Revista Nº18 " INSTITUCIONES Y PROCESOS GUBERNAMENTALES"
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Resumen

En el presente trabajo se describen los hechos histórico-políticos, que sucedieron en la Argentina desde la privatización de YPF, hecha por el ex presidente Menem, hasta la expropiación y nacionalización del gobierno actual. En el mismo se podrá observar ciertos cambios ideológicos en el Poder Ejecutivo argentino.

Abstract

This work will describe historical and political facts that took place in Argentina since YPF privatization completed by the ex-president Carlos Menem, until present expropriation and nationalization. We will observe some ideological changes within argentine executive administration.  

 

 

¨La Privatización de YPF durante la década Menemista en comparación con la Reestatización  de YPF en el Gobierno de Cristina Fernández¨.

                                    Por: Ana Laura Pinto[1]

 

Introducción

Justificación: Con la llegada de Carlos Menen al poder en 1989, se comienzan a implementar políticas económicas de corte neoliberal, las cuales desencadenan una serie de resultados que no se habían visto en la historia de nuestro país, y uno de ellas son las privatizaciones de las empresas estatales, las cuales pasan a estar en poder de capitales foráneos. Por lo tanto el presente trabajo, tiene vital relevancia para analizar los cambios efectuados en política económica a partir de los ascensos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner al poder.

Objetivos: El objetivo de esta monografía es hacer un análisis histórico que dé cuenta de el proyecto económico de carácter neoliberal que llevo a cabo Carlos Menen, encausado en la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF); dando un lineamiento de cómo la empresa dejó de estar a cargo del Estado argentino. Y luego, contrastarlo con el proyecto de reestatización de YPF que llevo adelante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner recientemente; para demostrar como de una década a otra las administraciones que gobernaron a la República Argentina  fueron cambiando el rumbo de sus economías.

Planteo del problema y problema:

El 15 de mayo de 1989 llega a la presidencia de la Nación el candidato peronista, Carlos Saúl Menen, con la obtención del 47% de los votos del electorado y obteniendo con acuerdos con fuerzas políticas liberales y provinciales, una mayoría en ambas Cámaras del Congreso Nacional. Con la década menemista, podemos afirmar que se terminan de implantar definitivamente las políticas de corte neoliberal en nuestro país, que habían llegado de la mano de la última dictadura militar en el ´76 y se inauguraron con su plan económico, a cargo del ministro de economía Martínez de Hoz; y se encrudecen con el gobierno constitucional de Menen, el cual implemento estas políticas bajo un “paquete” de medidas de ajuste encaminadas a reducir el déficit fiscal con que arrastraba el gobierno, y dentro de estas se dieron a conocer las privatizaciones, que se llevaron a cabo gracias al fuerte liderazgo y amplia capacidad de negociación con que conto Menem.

Siendo así, las empresas que habían estado hasta el momento en manos del Estado Nacional, pasaron a estar tuteladas por capitales foráneos y el Estado fue perdiendo rotundamente el control sobre las mismas.

Después de la conocida década menemista, y con la posterior crisis de índole tanto política, social y económica que afrontó Argentina en el 2001; los gobiernos peronistas de extracción kirchnerista, van a darle un giro a la política económica, la cual ya no será de carácter neoliberal, sino que va a tener un tinte nacional y proteccionista; y con ella, se empiezan a recuperar las empresas privatizadas; que se concretarán con la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.

Hipótesis:

“Las políticas económicas de corte neoliberal implementadas durante el menemato que llevaron a la privatización de grandes empresas nacionales, como lo fue en este caso YPF, con el objetivo de recuperar la economía y reducir el déficit fiscal del país, mostrarían por el contrario un inestable equilibrio económico. Llevarían  a los gobiernos Kirchneristas del 2003 en adelante, a que cambien el rumbo de la economía, dejando de lado al  neoliberalismo y opten por políticas de Estado de carácter nacional y proteccionista, con la recuperación de empresas y servicios públicos”.

Marco Teórico:

El marco teórico general de las Privatizaciones Menemistas, haciendo énfasis en la privatización de YPF, será tratado en base a los textos de Carlos H. Acuña (Política y economía en la Argentina de los noventa), Pablo Gerchunoff y Torre (la política de liberación económica en la administración de Menem); para poder explicar y definir el contexto histórico que llevo al gobierno de Menen a aplicar políticas neoliberales y con ello las privatizaciones.

Para poder describir y mostrar las nuevas medidas proteccionistas nacionales implementadas por el Gobierno de Cristina Fernández, se utilizaran recortes periodísticos de los medios nacionales, ya que la reestatización de YPF es una medida actual; y también el trabajo del Dr. Santiago Leiras “De Carlos Menen a Néstor Kirchner”, para mostrar los cambios en las políticas y medidas económicas de los Gobiernos.

 

Neoliberalismo, una nueva dimensión económica y social.

“(…) teoría minimalistas del Estado, reconocidas bajo la etiqueta común de ´neoliberales´. Aunque en este paradigma confluyen aportes diferentes, las contribuciones comparten tres ideas centrales que configuran el sentido común de la primera ola de propuestas para definir el rol del Estado en el contexto de la liberación económica. A saber: la intervención estatal en la economía no solo es ineficiente sino también injusta; todas las alternativas al libre mercado (…) son intrínsecamente equivocas; la esfera de acción legítima del Estado debe restringirse al cumplimiento de un conjunto discreto de funciones básicas tales como garantizar la ley y el orden, proteger la propiedad privada, promocionar infraestructura básica y bienes públicos, que el mercado no esta en condiciones de proveer”. [2]

“El neoliberalismo no es una corriente de pensamiento unívoca, sino una visión que cobija distintos (y a veces contradictorios) postulados teóricos que, pese a todo, comparten una serie de rasgos distintivos: una percepción negativa de la igualdad socioeconómica; una perspectiva instrumental de la democracia y la idea de que las economías contemporáneas no pueden basarse más en el laissez faire (…)”.[3]

“El Estado en la Argentina cumplió un rol significativo. No sólo como Estado, que tenía grandes empresas importantes bajo su poder, que era propietario de YPF, SOMISA, FFCC, teléfonos, correos, etc., sino que me estoy refiriendo a una visión todavía más amplia: al Estado como organizador de la vida social. A ese Estado que tenía como interlocutores a grandes organizaciones, los sindicatos, la FFAA, la Iglesia. Un Estado fuerte, que tiene fuerte incidencia en la vida social, en que las organizaciones intermedias se vinculan para discutir espacios de poder  dentro del mismo Estado. Esa relación particular que teníamos con el Estado en la Argentina, esa discusión sobre su rol, que también era el discurso predominante de los partidos políticos - por lo menos de los más populares en la Argentina - todo ese modelo, esa visión que teníamos sobre el Estado, se derrumbó”.[4]

Neoliberalismo, ahora en la Argentina.

Entre finales de la década del ´80 y principios de la del ´90, se origina un cambio en el paradigma que sostenía las relaciones económicas y políticas en la época, que también daban lugar a las sociales y culturales; se comienza a ver una ruptura en las relaciones entabladas hasta entonces entre el Estado mismo y la sociedad. En la Argentina, comienzan a profundizarse los procesos que desarticularan al Estado, forjados por las políticas que emergen del nuevo paradigma: el neoliberalismo; que reafirmara la ausencia de proyectos populares transformadores de la sociedad. Y no solamente será consecuente en ella sino también en todos los ámbitos de la economía y llevara a la fragmentación de los actores sociales.

Siendo así, el 15 de mayo de 1989 llega al poder el candidato Justicialista, Carlos Saúl Menem con la mayoría en el Colegio Electoral, debido al apoyo del 47% del electorado.

La consolidación de Menem en el poder, no solo implicó la vuelta del Peronismo a la escena política, sino que con él las políticas económicas de corte neoliberal se terminarían de concretar dentro del Estado argentino.

Este modelo económico, llega al país de la mano de la última dictadura en 1976, con el por entonces Ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, quien llevo a cabo la apertura económica e hizo que las empresas que eran posesión del Estado, pasaran a estar bajo el poder de capitales foráneos.

En 1989 comienza así lo que se daría a conocer como el “Menemato”. Menem, quien había llevado adelante una campaña poco contundente y hasta podría decirse, vacía de contenido, debido a sus propuestas pocos claras, aún así, logró captar la atención de gran parte de la ciudadanía.

Una vez en el poder, pese a ser candidato del partido Justicialista, va a comenzar a mostrar su costado liberal; cuando nombra como su primer Ministro de Economía a Miguel Roig, quien era representante de uno de los grupos oligopólicos multinacionales de origen argentino. De este modo, ya hay certezas de cuales serán las medidas políticas, sociales y económicas que llevara a acabo el nuevo Gobierno.

Igualmente si se analizan las medidas asumidas, se observa que si bien hubo un plan claramente trazado, ello no implicaba que fuera coherente y no careciera de sentido.

Estas políticas de carácter neoliberal que se desarrollaron durante el Menemato, las podemos encausar dentro del conocido Consenso de Washington, llevado a cabo a comienzos de 1989, el cual expresaba diez puntos con las necesidades y opciones del mundo del siglo XXI: disciplina fiscal, prioridad del gasto público en educación y salud, reforma tributaria, tasas de interés positivas determinadas por el mercado, tipos de cambio competitivos, políticas comerciales liberales, mayor apertura de la inversión extranjera, privatización de empresas públicas, desregulación y protección de la propiedad privada. El mismo, también dispuso que se concediera ayuda financiera a aquellos países endeudados que adoptaran las políticas sugeridas por dicho Consenso.

De este modo, Menem no hizo más que poner en funcionamiento aquello que predicaban académicos, economistas y funcionarios estadounidenses, el Banco Mundial y el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI); abandonando rápidamente sus promesas de “Salariazo” y “Revolución Productiva”.

Luego del Ministro Roig, nombro como sucesor a Néstor Rapanelli, quien también era alto ejecutivo de Bunge y Born; estableciéndose así el llamado Plan Bunge y Born, el cual estableció el control de precios, el cierre a las importaciones y también de sindicatos.

Privatizar lo nuestro.

Siguiendo este modelo de políticas, el 17 de agosto de 1989 se sancionó la Ley 23.696, comúnmente conocida bajo el nombre de Ley de Reforma del Estado; ésta autorizaba al presidente a proceder con la política de privatización de gran número de empresas estatales.

Esta iniciativa fue impulsada mayormente por los sectores de centro-derecha, principalmente por la Unión de Centro Democrático (UCD), que apoyaron su aplicación por parte del gobierno Menemista. Incluso, uno de sus más fervorosos miembros, Álvaro Alsogaray, califico a dichas medidas como un modo de achicar al Estado para agrandar la Nación.

El gobierno de Menem, justifico las medidas de privatización de empresas estatales bajo distintos objetivos; obtener los recursos que se necesitaban para poder paliar el déficit fiscal y así equilibrar el presupuesto del Estado, la eficiencia que se lograría para con los servicios públicos, solicitando a los futuros inversores una mejor prestación que la que anteriormente ofrecía el mismo Estado. También se solicitaba el compromiso de importantes inversiones por parte de dichos inversores, lo que luego se puedo observar en la mayoría de las privatizaciones que se hicieron con los servicios públicos.

El proceso de privatizaciones se llevo adelante de la mano del Ministro de Obras y Servicios Públicos de la Nación, el abogado José Roberto Dromi, y al final de la década Menemista, prácticamente no quedo ninguna empresa bajo el control del Estado. Fueron privatizadas Aerolíneas Argentinas a manos españolas, EnTel (la empresa argentina de Telecomunicaciones) cuya privatización la lidero Maria Julia Alsogaray, Gas del Estado, la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, Obras sanitarias (dedicada a la prestación del servicio público de agua, cloacas y desagües), treinta y seis aeropuertos, entre ellos Ezeiza y Aeroparque, el Correo, Agua y Energía Eléctrica (AyE o AyEE) encargada de la producción, comercialización y distribución de energía eléctrica, la seguridad social y servicios sociales que quedaron bajo el control de las AFJP, el Mercado de Liniers en 1992, medios de comunicación (con la reforma de la Ley de Radiodifusión que permitía que grupos económicos de gran cuantía accedieran al control de las señales de la Televisión Abierta) como lo fueron LS 84 Canal 11 y LS 85 Canal 13, otorgados a Telefe y Arte Radio Televisivo Argentino al Grupo Clarín, estos fueron los primeros en licitarse el 22 de diciembre de 1989; a los que le sucedieron LR 3 Radio Belgrano y LR 5 Radio Exelcior, en febrero de 1991 y Ferrocarriles Argentinos también en 1991, dividiéndose los servicios de la misma en distintas concesiones.

Cabe mencionar en este contexto de “despojo” si se quiere del Estado de todas sus empresas, que estas mismas empresas privatizadas gozaron de un virtual monopolio, debido a que las mismas se distribuyeron territorialmente la provisión de servicios; éstas de alguna manera, tuvieron a sus usuarios como rehenes, ya que fijaron altas tarifas con total libertad redujeron los servicios a los territorios que les proporcionaban ganancias más altas.

En este marco se desarrolla el Plan de Convertibilidad de la moneda, impulsado por el nuevo Ministro de Economía, Domingo Cavallo, el cual apunto once pasos a seguir, entre ellos “(…)la aceleración de las privatizaciones como su efecto de reducción del déficit fiscal para permitir al Estado desprenderse de algunas empresas deficitarias, obtener un importante ingreso de divisas por las ventas (…) y reducir la deuda externa por los bonos de deuda utilizados para pagar parte de las empresas privatizadas (…).”[5]

Yacimientos Petrolíferos Fiscales ¿Argentinos?

Dentro del conjunto de empresas privatizadas por el gobierno de Menem, se encuentra el caso de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF)

YPF nace el 3 de junio de 1922 durante el gobierno de Hipólito Irigoyen, creada por el Estado Nacional por decreto de la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Su primer director fue Enrique Mosconi, que fue quien impulso la creación de la primera petrolera integrada de América.

Fue el principal activo estratégico y económicamente viable del Estado argentino entre 1922 y 1992, expandiendo la oferta y la producción de energía desde combustibles derivados del crudo, gas natural y electricidad, como así también, diversificando el suministro eléctrico sobre la base de gas natural que distribuía el Estado sumado a la hidroelectricidad, y logrando una configuración de la estructura socioeconómica del país, apoyada en la industrialización para sustituir importaciones de productos de consumo masivo, además de favorecer a industrias claves como la del acero, la petroquímica, la automotriz, la aeronáutica y la naval.

“(…) el modelo económico de la Dictadura Militar (1976-1983) basado en las rentas agropecuaria y financiera, la desindustrialización, el estancamiento científico-técnico, la desregulación de los mercados, el ajuste estructural y el endeudamiento externo, dejaron las bases y cimientos para su completa enajenación posterior (…)”. [6]

Esa enajenación como se observo anteriormente, se produjo durante el Menemato, y se dio a conocer en dos etapas, la primera en 1993 y la segunda en 1999; desnacionaliza el petróleo mediante tres decretos: 1.055, 1.212 y 1.589, firmados en sus primeros meses de gobierno y así privatiza YPF, perdiendo de este modo el poder que tenia el Estado argentino sobre la política petrolera; desregularizando el mercado de petróleo argentino. Así, la empresa española, Repsol, compró YPF.

Explícitamente, el 31 de diciembre de 1990, por medio del Decreto N° 2.778, el Poder Ejecutivo Nacional convirtió a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Sociedad del Estado en YPF S.A.

Luego, en 1992 la Ley N° 24.145 transfirió el dominio estatal de los yacimientos de hidrocarburos del Estado Nacional; de esta manera, Argentina perdió totalmente el poder de decisión sobre la política petrolera.

El día en que el Estado Argentino volvió a controlar YPF

En el año 2003 ocupa la Presidencia de la Nación, lo que se dio a conocer como “Kirchnerismo”, primero de la mando de Néstor Kirchner, y luego en el 2007 y hasta la actualidad, liderado por Cristina Fernández de Kirchner.

Estos gobiernos, también de carácter Justicialista, implementaron un nuevo Proyecto, de corte Nacional y Popular, asentado en políticas económicas nacionalistas y proteccionistas.

Luego de aquellas políticas implementadas por el hoy viejo neoliberalismo, donde el marcado tenia un rol central, reinaba el individualismo y se hablaba de “eficiencia”; este nuevo proyecto de Gobierno trajo políticas ahora basadas en la igualdad e inclusión social, el pleno empleo y el desarrollo productivo.

Y es dentro de esas mismas políticas, donde se va a dar la vuelta al poder estatal de grandes empresas que habían sido expropiadas; como lo fue hace pocos meses la Reestatización de YPF a cargo de Cristina Fernández, mediante sus medidas de nacionalización y producción estatal; ya que llego el momento de volver a mirar para adentro del país y hacer valer nuestros recursos.

El 4 de mayo del 2012 se concretó la vuelta de YPF a manos del Estado argentino. La aprobación de la ley superó los dos tercios necesarios de los votos; fueron 208 afirmativos, 32 en contra y 5 los que abstuvieron. Así dicha ley permitió que se expropiara el 26% la Nación, el 25% las provincias productoras de hidrocarburos, el 8,4% Carlos Slim, el 11,1% Repsol, el 17,5% inversores bursátiles y el 12% restante los bancos Credit Suisse, Itaú, Estándar Bank y Citi Bank.

La presidenta aclaró que el plan no es de estatización, sino que se trata de la “recuperación de la soberanía” y lograr el control sobre los hidrocarburos.

Conclusiones

Las decisiones de Estatización de la Empresa YPF, que el Gobierno nacional, ha tomado son muy recientes. El proceso revertido de este modo, nos lleva a compararlo con la etapa menemista sobre la cual ya se ha dicho, a favor y en contra todo lo posible.

La característica de contemporaneidad del modelo estatizador, nos obliga a considerar las decisiones tomadas como parte de un desarrollo que todavía  puede variar, potenciarse, abarcar otras áreas y también operar como efecto dominó sobre otros Estados, especialmente, latinoamericanos.

Todavía es muy reciente el cambio, y la piel sensible de la opinión publica, esta recibiendo grandes cantidades de datos desde todo el diverso espectro político que defiende la medida o la cuestiona, desde el lugar de la oposición,  o de la difusión que de estas opiniones hacen, los medios masivos de comunicación.

Salvaguardando por ello, la idea de este trabajo, nos permitimos igual, concluir con  las siguientes consideraciones que sobre el modelo ya clausurado del Menemismo privatizador y el Kirchnerismo estatizante.

A saber:

*Destacar en principio el efecto sorpresa de la decisión privatizadora de  Menem, surgiendo impensada y prontamente de un gobierno que hasta horas antes proponía repintar de rojo punzó, el poncho federal de la Nación.

* El concepto de achicar el Estado para agrandar la Nación del teórico ingeniero Alzogaray que gozaba de un cambio soñado pero inconcluso de su Revolución libertadora, de las manos del movimiento que fuera  su archienemigo y ahora singular aliado, también sorprendió a los bendecidos por la medida.

* El modelo neoliberal instalado entonces, fue fuertemente acompañado por el mercado mundial que veía en ese modelo la medicina económica para todos los males, bendición que derramaría desde los sectores empresariales poderosos a las capas sociales más desposeídas del país.

Esta justificación basada en un Estado elefante, deficiente y discapacitado en sus recursos humanos, traía la contextualización de un imaginario acomplejado que veía en los países  “serios “del primer mundo el modelo eficiente y progresista, faltante en nuestras alicaídas latitudes.

*Ese Estado que, por deficiente, debía dejar en manos de otros, sus responsabilidades, se veía a si mismo, y la sociedad parecía acompañar esa mirada, como incapaz del control y el monitoreo que toda privatización conlleva.  Por ello esa responsabilidad quedó más en el papeleo burocrático que en la aplicación plena que evitara nuevos desaguisados en las decisiones económicas por los nuevos dueños que de algún modo, llevan a justificar, hoy, la reversión de aquellas decisiones.

* Un efecto ideológico cultural de profundización en la dependencia, que permitió la instalación del modelo con pocas resistencias.

El modelo estatizador actual parte del diagnóstico, igualitario en esto con el menemismo, de deficiencia en la administración de la empresa petrolera, pero esta vez son los privados los ineficientes y los nacionales los observadores sufrientes de esa ineficiencia.

El contexto internacional acompaña esta decisión. La ineficiencia de la empresa extranjera coincide con un momento histórico, en el cual su país de origen debe ser auxiliado por los demás países “serios”  que ven en sus barbas, el pronto corte de las propias. Mas interesados en salvarlo para evitar el contagio epidémico, que por solidaridad europeística.

También podemos destacar como diferencia en la comparación, las siguientes:

*Ni en su fundación yrigoyenista, ni en su desarrollo en el primer peronismo, así como en los gobiernos siguientes, se acentuó la actividad extractiva en el cuidado del ambiente, un tema que si bien Perón planteaba como batalla del siglo siguiente a nivel de la “mundialización”, no tomó como práctica. Hoy, insoslayable, el tema a entrado en la carne de la sociedad de la mano de nuevas generaciones y acaso por ello aparece, al menos en el planteo a futuro, del actual gobierno.

*La explotación de nuevos pozos, dejada al abandono por la empresa saliente, como modo de florecimiento empresarial, al tiempo que agotamiento del recurso, un tema que habrá que considerar a la brevedad. Otros modelos energéticos deberán pensarse, si esa búsqueda del recurso antediluviano, termina siendo escaso para el “subsuelo de la Patria”, al menos.

*La apertura a capitales extranjeros ( los mexicanos de Slim) que ponen en Latinoamérica la pertenencia accionaria que no es de nuestros Estados Provinciales y Nacional, y que opera en el marketing político como refuerzo para un gobierno que deberá en breve, dar nuevas victoriosas batallas legislativas si quiere “ profundizar el modelo” como es de uno simplificar hoy.

Finalmente destacar que desde principio al fin, acaso sesgando el trabajo, salta como relevante la contradicción de dos momentos históricos y las decisiones de los gobiernos que los ocupan, como antagónicas. Viniendo ambos de un movimiento de masas, como el Peronismo, al que ambos dicen suscribir, y terminan modificando en estas, sus decisiones, con relación a la Empresa Nacional, por derecha  y por izquierda, en un contracampo, que al hablar de sus debilidades, también muestra su increíble capacidad de cambio y adaptación a los rigores de los políticos tiempos.

 

 

                                      Bibliografía

 

×          ACUÑA, Carlos H. Artículo “Política y economía en la Argentina de los noventa”, Revista América Latina Hoy, diciembre de 1995.

×          CUATROMO, Oscar. “Del Estado de Bienestar al Estado Postsocial” 1990.

×          GERCHUNOFF, Pablo y TORRE, Juan Carlos. Artículo “La política de liberación económica en la administración de Menem”, Revista de Ciencias Sociales Desarrollo Económico, volumen 36, octubre-noviembre de 1996.

×          GUIÑAZÚ, María Clelia. “Estado y reforma en las nuevas recomendaciones del banco mundial: conceptos y teoría”.

×          LAHOUD, Gustavo. “La privatización de YPF, sociedad del Estado, crónica de la argumentación del despojo”. 2005

×          LEIRAS, Santiago. Trabajo “De Carlos Menem a Néstor Kirchner: cambios y continuidades en la democracia Argentina”. Noviembre de 2007.

×          MORRESI, Sergio. “La teoría neoliberal” en La Nueva Derecha Argentina. 2008

 

 

Sitios Web

×          www.infobae.com/notas/642505  16/4/2012

×          www.lacapital.com.ar/ed_empresa/2012/4/edicion_1260  17/4/2012

×          www.lanacion.com.ar/173252 11/10/1996

×          www.lanacion.com.ar/7545  28/8/1997

×          www.lanacion.com.ar/1470410-con-la-estatizacion-de-ypf-hecha-ley  4/5/2012

×          www.mercadodeliniers.com.ar/institucional

×          www.pagina12.com.ar/diario/economia  1/11/2010

×          www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-193289  4/5/2012

×          www.reconstruccion2005.com.ar/0707/privatizacion_ypf.htm

×          www.youtube.com/watch?V=IKsZIZAghWg “Reportaje a Roberto Dromi sobre llamado a la privatización de YPF”

×          www.ypf.com/home

 

 

 



[1] Carrera de Ciencia Política (UBA)

[2] GUIÑAZÚ, Maria Clelia. “Estado y reforma en las nuevas recomendaciones del banco mundial: conceptos y teoría”. Pág. 81-82.

[3] MORRESI, Sergio. “La teoría neoliberal” en La Nueva Derecha Argentina. Pág. 17.

[4] CUATROMO, Oscar. “Del Estado de Bienestar al Estado Postsocial” 1990.

[5] ACUÑA, Carlos H. “Política y economía en la Argentina de los noventa” en Revista América Latina Hoy, N° 11-12, diciembre de 1995, Pág. 57.

[6] LAHOUD, Gustavo. “La privatización de YPF, sociedad del Estado, crónica de la argumentación del despojo”. 2005