Revista Nº25 "SOCIOLOGÍA POLÍTICA"

 

Resumen

 

Recrear esta relación con el conocimiento de la atipicidad de Cuba y su proceso de construcción de una nueva sociedad, posibilita enfocar un hecho que tuvo un impacto significativo en el proceso revolucionario cubano; refiero a lo acontecido en los días 16, 23 y 30 de junio de 1961 donde se efectuaron, en la Ciudad de La Habana, en el Salón de Actos de la Biblioteca Nacional, una serie de reuniones en las que participaron las figuras más representativas de la intelectualidad cubana. Donde artistas y escritores discutieron y expusieron ampliamente sus puntos de vista sobre distintos aspectos de la actividad cultural y los problemas relacionados con sus posibilidades de creación.

ABSTRACT

Cuba’s atypical nature and its evolution to create a new society make a frame to focus then in a singular fact that affected revolutionary process: a series of meetings between important intellectual Cuban leading figures in the National Library, La Habana city, on June 16th, 23rd and 30th, 1961. There, artists and thinkers discussed and exposed their opinions on culture and problems related to their possibilities of creation.

 

 

IX Seminario Científico Metodológico de Estudios Marxistas

Título: Los intelectuales, la cultura y las nuevas tecnologías su proyección desde Cuba 

                                                             José Alberto Ponce Pérez japonce@uci.cu[1]

 

 

 

 

Introducción

Para comprender la relación que se establece entre las nuevas tecnologías y “Palabras a los intelectuales” proceso y documento, manifiesto en 1961 donde se hacía crítico el complejo de contradicciones que generó la radicalidad del proceso de transformación revolucionaria, desde nuestro punto de vista hay que anclarse al contexto histórico donde se manifestó, siguiendo la metodología marxista; y a partir de ahí desenrollar los nodos que conectan ese pasado con la actualidad y sus manifestaciones.

Desarrollo

Escribir acerca de la relación entre el poder y la industria cultural de masas puede ser un intento infructuoso, más cuando se trata de explicar tomando a la revolución cubana como ejemplo y la incidencia de las nuevas tecnologías que tiene un impacto sustancial hasta en un país que aún carece de participación activa en el mundo que se ha construido virtualmente, tanto a lo interno (submundo virtual cubano), como a lo externo.

En la entrevista a Michel Foucault, titulada el “Ojo del poder”, expone: cito” el sueño rousseauniano que ha animado a tantos revolucionarios es el de una sociedad transparente, visible y legible a la vez en cada una de sus partes; que no existan zonas oscuras, zonas ordenadas por los privilegios del poder real o por las prerrogativas de tal o tal cuerpo, o incluso por el desorden; que cada uno, desde el lugar que ocupa, pueda ver el conjunto de la sociedad; que los corazones se comuniquen unos con otros, que las miradas no encuentren ya obstáculos, que la opinión reine, la de cada uno sobre cada uno.(Foucault, El Ojo del Poder, 1980).

Es una realidad comprobada que los procesos revolucionarios radicales tienden a romper  de un tirón los lasos con las estructuras precedentes y establecer sistemas propios que pueden ser funcionales o no, llevado a periodos de aciertos y desaciertos, a radicalismos o a excesos de participación pero siempre el gobierno que se ejerza va a hacer una expresión del estado que se esté conformando o ya conformado a partir de un proceso revolucionario, La Revolución cubana tránsito desde mi punto de vista del “lirismo de Rousseau a la obsesión de Bentham”[2], por contextos internos y sobre todo externos que definieron su evolución que abordaremos finalmente.

Antes de establecer la relación temporal donde tuvo expresión “Palabras a los intelectuales” y el contexto actual, identificamos conceptos esenciales como  modernidad, Estado y sociedad civil, que son transversales para nuestro análisis.

La modernidad presenta su propia racionalidad. Max Weber identifica tipos de racionalidad en la modernidad: Una racionalidad que persigue objetos e instrumentos para obtener fines; una racionalidad carente de orientaciones a los componentes sustantivos y su extremada objetivización, entre otras. No debemos obviar que hay unas nuevas relaciones económicas en la sociedad moderna que son complejas, donde priman determinados presupuestos: Se produce para vender y no para satisfacer las necesidades y por lo tanto se potencian las necesidades del sujeto. Las empresas trazan su racionalidad de acuerdo a sus fines, cuando dejan de hacerlo y le dan más valor a lo sustantivo dejan de obedecer a su esencia. Todo se reduce al valor de la mercancía. Una sociedad que manifieste inclinación a satisfacer las necesidades sustantivas sin respetar el equilibrio necesario, (aún no identificado) de acuerdo a las racionalidades que se manifiestan en un país determinado, pude tender a desajustes insalvables y retrocesos en muchas líneas de su desarrollo.

 

El Estado, que surge con el capitalismo; es una unidad de dominación, independientemente en lo exterior e interior, que actuará de modo continuo con medios de poder propios y claramente delimitada en lo personal y territorial.(Rey, 1999); debe ser garante del equilibrio entre los intereses sustantivos y los objetivos; pero ante todo el estado debe ser garante de la racionalidad sobre la base del actor que legitima esa racionalidad: la ciencia,que tiene como función social reflejar las contradicciones de la sociedad, identificando los elementos que componen un proceso y llevan a la comprensión de su funcionamiento estableciendo sus regularidades. En este sentido, no es posible escindir Estado de Sociedad, como no es posible escindir lo económico de lo político, porque ambos son partes co-constitutivas de una única realidad. Cuando se habla de Estado se habla de la relación global que lo articula con la sociedad. El Estado capitalista, tiene dos tareas básicamente contradictorias. Por una parte debe asegurar las condiciones que hagan posible la acumulación y reproducción del capital, lo que lo lleva a adoptar las medidas coercitivas necesarias para que las clases subalternas se acomoden a la lógica del capital. Por otra parte, debe legitimar su dominación para hacerla estable, recurriendo a una serie de mecanismos que no se reducen a lo ideológico, sino que implican lógicas propias de la reproducción material, traducidas en gastos sociales destinados a garantizar un cierto grado de consenso de las clases dominadas. La contradicción entre ambas funciones genera tensiones y sucesivas crisis cuya resolución depende, precisamente, de la fuerza y aptitud de las clases con intereses confrontados para imponer las soluciones que les sean más favorables.

 

Para analizar la sociedad civil en nuestro aparato conceptual nos remitimos Gramsci, el cual tiene a la sociedad civil entre sus conceptos claves y dedicó mucho tiempo a estudiar las superestructuras sociales y con ello la relativa autonomía de lo político con relación a la economía. Jorge Ancada en su obra “Sociedad civil y hegemonía” aclara que:” este término nace en el liberalismo pero que también no deja de “tener estirpe marxista”[3](Acanda, 2003).

 

Las contradicciones de la modernidad se reflejan también en el concepto de sociedad civil aunque en la década de los 90 y la primera década del nuevo siglo y nuevo milenio se le da una gran preponderancia al mercado; este como dijimos anteriormente no está dirigido a satisfacer las necesidades de la sociedad sino a su ilimitada expansión[4].La sociedad civil es la organización social del trabajo cuando predomina el capital destacando lo enajenante del estado burgués.

 

Retomando el hilo conductor de este trabajo identificamos subsistemas  esenciales de relaciones como son: la relación entre los intelectuales y el poder.

 

En la entrevista hecha por Michel Foucault a Gules Deleuze “Los intelectuales y el poder”, que se encuentra en su obra “Microfísica del poder”, se manifiestan elementos significativos para nuestro análisis. Gules Deleuze, que nunca dejó de ser marxista a pesar de que hizo fuertes críticas a la teoría siempre veía imposible hacer ciencia sin hacer un estudio del capitalismo. Algunos de los elementos que nos aporta son muy valiosos. Plantea que los momentos actuales que se viven (remitámonos a la obra: 1979) no dejaban de ser una nueva forma de expresión teórico prácticas y es cierto, hay toda una praxis revolucionaria en la década de los 60 y 70, la revolución cubana está enmarcada aquí en sus primeras formas de expresión; que para nada dejaron de ser innovadoras. Deleuze plantea que,: cito “La práctica es un conjunto de conexiones de un punto teórico con otro, y la teoría un empalme de una práctica con otra. Ninguna teoría puede desarrollarse sin encontrar una especie de muro, y se precisa la práctica para agujerearlo” (Foucault, Microfisca del poder, 1979).

 

Todo proceso revolucionario es un sistema de aproximaciones a un ideario determinado por las condiciones objetivas y subjetivas de desprendimientos y renacimientos, de formas de expresión donde los actores hacen suya o no ese ideario que se manifiesta y los intelectuales están incluidos. Foucault plantea que la politización de un intelectual se manifiesta a partir de dos cosas: su posición de intelectual burgués comprometido con el sistema y su discurso revelador de verdades, descubridor de relaciones políticas donde estas no son percibidas.”. Cito:”El intelectual decía lo verdadero a quienes aún no lo velan y en nombre de aquellos que no podían decirlo: conciencia y elocuencia[5].

 

Ahora ¿Necesitan las masas de los intelectuales?: Sí, a pesar de que las masas hoy saben bien lo que quieren pero el discurso y el saber de las masas no llega por la existencia de un poder que invalida y del cual los intelectuales forman parte. El papel de un intelectual es el de situarse un poco en avance o un poco al margen para decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde éste es a la vez el objeto y el instrumento: en el orden del saber, de la verdad, de la conciencia, del discurso. Hay otro sistema de contradicciones que se manifiestan que son las que se establecen entre deseo, poder e interés, pues lo que ejercen el poder no tienen por fuerza el interés de ejercerlo, los que tiene interés no lo ejercen.

 

En “Palabras a los intelectuales” quedan claros muchos presupuestos que esbozamos en el trabajo. Fidel plantea, cito: “Nosotros hemos sido agentes de esta Revolución, de la Revolución económico-social que está teniendo lugar en Cuba. A su vez esa Revolución económica y social tiene que producir inevitablemente también una Revolución cultural en nuestro País” (Ruz F. C., 2012).

 

La necesidad de que existiera una plena participación fue la intención desde un primer momento, que los que ejercieran los poder quisieran hacerlo y que fueran exponentes del saber. Evidentemente en el proceso revolucionario cubano cambiaron las bases de las expresiones culturales pero que para nada dejaron de ser salvaguarda de las manifestaciones que formaron la nacionalidad. La racionalidad en el proceso de conformación de un Estado que rompía con sus tabúes y lasos de dependencia no se podía dar el lujo de prescindir de sus intelectuales. El llamamiento a los intelectuales que son componentes de la malla del poder aumentaba la credibilidad incluyente de la revolución. Fue la oportunidad de trazarse pautas para el desarrollo cultural y hacer de la cultura una actividad de masas efectiva. El tiempo record del proceso revolucionario y su ascenso en un país de características especiales en su sistema de relación con el exterior no estaba exenta de improvisaciones. Una de las dudas lógicas era la preocupación de que la Revolución desbordaría sus medidas y asfixiaría el arte, o el genio creador de los ciudadanos artistas.

 

El llamamiento a la integración al proceso  revolucionario fue desde un primer momento el más claro de los aciertos. Para los intelectuales la revolución misma fue un imprevisto y para muchos no dejo de ser un problema por su propia identificación con su clase a la cual se debían en la praxis y el discurso, para otros la oportunidad de participación en los destinos del país. La revolución como práctica social no dejo de tener desaciertos en su política cultural pero nunca ha abandonado la idea de que “La Revolución no puede pretender asfixiar el arte o la cultura cuando una de las metas y uno de los propósitos fundamentales de la Revolución es desarrollar el arte y la cultura”[6].

 

Otra de las problemáticas de la participación de los intelectuales en el proceso revolucionario queda recogido en esta cita en palabras a los intelectuales: “La existencia de una autoridad en el orden cultural no significa que haya una razón para preocuparse del abuso de esa autoridad, porque ¿quién es el que quiere o el que desea que esa autoridad cultural no exista? Por el mismo camino podría aspirar a que no existiera la Milicia, que no existiera la Policía, que no existiera el Poder del Estado y que incluso no existiera el Estado, y si a alguien le preocupa tanto que no exista la menor autoridad estatal, entonces, que no se preocupe, que tenga paciencia, que ya llegará el día en que el Estado tampoco exista”. La identificación de Fidel con la teoría marxista es concluyente como también lo es el deseo de colaborar para la formación de un aparto de poder nacidos de todos y ponerlo al servicio de los interés de las masas sojuzgadas históricamente; pero también deja claro que ese aparto de poder tiene derecho a impugnar a controlar de acuerdo a pautas establecidas por todos lo que eligieron participar. En este documento también quedan claras las líneas de desarrollo cultural de masas que fueron aprobadas e indican un camino a seguir[7].

 

“Palabras a los intelectuales” es sin dudas el acoplamiento de los principios revolucionarios para la cultura y su manifestación en escenarios posteriores. Pero, ¿Cómo se ven estos principios en la sociedad contemporánea de hoy?; y sobre todo en los espacios virtuales donde puede existir y existe un desdoblamiento del sujeto con lo que es y con lo que quisiera ser. Donde los medios de comunicación y la tecnología por un lado conllevan a la pluralidad y la más plena participación y por otro a las formas más enajenantes de manifestación. ¿Cómo debieran encauzarse las políticas culturales y el desarrollo en relación con Internet, en el empeño de lograr un modelo socialista más pleno? ¿Cómo se proyecta la intelectualidad cubana ante este nuevo fenómeno nacido de la mutación del capitalismo?

 

Mencionemos algunos presupuestos medulares necesarios. Primero: No sólo la economía es el motor de la historia. Hay otros mecanismos muchos de ellos de carácter irracional que modelan e impulsan la sociedad. Segundo, no es suficiente criticar las relaciones de explotación económicas sin criticar las relaciones sociales en ellas implicadas. Tercero: No es la técnica la fatalidad, sino la manera en que la técnica se mezcla con las relaciones sociales que la aprietan. Cuarto: La cultura actual está manipulada de un modo atroz por los medios de comunicación de masas; convertida en industria es una industria cultural ilustrada pero como engaño de masas.

 

Gilles Deleuze plantea que: “Las sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas. Es una evolución tecnológica, una mutación del capitalismo bien conocida que puede resumirse así, cito:”En la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega con frecuencia a la periferia del tercer mundo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta piezas. Lo que quiere vender son servicios y lo que se quiere comprar son acciones”(Gilles, 1991). El reconocimiento de las mutaciones del capitalismo, el cómo se adecua a las nuevas exigencias de las tecnologías que nacieron de sus relaciones de producción es evidente.[8]La cultura artística desaparece en manos del mercado que lo considera un fetiche: industria cultural y desarrollo tecnológico coinciden. La técnica, bajo el imperio de la eficacia, se hace psicotécnica: en técnica de la manipulación de los hombres.Por consecuencia la técnica se presenta como forma de opresión racionalizada, la teoría de la sociedad del capitalismo tardío en el que se fusionan técnica, el dominio por el hombre de esta, racionalidad y la opresión.

 

El mundo social queda preso en la autocosificación de los hombres bajo la acción racional según fines, como mero instrumento. El sujeto queda dominado y sometido a la lógica del mercado y del estado que se utiliza para estos fines.

 

En Cuba aun en los momentos más difíciles que se manifestaron en la década del 90 con el acuñado periodo especial, la defensa de la identidad nacional fue uno de los principios fundamentales. Todo el camino recorrido llevando los valores autóctonos a su más alta expresión, pudo peligrar en aquel momento por la posibilidad de la culminación del proceso revolucionario y por consecuencia con las directrices identificadas para el desarrollo cultural y la participación en el poder de aquellos que las crearon y enarbolaron. Hoy los postulados teórico culturales defendidos son los mismos pero tienden a reacomodar conceptos marginados en cierta medida y se adecua a las nuevas tecnologías utilizando a estas para lo que son: una nueva plataforma de expresión.

 

El submundo creado desde lo virtual donde participan los que tengan acceso a las nuevas tecnologías es sin dudas un nuevo campo de acción en el que hay que participar, pues aumenta el impacto de los logros que se alcancen, allí donde el sujeto físico no puede llegar por razones de orden espacial, pero puede extender su identidad y participar. Los gestores del poder en Cuba no están ajenos a esta realidad. “El internet parece creado para nosotros”,(Ruz F. c., 1999), esta afirmación de Fidel dejaba claro que esta sería utilizada como una nueva forma de expresión de la cultura y de la existencia misma como nación; la negación de esta seria perder un espacio para reflejar realidades que por diversas razones como: el dominio de los medios de información por parte de élites y la no asimilación del proyecto de desarrollo cubano por los grupos de poder mundial que participan en el control de los medios de información en lo externo, y el recelo de los grupos de poder rezagados en materia ideológica apoyados en gran medida por la crisis y readecuación del modelo económico cubano

 

Internet acompaña la emergencia de una cultura contemporánea atravesada por la impronta de las tecnologías de la informática y las comunicaciones. Posee alrededor de 2 400 millones de usuarios (Datos del 2012), distribuidos en todo el mundo, un tercio de la población mundial. Incluso para quienes no acceden a la web, o no tienen contacto directo con esta tecnología, ella es un referente.

 

En la actualidad, y retomo el contexto específico de Cuba, la desconexión absoluta no existe el uso de dispositivos digitales hacen circular la información que el internet provee; de una u otra manera el hecho de la conectividad y los flujos de información digitales transforma nuestras circunstancias. Internet modela, modifica, conforma las maneras en que somos, incluso a nivel individual. Aunque si es insuficiente la relación a pesar de las bases para su uso están creadas desde mucho antes de que Cuba se conectara a internet en el año 1995;  sobre todo si queremos entendernos con los jóvenes, cinco millones de cubanos nacidos después de 1980, que han vivido en la franja de lo que los teóricos llaman nativos digitales; ha habido un cambio generacional no convencional, una relevante transformación evolutiva.

 

La nueva campaña que llevará a la Isla a un estado conectado no pude hacerse esperar por medios tecnológicos capaces de facilitar la conexión más eficaz. Renovar la utopía revolucionaria de la sociedad cubana pasa por asumir el concepto de información y los valores que esta aporta, como un horizonte hacia el cual debemos movernos, con sentido creativo y de justicia social. Mientras más nos retrasemos en la conexión plena más comprometido tendremos nuestro desarrollo futuro. Podemos utilizarla en función de una sociedad participativa. En ese caso hay que entender que la vida cambió, no se puede controlar la información. Es necesario enseñar, no restringir. Las instancias de dirección deben avanzar en la comprensión de este tema. Por ejemplo, resulta inconcebible que haya instituciones cubanas cuyos funcionarios no poseen siquiera un correo electrónico internacional; profesionales que habitualmente y por su trabajo necesitan sostener relaciones con el mundo. Determinadas políticas, surgidas con la buena intención de proteger nuestra soberanía, en estos momentos son erróneas.

 

La proyección de la intelectualidad cubana ha seguido muy de cerca el tema de las nuevas tecnologías que no solo se reducen al internet sino que va más allá, telefonía, televisión, radio, máquinas inteligentes para la producción de bienes y servicios. Medios especializados en el debate cultural abordan el tema con profundidad y amplia participación. Si tomamos por ejemplo la revista Temas que realiza un debate público el último jueves de cada mes ha abordado los problemas de las nuevas tecnologías en Cuba, dejando al descubierto la posición ante la política de uso e impactos.

 

En la conclusión de artículo nacido después del debate se plantea, cito: “Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Cuba es la tercera nación en el mundo en cuanto a habilidades para las TIC. Como ha sucedido con Infomed y también con EcuRed, que recibe más de cien mil visitas diarias, tenemos que aprovechar nuestro gran potencial humano. Sabemos que todo ello implica inversiones –en beneficio del desarrollo económico y social–, pero incluso nuestras organizaciones sociales y de masas, usando mejor las redes y posibilidades informáticas, pudieran trabajar de manera más eficiente, estrechar relaciones con sus representados desde abajo, en función de la sociedad que queremos construir”.(Docurro, 2012).

 

Hay un nuevo tema en cuanto al uso de las tecnologías que profundiza en la esencia de la participación que pude causar interferencias en las formas de ejercer el poder como se venía haciendo hasta ahora globalmente; concretamente: el uso extensivo e intensivo de las redes sociales.

 

Esta no tan nueva forma de expresión y participación, que existió antes de su gran uso en la actualidad, han minado por momentos la política interior y exterior de países que han tenido que rendir cuentas de sus actos a las masas gobernadas de estos y a la comunidad internacional de naciones. La relación de vasos comunicantes que debe existir entre los que gobiernan y los gobernados, hoy gracias a su empleo son más veloces; lo que implica una toma de decisión eficiente sobre problemáticas disímiles. Vamos hacia una sociedad en la que estas herramientas obligarán, y ya lo hacen a querer expresarse, transmitir y compartir. Algunos, harán información, otros creación, otros comercio, y es una dimensión del nuevo ciudadano otros harán que emerjan con más fuerza lo peor del sujeto social.

 

El tercer entorno es un nuevo espacio social en construcción constante, básicamente artificial y posibilitada por una serie de tecnologías que modifican las relaciones sociales y culturales que se dan y daban en los entornos primero y segundo. Citando a Zygmunt Bauman: “En la sociedad de control en el capitalismo el sujeto debe sentirse admirado, el hombre es víctima de su vanidad, el apego a los bienes  materiales es cada vez mayor la competencia entre los países es más fuerte aún y la presa final es el consumidor”(Zygmunt, 2003).

 

Las redes sociales no están al margen del mercado y son también expresión de este en gran medida. Las redes sociales se basan en la teoría de los grafos, con nodos y aristas. Ahí también hay escalas, no todos los nodos pesan lo mismo. Dichas redes no cambian jerarquías por estar en Internet. Cuando uno mira los primeros lugares en buscadores como Google y redes sociales como Facebook, los ve ocupados por los grandes medios. Para estar en esos niveles hace falta tecnología, dinero y publicidad; todo eso lo controlan las mismas personas: los anunciantes y accionistas de los medios. El capitalismo en fin es la expropiación constante de la subjetividad.

 

A modo de conclusión podemos decir que la eminente conexión definitivamente efectiva de Cuba al tercer entorno ya es un hecho próximo pero la política cultural debe impedir que el consumidor sólo se tenga a sí mismo y a su sentido común para hacer frente a toda la gama de tentaciones que se le ofrecen por diversos medios, para evitar el sujetamiento y la adicción en un mundo cada vez más materialista e hiper utilitarista, en el que él se convierte en un objeto más de los intereses exógenos y territorialmente endógenos a su persona. La política cultural definida por los gestores del poder debe auxiliar al consumidor en diferenciar el consumo y las necesidades y el consumismo. Para enfrentar el constante cambio se requiere articular un carácter repelente a la corrosión del sujeto[9].

 

Hay un último elemento que no se debe pasar por alto toda opción de desarrollo futuro en el uso de las nuevas tecnologías de la información pasan también por el tema de las relaciones EEUU-Cuba, no podemos dejar pasar este aspecto si queremos ser serios en el análisis que se haga. Hoy EEUU sigue determinado las acciones de expresión del Estado cubano y hoy EEUU sigue siendo la nación cuyos impactos que exorcizan cualquiera forma de  expresión ajena a sus motivaciones e intereses. La falta de recursos monetarios y las penalizaciones impuestas a la Isla desde el exterior exigidas por EEUU atentan contra sus proyectos de desarrollo.

 

El mundo se torna extremadamente complejo ya no son los tiempos de sencillas relaciones. Las relaciones económicas y superestructurales que se establecen son muy complicadas y enmascaran las esencias solo será posible develar la verdad en la medida que seamos capaces de aceptarla.

 

 

 

Bibliografía

Acanda, J. (2003). Sociedad civil y hegemonía. La Habana, 2003.

Docurro, T. C. (11 de 12 de 2012). Cubaperiodistas. Recuperado el 11 de 12 de 2012, de http://www.cubaperiodistas.cu/noticias/diciembre12/11/04.htm

Foucault, M. (1979). Microfisca del poder. Santiago Estevez: La Piqueta.

Foucault, M. (1980). El ojo del poder. (J. V. Uría, Traductor) Barcelona: La Piqueta .

Gilles, D. (1991). Posdata sobre las sociedades de control. Montevideo : Nordan.

Rey, M. T. (1999). EL ESTADO: NOTAS SOBRE SU(S) SIGNIFICADO(S). Mar del Plata: Publicación de la FAUD.

Ruz, F. c. (1999). Discurso de Clausura del Congreso de la UNEAC. La Habana.

Ruz, F. C. (14 de Diciembre de 2012). Ministerio de Cultura de la república de Cuba. Recuperado el 11 de Diciembre de 2012, de http://www.min.cult.cu/index.php

Zygmunt, B. (2003). Trabajo, Consumismo y Nuevos Pobres. Gedisa.

 

 



[1] Centro Universidad de Ciencias Informáticas, Cuba.

[2]Bentham es todo lo contrario a Rousseau. Plantea el problema de la visibilidad, pero pensando en una visibilidad totalmente organizada alrededor de una mirada dominadora y vigilante. Hace funcionar el proyecto de una visibilidad universal, que actuaría en provecho de un poder riguroso y meticuloso.

[3]El marxismo crítico recogió el concepto de sociedad civil, a diferencia del marxismo dogmático que lo rechazó. El marxismo crítico destaca la filosofía y las relaciones entre cultura y capitalismo. El marxismo crítico

recogió la ideal de sociedad civil partiendo del legado conceptual hegeliano.

[4]La multiplicidad de nexos sociales o históricos que conforman al sujeto no puede

ser pensada por el liberalismo ni en neoliberalismo. Porque lo que caracteriza a estos es la

separación de estado y sociedad.

[5]Estas dos formas de politización no eran extrañas la una a la otra, pero tampoco coincidían forzosamente.

[6]Las manifestaciones culturales en estos últimos años a partir de la década de los 90 se hizo mucho más diversa por los cambios que se sucedieron a partir del periodo especial tras la caída del campo socialista.

[7]Medidas tomadas de reordenamiento cultural: Se implementó una ley que regulaba el funcionamiento  de la Imprenta Nacional creando diferentes editoriales que atenderán las diversas necesidades de ediciones. Se crea el Consejo Nacional de Cultura el Instituto de Arte e Industria Cinematográfica entre otras entidades.

[8]Gilles Deleuze: “Es sencillo buscar correspondencias entre tipos de sociedad y tipos de máquinas, no porque las máquinas sean determinantes, sino porque expresan las formaciones sociales que las han originado y que las utilizan. Las antiguas sociedades de soberanía operaban con máquinas simples, palancas, poleas, relojes; las sociedades disciplinarias posteriores se equiparon con máquinas energéticas, con el riesgo pasivo de la entropía y el riesgo activo del sabotaje; las sociedades de control actúan mediante máquinas de un tercer tipo, máquinas informáticas y ordenadores cuyo riesgo pasivo son las interferencias y cuyo riesgo activo son la piratería y la inoculación de virus. No es solamente una evolución tecnológica, es una profunda mutación del capitalismo".

 

[9]Plantea Zygmunt, B en su obra: Trabajo, Consumismo y Nuevos Pobres que:”No cabe duda de que efectivamente el individuo tiene que ser empresario de sí mismo. Ya no ha de atenerse más al Estado ni ala empresa; ninguno proporciona ya seguridad. Difícilmente el modelo económico mundial dará marcha atrás; difícilmente volverán

los viejos tiempos. La única posibilidad de supervivencia en las sociedades de control es el control de sí mismo: una buena autoadministración de la persona para explotar sus posibilidades, incorporarse al mercado de trabajo sin perecer en el intento”. Relega de esta manera cualquier posibilidad desde el poder de administrar efectivamente el consumo a través de políticas que protejan al consumidor ósea desconoce que esto pueda existir, problema valido en el capitalismo pero no así en sociedades de desarrollo emergente.