Revista Nº17 " INSTITUCIONES Y PROCESOS GUBERNAMENTALES"
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RESUMEN

Tras el retorno de la democracia en los países latinoamericanos a fines de los ochenta surgieron gobiernos altamente presidencialistas que recurrieron sistemáticamente al decisionismo, el decretismo y la apelación al estado de crisis para lograr la concentración del poder. A su vez y de manera paralela se aplicaron los lineamientos establecidos por el denominado consenso de Washington, primando los objetivos económicos sobre las políticas de Estado. Estos procesos legaron sistemas de gobierno presidencialistas y ahondaron las diferencias sociales.

 

ABSTRACT

With the return of democracy to the latinoamerican countries during the late 80’s, highly presidencial governments arised, sistematically using decisionism, decretism and a crisis speech to obtain power concentration. At the same time and parallel the measures stablished by the Washington Consensus where applied, in a supremacy of economic objectives over State policies. These processes Leith a legacy of presidencial gobernment and encouraged social diferences.

 

“El Liberalismo y la reforma del Estado en Argentina y Brasil entre 1989-2000”

                                                                              Por: Federico Coulin*

 

INTRODUCCIÓN

 

La importancia del análisis de  los presidencialismos y los liderazgos latinoamericanos, pueden ser útiles para comprender cómo estos han afectado las posibilidades de desarrollo de dichos países y la construcción de sus sistemas democráticos.

Los alcances de este trabajo, son analizar los presidencialismos latinoamericanos, con el fin de comprender y explicar el porqué de la gran concentración de poder de las figuras presidenciales.

Encontrar las causas de estas características de los liderazgos de nuestra región, y sus consecuencias principalmente sobre las posibilidades de desarrollo de los países y la consolidación de los sistemas democráticos.

Se partirá del regreso de  las democracias en Latinoamérica y en la forma que estas han tomado en Sudamérica. Se analizarán los puntos en común entre la democracia argentino-brasileña con la intención de comprender porque predominan los sistemas presidencialistas y como el poder tiende a concentrarse en manos de unos pocos líderes nacionales. Se desarrollará como estas condiciones han afectado las democracias latinoamericanas determinando sus instituciones e influido las posibilidades de desarrollo de estos países.

Para poder hacerlo es esencial analizar las características sociales, los procesos históricos de formación de las democracias y la influencia del mapa geopolítico internacional en cuanto a presión de potencias extranjeras, influencias de capitales foráneos y posibilidades de inserción en el mercado internacional.

La política latinoamericana ha realizado un importante giro en la década del 2000, en contraposición con el predominio del liberalismo reinante durante la década de los noventa, los gobiernos latinoamericanos han tendido a alejarse de lo estipulado por esta corriente.

Para poder comprender estos procesos es necesario analizar el marco histórico en el que han surgido, las características políticas, sociales y económicas que dieron pie al surgimiento de estos liderazgos. Como se podrá ver no son pocas las similitudes con procesos políticos anteriores (de los cuales se intenta despegar las políticas actuales) y el análisis de los mismos es inevitable para explicar sus causas.

Ante la imposibilidad de analizar con el suficiente detenimiento todos los gobiernos latinoamericanos este trabajo se enfocará en el estudio de Brasil y la Argentina, aunque se utilizara a otros países del cono sur como ejemplos o contraejemplos.

La selección de estos países se basa en su peso sobre el resto del continente, su potencialidad en cuanto a recursos naturales y humanos y su capacidad de desarrollo.

Ambos países tuvieron gobiernos librecambistas durante los años 90 y sufrieron fuertes crisis con la llegada del siglo XXI. A su vez, debido a su cercanía y potencial las medidas tomadas por uno u otro tiene fuertes efectos sobre la economía de su vecino, que en algunos casos han devenido en efectos políticos y sociales al acelerar o profundizar crisis ya existentes.

La aplicación del denominado consenso de Washington no solo implicó la aplicación de formulas y practicas económicas sino que afecto fuertemente la manera de gobernar al interior de dichos países.

 

Los 90 y el auge del liberalismo

La caída del muro de Berlín y el fin de la Unión soviética significaron el fin del socialismo como paradigma alternativo, afianzando el capitalismo a nivel mundial.

Este cambio a nivel global devino en la instalación del denominado liberalismo económico.

El termino liberalismo ha sido utilizado por muchos autores y no siempre con el mismo significado, incluso una misma medida puede ser considerada como liberal o conservadora según quien la interprete. Por esta razón en este trabajo se tomara como liberalismo lo determinado por el denominado “Consenso de Washington”, termino acuñado por John Williamson en su trabajo “Democracy and the Washington Consensus”.

El mismo incluía las formulas y recetas para lograr el desarrollo dentro del capitalismo y estaba especialmente orientado a los países del denominado “tercer mundo”, aquellos países que aun no habían alcanzado niveles suficientes de desarrollo.

En este trabajo, Williamson tomando como base  las ideas predominantes del momento entre los grupos económicamente influyentes de Washington y las instituciones financieras internacionales, parte de la convicción que los mejores resultados económicos provienen del establecimiento y mantenimiento de economías de mercado orientadas al exterior y sujetas a la disciplina macroeconómica, razón por la cual la aplicación de los preceptos enumerados es beneficiosa para el mejor funcionamiento de la economía mundial y por ende no han de ser discutidos a la hora de establecer la política económica.

 

 

Los artículos enumerados son 10:

1.    Disciplina presupuestaria, medición del déficit publico para poder ser financiados sin recurrir a impuestos inflacionarios lo que presupone un superávit primario.

2.    Prioridades en el gasto público, redirigir el gasto público de las áreas que suelen recibir mas recursos de los que justifican sus resultados económicos (administración, defensa, etc) hacia ámbitos desatendidos que generan mas beneficios económicos y mejoramiento de la distribución de la renta como educación y asistencia médica primaria

3.    Reforma tributaria, ampliar la base imponible y disminuir los tipos impositivos marginales con el objetivo de acentuar los incentivos y mejorar la equidad horizontal sin rebajar la progresividad.

4.    Liberalización financiera, con el objetivo que los tipos de interés se determinen por el mercado

5.    Tipo de cambio, fijado en un nivel suficientemente competitivo para inducir un rápido crecimiento de las exportaciones no tradicionales y garantice a los exportadores que esta competitividad se mantendrá

6.    Inversión extranjera directa, las empresas extranjeras y nacionales deben poder competir en términos de igualdad

7.    Privatización, todas las empresas públicas deben ser privatizadas

8.    Desregulación, abolición de las regulaciones que impidan las entrada de nuevas empresas o limiten la competencia

9.    Derechos de propiedad, sistema legal que ofrezca derechos de propiedad seguros sin excesivos costes y que sean accesibles a la economía sumergida.

10.                       Liberalización comercial, reducción de las restricciones comerciales cuantitativas y sustituidas por aranceles que se reduzcan hasta alcanzar un arancel uniforme (aunque plantea que existen disensos respeto a este punto).

Distintos estudios han analizado como estas medidas fueron implementadas en los países tercermundistas entre ellos los latinoamericanos, de forma paralela durante la década de los noventa. En su trabajo “The Politics of Economic Liberalization: Argentina and Brazil in comparative perspective”, Robert A. Packenham menciona tres abordajes para explicar este fenómeno:

1.    Que fueron impuestas desde el exterior, concepción que que deriva de la teoría de la dependencia

2.    Como tendencia o moda. Por la cual se plantea que se genero un efecto domino o por asimilación.

3.    Pragmatismo. Es decir que los líderes latinoamericanos llegaron a las mismas conclusiones para resolver sus problemas.

Mas allá de cuales fueron las razones lo cierto es que  fehacientemente existió un predominio de los preceptos liberales a lo largo y ancho de todo Latinoamérica entre 1990-2000, por supuesto en algunos casos de manera mas exacerbada que en otros.

En el caso de  la Argentina se siguieron muchos de estos preceptos como guía de la política económica y si bien otorgaron estabilidad y crecimiento tras las crisis inflacionarias precedente en el largo plazo no dieron los resultados prometidos por el consenso de Washington.

La gestión de Carlos Menem en la Argentina abogo por un gran achicamiento del estado y una fuerte reducción del gasto publico para lograr superávit fiscal. Sin embargo, el gasto público lejos de ser redirigido para fomentar la educación pública y demás bienes sociales que fomenten el ascenso social, solo atenuó de manera menor los sectores de pobreza extrema para lograr apoyo político.

La reducción del aparato estatal con el pretexto de reducir el “elefantismo” del Estado y fomentar un estado reducido, tecnocrático y efectivo lejos estuvo de serlo, incluso mantuvo las practicas clientelistas habituales.

A su vez la economía se liberalizo de manera abrupta beneficiando fuertemente a las empresas extranjeras. Sobre este punto es mas que interesante lo planteado por Won-Ho Kim quien en su trabajo “Estado versus mercado en America Latina” compara el proceso de apertura de la economía en el sudeste asiático (principalmente Taiwán y Japón) con el llevado a cabo en America Latina. Según Kim, la apertura de la economía en el sudeste asiático fue progresiva permitiendo y fomentando la competitividad de las empresas nacionales para que pudieran competir con sus pares extranjeros. Incluso el Estado protegió  aquellos sectores en los que la industria nacional aun no estaba en condiciones de competir.

El caso americano fue muy distinto, ya que la apertura de la economía fue abrupta y beneficio fuertemente a la competencia extranjera.

Kim introduce otra variante interesante en el análisis de este proceso: la actitud del empresariado latinoamericano. Según el autor coreano, en américa latina predomina una actitud de dependencia del Estado, es decir que aquellas empresas que cuentan con la protección del Estado intentan mantenerla. En vez de aprovechar dicha situación para lograr competitividad propia, existe una intención de permanecer siempre bajo el amparo del Estado, por lo cual cuando dejaron de tenerlo no habían desarrollado las condiciones para competir internacionalmente.

 Distinto es el caso asiático donde las empresas protegidas aprovecharon para realizar el despegue y poder competir internacionalmente, permitiendo que al abrirse la economía y retirarse el estado dichos sectores triunfaran internacionalmente.

Lo planteado por Kim puede también relacionarse con el funcionamiento de las empresas estatales argentinas, donde imperaba una mentalidad totalmente pasiva y un fuerte atraso en cuanto a desarrollo y tecnología, lo que favoreció el discurso privatista del gobierno menemista.

En relación a  las inversiones directas y la desregulación de la economía, tanto argentina como Brasil (y el resto de Latinoamérica) firmaron una larga serie de Tratados de Libre Comercio o mejormente conocidos como TBI (tratado bilateral de inversión) a través de los cuales se comprometían a otorgar las mismas garantías y condiciones a las empresas extranjeras que a las empresas locales y en caso de disputa los Estados cedían su soberanía jurídica frente  al CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), organismo del Banco Mundial para resolver las disputas entre los Estados y los capitales foráneos con el objetivo de brindar seguridad jurídica a estos últimos. No es casual que habiendo sido creado en 1966 la mayor adhesión de países al CIADI se dio en la década del 90.

Los tratados de libre comercio se firman entre Estados soberanos y luego las empresas de dichos países pueden recurrir al CIADI cuando consideren que no se han respetado sus contratos o lo estipulado en los TBIs, vale decir que la mayoría de los mismos tenían plazos no menores a los diez años y no podían ser revocados. Esto ha traído como consecuencia que en la actualidad la mayoría de los TBIs siguen vigentes y en consecuencia el CIADI ha recibido varias denuncias de empresas multinacionales a partir del siglo XXI. La mayoría han sido demandas frente a expropiaciones o medidas que rompían la igualdad de condiciones para las empresas nacionales y extranjeras. Este  asunto no es menor ya que en algunos casos el CIADI ha fallado en contra de los países firmantes como es el caso de la Argentina.

Mas aún como la Argentina no ha acatado algunos fallos del CIADI (en su mayoría establecían que la Argentina debía indemnizar a las empresas afectadas) el Fondo Monetario Internacional y otros organismos crediticios han amenazado con no otorgar más créditos y establecer otras penalidades hasta que no se cumplan los fallos del CIADI. Esto deriva en una disminución de la confianza y valuación de riesgo del país y puede afectar la voluntad de inversión en el país.

Como podemos ver la liberalización comercial no solo puso a las empresas nacionales en una situación desventajosa frente a sus competidores internacionales sino que también resulto en una pérdida de soberanía de los Estados nacionales a través de los tratados mencionados y los ató a compromisos que no estaban dispuestos a cumplir.

En cuanto al tipo de cambio la Argentina aplico la conocida ley de Convertibilidad para frenar el proceso inflacionario, a través de la misma se establecía la paridad del peso  argentino con el dólar estadounidense mediante el respaldo de los pesos  circulantes con las reservas en dólares del banco central. Estas debían responder a la oferta y demanda del mercado. Si bien resulto en una fuerte disminución de la inflación y estabilización de la economía en primera instancia, la ley de convertibilidad dejaba el control del tipo de cambio en manos del mercado.

En líneas generales la aplicación de las pautas del Consenso de Washington solo dio la sensación de pertenencia para algunos sectores sociales, agudizando la brecha entre ricos y pobres y frenando la movilidad social. A su vez, lejos de fomentar el desarrollo, se vaciaron muchas de las mayores empresas nacionales que fueron malvendidas a inversores extranjeros.

La implementación de los preceptos liberales  fue  mucho mas lenta en Brasil, en su trabajo “The Politics of Economic Liberalization: Argentina and Brasil in comparative perspective”, Robert A. Packenham compara los procesos de liberalización de ambos países. El autor busca comprender por que razones la liberalización se produjo mas profunda y aceleradamente en la Argentina que en Brasil.

En primer lugar, Packenham establece que las causas son políticas más que culturales, económicas o sociales. Si bien los gobiernos de Carlos S. Menem en la Argentina y el de Fernando Collor de Mello en Brasil compartían una retorica a favor del liberalismo, Menem logro implementarla mientras que Collor no a fondo, debilitando su gestión y su imagen.

Una de las principales razones esbozadas por Packenham es la gran habilidad política de Carlos Saúl Menem comparada a la ineficacia de Mello para lograr coaliciones políticas y obtener el apoyo popular necesarios para llevar a cabo sus políticas y mantenerse en el poder.

A su vez, si bien en Brasil se concebía el liberalismo como la única opción para resolver la crisis que atravesaba el país, existía un fuerte rechazo a la reforma del Estado para implementarla.

Mientras que Menem, contaba con el apoyo del Partido Justicialista, de fuerte disciplina y alcance nacional, Collor llego al poder a través del pequeño Partido de Renovación Nacional de origen provincial.

En la Argentina las reformas se lograron a través de un fuerte presidencialismo que logro cooptar a los demás poderes y el apoyo popular, el caso de Brasil fue totalmente diferente y para muchos una excepción en los procesos de reforma liberal del Estado.

 En la mayoría de los casos fueron gobiernos fuertemente presidencialistas, autoritarios e incluso militares los que implementaron reformas librecambistas en los países subdesarrollados. Sin embargo Brasil, donde según Tavares de Almeida en su trabajo “Negociando a Reforma: A Privatizaçao de Empresas Públicas no Brasil” el proceso de democratización fue largo y acompañado de la crisis económica zanjó la autonomía y capacidad decisión del Ejecutivo. Resultando en una transición moderada y negociada, en el que tomaron relevancia los denominados “actores de veto”. Tavares lo analiza como un proceso en dos planos. El primero de creación de un nuevo marco legal-institucional, el segundo de una nueva política”[1].

En el plano legislativo, los actores con poder de veto son el ejecutivo y el legislativo, los grupos de interés no tienen capacidad de veto institucional pero pueden influir las decisiones a través de su relación con los actores de veto.

En el plano de la implementación, hay diferentes actores importantes, en el poder ejecutivo: ministros, agencias de gobierno, etc. El poder judicial también tiene poder de veto pero en su trabajo Tavares destaca como privatización sin lograr su cancelación.

El gobierno de Collor de Mello lanzó una serie de cambios drásticos y rápidos en la manera de abordar la privatización de empresas públicas, al convertir la misma en un punto importante de la política económica considerándolo inseparable de la estabilización de la moneda.

A pesar de que todos los proyectos de privatización surgieron del ejecutivo, tras las reforma constitucional de 1988, fue imprescindible el acuerdo del poder legislativo. Incluso para ganar su apoyo se tuvo en cuenta las empresas que el legislativo consideraba como prioritarias a privatizar.

Contrario a lo que se creería muchas asociaciones empresariales apoyaron las privatizaciones, algunas influidas por la participación en el porcentaje de traspaso.

La oposición apareció cuando el proceso ya estaba en marcha, guiada por partidos políticos de izquierda, trabajadores de empresas estatales y sindicatos afiliados a la Central Única de los Trabajadores por medio de protestas públicas y recursos judiciales. Ninguno de las dos logró impedir una privatización.

 

 

El rol de las instituciones en los procesos de reforma del Estado

 

El periodo 1980-1990 no solo dejo una importante crisis económica sino también una crisis de gobernabilidad tanto en Brasil como en la Argentina. En el caso Argentino si bien la democracia fue restituida en 1983, el presidente radical Raúl Alfonsín fue perdiendo gobernabilidad hacia el final de su mandato, principalmente como consecuencias de la crisis económica y la espiral hiperinflacionaria.

Este panorama de crisis económica y política fue la que permitió la llegada al poder de Carlos Menem, quien apelo a valores restauradores y revolucionarios al mismo tiempo, restauradores en el sentido de restablecer el lugar del peronismo como partido mayoritario  y verdadero representante del movimiento nacional y revolucionario en cuanto a la inserción del país en el “primer mundo”.

Esta apelación a la figura del caudillo como el único capaz de sacar el país adelante justificará la concentración de poder en manos del ejecutivo y delineara lo que Bosoer y Leiras caratulan como neodecisionismo (nota al pie): la doctrina filosófico-jurídica que fundamenta un nuevo modelo estatal basado en un fuerte presidencialismo, en el cual la decisión eficaz pasa a ser la principal prueba de legitimidad en un marco de apatía y descreimiento político por parte de la ciudadanía.

Los rasgos básicos de esta forma de gobernar serían el atribuir una importancia central y definitoria a la decisión en las cuestiones políticas (por sobre las normas), concebir la soberanía como el poder de decisión definitivo y llevarse a cabo en un estado de emergencia o excepción. Correspondiéndose con la denominada democracia delegativa y una reinterpretación del principio republicano de división de poderes como división de funciones de un mismo y único poder estatal.[2]

Tanto el gobierno de Collor como el de Menem, en su afán de concentrar el poder de decisión en el ejecutivo abusaron de las facultades legislativas de la figura presidencial y se autoatribuyeron algunas propias del poder legislativo, a través de los decretos de necesidad y urgencia en   la Argentina y las medidas provisionales en Brasil.

Si bien la constitución de 1853 otorgaba la facultad de dictar decretos al poder ejecutivo, no contemplaba los decretos de necesidad y urgencia. Esta figura recién fue incorporada en la reforma constitucional de 1994.

El fundamento de los decretos de necesidad y urgencia era las situaciones de notable gravedad institucional o crisis económica, que si bien existió en un principio luego se propago discursivamente para sustentar la concentración de poder. De esa manera entre 1989 y 1994 Menem dictó 336 decretos de necesidad y urgencia.[3]

Esta lógica de gobierno se inscribiría dentro  la teoría  que los gobiernos autoritarios o fuertemente presidencialistas facilitan la implementación de la reforma estatal, un gran porcentaje de los decretos sancionados correspondían a temas vitales para lograr la re-orientación de la economía impulsada desde el ejecutivo, como reformas tributarias o refinanciación de la deuda.

Como plantean los autores la urgencia de los temas tratados no era para el país sino para el gobierno, y en muchos de ellos ni siquiera existía una verdadera urgencia, demostrando la voluntad del menemato de gobernar unilateralmente atropellando las restricciones institucionales.

Tanto en el caso de Brasil como el de la Argentina al avanzar la emergencia y debilitarse la respuesta pública el pueblo concentro sus expectativas en la figura presidencial como la única capaz de resolver la crisis a través de una mayor concentración de poder, apelando al uso de recursos de gobierno extraordinario.[4]

Sin embargo, Collor no logró salir adelante debido a su incapacidad de formar coaliciones, lo cual para el era hasta mas necesario que para Menem al no contar con el apoyo de un partido fuerte y nacional.

Por otro lado, el apoyo popular logrado por Menem no sólo se debió a su astucia, sino que la sociedad argentina se encontraba en un estado de “despolitización general” como señala Alberto Amadeo Baldioli en su trabajo “Neodecisionismo en América Latina: entre la apatía cívica y la participación política. Argentina y Brasil (1989-1992).

Esta apatía civil y política generalizada no sólo se debía a la premacía de los intereses económicos sobre los políticos, sino en gran parte fue uno de los legados de la ultima dictadura militar finalizada en 1983: “En la argentina el accionar de las FF.AA. fue ilegal y transformó a la República en un “Estado del terror” donde se violaron todos y cada uno de los derechos humanos, pero además lo que hizo fue atomizar a la sociedad, fomentando así un individualismo que sería punto inicial para la fragmentación posterior que ocurrió en democracia”[5]

Contrario fue lo ocurrido en Brasil donde el Ejército se proclamaba como el defensor del pueblo y se conservaron las actividades políticas permitiendo que se mantuviera la participación de la sociedad política.

Esto genero una sociedad mas comprometida y critica políticamente hablando no tan permeable a la reforma de las instituciones democráticas.

 

Conclusiones

 

A lo largo de este trabajo se ha analizado el proceso de liberalización de los países latinoamericanos a partir de los casos de la Argentina y Brasil. El estudio de estos procesos es vital para poder comprender los procesos políticos del siglo XXI y entender de donde provienen muchas de las prácticas de gobierno actuales. A pesar del giro total en cuanto al discurso político actual, es interesante destacar la gran cantidad de similitudes y continuidades con los gobiernos previos a los que se plantea como  polos opuestos.

La concentración de poder en el ejecutivo y el mantenimiento del decisionismo y el decretismo y la prolongación del estado de emergencia como mecanismos de gobierno tienen en la actualidad  la misma vigencia que en la década de 1989-2000. A pesar, de un fuerte aumento en la participación política y civil se mantiene la apatía y descuido de las instituciones.

Los pueblos latinoamericanos siguen delegando el poder en sus caudillos políticos quienes acaparan el poder de decisión y avanzan sobre las instituciones democráticas recuperadas tan sólo hace treinta años.

De todas formas la contraposición entre el gobierno de Menem y el de Collor de Mello, demuestra como no se puede gobernar en soledad. Por más que se concentre el poder decisorio en la figura presidencial es necesario establecer coaliciones con los grupos de interés relevantes y por más que se utilice y abuse de las facultades legislativas del ejecutivo es necesario contar con el apoyo del poder legislativo.

Por más que el estilo de gobierno personalista tenga un cierto tono de autoritarismo el apoyo popular es vital para la continuidad en el poder en los regimenes democráticos.

 

*Facultad de Ciencias Sociales (UBA)

 

 

Bibliografía

·         Alberto Amadeo Baldioli: Neodecisionismo en América Latina: entre la apatía cívica y la participación política. Argentina y Brasil (1989-1992), Revista Debates Latinoamericanos. Número 1. Centro Latinoamericano de Estudios Avanzados-CLEA. Buenos Aires.

·        Delia Ferreira Rubio y Mateo Goretti: Cuando el presidente gobierno solo, Menem y los decretos de necesidad y urgencia hasta la reforma constitucional. (Julio 1989-Agosto 1994). Desarrollo económico-revista de ciencias sociales (Buenos Aires) vol 36, N° 141, abril-junio 1996.

·        Fabián Bosoer- Santiado Leiras: Los Fundamentos Filosófico-Políticos del Decisionismo presidencial en la Argentina, 1989-1999: ¿Una nueva matriz ideológica para la democracia Argentina? Capítulo 2, Argentina entre dos siglos, la política que viene. Eudeba.2001.

·        John Williamson: La democracia y el consenso de Washington. World Development, Vol 21. 1993

·        Packenham, RobertThe politics of economic liberization: Argentina and Brazil in comparative perspective. Documento de trabajo Número 206. Helen Kellog Institute. Notre Dame. 1994

·        Palermo, Vicente: ¿Cómo se gobierna Brasil? El debate brasileño sobre instituciones políticas y gestión de gobierno”. Revista Desarrollo Económico. Número 159. Buenos Aires. (2000)

·        Santiago Cesar Leiras: De Carlos Menem a Néstor Kirchner, cambios y continuidades en la democracia Argentina. VIII Congreso Nacional de Cencia Política de la Sociedad Argentina de Análisis Político.2007

·        Tavares de Almeida, Maria Herminia: Negociando a reforma: a privatizacao de empresas publicas no Brasil Revista Dados. Volumen 42. Número 3. Río de Janeiro.

·        Won-Ho Kim: Estado versus mercado en América Latina, una perspectiva a partir de las experiencias de Asia del Este. Revista Nueva Sociedad N° 221, mayo-junio. 2009

 

 

 

 

 

 

 



·        [1] Tavares de Almeida, María Herminia: Negociando a reforma: a privatizacao de empresas publicas no Brasil Revista Dados. Volumen 42. Número 3. Río de Janeiro.

 

[2] Delia Ferreira Rubio y Mateo Goretti: Cuando el presidente gobierno solo, Menem y los decretos de necesidad y urgencia hasta la reforma constitucional. (Julio 1989-Agosto 1994). Desarrollo económico-revista de ciencias sociales (Buenos Aires) vol 36, N° 141, abril-junio 1996.pág 82,

[3] Ibíd.pág. 45

[4] Ibíd., pág. 472

[5] Alberto Amadeo Baldioli: Neodecisionismo en América Latina: entre la apatía cívica y la participación política. Argentina y Brasil (1989-1992), Revista Debates Latinoamericanos. Número 1. Centro Latinoamericano de Estudios Avanzados-CLEA. Buenos Aires .pag 13