Resumen
Hoy en día dos de los países principales en lo concerniente al cultivo, la producción y distribución de la cocaína y la marihuana en todo el mundo son Colombia y México. Ambos países latinoamericanos han sufrido una escalada enorme de la violencia, el crimen organizado, la delincuencia y el terrorismo desde fines de los años ochenta. En esa década, Colombia y México se empiezan a distinguir como países de alto riesgo para la seguridad y estabilidad regional e internacional. Con la escalada de violencia local y estatal que ha provocado el desarrollo del narcotráfico, los presidentes que llegaron al poder a Colombia y México a principios de los años noventa, se vieron obligados a acudir a la ayuda externa para restablecer “el orden.” La ayuda proviene de los Estados Unidos. El objetivo de este trabajo es hacer un breve repaso histórico del tiempo en que el narcotráfico realmente se vuelve una cuestión crítica en ambos países, en los contextos regional e internacional. De ahí, el propósito es analizar los acuerdos que han hecho estos países con los Estados Unidos, el Plan Colombia y el Plan Mérida, y la gran controversia que han desatado en las regiones vecinas las negociaciones militares que ambos países han optado por desarrollar con los Estados Unidos. El presente trabajo propone observar la relación intrínseca entre el Plan Colombia y el Plan Mérida y las consecuencias que provocan dichas acciones en las sociedades de Colombia y México.
Abstract
Today, two of the key countries in the cultivation, production and distribution of cocaine and marihuana in the world are Colombia and Mexico. Both of these Latin American countries have suffered a substantial increase in violence, organized crime, delinquency and terrorism towards the end of the eighties. Since that decade, Colombia and Mexico rose to the top of the lists as high risk countries to regional and international security and stability. With the rise in local and state violence caused by the development of drug trafficking, the presidents who assumed presidency in Colombia and Mexico at the beginning of the nineties were obligated to ask for help in their goal to reestablish order. This help came from the United States. The purpose of this paper is to make a brief historic recap of when drug trafficking really became critical for both countries, in a regional and international context. From there the paper analyzes the deals that each country has made with the United States, Plan Colombia and Plan Mérida, and the controversy that has broken out in neighboring regions due to the military based arrangements that both countries have chosen to make with the United States. This investigation intends on analyzing the intrinsic relationship between Plan Colombia and Plan Mérida and the consequences that said accords provoke in Colombian and Mexican societies.
La Relación del Plan Colombia-Plan Mérida y sus consecuencias manifiestas
Por Diana Madriz1
Introducción
La cuestión central: ¿Cuál es el plan de estrategia para combatir el narcotráfico en México y Colombia? ¿Cuáles son las consecuencias reales ahora de los planes de seguridad interna, nacional e internacional que cada país ha determinado para su sociedad? En la actualidad se le día tras día en los periódicos sobre las muertes de civiles en enfrentamientos entre carteles del narcotráfico. Para los países latinoamericanos en especial, se tornó costumbre ver un aumento de violencia interna desde la época de las dictaduras militares en los años setenta y ochenta. Para muchos países la agregación de un nuevo nombre en la lista de desaparecidos o fusilados por parte del gobierno se volvió costumbre. La única diferencia es que los países quienes sufrieron estas desapariciones y fusilamientos durante la segunda mitad del siglo XX vivían bajo dictaduras militares. Hoy en día los dos países que sufren una violencia exagerada que sigue en aumento viven en democracias modernas.2
México y Colombia son dos países muy diferentes en cuento a su desarrollo político, económico y social. México, que comparte una frontera con los Estados Unidos siempre se ve envuelto en una diplomacia complicada por su proximidad con una nación de tan gran potencia. Sus relaciones en cuanto a cuestiones de inmigración y relaciones de comercio, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA), nunca fueron las más favorables, más por el lado de México, especialmente después del ataque a las torres gemelas en el 2001. Aunque un país que ha aumentado en el número de exportaciones a los EEUU, México también sobrelleva una gran pobreza que esta ligada a la violencia interna. Colombia por su parte aunque siempre ha tenido una relación un poco de dependencia con los Estados Unidos, sigue siendo un país con grandes conflictos internos que aumentaron desde el famoso Bogotazo en 1948. Como México, Colombia sufre una gran pobreza que esta ligada a la violencia a través de las guerrillas que están en desacuerdo con el sistema político. Un breve repaso histórico del surgimiento del narcotráfico en los dos países ayuda a entender el contexto en el que este trabajo propone analizar los acuerdos de seguridad que ambos países han hecho con los EEUU.
En Colombia por ejemplo, en los años setenta se empezó a dar, casi fácilmente, la cultivación de la marihuana, lo que se convirtió en el primer fruto de comercio para el país que ya llevaba una larga historia de guerra civil constante no declarada. Con el agregado del narcotráfico a un sistema político y social que sufría de una desigualdad muy marcada, llevo a lo que hoy se conoce como el “narcoterrorismo” o la “narcoviolencia.” Como fueron pasando los años y la exportación de las drogas ilícitas fue creciendo, los grupos que producen y cultivan la mercancía se aliaron con los grupos guerrilleros y de contrainsurgencia, los cuales poseen armas y a los que muchos denominan como terroristas. Es esta alianza entre dos males sociales, que llevan a los presidentes desde Alfonso Michelsen hasta el actual presidente Álvaro Uribe, con mucha diplomacia vinculada a la paz durante la presidencia de Andrés Pastrana, a adoptar planes y estrategias sociales y políticas para combatir el narcotráfico y la violencia. Aunque muchos historiadores argumentan que la verdadera lucha en Colombia es la del narcotráfico, hay mismos representantes colombianos quienes argumentan que la guerra en Colombia contra las drogas no es una sino dos y de múltiples niveles.
México por otro lado, es un país que recientemente ha llegado a la cumbre de la violencia, especialmente fronteriza, por culpa del narcotráfico. Los carteles mexicanos empezaron a triunfar y dominar el espectro en los años noventa cuando las organizaciones Colombianas empezaron a formar alianzas con los narcotraficantes radicados en México. El propósito, claro, era enviar la cocaína de Colombia hacia los Estados Unidos usando a México como un intermediario. La proximidad de México a los Estados Unidos les hizo fácil la transportación de la mercancía colombiana, lo que hizo que los carteles de Sinaloa y Michoacán, principalmente, crecieran rápidamente. En la actualidad México es el mayor productor de la marihuana, así como metanfetaminas y productos de heroína. Aunque en México no existe una guerrilla armada al nivel de las FARC3 en Colombia, no significa que en México los presidentes desde Vicente Fox hasta el actual Felipe Calderón no estén enfrentando un sistema ilícito de mucho poder. Incluso, la infraestructura de muchas ciudades grandes en México han sufrido un devastador golpe por los enfrentamientos entre los carteles de narcotráfico y las fuerzas militares.
Recientemente en ciudades grandes como Durango, Durango agentes de la policía judicial han sido asesinados y lo que es más secuestrados por su participación en la lucha contra el narcotráfico. Cancún, una de las ciudades más transitadas por el turismo, que llega especialmente de los EEUU, también ha alcanzado las listas de ciudades de alto riesgo por las peleas entre carteles de narcotráfico. El 21 de junio de este año la policía judicial arrestó a 21 personas en Cancún por su presunta participación en el secuestro y el asesinato de doce personas y la desaparición de siete más.4 Aunque a diferencia de Colombia México no esta peleando una guerra civil no establecida, esta peleando una guerra contra el narcotráfico que esta cada día más escalado en violencia y esta dejando la idea de seguridad, un concepto ambiguo para la población mexicana.
La crisis económica de países como Colombia y México puso el tráfico de drogas ilícitas como una atracción grande, especialmente por el aumento del consumo de estas drogas en los países industrializados. Los Estados Unidos, de todos los países industrializados dominaba y hasta la fecha sigue dominando las compras de las drogas ilícitas. Los EEUU es el país líder en el consumo de drogas en el mundo y a ninguna sorpresa Colombia le sigue en segundo lugar con el mayor consumo de cocaína. Lo que es más, es que según estudios recientes que se han hecho en varias partes de los EEUU señalan que los latinos son los mayores consumidores de la cocaína. Un sesenta por ciento de los consumidores en los EEUU son latinos, lo que sigue en aumento desde 1992.5
El negocio de ventas y compras entre narcotraficantes en Colombia y grupos de consumidores en los Estados Unidos empezó el vínculo de narcotráfico e inseguridad en los dos países. Colombia al igual que enfrentar una guerra civil no declarada, enfrenta un conflicto con sus países vecinos; Ecuador, Perú y Venezuela. La inseguridad que el problema del narcotráfico produce en Colombia también se traspasa a los países vecinos porque por los narcos en Colombia usan las fronteras con estos países como refugio.
A diferencia de Colombia, la proximidad de México a los Estados Unidos hace que México represente una amenaza más fuerte y real para la seguridad Estadounidense. Aún más fuerte es el vínculo mismo que tienen Colombia y México en cuanto al transporte de la mercancía de América del Sur hasta al norte. Hay que acordar que Latinoamérica y en especial México, es considerado el “patio trasero” de los EEUU, lo cual hace que los problemas de violencia en estos países se conviertan por incomparecencia también problemas de los EEUU. Desde el momento en que Estados Unidos empieza a sentir el peligro de las relaciones que suceden en el sur, decide implementar acuerdos y estrategias de ayuda para Colombia y México.
Es aquí donde surgen los planes de enfoque de esta investigación: Plan Colombia y Plan Mérida (también conocido como Plan México). Es importante el desenvolvimiento de estos planes iniciados por los Estados Unidos por la razón de que ni Colombia ni México tienen leyes en sus constituciones que establezcan una diferencia administrativa en torno a la seguridad nacional y la seguridad interior. Esto es algo sumamente importante porque también se torna un problema constitucional por aparte, el cómo se manejan las fuerzas militares en la cuestión de la preservación del orden. Cuando no hay una distinción constitucional sobre los poderes del ejército, lo que éstos pueden o no hacer residía con el presidente en el poder. En el caso de México, el presidente actual Felipe Calderón es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y por decreto en la fracción VI del artículo 89 de la Constitución, él tiene el deber de “Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente, o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación.”6
En el caso de Colombia, la ley de seguridad nacional fue promulgada en el 2001 durante la presidencia de Andrés Pastrana. La ley “otorga a las fuerzas de seguridad poderes de policía judicial en ciertas circunstancias y limita las atribuciones de la Procuraduría General de la Nación para iniciar investigaciones disciplinarias contra el personal de dichas fuerzas por violaciones de derechos humanos cometidas durante operaciones de seguridad.”7 En ambos países hay una preocupación grande de que las fuerzas armadas se estén metiendo en el área de seguridad que le pertenece a la administración del interior. Esto provoca un conflicto porque pone en juego la seguridad civil en una lucha por defender la seguridad nacional. Lo cierto es que las líneas se vuelven borrosas y se interfieren sectores administrativos en lo que historiadores como Deborah Norden argumentan, en su artículo sobre las fuerzas armadas en conjunto con Hugo Chávez en Venezuela, que “los militares no deberían tener cargos civiles.”8
Aparate del tema de seguridad interior y nacional de cada país, hay muchas otras cosas que se tornan importantes analizar en relación con esta investigación. Otra de las cosas que me interesa ver es la respuesta que han dado especialmente los países rodeando Colombia a las negociaciones que ha hecho el presidente Uribe con los Estados Unidos. En ambos planes, Plan Colombia y Plan Mérida, sobre sale el uso extensivo de armas proveídas por los Estados Unidos. El problema es que los Estados Unidos envían las armas de ayuda a las fuerzas armadas y el uso es específicamente para lo que involucra la supresión de los carteles del narcotráfico. Lo que ha pasado con las armas que manda los EEUU es que se usan en los enfrentamientos guerrilleros en Colombia lo que tiene en un descontento total a varios representantes diplomáticos en los Estados Unidos. Lo que también ha pasado es que muchos civiles han muerto en estos enfrentamientos y los responsables son las mismas fuerzas armadas, que se supone los tienen que proteger, usando las armas proveídas por los EEUU. Más que eso, Plan Colombia al igual que Plan Mérida han provocado un enojo general en la población estadounidense, porque la mayoría de la población siente que millones de dólares están siendo usados sin resolver nada, ni en México, ni en Colombia y ni en los EEUU. Al igual, es el acuerdo del acceso de los Estados Unidos a 7 bases militares en Colombia por ejemplo lo que en parte desata las respuestas negativas de sus vecinos Venezuela, Ecuador y Brasil. Son las tropas estadounidenses en las fronteras que conectan a México y los Estados Unidos que provocan que algunos crean que la lucha en contra de la violencia sólo esta provocando más violencia y luchas por parte de territorios latinoamericanos.
Más allá de decir si Plan Colombia y Plan Mérida están funcionando como estrategias en contra la violencia y el narcotráfico, esta investigación propone analizar más las consecuencias obvias o tal vez no tan obvias en las sociedades de Colombia, México e incluso los Estados Unidos como resultado de estos planes. Es indudablemente importante ver las razones por las cuales los presidentes que empiezan las negociaciones para la ayuda de los Estados Unidos deciden recurrir a ello y cómo benefician los líderes en contraste con el resto de la nación.
Marco Teórico y Conceptos Definidos
El tema de la seguridad International y las relaciones conflictivas entre los Estados Unidos, una potencia principal en la ONU, y México son analizadas desde un punto de vista mayormente objetivo por Jorge A. Schiavon en su articulo Cohabitando en el Consejo de Seguridad: México y Estados Unidos ante la guerra contra Iraq. Schiavon como Juan Gabriel Tokatlian en su articulo Colombia en Guerra: Las diplomacias por la paz, da una descripción principal de lo que separa a los Estados Unidos de estos países latinoamericanos. Más aya de las generalizaciones y diferencias obvias que hacen que los Estados Unidos sea una primera potencia, estos autores detallan porqué las diferencias geográficas de estos países hacen posible el conflicto que existe entre ellos.
También Schiavon y Tokatlian describen cómo a pesar de las diferencias de poder y estatus entre los países, México y Colombia siguen siendo una amenaza para el poder hegemónico de los Estados Unidos. Más que nada por la “inestabilidad” que aportan a la sociedad estadounidense. Estos dos autores dan un buen análisis de los sistemas políticos de cada país y cómo los conflictos internos de éstos, a través de los años, dieron paso a los planes de seguridad que existen ahora. Estos dos autores me dan una buena fuente para examinar no solamente el caos que ha surgido de los planes Colombia y Mérida, sino de donde surge el interés de los Estados Unidos por parar el crimen en Latinoamérica, de alguna manera, por medio de estos dos países.
Uno de los grandes problemas que varios autores y analistas investigan es la distinción entre seguridad interna y seguridad nacional e internacional. Lo que muchos analistas cómo Alejandro Martínez Serrano hace es hablar sobre la complejidad del concepto de seguridad nacional ya que cada estado “lo establece en función de las realidades que observa en su desarrollo político, económico, social y militar.”9 No obstante, Martínez Serrano refiere a la primera aparición del concepto de seguridad nacional en México. Él escribe que la primera vez que este concepto apareció en un documento oficial fue en El Plan Global de Desarrollo 1980-1982. Él describe que el documento indica que “la seguridad nacional es una función esencial de las fuerzas armadas, la cuales reafirman y consolidan la viabilidad de México como país independiente. Dentro de una visión conceptual propia a las condiciones mexicanas, la defensa de la integridad, la independencia y la soberanía de la nación se traducen en el mantenimiento de la normatividad constitucional y el fortalecimiento de las instituciones políticas en México.”10
Lo que argumenta Martínez Serrano al igual que Gabriel Regino, es que los ciudadanos de México piden seguridad y que los que los gobiernan tienen una definición que cambia a través de los años de lo que debe ser la posición de seguridad nacional y del interior. Lo que si tiene muy en cuenta Regino en su investigación ¿Seguridad Pública o seguridad nacional? es que la población mexicana esta pidiendo seguridad, porque desde que exploto el problema del narcotráfico, “los ciudadanos continúan con la intranquilidad de caminar por las calles, de abordar un taxi o de acercarse a un policía.”11
Cuando la politólogo Martha Ardila habla sobre las relaciones exteriores de Colombia en su artículo Entre la autonomía y la subordinación: las relaciones de Colombia con los Estados Unidos, ella menciona un concepto que marca esta relación: subordinación activa. Ardila define este concepto como “la dependencia de un país, [en este caso Colombia], permanece acompañada de actividad internacional. Esto presenta rasgos de alineamiento y dependencia de los Estados Unidos.”12
Mary Kaldor denomina “nueva guerra” como una que obedece a las modificaciones que desde los ochenta ha mostrado la violencia organizada en el mundo. “En las nuevas guerras, con el avance de la globalización, la distinción entre lucha revolucionaria, crimen organizado, y violación de los derechos humanos se ha hecho borrosa.”13
Ayuda de los EEUU en el caso de Colombia
Tradicionalmente muchos politólogos han caracterizado la política exterior colombiana como una de “Bajo Perfil.”14 Para esto se ha tomado en cuenta la relación que Colombia tiene con los Estados Unidos, la pasividad en el escenario internacional, la falta de cooperación e integración latinoamericana y los problemas fronterizos. Aunque históricamente Colombia si se ha aliado con otros países latinoamericanos en conflictos con países exteriores, como paso con Bolivia y México, por lo general la gran mayoría de las veces su actuación ha estado subordinada a los Estados Unidos. Pero en los años setenta hubo una serie de transformaciones en el sistema internacional, la multi-polaridad, potencias medias, y el debilitamiento de los Estados Unidos.15 También los historiadores tornan importante que las decisiones internacionales colombianas han predominado criterios jurídicos y económicos por encima de los políticos, lo que significa que en tiempos de crisis económica, Colombia, al igual que muchos otros países latinoamericanos han tenido líderes que optan por gobernar con una vista mucho más a la derecha.
No obstante, a lo largo de los ochenta la política exterior colombiana cambió entre la autonomía y la subordinación, debido a la separación entre el manejo de los asuntos económicos y los políticos.16 El nuevo modelo de la política exterior de Colombia se vio más resaltado durante la presidencia de Belisario Betancur y tornó a ser un poco más pragmática y económica durante la presidencia que seguía. Aquí se vio un distanciamiento a esa subordinación que estaba desde las décadas anteriores. En 1982 cuando el presidente estadounidense Ronald Regan visito Colombia hubo acontecimientos y declaraciones que indicaban un distanciamiento y autonomía frente a los Estados Unidos. Como ya en este periodo Colombia recibía ayuda externa de los EEUU, reclamaba el porqué del “ojo ciego estadounidense” a temas como el lavado de dinero en la Florida, que paso en lo último de los años treinta, y el porqué EEUU no estaba haciendo más con respecto al transporte y consumición de drogas en los Estados Unidos mismos.
Para este tiempo ya era una realidad que el problema del narcotráfico había escalado. A finales de la década de los ochenta, apareció el cartel de Medellín. Éste cartel aterrorizó a la población colombiana con la destrucción usando bombas, asesinatos de policías, y atentados terroristas que solidaron su poder en la región. También a finales de los años ochenta el narcotráfico se empieza a ligar con el terrorismo actuando en las regiones fronterizas de Colombia. Los actos violentos que cometía el cartel de Medellín eran a la comunidad civil que estaban diseñados específicamente para causar miedo. Lo que es más es que el cartel de Medellín, que en su época más violenta fue manejada por Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, produjo más violencia en el país cuando se enfrento con el cartel de Cali.
A pesar de los problemas crecientes que presentaban los carteles en diferentes ciudades importantes en Colombia los EEUU empezaron a fijarse mucho más en la situación caótica de Colombia a mediados de los años noventa. Las conversaciones entre el gobierno de Andrés Pastrana y la insurgencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) empezaron a oscilar entre el estancamiento virulento, el despegue ambivalente y los avances sorpresivos, mientras que las negociaciones de la administración con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) no se podían concretar.17 Esto lo único que produjo en Colombia fue un conflicto violento mucho más obvio porque a la misma vez que crecía el problema del narcotráfico crecían los problemas con las guerrillas.
Después de un breve repaso de los conflictos que están presentes en Colombia desde los años ochenta, el enfoque de los EEUU, lo que también es el punto central de este trabajo, fue formar un pacto con Colombia en cuanto a la violencia y el deterioro social y económico del país. De la ayuda financiera que los EEUU esporádicamente le brindaba a Colombia, se formó un plan que pondría en concreto las metas de Colombia en cuanto al sistema de seguridad y en cuanto a la reconstrucción de la sociedad colombiana.
El Plan Colombia es un acuerdo bilateral constituido entre los gobiernos de Colombia y los Estados Unidos que se estableció en 1999 durante las presidencias de Andrés Pastrana en Colombia y Bill Clinton en los Estados Unidos. El propósito de este acuerdo entre los dos países fue para con el conflicto armado en Colombia que ya tenía 40 años de proceso, generar una revitalización social y económica, y crear una estrategia antinarcóticos.18
Originalmente el plan era uno de seis años que en su desarrollo lograría las metas ya mencionadas. El argumento del presidente Andrés Pastrana fue que “la coca era un problema social cuya solución debía incluir resolución del conflicto armado; los países desarrollados deberían ayudarnos a implementar una especie de Plan Marshall para Colombia, el cual nos permitiría desarrollar grandes inversiones en el campo social, con el fin de ofrecer a nuestros campesinos alternativas diferentes a los cultivos ilícitos.”19 El programa estadounidense, The Andean Counterdrug Initiative (ACI)20, es el programa principal que esta al favor y al frente del Plan Colombia. Este plan también recibe financiamiento de la Financiación para Fuerzas Militares Extranjeras, otro programa del gobierno estadounidense, y de la Cuenta Central Antinarcótica del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Desde su inicio en el año 1999 hasta su primer periodo de seis años, Plan Colombia recibió aproximadamente 2.8 billones de dólares del programa Iniciativa Andina Contra las Drogas. Cuando se le suma la ayuda del programa de Financiación para Fuerzas Militares Extranjeras y la ayuda del Departamento de Defensa, la ayuda en total que recibió Plan Colombia en sus primeros seis años fue 6 billones de dólares.
El objetivo del Plan Colombia difiere un poco entre las expectativas de los Estados Unidos y las expectativas de Colombia. Las expectativas principales por parte de los EEUU en su ayuda financiera, es disminuir por un cincuenta por ciento, en un periodo de seis años, el cultivo, la producción y la distribución de la coca, prevenir el flujo de drogas ilegales a los Estados Unidos al igual que ayudar a Colombia a promover paz y desarrollo económico, incrementar la seguridad y poner alto al trafico de drogas.21 Ambos, los Estados Unidos y Colombia, han evolucionado un poco sus objetivos durante el transcurso de la implementación del Plan Colombia. De ser estrictamente un plan que se concentra en el tema del narcotráfico, ha pasado a incorporar en su enfoco las actividades contraterroristas.
La estrategia antinarcótica de Plan Colombia se centro principalmente en la erradicación del cultivo de la planta coca y la prohibición de ciertas porciones de tierras donde se da el cultivo de la coca. También, lo que querían los seguidores del Plan Colombia era diseñar y proveer planes y proyectos alternativos a los agrícolas que viven del cultivo de la planta coca y opio.22 Esta iniciativa empezó por retomar el control de territorios dominados por las FARC y otros grupos ilegales y armados a través de varias transformaciones, como el crecimiento del profesionalismo de las fuerzas militares colombianas y la Policía Nacional,23una sistemática militar enganchada con grupos de insurgencia al igual que expandir la presencia de la policía alrededor del país.
Los poderes estadounidenses involucrados al frente de la ayuda a Colombia son La Póliza Control Nacional de Drogas de la Oficina de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y Defensa, los cuales han sido guías para los Militares Colombianos y la Policía Nacional. El Departamento de Estado se ha enfocado en proveer la mayor de su ayuda en cinco programas mayores de aviación para las Fuerzas Armadas de Colombia, Fuerzas Aéreas y la Policía Nacional.
La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional y el Departamento de Justicia y Estado han estado a cargo de la ayuda no militaría, que consta de programas que apoyan el desarrollo alternativo, la ayuda financiera a las personas desplazadas y desmovilizadas por culpa de los grupos armados, al igual que esfuerzos para una reforma judicial. Esta ayuda ha habilitado a las Fuerzas Aéreas Colombianas a movilizarse por los aires, lo que necesitaban para seguir con las metas antinarcóticas y de seguridad que Plan Colombia proponía. La ayuda a las Fuerzas Aéreas Colombianas incluyo 72 helicópteros y servicios de refuerzo a la Brigada Armada de Aviación, equipo y entrenamiento para la Brigada Armada Antinarcótica, los operativos de la contrainsurgencia, refuerzo de aviación y de tierra para proteger las pipas de petróleo en el Caño Limón-Coveñas de ataques insurgentes. También proveyeron mucho más capital de aviación y auxilio para las Fuerzas Aéreas.24
Todo esto es un resumen de la ayuda que ha aportado los Estados Unidos a Colombia desde el inicio del Plan Colombia en 1999. Desde que el periodo de seis años se termino en el 2005, paso por el Congreso Estadounidense para iniciar una extensión, lo que significaba más dinero, más tropas, y más material por parte de los Estados Unidos. Claro que antes de que fuera aprobada esa extensión, el Plan Colombia paso un extenso reviso por parte de los representantes estadounidenses quienes no necesariamente estaban a favor de darle más dinero a Colombia. Por ahora vamos a pasar a México y la ayuda que se le esta dando a través del Plan Mérida. Cuando analice la relación entre los dos planes y las consecuencias que los dos planes han provocado, seguiré con las respuestas que ha dado los Estados Unidos en cuanto a Plan Colombia al igual que Plan Mérida.
Ayuda de los EEUU en el caso de México
En el 2002 el primer candidato del Partido Acción Nacional (PAN) en ganar una elección presidencial y derrotar el régimen priista de 71 años consecutivos, dio una breve plataforma de la política exterior de México en el siglo XXI. Vicente Fox, en su articulo La política exterior de México en el siglo XXI, hablo sobre “un poderoso instrumento para anclar la transición democrática en el país.”25 Fox, como Pastrana también proyectaba en sus discursos hacia las primeras potencias mundiales, que era tiempo de que México se proyectara como un país fortalecido en su presencia al exterior.
Sin embargo con la entrada de México al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas para el periodo 2002-2003, donde los Estados Unidos funge como uno de los cinco miembros permanentes del mismo, el estado de vecindad geográfica entre ambos países se ha transformado en una situación de cohabitación en el seno del principal órgano en materia de paz y seguridad internacionales. Esta cohabitación de los dos países con intereses nacionales diferentes generó importantes tensiones diplomáticas entre ellos, dada la coyuntura internacional y regional.26
En su artículo Cohabitando en el Consejo de Seguridad: México y Estados Unidos ante la guerra contra Iraq Jorque Schiavon habla sobre la “relación especial” entre México y los Estados Unidos. Él explica que la prioridad de la política exterior de los Estados Unidos hacia México ha sido la estabilidad y seguridad en su frontera sur. México, refleja mucha importancia geoestratégica para Estados Unidos y la creciente interdependencia económica entre los países, desde el final de la segunda guerra mundial, ha caracterizado las relaciones de ambos países por un interés común de minimizar las fricciones y privilegiar la cooperación para la solución de los asuntos bilaterales.
Schiavon sigue con el argumento de que esta cooperación ha dado lugar a una “relación especial” entre los dos países que ha permitido amplios márgenes de autonomía a México en el manejo de su política interna y exterior en momentos de estabilidad internacional, pero, al mismo tiempo, lo ha hecho vulnerable ante cambios en la política externa de los Estados Unidos.27
Lo que argumenta Schiavon es cierto. Las prioridades en la agenda bilateral se han modificado en los últimos años; temas como el comercio y la inversión adquirieron relevancia a raíz del inicio del Tratado de Libre Comercio para América del Norte. Lo que hico que como Colombia, México recibiera un nuevo tipo de atención por parte de los Estados Unidos en cuanto a los temas de migración y narcotráfico que también se sumo el fenómeno del terrorismo.
Como mencione anteriormente brevemente, históricamente los carteles colombianos han dominado el tráfico de drogas. Especialmente a fines de los años noventa, los esfuerzos por detener el tráfico de drogas en el sur de la Florida y en el Caribe dieron resultado y los carteles colombianos tuvieron que formar otras alianzas para poder transportar la mercancía ilícita a los Estados Unidos. Las organizaciones colombianas empezaron a formar alianzas con los narcotraficantes radicados en México para utilizar a México como vía de contacto en su viaje a los Estados Unidos.28 Esto sucedió muy fácilmente porque durante los años setenta y ochenta México había sido productor de heroína y marihuana, aparte de que los narcotraficantes de México ya tenían establecidas muchas infraestructuras que sirvieron inmediatamente los intereses de los carteles colombianos.
Como en Colombia, por muchos años en México el negocio del tráfico de drogas se le atribuía a los arreglos que tenían los carteles con agentes de los gobiernos locales. Desde la escala de violencia al fin de los años noventa, muchos analistas señalan a la terminación del arreglo implícito que existía entre los traficantes de drogas y los gobiernos locales como culpable.
Desde 1990 hasta 1996, la posición sensible en cuanto a la soberanía, por la que muchos investigadores clasificaban a México, formo un reto grande para la coordinación de actividades antinarcóticas. En 1993, los Estados Unidos declararon que la sensibilidad de México por mantener su soberanía, era uno de los factores principales que resultaba en las demoras y los problemas de implementación que enfrentaban los programas contra-narcóticos de asistencia estadounidense. Por lo mismo en 1998, México opto por enfrentar una guerra contra el narcotráfico con una ayuda limitada por parte de los Estados Unidos.29
La cooperación de México con los Estados Unidos empezó a mejorar a finales de 1998 cuando los dos países acordaron a la Estrategia de Control de Drogas Bi-Nacional.30 Desde ese acuerdo ambos países han continuado la cooperación a través de encuentros de U.S-Mexico Senior Law Enforcement Plenary.31 Esta plenaria toma cita dos o tres veces al año y en el exterior aproximadamente diez grupos trabajadores operan con el foco principal siendo el de control de drogas. Este grupo formado en abril del 2000, estableció planes bilaterales de comunicación de aire-a-aire y barco-a-barco para responder mejor a amenazas sospechosas por el aire.
Después de asumir a la presidencia en diciembre del 2006, el presidente Felipe Calderón hizo la guerra contra las drogas la plataforma central de su administración y juro negarles a los traficantes de drogas el control de cualquier parte del territorio nacional de México.32 Justo después de asumir la presidencia, Calderón despacho a 6,500 tropas a Michoacán para retomar el territorio controlado por distintos cárteles. En el 2007 Calderón mando a 27,000 soldados militares y oficiales policiales para las operaciones antinarcóticas en ocho estados Mexicanos. Los soldados militares mexicanos fueren enviados desde Guerrero, que residía en la costa pacifica del sur hasta Baja California que hace conexión con la frontera del norte a los Estados Unidos. Durante los primeros 18 meses de la presidencia de Calderón, el gobierno mexicano ha gastado aproximadamente siete mil millones de dólares en la guerra contra el narcotráfico.33
En junio del 2008, el presidente estadounidense George Bush y el Calderón acordaron a la Iniciativa Mérida (conocida como Plan Mérida o Plan México). Al igual que en Colombia, la meta de la ayuda inicial de los Estados Unidos era en general erradicar el cultivo de droga, interceder la carga de droga, y aprender los criminales. Calderón también persuadió al Congreso Mexicano a aceptar un incremento del 24 por ciento en el presupuesto de seguridad para el 2007.34 Según los oficiales de los Estados Unidos, las acciones y las iniciativas de Calderón, como la reciente extradición de varios traficantes de drogas mayores a los Estados Unidos, lo que demuestra un nuevo nivel de compromiso a combatir el trafico de drogas. El Plan Mérida, se dio como otro tratado internacional de seguridad establecido por los Estados Unidos para combatir el narcotráfico y el crimen organizado y luchar contra ellos. Lo que es también importante decir es que aunque Plan Mérida tiene una concentración en México, la ayuda financiera de los Estados Unidos se extiende a incluir países de Centroamérica como Belize, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá al igual que Haití y la República Dominicana. Sin embargo, estos países nunca recibieron, y hasta la fecha no han recibido ni la mitad de lo que los Estados Unidos ha invertido en México.
Como México tiene la ruta principal por la que se transita la cocaína y otras drogas destinadas específicamente a los Estados Unidos, el noventa por ciento de las drogas a los Estados Unidos entran por México, el gobierno estadounidense calcula que los narcotraficantes mexicanos reciben unos veintitrés mil millones de dólares al año. Las ganancias que cada vez más residían en las manos de los narcotraficantes a la vez empobrecen a la población de México. Por lo cual, los Estados Unidos finalmente puso sus diferencias diplomáticas con México a un lado en cuanto el problema de las drogas le empezó a afectar a grandes escalas.
El Plan Mérida para muchos representantes al borde del Comité de Relaciones Extranjeras del Senado, como Carl Meacham, representa una oportunidad rara para crear una base de cooperación substantiva con México y compartir una agenda política.35 Si los Estados Unidos pasara una oportunidad como esta con México representaría un error significante que dejaría un impacto negativo en la relación bilateral con el país.
Originalmente el presidente Bush le pidió al Congreso estadounidense 49.5 billones de dólares para continuar la Guerra Global contra el Terror, del cual solo recibió 500 millones de dólares para el Plan Mérida. El Departamento de Estado de los Estados Unidos es el que más ha dado financiamiento económico para la seguridad de los puertos y las fronteras, asistencia en la aplicación de ley, interdicción y ayuda de erradicación, y ayuda y entrenamiento de aviación.36
La USAID invirtió 30 millones de dólares al Plan Mérida para la regla de ley y entrenamiento anticorrupción. Los otros 59 millones de dólares que quedan de la ayuda financiera que ha aportado los Estados Unidos desde el 2000, fue dado por el Departamento de Defensa a través de la “sección 1004” de autoridad.37 La Administración Aplicación de Droga también proporciono 124 millones de dólares en este periodo del Plan México, como demostración de la solidaridad por la seguridad internacional.
Entre los grupos estadounidenses que han estado a cargo de los fondos que han entrado a México desde el inicio del Plan Mérida esta; el Departamento de Estado, el Departamento de Justicia, el Consejo Nacional de Seguridad, el Pentágono, la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la FBI y la agencia de antidrogas (DEA). En México los grupos que han ayudado durante la larga batalla contra las drogas son; el Congreso de la Unión, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Armada de México, la Secretaría de Seguridad Pública, la Procuraduría General de la República y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional.38
Lo que es importante recalcar es que en el primer año del Plan Mérida, México no recibió ninguna asistencia con armas de fuego. Durante este año el paquete de financiamiento por parte de los Estados Unidos era solamente dedicado al entrenamiento y la ayuda con equipo técnico de las fuerzas militares. En aspectos aéreos por ejemplo, México ha recibido 13 helicópteros Bell 412, ocho para la Fuerza Aérea Mexicana y cuatro para la Policía Federal. Ha recibido ocho helicópteros de transporte UH-60 Black Hawk, cuatro aviones CASA 235 para la patrulla marítima de la Armada de México, Refacciones y entretenimiento en mantenimiento de las aeronaves. En el aspecto aéreo México también ha recibido entrenamiento de personal en labores de planificación y ejecución nocturna de operaciones antinarcóticas.39
Con respecto a de puertos y aeropuertos las tropas estadounidenses han ayudado con el monitoreo y control de los flujos migratorios en los puertos y aeropuertos, con el equipo e infraestructura computacionales, con las redes de comunicación segura vía satélite y la tecnología de monitoreo “no-intrusiva” incluyendo camionetas de rayos x, rayos gamma, y perros policía. En la técnica operacional, México ha recibido ayuda en la investigación y recolección de inteligencia contra organizaciones narcotraficantes, en la expansión de bases de datos de inteligencia, al igual que hardware y sistemas operativos para incrementar la capacidad instalada de las redes de comunicación de agencias de inteligencia.40
Una de las grandes partes de los planes de seguridad internacional iniciados con ambos países, es la restauración del orden en el espectro social. Es por eso que aparte de financiar grupos administrativos o militares, los Estados Unidos acordó con México en promover leyes que aseguren un disminuyo en la violación a los derechos humanos. Con esto en mente, agentes de los Estados Unidos proporciona entrenamiento en derechos humanos para el personal de seguridad, apoya a la Unidad de Inteligencia Financiera del Gobierno Mexicano, equipa de seguridad a los fiscales y a la policía con protección como cascos y chalecos balísticos, y apoya al Consejo Nacional Contra las Adicciones.41 Pero, ¿por qué los Estados Unidos se ha propuesto en invertir tanto de su dinero en una lucha tan intensa contra el narcotráfico? ¿Cómo exactamente es que el narcotráfico afecta la sociedad estadounidense?
Impacto del narcotráfico en los EEUU
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el problema de las drogas en la nación estadounidense aumento rápidamente. El cultivo y el uso de la marihuana dentro de los Estados Unidos se torno un problema para la policía estadounidense porque un gran porcentaje de la población empezó a crecer la marihuana dentro de sus casas cuando se le prohibió a la sociedad crecerla en lugares públicos. Esta marihuana crecida en lugares cerrados era de una potencia mucho más alta que la crecida afuera, lo que la hacia codiciada por toda la nación. Esto puso en alerta a la policía estadounidense por el sólo hecho de pensar que se diera un nuevo lugar de cultivo y exportación de drogas ilícitas en el mundo.
Para 1960 las dos agencias encargadas de controlar y enforcar las leyes de control de drogas eran la Agencia de Control al Abuso de Drogas y la Agencia Federal de Narcóticos. En este tiempo sólo cuatro millones de estadounidenses habían probado algún tipo de drogas, hoy en día ese numero ha subido ha 74 millones de estadounidenses.42 Esto es lo que llevo a la creación de la Agencia Aplicación de Drogas (DEA) en 1973 para lidiar con el problema creciente de las drogas. Claro, para este entonces todavía no se habían marcado los carteles en Colombia ni México y el tráfico de drogas no había llegado a lo de hoy. En 1973 la DEA tenía 1,470 agentes especiales trabajando y un presupuesto de 74.9 millones de dólares. En sólo dos años ambos números aumentaron impresionantemente a 2,135 agentes especiales en 1975 y un presupuesto de 140.9 millones de dólares.43
En 1970 uno de los primeros esfuerzos antinarcóticos fue establecido en Nueva York bajo las auspicies de la Agencia de Narcóticos y Drogas Peligrosas (BNDD) creada en 1968. El propósito fue hacer máxima el impacto de la cooperación federal, estatal y local de los oficiales judiciales que trabajaban en investigaciones de drogas muy complejos.44 Lo que enfrentaban los policías en las investigaciones antinarcóticas es que heroína era un problema significante, y además de sus investigaciones los oficiales de la BNDD buscaban maneras de reducir la disponibilidad de la droga e identificar los responsables del tráfico de la heroína. Después de múltiples programas antinarcóticos, planes financieros para equipar a los agentes especiales de la BNDD y arrestos de traficantes de drogas, la DEA fue exponentemente ampliando su presupuesto.45 Ya para 1979, 26 millones de estadounidenses se consideraban drogadictos.
Durante los años noventa, cuando los otros dos países en los que se enfoca este trabajo también sufrían una creciente ola de consumo de drogas, los Estados Unidos no se quedaba atrás. En los primeros años de los noventa la DEA cerró miles de cultivos interiores de marihuana. Como en 1993 cuando en el emplazamiento de Advanced Mine en el norte de California investigadores encontraron plantas de sinsemilla, las cuales onza por onza podían producir una marihuana de calidad incomparable. La mina contenía todo lo necesario para cultivar más de 3,000 plantas de marihuana. Este local de ocho secciones incluía cinco cuartos para cultivar la marihuana y un sistema de bombear que continuamente daba agua y nutrientes a las plantas de marihuana.46
Como los carteles que residían en Colombia y México ya se habían dado a conocer ante la policía estadounidense por el nivel de crimen organizado que habían agregado al ya serio problema de las drogas, en la Florida, donde principalmente llegaban muchos de los traficantes de las drogas, se implementaron serios programas antinarcóticos. A principios de los años noventa la DEA inicio un plan de seguridad que contenía ocho pasos para parar el crimen organizado. En resumen, el plan detallaba cuantas fuerzas se tenían que agregar a las investigaciones en la Florida, porque en los portes es en donde se veía más importación de drogas, y más que nada cuales eran los sectores del gobierno quienes iban a encarar este proyecto.47
Para no seguir detallando plan por plan y programa por programa, es conveniente y tal vez necesario resumir los esfuerzos que ha hecho los Estados Unidos para tratar de evitar el tráfico de drogas en el país. Cómo ya mencione en el primer párrafo de esta sección, el problema de las drogas se dio casi después de la Segunda Guerra Mundial, y el problema escalo a un paso impresionante. Más aya de los dolores de cabeza que le causa el problema del narcotráfico al país, hay varias cifras que da los Estados Unidos anualmente del impacto económico, social y político que causa el trafico de drogas.
En un articulo llamado Impact of Drugs on Society, el autor dice que la importación ilícita de drogas en los Estados Unidos es casi igual que el petróleo en el sentido económico. Según estudios del gobierno estadounidense el abuso de las drogas tiene un impacto en la sociedad de 67 billones de dólares por año. Esto incluye costos relacionados con el crimen, tratamiento por el abuso de drogas, costos médicos, y el tiempo perdido de trabajo al igual que programas de bienestar social.48 Los centros de prevención de drogas reportan que más de 25,000 personas murieron por culpa de las drogas en el 2003. Lo que es más serio es que no todas las muertes fueron provocadas por sobredosis, sino por ejemplo muchas muertes sucedieron porque la jeringa que usaron para inyectarse heroína estaba infectada con el SIDA y así tuvieron una muerte mucho más lenta.
Los Estados Unidos tiene a los programas de inteligencia más superiores del país trabajando en el problema del narcotráfico, sin embargo, lo cierto es que más y más niños pequeños están siendo atrapados por el veneno que es la droga. Es una meta muy grande el querer financiar los programas antinarcóticos de otros países encima de los programas sociales que propone en su propio país. Este problema de las drogas en los Estados Unidos se vuelve más complicado cuando se mezclan los conceptos de raza, etnicidad, y estatus social. Pero, ¿quienes sufren más el problema de la drogadicción, aquellos quienes la sufren físicamente o los que la sufren económicamente por todo el dinero que invierten en esta lucha a través de su dinero de impuestos? ¿Es realmente tan fácil hacer un listado de personas humanas como cargo de animal, en términos de financias?
Volviendo al tema de Seguridad Pública
Creo que es importante volver a la discusión que presenté al principio de este trabajo sobre el tema de la seguridad nacional de cada país. Creo que esto es importante porque cada país que esta enfrentando este nivel de violencia hoy en día, esta pidiendo más allá de un alto al tráfico de drogas, un alto a los ataques terroristas en Colombia y de los narcotraficantes en México—están pidiendo seguridad publica. Pero, ¿Cómo es que cada país esta lidiando con lo que le pide la gran mayoría de la nación?
En México por ejemplo, el analista Gabriel Regino, habla sobre el crecimiento de este fenómeno de la inseguridad como algo que empezó estrictamente en la ciudad de México. Para él, no es hasta esta última parte del siglo que el tema de la seguridad pública se ha vuelto recurrente. Su análisis consiste en ver que la ciudad de México actúo como la manzana podrida que afecto a los demás estados en México, y advirtió sobre los problemas de la inseguridad. Dice que todo empezó cuando en la Ciudad de México la Secretaria General de Protección y Vialidad cambió su nombre por el de Secretaría de Seguridad Pública. Después se publicó una ley con ese nombre a nivel federal, se creó el Sistema Nacional de Seguridad Pública y hasta se creó una Policía Federal Preventiva.49
Regino continúa explicando que el primer problema de este tema es el concepto del término seguridad pública. Para él, es el hecho de que este término se le quiere agregar tanto que realmente no le corresponde. Él define la seguridad pública como “la función a cargo del Poder Ejecutivo, mediante la cual, a través de acciones efectivas de información, disuasión y actuación firme, se logra la prevención de conductas delictivas, garantizando con ello, la tranquilidad e integridad de cada uno de los integrantes de la sociedad.”50 Para Regino, esto forma parte de todo un sistema penal que lleva por parte la ayuda de diferentes sectores y a los tres poderes del gobierno mexicano.
Es aquí donde Regino hace una opinión muy interesante en cuanto al poder de los líderes de gobierno. Hace una critica fuerte en contra del gobierno mexicano diciendo que no es posible sólo usar dinero para intentar resolver el problema de la seguridad nacional pero también es importante dar un ejemplo a la población que gobiernan como líderes de una nación, lo cual para Regino no lo han hecho con el numero de fraudes y escándalos que se conocen de los políticos mexicanos. Con la creación de la Policía Federal Preventiva, cuya responsabilidad es “garantizar, mantener, y restablecer el orden y la paz pública; vigilar los parques nacionales, las instalaciones hidráulicas y vasos de las presas, los espacios urbanos considerados como zonas federales, inmuebles e instalaciones dependientes de la Federación, así como obtener, analizar y procesar información,”51 no necesariamente se esta resolviendo el problema de la seguridad pública sino se esta reforzando el poder y el control político.
Un caso similar se puede ver en Colombia donde la mayoría de los cargos civiles residían con los poderes militares. En agosto de 1993 se promulgo la ley Nº 63 sobre la seguridad ciudadana, “Por la cual se expiden normas sobre la Policía Nacional, se crea un establecimiento público de seguridad social y bienestar para la Policía Nacional, se crea la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada y se reviste facultades extraordinarias al Presidente de la República.”52 Por decreto la Policía Nacional, como parte integrante de las autoridades de la República y como cuerpo armado permanente de naturaleza civil, a cargo de la Nación, está instituida para proteger a todas la personas residentes en Colombia, en su vida honra bienes, creencias y demás derechos y libertades y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.53
Aquí al igual que lo que argumenta Regino en México, los líderes federales de protección tienen demasiado cargo en el área civil, lo que sólo demuestra la cantidad de poder y control que tiene el gobierno. En la cita del decreto la palabra clave es armada, aunque en el sentido del decreto se haya entendido como un armamento de protección para la ciudad, el problema clave es ese mismo, que los grupos de protección están seriamente armados a todo tiempo. Lo que es más es que en Colombia la única policía es la Policía Nacional que constitucionalmente hace parte de la Fuerza Pública junto con las Fuerzas Militares (el Ejército, Fuerza Aérea, y Armada). No es como en México que por lo menos tiene a la policía dividida en Policía Municipal, Estatal y Federal, aunque las de Municipal y Estatal son policías cuya función es preventiva, ayudadas por la Policía Ministerial persecutora. También existe en México la Policía Federal Preventiva dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública.
Volviendo al tema principal de este trabajo, creo que es un buen vínculo el problema de armar a una fuerza con demasiado poder y dejar por un lado la cuestión de la educación del gobierno en cuanto a dar un buen ejemplo. Es por eso que los planes Colombia y Mérida han recibido tantas críticas porque para muchos se ven como estrategias entre países para seguir armando a los sectores ya poderosos y no como planes para proteger el orden y la seguridad pública.
Consecuencias del Plan Colombia y Plan Mérida
Lo que muchos politólogos y teóricos mexicanos y latinoamericanos argumentan es que Plan Colombia es el “plan madre” de Plan Mérida. Establecido casi ocho años antes, Plan Colombia es como el plan principiante que ha sido modificado, criticado pero sigue en pie con el único propósito fijo siendo el de erradicar el fluyo de drogas de la región andina a los Estados Unidos. Carlos Fazio, un analista político mexicano que escribe para el diario La Jornada en México, argumenta que “La parte operativa de la alianza para la paz y la prosperidad de América del Norte es el símil del plan Colombia en México.”54
El problema que se vuelve evidente al paso del tiempo es que los Planes Colombia y México son “paquetes” como también los llama Fazio, y como tal hay partes de ellos que no satisfacen a los analistas de ambos planes. La mayoría de las personas están de acuerdo en la ayuda a la infraestructura y el desarrollo social que los Estados Unidos proveen. Sin embargo, como dije anteriormente la presencia de tantas tropas estadounidenses, el importe de armas estadounidenses que caen en manos de las guerrillas o de los narcotraficantes y provocan la continua destrucción del país, hace que los planes no sean adorados e incluso sean rechazados por muchos sectores. De nuevo a sorpresa de nadie, los sectores que están en más descontento son los sectores bajos, especialmente los indígenas en Colombia que han sufrido de desplazamiento y que pelean por los derechos de sus tierras que alguna vez fueron territorios nacionales.
Mientras que se ha visto, por parte de del gobierno de los Estados Unidos, en la primer parte del Plan Colombia, un progreso definido por el disminuyo de violencia y la erradicación del cultivo de droga, no se ha visto ningún efecto en cuanto al precio, la puridad y disponibilidad de la cocaína o heroína en los Estados Unidos. Además, las operaciones en contra de los grupos ilegales armados en Colombia se han intensificado, y el respeto a los Derechos Humanos por parte de fuerzas de seguridad colombianas sigue siendo un problema. También, analistas en Colombia han criticado que los programas antinarcóticos han tenido consecuencias negativas en los civiles y para la promulgación de la democracia en general.
Sandra Botero, una licenciada de la Universidad Nacional de Colombia, argumenta que el Plan Colombia ha hecho el conflicto interno cada vez más degradado, sin proceso de paz, con escándalos por malversación de fondos donados y con un Plan muy cambiado, convertido en estrategia bandera del gobierno de Álvaro Uribe.55 Para Botero la falta de debate amplio durante la administración Pastrana aunado a la forma en que se manejó y entendió la ayuda estadounidense que allí se enmarcaba posibilitaron la transformación del Plan Colombia en una herramienta de lucha antiterrorista del gobierno de Uribe. La fumigación aérea en el Putumayo causo una gran polémica. Por un lado estaba la oposición decidida de la población del sur del país, la cual se quejó de los numerosos efectos adversos que sobre el medio ambiente y la salud tenían las fumigaciones aéreas y se mostró dispuesta a implementar programas de erradicación voluntaria.56 Para agregar las regiones indígenas de Colombia, han hecho una muestra muy evidente de que los programas de ayuda estadounidense sólo están dañando grandes porciones de territorio y que cientos de indígenas, que ya vivían dentro de la pobreza, están cayendo en una pobreza más profunda después de haber sido desplazado de sus tierras. La fumigación también, destrozo cientos de cosechas de maíz, papa y frijol cuando en realidad el propósito era erradicar el cultivo de la coca solamente.
A diferencia del Plan Colombia en el Plan Mérida, el mecanismo de colaboración bilateral entre México y Estados Unidos no prevé la operación directa en el territorio nacional de técnicos, instructores y asesores del Pentágono, y de las otras agencias que intervienen en el proyecto de manera pública o encubierta en las tareas de capacitación y entrenamiento de soldados y policías mexicanos. Sin embargo, de hecho eso ya ocurre y está documentado en los casos de la DEA y la FBI, y en las otras instancias lo hacen mediante asesores de las empresas privadas de seguridad subcontratadas por la Secretaría de Defensa o el Departamento de Estado y de las compañías de armamento que proveen los equipos y tienen estrechos vínculos con el Pentágono y la comunidad de inteligencia estadounidense.57
La gran preocupación en el caso de México, como el Plan Mérida siempre ha tenido como sombra el Plan Colombia, es que en México crezca la concentración de las fuerzas militares. Lo cual, muchos ciudadanos mexicanos sienten que se tornaría similar a lo que sucede en Colombia—se desataría una guerra civil no establecida. La diferencia sería que en México no habría grupos guerrilleros que tienen alguna alianza política, sino sería solamente los grupos del narcotráfico en contra de los civiles desarmados. Y, ¿qué es lo que esta pasado ahora? Exactamente eso, la violencia a territorios públicos en las ciudades de México día tras día han sido bombardeadas por carteles del narcotráfico que según muchos civiles, éstos ya tienen más poder que los policías federales.
El ministro panameño de Gobierno y Justicia Daniel Delgado, en una entrevista que dio, advirtió que la presión del Plan Mérida sobre los carteles de México puede provocar un desplazamiento del crimen organizado a otros países. Como el Plan Mérida también incluye una porción de financiamiento a otros países de Centroamérica, éstos tienen miedo de que viendo el aumento de persecución en México, los carteles decidan transportarse a Centroamérica.
Sin duda la presencia de tropas estadounidenses provoca miedo a la soberanea de ambos países. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner abrió la ronda de diálogo en la conferencia que tuvo la UNASUR después de que el presidente colombiano Álvaro Uribe firmo el acuerdo con los Estados Unidos de acceso a siete bases militares en Colombia, en el 2009. Cristina dijo que "el acceso de los Estados Unidos para ayudar a Colombia en la lucha contra el narcoterrorismo es un acceso sin renuncia de Colombia a la soberanía sobre un milímetro de territorio y dicho acuerdo se rige por el principio de la igualdad soberana.”58 Como Cristina, Evo Morales, Hugo Chávez y Rafael Correa expresaron su descontento con la presencia estadounidense en la región.
Conclusión y Consideraciones Finales
En dos de los grandes periódicos mexicanos y colombianos, La Jornada en México y El Universal en Colombia, se lee todos los días por lo menos dos casos de ataques a locales públicos. Las cifras de muertos inocentes por agentes militares o por enfrentamientos de carteles del narcotráfico o por encuentros guerrilleros, siguen en aumento. Las ciudades en México donde el presidente Calderón ha requerido la presencia de policías federales, también han aumentado y parece que van a seguir aumentando de Este a Oeste en el país, a pesar de los esfuerzos del gobierno. Como dijo el analista Gabriel Regino la Nación pide seguridad, ¿entonces porqué es tan difícil dársela?
En el marco teórico se mencionó a una politóloga llamada Martha Ardila quien escribió sobre Colombia y su relación de dependencia con los Estados Unidos. En este trabajo también se usará su argumento con respecto a México. Ardila argumenta que la relación de este tipo de países, como México y Colombia, es una subordinación activa porque explica de manera particular la actuación externa de un país dada la complejidad del sistema internacional, la multipolaridad y debilitamiento de los Estados Unidos. Lo que sucede con esta subordinación activa es que aunque estos países siguen tomando decisiones gubernamentales por su cuenta, están sumamente susceptibles a las bajas y altas de los Estados Unidos. A lo que se quiere llegar, es que esta teoría de Ardila nos interesa, porque para los países no tan económicamente estables como los latinoamericanos, es una opción lógica la de pedirle ayuda a los Estados Unidos. Sin embargo ¿qué pasa si los Estados Unidos tiene una quiebra como sucedió en los años 30, o sufre de un ataque devastador para diferentes sectores administrativos del país, como sucedió en el 2001 después del ataque a las Torres Gemelas? Si los Estados Unidos siente un golpe de esa magnitud, los países que tienen tanta dependencia lo van a sufrir tres veces más fuerte, como fue el caso en los años 30 y el recorte de ayuda significante a Latinoamérica.
La razón por la que esto nos llama la atención es porque la mayoría de los países latinoamericanos siempre ha mirado a los Estados Unidos como una fuente de ayuda en algunas veces y en otras una fuente maligna. ¿Entonces porqué pedir la ayuda de los Estados Unidos si después lo van a criticar y hasta llegar a maldecir? Con esto no estoy diciendo que los países latinoamericanos que estén enfrentando problemas sean unos malagradecidos ni que no deban sospechar las “buenas” intenciones de naciones poderosas, porque cuando un gobierno no encuentra una respuesta al problema interno, qué va hacer más que buscar la ayuda externa. Pero, como muchas otras intervenciones estadounidenses, no es suficiente sumar millones y millones de dólares cuando se esta hablando de vidas que están en peligro. Un Estado no solo está compuesto por los tres poderes administrativos, ni los policías, ni los militares; esta compuesto por las masas, como las llamo Marx, por los miles de ciudadanos que no entienden en términos de estadísticas o cifras económicas, sino entienden en cuanto a sus territorio donde viven, los lugares públicos que usan, y quieren poder caminar las calles sin miedo de recibir un disparo, ya sea por un narcotraficante o por un militar quien supuestamente esta a su lado. Lo importante en ambos países, incluso en los Estados Unidos, es la condición social, no solo la económica.
Los dos planes en los que se concentró este trabajo fueron diseñados en su mayoría e implementados por una Nación del primer mundo que al igual que estos dos países sufre del crimen, violencia, drogadicción y pobreza. A pesar de que puede proveer millones y millones de dólares a otros países los Estados Unidos tampoco ha podido combatir estos problemas esenciales en cuanto a la seguridad pública de su Nación. Claro que los Estados Unidos no tiene la misma cantidad de violencia, ni sufre de narcoterrorismo, ni de una guerra civil no establecida, tampoco el crimen organizado es de igual magnitud, pero no ha podido combatir en su propio país lo que critica y quiere combatir en otros.
El problema de las drogas en los Estados Unidos ha sido fuerte desde los años cincuenta del SXX cuando surgió el problema de la marihuana. Desde ese entonces se le ha sumado el problema de la cocaína, la heroína, la metanfetamina, las esteroides, el ácido lisérgico, y un sin fin de estupefacientes mixtos que alcanzan desde pequeños en la escuela hasta los más grandes adictos. ¿Acaso los Estados Unidos ha erradicado este problema de su país? ¿Ha hecho que la disponibilidad de las drogas deje de concentrarse en las clases más bajas y pobres del mismo? La respuesta es no. Y por esto mismo es que un gran sector de la población estadounidense critica la ayuda Plan Colombia y Plan Mérida, porque ellos mismos sufren el mismo problema. Es muy fácil decir que un gobierno es insuficiente en diferentes sectores sociales y que la gente quiere ver los resultados de tantas promesas, pero aún así es exactamente lo que sucede en todos los países. La población no quiere promesas, esta cansada de oír como se gastan los dólares, o pesos de sus impuestos en armar a los que ya son más poderosos, en lugar de proveer la seguridad de los que nunca han tenido armas.
En este trabajo no se trata de defender a ningún sector político, ni mucho menos, sólo habla sobre los temas que no son discutidos por los grandes agentes de los gobiernos de estos países, porque nada tiene un final de cuento de hadas. Si se termina el problema del narcotráfico, empezaría otro para sustituirlo, tal vez el rechazo de la población adicta. ¿Ayudaría el aumento de centros de rehabilitación, o simplemente causaría más furia en los carteles de droga actuales, lo que llevaría a una escalada en el conflicto interno, como lo están haciendo hoy en día en México? Estas son cosas que solamente se pueden analizar y tal vez proyectar en los años que siguen de la ayuda estadounidense, en la lucha contra las drogas.
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1 Estudios de Latinoamérica y Español. Whitman College —Walla Walla, WA, EEUU.
3 La definición de una Democracia Moderna se construye a través de elementos fundamentales que son: 1) una constitución que define los derechos y los deberes básicos de los ciudadanos, las funciones del estado y los procedimientos de decisiones en la política, 2) la separación de poderes entre le parlamento, el gobierno y los tribunales, 3) los derechos iguales (la abolición de la esclavitud y los privilegios), y el derecho igual al voto (una persona, un voto).
3 Las Fuerzas Armadas de Colombia. Así se llama un grupo guerrillero Colombiano. Las FARC opera en Colombia y en las zonas fronterizas de Venezuela, Panamá, Educador y Perú. Este grupo es participante principal en el conflicto armado colombiano desde 1964, y son considerados un grupo terrorista por 33 estados. Su combate consiste en el narcotráfico, guerra de guerrillas, y combate regular convencional así como técnicas terroristas.
8 Deborah Norden. (2003): “La democracia en uniforme: Chávez y las fuerzas armadas” en Ellner Steve y Hellinger Daniel (2003): “La política venezolana en la época de Chávez. Clases, polarización y conflicto.” Editorial Nueva Sociedad. Caracas.
12 Martha Ardila, “Entre la autonomía y la subordinación: las relaciones de Colombia con los Estados Unidos,” Facetas, No. 77 (agosto), p.6.
13 Mary Kaldor, New and Old Wars: Organized Violence in a Global Era, (Stanford, CA: Stanford University Press, 1999), p. 37.
14 Martha Ardila, “Entre la autonomía y la subordinación: las relaciones de Colombia con los Estados Unidos,” Facetas, No. 77 (agosto), p.6.
15 Juan Gabriel Tokatlian, El plan Colombia: ¿un modelo de intervención? Realidad Económica 179, p. 40
16 Martha Ardila, “Entre la autonomía…p.8.
17 Juan Gabriel Tokatlian, El plan Colombia: ¿un modelo de intervención? Realidad Económica 179, p. 45
18 Connie Veillette, “Plan Colombia: A Progress Report, ’’CRS Report for Congress, (22 de junio 2008), p4.
20 Traducido como la Iniciativa Andina Contra las Drogas, es un programa del gobierno estadounidense que brinda ayuda financiara a la región Andina en cuanto al problema del narcotráfico. Consiste de fortificar la cooperación de agentes judiciales en contra del cultivo y la producción de la coca. Su propósito es erradicar el cultivo y la producción de la coca en la región Andina y llevar conocimiento a la sociedad acerca de los males ya sea físicos, económicos, y sociales que produce dicho cultivo.
21 Connie Veillette, “Plan Colombia: A Progress Report,’’ p. 9.
22 Plan Colombia: Drug Reduction Goals Were Not Fully Met, but Security Has Improved; U.S. Agencies Need More Detailed Plans for Reducing Assistance, United States Government Accountability Office, (October 2008), p.3.
24 Plan Colombia: Drug Reduction Goals…p.6.
25 Vicente Fox Quesada, “La política exterior de México en el siglo XXI,” Revista Mexicana de Política Exterior, (16 de mayo 2002), p.13.
26 Jorge A. Schiavon, “Cohabitando en el Consejo de Seguridad: México y Estados Unidos ante la guerra contra Iraq,” (2003), p.196.
29 “Drug Control: U.S. Assistance has Helped Mexican Counternarcotics Efforts, but Tons of Illicit Drugs Continue to Flow into the United States,” United States Government Accountability Office, (August 2007), p.3.
31 Este es un plenario que esta asistida por un Diputado de la División Justicia Criminal, el asistente al ministro de justicia y el Diputado mexicano ministro de justicia. Esta compuesto de oficiales de señoría de los dos gobiernos responsables por el control de drogas.
35 “Anthony J. Blinden, “The Mérida Initiative: Guns, Drugs and Friends,” Committee on Foreign Relations: United Status Senate (21 de diciembre 2007), p.8.
37 La sección 1004 es del Acta de Autorización Defensiva Nacional por el año fiscal 1991 que autoriza al Departamento a proveer ayuda a actividades antinarcóticas de las agencias extranjeras federales.
39 “Status of Funds for the Mérida Initiative,” United States Government Accountability Office. CASEDE (3 de diciembre 2009) pp.30.
50 Sergio Aguayo Quezada. Los usos, abusos y retos de la Seguridad Nacional Mexicana. 1946-1990. Artículo en el libro En busca de la seguridad perdida. Siglo XXI Editores. Primera Edición, 1990. México p115.
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