Resumen:
El
presente trabajo intenta clarificar a través de un recorrido histórico – descriptivo la relación de los
Sindicatos con los Gobiernos peronistas en nuestro país, a fin de poder
establecer una correlación con la actitud tomada por los gremios bajo la
presidencia de Juan Domingo Perón desde 1945 a 1955, y posteriormente en la
presidencia de Carlos Saúl Menem como tema central del artículo. La idea
principal del mismo, intentará demostrar cómo es posible que bajo la aplicación
de medidas ortodoxas, neoliberales y contrarias no solo a la finalidad de los
gremios sino también a los trabajadores, éstos tomaran una actitud pasiva o
nula en cuanto a la defensa de los derechos laborales y sociales adquiridos y
garantizados en nuestra Constitución Nacional.
Abstract:
This
paper attempts to clarify through a historical journey – the descriptive
relationship with governments Peronist Unions in our country, in order to
establish a correlation with the position taken by the unions under the
presidency of Juan Domingo Perón from 1945 to 1955, and later the presidency of
Carlos Saúl Menem as a central theme of the article. The main idea of it, try
to show how it is possible that under the orthodox measures and neoliberal, not
only contrary to the purpose of the unions but also the workers, they take a
passive or no regard to the defense of labor rights social and purchased and
guaranteed by our Constitution.
“Menem y
la C.G.T., ¿Acuerdos extra – institucionales?”
Por:
Facundo López
Introducción
El
período comprendido por los dos mandatos presidenciales del Dr. Carlos Saúl
Menem, estuvieron signados de grandes transformaciones, tanto en el plano
económico y político, como en el social.
Es
por esto que resulta imperioso realizar un análisis esbozando y exponiendo un
comentario sobre las relaciones institucionales y extra - institucionales que
el Partido Justicialista, comandado durante sus dos presidencias (1989-1995 y
1995-1999) por Carlos Menem junto con los Gremios, para poder comprender el por
qué de la pasividad que tuvieron los mismos frente a las medidas implementadas
en nuestro país.
El
objetivo del presente trabajo consiste en analizar el liderazgo de Carlos Saúl
Menem para intentar entender, las razones de la actitud pasiva que tomaron los sindicatos,
frente a las políticas implementadas en el plano económico, político y social.
Hacia
finales de la década de los ´80 y durante toda la década de los ´90, al
observar el fracaso de los modelos desarrollistas implementados en los años
previos en nuestro país, Carlos Saúl Menem como Presidente de la Argentina, comenzó a tomar concretas medidas económicas, políticas y sociales de corte
neoliberal, con el fin de intentar solucionar los problemas que afectaban a la República.
Estas
medidas, que seguían los lineamientos establecidos en el Consenso de Washington
en 1994, se basaban en lo que muchos autores han denominado como “ajuste
estructural”. Las mismas, proponían la conformación de un nuevo modelo cuyas
características centrales pueden sintetizarse en los siguientes puntos:
1) Redefinición del papel
económico del Estado.
2) Reestructuración de los
sistemas de protección social.
3) Profunda liberalización de
los mercados, incluyendo los de trabajo, así como una mayor integración de los
mercados nacionales al mercado internacional.
4) Limitación de la libre
circulación de personas.
Frente
a las medidas que se implementaron, es importante tratar de clarificar cómo se dio
la relación de la sociedad toda, con los políticos que lideraban el gobierno
para lograr explicar ese “pacto” implícito entre la sociedad íntegra y el mismo,
podríamos generar la siguiente hipótesis:
“Si las políticas implementadas durante el gobierno de Carlos
Menem se caracterizaron por su corte neoliberal, y a pesar de no constituir la
mejor alternativa para los trabajadores, los sindicatos optaron por una actitud
pasiva, entonces fueron los acuerdos extra – institucionales los que
permitirían el desarrollo de una ´buena relación´ entre ambos actores políticos”.
Marco
Teórico:
El
trabajo recorrerá exposiciones de varios autores para poder lograr una clara
concepción sobre la relación entre el gobierno de Menem, o de él mismo, con los
sindicatos.
En
primer término y básicamente, recorreré las posturas planteadas en sus textos
por Perón, Mustapic y Levitsky quienes marcan el punto de partida sobre cómo se
articula el Partido con los gremios o sindicatos.
A
su vez, para exponer la relación que el gobierno mantuvo con los sindicatos
durante las dos presidencias de Carlos Menem, realizaré un recorrido sobre las transformaciones
y las medidas implementadas sobre la sociedad argentina, siguiendo los textos
de Murillo, Etchemendy, Botana, Acuña y Gerchunoff y Torre.
Por
otro lado, haré mención de algunos lineamientos, siguiendo a los autores Paulón
y Armelino, sobre el por qué de la división de la Confederación General del Trabajo y el surgimiento de la Central de Trabajadores Argentinos, la cual se debió a las diferentes posturas sobre las políticas neoliberales
aplicadas en la década de los noventa.
Y
para concluir con este desarrollo, se intentará marcar un camino para demostrar
que, de alguna forma, los sindicatos actuaron de manera diferente a su habitual
tradición, cuando una medida política no los beneficiaba, es decir, que
intentaré inducir la respuesta a la pregunta que surge de la hipótesis del
trabajo: ¿La relación de Menem con los Sindicatos se encontraba basada en acuerdos
extra – institucionales?
Breve Historia del Partido
Justicialista
El
Partido Justicialista comienza a gestarse luego de la movilización espontánea realizada
el 17 de Octubre de 1945 en la Plaza de Mayo, la masa llegó a la plaza pidiendo
por su líder Perón. Con posterioridad a dicho acontecimiento, quedó en
evidencia que la salida al Golpe de Estado propiciado en 1943, necesitaría una
salida democrática y que el gobierno que asuma mantenga alguna continuidad con
el régimen. Por lo que se vio, frente a la movilización espontánea reclamando a
Juan Domingo Perón, el mismo se convierte, como el único con posibilidad de
obtener el apoyo de una mayoría significativa de la población.
Para
poder presentarse a las elecciones presidenciales, Perón necesitaba conseguir
un partido político, es por esto que se decidió por el Partido Laborista, el
cual poseía muchas características similares con su correlato en Gran Bretaña,
además este le había propuesto que sea su candidato a Presidente. Pero es en
las elecciones del 24 de Febrero de 1946, donde Perón logra ganar las
elecciones, pero no fue solamente con el Partido Laborista, sino que fue a
través de un frente electoral conformado por: el Partido Laborista (el cual era
un partido pequeño de origen sindical), la Unión Cívica Radical – Junta
Renovadora (la cual le otorgó el candidato a Vicepresidente, el mismo fue
Hortensio Quijano), y por último la F.O.R.J.A. (Fuerza de Orientación Radical
de la Joven Argentina), quien venía acompañando a Perón desde su participación
en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social durante el gobierno de Edelmiro
Farrel.
Las
elecciones se vieron enmarcadas en una disputa entre dos sectores, la Unión
Democrática, conformada por la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, el
Partido Comunista, el Partido Demócrata Progresista, y contaba con un plus
mayor debido al apoyo de la Embajada de los Estados Unidos, bajo su Embajador
Spruille Braden, ya que veía en Perón la posibilidad de implantar un régimen
totalitario y con posibilidad de acercarlo al comunismo.
Por
el otro lado, se encontraba la alianza electoral, mencionada anteriormente, con
el Partido Laborista a su cabeza, comandada por el General Juan Domingo Perón.
La campaña fue mediatizada a una escala hasta entonces inimaginable, llegando a
utilizar al máximo las diferencias entre ambos contrincantes, bajo el lema
“Braden o Perón”. Los resultados fueron impensables para todos, Perón se alzó
con la Presidencia obteniendo el 54 % de los votos. Dando una gran sorpresa
para todo el país, ya que nadie creía que Perón pueda ganar las elecciones ya
que la Unión Democrática abarcaba a la mayoría del electorado, pero dejaba
afuera a un nuevo sector emergente, el obrero industrial, y que se convirtió en
mayoritario desde ese momento. A su vez, es necesario destacar claramente que Perón
fue apoyado por la Iglesia y el sector militar.
Cuando
culminaron las elecciones surgieron los “Centros Cívicos Coronel Perón”, los
cuales se encargaron de realizar propaganda sobre los discursos y acciones que
llevó adelante Perón. Estos centros cívicos son tan importantes y relevantes,
ya que fueron los antecesores de las Unidades Básicas, órgano vital del
partido.
Al
año siguiente de las elecciones, Perón se vio en la necesidad de crear un
partido político propio y nuevo. La idea de la creación de éste nuevo partido
era centrar el poder en la figura de Juan Domingo Perón. Por lo que el 21 de
Noviembre de 1946 se fundó el Partido Único de la Revolución, y posteriormente,
el 15 de Enero de 1947, se creó formalmente, lo que hasta hoy conocemos con el
nombre de Partido Justicialista. El origen del nombre surgió de entre los tres
pilares fundamentales que mencionaba y que eran las ideas fuerzas de Perón para
su acción de gobierno, los mismos eran: La Justicia Social, la Libertad Económica y la Soberanía Política.
El
Partido Justicialista, considerado como uno de los partidos modernos de nuestro
país, se estructuró de una manera que perdura hasta el día de hoy. Se caracterizó
por tener su máxima autoridad representado por el Consejo Nacional
Justicialista, el mismo se encuentra compuesto por una presidencia, una
vicepresidencia y 20 secretarias.
Por
debajo del Consejo Nacional, se encuentran los Consejos Provinciales,
correspondiendo uno por cada estado provincial. Luego se sub-divide por
departamentos, comandadas por la denominada Junta Municipal, conformada por 10
miembros, y por último en el eslabón más bajo de esta cadena se encuentran las
unidades básicas. Las mismas se organizan generalmente en cada barrio y son de
carácter autárquico en lo que respecta al desempeño de sus funciones. Este
eslabón adquiere la mayor importancia, a pesar de encontrarse por debajo de
toda la estructura partidaria, ya que es el nexo entre las personas y el
partido de una forma más directa y participativa. Además, es el lugar de donde
no solo se obtienen los cuadros políticos partidarios, sino que también los
militantes que son la pata fundamental en la estructura partidaria.
Relación
entre el Partido y los Sindicatos
Es
necesario mencionar que como el Partido Justicialista se crea en torno de la
figura de Perón, la relación de los Sindicatos durante la participación de
Perón en política, sea directa o indirectamente, se dio casi exclusivamente con
él.
La
relación comienza gracias al desempeño que llevó acabo en la Secretaría de
Trabajo y Previsión. Perón comenzó a aumentar su popularidad dentro de la clase
trabajadora, por lo que es desde esta Secretaría donde comienza a conquistarla,
y por sobre todo a forjar una excelente relación con los sindicatos. Este es el
punto de partida en las relaciones de Perón con los gremios y los trabajadores.
Desde
el comienzo, la relación, se mantendrá atada al pragmatismo que Perón poseía
con respecto a su desenvolvimiento en la vida cotidiana y política.
La
clase obrera mantuvo una muy buena relación con Perón ya que se encargó de
escuchar los reclamos y encontrarle una solución a corto plazo. Es notorio
realizar una alusión al primer contacto entre Perón y los sindicatos, el mismo
se dio en Agosto de 1943 donde se produjo una huelga en los frigoríficos, a
causa de la detención del dirigente comunista José Peter. Por ese entonces,
Perón solamente era Ministro de Guerra, comenzó las tratativas con el
sindicato, las que culminaron con el levantamiento del paro, la libertad de
Peter y un aumento salarial. Este gesto fue observado por los obreros con muy
buenos ojos, por lo cual puede establecerse que este es el punto de partida de
la buena relación entre ambos, relación que se mantuvo durante la primera y
segunda presidencia de Perón.
Relación
de los líderes partidarios con los sindicatos
El
16 de Septiembre de 1955 se produjo la llamada “Revolución Libertadora”, la
cual se encargó de derrocar a Juan Domingo Perón. Dicho golpe, contó con el
apoyo de la “Junta Consultiva Nacional”, la cual estuvo integrada por casi
todos los partidos políticos de aquél entonces, entre ellos se encontraban: la
Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, el Partido Social Demócrata, el
Partido Demócrata Cristiano y el Partido Demócrata Progresista. Entre los
fundamentos que se dieron para llevar a cabo este nuevo golpe de estado se
encontraban: la reforma de la nueva Constitución en 1949, la futura posible
candidatura de Eva Perón como Vicepresidente de la nación quien fallece en el
año 1953, la censura en los medios y la conflictiva relación que tuvo Perón con
la Iglesia católica.
Una
vez asumida en funciones la “Revolución Argentina” decidió proscribir al
entonces Partido Justicialista y la imposibilidad de presentarse a elecciones,
no solo de personalidades vinculadas directamente con Perón, así como también
la del propio Juan Domingo Perón. Al producirse este hecho y hasta 1973 se
produjo un clima de disputas hacia dentro del Partido Justicialista, provocando
una división. Por un lado, se encontraban los que estaban a favor de la lucha
por el retorno de Perón a la Argentina y que él fuese el líder natural del
partido y que no cambiasen las estructuras de poder. Mientras que por el otro
lado, se encontraba el denominado neo-peronismo, quienes querían dejar de lado
la figura de poder al mando del Partido Justicialista a Juan Domingo Perón, y
además afirmaban que se encontraban en condiciones de ostentar y manejar el
poder del partido.
Este
fue el único momento en que la relación entre Perón y los sindicatos comenzó a
debilitarse, si bien, lo siguieron apoyando, algunos sindicatos dejaron de
brindarle su apoyo sobre la conducción del Partido.
Asunción de Carlos Saúl
Menem
Las
elecciones del 14 de Mayo de 1989 proclamaron a la fórmula Carlos Saúl Menem –
Eduardo Duhalde como Presidente y Vicepresidente de la Nación respectivamente, con
el 47,49 % de los votos por sobre la fórmula de la Unión Cívica Radical,
compuesta por Eduardo Angeloz – Juan Manuel Casella con el 32,45 % de los votos
emitidos.
Este
resultado es un acontecimiento único en la historia política Argentina, ya que
fue la primera y única vez que el Presidente triunfador proviene de otro
partido que el saliente, podemos decir que se cumplió el principio básico de
alternancia democrática en nuestro país.
Carlos
Menem basó toda su campaña electoral en dos ejes centrales de carácter
netamente peronista, por un lado encontramos “La Revolución Productiva”,
y el “Salariazo”. Mientras que el primero hizo referencia a la
implementación de un plan que intentaría a las claras beneficiar a los sectores
de producción primaria; el segundo hizo alusión al aumento considerable de los
salarios reales de los trabajadores.
Menem
asumió la presidencia bajo un contexto de crisis social, fiscal y económica muy
grave. Esta última estalló al provocarse la “híper-inflación”. Este contexto
hizo cambiar drásticamente el rumbo de las políticas públicas en nuestro país
que dejaron de ser progresistas para convertirse en ortodoxas, y como
posteriormente se llamaron, neo-liberales.
Dichas
políticas de ajuste neo-liberales formuladas por académicos, funcionarios y economistas
estadounidenses y miembros del Banco Mundial y del Fondo Monetario
Internacional, se centraron en diez puntos centrales expresados en el “Consenso
de Washington” en el año 1989, las reformas consistieron en: la disciplina
fiscal, re-direccionamiento del gasto público estatal centrado en la educación,
salud y seguridad, la aplicación de una reforma impositiva, liberalización de
las tasas de interés, fomentar un tipo de cambio competitivo, apertura al
mercado internacional, permitir la libre entrada de capitales extranjeros de
una forma directa, privatización de las empresas públicas, desregulación del
mercado laboral y reforzar la protección a la propiedad privada.
Comienzo de la relación de
Menem y los sindicatos
La
acción sindical durante el período 1983-1989 tuvo tres orientaciones básicas:
1) Corporativa: la legalización y la recomposición institucional;
2) Económica: la demanda al estado de incrementos salariales y
del mantenimiento de las fuentes de empleo; y 3) Política: el
reflotamiento del Partido Justicialista como movimiento aglutinador y el
liderazgo de la oposición al gobierno radical.
Al
comienzo de su presidencia, la relación de Carlos Menem con los sindicatos era
buena, ya que el país pudo superar de a poco la crisis de la híper-inflación, y
pudo lograr a través de las medidas implementadas reconstituir el salario real
de la clase trabajadora.
Menem,
fue visto en un principio, por la totalidad de los gremios, como la persona que
podía solucionar los inconvenientes que sufrían, es por esto que lo apoyaron
tanto en la elección como en sus primeros años de gobierno.
Durante
toda la década de los noventa, el sindicalismo sufrió dos transformaciones, por
un lado la ruptura del sistema nacional de relaciones laborales y por el otro,
la pérdida de presencia de los sindicatos en el sistema político. El primero
afectó el rol tradicional del sindicalismo como interlocutor del gobierno y los
empresarios. En cuanto al segundo cambio, la consolidación del sistema de
partidos y el cambio de perfil programático del Partido Justicialista fueron
despojando al sindicalismo de su carácter de “columna vertebral” del peronismo,
esto es, su desplazamiento en el que históricamente poseían de rol
político-partidario. Ambos implican transformaciones profundas en el modelo
sindical vigente desde 1945.
Siguiendo al
autor Etchemendy, queda en claro que el Sindicalismo peronista en nuestro país
fue parte de la transformación neoliberal implantada por Menem a partir del año
1989. “(…) Los sindicatos formaron parte del proceso de diseño y formulación
de la nueva legislación laboral, y presionaron para atenuar sus consecuencias
sobre el poder organizacional del movimiento sindical. La reforma laboral
avanzó, pero sólo en aquellas áreas de legislación donde el poder de los
sindicatos como organización era menos afectado. (…) la CGT respaldó el
resultado mientras la clase empresaria lo rechazaba. (…)”
Con esto
queda evidenciado que a partir de las reformas que se comenzaron a aplicar a
comienzos de la década del noventa, la relación iba a tener un vuelco profundo.
Es por ello que, a continuación, me centraré en mencionar dichas reformas para
luego explicar los cambios de relación entre el Presidente Carlos Menem con las
Organizaciones Sindicales.
Cambios
estructurales, económicos, políticos y sociales en la Nación
Abordaré
este punto tomando como introducción lo planteado por Armelino en su trabajo, “(…)
la Argentina asistió en los ´90 a un profundo cambio en la relación entre el
estado y el mercado, signado por procesos de ajuste económico que han incluido
la reducción del gasto público y la financiación a través del incremento del
endeudamiento externo, la descentralización estatal y la reforma
administrativa. El régimen social de acumulación se ha caracterizado, desde
entonces, por la concentración económica y significativas tasas de crecimiento,
sobre todo las referidas a los años de la primera gestión de Menem, junto con
una no menos creciente tasa de desempleo, la precarización del empleo y la
flexibilización –de hecho– del mercado laboral (…)”.
Es
importante utilizar la anterior cita, ya que considero que hace una breve
descripción de cómo se desarrolló toda la década del noventa bajo el gobierno
de Menem, para ahora sí, poder realizar un breve recorrido sobre aquellas
políticas públicas implementadas, para realizar el profundo cambio estructural,
económico, político y social en nuestro país.
Para
poder mencionar las políticas públicas desarrolladas durante toda la década de
los noventa seguiré el recorrido histórico planteado por Gerchunoff y Torre, ya
que considero que realizan un excelente trazado sobre dichas medidas.
En
primer lugar, los autores señalan que hubo dos factores centrales por los
cuales Menem, a través de su liderazgo político, realiza las llamadas “políticas
de estabilización” y las “reformas estructurales”.
El
primero de los factores gira en torno al problema de la “explosión
hiperinflacionaria” que se vivía en nuestro país. Mientras que el segundo se
movía en torno a alcanzar una alta credibilidad en el plano político. Estos dos
factores fueron acompañados por la sanción de dos leyes de suma importancia, la
ley de Emergencia Económica y la ley de Reforma del Estado. “(…) La primera
de ellas asestó de un golpe frontal al corazón del capitalismo asistido que se
desarrolló en la Argentina desde la posguerra al suspender por un plazo de 180
días –que sería luego renovado indefinidamente– los regímenes de promoción
industrial, regional y de exportaciones y las preferencias que beneficiaban a
las manufacturas nacionales en las compras del estado; también se autorizaron
los licenciamientos de empleados públicos y se puso fin a esquemas salariales
de privilegio en la administración. A su vez, la Reforma del Estado, marcó el
comienzo del fin de otro de los pilares del patrón de desarrollo preexistente
al fijar el marco normativo para la privatización de gran número de empresas
públicas, que incluían las compañías de teléfono, de aviación comercial, los
ferrocarriles, los complejos siderúrgicos, las rutas y puertos y varias
empresas petroquímicas. (…)”.
Entonces,
gracias al primer éxito alcanzado por las primeras reformas, quedó demostrado
que “(…) En breve, el paisaje sociopolítico evocado –los efectos de la
hiperinflación sobre el grado de tolerancia social al ajuste, el descrédito de
las instituciones económicas existentes y el liderazgo de Menem sobre el
movimiento peronista– creó el espacio político para llevar a cabo cambios
económicos que en otras circunstancias hubieran sido difícilmente factibles
(…)”.
Dentro
de las reformas estructurales encontramos:
·
Las Privatizaciones
de las empresas de servicios públicos, las que a un año de la asunción de
Menen, casi todas se encontraban en manos de empresas privadas. Dentro de los
servicios que se privatizaron encontramos a la telefonía, al gas, la luz, el
agua, la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F.), así como también
la creación de la Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP)
de carácter privado. Con el fin de reducir el déficit fiscal.
·
La Liberalización
Comercial, implicó la reducción de los aranceles y la eliminación de gran
parte de los instrumentos paraarancelarios (cupos, licencias y prohibiciones de
importación).
·
La Reforma
Tributaria, se realizó un incremento en las alícuotas del impuesto a los
débitos bancarios y del gravamen a la transferencia de divisas a la vez que se
mantuvieron las retenciones a las exportaciones de origen agropecuario. El
nuevo régimen tributario se basó en tres pilares: concentración de impuestos en
la recaudación, el I.V.A. y Impuesto a las Ganancias; por otro lado se eliminó
total o parcialmente los regímenes especiales de promoción industrial y
regional. Y por último, a través de un intento institucional, la sanción de una
ley, intentó implantar una cultura tributaria en nuestro país.
·
El Plan
de Convertibilidad, se basó en la creación de una moneda convertible, donde
1 peso fuese igual a 1 dólar.
·
La entrada
de capitales extranjeros, fue utilizado para empujar la economía por un
camino de expansión.
·
La Reforma
del sistema de seguridad social, intentó sustituir el antiguo régimen de
reparto por un régimen de capitalización obligatorio acompañado por una
prestación mínima universal.
·
La Reforma
Laboral, implicó una desregulación del mercado laboral, intentando
modificar la negociación colectiva, la estructura de sindicatos y el control
sobre las obras sociales administradas por los gremios, a través de las leyes
de Accidentes de trabajo y de empleo, tendiendo claramente a disminuir
los costos laborales por parte del sector privado.
·
La
firma de un Pacto Fiscal, destinado a realizar una nueva distribución de
los fondos coparticipados.
·
La Reforma
de la Constitución de 1994, con el objetivo central de permitir la
reelección de Carlos Saúl Menem.
Claramente
el objetivo de dichas reformas, intentaron y creo que lograron realizar un
cambio de 180 grados en todos los aspectos del país. En el plano económico, se
logró frenar la hiperinflación e insertar nuevamente al país en los mercados
internacionales. En el plano político, se logró la tan ansiada credibilidad en
los funcionarios públicos, no solo a nivel local, sino que también a nivel
internacional. Con respecto al plano social, se logró contentar a la población
con medidas de corte netamente cortoplacistas.
Alteraciones
en la relación entre Menem y los sindicatos
Fracturas
en el Sindicalismo Argentino
Debido
a la implementación de las políticas neoliberales y claramente de corte
anti-sindicales provocó que la Confederación del Trabajo en el año 1989 se
fraccione en dos, por un lado se encontraba la C.G.T. San Martín, liderada por
Güerino Andreoni, que apoyaba al gobierno menemista y contaba con la bendición
y reconocimiento del gobierno. Mientras que por otro lado encontrábamos a la
C.G.T. Azopardo, encabezada por Saúl Ubaldini, que era muy confrontativa con el
gobierno de Menem y es por esto que se produjo su aislamiento ya que no se
encontraba reconocida por el Estado. Según Victoria Murillo, “(…) La CGT se
dividió al principio de la administración de Menem creando una situación de
competencia entre ambas fracciones que debilitó a las organizaciones sindicales
frente al Estado e incentivó la subordinación de la CGT reconocida por el
Ejecutivo. En 1992, La CGT se unificó frente a la amenaza gubernamental de
desregular el sistema de obras sociales. Esta unidad redujo la competencia
entre las facciones y, por ende, la capacidad de control estatal (…)”.
A
su vez, en 1994, se produjo una escisión similar entre el Sindicato de
Camioneros y la Unión de Tranviarios Automotor, por lo que se conformó el
Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA). Tanto el MTA, como la CTA,
surgida a fines de 1992, impugnaron el modelo que se venía consolidando desde
el comienzo de la presidencia de Carlos Menem.
Al
momento de la asunción de Carlos Menem a la presidencia de la Nación “(…)
significó un cambio rotundo en las reglas de juego para los actores sociales y
políticos, tanto respecto de la orientación económica como social y política
que ese gobierno tomó, pese al tinte populista propio del peronismo que había
mostrado durante su campaña electoral (…)”.
La
CTA estaba compuesta en su formación por los dos gremios más perjudicados por
la implementación de las políticas públicas neoliberales, los cuales son: los
estatales (ATE) y los docentes (CTERA), quienes vieron debilitados sus
beneficios como consecuencia de la reforma del Estado.
Por
lo que a mediados de los años noventa, queda claramente evidenciado, la
transformación al interior del movimiento obrero argentino, constituido por
tres centrales de trabajadores, con diferentes puntos de vista con respecto a
los posicionamientos y estrategias frente a la transformación que se estaba
llevando a cabo, las mismas eran:
1. La CGT, quienes “(…)
apoyaron y se beneficiaron con las reformas económicas, practicaron una suerte
de “sindicalismo empresario” y siguen vinculados orgánicamente al Partido
Justicialista (…)”.
2. El MTA, quien “(…)
rechazó la estrategia mercantilista adoptada por el grueso de la CGT. No
obstante las diferencias, esta agrupación nunca abandonó definitivamente la
central porque el objetivo ha sido siempre que la CGT vuelva a luchar por la
recomposición de la situación de sus bases de representación (…)”.
3. La CTA, quien “(…)
desde sus comienzos, se caracterizó por una resistencia al régimen social de acumulación
consolidado durante los ´90 y por un alejamiento del Partido Justicialista como
expresión política afín al sindicalismo. (…)”.
Al
mencionar a las tres Centrales de Trabajadores, queda en evidencia que “(…)
La autonomía política y la democracia interna serán los pilares de la CTA (…)”.
Acuerdo político con los
Gremios
Qué acuerdos y cómo fueron
realizados
Para
poder entender el respaldo que le otorgó el sector sindical a las políticas
públicas implementadas bajo el gobierno de Carlos Menem, no debemos dejar de
mencionar el rol fundamental que jugaron los “acuerdos extra –
institucionales”, o como lo menciona la autora Murillo “beneficios
suplementarios”. En efecto, los mismos comenzaron a realizarse a través del
Programa de Propiedad Privada, iniciado en 1989 y potenciado luego de 1991,
acompañado al proceso de privatización de las empresas públicas, donde el
gobierno le dio a los “gremios amigos” la posibilidad de actuar como
“sindicatos empresarios” a partir del manejo de un mínimo porcentaje de las
acciones de las empresas privatizadas. Los gremios que se vieron más
beneficiados con dicho programa, fueron los Telefónicos, los Petroleros y Luz y
Fuerza.
De
todas formas, con la aplicación de dicho programa no alcanzó para lograr el
apoyo de los gremios restantes, por lo que el gobierno realizó una intervención
al Organismo Regulador de los Fondos de las Obras Sociales, colocando en su
cabeza a dirigentes provenientes de los gremios, Mecánico, Textil,
Ferroviarios, de la Construcción y el de Empleados de Comercio.
Basándome,
en todo lo expresado anteriormente, me encuentro en la posibilidad de señalar
que los gremios que fueron beneficiados, son los que más afiliados poseían en
todo el país. A su vez, todos estos puestos otorgados, le generaban a los
gremios, o en el mejor de los casos, a los Secretarios Generales, ganancias en
demasía.
Por
otro lado, es importante señalar que recibió el apoyo de la Unión del Personal
Civil de la Nación (UPCN), dirigido por Andrés Rodríguez, quien también respaldó
la transformación económica, política, sindical y social planteada por Menem,
ya que fue un coautor del proyecto de negociación colectiva por empresa. Medida
tan importante porque facultaba a los gremios para realizar reuniones directas
con los empresarios para resolver los conflictos sociales.
Uno
de los “acuerdos extra – institucionales”, considero que fue la promesa por
parte del gobierno de Menem de licuarle las deudas que poseían los gremios,
medida central que permitiría a los gremios arrancar desde cero y obtener
excesivas ganancias a través del Plan Convertibilidad, ya que se podía negociar
indemnizaciones de hasta tres salarios promedio más horas extras, primas y
premios como “topes” para los trabajadores.
A
cambio de esto, Menem pidió que se apruebe el Proyecto de Ley de los topes
indemnizatorios y las leyes de flexibilización laboral. En este contexto, los
sindicalistas cercanos al régimen aprobaron dichas medidas.
Durante
el año 1993, luego de la privatización de Y.P.F., los gremios, no solo se beneficiaron
por tener un Director que les garantizó el control financiero del 10 % de los
activos de la empresa a los empleados, sino que además obtuvieron una cuota que
tuvo como destino la construcción de viviendas a través del Fondo Nacional de
Viviendas (FONAVI).
Cada
vez que Menem necesitó del apoyo de los diputados sindicales para votar por una
ley con la que no estaban de acuerdo, el realizaba amenazas de denunciar los
enriquecimientos ilícitos que los líderes sindicales habían obtenido, por lo
que no les quedaba otra solución más que acompañar las medidas impulsadas por
el gobierno.
Otro
de los casos paradigmáticos, fueron el paso al sector privado de los aportes
jubilatorios, pasando a las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y
Pensiones (AFJP), a través de dicha medida, nuevamente quedó evidenciado que el
gobierno de Menem realizó “acuerdos extra – institucionales” como intercambio
de algunos factores. Para ejemplificarlo, nombraré en forma esquemática algunas
AFJP y con qué sindicatos se encontraban relacionados.
·
Claridad
AFJP S.A.
- Federación Trabajadores
Sanidad Argentina.
- UOCRA.
·
FUTURA
AFJP S.A.
- Federación Argentina de
Trabajadores Luz y Fuerza.
- Federación Nacional
Trabajadores de Obras Sanitarias.
- Sindicato del Seguro de la
República Argentina.
- Sindicato Único de
Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires – SUTECBA.
·
SAN
JOSÉ AFJP S.A.
- Unión Trabajadores
Gastronómicos de la República Argentina.
- Mutual de Docentes y No
Docentes Argentinos.
- Unión Trabajadores
Entidades Deportivas y Civiles.
- Federación Argentina de
Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas.
- Federación Argentina de
Trabajadores de Seguridad Pública.
- Sindicato de Obreros
Marítimos Unidos.
- Sindicato de Obreros de la
Industria del Vino y Afines.
- Sindicato Argentino de
Trabajadores de la Industria Fideera.
- Unión de Trabajadores del
Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados.
- Unión Personal de Fábrica
de Pintura y Afines.
·
UNIDOS
AFJP S.A.
- Asociación de Trabajadores
de la Industria Lechera R.A.
·
PREVISOL
- Federación Argentina de
Trabajadores de Edificios de Renta Horizontal (FATERyH).
-
Sindicato
Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH).
Conclusiones
Desde
los orígenes, el Movimiento Peronista y los partidos políticos creados a tal
fin, estuvieron fuertemente ligados al Movimiento Obrero Sindical, tal es así
que se constituyó como su “columna vertebral”. Esto se debió a que durante las
presidencias de Juan Domingo Perón hubo una fuerte intervención del Estado en
la economía, y además vino acompañado de un fuerte gasto público, lo que
permitió poder otorgar a los trabajadores sindicalizados beneficios sociales
que jamás habían recibido, como viviendas, salud, educación, aumentos
salariales, aguinaldos, vacaciones pagas, entre otros.
Al
momento de la asunción presidencial de Carlos Saúl Menem en 1989, se produjo un
vuelco de 180 grados a la hora de implementar políticas públicas. A pesar de
prometer en la campaña electoral llevar a cabo la “Revolución Productiva” y el
“Salariazo”, una vez asumido no las cumplió y comenzó a implementar políticas
de corte neoliberal, medidas claramente anti-obreras.
A largo
plazo, notamos que la implementación de las políticas neoliberales de apertura
económica, privatizaciones y flexibilización laboral, trajeron aparejadas un
incremento del desempleo y la precariedad laboral que mermó los ingresos
materiales y sustanciales del sindicalismo.
Es por esto,
que a pesar
de implementar este tipo de medidas,
que le permitieron a los grandes grupos económicos consolidar y aumentar su
poderío, Menem se vio respaldado por los gremios y los sectores más perjudicados.
Es por esto que arribamos a la pregunta de ¿Cómo es posible que aplicando las
medidas que aplicó los gremios lo apoyaron? La respuesta no fue fácil de
rastrear o indicar, pero puedo llegar a visualizar que Menem utilizó “acuerdos
extra – institucionales” para poder contar con el visto bueno de los gremios,
para de esta manera, poder ejecutar las reformas estructurales, tanto en el
plano político, como en el económico y social.
Dichos
acuerdos se focalizaron en el plano de pagos, “incentivos selectivos”, a cambio
del voto favorable de los diputados y senadores allegados al sindicalismo.
Se les otorgó
beneficios, no solo en listas para cargos legislativos, cargos en el Poder
Ejecutivo, sino que también se les permitió forjar un poder económico y
político, bajo el manejo y el aumento de capital por parte de la participación
en las empresas, antes públicas. Esta fue la forma de acallar a un sector tan
combativo.
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