RESUMEN
Bien merece la pena mencionar que los
orígenes del Chavismo provinieron de un discurso populista - demagógico, en
contra de las promesas incumplidas del bipartidismo adeco-copeyano que en aquel
entonces, entre las últimas cuatro décadas, se encontraban enfrascados en
dinosaurios políticos que no daban paso a las nuevas generaciones de líderes de
partido. Ese error de entonces costó y ha costado el chavismo en Venezuela, y
la destrucción de la democracia venezolana.
A través del presente trabajo
observaremos el escenario de nuestra castigada República de Venezuela.
ABSTRACT
In the origins of Chavismo there is a
populist and demagogic speech, as a consequence of the deception caused by the
unfulfilled promises of two-party system. During the last four decades Accion
Democratica and COPEI did not allow new political leaderships to arise. This
attitude resulted in Chavism and the destruction of democracy in Venezuela.
In this work we will observe the present
context in our long-suffering Venezuela.
LA TRAMPA QUE CAMINA
POR AMERICA LATINA. LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA.
Francisco Roberto García Samaniego.
“La conciencia del pobre es limpia;
sin embargo, se siente
avergonzado.
La humanidad no se ocupa de él. En medio
de
la multitud, en la iglesia o en el mercado...Se encuentra
tan
a oscuras como en una cueva o en un desván...
Lo
que ocurre es que nadie repara en él...
Ser
totalmente ignorado, y saberlo, es intolerable”.
John Adams. Boston 1851.
Bien merece la pena mencionar que los
orígenes del Chavismo provinieron de un discurso populistóide, demagógico, en
contra de las promesas incumplidas del bipartidismo adeco-copeyano que en aquel
entonces, entre las últimas cuatro décadas, se encontraban enfrascados en
dinosaurios políticos que no daban paso a las nuevas generaciones de líderes de
partido. Ese error de entonces costó y ha costado el chavismo en Venezuela, y
la destrucción de la democracia venezolana.
Desde allí el populismo venezolano basado en un líder anti-sistema y
sumamente derrochador de los dineros públicos, que a cambio del culto al
“jefe”, se propone una vuelta a una mítica edad de gloria, a los equilibrios
tradicionales alterados por la corrupción de los políticos, bajo reformas plebiscitarias
de participación. El culto al jefe, desde las perspectivas míticas, casi
religiosas, se presenta como un elemento indispensable para la comprensión del
populismo y su vertiente moderna, el neopopulismo. Va demostrando poco a poco sus orígenes
autoritarios en pro, del desdibujamiento del chavismo original que en nada
prometía una sociedad comunista.
Aunque también se debe destacar que los
aparatos verticales como los partidos están en crisis de allí, para Michel
Offerlé:
“el
elector quiere que se hable ¨verdadero¨, ya no se determina en función de las
grandes ideologías (¨los grandes mitos se acabaron¨), sino que sobre los
objetos de competencia y sobre las imágenes. Declarando se desconfianza hacia
los partidos, absteniéndose tanto frecuente como tácticamente, aceptando más
difícilmente el identificarse con un partido, aumentando la volatilidad de sus
opciones electorales votando por partidos ¨populistas¨, el elector significa
que los partidos se apropiaron indebidamente del monopolio de la representación
en el sentido de que serian incapaces de traducir y resolver las ¨verdaderas¨
preocupaciones de la ¨gente¨ y marchan según las encuestas y la comunicación”.
Sin
embargo, éstos no dieron una respuesta como agentes de transformaciones en el
marco del Estado asistencial y rentístico en Venezuela. Así;
“…luego
del debilitamiento del ciclo rentista cuya expresión simbólica fue el famoso
“viernes negro” del 18 de febrero de 1983, el orden populista comenzó a alterar
su lógica hegemónica. En la medida en que las demandas sociales crecían más
rápido que la capacidad del Estado para satisfacerlas -en condiciones de merma
de la renta petrolera-, comenzó un proceso de fragmentación de las identidades
políticas que, aunado al derrumbe ético del discurso e intenciones políticas,
socavó las bases de lo que hasta la primera mitad de la década de 1980 había
sido un exitoso orden económico y político. Que entre las décadas de los
ochenta y los noventa se fueron desgastando por la inmensa corrupción”.
Así
las cosas, Chávez Frías con su verbo anti-corrupción, anti-instituciones y
sumamente personal, accede al poder político del Estado legítimamente, por
demás en elecciones limpias en 1998, y que precisamente la democracia de
aquella época permitió con todo y sus deficiencias el triunfo del candidato del
Polo patriótico y del Movimiento Político Quinta República (MVR). De
ahí que surgiera la figura de un líder carismático, neopopulista y anti-sistema
a partir de un movimiento anti-partido, el movimiento bolivariano
revolucionario (MBR-200) para
convertirse luego en Movimiento Político Quinta República (MVR) que condujo a la victoria presidencial de
Hugo Chávez Frías gracias al voto popular en las elecciones del 6 de Diciembre
de 1998, capitalizando así el descontento popular por el fracaso del Estado
asistencial y rentístico, y por medio del voto castigo del ciudadano común
hacia los partidos políticos tradicionales.
Queda
claro que el crecimiento del movimiento asociativo, de los movimientos
sociales, de la sociedad civil, “permite renovar la agenda política haciendo
prevalecer nuevas reivindicaciones ya no materialistas (de clase) sino
post-materialista (Inglehart) y transforman los repertorios legítimos de la
acción política (Barnes y Kaase)”.
De hecho se crea un nuevo texto
constitucional en 1999, que en ninguna parte habla de sociedad comunista, ni
mucho menos de totalizar el poder en manos de un sólo hombre, con la risa
irónica de una Asamblea Nacional acéfala y un partido único MVR, porque para
aquel entonces, tan sólo contaba con cuatro diputados en la Asamblea Nacional
Constituyente de 1999, eran diputados de la oposición.
Pasados casi 14 años en el poder, (el
proceso del Chavismo, y luego de la Muerte de Chávez con Nicolás Maduro al
poder de forma ilegitima) desgobernando e incumpliendo como se sabía con sus
falsas promesas, entorno a la función de las instituciones democráticas en el
país, y de elección en elección, cinco elecciones presidenciales entre 1998,
2000, 2006 y 2012 (y una elección sobrevenida el 14 de abril de 2013) todas
preñadas del propagandismo presidencial más descarado en la historia política
venezolana del neopopulismo que desempeña en las crisis institucionales tras la
década pérdida en las oposiciones políticas sin brújula.
Sin embargo destacaremos las cuatro
elecciones presidenciales a continuación y dejamos por fuera las elecciones del
14 de abril de 2013 por presentarse fraudulentas e ilegitimas en cuanto a las
formas jurídicas y constitucionales que violentaron el grupo del Partido
Socialista Unido de Venezuela PSUV, para no perder el poder, luego de la muerte
de Chávez Frías: Veamos: En 1998, bajo la coalición del Polo Patriótico con en
MVR, Chávez obtiene su primera victoria presidencial con el 56,20% de los
votos, lo que significó 3.673.685 de ciudadanos, frente a su más cercano
contendor Henrique Salas Römer de Proyecto Venezuela con un 39,97% de los
votos. Además se debe destacar que dicho proceso electoral tuvo una abstención
de 36,55%.
Del año 1998, pasamos a las elecciones
presidenciales del año 2000 por designio de la Nueva Constitución aprobada en
1999, como la Constitución de la Quinta República Bolivariana de Venezuela para
relegitimar los poderes públicos y entre ellos el poder ejecutivo. Así las
cosas, en las elecciones de 2000 resulta de nuevo ganador Chávez Frías, con el
59,76%. En este proceso electoral, se presenta una división del Polo
Patriótico, en la figura de Francisco Arias Cárdenas, ex golpista y amigo de
armas de Chávez Frías para el año 1992.
Este último decide competir para las presidenciales y pierde frente a Chávez
con el 37,52% de los votos. Aunque se debe aclarar acá que pasados los años,
Arias Cárdenas regresa al proceso comandado por Chávez, para ocupar cargos
administrativos y en la gobernación del Estado Petrolero del Zulia. La
suspicacia política y por las repetidas tomas de posiciones de Arias Cárdenas
frente a los desmanes del desgobierno, hacen suponer que la posición tomada por
Arias Cárdenas en el año 2000 fue un plan político del proceso Bolivariano en
ciernes para excusar y dar una forma legítima de competencia entre diferentes
factores políticos.
Ya para el año 2006, Venezuela viene de
un proceso de suma confrontación política y económica que va agravando la
función administrativa de los poderes públicos claramente controlados por el
ejecutivo.
Sin embargo, para Luís Alberto
Buttó;
“En
este punto no puede soslayarse la nueva atribución otorgada a la institución
castrense en la Constitución vigente; a saber, participar activamente en el
desarrollo nacional; he denominado nuevo profesionalismo militar de seguridad
interna y desarrollo nacional populista y radical, el cual, en determinados
países en América Latina, se erigió corpus teórico justificado de la
intervención política de las Fuerzas Armadas. Sin entrar en detallar los
elementos explicativos de esta categoría de análisis, aquí debo decir que dicho
profesionalismo militar no es otra cosa sino la patente de corso esgrimida
desde el interior de los cuarteles por ciertos sectores de algunas Fuerzas Armadas
Latinoamericanas para proclamarse la elite con preferencia destinada a
controlar la maquinaria del Estado con sus respectivas naciones. La suma de
todas las modificaciones introducidas en el texto constitucional venezolano con
relación al papel de las Fuerzas Armadas en el contexto nacional, y las que de
esos postulados se desprendan y tengan por consiguiente que reflejarse en leyes
derivadas, obligan a pensar si no se está frente a lo denominado líneas atrás
como democracia armada, clara expresión de pretorianismo. En la equilibrada
respuesta a interrogantes de este tipo reposa el quid de la cuestión”.
Para
muestra un botón:
“A
todas luces la pobreza en Venezuela crece en forma sostenida con un importante
repunte a partir del año 2002 y paralelamente, el sector de los llamados no
pobres experimenta una franca contracción hasta tal punto que está 10 puntos
porcentuales por debajo de los pobres para el segundo semestre de 2003. En lo
que respecta a los pobres extremos lejos de minimizarse, este grupo se mantiene
casi en un porcentaje constante alrededor de los 20 puntos porcentuales; sin
embargo desde el 2002 comienza a experimentar un crecimiento por encima de su
umbral histórico de 20 puntos, al menos así lo reflejan los datos estadísticos
del Instituto Nacional Estadística e Informática”.
De
allí, promover la desinformación, promover, el auto censura que se está
llevando a cabo en muchos medios de comunicación, atacar las diversidades de
ideas como el debate claro y reflexivo para construir una verdadera democracia,
no el petropopulismo
mediático en el cual estamos inmersos.
De este modo el presidente de la República Bolivariana de
Venezuela demostró en ése entonces una intolerancia para con toda opinión
adversa a su gobierno. No en vano, en Venezuela se han producido distintos
enfrentamientos entre sectores, tales han sido por ejemplo, el paro nacional
del 10 de Diciembre de 2001 (sindicatos, empresarios y sociedad civil) con un
éxito del 90%, marchas del 11 de Abril y seguido golpe de Estado hasta el mismo
13 de Abril, con el regreso al poder de Hugo Chávez Frías, sucesivas marchas,
paro general en diciembre de 2002 de sectores obreros, patronales y de la
industria más importante de Venezuela petróleos de Venezuela, (PDVSA) hasta el
mes de febrero de 2003, con repercusiones sociales y políticas de gran impacto
nacional que ha provocado la aparición (en su momento) de una mesa de
negociación y acuerdos líderizada por César Gaviria Secretario General de la
OEA, más la creación en Washington de la Comisión del Grupo de Amigos Por
Venezuela de países como Brasil, Chile, Estados Unidos, México, España y
Portugal. Más las recomendaciones del Centro Carter,
que para ése entonces no dieron resultado alguno. Y la toma de las
instituciones y empresas del Estado a manos del gobierno como el caso de la industria
petrolera PDVSA, que pasó a ser la chequera personal del entonces presidente
Chávez para monopolizar la economía en un proyecto supuestamente socialista,
que en realidad buscaba el control total de los recursos de la cesta petrolera
en beneficio personal y de su grupo político claramente derrochador y
demagógico de los dineros públicos para mantener su poder en un neopopulismo
comandado en la administración pública por militares o ex militares.
Entre
tanto los resultados de 2006, le dan la victoria de nuevo a Chávez Frías del
62,84%, con la coalición política conformada por: MVR, Podemos, Patria Para
Todos PPT, Partido Comunista Venezolano PCV entre otros; Frente a Manuel
Rosales, otro antiguo gobernador del Estado Zulia, bajo la Unidad Nacional UNT,
Primero Justicia PJ, y los partidos del bipartidismo AD Y COPEI, con 36,90%. Con
un abstención de 25,3%.
En
tal sentido se debe, y en ése punto Offerlé es muy elocuente:
“Mesurar
todo lo que, luego que la competencia política es una competencia
interpartidista, ha podido modificar el equilibrio de los recursos entre los
competidores, entre los usuarios y los competidores (por ejemplo, la
profesionalización política, el aumento del costo de entrada en la competencia,
la mediatización de la competencia, el progreso de la escolarización, el
desarrollo de otros espacios sociales reivindicando el dominio de la gestión de
la agenda política). Lo que se llama ¨crisis de la representación¨ no
tiene sin duda ni la misma significación ni las mismas modalidades, ni la misma
realidad según los diversos grupos sociales. Si algunos tipos de relaciones
partidistas se muestras deslegitimadas, léase socialmente imposible,
guardémonos de profetizar su hundimiento irreversible”.
Así,
pasamos a describir el último proceso eleccionario presidencial del 7 de
Octubre de 2012, el cual vuelve a ganar Chávez Frías, con porcentajes de votos
del 55,07%, esta vez bajo el manto total de apropiación de los poderes públicos
en el ejecutivo y de suma personalización de la política en torno a la figura
del líder único del proceso Bolivariano, frente a su mayor contendor en 13 años
de gestión como lo fue para esas elecciones con Henrique Capriles Radonski y la
Mesa de la Unidad Democrática, MUD, más todos los partidos políticos de la
oposición, con un 44,31%. Y un nivel de abstención de 19,44%.
Si
bien se observa que la abstención va disminuyendo en los procesos electorales
presidenciales, se puede pensar a primera vista que Chávez es el líder
indiscutido en Venezuela. Pero el asunto se torna complicado cuando se
evidencia la toma de todas las instituciones políticas y económicas del país
por parte del proceso revolucionario bolivariano. Además, las instituciones
encargadas de velar por la imparcialidad del voto, el Consejo Nacional
Electoral (CNE) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), fueron y están
controladas, en su totalidad por burócratas al servicio del poder neopopulista
pretoriano en cierne en la nación. Además que los niveles de participación
aumentan es hacia la oposición, no hacia el proceso o, régimen chavista.
Ya
desde 1999 y hasta el año 2012, se han sucedido diferentes etapas en el proceso
de construcción de un nuevo sistema político por parte del gobierno de Chávez
con clara tendencia a la desgobernanza (mantenerse en el poder sin políticas
públicas claras y efectivas); por otra parte, ha demostrado una clara vocación
anti sistema democrático e incapacidad en lograr una Venezuela para el
desarrollo y la prosperidad de cara a las nuevas realidades globales del siglo
XXI. Por el contrario, ha basado su proyecto político en el llamado socialismo
del siglo XXI, no
cónsono con las realidades y sumamente excluyente; además de profundizar la
crisis en todas las instituciones democráticas bajo la égida de un sólo partido
político (PSUV) que
responde en exclusividad a los designios del poder hiper-presidencialista
militar instalado en el Estado. De allí que sostenemos su clara vocación a la
desgobernanza, conjuntamente con una propaganda política totalitaria que
controla la mayoría de los medios de comunicación de masas del país.
Y aunado a todo ello, se va conectando
con el obsoleto modelo cubano, que ha demostrado hasta el cansancio, como una
obsesión inviable comunistóide. El comunismo históricamente no ha solventado en
nada los problemas sociales, y el mal pretendido socialismo de atrasada, tipo
discurso de Chávez, demuestra una forma ideológica chavista y socialista del
siglo XXI sumamente excluyente al nivel interno en las políticas venezolanas.
Si bien el demagogo tropical
neocomunista, disfrazó su tórrido discurso en un neopopulismo petrodólarizado
por América Latina, se lanzó en ése tiempo a aún neocomunismo con el decreto
ley de 26 leyes, que ya el venezolano en diciembre de 2007 no le aprobó, (en la
reforma constitucional) y pretendió violentar la decisión del soberano. Por su
puesto, a Chávez y sus bufones, eso les importó muy poco, siempre y cuando sus
bolsillos estén a la par de los magnates de las sociedades del primer mundo, en
desmedro del mismo ciudadano proclive al chavismo, engañado por un provocador
de oficio.
De esta cultura dictatorial prefabricada
al modo cubano, Venezuela va en retroceso, y si bien lo que pretende el proceso
del desgobierno venezolano - cubano y anti-patria, impulsa ese neocomunismo
tropical de siglo XXI, bajo una confrontación hacia los empresarios y toda idea
opuesta a lo que fue su locuaz pensar, atacando las inversiones extranjeras,
agresivamente anti-país, e impulsando reformas políticas personales que
propician la continuidad de un Estado todo poderoso monopolista, (un
capitalismo de Estado) promoviendo de paso el poder totalitario, nada inclinado
a la tolerancia y respeto al Estado de Derecho que va frenando, y frenó de
hecho, el bienestar social en Venezuela en tan sólo un década.
Estos incongruentes de ideologías y de
políticas claras, han demostrado su incapacidad e ineficiencia en cuanto a
políticas públicas de todo tipo y además, con políticas económicas erradas que
demuestran, a lo sumo, el 46% de inflación, ya para el año 2013, la más alta
registrada en América Latina, reconocido incluso por los mismos entes
económicos del desgobierno. Crisis alimentaría en ciernes, crisis social
general, crisis bancaria, crisis en todos los sistemas de seguridad del Estado
aunado al despilfarro del petróleo por el mundo como una chequera personal por
parte del hiper-presidencialismo ahora en manos de un ilegitimo llamado Nicolás
Maduro como el heredero de Chávez, pero que desgastó en pocos meses la poca
popularidad que le dejó el difunto líder.
La
inconstitucionalidad Venezolana.
“Solo un pueblo
virtuoso es capaz de vivir en libertad; A medida que las naciones se hacen
corruptas y viciosas, Aumenta la necesidad de amos.
(Benjamín Franklin).
De lo explicado líneas arriba en
Venezuela, pesamos la mal llamada “reforma” constitucional de 2007 que no fue
tal naturaleza. Ni desde el punto de vista jurídico, ni mucho menos desde el
punto de vista de la política, cuando para ése año se impulsó por parte del
poder ejecutivo. Por ello, la proyección de un “nuevo texto”, (si a ése
proyecto se le pudo calificar como tal; en sus 33 artilugios) un proyecto que
promovió un apartheid político, social, cultural que violaba los
Derechos Humanos Fundamentales, e incluso, viola la Carta Democrática
Interamericana de la OEA, un proyecto totalitario que excluye a los mismos
“revolucionarios del mal llamado socialismo del siglo XXI”, y por si fuera
poco, pretendió tratar de destrozar toda posibilidad de una oposición
democrática en el país.
De forma irónica y cínica bajo los
mandatos de un sólo hombre se pretendió establecer una forma no política, ni
por tanto democrática de totalitarismo puro. ¡Qué gran mentira! Heinz Dietrich,
Eva Golinger, Atilio Boron y compañía, atrapados en sus intemperancias
ideológicas, teóricos - fantasmagóricos. Construyendo un discurso simplemente
antipolítico, un discurso de consignas, de retórica, de puras fantochadas
repetidas por horas y horas por el tan consabido neo-monarca latinoamericano.
Con sus feudos en Bolivia, Nicaragua, Argentina, Ecuador, Irán, Bielorrusia y
Cuba.
Incluso la idea de una ley absoluta,
buscando hacer tabla rasa con el pasado histórico democrático y cultural de
Venezuela y sus feudos, que se pretende en tiempos de globalidad política para
tratar en su mente tórrida, al mejor estilo de los comunistas de la Europa
Oriental, militarismos bananeros caribeños del siglo XX de crear un supuesto
“hombre nuevo”. Bajo una supuesta lucha “antiimperialista”. Cuando han sido los
dólares provenientes en su mayoría de EEUU en un 70%, lo que ha permitido la
bonanza petrolera y el despilfarro del proceso revolucionario en Venezuela.
Por ello, “la nueva constitución trampa”
que se pretendió en 2007 se deriva de una red de dependencias bajo el mandato
falso de una ley y un solo aparato dominante. Más y más Estado, menos y menos
ciudadanos. Pero seamos claros en algo, la culpa no sólo deviene del régimen, y
en ello soy enfático. La culpa también viene de unos polítiqueros de la
oposición que no están comprometidos con lo real. Muchos discursos bonitos en
los medios de comunicación y poca práctica de ayuda cotidiana en los barrios,
pueblos, entre otros muchos problemas como la inseguridad, la falta de empleo
etc. En defensa de todos; rojos, amarillos, blancos, verdes, ricos y pobres.
Veamos entonces los datos del declive
económico en Venezuela:
La
siguiente tabla describe el crecimiento o declive real de la economía:
Country
|
1999
|
2000
|
2001
|
2002
|
2003
|
2004
|
2005
|
2006
|
2007
|
2008
|
2009
|
2010
|
Venezuela
|
-7,2
|
3,2
|
2,7
|
-8,9
|
-9,2
|
16,8
|
9,3
|
10,3
|
8,4
|
4,8
|
-3,3
|
-1,9
|
|
Definición de Producto
Interno Bruto (PIB) - Tasa de Crecimiento Real:
Esta variable da el crecimiento anual del PIB ajustado por la inflación y
expresado como un porcentaje.
|
A pesar de todo algo si está claro,
estos neofascismo, tanto de la izquierda como de la derecha no predominan jamás
en el tiempo, porque están postulándose en una época en que los ciudadanos ya
no aceptan dictaduras, ya no mueren por ideologías y mucho menos se siente
motivado por el poder del Estado.
Por
ejemplo, el aumento de la deuda externa siempre en crecimiento, bajo la
revolución bolivariana, en miles de millones de dólares americanos es de:
Country
|
2000
|
2001
|
2002
|
2003
|
2004
|
2005
|
2006
|
2007
|
2008
|
2009
|
2010
|
|
Venezuela
|
32
|
34
|
34,5
|
38,2
|
32,51
|
33,29
|
41,51
|
35,63
|
43,33
|
47,35
|
53,58
|
|
|
Definición de Deuda
externa: Esta variable da el total de la
deuda pública y privada contraída con no residentes reembolsable en divisas,
bienes o servicios. Estas cifras se calculan al tipo de cambio corriente, es
decir sin tomar en cuenta la paridad del poder adquisitivo (PPA).
|
Podríamos
afirmar con toda claridad que la actual Constitución de Venezuela es una
constitución de tipo fachada. En la proposición de Giovanni Sartori, las
constituciones fachadas son tales porque toman la apariencia de verdaderas
constituciones:
“En
realidad son constituciones trampa. En lo que respecta a la libertad y a los
derechos de los destinatarios de las normas son letra muerta”…“El punto delicado no afecta a la caída en
el desuso de algunas disposiciones constitucionales debido a su anacronismo,
sino a aquellas normas que no han sido puestas en vigor a causa de una falta de
voluntad o inercia, del poder legislativo o del poder ejecutivo”.
En sí, estos anti-políticos primitivos
despolitizan la política. De hecho sin legitimidad, hablan y hablan sin efectos
claros, sin respuestas eficaces a las crisis reales. Son expertos en el
proselitismo político mediático, detrás de las dádivas del régimen más corrupto
de América Latina. ¡Tan sólo la punta del iceberg! Evidentemente la
inconstitucionalidad en Venezuela es promovida de manera sistemática desde 1999
con sus cinco poderes personales. Vulgarizados promoviendo el desgobierno. Es
decir, de la arbitrariedad en las instituciones inoperantes, nace una sociedad
despolitizada que fue la postura llevada a cabo por el extinto presidente
Chávez promoviendo la antipolítica.
De
allí, Ramos Jiménez enfatizó:
“Con
este objetivo, Chávez comenzó por asegurarse el control de lo que ha sido
descrito en la investigación especializada como el “latifundio mediático
gubernamental”, construido desde sus primeros años en el poder. Con ello, el
gobierno de Chávez asumió el control autoritario de la opinión pública,
conservando un mínimo de apariencia democrática. En palabras de Teodoro
Petkoff: “Chávez tiene un pie en el pedal de la democracia y otro en el
acelerador del autoritarismo, el autocratismo y el militarismo, y pisa cada uno
según el momento” (citado por Natanson, 2008, p. 194)”.
Si lo comparamos, se observa claramente
una forma de conducción autoritaria y que un día impactada por el nazismo,
Hannah Arendt, esa gran pensadora política judía de origen alemán que muy bien
explicó los orígenes de totalitarismo se anticipó al pensar explicando:
“Creo que el pensar como tal nace a partir de la
experiencia de los acontecimientos de nuestra vida y debe quedar vinculado a
ellos como únicos referentes a los que puede adherirse”…“En sí el régimen
totalitario, lo es, porque el que ejecuta las leyes y normas, las hace a su
modo y capricho personal y jamás rinde cuentas reales a los ciudadanos. Es
decir, los ve como masas, los tilda despectivamente, el “gran soberano” los
esclaviza e imprime el miedo poco a poco bajo el chantaje y la manipulación”.
Para el caso que nos ocupa; los compra a
punta de petrodólares, de cargos públicos altos, en donde las mieles del poder
seducen al más sagas tonto, pero maniatados a los designios del jefe, (que no
respetó institución alguna) y sobre todo, los termina ahorcando con el cuento;
de si no eres socialista (rojo – rojito) y si no estás conmigo no eres del
proceso, por lo tanto no eres Venezolano. Pero todos sabemos que la mayoría de
los burócratas del chavismo son la clase más interesada en el dinero y el poder,
que ha parido Venezuela de esa clase política detrás de los petrodólares.
De hecho, Castro
Leiva en, Para pensar a Bolívar escribió; de tal forma que la historia
patria se confunde con la historia y vida de Bolívar. Nuestro principal héroe
pasa a ser la patria misma, y sobre los venezolanos pesa, profundamente, el
parricidio cometido: Venezuela (madre) tiene a su padre (Bolívar) que muere
sacrificado (mártir) por el desprecio e ingratitud de sus hijos.
Asimismo en 1812, Bolívar en el Manifiesto
de Cartagena argumentaba, sobre las Repúblicas Etéreas. En la que
las instituciones son edificadas, sobre principios abstractos no racionalistas
muy alejados de la realidad concreta y de las necesidades de tiempo y lugar.
Es decir, el poder autoritario busca
controlar toda forma de libertad de expresión, todo entendimiento, toda
confrontación de ideas que no comulgue con la ideología llamada el socialismo
del siglo XXI. Simplemente, el poder ejecutivo; descontrola, manipula, corrompe
las conciencias. Desvirtúa el sentido de la democracia representativa que
significa el respeto por las leyes e instituciones establecidas en la
Constitución de una nación.
Lógico pensar que armando todo un
espectáculo en contra de los medios de comunicación en el país, el poder
ejecutivo sólo buscó opacar el pensamiento de los demás, y ello lo realizó con
el propósito de entronarse en el poder permanentemente. Mandar por decreto. Una
dictadura legalista-plebiscitaria. Pero legalismo hecho a la medida del
personalismo. No de un debate representativo plural.
Por lo tanto el conflicto de poder, lo
buscó confrontándose con algunos canales de Televisión como RCTV, GLOBOVISION,
para aniquilar la información y programas de opinión política, (deslinde de la
opinión pública) para buscar un culpable, que lo descomulgue de sus errores,
haciéndolo expiatorio por sus ineptitudes y desafueros en la conducción del
Estado.
En efecto, la hegemonía del régimen
controla el 85 % de las señales televisivas, a través de confiscación y compra
de seis canales, las radioemisoras de alcance nacional YVKE Mundial y la
oficialista Radio Nacional de Venezuela, la Agencia Bolivariana de Noticias
(ABN), tres mil radioemisoras comunitarias y alrededor de cien portales en la
red cibernética (Internet), según estudios del comunicólogo Adolfo Herrera de
la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ahora bien, acá no hacemos
referencia a la reciente venta del canal GLOBOVISION y la cadena CAPRILES para
mediados del 2013.
Por ello Antonio Rodríguez Vicens
concibe la prensa (libre, TV, Radio, entre más) como un contrapoder:
“Una
instancia libre para la crítica, la resistencia y el cuestionamiento al poder.
Al abuso y a la corrupción. A la mentira y a la injusticia. A la manipulación y
al engaño. La utilización de la prensa para servir a los intereses inmediatos
del poder (en cualquier momento y circunstancia) me parece un atentado contra
la libertad. Me desagrada la sumisión palaciega, empalagosa y complaciente, que
busca el acomodo y la moda. No sirvo para la alabanza y la apología a los
gobernantes y a las mediocridades de moda. Admiro y respeto a los
contestatarios y rechazo instintivamente a los serviles e incondicionales.
Creo, en fin, que un periodista, mientras más próximo se encuentra al poder,
más le pertenece y menos cumple su misión”.
Así las cosas, la verdad de los medios
de comunicación en Venezuela es su solapamiento y su autocensura para evitar la
mano dura, las multas y el cierre de estos. Pero la verdad de los medios
financiados por el Estado; es que el poder es personal, controlan, son
portadores de una sola voz, un solo pensamiento, una sola realidad política.
Y
todo ello en el marco de la antipolitica y el desgobierno.
“En
este sentido, si bien es cierto que toda gobernabilidad democrática asume retos
y problemas de mayor complejidad que la gobernabilidad populista, no lo es
menos el hecho de que la primera exige mayor visibilidad, reduciendo los
excesos que se originan en la manipulación y desinformación que promueven los
gobiernos autoritarios, siempre propensos a la arbitrariedad de su líder.
Además, la creciente desconfianza de los ciudadanos hacia la elite gobernante,
agudizó en la población la polarización y el enfrentamiento. En circunstancias
tales que los ciudadanos se ven en la necesidad de rechazar la irresponsabilidad
de quienes, habiendo sido elegidos para gobernar democráticamente, dedican la
mayor parte de su tiempo y actividad a la defensa de las posiciones adquiridas,
asegurándolas con los recursos obtenidos del poder”.
¿Camina
Venezuela hacia un socialismo del siglo XXI?
¿Castro – Chavismo? Sí, ¿Guevarismo –
Chavismo? También. Bajo el disonante marxismo comunismo del Siglo XX. Un salto
atrás. Volver al pasado para supuestamente crear el “hombre nuevo”. ¿Cuál
socialismo del siglo XX en los países con sistemas políticos socialistas -
comunistas de Europa del Este, Europa Oriental, en los países de América
Latina, o en los países de Asia o África fueron exitosos y mejoraron las
condiciones de vida de sus ciudadanos? La respuesta es clara: Ninguno. Y los países aún con esos sistemas
políticos totalitarios en píe, como Cuba, Corea del Norte, Bielorrusia,
Birmania, Irán, Irak, Siria, Costa de Marfil entre otros, (comunistas o
totalitarios) la pobreza hace estragos. Los presos políticos aumentan y las
libertades de expresión y la defensa de los derechos humanos no existe. O por
lo menos en poca medida. Ni hablar de la existencia de verdaderos partidos
políticos.
Pero la realidad dista un continente. Un
continente y una nación cada día más pobre y cada día más subsumido en el
atraso político, económico, cultural, familiar, moral, y de ello se siente en
nuestro ambiente un pesar bizarro, casi masoquista, un descontento general.
Por
otro lado, autores como Dalton e Inglehart entienden que los ciudadanos
demandan mayor acceso al proceso de toma de decisiones de políticas públicas
como consecuencia de la sofisticación de las habilidades políticas y de los
mayores recursos políticos disponibles (cognitive - mobilization).
Por
otro lado,
“investigadores
como Craig y Shmidt ponen el acento en la desafección política y la pérdida de
confianza (political disaffection) en las estructuras democráticas
tradicionales lo que lo llevaría a un deseo de controlar a los representantes
electos. Un tercer grupo considera que en realidad es una especie de falso
populismo (faux populism) en el cual los grupos de interés y los políticos
utilizan al referendo como una vía para obtener beneficios corporativos”.
Estas
sociedades bajo gobiernos del populismo, del misticismo bolivariano, en una
mezcla extraña con el socialismo-comunismo bolivariano del siglo XXI, y que se
manifiesta en la falta de operatividad y funcionalidad de la ciudad, se
inscriben en la segunda modernidad, o modernidad reflexiva provienen de la
deconstrucción teórica interpretativa del Estado-Nación proveniente de la
ilustración burguesa y del proceso de industrialización, para algunas, de
crecimiento para otras, y de marginación para las más pobres de las sociedades
y con altas tasas de inseguridad y violencia, como reinterpretación de aquellas
explicaciones que se presentan complicadas de comprender bajo los cambios,
tanto teóricos, como de vida cotidiana e institucional. Deviniendo en la anti-política
y el populismo simbólico en la redención de la patria y del héroe místico como
casi una religión ciudadana por parte del poder personal.
Y aunque muchos ciudadanos tratan de
hacerse los desentendidos, es decir, los locos, o los “pendejos”, (como
sabiamente lo expuso un día ése gran intelectual Venezolano Arturo Uslar Pietri)
todos siempre terminamos en la constante incertidumbre de un futuro mejor.
Simple; la inseguridad, el riesgo permanente, la ingobernabilidad pasada a
formar parte de nuestra cotidianidad, aderezada por discursos retóricos,
populistas cargados de odios innecesarios. Es decir, desinstitucionalización de
los patrones democráticos como forma de vida.
Asimismo se promueve el silencio que
será destructor de la libertad de expresión, un silencio que atacará la crítica
seria, ponderada, analítica a un régimen escasamente efectivo, conciliador,
promotor de tranquilidad, seguridad y sobre todo un régimen que promueve la
desconfianza en las instituciones. Promueve todo tipo de espectáculos para
hacer de sus funciones legítimas. Ése régimen lo identificamos con la
usurpación en el ejecutivo por parte del Ilegitimo Nicolás Maduro ya entrado el
2013.
Es decir, el Estado promueve la
inflación y la depreciación de la moneda venezolana. Con ello devalúa para
cuadrar las cuentas públicas en momentos históricos de altos precios del barril
de petróleo sobre los 80 y 110 dólares en varios años sin efecto alguno en las
mejoras sociales generales. En efecto, el desgobierno ha llevado acabo 5
devaluaciones de la moneda venezolana. Además de cambiarle su nombre del
Bolívar, (Bs.) a un nombre superficial, y por demás irreal del Bolívar fuerte
(BsF). En una reconversión monetaria para el mes de enero de 2008.
Digamos simplemente que el show
teledirigido que se pretendió llevar a cabo, por parte de unos pocos socava la
función deliberativa de la democracia, y la función de la economía, tanto en
los partidos políticos como instituciones reguladoras que funcionan como
puentes para la solución de los conflictos sociales, como de los profesionales
de la política y de los medios de comunicación en sus funciones públicas en
tanto formas expresivas.
Es más, el terrorismo desinformativo
(porque desinformar, es otra forma de terrorismo) se encarga de desfigurar los
hechos, de esconder bajo el ala de la verdad, o convertir a la mentira en la
verdad, todo para proteger y favorecer a los propulsores de la agresión,
satanizar a los enemigos y desfigurar personalidades con claros propósitos de
disentir y oponerse a una sola voz y pensamiento único. De hecho en las
democracias las consignas son: amigo –adversario. No, amigo - enemigo.
De hecho vale la pena extendernos en la siguiente
cita de cómo están corriendo las aguas de la despolitización entorno a la
democratización en América Latina en esa trampa que camina por el continente. Y
según Fernando Mires:
“Ahora
bien, lo que a primera vista llama la atención es que esa democratización
tiende a asumir la forma predominante de una democratización desde y por la
izquierda e impulsada por partidos que se dicen o son de izquierda. De tal
modo, la así llamada izquierda latinoamericana parecería a simple vista ser el
sujeto re-fundador en algunos casos (Chile, Uruguay) fundador en otros
(Argentina) o constructor (Brasil) de una nueva democracia”.
De estas tendencias políticas e
ideológicas tenemos no obstante:
“Una
segunda mirada que puede llevar a pensar que ese proceso de izquierdización
democrática que hoy tiene lugar no es tan simple, pues bajo el concepto de
izquierda se encuentran articuladas diferentes tendencias que no son siempre
compatibles; más aún: que son antagónicas entre sí. Si uno hace un recorrido
imaginario a través del mapa del continente, nos encontramos con tendencias
socialistas democráticas (Bachelet, Vásquez Tabares), movimientistas (Lula)
etnicistas (los movimientos indígenas de Ecuador y algunos de Bolivia)
etno-nacionalistas (Morales), populistas institucionales (Kirchner)
nacionalistas-democráticos (López Obrador) fascistas o fascistoides (Castro,
Chávez, los hermanos Humala), todas dominadas desde la óptica de sus representantes,
como “izquierda”. De ahí entonces que en América Latina es muy importante
pluralizar el concepto de izquierda: y si pluralizamos hay que afirmar: la
izquierda latinoamericana no existe; aquello que si existe son las izquierdas,
en todas sus diversas manifestaciones y colores”.
En
fin, para Álvaro Vargas Llosa en; El caudillo, el populismo y la democracia.
Concluye su análisis de la siguiente forma: “El libertador, un hombre de la
elite que creía en las instituciones oligárquicas y que pasó gran parte de su
vida procurando evitar la revolución social, es en la actualidad el icono del
populismo de izquierda. Debe estar retorciéndose en la tumba”.
Así, Bolívar ha significado según tesis de John Lynch;
“para los historiadores liberales fue un luchador que combatió la
tiranía. Los conservadores crearon a su alrededor un culto. Los marxistas lo
rechazaron por considerarlo el líder de una revolución burguesa. Aún hoy, Simón
Bolívar sigue despertando pasiones y motivando polémicas. De su figura se han apropiado
tanto los gobiernos como los grupos guerrilleros: su reciente encarnación como
el modelo de un populismo autoritario en Venezuela constituye una nueva
interpretación de su liderazgo que desafía a los historiadores a aclarar los
hechos”.
El dictador no es un
órgano, o una persona jurídica: es, in primis, una persona física. Lo que nos
lleva a la observación de que la personalización del poder es la característica
determinante de un sistema dictatorial.
(Giovanni Sartori)
De esa manera Venezuela va a un
precipicio del totalitarismo, un totalitarismo del siglo XXI con nuevos matices
que debemos explicar y que está buscando su “legitimidad” en una Constitución
que desde sus inicios no ha sido respetada ni puesta en práctica.
Como si fuera poco, el asunto gira
en torno al carisma del líder.
“De
entenderse por “carisma” la cualidad, que por extraordinaria (condicionada
mágicamente en su origen, lo mismo si se trata de profetas que de hechiceros,
árbitros, jefes de cacería o caudillos militares), de una personalidad, por
cuya virtud se considera en posesión de fuerzas sobre naturales o sobre
humanas, - o por lo menos específicamente extra-cotidianas y no asequibles a
cualquier otro -, o como enviados de Dios, o como ejemplar y, en consecuencia,
como jefe, caudillo, guía o líder”.
De hecho, la hostilidad del verbo
tórrido y del discurso leguleyo permite procesar la idea en la cual en nuestro
país el mercado de las ideas por parte del gobierno se encuentra totalmente
clausurado. Como clausurada se encuentra nuestra economía a causa de tanta
retórica intrusa y acusatoria de fantasmas ya enterados por la historia. Un
Morbo que de tanto irrespeto se transforma en una constante conspiración en la
mente de quien se le otorga la duda, para no decir su falta de toda capacidad
de gestión en el manejo del Estado.
Como resultado de lo anterior, en
Venezuela se recrudece la antipolítica, fenómeno inscrito en tipos de
desgobierno, en donde se niega todo consenso, y su distinción básica es el
antipluralismo. Actitud esta que por el desprecio a toda discusión política
racional coherente y de respeto a la autonomía de las instituciones, viola todo
fundamento jurídico. Es un lenguaje y práctica que no se adaptada a los
preceptos constitucionales. Además, de acuerdo con Seymor Martín Lipset son
“cualidades” inherentes a todo populismo autoritario, que valiéndose de su
poder carismático se propone desde el ejecutivo acabar con la mediación entre
el pueblo y la jefatura política.
Y como bien señalara hace ya tiempo ese
gran pensador español José Ortega y Gasset a sus suscriptores en su reflexión, La
democracia Morbosa en el Espectador: (1917) “La democracia, como
democracia, es decir, estricta y exclusivamente como norma del derecho
político, parece una cosa óptima. Pero la democracia exasperada y fuera de sí,
la democracia en religión o en arte, la democracia en el pensamiento y en el
gesto, la democracia en el corazón y en la costumbre es el más peligroso morbo
que puede padecer una sociedad”.
Comprender
la Antipolítica y Neopopulismo bajo el déficit de la democracia en Venezuela.
Ahora bien, desde 1993, se puntualiza la
anti-política con el gobierno de Rafael Caldera y su Chiripero, (Movimiento
político Convergencia) destruyendo su propio partido COPEI, así como pasó con
el declive por los tecnócratas con AD de Carlos Andrés Pérez II desde 1989 en
adelante y su desbarrancada. Desde 1998, la entrada en escena de un anti-político
de corte militar y con un discurso netamente vengativo, que generó el voto
Bronca, conllevando a un proceso de deslegitimación y retraso en las
instituciones democráticas del sistema político, que de elección en elección (18
hasta la actualidad 2013) ha llevado a la democracia venezolana a ser un
sistema plebiscitario en donde la política gira en torno a las decisiones de un
neopopulista militar pretoriano. Y para el caso de Nicolás Maduro a partir de
14 de abril de 2013, a un títere de los militares y del G-2 cubano. En
definitiva, no gobierna.
En el plano ideológico, se percibe el
aumento exagerado del conflicto, las retaliaciones y la destrucción de la
democratización en pro, de un personalismo institucionalizado bajo un sistema
constitucional trampa, dando píe, para que toda política decisional no pase a
ser debatida en la Asamblea Nacional, sino
única y exclusivamente del poder ejecutivo.
Del discurso Mass-mediático-carismático
se revela el anti-político, ambiguo y ecléctico, (la proposición por parte del
ilegitimo Nicolás Maduro al ¨gobierno de calle¨), en donde se nutre el
neopopulismo del discurso único del líder como encarnación de la voluntad
popular. En sí, es la plena violación a todo órgano legal e institucional en
pro de una sola voz, un solo pensamiento reivindicativo y falaz, aumentando así
el déficit de la democracia, llevando al manejo y conducción del Estado a
formas fascistas y totalitarias. En donde las decisiones de Estado y de
gobierno, pasan a manos del “líder” desestructurado la discusión; ciudadanos –
partidos; partidos - gobierno. En sí, propinando un duro golpe a la
democratización llevada a cabo desde 1958 hasta 1989, año de la primera
manifestación popular en contra de los partidos, y años 1992 y 1993, como
iconos del comienzo de la anti-política en Venezuela, y 1998 como la
manifestación popular bajo el uso del voto castigo en contra de la
partidocracia en los orígenes del proceso de retroceso de los patrones y formas
de conducción de la democracia hacia un neopopulismo pretoriano cabalmente
sostenido por los petrodólares.
De allí pasamos a ver cómo para Bernard
Crick, para pensar a la Venezuela actual en su clásico libro, En Defensa De
La Política, escrito en 1962, nos viene advirtiendo sobre el problema de la
anti-política, y el líder anti-político. Así, puntualizó: “Sólo los
regímenes anti-políticos intentan convencer al individuo de la necesidad
siempre presente de sacrificar su libertad de acción a favor de la
colectividad, o persuadirle de que la libertad no es la experiencia real de la
diversidad sino la euforia que se deriva de tomar decisiones correctas en buena
compañía. El problema de los hombres que renacen es que no suelen renacer
libres”. Y al anteponer la libertad de pensamiento en una única y exclusiva
forma política de pensar, se escamotea desde el régimen ilegitimo, y promueven
formas totalitarias de control hacia los ciudadanos. Es decir, el tal
socialismo del siglo XXI, solo es un discurso, y una forma fascista de control
a las libertades.
De
tal forma, para los líderes carismáticos: “no
existe reglamento alguno, preceptos jurídicos abstractos, ni aplicación
racional del derecho orientada por ellos, más tampoco se dan arbitrios y
sentencias orientados por precedentes tradicionales, sino que lo formalmente
son lo decisivo las creaciones de derecho de caso en caso, originariamente solo
juicios de Dios y revelaciones”.
Así
las cosas, “en toda dominación carismática genuina
la frase: “estaba escrito pero yo en verdad os digo; El profeta
genuino, como el caudillo genuino, como todo jefe genuino en general, anuncia,
crea, exige nuevos mandamientos”.
Por
tanto, El presidente venezolano en la década 1999-2012, basó el carisma
personal haciendo uso desmedido de la propaganda. En tal sentido, Roviggati
define de la siguiente forma la propaganda:
“En
sustancia, es el arte de hablar a los que no pueden o no quieren expresarse. Es
el arte de penetrar, superando prevenciones y prejuicios erigirse como cortinas
de hierro, recurriendo aun a los sentimientos, a la fantasía, a la
emotividad”…” Lenin decía: lo más importante es la agitación y la propaganda en
todos los ambientes populares”…”Según PacKard, es manipulación dirigida a
influir sobre nuestra conducta. Es también signo de acción de masas, para
encauzarlas por los derroteros políticos y económicos útiles a los sistemas de
gobierno, a los partidos u organizaciones políticas. Hitler utilizó esta forma
de manipulación, para enardecer a los alemanes contra los judíos, para
justificar o explicar sus propósitos expansionistas; se usa hoy para
desprestigiar ante las masas a los enemigos políticos o a los rivales
comerciales”.
Y para René Antonio Mayorga, precisa que el núcleo de la anti-política, “es
una política electoral llevada a cabo por actores ajenos al sistema partidario
-los outsider- que compiten en el juego electoral con recursos sacados del
arsenal de una crítica radical contra los partidos y las elites políticas
establecidas”.
Es
decir, y como bien lo analizó décadas atrás Carlos Santiago Nino,(1943-1993)
que defendió en la Argentina de las masivas violaciones de derechos humanos
producida durante la última dictadura militar (1976-1982) durante el período
del primer gobierno de transición democrática del Dr. Raúl Alfonsín
(1983-1989), de los Derechos Humanos tras el abuso propinado por la dictadura,
se preguntaba con gran preocupación: “¿Qué principios morales y realidades
prácticas debe considerar el régimen sucesor en el intento por hacer
responsable a un régimen anterior por violaciones de los Derechos Humanos?”.
Esa pregunta se nos presenta de suma vigencia; y la cual debemos irnos
preguntando para el futuro de la función de la democracia en Venezuela a raíz
de las repetidas violaciones a los Derechos Humanos, más las prácticas de
confrontación social, corrupción e irrespeto a muchos de los preceptos
jurídicos, condicionados por el abuso, y sobre todo las persecuciones
políticas, violación a la propiedad privada, así como el socavamiento
progresivo a las libertades de expresión por parte de los gobernantes actuales.
En efecto, en la teoría constructivista
de Nino, los Derechos Humanos devienen como formas de convivencia en tres
principios básicos sobre los cuales se está de acuerdo en todos los documentos
internacionales en las democracias occidentales. Ellos son: El principio de
autonomía, la inviolabilidad y la dignidad humana de todo ciudadano
independientemente de su condición social, religiosa o política. Lo que da como
condición la creación de una sociedad más justa y equitativa. En donde los
Derechos Individuales y Colectivos son respetados, tanto por los gobernantes como
por los gobernados. Así se evita el aumento de la injusticia social.
Dado el estado de confrontación
permanente entre los detentadores del poder en Venezuela, se palpa por parte
del régimen militarista y autoritario la no aceptación a toda diversidad de
pensamiento. Por ello, atacó discursivamente, encarceló, dividió, y expropió
centenares de empresas privadas. Entre tanto, se observa el aumento del uso
coercitivo del poder político que se aplica para forzar a un grupo de personas
a realizar algo contra su propia voluntad que beneficia a otro grupo reducido
de personas que se beneficia por ello.
De modo tal que el objetivo de las
democracias como sistemas de gobierno, se basa en que las decisiones colectivas
sean tomadas y respetadas por las instituciones políticas, cuya base
estructural, su composición y prácticas, traten a todos los miembros de una
comunidad como individuos con igualdad de derechos, consideración y respeto. Es
decir, la democracia promueve el consenso y la diferencia, que busca la persecución
de un balance, siempre problemático, en las relaciones de poder, sin afectar de
modo general el pluralismo competitivo.
Asimismo en donde no existen esas
condiciones, no existe democracia, y cuando los preceptos básicos de está son
atacados desde posturas autoritarias, los Derechos Humanos caen en desuso.
Porque la igualdad de estatus para los ciudadanos en el sentido político, desde
la entrada al poder de Chávez no se percibe en la construcción social.
Así, para Stephen Holmes; “una
constitución debe simultáneamente prevenir la tiranía y la anarquía, o debe
permitir que el gobierno gobierne a los gobernados pero sin abusar de su poder”.
Y como vivimos en un Estado Insolvente e irrespetuoso con su Constitución, y
los Derechos humanos y la propiedad privada no se respeta, da un traspié en la
construcción y continuidad democratizadora que se emprendió en aquel pacto de
Punto Fijo para la gobernabilidad democrática en 1961 con la Constitución de la
IV República. Es decir, desde 1999 con la entrada en escena de la Constitución
Bolivariana de Venezuela de la V República, se burló de manera descarada de 40
años de democratización social, independientemente de los errores políticos de
los partidos políticos de entonces, hayan cometido.
En
fin, la alternancia política es atacada desde el ejecutivo, principio esencial
e irrenunciable de todo régimen democrático. Se pretende una sociedad
“socialista” para el disfrute de los detentadores del poder a costillas de la
pobreza generalizada. Se asaltan, bajo una supuesta justicia social que no es
tal, la propiedad privada y como colofón, la oposición en todas las regiones de
Venezuela, se la pasa en busca de dádivas del Estado sin pensar en la grave
situación que se plantea en la actualidad con el proyecto de resentimiento que
trae el mal llamado proceso de milicos y corruptos, de hacer de esta nación, un
país de pobres, de irracionales en el poder, que a toda costa y desvirtuando el
sentido esencial de la democracia, mantenerse en el poder. Ello, ya de por sí, viola
todo derecho fundamental. Por ello, mientras la oposición no reaccione y se
una, en una sola voz, (lo están logrando en gran medida a partir de 2010 con la
conformación de la MUD) Venezuela se perderá en el trasnocho Castrista, se
atrasará más en la historia bajo la economía cooperativista, para dar paso al
peor gobierno, el peor populismo, el peor “socialismo” de nuestra historia
republicana. Porque si algo debe quedar claro es, que el ataque del mal llamado
socialismo del “siglo XXI” es a el sistema republicano, más no como tal a la
democracia.
La Venezuela de
la última década viene en franco declive en sus instituciones políticas, y ello
se desprende de un liderazgo de tipo personal proyectado desde el ejecutivo. En
tal sentido Ángel Oropeza y sus colaboradores han estudiado el fenómeno de la
sumisión desde varias disciplinas, en especial desde la ciencia política, la
historia y la psicología política, para explicar las actitudes del ciudadano
venezolano con respecto a sus formas de participar, y se visualiza una cultura
política de dominación.
Por ello, para A, Oropeza, “la sociedad
venezolana ha ido aceptando un proceso de dominación que contraviene los
valores que, supuestamente han servido de fundamento a nuestra idea de nación a
saber: libertad, democracia, alternabilidad en el poder, división de poderes,
institucionalización de las fuerzas armadas, etc.” Del fenómeno Chávez como lo han denominado
ya muchos especialistas en la materia, se busca explicar el por qué un
personaje de corte militar ha trastocado las instituciones de la democracia
venezolana, aunado a un cambio radical en las formas de hacer de la democracia
como forma de vida ciudadana, en donde se pretende, por parte del liderazgo
personalista avasallar hasta los componentes de la vida privada de los
venezolanos en un proyecto desmitificador de la historia patria.
Por lo tanto, nos anuncian en tan
excelente análisis que: “nunca como ahora los mecanismos democráticos habían
sido manipulados tan hábilmente para desmontar la democracia misma”. Si bien el
análisis busca comprender cómo de una democracia de partidos y de instituciones
democráticas estables en Venezuela, se pasó a un declive como el que se viene
manifestando, parte de una tragedia nacional. Es decir, “que democráticamente estamos
construyendo una tiranía en la que las instituciones, la división de poderes y
los sistemas electorales confiables se han desmontado de manera lenta, pero progresiva
y sistemática”. En nuestro devenir histórico en épocas conflictivas sigue
presente ese cesarismo democrático (la mano dura, el caudillo de
siempre, en contra de toda institucionalización como componente rutinario de
nuestra cultura política) que en su momento analizó Vallenilla Lanz, en su
célebre obra el Cesarismo Democrático.
Es decir, todo el poder para el líder en
contraposición de estructuras partidistas sólidas. Que precisamente por la
crisis de los partidos políticos tradicionales (en la década de los años 80 y
90 del siglo XX) se pasa a formas anti-partidistas de manejar la democracia y
sus instituciones como componente anti-político en liderazgos personales de
corte militar.
Sin embargo, A, Oropeza destaca que la
dominación y la sumisión, no son conceptos equivalentes. Así, “el primero
supone la posibilidad permanente de la coacción física, y necesita del
monopolio del ejercicio de la violencia y la fuerza. La sumisión, por su parte,
implica una actitud psicológica de entrega y alienación, aún en ausencia de la
fuerza física, y en ocasiones sin que haya conciencia por parte de la persona
de estar en tal condición o situación”.
Si bien es cierto, el análisis de la sumisión chavista parte de, “un proyecto
de dominación donde coexisten elementos fascistas, militaristas y estatistas,
adornados por arengas y argumentaciones de inspiración marxista”. En este
sentido se da con una tipología de los sumisos Chavistas en Venezuela
destacándose: 1-los oportunistas de ocasión; 2-los nostálgicos de la Venezuela
heroica; 3-los ingenuos; 4-los aduladores de charreteras; 5-los viudos de la
izquierda Bolchevique; 6-los revolucionarios de buena fe; y, 7-los que
necesitan ser mandados; “ordene comandante, yo no soy nadie, yo estoy aquí
para servirle”. Por su puesto el declive de la voluntad de muchos da píe,
por los altos niveles de desconfianza en los políticos a formas plebiscitarias
dentro del manejo del Estado, y de allí, bajo un discurso de igualitarismo
fundamentado en un paternalismo de Estado que deviene por el claro declive en
la confianza interpersonal. Que da como resultado liderazgos de corte
populista.
Pues bien, dadas las condiciones para el
chavismo, la democracia se asume de manera vertical. En donde las rendiciones
de cuentas hacia el ciudadano no se visualizan, más un clima de tradición ideológica
tórrida leninista y Ceresoliana, con un
líder fuerte, único, que se piensa insustituible precisamente por la casi total
destrucción de formas partidista de organizar la sociedad. Sin controles ni
contrapesos a su poder. Así el asunto se plantea cómo la Venezuela de Chávez a
partir de 1998, desde su postura autoritaria, la cultura política de los
venezolanos es sin duda su carácter dinámico y cambiante, que en la tesis de
Richard S. Hillman se presenta como una sociedad paradójica. Sociedades
sumisas.
Asimismo en la misma línea discursiva
Axel Capriles M. analizó; “La obediencia patológica”. En esta sección del
ensayo se analiza desde un punto de vista histórico, cómo en Venezuela, “todas
las revoluciones han prometido convertir al pueblo en fuente de soberanía y de
poder. La revolución azul, la revolución de abril, la revolución legalista, la
revolución liberal restauradora y la revolución bolivariana”.
Evidentemente se pretende por parte de
toda revolución totalizante el método de la agresión desde los gobernantes
hacia el “pueblo – masa”. Es decir, “el método de la agresión es una
herramienta de control social, la técnica de dominio predilecta de los regímenes
totalitarios. El fundamento psicológico de estos regímenes es el miedo,
procuran atemorizar a la población para someterla y obtener su obediencia”.
Todo ello se refuerza en buscar las
potencialidades del resentimiento social por las crisis sociales. Así el miedo
como mecanismo político, de control y obediencia que se basa en el engaño, en
la manipulación de las emociones proyectadas en discursos, en la limitación de
la información, en las bases de la ignorancia, “todo lo cual facilita la
manipulación emocional de construir enemigos y concentrar la lucha en su
enfrentamiento, dando la sangre y el alma para orgullo de un solo “héroe”. Y
esto tiene su contrapartida en asignarles a las expresiones de temor un
componente de deslealtad. Traición o de disenso”.
En tal sentido para entender el
sectarismo político en el cual corre algunas proto-democracias en el caso
venezolano de los últimos años, basta el análisis sobre el “sectarismo
político” de Franzel Delgado Senior que pone en claro, cómo las estructuras
mentales de las sectas políticas dan paso a la destrucción de la convivencia
democrática. Veamos entonces algunas de sus características: a) sumisión
incondicional a un líder, a quien se le debe sumisión absoluta, pues se
considera predestinado a cumplir una misión que solo él puede lograr; b)
anulación a toda crítica interna y externa desdeñando el pensamiento plural. Es
decir, confrontación permanente por parte del líder a todo opositor; c)
persecución de objetivos económicos enmascarados bajo una ideología, destinados
sólo a reforzar el poder del líder; d) fabrica de palabras, frases y consignas
para descalificar a quienes no pertenecen a la secta, a quienes se consideran
inferiores; e) uso de algún color y vestimenta particular para identificarse y
darse fortaleza de grupo; Y por último, prohibición de abandonar a la
organización, y quien lo hace, es severamente penado. Tildado de traidor.
En efecto, y para el padre Alejandro
Moreno en: ¿sumisión política versus liberación popular? Destacó: “cuando la se
presentó como un proceso fundamentalmente político, la gente del pueblo no
opuso resistencia, pero cuando se convierte además en cultural, en una suma de
política y cultura, cuando amenaza realmente con ser represivo a fondo, hasta
lo más personal de las posesiones y de las prácticas de vida cotidiana,
cualquier movimiento en contrario se puede producir. No sabemos ni cual, ni cómo
será, porque no tenemos antecedentes históricos de respuesta netamente popular
a pretensiones como éstas, pues tan clara y profundamente contrarias al
mundo-de-vida del pueblo no se habían presentado”.
Asimismo se comprende; con la revolución
no se negocia, no se dialoga y no tiene resultado el ser vivos. La revolución
socialista es mucho más implacable que todo lo hasta ahora experimentado.
Fundamentalmente estas formas mesiánicas
totalitarias en “las conclusiones no sumisas” de Ángel Oropeza; “la clase
política hegemónica, y en especial su caudillo, han sido muy hábiles en ir
reforzando paulatinamente aquellos componentes culturales psicológicos de
nuestra alma colectiva que propenden al autoritarismo y la sumisión. Esta tarea
además ha sido adecuadamente acompañada por el uso inteligente del miedo, el
resentimiento y el odio, como argamasa sobre la cual se construyen, las razones
y justificaciones de sometimiento”.
Y
para precisar el debate, hace uso del concepto de política en mayúsculas y de política
en minúsculas. Es decir, en la hipótesis de Adrian Lefwich; la política en
minúsculas; una actividad específica, y la política en mayúsculas una actividad
académica concerniente al poder político en la vida social. De hecho,
descubrir, comprender e interpretar las funciones de la actividad política como
instrumento de poder es la función de la política en mayúsculas.
De
manera frontal y sin ambages, en América Latina los anti-políticos los vemos
en: “los Chávez, Gutiérrez, Humala, Morales y Correa como los componentes de la
antipolítica latinoamericana reciente”.
Lógico
pensar que estos neopopulismos de transición son liderazgos plebiscitarios que
se basan en la política del resentimiento. De hecho, el resentimiento social
usado por estos liderazgos en una mediatización de la vida política, en donde
el rol de la prensa escrita, radio, televisión en las estructuras de poder nos
da, la política de espectáculo.
Si
bien es cierto, bajo la misma tesis de Sartori el problema de la democracia,
es decir, ¿cómo es que el dominio de la mayoría acaba por ser el gobierno de la
minoría? Por su puesto la tendencia del declive duopolio partidista de AD y
COPEI en Venezuela van corriendo hacia posturas que en la tesis de Guillermo
O´Donnell viene advirtiendo en su hipótesis de la democracia delegativa; una
clara personalización del poder.
En
consecuencia, “la política del neopopulismo también se concibe ella misma por
encima de las diferencias de partido y de las ideologías”. Así, se viene estableciendo un liderazgo
popular mesiánico, y con la tesis de Michael Oakeshott sobre la política de la
fe, y la política del escepticismo, entendida la primera como el acto de
gobernar; como una actividad ilimitada de gobierno en sus actores, que se
presenta como omnicompetente. La política del escepticismo se produce en
condiciones de excepcionalidad en épocas de crisis.
En
definitiva en un texto reciente de la investigadora norteamericana Marina
Ottaway se detiene en el estudio comparado de los gobiernos de Egipto,
Azerbaiyán, Croacia, Venezuela y Senegal, para los que utiliza la categoría de regímenes
semi-autoritarios”. La autora sostiene que tales gobiernos no constituyen
democracias imperfectas ni gobiernos de transición a la democracia, sino,
híbridos, que no permiten la creación de condiciones para el funcionamiento de
una genuina política democrática. Trátese de gobiernos organizados y estables
que, guardando la forma democrática, ocultan su comportamiento autoritario.
Y
en tal sentido en la Venezuela de la última década de Chávez al poder se han
venido realizando 17 procesos electorales tanto nacionales, regionales, como
locales, dando paso a la construcción del autoritarismo electoral. Y por ello,
“el presidente plebiscitario vive en campaña permanente, su acción se mueve
siempre en la arena movediza del desgobierno, configurando una evidente
patología de la democracia”.
En
conclusión, todo va camino, a lo que llama Alfredo Ramos Jiménez, a un
auténtico Apartheid bolivariano, con tintes tórridos en un socialismo del siglo
XXI netamente en las dádivas del desgobierno más neopopulisma, y de corte
militar pretoriano en la historia política constitucional de la republica de Venezuela.
Y
todos los personalismos y regímenes de fuerza en la concepción de Rouquié en el
devenir de la historia en el tercer mundo de occidente; “hasta los dictadores
más rupestres cultivan modales democráticos. Los Trujillo, Somoza, Stroessner,
al igual que muchos de sus predecesores, se hacen reelegir regularmente por el
pueblo o, si la Constitución Nacional lo prohíbe, ceden el sillón a algún
comparsa fiel, reservándose el modesto cargo de comandante de las fuerzas
armadas. Existe un verdadero abismo entre las constituciones escritas y las
constituciones de la vida real”.
Y
a la muerte del comandante, quedan las viudas del proceso mistificando la
figura del líder y transponiéndolo como la figura de Bolívar…! Una trampa que
camina por América Latina, bajo el chantaje de los petrodólares como forma de
establecer una diplomacia del socialismo del siglo XXI, tan irreal como
ilegitima.
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