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