Revista Nº1 América Latina del Siglo XX "Repensando la década del noventa"

Resumen

            Menem asume su primera presidencia en 1989, sucediendo a Alfonsín en un contexto de grave crisis socioeconómica. El tipo de políticas que lleva adelante no se corresponderían tanto con la identidad peronista que ostentaba ni tampoco con la campaña que llevó adelante para consagrarse presidente. En el presente trabajo se analiza la campaña de Menem y sus primeros años en la presidencia, el tipo de proyecto que lleva adelante, los obstáculos y resultados producto de sus políitcas. Por último, se pretende desentrañar si el modelo neoliberal implementado fue producto de una gran estrategia o bien fueron políticas de respuesta a situaciones coyunturales.

Abstract

            Carlos Menem was elected president for the first time in 1989, succeeding Alfonsín in a context of acute socieconomical crisis. The type of policies carried away would not correspond neither wirh the peronist identity or the presidential campaign that allowed him to win the elections. Throughout the present work analyses Menem`s campaign, his first years in the presidency, the type of project implemented, obstacles and results of the policies. At last, it is intended to unveil whether it was all product of a grand strategy or a response to specific circumstances.

 

América Latina: “La primera presidencia de Menem: ¿Nace un peronismo neoliberal?

Por Alberto Fracchia

Introducción

            El estudio sobre la primera presidencia de Carlos Saúl Menem tendría importancia porque este líder impulsó una serie de reformas que cambiarían abruptamente el modelo de Estado en la Argentina. En este trabajo se demostrarían las características propias del plan de gobierno que lleva a cabo Menem al acceder a la presidencia, en  particular cómo fue que desde el peronismo se llevó adelante una profunda reforma del Estado con orientación al mercado. Como finalidad  me propongo a analizar el periodo que abarca la primer presidencia de Menem, no sin tomar ciertos elementos que formaron parte de su campaña electoral, recreando la coyuntura política, social, y económica bajo la cual se encontraba el país al momento que se llevaron a cabo las reformas estructurales de mercado. Como objetivo específico pretendo establecer si las reformas y coaliciones esbozadas por Menem fueron premeditadas o bien se fueron implementando dadas las circunstancias y los malos resultados obtenidos al comienzo de su gestión. Una vez presidente, Carlos Menem con hechos deshizo mucho de lo prometido en su campaña, que si bien estuvo basada en afirmaciones vagas, tampoco dejaba ver lo que se vendría; ¿formó acaso todo parte de una gran estrategia el presentarse como un candidato peronista más, con propuestas propias del movimiento para acceder al poder, y una vez allí llevar adelante el conjunto de reformas estructurales de mercado? ¿o bien fue la situación de crisis y una coyuntura internacional favorable lo que indujo a Menem a realizar dichas reformas tras el fracaso de sus primeras medidas de gobierno? 

Algunas consideraciones sobre el neodecisionismo

            Varios autores que han estudiado y analizado  el tema con anterioridad, coinciden en las condiciones de caos en las que se encontraba el país al momento en que Menem accede al poder, las políticas que éste lleva adelante para ponerse al frente de ese estado de emergencia nacional, el tipo de liderazgo ejercido y las alianzas que conformadas con sectores que históricamente habían sido enemigos del peronismo. Mi aporte a ésta cuestión consiste en hacer un seguimiento de los pasos que lleva adelante Carlos Menem desde épocas de campaña, analizar cuáles fueron sus propuestas, y luego una vez en el poder, realizar un análisis de sus primeras políticas y sus consecuencias, y su eventual giro hacia el neoliberalismo. Que fue aquello que Menem dijo haría y que termina por hacer, ¿se trató de un plan acabado o de puro pragmatismo? ¿Qué rol jugó en todo ello el tipo de liderazgo por él ejercido?

El Menem candidato, campaña a la presidencia

            Dado que una de las finalidades del presente trabajo consiste en analizar el giro hacia el neoliberalismo que toma el gobierno de Menem, resultaría pertinente retraerse a su campaña a la presidencia. A continuación se procurará una aproximación a la misma con el fin de extraer sus principales propuestas de gobierno para más adelante tener elementos que permitan realizar una comparación entre el plan de gobierno presentado en campaña y aquél ejecutado durante la presidencia.
           
            En la puja al interior del PJ, quienes se disputaban la precandidatura eran Menem y Cafiero. Según Waisbord durante la campaña “Menem utilizó elementos de nacionalismo, acusando a los opositores de tener contactos con fuerzas extranjeras, pregonaba el no pago de la deuda externa, el lanzamiento de un pacto social, la destrucción de la maquinaria partidaria, procurando una identificación de Cafiero con Alfonsín”1. Menem triunfaría en la interna peronista al derrotar a Cafiero en las primeras internas que celebraría el PJ.

            A continuación, la estrategia adoptada por Carlos Menem a lo largo de su campaña a la presidencia incluiría desfiles por distintos programas televisivos y el aún recordado Menemóvil, marcando un estilo muy diferente al de su principal adversario en las presidenciales, Angelóz. El candidato radical había tenido una exitosa gestión como gobernador en Córdoba, y presentaba un perfil más acorde al de un político tradicional. Afirmaba la necesidad de llevar a cabo privatizaciones y desregulaciones como remedios necesarios para mejorar la situación económica. Lo cuál deja en claro que buscaba distanciarse del oficialismo, es decir de Alfonsín.

            Para el momento en que Menem y Angelóz se perfilaban cómo los más firmes candidatos a acceder a la presidencia, la campaña del primero estaba centrada en el carisma de su figura, mientras que la campaña esbozada por Angelóz se centró en remarcar las contradicciones en las que incurría Menem.  De más está decir que en los discursos de Menem predominaron las ambigüedades en lo que hace a la manera en que llevaría adelante sus propuestas. Las Diez Reglas de Oro de la Revolución Productiva2, que podría considerarse plataforma de su proyecto, se limitan a un conjunto de deseos y declaración de principios más que propuestas concretas, a lo cuál debe sumarse su promesa de un “salariazo”.
           
            Finalmente las elecciones presidenciales consagraron a Carlos Menem como presidente de la Argentina, la fórmula que compuso junto a Eduardo Duhalde obtuvo un 47% de los votos frente al 37% de la fórmula Angelóz – Casella. Por lo tanto, el tipo de campaña basada en el líder carismático que encarnaba Menem, con una fuerte presencia en los medios, mensajes ambiguos, y una apelación directa a los votantes, había dado sus frutos. El 8 de Julio de 1989 Raúl Alfonsín le entregaba el mando a Carlos S. Menem, y si bien esto ocurrió en el marco de una democracia, en esos momentos se transitaba una delicada situación social.     

Menem Presidente, alianzas y estrategias de gobierno

            Al asumir la presidencia, Carlos Menem generó gran sorpresa en la Opinión Pública dada la coalición de gobierno que forma. Si bien es cierto que en  su campaña se percibió una considerable cuota de ambigüedad en lo que hace a la manera en que llevaría adelante sus propuestas, nadie pensaba en que formaría la coalición incluyendo a sectores que históricamente se caracterizaron por ser enemigos del Peronismo.
           
            Es preciso en este punto remitirnos al tipo de liderazgo que ejercería Carlos Menem como presidente, dado que constituye un elemento central que permitiría explicar su forma de actuar y la relación que establecería respecto a los otros poderes. Según Bosoer-Leiras Menem encarnaba “la llegada del caudillo restaurador-revolucionario y reinterpretado como el regreso a aquel papel histórico asignado al peronismo como mayoría natural y verdadera expresión del movimiento nacional, frente a la incapacidad de la democracia de partidos para resolver la crisis estatal.”3  Parte de esto se podría apreciar en el tipo de campaña esbozada por Menem, cuya estrategia consistiría en resaltar su figura frente a la estructura del partido. Éste conseguiría que el debate gire en torno a su persona más que a propuestas de gobierno. Una vez presidente, cómo se verá más adelante, éste concentraría el poder de decisión por encima de las internas de su partido, siendo él quién asigne la gran mayoría de cargos desde el Ejecutivo. Bosoer-Leiras afirman que “el modelo de gobierno de Menem tendría instalado al decisionismo como concepción de la gobernabilidad asentada en las prerrogativas y la performance de un Ejecutivo decisor, con prevalencia sobre los otros poderes, con sus respectivos atributos y funciones”4

            Es pertinente realizar una pequeña reseña acerca del escenario social, político y económico, en el que se encuentra el país al momento de la salida del gobierno de Raúl Alfonsín y el ascenso a la Presidencia de Carlos Menem. Fenómenos tales como la hiperinflación y el estallido social marcaron a fuego dicho período.  Alfonsín se alejaba de la presidencia con una desgastada legitimidad dado los fracasos obtenidos en el plano económico y la consecuente poca capacidad de frenar la disparada inflacionaria. Por su parte, Menem era presentado como el hombre que tomaría las riendas de la conducción del Estado y sacaría adelante al país.
           
            La salida de la crisis implicaba acción por parte del gobierno, Menem asumiría la presidencia unos meses antes a pedido del oficialismo que veía que la situación escapaba a su control. Cómo precondición para ello, Menem se aseguraría que la UCR apoye sus iniciativas al menos hasta que asuma el conjunto de legisladores, en su mayoría justicialistas, hacia Diciembre de 1989. Más adelante nos adentraremos en lo que fueron las leyes de Reforma del Estado y Emergencia Administrativa, sancionadas bajo éste marco.

             La afirmación de que la coalición establecida por Menem incluía a sectores tradicionalmente enemigos del Peronismo se debe al hecho de que entre sus ministros se encuentran representantes de grupos económicos multinacionales, y el apoyo que obtiene por parte de la Ucedé, partido de derecha liberal, se debe según Acuña a “la redirección en el modelo de acumulación que pretendía llevar adelante Menem”5. Dado el modelo pretendido Menem creía necesario obtener una cuota de confianza por parte de los grandes grupos económicos, y un gesto para conseguirlo sería el otorgamiento de un ministerio a un miembro de Bunge y Born.
           
            En sus primeros meses Menem consigue el aumento de Jueces de la Corte Suprema de Justicia de cinco a nueve miembros, por medio de un proyecto de ley, que contó con el apoyo del Congreso. Éste hecho daría lugar a controversias con el correr del tiempo, los fallos que los jueces propuestos por Menem sancionarían son objeto de debate hasta el día de hoy. El conjunto de Jueces nombrados por adquirían el rótulo de “mayoría automática” por el aval que darían a las políticas de reformas impulsadas por el gobierno, legitimando la concentración de poder que desde el Ejecutivo se implementaría.

            En el plano de la política exterior podríamos afirmar la adhesión del gobierno de Menem a lo que se denominaría “Realismo periférico”6. A grandes rasgos el Realismo Periférico comprende ciertos principios acerca de cómo debería ser la política exterior de un país periférico. En el caso de Argentina implicó una aceptación del liderazgo de los EEUU en la región y limitarse a confrontar con las potencias sólo en casos de perjuicio directo a los intereses del país. Ya en sus primeros meses de gobierno Menem dejó en claro que tipo de relación mantendría la Argentina con los Estados Unidos, y se vislumbraría una adecuación de la política exterior con los principios del Realismo Periférico. Esta voluntad de alinearse con los Estados Unidos implicó que la Argentina enviase tropas a la Guerra del Golfo Pérsico. Por lo tanto, en sus primeros años de gobierno comenzaría a desdibujarse la imagen que Carlos Menem había ensayado en su campaña a la presidencia, en la cuál se lo veía como abanderado de un proyecto de “peronismo nacionalista” que despertó dudas en el mundo entero, cuyas afirmaciones respecto a la cuestión Malvinas no descartaban la recuperación por la fuerza. Cabe destacar que la estrategia que se termina de adoptar bajo la presidencia de Menem respecto a Malvinas estaría siempre sujeta al Derecho Internacional, a lo que se sumaría el retorno a las relaciones diplomáticas con el Reino Unido.

            El rumbo adoptado en materia de política exterior en lo que hace a la relación con EEUU sería definido por el entonces canciller Guido Di Tella como de “Relaciones Carnales”, dado que se terminaba el período de conflictos con la potencia del hemisferio. Los gestos de alineación con EEUU no se limitaron al envío de tropas al golfo, sino también al fin del programa de mísiles Cóndor II, apoyo a la postura norteamericana respecto a Cuba y el retiro del Movimiento de países no alineados. Estados Unidos se convertiría en un socio privilegiado de la Argentina, y lo sería tanto bajo el gobierno Republicano de George Bush (padre) cómo el del Demócrata Bill Clinton.

Relación Menem - PJ y Sindicatos tras reformas y el definitivo encauce neoliberal del gobierno

            A comienzos del trabajo se realizó un análisis del tipo de coalición esbozada por Menem una vez que llega al gobierno. Queda en claro la existencia de una voluntad del mandatario de contar con el visto bueno del empresariado, y por ello encomendaría el rumbo de la economía al grupo Bunge y Born, en primer lugar con Roig y tras el deceso de éste a Rapanelli. Sin embargo, tras magros resultados en la economía, asumiría como ministro Erman González, quién había conformado el gabinete de Menem en la Rioja cuando éste se desempeñó en el cargo de gobernador. De todos modos, el recambio de Ministros en el área económica no implicaría salirse del esquema neoliberal.

            Respecto a la trayectoria de los Ministros del Gabinete, se puede observar que gran número de ellos carecían de una trayectoria al interior del Peronismo. Según Novaro y Palermo “desde la asunción de Menem el PJ ha visto reducirse su plantel de militantes y dirigentes voluntarios, destiñéndose más aún los rasgos característicos del movimiento de masas que alguna vez fuera. Y tendió adquirir otros, propios de un aparato profesional electoral integrado por operadores, empresarios de la política que administran recursos, trafican influencias y movilizan opiniones y voluntades según las necesidades del líder en cada momento.”7  Autores como Yanuzzi afirman que “una sociedad política estructurada sin la mediación del partido perdería una instancia organizativa necesaria para limitar el poder del estado y construir lo más genuinamente posible el interés común”8 .  Durante el gobierno de Menem se instaló una lógica antipoliticista, como ser el apoyo a candidatos a gobernador  tales como Ortega y Reutemann, procedentes de las esferas del arte y el deporte respectivamente. Si bien ambos se presentarían y triunfarían por medio del PJ, no contaban con una militancia en el mismo, y entre sus características personales se remarcaba como virtud su trayectoria pública cómo hombres ajenos hasta entonces a la política.

            En cuanto al Partido Justicialista propiamente dicho, en la interna de 1988 Menem había derrotado al máximo exponente de la conducción renovadora, Antonio Cafiero. Ésta corriente al interior del PJ tenía como objetivo democratizar al partido. Un ejemplo de ello fue el empleo de una interna por primera vez para dirimir quién sería el candidato Justicialista para las elecciones de 1989.  Dicha coalición Renovadora se disolvería más adelante dado que muchos de sus integrantes decidieron unirse al proyecto de Menem. Según Levitzky, “la subinstitucionalización del partido es tal que las reglas y procedimientos formales descriptos en la carta orgánica del PJ no se dan por definitivos, y muchas veces se los elude o modifica rutinariamente de acuerdo con las necesidades de la conducción”9 . Tal vez una de las razones por las cuales Menem logra llevar adelante con éxito sus políticas neoliberales se deba a dicha subinstitucionalización, que le permitió moverse autónomamente respecto a la conducción del partido. Por lo tanto, a pesar de que implementó un proyecto neoliberal, despertando críticas en otros sectores del PJ, fue exitoso en su cometido dado que desde la conducción formal no se tomaron las decisiones importantes. Esto nos remite nuevamente al perfil que tendría Menem como Presidente. Para Baldioli “Menem se presentaría como un elemento superador de la dicotomía entre peronismo ortodoxo y renovador, el neopopulismo que ensayó fue el aparecido en los años 80/90: antiestatista y promercado, por lo tanto neoliberal en lo económico, pero con sesgo conservador en lo político, recurriendo a los valores, a Dios, a la Providencia, inclusive a repatriar los restos tan temidos, tan odiados, tan queridos de Juan Manuel de Rosas, como prenda de reconciliación histórica, y para ensayar como en una obra teatral el más virtuoso nacionalismo, cuando al mismo tiempo estaba planificando y ejecutando las privatizaciones de las otrora preciadas empresas públicas.”10 Ésta comentario explica con gran claridad la ambigüedad que representaría Menem como figura política, capaz de ensayar un discurso típico de un proyecto nacionalista, pero en lo concreto su plan de gobierno consistiría en la liberalización de la economía y privatizaciones.

            Una vez que asumió la presidencia, comenzaría a ejecutarse la privatización de gran parte de los servicios públicos. Muchos de los mismos habían sido nacionalizados por el propio Perón. Ésta iniciativa le valió a Menem la oposición de sectores al interior de su propio partido, que no esperaban semejante accionar por parte de alguien del movimiento peronista. Para Gerchunoff y Torre “en el momento de su instalación en el gobierno, Menem se enfrentó a dos desafíos que lo empujaron a actuar rápidamente: un problema macroeconómico de crisis fiscal y un problema político de credibilidad”11. Esto se dio así en primer lugar por lo delicado de la situación económica en la que abandonaba Alfonsín el gobierno, y por otro lado por las promesas realizadas por Menem en campaña y el tipo de medidas que habría de adoptar. Previamente se mencionó el envío por parte del Ejecutivo al Congreso de las Medidas de Emergencia Económica, la cuál avalaría el congelamiento de los subsidios estatales por seis meses, y la ley de Reforma del Estado, que sería el marco para la privatización de las empresas públicas.

            Previamente fue analizado el perfil que presentó Menem cómo candidato y luego las relaciones que éste mantuvo con su propio partido. Sin embargo, como presidente también tuvo que lidiar con los otros poderes, tanto el Judicial como el Congreso. El proceder de Menem implicaría concentrar el poder decisorio en el ejecutivo, a través de un estilo decretista. Instalaría el uso frecuente de una herramienta, que se supone es de excepción, y que pocas veces había sido utilizada hasta entonces en gobiernos anteriores. Según Ferreira Rubio y Goretti prefirió gobernar discrecionalmente antes que “someter su autoridad a un Congreso que, por su parte, seguramente habría tratado y aceptado sus iniciativas considerando la distribución de fuerzas favorable al oficialismo”.12 Por lo tanto, se trataría de una forma de ejercer el poder, que nada tendría que ver con una falta de mayoría propia en el Congreso.

            En lo que hace a la relación con los Sindicatos, Menem consiguió aplicar exitosamente las reformas que impulsaba, y que perjudicarían los intereses de la gran mayoría de éstos. Resulta preciso aclarar que por diferentes causas, que se enumeraran a continuación, los sindicatos no contaron con la capacidad organizativa para defender sus intereses tal como ocurriría en el gobierno de Alfonsín. Por otro lado, muchos supondrían que bajo un gobierno peronista, movimiento basado en la defensa de los derechos de los trabajadores, no se obraría de manera tal que se favorezcan los intereses de los empresarios en desmedro de la clase obrera.
           
            Según Palermo Novaro “el plan de Reformas de Menem no encontró una oposición consistente y unificada en las organizaciones sindicales”13. Para estos autores se pueden distinguir tres sectores: En primer lugar están aquéllos del campo de la colaboración, que apoyaron a Menem desde la interna y buscaban obtener beneficios producto de la reforma. En segundo lugar identifican al campo de la negociación dura, cómo contrapuesto al primero, que no dieron no apoyaron ni confrontaron explícitamente con el gobierno de Menem. En tercer lugar, se agrupan los de la confrontación, que se opusieron formalmente a las reformas.
           
            Al analizar el estado de división bajo el cuál se condujeron los distintos gremios, al no lograr una respuesta unificada a las reformas que impulsaría Menem, no debe subestimarse la astucia política con la que se manejaría éste último. Según Palermo Novaro “ante la inminencia de las primeras privatizaciones se produjeron diversas protestas, ante ésta situación Menem por decreto estableció límites al derecho de huelga, amenazó con retener los fondos sindicales y una quita de la personería jurídica”14. Por lo tanto, a diferencia de lo que ocurriría con su antecesor, Alfonsín, quién mantuvo una difícil relación con el sector sindical dado que éste se encontraría reacio a aceptar cualquier medida del gobierno que afectase sus intereses,  Menem lograría ganarles la pulseada e imponer sus reformas. Tal vez esto se haya debido a la determinación que éste mostraría en llevar adelante su cometido, o bien pudo haber sido dado el origen peronista del gobierno que los sindicatos no lograron articular una oposición exitosa al conjunto de reformas.

            La fractura de la CGT ocurriría en Octubre de 1989, por un lado se ubicaría la CGT San Martín, que sería aliada al gobierno de Menem y por el otro la CGT Azopardo, que sería de índole confrontacionista. Ante ello, el presidente reafirmaba la férrea voluntad del gobierno de llevar adelante sus reformas, su determinación generaría desconcierto en el conjunto del movimiento obrero.

            Por otro lado es necesario considerar la situación financiera de los diferentes sindicatos, que dependían en gran medida del Estado para el financiamiento de sus deudas. Es bajo éstas condiciones que se dio una cooptación de diferentes líderes sindicales, que fueron incorporados al gobierno e incluso tuvieron una activa participación en el proceso de reformas, según Palermo Novaro “aquellos que se encontraban en el campo de la colaboración obtuvieron los mayores beneficios”15. De todos modos, no puede dejar de mencionarse el hecho de que la aceptación de reformas implicaba también ser partícipe de los programas de retiro voluntarios y despidos producto de la racionalización que tomaría lugar en las empresas.

Balance general de la gestión, políticas aplicadas y resultados obtenidos

         Desde el comienzo de su primer presidencia Menem había enviado señales al empresariado respecto del rumbo que tomaría su gobierno desde lo económico. No fue casual la entrega del Ministerio de Economía al grupo Bunge & Born, pero de todos modos ocurrieron sucesivos traspiés en materia económica, la alianza con Bunge & Born no sería muy prolongada. Para frenar la disparada inflacionaria Menem intentaría acordar con los grupos empresarios un no aumento de precios a cambio de frenar los incrementos en las tarifas públicas. En los primeros meses sería exitosa la contención de la inflación. Se daría comienzo a la instauración de una economía popular de mercado, que en definitiva implicaría para el gobierno de Menem alejarse de la coalición tradicional peronista, pero a su vez llegarían nuevos apoyos por parte de grupos históricamente enemigos del peronismo, como ser la UceDé de Alsogaray.
           
            La alianza con Bunge & Born se debilitaría dado que el ministro Rapanelli parecía dispuesto a implementar medidas contrarias a la voluntad del grupo empresario. La coyuntura económica en éste período implicaba un alto déficit fiscal que se pretendía reducir vía aumento de las tarifas públicas y de los impuestos a la exportación. Hacia Diciembre de 1989 renunciaría Rapanelli y sería el turno del riojano Erman Gonzalez en el Ministerio de Economía.  Según Acuña “las medidas adoptadas por el nuevo ministro implicarían la liberación de los precios, unificación del mercado cambiario (previamente había sido constituido uno oficial y otro libre), eliminación de regulaciones para la compra/venta de divisas, anulación de un previo aumento a las retenciones a la importación, etc. A todo esto se lo acompaño de un aumento de salarios dado que se esperaba un considerable aumento de la inflación”16. Hubo aceptación de las medidas por parte del empresariado, pero de todos modos la creciente inflación generó temor a que se llegue a un nuevo escenario hiperinflacionario. Entre otras medidas se aplicó el denominado “Plan Bonex” que consistió en reconvertir los depósitos bancarios de corto plazo en deuda dolarizada de largo plazo, generando malestar en aquellos ahorristas afectados. Se pretendió reducir la oferta monetaria y que las empresas compren Australes, como resultado se esperaba detener la escalada inflacionaria frenando el dólar. El déficit público se mantuvo en estos primeros meses de gobierno, se intentó aplacarlo generalizando el IVA y estableciendo recortes del gasto público, a su vez se privatizaron ciertos servicios públicos. Erman González se alejaría de Economía y pasaría a Defensa, asumiendo Domingo Cavallo en su lugar.
           
            Hasta ese momento Cavallo se había desempeñado como Canciller del gobierno de Menem. Sería con él al frente del ministerio de economía que se sancionaría la “ley de convertibilidad” que establecería el tipo de cambio de 1 peso a 1 dólar. Se sancionaron gran número de medidas de corte claramente neoliberal como ser la continuación de las privatizaciones, liberalización de los mercados, y flexibilización laboral.  Para Acuña17 los éxitos económicos obtenidos escondían ciertos problemas como ser una distorsión de precios relativos, siendo la inflación de los precios al consumidor mucho mayor que la de los mayoristas; también la tasa de cambio fija implicaría una sobrevaluación del peso y aumento de los costos domésticos en dólares; por otro lado el mantenimiento de la paridad fija necesitaba grandes ingresos de divisas y niveles de reservas;  y por ultimo para éste autor la combinación de bajas barreras arancelarias con una depreciación del dólar tendió a incentivar importaciones generándose un déficit en la balanza comercial, a lo cual se suma un tipo de crecimiento que no necesariamente acompañaría un aumento en el nivel de empleo.

            La manera en que se desarrolló el proyecto de privatizaciones merecería un trabajo aparte, pero de todos modos es preciso hacer mención a los elementos más relevantes del mismo. Corrales afirma que las privatizaciones en tiempos difíciles, dada la urgencia de vender, “conducen a errores técnicos, distorsiones, acusaciones de corrupción, y a al mantenimiento de normas que restringen la competencia en sectores privatizados...”18 y cita como ejemplo al caso Argentino con Menem como presidente. Hoy en día las críticas respecto al modo en que se condujeron las privatizaciones están en auge, la velocidad con la que se desarrollaron, denuncias de corrupción y de pedidos de coimas19, entes regulatorios creados con posterioridad a las respectivas privatizaciones, etc.

Conclusiones

            A lo largo del presente trabajo se procuró analizar en líneas generales cómo fue la carrera a la presidencia de Carlos Menem, y cómo una vez Presidente éste inicia un proceso de Reformas orientadas al Mercado. Los interrogantes que motivaron el desarrollo del trabajo eran acerca de sí Menem tenía pensado implementar su proyecto neoliberal desde tiempos de campaña o bien se arribaría a ello tras sucesivos fracasos. Ante ello, podría afirmarse que el proyecto neoliberal está presente desde un comienzo del gobierno de Menem, con la sanción de las leyes de Reforma del Estado y Emergencia Económica que operarían como base de su proyecto. De todos modos, ello no implicó que el modelo implementado fuese exitoso desde sus comienzos, y si bien se logró una relativa estabilidad en el mediano plazo, los costos permanentes de las reformas se sienten hasta el día de hoy. Los sucesivos traspiés y recambio de Ministros daban cuenta de la dificultades que enfrentaría el gobierno, pero éste siempre se manejaría en el marco de políticas neoliberales, con mayor o menor intensidad en diferentes períodos.
           
            Podría afirmarse que Menem supo desde un comienzo que se aplicaría un proyecto neoconservador, pero a fin de evitar la pérdida de apoyos antes de consagrarse presidente, optaría por una campaña en la que no se discutiesen propuestas, y que su figura acapare todos los debates. De ésta manera, con mensajes ambiguos y contradictorios, llegaría a la Presidencia. Una vez Presidente se pudo ver a un Menem dispuesto a todo por llevar adelante las reformas orientadas al mercado, sobrepuso exitosamente las resistencias ofrecidas tanto al interior de su partido cómo de sectores sindicales. La astucia con la cual se movió le permitió gobernar por sobre el Congreso y la Justicia y ser exitoso en su cometido.

            En cuanto a las consideraciones que pudieran emitirse respecto al apego que tendría Menem respecto a las políticas neoliberales, pienso que se trató en todo momento de una estrategia imbuida de pragmatismo. Aprovechó una coyuntura favorable para llevar adelante este tipo de políticas dado lo hondo que había calado la hiperinflación en el conjunto de la sociedad, todas las miradas apuntaban a un Estado ineficiente y deficitario. Ello daría pie  que se tomen las más drásticas medidas en nombre de la estabilidad. No sería inmediato el éxito, pero tras un tiempo se viviría un período de bonanza económica, y si bien Menem perdería parte del apoyo que había obtenido para llegar a ser Presidente, ganaría adeptos entre otros sectores de la sociedad.

            Considero el pragmatismo de Menem tal que en la campaña a la Presidencia habría sido capaz, y de hecho lo fue, utilizar cualquier argumento que le permita acceder a la Presidencia. Una vez Presidente se conduciría de igual manera, haciendo todo lo que fuera necesario para sostenerse en el poder, y a mi parecer ahí se encuentra la explicación a tantas contradicciones en las que incurriría. No presentaría un proyecto de país a largo plazo, la gran mayoría de las Reformas realizadas dependieron de la coyuntura existente, y quizá ahí podamos encontrar la respuesta a por qué los resultados visibles años después de las mismas muestren aumento generalizado de la pobreza estructural, desempleo, y un alto endeudamiento del Estado, siendo cuestionado tanto el modelo en sí cómo la manera en que se implementaría.

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Páginas Web

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1 Silvio Waisbord: “El gran desfile, Campañas electorales y medios de comunicación en la Argentina”. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1995. Pagina 41

2 Delegados Activistas y Afiliados de la Asociación Trabajadores del Estado En el Congreso de la Nación, en apoyo a la fórmula de la Esperanza: Menem – Duhalde: “Las 10 Reglas de oro de la revolución productiva”.

3 Fabián Bosoer y Santiago Leiras:”Los fundamentos filosófico-políticos del decisionismo presidencial en la Argentina, 1989-1999: ¿Una nueva matriz ideológica para la democracia argentina?”. En Pinto, Julio (comp.), Argentina entre dos siglos, la política que viene. Capítulo 2, Buenos Aires, Eudeba, 200. p. 42

4Ibídem, p. 45

5 Carlos Acuña: “Política  y Economía en la Argentina de los noventa”, en América Latina Hoy, revista de Ciencias Sociales, SEPLA, Diciembre 1995. p. 62

6 Acerca del realismo periférico véase Escudé, Carlos: “Realismo Periférico”. Fundamentos para la nueva política exterior argentina, Planeta. Bs. As. 1992.

7 Vicente Palermo y Marcos Novaro: “Política y poder en el gobierno de Menem”. Buenos Aires, Norma-FLACSO, 1996. p. 374

8 María de los Ángeles Yanuzzi: “La modernización Conservadora, el peronismo de los 90”. Fundación Ross. Rosario, 1995. p.186

9 Steven Levitzky: “Crisis, adaptación partidaria y estabilidad del régimen en la Argentina: el caso del peronismo, 1989-1995”. En: Revista de Ciencias Sociales N°6. UNQUI. Bs. As. 1997.p.110

10 Alberto Baldioli: “Neodecisionismo en América Latina: Entre la apatía cívica y la participación política. Argentina y Brasil (1989-2002)”. Disponible en http://www.rlcu.org.ar/revista/articulos.asp?numero=01-01-Octubre-2003. p.6

11 Pablo Gerchunoff y Juan Carlos Torre: “La política de liberalización económica en la administración de Menem”. En Desarrollo Económico, vol 36, N°143 (Octubre Diciembre 1996), pág 117.

12 Delia Ferreira Rubio y Matteo Goretti: “Cuando el presidente gobierna solo: Menem y lo decretos de necesidad y urgencia hasta la Reforma Constitucional (Julio 1989 – Agosto 1994)”. En desarrollo Económico, Vol 36, N° 141 (Abril-Junio 1996). P. 472

13 Vicente Palermo y Marcos Novaro: Op. cit., pp. 343 a 347

14 Ibídem p. 352

15 Ibídem p. 353

16 Carlos Acuña: Op. cit,. p. 64

17 Ibídem p. 69

18 Javier Corrales: “¿Contribuyen las crisis económicas a la implementación de reformas de mercado? La Argentina y Venezuela en los ´90”. En Desarrollo Económico, vol. 39, N°153 (Abril – Junio 1999) p. 12

19 Ibídem p. 28