Revista Nº22 "TEORÍA POLÍTICA E HISTORIA"
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RESUMEN

 

Este trabajo consistirá en valorar el papel de lo económico en la obra de Carl Schmitt y el poder neutral como respuesta a la crisis de Weimar. Demostraremos además que esta postura hace que el pensamiento de Schmitt coloque a la política sobre la economía y se lo comparará con Marx y Kelsen como contrapunto. La elección del presidente del Reich muestra como resultado necesario la preeminencia del Estado por sobre cualquier otra fuerza política, partidaria o sindical. Esto, a su vez, incide en la intención de hacer sobrevivir a la república burguesa en su forma liberal o conservadora e impedir la revolución. ¿Qué es lo que los sucesos de Weimar y el pensamiento de Schmitt pueden agregar a la interpretación de la Argentina reciente? Su pertinencia en el mundo actual se basa en la relación entre legalidad y estado de excepción en las democracias contemporáneas. En 2002, el presidente argentino resolvió en gran parte sin mediación alguna la crisis económica que a la vez era una crisis política. Este corto período de tiempo que reordenó el régimen político argentino fue clave para entender el proceso posterior del kirchnerismo con sus tres mandatos consecutivos. A diferencia de Weimar, Argentina pone en valor la doble dimensión del poder neutral cuando el capital puede subordinar al trabajo sin perder el régimen democrático, una cuestión que en Weimar, ni Hindenburg, ni Schmitt pudieron evitar.

 

Palabras clave:

 

Argentina- Schmitt- poder neutral- crisis político-económicas- Crisis del 2001

 

ABSTRACT

This paper will value economic role on Carl Schmitt’s work and neutral power as an answer to the crisis of Republic of Weimar. Besides, we will prove that Schmitt’s ideas estimate more politics than economy and will be compared to Marx’s and Kelsen’s ideas as a counterpoint. The election of Reich’s president shows as a necessary result the preeminence of the State over any other union or political force. This also produces the survival of bourgeoise republic as a liberal or a conservative one, preventing from revolution. What can Republic of Weimar’s development and Carl Schmitt’s thoughts provide to recent Argentine’s history interpretation? The connection between legality and exception state in contemporary democracies is the key. In 2002 Argentine president solved almost without any arbitration an economic crisis which was at the same time a political one. This short term which re-ordered argentine political system was crucial to understand the subsequent government of Kirchenerism with its three consecutive terms. In contrast to Weimar, Argentine values the double dimension of neutral power when capital can make secondary work without losing democracy, a result that neither Weimar, nor Hindenburg or Schmitt could  avoid in the past.

Key words:   Argentina – Schmitt – neutral power – political and economic crisis – crisis 2001

 

 

Carl Schmitt y el mundo del trabajo aplicado a la crisis del 2001- ruptura y continuidad

                                                       Por: Rodrigo Banús[1]

 

La polémica entre Kelsen y Schmitt en el mundo del trabajo:

 

Vale la pena decir que la polémica no se trata de una simple comparación en torno al constitucionalismo- esta se dio en torno a la crisis histórica del régimen de Weimar. Es claro que ambos han tenido un contrapunto muy productivo en cuanto al papel del constitucionalismo porque eran juristas pero inevitablemente tocaron cuestiones económicas insalvables en la sociedad capitalista. Ambos han trabajado la cuestión del régimen político, el orden constitucional y la definición de la ley en sí misma. Por lo que en parte ellos han pensado el orden político, legal y económico como sistemas claramente distintos, uno liberal y el otro conservador. Schmitt, ha desarrollado sus ideas en torno a la autoridad y la estatalidad en dos textos que pueden ser útiles en este caso; el Catolicismo como Forma Política y La Defensa de la Constitución. Utilizaremos nociones claves de su pensamiento para poder abordar la particularidad en la interpretación de la economía en Schmitt y su abordaje en obras distintas pero destacando un marco común, su creencia segura de que se trata de un campo subsumido por la política.

 

La crítica al pensamiento económico:

 

De su pretensión de ser más que lo meramente económico le emana a lo político la necesidad de remontarse a otras categorías distintas a la producción y al consumo. Es curioso para decirlo una vez más, que los empresarios capitalistas como los proletarios socialistas consideren únicamente como una insolencia la pretensión de tal política, sintiendo a partir de de su pensamiento económico, el dominio de los políticos como algo  “carente de objetividad”. (Schmitt, 2011, 21)

 

Desde el punto de vista de Kelsen, en Teoría Pura del Derecho se puede interpretar:

 

La distinción entre un derecho público, que sería político, y un derecho privado, que no lo sería no tiene en cuenta el hecho de que el derecho privado creado por contrato pertenece tanto como el derecho público al dominio de la política.

 

Por la función que desempeña el derecho denominado privado en un orden jurídico, él no es otra cosa que la forma jurídica dada a la producción y al reparto de las riquezas en la sociedad capitalista; por lo tanto, esa función es eminentemente política. En una economista socialista la estructura del derecho privado sería diferente. Ya no se fundaría sobre los principios de autonomía y democracia, sino probablemente sobre los de heteronomía y autocracia y se acercaría más a la estructura del derecho administrativo actual. Aquí no examinarse si esta estructura sería más satisfactoria o más justa, pues se trata de un punto sobre el cual la Teoría pura del derecho no quiere ni pronunciarse. (Kelsen, 1960,145)   

 

Su papel termina siendo una crítica general a todo el sistema en sí mismo, Schmitt lo ve como un conflicto eminentemente político:

 

Ningún gran antagonismo social puede solucionarse por la vía económica. Cuando el empresario dice a los trabajadores: “yo os doy de comer”; los trabajadores contestan de este modo: “somos nosotros los que te damos a ti de comer”, y esto no es ninguna lucha en torno a la producción y el consumo, no se trata en absoluto de algo económico, sino que surge de un pathos distinto,  de una convicción moral o jurídica el determinar quién es propiamente, el productor, el creador y, en consecuencia, el señor de la riqueza moderna. (Schmitt, 2011 ,22)

 

Marx en este sentido aborda esta relación en un sentido opuesto, suponemos entonces que se trata de un contrapunto necesario:

 

Para nosotros la religión no constituye ya el fundamento sino simplemente un fenómeno de la limitación laica. No explicamos  la atadura religiosa de los ciudadanos libres como derivadas de su atadura laica. No afirmamos que deba acabar con su limitación religiosa para poder destruir sus barreras laicas. No transformamos las cuestiones laicas en cuestiones teológicas. Convertimos las cuestiones teológicas en cuestiones laicas. Después que la historia se ha visto disuelta durante varios siglos en la superstición, disolvamos la superstición en la historia. El problema de la emancipación política y la religión se convierte, para nosotros en el problema de la emancipación política y la emancipación humana. (Marx, 2004 ,16)

 

Podemos decir que Kelsen se encuentra frontalmente contra esta concepción, la ideología conservadora inventa “más allá del derecho”:

 

Es comprensible que una teoría fundada sobre el derecho natural sea considerada el más fuerte bastión de la defensa contra el comunismo. Sin embargo, el mismo derecho natural ha sido invocado para demostrar que la propiedad privada es contraria a la naturaleza, y que ella es fuente de todos los males sociales. […] Baboeuf jefe del movimiento comunista durante la revolución francesa, la cita frecuentemente. Muchas de sus ideas han sido desarrolladas más tarde por Fourier y otros teóricos comunistas. (Kelsen, 1960, 93)    

 

Hasta aquí demostramos el papel de lo político en la economía en torno a esto se deriva el pensamiento específico de cómo esto es tratado en parte por el papel de la sociedad alemana en particular, es decir, Schmitt en particular, el papel del acuerdo entre Capital y Trabajo, donde el Estado necesariamente interviene:       

 

“El mismo John St. Mill dice que en la moderna sociedad industrial los patrones (employers of labour) y los obreros (labourers) constituyen dos grupos que se compensan mutuamente y por ello resulta posible una decisión neutral. Su teoría típicamente liberal del equilibrio está muy difundida todavía en la actualidad, y no sólo entre los liberales burgueses. Friedrich Engels había hablado ya que (aunque sólo excepcionalmente existen en la lucha de clases ciertos periodos “en que los partidos en lucha se hallan en situación de cierto equilibrio”  Ottho Bauer desarrolló, después del año 1919, la teoría de la “estructura del equilibrio social” en el moderno Estado Industrial. (Schmitt, 1983,227)

 

Esto es profundizado en torno al papel de la conciliación del trabajo y el capital en forma concreta:

 

En el derecho internacional  cuya analogía con el derecho obrero son inigualables, este proceso ha dado lugar a una copiosa bibliografía y a una jurisprudencia amplia, en la que los buenos servicios representan el primer estadio inferior, a saber es la mera reunión de las partes en litigio, con objeto de que sea posible la negociación con ellas, mientras que el mediador ejerce ya un cierto control, desde el momento en que dirige los debates y las fórmulas propuestas. […] Las deliberaciones de arbitraje tienen en el modelo estado industrial, una significación análoga a la que el Estado cívico institucional del siglo XIX signó al parlamento, a saber la de servir de formación de voluntad nacional, mediante deliberaciones y mutuo convencimiento: su elemento esencial es el convencimiento, y no la sentencia. (Schmitt, 1983, 229)

 

El procedimiento de obtener una decisión creando una mayoría de votos es naturalmente desde el punto de vista de las partes un procedimiento coercitivo, cuando el tercero que domina a las partes se agrega desde afuera. La fórmula de arreglo así lograda desde el punto de vista del arreglo así lograda es, según el concepto de H. Triepel, una “conciliación obligatoria”.  (Schmitt, 1983 ,230)                  

 

Schmitt hace un juicio de valor importante en la consideración final del proyecto marxista y esta debe contraponerse a su figura del Estado también lo hace del capitalismo. También se desprende que su pensamiento ha decidido romper con el liberalismo en el ámbito económico y en el ámbito político, redefiniendo al marxismo y al liberalismo como similares. Esta es una crítica a la racionalidad que antecede por mucho a Kelsen. Debemos considerar que a Kelsen por otra parte jamás le pareció importante esta implicación, sus críticas al marxismo de basan en otros motivos. Este será un contrapunto que detallaremos a continuación, Kelsen cree que los obstáculos a la actividad económica hacen peligrar la propia necesidad de derecho. Consideramos entonces que se trata de un abordaje no típico porque parte de una situación insólita, en ciertos momentos de sus obras, en parte mínimo consideran el papel de la economía, del trabajo y el capital. Esto forma parte de la propiedad, la representación legal del orden económico- cómo se distribuyen los bienes, y cómo se aporta al Estado (impuestos). Esto no es lo mismo que el orden político pero necesariamente su coincidencia o no condiciona la existencia misma del orden de una sociedad. Es justamente allí donde la crisis también puede ser asumida, más cuando se considera que los compromisos de ambos autores tiene una relación clara, entre el catolicismo y el orden conservador el cual es económicamente corporativo y el orden liberal el cual tiende al librecambio y tiene una influencia menor en la esfera de la economía que la que tiene en el derecho y esto puede ser demostrado por la importancia de Weber y Kelsen en el aspecto de la redacción de la constitución alemana de Weimar- el valor que le otorgan, también lo es en la misma polémica cuando consideramos que los años más críticos del desenlace al nacionalsocialismo son resultado a la par de la crisis de 1930, el apogeo del nazismo fue el apogeo de la crisis- fin de Weimar, posterior conversión de Schmitt al nazismo. 

 

Justamente en este sentido algunos autores harían críticas en torno al derecho. Lo que podemos decir es que la discusión en torno a la noción de poder neutral por Schmitt consta de una preocupación del orden político, que su según su concepción es más importante que el poder económico. En este sentido Schmitt debate tácitamente con los liberales y los marxistas dentro de lo que considera un racionalismo económico, esta apreciación está en “Catolicismo como forma política”. No obstante no es la obra en la cual desarrolla la noción de poder neutral considerando esto se puede saber que se trata de una valoración de distintos aspectos. No se trata de una simple crítica al marxismo o al papel de la burguesía como la clase discutidora, se trata también sin duda a relegar y no tomar en consideración el papel de la economía, y la propia existencia de la SPD como la presencia del trabajo. El capital tuvo en contra partida una gran heterogeneidad- no existen Whigs o Tories, lo que terminó conformando la coalición de derecha del final de la República de Weimar.

 

Antes de que la crisis se desatara por completo, Schmitt abogó por los medios autoritarios para ordenar a la sociedad en el plano de lo parlamentario, lo legal, e incluso lo económico. Kelsen por su parte mantenía la fe en la posibilidad de la reforma parte del poder político y la preeminencia del legislador. En este sentido se podría considerar que Kelsen aunque no lo declaraba explícitamente se encontraba por fuera de la idea de revolución. Esto es importante porque la SPD es en esencia un partido reformista y como tal quiere romper el orden estatal, no quiere buscar su suspensión para fundar un régimen político. Cabe decir que Schmitt no toma la política en términos de clase, en el caso alemán es la SPD (la socialdemocracia) el actor que representa las particularidades que el asume que deberían ser la clase obrera- el partido es por su existencia razón del socialismo y no la clase obrera- cómo representante sólo es válido, sus intereses y sus determinaciones; y como un papel menor los comunistas. En este sentido, la derecha o lo que es lo mismo la burguesía es un conglomerado de partidos que van desde el Zentrum hasta los Nazis, pasando por otras formaciones políticas. Solamente allí, con la SPD respetando la constitución es decir, el factor trabajo bajo la legalidad burguesa puede interpretarse el éxito del primer presidente Ebert, y la traición del presidente conservador Hindenburg. Schmitt intenta que el Estado supere en una forma concreta a las clases, y para esto, supone que el poder neutral estará más allá de la contingencia.

 

Por otra parte Kelsen evade el problema de las clases porque niega la contingencia y deja que la ciencia del derecho niegue el valor del poder neutral como un absurdo a la par que hace que la Constitución nada tenga que ver con la posibilidad de los actores políticas puedan romper la ley sin ser castigados y entonces suprimirla dejando sin efecto el Estado liberal de derecho. Se potencia la contradicción. La línea que va desde la democracia liberal al autoritarismo, consecuencia necesaria de la crisis de las burguesías a nivel político es la respuesta dentro y fuera de Alemania, no son las burguesías liberales las que forman el poder, sino la burocracia estatal, el ejército y la clase obrera organizada. Genera esto la paradoja esencial, paradoja que con Hindenburg la historia demostró lo frágil de sus intenciones. En este sentido Ebert fue un verdadero representante que veló por el Estado, Hindenburg no.     

 

El poder neutral como una voluntad de reponer el papel del Estado en el centro de la política:

 

El poder neutral es siempre la muestra de la crisis del liberalismo y de la política de los partidos burgueses, en este sentido Constant es la primera muestra de ello- un político que no pudo ver materializada la utopía del parlamento inglés. Considerar que hay un poder que tiene que ordenar el funcionamiento de los otros pone en duda la posibilidad misma de la legalidad y de la división de poderes. Mientras que en Gran Bretaña el triunfo del liberalismo  hace este problema algo menor, en el continente por la presencia de la Revolución Francesa y por el desarrollo del Imperio Napoleónico, esto se había vuelto algo capital. El orden político o era esencialmente una dictadura, ya que Napoleón era emperador en calidad de dictador o se trata de una República donde había una asamblea. Podemos decir que Constant considera que la monarquía e incluso el emperador, pueden suplir cierto caos que deja la transformación en la sociedad de Europa continental. Esto quiere decir que reconstruir la autoridad estatal dentro del marco de un Estado derecho es una preocupación importante primero porque protege a la ley y segundo porque es la forma en que efectivamente se puede dar la soberanía del pueblo. Es decir su forma moderna en esencia, sin concesiones a principios puramente representativos como los que había desarrollado la monarquía absoluta. Tiene sentido considerar que se trata de una reformulación del Estado. Pinto ha trabajo este idea justamente en el caso prusiano con el papel de Federico el Grande de Prusia. Podemos considerar tesis que pueden ser contradictorias, la primera es que los Estados se desarrollan de formas distintas y que por lo tanto cada uno tiene una solución en particular, la segunda, es que las clases dominantes tratan de obtener los beneficios que consideran el éxito de sus pares, imitar otras sociedades burguesas. Justamente por esto hay una crisis, esta crisis está dada por el papel conflictivo entre la sociedad y el Estado. Schmitt lo reconoce en forma concreta en la historia de Weimar:

 

Esta opinión se ha confirmado hasta la saciedad incluso en la realidad práctica de la vida política. Una gran parte de la actividad desarrollada tanto por el presidente Ebert (que se consideró a sí mismo como el protector de la Constitución en un momento importantísimo) como por el actual presidente Hindenburg puede caracterizarse como un arbitraje neutral y como mediación de conflictos; […] muchos jefes de Estado, incapaces de comprender lo que resta de regner cuando se le priva el gouverner. (Schmitt, 1983,222) 

 

Vale la pena poner en duda si Hindenburg en su fase final no parecía más acorde a esta descripción:

 

Acosado por las exigencias contradictorias de su situación y al mismo tiempo obligado como un prestidigitador a atraer hacia sí mediante sorpresas constantes, las miradas del público, como hacia el sustituto de Napoleón, y por lo tanto ejecutar un golpe de Estado en miniatura, Bonaparte lleva el caos a toda la economía burguesa, atenta contra todo lo que Revolución de 1848 parecía intangible, hace algunos pacientes para la revolución y a algunos ansiosos de ella, y engendra una verdadera anarquía en el nombre del orden, despojando al Estado de todo halo de santidad, profanándola, haciéndola asquerosa y ridícula. (Marx, 2009,128)    

 

Marx no obstante como el enemigo tácito de las teorizaciones de la neutralidad podría dar un buen ejemplo de su rechazo:

 

Burgueses fanáticos del orden son tiroteados por la soldadesca embriagada, la santidad del hogar es profanada y sus casas son profanadas como pasatiempo, en nombre de la propiedad, la religión, la familia y el orden. La hez de la sociedad burguesa forma al fin la falange del orden, y el héroe Crapulinsky se instala en las Tullerías como el salvador de la sociedad. (Marx, 2009 ,27)  

 

En Francia el éxito de la sociedad fue absoluto, su reemplazó por sobre el Estado fue total, y eso genero a la revolución que termino desplazando a la nobleza. La burguesía triunfa de la manera más rotunda en Francia y trata de imponer el liberalismo político y económico. Por otra parte, en Alemania, la burguesía es ahogada por la propia monarquía prusiana, es la historia del Estado prusiano la de un capitalismo asistido y de corte militar, la educación de las élites de sus estados, la correcta administración y la destreza en la asignación de la burguesía como clase auxiliar dio al Estado prusiano la capacidad de sobrevivir. Es decir el liberalismo fracasa en Alemania hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. En este sentido el desprecio que tiene la Iglesia Católica se da en igual medida que el deprecio que tiene el Estado Prusiano en general hacia los partidos. El Zentrum y la SPD, tienen que crecer y lo hacen por fuera del ámbito estatal, su poder en la sociedad civil es cuanto a organización imponente pero no lo es en el plano político. Esto es un hecho a resaltar porque si no se invierten los órdenes de los factores, el liberalismo y la burguesía son frágiles en toda la historia de Alemania hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Con todo; liberales y conservadores, tuvieron una intuición que no se realizó por la llegada de los nazis al poder. La experiencia del dirigismo económico nazi, y la experiencia totalitaria se dieron a la par. Esto quiere decir que la valoración que hicieron del presidente Weber y Carl Schmitt tal vez tenía la intuición de que el Estado en sí mismo estaba en una crisis como una serie de corporaciones. La crisis estaba dada por partida doble en el land de Prusia, y en el resto del Estado alemán. Podemos considerar que lo ejecutivo, y la falta de necesidad de cambiar el marco normativo de los derechos individuales justamente muestra que el problema estaba dado en la administración. Es decir, reencauzar el capitalismo corporativo en plena crisis económica de post guerra era una preocupación que con la crisis del 30´ se agudiza. La crisis en Rusia había terminado con el zarismo, y había creado la figura de la dictadura soberana. Es decir, el éxito bolchevique tenía una consecuencia, la caída de una autocracia llevaba al bolchevismo, si el estado alemán era esencialmente no muy distinto en el II Reich y Weimar, ¿Podemos suponer que se trata de una simple casualidad? La razón propiamente ejecutivista no se trata simplemente de una característica existencial del pueblo alemán sino de una demostración del paternalismo. Este paternalismo había dejado a la sociedad sin líderes políticos y además no había creado las relaciones de mercado maduras del librecambio tal cual la entendían los liberales. No obstante esto, algunos consideraban que este proceso se agudizaba y otros no. Schmitt lo lee en la clave de su teoría y entiende que esta crisis es una crisis de representación, lo poderes indirectos se adueñan del estado. El estado no puede satisfacer sus demandas y considera que estos poderes no se someten al estado por propia voluntad por lo que el Estado es un mero árbitro en cuestiones económicas al cual es fácil desconocer, es el predominio de lo privado sobre lo público, de lo interior sobre el exterior. Es el fin de la nación y de la comunidad como tales.

 

El presidente del Reich es además de un líder que encabeza el estado la figura más leal hasta el momento en parte por ser un hombre como Ebert un socialista reformista, o un hombre netamente conservador como Hindenburg. En estos casos se podría hasta imaginar una correcta relación entre el poder del trabajo, en el caso de Ebert o el poder del capital en el caso de Hindenburg. Pero se puede considerar que esto no altera la unidad de la nación y que los poderes como tales, tiene que someterse al orden. Porque el dictador como tal no altera la legalidad sino que decide por un lapso, la misma noción del poder neutral se encuentra por debajo, el Estado es ordenado sin dependen de una ley impersonal sino que una persona tiene la capacidad y la facultad para poder un orden. Esto quita el hecho de que la discusión pueda llevarse al fundamento mismo del Estado.

 

 

 

 

El papel de la economía y la crisis político-económica:

 

Schmitt tiene una visión de la sociedad distinta de la de Kelsen. No le interesa en general el papel de la economía, cree un resultado final del orden político que luego lleva al orden económico, esto es para él antiliberalismo. En el caso del poder neutral cree que el representante del Estado hace más por su continuidad que la propiedad, la cultura y la legalidad.  Se muestra lo realmente importante, el Estado en su devenir histórico está sujeto a acciones que no pueden ser presupuestas por el orden jurídico.

 

Una ley constitucional no puede prescribir e imponer las cualidades personales que son necesarias para cumplir a satisfacción el papel del pouvoir neutre del mismo modo que tampoco puede prescribir, que el Canciller del Reich sea un gran jefe político y determine por sí mismo las líneas directrices de la política. (Schmitt, 1983, 220)

 

[…] que es un presagio de la desintegración automática propia Estado pluralista y de la necesidad de un eficaz remedio: “Cuánto más organismos colectivos arbitréis para que colaboren, cuanto más numerosas sean las votaciones colectivas ya se por referéndum, en el Consejo del Reich, los consejos obreros, etc. tanto mayor será la necesidad de tener un punto fijo, al que concurran todos los hilos ideológicamente por lo menos.” (Schmitt, 1983 ,221)   

 

El liberalismo de Kelsen hace que la legalidad poco tiene que ver con el desarrollo de la economía y de la política- un marco a-histórico en pos de una comprensión universal, tienen que ser esferas separadas. Considera que no es necesario ordenar la actividad económica propositivamente tampoco las conductas los deseos del legislador no son muchas veces leyes sino orientan porque no tienen sanción, no tienen que haber valoraciones para el desarrollo del capitalismo. La crisis de Weimar fue resulta efectivamente por Hindenburg, este simplemente dejo que dos tendencias opuestas confluyeran; así ordenó efectivamente, la tendencia reformista de derecha; en lo económico y autoritaria, la conservadora, la de Schleicher, el cual consideró que su papel era efectivamente el de un árbitro y las tendencias fanáticas de Hitler. La Alemania conservadora, no toleró el papel verdadero de una modernización desde arriba, una “revolución pasiva”, cosa fue un éxito en el se II Reich con Bismarck:

 

“Schleicher en el comunicado que envío a Paris el 19 de Enero: los políticos de derechas que habían albergado esperanzas en que el general impusiera un gobierno militar comprobaron decepcionados que el comportamiento de este era más débil y mucho más de civil sin uniforme. En lugar de tomar medidas contra la izquierda, había hecho concesiones a las organizaciones sindicales y no dudaba en negociar con sus dirigentes en lugar de restringir las pretensiones del Reichstag, había coqueteado con los partidos en un intento de lograr el favor de la mayoría parlamentaria, y en lugar de incluir a los nazis en el gobierno había “declarado la guerra” a Hitler al aliarse con el renegado Gregor Strasser.” (Ashby Turner, 2000, 239)

 

Importancia capital, el poder neutral, no se dio en la previsión de Schmitt en la facultad del gobierno de gabinete, ni en la delegación del artículo 48, si se dio en la práctica en políticos que buscaron alternativas para salir de Weimar por la derecha, en cualquiera de sus formas. No obstante la crisis del 30´ tenía un factor digno de ser revisitado, Hitler uso esto para crecer electoralmente y en este sentido Hindenburg no se vio conmovido ante la crisis como tal. Las conductas prohibidas tienen que ser los delitos, el riesgo del propio sistema político y jurídico como tal. Gran parte de la actividad económica tiene vida propia, el derecho nada le interesa legislar en este sentido siempre y cuando no surjan conflictos en los cuales, el derecho se desarrolle en una forma particular, esto es el liberalismo dominante en la burguesía alemana. El Estado ordena, configura los mercados, y estos se dan en estos marcos formales. En la práctica el poder neutral jamás opero en su esencia en Weimar, si actuó ciertas reformas hacia el final de la crisis, es decir entre el espacio de 1930 y 1933. En este sentido es elocuente que el cambio en política económica llevó la llave del triunfo, políticas de difícil consenso, aplicadas llevan al cambio en la sociedad alemana, la crisis es económica. El poder neutral inspirado en Schmitt no de forma plebiscitaria, no es útil para llevar adelante este cambio:

 

Como última tarea en el cargo, después de sólo cincuenta y siete días de mandato, el gabinete de Schleicher  procedió entonces a dar el último visto bueno a las medidas financieras necesarias para poner en marcha el programa de creación de empleo que, como había prometido en canciller cuando juró en el cargo, sería su proyecto prioritario.

De hecho, ese mismo día se convirtió en ley mediante un decreto extraordinario firmado por el presidente. El programa ponía quinientos millones a disposición de una serie de proyectos de obras públicas diseñadas para proporcionar trabajo a los desempleados y estimular la actividad económica en general. En el transcurso de los seis meses siguientes, casi dos millones de alemanes encontraron trabajo. Sin embargo Schleicher no se le reconoció ningún mérito al respecto: el beneficiario político de este logro fue Adolf Hitler. (Ashby Turner, 2000 ,248-249)   

 

Schmitt, tiene resistencias a pensar que la crisis sea necesariamente un cambio en el proceso económico, y tampoco cree que el ordenamiento se diera por necesidad. Más bien el ordenamiento es una necesidad muy anterior, atada a la historia, histórico el hecho de su desarrollo, y vale la pena entender cómo se dio en cada momento. Mientras que el liberalismo parte de una especulación abstracta; la teología política ante todo analiza, el desarrollo de estos conceptos por sí mismos a lo largo de la historia. La crisis de Weimar es una crisis de principios políticos, de filosofía política; de creencias, hasta por qué no decirlo de postulados. La preocupación de Schmitt es el liberalismo político en su defensa de la humanidad más que el papel del liberalismo político de oferta y demanda. Kelsen considera que la vuelta al poder neutral es una necesaria regresión a tiempos históricos donde el derecho como tal tenía que ser justificado desde el derecho natural como metafísica, lo cual era cierto también en la economía. Se desprende que la idea misma de reglar, economía, derecho y política por principios y no definir su conceptualización por definiciones como Persona, o Valor, tiene un impacto. Los positivistas, sean kelsensianos (positivistas) o Neoclásicos, es decir derecho y economía, tratan de formalizar para poder hacer instrumentos fiables sus especulaciones político económicas. Esto quiere decir que la burguesía alemana está dividida en dos, un sector liberal y un sector conservador. Schmitt intenta en el desarrollo del poder neutral crear una “revolución desde arriba” la modernización de Weimar por un principio político, la contradicción no es vista por Schmitt la innovación en la diferencia entre la antigua monarquía y el presidente plebiscitario en parte porque Schmitt asume que el principio de soberanía popular es el que se debe considerar irreversible no así, el sindicalismo o los partidos que se dieron por la historia alemana en particular, lo plebiscitario el pueblo antes que la clase es por mucho preferible. Todo poder indirecto podría ser eliminado; sujetado al Estado, dando al capitalismo una continuidad. Es evidente que la dictadura soberana leninista impone, la colectivización, la socialización de los medios de producción y la dictadura soberana. Un sistema completamente alternativo, el fin de la política, y el fin de le existencia del pueblo alemán como tal. Podemos considerar la originalidad de la concepción de Schmitt en la derecha alemana frente a otras alternativas puramente autoritarias. Schmitt plantea a las corporaciones dentro del Estado, que el paternalismo y el dirigismo económico se impongan- el Estado de Excepción. Esta valoración está dada por la misma idea de la producción la cual tiene una determinación fáctica en lo económico no se trata simplemente de la producción sino del reparto del beneficio económico final. La gran diferencia es que Schmitt considera que el poder neutral y el Estado tienen que a la fuerza estar por encima, un Estado por encima de las clases sociales, las confesiones, etc. La vuelta a Hobbes, aunque en una forma imposible. El combate de Schmitt contra lo privado encuentra su derrota en el capitalismo, su impracticable poder neutral demuestra la diferencia entre intuición y la realidad, Hindenburg fue un buen representante de los Junkers, incapaz de asumir el papel de la crisis alemana en torno a una crisis internacional mayor. Justamente Max Weber lamenta que Parlamento y Gobierno que las personas más excelentes para gobernar Alemania terminen trabajando para monopolios capitalistas donde su talento para liderar es más valorado que en el Parlamento y el gobierno en general.  

 

Argentina Crisis y transformación en 2001-2002-2003:

 

Argentina es una experiencia digna de ser comparada con Weimar por una multiplicidad de razones: una guerra, la guerra de las Malvinas tuvo un efecto similar al de la derrota alemana en la primera guerra mundial, deslegitimó el papel de las fuerzas armadas con la crisis del régimen. La consecuencia final del periodo militar argentino fue la bancarrota económica y la inflación razones por las cuales la democracia fue condicionada. El sindicalismo y las fuerzas armadas habían sido los poderes indirectos que  habían madurado bajo todos los autoritarismos anteriores- se habían demostrado desleales frente a presidentes como Frondizi e Illia. La hiperinflación había sido el antecedente de una de las reformas más importantes de la historia argentina que fue la de los años 90´- la privatización. La ley de Convertibilidad, tenía en sí misma un status casi constitucional, por las consecuencias para el ordenamiento jurídico y político en nuestro país, más cuando consideramos que los ahorros son una forma de propiedad y que está se encadena a procesos que tienen que ver con el orden burgués. La constitución protegía la propiedad- ideal liberal  además protegía la paridad cambiaria en cualquier momento y lugar, la defensa de la propiedad hacía que los particulares tuvieran la posibilidad de tener dólares por sus pesos, por hacer cualquier actividad económica y ahorrar en esa moneda si así lo deseaban. Considerando que la democracia se desarrollaba a la par de esta perspectiva, la democracia liberal en Argentina daba pie al mercado, aseguraba la libre participación política, y no consideraba que el Estado estuviera por encima de la propiedad privada o los derechos personalísimos que fueron puestos a la par. La constitución liberal de 1853, se le unían en calidad constitucional los tratados sobre derechos humanos.

 

Alfonsín, Menem y De La Rúa, llegan al poder en elecciones libres y democráticas. Estas son la esencia de sus decisiones políticas y económicas los actos del soberano son asumidos por todos como su responsabilidad en el sentido hobbesiano- lo que hace el presidente hace la sociedad, se considera que el estado es imparcial y que no está dominado por ninguna clase, grupo o corporación en particular. El Estado es la representación de todos los intereses bajo la constitución, lo cual es una definición del Estado de Derecho Liberal. El presidente tiene un gran poder en cuanto al ordenamiento de la vida económica, política, e incluso constitucional, la reforma de 1994 fue increíblemente ordenada con un acuerdo entre PJ-UCR. Se considera base: la Ley de Convertibilidad y la Constitución de 1853, es decir la independencia del BCRA (un poder indirecto para Schmitt) y las facultades delegadas en materia económica pero que eran factibles de sustraer por parte del congreso bastaban para poder garantizar la democracia, nadie ponía seriamente en tela de juicio su funcionamiento en cuanto a la legitimidad de origen. Había críticos pero estos criticaban las formas, y pocos ponían en tela de juicio la “constitucionalidad” de la Convertibilidad, o si había algún límite claro no electoral al presidente de la nación. Justamente por esto, Argentina estaba presa de una contradicción. Su democracia no tenía una alta intensidad pero se consideraba que se había superado en gran parte de la persecución política y que la libertad de expresión y política eran lo suficientemente amplias. En ningún momento a excepción de la Crisis de Semana Santa el país corría el riesgo en caer en la disolución y la anarquía. De la Rúa sería la excepción, no justamente por tener una crisis que no fuera posible de resolver, o mejor dicho por las expectativas que deposita en el presidente. La cabeza del Estado tenía que salir de una recesión económica, además tenía que lograr mantener su coalición y dependía de la buena voluntad de los sindicatos, cámaras empresariales, movimientos sociales, y hasta de la oposición en el congreso y del gobernador de la provincia de Buenos Aires Carlos Ruckauf. Duhalde es visto en esta perspectiva:

 

“Entendemos por salvataje, siguiendo al autor español Juan Linz, las operaciones de auxilio del sistema democrático presidencialista o parlamentario destinadas a evitar su erosión o derrumbe. […] El liderazgo presidencial de Eduardo Duhalde forma parte de un momento histórico y paradójico de la Argentina, porque teniendo en cuenta la experiencia ejecutiva y habiendo demostrado tener la fortaleza necesaria en las circunstancias de excepción que le tocaron vivir, sólo pudo ser el gobernante de la transición, un “piloto de tormentas” en la emergencia (Quiroga, 2005, 2010); por ello es que en este caso particular, se podría repetir aquella frase que dice “amarga es la gloria”.  (Baldioli, Leiras, 2012 ,240)    

 

En este sentido, el costo de la crisis económica iba en contra de la base de sustentación del sistema político, la tensión social se agudizaba. El presidente era cabeza del gobierno y protector de la continuidad del Estado. La salida de la convertibilidad se había convertido en un tema tabú, nadie creería que se podría gobernar sin ella pero las alternativas eran pocas. Hasta diciembre de 2001, la impericia del presidente condenó a su partido la UCR, a su persona, y al país al borde una anarquía. Esto en sí mismo no era lo peor, sino la ausencia de políticos que quisieran abordar la crisis seriamente, o que pudieran lograr por medios legales y extra-legales el orden, la represión por parte de las clases dominantes estaba garantizada y contó con 40 muertes como demostración del poder represivo del Estado pero la ausencia de control político se hacía evidente. Si el peronismo era la garantía del gobierno, ¿qué líder del partido podría llevarlo adelante? Rodríguez Saa fracasó, era el turno de Duhalde y de su fracción de la “burguesía nacional” pesificadora. Es evidente que este problema tiene todas las características propias del conflicto político, una decisión soberana no legal tiene consecuencias irreversibles en los efectos políticos y económicos. Recordemos que Argentina la constitucionalidad en última instancia depende de la Corte Suprema de la Nación. La “nueva Argentina” era por su naturaleza la misma que la anterior pero el peronismo tenía que dar el paso necesario para hacer factible la continuidad de la vida económica. El proceso conocido como “pesificación asimétrica”, implica la conversión de ahorros y deudas a pesos, yendo por encima de la propiedad y de otras las obligaciones que se derivan de ella entre particulares. Esto al determinar, la tasa de ganancia, el nivel de salarios y consumos, determino la vida pública de la nación. Duhalde, sin alterar la constitución violó el artículo 14 de la constitución. Siendo la propiedad la base del Estado Liberal, el Estado hizo transferencias arbitrarias. A esto hay que sumarle otros episodios de represión como el que derivó en la Masacre del Puente Pueyrredón, y el combate claro contra el movimiento político de los piqueteros los cuales eran un poder indirecto que estaba interesado en recibir del Estado beneficios que no estaban en relación a su representación parlamentaria. Se puede deducir entonces:

 

“Entre del “gobierno de transición” del Dr. Duhalde se destacaron la devaluación de la moneda, que dio fin a la ley de Convertibilidad, la pesificación forzada de los depósitos bancarios en moneda extranjera, y una gran distribución de planes sociales para atenuar los efectos de la economía en recesión que llevaba varios años y había incrementado la pobreza y la indigencia hasta límites nunca vistos en la argentina. Su plan económico denominada productivista, profundizado posteriormente a partir del año, permitió la recuperación argentina a partir del tercer trimestre del 2002 tras cuatro años de recesión. (Baldioli Leiras, 2012,231)

 

“De esta manera se estableció la llamada “pesificación asimétrica” por la cual las deudas con el sistema financiero fueron pesificacadas a razón un peso por dólar, pero los depósitos fueron reconocidos por las entidades financieras a razón de $ 1,40 =  U$S 1,00. La diferencia fue reconocida por el gobierno nacional con un bono que se entregó a los bancos para compensar esa asimetría […] generando una importancia licuación de pasivos de empresas, financiadas por el gobierno nacional. […]

 

Para evitar mayor desempleo y con el propósito de morigerar los despidos de personal, se implanto la denominada norma del “2 x1” a través de la cual si alguien despedía a un trabajador debía pagar el doble por cada año de trabajo el doble de indemnización con lo cual se hacía muy oneroso despedir personal. (Baldioli Leiras, 2012, p.232)      

 

Duhalde incluso modificó más leyes electorales condicionando el futuro del país, modificando el régimen electoral a raíz de la propia crisis de su gobierno permitiendo que el peronismo pudiera tener más de una lista. En 2003 la participación fue más alta que en 2001, por lo que se tomó que esto era un indicador de respeto por parte de la ciudadanía que una vez que eligiera presidente convalidaría, la decisión de Duhalde a nivel político, económico y social. La impunidad de Eduardo Duhalde, y lo arbitrario en su intervención pese a la delegación del Congreso son un tema llamativo. Una vez que esto ocurrió, la ley y el orden por parte del Poder Legislativo Nacional y el papel de Néstor Kirchner en reconstruir el poder presidencial pueden quedar en segundo plano. 

  

Conclusiones:

 

En el presente trabajo, tratamos de demostrar que el papel necesario en el orden estatal de un poder neutral con  representación de la esfera del Estado, ordenando a los poderes indirectos, en especial, en relación con la economía. Y tratar de analizar la crisis política desde el ángulo económico, como una consecuencia insalvable de la vida social, arroja una luz sobre el contra punto necesario de la especulación de teoría política y la actividad de la sociedad real y concreta. Tanto Argentina como Alemania de Weimar pusieron énfasis en salvar las crisis institucionales pretendiendo que existían instrumentos meramente políticos para poder resolver las crisis económicas. Esto es falso. Sí podemos decir que existe una teoría que trata de legitimar un orden político pese a la crisis política que se desencadena cuando la sociedad pierde una base de sustentación político económica.

 

Tomar la cuestión de la economía y suma una luz importante, es necesario que la política económica no sea vista simplemente como un aspecto institucional posible de racionalizar por el positivismo y tampoco caer en su opuesto una fuga meramente teórica sobre el papel político de un poder neutral que fuese capaz de ordenar el Estado y terminar por los conflictos por las capacidades que podría tener a priori. Duhalde ha sido el actor político despreciado, al ser el factor del orden político actual, no por su permanencia en él sino por sus consecuencias irreversibles, está es su diferencia con De La Rúa. La mala memoria es un síntoma de una mala interpretación de las elecciones del soberano en Estado de excepción, sus huellas económicas y políticas, sus consecuencias no legales, son indicio de lo contrario. Duhalde fue el “poder neutral” en la crisis de 2001, y su papel fue salvar a la burguesía argentina. 

 

 

Bibliografía:

 

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Baldioli, Amadeo, Leiras, Santiago, 2012, Capitulo V ¿El final de un ciclo? La presidencia de Eduardo Duhalde (2002-2003) Buenos Aires, Argentina, Prometeo Libros, 2012.

 

Marx, Karl, El 18 de Brumario de LUIS BONAPARTE, 2009, Buenos Aires, Argentina, Prometeo Libros, 2009.

 

Marx, Karl, Sobre la cuestión JUDÍA, 2004, Buenos Aires, Argentina, Prometeo Libros, 2004

 

Kelsen, Hans, Teoría Pura del Derecho, 1960, Buenos Aires, Argentina, Eudeba, 2008

 

Pinto, Julio, 2000, Carl Schmitt y la reivindicación de la política, Editorial Universitaria de la Plata, La Plata, Argentina, 2000.

 

Schmitt, Carl, 2011, Catolicismo y forma política, Madrid, España, Tecnos, 2011.

 

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Internet:

 

 

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Genoud, Diego. Carl Schmitt, El pensador Nazi que inspira a los Kirchner: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=92329

 

Ludueña Romandini, Fabián. Los fundamentos onto-teológico-políticos de la mercancía y el dinero. Una incursión a los orígenes de la religión capitalista:   http://conti.derhuman.jus.gov.ar/2010/10/mesa-38/luduena_romandini_mesa_38.pdf

 

 

 

 

 



[1] Carrera de Ciencia Política (UBA)