Resumen   
                Lo que se analizará en el siguiente trabajo consiste en estudiar,  observando la vida política de Lula Da Silva, el ascenso político del ex  sindicalista proveniente de la izquierda brasileña. En el mismo, además veremos  de qué manera se encuentra con muchas dificultades impuestas desde las élites y  finalmente cómo sobresale y modifica tácticamente en cada ocasión sus planes  para lograr ser presidente de Brasil. 
El trabajo estará compuesto, en primer lugar, por los antecedentes  históricos, donde caracterizaremos su desarrollo en el ámbito sindical, su  papel en la construcción del Partido de los Trabajadores y las bases  doctrinarias en las que se funda y el crecimiento del mismo en términos de  popularidad y aceptación electoral.  
                En segundo lugar, desde la decisión de Lula y el PT a dar la máxima  batalla electoral, por la presidencia brasileña, cómo se prepara para convencer  a sus conciudadanos de sus propuestas, de qué forma, antes los resultados  desfavorables de los comicios en tres elecciones consecutivas, resiste  continuando como conductor del partido con un gran respaldo popular.  
                Por último, cuáles son las estrategias que utilizará para que en el  año 2002 la mayoría de los brasileños lo elijan para dirigir los destinos del  país y ya establecido en el poder, cuáles son los resultados y a imagen que  está dejando terminando su segundo mandato de gobierno constitucional.  
                Abstract 
                This work will analyze Lula Da Silva‘s political rise from his  beginnings as a “left wing” trade union leader. We will also see the  difficulties set by elites that he finds and how he finally overcomes those  problems and makes tactical changes in order to concrete his plans and become  Brazil’s president.   
                In the first place, we will study historical backgrounds, his personal  development in trade unions, the role he played in order to build Brazilian  Labour party, its doctrinarian basis and party’s growth and successful  performances in elections. 
    
                  In the second place, once Lula and PT decided to run the presidential elections,  Lula prepares himself to persuade people of his plans. Despite the consecutive  defeats through three elections, he resisted and continued as party guide with  a great popular support.  
                Finally, this work will study strategies he used in 2002 to gain the  majority of votes and become the man chosen to rule Brazilian’s destiny and  also the results and political image he achieves at the end of his second term. 
                Lula Da Silva: de candidato  contestatario a presidente en búsqueda permanente de consensos. Evolución y  consolidación de su liderazgo político. 
                Por Homero  Cymes*  
 Introducción 
  
                             El tema a analizar  es la evolución del liderazgo político y social de Luiz Inácio Lula Da Silva,  actual presidente del país con más influencia en América Latina y potencia  internacional en esta nueva reconfiguración mundial, con motivo de la crisis  financiera global actual: la República Federativa de Brasil. 
                             La pretensión de  este análisis es observar de qué manera Lula surge en el escenario 
                  político, cómo logra su consolidación de dirigente político-sindical,  su gran habilidad para persistir como referente natural de su partido (Partido  de los Trabajadores –PT-) después de tres derrotas consecutivas en elecciones  presidenciales, y cuando triunfa en las urnas, cómo su liderazgo lo convierte  en el presidente con mejor nivel de popularidad de todo el mundo. 
    
                             La finalidad, que  se aspira al realizar este trabajo es la posibilidad de poder agregar al  material ya existente sobre biografías, monografías, libros, etc., una mirada  nueva acerca de la identidad de una sociedad con serias asimetrías  socioeconómicas (de los niveles más altos de Sudamérica) con su líder que, nada  más y nada menos, es su Primer Mandatario. Esto se llevará adelante con el  análisis sobre el ascenso en niveles de popularidad en Brasil a través del paso  del tiempo y las políticas implementadas en las dos presidencias. Se analizará  desde la primera candidatura presidencial en 1989 enfrentando a Collor de Mello  (quien es quien lo vence en esta elección) hasta el vigente transcurso de su  segundo mandato, es decir, hasta estos días.   
                  
                              El cambio en la  orientación del liderazgo político de Lula Da Silva: Sobre cómo el líder  contestatario con tinte revolucionario modifica su estrategia y se vuelve  referente de amplios sectores de la sociedad brasileña que antes lo resistían,  nos llevará al siguiente sistema de problemas: 
                            ¿Cuáles fueron los  motivos por los cuáles Lula Da Silva deja atrás sus pensamientos más radicales  y modera su ideología? A pesar de este viraje: ¿Por qué muchos sectores de la  izquierda brasileña siguen apoyándolo si no sostiene los mismos principios  partidarios con los que se funda el PT?, ¿Cómo otros sectores de la sociedad  con el correr del tiempo también toman a Lula como un líder propio y aceptable?  Actualmente, ¿cuál es la mirada sobre su gestión y liderazgo por la sociedad  brasileña y por la región latinoamericana? 
                             De acuerdo con lo  expresado anteriormente se podría formular   la siguiente hipótesis: 
                           “El viraje en las  características del liderazgo político de Lula Da Silva y sus políticas  públicas llevadas adelante siendo Jefe de Estado lo llevaría a un crecimiento  positivo en términos de aceptación pública y popularidad” 
                  
                Marco Teórico 
                           El marco con el cual  se quiere analizar la evolución del liderazgo de Lula Da Silva en Brasil  consiste en algunos de los trabajos realizados por autores como Frei Betto,  quien resalta su capacidad personal de comandar, en primer lugar, desde el  ámbito del sindicalismo y, con un “capital político en ascenso”, llegar al  escenario político dirigiendo el Partido de los Trabajadores ganando espacios  de poder y, por último, llegando a la presidencia de aquél país.  
                            Posteriormente, para  insertarnos en la observación de las políticas implementadas por la  administración de Lula, gracias al trabajo biográfico del Centro de Información y Documentación Internacionales  en Barcelona (CIDOB) relacionaremos dichas políticas públicas con la aceptación  de vastos sectores da la sociedad brasileña que en principio no miraban con  buenos ojos al aquel líder contestatario que poseía un discurso de barricada  revolucionario y combativo en su época de dirigente sindical.  
                           Para finalizar, tomaremos de  publicaciones recientes, cómo las de Newsweek del mes de marzo de 2009, cómo el  crecimiento económico, la disminución de la pobreza, las reformas en materia  de  educación y salud y la colocación de  Brasil como una potencia global son razones fundamentales para que alrededor  del 70 por ciento de los brasileños consideren que Lula tiene una imagen  positiva en su séptimo año de gobierno.  
                Antecedentes históricos 
El líder sindical revolucionario 
        
                            Educado más en los quehaceres  prácticos que en los establecimientos educativos formales de su país, Lula Da  Silva se desenvuelve desde muy joven como obrero metalúrgico, obteniendo a los  18 años una especialización en tornería en el SENAI –Servicio Nacional de  Industria brasileño-, que le serviría para progresar en el ámbito  laboral-industrial. Debido a la militancia política de su hermano Frei Chico,  Lula es atraído por aquél y comienza a interesarse en la actividad sindical  metalúrgica, donde surge como dirigente respetado por todos sus compañeros por  su consecuencia y esfuerzo para llevar adelante las conquistas y  reivindicaciones del sector obrero industrial.  
                             Ya en el año 1975 es elegido  presidente del Sindicato de Metalúrgicos de Sáo Bernardo do Campo y Diadema, es  decir, máximo representante de alrededor de cien mil trabajadores del cordón  industrial paulista. Lula, de esta manera, se va convirtiendo en un líder  sindical imprescindible, dos datos marcan de lleno este adjetivo: en 1975 gana  las elecciones sindicales por el 92% de los votos, y en su reelección en 1978,  por el 98%1.  
                            El problema social inmerso en estos  años en el Brasil tenía que ver con que la economía nacional era deficitaria y  la ola de desempleos comenzaba a amenazar a la clase trabajadora organizada no  sólo por los despidos directos sino también por la disputa intrasindical de  aquellos que tenían una postura conciliatoria con la clase patronal y los que  confrontaban de lleno con ellos y el gobierno militar brasileño, en donde se  ubicaban Lula y sus seguidores. 
                         Las reivindicaciones de Lula tenían  que ver, entre otras, con aumentos de salarios teniendo en cuenta los niveles  de inflación reales y no los enunciados por el gobierno y las cámaras empresarias.  Al ver que los reclamos de la clase trabajadora no eran escuchados y tomados  como propios por la dirigencia política tradicional, el sector conducido por  Lula Da Silva creía necesario generar un instrumento propio de representación  política para que “…obreros  industriales, asalariados del comercio y los servicios, funcionarios públicos,  moradores de la periferia, trabajadores autónomos, campesinos, asalariados,  rurales, mujeres, negros, estudiantes, indios y otros sectores explotados y  marginados de la sociedad brasileña, se pudiesen organizar políticamente para  defender su interés.”2 
                 Paso al  momento político. Creación del Partido de los Trabajadores. 
                 Formación y estructura del Partido 
      
               La formación del partido que  liderará Lula Da Silva se constituye debido a esta débil representación  política de los sectores más desfavorecidos que vimos más arriba. Por ello, el  10 de febrero de 1980 se funda el Partido de los Trabajadores (PT) en el  Colegio Sion de San Pablo. 
                  Las bases doctrinarias de esta  nueva organización  política son de corte  socialista, clasista, marxista, “… un poco a semejanza de los partidos  socialistas y laboristas europeos de los años cincuenta y sesenta…”3, y el PT  se inserta rápidamente en los sectores obreros paulistas.  
                 Originalmente, como acabamos de  señalar, el PT contiene un ideario socialista tan marcado que le impide aliarse  con actores políticos más moderados como el PMDB del intelectual-político  Fernando Henrique Cardoso, estructura también surgido de la crisis partidaria  de fines de la década de los setentas y principios de los ochentas. 
                 De igual manera, Lula continúa  ligado a la militancia sindical significativamente, generando acciones de  relevancia política como por ejemplo la huelga obrera conocida como “la huelga  de los 41 días”, que es abruptamente reprimida por el gobierno militar y como  saldo tendrá el arresto de Lula, en otros dirigentes sindicales. Sin embargo,  toda acción antidemocrática del gobierno de facto favorecerá al apoyo y  reconocimiento que el pueblo dará a Lula por encabezar la lucha y su proyecto  político va tomando solidez y desarrollo.  
               Para el año 1982, en las primeras  elecciones en las que se presenta Lula con el PT saca un millón doscientos mil  votos 1200000 para gobernador por el Estado de San Pablo. Aunque no le alcanza  para ganar, es un buen arranque en el escenario electoral. 
               En 1986 se eligen constituyentes para la  reforma constitucional a llevarse a cabo en Brasil. Lula no sólo es electo para  el cargo sino que además es destacado por su labor defendiendo las doctrinas  que su partido quería establecer en la nueva constitución brasileña.  
               En cuanto a la estructura  partidaria, el PT está compuesto por militantes y dirigentes que provienen de  diversas experiencias políticas: de sindicatos, partidos de izquierda,  movimientos sociales y de sectores de la iglesia e intelectuales de izquierda.  Lo real de la base ideológica del partido es que no posee una sola orientación,  sino que al ser tan heterogéneo en su interior se resaltan varias tendencias  dentro del mismo. Esto le da al PT la posibilidad de tener que basarse en el  análisis que desarrollaba de la realidad social y construir su poder a través  del pragmatismo político, que le dará identidad propia y de esta manera  encontrará sustento en las bases sociales de Brasil.  
                  
                Avance popular del Partido 
                             El desafío entonces queda  planteado para el partido: cómo compatibilizar su concepción y composición  política con las reglas democráticas sabiendo que la consolidación como actor  relevante en la sociedad brasileña iba a llegar, o no, según las capacidades  que muestre este innovador sujeto político. “En un país en que la política  partidaria siempre giró en torno de figuras carismáticas o de clientelismo  electoral, es muy significativo el hecho de que el PT haya evitado (en sus  orígenes) el fenómeno de “lulismo””.4  
               Otro movimiento estratégico  importante del líder del PT, Lula Da Silva, se refleja cuando al mismo tiempo  que los empresarios nacionales lanzaran su confederación que los agrupará  fortaleciendo su poder en la correlación de fuerzas entre el capital y el  trabajo, encabezará la realización de la primera Conferencia Nacional de la Clase Trabajadora,  que tendrá como punto cúlmine la creación de la Central Única de  Trabajadores (CUT), que se convertirá en la pata gremial del PT y será “… el  nuevo ariete movilizador del obrerismo contra el régimen militar.”5 
               El PT compone el arco opositor que  se manifiesta a favor de la elección directa de la presidencia, a pesar de que  el petismo queda marginado del apoyo al candidato con el cual se identificaba:  Tancredo Neves, más allá de diferencias conceptuales que ellos podrían tener,  Lula decide apoyarlo. Pero sucede lo que nadie iba a suponer: el ex gobernador  de Minas Gerais fallece antes de asumir y entonces José Sarney se convierte en  presidente democrático de la República   Federativa de Brasil. 
               Las relaciones de Lula y el PT con  el presidente electo no eran buenas. Por cierto, Sarney había sido uno de  aquellos que había marginado a Lula de la coalición de apoyo a Tancredo Neves.  Nuevamente, Lula y su círculo petista decide estratégicamente no sólo tomar  posición opositora al gobierno, sino también radicalizar el curso y el accionar  ganando apoyo en las bases sociales, en   particular en los sectores trabajadores. 
               Electoralmente, el PT comienza a  posicionarse como la primera fuerza de izquierda en todo el territorio nacional.  “En las elecciones legislativas del 15 de noviembre de 1986  el PT adelanta al PDT, pisa los talones al  PDS (…) con el 6,9% de los votos, que se traducen en 16 diputados.”6 
               El momento sobresaliente de esta  época es cuando Lula siendo constituyente comanda la lucha política para que en  la reforma constitucional se cristalice la defensa de los intereses de los  trabajadores. Y esto se logra, ya que en la Carta Magna figuran las  conquistas como el derecho a huelga, 44 horas semanales de jornada laboral,  vacaciones pagas por las empresas para los trabajadores y salarios atados al  coste de vida. 
                El candidato de los sectores populares. Sus derrotas electorales en las  presidenciales brasileñas. Avances y retrocesos políticos del PT en la arena  electoral nacional. 
                             En el año 1989, el PT con su  candidato a presidente, Lula Da Silva, pelea palmo a palmo contra una  personalidad muy particular para la política brasileña: el ex gobernador de  Alagoas y empresario millonario Fernando Collor de Mello. 
               Previo a esto, en comicios de  carácter municipales en el año 1988, el PT gana en 29 prefecturas, entre las  que se encuentran San Pablo y Porto Alegre. Esto genera optimismo de cara a las  elecciones presidenciales del siguiente año. 
               El PT polarizará esta elección con  el candidato de la derecha Collor de Mello, quien llega a esta instancia con el  Partido de Reconstrucción Nacional (PRN) que había sido creado para dicha  ocasión. 
               Pero, ¿Quién era Collor de Mello?  ¿A qué intereses representaba? ¿Qué características personales iban a  diferenciar de Lula Da Silva? 
               Como señala el licenciado Alberto  Baldioli, Collor de Mello poseía “…un partido pequeño y hecho a su medida…”7. Esto  tiene que ver justamente con que el desarrollo de la campaña va a estar  fundamentalmente vinculada a la imagen y a la comunicación mediática del  candidato oriundo de Alagoas, que se convertirá en su arma esencial para ganar  el envite. Ello, indudablemente, de la mano de su discurso antipolítico y  antiburocrático, en apoyo de los sectores mas concentrados de la economía y los  medios masivos de la comunicación, quienes veían a Lula Da Silva como un  enemigo de sus intereses. 
               El 15 de noviembre de 1989,  Fernando Collor de Mello gana por once puntos de ventaja sobre Lula. De todos  modos irán a una segunda vuelta, en la cual al candidato de Lula Da Silva lo  apoyarán los otros candidatos de los partidos de centro y de izquierda que no  llegaron a acceder a dicha circunstancia. Sin embargo, esta adhesiones no  alcanzarán para torcer la victoria del Partido de Reconstrucción Nacional, y al  PT le tocará jugar el rol de oposición al nuevo gobierno democrático de Brasil.  
               Como señalamos anteriormente, Lula  Da Silva va tomando estrategias políticas que son muy interesantes de analizar.  Ante algún avance o retroceso en su desarrollo como líder social y político  brasileño, se las ingenia para sostener su figura ante la opinión pública y.  con el paso del tiempo, su liderazgo se convierte casa vez más indiscutido.  Para la izquierda política, la figura de Lula Da Silva se hace imprescindible,  ya que es el único que puede alzar la batalla electoral a nivel federal  llevando las banderas de la causa de los que menos tienen, debido al gran  reconocimiento a nivel popular hacia el dirigente nacido en Caetés, estado de  Pernambuco.   
               Lo primero que hace Lula ni bien  pierde con Collor de Mello es tomar nuevamente la presidencia del PT, y desde  allí encabezar una activa oposición reivindicando los postulados que siempre  resaltó: redistribución de la renta nacional, políticas contra el hambre y la  pobreza, aumento de los ingresos a los trabajadores, entre otros.  
               La estrategia lulista de  sostenimiento y consolidación de su popularidad podemos afirmar que es positiva  si tomamos en cuenta los resultados electorales que obtiene y con la  reformulación política-ideológica del PT en esta etapa.  
               Para el año 1992 dicho partido  político gobernará en 55 prefecturas en territorio brasileño y tendrá una  considerable representación en la cámara de diputados y el primer senador  electo, por el estado de San Pablo. Además, el PT será quien apoyará la  destitución del presidente Collor de Mello, acusado de corrupción hasta por su  propio entorno. 
               En lo referente a la cuestión  doctrinaria, en el I Congreso partidario realizado en 1991, Lula Da Silva  impone la definición que caracterizará al Partido de los Trabajadores en esta  etapa política, partido que se declara como un defensor de un socialismo  democrático, “… que rechaza tanto al capitalismo liberal como el socialismo  estatista de tipo soviético, pero también (en menor medida) el modelo de  socialdemocracia, ya que, según él, esta vía sólo es pertinente para países  ricos capaces de destinar sus ingentes recursos al bienestar de la población  que ya tiene sobradamente cubierto sus mínimos vitales…”8 . Esta  posición política trae consigo un desprendimiento de sectores de tradición trotskistas  y pro soviéticos, así como también, esta especie de aggiornamiento doctrinario  llama la atención positivamente a sectores progresistas, moderados y de clases  medias, que observan en Lula un líder pragmático y racional adaptado al sistema  político y con vocación de poder. 
               En 1994, el ex tornero mecánico es  nuevamente candidato a presidente por el PT y sus aliados. Esta vez se  enfrentará a una figura que nada tenía que ver con el anterior contrincante  destituido del gobierno brasileño, en lo referido a antecedentes personales y  prestigio, el es Fernando Henrique Cardoso.  
              En  reiterada ocasión, el stablishment económico y los medios masivos de  comunicación volcarán sus recursos para perjudicar al lulismo y, en este caso,  el apoyo se volcará en un representante mucho más confortable para favorecer,  que a pesar de que no se le reconocía un contacto directo con la realidad  cotidiana de los brasileños, esto lo podía contrarrestar por su vasta  trayectoria académica, su experiencia como Ministro de Hacienda del gobierno de  Itamar Franco de 1993 a  1995 en momento críticos para la economía y por su propuesta de ofrecer  estabilidad económica para los brasileños y previsibilidad para los inversores.  
               Cardoso gana cómodamente las  elecciones del 3 de octubre del mismo año y el PT, al menos, crece en cantidad  de gobernaciones estatales y en representación legislativa federal. Ya para la  siguiente elección realizada en 1998, el PT toma una actitud frentista al  contar, en el tejido de alianzas, con partidos y figuras políticas de la  izquierda que sustentarán el tercer intento de Lula Da Silva para tomar el  primer magistrado nacional. A pesar de no haber podido solucionar los problemas  sustanciales de la deuda externa y de las desigualdades socioeconómicas, Fernando  Henrique Cardoso es reelegido para la presidencia. Sin embargo, Lula y sus  seguidores continúan con el ascenso político que significará para el líder una  motivación necesaria para querer competir por cuarta vez consecutiva en las  próximas elecciones desarrolladas cuatro años más tarde.  
                Triunfo en las urnas. Tiempo de reformas progresivas y planes ambiciosos. 
                             En 2001, el PT elige a su  candidato a presidente para el siguiente año, y lo destacado del duodécimo  encuentro nacional partidario es que existen sectores petistas que, tras los  continuos reveses electorales de Lula, platean un cambio en la conducción del  líder para afrontar los próximos comicios. De todos modos, Lula es elegido como  candidato a presidente por cuarta vez y va a emprender “… una estrategia  electoral enteramente renovada que hace hincapié en aspectos descuidados o  voluntariamente excluidos en campañas anteriores”9 . Esto  es muy interesante de observar en esta nueva etapa para la vida política de  Lula Da Silva. Cuando decimos “nueva etapa” nos queremos referir al cambio en  cuestiones de forma y de fondo que dará a conocer en toda la campaña hacia las  presidenciales de 2002.  
               En cuanto a las cuestiones de  forma, Lula modera su discurso, dejando de ser tan agresivo con sus adversarios  y a su vez, mostrándose mucho mas prolijo en su vestimenta, y sus publicistas y  colaboradores “…difunden una imagen del candidato inédita, mas relajada y  familiar, como esposo y padre afectuoso, capaz de exteriorizar sentimientos.” 10Y en lo  que tiene que ver con cuestiones de contenido, Lula intenta seducir a sectores  políticos que nunca lo habían asimilado como un candidato contenedor, que  respete la alianza histórica nacional entre el capital y el trabajo. Para este  logro, el líder se presenta ante los empresarios e inversores con expresiones  amistosas, dándoles a entender que si llegara a ser presidente no iba a  modificar la matriz macroeconómica existente, y además que en el marco del  sistema capitalista imperante, deseaba crear confianza y previsibilidad a  aquellos que inviertan en el país. Otro gesto de suma importancia que genera el  lulismo es el acompañamiento en la fórmula como vicepresidente de José de  Alencar Gomes Da Silva, dirigente del Partido Liberal, representante explícito del  libre mercado con buena llegada no sólo al entorno lulista sino también a los  sectores de la economía reacios, hasta el momento, al líder de izquierda. 
               En lo que respecta a las  propuestas sociales que encabezará Lula, lo mas importante es la persistencia  programática del PT por solucionar la problemática social de los bajos salarios  de gran cantidad de trabajadores, de la cuestión alimentaria insatisfecha de  millones de sus compatriotas y de las tierras improductivas hasta ese entonces reclamadas  por una gran organización social: el Movimiento Sin Tierra. 
               En el plano internacional lo  fundamental que se planeaba realizar era la consolidación de las relaciones  regionales, es decir, profundizar al MERCOSUR, desarrollándolo institucionalmente,  agregando estados miembros de Sudamérica para fortalecerlo política y  financieramente. De la misma manera, el PT planteaba desechar a un lado las  relaciones asimétricas con Estados Unidos en tiempos donde se analizaba la  implementación del ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas) como nueva  herramienta de dependencia económica para los países emergentes. 
               El 27 de octubre de 2002, en  segunda vuelta, Lula gana por primera vez las elecciones presidenciales con el  61,3 % de los sufragios, venciendo a José Serra del PSDB (Partido  Socialdemócrata Brasileño). Además de este gran acontecimiento, el PT  acrecienta su poder parlamentario y, junto a sus aliados, obtiene una mayoría  en el congreso que le servirá para gobernar y cumplir con tamaña  responsabilidad. 
               Ya en el poder, desde el 1 de  enero de 2003 Lula demuestra con nombramiento, discursos y políticas publicas  que realmente no va a existir una transición al socialismo, sino que sin dejar  de lado, nunca lo hace, la cuestión social que indicamos anteriormente, en lo  referente a la macroeconomía (contención a la suba inflacionaria, pago en  termino de la deuda externa, convenios y préstamos con organismos de crédito  internacional para programas de orden nacional, apreciación de la moneda  nacional respecto al dólar) los empresarios e inversores nacionales y  extranjeros quedarán tranquilos porque no verán la existencia, que para ellos  era alarmante, de una transformación profunda en las reglas económicas del país.  Lo cual no quiere decir que no haya un intento de desarrollo del aparato  productivo y modernizar al país que, como la región donde esta situado, venía  desfavorecido en términos tecnológicos con respecto a los países centrales. 
               El combate contra la pobreza y el  hambre era intrínseco para los planes de Lula. En su discurso ponía la solución  alimentaria de los más pobres como la gran misión que debía cumplir teniendo a  su cargo el primer magistrado. El programa Hambre Cero se hace realidad y es la  cabeza de una serie de políticas sociales para acabar con este gran mal anclado  en la sociedad brasileña. 
               Estratégicamente, para sostener a  las bases sociales y políticas que respaldaban al gobierno de Lula se  intensificaban estas series de políticas sociales, que además incluían a la  erradicación definitiva del trabajo esclavo y la regularización dominial de la  tierras ocupadas por los habitante de las favelas, y por otro lado, para dar  gestos claros a los sectores económicos privados, acercándoles iniciativas  políticas para brindarles previsibilidad a sus emprendimientos e inversiones en  el territorio, este es el “nuevo Lula”, el presidente que ha moderado su  accionar para alcanzar bases de sustentación y legitimidad aun mas amplias de  las que poseía en una primera etapa. Claro que esto le iba a generar criticas  en el seno del partido, ya que para este objetivo debía dejar a untado grandes  principios e ideas como la reforma agraria, no ajustar ningún salario ni  haberes previsionales, es decir, cuestiones que Lula con el argumento de  cumplir con el exterminio de la pobreza extrema y con la necesidad de  encontrar  recursos y consenso para ello,  requería incumplir con aquellos propósitos. 
               Ninguna decisión era sencilla  debido al equilibrio que implicaba tener siendo presidente de un país como  brasil, acostumbrados a gobiernos de coaliciones y alianzas de vastos sectores  políticos. 
               El avance hacia las políticas a  favor de los sectores siempre postergados de la nación iba a realizarse en  forma gradual para no desarticular este delicado equilibrio que nombrábamos,  pero también si observamos algunos datos de los primeros años de gobierno no  notamos resultados objetivamente positivos en absoluto. Nos encontramos con un  alza en el desempleo, el crecimiento de la  deuda publica, la baja cuantitativa en inversiones de importancia, una ola de  inseguridad ciudadana por el rol de los narcos “refugiados” en las favelas que  crean temor con sus crímenes a sangra fría y con sus relaciones con las fuerzas  de seguridad y la política. 
               Sin embargo, a pesar de las  dificultades que se presentan para cristalizar las ideas relacionadas con  acortar la brecha entre ricos y pobres, Lula no claudica e implementa políticas  que tendrán como destino el combate contra la pobreza y la indigencia, como los  programas d Hambre Cero, Bolsa Familia , microcréditos para pequeños  emprendedores, fortalecimiento de la agricultura familiar, entre otros. Como  así también, como resalta el escritor y ex funcionario del gobierno de Lula Da  Silva, Frei Betto, no se logró desarrollar las reformas en los órdenes  tributarios, agrarios y políticas. 
               Si bien Lula va a presentarse para  ser reelegido, los errores internos del PT por cuestionamientos públicos al mismo  líder por un inconcluso compromiso con las reivindicaciones populares que el  partido defiende desde sus orígenes, que el critico Leonardo Boff va a  calificar como ingenuidad política e irracionalidad estratégica de los sectores  que abogan esta postura, porque dan caldo e cultivo a los espacios que bregan  por volver al neoliberalismo para así retornar al poder político. Sin embargo,  las bases de sustentación social del pueblo brasileño que se identifica con el  presidente al que consideran como “uno de los suyos”, no le soltarán la mano  porque ven reflejado en el líder a quien ha padecido en su historia semejantes  problemas de los que está convencido combatir. No creen en otro. Saben que  todavía el modelo impulsado por su gobierno no se ha profundizado, pero se dan  cuenta que es una lucha compleja y que hay sectores que resisten a la  intensificación de las transformaciones sociales. 
               Este es el gran debate, pero con  la intención de sintetizar la discusión que se ofrece en el seno del PT, es muy  interesante lo que señala Frei Betto contestando al sector más crítico: “Lula  no hizo campaña para agradar a los ´petistas´ (del PT) o a la izquierda. Ni  hará un gobierno en ese sentido. Será el presidente de todos lo brasileños,  coherente con los principios que lo llevaron a fundar el PT y fiel a su  programa de gobierno. Priorizará las cuestiones sociales, a la que estará  supeditada la economía. Si eso es no ser de izquierda, ¿cómo será?”  11 
               Lo cierto es que el 29 de octubre  de 2006, Lula es reelegido en un envite que nuevamente tendrá desenlace en  segunda vuelta, en donde dicha instancia el líder petista sacará más cantidad  de votos que cuatro años atrás y le gana al Socialdemócrata Alkmin por  aproximadamente 21 millones de votos de diferencia*. 
               Con actitud mucho más  reconciliadora, llamando a la oposición a consensuar políticas estratégicas en  busca de conseguir el tan preciado crecimiento económico que permita el  desarrollo teniendo en cuenta la sustentabilidad ambiental, y esto va a estar  mucho más remarcado en el segundo mandato, las políticas públicas marcharán en  ese sentido. 
               En lo que respecta a las  relaciones que lula va a encabezar con el resto del mundo, como dijimos mas  arriba, dará prioridad a la integración regional a través del MERCOSUR como  UNASUR o el grupo de Río. La relación que ha tenido con el gobierno argentino  de Néstor Carlos Kirchner y, desde el 2007 con su sucesora Cristina Fernández  de Kirchner han sido de enorme importancia, ya que Lula considera que si bien  Brasil es el líder natural debido a  sus  características socioeconómicas y geográficas, no puede desligarse de su socio  estratégico para el desarrollo regional por el cual brega. Además el líder  brasileño, encontraría cierta afinidad política con el matrimonio presidencial,  que produce una relación intensa encontrándose en posiciones comunes ante los  diversos foros, encuentros y asambleas internacionales como nunca antes había  sucedido en la historia de los dos países. 
               Lula es aceptado como un líder  tanto entro de la misma como fuera. En un artículo publicado por la revista  semanal Newsweek para Argentina, el periodista Sebastian Catalano comenta que  el presidente actual de los Estados Unidos, Barack Obama, después de reunirse  con Lula Da Silva, afirmaba que admiraba su liderazgo progresista y que el  mundo debe aprender del mismo y de la realidad brasileña. 
               
                            Conclusión 
                            A modo de conclusión, recuperando la hipótesis con la que pudimos  trabajar a lo largo del análisis, podemos afirmar que el cambio estratégico en  lo relacionado a la acción y al liderazgo políticos de Luiz  Inácio Lula Da Silva, tanto siendo Jefe de Estado como previo a ello,  consiguiendo el respaldo de sectores de la sociedad que le eran esquivos, lo  llevaría a un crecimiento positivo en términos de aceptación pública y  popularidad entre los brasileños según marcan consultoras de opinión pública  dentro y fuera de Brasil. Y esto es los particular de caso Lula, ya que  terminando su segunda gestión al frente de la República Federativa  de Brasil llega a oscilar el ochenta por ciento de imagen positiva, situación  que tranquilamente hace pensar que el líder haría algo para forzar un tercer  mandato consecutivo, que actualmente no es constitucional, postulado descartado  por el mismo Lula que, como un gran jugador de ajedrez, sostiene poco ético e  incoherente aún sabiendo que es muy probable que las próximas elecciones quede  en manos de la oposición porque no existe en el PT un sucesor o sucesora con  chances claras para ganarlas.  
               
             Esta mirada estratégica de la  política es una faceta fundamental que ayuda a entender los cambios, los  avances ante la adversidad, aprendiendo de sus errores, el líder que poco a  poco va dando la sensación de que quedará, si todavía no quedó, en la historia  como uno de los más grandes estadistas que supo tener Latinoamérica. 
                *Homero  Cymes. Carrera de Ciencia Política. Facultad de Cs. Sociales (UBA) 
                Bibliografía General: 
Revistas 
Catalano, Sebastián (2009): “Las lecciones de Lula”. Revista  Newsweek Argentina. Nº 138. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.  
                Páginas de  Internet  
http://www.cidob.org/es/documentacio/biografias_lideres 
  _politicos/america_del_sur/brasil/luiz_inacio_lula_da_silva 
                Baldioli, Alberto:  Neodecisionismo en América Latina: entre la apatía cívica y la participación  política. Argentina y Brasil (1989-1992) http://www.rlcu.org.ar/revista/numeros 
                /01-01-Octubre-2003/documentos/alberto_baldioli.pdf 
                Betto, Frei: http://vinculando.org/brasil/lula/lula_biografia.html 
                http://www.voltairenet.org/article143641.html  
                http://www.cadal.org/informes/pdf/Democracia_4.pdf 
                http://www.americaeconomica.com/numeros4/304/reportajes/Gema304.htm 
                http://es.wikipedia.org/wiki/Luiz_In%C3%A1cio_Lula_da_Silva#Obrero_y_sindicalista 
                
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