Recrear esta relación con el
conocimiento de la atipicidad de Cuba y su proceso de construcción de una nueva
sociedad, posibilita enfocar un hecho que tuvo un impacto significativo en el
proceso revolucionario cubano; refiero a lo acontecido en los días 16, 23 y 30
de junio de 1961 donde se efectuaron, en la Ciudad de La Habana, en el Salón de
Actos de la Biblioteca Nacional, una serie de reuniones en las que participaron
las figuras más representativas de la intelectualidad cubana. Donde artistas y
escritores discutieron y expusieron ampliamente sus puntos de vista sobre
distintos aspectos de la actividad cultural y los problemas relacionados con
sus posibilidades de creación.
ABSTRACT
Cuba’s
atypical nature and its evolution to create a new society make a frame to focus
then in a singular fact that affected revolutionary process: a series of
meetings between important intellectual Cuban leading figures in the National
Library, La Habana city, on June 16th, 23rd and 30th, 1961. There, artists and
thinkers discussed and exposed their opinions on culture and problems related
to their possibilities of creation.
IX
Seminario Científico Metodológico de Estudios Marxistas
Título:
Los intelectuales, la cultura y las nuevas tecnologías su proyección desde Cuba
Introducción
Para comprender la relación que se
establece entre las nuevas tecnologías y “Palabras a los intelectuales” proceso
y documento, manifiesto en 1961 donde se hacía crítico el complejo de
contradicciones que generó la radicalidad del proceso de transformación
revolucionaria, desde nuestro punto de vista hay que anclarse al contexto histórico
donde se manifestó, siguiendo la metodología marxista; y a partir de ahí
desenrollar los nodos que conectan ese pasado con la actualidad y sus
manifestaciones.
Desarrollo
Escribir acerca de la relación entre
el poder y la industria cultural de masas puede ser un intento infructuoso, más
cuando se trata de explicar tomando a la revolución cubana como ejemplo y la
incidencia de las nuevas tecnologías que tiene un impacto sustancial hasta en
un país que aún carece de participación activa en el mundo que se ha construido
virtualmente, tanto a lo interno (submundo virtual cubano), como a lo externo.
En la entrevista a Michel Foucault,
titulada el “Ojo del poder”, expone: cito” el sueño rousseauniano que ha
animado a tantos revolucionarios es el de una sociedad transparente, visible y
legible a la vez en cada una de sus partes; que no existan zonas oscuras, zonas
ordenadas por los privilegios del poder real o por las prerrogativas de tal o
tal cuerpo, o incluso por el desorden; que cada uno, desde el lugar que ocupa,
pueda ver el conjunto de la sociedad; que los corazones se comuniquen unos con
otros, que las miradas no encuentren ya obstáculos, que la opinión reine, la de
cada uno sobre cada uno.(Foucault, El Ojo del Poder, 1980).
Es una realidad comprobada que los
procesos revolucionarios radicales tienden a romper de un tirón los lasos con
las estructuras precedentes y establecer sistemas propios que pueden ser
funcionales o no, llevado a periodos de aciertos y desaciertos, a radicalismos
o a excesos de participación pero siempre el gobierno que se ejerza va a hacer
una expresión del estado que se esté conformando o ya conformado a partir de un
proceso revolucionario, La Revolución cubana tránsito desde mi punto de vista
del “lirismo de Rousseau a la obsesión de Bentham”, por contextos
internos y sobre todo externos que definieron su evolución que abordaremos
finalmente.
Antes de establecer la relación
temporal donde tuvo expresión “Palabras a los intelectuales” y el contexto
actual, identificamos conceptos esenciales como modernidad, Estado y sociedad
civil, que son transversales para nuestro análisis.
La
modernidad presenta su propia racionalidad. Max Weber identifica tipos de
racionalidad en la modernidad: Una racionalidad que persigue objetos e instrumentos
para obtener fines; una racionalidad carente de orientaciones a los componentes
sustantivos y su extremada objetivización, entre otras. No debemos obviar que
hay unas nuevas relaciones económicas en la sociedad moderna que son complejas,
donde priman determinados presupuestos: Se produce para vender y no para
satisfacer las necesidades y por lo tanto se potencian las necesidades del
sujeto. Las empresas trazan su racionalidad de acuerdo a sus fines, cuando
dejan de hacerlo y le dan más valor a lo sustantivo dejan de obedecer a su
esencia. Todo se reduce al valor de la mercancía. Una sociedad que manifieste
inclinación a satisfacer las necesidades sustantivas sin respetar el equilibrio
necesario, (aún no identificado) de acuerdo a las racionalidades que se
manifiestan en un país determinado, pude tender a desajustes insalvables y
retrocesos en muchas líneas de su desarrollo.
El
Estado, que surge con el capitalismo; es una unidad de dominación,
independientemente en lo exterior e interior, que actuará de modo continuo con medios
de poder propios y claramente delimitada en lo personal y territorial.(Rey,
1999); debe ser garante del equilibrio entre los intereses sustantivos y los
objetivos; pero ante todo el estado debe ser garante de la racionalidad sobre
la base del actor que legitima esa racionalidad: la ciencia,que tiene como
función social reflejar las contradicciones de la sociedad, identificando los elementos que
componen un proceso y llevan a la comprensión de su funcionamiento
estableciendo sus regularidades. En este sentido, no es posible escindir Estado
de Sociedad, como no es posible escindir lo económico de lo político, porque
ambos son partes co-constitutivas de una única realidad. Cuando se habla de
Estado se habla de la relación global que lo articula con la sociedad. El
Estado capitalista, tiene dos tareas básicamente contradictorias. Por una parte
debe asegurar las condiciones que hagan posible la acumulación y reproducción
del capital, lo que lo lleva a adoptar las medidas coercitivas necesarias para
que las clases subalternas se acomoden a la lógica del capital. Por otra parte,
debe legitimar su dominación para hacerla estable, recurriendo a una serie de
mecanismos que no se reducen a lo ideológico, sino que implican lógicas propias
de la reproducción material, traducidas en gastos sociales destinados a
garantizar un cierto grado de consenso de las clases dominadas. La contradicción
entre ambas funciones genera tensiones y sucesivas crisis cuya resolución
depende, precisamente, de la fuerza y aptitud de las clases con intereses
confrontados para imponer las soluciones que les sean más favorables.
Para
analizar la sociedad civil en nuestro aparato conceptual nos remitimos Gramsci,
el cual tiene a la sociedad civil entre sus conceptos claves y dedicó mucho
tiempo a estudiar las superestructuras sociales y con ello la relativa
autonomía de lo político con relación a la economía. Jorge Ancada en su obra
“Sociedad civil y hegemonía” aclara que:” este término nace en el liberalismo
pero que también no deja de “tener estirpe marxista”(Acanda, 2003).
Las
contradicciones de la modernidad se reflejan también en el concepto de sociedad
civil aunque en la década de los 90 y la primera década del nuevo siglo y nuevo
milenio se le da una gran preponderancia al mercado; este como dijimos
anteriormente no está dirigido a satisfacer las necesidades de la sociedad sino
a su ilimitada expansión.La
sociedad civil es la organización social del trabajo cuando predomina el
capital destacando lo enajenante del estado burgués.
Retomando
el hilo conductor de este trabajo identificamos subsistemas esenciales de
relaciones como son: la relación entre los intelectuales y el poder.
En
la entrevista hecha por Michel
Foucault a Gules Deleuze
“Los intelectuales y el poder”, que se encuentra en su obra “Microfísica del
poder”, se manifiestan elementos significativos para nuestro análisis. Gules
Deleuze, que nunca dejó de ser marxista a pesar de que hizo fuertes críticas a
la teoría siempre veía imposible hacer ciencia sin hacer un estudio del
capitalismo. Algunos de los elementos que nos aporta son muy valiosos. Plantea
que los momentos actuales que se viven (remitámonos a la obra: 1979) no dejaban
de ser una nueva forma de expresión teórico prácticas y es cierto, hay toda una
praxis revolucionaria en la década de los 60 y 70, la revolución cubana está
enmarcada aquí en sus primeras formas de expresión; que para nada dejaron de
ser innovadoras. Deleuze plantea que,: cito “La práctica es un conjunto de
conexiones de un punto teórico con otro, y la teoría un empalme de una práctica
con otra. Ninguna teoría puede desarrollarse sin encontrar una especie de muro,
y se precisa la práctica para agujerearlo” (Foucault, Microfisca del poder,
1979).
Todo
proceso revolucionario es un sistema de aproximaciones a un ideario determinado
por las condiciones objetivas y subjetivas de desprendimientos y renacimientos,
de formas de expresión donde los actores hacen suya o no ese ideario que se
manifiesta y los intelectuales están incluidos. Foucault plantea que la
politización de un intelectual se manifiesta a partir de dos cosas: su posición
de intelectual burgués comprometido con el sistema y su discurso revelador de
verdades, descubridor de relaciones políticas donde estas no son percibidas.”.
Cito:”El
intelectual decía lo verdadero a quienes aún no lo velan y en nombre de
aquellos que no podían decirlo: conciencia y elocuencia”.
Ahora
¿Necesitan las masas de los intelectuales?: Sí, a pesar de que las masas hoy
saben bien lo que quieren pero el discurso y el saber de las masas no llega por
la existencia de un poder que invalida y del cual los intelectuales forman
parte. El papel de un intelectual es el de situarse un poco en avance o un poco al margen
para decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar contra las formas de
poder allí donde éste es a la vez el objeto y el instrumento: en el orden del
saber, de la verdad, de la conciencia, del discurso. Hay otro sistema de
contradicciones que se manifiestan que son las que se establecen entre deseo,
poder e interés, pues lo que ejercen el poder no tienen por fuerza el interés
de ejercerlo, los que tiene interés no lo ejercen.
En “Palabras a los intelectuales”
quedan claros muchos presupuestos que esbozamos en el trabajo. Fidel plantea,
cito: “Nosotros hemos
sido agentes de esta Revolución, de la Revolución económico-social que está
teniendo lugar en Cuba. A su vez esa Revolución económica y social tiene que
producir inevitablemente también una Revolución cultural en nuestro País” (Ruz
F. C., 2012).
La
necesidad de que existiera una plena participación fue la intención desde un
primer momento, que los que ejercieran los poder quisieran hacerlo y que fueran
exponentes del saber. Evidentemente en el proceso revolucionario cubano
cambiaron las bases de las expresiones culturales pero que para nada dejaron de
ser salvaguarda de las manifestaciones que formaron la nacionalidad. La
racionalidad en el proceso de conformación de un Estado que rompía con sus
tabúes y lasos de dependencia no se podía dar el lujo de prescindir de sus
intelectuales. El llamamiento a los intelectuales que son componentes de la
malla del poder aumentaba la credibilidad incluyente de la revolución. Fue la
oportunidad de trazarse pautas para el desarrollo cultural y hacer de la
cultura una actividad de masas efectiva. El tiempo record del proceso
revolucionario y su ascenso en un país de características especiales en su
sistema de relación con el exterior no estaba exenta de improvisaciones. Una de
las dudas lógicas era la preocupación de que la Revolución desbordaría sus
medidas y asfixiaría el arte, o el genio creador de los ciudadanos artistas.
El
llamamiento a la integración al proceso revolucionario fue desde un primer
momento el más claro de los aciertos. Para los intelectuales la revolución
misma fue un imprevisto y para muchos no dejo de ser un problema por su propia
identificación con su clase a la cual se debían en la praxis y el discurso,
para otros la oportunidad de participación en los destinos del país. La revolución
como práctica social no dejo de tener desaciertos en su política cultural pero
nunca ha abandonado la idea de que “La Revolución no puede pretender asfixiar
el arte o la cultura cuando una de las metas y uno de los propósitos
fundamentales de la Revolución es desarrollar el arte y la cultura”.
Otra
de las problemáticas de la participación de los intelectuales en el proceso
revolucionario queda recogido en esta cita en palabras a los intelectuales: “La
existencia de una autoridad en el orden cultural no significa que haya una
razón para preocuparse del abuso de esa autoridad, porque ¿quién es el que
quiere o el que desea que esa autoridad cultural no exista? Por el mismo camino
podría aspirar a que no existiera la Milicia, que no existiera la Policía, que
no existiera el Poder del Estado y que incluso no existiera el Estado, y si a
alguien le preocupa tanto que no exista la menor autoridad estatal, entonces,
que no se preocupe, que tenga paciencia, que ya llegará el día en que el Estado
tampoco exista”. La identificación de Fidel con la teoría marxista es
concluyente como también lo es el deseo de colaborar para la formación de un
aparto de poder nacidos de todos y ponerlo al servicio de los interés de las
masas sojuzgadas históricamente; pero también deja claro que ese aparto de
poder tiene derecho a impugnar a controlar de acuerdo a pautas establecidas por
todos lo que eligieron participar. En este documento también quedan claras las
líneas de desarrollo cultural de masas que fueron aprobadas e indican un camino
a seguir.
“Palabras
a los intelectuales” es sin dudas el acoplamiento de los principios
revolucionarios para la cultura y su manifestación en escenarios posteriores.
Pero, ¿Cómo se ven estos principios en la sociedad contemporánea de hoy?; y sobre
todo en los espacios virtuales donde puede existir y existe un desdoblamiento
del sujeto con lo que es y con lo que quisiera ser. Donde los medios de
comunicación y la tecnología por un lado conllevan a la pluralidad y la más
plena participación y por otro a las formas más enajenantes de manifestación. ¿Cómo debieran encauzarse las
políticas culturales y el desarrollo en relación con Internet, en el empeño de
lograr un modelo socialista más pleno? ¿Cómo se proyecta la intelectualidad cubana ante este nuevo
fenómeno nacido de la mutación del capitalismo?
Mencionemos
algunos presupuestos medulares necesarios. Primero: No sólo la economía es el motor de la
historia. Hay otros mecanismos muchos de ellos de carácter irracional que
modelan e impulsan la sociedad.
Segundo, no es
suficiente criticar las relaciones de explotación económicas sin criticar las
relaciones sociales en ellas implicadas. Tercero: No es la técnica la
fatalidad, sino la manera en que la técnica se mezcla con las relaciones
sociales que la aprietan. Cuarto: La cultura actual está manipulada de un modo
atroz por los medios de comunicación de masas; convertida en industria es una
industria cultural ilustrada pero como engaño de masas.
Gilles
Deleuze plantea que: “Las
sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas
informáticas. Es una evolución tecnológica, una mutación del capitalismo bien
conocida que puede resumirse así, cito:”En la situación actual, el capitalismo
ya no se basa en la producción, que relega con frecuencia a la periferia del
tercer mundo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias
primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta
piezas. Lo que quiere vender son servicios y lo que se quiere comprar son
acciones”(Gilles, 1991). El reconocimiento de las mutaciones del capitalismo,
el cómo se adecua a las nuevas exigencias de las tecnologías que nacieron de
sus relaciones de producción es evidente.La cultura artística
desaparece en manos del mercado que lo considera un fetiche: industria cultural
y desarrollo tecnológico coinciden. La técnica, bajo el imperio de la eficacia,
se hace psicotécnica: en técnica de la manipulación de los hombres.Por
consecuencia la técnica se presenta como forma de opresión racionalizada, la
teoría de la sociedad del capitalismo tardío en el que se fusionan técnica, el
dominio por el hombre de esta, racionalidad y la opresión.
El mundo social queda preso en la
autocosificación de los hombres bajo la acción racional según fines, como mero
instrumento. El sujeto queda dominado y sometido a la lógica del mercado y del
estado que se utiliza para estos fines.
En Cuba aun en los momentos más
difíciles que se manifestaron en la década del 90 con el acuñado periodo
especial, la defensa de la identidad nacional fue uno de los principios
fundamentales. Todo el camino recorrido llevando los valores autóctonos a su
más alta expresión, pudo peligrar en aquel momento por la posibilidad de la
culminación del proceso revolucionario y por consecuencia con las directrices
identificadas para el desarrollo cultural y la participación en el poder de
aquellos que las crearon y enarbolaron. Hoy los postulados teórico culturales
defendidos son los mismos pero tienden a reacomodar conceptos marginados en
cierta medida y se adecua a las nuevas tecnologías utilizando a estas para lo
que son: una nueva plataforma de expresión.
El submundo creado desde lo virtual
donde participan los que tengan acceso a las nuevas tecnologías es sin dudas un
nuevo campo de acción en el que hay que participar, pues aumenta el impacto de
los logros que se alcancen, allí donde el sujeto físico no puede llegar por
razones de orden espacial, pero puede extender su identidad y participar. Los
gestores del poder en Cuba no están ajenos a esta realidad. “El internet parece
creado para nosotros”,(Ruz
F. c., 1999),
esta afirmación de Fidel dejaba claro que esta sería utilizada como una nueva
forma de expresión de la cultura y de la existencia misma como nación; la
negación de esta seria perder un espacio para reflejar realidades que por
diversas razones como: el dominio de los medios de información por parte de
élites y la no asimilación del proyecto de desarrollo cubano por los grupos de
poder mundial que participan en el control de los medios de información en lo
externo, y el recelo de los grupos de poder rezagados en materia ideológica
apoyados en gran medida por la crisis y readecuación del modelo económico
cubano
Internet
acompaña la emergencia de una cultura contemporánea atravesada por la impronta
de las tecnologías de la informática y las comunicaciones. Posee alrededor de 2
400 millones de usuarios (Datos del 2012), distribuidos en todo el mundo, un
tercio de la población mundial. Incluso para quienes no acceden a la web, o no
tienen contacto directo con esta tecnología, ella es un referente.
En
la actualidad, y retomo el contexto específico de Cuba, la desconexión absoluta
no existe el uso de dispositivos digitales hacen circular la información que el
internet provee; de una u otra manera el hecho de la conectividad y los flujos
de información digitales transforma nuestras circunstancias. Internet modela,
modifica, conforma las maneras en que somos, incluso a nivel individual. Aunque
si es insuficiente la relación a pesar de las bases para su uso están creadas
desde mucho antes de que Cuba se conectara a internet en el año 1995; sobre
todo si queremos entendernos con los jóvenes, cinco millones de cubanos nacidos
después de 1980, que han vivido en la franja de lo que los teóricos llaman nativos
digitales; ha habido un cambio generacional no convencional, una relevante
transformación evolutiva.
La
nueva campaña que llevará a la Isla a un estado conectado no pude hacerse
esperar por medios tecnológicos capaces de facilitar la conexión más eficaz.
Renovar la utopía revolucionaria de la sociedad cubana pasa por asumir el
concepto de información y los valores que esta aporta, como un horizonte hacia
el cual debemos movernos, con sentido creativo y de justicia social. Mientras
más nos retrasemos en la conexión plena más comprometido tendremos nuestro desarrollo
futuro. Podemos utilizarla en función de una sociedad participativa. En ese
caso hay que entender que la vida cambió, no se puede controlar la información.
Es necesario enseñar, no restringir. Las instancias de dirección deben avanzar
en la comprensión de este tema. Por ejemplo, resulta inconcebible que haya
instituciones cubanas cuyos funcionarios no poseen siquiera un correo electrónico
internacional; profesionales que habitualmente y por su trabajo necesitan
sostener relaciones con el mundo. Determinadas políticas, surgidas con la buena
intención de proteger nuestra soberanía, en estos momentos son erróneas.
La
proyección de la intelectualidad cubana ha seguido muy de cerca el tema de las
nuevas tecnologías que no solo se reducen al internet sino que va más allá,
telefonía, televisión, radio, máquinas inteligentes para la producción de
bienes y servicios. Medios especializados en el debate cultural abordan el tema
con profundidad y amplia participación. Si tomamos por ejemplo la revista Temas
que realiza un debate público el último jueves de cada mes ha abordado los
problemas de las nuevas tecnologías en Cuba, dejando al descubierto la posición
ante la política de uso e impactos.
En
la conclusión de artículo nacido después del debate se plantea, cito: “Según la
Unión Internacional de Telecomunicaciones, Cuba es la tercera nación en el
mundo en cuanto a habilidades para las TIC. Como ha sucedido con Infomed y
también con EcuRed, que recibe más de cien mil visitas diarias, tenemos
que aprovechar nuestro gran potencial humano. Sabemos que todo ello implica
inversiones –en beneficio del desarrollo económico y social–, pero incluso nuestras
organizaciones sociales y de masas, usando mejor las redes y posibilidades
informáticas, pudieran trabajar de manera más eficiente, estrechar relaciones
con sus representados desde abajo, en función de la sociedad que queremos
construir”.(Docurro, 2012).
Hay
un nuevo tema en cuanto al uso de las tecnologías que profundiza en la esencia
de la participación que pude causar interferencias en las formas de ejercer el
poder como se venía haciendo hasta ahora globalmente; concretamente: el uso
extensivo e intensivo de las redes sociales.
Esta
no tan nueva forma de expresión y participación, que existió antes de su gran
uso en la actualidad, han minado por momentos la política interior y exterior
de países que han tenido que rendir cuentas de sus actos a las masas gobernadas
de estos y a la comunidad internacional de naciones. La relación de vasos
comunicantes que debe existir entre los que gobiernan y los gobernados, hoy
gracias a su empleo son más veloces; lo que implica una toma de decisión
eficiente sobre problemáticas disímiles. Vamos hacia una sociedad en la que estas herramientas
obligarán, y ya lo hacen a querer expresarse, transmitir y compartir. Algunos,
harán información, otros creación, otros comercio, y es una dimensión del nuevo
ciudadano otros harán que emerjan con más fuerza lo peor del sujeto social.
El
tercer entorno es un nuevo espacio social en construcción constante,
básicamente artificial y posibilitada por una serie de tecnologías que
modifican las relaciones sociales y culturales que se dan y daban en los
entornos primero y segundo. Citando a Zygmunt Bauman: “En la sociedad de
control en el capitalismo el sujeto debe sentirse admirado, el hombre es
víctima de su vanidad, el apego a los bienes materiales es cada vez mayor la
competencia entre los países es más fuerte aún y la presa final es el
consumidor”(Zygmunt, 2003).
Las
redes sociales no están al margen del mercado y son también expresión de este
en gran medida. Las redes sociales se basan en la teoría de los grafos, con
nodos y aristas. Ahí también hay escalas, no todos los nodos pesan lo mismo. Dichas
redes no cambian jerarquías por estar en Internet. Cuando uno mira los primeros
lugares en buscadores como Google y redes sociales como Facebook,
los ve ocupados por los grandes medios. Para estar en esos niveles hace falta
tecnología, dinero y publicidad; todo eso lo controlan las mismas personas: los
anunciantes y accionistas de los medios. El capitalismo en fin es la
expropiación constante de la subjetividad.
A
modo de conclusión podemos decir que la eminente conexión definitivamente efectiva
de Cuba al tercer entorno ya es un hecho próximo pero la política cultural debe
impedir que el consumidor sólo se tenga a sí mismo y a su sentido común para
hacer frente a toda la gama de tentaciones que se le ofrecen por diversos
medios, para evitar el sujetamiento y la adicción en un mundo cada vez más
materialista e hiper utilitarista, en el que él se convierte en un objeto más
de los intereses exógenos y territorialmente endógenos a su persona. La
política cultural definida por los gestores del poder debe auxiliar al
consumidor en diferenciar el consumo y las necesidades y el consumismo. Para
enfrentar el constante cambio se requiere articular un carácter repelente a la
corrosión del sujeto.
Hay
un último elemento que no se debe pasar por alto toda opción de desarrollo
futuro en el uso de las nuevas tecnologías de la información pasan también por
el tema de las relaciones EEUU-Cuba, no podemos dejar pasar este aspecto si
queremos ser serios en el análisis que se haga. Hoy EEUU sigue determinado las
acciones de expresión del Estado cubano y hoy EEUU sigue siendo la nación cuyos
impactos que exorcizan cualquiera forma de expresión ajena a sus motivaciones
e intereses. La falta de recursos monetarios y las penalizaciones impuestas a
la Isla desde el exterior exigidas por EEUU atentan contra sus proyectos de
desarrollo.
El
mundo se torna extremadamente complejo ya no son los tiempos de sencillas
relaciones. Las relaciones económicas y superestructurales que se establecen
son muy complicadas y enmascaran las esencias solo será posible develar la
verdad en la medida que seamos capaces de aceptarla.
Bibliografía
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Zygmunt, B.
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