Revista Nº16 " DEFENSA NACIONAL Y SEGURIDAD HEMISFERICA "
Universidad de Buenos Aires

 

Resumen:

 

Las Fuerzas Armadas, a lo largo de todo el siglo XX, han sido un factor de poder determinante en la suerte de los procesos pol�ticos de todos los pa�ses de Latinoam�rica. Asociadas siempre a un nacionalismo conservador, y bajo la influencia doctrinal de los Estados Unidos, se consolidaron como� garantes del status quo, oponi�ndose a cualquier gobierno de tendencia �izquierdista� que intentase construir un proyecto alternativo.

El nuevo escenario pol�tico regional de �Giro a la Izquierda�, con la llegada al gobierno, por v�a democr�tica, de los presidentes  Ch�vez en Venezuela y Evo Morales Bolivia, se ha producido una serie de transformaciones de corte revolucionario que modificaron por completo la estructura de la vieja democracia liberal.

El objetivo del presente trabajo es analizar comparativamente los v�nculos existentes entre las FF.AA. y los presidentes de Venezuela, Hugo Ch�vez Fr�as, y de Bolivia Evo Morales Ayma, para establecer cu�l seria el nuevo rol asignado a las FF.AA. en sus proyectos pol�ticos de corte Socialista.

 

 

 

Abstract:

 

Throughout the twentieth century, the Armed Forces have been a determining factor concerning the distribution of power in the political processes of all of the countries in Latin America. Always associated with a conservative nationalism and under the doctrinal influence of the United States, the Armed Forces were consolidated as guarantors of the status quo, opposing any government with leftist tendencies that intended to construct an alternative project.
The new, regional political scene known as "The Turn to the Left," with the arrival of Presidents Ch�vez in Venezuela and Evo Morales in Bolivia both elected through democratic means, has produced a series of revolutionary transformations that have completely
modified the structure of the old liberal democracy.
The objective of this work is to comparatively analyze the existing links between the Armed Forces and the presidencies of Hugo Ch�vez Fr�as and Evo Morales Ayma in Venezuela and Bolivia respectively in order to establish what new role the Armed Forces would be assigned in their socialist political projects.

 

 

 

�Liderazgo pol�tico y Fuerzas Armadas: una aproximaci�n al modelo venezolano de Ch�vez y al de Bolivia de Morales, en perspectiva comparada�

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������������������ Por: Nicol�s Alfredo Garc�a*

 

 

INTRODUCCI�N

 

 

Las Fuerzas Armadas, a lo largo de todo el siglo XX, han sido un factor de poder determinante en la suerte de los procesos pol�ticos de todos los pa�ses de Latinoam�rica. Asociadas siempre a un nacionalismo conservador, y bajo la influencia doctrinal de los Estados Unidos, se consolidaron como� garantes del status quo, oponi�ndose a cualquier gobierno de tendencia �izquierdista� que intentase construir un proyecto alternativo.

Es por ello que resulta necesario en este contexto de gobiernos autoproclamados de izquierda en la regi�n, analizar el� rol que ocupan las Fuerzas Armadas. As� como� tambi�n hacer un estudio de los v�nculos existentes entre las mismas y los presidentes.�

El nuevo escenario pol�tico regional de �Giro a la Izquierda�, con la llegada al gobierno, por v�a democr�tica, de los presidentes  Hugo Ch�vez Fr�as en Venezuela en 1999 y Evo Morales Ayma en Bolivia en 2006, se han producido una serie de transformaciones de corte revolucionario que modificaron por completo la estructura de la vieja democracia de corte liberal.

�Es en este contexto, de transformaciones y de incorporaci�n de nuevos actores a la arena pol�tica,� en donde se� pueden abrir� varios interrogantes. �C�mo es la relaci�n que se establece entre los presidentes y las FF.AA? �Cu�l es la visi�n que tienen los presidentes, Ch�vez y Morales, de las Fuerzas Armadas? y �Cu�l es el rol de las FF. AA en estos procesos transformadores?.

El objetivo del presente trabajo es analizar comparativamente los v�nculos existentes entre las FF.AA. y los presidentes de Venezuela, Hugo Ch�vez Fr�as, y de Bolivia Evo Morales Ayma, para establecer cu�l seria el nuevo rol asignado a las FF.AA. en sus proyectos pol�ticos de corte Socialista.

En esta monograf�a partimos de la hip�tesis de que �El nuevo rol asignado a las Fuerzas Armadas por Hugo Ch�vez Fr�as en su proyecto de �socialismo del siglo XXI� en� Venezuela, como as� tambi�n de Evo Morales Ayma y su �revoluci�n democr�tica cultural� en Bolivia., la convertir�an� en el garante institucional y la base de sustento de sus liderazgos pol�ticos�

El marco general sobre los gobiernos de los presidentes Hugo Ch�vez y Evo Morales ser� tratado a partir de los trabajos de Marco Aurelio Garc�a, �lvaro Garc�a Linera y complementado por los estudios de la autora Deborah Norden.

La investigaci�n se servir� de los trabajos de Enrique Ib��ez Rojo y Walter Guevara para explicar el marco hist�rico en el cual se desarrollaron las Fuerzas Armadas en Bolivia. La situaci�n de Venezuela ser� estudiada a partir de los textos de Edgardo Lander y de Jos� Machillanda.

Las obras de Juan Romero, Luis Tapia, Luis Lander y Margarita Maya se utilizar�n para describir y comparar las rebeliones sociales y el proceso de� resquebrajamiento del modelo neoliberal que se da con la llega democr�ticamente de los presidentes Ch�vez en Venezuela� y Morales en Bolivia.

Por �ltimo, en lo que espec�ficamente se refiere a las Fuerzas Armadas bajo los gobiernos de izquierda utilizaremos el trabajo de Sonia Alda Mej�a� para analizar el caso de Bolivia, mientras que para el caso de Venezuela nos sustentaremos en los escritos de Francine J�come.

 

 

 

 

 

Antecedentes hist�ricos:

 

 

Fuerzas Armadas entre el apego al orden constitucional y las dictaduras.

 

Tanto en Bolivia como en� Venezuela, el mantenimiento del fr�gil equilibrio de los Estados Nacionales en el siglo XIX se realiz� a trav�s de la mediaci�n de la fuerza armada de los Caudillos o grupos armados. Este dato da la pauta del gran valor que� adquiri� el factor militar en el devenir de los Estados modernos en el siglo XX.

����������� En el caso particular de Venezuela, la excesiva incidencia del elemento militar en el mantenimiento del orden institucional, gener� un proceso de progresivo deterioro de la participaci�n del factor civil en� la estructura pol�tica.

El Pacto de Punto Fijo es el intento m�s n�tido de subordinar a las FF.AA. ante el gobierno de los civiles. Este pacto de gobernabilidad tienen como protagonistas a los dos principales partidos� pol�ticos del pa�s (Acci�n Democr�tica y COPEI), la alta jerarqu�a de la iglesia cat�lica, la confederaci�n� de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la mayor organizaci�n empresarial FEDECAMARAS. (Lander 2001,1) Posteriormente, en el mandato del presidente R. Betancourt (1959-1963)� y a trav�s de los instrumentos jur�dicos (Constituci�n de 1961 y la ley org�nica de las FF.AA.) se logra encausar a los militares en la aceptaci�n de su subordinaci�n al poder civil que se va a mantener inalterable hasta 1992.

�Alejada de esa realidad venezolana, Bolivia transit� desde la tr�gica derrota en la Guerra del Chaco, un proceso de agotamiento de su modelo pol�tico olig�rquico que confluy� en la Revoluci�n del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en 1952.� El proyecto que concibiera el MNR, nutrido por sectores del ejercito que antes hab�an intentado reformas con el general Villarroel, pretendi� recortar los recursos de los �barones del esta�o� para� paliar las extremas dificultades que atravesaba el pa�s. (Toer, 2008, 71)

A diferencia de la plena subordinaci�n y lealtad de las FF.AA. a los gobiernos democr�ticos en Venezuela, las FF.AA. en Bolivia tendr�n plena injerencia en la pol�tica domestica a tal punto de convertirse en su actor principal.� El golpe de Estado al mando del general Barrientos en 1964 dar� inicio a un largo ciclo autoritario. Lo particular del proceso boliviano es que desde 1969 a 1971 se vivi� un �breve experimento del populismo militar� (Ib��ez Rojo, 1993 2- ) a cargo de los generales Ovando y Torres. Estos militares nacionalistas lograron la adhesi�n de la Central Obrera Boliviana (COB), elemento que alert� a los sectores m�s conservadores de las FF.AA., encabezadas por el coronel Hugo B�nzer, quienes en 1971 realizaron otro golpe de Estado, iniciando otro nuevo ciclo de represi�n y exclusi�n pol�tica de los sectores populares. Este periplo de inestabilidad pol�tica al mando de las FF.AA. terminar� con la elecci�n democr�tica del presidente Siles Zuazo en 1982.

Cabe destacar como un elemento central, que une o relaciona el accionar que han llevado adelante las diferentes FF. AA de cada uno de los pa�ses, es el grado de injerencia que tuvieron los EE UU dentro de las instituciones en el contexto de la guerra fr�a y la Doctrina de Seguridad Nacional. Tanto en Bolivia, como en Venezuela, las Fuerzas Armadas fueron empleadas para contrarrestar los movimientos insurgentes de izquierda. Un hecho con gran trascendencia simb�lica, es la captura y posterior fusilamiento del guerrillero argentino Ernesto �Che� Guevara, en 1967, por parte de los militares �Rangers� bolivianos entrenados y asistidos log�sticamente por las Fuerzas Armadas� Norteamericana.

Las� FF.AA. y el devenir de la crisis neoliberal.

 

 

Bolivia: de la estabilidad democr�tica a las rebeliones sociales.

 

Bolivia va a atravesar desde 1982 a 2003 una continuidad democr�tica in-interrumpida que da fin a una seguidilla de 20 Golpes militares en 45 a�os (Guevara, 20-1989) Se impone la soluci�n pol�tica ante los conflictos sociales. Con el empleo de pol�ticas neoliberales en la presidencia de Paz Estenssoro en 1985 se desarticul� la� capacidad de resistencia de los actores sociales, principalmente de la Central Obrera Boliviana, sin recurrir a la violencia del sector militar.�

����������� Las FF.AA. dejan de ser una amenaza y se apegan al orden constitucional vigente. Paralelamente a los canales formales de subordinaci�n militar al poder legalmente constituido, tambi�n se emplean� mecanismos informales para garantizar esta obediencia. (Guevara, 1989-20)

En el contexto de fin de la guerra fr�a: las prioridades de seguridad global,� fuertemente condicionadas por EE.UU., est�n marcadas por las denominadas nuevas amenazas (Vargas Vel�squez, 2008-4). El narcotr�fico se convierte en la principal amenaza para la estabilidad pol�tica, se trata de un factor delictivo y no pol�tico-militar que contribuye a precipitar la fractura del sistema de dominaci�n castrense del pa�s. Siendo Bolivia unos de los pocos pa�ses donde se cultiva la hoja de coca en condiciones optimas, los militares han ido comprometi�ndose cada vez m�s, proporcionando a los narcotraficantes impunidad.� (Guevara, 1989-21)

�En oposici�n al accionar de las FF.AA. contra la erradicaci�n de la Hoja de Coca va a surgir un incipiente movimiento campesino, cuyo n�cleo m�s combativo se encuentra en el departamento de Cochabamba. Su l�der sindical, Evo Morales,� ser� uno de los actores principales en la lucha contra el neoliberalismo.

Bolivia atravesar� un proceso de crisis democr�tica como consecuencia del desgaste de modelo neoliberal. Periodo conceptualizado por Garc�a Linera como la etapa de �develamiento de la crisis del Estado�[1]. Las revueltas populares conocidas como �la guerra del agua� en el 2000 y �la guerra del gas� en el 2003 provocan� la ca�da de los presidentes� S�nchez de Lozada y C. Mesa. Los movimientos sociales, aglutinados en el partido Movimiento al Socialismo (MAS), empiezan a ocupar un rol clave en el desarrollo de esta nueva etapa en la vida pol�tica boliviana� Ante estos episodios las FF.AA. se mantienen bajo las �rdenes de los presidentes constitucionales pero dejan en claro que �est�n preparadas para intervenir, solo en el caso que la soluci�n pol�tica, constitucional y democr�tica fracasara�. De esta manera las FF.AA. actuaron con prudencia y moderaron el desenlace de la crisis neoliberal y la emergencia del MAS como nuevo partido que le disputa el poder a la �elite gobernante�.����

 

 

 

 

La quiebra del �putofijismo� venezolano.

 

En Venezuela el panorama parec�a transcurrir aparentemente bajo total tranquilidad. Pero paralelamente, el� proceso de pacificaci�n� de la primera etapa despu�s de �punto fijo� trajo cambios significativos en la profesionalizaci�n �de las FF.AA., constituy�ndose en �un elemento clave de estos cambios la transformaci�n de la Escuela Militar. En el a�o 1973, el entonces presidente Rafael Caldera hizo un cambio sustantivo, al aprobar la creaci�n del Plan de Estudios Andr�s Bello, cuyo objetivo era convertir las escuelas militares en Institutos Superiores Universitarios e incrementar la profesionalizaci�n de los oficiales. ��

El plan Andr�s Bello:

�permiti� que numerosos contenidos te�ricos que apuntaban a que el l�der militar pueda, en buena medida, interpretar la situaci�n econ�mica del pa�s, la situaci�n� y caracter�sticas de sus Fuerzas Armadas, la situaci�n pol�tico-social de Latinoam�rica, la posici�n estrat�gica de Venezuela, el componente militar en el proceso de cambio del pa�s, la influencia� de la tecnolog�a en la guerra moderna y los conceptos sobre seguridad� y defensa� (Machillanda 1988.13-124)

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Estos cambios en la formaci�n militar desplazan el envi� de militares a la ESCUELA de las AMERICAS. Este proceso educativo marca una notable diferencia con la formaci�n recibida por los militares en Bolivia.

Subterr�neamente, en Venezuela, se empiezan a tejer movimiento insurrecci�nales de naturaleza militar o c�vico-militar que se fortalecer�n durante la d�cada del ochenta .Etapa que Machillanda (1988, 49) denomina de diferenciaci�n en las relaciones civiles militares del sistema pol�tico venezolano 1974-1992. ������

Con el agotamiento del modelo de democracia pactada del puntofijismo, que excluye a los sectores populares, empiezan a advertirse fuertes tensiones� entre el sector castrense y la dirigencia pol�tica civil. Poco a poco se fue perfilando una tendencia entre los militares que buscaba mayor participaci�n pol�tica. Dentro de las organizaciones militares clandestinas se encuentran: el Ejercito Bolivariano Revolucionario (EBR) que luego pasara a llamarse Movimiento Revolucionario 200 (MBR-200) y los COMACATES. (Comandantes, Mayores, Capitanes, Tenientes)

Es as� que en febrero de 1989 la violencia se hizo presente en el escenario nacional de Venezuela, cuando a ra�z del alza del precio de los pasajes en el transporte colectivo, la protesta popular se convirti� en una situaci�n de anomia y desorden, lo cual amerit� la suspensi�n de las garant�as constitucionales y la militarizaci�n del pa�s. Hecho conocido popularmente como el �Caracazo� (Olivieri y Guardia, 2008, 3).

Por primera vez en mucho tiempo los militares salieron de sus cuarteles. El Presidente Carlos Andr�s P�rez, viendo que la polic�a era incapaz de controlar las manifestaciones: ��recurre a las instituciones cediendo as� las riendas del poder en al ministro de Defensa el General Alliegro. De esta manera hombres que estaban entrenados para combatir enemigos externos se encontraron apuntando sus armas hacia sus propios conciudadanos.�����

A partir de esta fecha se manifest� un progresivo deterioro de la imagen y capacidad de convocatoria de los partidos, l�deres pol�ticos e instituciones del Estado, como uno de los signos de la p�rdida de legitimidad del sistema pol�tico conocido como �de conciliaci�n de �lites� (Norden. 2003, 125)

�El �4 de febrero de 1992 se produce un intento de golpe de Estado encabezado por un joven coronel Hugo Ch�vez Fr�as, miembro del MBR-200. Su intentona golpista no tiene �xito en el corto plazo .Sus tropas son derrotadas y �l es encarcelado. Pero en el largo plazo, �el hecho de liderar un intento de golpe de Estado que busca romper con la� estable democracia venezolana producto de pacto de Punto Fijo, lo catapulta como m�ximo l�der opositor. Su objetivo era claro, dejar atr�s 40 a�os de democracia liberal para instaurar una democracia directa y popular. Su nuevo desafi� era imponerse democr�ticamente en� las elecciones de 1998.�

 

Los Presidentes de izquierda y las FF.AA.

 

Con la llegada al poder de los presidentes Hugo Ch�vez en Venezuela� (1999) y Evo Morales en Bolivia (2006), comienza una etapa radicalmente diferente en la pol�tica nacional de ambos pa�ses. Las� Fuerzas Armadas no permanecer�n ajenas ante este in�dito contexto, en el cual pasaran a ocupar un rol clave.

En Venezuela el presidente Ch�vez, haciendo cumplir su promesa electoral, llama a modificar la Constituci�n a trav�s de la Asamblea Constituyente. Esta nueva etapa en la vida pol�tica venezolana genera amplias expectativas en el sector militar, que tendr� en ese momento una oportunidad in�dita de formar parte de un gobierno democr�tico.

El� proyecto �bolivariano�, que continua proclam�ndose en la actualidad, �tuvo como prop�sito, en su principio, la instauraci�n de un nuevo modelo para el pa�s, el mismo ten�a como caracter�stica central establecer una democracia participativa y una sociedad m�s justa y equitativa. Es por esto que, llev�ndose a cabo los cambios que se hab�an propuesto para el pa�s,� Ch�vez� decide convocar una Asamblea constituyente para proclamar una posterior modificaci�n de la caduca constituci�n �puntofijista� de 1961.

La Constituci�n Bolivariana de la Rep�blica de Venezuela, le permitir� al Gobierno de Ch�vez, el establecimiento de una estructura pol�tico-jur�dico y econ�mico que sentara las bases legales para su nuevo proyecto. Desde esta perspectiva se busc� la puesta en marcha de un gobierno de car�cter c�vico militar, cuyos actores principales serian el pueblo y las Fuerzas Armadas. La necesidad de una estrecha relaci�n en la conjunci�n de estos dos elementos es fundamental para la defensa y el �xito de la �revoluci�n�.�

Como bien� lo marca JM Romero:

 

�La presencia del elemento militar en� el gobierno de Hugo Ch�vez, se dio desde su instalaci�n en febrero de 1999, a trav�s del nombramiento del coronel retirado Lu�s Alfonso D�vila, como presidente del congreso (hoy denominada Asamblea Nacional) y era as� , pues el nombramiento era parte de la concesi�n hecha a uno de los sectores que perviv�an dentro del chavismo: los militares que formaron parte de la conspiraci�n previa y posterior al intento de golpe de Estado de 4 de febrero de 1992� ( Romero, 2008, 13-10)

 

La nueva Constituci�n Bolivariana fue una notable herramienta que permiti� la transformaci�n de las FF.AA. en un instrumento de mediaci�n y apoyo pol�tico. Esta situaci�n queda marcada expl�citamente en dos de sus art�culos.� En el articulo 328[2] se establece un nuevo rol para las Fuerzas Armadas, el cual se sumar� al de las labores tradicionales de seguridad y defensa, ese nuevo rol agrega una obligaci�n: la de participar en la consolidaci�n del modelo pol�tico. Otro art�culo que demuestra los cambios para el organismo estatal es el 330[3] que significar�a un cambio rotundo en lo que ata�e al papel de subordinaci�n de las Fuerzas Armadas Nacionales establecido en la constituci�n de 1961. Es a trav�s de este art�culo que se le concede el derecho al sufragio en las elecciones de las autoridades en Venezuela� (Romero, 2008,21)

 

En el caso de Bolivia con la llegada al poder de Evo Morales en el 2006, las FF. AA. se mantendr�n expectantes ante el� rumbo pol�tico, aunque tambi�n manifestar�n p�blicamente en ese momento su respeto y subordinaci�n ante un gobierno electo democr�ticamente. No obstante, apenas asumi� la presidencia Evo Morales dejo en claro cual ser�a el papel de las FF.AA. en su gobierno. El propio presidente� confirma su posici�n� en su discurso p�blico, para la posesi�n del alto mando militar y policial el 24 de enero de 2006. Morales dejo acentuada su idea con respecto a las FF.AA. diciendo: Despu�s de reflexionar profundamente como Capit�n General de las Fuerzas Armadas, he entendido que es importante potenciar, fortalecer a nuestras Fuerzas Armadas, porque un pa�s sin Fuerzas Armadas no ser�a un pa�s libre, soberano, y por eso hay que fortalecerlas�.

 

Teniendo en cuenta procesos anteriores, tanto pol�ticos como econ�micos y sociales, el gobierno de Evo Morales tom� dos reivindicaciones� populares, las mismas hab�an justificado la ca�da de los anteriores presidentes. El MAS hizo suyas esas motivaciones sociales insatisfechas, al punto de ser los ejes fundamentales de su gobierno. Los dos ejes sobre los que el partido cre� una base firme para llegar al gobierno fueron: la nacionalizaci�n de los hidrocarburos y la celebraci�n de una Asamblea Constituyente. Ambas cuestiones se han considerado fundamentales para iniciar un profundo proceso de transformaci�n y� para implantar en Bolivia una �verdadera democracia participativa�, un Estado multinacional y pluricultural, justicia social y la liberaci�n del neo-colonialismo, del imperialismo y las transnacionales, entre otras cuestiones.[4] Para llevar acabo un plan de transformaci�n en esas dos �reas, el presidente Morales ha pedido la colaboraci�n de las Fuerzas Armadas, a las que les ha otorgado una considerable centralidad. (Alda Mej�a, 2008, 8)

El objetivo fundamental del MAS es implicar a las Fuerzas Armadas en el proyecto de transformaci�n, intentando que las mismas fuerzas formen parte �del desarrollo econ�mico, social, pol�tico, cultural de nuestros pa�s�. Pese a la breve referencia dedicada a las Fuerzas Armadas se considera que �stas �deben responder a necesidades de cambio, de tratar de establecer una relaci�n rec�proca con el pueblo�[5].

Las FF.AA. de Bolivia, no s�lo se han ocupado de la cuesti�n de Defensa en su concepci�n tradicional, sino que tambi�n� han incursionado en m�ltiples misiones no tradicionales. Las medidas tomadas, hasta el momento, han estado orientadas en este sentido. Ejemplo de las� transformaciones en las actividades de las Fuerzas Armadas son: las campa�as con la intenci�n de prestar atenci�n m�dica odontol�gica, desparasitaci�n, vacunaci�n, el suministro de vitaminas en comunidades con altos �ndices de pobreza, construcci�n de carreteras y obra p�blica civil, as� como tambi�n la incorporaci�n a campa�as de alfabetizaci�n colaborando con cuestiones de log�stica.

Parte de la acci�n social de las Fuerzas Armadas tambi�n se centra en formar a los soldados que cumplen con el servicio militar, un tema en el que el actual gobierno ha puesto especial �nfasis. Se aspira a que el servicio militar obligatorio sea una oportunidad para la formaci�n profesional. Tratando de emular lo que fue el plan Andr�s Bello en la formaci�n profesional de los militares venezolanos

De igual manera desde los inicios del gobierno de Ch�vez, se dise�o el Proyecto de Acci�n de integraci�n social. (PROPa�s), el cual form� parte del proyecto Bol�var 2000. Este plan se encontraba definido como �un plan c�vico militar que tiene como finalidad activar y orientar la recuperaci�n y fortalecimiento de Venezuela y atender las necesidades sociales del pa�s�[6].

�En Bolivia, las FFAA intervienen en dos temas muy conflictivos. Uno de ellos es la lucha contra el narcotr�fico. La represi�n directa de este il�cito le corresponde a las fuerzas policiales. Sin embargo en algunos casos puntuales los militares bolivianos son convocados por el gobierno para participar en la lucha contra el narcotr�fico, sea integrando una Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) con la polic�a, o actuando por s� mismo sin integrarse con fuerzas policiales. Este modelo de conducta que lleva m�s de dos d�cadas de vigencia, no se ha alterado con el acceso al poder de Evo Morales.

�������� ���� �Como evidencia de la vigencia de este modelo, en abril de 2007 el presidente Morales moviliz� aproximadamente� un centenar de efectivos militares a la zona de Caravini, en el tr�pico del departamento andino de La Paz, para realizar tareas de erradicaci�n de plantaciones ilegales de coca� (Bartolom�  2008-24)

 

Las� FF.AA. en Bolivia tambi�n intervienen en �conflictos�� de tierras.� con el objetivo de pacificar a sus protagonistas y contener la violencia social dentro de ciertos par�metros. Dos hechos se destacan sobre el resto. El primero es la asignaci�n al ejercito de la responsabilidad de dirigir el proceso de desarme del grupo denominado �Ponchos Rojos�[7] formados por� campesinos aymaras. El gobierno tom� la decisi�n en enero del 2007 despu�s de realizado un desfile en un pueblo cercano al Lago Titicaca, de miembros de ese grupo, el cual� portaba armas largas.� (Bartolom�  2008-5) EL segundo caso se dio a fines del 2007 en la cuidad de Santa Cruz de la Sierra entre campesinos del Movimiento Sin Tierra (MST) que intentaban ocupar� una hacienda , y j�venes de la fuerza local Uni�n Juvenil Cruce�ista que se opon�an a esa medida de fuerza, esa situaci�n arroj� un saldo de un muerto� y casi treinta heridos. A ra�z de ese desenlace el poder Ejecutivo determin� la conformaci�n de una Fuerza Especial Permanente para afrontar conflictos de tierras. Tambi�n en los �ltimos tiempos, Bolivia utiliza a las Fuerzas Armadas para reafirmar la soberan�a nacional y promover el desarrollo en la porci�n amaz�nica de su espacio territorial.[8]

Un hecho significativo que marc� un hito en el gobierno masista se dio en� mayo de 2006, cuando las tropas del ej�rcito boliviano fueron empleadas en los actos de nacionalizaci�n de los hidrocarburos, ocupando pozos y refiner�as operadas por empresas� extranjeras. La carga simb�lica que tuvo este suceso deja clara la alianza que se forma entre el pueblo-las fuerzas armadas y el proyecto emancipador del MAS.

 

En este marco de uni�n entre las Fuerzas Armadas y el pueblo, algunos de los elementos fundamentales de esta reforma se centran en los mecanismos que regulan las relaciones civiles-militares y en el cambio de misi�n a desempe�ar por los militares. Respecto a las relaciones civiles-militares, el gobierno ha insistido en que la norma y la institucionalidad ser�n los t�rminos fundamentales bajo los que se determinen esta relaci�n. Esta opci�n es una novedad si consideramos que la informalidad y el clientelismo han sido predominantes hasta el momento. Desde la transici�n democr�tica, los privilegios y las prebendas han sido la moneda de cambio empleada para asegurar la subordinaci�n de las Fuerzas Armadas. (Alda Mejia, 2008, 5)

 

 

En Venezuela las reacciones del arco opositor al proceso de transformaci�n del presidente Ch�vez no se hicieron esperar. Los grandes sectores marginados del manejo del aparato gubernamental como los partidos pol�ticos tradicionales, los sectores capitalistas agrupados en FEDECAMARAS, la Confederaci�n de Trabajadores de Venezuela (CTV), sumados a los medios de comunicaci�n privados comenzaron, una campa�a de continu� enfrentamiento. Su punto m�ximo de tensi�n de dio en abril de 2002 con el golpe de Estado que duro apenas tres d�as e involucro a un cierto sector de la plana mayor de las Fuerzas Armadas.

Una explicaci�n a la participaci�n del frustrado proceso destituyente del Presidente Ch�vez� por parte de un selecto grupo de altos mandos castrense es la aportada por� J. M Romero.

Para el autor los sucesos de abril de 2002 hay que enmarcarlos en un:���

 

��contexto de frustraci�n de las expectativas creadas dentro del sector castrense en relaci�n con el proceso de cambio institucional iniciado por Hugo Ch�vez, donde los militares esperaban que se terminara con un rol que les hab�a sido asignado, desde su institucionalizaci�n y sometimiento al poder civil a partir de 1958, que los obligo a transformarse en factores de disuasi�n de cualquier manifestaci�n pol�tica contraria al gobierno de turno, operando por lo tanto los militares, como brazo ejecutor de los anhelos y manifestaciones de poder de los actores pol�ticos tradicionales. Cuando el chavismo, por las mismas circunstancias de debilidad pol�tico organizativa del Movimiento Quinta Rep�blica (MVR) transform� a las FAN en un operador pol�tico de las acciones p�blicas destinadas a lograr la adhesi�n social del colectivo a trav�s del Plan Bol�var 2000 y la progresiva utilizaci�n de los militares en otras funciones, se produjo esa crisis de expectativas, que explican los m�ltiples pronunciamientos de� miembros del estamento militar en los a�os 2001-2002.� � (Romero, 2008, 22)

 

 

 

�� Es tambi�n en este contexto de frustraci�n de las expectativas� �que gran parte de los altos mandos se mantuvieron leales a Ch�vez. Vale destacar la fidelidad del Comandante de la Brigada de Paracaidistas del Ej�rcito Ra�l Isa�as Baduel[9] quien dirigi� la llamada "Operaci�n: Restituci�n de la Dignidad Nacional" cuyo objetivo era rescatar de su cautiverio al presidente Hugo Ch�vez, y el General Jes�s del Valle Morao, que en el 2002 era comandante de Regimiento de Guardia de Honor Presidencial que retom� el control del palacio de Miraflores, al d�a siguiente que el presidente de FEDECAMARAS, Pedro Carmona Estanga[10] se autoproclamara Presidente de Venezuela disolviendo mediante decreto todos los poderes p�blicos. Una vez que se encarcelaron a los militares sediciosos y se depuro a todo miembro de la Fuerza Armada Nacional que no se subordin� a las �rdenes del Poder Ejecutivo, las FAN venezolanas volvieron a convertirse en el brazo de confianza del Presidente Hugo Ch�vez.

El gobierno de Evo Morales tambi�n atraves� momentos de debilidad institucional que pusieron en riesgo su continuidad. Los hechos comenzaron con los intentos de referendos auton�micos en los departamentos que conforman la �media luna� del pa�s (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), referendos que fueron calificados como ilegales por parte del Poder Ejecutivo. Desde el gobierno se argument� que los procesos auton�micos pod�an derivar en un espiral de violencia que podr�a afectar negativamente la integridad territorial de la naci�n. El propio ministro de la presidencia, Juan Ram�n Quintana dijo: �que las consultas electorales deb�an suspenderse para preservar el contexto de unidad nacional pues la patria est� signada de un peligro de fragmentaci�n� (Bartolom� M. 2008-2) Estas amenazas de una posible divisi�n territorial de la Rep�blica que fueron llevadas a cabo por los sectores m�s ricos de oriente, llevo a buena parte de los sectores castrenses a encolumnarse junto a Morales para impedir que se debilitara el control del gobierno central y la posible divisi�n territorial de Bolivia.���

 

Un actor principal que se hace fuerte.

 

Cambio en la doctrina de seguridad y el rol de la UNASUR.

 

Unos de los principales objetivos del gobierno de Evo Morales, consisti� en administrar la defensa como una pol�tica p�blica, entre cuyas caracter�sticas principales se encuentra el principio de supremac�a civil. Este objetivo es de exigencia fundamental en una democracia representativa. Esto, sin embargo, pareciera ir en contra� del esfuerzo de convertir a las Fuerzas Armadas en un eje de apoyo al proyecto pol�tico del MAS. Si por un lado el objetivo principal es implantar la norma y la institucionalidad como el elemento fundamental que medie en las relaciones civiles miliares, bajo el control civil; por otro determinadas medidas del gobierno masista, como la directa implicaci�n de las Fuerzas Armadas en los proyectos pol�ticos del MAS, podr�a cuanto menos neutralizar los esfuerzos orientados en aquel sentido. (Alda Mej�a, 2008, 9)

Es por esto que resulta determinante la institucionalizaci�n de las relaciones civiles- militares, como �nico ant�doto para lograr la supremac�a civil y la democratizaci�n de esta Fuerza. Tambi�n se hace precisa la implementaci�n de un marco jur�dico mediante el cual se establezca la norma que ha de regir la Defensa y las relaciones civiles-militares.

Una particularidad del proceso boliviano es el nuevo rol que le asignan a las Fuerzas Armadas. Se deja de lado las cl�sicas misiones relacionadas con la seguridad interior, particularmente la lucha antidroga, que queda bajo la �rbita de la polic�a en lo que ata�e al narcotr�fico. Otra de las misiones que se le va quitando a las Fuerzas de su espectro de acci�n es� el control de la movilizaci�n social. Uno de los� motivos� que han justificado la oposici�n del MAS a las tareas de seguridad interior� de las FFAA, es el gran n�mero de victimas fatales y la violaci�n de derechos humanos que habr�an sucedido en los gobiernos anteriores.

El nuevo rol que se le asigna a las Fuerzas Armadas parece ser el de desempe�ar tareas que den un fuerte impulso en el desarrollo nacional. Este papel qued� plasmado en las propuestas del MAS a la Asamblea Constituyente, adem�s de asignar como tareas fundamentales el cumplimiento de la Constituci�n, la soberan�a y la independencia nacional, la protecci�n de las fronteras nacionales y de los recursos naturales, tambi�n se encuentra la colaboraci�n de las Fuerzas Armadas a las pol�ticas de desarrollo del pa�s.

 

Seg�n las palabras del� ministro de Defensa de Bolivia, Walker San Miguel: �El nuevos paradigmas de la seguridad y defensa que tienen que ver fundamentalmente con los nuevos desaf�os de los Estados y, especialmente, del Estado Plurinacional. Ya que la visi�n cl�sica de la defensa entendida como vig�a, como aquella que implica colocar puestos fronterizos o asume hip�tesis de conflictos interestatales, si bien no ha desaparecido, se ha modificado�. [11]

 

El nuevo paradigma de defensa y seguridad integral se asocia a todo el universo que rodea la vida del ser humano en sociedad, como individuo y en comunidad. Desde esta perspectiva, la seguridad integral est� relacionada al medioambiente, a la alimentaci�n, a la salud y actividades econ�micas dedicadas a la gesti�n de recursos naturales y/o su exportaci�n.

Desde el primer a�o de gobierno se insisti� en el apoyo a proyectos de desarrollo y a programas de conservaci�n del medio ambiente en �reas rurales. Las primeras medidas se orientaron hacia campa�as de atenci�n m�dica, construcci�n de infraestructuras, participaci�n en campa�as de alfabetizaci�n o en la protecci�n del medio ambiente. Adem�s de estas tareas, el ej�rcito tambi�n asumi� en 2006 la distribuci�n del bono �Juancito Pinto�[12]y en 2008 el pago de la �Renta Dignidad�.[13]

Los antecedentes de estos proyectos se remontan a la otra historia del Ej�rcito boliviano: la historia nacionalista, anti-imperialista y anti-olig�rquica. Cuyos or�genes se ven plasmados en la tr�gica Guerra del Chaco[14] donde se da el escenario para el gran desenga�o liberal, y el inicio de su derrumbe como ideolog�a dominante en la sociedad boliviana. Habr� que esperar hasta 1952, con la revoluci�n del MNR para que se empiece a materializar la idea de �Ejercito Productor�[15], de esta manera se buscaba que� el ejercito estuviera ligado estrechamente a los cambios socio-econ�micos que se estaban llevando a cabo. Tambi�n se puede observar rastros de ese nacionalismo militar en los gobiernos de Ovando y Torres iniciados en 1969, con las nacionalizaci�n de las concesiones privadas de explotaci�n de� petr�leo y las minas.

En la actualidad, la Corporaci�n de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional (COFADENA), empresa estatal ubicada en la localidad Cochabambina de Santib��ez; la cual hab�a entrado en quiebra en 1978 y que fuera reactivada por el presidente Morales en 2009, ha producido cincuenta �tractores multiprop�sito�[16] destinados para la producci�n agr�cola de la quinua y un �buque multiprop�sito�� destinado a impulsar el turismo en el lago Titicaca.

El Vicepresidente de Bolivia, �lvaro Garc�a Linera reconoce la necesidad de� industrializar la econom�a del pa�s como forma de aumentar la soberan�a nacional. Para Linera[17]� la industrializaci�n, (junto a la autonom�a y el plurinacionalismo)� forma la base del tr�pode de los objetivos del MAS. Es por ello que el gobierno presenta a� las FF.AA. como empresarios mod�licos, ya que su forma de trabajar representa un modelo ideal de desarrollo productivo, pues contribuyen a un desarrollo end�geno que permitir� prescindir de la influencia imperialista.

En lo que ata�e a la defensa de la influencia imperialista en la regi�n, la pol�tica militar venezolana dirigida a Sudam�rica persigue la materializaci�n de dos objetivos generales. El primero de ellos apunta en la direcci�n de estructurar mecanismos de integraci�n, cooperaci�n y/o confederaci�n transnacionales de las fuerzas armadas de las acciones de la regi�n. El segundo objetivo general� es alterar el balance militar de la zona en cuesti�n, de tal forma que el poder�o de las armas le permita a Venezuela, tener la suficiente proyecci�n estrat�gica regional para coadyuvar en la tarea de apuntalar, promocionar y/o defender en el terreno operativo a aquellos reg�menes pol�ticos y modelos econ�micos construidos bajo la inspiraci�n de la experiencia nacional venezolana. (Butt�, 2009-4)

����������� Para el desarrollo de estos objetivo, el Presidente Ch�vez propuso avanzar hacia la conformaci�n de un acuerdo militar macro de caracter�sticas similares a la Organizaci�n del Tratado del Atl�ntico Norte, en este caso destinado a operar de manera concreta en el �mbito comprendido por el territorio correspondiente a la porci�n sur del continente. El prop�sito de afiliar a todas las fuerzas armadas de Am�rica del Sur a un �rgano colectivo que propuso denominar Organizaci�n del Tratado de Am�rica del Sur (OTASUR) era para que este organismo asuma� todo lo referente a las tareas vinculadas con la operaci�n de la defensa regional frente a agresiones externas. Proyecto que� no consigui� muchos adeptos y que fue perdiendo fuerza con el Surgimiento de la UNASUR[18].

 

������������ Las relaciones militares entre Bolivia y Venezuela, se hicieron explicitas en el a�o 2006:

 

La relaci�n entre Bolivia y Venezuela, militarmente llego a su punto m�ximo el 26 de mayo de 2006-� fecha en que se firmo el �Acuerdo de Cooperaci�n T�cnica entre la Rep�blica de Bolivia y la Rep�blica Bolivariana de Venezuela en materia de defensa. El acuerdo de marras se firm� con la manifiesta intenci�n de garantizar que las fuerzas armadas de estas dos naciones se brinden asistencia militar mutua y directa en la..."gesti�n de crisis sociales"... (J�come, 2007: 92),

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����������� Entre otras cosas, el contenido del acuerdo obliga a Venezuela a: (1) brindar asistencia t�cnica a Bolivia en materias como... "legislaci�n militar, prevenci�n de conflictos, control de armamentos y desarme, gesti�n presupuestaria, apoyo a la paz, b�squeda, rescate, operaciones humanitarias y control de sustancias qu�micas. (2)construir bases militares diseminadas a lo largo y ancho de la geograf�a boliviana; (3)adiestrar y entrenar un batall�n de ingenieros de la Fuerza Armada de Bolivia; y, (4)mejorar sustantivamente el material b�lico con que opera y operar� la instituci�n armada del pa�s del altiplano (Ib�d.).

����������� El acuerdo entre los pa�ses, est� en plena vigencia y funcionamiento. Los siguientes son algunos ejemplos del accionar derivado de esta alianza militar: los helic�pteros superpuma en los cuales se desplaza a lo interno de su pa�s el presidente Morales son unidades de fabricaci�n norteamericana pertenecientes a la Fuerza A�rea de Venezuela piloteados por efectivos de igual nacionalidad. Igualmente, en repetidas oportunidades el avi�n utilizado por Morales para sus traves�as fuera de Bolivia es propiedad del Estado venezolano y estuvo previamente asignado a la aviaci�n de este pa�s como transporte presidencial. (Butt�, 2009-15)

El �mbito de integraci�n regional por excelencia en materia de seguridad, donde tanto Bolivia como Venezuela juegan un rol importante, es la UNASUR, la Uni�n de Naciones Suramericanas tiene la gran responsabilidad de mantener la paz y la institucionalidad de los diferentes procesos democr�ticos de la regi�n. Tanto sea al interior de un pa�s, como sucedi� en� Bolivia en 2008 con la denominada masacre de Pando, o entre dos pa�ses miembros, como fue la mediaci�n entre Colombia y Venezuela en los momentos de mayor tensi�n��

En el a�o 2011 se ha creado el primer Centro de Estudios Estrat�gicos para la Defensa en el marco de consejo de Defensa Sudamericano de la UNASUR. Seg�n palabras de la actual Secretaria General, Mar�a Emma Mej�a,� �A quedado atr�s la etapa de riesgo institucional, se ha supero esa �poca. Sudam�rica es una zona de paz�. La nueva agenda es la defensa de los recursos naturales de sudamericana ,ya que como dice� la Secretar�a General de UNASUR �vivimos en la zona m�s rica en aguas, m�s rica en biodiversidad, rica en� minerales, rica en petr�leo, rica en carb�n y gas, la que tiene el Amazon�a� [19]

Un concepto que se destaca en la visi�n de Mar�a Emma Mej�a es el de ver al desarrollo como forma de seguridad. Esto coincide con la forma que tienen de ver la seguridad tanto Bolivia como Venezuela. Este hecho no hace sino ratificar el rumbo tomado por estos pa�ses, en donde las Fuerzas Armadas cumplen un papel fundamental. De esta manera, se remarca la idea de �cambio de �poca� en la regi�n, ya no s�lo como un simple concepto ret�rico, sino como algo que se materializa y se hace realidad en cada pa�s de la regi�n.���

 

 

Conclusiones

 

 

Tanto la Revoluci�n Bolivariana, comandada por Hugo Ch�vez, como la Revoluci�n Democr�tica y Cultural boliviana, liderada por Evo Morales, marcan un proceso de ruptura frente al tradicional esquema de funcionamiento sociopol�tico y econ�mico en sus respectivos pa�ses. Ambos procesos desde un primer momento han dejado bien claro que las FF.AA. serian uno de los pilares fundamentales para llevar a cabo los cambios revolucionarios que se propon�an desarrollar.�

� Desde en un primero momento, todo el arco que componen a las Fuerzas Armadas aprovecharon la situaci�n hist�rica que les permit�a tener una plena injerencia en la construcci�n de los procesos pol�ticos de sus respectivos pa�ses. Con el paso del tiempo, la consolidaci�n de los presidentes de izquierda hizo que las Fuerzas Armadas se fueran depurando de aquellos sectores castrenses que se opon�an pol�ticamente al rumbo tomado. De esta manera fueron quedando, en las respectivas instituciones armadas, s�lo aquellos sectores leales a los presidentes, respetuosos del orden democr�tico vigente y que cuentan con una alta impronta nacionalista- antiolig�rquica. Estos atributos les permitieron ganarse la plena confianza del Poder Ejecutivo y convertirse en el brazo ejecutor del modelo en cuesti�n.��

La visi�n cl�sica de la defensa, la defensa entendida como vig�a, se ha modificado. Hablar de defensa y seguridad integral significa hablar de todo el universo que rodea la vida del ser humano en sociedad. Desde esta perspectiva, la seguridad integral est� relacionada a un amplio espectro de acci�n que incorpora tem�ticas como el� medio ambiente, la alimentaci�n, y as� como tambi�n el cuidado de la� salud de la poblaci�n en general.

Bajo esta concepci�n de seguridad, las FFAA, en su b�squeda de reciprocidad con el pueblo, tienen legitimado una amplio campo de acci�n que se manifiesta en los espacios que ocupa en la administraci�n del Estado, muy particularmente en las pol�ticas sociales y de desarrollo. El nuevo rol que se le asigna a las Fuerzas Armadas parece ser el de desempe�ar tareas que den un fuerte impulso en el desarrollo nacional

Desde esta perspectiva, los gobiernos de Bolivia y Venezuela buscan �la puesta en marcha de un gobierno de car�cter c�vico militar, cuyos actores principales sean el pueblo y las Fuerzas Armadas. Las nuevas Constituciones� se convierten en una notable herramienta que permiten la transformaci�n de las FF.AA. en un instrumento de mediaci�n y apoyo pol�tico.

La �nueva perspectiva de integraci�n de Sudam�rica, que se ha fortalecido a trav�s de bloques como el MERCOSUR y la UNASUR, permite trasladar el nuevo paradigma de seguridad y defensa hacia toda la regi�n. De esta manera se legitima los procesos iniciados en Venezuela y Bolivia donde las �FF. AA. tienen el rol� clave de llevar adelante la misi�n del desarrollo nacional, no s�lo en sus propios territorios, sino tambi�n� expandir su acci�n integral hacia todo el continente.

A nuestro modo de ver,� este nuevo rol de las Fuerzas Armadas� permitir� a estar cada vez� m�s cerca de cumplir el objetivo de una definitiva Independencia. En donde la unidad de las naciones Latinoam�rica en pos del desarrollo de la regi�n se convertir� en el m�s s�lido garante de la estabilidad Democr�tica, desterrando definitivamente los fantasmas de las asonadas militares del pasado. El rumbo ya esta marcado, el tiempo nos dir� si estamos cada vez m�s cerca de la verdadera y definitiva independencia de nuestros pueblos.

 

 

*Carrera de Ciencia Pol�tica (UBA)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliograf�a

 

LIBROS

 

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[1] Garc�a Linera. Periodos de la etapa revolucionaria.� Etapa del develamiento de la crisis del Estado 2002 al 2003. Etapa del empate catastr�fico 2003 al 2005. Etapa de sustituci�n de las elites de gobierno 2005 al 2008. Etapa del punto de bifurcaci�n -2008 al 2010 y la etapa de las contradicciones en el seno del pueblo� 2010 a la actualidad. Disponible en http://www.centrocultural.coop/blogs/nuestragente/2011/05/31/alvaro-garcia-linera-en-la-biblioteca-nacional/

[2] Articulo 328. �La Fuerza Armada Nacional constituye una instituci�n esencialmente profesional, sin militancia pol�tica, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberan�a de la Naci�n y asegurar la integridad del espacio geogr�fico, mediante la defensa militar, la cooperaci�n en el mantenimiento del orden interno y la participaci�n activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constituci�n y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, est� al servicio exclusivo de la Naci�n y en ning�n caso al de persona o parcialidad pol�tica alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinaci�n. La Fuerza Armada Nacional est� integrada por el Ej�rcito, la Armada, la Aviaci�n y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misi�n, con un r�gimen de seguridad social integral propio, seg�n lo establezca su respectiva ley org�nica�.

[3] Articulo 330: �Los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en situaci�n de actividad tiene derecho al sufragio de conformidad con la ley, sin que les est� permitido optar a cargo de elecci�n popular, ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo pol�tico�.

 

[4]Programa del MAS�, www.masbolivia.org/mas/programa/principios.htm.

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[5]�Palabras del Presidente de la Rep�blica, Evo Morales Ayma, en el reconocimiento por el alto mando militar de las Fuerzas Armadas en el Colegio Militar de Ejercito�, La Paz, 15/02/06.

 

[6] Ministerio de planificaci�n popular de la Republica Bolivariana de Venezuela

[7] La tradici�n de los Ponchos Rojos se remonta a mucho antes de la creaci�n de la rep�blica en 1825, y la vestimenta de este sector habr�a inspirado el uniforme que hoy caracteriza al Regimiento Colorados de Bolivia Escolta Presidencial. En su mayor�a, las armas que posee el grupo provienen de la Guerra de Chaco y la Revoluci�n de 1952)

[8] Son significativos los avances en la construcci�n por parte de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela de un puerto fluvial sito en la zona conocida como Guijarro -adyacente a la frontera de Bolivia con Brasil- y la edificaci�n de un fuerte militar en el �rea denominada Riberalta -ubicada en la amazon�a boliviana-, siendo el presupuesto programado para ambos proyectos superior a los cincuenta millones de d�lares americanos. Dichas instalaciones se justificaron te�ricamente con la necesidad de la Fuerza Armada de Bolivia de resguardar las zonas fronterizas e incrementar sus posibilidades de enfrentar con

�xito amenazas a la seguridad del pa�s provenientes del tr�fico de sustancias psicotr�picas y

estupefacientes, el comercio ilegal de armas y la explotaci�n no autorizada de recursos naturales.���

 

 

[9] El 5 de noviembre de 2007 se manifest� en contra de la reforma constitucional (promovida por Ch�vez y por la Asamblea Nacional), llamando a levantarse ante lo que se consider� un momento crucial en la historia moderna venezolana El 2 de abril de 2009, Baduel es arrestado por agentes de la Direcci�n de Inteligencia Militar (DIM) por supuestas sospechas de corrupci�n por parte de la Fiscal�a de la Rep�blica. El 7 de mayo de 2010 fue condenado a casi 8 a�os de c�rcel, por el supuesto robo de 30 millones de bol�vares y 3,9 millones de d�lares durante su gesti�n como ministro Mas informaci�n en: www.eluniversal.com/2010/05/08/pol_art_condenan-a-baduel-a_08A3869297.shtml

[10]Fue encarcelado y luego puesto en arresto domiciliario, de d�nde escap�, refugi�ndose en la embajada de Colombia, pa�s que luego le otorg� asilo. La posterior permanencia de Carmona bajo asilo en Colombia ha contribuido a mantener cierto grado de tensi�n entre ambos pa�ses.

 

[11] Entrevista a el ministro de Defensa, Walker San Miguel. Disponible en Http://desarrolloydefensa.blogspot.com.ar/2010/02/bolivia-el-gobierno-busca-revolucionar.html

[12] Programa gubernamental basado en prestar ayudas familiares para fomentar la escolarizaci�n regular de la poblaci�n infantil.

[13] La renta consiste en el pago de 320 d�lares anuales a personas mayores de 60 a�os sin jubilaci�n, mientras los jubilados de la misma edad reciben 240 d�lares mensuales.

[14]Guerra del Chaco: entre Paraguay y Bolivia, se libr� desde mediados del a�o 1932 hasta junio de 1935, por el control del Chaco Boreal.

[15] M�s informaci�n en El nacionalismo militar boliviano. Barrios Mor�n, J.R. disponible en http://www.nuso.org/upload/articulos/1348_1.pdf

[16]http://www.agromeat.com/index.php?idNews=96318

[17]Discurso pronunciado en Bs. As el 31/05/11. Disponible en http://www.centrocultural.coop/blogs/nuestragente/2011/05/31/alvaro-garcia-linera-en-la-biblioteca-nacional/

[18] El 16 de abril del 2007 se efect�an en Isla Margarita, Venezuela, paralelamente el Di�logo Pol�tico de los Jefes de Estado y de Gobierno y, la Cumbre Energ�tica de los pa�ses de Am�rica del Sur. En este marco se decide adoptar el nombre de Uni�n de Naciones Suramericanas (UNASUR) para el proceso sudamericano de integraci�n. Los pa�ses firmantes de este documento fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Per�, Suriname, Uruguay y Venezuela. El Tratado Constitutivo de la UNASUR fue suscrito en Brasilia, el 23 de mayo de 2008.

[19]Nota de Pagina 12, �La prioridad son nuestros recursos� 28/05/11.�� http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-168995-2011-05-28.html