Revista de Ciencia Poltica
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Revista Nº15 "TEORÍA POLÍTICA E HISTORIA "

Resumen

El presente trabajo  recorre los cambios en el mapa político venezolano desde la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez hasta la actualidad, bajo la presidencia de Hugo Chávez Frías

La intervención de los organismos multilaterales de crédito, el pacto de “punto fijo”, la inserción de la sociedad en la política y su posibilidad de hacerlo, las distintas Rebeliones Populares y como teoría, el llamado “Socialismo del Siglo XXI” son los aspectos claves en los cuales se sumerge el trabajo para poder investigar tanto en términos de liderazgo, como de participación de la sociedad en política, qué sucesos y actores determinaron el progresivo, pero a la vez abrupto traspaso de la segunda presidencia de Andrés Pérez, a la creación de, entre otras cosas, Consejos Comunales en Venezuela bajo la presidencia de Hugo Chávez.

Es así, que la caída del puntofijismo y las reformas del Estado, en intrincada relación con el “Caracazo” brindaran un marco de análisis certero que permitirá explicar el proceso llevado a cabo durante los últimos años.

Abstract

This work is about political changes in Venezuela since Carlos Andrés Pérez second term up to the present under Hugo Chávez Frías presidency.

Credit multilateral organizations, “Fixed point” agreement, the possibility of interaction between society and politics, different popular revolts and a theory called “twenty one century socialism” are the mains aspects this paper focuses on in order to investigate the facts and agents that decided not only the progressive but also sudden change, considering political leadership and social participation in politics, since the end of Andrés Pérez term up to the invention of communal councils, among other things, during Hugo Chávez presidency.

The end of “Fixed point agreement” and state reforms in connection with “Caracazo” bring an accurate framework of analysis that leads to explanation of the process that took place during the last years.

 

 

Reformas en el Estado, sistema de partidos y ascenso de Hugo Chávez Frías en Venezuela tras el “Caracazo”

                                                   Por: Diego Asproni*

 

 

Introducción

 

El cambio en el mapa político venezolano a raíz de la eclosión del bipartidismo en la década del 90 es el punto de partida a nivel analítico más exhaustivo para explicar las reformas de Estado venezolanas en esa época. No solamente es menester ahondar y hacer hincapié en ese mapa político interno, identificando y caracterizando a los nuevos actores preponderantes en ese período, sino que también, los cambios en la coyuntura internacional –y nacional- signan de trascendental importancia el andar de la década neoliberal. Así, la irrupción del “Pacto de Punto Fijo” y su posterior derrumbe deben ser abordadas y analizadas a la luz de las reformas de Estado que sucedieron a lo largo y ancho de América Latina, y desde el prisma, además del gobierno de Carlos Andrés Pérez, sin dejar de lado, las implicancias del Caracazo.

El objetivo de este trabajo es analizar la intrincada ligazón entre el “Pacto de Punto Fijo”, y su implosión durante la década del 90’ en manos del “caracazo”. En segundo lugar, y desagregado de él, analizar la relevancia de los nuevos actores en el mapa político venezolano, para arribar luego, a diversas “problemáticas” y consideraciones sobre la aparición del PSUV y el gobierno de Hugo Chavez Frías.

 

 

Planteo del problema:

Durante la década neoliberal, el Estado, las reglas de juego, los actores políticos y la arena política en general ha vivido grandes cambios en Venezuela, es por esto que nos preguntamos: ¿Qué papel jugó la reforma del Estado que se desplegó a lo largo y ancho de América Latina en el derrumbe del “Pacto de Punto Fijo? ¿Qué repercusiones tuvo a nivel político-social la intervención de los organismos multilaterales de crédito? ¿Cuál fue el rol del gobierno de Carlos Andrés Pérez? Desde esta perspectiva, ¿Que significó el Caracazo?

Siguiendo con el segundo objetivo planteado, se debe indagar ¿Qué implicancias tiene la rebelión cívico-militar de febrero de 1992? ¿Cómo entender la figura de Chávez en este período signado por gobiernos neoliberales?

Como punto final –y no por ello menos importante- a intentar comprender en este sistema de problemas, buscaremos responder si representa el gobierno de Chavez las características del “neopopulismo” o si por el contrario, busca diferenciarse de distintas experiencias catalogadas dentro de ese marco conceptual en América Latina.

 

El puntofijismo, su ruptura y relación con la década del 90´será tratada desde autores como  González Fuentes, José Molina, Rivas Leone, Roberto Castel, entre otros. Por otra parte, Miguel Mazzeo, Modesto Guerrero, Atilio Borón, y Chavez como fuente directa, aportaran para una lectura en clave del proceso bolivariano durante el período tratado.

En un nivel de lectura de la arena política en un sentido amplio en Venezuela, nos apoyaremos en textos de Abal Medina, Thwaites Rey,  y nuevamente Atilio Borón, entre otros.

 

· El bipartidismo en Venezuela:  El Pacto de Punto Fijo

 

Este apartado tiene como intención sistematizar, a grandes rasgos, las principales características del bipartidismo entre Acción Democrática (AD) y COPEI vislumbrando  cómo lo que distintos autores han llamado el “espíritu 23 de enero” ha influido de manera trascendental en la vida política venezolana a partir de 1958.

Vale decir en este apartado, que además de Rómulo Betancourt (AD) y Rafael Caldera, el Pacto de Punto Fijo fue firmado también por la Unión Republicana Democrática, encarnada en Jóvito Villalba. Entonces, dicho pacto comprometía a los firmantes a “asegurar la estabilidad del régimen naciente, manteniendo una estrategia cooperativa para resolver los problemas relacionados con la gobernabilidad, y respetando los resultados de los comicios, como base de la alternabilidad política1 [1] . Ahora bien, si bien es cierto que la URD tenía presencia en ese pacto, debido a la correlación de fuerzas existente en ese momento, el mismo se basaba mayoritariamente entre AD y COPEI, sumando también, a otros actores, extra-partidarios, -pero no por eso con poca influencia, como ser el sector empresarial -a través de Fedecamaras-, la mayor organización de los trabajadores vía la CTV, las fuerzas armadas y la Iglesia.

Intelectuales como José Molina plantean que entre 1958 y 1973 el sistema de partidos presenta una gran inestabilidad electoral, lo que permite entonces, caracterizarlo como débilmente institucionalizado. Al decir de este autor, durante este periodo surgen y desaparecen con rapidez nuevos grupos políticos, aunque el principal eje de confrontación política sigue siendo entre AD-COPEI.  José Molina remarca, además, un elevado número de volatilidad electoral, que tiene influencia, justamente en esa débil institucionalización que se observa a lo largo de este periodo.

Ahora bien, el periodo siguiente, que comprendido desde 1973 a 1993 es caracterizado por Molina como de un bipartidismo atenuado, ya que la distancia ideológica entre las principales fuerzas políticas mencionadas anteriormente (AD-COPEI) es poca, tendiendo a coincidir y situarse, dentro de una línea trazada, en el espacio de la centro-derecha. Es interesante destacar que, para el autor, la legitimidad de los partidos como tales “comienza a declinar progresivamente a partir del inicio de la crisis económica producida por la aguda reducción del ingreso petrolero a comienzos de los años ochenta, la incapacidad de los gobiernos para atenuar sus efectos sobre la población, la insatisfacción creciente de esta y su cada vez mayor conciencia de la corrupción y el clientelismo” [2] .

Hacia 1993 se revela, según trabajó Sonia Gonzalez Fuentes, una fase de dealingment a raíz de la erosión de los vínculos partidistas: se da un menor impacto en la identificación partidaria, perdiendo lealtad política a la luz de la convergencia centro-derechista, ya que gracias –por culpa- de ello, quienes se identifican con AD y COPEI son más susceptibles de traicionar a sus partidos [3] . Esto se traduce, por deducción, en la suplantación de los vínculos partidistas como factor de decisión del voto por la evaluación personal de los candidatos o del estado de la economía. Es entonces, que observaremos  más a fondo las variables socio-económicas de este período, para ver si estas influyen en el cambio del mapa político y, por supuesto, de qué forma lo hacen.

 

·       Carlos Andrés Pérez: su segundo gobierno

El texto de M. Victoria Murillo llamado “Del populismo al neoliberalismo: sindicatos y reformas de mercado en América Latina” resulta muy claro respecto al giro que Carlos Andrés Pérez da ni bien llega a su segundo mandato. Durante su primer periodo de gobierno, en los años ´70, Pérez había extendido la intervención estatal, reglamentando salarios mínimos y regularizando los despidos. De ahí que el viraje de este haya sorprendido tanto a la oposición como a sus propios seguidores cuando en febrero de 1989, tras asumir el gobierno por segunda vez, anuncie una liberalización comercial regada de ajustes macroeconómicos y reformas estructurales del Estado, estableciendo una sintonía con el periodo que se vivía a lo largo de Latinoamérica.

Ahora bien, el caso venezolano muestra un contrapunto que Murillo deja a la clara respecto a la respuesta por parte de los aliados sindicales: en Argentina y México las principales confederaciones de trabajadores (CGT y CTM, respectivamente) apoyaron los planes de reforma estructural. La Central de Trabajadores Venezolanos (CTV), controlada por AD, “respondió a este cambio de política organizando la primera huelga general de la historia de Venezuela, seguida por una serie de manifestaciones y otras huelgas que boicotearon muchas de las reformas de Pérez en el sector social y laboral” [4] .

El análisis que la autora da a raíz de esta convocatoria general, resulta muy interesante al observar que tras los anuncios de Pérez sobre las reformas estructurales se produjeron disturbios urbanos, que demostraron claramente una insatisfacción generalizada por parte de la población. Así, los dirigentes sindicales de AD convocaron a dicha huelga por el temor que les generaba perder el control de la CTV en manos de los partidos de oposición que rechazaban abiertamente las reformas proclamadas. De esta manera, se produjo, sin más, una tensión entre la lealtad al partido y la supervivencia de los lideres, que tuvo como resultado la división de los dirigentes sindicales de AD, entre los provenientes de la CTV, favorables a la huelga, y quienes poseían cargos designados en el partido, que se oponían a la movilización.

 

·       Del 27 de Febrero al MBR 200 durante los “recortes” del Estado

 

o   Caracazo

 

Al igual que este apartado dentro del presente trabajo, el 27 de Febrero de 1989 también fue un quiebre dentro de la vida política y social del pueblo venezolano, este no fue un día más en la vida del país. Aquella mañana, tras conocerse un excesivo aumento del combustible y del transporte público, entre otras exigencias del FMI, hubo una instantánea rebelión cristalizada masivos saqueos en las principales ciudades del país –por esto mismo, hay quienes consideran(mos) lo restrictivo e incorrecto del término “Caracazo” ya que no refleja la real extensión de las manifestaciones a lo largo y ancho del país-. Entonces, la “disciplina” y la “seguridad” se hicieron presentes: el toque de queda fue establecido por el gobierno y, ordeno una sangrienta represión cuyo resultado fue el asesinato de más de 500 personas, de aquellos sin voz, de mayoría pobre que se habían hecho escuchar; para el gobierno no era necesario ahorrar sangre.

¿En que se basaba el programa firmado por el gobierno de Carlos Andrés Pérez para obtener casi 5.000 millones de dólares por parte de organismos multilaterales? Pues bien, “aquel paquetazo incluía las siguientes medidas: la decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional y someterse a un programa bajo supervisión de ese organismo con el fin de obtener aproximadamente US$  4.500.000.000.000 en los 3 años siguientes; la liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%; unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial; determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante; liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 reglones de la cesta básica; incremento gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua, electricidad y gas doméstico y sinceración general de precios de las empresas públicas; aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina; aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%; aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del salario mínimo a Bs. 4.000 en el área urbana y a Bs. 2.500 en el área rural; racionalización y eliminación progresiva de los aranceles a la importación; reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto (PTB) y congelación de cargos en la administración pública [5] .

Antes de mencionarlo en términos formales, podríamos decir, en otras palabras, que la concepción de “reformas del estado” oculta una política mucho más siniestra: recorte del presupuesto público, despido masivo de funcionarios del Estado, y recorte de los derechos laborales [6] .

Concretamente:

  • Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener aproximadamente 4 mil 500 millones de dólares en los 3 años siguientes.
  • Liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%.
  • Unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial.
  • Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante.
  • Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
  • Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico.
  • Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina.
  • Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%.
  • Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del salario mínimo.
  • Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.
  • Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto.
  • Congelación de cargos en la administración pública [7] .

 

Estos puntos reflejan a las claras el programa con el cual los organismos multilaterales de crédito vinieron a imponer condiciones a los países que nos encontramos bajo el sur del río Bravo. Para dar cuenta de eso, basta con observar el informe del Banco Mundial (BM) de nombre “América Latina y el Caribe: Diez años después de la crisis de la deuda”. Allí se habla de un nuevo modelo basado en la orientación hacia el mercado y de la generación de un nuevo consenso que implicaría la apertura del comercio y la menor participación del Estado en la economía, entre otros, con el fin de “aliviar” la pobreza. No obstante, es en ese mismo informe donde el BM explica que esas reformas, en algunos países han sido lentas y vacilantes. Tal es el caso de Guatemala y Venezuela que debido a “problemas políticos”, le han plasmado incertidumbre a los procesos de reforma. Ahora bien, lo que el BM jamás va a decir, es que son estos mismos “problemas políticos” los que provocado el despertar del pueblo venezolano, lo que le ha otorgado voz a los eternamente silenciados.

Asi, el “caracazo” fue el primer gran sacudón que sufrió el puntofijismo en Venezuela, puesto que salieron a la calle aquellos actores sociales, silenciados y oprimidos que no se sentían representados por ninguna de las opciones pre configuradas por ese pacto.

 

o   MBR 200

 

El 4 de febrero de 1992 explotó una rebelión cívico-militar comandada por él, en ese momento coronel Hugo Chávez Frías: es este el principal “problema político” al que se hacía mención anteriormente en el apartado del Banco Mundial. En palabras de Chávez,  “la protesta popular se desató cuando el pueblo se dio cuenta que un grupo de militares estaba junto a él. En ese momento el pueblo pasó de esa situación en ebullición reprimida a una etapa de expansión explosiva. Esa rebelión militar fue, creo, la más grande de la historia venezolana” [8]

La importancia que remarca Chávez en su alocución se condice más con el peso cualitativo que cuantitativo del despliegue, ya que se movilizaron sólo 6 mil hombres (es decir, el 10% de los efectivos), pero que pudieron producir combates simultáneos en el Palacio de Miraflores, la Residencia Presidencial la Casona, y en otras ciudades como Valencia, Maracay y Maracaibo. Sin embargo, hay que remarcar que la ausencia sin previo aviso de La Causa R, importante desprendimiento del Partido Comunista Venezolano (PCV) que venía trabajando los preparativos del levantamiento, significó un duro golpe para Chávez y los rebeldes, quienes decidieron rendir las armas rápidamente.

No había otra salida, el destino ya estaba marcado y la prisión los esperaba. Allí el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) se fortaleció notoriamente, a tal punto que, tanto Caldera, como Causa R buscaron capitalizar la Rebelión de la madrugada del 4 de febrero. Se debe a que mientras en el Congreso Nacional, todos los oradores censuraban los sucesos del 4 de febrero, Caldera buscaba mostrarse crítico con el cuadro de la situación, viendo al movimiento militar como consecuencia de un deterioro del régimen democrático. Por su parte, la Causa R, comenzaba a manejar la prisión de los insurrectos como un botín propio, haciendo lobby para que estos puedan candidatearse en las elecciones de diciembre de 1993.

Para ese entonces Carlos Andrés Pérez había salido de la presidencia acusado de corrupción, asumiendo fugazmente en su lugar Ramón Velásquez. Asi, las elecciones de ese fin de año toman una trascendental importancia, ya que el panorama electoral se encontraba totalmente abierto e impredecible. Ante esto, el MBR-200 planteo la abstención activa, que se resumía en tres consignas: “no a los partidos, no a las elecciones, si a la propuesta alternativa de constituyente popular [9] . Más allá de la elevada abstención que se visualizó, Caldera –ex COPEI y candidato de Convergencia- resultó electo presidente, tras lo cual se decretó la liberación indultado de Chávez y los suyos

Una vez recobrada la libertad, recorrió el país planteando la necesidad de la Constituyente, logrando así una maduración de esta idea. Durante 1994 y 1995, el MBR-200 se propuso no dejar de ir a ninguna ciudad, pueblo, barrio, o campamento, lo que terminó provocando la conformación de coordinadoras locales y regionales. Agrega Chavez también, en la entrevista que le hace Marta Harnecker que “comenzaron a aparecer experiencias incipientes aun en aquellos tiempos. De ahí viene la idea de los comités bolivarianos, de los comités constituyentes (...) nuestra estrategia había sido bien estudiada. Y dentro de ella siempre estuvo presente la necesidad de buscar esos contactos con movimientos de izquierda en Venezuela” [10]

A la hora de optar por una ventana táctica dentro de un plano estratégico diversas contradicciones se dieron dentro del MBR 200 sobre la pertinencia o no de que Chávez fuera candidato. La táctica: presentarse a elecciones. La estrategia: la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Esta claridad estratégica resolvió contradicciones y, sumado a ello, durante ese periodo se realizaron más de un centenar de consultas que dieron una gran aceptación a su candidatura.

 

  • Democracia participativa: una nueva constitución.

 

    • ¿Democracia participativa o “hiperpresidencialismo”? La destrucción de un mito.

 

La llegada al gobierno de Hugo Chávez Frías significó el primer golpe certero al neoliberalismo en su fase “institucional” en América Latina, justo en el momento de mayor auge del mismo en la región. Es cierto que existen antecedentes como pueden ser la revuelta antiglobalización de Seattle el levantamiento zapatista de 1994, pero lo cierto es que solo la elección de Chávez fue una victoria en el mismo juego que el Norte proponía: el de la democracia liberal.

Así, y como se mencionó anteriormente, su propuesta más reiterada en su campaña fue de la necesidad de convocar a un proceso constituyente para refundar el país, buscando entonces abandonar el modelo de democracia liberal representativa, buscando instalar un modelo de democracia participativa, buscando el protagonismo del pueblo.

87,75% fue el categórico resultado positivo del referéndum consultivo sobre convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. Así, obtuvo también un elevado porcentaje de apoyo a sus candidatos para integrar dicha Asamblea, teniendo entonces el gobierno la posibilidad de diseñar un modelo constitucional de democracia participativa.

No obstante, hay que aclarar, que el nuevo modelo político que surge tras la reforma constitucional no reemplaza al modelo de democracia liberal, sino que la complementa con diversas modalidades de participación. Es necesario entonces analizar este límite y también marcar la importancia y relevancia de los mecanismos de participación que si contempla el nuevo texto, en contraposición con la Constitución del 61, heredera del pacto puntofijista.

“La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica [11] Reza el articulo 62 de la constitución venezolana, quien obliga al Estado a facilitar la generación de condiciones para que el pueblo se haga protagonista.

En el mismo sentido, el artículo 70 se encarga de plantear las distintas formas de participación:

“Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular, la revocación del  mandato, las iniciativas legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante, entre otros; y en lo social y económico: las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad.

 La ley establecerá las condiciones para  el efectivo funcionamiento de los medios de participación previstos en este artículo.” [12]

Como importante novedad, también el articulo 72 plantea que

 “todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables.

Transcurrida la mitad del período para el  cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato. Cuando igual o mayor número de electores o electoras que eligieron al funcionario o funcionaria hubieren votado a favor de la revocación, siempre que

haya concurrido al referendo un número de electores o electoras igual o superior al veinticinco por ciento de  los electores o electoras inscritos o inscritas, se considerará revocado su mandato y se procederá de inmediato a cubrir la falta absoluta conforme a lo dispuesto en esta Constitución y en la ley.

La revocación del mandato para los cuerpos colegiados se realizará de acuerdo con lo que establezca la ley.

Durante el período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria no podrá hacerse más de una solicitud de revocación de su mandato” [13]

A la vista queda la importancia, en un sentido democratizador, que surge de la posibilidad de establecer por ejemplo, referéndums populares y la posibilidad de revocatoria de mandatos de todos los cargos de elección popular,, siendo este un hecho inédito. Siendo el mismo Chávez quien en el año 2004, fue sometido a dicha elección de revocatoria de mandato, tras los intentos de desestabilización que la derecha le asestó. Las urnas lo dieron victorioso nuevamente, tal como sucedió en 14 de las 15 elecciones que disputó en los últimos 11 años.

Ahora bien, distintos autores caracterizan el primer periodo de Chávez al mando del gobierno dentro de un clivaje dentro de la oposición democracia de partidos – democracia plebiscitaria. Así, permiten argumentar que la construcción de la democracia plebiscitaria, retorna –teóricamente- el liderazgo personalista, basando sus argumentos en los distintos neopopulismos [14] realmente existentes en varios países: Bucaram en Ecuador, Menem en Argentina y Fujimori en Perú.

 Ahora bien, no es justificable que este periodo de Chávez al mando del Ejecutivo pueda ser equiparable a fenómenos como los de Fujimori o Carlos Menem por varias razones. En primer lugar, la orientación ideológica dista de ser similar más allá de intentar etiquetarlos bajo el mismo rótulo, como es el caso del neopopulismo. Pero, más allá de eso, mediante la Constitución del año 1999 se introduce un articulado que termina por privilegiar no una forma meramente plebiscitaria sino que apuesta verdaderamente a lograr una mayor participación popular. [15]

Por otra parte, la creación de las misiones por parte del Ejecutivo en simultáneo con la reforma muestra como se busca responder a los principales problemas sociales sin tener que esperar cambios administrativos de fondo [16] . Esto es bueno remarcarlo para no terminar haciendo una “fetichización” de las instituciones cuando hay necesidades acuciantes en la población, a la vez de evitar un párate de las mismas por cuestiones burocráticas a nivel estatal. De ahí que se busquen programas que brinden respuestas urgentes a necesidades como la alfabetización, el apoyo a estudiantes secundarios y universitarios, la atención medica primaria, la generación de empleo o la entrega de tierras a los campesinos, creando así, las Misiones Robinson, Ribas, Sucre, Barrio Adentro, Vuelvan Caras y Zamora, respectivamente.

Entonces, ¿puede compararse el “neopopulismo” de Menem, que rifó las empresas estatales sin transparencia alguna y bajo sospechas de corrupción, con la participación popular permanente que impulsa el “neopopulista” de Chávez? ¿Qué tipo de “hiperpresidencialismo” es el que omite su estructura estatal para dar nacimiento a misiones sociales no focalizadas que garanticen las necesidades básicas de la población? ¿Se condice el neopopulismo o hiperpresidencialismo, con la posibilidad de revocación de mandato y la búsqueda constante mediante acciones y “guiños” de una participación del pueblo que lo supere, por caso, a él mismo?

Desde esta perspectiva, no hay teoría que resista, y con esto, se derriba un mito, y, detrás de estas teorías desfasadas y de la caída del mito, solo queda ideología, ni más ni menos.

 

    • Entre “lo político” y la “libertad económica”

 

 

El artículo 302 de la Constitución del año 1999 es de suma importancia a la hora de repensar la política estatal respecto a la llamada “libertad económica” y los alcances de la misma.  Este mismo reza que “el Estado se reserva, mediante la ley orgánica respectiva, y por razones de conveniencia nacional, la actividad petrolera y otras industrias, explotaciones, servicios y bienes de interés público y de carácter estratégico. El Estado promoverá la manufactura nacional de materias primas provenientes de la explotación de los recursos naturales no renovables, con el fin de asimilar, crear e innovar tecnologías, generar empleo y crecimiento económico, y crear riqueza y bienestar para el pueblo [17]

La importancia del mismo reside a la luz de los hechos acontecidos en los últimos años, y también en la coyuntura regional en la cual se introdujo este articulado. En los últimos años se puede visualizar la nacionalización de sectores claves de la economía venezolana, buscando lograr un “desarrollo autónomo” a nivel económico. Así, pueden diferenciarse dos olas de nacionalizaciones durante los mandatos de Chávez: una primera orientada al sector de servicios, y una segunda centrada en sectores de la producción como la siderurgia (Sidor), las cementeras y las usinas lácteas.

Esto contrasta y derriba los argumentos que intentan especular, alegando que no hubo una propuesta integral de modelo de desarrollo ni una política económica consistente. Aún más,  en consonancia a la radicalización del proceso se dio también un cambio en cuanto a la orientación económica, tomando como eje nodal lo propuesto en la Reforma Constitucional del 99, pero orientándolo de acuerdo a las necesidades básicas de la población de allí en más.

En ese sentido, Mabel Thwaites Rey analiza los alcances de la política neoliberal, que se contrapone indudablemente al articulado que se ha analizado anteriormente. Siguiendo con su argumento, dentro de la visión neoliberal “el radio de acción de lo político debería limitarse a lo mínimo indispensable, dejando libres a las fuerzas de mercado para que organicen a la sociedad conforme a un óptimo social que resultará, precisamente, de ese libre juego [18]

Así, y teniendo en cuenta la antítesis que respecto al paradigma neoliberal configura Venezuela desde 1998 a esta parte, resultan llamativas conclusiones como las de por ejemplo, José Antonio Rivas Leone en su libro “Transformaciones y crisis de los partidos políticos. La nueva configuración del sistema de partidos en Venezuela”, donde plantea que el  “neopopulismo” venezolano va de la mano de un pragmatismo desideologizado. De ahí que pueda decir cosas como que que “la antipolítica y los outsiders representan el mesianismo, el neopopulismo, la democracia plebiscitaria, el autoritarismo e incluso la anarquía al prescindir de organizaciones estables, fuertes y disciplinadas, así como también no contar con programas políticos, sociales y económicos. Por consiguiente, la alternativa viable para nuestras democracias, frente al avance de la antipolítica y otras tendencias, es precisamente el imperante ¨reforzamiento de la sociedad política¨ a través de los partidos políticos; por supuesto, dicha tarea implica su reinserción y redimensión como actores centrales de la lucha democrática [19]

Cabe entonces, preguntarse si no es extraño caracterizar como “antipolíticos” a actores que se proponían ampliar el radio de acción de “lo político”. Desde este punto entonces, ¿Cómo es posible explicar la conformación del Partido Socialista Unido Venezolano?

 

  • PSUV: Nuevo sistema de partidos

 

La simplificación (in)pertinente es sencilla: si el “caracazo” fue el primer sacudón al puntofijismo, la llegada de Chávez al gobierno es la cristalización de su ruptura y, terminada de consolidar con la conformación del PSUV.

La conformación del Partido Socialista Unido Venezolano, rompe de raíz concepciones sobre los nuevos partidos, y la crisis de los partidos políticos, quienes alegan que estos nuevos partidos, a pesar del basto apoyo popular que tienen, no logran consolidarse organizativamente y fracasan en la construcción de lealtades partidarias duraderas, están mirando otra realidad, o pagan cualquier precio tratando de lograr que la realidad encuadre dentro de la teoría, y ya lo sabemos, si los hechos no encuadran dentro de la teoría, tanto peor para los hechos. El PSUV, que cuenta con más de 7.000.000 de miembros constituye algo novedoso en Venezuela, y tal vez por eso, difícil de teorizar. Lo cierto es que es el primer partido que se afirma verdaderamente tras la caída de AD-COPEI, tanto a nivel interno, como a la vista de los otros actores políticos. La reciente conformación de las denominadas patrullas de trabajadores en reemplazo de los antiguos batallones demuestra precisamente que la organización se fortalece.

Ahora bien, historiando un poco, la creación del PSUV se da como un anhelo hacia finales de 2006, tras ganar el chavismo las elecciones presidenciales de diciembre de ese año. Para ese entonces, Chávez llamó a aquellas agrupaciones que lo respaldaban a dejar de lado los colores y las siglas, ya que “partido unido es lo que requiere la revolución, no una sopa de letras, con lo cual estaríamos cayéndonos a mentiras y engañando al pueblo [20]

Asi, la primera prueba de fuego se dio con el intento de Reforma Constitucional de fines de 2007, lo que constituyó la primera -y única- derrota de Chávez del 98 a esta parte. Proponía no sólo una intervención estatal a nivel económico, sino que establecía por ley nuevas clasificaciones de propiedad además de la privada, como ser la pública, social, colectiva y mixta -articulo 115-.

Más allá de la derrota puntual, que mereció diversas, el PSUV siguió su camino organizándose en más de 22 mil batallones a lo largo y a lo ancho del país.

 

  • Socialismo del Siglo XXI

 

“La primera cuestión que uno tiene que plantearse en relación al socialismo del siglo XXI, al socialismo bolivariano, es que es una reacción en contra de lo que se hacía en los años 80 y 90, supuestamente sin otra alternativa. O bien adoptábamos los principios del neoliberalismo y asumíamos los costos amargos pero necesarios de una medicina que luego iba a producir efectos benéficos. O, de lo contrario, nos iríamos a sumir en la más profunda de todas las crisis” [21]

 En este apartado es interesante la reflexión que Modesto Guerrero, asesor de la embajada venezolana en Buenos Aires realiza, para ponerlo en tensión con el supuesto neopopulismo, o simplemente populismo a secas. Argumenta que su estadía en el poder y reelecciones no ahogan el desarrollo del poder popular, ya que ese mismo Poder Popular, tiene una vida propia, relacionada si con el mismo Chávez, pero a la vez con otras mediaciones y con una dinámica propia bastante independiente, y esto, es algo que se “escapo”, no por error, sino porque el mismo Chávez lo buscó, manifestándose en la abstención del voto chavista en diciembre del 2007. [22]

Es aquí entonces, donde se debe incluir el concepto y los debates que generó el llamado “Socialismo del Siglo XXI”, evocado más de una  vez por el Comandante nacido en Barinas. Este, tanto en sus discursos como en su accionar ha resignificado la idea de socialismo: la “ventana táctica” de las elecciones, los artículos ya mencionados de la constitución, la creación de consejos comunales, las distintas Misiones llevadas a cabo, la ley orgánica del Poder Popular, su avance en la formación política, citando, por ejemplo en congresos adversos a Rosa Luxemburgo, su resistencia al ALCA, su propuesta del ALBA –y, hasta con el visto bueno de él, la conformación del ALBA de los pueblos a lo largo de Nuestra América toda, las expropiaciones, los “guiños” para crear empresas bajo control obrero, su constante verborragia sobre el socialismo, y un sinfín de acciones que hablan más que cualquier teoría o discurso, a pesar de su gran capacidad de oratoria. En palabras de Borón:

 “La única forma, el único camino que permite salir del neoliberalismo y construir un sistema económico, social y político postcapitalista, llámenle Socialismo del siglo XXI, Socialismo bolivariano, etc., es creando a partir de las instituciones, de las tradiciones y de la memoria de los pueblos. No hay ninguna otra fórmula alternativa. No se trata de que venga alguien y escriba un modelito y ese modelito se aplique, eso no pasa en la historia.

Lo que pasa es que hay invenciones, y entonces una fórmula que se inventa la tenemos en Venezuela, pero luego Bolivia se inventa otra fórmula que tiene algunos elementos parecidos a los de Venezuela, pero otros  muy diferentes. Y luego en Ecuador hay una nueva invención permanente de salidas del neoliberalismo. Son todas invenciones y por eso son experimentos que tienen una enorme densidad social, una enorme base social y una gran legitimidad, porque son creaciones originarias. No son copias de nada, simplemente son criaturas originales de los pueblos en un momento determinado de su desarrollo.” [23]

La pregunta que surge entonces, y reforzando la teoría del Socialismo del Siglo XXI es entonces, si se le puede pedir a un gobierno popular que construya el socialismo. Así, desde esta tesitura, se refuerzan los ejes retomados por Borón, en tanto, con acciones concretas ya enumeradas –algunas- previamente, busca construir un movimiento que supere la figura del presidente mismo, ser para dejar de ser, dejando al gobierno en un segundo plano y subsidiario al movimiento popular emancipatorio, protagonista real de la revolución social.

Ahora bien, es cierto que la llamada “Revolución Bolivariana” creo una referencia, casi dependencia con su líder, entonces, ¿es posible seguir en el camino empezado a transitarse hace ya unos años sin la presencia de Chávez? La respuesta queda a modo de conclusión.

 

·        Conclusión

 

 

A modo de conclusión, no me apresuro en mencionar la implicancia directa que tuvo la aplicación de las recetas neoliberales propuestas por el FMI y diversos organismos multilaterales mientras regia el pacto de punto fijo en Venezuela durante la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez.

Es en este sentido, el “caracazo” una expresión cabal de la nula representación que distintos sectores tenían tanto a nivel político como social, considerándose entonces, el “caracazo” como el primer sacudón de los oprimidos en busca de representación, y para ello, es claro, nuevos actores debían aparecer y el punto fijo debía ser desarticulado para lograrlo.

Allí, la figura de Chávez, con un gran apoyo de parte del pueblo emerge como vocera de un nuevo movimiento: la Revolución Bolivariana.

Desde la perspectiva planteada a lo largo del trabajo, se han analizado y descartado los distintos argumentos que hablan del fenómeno venezolano como “neopopulismo” e “hiperpresidencialismo”, contraponiéndolo con el ya conocido Socialismo del Siglo XXI. Sin embargo, no por eso quedan debates por saldar y preguntas sin responder.

¿Podrá el pueblo venezolano prescindir de la figura que ha motorizado gran parte de este proceso? ¿Es el pueblo venezolano capaz de hacerlo sin él, o por el contrario, se ha formado una dependencia hacia él?

Creo que ese es el principal enigma planteado, que solo los hechos, y ninguna teoría puede dar cuenta. Es cierto que este proceso bolivariano esta colmado de contradicciones, entendibles, por gobernar buscando el socialismo, creando consejos comunales y apoyándose en un pueblo que busca que lo sobre pase, e inmerso en un mundo contrario a su ideología. Las contradicciones abundan: por citar un ejemplo actual, puede ser el caso de la extradición de Pérez Becerra al gobierno derechista de Colombia. Tantas más contradicciones hay. Sin embargo, sin contradicciones no se puede avanzar.

Así, la perspectiva y apuesta a futuro para seguir investigando, es la mencionada anteriormente: Dentro del Socialismo del Siglo XXI y ese “hacer para dejar de ser”, ¿es posible seguir en el camino empezado a transitarse hace ya unos años sin la presencia de Chávez?

 

 

Notas



[1]  González Fuentes, S. (S/D) “Desconfianza política: el colapso del sistema de partidos en Venezuela”, Unidad de Políticas Comparadas (CSIC, Madrid).

[2] Molina, J. (S/D) “El sistema de partidos venezolano: De la partidocracia al personalismo y la inestabilidad. La des-institucionalización y sus consecuencias”. Universidad del Zulia / Universidad de Michigan. (p.4)

[3] Ibídem

[4] Véase en Murillo, M. (2000) “Del populismo al neoliberalismo: sindicatos y reformas de mercado en América Latina”. En “Desarrollo Económico”, Vol. 40, Nº 158

[6] Borón, A. (2008) “Estado, Capitalismo y Democracia en América Latina” (P. 20)

[9] Ibídem,  p. 17

[10] Ibídem,  p. 19

[12] Ibídem

[13] Ibídem

[14] Sobre esto, tengo la teoría personal, que todos los neologismos son, o buscan esconder ideologías y teorías antaño utilizadas que quedaron a una importante distancia de la realidad. Buscan, sin más, en esos aggiornamentos invisibilizar, tapar y no mencionar la “lucha de clases”. No obstante, esta tesis seria digna de otro ensayo en sí mismo, por lo que no me explayaré sobre la misma.

[16] De hecho, uno de los principales problemas y frenos con los que cuenta la Revolución Bolivariana, es el alto grado de corrupción de funcionarios y burócratas anti-chavistas enquistados dentro del aparato estatal venezolano.

[17] Ibídem

[18] Thwaites Rey, M.(2005)Tecnócratas vs. Punteros”, en “Entre tecnócratas globalizados y políticos clientelistas. Derrotero del ajuste neoliberal en el Estado argentino”, Ediciones Prometeo (P.104)

[19] Rivas Leone, J. (2002) “Transformaciones y crisis de los partidos políticos. La nueva configuración del sistema de partidos en Venezuela”. Universidad de Los Andes, Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS), Barcelona (P.16)

[20] “Chávez destaca importancia de partido unido en Venezuela”, Jueves 18 de enero de 2007. Véase online en: http://psuv.blogspot.com/2007/01/chvez-destaca-importancia-de-partido.html

[22] Guerrero, M. (S/D)Nuestro mayor triunfo es haber sobrevivido 10 años”, véase online en: http://ww
w.lineacapital.com.ar/?noticia=41247

[23] http://www.polietica.com.ve/polietica8/socialismo_siglo_xxi.pdf

 

*Carrera de Ciencia Política (UBA)

 

Bibliografía:

Libros

  • Abal Medina, JM (S/D). Elementos teóricos para el análisis contemporáneo de los partidos políticos: Un reordenamiento del campo semántico”, en “El asedio a la política” (Abal Medina- Cavarozzi, compiladores).
  • Banco Mundial.(1992) “América Latina y el Caribe: Diez años después de la crisis de la deuda”
  • Borón, A. (2008) “Estado, Capitalismo y Democracia en América Latina”
  • Borón, A. (2008) “Socialismo del Siglo XXI. ¿Hay vida después del neoliberalismo?”, Ediciones Luxemburg
  • Castel, R. (S/D) “La inseguridad social, ¿Qué es estar protegido?”, Ediciones Manantial.
  • González Fuentes, S. (S/D) “Desconfianza política: el colapso del sistema de partidos en Venezuela”, Unidad de Políticas Comparadas (CSIC, Madrid).
  • Maingon, T(S/D). “La sentencia del desastre”, en “El asedio a la política” (Abal Medina- Cavarozzi, compiladores).
  • Mazzeo, M. (S/D)Venezuela, ¿la revolución por otros medios?”, textos para la militancia popular, varios autores.
  • Murillo, M. (2000) “Del populismo al neoliberalismo: sindicatos y reformas de mercado en América Latina”. En “Desarrollo Económico”, Vol. 40, Nº 158
  • Ramos Jiménez, Alfredo. (S/D) “Partidos y sistemas de partidos en Venezuela”, en “El asedio a la política” (Abal Medina- Cavarozzi, compiladores).
  • Rivas Leone, J. (2002) “Transformaciones y crisis de los partidos políticos. La nueva configuración del sistema de partidos en Venezuela”. Universidad de Los Andes, Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS), Barcelona
  • Thwaites Rey, M.(2005)Tecnócratas vs. Punteros”, en “Entre tecnócratas globalizados y políticos clientelistas. Derrotero del ajuste neoliberal en el Estado argentino”, Ediciones Prometeo

 

Libros y páginas consultadas en internet

·         http://www.polietica.com.ve/polietica8/socialismo_siglo_xxi.pdf