Revista Nº16 " PUEBLOS ORIGINARIOS "

 

Resumen:

 

�La movilizaci�n los sectores ind�genas tuvo lugar despu�s de la ca�da del modelo neoliberal, lo cual hab�a excluido la representaci�n para las organizaciones ind�genas. Debido a esta falta de representaci�n, las bases ind�genas empezaron a organizarse dentro de movimientos sociales para lograr los cambios en nombre de la identidad ind�gena en la pol�tica nacional. En Bolivia y Ecuador, surgieron los dos movimientos m�s fuertes de la regi�n, el MAS y la CONAIE respectivamente, que intentaron llevar sus propias tareas de maneras distintas. En el proceso, ambos movimientos encontraron desaf�os propios que tratan de impedir su proceso de representaci�n. La utilizaci�n de la estructura de oportunidad pol�tica (EOP) servir� determinar si los movimientos se han construido de una forma soportable seguir en adelante con la agenda pol�tica ind�gena al nivel pol�tico nacional.

 

Abstract:

 

The mobilization of the indigenous sectors occurred after the failure of the neoliberal model, which had excluded the representation of indigenous organizations. Due to this lack of representation, the indigenous bases began to organize themselves as social movements to achieve changes under their indigenous identities in the national political systems. In Bolivia and Ecuador, the two strongest movements of the region emerged, the MAS and the CONAIE, respectively, which tried to bring about their own causes in distinct manners. In the process, both movements were confronted with various challenges that tried to impede their representation process. The utilization of the political opportunity structure (POS) will serve to determine if the movements have constructed a supportable system to continue with their indigenous political agenda at the national level.

 

Palabras claves: movimiento social�EOP�MAS�CONAIE-Pachakutik�identidad ind�gena

 

 

�Los cambios de la estructura de oportunidad pol�tica: un estudio �comparado del MAS en Bolivia y la alianza de la CONAIE-Pachakutik en Ecuador frente al declive de la oportunidad pol�tica�

�������������������������������� Por: Clay Moran[1]

 

Introducci�n

 

En la d�cada de 2000, los movimientos sociales ind�genas en Bolivia y Ecuador han realizado avances en la obtenci�n de poder pol�tico a pesar de los obst�culos que han tenido que enfrentar en cada pa�s. Seg�n la teor�a de la estructura de la oportunidad pol�tica (EOP)[2], las tendencias pol�ticas en cada pa�s permitieron que estos avances pol�ticos fueran realizados, las propuestas de los movimientos ind�genas fueron bien recibidas por los diferentes sectores de la sociedad civil que apoyan la causa ind�gena. Es decir, se han presentado en estas sociedades la apertura para que otros sectores pol�ticos accedieran espacios de poder que anteriormente les estaban negados.

 

El caso de Bolivia muestra una fusi�n de las comunidades ind�genas de base y la� dirigencia pol�tica a trav�s del Movimiento al Socialismo (MAS) y su l�der, Evo Morales.[3] �ste ha logrado dirigir el movimiento hasta el establishment pero manteniendo el sentido de un movimiento popular a la vez. Es importante clarificar por el an�lisis de este trabajo que el MAS es un partido pol�tico establecido en Bolivia, pero a la vez la manera en que Morales lo dirige refleja en gran parte el movimiento social.[4] Esta combinaci�n del partido pol�tico dentro del movimiento social es un eje �nico, pero a la vez cuestiona la definici�n contempor�nea de lo que constituye un movimiento social.�

 

El caso ecuatoriano consiste en la alianza de la Confederaci�n de Nacionalidades Ind�genas del Ecuador (CONAIE), su rama del movimiento social, y el partido pol�tico Pachakutik Nuevo Pa�s en Ecuador. Esta alianza permiti� un doble papel que marca una cooperaci�n entre el movimiento social y el partido pol�tico. No obstante, esta fusi�n de la estructura del partido pol�tico con el movimiento social se ha encontrado con problemas para avanzar en la agenda pol�tica ind�gena.

 

Aunque ambos movimientos han cumplido con los intereses ind�genas en la pol�tica nacional exitosamente, problemas de la estructura de cada movimiento reclaman atenci�n y generan dudas sobre la cohesi�n de los movimientos sociales y los partidos pol�ticos. Puesto que el MAS se ha involucrado demasiado dentro de la pol�tica nacional tradicional y sus m�todos de ejecuci�n existe el riesgo de que las bases ind�genas populares lo rechacen. Por su parte, la CONAIE depende del partido Pachakutik para cumplir su agenda pol�tica, y as� se encuentra limitada por el partido y sus intereses.

 

Por tal motivo es fundamental poder determinar cu�les han sido los factores que han permitido a cada movimiento avanzar con �xito hasta situarse donde actualmente est�n en la escena pol�tica de� sus respectivos pa�ses y, a su vez, poder evaluar sus perspectivas para el futuro y si pueden constituirse en referentes para los pa�ses andinos y latinoamericanos que enfrentan las mismas problem�ticas.

 

El MAS y la CONAIE Pachakutik han logrado consolidarse en el marco de la EOP positiva. Sin embargo, las dificultades crecientes en el ambiente pol�tico de cada pa�s parecen indicar un giro negativo de la EOP y como consecuencia ponen en duda la continuidad y sustentabilidad exitosa de estos movimientos. Surge entonces la pregunta de si el MAS y la CONAIE-Pachakutik han logrado en estos a�os construir un modelo de acci�n lo suficientemente s�lido como para superar la EOP negativa y mantener el poder pol�tico nacional. Tambi�n se presenta la pregunta de si estos movimientos sociales ind�genas y su modo de participaci�n en la pol�tica nacional pueden constituirse como modelos sustentables para el resto de la regi�n.

 

En este trabajo la teor�a de la EOP funcionar� marco te�rico para analizar los cambios pol�ticos que permiten a los movimientos ganar poder pol�tico y a la vez reducen la concentraci�n de poder en el Estado,� y plantear cuestiones esenciales que ya han sido determinadas en los trabajos de Sidney Tarrow y Charles Tilly.

 

Esta investigaci�n se servir� de la EOP por dos razones principales: la primera para vincular la teor�a del movimiento social con los ejemplos m�s profundos y exitosos de Am�rica Latina y; la segunda para destacar los factores principales que permitieron los avances pol�ticos de los dos movimientos y determinar qu� factores impiden su progreso y ponen en peligro su continuidad.

 

Por otra parte, la EOP permite analizar la aparici�n de las oportunidades pol�ticas como un factor esencial de las decisiones que toman los l�deres de movimientos al navegar la escena pol�tica.

Los autores Tarrow y Tilly establecen criterios para determinar los factores que permiten el crecimiento de los movimientos sociales y su continuidad.

 

Desarrollo de las variables dependientes

En el trabajo presente, se considera una serie de cuatro factores para determinar comparativamente los avances de cada colectividad ind�gena. Los factores que ser�n utilizados son la estructura del movimiento, la identidad ind�gena, la presencia de otros movimientos y el liderazgo de cada organizaci�n. Estos factores permiten hacer un an�lisis comparativo para entender las colectividades ind�genas seg�n la literatura de la EOP porque tienen en cuenta el funcionamiento de la colectividad ind�gena en el marco de las agendas pol�ticas de sus respectivos pa�ses. A trav�s de estas variables es posible detectar los avances de cada movimiento ind�gena y las claves de su �xito: de este modo, los factores que hacen posible el �xito en los casos presentados podr�n se�alar prerrequisitos para otros movimientos.

 

Podr�a considerarse que el porcentaje de poblaci�n ind�gena en cada pa�s es un factor clave para analizar el �xito de los movimientos ind�genas. No obstante, considerando los datos de Bolivia y Ecuador, con 71,0 porcentaje y 38,0 porcentaje de poblaci�n ind�gena respectivamente, queda en evidencia que no se requiere la presencia ind�gena mayoritaria en todos los casos para formar el movimiento fuerte. Antes bien, la utilizaci�n de la teor�a de la EOP es clave para analizar los factores que permiten la organizaci�n de estos movimientos ind�genas, pues esta teor�a presta atenci�n m�s al tipo de formaci�n del movimiento que al n�mero de participantes.

 

Se han seleccionado los cuatro criterios: de la construcci�n de los movimientos, la identidad ind�gena, la presencia de otros movimientos y el liderazgo de cada movimiento porque dichos factores destacan las tendencias pol�ticas y culturales que recorren cada sociedad considerada. Se considera importante incluir estos elementos puesto que la colectividad ind�gena depende tanto de la representaci�n cultural tal como la pol�tica.

 

La formaci�n de la identidad ind�gena que act�a como el eje central

El movimiento ind�gena en Bolivia empez� principalmente a trav�s de la Revoluci�n Nacional de 1952, en la cual el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) jug� un papel central para empezar el proceso del movimiento ind�gena en Bolivia, principalmente dirigido por una �lite de intelectuales de la clase media. Desde all�, "el caudillismo, el caciquismo e instrumentalizaci�n de las bases ind�genas" se convirti� en la caracter�stica a trav�s de la cual estos l�deres movilizaron al campesino obrero, el que empez� a formar la base del movimiento ind�gena boliviano (Rocabado: 2010:535). El crecimiento de este movimiento en a�os recientes ha sido consecuencia de una serie de asociaciones ind�genas que ganaron y perdieron el poder pol�tico en pocos a�os, grupos que incluyen la Confederaci�n Sindical �nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB)[5], el Movimiento Sin Tierra (MST), el Partido Indio de Bolivia (PIB), la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM) y la Confederaci�n de Pueblos Ind�genas de Bolivia (CSCB), entre otras colectividades.[6]

 

Entre todos los actores pol�ticos y representes de las colectividades ind�genas, el MAS fue la primera colectividad en proponer la autodeterminaci�n de los pueblos y naciones ind�genas, la que permitir�a poder llevar a cabo cierta autonom�a para cada grupo ind�gena (Mayorga: 2001:90). A causa de su identidad campesina como un agricultor de hoja de coca, y su trayectoria como representante de la poblaci�n ind�gena local, Evo Morales fue elegido el Presidente de la Rep�blica de Bolivia en diciembre de 2005 con 53,74 % de los votos (Murakami:2008:13-14). �ste triunfo electoral puso en evidencia una cuesti�n clave para el Estado Plurinacional, la fusi�n de la operaci�n de los elementos sindicales con los obreros del campo y los ind�genas. El ascenso de Evo Morales radicaliz� la fuerza fusionada de estos varios elementos de la sociedad, que antes estaban separados en la pol�tica boliviana.

 

El marco te�rico del trabajo de Rocabado (2010) se centra en esta cuesti�n presente, en c�mo se han formado los grupos ind�genas en Bolivia. La conclusi�n m�s interesante para el presente trabajo subraya el hecho que el indigenismo ha tomado una presencia central en el sistema pol�tico boliviano, no en t�rminos de poder, sino en t�rminos ideol�gicos. El indigenismo ha permitido el desarrollo del Estado boliviano a trav�s de las l�neas del movimiento indigenista, y no s�lo en los l�mites tradicionales ofrecidos por el Estado. El ascenso del MAS a la escena pol�tica nacional a trav�s del liderazgo de Evo Morales ha permitido llevar a cabo el poder pol�tico dentro del sistema pol�tico junto con el poder popular de las bases ind�genas, a trav�s del establecimiento de la fusi�n entre el establishment con el apoyo popular ind�gena y especialmente de los agricultores de la hoja de coca.

 

La CONAIE del Ecuador posee una historia distinta a la del MAS, que tiene sus or�genes en la consolidaci�n del Consejo Nacional de Coordinaci�n de Nacionalidades Ind�genas (CONACNIE) que agrup� diferentes colectividades de los pueblos originarios. La CONAIE, como consolidaci�n de estos intereses ind�genas ecuatorianos, se hab�a dedicado a luchar por los temas del conflicto de la tierra, la educaci�n biling�e y bicultural, los derechos culturales y los derechos econ�micos (sitio oficial de la CONAIE). A partir de 1996, la CONAIE se junt� con el partido pol�tico Pachakutik para poder realizar su agenda pol�tica sin dejar ni correr el riesgo de perder su base popular. M�s all�, en el mismo a�o, el Pachakutik ocup� tercer lugar con referencia a los puestos del Congreso nacional y una variedad de puestos p�blicos en oficinas locales (Arias: 2006:225). Este triunfo garantiz� el giro positivo en la EOP de la CONAIE.

 

No obstante, el golpe de Estado militar que tuvo lugar en el a�o 2000, dur� s�lo tres horas y fue dirigido por la CONAIE como reacci�n a la crisis econ�mica m�s severa de la historia ecuatoriana entre 1998 y 1999 tuvo consecuencias negativas para su EOP. En t�rminos simples, el golpe fue un fracaso e implic� consecuencias graves para la oportunidad pol�tica de la CONAIE: el haber derrocado a la presidencia de Jamil Mahuad, y el haber fracasado para poder mantener el poder del estado disminuy� su credibilidad como movimiento social. Por otra parte, para reconstruir su credibilidad, la CONAIE y el Pachakutik formaron una alianza con el Partido Sociedad Patri�tica (PSP), fundado por el coronel Lucio Guit�rrez[7] en su ascenso a la candidatura a la presidencia bajo el PSP. Las otras alianzas que form� la CONAIE se explicar�n m�s adelante.

 

Los ajustes neoliberales movilizan la base popular

Para que se comprenda mejor el proceso complejo y largo de la formaci�n de la identidad ind�gena, se utilizar� el concepto de Casar y Peralta (2003) de "c�rculos conc�ntricos". Este concepto trata de explicar y determinar las fuerzas sociales, culturales y/o pol�ticos que fomentan la identidad ind�gena. Con respecto al caso ecuatoriano, los autores desarrollan los tres aspectos que confluyeron para formar el golpe de 2000. En lo econ�mico, la crisis econ�mica de 1998 y 1999; en lo pol�tico, el establecimiento del lazo con el Pachakutik; en lo cultural, el v�nculo fuerte establecido con las bases. Dentro de este c�rculo conc�ntrico, se forma el "n�cleo" de la identidad, hacia la cual la base es atra�da a trav�s de ciertos marcadores socialmente reconocidos (Casar y Peralta: 2003:117). As�, el movimiento presenta un �cono para que la comunidad ind�gena se reconozca en �l. De este modo, la comunidad est� vinculada al movimiento y logra la cohesi�n y la construcci�n de una identidad com�n, frente a los ajustes neoliberales que atentan contra su identidad cultural.

 

Por un lado, esta movilizaci�n ind�gena representa la �nica colectividad frente a la propia identidad presentada desde su incorporaci�n dentro de las sociedades democr�ticas latinoamericanas. El art�culo de Quijano (2006) se centra en esta cuesti�n, y subraya este proceso, de c�mo la movilizaci�n ind�gena oper� frente al Estado neoliberal que principalmente excluy� la representaci�n ind�gena. Esta exclusi�n permiti� la formaci�n y radicalizaci�n de los movimientos, y as� pues� permiti� el gran giro de la oportunidad pol�tica positiva para el enfrentamiento de los movimientos frente al Estado m�nimo.

 

El proyecto neoliberal se hab�a enfocado en la asimilaci�n cultural de las identidades ind�genas, pero el resurgimiento de los grupos ind�genas para poder lograr los avances pol�ticos destac� la existencia dichas colectividades y marc� un cambio de las etapas anteriores de los movimientos (Quijano:2006:200-1). Esta unidad de identificarse bajo la etiqueta �ind�gena� ha promovido los derechos ind�genas, y ha permitido la formaci�n de partidos pol�ticos ind�genas que operan en la escena pol�tica nacional, los cuales no s�lo apelan a miembros de su propia identidad ind�gena sino tambi�n atraen a miembros de varios sectores de la sociedad. Desarrollar el apoyo pol�tico afuera de las bases ind�genas es caracter�stico de los casos del MAS y la CONAIE-Pachakutik.

 

Por sobre todo, la asociaci�n de los grupos ind�genas giraba a torno de la identidad anti neoliberal. Al reducirse el papel del Estado en la vida p�blica y privada de los ciudadanos de Bolivia y Ecuador, surgi� la identidad ind�gena colectivizada. Pues en muchos casos los ciudadanos en ambos pa�ses, con poblaciones ind�genas respetables, acercaron a sus propias identidades ind�genas, y desde all� buscaron la representaci�n pol�tica que les hab�a faltado debido al Estado m�nimo.

 

Aunque las crisis econ�micas que pusieron fin al modelo neoliberal, ocurrieron alrededor del a�o 2000, faltaron varios a�os para que la identidad ind�gena se colectivizara en la escena pol�tica nacional. Cuando las crisis econ�micas tuvieron lugar, se�alaron el fracaso del modelo neoliberal y permitieron el ascenso de Evo Morales en Bolivia con 53,74 % de los votos y Rafael Correa[8] en Ecuador con 56,67 % de los votos (Murakami: 2008:13-14). Ambos candidatos representan la pol�tica ideol�gica de la izquierda y reflejan el giro para distanciarse de la identidad neoliberal.

 

Del mismo modo que los ajustes neoliberales otorgaron la oportunidad movilizarse bajo la identidad ind�gena, tambi�n brindaron una oportunidad clave para reintegrar los grupos ind�genas dentro del sistema pol�tico. Los a�os entre las reformas y la llegada al poder de las fuerzas ind�genas, en el caso de Bolivia con la elecci�n de Evo Morales y en el caso m�s complejo de Ecuador[9], muestran la formaci�n de las fuerzas ind�genas dentro de una colectividad pol�tica capaz subir al poder y organizarse estrat�gicamente.� Es decir, los elementos ind�genas estaban presentes durante los ajustes neoliberales, pero no se organizaban de una manera consolidada para poder postularse en una campa�a electoral. Tan pronto como hubieron podido, los movimientos sociales encontraron una organizaci�n estructural que les permitiera lograr el poder pol�tico nacional y de este modo realizar la oportunidad pol�tica positiva. Puesto que el giro pol�tico despu�s de la ca�da del modelo neoliberal demand� la presencia fuerte del Estado, los movimientos sociales ind�genas en ambos casos fueron capaces de promover sus propias agendas a trav�s de este nuevo modelo. Este modelo se convirti� en la moda de la regi�n, que apoya al Estado caracterizado por su involucraci�n y presencia fuerte.

 

La relaci�n directa entre los ajustes neoliberales y el aumento en la EOP positiva de los grupos ind�genas se encuentra en el trabajo de Cazar y Peralta (2003). Los autores muestran, a trav�s de varios gr�ficos, el n�mero de noticias sobre el mundo ind�gena y las contraponen a varios factores: la reforma estructural en el Ecuador, la tasa anual de variaci�n del PIB por habitante, entre otros. La tendencia revela un aumento de noticias del mundo ind�gena que crece a principios de la d�cada del noventa, y luego queda inactiva, pero sube de nuevo a partir del a�o 2000 (Cazar y Peralta:2003:46-7). Se deduce que los per�odos de mayor EOP positiva ocurr�an durante los per�odos de mayor actividad de la CONAIE, incluyendo una serie de marchas masivas, espec�ficamente la marcha de la OPIP en abril de 1992 y el golpe del Estado que tuvo lugar en enero de 2000, en el cual actores de la CONAIE tuvieron un papel activo.�

 

La estructura de los movimientos que determinan su EOP

La utilizaci�n de la EOP en este trabajo permitir� el an�lisis del MAS y la CONAIE-Pachakutik a trav�s de una teor�a pol�tica �til y probada, que por su parte, propondr� la perspectiva a futuro de cada movimiento. El acercamiento del tema de la EOP predica la habilidad para que el movimiento social logre y mantenga un cierto nivel de poder pol�tico. Seg�n la teor�a de Tarrow (1994, 1996 y 2008), las acciones que permiten el avance de poder pol�tico del movimiento dependen principalmente de dos factores: en primer lugar, las acciones propias de los movimientos dentro y fuera de la escena pol�tica nacional, las que sirven para ganar el apoyo popular de los ciudadanos de un pa�s; en segundo lugar, las pol�ticas que establece y el curso de acci�n que dirige el Estado, que pueden manifestar reacciones negativas a parte de los ciudadanos. Estos dos procesos est�n determinados simult�neamente y como consecuencia dirigen la EOP en t�rminos positivos o negativos con respeto a cada organizaci�n.

 

En otras palabras, la teor�a predica "el cu�ndo de una movilizaci�n explica en gran medida el porqu� y el c�mo" (i Puig: 2008:681). Esta simplificaci�n de la teor�a de la EOP que desarrolla Tarrow y Tilly es bastante �til para entender los procesos m�ltiples y complejos que ocurren al analizar los movimientos sociales. Con respeto al cu�ndo, se analiza las acciones que toman ambos, el Estado y el movimiento, que entonces realizan la EOP positiva o negativa para el movimiento y/o el Estado.[10] El porqu� se enfoca en las razones que ofrece el movimiento para empezar una revoluci�n social, es decir la causa del movimiento. Al analizar el c�mo, la teor�a intenta narrar las acciones que han ocurrido desde el funcionamiento inicial del movimiento y que le permiten sostener sus avances pol�ticos. Mejor dicho, se considera los avances pol�ticos del movimiento y c�mo los sustenta en la sociedad.�

 

Acerc�ndose al punto clave de la EOP, se destaca la posibilidad para que el movimiento social crezca en t�rminos de poder pol�tico. Los factores que determinan si la EOP crece o disminuye dependen de cada estudio de caso, pues as� es esencial recordar que los cambios a la EOP no dependen s�lo de acciones pol�ticas, sino tambi�n de las econ�micas, las sociales y las culturales. La confluencia de estos factores como consecuencia implica cambios dentro de la sociedad. Las acciones que lleva a cabo el movimiento son juzgadas por la sociedad en t�rminos positivos o negativos y de este modo alteran la EOP determinada del movimiento social. Las acciones del movimiento social en s� mismas y adem�s las acciones pol�ticas del Estado se constituyen� como factores que pueden actualizar la EOP de cualquier movimiento. Todav�a hay que tener en cuenta que el avance hacia el futuro de los movimientos sociales, en t�rminos de la EOP para medirlo, depende de la capacidad de los movimientos para mantener la fidelidad de las bases adem�s de atraer todav�a m�s apoyo fuera de las bases. Este proceso, como ya se ha dicho, puede ocurrir a trav�s de acciones del movimiento propio o a trav�s de las pol�ticas que decide ejecutar el Estado.

 

Las teor�as seg�n los te�ricos de movimientos sociales

La mayor�a de la EOP toma en cuenta el ambiente pol�tico en que opera el movimiento social y� eval�a las acciones que implican al Estado para alterar dicho ambiente. Tarrow incluye cuatro cambios fundamentales en la oportunidad en su teor�a de la EOP: el mayor acceso a la participaci�n pol�tica, la reestructuraci�n de los detentadores de poder, la presencia de partidos simp�ticos al movimiento y divisiones emergentes entre los detentadores de poder. Fundamentalmente, los esfuerzos unidos y colectivos ser�an esenciales para poder superar el poder estatal (Tarrow: 1994:86; Unger: 1987:65). Desde una perspectiva macro, se deduce que los cambios en la posici�n pol�tica que ocupa el movimiento y su afiliaci�n propia alteran dram�ticamente su oportunidad de ganar m�s poder pol�tico. Los cambios de segundo orden reflejan las relaciones dentro del movimiento que tambi�n pueden alterar la oportunidad propia. En la consideraci�n del poder estatal, el Estado fuerte desalienta la participaci�n fuera de sus instituciones mientras que el Estado d�bil no es capaz dictar si deben formarse los movimientos sociales (Tarrow: 1996:43-6).

 

El eje de mayor importancia de la EOP destaca c�mo el movimiento interact�a con el Estado, y c�mo dicha relaci�n altera la oportunidad para el movimiento. En cambio, el Estado asegurar� que las demandas del movimiento no se llevar�n a cabo en la movilizaci�n de los otros sectores de la escena pol�tica. Los beneficios de analizar la EOP desde la perspectiva estatal se encuentran en el trabajo de Charles Tilly. El reporte m�s comprensivo de esta teor�a "se corresponde al proceso por lo cual el sistema pol�tico nacional forma, chequea y absorbe los desaf�os que lo confrontan" (Foweraker: 1995:71). Tarrow tambi�n tiene en cuenta que las acciones de los movimientos son una respuesta a los recursos que el Estado dispone para ellos (Tarrow: 1996:54). Desde la oportunidad suya que constantemente cambia, los movimientos aprovechan los recursos que provienen del Estado y tambi�n buscan poder realizar sus propios recursos. El per�odo de tiempo bajo consideraci�n se convierte en un factor irrelevante cuando se examina el desplazamiento de la oportunidad pol�tica del movimiento: se puede lograr los avances dentro d�as o dentro meses. Pero con todos los factores considerados iguales, la oportunidad para que el movimiento tenga �xito depende completamente de la debilidad del Estado. La debilidad estatal con frecuencia es inversamente proporcional al apoyo que recibe el movimiento (Goldstone y Tilly: 2001:184-5). Es decir, cuando el Estado est� d�bil, el apoyo a los movimientos aumenta y cuando el Estado est� fuerte, el apoyo disminuye.

 

La construcci�n de los movimientos sociales

Teniendo en cuenta el desarrollo de las teor�as ya establecidas, se vinculan estas teor�as a los estudios de caso. La manera en que los movimientos est�n construidos representa un factor importante en la manera de c�mo operan bajo el Estado y luego c�mo interact�an a su vez. Con frecuencia el tipo de colectividad que desarrollan los movimientos sociales se constituye como el resultado de los movimientos previos, los que se disminuyen en poder pol�tico a trav�s de la cooptaci�n por otros movimientos o acci�n dirigida por el Estado. En los casos presentes de Bolivia y Ecuador, ambos movimientos han tratado de y m�s han promovido de ser representante del bloque m�s amplio del movimiento ind�gena. En otras palabras, adem�s de ser agente de sus propias culturas ind�genas, los movimientos intentan expandir sus fuerzas pol�ticas a trav�s de la representaci�n de m�s sectores ind�genas. Este permite una expansi�n de la base de ambos movimientos, y de este modo entonces aumenta la posibilidad para que realicen cambios programados de sus propias agendas.�

 

M�s all�, este an�lisis permite la proyecci�n de una historia de las causas ind�genas comunes del pasado, que sirven para entender el porqu� se han formado los movimientos de hoy. El sentido en el qu� se enfatiza es saber si el movimiento fue formado por el consenso de varios grupos que compart�an metas parecidas o si el movimiento con m�s poder ha cooptado otras organizaciones con menos poder pol�tico. �Qu� otros actores han estado presentes en la pol�tica? �De qu� y de d�nde se fund� el poder pol�tico del movimiento? �Qu� alianzas ha formado el movimiento y cu�les son las caracter�sticas? �Qu� tipo de interacci�n tienen los movimientos con el Estado? �stas cuestiones revelan el tipo de formaci�n que se ha realizado y proponen una perspectiva desde la cual considerar las caracter�sticas que ofrece el movimiento en la escena pol�tica nacional.

 

La CONAIE en Ecuador es el resultado de la fusi�n de varios elementos ind�genas, que luchaba para su propia agenda. La formaci�n de la CONAIE disminuy� los desacuerdos dentro de la representaci�n ind�gena, pero a�n as� no permit�a el acceso para que se presentaran las demandas ind�genas al nivel de la pol�tica nacional. Como consecuencia, hab�a que formar una alianza con el partido pol�tico Pachakutik Nuevo Pa�s para que se cumpliera la agenda pol�tica a nivel nacional. Esta a alianza ha abierto un doble camino para la CONAIE: en primer lugar, el lazo formado con el Pachakutik permite la realizaci�n de reformas ind�genas, que entonces genera la EOP positiva para la CONAIE; en segundo lugar, la alianza pol�tica autom�ticamente por la definici�n suya implica un equilibrio de las demandas entre el movimiento y el partido pol�tico. Es decir, cada organizaci�n asume sus propias agendas y para que se pongan de acuerdo con las acciones compartidas, y a la vez tienen que llegar a ciertos consensos sobre la agenda programada. Adem�s, la asociaci�n estatal del movimiento destaca las demandas prometidas por parte de sus bases: en el caso de la CONAIE, se les promet�a a sus bases la reforma agraria y de tierra, entre otras, y con esta alianza podr�a llevarlas a cabo. Cuando se considera esta categor�a de reforma, la �nica opci�n para poder lograrla est� dictada por la interacci�n con el Estado y la postulaci�n de ganar poder pol�tico, a trav�s de los cuales la CONAIE ha establecido la alianza con el Pachakutik.

 

Por otra parte, el ejemplo del MAS en Bolivia se ofrece como un modelo �nico. Si bien el desaf�o de la CONAIE es la fusi�n de poder pol�tico con el Pachakutik, el gran desaf�o del MAS, que a la vez constituye su mayor logro, es la representaci�n de los movimientos pol�ticos bolivianos dentro de la escena pol�tica nacional. As� pues se complica la representaci�n de varios movimientos porque cada uno promueve sus propias demandas, de las cuales el MAS como partido pol�tico se ha declarado el represente. A la vez, las caracter�sticas del MAS se expand�an a trav�s de las clases sociales para profundizar su base de apoyo (Albro: 2005:412). La meta del MAS se enfoca en llevar la representaci�n de las bases dentro de la pol�tica nacional. No obstante, el intento de representar a todos los movimientos ind�genas bajo el mismo partido pol�tico, m�s solicitar la incorporaci�n de elementos obreros campesinos y sindicalistas, es un acto valiente debido a las demandas m�ltiples que todos piden. Por otro lado, el discurso de Morales como representante de la naci�n aymara permite la superaci�n de la lucha anti neoliberal en las l�neas de la identidad ind�gena, y que a la vez avance la causa aymara y la base de apoyo del MAS (Ib�d). De este modo, los movimientos ind�genas han prometido recuperar el poder pol�tico a trav�s de la base cultural del pa�s, pero la utilizaci�n de la identidad ind�gena para colectivizar la poblaci�n en contra de la pol�tica neoliberal impone cuestiones problem�ticas sobre la legitimidad del proceso y los movimientos ind�genas dudan que est�n siendo representados de una manera verdadera. Puesto que la creencia com�n de los movimientos se enfoca en la idea de que el Estado distorsiona su misi�n y que el sistema pol�tico es corrupto, existen ciertas problem�ticas sobre el proceso de representaci�n que Morales ha fundado, y en consecuencia es constantemente juzgado y criticado por la comunidad ind�gena.

 

La presencia de otros movimientos

Uno de los elementos que destaca Tarrow que puede ayudar al movimiento a ganar apoyo es la presencia de partidos simp�ticos al movimiento que permiten la acumulaci�n de EOP positiva. As� que, hay que considerar que cuando se desarrollan los partidos anti-simp�ticos, como consecuencia la probabilidad de �xito disminuye, lo que implica un giro a la oportunidad pol�tica negativa. La plausibilidad de ambas posibilidades es esencial para evaluar efectivamente el ambiente pol�tico en que operan los movimientos. Antes bien, la consideraci�n de otros movimientos que est�n operando a la vez que los casos en el presente estudio sirve como ejes claves para destacar los cambios de EOP que afrontan los movimientos.

 

En plena forma, la construcci�n del MAS y su oferta hacia el p�blico boliviano marca un fen�meno distinto: en realidad, su meta principal es transformar la sociedad entera, cambiarla para que represente el pueblo ind�gena a trav�s de varios ejes, incluso las luchas agrarias, culturales, biling�es, entre otros. La figura del gobierno m�s presente en esta lucha adem�s de Morales ha sido su vice ministerio de descolonizaci�n, F�lix C�rdenas. A su vez, el t�tulo del puesto implica una reformaci�n de la sociedad entera. En sus discursos argumenta para la utilizaci�n del juicio pol�tico para declarar la soberan�a del gobierno originario, y pues transformar el sistema entero a trav�s de este eje (Rocabado: 2010:546).[11] Al enfocar, tres organizaciones que se involucran con el MAS y son los m�s importantes incluyen la Confederaci�n Sindical �nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), el Movimiento Ind�gena Pachakuti (MPI) y el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). El acuerdo entre los elementos que propon�a el MAS, que se llama el Pacto de Unidad, se coloca centralmente la armonizaci�n de los elementos pol�ticos, pero el proceso para negociar dicho acuerdo fue cuestionado por varias fuerzas involucradas y a sus partes "rechazaron incorporar enmiendas al proyecto de texto constitucional, pero terminaron aline�ndose a las posiciones del gobierno". Como la colectividad estas varias fracturas se formaban, el CONALCAM intent� asegurar que los cambios fueran los deseados por el pueblo (Mayorga: 2001:90). A su parte, la CSUTCB en su apoyo para el gobierno de Morales ha politizado la representaci�n ind�gena, puesto que sus propios intereses se acercan a la cara socialista del gobierno de Morales en vez de la ind�gena.

 

Aunque existe el apoyo variado para Evo Morales y la dirigencia del MAS en la representaci�n del movimiento ind�gena boliviano, el opositor principal reclama varios cr�ticas fuertes sobre el tema de la representaci�n ind�gena. La Confederaci�n Sindical �nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) ha formado el di�logo m�s fuerte y cr�tico en contra de la figura de "Evo". El l�der de la naci�n aymara, y uno de los l�deres principales en a�os recientes de la CSUTCB, Felipe Quispe reafirma el supuesto de que �Evo no es ind�gena. �l es socialista�. En referencia al MAS, Quispe declara que el �MAS es un h�brido, una mezcla. No son la expresi�n de la naci�n ind�gena. Son de la clase media y la indigente en �cida izquierda. El MAS es parecido a un burdel donde las prostitutas de la izquierda trabajan. Somos diferentes. Somos ind�genas�. (Albro: 2006:416). De hecho, estas cr�ticas severamente ponen en duda la legitimidad y el �xito potencial de la tarea que promueven Morales y el MAS en sus intentos representar a varios movimientos ind�genas bajo un organismo. Esta opini�n tambi�n est� reflejada en la acusaci�n del Consejo Nacional de Ayllus y Markas de Qullasuyu (CONAMNAQ), la cual �le hab�a acusado al presidente Morales por la venta de la causa ind�gena y lo declar� �el enemigo del movimiento ind�gena�� (Ib�d; CONMAQ: 2006).

 

Una variedad de discusiones existen dentro de la comunidad acad�mica que acercan al tema de las consecuencias de dichas acusaciones, pero cuando se considera el impacto de estas denuncias es obvio que implicar�n el declive en alguna manifestaci�n de la oportunidad pol�tica del MAS, debido a la duda implicada sobre la autenticidad de Morales como el representante de la comunidad ind�gena. Por ejemplo, debido a la situaci�n de ahora,� si el MAS pierda el poder pol�tico, los otros grupos siguen ganando este poder perdido y revitalizan su propia causa as�. Es m�s, para destacar mejor la relaci�n de la EOP con la colectividad de movimientos, se facilita pensar en los movimientos en t�rminos de una balanza de poder, y �cu�les son los factores que causan el intercambio entre s�? y �c�mo se los trasladan?, o en otras palabras �bajo cu�les circunstancias ocurre dicho proceso? y �qu� la raz�n o las razones para que sean realizados? Es claro que hay una cierta mezcla de factores, entre s� los sociales, pol�ticos y econ�micos, que se combinan para transferir la oportunidad pol�tica entre las varias organizaciones.

 

Al contrario del MAS, que tiende demonstrar una fluidez en referencia a sus posiciones y acciones pol�ticas, la CONAIE-Pachakutik se ha solidificado mejor en t�rminos de institucionalizaci�n su causa. Asimismo, la presencia de los otros movimientos no le ha distra�do a la CONAIE de las reformas agrarias y la representaci�n de los pueblos ind�genas, sino en vez se han colaborado con los otros movimientos que entonces permite una mejor representaci�n. De este proceso, han surgido la Confederaci�n Nacional del Seguro Social Campesino (CONFEUNASSC) y la Coordinadora Nacional Campesina (CNC) que colaboran con la CONAIE (Mu�oz: 2001:155). As� que, las acciones de la comunidad ind�gena han llevado formarse en la caracter�stica cooperativa, pero a la vez esta cooperaci�n ha impulsado una cooperaci�n de las organizaciones ind�genas ecuatorianas. Como tuvo lugar en el pasado en la formaci�n de la CONAIE a su vez, esta cooperaci�n iniciar� un proceso de asimilaci�n de los movimientos ind�genas. Es decir, la pacificaci�n de la causa ind�gena ecuatoriana, en t�rminos de reforma agraria y representaci�n ind�gena, iniciar� un proceso de consolidaci�n de los movimientos, cuya consolidaci�n pondr� en duda a la duraci�n de la operaci�n de los movimientos con menos oportunidad pol�tica,� para poder seguir en adelante la colectividad tiene metas espec�ficas y predeterminadas (Ib�d: 151).

 

Como est� ilustrado en los gr�ficos de Cazar y Peralta (2003), las acciones que los movimientos ind�genas ejecutaron frente al Estado que fueron considerado victoriosas para la causa ind�gena incluyen la adopci�n de la Ley Agraria a trav�s del paro nacional en 1993 y el levantamiento de los campesinos en 1994, varias marchas que transcurr�an el pa�s (1992, 1993 y 2000) y las firmas por el Plebiscito (septiembre de 2000). Es m�s, debido a las varias acciones que llevaron a cabo las fuerzas ind�genas, la presencia del mundo ind�gena a trav�s de la prensa ecuatoriana elev� de un nivel notable (Cazar y Peralta: 2003:44). Es importante se�alar que este fen�meno trata de marcar el poder pol�tico que el mundo ind�gena ha obtenido. El acceso a la prensa es clave para que el movimiento se comunique al pa�s y que atraiga nuevos miembros. El papel de la CONAIE-Pachakutik es destacable en este an�lisis puesto que representa la alianza �nica que ha desarrollado entre el movimiento social ind�gena y el partido pol�tico nacional, la cual indudable ha permitido el giro de oportunidad pol�tica positiva para la comunidad ind�gena entera.

 

A pesar de los logros t�picos de los movimientos sociales (atracci�n de miembros, desarmonizaci�n de la causa, etc.), el lazo entre la base y la pol�tica nacional autoriza la perseverancia de dichos desaf�os. Adem�s, la base de los movimientos ocupa el elemento clave para promover y solidificar el lazo que entonces ha fortalecido la agenda combinada de los varios movimientos sociales. Se subraya aqu� que la t�ctica m�s esencial que la base demandaba que estos lazos fueran establecidos, que para el movimiento social es un proceso importante y depende de todas las manifestaciones de los deseos de la base. Para cumplir la combinaci�n de ganar la EOP positiva y mantener la fidelidad de las bases, se constituye en un proceso complejo y complicado, pero debido a la formaci�n de la alianza de la CONAIE-Pachakutik, donde las bases dictan la formaci�n de su agenda, se lo ha implementado exitosamente.

 

El liderazgo de los movimientos

El elemento que se ha desarrollado que est� considerado el factor m�s importante del movimiento social es el liderazgo. De hecho, a pesar de los varios desaf�os que cargan otros movimientos, el Estado o cambios de la oportunidad pol�tica, la presencia de un l�der que se relaciona y se entiende la misi�n por colectivizarse en una manera profunda, ser� capaz de mantener cohesivamente la composici�n y l�gica del movimiento. Este l�der otorga m�s probabilidad ganar de nuevo la oportunidad pol�tica si antes la hubiera perdido antes. Es decir, la presencia del l�der carism�tico puede superar con facilidad cualquier desaf�o que est� presente, a trav�s de la comprensi�n profunda de la ideolog�a principal y conexi�n fuerte con la base popular. Desde ah�, la secci�n en adelante se enfocar� en los aspectos del desarrollo de los liderazgos de cada movimiento, en la cual se analizar� el papel de cada l�der y las caracter�sticas as� que contribuyen a su cohesi�n.

 

Dentro del partido pol�tico el MAS, Evo Morales ocupa el puesto de l�der del partido y por medio de esta posici�n ha tratado de representar el movimiento ind�gena a la vez. De hecho, Morales se ha convertido en el testaferro dominante del movimiento y, oficialmente ha detentado� la presidencia de la Naci�n, pero al mismo tiempo ha intentado representar y promover el movimiento ind�gena boliviano. Esta fusi�n sin duda llama ciertas cuestiones sobre la autenticidad de Morales con respeto a su capacidad representar ambos: el movimiento social y el partido pol�tico, un fen�meno seg�n los criterios de movimientos sociales manifiesta que la combinaci�n es imposible, puesto que el movimiento social como definici�n opera afuera de los l�mites del Estado.

 

El discurso que utiliza Morales opta incluir no s�lo los que lo apoyan, sino tambi�n construir v�nculos nuevos e interpela con los otros movimientos de la escena pol�tica. De esta manera, el MAS asume el nuevo rol de representar a los movimientos sociales, y tambi�n Morales se aglutina las distintas coaliciones de actores pol�ticas bajo su propio liderazgo en el ah�nco para representarlas (Mayorga: 2003:91). Esta forma de colectivizar la pol�tica nacional se ha transformado en una caracter�stica central de su presidencia, pero a veces la coalici�n gubernamental se act�a m�s parecido a s�lo una posici�n oficial en t�rminos pol�ticos en vez de realmente incorporase bajo la l�nea de liderazgo propio de Morales. Aunque Morales preferir�a creer que ser�a capaz de representar los elementos de la coalici�n, con frecuencia se la presentar� m�s de un rasgo inestable, especialmente ahora cuando la tarea del MAS depende de la contribuci�n de una variedad de intereses, que a veces llevan a tareas que chocan entre s�. Debido a su intento hablar en nombre de dos caras diferentes, que en primer lugar reclama la identidad ind�gena y en segundo lugar promueve la pol�tica socialista, Morales se convirti� en el sujeto de varios ataques que se fundan acercando al tema de su legitimidad como el l�der pol�tico.

 

Al subrayar esta discusi�n de la legitimidad del gobierno de Morales en el campo acad�mico, se encuentra dos ramas de ataque, la primera ya fue discutido y que perfila los desacuerdos dentro del movimiento ind�gena liderado por Felipe Quispe, quien sigue cuestionando la autenticidad de Morales como l�der de la naci�n aymara[12] y la segunda que se fundamenta en la instituci�n pol�tica de Bolivia. Las caracter�sticas a su vez de la sociedad boliviana, que tienen que ver con la distribuci�n de grupos ind�genas, ha restringido la formulaci�n de los partidos ind�genas con poder pol�tico nacional gracias a la heterogeneidad �tnica (Power y Cyr: 2010:265). Las varias demandas que origen de muchas bases ind�genas, las que tienden a poseer intereses diferentes y a veces conflictivos, imponen demandas hacia el Estado que son demasiados fuertes para su capacidad. Es m�s, las instituciones del Estado boliviano son notoriamente y tradicionalmente d�biles, que a su parte reduce la capacidad para que estas demandas sean resueltas a trav�s de las instituciones y le dan de esta manera, mayor credibilidad a los movimientos sociales.

 

En t�rminos regionales, este fen�meno �est� compartido en las naciones andinas y se las caracteriza: por �las instituciones estatales que han sido fr�giles y d�biles, las cuales contienen niveles bajos de legitimidad. Esta falta de confianza en las instituciones se relaciona directamente a los altos niveles de la heterogeneidad �tnica, que m�s implica una fracci�n �tnica. Power y Cyr (2010) m�s all� concluyen que en principios de la presidencia de Morales prest� mejor confianza a su r�gimen debido a sus ra�ces fuertes con los movimientos sociales, es decir, extra institucionales. No obstante, despu�s de la ca�da de apoyo, que �hab�a subido reci�n despu�s de su elecci�n como el primer presidente ind�gena, la pol�tica nacional salt� atr�s hacia sus tendencias t�picas, las cuales son caracterizadas de un enfoque en el sector extra institucional (Ib�d: 266). Como consecuencia, se espera con anticipaci�n realizar el declive de oportunidad pol�tica para ambos Morales como l�der y el MAS como el medio principal de los movimientos. Se anticipa que, como consecuencia de este declive, los movimientos ind�genas bolivianos en su representaci�n nacional sufrir�n a la vez.

 

Al contrario del caso del MAS, la CONAIE-Pachakutik no contiene una sola figura que representa al movimiento, sino m�s bien se encuentra y se apoya en representantes pol�ticos por todo el espectro pol�tico ecuatoriano. Con tal de que una variedad de candidatos participe en el sistema pol�tico nacional, la tarea de la CONAIE-Pachakutik se pone m�s flexible y por eso est� capaz de desarrollarse �con mayor habilidad y puede formar su agenda pol�tica seg�n las demandas de las bases. Este proceso esencialmente permite que la CONAIE se transforme y se revele hacia las metas que mandan sus bases a cualquier momento. As�, la alianza est� apta para adaptarse a los cambios de las corrientes pol�ticas gracias al control m�ximo asignado hacia las bases, las cuales por sus propios intereses buscar�n la v�a con mayor posibilidad cumplir su propia agenda.

 

La construcci�n de la alianza de la CONAIE-Pachakutik le ayuda al movimiento ofrecerse a los dos lados del movimiento ind�gena. Por un lado, las colectividades ind�genas de la costa se asumen m�s a las elites, mientras que las de la sierra y la selva se pertenecen a las bases y la clase social baja (i Puig: 2008:691). De hecho, la estructura de dicha alianza permite la mayor capacidad operar en la manera m�s libremente posible, en el sentido que sus pol�ticas que apoya no se bridan a un l�der espec�fico.[13] Esta liberaci�n que antes bien dedic� tanto esfuerzo a la lealtad de un l�der espec�fico, en vez permite la aprobaci�n de los l�deres que la alianza desea. A la vez, tiende a se�alar ciertas desventajas. Por ejemplo, el fen�meno de respaldar un l�der autom�ticamente sujeta a la CONAIE-Pachakutik a las normas de otra organizaci�n pol�tica que puede poner en duda la direcci�n del movimiento, aunque las bases ya hab�an elegido otra. En otras palabras, con la involucraci�n de m�s entradas a la conducci�n del movimiento, la mayor posibilidad que se desv�e de sus bases.

 

Sin embargo, a pesar de dichos desaf�os, los lazos que han establecido la CONAIE a partir de las causas de ambos elementos de la lucha ind�gena en t�rminos de clase y etnicidad, la cual incentivaba la conglomeraci�n de los logros ind�genas bajo la CONAIE. Es m�s, el prop�sito de diecis�is puntos principales, que fueron establecidos cuando la CONAIE se fund�, permite la direcci�n verdadera de la lucha ind�gena y el prop�sito ha servido como el esfuerzo m�s parecido a un l�der que ha asumido el movimiento (Arias: 2006:219-20).[14] Durante la d�cada de los noventa, el movimiento ind�gena sigui� operando bajo la CONAIE, aun empez� a fusionarse con el partido pol�tico Pachakutik, que tuvieron lazos ya establecidos en la escena pol�tica nacional, frente a la crisis de partidos pol�ticos en 2001.

 

Si hubiera alg�n l�der principal del movimiento �ecuatoriano, ser�a Lucio Guti�rrez, quien lleg� al poder presidencial en 2003 gracias a las fuerzas indigenistas y el trabajo pol�tico del Pachakutik. Es importante destacar que la conducci�n de Guit�rrez en la presidencia result� como un fracaso, ocupando una mayor�a parlamentaria peque�a que como consecuencia implic� una pol�tica d�bil para el presidente: puesto que la comunidad ind�gena lo apoyaba, se la colaba en una manera desfavorable hacia la p�blica ecuatoriana. En este sentido la comunidad entera se ha fomentado dentro de un bloque entero, sin brechas grandes entre los varios elementos ind�genas. As� pues, el movimiento completo sufri� una p�rdida de oportunidad pol�tica debido a su inhabilidad producir un candidato aceptable para conducir la escena pol�tica nacional.

 

S�ntesis de las variables dependientes

Como tal tarea fue desarrollada sobre los cuatro ejes que fueron propuestos a los principios del presente trabajo, se sintetizar�n ahora los resultados del estudio presente a trav�s de la teor�a de la EOP. La conglomeraci�n de los resultados presentados aqu� cuestiona si los movimientos sociales bajo exanimaci�n se hab�a formulado y si est�n construy�ndose y represent�ndose de una manera durable para poder llevar a cabo sus propias agendas y de este modo est�n reclamando las ganancias pol�ticas de sus propias tareas. Adem�s, se interesa en el trabajo, que en el evento que cambien las condiciones pol�ticas si los movimientos pueden superar el giro negativo de oportunidad pol�tica. Se centra en el equilibrio de las fuerzas entre la institucionalizaci�n del movimiento por un lado, y la sobrevivencia independiente por otro lado. Este espectro se encuentra en la Figura 1, que ilustra los varios niveles del movimiento social dentro del establishment pol�tico.

 

 

Cuadro de texto: P�rdida de oportunidad pol�tica	      Oportunidad pol�tica m�xima		     P�rdida de oportunidad pol�tica



Movimiento                   Alianza con                           Acuerdos con                   Cooptaci�n por otro Independiente                otros organismos                   el Estado                          movimiento o el Estado
Figura 1: Los cambios de la oportunidad pol�tica

 

La Figura 1 presente las alcanzas y los declives de la EOP de los movimientos sociales en t�rminos generales. Hacia los extremos del espectro se realiza la p�rdida de la oportunidad pol�tica: en el lado izquierda, el movimiento no asume ning�n poder pol�tico y en la derecha, el movimiento le da su poder entero al Estado u otros elementos a trav�s de la cooptaci�n. En el sector medio del espectro, aparece m�s all� la fuerte conducci�n del poder pol�tico, que autom�ticamente requiere que el movimiento comun�quese y vinc�lese con otros organismos ya establecidos.

 

Los casos presentes se colocan en las categor�as "Alianzas con otros organismos" y "Acuerdos con el Estado", en las cuales la CONAIE principalmente pertenece al sector anterior y los movimientos que representa el MAS coincide con el �ltimo. Tal como los movimientos bajo estudio han sido los m�s exitosos de la regi�n, su categorizaci�n tiene sentido, aunque se han cambiado en a�os recientes. Las propias posiciones son din�micas y dependen de la sociedad pol�tica donde operan y dependen de los cuatro variables establecidos a los principios del trabajo. Dichos factores que fueron utilizados en la determinaci�n de la oportunidad pol�tica de cada movimiento est�n presentados de nuevo en la Cuadra 1, en la cual cada factor de la oportunidad pol�tica se analiza en t�rminos de cambio de la oportunidad pol�tica.

 

Cuadra 1: Sostenibilidad de cada movimiento seg�n los cambios de la EOP

 

Identidad ind�gena

Construcci�n de los movimientos

Presencia de otros movimientos

Liderazgo

MAS

EOP +

EOP neutral

EOP -

EOP variable[15]

CONAIE-Pachakutik

EOP +

EOP +

EOP neutral

EOP -

 

 

 

Se presenta en esta cuadra la s�ntesis de los estudios que fueron anteriormente desarrollados en este trabajo, pero ahora se los analiza como una entidad para que se comprenda mejor como se relacione cada variable con los estudios. Para volver al hip�tesis del trabajo presente, se destaca las acciones pasadas del MAS y la CONAIE-Pachakutik para determinar si han ganado la oportunidad pol�tica suficiente para poder superar una gira negativa en la oportunidad pol�tica de cada movimiento. Incluso que dichos movimientos son los m�s exitosos de la regi�n, se postula en adelante cu�l, si exista, ser�a la combinaci�n correcta de los cuatro variables� que conjuntan en la formaci�n de la mayor obtenci�n de poder pol�tico.

 

Al repasar los varios elementos del MAS y los varios movimientos sociales aqu� en representa, revela una combinaci�n �nica. Discusi�n extensa existe en ambos la academia y el campo pol�tico nacional boliviano sobre el tema de la autenticidad del liderazgo de Morales, las cr�ticas que destacan la cuesti�n si �l mejor representa el indigenismo o pertenece m�s a las intereses socialistas. Para se�alar expl�citamente aqu�, la verdad sobre dichas alegaciones no son importantes a la legitimidad del MAS, pero mejor dicho que su presencia y su frecuencia llaman la atenci�n de la incertidumbre que abarca en la sociedad boliviana. Es indudable que el ascenso de Morales en 2005 a la presidencia gan� el gran apoyo de los elementos ind�genas, pero como la obsesi�n sobre el primer presidente indigenista desvaneci�, r�pidamente se realiz� la p�rdida de la oportunidad pol�tica. La identidad ind�gena en que ha construido Morales y su movimiento �el MAS, no se sostiene cu�ndo los otros movimientos introducen demandas afuera de los metas del propio MAS. Aunque la manera en que Morales ha agrupado �a los movimientos ind�genas bajo la influencia de su partido, permite la acumulaci�n de poder pol�tico de un modo r�pido, no se forma como un eje durable, capaz de sostener las demandas del movimiento ind�gena, especialmente consider�ndose la baja capacidad del Estado boliviano.

Por sobre todo, la capacidad del liderazgo de Morales ha permitido que varios elementos ind�genas se comprometan a seguirlo. Es obvia que la importancia hist�rica del dicho hecho no puede ser negada, y como resultado las diferentes fuerzas ind�genas que trajeron a Morales al poder se unieron. En su intento de incorporar estas fuerzas bajo su gobierno, Morales as� encontr� dificultades. Estas dificultades se atribuyen directamente a la definici�n de un movimiento social como postulan las te�ricos sociales: el movimiento social no �puede representar el rol de Estado, puesto que cuando el movimiento se encuentra frente al Estado, este lo intenta cooptar al movimiento social, o mejor conocido como la cooptaci�n por el establishment. No obstante, este proceso inevitable refleja exactamente lo que Morales trata de impedir, la disoluci�n del movimiento indigenista con �l mismo como el l�der, mientras que ocupa el puesto de jefe del gobierno. Estas dos tendencias, manteniendo el sentido del movimiento social bajo el partido del MAS, en lo cual �l dirige ambos organismos, contribuyen a la problem�tica de la crisis de tergiversaci�n.

 

El acuerdo entre la CONAIE y el Pachakutik se revela otro tipo de relaci�n del movimiento social con la pol�tica nacional. A lo largo de este trabajo, se refiere a la relaci�n entre los organismos como el acuerdo o la alianza, que en realidad s� se clasifica correctamente pero no describe la complejidad de dicha relaci�n. Se se�ala con mayor profundidad la importancia la dificultad para el movimiento social hab�a llegado a un acuerdo con el partido pol�tico sin sacrificare a su propia tarea. Todav�a y activamente la CONAIE responde y representa el input de sus bases, cual acci�n permite su clasificaci�n del movimiento social. Esta representaci�n del movimiento pol�tico con dos ramas, la primera ocupando la pol�tica y la otra la base, permite la construcci�n de una base s�lida para poder continuar exitosamente la tarea indigenista.

 

A la vez, existe una variedad de aspectos negativos sobre la construcci�n de la CONAIE-Pachakutik, los cuales que se concentran en la presencia pasiva de las acciones del movimiento en la sociedad ecuatoriana. Mientras que contiene la base a la cual responde y representa, el movimiento ha asumido una tarea pasiva. El �xito nacional m�s reciente tuvo lugar en el a�o 2003, con el ascenso de Guti�rrez a la presidencia. Para el movimiento, este cambio implica menos probabilidad para que se crezca y que gane m�s poder pol�tico. El presidente actual en Ecuador, Rafael Correa, aunque es izquierdista pol�ticamente, no se ha apoyado a la comunidad ind�gena. No es decir que la CONAIE se ha disminuido, porque ser�a una declaraci�n incorrecta. Simplemente debido a la falta de un l�der principal en el movimiento, se pone dif�cil para que el mismo expanda en t�rminos de miembros y en nivel de poder pol�tico.

 

 

 

Conclusiones y reflexiones

A lo largo de este trabajo, y de hecho el prop�sito del mismo sugiere que, en Bolivia y Ecuador, dos pa�ses que contienen los movimientos ind�genas m�s exitosos de la regi�n, el desarrollo de los mismos �contribuye directamente a las limitaciones institucionales en cada pa�s. Como la comunidad ind�gena abarca el sector m�s reprimido en t�rminos de involucramiento pol�tico, la raz�n principal por qu� han formado estos movimientos sociales directamente se asocia con la representaci�n ind�gena en la escena pol�tica nacional. �

 

Se pueden empezar a extraer conclusiones principales sobre la relaci�n entre la EOP y los movimientos sociales presentados en este trabajo. Antes de enlistarlas, se comenta sobre su lugar dentro del campo de los movimientos sociales y c�mo se va transformando este sector acad�mico activo, debido al flujo del c�rculo de la apariencia y la ca�da de los movimientos.

1.      Para avanzar en su propia tarea, el movimiento social sin duda debe encontrar una manera de �llevar tal tarea hacia el gobierno nacional. Ambos casos presentados muestran un medio directo para traer su lucha �hacia el nivel pol�tico nacional.

 

2.      El v�nculo con la base que el movimiento forma en el principio y que mantiene por� el tiempo de su duraci�n representa un aspecto esencial. Por su parte, la base forma la columna del movimiento, y en las mejores situaciones dicta al liderazgo del movimiento sus propias acciones. Hay que recordar que el movimiento existe s�lo debido a los intereses de las bases, y que las relaciones que el movimiento forma despu�s permite su realizaci�n.

 

3.      Las metas que declara el movimiento social contienen un l�mite que se observa a partir de dos ejes principales: a. El primero, que destaca la duraci�n del movimiento, se refleja en el caso de la CONAIE-Pachakutik. Aunque dicha alianza sigue funcionando en los aparatos y la clasificaci�n seg�n los requisitos de un movimiento social, se convirti� a un papel pasivo en la pol�tica ecuatoriana. De hecho, hace casi una d�cada que el movimiento �ha logrado un lazo importante en la escena nacional. b. El segundo, que destaca m�s la expansi�n de la base, toca al caso del MAS. Bajo dicho proceso, el MAS con Morales como su l�der ha intentado crecer su influencia a trav�s de muchos movimientos sociales que se afilian a grupos �tnicos diferentes, y represent�ndolos bajo la misa pol�tica indigenista a nivel nacional. En otras palabras, Morales contin�a incorporando una matriz de movimientos ind�genas, que implica una situaci�n problem�tica para la duraci�n de sus �xitos. Aunque este proceso ha permitido la construcci�n de lazos r�pidos e importantes, la estabilidad de estos lazos es incierta.

 

La conclusi�n final que se puede extraer sobre el tema del modelo exitoso para un movimiento social constituye entre s�: la incorporaci�n de las bases ind�genas dentro de la agenda propuesta y la presencia de un l�der carism�tico son aspectos claves. De este modo, a la CONAIE y el MAS les falta una de los dos caracter�sticas. En el caso de la CONAIE, se ha estancado su �xito como �movimiento en su presente forma, pero todav�a puede superar los giros negativos de la oportunidad pol�tica. En lo que respecta al MAS, r�pidamente tuvo �xitos claves con� llevar los reclamos ind�genas al nivel pol�tico nacional, pero a trav�s de este proceso se ha roto varios v�nculos con movimientos claves, los que reclama que representa. Pues as�, los estudios de ambos casos, revelan dos ejes �nicos de los movimientos sociales: uno dise�ado para durar en el tiempo, y el otro para cambiar el statu quo, respectivamente. Aunque ambos han sido exitosos durante ciertos per�odos, tampoco representan un modelo para que la regi�n los siga, �llegando a la conclusi�n final del trabajo. Si el MAS hubiera mantenido su v�nculo con las bases y las hab�a representado, o si la CONAIE tuviera un l�der que pudiera desarrollar� para m�s el movimiento, tendr�amos un modelo con la combinaci�n de factores para el movimiento social que puede superar p�rdidas de oportunidad pol�tica.

 

 

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[1] Clay Moran es estudiante de Estudios Internacionales y Espa�ol en Allegheny College, Meadville, PA, EE.UU.

[2] Debe ser notado que la EOP es la medida utilizada para determinar los cambios en la oportunidad pol�tica, la cual cede la probabilidad que el organismo pol�tico gane m�s poder pol�tico frente al Estado.

[3] El papel de Evo Morales es central en el partido pol�tico del MAS, pero a la vez se asegura que su presencia en la vida campesina y los movimientos sociales sea influyente. Esta cuesti�n, si el l�der del partido pol�tico puede a la vez representar el movimiento ind�gena, se destacar� bajo la secci�n de Liderazgo de los movimientos.

[4] Es obvio que el MAS se identifica y se representa bajo el t�rmino partido pol�tico. Sin embargo, a lo largo de sus operaciones, con Evo Morales en el puesto m�s alto de liderazgo, las operaciones del partido depende mucho de los movimientos ind�genas de Bolivia, y su base se centra en los movimientos sociales presentes.

[5] La relaci�n del MAS con la CSUTCB ser� desarrollada en la secci�n �Presencia de otros movimientos�.

[6] Para referirse a la lista m�s completa de la emergencia de los grupos ind�genas bolivianos, se acerque al texto de Mayorga,� lo que discute en una manera demasiada extensa por el presente trabajo. Los grupos que aparecen en esta secci�n fueron seleccionadas puesto que comparten el v�nculo m�s profundo con el desarrollo del MAS en su forma presente.��

[7] Lucio Guti�rrez era el mismo coronel quien asisti� con el golpe del estado de 2000, y desde all� se hab�a acercado a ambos el Pachakutik y la CONAIE.

[8] Se nota aqu� que mientras que Rafael Correa representa el sector izquierda de la presidencia, no se ha demostrado �til en el avance de la tarea ind�gena y de hecho la ha sido opuesto en ciertas instancias, lo que se desarrollar� en adelante.

[9] El movimiento ind�gena no fue formado exactamente a partir del liderazgo de una sola persona, sino se fundaba a trav�s de varias fuerzas pol�ticas y culturales, las que demand� una representaci�n al nivel pol�tico nacional. Se destaca este concepto m�s adelante en la secci�n �Liderazgo de los movimientos�.

[10] Estas fuerzas se act�an de una caracter�stica simult�neamente y tal as� son dif�ciles aislar a s� mismos. Lo que prueba �til la EOP se enfoque en la consideraci�n de ambas acciones del Estado y el movimiento social bajo estudio, porque cada uno realiza acciones para alterar� su oportunidad pol�tica propia.

[11] En este ejemplo, C�rdenas se sit�a como representante del Estado, debido a su puesto dentro del gobierno de Morales, pero no se constituye como representante de los movimientos sociales, una doble identidad que est� reservada para que utilice s�lo Morales.

[12] La condena por parte de Quispe no pone en duda la autenticidad de Morales como jefe del gobierno pero s� como representante dual del movimiento ind�gena, la cual fue responsable para su ascenso a la presidencia de la Rep�blica.

[13] Este modelo es �nico y tambi�n permite la mayor independencia para la CONAIE. En este momento, es importante notar la relaci�n que comparte la CONAIE con el Pachakutik, porque en un modelo m�s tradicional el Pachakutik ped�a que la CONAIE alterara su agenda. En cambio al modelo tradicional, el Pachakutik, siendo un partido pol�tico ind�gena, atrae apoyo de las mismas bases que constituye la columna de la CONAIE. De esta manera, los partidarios de la CONAIE y el Pachakutik son una en s� misma.

[14] Para consultar los diecis�is puntos completos, v�ase el texto de Arias.

[15] Este t�rmino, variable, significa que hay dos procesos simult�neos que ocurren con respeto a la oportunidad pol�tica del MAS: En primer lugar, Morales como el primer presidente ind�gena y con sus �xitos en el cumple de la agenda ind�gena atribuye a la oportunidad pol�tica positiva. Pero en segundo lugar, Morales como l�der ha atra�do muchas cr�ticas, mayormente de Felipe Quispe, que as� entonces reduce la oportunidad pol�tica de los movimientos ind�genas y el poder posible del MAS.