Revista Nº16 " TEORIA POLITICA E HISTORIA "
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Resumen

"Iniciamos una etapa que sin duda será difícil, porque tenemos todos la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina": Primeras palabras de Alfonsín al asumir la presidencia, en su discurso ante el Congreso (10 de diciembre de 1983). El presidente, llegó al poder con un gran optimismo popular y terminó su mandato, antes de tiempo en medio de un descontento generalizado. Resulta interesante estudiar el desarrollo y desenlace de este gobierno argentino, que suele ser medio relegado a segundo lugar y no tenido en cuenta como objeto de estudio¨.

 

ABSTRACT

“We begin a period that will be undoubtedly hard because we all have the huge responsibility to ensure in the present and for the future the democratic system and the respect for human dignity in Argentina”: Those were the first words pronounced by Raúl Alfonsín after assuming the presidency in the Parliament (December, 10th, 1983). He took power in a context of great popular optimism and ended his term before his time facing a widespread dissatisfaction. It is interesting to study the development and end of this argentine government which has been historically left out as a matter to study. 

 

                 EL TERCER MOVIMIENTO HISTORICO[1].

                                                       Paz Gómez Peracca[2]

Introducción

Raúl Ricardo Alfonsín llegó a la presidencia de la Argentina en 1983. La vuelta a la democracia en el país, estuvo acompañada por un gran entusiasmo popular así como también un renovado sentimiento patriótico. El abogado, político y estadista logró el triunfo electoral no solo con el apoyo de su propio partido sino también con el apoyo de un electorado mucho más amplio y variado. Alfonsín, imaginó un liderazgo que hegemonizara y aglutinara a los radicales, los peronistas y otros movimientos y/o partidos.

Como establece Carlos H. Acuña (Nueva sociedad Nro. 126, Julio- Agosto de 1993, pp. 11-24)[3]: ¨la ley de hierro que establecía que el peronismo constituía la mayoría, ya no tenía vigencia¨.

Al mismo tiempo, Alfonsín pronunció: “El pluralismo es la base sobre la que se erige la democracia y significa reconocimiento del otro, capacidad para aceptar las diversidades y discrepancias como condición para la existencia de una sociedad libre” (discurso de Parque Norte, 1985). El presidente, tomaba como referente a John Rawls para quien la democracia es libertad más búsqueda de igualdad. El autor se refiere a dos puntos fundamentales: cada persona ha de tener un derecho igual al esquema más extenso de libertades básicas iguales que sea compatible con un esquema semejante de libertades para los demás. Y las desigualdades sociales y económicas habrán de ser conformadas de tal modo que sean tanto: a- para proporcionar la mayor expectativa de beneficio a los menos aventajados, como b- para estar ligadas con cargos y posiciones asequibles bajo condiciones de una justa igualdad de oportunidades: Fragas (Numero 13 Año IV, 2006, pp. 1-2).

La dictadura militar que gobernó a la Argentina entre 1976-1983 dejó al país en una grave crisis política, económica, social y moral. Las violaciones a los derechos humanos fueron un factor común en éste gobierno que utilizó la persecución, secuestro y posterior asesinato de sus ¨enemigos¨, los subversivos. Frente a una sociedad cansada y angustiada por el constante maltrato y malestar, la guerra de las Malvinas constituyó el último esfuerzo de la junta por mantenerse en el poder, intentando incentivar y excitar hasta exagerar el apoyo al gobierno, al ejército y principalmente a la Argentina.

 Éste fue el escenario que recibió Alfonsín. El mandatario reabrió los canales de comunicación en la Argentina para ganar apoyo, y la publicidad fue un factor fundamental es su candidatura. "Ahora, Alfonsín" fue el eslogan de la campaña que lo llevó al triunfo, en 1983.

 Alfonsín comenzó con un ascenso vertiginoso que se caracterizó por una firme crítica a los militares, una defensa de los detenidos políticos y un reclamo por los desaparecidos, que comenzaba a hacerse oír en medio de una sociedad que aún se encontraba ajena a ésta situación.

 El presidente, tuvo como objetivo y busco con su gobierno establecer un quiebre o un final con problemas presentes que azotaban a la Argentina, como establece Hernán Fair (El legado político de Raúl Ricardo Alfonsín, Revista N9, – Teoría política e historia IIV, Revista de Ciencias Políticas): ¨Debemos reconocer su histórica defensa de los Derechos Humanos, no sólo como respeto a la diversidad y el pluralismo de opiniones, a la posibilidad de expresar las disidencias tras décadas de hegemonismo y autoritarismo, sino también en su lucha (no siempre acertada y eficaz) por terminar con la desnutrición, el hambre y las desigualdades sociales (Plan Alimentario Nacional). Un hombre que tuvo el coraje y el valor de oponerse, casi en soledad, a la trágica Guerra de Malvinas de 1982 y de criticar al neoliberalismo de Reagan y de Menem cuando muy pocos lo hacían, si bien terminaría pactando con este último su posibilidad de presentarse a la reelección. Pero además, se trató de un hombre que se atrevió a juzgar a las Fuerzas Armadas, en un contexto socio histórico y cultural en el que nadie en toda la región latinoamericana, e incluso en todo el mundo, se había animado a realizar hasta entonces¨.

Natalio Botana (Las transformaciones institucionales en los años del menemismo, 1994, pp. 1-6) establece: ¨La democracia que inauguramos en 1983 produjo cambios significativos con respecto a la herencia del pasado pero no alcanzo a anularla completamente¨. El autor considera que se dio una mescla entre participación y pluralismo y una propensión contraria al ejerció del régimen representativo.

Al mismo tiempo, Leiras, reconoce al gobierno de Alfonsín en 1983 como un intento de un nuevo orden político, un nuevo tiempo político con pretensiones fundacionales. No se piensa únicamente en un nuevo gobierno, un nuevo presidente sino mas importante, un nuevo orden. (El autor también les da estas características a los gobiernos de Menem y Kirchner). 

Leiras, enuncia tres puntos fundamentales dentro de la matriz ideológica:

- Una reinterpretación/ re significación del pasado:

 Como estableció Alfonsín, en Discurso pronunciado por el Presidente de la Nación, Dr. Raúl Alfonsín, ante el plenario de delegados al Comité Nacional de la U.C.R. en Parque Norte el día 1° de diciembre de 1985: ¨La Argentina afronta la necesidad de construir un futuro capaz de sacarla de largos años de decadencia y de frustraciones¨.  Para afrontar con éxito el desafío se requiere construir una sociedad diferente. Anteriores intentos de cambio de la estructura social y económica del país fueron concebidos como políticas elitistas, que excluyeron la participación de los ciudadanos en las decisiones atinentes a su futuro. Pero hoy se ha producido en la Argentina la toma de conciencia de una sociedad que asume globalmente la responsabilidad de decidir su destino, de elaborar consensualmente su proyecto de país¨.

Es notable su intento de superar el turbulento y  triste pasado a partir de la creación de una conciencia de país, de pueblo, de sociedad, donde todos deben participar trabajando para un futuro mejor, partiendo de reconocer las falencias del pasado. Es fundamental el pluralismo y la participación de todos en conjunto por un bien común y general.

- Redefinición de la concepción del orden político:

Como establece Roberto Gargarella[4], (Discutir Alfonsín, 2010, contratapa del libro): ¨La idea general del naciente entusiasmo democrático, era entre otras cuestiones de que el orden político podía recrearse o renacer de la nada¨. Alfonsín tuvo la difícil tarea de satisfacer a todos los distintos sectores de una esperanzada sociedad. Como se ve en el transcurso del gobierno, el sector más difícil de controlar así también como de contentar fueron las fuerzas armadas, por más de que Alfonsín tuvo la intención y logro someter a juicio a éstas, estas nunca lo dejaron sin su constante presencia y amenaza. Con el proyecto de fundar una segunda república, el objetivo del líder radical apuntaba básicamente a construir un orden republicano al que se debía arribar a través de sucesivas reformas. Estas reformas se proponían dos grandes objetivos simultáneos: poner punto final a los desbordes autoritarios y lograr una nueva actitud y/o comportamientos así también una conciencia en la sociedad.

- Reforma/ redefinición del poder Estatal:

El Estado, ahora tenía que ser garante de la seguridad así como también protector de la sociedad. No solo tenía que sacar al país del estancamiento económico, del débil funcionamiento de las instituciones y del ineficiente gobierno militar sino que también se tenía que crear una confianza en el poder, una seguridad en la nación y principalmente una felicidad o satisfacción porque las cosas se estaban invirtiendo. Había que mostrar que el país estaba funcionando, superando el pasado y creciendo y progresando hacia un futuro mejor, nunca como dependiente sino como independiente y autosuficiente. Como establece Alfonsín: ¨La lógica del poder en el mundo del futuro no perdonará a quienes abdiquen de la voluntad de auto determinarse. La dependencia traerá consigo los males que afectan a los marginados de la Tierra el hambre, la ignorancia, el autoritarismo¨[5]. Al mismo tiempo, La modernización no es tema exclusivo de las empresas es toda la sociedad la que debe emprender esa tarea y con ella la nación, redefiniendo su lugar en el mundo. Modernizar es, también, encontrar un estilo de gobierno que mejore la gestión del Estado y que plantee sobre otras bases la relación entre éste y los ciudadanos.

Entonces, el gobierno de Alfonsín se constituye como ¿un cambio dentro de la modernidad? El objetivo principal de mi trabajo es encontrar una respuesta.

 

ANTECEDENTES HISTORICOS

Luego de casi ocho años de gobiernos autoritarios y terrorismo de Estado en manos de las juntas militares, Alfonsín asume democráticamente con un 51.7% de los votos, contra un 40,1 % de el peronista, Ítalo Argentino Luder. Fue la primera vez en la historia Argentina que un postulante y líder radical vencía a un peronista en el juego democrático. Retomando en éste punto a José Natanson, (Raúl Alfonsín, Néstor Kirchner y el mito del eterno consenso, 31 de marzo del 2010) el aspecto consensualita de Alfonsín, no se explica por su voluntad de diálogo o capacidad de escucha, sino por el lugar que ocupo de presidente que gobernó en una verdadera política democrática de partidos. En 1983, la Argentina carecía de un sistema de partidos en el sentido moderno de la palabra. En el contexto de péndulo militar explicado por Eugenio Kvaternik, y de juego imposible por Guillermo Odonell, las dos grandes fuerzas, todavía no eran partidos políticos.  El peronismo había sido primero una fuerza de poder, más al estilo del PRI mexicano que dotada de un talante verdaderamente partidario, y luego un movimiento que giraba alrededor de un líder ausente y –al menos eso cuenta la leyenda– una épica de la resistencia. Es cierto que el radicalismo se parecía más, en su organización interna, a un partido político moderno, pero encerraba una contradicción esencial, que le impedía presentarse como tal: construido sobre la base de las heroicas revoluciones de principios de siglo, sólo podía ganar al costo de la proscripción de la fuerza mayoritaria.

Alfonsín fue el primer político de primer nivel en entender que las elecciones de 1983 no marcaban una oscilación más del péndulo, el retorno de una democracia circunstancial, un par de años de gobiernos cívicos frágiles que tarde o temprano serían barridos por el Partido Militar, sino un verdadero cambio de época. Y en esa época que se inauguraba, no eran todavía los liderazgos de popularidad ni la televisión ni las redes clientelares los que ocupaban el centro de la escena, sino los partidos políticos, renacidos al calor de las movilizaciones de 1983, la re afiliación masiva y las esperanzas democráticas. Sin embargo, es importante no olvidar de la otra faceta no-corporativista de la gestión de Alfonsín, es decir la de la política conflictual que más adelante tendrá con los sindicatos, los militares y hasta con la iglesia.

 

El gobierno de María Estela Martínez de Perón (1974 – 1976), se caracterizó principalmente  por el crecimiento de la deuda externa, y el aumento de la inflación. Al mismo tiempo, fue un periodo muy tumultuoso en la historia argentina, dado  el accionar constante de la guerrilla y la extrema violencia interna.

El 24 de marzo de 1976, un golpe de Estado, encabezado por comandantes de las tres fuerzas, destituyo a Isabel y disolvió el congreso. Comenzó así el gobierno militar y el periodo de Reorganización Nacional. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. La economía, en este periodo se estancó y la deuda externa se duplicó. El objetivo, principalmente, fue el de implantar un nuevo modelo acumulativo, de acuerdo a los intereses de los sectores financieros y de poder económico. De la misma forma,  el gobierno trató de limitar el accionar de la población y no permitir ningún tipo de participación popular. Algunos ejemplos son: se suspendió la actividad política, se suspendieron los derechos de los trabajadores, se prohibieron las huelgas, se intervieron los sindicatos, se disolvieron los partidos políticos, se quemaron miles de libros y revistas considerados peligrosos y se prohibieron canciones, y diaros que ofendían al régimen, se censuraron los medios de comunicación, etc. El régimen militar impuso represión sobre cualquier tipo de elemento democrático, para someter a la sociedad, imponer un orden y no permitir ninguna voz disidente. El objetivo de los militares fue crear una sociedad a su imagen y semejanza, donde los subversivos, los rebeldes, los tumultuosos, es decir los enemigos de la Nación no tuvieran lugar. Los secuestros, desapariciones y asesinatos fueron comunes en la época más oscura de la Argentina. Ciertos porcentajes muestran las atrocidades llevadas a cabo por el régimen, distribución de desaparecidos según profesión y/o ocupación:

 

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Al mismo tiempo en la sociedad existió una suerte de adormecimiento y negación de lo que sucedía, explicado en parte por el miedo impuesto desde el Estado. Como forma de callar o silenciar las voces externas así como las organizaciones de derechos humanos y tranquilizar a la sociedad, se organizo en la Argentina, el campeonato mundial de futbol, donde la Argentina salió campeón. Los problemas de la Argentina, así pasaban a un segundo plano.

En medio de la crisis económica, política y social del régimen militar, tropas argentinas ocuparon y recuperaron las Islas Malvinas. Tras fustados intentos pacíficos o diplomáticos, comenzó la guerra, con una importante supremacía en número de soldados y armamento, así como de tecnología y alimento, abrigo, medicamentos, etc. por parte de Inglaterra. Los jóvenes soldados argentinos que en su mayoría provenían de provincias pobres del país, no eran profesionales ni contaban con experiencia, a diferencia de los británicos.  La triste realidad del sufrimiento y la derrota que estaban viviendo los argentinos en Las Malvinas, se mantuvo oculta a la sociedad. Por el contrario, se aseguró que la victoria era argentina y que el territorio que nos había sido sustraído estaba siendo recuperado. Rápidamente la verdad fue evidente y Argentina se rindió. Los jóvenes militares argentinos volvieron a casa, no siendo reconocidos por su labor en defender a la patria sino que fueron escondidos y volvieron a sus hogares, en una esfera de silencio y secreto. El costo final de la guerra en vidas humanas fue de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños. Sin embargo, la mayor cantidad de muertes argentinas, se dio por la guerra y a causa de ella pero por sus secuelas, después del enfrentamiento militar. Los suicidios y los ex militares que recurrieron a la droga y murieron alcanzan un número de 1300. De la misma forma, según este estudio realizado[7] a ex participes argentinos del enfrentamiento: El 39,1 por ciento de los ex combatientes argentinos de la Guerra de Malvinas intentó suicidarse y el 78,2 por ciento padece patologías del sueño.

 

JUICIOS A LOS MILITARES

La promesa del presidente electo democráticamente, de juicio y castigo a los militares, le valió un importante caudal electoral, como también un gran apoyo popular.

A poco de asumir,  Alfonsín sancionó los decretos 157 y 158. Por el primero se ordenaba enjuiciar a los dirigentes de las organizaciones guerrilleras ERP y Montoneros; por el segundo se ordenaba procesar a las tres juntas militares que dirigieron el país desde el golpe militar del 24 de marzo de 1976 hasta la Guerra de las Malvinas.

Al mismo tiempo fue importante la creación de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la desaparición de personas), conformada por civiles independientes que estudiaron, analizaron y documentaron los aberrantes hechos y actos ocurridos durante la última dictadura Argentina. La comisión, presidida por el escritor argentino Ernesto Sábato, plasmo su investigación en el libro NUNCA MAS, que dio lugar al inicio a los juicios a los militares.

El juicio de las juntas, realizado en 1985, por orden del presidente, fue establecido para juzgar a las fuerzas militares que formaron parte del gobierno de reorganización Nacional, debido a los crímenes de lesa humanidad, que por definición contaron con actos de secuestro, tortura, asesinato, entre otros.

 El 9 de diciembre se dictó la sentencia condenando a Jorge Rafael Videla y Eduardo Massera a reclusión perpetua, a Roberto Viola a 17 años de prisión, a Armando Lambruschini a 8 años de prisión y a Orlando Ramón Agosti a 4 años de prisión. Por las características que tuvo, la condena a las juntas militares realizada por un gobierno democrático constituyó un hecho sin precedentes en el mundo, que contrastó fuertemente con las transiciones negociadas que tuvieron lugar en aquellos años en Uruguay, Chile, Brasil, etc.

Sin embargo, frente a la presión y el descontento de los militares, Alfonsín debió intervenir personalmente para que el Congreso sancionara la Ley de Punto Final, imponiendo un plazo de 60 días para procesar a acusados de delitos de lesa humanidad cometidos durante el gobierno militar. Esta ley fue insuficiente y en la semana santa de 1987, se produjo el conocido levantamiento de los ¨carapintadas¨, dirigidos por el teniente Aldo Rico. Millones de personas salieron a la calle, para oponerse a la insurrección y a apoyar y defender el gobierno democrático. Al mismo tiempo, la CGT declaro la huelga general en defensa del gobierno constitucional. Alfonsín trato el mismo de oponerse a la insurrección presentándose en Campo de Mayo. Horas después, el presidente declaró que los rebeldes habían depuesto su actitud y que se había logrado una importante victoria para el gobierno democrático. Sin embargo,  poco después se haría evidente que este triunfo no había sido tal. Fue el sábado 30 de abril cuando Alfonsín así lo comunicó en un discurso a la población congregada en Plaza de Mayo, donde utilizó una frase que se hizo histórica: “La casa está en orden, felices Pascuas”. Alfonsín, sin poder militar para detener el golpe de Estado, negoció con los líderes militares "cara pintadas" la garantía de que no habría nuevos juicios contra militares por violación de derechos humanos. Esas medidas se concretaron en la ley de Obediencia Debida. Esta ley se definió como: un concepto militar, según el cual los suboficiales se limitan a obedecer las órdenes emanadas de sus superiores, por lo que sus ¨tareas¨ realizadas durante la dictadura no eran punibles.

De esta forma, Alfonsín se mostraba como un defensor incondicional de los derechos humanos, que frente a la presión y descontento de las fuerzas armadas, desistió por lo menos en parte de mantener su posición como protector de la sociedad y del recuerdo de los desaparecidos.

POLITICA ECONOMICA

Alfonsín y gran parte de sus colaboradores, creían que la vigencia de las instituciones democráticas aseguraban y garantizaban la satisfacción de las necesidades básicas de la población, esta idea se hace visible en una frase que el mandatario utiliza constantemente en su candidatura: “Con la democracia se come, se educa y se cura”[8].

El primer ministro de economía del periodo fue, Grinspun Bernardo, éste trato de fortalecer el mercado interno, aumentó los salarios y controló las tarifas de los servicios públicos. Fue el impusor además del Plan Alimentario Nacional (PAN). Su principal problema, fue que mientras se logro aumentar los salarios en un 35%, la inflación alcanzo un un 625% anual.

En febrero de 1985 Alfonsín reemplazó a Grinspun, por Juan Vital Sourrouille, con el fin de implementar una política económica que atacara  la inflación. Éste se dispuso a llevar adelante el ajuste de la economía argentina y anuncio que las metas eran: la apertura de la economía, el aumento de las exportaciones, la disminución del déficit fiscal, del gasto público, establecer el papel del Estado como agente económico y la decisión de no emitir moneda para resolver el déficit fiscal.  Juntos, Alfonsín y Sourrouille, anunciaron la implementación del Plan Austral, por el cual se creaba una nueva moneda, el austral y se congelaban los precios. El objetivo del plan, era atacar la inflación de base, es decir la estipulada por  los agentes económicos, para luego atacar sus causas estructurales.

Aunque en un principio se logró atacar y disminuir la inflación, en 1986, la inflación volvió a mostrar una tendencia ascendente y los precios en cada sector se vieron afectados, esta situación estuvo además potenciada por la baja de valor de los productos exportables argentinos.

En agosto de 1988, frente al fracaso del plan austral, el gobierno lanzo el denominado Plan primavera, cuyos objetivos principales fueron impedir que siguiera aumentando la inflación, lograr la  apertura económica y la privatización de numerosas empresas estatales. Por otro lado, el gobierno busco fijar los precios para ganar una estabilidad económica y bajo el IVA, de un 18 a un 15%.

 La inflación, que en febrero de 1989 era del 9,6% mensual, alcanzó un promedio de 78,4% en mayo, mes de las elecciones presidenciales, adelantadas intencionalmente por Alfonsín debido a la fuerte presión de los sindicatos y los grupos económicos. La hiperinflación, llevo la pobreza de un 25% a un 47%, un record histórico para fines de 1989. En 1989, luego de la renuncia de Juan Vital Sourrouille, Juan Carlos Pugliese fue designado por el presidente Raúl Alfonsín primero como Ministro de Economía, cargo que desempeñó brevemente en un contexto hiperinflacionario y luego como Ministro del Interior. Luego, también tuvo un paso breve como ministro de economía, Jesús Rodríguez.

 

POLITICA SOCIAL

El ascenso del radical Raúl Ricardo Alfonsín, su posterior candidatura y su llegada al poder, fueron masivamente apoyados por el pueblo argentino. Su defensa de los derechos básicos de los ciudadanos, y su protección e importancia dada a las instituciones democráticas, lograron que individuos de las distintas clases sociales y pertenecientes a los distintos partidos políticos, se conviertan en adeptos de su política.

El mandatario llevo a cabo distintos planes para permitir a la sociedad desarrollarse, en ámbitos educativos, culturales y así como también dio lugar a programas que pudieran lograr satisfacer las necesidades básicas del pueblo, tratando de lograr que todos los ciudadanos, por ejemplo, contaran con una alimentación adecuada:

Universidad, educación y alfabetización:

 - El Plan Nacional de Alfabetización

El PNA fue diseñado por Nélida Baigorria, permitió reducir la alfabetización en números drásticos, lo que permitió que Argentina, sea comparada con países como Canadá y España, con respecto a este asunto. En el censo de 1991, el nivel de alfabetismo se había reducido a un 3,7%.

Se organizaron y construyeron alrededor de 6.000 centros de alfabetización en todo el país. El programa de aprendizaje estuvo dividido en dos periodos: En la primera parte, se trataba de lograr la alfabetización propiamente dicha, y en la segunda, se trataba de enseñar y desarrollar el pensamiento lógico y la lectura comprensiva.

El objetivo fundamental del proyecto era ¨erradicar el analfabetismo, completar la educación de los neo alfabetos y posibilitar un sistema permanente de educación de adultos¨.

- Congreso Pedagógico de 1986-88

Este congreso fue convocado por el congreso de la Nación y fue aprobado por las dos cámaras legislativas en 1984. El objetivo principal era crear una opinión generalizada sobre la importancia y trascendencia de la educación en la republica.

Las resoluciones y conclusiones del congreso que abarcaron distintas cuestiones fueron por ejemplo: La educación debía apuntar a valorizar lo propio, lo Argentino, a conocer nuestro suelo, nuestra realidad histórica, cultural, geográfica,etc. La soberanía debía ser defendida y se debía valorizar por sobre todo la justica y la libertad, así como fundamentalmente las instituciones democráticas. Se debía fortalecer el carácter federal, asegurado en la constitución, para logar una conjunta política y planificación que beneficiara al conjunto de las provincias. Fue también fundamental la mención a la familia y a los padres, como los primeros educadores, como los agentes educadores por naturaleza, el núcleo básico social fuerte.

Y fundamentalmente sobre el desarrollo social, se deberá jerarquizar la igualdad de oportunidades y posibilidades concretas de acceso a los bienes culturales y materiales como la educación, la salud, el trabajo y la vivienda.

- Plan Alimentario Nacional

Este plan es conocido y recordado fundamentalmente por sus cajas pan, para afrontar el hambre y la pobreza. El plan se basó en la organización y distribución de cajas con comida a partir de los municipios. Este plan inspiro distintos planes similares que tuvieron lugar a lo largo de toda Latinoamérica.

El diagnóstico de familias destinatarias del PAN se realizó sobre la base del censo habitacional del año 80 complementado con estadísticas provinciales y en el primer mes de funcionamiento el programa llegó a 700.000 familias y en esa cifra trepó hasta repartir un promedio de 1.200.000 cajas mensuales. 

"El objetivo no fue sólo alimentario, la idea era transformarlo en un programa de desarrollo integral. Se reunía a las madres y se daba educación alimentaria, había detección de problemas de escolaridad de los chicos y se estimulaban las compras comunitarias", repasó Neri, el entonces ministro de bienestar quien fue el encargado de anunciar el plan.

POLITICA LABORAL

Durante su mandato, Alfonsín se enfrentó de manera abierta a los sindicatos, él se quejaba de la relación y del pacto sindical-militar, por medio del cual asociaba a los sindicatos con una forma de ejercer, de actuar autoritaria, la cual relacionaba con el peronismo. Alfonsín, presentó un proyecto de ley en congreso, llamado Ley Mucci, por la cual se buscaba incluir a las minorías en los organismos de poder y decisión de los sindicatos[9]. El proyecto, fue apoyado por los diputados, pero no por los senadores, dominada esta cámara por la oposición peronista quienes controlaban la CGT.

La CGT llevo a cabo 13 huelgas, que se califican como políticas, ya que fueron direccionadas por los peronistas, como intento de obstruir la forma de accionar política del gobierno radical.

En total, durante el gobierno de Alfonsín, se llevaron a cabo alrededor de 4000 huelgas sectoriales y 13 huelgas generales. Se produjeron además paros totales o parciales por actividad o por empresa, huelgas de hambre, ollas populares,etc.

 Las huelgas fueron utilizadas como arma, para asegurar el control de los sindicatos bajo la CGT, y para exigir una importante aumento de la  suma en los salarios y mejores condiciones laborales. El principal argumento de la CGT contra el gobierno radical era que este se subordinaba a los reclamos y exigencias del FMI.

En 1987, Alfonsín termina con su táctica de opositor y enfrentamiento con los sindicatos, que le dificultaban el funcionamiento de la economía y principalmente su gestión y ofrece a unos de los principales dirigentes sindicalistas, Carlos Alderete, el cargo de ministro de trabajo. Al mismo tiempo, el presidente, elaboro una nueva ley sindical, que fue aprobada en 1988, la ley 23.551, que fue apoyada por los sindicatos y los distintos partidos políticos.

La ley, aseguraba la libertad sindical, en cuanto a la organización y acción de los sindicalistas y aseguraba a los trabajadores, entendidos como quien desempeña una actividad licita que se presta a favor de quien tiene facultad de dirigirla, el derecho de construir libremente y sin necesidad de aviso previo, asociaciones sindicales, como también afiliarse a los sindicatos, no hacerlo o desafiliarse. Además, la ley establecía: Los poderes públicos y en especial la autoridad administrativa del trabajo, los empleadores y sus asociaciones y toda persona física o jurídica deberán abstenerse de limitar la autonomía de las asociaciones sindicales, más allá de lo establecido en la legislación vigente.

También, en el artículo 5: ARTICULO 5º

Las asociaciones sindicales tienen los siguientes derechos: a) determinar su nombre, no pudiendo utilizarlos ya adoptados ni aquellos que pudieran inducir a error o confusión; b) determinar su objeto, ámbito de representación personal y de actuación territorial; c) adoptar el tipo de organización que estimen apropiado, aprobar sus estatutos y constituir asociaciones de grado superior, afiliarse a las ya constituidas o desafiliarse; d) formular su programa de acción y realizar todas las actividades lícitas en defensa del interés de los trabajadores. En especial, ejercer el derecho a negociar colectivamente, el de participar, el de huelga y el de adoptar demás medidas legítimas de acción sindical.

Fundamental, este último punto en el que se establece la legalidad de la huelga, como forma de reclamo. Dentro de la democracia, se permitía así la participación de los sindicalistas, como forma de expresión y de denuncia. Resulta claro este intento de conciliación del presidente que fue recibido abiertamente, por toda la comunidad política y/o trabajadora.

 

COMUNICACIÓN Y/O RELACION CON EL EXTERIOR

Raúl Alfonsín pensaba a la integración y buena relación con los países vecinos y no vecinos como fundamental en sus planes y objetivos. El presidente se convirtió en el mandatario ejecutivo más viajero desde Frondizi y de viajes más largos.

Durante su mandato comenzó un proceso de relación más fluida y de integración con Brasil, al que más tarde se le uniría Uruguay. Ésta sería una antesala a la conformación del Mercosur, que  se establecería como tal, recién en el gobierno Menemista.

El 30 de noviembre de 1985, Alfonsín y su par brasileño Sarney, en la ciudad fronteriza de Foz de Iguazú, adoptaron la declaración de del programa de integración y cooperación económica (PICE), entre los dos grandes estados. El 29 de julio de 1986 los mandatarios firmaron en Buenos Aires el Acta de Integración y Cooperación Argentino-Brasileña y el 29 de noviembre de 1988 la capital porteña acogió también la firma del Tratado de Integración, Cooperación Económica y Desarrollo, por el que los dos países se comprometían a conformar un espacio comercial común en diez años mediante la eliminación de las barreras arancelarias y no arancelarias al comercio bilateral de bienes y servicios, y la armonización de políticas. El 26 de mayo de 1987 Alfonsín y Sanguinetti, su par uruguayo, firmaron el Acta de Montevideo, acuerdo decisivo para impulsar la integración económica regional según los objetivos trazados por la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). 

Con Chile, por el contrario bajo el gobierno dictatorial de Augusto Pinochet, que no veía con agrado el retorno a la democracia en la Argentina, las relaciones fueron tensas y duras. Se procedió a establecer la delimitación fronteriza del canal de Beagle, que llevo a casi una guerra en 1983. La intervención del Papa, fue fundamental para que no se llegara al enfrentamiento armado. Los dos países australes suscribieron el 23 de enero de 1984 una declaración de paz y fraternidad y el 18 de octubre siguiente firmaron en Roma un compromiso satisfactorio sobre el Canal.

Las visitas del presidente a Europa, fueron frecuentes, principalmente a España, donde estableció una buena relación con Felipe González, fundamentalmente alrededor de cuestiones económicas. En 1985, se convirtió en el primer presidente argentino que visitó Estados Unidos, luego de Frondizi. Además Argentina estableció su apoyo a las distintas políticas de pacificación del Grupo contadora[10].Argentina, Brasil, Perú y Uruguay se unieron en apoyo al Grupo Contadora, buscando establecer la paz y la democracia en Centroamérica. Estos países se conocieron como el Grupo de Apoyo a Contadora. Tuvieron un éxito relativo, al no contar con el apoyo de Estados Unidos, que no quería reconocer al gobierno de Nicaragua ni renunciar a las intervenciones militares unilaterales en el área.

El 13 de octubre de 1986, Alfonsín llegó a Moscú, y firmo un comunicado que establecía que si bien por cultura y vínculos históricos, Argentina pertenecía al mundo occidental, debía seguir siendo una nación "no alineada" en el contexto de la Guerra Fría y solidaria con el extenso grupo de países menos desarrollados o en vías de desarrollo de África y Asia que compartían una serie de reclamaciones frente a los bloques, como eran la no intervención en los asuntos internos de los países, el desarme, la defensa de la causa palestina en Oriente Próximo o la denuncia del apartheid sudafricano. La política de neutralidad, frente a conflictos internaciones también fue una piedra fundamental en la política de Perón.

En relación a Cuba, el primer encuentro entre los presidentes Alfonsín y Castro tuvo lugar en la Reunión de los Países No Alineados en Harare, Zimbabue, en septiembre de 1986. En esa oportunidad, el presidente argentino planteó a su colega cubano su preocupación por la acción de algunos sectores de izquierda (en especial el Partido Comunista) en la Argentina. Castro le respondió con una invitación a La Habana. Éste encuentro cumbre en la capital cubana se concretó al mes siguiente. En el mismo, Alfonsín dejó en claro que el gobierno argentino propiciaba la integración de Cuba a América Latina, a condición de que Cuba no transmitiera a la región (y muy especialmente a América Central) sus problemas bilaterales con Estados Unidos. Por su parte, Castro aseguró a Alfonsín que Cuba no había contribuido a armar al izquierdista Frente Manuel Rodríguez que planteaba la lucha armada contra el régimen de Pinochet en Chile.

CONCLUSION

Con el trabajo terminado, he llegado a la conclusión que la política de Alfonsín en algunos casos fue de continuidad y en otros de cambio, dependiendo el ámbito referido:

JUICIOS A LOS MILITARES

En relación a los juicios a los militares, claramente la política es de cambio, frente al nuevo ciclo democrático abierto, se estableció como una necesidad por pedido de la sociedad civil y escuchada y ejecutada por el poder político. Como establece José Natanson,  fue el primer presidente democrático del mundo en lanzar juicios contra los militares... todo esto sin generar enemigos ni enfrentamientos y sin dividir a la sociedad (en aquellos días llegó a decirse que Alfonsín juzgó a los militares, sí, pero “dialogando con ellos”). A pesar de que la política de justicia se vio limitada o con algún margen de retroceso por el constante manejo y presión de los militares, Alfonsín realmente intento hacerle frente a la situación.

"Los militares deben recordar que son servidores de la República y no sus amos. Y en vez de guardar las urnas deben guardar mejor el patrimonio nacional y los derechos humanos."[11]

POLITICA ECONOMICA

En relación a la economía, aunque el ex presidente buscó encontrar una solución a la crisis, con políticas de cambio, sostenida con distintos planes, la política es de continuidad ya que la situación se repetía y las soluciones no llegaban.

Alfonsín tuvo que dejar el poder antes de tiempo, y asumió el nuevo presidente electo Carlos Saúl Menem ya que el país estaba hundido en la inflación, el déficit fiscal, el aumento de la deuda externa, el aumento de precios, etc.

Aunque su idea fundamental era que el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, permitían y garanterizaban las necesidades básicas de la población, el sistema nunca funcionó según el ideal del radical.

POLITICA SOCIAL

Esta es la primera esfera en la que encontré la política de cambio, como realmente de no continuidad, es decir de corte radical, con cierto éxito en sus disposiciones. Alfonsín refiriéndose al valor de las instituciones democráticas y su eficaz funcionamiento, buscaba integrar a toda la sociedad en el disfrute de los derechos o necesidades básicas, lo que le valió un importante apoyo durante su campaña y luego en su gobierno. Los tres ejemplos de Plan Nacional de Alfabetización, el Congreso Pedagógico de 1986-1988 y el plan alimentario nacional, buscan elevar el nivel de vida de los ciudadanos. Los mismos tuvieron satisfactorios resultados, permitiendo comparar a Argentina con por ejemplo Canadá, en relación al bajo nivel de alfabetización y posibilitando la construcción de un número importante de escuelas, así como también fue importante la revalorización de la educación.  Por último, el plan alimentario nacional, busco combatir el hambre y la pobreza, permitiendo casi duplicar las cajas entregadas a las familias de un mes a otro.

POLITICA LABORAL

Este ámbito fue fuertemente conflictivo durante el gobierno de Alfonsín con confrontación y peleas recurrentes. Claramente las políticas establecidas buscan ser de cambio. El ex presidente, en sus primeros días en el poder envió al congreso el proyecto de la llamada ley Mucci, lo que le valdría grandes discusiones con la CGT, dirigida y manejada por el peronismo. Este pacto sindical-militar fue fuertemente cuestionado por el presidente. Más de 4000 huelgas sectoriales, 13 generales, ollas populares, etc., tuvieron lugar en este periodo. La política más tarde de retroceso, como en el caso militar, buscó una buena relación con los trabajadores por medio de la designación de Carlos Alderete y de una nueva legislación laboral.

POLITICA EXTERIOR

Alfonsín se constituyó como el presidente mas viajero y de viajes más largos, desde frondizi. Esta actitud, demuestra la relevancia que le daba el entonces presidente a las buenas relaciones internacionales. El radical, plantó en algún sentido la semilla del Mercosur y viajo además a España, Estados Unidos, Moscú y Cuba. Las políticas fueron de cambio, estableciendo una relación fluida con el exterior y participando de la antesala del futuro Mercado Común del Sur.

Como conclusión final, me gustaría agregar la significancia y preponderancia que el presidente le daba al sistema político, a la institución democrática, tratando de reconocer sus valores y principios básicos. Alfonsín asume en un contexto de falta de institucional y de respeto por los partidos políticos. Ésta esfera, la de la política, fue puesta por sobre la económica. Aunque el desarrollo económico era fundamental para el buen funcionamiento de la democracia, lo primero para el presidente fue levantar, darle vida y constituir a la democracia a partir de su propia significancia, eliminar el autoritarismo y que la ciudadanía encontrara los canales institucionales para expresarse, estableciendo una sociedad pluralista de participación. Se respetó la libertad de expresión y de opinión, y se elimino la censura de las actividades culturales. Hubo profundas transformaciones en la universidad y en el sistema científico, permitiendo el retorno de intelectuales exiliados y su empleo como asesores o funcionarios técnicos. Además se promovió la ley del divorcio y de la patria potestad compartida.

Sin embargo, la principal causa del intento fallido del tercer movimiento histórico fue la falta de gobernabilidad, principalmente por el constante atropello de los militares, y mala relación con los peronistas, que llevaron a la dificultad de la gestión del radical. Sumando, como establece Carlos Corvalan (Las dos grandes crisis de liderazgos políticos en la Argentina, la crisis de Raúl Alfonsín( 1983-1989) y la crisis de gobierno de Fernando De la Rúa (1999-2001), Revista N10, Revista de Ciencias Políticas, pp. Problemas internos dentro del gobierno): ¨La UCR constituía una fuerza no demasiado homogénea, donde se discutieron y hasta obsticularizaron muchas de las iniciativas del presidente, quien prefirió rodearse de un grupo de intelectuales y técnicos recientemente acercados a la vida política y de un grupo radical juvenil, la coordinadora, que avanzo con fuerza en el manejo del gobierno y del partido¨.

 

 

BIOGRAFIA

- El legado político de Raúl Alfonsín. Fair, Hernán. Revista N9 Teoría política e historia IV, revista de Ciencias Políticas.

- Informe de la Conadep, (Nunca Mas, Eudeba, 1984)

- Las transformaciones institucionales en los años del menemismo.  Botana, Natalio. Revista sociedad de facultad de ciencias sociales, 6 de mayo.

- Los fundamentos filosóficos. Cap. 2, Bosoer/Leiras. Unidad 1 Argentina, materia líderes y liderazgos. De 1995. Unidad 1 Argentina, materia lideres y liderazgos.

- Pensar Alfonsín. Gargarella, Roberto. Murillo, María Victoria. Pecheny, Mario.

WWW:

- Discurso de Alfonsín de Parque Norte: http://constitucionweb.blogspot.com.ar
/2010/03/discurso-de-parque-norte-convocatoria.html

-http://argentinahistorica.com.ar/intro_libros.
php?tema=26&doc=87&cap=458

-http://www.astavic.org.ar/pdf/ley23551.pdf

-http://www.cidob.org/es/documentacion/biografias_lideres_
politicos/america_del_sur/argentina/raul_alfonsin#6

-

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/142984-46010-2010-03-31.html

-

http://www.nuso.org/upload/articulos/2253_1.pdf

- http://www.konvergencias.net/fraga111.htm

- http://ucr.org.ar/notas/discursos/convocatoria-para-una-
convergencia-democratica-primera-parte

 

 

[1] Monografía realizada en el año 2012, en La Lucila, Buenos Aires, Argentina.

[2] Carrera de Ciencias Políticas, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

[3] Carlos H. Acuña es Ph.D. en Ciencia Política (University of Chicago), Magister en Metodología de la Investigación y, originalmente, Licenciado en Ciencia Política. Actual Director de la Maestría en Administración y Políticas Públicas y Profesor de materias de grado y posgrado en la Universidad de San Andrés –Buenos Aires, Argentina-, es Investigador Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de la Argentina.

[4] Roberto Gargarella (Buenos Aires, 1964) es un filósofo, jurista, escritor y académico argentino especialista en derechos humanos, democracia, filosofía política, teoría constitucional e igualdad y desarrollo.

[5] Discurso pronunciado por el Presidente de la Nación, Dr. Raúl Alfonsín, ante el plenario de delegados al Comité Nacional de la U.C.R. en Parque Norte el día 1° de diciembre de 1985

[6] (Informe de la Conadep, Nunca Más, Eudeba, 1984).

[7] Estudio realizado por telefe noticias en el año 2012, en el marco del aniversario de la Guerra de las Malvinas.

[8] Frase célebre de Alfonsín.

[9]  El sindicalismo apareció frecuentemente en la escena pública como un sustituto del PJ, asumiendo un rol claramente opositor, estableciendo alianzas con los empresarios y otras fuerzas sociales y políticas.

[10] El Grupo Contadora fue una instancia multilateral establecida por los gobiernos de Colombia, México, Panamá y Venezuela, en 1983, para promover conjuntamente la paz en Centroamérica

[11] Frase del ex presidente radical Raúl Ricardo Alfonsín.