Revista Nº27 "TEORÍA POLÍTICA E HISTORIA"

Resumen

El siguiente ensayo filosófico explica  las razones por las cuales consideramos al globalismo cultural hijo putativo de la ideología progresista americana.

Abstract

The following philosophical essay explains the reasons why we consider the cultural globalism putative son of the American progressive ideology.

 

La Revolución se producirá primero en Estados Unidos. Aproximaciones filosóficas sobre la globalización cultural imperante

                                                         Prof. Lic. Esteban Abel Amoretti (1)

 

 

                                                                1.

 

Hispanoamérica y todo el mundo occidental en su conjunto sufren hoy la hegemonía cultural de la izquierda. El poder político más que un garante de la acción política es una estructura de pensamiento digitado desde la cultura.

El dogma modernista del igualitarismo forzado como prédica y emanado desde los líderes políticos de turno, se traduce en un discurso fundamentado en las aplicaciones ideológicas de la llamada Nueva Izquierda.

Lo políticamente correcto y el pensamiento único podrían definirse en el plano filosófico depositado a la izquierda de la cultura. Pero habría que preguntarse donde y cuando se fue gestando esta idea discursiva, cuáles serían los referentes teóricos de esta Nueva Izquierda, y sin hurgar muy profundo y para sorpresa de los mismos adalides del antiimperialismo, nos encontramos con que proviene de los mismo Estados Unidos de Norteamérica.

Pensamos que dicho pensamiento se gesta en el propio seno del Imperio y es la cuna de dicha ideología imperante extendida por todo el orbe por varias razones filosóficas que trataremos de desarrollar a continuación.

                                                             2.

 

“La Revolución tendrá lugar en los Estados Unidos. Solamente se extenderá al resto del mundo si triunfa en aquel lugar”. Esta frase épica es producto del pensamiento de uno de los analistas más fructíferos sobre el estudio del capitalismo, el propio Karl Marx. Retrospectivamente el padre del comunismo teórico sabía muy bien de lo que hablaba. Y con el paso del tiempo podemos decir que tenía razón y que han conseguido desparramar dicha ideología por todo el mundo como una peste.

Jean-François Revel (2), en La Cábala de los devotos y en La Tentación Totalitaria ha desarrollado el carácter exageradamente violento de las dictaduras e ideologías marxistas. Ideología que muchas veces se confunde con lo ético de sus causas encubriendo el peor de los ardides, que es la supresión de la libertad, seguida de muerte.

Lenin decía parafraseándolo que la revolución triunfaría cuando la elite no quiera y el poder no pueda. Esto que parece lejano es realidad política en la actualidad. Revel argumenta que hoy se hace una crítica de la justicia, de la gestión, del poder político, de la cultura y la civilización antigua como forma de censura. Según Revel, todas esas condiciones se dieron solamente en los Estados Unidos, una nación que ha nacido como crítica a la tradición europea como base del inmediatismo y el elogio al materialismo. Esto no implica que la revolución necesariamente triunfará en los Estados Unidos de Norteamérica, sino que se producirá sin dudas allí.

Luego de terminar la ilusión de octubre de 1917, el bloque soviético pronto dejó de ser una usina de impulso revolucionario, para transformarse en un Estado totalitario y sanguinario con las ambiciones propias de cualquier superpotencia.

La intelectualidad de izquierdas que podrían criticar al régimen viro hacia nuevos horizontes, llegando a los Estados Unidos. Es por esto que Revel, no teme en responder a los antinorteamericanos de izquierda que toda su ideología proviene del mismo Imperio, desde la otra orilla del Atlántico.

Liberación sexual, educación antiautoritaria, arte abstracto, freudomarxismo, homosexualismo, gay power, universidades libres: todos productos Made in USA. La Nueva izquierda se originó con la impronta de las Universidades de Columbia y Berkeley, nacida en los años 60, dando cuna a las teorías de socialismo libertario y antiestatistas.

Pero lejos de ser una original revolución cultural, esta Nueva Izquierda abraza todo el dogma de una metodología vieja y reiterativa, ya que en ella están más vigentes que nunca las ideas del siglo XIX, con Lenin y Marx a la cabeza.

 

                                                           3.

 

El sueño de Freud, referido en la obra de Geoffrey Gorer (3)  en 1948, advierte que la fundación de Norteamérica reproduce la escena mitológica introducida por el famoso psicoanalista, materializando el nacimiento de la civilización americana. Según esta escena, los hijos se asocian para matar al padre tiránico. Después, nombrando a uno entre ellos para ocupar el lugar del padre asesinado establecen un contrato que legaliza mutuamente su igualdad. Igualdad basada en la renuncia de los privilegios de cada uno y a la autoridad que poseía el padre. Inglaterra y toda la concepción europea del mundo hasta el momento imperante ocupó el rol del padre, los colonos americanos el de la conjuración de los hijos, la Declaración de la Independencia y la Constitución de los Estados Unidos el del contrato por el cual todos los americanos pretenden garantizar la misma igualdad partiendo del renunciamiento a los privilegios que otorga el factor de orden más odiado e envidiado, la autoridad. Esta ideología explica entonces, la popularidad de la doctrina psicoanalítica en los Estados Unidos y su ulterior desarrollo.

Desde sus orígenes, los norteamericanos mantienen tres tradiciones fundamentales: la creencia que América, nueva tierra prometida, canaliza la prefiguración de Cosmópolis, la futura república universal, y que los americanos son el ejemplo y los encargados para exportar el sistema americano a todo el mundo. La creencia de que todos los hombres son iguales, y que todos pueden alcanzarlo todo, y por último, que la autoridad es una cosa nefasta y odiosa en sí misma y que las instituciones a las que deben recurrir como el gobierno o el ejército, no son sino males necesarios a los que es preciso limitar sus prerrogativas.

Los Estados Unidos no son una nación como las demás, no son el país de ningún pueblo. En todos los países en todo el mundo, los pueblos consagran una unidad y destino y concentran con valores e historia una homogeneidad humana característica del lugar que representan. Homogeneidad que puede ser tradicional, cultural o étnica, pero nada de esto se encuentra en Estados Unidos. Viven en un eterno presente. Es una simple aglomeración de gentes llegada de todos los países, en donde la mayoría imprime un común denominador que es la ruptura de la tradición cultural europea, compartiendo únicamente el devenir cotidiano en un sistema propio de vida, lo que se denomina the american way of life. Allí en donde el cosmopolitismo es lo imperante, no puede existir una homogeneidad tradicional común a todos.

La única unidad establecida es posible únicamente a nivel material, al nivel de las cosas. Este american way of life, es el único y verdadero mito nacional, el único referente por el cual el americano promedio puede sentir cierta representación.

El carácter cosmopolita de América, explica su ausencia de cultura en el sentido estrictamente ontológico del término. No existe cultura que no sea tradicional. Así lo expresaba Hermann Keyserling (4) argumentando que la forma y el verdadero orden de la vida exigen que el pasado, el presente y el porvenir, se relacionen entre si conforme a una proporción justa y que eso implique una relación entre los principios formativos de la tradición con el futuro y el progreso de una nación.

Esta relación es imposible de materializar en una nación que rechaza las perspectivas y las historias tradicionales europeas formativas del pasado. Nacido precisamente de una ruptura con el pasado, en este caso el pasado europeo, Estados Unidos no puede tener una línea de progreso diferente a una concepción utópica ideal, carece de tradición y es por eso que vive en eterno presente, en una sucesión reversible de momentos presentes, constituyendo día a día esa búsqueda de la felicidad a todos garantizada en la Declaración de Independencia.

Su pensamiento implícito se reduce en conducir a la unidimensionalidad la histórica tridimensionalidad constitutiva del tiempo: pasado, presente y futuro. Su objetivo universal es hacer coincidir los destinos manifiestos de los hombres en una única dimensión, que es la de la simultaneidad.

 

                                                                4.

 

El inconsciente norteamericano se funda en una mística del espacio, idea de que más allá de la frontera nacional siempre hay un espacio a explotar, por oposición a la mística del tiempo.

La importancia de la conquista del espacio como sustituto de la conquista del tiempo, se manifiesta como característica fundamental de negación a  lo tradicional. Por eso, como hablábamos líneas arriba, expresar que existe una cultura americana, es inequívoco. Hay contradicciones en los términos y puros sinsentidos. La cultura es esencialmente el producto de lo típico, y en Norteamérica lo asilado sustituye a lo típico. Una suma de aislados puede nutrirse de la adición, pero nunca constituirse en los valores y tradiciones que conforman la identidad de un pueblo.

Es por esto, que el estilo de vida americano es incompatible con la coexistencia y el respeto al desarrollo histórico cultural de otras naciones y hacia los otros en general. No admite otras construcciones culturales, ya que ellos no poseen una que los identifique. No es casualidad que la implementación interna de la american way of life sea paralela a la destrucción de las identidades de los otros países, sus culturas y sus pueblos. Los norteamericanos están empujados a imponer su modelo a escala planetaria, a absorber en su cosmovisión de la cantidad, todas las diferencias cualitativas que constituyen a los otros. A adoptar la diversidad manufactura del mundo, tamizando lo que le conviene y reteniendo lo que le es útil. A lo demás lo desecha. Como la no aceptación de las diferentes culturas  que no conoce y reconoce, destruye y que no quiere, ni querrá conocer.

Repele todas las culturas que señala con el dedo, no permitiendo ninguna propia, ya que ellos carecen de una. Desarraigar a los pueblos de sus tierras es el mejor ejemplo de ello. Producir inmigraciones masivas con sus guerras, como en los casos de Oriente Medio, es moneda corriente. El fin es desarraigar y romper culturas, destruyendo un sentimiento de pertenencia que ellos no poseen, por eso el norteamericano se siente dueño y ciudadano del mundo. Allí donde van quieren imponer su estilo particular de vida. Y exportando este modo de vida matan necesariamente el destino de los pueblos.

Otro punto a destacar es que tradicionalmente el americano rechaza el concepto de lo superior y lo aristocrático. Más que ninguna otra nación del mundo, como escribía Thomas Griffith Taylor (5), los Estados Unidos están obsesionados por la idea de igualdad, idea que es la base de su Constitución. América es por defecto uno de los pocos países desarrollados del mundo que no han tenido sustento en la aristocracia. Aristocracia que se define como la parte de la sociedad que valora las cosas que no tienen precio, la aristocracia del espíritu y no del dinero.

En Norteamérica, decía Keyserling, el dinero representa la tarea cumplida. En su origen, este rechazo del aristocratismo, es el rechazo y ruptura de las tradiciones con Europa. Norteamérica no ama a los mejores, solo aprecia a los winners, a aquellos que han tenido éxito sin dejar de ser como todo el mundo. Esta noción de éxito basada en lo superficial y material reemplaza la noción de aristocracia, de superioridad.

El rechazo de la autoridad conduce también al rechazo del especialista, ya que este podría estar tentado en transformar su saber en poder, y eso no debe permitirse, ya que rompería el instrumento coercitivo de la igualdad. En ningún otro país se ha dado tanto lugar a lo ocasional, al soldado individual de ocasión, al héroe solitario que derrota ejércitos enteros en soledad.

En Estados Unidos el militar de carrera, encarnación de la jerarquía y la autoridad por excelencia, es una figura particularmente digna de desconfianza, incluso odiada. Los adversarios de Vietnam, siempre prontos a denunciar el complejo industrial-militar norteamericano, olvidaron que los americanos son unos de los pueblos menos militaristas del mundo, ya que en cualquier otro país occidental los valores y moral militar fueron enseñados generación tras generación desparramándolos incluso para la vida y convivencia civil. A lo largo de su historia Norteamérica ha tratado de alejarse de los conflictos, han intervenido tardíamente en las dos guerras civiles europeas (guerras mundiales), e insegura de sí misma como nación, ha entrado en ellas a regañadientes, obedeciendo a los poderes fácticos del mundo y peleando guerras en lugares alejados solo por ser llamado a representar al gendarme bobo del poder invisible que se encuentra por arriba del poder visible.

Como en todos los sistemas burgueses el ejército norteamericano es mal considerado solo como poder de policía. Ese fue el caso de la Caballería Norteamericana durante la expansión y conquista hacia el Oeste, que fue también la conquista del espacio, del vacío.

En ningún otro país del mundo las derrotas militares engendran tanta desolación y tristeza, como el caso de Vietnam, todavía demandada y nunca olvidada. Por eso el ejército norteamericano aprendió de la historia que debe ganar, sino, no juega.

Inmediatamente después de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, su Congreso reunido adoptó la resolución de intervenir lo menos posible en el estilo de vida, los pueblos y la cultura europea. George Washington y después Monroe, repitieron esta consigna como regla de oro de la política exterior norteamericana. Ya para 1787 fue suprimido el puesto de Ministro de Relaciones Exteriores; la persona designada para este puesto pasó a ser simplemente el Secretario de Estado de la Presidencia.

El aislacionismo comenzó a ser la constante en la vida internacional norteamericana. Las intervenciones exteriores se han dado solo como resultado de operaciones del poder que se encuentra arriba del poder, en las cuales los Estados Unidos se han visto implicados, y han tenido que responder como el policía del mundo, representando su papel histórico a modo de cruzada de carácter moral como se ve en la guerra contra el islamismo.

En 1971 durante la Conferencia sobre Estudios Occidentales en París, Thomas Molnar (6) explicaba, que el reflujo de las ideas revolucionarias, encontró su leitmotiv en la Doctrina del Destino Manifiesto, es decir, que muchos colonos han pensado mesiánicamente que la Providencia les ha encargado exportar su modelo de democracia ideal norteamericana a todo el mundo.

En la actualidad, los Estados Unidos están presentes en el mundo a razón de su peso, no por voluntad, ni deseo de una gran política. Esto se explica ya que todos los componentes que forman la nación norteamericana son diferentes entre sí, solo coinciden en su modo de vida, el american way of life, precisamente el nivel donde la diferencia y lo superior es rechazado y odiado. Diferencia entendida para cualquier país homogéneo en donde el nivel de vida y las diferentes condiciones sociales son regla natural, pero no para los Estados Unidos. Se sigue defendiendo una falsa igualdad.

En Norteamérica, la presión impuesta por la opinión pública medida regularmente por los sondeos, es particularmente fuerte. Esta opinión influye de forma tan radical que la mayoría de los fenómenos sociales están directamente mediatizados y ritualizados. Por eso, lo verdaderamente diferente se entrega al diván de los psicoanalistas, o a largas sesiones de grupos focales y terapias de grupo. Norteamérica es la nación por excelencia del colectivismo de las costumbres.

Hermann Keyserling, escribió a propósito de esto, que la diferencia entre la Rusia bolchevique y los Estados Unidos capitalista es una simple diferencia de prosperidad económica.  El nivel es diferente pero la nivelación es idéntica, ya que la diferencia se define de hecho en una simple concepción de lengua, el espíritu es el mismo, sea cual sea el caso que dio paso a los dos modelos de existencia empírica. Los dos países son fundamentalmente socialistas, pero mientras Estados Unidos expresa su socialismo bajo una prosperidad general, Rusia lo hace bajo un pauperismo abismal.

En los dos países las acciones humanas juzgadas fundamentales son las aspiraciones sociales, en los dos países decía Spengler (7), la economía es el destino. La revolución que según Revel debía nacer en Norteamérica ya sucedió.

Con relación al universo mental de los pueblos europeos, el universo americano presentó en efecto una ruptura radical y decisiva. Por vez primera en 1776, la nación pretendía fundarse sobre un principio igualitario plenamente consciente. Por vez primera se proclamaba por ley, que los hombres nacen libres e iguales.

Toda la razón de ser, toda la existencia e historia norteamericana, deriva de esta revolución que rompió la relación con el padre europeo. Fue la primera revolución socialista de la historia.

Entre 1960 y 1970, se multiplicaron los números de estudiantes universitarios que se reconocían de izquierdas, pero no se trataba de un fenómeno social nuevo. El espíritu de las revoluciones del siglo XVIII, mantiene su esencia y son plasmados como la revuelta contra toda jerarquía de los valores que aun reina en los Estados Unidos, y se encuentra en toda la constitución genética de dicho país. Este espíritu de revuelta es el que expresa la actual ola de contestación, y fue razón  inevitable, por ejemplo, que el movimiento hippie tuviera su origen en estas tierras.

 

                                                                5.

 

El protestantismo luterano y sobretodo calvinista, han sido los portavoces del primer igualitarismo norteamericano, separándose abruptamente del legado cristiano católico europeo jerárquico y de sincretismo con las leyes precristianas de Europa.

Arthur Gish (7) ya había trazado en 1977 un paralelo convincente entre los representantes de la Nueva izquierda norteamericana y los principios anabaptistas del siglo XVI. Expresaba que querían establecer una comunidad de Dios en la Tierra con socialización de bienes y mujeres, aspectos significativos de la buscada igualdad social.

Los revolucionarios norteamericanos no difieren sustancialmente de los lineamientos de pensamiento de los padres fundadores del siglo XVIII, de aquellos pioneros místicos, aquellos excluidos de Europa que veían en la nueva tierra prometida un nuevo Israel.

Los nuevos izquierdistas americanos no reprochan a su generación de mayores de haberse vinculado a los principios a los que se reclama, sino más bien de haberlos traicionado, de no haberlos aplicado suficientemente, de haber olvidado que el enriquecimiento no es el presupuesto de la filantropía. Para ello, no tenemos más que leer atentamente la Ética Protestante de Max Weber.

Lejos de querer cambiar el sistema en el que viven, quieren retornar a sus fuentes, cubriendo el espíritu igualitario del protestantismo bíblico y su filosofía iluminada. Del derrumbe del sueño americano no proponen una superación del mismo que sería lo novedosamente revolucionario,  sino una regresión, para realizar lo mismo pero con mayor fuerza.

A despecho de sus críticas contra el imperialismo americano, un imperialismo sin asomo de imperium (8), es natural que la Nueva izquierda Europea manifieste una atracción irresistible hacia esa Nueva Izquierda norteamericana, que le ofrece su imagen perfecta a modo de espejo.

Esta atracción no es nueva. Podemos remontarnos como ejemplo hasta el fantasma del joven Lafayette (9), ya que en Francia toda la izquierda intelectual de liberación, se ha alimentado del jazz, las novelas y los films norteamericanos. Sin más, la Estatua de la Libertad, es un regalo de Francia a Estados Unidos demostrando la unión ideológica de ambos pueblos revolucionarios. Conocer la historia personal del mismo Lafayette lo demuestra.

Después de las consecuencias de la Guerra Fría, la descolonización ofreció la ocasión a la intelectualidad de izquierdas de redescubrir la América eterna, siguiendo los pasos de J.F. Kennedy y la New Society.

El sociólogo Edgar Morin (10) regresó extasiado tras pasar una semana en 1970 dentro las comunidades juveniles de California en donde relató la siguiente expresión etnográfica “neorusonianismo, necesidad de calor infantil,  tradición libertaria, comunismo utópico, rechazo de Europa”.

Cuando Jean-Marie Domenach (11), en la revista personalista Esprit en 1970 declara que “los Estados Unidos son el país comunista más grande”, demostrando lo que muchos sospechamos, que los comunistas siempre han amado a Norteamérica, evidenciando el por qué siempre se han sentido acordes a la metáfora insistente de un Nuevo Mundo, un mundo utópico, un paraíso aquí y ahora en la Tierra. Por eso las tradiciones ateas e inmanentistas del socialismo y el liberalismo son las dos caras de una misma moneda, en donde confluyen sus intereses: No hay que olvidar que URSS y Estados Unidos pelearon del mismo bando en la Segunda Guerra Mundial. Este no es un dato menor.

En el orden de los colonialismos, cuando un pueblo pierde su alma pierde su libertad y ya entonces no es necesario defender su integridad física. Los rusos perdieron la suya con el avance del Estado totalitario leninista-trotskista-stalinista, y los americanos la han perdido luego con su mal llamada democracia, que en realidad es una dictadura a escala planetaria, en donde el mismo pueblo americano es la primera víctima.

 

                                                              

 

 

                                                                6.

 

No es de extrañar que las teorías neomarxistas y de izquierdismo radical surjan en Harvard, empapando con este pensamiento a todo intelectual bien pensante que allí se forma.

La Izquierda Latinoamericana lejos de despotricar contra las teorías llegadas desde el Imperio del norte, aplicó sus esquemas por identificación filosófica, aunque prediquen a boca de jarro lo contrario. Estados Unidos ha sido la gran meca del marxismo académico del siglo XX.

La Escuela de Frankfurt tuvo su origen en Alemania, pero fue en Norteamérica donde las distintas corrientes neomarxistas de esta Escuela dieron sus frutos a nivel mundial. Este país ha acogido a toda la intelectualidad izquierdista mundial.

Austria vio el nacimiento del llamado Circulo de Viena, también de origen neomarxista, que proscripto en 1936 prosiguió sus estudios tras los muros de Harvard.

En tanto Moscú prohibía las nuevas teorías sociales bajo la opresión stalinista, la intelectualidad pudo mantener su corolario de innovación gracias a la american way of life.

Por otro lado, no debería sorprender que las enseñanzas de la Teoría Crítica y las concepciones de la hegemonía cultural gramsciana, experimentasen sus primeras pulsiones pedagógicas en los Estados Unidos de la mano de la misma Escuela de Frankfurt.

Desde el campo de la economía, David Friedman ha realizado los más importantes aportes a la solidificación del pensamiento de la Nueva Izquierda, con sus tesis sobre el anarcocapitalismo, una forma de anarquismo de mercado, proveniente del anarco individualismo que constituye el sector realmente anarquista del liberalismo libertario.

La suicida empresa política llevada a cabo por el Presidente boliviano-indígena Evo Morales, obedece a las prerrogativas de las ideas multiculturalistas defendidas por esta corriente de pensamiento. Morales no cesa de insistir que dicha lucha indígena reivindicativa no es más que una profunda lucha contra las ideas culturales del Imperio del norte, pero éste debería saber que dichas tesis de la multiculturalidad nacen precisamente de la antropología norteamericana, más precisamente de los aportes teóricos de la Nueva Izquierda estadounidense.

Mayor desinformación provoca la realidad cubana. Los tontos manipulados por la propaganda y los medios de comunicación, endilgan el sufrimiento del pueblo cubano a causa del embargo económico que mantienen sucesivamente los diferentes gobiernos americanos sobre la isla, denunciando una hostilidad generalizada contra Castro y el comunismo. Esto es completamente falso. Se sabe popularmente que Ted Turner, dueño de CNN, es amigo personal del dictador cubano. Pero esta no es una rara excepción. La gran prensa radial, gráfica y televisiva americana se encuentra dominada por la ideología liberal izquierdista y multiculturalista. El pueblo americano, en su gran mayoría, es engañado y cree que la mayoría de la gran empresa de comunicación hegemónica se encuentra dirigida desde la derecha política beneficiando al gran capital. Nada más erróneo. Solo basta tener los oídos y la vista entrenada para colaborar a que esa teoría quede desterrada de cualquier discusión intelectual seria.

El prejuicio de que la gran prensa americana es conservadora ha hecho mucho daño a la misma desde aquel momento en que Herbert Matthews, el recordado periodista del New York Times fuera fotografiado junto a Castro y lo hiciera popular diciendo que la guerrilla castrista era democrática, incluso repitiendo que el dictador tenía en sus manos siempre una Biblia y un Rosario.

 

                                                                 7.

 

Concluyendo. Podemos afirmar que si se retira la máscara de la democracia americana, se vería claramente hasta qué punto dicha democracia en América es solamente un instrumento de una oligarquía que utiliza un método de acción indirecta.

Así se puede engañar y abusar de la gran mayoría, de aquellos que bajo otras circunstancias aceptarían cánones de diferencia superadora y jerarquía, los únicos lineamientos sanos de una verdadera representación de los espíritus de los pueblos.

En definitiva, Moscú decepcionó a la Nueva Izquierda pero Washington supo muy bien tomar el relevo.

 

 

 

Material de consulta y bibliografía destacada

 

Ariès, Philippe. Morir en occidente desde la Edad Media hasta la actualidad.

Adriana Hidalgo Editora. Buenos Aires, 2000.

CONDE HERNAN DE KEYSERLING: NORTEAMÉRICA LIBERTADA; Madrid, Espasa Calpe, 1931

Domenach, Jean-Marie. Le propagande politique. Presses Universitaires de France, Paris, 1950

Gish, Arthur. The New Left and Christian Radicalism. William B. Eerdmans Publishing Company. 1970

Gorer, G. "The Pornography of Death", Encounter, oct, de 1995.

Gorer, G."Death, grief and mourning". Doubleday. Nueva York, 1963

Gorer, G. The American People.  W. W. Norton & Company, Inc., New York, 1948

Molnar, Thomas. The American dilemma, a consideration of United States leadership in world, at Potchefstroom University for C.H.E., Centre for International Politics, North-West Univ. 1971.

Morin, Edgar. Que es el totalitarismo. De la naturaleza de la URSS. Ed. ANTHROPOS, 1985

Morin Edgar. Culture et barbarie européennes.  Bayard Editions Courtry, 2009.

Morin, Edgar. Breve historia de la barbarie en Occidente. Grupo Planeta (GBS), 2009

Revel, Jean-François. La tentación totalitaria, París: Laffont, 1976.

Revel, Jean-François. La Cabale des dévots, Julliard. France, 1962.

Scaff, Lawrence A.  Max Weber in America (Princeton University Press)

Spengler, Oswald. La decadencia de occidente (Der Untergang des Abendlandes. Umrisse einer Morphologie der Weltgeschichte en alemán. 1.º. Volumen Viena, 1918; 2.º volumen Múnich, 1922).

Weber, Max, La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1904), Alianza editorial, Madrid, 2001

 

Notas al pie

1 Profesor y Licenciado en Ciencia Política (UBA). Santa María de los Buenos Aires, República Argentina, 2016.

2 Autor filosófico de grandes libros dedicados al estudio del anti- totalitarismo y las libertades humanas. Ensayista y polemista político, es considerado uno de los intelectuales más destacados en contra del pensamiento comunista, a pesar de haber militado en sus filas cuando era joven.

3 Geoffrey Edgar Solomon Gorer, antropólogo y autor de importantes obras, ha introducido el estudio de las técnicas psicoanalíticas a la antropología, destacando la conjunción de las mismas para referirse a hechos importantes de la historia como la revolución independentista norteamericana.

4  Hermann Keyserling fue un filósofo alemán.  Su obra más conocida es Diario de viaje de un filósofo (1925), que describe sus viajes por Asia, América y Europa del Sur y establece importantes comparaciones entre pueblos, culturas y filosofías.

5 Thomas Griffith Taylor, fue un geógrafo, antropólogo y explorador inglés. Sobrevivió a la "Expedición Terra Nova" del Capitán Robert Scott a la Antártida (1910–1913).

6 Thomas Molnar, fue un filósofo, historiador, teórico político y tradicionalista católico. Se graduó en la Universidad de Bruselas. Fue profesor visitante de Filosofía de la Religión en la Universidad de Budapest y tenía un doctorado en Filosofía por la Universidad de Columbia. Escribió más de treinta libros en francés y en inglés sobre varios temas incluyendo religión, política y educación. Emigró a los Estados Unidos donde enseñó por muchos años en el Brooklyn College. Molnar dijo que una de sus inspiraciones fue The Conservative Mind de Russell Kirk. Admirador declarado de Charles Maurras, declaró que el hecho de que la Francia de después de la II Guerra mundial no hubiese honrado los valores tradicionales ha sido la causa de su agonía.

7 Oswald Spengler, autor de la reconocida obra La Decadencia de Occidente. En esta obra el autor alemán pretendía llevar a cabo un estudio de las formas subyacentes a los acontecimientos concretos, de la macroestructura dentro de la cual fluyen todos los acontecimientos históricos particulares. Spengler presentaba la historia universal como un conjunto de culturas (Antigua o Apolínea, Egipcia, India, Babilónica, China, Mágica, Occidental o Fáustica) que se desarrollaban independientemente unas de otras –como cuerpos individuales- pasando a través de un ciclo vital compuesto por cuatro etapas: Juventud, Crecimiento, Florecimiento y Decadencia, como el ciclo vital de un ser vivo, que tiene un comienzo y un fin determinados. Además, cada una de las etapas que conformaban el ciclo vital de una cultura presentaba, según el esquema spengleriano, una serie de rasgos distintivos que se manifestaban en todas las culturas por igual enmarcando los acontecimientos particulares. Con base en este esquema y aplicando un método que él llamó la “morfología comparativa de las culturas”, Spengler proclamó que la cultura Occidental se encontraba en su etapa final, es decir, la decadencia y afirmó que era posible predecir los hechos por venir en la historia del occidente.

7 Arthur Gish, activista pro-pacifismo americano. Es conocido popularmente por oponerse a los conflictos bélicos que encara Norteamérica en el exterior. Estuvo en contra de las guerras de Vietnam e Iraq.

8 Imperium es un término jurídico latino (imperĭum) que designaba en la Antigua Roma el poder de mando y castigo, de índole militar, del gobernante sobre los ciudadanos convocados a la guerra y el dominio sobre los territorios conquistados. No existe una traducción exacta al español, dado que el sistema político moderno de división de poderes difiere del romano antiguo, pero es similar al concepto de "soberanía".

9 Marqués de La Fayette,  conocido como La Fayette o Lafayette (n. 6 de septiembre de 1757, Castillo de Chavaniac-Lafayette, departamento de Haute-Loire [región de Auvernia] - f. 20 de mayo de 1834, París), fue un oficial militar, aristócrata y político francés. Peleó por los Estados Unidos en la Guerra de independencia (contra el Imperio británico), fungiendo como general, y en la cual fue considerado uno de los héroes. A raíz de esto fue un amigo cercano de George Washington, Alexander Hamilton y Thomas Jefferson. Además Lafayette fue una figura clave (general del ejército revolucionario) en la Revolución Francesa de 1789 y en la Revolución de Julio de 1830, fue miembro de la Asamblea Nacional y fue comandante de la Guardia Nacional de París.

10 Edgar Morin, filósofo y sociólogo francés. Creador de la teoría del pensamiento complejo y la transdisciplinariedad, ve el mundo como un todo indisociable, donde nuestro espíritu individual posee conocimientos ambiguos, desordenados, que necesita acciones retroalimentadoras y propone un abordaje de manera multidisciplinaria y multirreferenciada para lograr la construcción del pensamiento que se desarrolla con un análisis profundo de elementos de certeza. Estos elementos se basan en la complejidad que se caracteriza por tener muchas partes que forman un conjunto intrincado y difícil de conocer.

11 Militante del Movimiento de la paz desde el día en que finalizó la guerra, Domenach luchó por la descolonización en Indochina y en Argelia, apoyando en ello a Charles de Gaulle. El 8 de febrero de 1971 creó, con Michel Foucault y Pierre Vidal-Naquet, el grupo de información sobre las prisiones. Participó en 1974 de las Audiencias del Socialismo ("Assises du socialisme") organizadas por el Partido Socialista. En 1975 apoyó a los boat-people vietnamitas, con Raymond Aron y Jean-Paul Sartre.