RESUMEN
Los movimientos
sociales han jugado un papel importante en la historia moderna de Bolivia. Este
ensayo analizará el papel de los movimientos sociales bolivianos en el ascenso
de Evo Morales y como las raíces de Evo Morales en estos movimientos afectan la
política que él viene implementando. El ensayo se centrará en la condición de
Evo Morales como cocalero indígena y sus políticas relativas a la coca y drogas
ilícitas. Luego observará el impacto que sus políticas han tenido internamente,
así como, internacionalmente. Las relaciones entre Bolivia y los Estados Unidos
serán destacadas porque las políticas de Bolivia son muy importantes en la
guerra de los Estados Unidos contra las drogas. La teoría del juego de dos
niveles de Putnam se utilizará para analizar las relaciones y ver cómo ha
cambiado la dinámica entre los dos países con el ascenso de la administración
de Morales. La investigación tiene la intención de ver cómo estas relaciones y
políticas afectarán el futuro de la guerra contra la droga y cómo la
cooperación entre los dos países puede hacerse factible.
ABSTRACT
Social
movements have played an important role in modern Bolivian history. This essay
will analyze the role of the Bolivian social movements in the rise of Evo
Morales and how Morales’ roots in these movements affect the policies he
implements. The essay will focus on Evo Morales’ status as an indigenous
cocalero and his policies relating to coca and illicit drugs. It will then
observe the impact that his policies have had internally, as well as,
internationally. The relations between Bolivia and the United States will be
highlighted because Bolivia’s policies are extremely important to the United
States’ “War on Drugs.” Putnam’s “Two-Level Game” theory will be used to
analyze the relations and see how the dynamic between the two countries has
changed with ascent of the Morales administration. The intention of this
investigation is viewing how these relations and policies will affect the
future of the war on drugs and how cooperation between the two countries can be
made feasible.
El Ascenso de Evo Morales tras los
movimientos sociales, la Coca y el Juego de Dos Niveles entre Bolivia y los
Estados Unidos
Por
Christina Dupre
INTRODUCCION
En Bolivia el peso de la
modernización pasó de indígena a campesino. La revolución boliviana de 1952 fue
el momento en el que los indígenas realmente fueron llevados a algún grado de
ciudadanía como campesinos. La población indígena no se refleja en lo escrito
en las políticas anteriores porque antes los mismos no eran actores políticos a
nivel estatal. En los últimos 30 o 40 años ha habido un surgimiento de la
población indígena que tiene una voz en la política.
En
la década de 1980 el cierre de las minas de estaño de Bolivia y el aumento de
la colonización de las zonas de coca del Chapare llevó al surgimiento de un
movimiento cocalero militante. La formación de sindicatos de coca en el citado
lugar condujo a su aparición como una fuerza política. Bolivia tenía muy
fuertes movimientos sociales que ayudó a instalar el partido MAS. En este país,
ha habido un nuevo concepto de democracia que no esta basado en los derechos
individuales, sino en los derechos colectivos. Con el apoyo del partido MAS, el
actual Presidente, Evo Morales, subió al poder en 2005.
El ascenso del
Presidente indígena y cocalero, Evo Morales y la izquierda en Bolivia ha
permitido el desarrollo político de los cultivadores de hoja de coca indígenas
y campesinos. Esto ha sido posible mediante la formación de sindicatos y la
creación de alianzas con otros actores políticos. Dado que el movimiento
campesino sindical ha bloqueado los intentos del Estado para disminuir la
producción de coca la guerra internacional contra las drogas ha demostrado ser
eficaz sólo modestamente en limitar el flujo de drogas en la región andina.
Esto ha afectado las relaciones con los Estados Unidos porque el problema del
narcotráfico en la región es muy importante en la política de los Estados
Unidos y los países andinos.
La
política de Evo Morales se ha centrado en el bienestar interno y el desarrollo
con inclusión social, y ha estabilizado el Estado boliviano desde el comienzo
de su mandato pero no en una manera que los Estados Unidos encuentre aceptable.
La política de Morales ha causado el deterioro de las relaciones bolivianas con
los Estados Unidos durante la última década. El conflicto interno en Bolivia y
las políticas implementadas por Evo Morales serán especialmente importantes en el
futuro porque los Estados Unidos no quiere traer inestabilidad a la región,
aunque quiere combatir el narcotráfico.
Planteo del Problema:
El ascenso de Evo
Morales fue un momento histórico importante en Bolivia y ha cambiado el ruedo
político en ese lugar, es por esto es que nos preguntamos: ¿Cuál fue el papel de
los movimientos sindicales y sociales en el ascenso de Morales, especialmente
los sindicatos cocaleros en que Morales tiene origen? ¿Por qué fueron tan
importantes estos sindicatos y que es el papel de la coca en Bolivia? ¿Estos
movimientos afectan a la política de Morales sobre las drogas “ilícitas,”
especialmente la coca, y pueden influenciarlo en la toma de decisiones
relacionadas con los Estados Unidos? ¿Cuál es la importancia de las drogas en
la política de los Estados Unidos, y como influye las negociaciones entre
Bolivia y los Estados Unidos? ¿Cómo ha cambiado la política entre Bolivia y la
superpotencia del norte en el juego de dos niveles con el liderazgo de Evo
Morales? Como punto
final podemos preguntarnos: ¿Qué
puede cambiar para que existan mejores relaciones entre los dos países?
ANTECEDENTES
HISTORICOS: UNA BREVE HISTORIA DE BOLIVIA
Bolivia es uno de los
países menos desarrollados en América del Sur con casi 2/3 de su población
viviendo en pobreza, muchos de los cuales son agricultores de subsistencia. 62%
de la población de Bolivia se considera indígena. Los más grandes de los
grupos indígenas son los Quechua, Aymara, Chiquitano y Guaraní (US DoS: 2012).
A lo largo de la historia boliviana, estas poblaciones han sido
insuficientemente representadas, o no representadas, y tratados como miembros
de segunda clase de la sociedad.
Los
gobiernos bolivianos durante los principios del siglo XX fueron controlados por
las élites económicas y sociales que implementaron la política capitalista de laissez-faire
con el detrimento de la población indígena. Los indígenas fueron forzados a
trabajar en condiciones primitivas en las minas y en un estado casi feudal en
latifundios. Los aborígenes tenían condiciones de vida deplorables y eran
negados el acceso a la educación, las oportunidades económicas y participación
política. El año 1935 fue un punto decisivo para la sociedad boliviana y sus
políticas, después de que Bolivia fue derrotada por Paraguay en la Guerra de
Chaco. La clase dirigente tradicional fue desacreditada, el servicio en el
ejército produjo pasos de conciencia política entre los pueblos indígenas y
hubo un mayor sentido de identidad nacional compartida (US DoS: 2012). Desde el
fin de la Guerra de Chaco hasta la revolución de 1952 el surgimiento de
ideologías y las demandas de nuevos grupos cambiaron la política boliviana.
La
revolución de 1952 fue liderada por el Movimiento Nacional Revolucionario
(MNR), el primer partido moderno y amplio en Bolivia que introdujo el sufragio
universal, llevó a cabo una reforma agraria, promovió la educación rural y
nacionalizó las minas de estaño más grandes de Bolivia (US DoS: 2012). Entre
los años 1952 y 1964, el MNR gobernó, pero terminó dividido. El MNR tenía una política
cultural más occidental. Entre 1964 y 1985 hubo varios gobiernos militares en
las que hubo violaciones de derechos humanos aumentadas, un mayor tráfico de
narcóticos y tensión social. En 1985 el país volvió a la democracia en un
periodo de crisis económico junto con extenso malestar social, narcotráfico y
huelgas crónicas. Los gobiernos democráticos fueron capaces de detener las
altas tasas de hiperinflación y realizar reformas económicas. Violaciones de
derechos humanos se redujeron considerablemente y hubo extensas reformas
sociales.
Durante
las décadas de los ochenta y noventa, la expansión de la demanda internacional
de cocaína condujo a un auge de la producción de coca y a un importante éxodo
campesino a la región del Chapare. A finales de la década de los noventa, el
Presidente Banzer instruyó a unidades especiales de la policía ir a físicamente
erradicar la coca ilícita en el Chapare con el fin de revertir el auge de
producción y migración. La política produjo una declinación dramática en
cultivos de coca ilegal en Bolivia de cuatro años. Incluso llegó al punto de
que Bolivia se convirtió en un proveedor relativamente pequeño de coca para la
cocaína (US DoS: 2012). Pero en realidad la política no sirvió, causó gran
desacuerdo y condujo a la situación de que esta monografía habla, de gran
movilización y cambios en el sistema político. El evismo plantea la posibilidad
que los movimientos sociales pueden tener acceso a decisiones del nivel
estatal. Es una perspectiva que busca la auto-representación de los propios
movimientos sociales; los sindicatos campesinos optan por la
auto-representación, rompiendo todos sus vínculos con los viejos partidos (García
Linera: 2006: 26).
EL
ASCENSO DE EVO MORALES Y EL PAPEL DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
En Diciembre de 2005,
Evo Morales fue el primer presidente democráticamente elegido al ganar una
mayoría absoluta en la primera ronda de votaciones en Bolivia. En Diciembre de
2009 fue reelecto con el 64% de los votos. Su mandato no termina hasta el año
2014 y ya ha estado en poder más tiempo que sus tres predecesores combinados.
Evo Morales llegó al poder con una amplia coalición política y tiene un doble
rol como presidente y líder del movimiento que puede ser llamado la “nueva
izquierda indígena.” (García Linera: 2006: 25)
La
victoria del MAS en 2005 no puede explicarse sin el tejido de la movilización
social. El partido MAS es un partido de fuerte consistencia indígena y
campesina. El
gobierno de Morales y el partido MAS emergieron de la propia movilización
social y representa una gigantesca masa de productores de las pequeñas unidades
de producción de la ciudad de El Alto, las cooperativas mineras de Potosí y
Oruro, los campesinos, los gremios y las comunidades indígenas (Orellana:2006:
47).
Los
partidos bolivianos de la izquierda nunca tuvieron capacidad organizativa para
realizar operaciones libertadoras, pero en abril del año 2000, una nueva
izquierda surgió que fue hegemonizada por los campesinos y los indígenas y que
estaba dominada por la presencia de los movimientos sociales (García Linera:
2005: 4). Desde ese momento los movimientos sociales transitaron a dominar el
centro de la política boliviana. En septiembre de 2000 los indígenas aymaras
realizaron un decisivo bloqueo, que obligó al gobierno de Hugo Banzer a darle
concesiones en 71 puntos que incluían reclamaciones políticas y materiales
negadas por siglos a los indígenas. Este triunfo resultó vital para el Movimiento
al Socialismo (MAS) en las elecciones de junio de 2003 porque con la llegada al
Parlamento, los movimientos sociales pudieron luchar en dos frentes: las
movilizaciones en las calles y la oposición formal en las deliberaciones
congresales (García Linera: 2005: 4).
La intensidad de la
politización de los movimientos sociales en Bolivia fue demostrada por las
numerosas protestas y movilizaciones políticas que convulsionaron la nación en
2003 y 2005. En
octubre de 2003, el presidente boliviano Sánchez de Losada, un acérrimo
defensor de la globalización y las políticas neoliberales, fue forzado a dejar
su cargo por manifestaciones masivas del poder popular. El grupo que movilizó
contra él fue formado por la clase política que había sido reprimida por mucho
tiempo, incluyendo campesinos, indígenas, mineros, trabajadores, intelectuales
y estudiantes (Vanden: 2007: 22). Las preocupaciones por los efectos económicos y
sociales de la erradicación estaban entre las cuestiones que en 2003
alimentaron las protestas de masas a través de Bolivia (Youngers: 2005: 146). Mucho antes de que se produjera
esta gran movilización, las comunidades locales habían estado formando sus
propias organizaciones para desafiar el statu quo. Una amplia cooperación con
otros nuevos movimientos sociales permitió que los movimientos locales y
regionales formaron parte de una movilización nacional imparable que derribó al
gobierno de Sánchez de Losada y llevaría eventualmente a Morales y el partido
MAS al poder.
La
movilización popular de los pueblos indígenas y campesinos fueron a través de
una recién formada federación principalmente indígena campesina. La Confederación Sindical
Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia se unió con aquellos que cultivaron
las hojas de coca que el gobierno de Sánchez de Lozada erradicaba bajo la
dirección del gobierno estadounidense, los cocaleros de la Federación de
cultivadores de Coca con su líder indígena, Evo Morales. (Vanden: 2007: 23).
Otros grupos también se unieron. Una crisis económica y una crisis en la
política tradicional combinada con fuerte presión estadounidense para abrir los
mercados bolivianos y virtualmente eliminar el cultivo de coca hojas estimuló
las masas para reunirse y movilizar a nivel local y responder a los movimientos
de llamamientos a la acción (Vanden: 2007: 23).
El
gobierno trató de reprimir las demostraciones, causando la pérdida de vidas. La
oposición se puso más enfurecida y el presidente quedó aún más aislado. Como la
movilización masiva creció, los promotores políticos de Sánchez de Lozada
dejaron de respaldarlo causando su renuncia y salida del país. El gobierno que
siguió fue liderado por Mesa y también se enfrentó con movilizaciones
populares. La coalición de los nuevos movimientos sociales empujaron más
fuertemente esta vez con Morales y el partido MAS tomando una destacada
posición de liderazgo (Vanden: 2007: 24). Mesa dejó su cargo y la coalición
estaba poco dispuesta a dejar al presidente del senado, que era
constitucionalmente siguiente en línea, o el jefe de le Cámara de Diputados
tomar poder entonces el presidente de la Corte Suprema asumió el poder hasta
que las elecciones podrían ser celebrados (Vanden: 2007: 24). Se celebraron las
elecciones y Evo Morales fue elegido con una mayoría absoluta en la primera
vuelta de votación, formando un nuevo gobierno. Con esta elección, Evo Morales
se hizo el primer presidente indígena de Bolivia y el MAS aseguró una
importante representación en la legislatura nacional. Estos movimientos han
puesto su marca en la política boliviana. Los movimientos sociales bolivianos
han transformado el espacio desde donde origina la política redefiniendo el
origen socioeconómico y étnico de sus actores, transformando en técnicas
sociales para hacer política y mutando radicalmente el sentido y los fines de
la política (García Linera: 2005: 4).
El
“evismo” es una forma de restablecimiento contemporánea de la identidad
indígena; se puede ver esa identidad en el movimiento cocalero que pasó de
tener un discurso plenamente campesinista en los ochenta a un discurso
conocidamente indígena en los noventa (García Linera: 2006: 27). Habían sindicatos
campesinos y organizaciones comunitarias locales en toda la región andina del
país que formaron una gran parte de la coalición. Los grupos que se reunieron en La
Paz y otras grandes ciudades eran predominantemente agrícolas y campesinos, que
eran en su mayoría indígenas y generalmente pobres.
Este
es un grupo extremamente importante porque en Bolivia el 62% de los habitantes se
autoidentifican como indígena. Entre los grupos más significativos son La
Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y
la Federaciones de Productores de hoja de coca de los Yungas y el Chapare. La
CSUTCB agrupa todas las comunidades campesinas organizadas en torno a lealtades
tradicionales y es la más trascendental y compacta fuerza sociopolítica de
movilización del país cuyas solicitudes están dirigidas solamente hacia el
Estado (García Linera: 2005: 5). Las Federaciones son compuestas por familias
que tienen una identidad de campesina-indígena. Yungas es la zona tradicional
de cultivo de hoja de coca y el Chapare as la región donde ha expandido el
cultivo de hoja de coca en las tres últimas décadas. A partir de la defensa del cultivo
de la hoja de coca, estas Federaciones se han convertido en las organizaciones
más activas, disciplinadas y efectivas de resistencia frente al Estado
boliviano y las presiones de Estados Unidos (García Linera: 2005: 5). Desde
principios de este siglo, y a raíz de la emergencia de la fuerza de los
múltiples movimientos indígenas en todo el país, el movimiento cocalero ha
realizado estrategias de alianzas regionales y nacionales con otros movimientos
y sectores sociales, dando lugar a la formación de un "instrumento
político" electoral, el Movimiento al Socialismo (MAS), que les permitió
obtener la presidencia con su líder, Evo Morales (García Linera: 2005: 5).
LA
IMPORTANCIA DE LA HOJA DE COCA EN BOLIVIA
1.
La
Cultura de la Coca
Para
los países andinos, la hoja de coca es considerada la hoja sagrada. La hoja de
coca representa la continuidad y coherencia de conceptos claves, tales como la soberanía,
la nación y los indígenas (Grisaffi: 2010: 427). En Bolivia especialmente, hay
un nítido uso cultural de las hojas de coca. El mascado y la infusión de la
coca son prácticas antiguas en los Andes con fines terapéuticos contra los
efectos de la altitud, el hambre y la fatiga, también son utilizado en
rituales. Como la
hoja de coca ha sido una parte esencial de la vida rural indígena durante miles
de años en varias regiones de los Andes, las federaciones son capaces de hacer
el caso que la hoja de coca es sinónimo de la cultura andina y la erradicación
por potencias extranjeras destruye su forma de vida y el patrimonio cultural
(Healy: 1991: 94).
2.
El
Papel Económico de la Coca
Bolivia es uno de los
países más pobres en el hemisferio oeste y tiene un desigualdad de ingresos
extremo. Los aproximadamente
56-70 por ciento de bolivianos que son indígenas en gran parte se superponen
con las dos terceras partes quiénes viven en la pobreza, muchos que son
agricultores de subsistencia (Youngers: 2005: 146). Como cultivar drogas es
mucho más rentable que la agricultura de cultivos lícitos, existe un gran
incentivo para continuar la producción. En 2005, el precio de la hoja de coca
era cinco veces más alto de que era a los inicios de Plan Dignidad (Kurtz-Phelan:
2005: 108). La hoja de coca genera mayores rendimientos por hectárea que
cualquier otro cultivo y por lo tanto constituye la base de la estrategia de
sustento de los campesinos (Grisaffo: 2010: 429).
La
economía boliviana es relativamente dependiente de los ingresos de la coca. El
ingreso en la venta de la coca ha proporcionado una red de seguridad para
Bolivia. En su apogeo, la industria de la cocaína en Bolivia contribuyó más a
los ingresos nacionales y empleó de más personas que en cualquier país. Hasta
finales de los 90, cuando comenzaron los programas de erradicación intensos,
cultivando la coca proporcionaba la subsistencia a aproximadamente 45,000
familias de Chapare, mientras las ganancias de la producción de cocaína
ayudaron a estabilizar el dinero del país y enormemente estimularon la economía
nacional (Youngers: 2005: 146).
3.
El
Chapare
La región del Chapare
es donde se cultiva la gran parte de la coca de Bolivia. En su apogeo, el
Chapare produjo casi una tercera parte de la hoja de coca del mundo, que en ese
momento fue suficiente para hacer $25 billones de dólares de cocaína cada año
en un país con un PIB total de menos de $10 billones de dólares (Kurtz-Phelan
103). La
región ha sido trastornada por los recurrentes ciclos de protesta y represión,
interrumpidos por periodos temporales de conciliación (Youngers: 2005: 144). Han habido
numerosas violaciones de los derechos humanos en esta región que han sido
reportadas por grupos de derechos humanos. El Chapare se hizo el epicentro de
conflicto como consecuencia de operaciones de extirpación forzadas.
Los sindicatos que han
sido más activistas se encuentran en el Chapare. Estos sindicatos son una forma
de gobierno local y tienen una gran importancia. Poseen la autoridad,
legitimidad y poder para instituir límites de tierras privadas para nuevos
colonos, para influir en las tarifas de transporte y a administrar y cobrar los
impuestos de los mercados de hoja de coca en las localidades del Chapare
(Healy: 1991: 89). Usan estos fondos para las escuelas locales y programas de
obras públicas a pequeña escala (Healy: 1991: 89). También son muy influyentes
en la participación política, considerando el hecho de que tienen el poder para
hacer responsables los miembros para la participación en las protestas de
acción colectiva mediante el uso de los sanciones como multas (Healy: 1991:
89). Representantes de la
Federación del Chapare adoptaron el argumento que proteger la coca protege la
cultura boliviana con el fin de convencer a otros de apoyar su posición que la
cultivación de coca debería seguir y deberían oponer a esfuerzos de erradicarlo
(Healy: 1991: 93).
Los primeros en protestar
y organizarse fueron los cocaleros del Chapare organizados en sindicatos (Lemoine:2005:
7). Organizaron con el fin de sobrevivir y no perder su sustantivo. El problema
es que en el punto de vista internacional, la hoja de coca es sinónimo con la
droga ilícita y el narcotráfico. En su cruzada contra el narcotráfico, los
Estados Unidos quiere hacer desaparecer la coca y los cocaleros y los ponen en
la misma bolsa que la cocaína (Lemoine: 2005: 7).
EL
NARCOTRAFICO EN LATINOAMERICA Y LA GUERRA DE LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA LAS
DROGAS
El
Narcotráfico en Latinoamérica
El comercio de drogas
ilícitas en América Latina es uno de los problemas principales de la región que
ha sido difícil afrontar y resolver porque la economía de las drogas ilícitas
imparte un sustento para muchas personas en los países afectados y también
afecta a la economía mundial. La expansión del comercio y las finanzas
internacionales ha precipitado el refuerzo de las industrias de narcóticos
ilegales en América Latina.
Aunque
la magnitud de las violaciones de los derechos humanos y del conflicto social
en Bolivia no esta al nivel las de las naciones andinas vecinas, es un caso
importante para estudiar, sobre todo porque es una instancia única. En Bolivia,
no hay ningunos movimientos guerrilleros o grupos paramilitares, a diferencia
de Colombia y Perú. Es más fácil ver una causalidad directa y evaluar los
efectos de la política en Bolivia. Bolivia también es diferente en el sentido
que la coca juega un papel tan grande culturalmente y se utiliza en una
variedad de contextos para fines que no están relacionados con las drogas
ilícitas. Gran parte de la movilización que se ve en Bolivia se produce en la
búsqueda de la soberanía cultural y no necesidad económica, aunque claramente
no es siempre el caso.
El papel más importante
de Bolivia en el comercio internacional de drogas es el de productor de hoja de
coca. Desde principios de los 80, la viabilidad continuada de la economía
desesperadamente pobre de esta nación ha dependido por lo menos en parte de la
venta internacional de cocaína. Decenas de miles de pequeños agricultores en
Bolivia han dependido de cultivo de coca para la supervivencia económica (Youngers: 2005: 143).
La
Guerra de Los Estados Unidos Contra las Drogas
1.
Los
Países Andinos
La política exterior de
los Estados Unidos hacia los países andinos está enraizada en una agenda
regional, pero se instrumenta y procesa de manera bilateral (Bonilla/Paez:
2006:126). Desde los 80 uno de los grandes temas en que los Estados Unidos
enfoque su política es el narcotráfico. La preocupación de seguridad nacional
ha crecido desde los atentados de septiembre de 2001 y como hay delincuencia,
violencia y inseguridad conectada con el narcotráfico, es aún más significativo
en la agenda hoy en día.
La guerra de los
Estados Unidos contra las drogas en América Latina ha tenido muchas fases. A mediados de la década
de las ochenta, la explosión de cocaína y su violencia en los Estados Unidos
puso en marcha muchos de las políticas sobre el control de las drogas que
siguen en vigor hoy. Comenzó
con la represión de campos de coca en Bolivia con la ayuda de fuerzas de
combate estadounidenses, a mediados de los ‘80 y luego cambió a una guerra
contra los cárteles de cocaína colombianos importantes entre 1989 y 1995. En 1989 Presidente
George H.W. Bush lanzó la Iniciativa Andina como parte de su estrategia para
una guerra contra las drogas intensificada. La política estadounidense se ha centrado
en un enfoque del país de origen (el lado de oferta), principalmente en la hoja
de coca. La presunción es que reducir la oferta hará el comercio de drogas
ilícitas más peligroso y costoso, que es supuesto bajar la producción, aumentar
precios y reducir la demanda, así como, el uso en los Estados Unidos. La parte
central de la Iniciativa Andina fue capacitar a los militares y policías
latinoamericanos a realizar iniciativas contradrogas, dar entrenamiento
estadounidense significativa y apoyar a esas fuerzas dispuestas a colaborar (Youngers: 2005: 3). Los Estados Unidos
también trató de cerrar el puente aéreo que unió los campos de coca de Bolivia
y Perú a las zonas de producción de cocaína de Colombia.
La política
implementada ha permitido la militarización de la guerra contra las drogas en
la región, que se refiere a la expansión del papel de las fuerzas militares
estadounidenses y latinoamericanos en las esfuerzas antidrogas, a la
entrenamiento de policías civiles en operaciones y estrategias militares y la
tendencia para la asistencia del ejercito y la policía de los Estados Unidos a
tomar prioridad sobre la ayuda para objetivos socioeconómicos o instituciones
democráticas (Youngers:
2005: 4).
El gobierno de los Estados Unidos examina el problema de las drogas a través de
una mirada de seguridad nacional que viene desde fuera de sus fronteras. Los
países de la región en cambio se concentran en las raíces estructurales del
problema en la realidad social y económica. La industria ha sido capaz de
prosperar en estos países debido a la pobreza extrema y debido a la inhabilidad
de las instituciones civiles débiles de solucionar problemas sociales (Youngers: 2005: 4).
Los
Estados Unidos tiene
una agenda limitada a temas de seguridad y comercio, que no tiene en cuenta la
complejidad y los matices de los graves problemas andinos (Bonilla/Paez: 2006:
126). Los esfuerzos estadounidenses han promovido la militarización para
combatir el problema del narcotráfico porque para los Estados Unidos, el
problema de las drogas es uno de seguridad nacional que viene desde afuera de
sus fronteras contra el cual debe se combatida (Youngers: 2005: 4). La guerra contra las
drogas ha mezclado con la guerra contra el terrorismo y ha “puesto demasiado
énfasis en el papel de los militares mientras que minimiza los cuestiones
políticos, sociales, humanitarios y de derechos humanos (Chernick 38).”
2.
Bolivia
En los Estados Unidos
había la idea de que de los países andinos, Bolivia sería más fácil para
emprender una guerra contra las drogas debido a su entorno estable y pacífica,
porque era libre de los conflictos armados entre los ejércitos guerrilleros,
escuadrones paramilitares y militares y producción de coca ilegal fue confinado
a un área relativamente pequeña, pero esta idea ha demostrado era incorrecta (Kurtz-Phelan
103).
Cuando Bolivia solo
producía la hoja de coca no había un gran enfoque en Bolivia. A mediados de los
años 80 cuando Bolivia no sólo produjo la hoja de coca, sino también se
convirtió en un importante productor de cocaína refinada y algunos bolivianos
jugaron papeles protagónicos en la red de distribución internacional de
cocaína, Bolivia se hizo un objetivo clave de las operaciones internacionales
de fiscalización de drogas de los Estados Unidos (Youngers: 2005: 143). Los Estados
Unidos ha implementado medidas de fiscalización de drogas que más afectan a los
bolivianos más pobres, como la erradicación de la coca. Estas políticas también
han sido acompañadas por la participación de los militares en operaciones de
fiscalización de drogas que escalaron el conflicto social, sobre todo en las
regiones que cultivan la coca (Youngers: 2005: 144). La presencia de las fuerzas
militares de los Estados Unidos y la expansión del papel de los militares
bolivianos en la lucha contra la droga han sido fuente de controversia en el
pasado. Este es un tema delicado debido a los largos períodos de gobiernos
militares en Bolivia.
En
1986, Bolivia se convirtió en el escenario de la primera gran operación antidroga en
suelo extranjero que públicamente involucró a militares estadounidenses en lo
que se llamó “Operation Blast Furnace” (Youngers: 2005: 149). “Blast Furnace”
hizo poco para restañar el flujo de la cocaína de Bolivia, pero realmente
provocó la protesta clamorosa extendida contra la violación de soberanía
nacional ya que las tropas estadounidenses actuaron en el territorio boliviano
sin la aprobación requerida del Congreso Nacional boliviano (Youngers: 2005: 149).
La fundación para las
operaciones de erradicación cada vez más fuertes en Bolivia fue establecida por
la Lay 1008 en 1988, que fue una amplia revisión de la fiscalización boliviana,
realizada a instancias de los Estados Unidos. Ley 1008 criminalizó la nueva
producción de coca en la mayor parte del país. En el pasado, cultivo de coca
había sido legal en todas partes de Bolivia, pero ventas fueron reguladas. La ley
incluyó algunas provisiones ásperas que llevaron al establecimiento de
tribunales antidrogas y violaron fundamentales del debido proceso y las
garantías constitucionales (Youngers:
2005: 145).
Los funcionarios de los
Estados Unidos usaron el proceso de certificación, que requirió que Bolivia
cumpliera la extirpación de juego y otros objetivos o arriesgara la pérdida del
apoyo económico, para presionar funcionarios bolivianos en apoyar estrategias
estadounidenses Youngers: 2005: 150). En muchos casos, el gobierno boliviano
actuó principalmente debido a la presión de los Estados Unidos, un ejemplo
siendo la Ley 1008 (Youngers: 2005: 151). Esta legislación áspera proveyó una
fundación legal para programas de interdicción y erradicación fundados por los
Estados Unidos (Youngers: 2005: 151). Esto también hizo que la coca fuese una
sustancia controlada que convirtió a los productores campesinos de hoja de coca
en delincuentes sociales (Youngers: 2005: 151). Conflicto estalló
periódicamente, hubo violaciones de los derechos humanos aumento y sucedió
mayor corrupción.
En
1998, Plan Dignidad, una operación de erradicación forzada con el objetivo de
eliminar toda la coca ilícita dentro de cinco años, fue comenzado y aumentaron
los problemas de derechos humanos y conflictos. El plan fue llevado a cabo por
fuerzas combinadas militares y policiales y fue considerando un éxito por los
Estados Unidos cuando produjo la destrucción de casi la mitad de los cultivos
de coca (Youngers:
2005: 144).
Plan Dignidad casi
alcanzó su meta pero era efímero. Poco después la producción de coca comenzó a
aumentar otra vez. Aunque hubo algunos éxitos en las operaciones hubo un gran
costo social. Conflictos violentos de creciente magnitud ocurrieron cada año después
de la aplicación del Plan Dignidad que ayudaron a alimentar el fuego a las
extensas movilizaciones, que fueron vistas en Bolivia. El gobierno siguió
intentando suprimir a los cultivadores de coca usando movimientos más
agresivos. Debido a la inestabilidad política sostenida y el empeoramiento de
la crisis económica, Sánchez de Lozada apenas ganó las presidenciales con Evo
Morales en segundo lugar (Youngers: 2005: 160). Esta elección dramáticamente
reestructuró el panorama político y mandó un mensaje claro a partidos
tradicionales que los votantes estaban listos para el cambio.
Intentos de los Estados
Unidos para influir fuertemente la política boliviana podrían ser vistos claramente
antes de la subida de Morales. Solo cuatro días antes de la elección de 2002 el
Embajador estadounidense Manuel Rocha advirtió que la ayuda estadounidense
sería cortada si Morales fuera electo (Youngers: 2005: 160). Después de las
elecciones, el director de la Oficina del Departamento de Estado para Asuntos
Andinos repitió estas declaraciones, diciendo que el Gobierno de Estados Unidos
quería que los bolivarianos entendieron que en riesgo era el corte de la ayuda
estadounidense y la marca de Bolivia como un estado de la parroquia, si el
electorado boliviano coincidían con los cocaleros. En 2003 hubo nuevos intentos
de negociación que fallaron y al final, hubo el colapso de dos presidencias
seguidas hasta que Evo Morales fuera elegido al presidente.
LAS
RELACIONES ENTRE BOLIVIA Y LOS EE.UU Y EL JUEGO DE DOS NIVELES (TWO-LEVEL GAME)
El
equilibrio entre la política interna y las relaciones internacionales es un
tema que necesita ser enfrentado en cada gobierno. Cada Estado tiene restricciones
nacionales y políticas que modifican las opciones de que tiene en la mesa de
negociación internacional. Putnam divide las negociaciones en dos niveles:
Nivel I siendo internacional y el Nivel II como nacional. Entre los países de
Bolivia y los Estados Unidos, la hoja de coca junto con el narcotráfico, juega
un papel importante en las negociaciones, además de otros factores.
Narcotráfico
e Imperialismo Estadounidense
Las
relaciones entre Bolivia y los Estados Unidos han cambiado en los últimos 50
años dependiendo en los gobiernos en poder, pero el narcotráfico siempre ha
estado en la agenda. Desde la década de los setenta, la política de la
fiscalización de drogas ha sido el foco principal de relaciones estadounidenses-bolivianas,
así como, el punto principal de desacuerdo. En 1980, brevemente se cortaron los
vínculos diplomáticos y la ayuda de los Estados Unidos como consecuencia de la
“golpe de cocaína” que llevo al poder a un efímero gobierno militar que tenía fuertes
vínculos con los productores de cocaína (Youngers: 2005: 143). La participación
estadounidense en Bolivia se intensificó en 1985 durante el período en el cual
Bolivia tuvo que lidiar con su peor crisis económica. El gobierno boliviano
aceptó ayuda del gobierno de los Estados Unidos y el Banco Mundial a cambio de
la aplicación de las políticas neoliberales. Una de las leyes más
significativas que fue aprobado con influencia de los Estados Unidos fue la Ley
1008 en 1988. Era la ley más delicada y exigente de coca aprobada en la
historia de Bolivia.
La ley 1008 fue el
primer gran paso hacia la erradicación completa de la coca del Chapare y fue
recibida con manifestaciones populares contra la degradación implícita de la
integridad de la planta de coca y la militarización financiada por los Estados
Unidos del Chapare para hacer cumplir esta ley (Garza: 2005). Los campesinos de
la región han acusado a los militares de violación, maltrato físico,
violaciones de los derechos humanos y corrupción. Los campesinos han organizado
marchas y manifestaciones con el fin de protestar estas prácticas. Leonida
Vargas, la primera mujer presidenta de las seis federaciones de cocaleros del
Chapare, comenta: "Estamos organizados, porque nosotros estamos
traumatizados (Garza: 2005)."
Los cocaleros culpan a
los Estados Unidos por las injusticias y ven la intervención estadounidense
como una forma de imperialismo que es diseñado para adquirir su sociedad
indígena con el mundo occidental, que les aleja de su cultura andina. Evo
Morales ha expresado la verdad irónica de la guerra de drogas de Estados Unidos
luchada en Bolivia cuando dice, "más bolivianos mueren cada año en el
conflicto de coca (proporcionalmente a la población) que mueren los ciudadanos
de los Estados Unidos por abuso de cocaína... [Para nosotros] el remedio es
peor que la enfermedad" (Garza: 2005).
El problema de las
drogas ha sido claramente en la vanguardia de las relaciones hace bastante
tiempo y provoca una división entre los dos países. Los bolivianos ven el papel
de los Estados Unidos en su territorio, especialmente la militarización, como
no deseado. El problema de las drogas es más difícil enfrentar ahora con Evo
Morales como presidente. Un ejemplo de esto fue cuando en 2008, Evo Morales expulsó
a los agentes del DEA de los Estados Unidos y el embajador a La Paz de los
Estados Unidos, Philip Goldberg, acusándolos de conspirar contra el gobierno
boliviano. En noviembre de 2008 Presidente George W. Bush suspendió una clave
pacto de comercio con Bolivia debido a la fallida colaboración con esfuerzos
antidrogas. Ya había deterioro de las relaciones entre los dos países pero en
diciembre Bolivia efectivamente ya no era un participante en el Tratado de Preferencias
Arancelarias Andinas.
El acuerdo comercial iba a dar los países andinas BREAKS en algunas tarifas de
los EEUU como una recompensa para la cooperación en la guerra contra las drogas
(USA Today: 2008).
Evo
Morales tiene un elemento antiimperialista en su discurso que sucede de la
praxis de la resistencia que poseyeron los sindicatos cocaleros desde fines de
la década del ochenta y durante la década del noventa (García Linera: 2006:
29). Como
el jefe de la Unión de Cultivadores de Coca y ya que él era un diputado del
departamento de Cochabamba
desde 1997, sus raíces son del movimiento cocalero. Esto causó un discurso
antiimperialista radical debido a que varios gobiernos neoliberales actuaban
contra los cocaleros tras ser presionado por Estados Unidos. Evo Morales
considera la guerra contra las drogas “un mecanismo de la dominación imperial”
(Kurtz-Phelan: 2005: 105).
Evo
Morales defiende la legalización de las hojas de coca. Él subió al poder de
presidente como el jefe de la unión de los cocaleros, afirmando que era el derecho de los
pueblos andinos
a cultivar
la hoja sagrada de los Incas ante la guerra contra las drogas (Postero: 2010: 60). Morales
todavía es regente de un sindicato de cultivadores cocaleros y lleva adelante
un intenso esfuerzo para que la hoja de coca, la componente prima de la
cocaína, deje de ser pensada como una droga a nivel internacional. En 2011,
Bolivia decidió retirarse de la Convención sobre los Estupefacientes de 1961
con el fin de corregir el “error histórico” referente a la utilización de la
hoja de coca por los indígenas (La Prensa: 2012). Bolivia quiere reintegrar con
esta convención pero solo con una reserva referente a la parte del mascado de
la coca. En Marzo 2012 el defendió le legalización en Viena frente la ONU
diciendo que la inscripción en la lista de sustancias prohibidas constituye en
su punto de vista un “error histórico.”
La
Situación Interna de Bolivia
Robert Putnam afirma
que cuando uno mira a los factores internos que afectan a la política exterior
y las relaciones internacionales se debe centrar la atención en la política,
incluyendo los partidos, las clases sociales, grupos de interés (tanto
económicos y no económicos), los legisladores e incluso a la opinión pública y
las elecciones, y no simplemente los funcionarios ejecutivos y los arreglos institucionales
(Putnam: 1988: 432). En el caso de Bolivia esto es muy importante porque fueron
los movimientos sociales que hicieron que Evo Morales pudiera llegar al poder.
También en los años pasados las clases sociales y regionales han sido tremendamente
significativos en Bolivia. Podría decir que las dos influencias domésticas más
grandes en Bolivia son los mandantes y la personalidad del presidente, Evo
Morales (Kurtz-Phelan: 2005: 104).
Es claro que el Poder
Ejecutivo se encuentra potentemente dominado por el carácter presidencialista
que embarga a la presente administración, lo que podría denominarse “evismo.”
Aunque el evismo tiene en su eje una sola persona, Evo Morales, es un colectivo
revelado como una práctica política que para avanzar fue incorporando una serie
de componentes incluyendo, una estrategia de lucha por el poder fundada en los
movimientos sociales, un núcleo articulador del discurso de la identidad y la
presencia indígena, una política antiimperialista y un rol importante del
sindicalismo (García Linera: 2006). El evismo es una forma de
auto-representación político-estatal de la sociedad plebeya (García
Linera:2006: 26). Evo Morales tiene filiaciones con los sindicatos, indígenas y
los movimientos sociales que lo trajo a poder. Algunos componentes más influyentes
en Bolivia cocaleros e indígenas. Evo Morales ayudó a convertir los cocaleros
en una de las fuerzas más potentes en Bolivia cuando se levantó por las filas
de las corporaciones cocaleras del Chapare (Kurtz-Phelan: 2005: 104).
En
Bolivia hay una situación complicada que es consecuencia de las tensiones derivadas de la
histórica complejidad regional y social, la dinámica económica diferenciada
entre el altiplano y el llano, así como el peso crucial de la cuestión étnica y
la nueva orientación de política internacional, especialmente en lo referido a
temas energéticos y las alianzas internacionales con Venezuela y Cuba
(Bonilla/Paez: 2006:129).
El
gobierno de Evo Morales entró al poder con la idea de unificar la nación pero ha
mostrado ser muy difícil de actualizar. Bolivia es un país con muchas facciones
y divisiones que lo hace difícil de gobernar.
Cuando
fue electo por su primer periodo presidencial prometió nacionalizar los
recursos de gas, restaurar la soberanía de Bolivia e instituir el desarrollo
nacional basado en valores indígenas y justicia social para los pobres (Postero:
2010: 61). Desde su elección en 2005 él se apartó de muchas de las políticas
neoliberales que estaban en el lugar. Él hizo el estado otra vez un actor
primario en el desarrollo económico. En 2006, él nacionalizó el gas natural que
permite Bolivia recibir aproximadamente el 54 % de las ganancias (Postero:
2010: 62). Esto ha producido ingresos enormes, la mayor parte de que ha sido
devuelto a la gente en la forma de programas de bienestar estatal (Postero:
2010: 62). En su segunda periodo presidencial fue cuando Morales enfrentó más
problemas y divisiones.
Cuando
Evo Morales llegó al poder había una coalición muy grande que era repartida en
diferentes tipos de grupos, pero algunas de esas lealtades han comenzado a
gastarse. A principios del segundo término de Evo Morales, en diciembre de
2010, Bolivia afrentó con protestas nacionales después del anuncio de un
decreto para cortar subsidios del gobierno para gasolina causando el aumento
del precio. Las medidas provocaron una oleada de protestas en todo el país,
incluyendo la base política de Morales. Debido a las protestas, Morales anunció
que el decreto supremo sería anulado, diciendo que él estaba cumpliendo con su
promesa de "escuchar a la gente".
En
2011, también enfrentó las protestas de grupos indígenas para su plan de
construir una carretera a través de la cuenca del Amazonas que sería
inmiscuirse en las tierras tribales de tribus indígenas de tierras bajas. Manifestaciones
masivas en apoyo de los participantes en la procesión se celebró en La Paz y
otras ciudades, respaldarlos por las principales poblaciones indígenas y a las
federaciones sindicales que habían contribuido a traer Morales al poder (BBC:
Oct 2011). Finalmente accedió a celebrar un referéndum sobre la cuestión.
Además
hay que notar que cuando Morales subió al poder había oposición considerable
que es frecuentemente olvidada. Aunque los que auto-identifican como indígena
son la mayoría en el país existe una gran división. En los llanos del Oriente,
hay una presencia mucho menor de indígenas y los blancos y mestizos sostienen
el poder económico y político. La Media Luna es el principal motor económico
del país, donde la élite de la industria agropecuaria cultiva sus bienes para
la venta en el mercado mundial y también es la zona de Bolivia donde se
encuentra reservas enormes de gas. Los líderes políticos de la Media Luna
oponen firmemente los esfuerzos de Morales de volcar el neoliberalismo, porque
lo ven como una amenaza a sus intereses. Estos líderes del élite han articulado
a sus intereses a través de un movimiento político en que exigen autonomía
regional. Esto pone de manifiesto un creciente sentido de polarización étnica y
peligro en todo el país (Postero: 2010: 64).
Desde
que Morales asumió el cargo ha empañado su reputación y su apoyo ha disminuido
después de que varias protestas han sido puestas en el lugar. Ha sido imposible
para Morales satisfacer a todos sus partidarios y hubo un aumento de la
polarización de la población boliviana. Hay un papel cada ves más grande de los
quiebres regionales.
Las
Relaciones Actuales entre Morales y los Estados Unidos
La
política de muchas negociaciones internacionales puede ser concebida como un
juego de dos niveles, con un tal caso siendo aquello de Bolivia y los Estados
Unidos. Al nivel nacional los grupos domésticos persiguen a sus intereses
presionando al gobierno para adoptar políticas favorables y los políticos
buscan el poder mediante la construcción de coaliciones entre los grupos
nacionales. En el plano internacional, los gobiernos nacionales buscan
maximizar su capacidad para satisfacer las presiones internas y minimizar las
consecuencias negativas de los acontecimientos exteriores (Putnam: 1988: 434).
En
el pasado los Estados Unidos ha utilizado su influencia política y económica
para conformar la política de drogas de Bolivia. Todavía hace esto pero con el
gobierno de Evo Morales, no tiene tanto dominio como tenia antes. El ascenso de Evo
Morales como presidente de Bolivia causó la gran inquietud de Washington y las
multinacionales, que lo asocian con Caracas y La Habana. Las relaciones entre
los dos estados dependen en muchos factores que juntos forman la política que
implementan. Cambios en un lado afecta a las otras políticas. Las alianzas, la energía
y la división interna de Bolivia afectan el poder que Bolivia tiene en
negociaciones y la política, incluyendo el del narcotráfico.
Bolivia puede ser vista
como hipernacionalista debido al populismo y su riqueza de recursos naturales.
Esto juega un papel en la política exterior, porque Bolivia es menos probable a
ceder en sus intenciones. La riqueza de recursos que Bolivia tiene en forma de
energía le permite ser más nacionalista y tener mayor poder de negociación que
antes, pero Bolivia sigue siendo sumamente afectados por actores regionales e
internacionales. Con este sentimiento, Bolivia es capaz de hacer más agresiva política exterior a
diferencia de las políticas reactivas que han sidas conocidas por en el pasado.
Bolivia no tiene la capacidad de despedir otros actores como hace Venezuela debido
a su riqueza petrolera.
La
energía es muy importante en las negociaciones de Bolivia y los Estados Unidos.
Bolivia
posee la segunda reserva de gas de América Latina, después de Venezuela
(Lemoine: 2005: 2). La
centralidad de las cuestiones energéticas en la actual agenda estadounidense se
explica por la reducción de las reservas mundiales, el aumento subsecuente de
los precios y la ampliación de la demanda En ese contexto, las cuestiones de
seguridad energética son centrales en el diseño estratégico de EEUU.(Bonilla/Páez:
2006: 132).
La cuestión de la energía también pone en juego las relaciones que Bolivia
tiene en la región con Venezuela y otros países mas izquierdistas, que preocupa
a los Estados Unidos.
En el pasado, la
precaria situación económica ha hecho al país extremadamente dependiente de la
ayuda exterior, especialmente de los Estados Unidos. Debido a la dependencia de
la ayuda, los gobiernos bolivianos pasados vieron la conformidad con objetivos
de antidroga estadounidenses como indispensable (Youngers: 2005: 146). En los
últimos años la cantidad de ayuda de los Estados Unidos ha bajado
significativamente. En 2012, la cantidad de ayuda de los Estados Unidos a
Bolivia es
$26,840,454 comparada con $220,641,247 en el año 2000 y $137,659,590 en 2005
(Justf).
Cuando uno mira estos aspectos y el
liderazgo de Evo Morales en Bolivia, está claro que está en mejor posición que
los últimos presidentes para negociar con los Estados Unidos. Él subió al poder
con más apoyo que presidentes pasados, pero en cierto modo esto ató sus manos
porque sus políticas tienen que ser dirigidas a los componentes que le trajeron
al poder. Como ha pasado el tiempo, su política ha sido menos dirigida a los
grupos que lo llevaron al poder y él tiene otros incentivos en mente como la avance
de la nación entera y ponerla en el siglo XXI. Además, las alianzas regionales
que tiene con países como Venezuela, Argentina, Brasil y Ecuador le han
permitido tener mayor poder de negociación.
Si
bien los Estados Unidos todavía maneja una gran cantidad del poder, pero no es
tan fuerte como ha estado en el pasado, sobre todo debido a nuevos estados
crecientes. Los países emergentes están ganando fuerza, cuanto pasa el tiempo y
el mundo ya no es gobernado por los Estados Unidos y Europa, especialmente
después de la crisis del euro. Los Estados Unidos ya no es capaz de ser tan
imperialista y necesita tomar una nueva postura en su política hacia América
Latina, especialmente con Bolivia. Cuando se trata de la guerra contra las
drogas, Estados Unidos necesita: iniciar en casa, tomar en cuenta las
cuestiones de soberanía nacional boliviana y cultura, mirar la cuestión que
afecta a toda la región y aumentar la ayuda como Evo ha solicitado
recientemente.
Aunque
el caso de Bolivia es extremadamente complejo, se podría argumentar que Bolivia
tiene un “win-set” relativamente pequeño debido a agentes internos, pero en los
últimos años parece como que negociación se ha hecho más factible, sobre todo
porque los actores internos han dispersado más y Morales no actúa sólo en su
favor y tiene más autonomía. Según Putnam, un gobierno dividido internamente es
más probable ser capaz de pasar un acuerdo internacional que uno que está
firmemente comprometido con una política única (Putnam: 1988: 445). También
afirma que cuanto mayor sea la autonomía de tomadores de decisión centrales de
sus electores de nivel II, es más grande su win-set y así la mayor la
probabilidad de lograr acuerdo internacional (Putnam: 1988: 449).
LOS
PROXIMOS PASOS PARA LOS ESTADOS UNIDOS Y BOLIVIA
Hoy en día Evo Morales
enfrenta un dilema: defender
la coca estaba bien mientras los cocaleros estaban en la oposición, pero ahora,
como presidente, está obligado por la comunidad internacional para frenar el
flujo de cocaína a Estados Unidos y Europa (Grisaffi: 2010: 427). Aunque el quiere que
haya la legalización de la hoja de coca, destacó su voluntad de combatir el
tráfico de cocaína pero dijo que Bolivia necesita más ayuda internacional (BBC:
2011). Para
Morales la hoja de coca ha pasado de ser un símbolo potente de identidad
indígena y resistencia antiimperial a algo que tiene que ser controlado
(Grisaffi: 2010: 427).
A finales de 2011
Bolivia y los Estados Unidos acordaron restablecer relaciones diplomáticas
completas y firmaron un acuerdo en Washington en que las dos naciones se
comprometieron a trabajar juntas para luchar contra el tráfico de drogas (BBC:
2011). En
enero de este año, Bolivia firmó un acuerdo con los Estados Unidos y Brasil
para ayudar a reducir la producción de cocaína. El acuerdo tomó meses de
negociación, ya que Bolivia insistió en el respeto a su soberanía, así como
para el consumo tradicional de hoja de coca. El acuerdo brindará asistencia
técnica, incluyendo la vigilancia con satélites de los cultivos de coca en
Bolivia (BBC: 2012).
Si los Estados Unidos
quiere tener éxito en las negociaciones con Bolivia debe aprender a adaptar sus
políticas a la cultura porque la cultura no va a cambiar para adaptarse a la
política. Hay
una analogía utilizada por Leonida Vargas, una prominente líder cocalera en
Bolivia, que es muy apropiada que dice que las uvas no igualan el vino, ni coca
iguala la cocaína (Garza: 2005). Las políticas de erradicación de coca son la
demostración de una equivocada narrativa arraigada en la política
estadounidense que equipara la planta de coca con la cocaína. Las políticas que
han sido implementadas por los Estados Unidos han pasado por alto la
importancia cultural de la hoja de coca a la población indígena, que ha
cultivado la planta desde la época de los Incas. Coca está integrada en la vida
cultural y económica de campesinos en Bolivia.
CONCLUSIONES
Cuando
se trata de las preguntas que fueron planteadas al empezar, las conclusiones son
las siguientes. Los movimientos sociales poseyeron un papel clave en el ascenso
de Evo Morales y crearon un cambio en la política de Bolivia. Se podría decir
que los sindicatos cocaleros, que tenían a Evo Morales como su líder, jugaron
un rol clave porque eran los mayores activistas y estaban luchando por mantener
su manera de vivir. Si bien, los cocaleros tienen mucha influencia en Bolivia,
pero no han influido la política en una manera total. Morales todavía lucha
para la legalización de la coca pero no en una manera tan radical como antes.
Siendo el presidente de la nación tiene que tener en cuenta los intereses de la
nación entera y concentrarse en un espectro grande de política. Morales ha
aprendido que tiene que haber algún tipo de cooperación con los Estados Unidos,
que considera el narcotráfico como una amenaza para la seguridad. Con el
tiempo, Morales estuvo más dispuesto a negociar con los Estados Unidos, lo que
da esperanza para el futuro de las relaciones entre Bolivia y los Estados
Unidos.
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