Resumen
Durante los noventa y la primera
década del siglo XXI, los países de América Latina se encontraban en crisis,
tanto social como política y económica. La aparición de nuevos líderes en el
sistema como en el caso de Menem en Argentina y de Uribe en Colombia, significó
la creación de un nuevo paradigma en cuanto a gobernantes se trata. Estos dos
líderes se pueden considerar unos maestros del arte de la negociación, junto a
su habilidad para cohesionar a los espectros políticos de sistema y a la vez a la
sociedad, lograron llevar a cabo una reforma a la constitución que en ambos
casos, lograría que se permitiera la reelección inmediata. Sin embargo, la
reforma hecha por Menem sería mucho más ambiciosa en el sentido de
institucionalizar un decretismo.
ABSTRACT
In
the decade of 1990 and the first years of the twentieth one century, America
Latina was going through a social, political and economic crisis. Some new
leaders appeared in political system such as Menem in Argentina and Uribe in
Colombia and their emergence meant a new paradigm of government. Both leaders
can be considered as masters in negotiation art besides the fact that they
showed a special ability to unite well known politicians and the majority of
society and could reform the Constitution in both nations in order to allow
immediate presidential reelection. In spite of that, the Constitution reform
promoted by Menem would have been much more ambitious because it aimed to
institutionalize a new way of government based on decrees instead of formal
laws.
“El arte
de negociar: las obras maestras de las reformas constitucionales con miras a la
reelección, por Menem y Uribe”
Por: Laura Breci
INTRODUCCIÓN
Las nuevas formas de
desarrollar la política y de generar un consenso al interior de una sociedad y
del mismo sistema político han ido evolucionando a través del tiempo. De este
modo, se plantea un nuevo tipo de negociación que tiene como centro de la
construcción del discurso conciliador, un líder, en este caso Carlos Saúl Menem
y Álvaro Uribe Vélez. Gracias a estos nuevos discursos, ambos presidentes
lograron reformar la Constitución de sus respectivos países.
Por lo anterior, resulta
necesario, analizar no sólo la forma como estos líderes lograron movilizar la rama
legislativa de sus países, sino también cuál fue el efecto de estas reformas
constitucionales en cuanto a la generación de un marco institucional que
sustente el decisionismo.
El objetivo del presente
trabajo es analizar comparativamente los liderazgos de Carlos Saúl Menem en
Argentina y de Álvaro Uribe Vélez en Colombia para establecer características
comunes y diferentes en el desarrollo del arte negociador que cada uno
desempeñó durante su mandato encaminado a lograr reformas constitucionales y
las consecuencias que éstas tuvieron para facilitar el desempeño del
decisionismo como estilo político.
El desarrollo político
tanto de Argentina y Colombia ha sido muy distinto, si bien ambos países
comparten características similares entre ellas un mismo idioma, una religión
mayoritaria (catolicismo), y sistema político bastante similar, a la hora de
comparar a sus líderes y la forma en que la evolución política ha pasado por
sus territorios es muy distinta.
Por un lado, se encuentra
la década de los 90, una época difícil para toda América, las secuelas de la
crisis de la deuda externa y luego la crisis del tequila, en México, tenían en
jaque a la mayoría de los países de la región. Razón por la cual en varios de
estos estados se decidió tomar medidas que liberalizaran la economía, tanto en
Colombia como en Argentina se dieron estos cambios.
Sin embargo, en cuanto al
desarrollo político de ambos países, distan en parecerse, puesto que, Argentina
estaba viviendo la vuelta a la democracia, estaba en pleno cambio político al
mando de Carlos Menem, mientras en Colombia si bien se encontraba en un cambio
político debido a que se estaba estrenando una constitución, el líder no era
tan importante e imponente como el argentino.
Gracias a las
características del liderazgo de Menem y su arte negociador, logro un consenso
nunca antes visto en la historia de argentina, este acuerdo lo llevo a
consolidar una reforma constitucional, que según él sustentara todos los
cambios que se iban a hacer durante su mandato.
Por su lado, si bien en
Colombia durante la década en que Menem era presidente no hubo un líder que
movilizara a toda la población y que con su discurso y facultades negociadoras,
cohesionara a todos los partidos y conquistara al congreso. Más tarde el pueblo
colombiano conocería un líder como el que se mencionó con anterioridad, para el
nuevo milenio ese líder apareció en la historia política colombiana, encarnado
en Álvaro Uribe Vélez.
Colombia, al igual que
Argentina se encontraba en una gran crisis tanto económica como social, aunque
la crisis colombiana se veía agudizada por su conflicto interno, es entonces
cuando en el 2002 llega un personaje, que cambia el rumbo de la política en
Colombia, porque era la primera vez que un candidato de un partido diferente de
los tradicionales – Partido Liberal y Partido Conservador- llegaba a la
presidencia.
Sus facultades para
convocar gente y su facilidad para negociar con la gran mayoría de los sectores
del espectro político colombiano, al igual que Menem permitieron que en 2005
tuviera éxito una reforma constitucional, muy polémica en el país, la cual permitía
la reelección.
Según lo anterior, es necesario
platearse las siguientes preguntas a manera de hilo conductor de este trabajo:
¿Son las reformas constitucionales tanto en Argentina y Colombia resultado de
la negociación política de sus líderes? Y ¿Cuál es el efecto desde el punto de
vista de las reformas constitucionales en Argentina y Colombia para facilitar
la institucionalización del decisionismo? Estos interrogantes generarán la
siguiente hipótesis de trabajo:
“Menem y Uribe sin lugar a
dudas demostraron que el arte de negociar es una herramienta fundamental para
crear consenso y alcanzar un objetivo específico, en este caso las reformas
constitucionales. Sin embargo, en cuanto a lo que esas reformas lograron para
la institucionalización del decisionismo, la reforma Argentina sería mucho más
ambiciosa que la colombiana.”
MARCO TEÓRICO:
El marco general para hablar de decisionismo
y neodecisionismo se va a tomar los trabajos de Schmitt, Beneyto, el libro de
Leiras
La investigación tomara los trabajos
de Gil Dorland y Griselda López para hablar tanto del contexto histórico en el
que se desarrolló el liderazgo de Menem como para hablar de arte negociador
del menemismo.
Las investigaciones de Alberto
Baldioli y Santiago Leiras serán utilizadas para describir y fundamentar el
escenario neodecisionista imperante durante el mandato de Menen y también
ayudará identificar esos elementos en el gobierno de Uribe.
Por su parte para contextualizar y
edificar la imagen del Álvaro Uribe serán utilizados los trabajos de Ramiro
Bejarano y Thomas Colombet. Igualmente Pedro Medellín será utilizado para
hablar de las teorías de la
primacía de la gobernabilidad tarifada y por otro, el nuevo valor social
de la intimidación que sirven para analizar el comportamiento político en
Colombia
Las reformas constitucionales en
Argentina y Colombia
Las reelecciones
Por definición se pueden entender las
reelecciones como, la forma en la que el gobernante vuelve a ser elegido
La democracia como forma de gobernar y
organizar una sociedad tiene diferentes tipos de expresión, representados en
los diferentes sistemas políticos, entiéndase por esto el sistema
parlamentario, el presidencialista, el semi-presidencialista o semi-parlamentario.
Bajo este precepto y con miras a desarrollar el tema de este trabajo, se hace
vital hablar de los regímenes presidenciales y la reelección presidencial,
sobre todo los sistemas políticos de América Latina, región del mundo, donde
estos regímenes presidenciales son predominantes.
El nacimiento del régimen
presidencialista puede remitirse a la independencia de los Estados Unidos de
América y la construcción de su Estado. Como es bien sabido, este país del
norte en algún momento fue colonia de los ingleses, durante su proceso de
independencia y liberalización de su pueblo, surgió la duda sobre cuál sería el
camino hablando en términos políticos que el país debería seguir, en esa época
el único sistema democrático que se conocía era el la monarquía parlamentaria
que manejaban los ingleses.
Al contrario de sus ex-dominadores,
los estadounidenses no querían crear una monarquía en su país ni tampoco quería
tener un dictador, es entonces cuando los padres fundadores de esta nación se
reúnen, y es así como nace la primera constitución política del mundo y el
primer régimen presidencialista del mundo. El primer presidente de este nuevo
Estado fue George Washington, quien sería la cabeza del ejecutivo durante dos
periodos y generaría un precedente en términos de reelección.
Sin embargo, el sistema que tienen los
Estados Unidos es muy diferente al que luego se desarrollaría en la mayoría de
los Estados latinoamericanos, puesto que para los estadounidense la elección
del presidente no es directa sino que se hace a través de colegiados, para la
mayoría de los Suramérica y Centroamérica la elección del presidente se hace de
forma directa lo que plantea una diferencia importante tanto en el trasfondo
del sistema como para la figura de la reelección.
La reelección puede ser puesta a
prueba desde dos puntos de vista, por un lado, puede ser entendida como una
especie de premio que obtiene el gobernante por su buen desempeño como mandatario,
además de la generación de continuidad en muchas de las políticas que se puedan
desarrollar bajo su gobierno, puesto que en ocasiones el lapso de 4 o 5 años
puede ser muy corto para consolidar diferentes políticas que se querían
desarrollar bajo el mandato de este determinado individuo.
Por el otro lado, las reelecciones
pueden ocasionar deferentes dinámicas que van en contra del buen desempeño de
un sistema presidencialista, como por ejemplo en ocasiones el mandatario
durante su primer periodo no se concentra en ser un buen gobernante, sino lo ve
más como una fuente para sus campaña política para las siguientes elecciones es
lo que se conoce candidato presidente, y se dedica es a conquistar a su pueblo
a través de actividades proselitistas y no a generar cambios y mejoras
estructurales. Así mismo, la reelección, puede generar la duda de ¿Cuántas
reelecciones son suficientes? Puesto que las reelecciones consecutivas sin
tener un límite y determinar cuándo es suficiente, puede transformar el régimen
presidencial en una dictadura y más con los poder excepcionales que tienen los
presidentes y de los cuales se hablara en el siguiente temario.
En cuanto a los casos específicos que
se trataran en este trabajo es importante enfocar el tema, en cuanto a Colombia
debe resaltarse que recién se independiza en 1819, gracias a la Batalla de
Boyacá, su primer presidente sería el libertador Simón Bolívar, para esa época,
la reelección era permitida y él mismo fue reelecto, aunque es importante
resaltar que en ese tiempo, las elecciones no eran como se conoce hoy, el voto
sólo hacía una parte muy reducida de la población. Después de varias batallas
constitucionales y de tener casi 20 constituciones en menos de 50 años, en 1886
se crea una constitución de un corte bastante conservador, la cual permitirá
esta opción. Durante el siglo XX esta Constitución tiene varios cambios, sin embargo,
sólo en una oportunidad se reelegirá a un presidente y no en mandatos
continuos, López Pumarejo de partido liberal, quien en su segundo mandato
renunciara por varios escándalos de corrupción y la presión de un oposición
conservadora.
Para el final de la década de los
ochenta, Colombia se encontraba en una crisis política, social y económica,
ésta acelerada por un conflicto interno y la presión de los narcotraficantes.
Todo lo anterior, llevo a la generación de movimientos sociales sobre todo los
compuestos por lo estudiantes, en este caso el movimiento que se conocería como
la séptima papeleta, el cual pedida el llamado a una Asamblea Constituyente
para la creación de una Constitución Política mucho más incluyente, el fruto de
estas demandas por parte de sería la creación de esta asamblea y luego la Constitución
de 1991, esta carta magna, prohibiría la reelección presidencial.
Durante los años noventa, esta
prohibición se mantendría y ninguno de los presidentes electos, -que fueron
tres, Carlos Gaviria, Ernesto Samper y Andrés Pastrana-. No obstante, al llegar
Álvaro Uribe a la presidencia se cambia este precedente, él pasa un la ley para
reformar la constitución y entre esas reformas está la de permitir una segunda
reelección, la ley pasa en el congreso, se reforma la Constitución y para el
2006, Uribe es reelegido, convirtiéndose en el primer presidente reelecto
después de 60 años y en el primero del siglo XXI.
Facultades
excepcionales de los presidentes
Las facultades excepcionales con las
que están envestidos los líderes de la rama ejecutiva bajo un régimen
presidencial, no son un novedad en este tipo de sistemas de hecho es importante
remitirse a el nacimiento institucional de estas facultades tuvo su origen en
la República Romana de la Antigüedad –año 509 a.c. –. Entre los cargos o
institutos de la República estaba el de Dictador: el mismo era otorgado a un
ciudadano cuando Roma estaba frente a un peligro inminente, por lo tanto el
Senado le concedía, cuando existía una situación de excepción, el bastón de
mando y el período de tiempo que tenía para resolver la situación era de seis
meses; cumplido ese lapso, el Dictador le devolvía el bastón de mando al
Senado, empero, de necesitar más tiempo para resolver el problema, era el
propio Senado quién le otorgaba otro voto de confianza o elegía otro magistrado
para el cargo. El Estado de Excepción en Roma podía ser decretado en casos de conflicto
externo, guerra civil, o conmoción interior en la metrópoli o las colonias. El
Dictador podía pertenecer al Senado, ser un Cónsul, o simplemente un patricio, un
ex cónsul o militar retirado a la vida civil –como por ejemplo: Lucio Quincio Cincinato–.
(Baldioli-Leiras 2010)
Se debe resaltar, que el principal
riesgo que se corre cuando se le otorgan estas facultades a un presidente, o en
general al líder del sistema, es que éste decida perpetuarse en el poder, es en
ese momento en el que se rompe el límite entre esos poderes excepcionales de
los que se hablaba en roma y se pasa a tener lo que se conoce como una
dictadura. Sin embargo hay que remitirse al teórico político Carl Schmitt,
quien deferencia la dictadura comisaria de la dictadura soberana, para él:
- La dictadura comisaria es la que
es llevada a cabo por un magistrado de la república, el reino o el
imperio, o según sea el caso, este comisario anteriormente nombrado puede
ser un cónsul, un militar de alto rango, un senador, un príncipe, el rey o
el presidente, un ejemplo de lo anterior es lo que sucedía en el caso
romano, en cambio, la dictadura era aceptada solo por un tiempo predeterminado,
al igual que en el caso de la dictadura que proponen los teóricos modernos,
ya que esta última se propone como “pauta moderadora” para reordenar las
instituciones y el escenario político, y luego entregar el gobierno a las autoridades
constituidas y constitutivas legalmente para tal efecto.
- La dictadura Soberana es la
ejercida por una parte de la ciudadanía, cual tratara de formar o
constituir una nueva nación, una nueva Constitución, en realidad lo que
pretende es generar un revolcón en el sistema político que se tenía antes
de ésta. El mejor ejemplo de esta dictadura y el que más cita Schmitt es
el de “la dictadura del proletariado” impuesta por Lenin en
los albores de la Revolución bolchevique que derribará para siempre a la
Rusia de los zares, la cual luego se transformaría en el Estado Soviético.
(Baldioli-Leiras 2010. p:28)
En definitiva se puede hablar que para
poder llegar a una verdadera dictadura debe existir una revolución previa, llámese
como se llame, sea golpe de Estado o revolución social, por lo que esto trazaría
esa línea que divide las facultades excepcionales que se le otorgan en este
caso a los presidentes, de la construcción de una dictadura a partir de ellas.
No obstante, se debe ser muy cuidadoso con ellas porque existen ocasiones en la
que se puede dar el salto entre estas facultades y una dictadura sin la
necesidad de una revolución, como el primera caso del que se tiene conocimiento
es el de Julio Cesar (100 a. C.–44 a. C.) quien se hace nombrar forzadamente
por el Senado en dictador perpetuo. Al igual que Julio Cesar, pero en épocas
contemporáneas, regímenes como el de Leónidas Trujillo en República Dominicana,
Alfredo Ströessner en Paraguay, o Francisco Franco en España dejaban que
existieran elecciones de cargos menores con lista única, para resaltar una
suerte de “parodia democrática”, dentro de esos “temibles y duraderos regímenes
autoritarios del siglo veinte”. (Baldioli-Leiras 2010. p: 29). La gran
diferencia que se debe resaltar es que estas dictaduras no se constituyeron
para cambiar el sistema y para revelarse en contra de él, sino más bien para
mantener el statu quo el cual les convenía a toda costa.
En el caso Colombiano, la regulación
que hizo la Constitución de 1991 introdujo cambios en la configuración de las
facultades extraordinarias, ahora estas facultades son mucho más rígidas y
restringidas en sus alcances. Se mantienen los elementos básicos de
temporalidad y precisión en las materias, pero la duración hoy es de máximo
seis meses y en lo concerniente a las materias de las que puede ocuparse el
Presidente aparecen unas restricciones muy específicas. Todo esto está plasmado
en la Constitución política de Colombia la cual afirma que:
ARTICULO 213. En
caso de grave perturbación del orden público que atente de manera inminente
contra la estabilidad institucional, la seguridad del Estado, o la convivencia
ciudadana, y que no pueda ser conjurada mediante el uso de las atribuciones
ordinarias de las autoridades de Policía, el Presidente de la República, con la
firma de todos los ministros, podrá declarar el Estado de Conmoción Interior,
en toda la República o parte de ella, por término no mayor de noventa días,
prorrogable hasta por dos períodos iguales, el segundo de los cuales requiere
concepto previo y favorable del Senado de la República.
Mediante
tal declaración, el Gobierno tendrá las facultades estrictamente necesarias
para conjurar las causas de la perturbación e impedir la extensión de sus
efectos.
Los
decretos legislativos que dicte el Gobierno podrán suspender las leyes
incompatibles con el Estado de Conmoción y dejarán de regir tan pronto como se
declare restablecido el orden público. El Gobierno podrá prorrogar su vigencia
hasta por noventa días más.
Dentro de
los tres días siguientes a la declaratoria o prórroga del Estado de Conmoción,
el Congreso se reunirá por derecho propio, con la plenitud de sus atribuciones
constitucionales y legales. El Presidente le pasará inmediatamente un informe
motivado sobre las razones que determinaron la declaración.
En ningún
caso los civiles podrán ser investigados o juzgados por la justicia penal
militar.
ARTICULO
214. Los
Estados de Excepción a que se refieren los artículos anteriores se someterán a
las siguientes disposiciones:
Los
decretos legislativos llevarán la firma del Presidente de la República y todos
sus ministros y solamente podrán referirse a materias que tengan relación
directa y específica con la situación que hubiere determinado la declaratoria
del Estado de Excepción.
No podrán
suspenderse los derechos humanos ni las libertades fundamentales. En todo caso
se respetarán las reglas del derecho internacional humanitario. Una ley
estatutaria regulará las facultades del Gobierno durante los estados de
excepción y establecerá los controles judiciales y las garantías para proteger
los derechos, de conformidad con los tratados internacionales. Las medidas que
se adopten deberán ser proporcionales a la gravedad de los hechos.
No se
interrumpirá el normal funcionamiento de las ramas del poder público ni de los
órganos del Estado.
Tan
pronto como hayan cesado la guerra exterior o las causas que dieron lugar al
Estado de Conmoción Interior, el Gobierno declarará restablecido el orden
público y levantará el Estado de Excepción.
El
Presidente y los ministros serán responsables cuando declaren los estados de
excepción sin haber ocurrido los casos de guerra exterior o de conmoción interior,
y lo serán también, al igual que los demás funcionarios, por cualquier abuso
que hubieren cometido en el ejercicio de las facultades a que se refieren los
artículos anteriores.
El
Gobierno enviará a la Corte Constitucional al día siguiente de su expedición,
los decretos legislativos que dicte en uso de las facultades a que se refieren
los artículos anteriores, para que aquella decida definitivamente sobre su
constitucionalidad. Si el Gobierno no cumpliere con el deber de enviarlos, la
Corte Constitucional aprehenderá de oficio y en forma inmediata su
conocimiento. (Constitución Política de Colombia, 1991)
En el caso argentino la Constitución Argentina:
·
Participa de la formación de las leyes con arreglo a la
Constitución, las promulga y hace publicar.
El Poder
Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable,
emitir disposiciones de carácter legislativo.
Solamente
cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites
ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no
se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o el
régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de
necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros
que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros.
El jefe
de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez días someterá la
medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya composición
deberá respetar la proporción de las representaciones políticas de cada Cámara.
Esta comisión elevará su despacho en un plazo de diez días al plenario de cada
Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las
Cámaras. Una ley especial sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de
los miembros de cada Cámara regulará el trámite y los alcances de la
intervención del Congreso. (Constitución política de
Argentina)
Como se puede evidenciar ambos países permite que sus presidentes
tengan facultades excepcionales, facultades que en gran media facilitaron el
desarrollo de un decretismo, como manera de gobernar y de hacer viable sus
planes durante su periodo presidencial.
Liderazgo político:
La reforma negociada
El neodecisionismo
Los dos grandes líderes que están
presentes en este trabajo, Menem y Uribe, son líderes que fueron electos
durante los últimos 20 años, esta razón de temporalidad impone que en el
contexto en el que se desarrollan y las acciones que llevan a cabo al interior
del gobierno, hace que sean considerados más unos dirigentes neodecisionista
que decisionista. Por lo tanto en este aparate del trabajo, se hace necesario
entrar a discutir este tema con relación a los dos casos mencionados con
anterioridad.
Para definir este término se puede
plantear que, ell neodecisionismo tiene las características esenciales que
tiene el “viejo” decisionismo pero a diferencia de este, si bien mantiene la
idea de un liderazgo fuerte en el Poder Ejecutivo, es proclive a un Estado sin
tanta funcionalidad y centralidad ante la sociedad, propicio con las ideas del
neoliberalismo y su Estado Mínimo, y del neoconservadurismo con sus planes
sociales focalizados y su folclore de valores socio-políticos. (Baldioli-Leiras
2010. p: 44)
La transformación sistémica que se
dieron durante de los años 80 y 90, la caída del muro de Berlín y con él la
caída de un modelo económico alterno al capitalismo, la globalización y las
políticas económicas que lo instituyeron y sobre todo las crisis que se
vivieron durante esa época en la mayoría de los países de América Latina
hicieron que el Fondo Monetario Mundial Y Banco Mundial le hicieran a estos
Estados algunas recomendaciones para superar la problemáticas económicas en las
que se estaban ahogando. Gracias a esta nueva visión del Estado y del mundo de
la economía es como una nueva estatalidad más permeable que redefinirá sus
modalidades de relación con la sociedad y de la sociedad con el Estado. Por
estas razones, puede decirse que el decisionismo “estatista” de la década del
20 se convirtió en “gubernativo” y “anti-estatista” en el último decenio del
siglo XX y es lo que se conoce como neodecisionismo. (Baldioli-Leiras 2010. p:
44)
Mientras esto sucedida al interior de
los Estados, en el mundo, el discurso de legitimación del “Nuevo orden
neoliberal” se basó en la reducción del Estado a toda costa y en la
desregularización de los mercados, se plantea entonces un Estado minimalista,
donde su vínculo con la economía sea muy poco y donde su labor frente a temas
sociales también lo sea. Así mismo, este discurso afirmaba que la
liberalización de los mercados y la reducción de los Estado se podrían generar
situaciones de crisis, resistencias por parte de la sociedad y sobre todo de
los sectores más pobres, puntos de ruptura, y lo más importante para este tema
del neodecisionismo, situaciones donde se llevaba a los países a declararse en
estados de excepción y por tanto en otorgarle facultades excepcionales a los
presidentes de turno. Esto sería fundamental para la generación de un orden
después de la instaurar estas medidas neoliberales, los cual significaba crear
un marco decisionista para poder llevar a cabo todos los cambios que este nuevo
sistema requería al interior del territorio nacional.
Frente a este tema el libro “Estado de
Excepción y Democracia en América Latina” plantea que:
El nuevo intervencionismo del estado,
necesario para garantizar las nuevas reglas de juego en las que pudieran
desencadenarse “las fuerzas libres y espontáneas del mercado”, apareció acompañado
por dos lógicas contradictorias de legitimación y, por lo tanto, por un nuevo
balance entre legitimación/ represión. El orden del mercado, en tanto se
caracterizó por conformar una soberanía difusa en los aspectos
político-sociales y por manifestarse solamente en forma espectral en la esfera
pública estatal, no podía legitimarse sino a partir de una lógica eficientista
para conjurar una crisis que, por otra parte, era invocada como la única
alternativa posible a las políticas neoliberales. (Baldioli-Leiras 2010. p: 45)
Durante la década de los noventa, se
entendía a la democracia fue tergiversada, ya no era entendida como una forma
de gobierno en el que la voluntad soberana es de todos sino que se intentaba
llevar a su estado más reducido, don solo unas elites pudieran tener el
control, evitando a toda costa la participación activa en las decisiones
políticas por parte de la ciudadanía. De la igual forma responsabilidad del
elegido hacia sus electores también disminuyó, para evitar los conflictos que
de esta relación se pudieran devengar. La democracia sólo funcionaba en esta
perspectiva, si se garantizaba que los parlamentarios en sus decisiones fueran
independientes de todo control y compromiso específico con los votantes. Una
vez elegidos, tomaban sus decisiones según su parecer. (Baldioli- Leiras 2010.
p: 46)
Según lo anterior se puede llegar a
afirmar que, durante esta etapa, la democracia era puesta como una construcción
del mercado, era un objeto más de la economía y se llegó a la conclusión de
que el mejor modo de evitar que el Estado se entrometiera en algunos asuntos de
debía era a través de una constitución que incorporara contenido normativo
específico u otorgando el monopolio de ciertas decisiones a instituciones y
mecanismos en donde no funcionara la democracia, por ejemplo a través de la
ampliación de facultades presidenciales delegadas o la completa autonomía de
los Bancos Centrales. (Baldioli-Leiras 2010. p: 46)
Frente a los dos casos planteados en
este trabajo, es necesario tener en cuenta que se desarrollan en épocas
distintas, como se había mencionado antes, a pesar de esto, tienen gran
relación puesto ambos Estados se encontraban en profundas crisis tanto sociales
políticas y económicas.
Un por un lado, se encontraba una
Argentina recién entrada a la democracia, con grandes esperanzas frente a este
sistemas, las cuales estaban bastante mal debido, a lo sucedido durante el
gobierno de Alfonsín. La llegada de Menem impone una ruptura de un paradigma,
es la llegada de ese líder que iba a salvar y cambiar el rumbo del país
austral, sus promesas de mejorar la economía, centrarse en lo social y castigar
a los que debían ser castigados, llevaron a que gran parte de la población lo
apoyara y lo idolatrara. Su gobierno es entendido como una bisagra, puesto que
es un quiebre en la historia, donde ese nuevo contexto internacional, hace que
el Estado se redefina al igual que el camino hacia la democracia.
Por el otro lado, si bien la historia
colombiana es completamente diferente ala historia argentina, hay puntos de
encuentro, en la medida en que al igual que la Argentina a principio de los
noventa, Colombia a principios de siglo XXI también se encontraba en una crisis
del sistema, agudizada por un conflicto armado, es en este momento cuando
llega, Uribe Vélez, quien al igual que Menem rompe un paradigma y se convierte
en un líder que le da esperanza a la población se convierte en un líder
salvador con capacidades extraordinarias
.
Se puede afirmar por lo tanto que,
estos regímenes democráticos emergentes con sociedades civiles débiles con crisis
al interior de los núcleos de su estructura como sociedad, así mismo con
estados jaqueados y capturados por las grandes élites de poder, llegaron a un
punto donde la democracia, como sistema político no podía resolver ninguna de
las problemáticas que la realidad le planteaba en términos de legitimidad. En
este sentido la aparición de estos líderes salvadores tienen un gran sentido en
la medida que otorgaba un campo de solución a esta ecuación irresoluble, líderes
que se dedicaron a tomar las decisiones por su cuenta. El decisionismo
presidencialista como teoría del poder y las distintas variantes de
neoconservadurismo populista de mercado como contenido ideológico (Pinto, 1996)
se presentaron en 1990 como una cabal expresión y al mismo tiempo como un
intento de respuesta a dicho dilema. (Baldioli-Leiras 2010. p: 47)
El líder neodecisionista en funciones
presidenciales tratará de dividir y cooptar a la oposición política y a la
sociedad, dominar al Poder Legislativo, y tener un Poder Judicial adicto o en
su defecto neutralizarlo; con todo esto, el presidente tendrá un poder omnímodo
y monolítico que lo acercará a la suma del poder público (Baldioli- Leiras
2010. p: 47)
El ejemplo por antonomasia del neodecisionismo,
es de la presidencia de Menem, su gobierno admitió haber dictado ciento sesenta
y seis decretos de necesidad y urgencia al contrario de los escasos diez que
firmo Alfonsín durante su mandato. No todos tuvieron el mismo carácter. Algunos
de ellos bien podrían haber respondido a esa tendencia del gobierno menemista
por actuar solo o autocráticamente. En este sentido, podría decirse que el
Poder Ejecutivo presuponía una oposición legislativa a sus políticas y emitía
ese tipo de decretos a modo de golpe preventivo con la intención de forzar una
negociación con el Congreso en un tema determinado14. Un ejemplo de decreto
como “golpe preventivo” lo habría constituido el que estableció la
desregulación económica (Decreto n º 2284/91), un “megadecreto” que “desreguló
el comercio interior de bienes y servicios y del comercio exterior e implementó
una reforma fiscal, entre otros temas” 15. Con posterioridad, el Poder
Ejecutivo envió un proyecto al Congreso con el objeto de convertir en ley lo
establecido en el decreto. En cambio, el controvertido decreto 36/90 conocido
como “Plan Bonex” impuso en forma sorpresiva la “devolución de los depósitos en
australes en Bonex” estimando que la discusión al interior del Congreso habría
impedido la implementación de la medida y disparado aún más los indicadores
económicos. Finalmente, fueron varios los casos en que el Poder Ejecutivo
habría apelado a los decretos como último recurso frente a la reticencia del
Congreso en tratar o aprobar determinados proyectos de ley propuestos por
aquél.( López,2007)
El arte de negociar
La capacidad de liderazgo y de una
verdadera cooptación de público es una cualidad que es muy difícil de
desarrollar y sólo unos cuantos la lograr alcanzar. Dentro de esta cualidad
existe una prioridad a la hora de desempeñarse como gran líder y es manejar el
arte de negociar, negociar no es simplemente transar intereses o dinero,
transar va más allá de la actividad, de hecho es un arte, el arte que un buen
dirigente debe manipular a la perfección. En otras palabras,
el estadista tiene una capacidad que difícilmente pueda ser enseñada y, en este
sentido, su aptitud se asemeja al don artístico. Esta aptitud se agudiza en
tiempos de crisis y peligro. Situaciones como las que se mencionaron
anteriormente.
Siguiendo con esta
línea de pensamiento no sería muy disparatado afirmar que tanto como Menem y
Uribe cuenta con este Don artístico, el cual los llevo a negociar con las
diferentes ramas del poder y sacar adelantes proyectos que beneficiaban su
carrera política. Por el lado de Menem se puede decir que su obra de arte
incluyó cambios de imagen, de ideas y estilo de liderazgo. Por ese camino
construyó su ascenso y consolidación en el poder al tiempo que conduciría al
país a una situación nueva, una etapa democrática dotada de un ideario
económico y político diferente y el cual perduraría hasta el presente.
Lo que convierte a Menem en un artista de la negociación, es que
logro interpretar claramente la situación problemática en la que se encontraba
Argentina cuando él asumió la presidencia y no sólo cambiar ese ambiente hostil
en el que se encontraba la mayor parte de la población del país sino haberlo
aprovechado para afianzar su propio poder, convirtiéndose así en el referente de la vida política argentina durante diez años y
proveer un nuevo sistema de reglas de juego, expresado en la Constitución reformada
en 1994, que rige en la actualidad.
Después de la vuelta a la democracia y las
grandes problemáticas que se dieron durante el gobierno de Alfonsín, sobre todo
lo sucedido con la hiperinflación, que termino por acabar con su vida política, Raúl Alfonsín entregó el poder al presidente electo
Menem en julio de 1989, seis meses antes de lo debido. Este primer antecedente
creó las condiciones propicias de negociación para Menem. Se trataba de un
contexto de emergencia en el que el partido justicialista, la Unión Cívica
Radical y demás partidos pequeños acordaron en ambas cámaras del Congreso la
delegación de poderes legislativos al Poder Ejecutivo por medio de la sanción
de las leyes de emergencia económica y de reforma del estado que comentamos. A
cambio de la asunción anticipada, Menem obtuvo del radicalismo desgastado el
compromiso de facilitar la aprobación de todas las leyes económicas que desde el
Poder Ejecutivo se enviaran al Congreso. (Llanos, 2001, p.28)
Así mismo, es
importante resaltar que en las elecciones legislativas de 1989 el partido
justicialista le gana a los radicales, este recambio legislativo sólo operaría
hasta diciembre de ese año por lo que resultaba importante la cooperación
radical y de otros partidos a fin de sancionar leyes que el gobierno que eran
esenciales para la legitimización del gobierno. La Unión de Centro Democrático
(en adelante Ucedé) y partidos provinciales que habrían compartido un
pensamiento de centro-derecha sumaron su apoyo a las políticas decididas por el
gobierno, un apoyo nada despreciable para un presidente que se había asumido
como peronista en tiempos de campaña electoral y que instauraba desde el gobierno
la apertura económica y el achicamiento del Estado. Aun operado el ingreso de
legisladores justicialistas, el gobierno continuaba precisando de las
coaliciones puesto que contaba con mayoría absoluta en la Cámara de Senadores,
pero no en la de Diputados.
A pesar de tener todos
estos factores a su favor no hubiera podido lograr gran cosa sin lo que afirman
estos dos autores, según Pablo
Gerchunoff y Juan Carlos Torre, parte de esa disciplina se debió al hábil
empleo que Menem habría hecho de los “recursos económicos y políticos del
patronazgo estatal” a fin de lograr mantener bajo control a la “tropa”
justicialista que incluía no sólo a los dirigentes partidarios sino también a
los sindicatos. El acceso a la presidencia de la nación posibilita el manejo de
la distribución de cargos y el ejercicio de presión y persuasión económicas a
fin de consolidar una coalición de apoyo. (Gerchunoff
y Torres. P.739).
Para comprobar esta disciplina de partido, se observa entonces lo
que ocurrió durante la primera presidencia de Carlos Menem, al interior del
partido justicialista, el partido apoyaría las iniciativas de ley que
presentaría el presidente, las cuales serían de vital importancia para que se
definiera el rumbo del gobierno.
Aunque, surgieron diferencias entre el Poder Ejecutivo y su
partido en el Congreso, las cuales se revelaron por las insistencias de éste
último que superaron en número a las que tuvieron lugar bajo la presidencia
radical. Cuatro de las once insistencias votadas por el congreso fueron a iniciativas
del Poder Ejecutivo. Sin embargo, dichas insistencias no lograron acabar con el
inminente liderazgo presidencial. No debe olvidarse que
Menem provenía del peronismo y había provisto a su campaña electoral de un
discurso netamente populista por lo que era preciso tal vez exagerar la fuerza
de sus convicciones neoliberales con tal de persuadir a los grandes grupos
económicos y al capital financiero, tanto nacional como extranjero, sobre sus
orientaciones económicas. En definitiva, había un “problema de credibilidad”
que Menem debía resolver y lo hizo. (op.
Cit. Gerchunoff y Torres. pp. 735-736). Su capacidad para negociar, manejar y
transar fue inminente, Menem puede considerarse como un maestro de este arte.
Sin lugar a dudas, la obra maestra de este artista es su reforma constitucional
y modificaría la carta magna para poder reelegirse a través de lo que se llamó
el pacto de olivos.
Desde el lado colombiano se puede encontrar, si bien otra facetas
de la forma en la que se negocia, en la esencia, Uribe tiene muchas similitudes
a lo que fue un proceso que desembocaría en la aprobación de un proyecto de ley
que reformara la Constitución y permitiera la reelección de mismo. Como ya se
ha mencionado anteriormente Este presidente marcaría un antes un después al
igual que lo hico su par argentino, para muchos Uribe fue un mandatario
inteligente y que dejaría su huella para siempre plasmada en la sociedad
colombiana, y de hecho lo hizo, fue el primer presidente reelegido de este
siglo.
No fue una tarea fácil y al igual que Menem, Uribe también es un
artista de la negociación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que Uribe no
contaba con un partido tradicional como en el caso del presidente argentino, ni
tampoco contaba con esa disciplina de partido, a pesa resto, logro consolidar y
aliarse con los partidos tradicionales colombianos, así como con los nuevos.
Sin lugar a dudas es un verdadero maestro.
Lo
anterior quedo demostrado en lo que más tarde sería conocido como el escándalo
de la Yidispolitica, negociación que serviría para que la reforma
constitucional que permitiera la reelección fuera aprobada en el congreso. La Yidispolitica
es el nombre con el que se conoce al escándalo
político desatado en Colombia en abril de 2008 ,
como consecuencia de las declaraciones de la ex Representante a la Cámara Yidis Medina quien
admitió haber recibido ofrecimientos de dádivas de parte de funcionarios del
Gobierno Nacional a cambio de su voto favorable al proyecto de reforma
constitucional que permitió que Álvaro
Uribe Vélez aspirara a un segundo mandato presidencial y de hecho
que lograra llegar a la presidencia. Durante los procesos de investigación, e l
presidente Uribe, uno de los señalados por Medina, al ser cuestionado ha
respondido con la frase: "El Gobierno Nacional persuade; no presiona ni
compra conciencias". Lo cual generó bastante polémica al interior de la
sociedad en general (Secretaría de Prensa de la Casa de Nariño 2008), lo que
demuestra la capacidad de este presidente para negociar, el negociador en
definitiva persuade
En abril de 2008, días después de la entrevista a diario
colombiano El Espectador, Noticias Uno transmitió un video en el que la ex
congresista Yidis Medina admite ante Daniel Coronel, director
del noticiero, haber aceptado sobornos de parte del propio presidente Álvaro Uribe y de algunos de sus cercanos
colaboradores, entre ellos Sabas Pretelt para entonces Ministro del Interior y
de Justicia, para cambiar su voto en la comisión primera de la Cámara de Representantes en el proyecto de ley tramitado por el
gobierno para permitir la reelección presidencial inmediata que le daría la
oportunidad a Uribe de aspirar a un segundo mandato. El video fue grabado en agosto de 2004 pero el periodista y la entonces
congresista pactaron que el video solo sería revelado en caso de que a ella le
sucediera algo, puesto que afirmó haber recibido amenazas contra su vida.
Medina dijo que el video también podía revelarse en el caso de que ella no
recibiera lo pactado con el gobierno. Tanto el Presidente Uribe como sus
funcionarios han negado las acusaciones de Medina. Uribe dijo que se había
reunido con ella pero nunca había ofrecido a ella ni a ningún otro
parlamentario nada a cambio de su voto.
Este es uno de los ejemplos de la manera en la que Uribe negociara,
si bien no es como lo hizo Menem y no es una forma legal, si logró su cometido,
de pasar el proyecto de ley y luego de lograr su aprobación, razón por la cual
lo convierte en un artista junto con su par argentino.
Los alcances de las
reformas constitucionales:
Colombia
En el año 1990 se convocó a los
colombianos para que eligieran a los representantes que conformarían una
asamblea nacional constituyente, de la cual se crearía la Constitución de 1991,
esta constitución ratificó a Colombia como una república presidencialista,
limitaba el periodo presidencial a cuatro años. Constitucionalmente la reelección
presidencial había sido prohibida, sin embargo, después de la reforma hecha por
Uribe, esto sería posible.
Las reelecciones presidenciales
acarrean diferentes consecuencias para la sociedad, para el sistema político y
para la construcción del Estado en dentro de este análisis vale la pena
resaltar ciertos puntos que son de vital importancia para la vida del Estado
colombiano, Un primer punto interesante hablar de la rigidez y de la crisis de
gobernabilidad en los sistemas. J. Linz señala que una de las características más
importantes de los sistemas, es el hecho que los presidentes son elegidos por
un periodo de tiempo determinado, que bajo circunstancias normales, no se
pueden modificar, siendo este periodo fijo lo que le da la “Rigidez” al sistema
presidencialista.(Linz, 2008. p. 37) Se podría decir entonces que, la
Reelección intentaría romper esta Rigidez, y abrir la posibilidad de un gradual
fortalecimiento del Estado, favoreciéndose con ello la gobernabilidad.
Sin gobernabilidad no hay desarrollo,
la gobernabilidad es la conducción política que define el ejercicio de
gobierno, debe ser entendida en su exacta dimensión: como el medio de superación
de conflictos a través de la conjunción de las fuerzas divergentes en un
proyecto social integrador y unificador. Medellín Torres, señala que la crisis
de Gobernabilidad se evidencia cuando existe inestabilidad en los gobiernos,
cuando es reducido el papel que desempeñen los partidos políticos en un
contenido de desideologización, y cuando hay sustitución de la política por la
administración. (Medellín, 1988, p.45)
Sin embargo, se puede resaltar que hasta
ahora le estaba prohibido al gobierno, involucrase en la política electoral, y
se temía que ante la aprobación de la reelección presidencial, los actos de
gobierno se encuentren todos dirigidos, no ya plenamente al cumplimiento de las
políticas públicas, sino también a garantizar la reelección, lo anterior se ve
claramente evidenciado en la intención por parte del gobierno de reformar
nuevamente la constitución para permitir una segunda reelección y no de poner
todas sus fuerzas en solucionar los distintos problemas que posee el Estado
colombiano .
Por un lado, se puede decir que esta
figura, constituye un motivo para rendir cuentas al electorado, por el otro, es
una figura que genera aún más corrupción puesto que es una puerta abierta para
invertir el dinero público en campaña electoral. Así mismo, es mucho más
propenso a la violación del derecho a la igualdad de los candidatos a la
presidencia de la república, en lo que tiene que ver con la financiación de las
campañas (utilización de recursos públicos en la campaña de reelección como ya
se había dicho), y la publicidad y el manejo de los medios de comunicación, que
presentan al presidente en campaña todo el periodo de gobierno; frente a esto
los defensores de la figura argumentan, que todos los actos desplegados por el
gobierno central se centran en presentar una rendición de cuentas a los
colombianos, y que se generará un control y vigilancia continuos al gobierno
respecto a su proceder, no solo por parte de los organismos de control, sino
ejercidos también por la oposición y el gobierno mismo, generando nada más que
una mayor responsabilidad del ejecutivo frente al electorado colombiano, en lo
que respecta al cumplimiento de sus propuestas programáticas.
Por su lado, los opositores de la
figura advierten que se puede presentar violación al derecho a la igualdad de
los candidatos a la presidencia en la contienda electoral, y esta radicaría en
que la reforma mantiene para todos los altos funcionarios públicos, la
inhabilidad para ser candidatos mientras sean funcionarios públicos, de tal forma
que el único que puede tener esta alternativa jurídica y constitucionalmente
será el presidente, el candidato presidente, lo cual ya es un injusticia en sí.
Frente al tema de la oposición;
llámese los partidos y movimientos políticos, podrían generar una fuerte y
decidida organización, no solo al interior de los mismos, sino un completo
despliegue organizacional de sus electores, para llevar adelante un coherente y
disciplinado proceso de oposición al gobierno central. En caso de no obtener el
presidente la mayoría de sus partidarios en el congreso, los partidos
ejercerían control y oposición inmediatos al ejecutivo, presionándolo desde el
primer día de elección, por lo tanto, se puede afirmar que una reelección en
gran medida permite el fortalecimiento de la oposición en la medida que esta se
organiza al ver que su adversario es muy fuerte. Sin embargo, en el caso
colombiano se puede ver los dos lados del espectro, un principio si bien la
oposición si se organizó, a la cabeza El Polo Democrático Alternativo, logro
posicionarse como el primer partido de izquierda de Colombia y alcanzó varias
curules en el congreso y la Alcaldía de Bogotá. Ahora se ha visto en declive y
la oposición ya no tiene ni pies ni cabeza está desorganizada y en su mayoría
se le vende al mejor postor.
Argentina
La Constitución
reformada en 1994 regula en forma muy explícita algunas atribuciones del Poder
Ejecutivo, como su facultad para emitir decretos de necesidad y urgencia,
vetar parcialmente las leyes así como las condiciones de la delegación
legislativa.
La reforma
constitucional deja sin delimitar los alcances de las circunstancias excepcionales
y con ello le otorga al presidente que los declare un gran poder, el poder de
legislar. No obstante, ni aún en situaciones excepcionales podrá el Poder
Ejecutivo ejercer funciones de legislador en materia penal, tributaria,
electoral o con relación al régimen de los partidos políticos. La disposición
constitucional prescribe que una ley especial sancionada con el voto de la
mayoría absoluta de los miembros de cada Cámara, regulará el trámite y los
alcances de la intervención del Congreso. El decreto de necesidad y urgencia
debe ser decidido por el Presidente en un acuerdo general de ministros y junto
al Jefe de Gabinete. Todos ellos deben refrendar el decreto y respecto a él son
solidariamente responsables. El Jefe de Gabinete, dentro de los diez días de
emitido el decreto debe presentarse ante el parlamento a los efectos de que la
Comisión Bicameral Permanente (cuya formación debe respetar las
representaciones políticas de cada Cámara) creada por mandato del mismo
artículo 99, controle el decreto en cuestión. La Comisión tiene diez días para
elevar su dictamen al plenario de cada Cámara a fin de que aprueben la norma. (López,
2001)
Asi mismo, la
Convención Constituyente eliminó el requisito de seguir el culto católico para la
elegibilidad del presidente y además redujo su mandato a cuatro años. No sólo
cambio eso sino que también se estableció que el presidente puede ser
reelecto en forma inmediata por un nuevo período, una disposición que
favorecería inmediatamente a Carlos Menem y que de hecho lo hizo puesto que
el fue reelecto al igual que Uribe en Colombia. Debido a que, se estipuló que
la norma se aplicaría al presidente en ejercicio al momento de sancionarse la
reforma constitucional, considerando aquel mandato como primer ciclo
presidencial. Si bien autores como Natalio Botana consideran que admitir la
posibilidad de reelección presidencial deja de lado una de las características
más importantes de los sistemas presidencialista y de permite crea una
hegemonía al Poder Ejecutivo (Botana, 1995), Es posible afirmar que, que
brinda a la ciudadanía el medio de mantener en el poder a aquellos presidentes
que estima han hecho un buen gobierno, a manera de reconocimiento y de
premiación. Y como se mencionó anteriormente esto fortalecerá a la oposición.
En materia
judicial, la Constitución reformada le dio autonomía funcional, rango
constitucional y autarquía financiera al Ministerio Público y creó el Consejo
de la Magistratura con las funciones que ya hemos explicado. También se
modificó el procedimiento de selección de jueces inferiores y miembros de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Un punto bastante
interesante es que, para el avance de los Derechos Humanos la ley fundamental
reconoció rango constitucional a una serie de tratados internacionales de
derechos humanos, situándolos por encima de las leyes ordinarias en la pirámide
de organización jurídica (artículo 75 inciso 22). Incorporó un capítulo de
nuevos derechos que incluye los llamados derechos de incidencia colectiva
(derechos a la preservación del medio ambiente, el derecho del consumidor y el
usuario); el derecho a interponer acciones de amparo frente a acciones u
omisiones lesivas de derechos y garantías constitucionales; el derecho al
habeas data y el habeas corpus. Consagró la iniciativa popular para el
tratamiento de leyes y la consulta popular para decidir la aprobación de las
leyes.
Se puede resumir
que la reforma cambió el sistema en términos de la supresión del colegio
electoral en la elección a presidente, la elección directa de los senadores
unida a la reducción de su mandato y la autonomía de la ciudad de Buenos Aires
como eje político, habrían implicado un recorte a los poderes provinciales,
hijo de la transacción entre Alfonsín y Menem, “representando” éste último en
la mesa de negociación a las provincias del interior argentino.
Conclusiones
Menem y Uribe, son dos líderes que
quedaran escritos en los anales de la historia de cada uno de los respectivos
países, tanto para Colombia como para Argentina, esto gobernantes cambiaron el
rumbo de los Estados he hicieron que sus mandatos se convirtieran una verdadera
obra maestra de las negociaciones.
Siguiendo con esta línea de
pensamiento se puede concluir que, tanto Menem como Uribe, sin contar sus
diferencias de temporalidad y la forma de expresarse y de gobernar, ambos
lograron avanzar en su periodo presidencial gracias a su capacidad de negociar
y de transar con las otras ramas del poder pero sobretodo con el congreso. Por
un lado, Menem con su pacto de olivos logro consolidarse como el mandatario
bisagra para historia argentina y sacar adelante una reforma que permitiría en
primera medida su reelección y además alcanzar una serie de facultades que lo
ayudaría a consolidarse como un líder neodecisionista. Por su lado, la reforma
de Uribe fue mucho, menos pretenciosa que la de Menem puesto que, su gran fin
no era la institucionalización del decretismo sino posicionarse como el gran
líder de Colombia y hacerse reelegir.
Por lo tanto, se puede afirmar que la
reforma de Menem le gana a la de Uribe en términos que cambiar un precedente y
de hacer que el decretismo se institucionalizar como forma de gobernar y de
sacar adelante los proyecto. Sin embargo no hay que dejar de lado que ambos son
unos grandes artistas si se habla en términos de negoción y de alcanzar sus
objetivos a toda costa.
Finalmente queda preguntarse si
aquellas reformas, solucionaron por un lado la crisis de gobernabilidad que
ambos Estados, y que si es el decretismo una forma de llevar adelante los
gobiernos de aquellos lideres siempre tan populares y siempre tan odiados.
Buenos o malos, Dioses o Diablos, son
términos que no se deben usara para tratar a estos mandatarios, lo cierto está
en la bandeja de colores que se utilice y tanto Uribe como Menem pueden
considerarse un arcoíris, donde lo uno real es que sus actuaciones sentaron un
precedente nunca antes visto en ninguna de sus naciones
Universidad Externado de Colombia.
Carrera Gobierno y RRII.
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