Resumen
El ensayo hace un análisis, a la luz de las diferentes teorías sobre el voto, de la relación existente entre la eficiencia gubernamental y la preferencia electoral del ciudadano, estudiando los casos de los municipios de Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco, México.
Se argumenta que, al menos a nivel de gobiernos locales, existen evidencias empíricas y casos problemáticos que llevan a dudar sobre la tesis de que los buenos resultados de una administración pública se traducen automáticamente en capital político para los gobernantes en turno en sus futuras aspiraciones electorales y que también un pobre ejercicio de gobierno no necesariamente se traduce en reprobación o castigo electoral por parte de los ciudadanos.
Se concluye que la eficiencia gubernamental no es la única variable que permite explicar la preferencia política entre los ciudadanos. El caso de Guadalajara y Tlajomulco muestra que moldear la preferencia electoral es un proceso multifactorial. Los factores que también inciden en el comportamiento del votante en la formación de la preferencia electoral son la identidad partidista, las características distintivas de los candidatos, como lo es la imagen, el carisma, el arraigo, el liderazgo, la historia personal y sus competencias comunicativas, así como las estrategias proselitistas que impulsen dichos políticos.
Palabras clave. Eficiencia gubernamental, preferencia electoral, conducta y comportamiento del votante, Guadalajara, Tlajomulco de Zúñiga, gobiernos locales, alcaldes, elecciones, Jalisco, 2012.
Abstract
Using different theories about voting, the present essay analyzes the relationship between governmental efficiency and citizen’s electoral preference at Guadalajara and Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, México.
At least at a local level there would be empiric evidence and some problematic cases that would prove that it is not always true that good results of an administration could translate in an automatic way as political resources for political leaders in the following elections. In the same way not always a bad administration means the end of political chances as a sort of punishment imposed by citizenship.
As a conclusion we say that governmental efficiency is not the only factor that can explain citizen preferences. Guadalajara and Tlajomulco cases show that many factors take part in the process of preference building. Factors that can influence voter behavior can also be party identity, distinctive characteristics of candidates such as images, charisma, strong popular support, leadership, personal story, abilities to communicate and propaganda strategies implemented by those politicians.
Key words: governmental efficiency – electoral preference – voter behavior – Guadalajara,– Tlajomulco de Zúñiga – local government – mayors – elections – Jalisco - 2012
Eficiencia Gubernamental y
Preferencia Electoral:
El caso de los alcaldes de Guadalajara y
Tlajomulco de Zúñiga en Jalisco, México.
Dr. Andrés Valdez Zepeda*
Mg. José Luis Flores Espinoza**
Mg. Sergio Díaz González ***
- Planteamiento del problema
Generalmente, existe la creencia que la eficiencia gubernamental, entendida ésta como la consecución de un buen gobierno o una administración de buenos resultados, genera una mayor popularidad del funcionario en turno que encabeza la administración pública. A su vez, se supone que ésta alta popularidad, se puede traducir, en un contexto electoral, en activos políticos para el gobernante, de tal forma que las preferencias de los votantes, ante la posibilidad de que el funcionario compita en el futuro en una elección para ocupar otros cargos de elección pública, se ven incrementadas. De la misma forma, existe la creencia de que un gobierno de pobres o malos resultados generaría poco apoyo popular para el gobernante en funciones en caso de que éste decida postularse para ocupar otro cargo de elección popular en elecciones venideras.
Sin embargo, si se revisan algunos casos de gobiernos municipales se puede encontrar que este supuesto no necesariamente es cierto, por lo que no existe una relación positiva entre eficiencia gubernamental y alta popularidad electoral del gobernante en turno, que encabeza la administración pública. De la misma forma, podemos encontrar casos en los cuales a pesar de que la misma ciudadanía evalúa mal al gobernante, le otorga una mayor simpatía electoral.
Es decir, las teorías que explican el “voto de resultados” o el también llamado “voto retrospectivo” no necesariamente explican todos los casos presentes en el ámbito electoral. Por ejemplo, en los casos específicos de Guadalajara y Tlajomulco, por un lado, existe una mala evaluación del presidente municipal de la Perla Tapatía (Jorge Aristóteles Sandoval) por parte de los ciudadanos, sin embargo, aparece como el político con más posibilidades de ser electo como gobernador del estado de Jalisco, de cara a la elección del 2012. Por su parte, el alcalde de Tlajomulco de Zúñiga, Enrique Alfaro, es el presidente municipal mejor evaluado por su ejercicio de gobierno en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Sin embargo, aparece con muy pocos apoyos o posibilidades para ser electo, en el caso de que fuera candidato a gobernador del estado.
En este sentido, existen evidencias empíricas y casos problemáticos que llevan a dudar sobre la tesis de que los buenos resultados de una administración pública se traducen automáticamente en capital político para los gobernantes en turno en sus futuras aspiraciones electorales y que también un pobre ejercicio de gobierno no necesariamente se traduce en reprobación o castigo electoral por parte de los ciudadanos. Al parecer, para los casos que se analizan son otros los factores que inciden también en la construcción de una candidatura exitosa, como puede ser la identidad partidista, las estrategias de campaña o el carisma e imagen de los propios candidatos. Es decir, la eficiencia o ineficiencia en el ejercicio de gobierno no implica necesariamente una mayor o menor popularidad electoral.
- Justificación
Uno de los retos principales de las nuevas democracias, consiste en lograr una mayor legitimidad social a partir de la generación de políticas públicas que se traduzcan en solución de los problemas que enfrenta la sociedad y en generar las condiciones para un mejor desarrollo social, económico y cultural de las naciones. Sin embargo, bajo un contexto de crisis económica, una creciente reducción de los ingresos fiscales de los gobiernos, un alto endeudamiento público y una nomina gubernamental abultada, las posibilidades de generar un gobierno de buenos resultados, caracterizado por la eficiencia y eficacia de sus políticas públicas, se ven ampliamente reducidas.
Ahora bien, sobre la relación existente entre eficiencia gubernamental y popularidad electoral se han hecho algunos estudios generalmente a nivel macro en los que se considera que la eficiencia o ineficiencia de un gobierno predefine el comportamiento futuro del elector en comicios constitucionales. Sin embargo, no hay estudios a nivel micro para elecciones internas o a nivel de casos de gobiernos en el ámbito municipal en la que este tipo de planteamientos hayan sido medidos a partir de encuestas. Es decir, este estudio se justifica en la medida que se sustenta en una investigación cuantitativa sobre un caso no estudiado a nivel de precampaña, aplicable a los municipios de Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga pertenecientes al estado de Jalisco, México.
El estudio, además, se justifica en la medida que los resultados y conclusiones pueden generalizarse a otros gobiernos locales, ya que los casos estudiados, de cierta manera, son representativos de municipios conurbados pertenecientes a zonas metropolitanas. Asimismo, hay otros casos de funcionarios en los distintos niveles y ordenes de gobierno que aspiran a ocupar otro cargo de elección popular en elecciones subsecuentes, por lo que las conclusiones de esta investigación les pueden ser de utilidad para mejor entender la relación e interrelación que se da entre la percepción ciudadana sobre la eficiencia gubernamental y su preferencia electoral de cara a comicios próximos.
Finalmente, este estudio también ayuda a entender mejor los diferentes factores que inciden en la definición de la preferencia electoral de los ciudadanos, ya que la conducta y comportamiento de los votantes se ve impactada por diferentes variables y no solamente por la evaluación retrospectiva que hagan los ciudadanos sobre el desempeño del partido en el gobierno.
- Objetivos
Los objetivos que buscó alcanzar esta investigación fueron los siguientes:
- Realizar un estudio que nos permita conocer si existe o no relación entre la eficiencia gubernamental y la preferencia electoral de los ciudadanos.
- Sabe si esta relación, si es que se presenta, es de carácter positivo o negativo.
- Conocer qué otros factores inciden en la preferencia electoral de los votantes.
- Estudiar los casos de los alcaldes de Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga de cara a las próximas elecciones para gobernador programadas para julio del 2012 en el estado de Jalisco, México.
- Preguntas de investigación
¿Existe o no relación entre la percepción ciudadana sobre la eficiencia gubernamental y las preferencias políticas de los votantes bajo un contexto electoral? En caso positivo, ¿Qué tipo de relación es ésta? ¿Qué papel juega la eficiencia gubernamental en la definición de la preferencia electoral de los ciudadanos? ¿Qué otros factores inciden en moldear la decisión de los ciudadanos sobre la orientación de su preferencia electoral?
- Hipótesis de trabajo.
- No existe relación significativa entre la percepción sobre la eficiencia gubernamental y las preferencias electorales de los ciudadanos, ya que la eficiencia gubernamental es un factor que toma en cuenta la ciudadanía sólo de manera marginal cuando define su preferencia electoral y la orientación de su voto.
- En una época de creciente personalización de la política, el carisma e imagen de los candidatos son factores importantes en la definición de la preferencia electoral y la orientación del voto de los ciudadanos. De igual forma, la identidad partidista y las estrategias de campaña también cumplen un papel primordial en la orientación del voto de los electores.
- Metodología
Para realizar, la presente investigación se efectuó una extensa revisión documental sobre textos, ensayos y escritos relacionados con la temática estudiada. Asimismo, se utilizaron dos encuestas realizadas por el periódico Mural de Guadalajara, Jalisco, durante los meses de junio y julio del 2010. Estas encuestas fueron levantadas en vivienda, cara a cara, en la que participaron personas mayores de 18 años que viven en los municipios de Guadalajara y Tlajomulco, respectivamente.1 En la primera encuesta, las entrevistas fueron realizadas en vivienda cara a cara a personas mayores de 18 años entre el 5 de junio y el 4 de julio del 2010 en los cinco municipios de la zona metropolitana. Sin embargo, para el presente estudio sólo se tomaron los casos de Guadalajara y Tlajomulco. En este último municipio, se realizaron 315 entrevistas los días 26 y 27 de junio y 420 entrevistas en Guadalajara los días 3 y 4 de julio del 2010.
Sobre la segunda encuesta, ésta fue de alcance estatal, realizada los días 17, 18, 24 y 25 de julio del 2010 a 810 jaliscienses adultos. El muestreo fue multi-etapico de tipo probabilístico con base en las secciones electorales del estado de Jalisco. Se seleccionaron 54 puntos de levantamiento. Las entrevistas se realizaron de manera personal en vivienda. Tanto la vivienda como el entrevistador se seleccionaron de forma aleatoria sistemática en cada punto. Se utilizaron cuotas de corrección muestral de género y edad de acuerdo con la representatividad en Jalisco. El 56 por ciento de las entrevistas se realizaron en los municipios de la zona conurbada de Guadalajara y el 44 por ciento en el resto de municipios.2 En total se realizaron entrevistas en 28 municipios. El margen de error teórico de la encuesta fue de +- 3.5 por ciento con un nivel de confianza estadístico del 95 por ciento. 3
Para esta investigación, se procedió también a realizar una revisión bibliográfica sobre las teorías que explican el comportamiento del elector, enfatizando en las teorías que explican el comportamiento del votante a partir de la evaluación que hacen los ciudadanos sobre el desempeño de sus gobernantes, conocida como teoría del voto retrospectivo o teoría del voto basada en resultados. Finalmente, se realizó una revisión extensa hemerográfica, en base de datos y en Internet de estudios y artículos sobre el impacto que la eficiencia o ineficiencia gubernamental genera en la conducta de los electores, así como de otras teorías que explican el comportamiento de los votantes.
- Estado del arte
La eficiencia o ineficiencia gubernamental y su relación con el comportamiento electoral ha sido ampliamente estudiado a nivel de elecciones nacionales (Fiorina, 1981; Lewis-Beck, 1988; Norpoth, Lewis-Beck y Lafay, 1991). De acuerdo a estos autores “si los ciudadanos perciben que su situación empeoró con respecto a la situación que tenían antes de la última elección, en la siguiente elección votarán en contra de los candidatos del partido en el gobierno. Si por el contrario, perciben que se gobernó bien el voto sería a favor del partido gobernante. Es decir, la eficiencia del gobierno en turno genera un voto retrospectivo, también llamado voto de resultados, y la ineficacia gubernamental genera, por su parte, un voto de castigo.
En este sentido, este tipo de voto se define en razón a la evaluación que hacen los votantes respecto de las actuaciones de los partidos que están tanto en el gobierno, como en la oposición.4 Es decir, los electores evalúan el desempeño de los partidos y sus gobernantes (y dirigentes) y en razón de esta evaluación, deciden orientar su voto.5 De tal forma, que ante la presencia de un buen gobierno, los electores tenderán a votar por el partido o coalición gobernante. Por el contrario, la percepción de un mal gobierno impulsará a muchos electores a votar por la oposición. De acuerdo a estos postulados, el voto se convierte en un plebiscito en la que los ciudadanos evalúan el desempeño de los partidos, principalmente del partido en el gobierno, y en razón de esta evaluación, deciden la orientación de su voto.
Este tipo de voto retrospectivo, forma parte de la denominada teoría racional, la cual sostiene que los electores votarán a la alternativa que les brinde mayores beneficios a nivel personal y general, de acuerdo a los cálculos que hagan sobre las ventajas y desventajas que generen las opciones políticas contendientes que se disputan la titularidad de la representación pública (Arrow, 1951, 1994 y 1996; Downs, 1957; Black, 1958; Buchanan y Tullock, 1962). Esta teoría apunta, además, que las utilidades esperadas por los votantes de la acción política de los diversos partidos y candidatos contendientes en las campañas electorales generan preferencias sobre sus diversos cursos de acción. De igual forma, la percepción social sobre el impacto de las políticas públicas sobre su propio bienestar y los resultados de la acción de gobierno (Key 1966) son elementos fundamentales que inciden en la orientación del voto de los ciudadanos (Fiorina, 1981; Álvarez, 1997; Arrow, 1996; Tversky y Kahneman, 1982).
Otra de las teorías, que tratan de explicar el comportamiento de los electores y la orientación de su voto, en relación con el desempeño o mal desempeño gubernamental es la relacionada con el voto de protesta. Este tipo de voto, también llamado voto de ira, es aquel que se genera motivado por el hartazgo, el descontento, la inconformidad, el malestar y la irritación social en contra de algunos de los partidos contendientes o sus candidatos y/o sus plataformas político- ideológicas. Es el voto de protesta, también llamado voto negativo. La percepción sobre la ineficiencia gubernamental y el abuso de poder pueden ser motivadores de este tipo de voto de protesta, en contra del funcionario o partido gobernante.
Michael Gant y Dwight Davis (1984) definen el sufragio negativo cuando un elector decide la orientación de su voto motivado no por la simpatía hacia alguien o algo (candidato, partido o plataforma electoral) sino por su antipatía. Es en este sentido, es un voto “en contra” y no “por.” Estos autores apuntan que, muchas veces, es más fácil que los ciudadanos se movilicen más, en términos electorales, en contra de que a favor de. En este mismo sentido, Joseph Napolitan (1997), uno de los mejores consultores del orbe, señalaba “Es más fácil conseguir que la gente vote en contra de alguien o algo, que lo haga a favor de algo o de alguien.” 6
Analizando el caso de las elecciones presidenciales en el 2000 y 2006 en México, Juan Luis Hernández Avendaño (2009) señala que “votar contra y no por podría ser una de las principales características de las democracias emergentes.7 Al respecto, René Delgado señala que “los comicios electorales no son oportunidades para elegir políticas, sino ocasión para castigar agravios.”8
Sin embargo, también existen otras teorías que tratan de explicar el comportamiento de los votantes y la orientación de su voto, por ejemplo, en razón a las características distintivas, perfil y capacidad de liderazgo de los candidatos que compiten por un puesto de elección popular. Al respecto, Bianco (1998), Wattenberg (1991), King (2001), Rico (2002) y Brettschneider y Gabriel (2002) señalan que la personalización de la política y el efecto del liderazgo de los candidatos son factores significativos para el resultado de las elecciones, generando, por lo tanto, un efecto persuasivo en la conducta y comportamiento de los electores, principalmente bajo regímenes presidenciales y en democracias emergentes.
De hecho, en las democracias emergentes se vive una fuerte tendencia hacia la personalización de la política, en la que el electorado decide votar tomando en consideración quién es el candidato que se postula, más que el partido o la plataforma electoral que se propone. Es decir, la imagen, carisma, arraigo, liderazgo, historia personal y las competencias de los candidatos que son postulados para un cargo de elección popular son factores determinantes para definir el resultado de una elección.9
Existe otra teoría que señala que el éxito o fracaso en las campañas, depende del tipo de estrategia electoral que se articule durante los comicios. Es decir, esta teoría sostiene que las campañas electorales se ganan o se pierden a nivel estratégico o táctico, ya que el éxito de la campaña depende de las estrategias impulsadas (Rickmann y Manhanelli, 1994; Medvic 2006). Esto es, las estrategias que se articulen y se implementen antes y durante la campaña electoral determinan, de cierta manera, el éxito o el fracaso en la elección (Shaw 2006; Garrett et al 2006; Fisher 2006).
En la política, la estrategia es la manera cómo y para qué el partido utiliza sus recursos, aptitudes, fuerzas y medios en dirección a un objetivo (Druckman y Jacobs, 2008). En el área de las campañas electorales, las estrategias son consideradas como los cursos de acción planeados para ganar una elección (Ramirez, 2007). La estrategia de una campaña es simplemente la forma cómo ganar (Noguera, 2006).
En la disputa electoral, la estrategia puede determinar el éxito o el fracaso de una elección (Hambrick y Fredrickson 2001). Una campaña sin estrategias o, con estrategias inadecuadas o desarticuladas, seguramente será una perdedora. Por el contrario, una campaña con estrategias adecuadas, seguramente, será una campaña ganadora (Howard 2005).
En otras palabras, la estrategia es la forma de llegar al poder. Es una manera inteligente de alcanzar los objetivos y superar a la competencia. Es como un juego de naipes, en la que a pesar de que, desde el inicio, le tocó a un individuo un mal juego de cartas, logra, al final, ganar la partida. Si el contrincante, a pesar de que tenía un mejor juego de cartas, pierde el juego, es que no tuvo o no supo diseñar una buena estrategia para vencer (Durán, 2002).
En las campañas electorales, el tipo y calidad de la estrategia puede ser la diferencia entre el éxito y la derrota. Una campaña exitosa generalmente lo es, por el tipo de estrategias utilizadas con respecto a la competencia. Por su parte, una campaña sin estrategias o con estrategias equivocadas usualmente es una campaña perdedora (Rose 2005; Rori 2008).
- Hallazgos
En este caso, los hallazgos se desprenden de las dos encuestas en comento: una sobre la evaluación que hacen los ciudadanos sobre el desempeño de los alcaldes de Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga y, la otra, sobre el nivel de preferencia de los electores respecto de dos de los posibles candidatos a la gubernatura del estado para el 2012.
De acuerdo con la primera encuesta levantada por el periódico Mural de Guadalajara, Jalisco, se encontró lo siguientes:
A seis meses de inicio del actual gobierno, ¿aprueba o desaprueba el trabajo realizado por su alcalde?
|
Guadalajara,
Aristóteles Sandoval |
Tlajomulco,
Enrique Alfaro |
Lo aprueba |
46% |
61% |
Lo desaprueba |
35% |
28% |
No contestó |
19% |
11% |
Por otro lado, sobre el promedio de calificación que le otorgan los ciudadanos a sus presidentes municipales se encontró lo siguiente: ¿Cuál es la calificación promedio que le otorga Usted a su alcalde? Aristóteles Sandoval, Guadalajara 6.13 y Enrique Alfaro (Tlajomulco de Zúñiga) 6.84.
Sobre las mejoras o cambios que la ciudadanía ha observado con el arribo de los nuevos presidentes municipales, se encontró lo siguiente:
¿Ha sentido algún cambio en la administración de su
municipio con la llegada del nuevo gobierno?
|
Guadalajara
Aristóteles Sandoval |
Tlajomulco
Enrique Alfaro |
No ha habido cambios |
57% |
41% |
Si, para mejorar |
31% |
51% |
Si, para empeorar |
9% |
6% |
Ahora bien, respecto de las preferencias electorales de cara a lo que puede ser la contienda para gobernador del estado de Jalisco y en la que se señala como posibles candidatos a los alcaldes de Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga se encontró lo siguiente, planteando tres escenarios posibles.
¿Si hoy hubiera elección para gobernador de Jalisco y
los candidatos fueran… por cuál votaría Usted?
PRIMER ESCENARIO
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|
PRI |
Aristóteles Sandoval |
41% |
PAN |
Fernando Guzmán |
23% |
PRD |
Enrique Alfaro |
14% |
Ninguno |
|
9% |
No sabe/No contestó |
|
13% |
SEGUNDO ESCENARIO
PRI |
Aristóteles Sandoval |
47% |
PAN |
Abraham Gonzalez |
17% |
PRD |
Enrique Alfaro |
13% |
Ninguno |
|
8% |
No sabe/No contestó |
|
15% |
TERCER ESCENARIO
PRI |
Aristóteles Sandoval |
45% |
PAN y PRD |
Enrique Alfaro |
38% |
Ninguno |
|
8% |
No sabe/No contestó |
|
9% |
|
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En una escala de 0 a 10, donde 0 quiere decir que tiene una mala opinión y 10 que tiene una buena opinión de él ¿Podría decirme cuál es su opinión acerca de … o no lo conoce suficientemente para opinar?
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Positivas |
Negativas |
Sin opinión |
Diferencia |
Promedio |
Aristóteles |
47% |
12% |
41% |
+35 |
7.2 |
Enrique Alfaro |
25% |
13% |
62% |
+12 |
6.2 |
- Análisis e interpretación de resultados
Los cuadros anteriores muestran que el alcalde de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval, mantenía un porcentaje menor de aprobación (46%) por parte de los ciudadanos del municipio que el alcalde de Tlajomulco de Zúñiga, Enrique Alfaro, quien mantenía un 61 por ciento de aprobación ciudadana. Por su parte, el nivel de desaprobación era menor en Tlajomulco (28%) que en Guadalajara (31%). De igual forma, la calificación que los ciudadanos entrevistados otorgaban a Jorge Aristóteles Sandoval (6.13%) era menor a la que otorgada a Enrique Alfaro (6. 84). Es decir, la eficiencia gubernamental indicada por los ciudadanos en forma de calificación numérica era más alta en Tlajomulco que en Guadalajara.
Respecto de los cambios observados por la ciudadanía con la nueva administración municipal, también en Tlajomulco de Zúñiga la gente expresó mayoritariamente (51%) que había sentido que los cambios habían sido para mejorar, mientras que en Guadalajara el porcentaje de opiniones en este sentido fue tan sólo de 31%. En este municipio, el 57 por ciento señaló que no había sentido algún cambio en la administración municipal con la llegada del nuevo gobierno, mientras que en Tlajomulco este porcentaje fue menor en 10 puntos porcentuales (41%). Es decir, también en esta variable el alcalde de Tlajomulco tenía una mejor calificación por parte de la ciudadanía que el de Guadalajara. 10
En otras palabras, en términos de eficiencia gubernamental y de acuerdo a lo que señalan las encuestas, el alcalde de Tlajomulco de Zúñiga ha sido mejor valorado por parte de los ciudadanos que el presidente municipal de Guadalajara.11 Sin embargo, en términos de preferencia electoral, Aristóteles Sandoval genera un mayor porcentaje de simpatías (41%) que el alcalde de Tlajomulco (14%), Enrique Alfaro, de cara a la elección para gobernador del 2012.
Es decir, el caso Guadalajara muestra que la ineficiencia gubernamental no necesariamente genera un rechazo social o la falta de apoyo de los ciudadanos sobre los gobernantes que aspiran a ocupar, al finalizar su encargo, otro puesto de elección popular, como es el caso de Aristóteles Sandoval. Por su parte, el caso Tlajomulco muestra que la eficiencia gubernamental manifestada en la aprobación del ejercicio de la administración pública tampoco implica un mayor beneficio político electoral, ya que a pesar de que Enrique Alfaro obtuvo una mayor calificación por parte de los ciudadanos respecto de su ejercicio de gobierno, esta calificación no se refleja en un mayor porcentaje de simpatías de los electores respecto de sus aspiraciones a la gubernatura del Estado.
Esta situación puede deberse a tres factores. Primero, la identidad partidista del ciudadano, que en este caso es más favorable hacia Aristóteles Sandoval quien es militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y menos favorable para Enrique Alfaro quien ganó la elección en Tlajomulco de Zúñiga como militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD). De acuerdo a Consulta Mitofsky, para agosto del 2010 la identidad partidista para el PRI era de 33.3 por ciento, mientras que para el PRD era de 9.8 por ciento. Por su parte, el rechazo partidista para el PRI era de 16.2 por ciento, mientras que para el PRD era de 36.7 por ciento.12
El segundo factor a considerar en la explicación de esta disonancia es el carisma o imagen de los alcaldes, ya que el presidente municipal de Guadalajara es mucho más carismático y tiene una mejor imagen que el de Tlajomulco de Zúñiga. Es decir, la segunda encuesta lo que refleja es una identidad personal del elector generada por el carisma e imagen de los alcaldes, manifestada a través de su simpatía hacia el alcalde de Guadalajara y menor respecto del presidente municipal de Tlajomulco.
Un tercer factor explicativo puede ser el tipo de estrategia propagandística utilizada por los dos alcaldes, ya que mientras Aristóteles Sandoval ha iniciado una campaña estatal con presencia en medios de comunicación y de visitas a ciudades y regiones más pobladas del estado de Jalisco para establecer vínculos y compromisos políticos, Enrique Alfaro ha mantenido una presencia sólo en la zona metropolitana de Guadalajara.
- Conclusiones
Producto del presente estudio, se puede concluir que para los casos analizados (Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga) no existe relación significativa entre la percepción sobre la eficiencia gubernamental y las preferencias electorales de los ciudadanos, ya que la eficiencia gubernamental es un factor que toma en cuenta la ciudadanía sólo de manera marginal cuando define su preferencia electoral y la orientación de su voto. Al parecer, en una época de creciente personalización de la política, el carisma e imagen de los candidatos son factores importantes en la definición de la preferencia electoral y la orientación del voto de los ciudadanos. De igual forma, la identidad partidista y las estrategias de campaña también cumplen un papel primordial en la orientación del voto de los electores.
Si se analiza este fenómeno en una perspectiva global, hay casos como el de Colombia13 y Brasil14 en 2010, en la que la eficiencia gubernamental es un factor que toma en cuenta la ciudadanía para manifestar su simpatía y apoyo hacia un candidato o partido que ha encabezado una determinada administración pública. De igual forma, en algunos otros casos la ineficiencia gubernamental es un factor que motiva a los electores para manifestar su voto de protesta, castigando a los malos gobiernos (Estados Unidos 2008).15 Ahora bien, a nivel de gobiernos locales, en los casos analizados, se encontró que a pesar de que el alcalde de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval, fue mal calificado por los ciudadanos, resultó ser el que más simpatías y preferencia tenía al momento de levantar la encuesta para que sea candidato a la gubernatura del estado. Por el otro lado, se encontró que el caso Tlajomulco muestra que a pesar de que su alcalde, Enrique Alfaro, es mejor evaluado que el alcalde de Guadalajara, está muy por debajo de Aristóteles en las preferencias electorales.
Al parecer, de cara a las elecciones para gobernador del estado de Jalisco, más que la evaluación del desempeño en el gobierno, lo que la ciudadanía está considerando son el partido que postula a los candidatos, o sea la identidad partidista, las características distintivas de los propios candidatos (imagen y carisma de los aspirantes) y el tipo de campaña que estos impulsan (estrategias de posicionamiento y contacto con los electores).
En este sentido, se puede concluir que la eficiencia gubernamental no es la única variable que permite explicar la preferencia política de los ciudadanos. El caso de Guadalajara y Tlajomulco muestra que la preferencia electoral es un proceso complejo en la cual intervienen muchas variables, como la identidad partidista, las características distintivas de los candidatos (su imagen, carisma, arraigo, liderazgo e historia personal y sus competencias comunicativas), así como las estrategias proselitistas que impulsen dichos políticos.
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WATTENBERG, M. P. (1991). The rise of candidate centered politics. Cambridge, MA: Harvard University Press.
Acerca de los autores
* Andrés Valdez Zepeda. Maestro en Administración Pública y Doctor en estudios latinoamericanos con especialidad en ciencia política por la Universidad de Nuevo México. (USA). Autor de los libros Campañas electorales inteligentes, La guerra sucia en las campañas electorales, Estrategia total en campañas electorales: estudios de casos exitosos, y El arte de ganar elecciones. Miembro del sistema nacional de investigadores. Profesor de la Universidad de Guadalajara azepeda@cucea.udg.mx
** José Luis Flores Espinosa. Maestro en Administración por la Universidad de Guadalajara. Secretario de finanzas de la delegación académica de la División de Gestión Empresarial del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara. Profesor del Departamento de Administración del CUCEA de la Universidad de Guadalajara.
***Sergio Díaz González. Maestro en Ciencias de la Educación en el área de planeación educativa. Profesor universitario desde 1983 en la Universidad de Guadalajara, delgado académico del CUCEA de la División de Gestión Empresarial 2002-2004 y 2004 -2006. Ha participado activamente en cuatro campañas nacionales y seis a nivel local. Actualmente, se desempeña como docente en el departamento de Administración de la Universidad de Guadalajara.
1 En el caso de la primer encuesta, no suman 100 por ciento porque se omiten las respuesta No sabe.
2 Nota: las opiniones negativas incluyen las respuestas del 0 al 5, las positivas del 6 al 10; la diferencia se obtiene restando las opiniones negativas a las positivas y el promedio es el resultado de sumar el total de las calificaciones entre la cantidad total de respuestas efectivas.
3 Realización: Departamento de Opinión Pública de MURAL. Coordinación: Roberto Gutiérrez. Muestreo: Lissete Ochoa. Campo: Oscar Ramírez. Codificación y captura: Cristóbal Escudero. Supervisión: Adrian Farian. En el levantamiento participaron 23 entrevistadores y 5 supervisores.
4 El voto plebiscitario no solo evalúa a los partidos gobernantes sino también a los que están en la oposición. Si los ciudadanos consideran que los opositores han tenido un desempeño adecuado, sus planteamientos y acciones han sido responsables y acordes a lo que la circunstancia y el interés público demanda, entonces también evaluarán su desempeño. En este sentido, el voto también se convierte en un plebiscito en el que también se evalúa a los partidos opositores.
5 Este fenómeno se debe, en gran medida, a la existencia de electores y partidos más pragmáticos, así como a la estandarización y homogeneización de las ideologías partidistas o a lo que se ha denominado el fin de las ideologías.
6 Sobre las elecciones locales realizadas en 14 entidades de la república mexicana el 4 de julio del 2010, el ex gobernador panista Ernesto Ruffo Apple comentó que “La victoria del PAN en Oaxaca, Puebla y Sinaloa no es una alegría de la que deben ufanarse, ya que el electorado votó en contra del PRI más que a favor del blanquiazul .” (Carole Simonnet, Reviran dichos de Ruffo Consejeros de Albiazul, periódico Mural, sección Nacional, 10 de julio del 2010, p. 4.).
7 De acuerdo a Hernández Avendaño (2009) Votar contra y no por alguien es la particularidad del voto negativo.
8 René Delgado, ¿Democracia sin demócratas? Periódico Mural, Guadalajara, Jalisco, México, 10 de julio del 2010, Sección Nacional, p. 6.
9 De acuerdo con Stephens G. Post, los humanos están hechos para sentir y actuar movidos por la empatía (Why good things happen to good people, 2008).
10 En septiembre del 2010, el municipio de Tlajomulco recibió el premio del Buen Gobierno que entrega la Secretaría de Gobernación, al haber calificado en los 39 indicadores que evalúan como parte del programa Agenda desde lo Local. La verificación consistió en corroborar la autoevaluación que hicieron las propias autoridades municipales, en donde valoraron las actividades del ayuntamiento que comprueben que pueden otorgar una adecuada atención a la ciudadanía.
11 De acuerdo a CIMTRA (Ciudadanos por Municipios Transparentes) reconocido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el ayuntamiento de Guadalajara que preside Aristóteles Sandoval obtuvo 31.8 puntos de cien posibles mientras que Tlaiomulco de Zúñiga logró 60 presidido por Enrique Alfaro Ramírez. Para el año 2009, Guadalajara obtuvo una evaluación de 57.7 puntos. Es decir, tuvo una reducción de 25.9 unidades, mientras que Tlajomulco de Zúñiga obtuvo un incremento de 25.8 unidades.
12 Véase Monitor Mitofsky, Economía, gobierno y política, en http://www.consulta.mx/Docs/FusionCharts/EPG02.pdf. Fecha de consulta, 20 de septiembre del 2010.
13 En Colombia hubo elecciones presidenciales en mayo (primera vuelta) y junio (segunda vuelta) del 2010. Ante la imposibilidad constitucional de volverse a postular por tercera ocasión, el presidente Álvaro Uribe apoyó la postulación de Juan Manuel Santos como candidato del Partido Social de Unidad Nacional. La campaña de Santos se sustentó en los resultados y la popularidad del gobierno de Uribe, especialmente en lo referente a seguridad, recuperación económica y combate a los guerrilleros de la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
14 En Brasil se celebraron elecciones el 3 de octubre del 2010. La candidata del Partido de los Trabajadores, Rousseff Silva Dilma Vana realizó campaña sustentándose en los logros que obtuvo Luis Ignacio Lula de Silva como presidente, principalmente en el área de desarrollo económico y empleo.
15 Barack Obama realizó sus campaña presidencial en el 2008 sustentada en los pésimos resultados que había obtenido el presidente George W. Bush durante sus ocho años de gobierno.
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