| RESUMEN             El siguiente artículo tiene por  objetivo analizar y describir el conflicto bilateral generado entre Argentina y  Uruguay por la instalación de dos plantas de celulosa en la zona de Fray  Bentos, Uruguay.  De esta manera se  trazará un recorrido, en el que en una primera instancia, se describirá el  proceso que llevó a los países a confeccionar el Mercosur y se verá como se  relacionan los presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay en torno al proceso  de integración regional; para luego pasar a explicar cómo y porque se generó el  conflicto que enfrenta a ambos países.  También  se analizará cómo dicho diferendo genera una afección en el proceso de  integración del bloque, produciendo así, el retraso de una confiable  construcción regional; la cual es de carácter vital para los países  latinoamericanos para menguar los efectos nocivos que puede generar la  globalización en un mundo moderno que empuja a los países a abandonar el  unilateralismo y actuar en bloque.  El  trabajo contará asimismo con un análisis realizado en torno a las actitudes y  decisiones tomadas por Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez; analizando así, la  lógica del conflicto bilateral, sus repercusiones hacia el Mercosur y la  emergencia de otras alternativas que se visualizan por fuera del bloque regional:  como la de Estados Unidos y su proyecto ALCA.
   ABSTRACT             The following article aims to  analyse and describe the bilateral conflict between Argentine and Uruguay  generated by the installation of two cellulose plants in Fray Bentos´s area,  Uruguay.  This would lay out a journey,  which in the first instance, will describe the process that led some countries  to stablish the Mercosur and will be listed how the presidents of Argentine,  Brazil and Uruguay relate to among other about the regional integration  process; and then move on to explain how and why it was generated the conflict  between the two countries.  It will also  be discussed how such disputes generate a condition in the process of  integration of the block, thus, the delay of a reliable regional construction;  which is vital for latin american countries to reduce the harmful effects that  globalization can generate in the modern world that puts pressure on countries  to abandon unilateralism and act collectively.   The work will also have an analysis done on the attitudes and decisions  taken by Néstor Kirchner and Tabaré Vázquez; analyzing, in this case, the logic  of this bilateral conflict, its impact towards the Mercosur and the emergence  of other alternatives which are displayed outside the regional block: as the  United Stated of America and its project ALCA. Argentina vs. Uruguay: un conflicto que afecta al mercosur  Por: Laura  Romina Pradal* 1.  INTRODUCCION             El tema general sobre el que  desarrollaré el trabajo será desde las Relaciones Internacionales y los  Liderazgos Políticos. Luego de describir desde Argentina,  las relaciones bilaterales y entre los líderes  que se dan en el marco del Mercosur con Brasil y Uruguay; se desarrollará el  tema específico de la investigación que será el análisis del conflicto de las  papeleras entre Argentina y Uruguay y cómo éste afecta al proceso de  integración del Mercosur.  El área sobre  la cual trabajaré será el Análisis Comparado y  el Método a utilizarse será el Histórico - Comparativo  - Hipotético - Inductivo.
             El eje temático central del trabajo  es el actual enfrentamiento entre Argentina y Uruguay, suscitado por la  instalación de dos plantas de celulosa sobre la zona de Fray Bentos, en las  costas del Río Uruguay.
 Luego de describir los antecedentes  históricos al conflicto, desarrollaré la cronología del mismo, desde su inicio  en el año 2003, recorriendo las dimensiones políticas internas y externas en torno  al reclamo de ambos países; hasta las medidas y resoluciones llevadas a cabo en  la actualidad.  Por un lado analizaré las  decisiones políticas domésticas y  por el  otro, la dimensión externa que refiere al modo de asumir el carácter bilateral  del conflicto e impulsar la estrategia y el reclamo argentino en la Corte Internacional  de Justicia de La Haya.
             Asimismo, considero relevante analizar el  conflicto en torno a las papeleras en el marco de las dinámicas propias  inherentes al proceso de integración del Mercosur.  En este sentido evaluaré cómo y de que manera  el conflicto y las tensiones que el mismo genera,  repercuten en el proceso de integración.  También intentaré realizar una reflexión en  torno al papel que juega Estados Unidos y su proyecto de ALCA, para luego pasar  a una etapa en donde evaluaré el papel de los líderes de la región.              La justificación por la que elegí el  tema es tratar de responder a lo largo del trabajo a la pregunta de porqué se  llegó a esta instancia de quiebre en las relaciones bilaterales entre Argentina  y Uruguay y cómo esto genera el debilitamiento del Mercosur que desde su  confección deja entrever varios déficits a nivel institucional y como escenario  especifico de cooperación en la región.   Por otra parte, el mercado común no ha estado trazado por una lógica a  nivel bloque, sino que es la mera suma de países que actúan como péndulo en  torno a la cooperación, según el contexto que se dé en el plano internacional y  según los intereses de los gobiernos y líderes de los países miembros.  Todo esto llevaría a que, a falta de una  visión única y compartida por los países sobre el Mercosur y su necesidad de  fortalecimiento, emerjan conflictos entre los países miembros, como el que será  analizado más adelante: las papeleras.             El objetivo principal de este  trabajo es analizar, por un lado, cómo los presidentes de Argentina y Uruguay  trataron el conflicto que se desató entre ambos países por la instalación de  dos plantas de celulosa sobre la zona de Fray Bentos, en las costas del Río  Uruguay y en torno a esto, analizar el conflicto de las papeleras en el marco  de las dinámicas propias inherentes al proceso de integración del Mercado Común  del Sur y cómo y de qué manera, el conflicto y las tensiones que el mismo  genera repercuten en el proceso de integración regional.             La hipótesis que se verificará o  falseará a través de esta investigación será: “El Mercosur no habría logrado  crear fuertes lazos institucionales en la región, lo que llevaría a que los  lideres latinoamericanos privilegien la coyuntura interna de sus propios  países, en detrimento de los intereses regionales que nuclean al Mercosur” 1.1.   ANTECEDENTES HISTORICOS Y CONFECCION DEL MERCOSUR El Mercosur (Mercado Común del Sur), surge como consecuencia de  las experiencias regionales y   bilaterales entre Brasil y Argentina.   Una de estas, fue la ALALC (Asociación Latinoamérica de Libre Comercio),  en la década del ´60, constituida luego de la depresión causada por la  posguerra de la segunda guerra mundial, la cual había provocado un fuerte  desequilibrio en las economías latinoamericanas.  La solución a este desequilibrio vendría dado  de la mano de la integración, en el plano intraregional y es en este marco, que  surge la ALALC, cuyo principal objetivo era la integración económica de la  región y la reducción de las barreras tarifárias para generar así, una zona de  libre comercio.La segunda experiencia surge luego  del estancamiento de la ALALC a nivel regional y es así como en la década del  ´80 nace la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) cuyo objetivo era  incrementar los acuerdos entre las diferentes regiones, pero en marcadas  direcciones, generando así, alianzas interregionales y no intraregionales como  proponía la ALALC.  Pero esta integración  tendrá los problemas de la misma década del ´80 en donde Latinoamérica sufre  los efectos de la crisis de la deuda externa.
 Ambas experiencias no llegan al  puerto deseado por sus impulsores, pero estos modelos, son los que el Mercosur  tendrá como referentes de integración en la región.  La raíz del Mercosur estará ubicada en la  Declaración de Iguazú firmada entre Brasil y Argentina en 1985, por los  presidentes Sarney y Alfonsín respectivamente, cuyo objetivo estaba enmarcado  en fortalecer y construir la democracia y aliarse para resolver problemas en  forma conjunta. De esta manera Argentina y Brasil generan un acuerdo enmarcado  en el Programa de Integración y Cooperación Económica (PICE).
 La década del ´80 provoca cambios de régimen en los  diferentes países y la entrada en vigor (aunque en distinto momento) de la  democracia. Este acontecimiento produjo cambios económicos en los diferentes  países, “por lo que en 1990 se firma el acuerdo de complementación económica  que revigoriza el proceso de integración; el acuerdo abandona los principios de flexibilidad, selectividad, equilibrio en el intervalo y gradualismo. El cambio en la política de integración significaba el paso desde un objetivo de área de libre  comercio hacia la confirmación gradual de una unión aduanera y posteriormente  un mercado común”1.  De esta manera, a partir de 1991, tras la  firma del Tratado de Asunción queda constituido el Mercosur al  incorporarse al acuerdo bilateral entre Argentina  y Brasil; Uruguay y Paraguay. Pero es necesario marcar que dicho tratado  entrará en vigencia a partir de 1995.
 Este proyecto mercosureño surge de la necesidad que  tienen los países latinoamericanos, de crear mercados regionales. La  globalización  genera una especie de  interdependencia reciproca entre los estados, que lleva a la creación de  bloques regionales para enfrentar las adversidades que propone el mundo  moderno, es así que en América del Sur se requirió crear una integración entre  países, para poder enfrentar de forma conjunta los diferentes proyectos  regionales que se encuentran vigentes a lo largo y ancho del globo.  En los países en vías de desarrollo, como los  latinoamericanos, se suma la necesidad de consolidar la fortaleza de las  instituciones democráticas con la creciente importancia de la ampliación de los  mercados para sus productos, así como la de contar con ventajas en las  negociaciones con los grandes bloques económicos que conforman los países  desarrollados2.  Es por esto, que el Mercosur nace como una  alianza estratégica y     colectiva, para  enfrentar los distintos problemas internos que padece cada país (pero que  algunos de ellos son compartidos en conjunto, como el surgimiento de las  democracias incipientes que están débilmente institucionalizadas luego de la  etapa militar) y los problemas externos al bloque. El Mercosur es una alianza  colectiva de cuatro países que deciden actuar en conjunto frente a la misma  problemática económica que atraviesa América del sur.  Cada país, tiene sus propias reglas de juego  político y posee independencia ante eventuales acuerdos con otros países fuera  del bloque, pero siempre deben respetarse los intereses de la región, ya que de  éstos depende el fortalecimiento del mercado común.
 El Mercosur propone entre otras cosas, la libre  circulación de bienes y servicios entre países a través de la eliminación de  derechos aduaneros, adoptar una política comercial común en relación a los  estados que no son parte del bloque, establecer un arancel externo común, etc.,  todo esto para llevar al fortalecimiento ínterbloque.
 Siguiendo con esta lógica, se pueden plantear de esta  manera, como sucedieron cronológicamente los hechos que llevaron a la  constitución del Mercado Común del Sur.   En principio debe señalarse a la Declaración de Iguazú  en 1985 (dada durante el paradigma de la  transición democrática) como el primer escalón que sentará las bases de la  integración bilateral entre Argentina y Brasil. “La estabilidad política e  institucional, más la crisis de la deuda y más precisamente la búsqueda de una  vía para resolverla, modificaron la tradicional visión de competencia y  conflicto entre los dos países, dando pase a la cooperación”3.  A partir de la década del ´80, (período que  coincide con el reemplazo de los gobiernos autoritarios-militares, por  gobiernos democráticos en el Cono Sur) se produjeron arreglos intra-regionales  en los que se negociaron los intereses estratégicos de cada país, sobre todo  los que tienen que ver con el plano económico-comercial y que dan lugar a la  puesta en marcha de iniciativas de cooperación entre los países, que generan la  creación de mercados comunes.  Es así  como en el Cono Sur surge un espacio regional llamado Mercosur, que tiene una  naturaleza económica-comercial.  La  región experimenta el proceso de transición democrática en donde desde esta  perspectiva se alientan practicas de seguridad al interior y exterior del  Mercado Común.  Con la democracia surgen  nuevos desafíos para cada Estado, que involucran tanto conceptos económicos  como políticos, los cuales en tiempos de gobiernos de facto, entorpecían las  distintas búsquedas que se generaron para lograr acuerdos y así cooperar  regionalmente.
 En 1986 se firmó el Acta de  Integración Argentino-Brasileña, que buscaba estimular la expansión comercial,  pero este no pudo llevarse a cabo, ya que tanto Argentina como Brasil no  estaban equilibrados económicamente. Es así, que pese a las dificultades  económicas que atravesaba cada país, los presidentes de ambos países decidieron  profundizar el proceso de integración bilateral firmando el Tratado de  Integración, Cooperación y Desarrollo en 1988, cuyo objetivo principal era  instaurar un área común económica.  A  pesar de que el presidente argentino, Raúl Ricardo Alfonsín no termino su  mandato y fue reemplazado por Carlos Menem en 1989, el tratado firmado con  Sarney, siguió en pie y su  ratificación  fue en Agosto de 1989, generándose de este modo la continuación de los acuerdos  bilaterales.  En 1990 se firma el Acta de  Buenos Aires, entre Menem y el nuevo presidente de Brasil, Collor de Melo, cuyo  objetivo era acelerar la construcción del mercado bilateral.  En 1991, queda registrado el ingreso al  acuerdo bilateral (previamente acordado entre Brasil y Argentina) de Paraguay y  Uruguay, tras la firma del Tratado de Asunción que da vida al acuerdo de la  construcción del Mercosur.
 "La decisión de integrar el  Mercosur no implicó discontinuar los numerosos acuerdos bilaterales firmados  previamente en la ALADI. Es decir, que siguieron con validez las preferencias  bilaterales pactadas antes del Acta de Asunción e, incluso, los Acuerdos de  Alcance Parcial firmados entre los países miembros"4.
 En 1994, se firma el Protocolo de  Ouro Preto, adicional al Tratado de Asunción, que muestran el interés de los cuatro  países para seguir avanzando con el proceso de construcción regional. Esta  firma le da marco institucional al acuerdo.   De esta manera se asiste a la implantación de una zona de libre comercio  y una unión aduanera entre los países parte del mercado común, que comenzará a  regir a partir de 1995.  Puede verse que  el acuerdo de la constitución de un mercado común estaba dado por “la necesidad  política de hacer frente a los requerimientos sistémicos de la globalización  económica, y por otra al desafío provocado por el colapso fiscal,  administrativo y regulatorio del aparato estatal en los países centrales de la  subregión”5.
             Hasta aquí, he hecho una descripción de los  antecedentes históricos que dieron vida y forma al Mercosur. A continuación, se  desarrollaran las diferentes relaciones que se dieron desde Argentina, hacia  Brasil y Uruguay.   1.2.  LAS RELACIONES CON  BRASIL             Como la Licenciada Botto  nos dice: “es posible identificar dos períodos: la  integración concebida como instrumento político (1985-1991), y luego un  Mercosur eminentemente económico (1991-2001)”6.  El primer período, se ha descrito  anteriormente, y es el que se da en el plano de las negociaciones y acuerdos  entre los países para establecer la integración regional. “Esta etapa      pre-Mercosur estuvo marcada por la  convergencia de intereses en torno de la necesidad de reformular la relación  cívico-militar, consolidar el sistema democrático y eliminar las hipótesis de  conflicto militar y rivalidad argentino-brasileña, con miras a vínculos de cooperación”7  Era necesario crear entre los países medidas  de construcción de confianza con el objetivo de enfriar los conflictos que  pudieran darse entre Brasil y Argentina.   Y es así, que ambos países debían cooperar entre sí, ya que tanto Brasil  como Argentina padecían a nivel interno situaciones parecidas: “volvieron a  gobiernos civiles débiles, en 1983 y 1985 respectivamente, sus líderes se veían  acechados por problemas similares. Economías débiles, militares fuertes y  crecientes expectativas sociales forzaron a ambos países a buscar manejar mejor  las tensiones, reducir los presupuestos militares e identificar una nueva  estrategia económica. Se habían dado pasos tentativos al final del régimen  militar para crear un acercamiento entre los dos países, pero la inauguración  de los gobiernos democráticos en ambas naciones fue lo que legitimó un nuevo  enfoque de la integración regional”8. Lo  interesente de la cita anterior es la relación que nuevamente aparece entre  democracia, legitimidad e integración, ya que la fórmula que surge de estos  tres es la siguiente: La democracia legitima la integración, lo que podríamos  también entender, cómo la cultura democrática legítima la cooperación regional.
             En  una segunda etapa de la integración, situada a comienzos de la década del ´90,  los líderes de la región inauguraron una etapa signada por la atracción de  nuevas inversiones y la necesidad de incrementar los flujos comerciales.  De esta manera, se asistió a lo que fueron  llamadas: las reformas estructurales, acompañadas tanto por la privatización de  muchas empresas estatales, la desregulación y la liberalización comercial. Es  así que en esta etapa, el Mercosur se ve atravesado por la necesidad de todos  los países parte del mismo, de avanzar en su integración.             “Aún  con una visión compartida sobre el valor del Mercosur y la necesidad de  preservarlo, a medida que la década fue avanzando, Argentina y Brasil  diferenciaron su perspectiva tanto sobre el significado económico del proyecto  como respecto a su utilización en tanto herramienta política”9.  Brasil a diferencia de Argentina, encaró al  Mercosur como un espacio estratégico a nivel político, para poder crear así,  una integración a nivel regional que lleve a ambos países a una situación de  estabilidad.  Pero desde Argentina, no se  obtuvo una visión largo placista como la de Brasil. Y es en esta etapa en donde  comienzan las diferencias o roces con Brasil10, ya que  Argentina comienza su política de alineamiento y "coqueteo" con  Estados Unidos y esto es visto con desconfianza y recelo por parte de los  países vecinos.  En esta parte, entre los  temas que tensaban las relaciones con Brasil, pueden suscitarse por un lado el  temor que se tiene a que Argentina se viera atraído por el proyecto de libre  comercio (ALCA) impulsado por Estados Unidos, por otro lado la aspiración de  Brasil a ser el representante de la región como miembro permanente del Consejo  de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y la aspiración de  Argentina de ser un aliado extra OTAN (Organización del Tratado del Atlántico  Norte).              Otra  de las diferencias que se producen en esta época es que ya no se asiste a una  visión compartida en el marco de las medidas liberales y de las  privatizaciones.  Mientras que en la  Argentina de Menem, las privatizaciones, fueron de carácter medio, en el Brasil  de Cardoso, las mismas, fueron muy moderadas,   cosa que no hubiese ocurrido de este modo si Collor se hubiera mantenido  en el poder, ya que tenía un pensamiento profundamente liberal, que lo  identificaba más con Menem.  Y mientras  que Argentina mantenía su política cambiaria en el marco de la convertibilidad,  Brasil devaluaba su moneda.             De  esta manera puede verse, que durante esta etapa, a pesar de haber avanzado en  la construcción de un Mercado Común, no se tuvo una visión compartida entre los  países sobre cuál era el funcionamiento adecuado para el mismo, ya que tanto  Brasil, como Argentina,  mantenían  relaciones unilaterales con otros países, o buscaban objetivos que no  contribuían a la unión del bloque, sino al recelo de los vecinos: Argentina por  su lado mantenía “relaciones carnales” con Estados Unidos y Brasil por su lado,  a pesar de saber que su potencial entrada al Consejo de Seguridad de la ONU provocaba malestar a nivel  regional, seguía insistiendo con su propuesta.              A  pesar de las diferencias entre ambos países, las propuestas que se generaban a  fines de la década del noventa, entre Menem y Cardoso (que luego también se  mantuvo con De la Rúa), eran el establecimiento de una ciudadanía única a nivel  regional y la creación de una moneda única (al estilo el bloque regional de la  Unión Europea), para así crear un lazo que vaya mas allá de lo comercial.  Pero hoy día, aún no se ha logrado.             “Es  a partir de 2003, en una América Latina transfigurada y con los cambios de  gobierno en Brasil y Argentina, que resurge un discurso común sobre el bloque  económico"11  Pasada la década del noventa, y luego de la  asunción de Lula da Silva en Brasil y de Néstor Kirchner en la Argentina, se observa un  escenario mas propicio para generar acuerdos a nivel regional. Ambos  presidentes, vieron la necesidad de reanudar las negociaciones en torno al  Mercosur y de esta manera cooperar y dialogar para reconstruir el bloque. Los  mandatarios se enfocaron en la integración haciendo hincapié en los temas que  quedaron pendientes en el proceso de integración, entre estos se buscaba la  creación de una moneda común al bloque, una cruzada contra la pobreza que se  inserta cada vez con más fuerza en la región, la creación de un parlamento, un  mayor número de inversiones que genere el incremento de la producción regional,  etc.    1.3.  LA POLITICA EXTERIOR DE  URUGUAY               Puede decirse que las relaciones con  Uruguay a lo largo del período de la década del ´80, luego de la reinstauración  democrática, se caracterizaron como estables y de buen diálogo. Una de las  cuestiones que favorecieron al mismo, fue el apoyo que obtuvo la Argentina por parte de  Uruguay (cuyo presidente era Sanguinetti) ante el reclamo por las Islas  Malvinas.  Otro de los puntos que deben  destacarse de la relación, es que no hubo conflictos territoriales entre  Uruguay y Argentina, como si los tuvo la última, con Brasil por los recursos  hídricos compartidos en la década del ´70.   Otro punto favorable de esta relación fue “dado  por el gobierno argentino el 29 de julio de 1986, cuando el presidente  Sanguinetti fue invitado a Buenos Aires para presenciar la firma de los  acuerdos argentino-brasileños y analizar el modo de inserción del Uruguay en el  esquema de integración.    En marzo de 1988 comenzaron a  negociarse los términos concretos del ingreso uruguayo al proceso de  integración, paso que se concretó en Abril siguiente, durante el encuentro  presidencial tripartito que tuvo lugar en Brasilia”12.               Para  Uruguay, el ingreso al Mercosur era de vital importancia, ya que hoy día y  debido a su limitada extensión geográfica (en comparación a Argentina y  Brasil), necesita insertarse en un bloque regional para combatir los efectos  negativos que trae aparejado el proceso de globalización.  Inserción sin la cual, se verá aislado, ya que  sus vecinos poseen mayores recursos y niveles de cooperación.              A partir de la reapertura  democrática dada en 1985, Uruguay buscó tener una política externa que sea  funcional al desarrollo del país, el mismo vendría dado con la estrategia de  inserción del país en el plano internacional.   Es así, como en la década del ´80, los países de la región buscan  mecanismos para alcanzar acuerdos colectivos para hacer frente a los problemas que se dan en el ámbito  internacional.  Una de las medidas era “ofrecer alternativas a la política de Estados Unidos en la región,  apartándose de la histórica subordinación de la conducta externa de los países  americanos en relación al poder hegemónico, demostrando la voluntad política de  los lideres latinoamericanos para encontrar soluciones propias a los problemas  de la región (Ferro, 1990)”13  De esta manera, Uruguay durante los primeros  años transcurridos bajo el régimen democrático no mantuvo relaciones  bilaterales con Estados Unidos.             En 1990, Luis Alberto Lacalle, del  Partido Nacional, llega al poder.  La  década del 90 estuvo signada, en lo que respecta a los países latinoamericanos  como Argentina, Brasil y también Uruguay, por la entrada en vigencia de las  doctrinas del modelo liberal, que presionaban por el achicamiento del Estado  mediante privatizaciones y desregulaciones, la propuesta de la vuelta al  liberalismo y la apertura comercial.              En 1991, se firma el Acta de  Asunción, por la cual el Mercosur pasa a estar integrado por los cuatro  países.  Esta firma es vista como el  pasaporte que adquiere Uruguay para insertarse al sistema internacional.  También puede apreciarse, que en esta época  se acude a la propuesta de formación de una zona de libre comercio  latinoamericana; proyecto impulsado por Estados Unidos, al cual en una primera  etapa Uruguay apoyó.  Es así, que se  observa a finales del gobierno de Lacalle, una iniciativa a impulsar el  proyecto estadounidense. “El proyecto que pasa a denominarse Área de Libre  Comercio de las Américas (ALCA); aunque de hecho se constituyó inmediatamente  en un área de confrontación entre Brasil y Estados Unidos luego de múltiples  reuniones a diferentes niveles, tuvo su punto casi de desintegración en  Diciembre de 2003.  Este extremo se verá más  adelante, en la Cuarta Cumbre  de las Américas en Mar del Plata, Argentina en Noviembre de 2005 con la  oposición expresa de los países integrantes del Mercosur”14.
 En 1995, vuelve al poder  Sanguinetti, tras una coalición entre el Partido Nacional y el Partido  Colorado.  Se asiste a una continuidad en  la política exterior uruguaya en la que se quiere insertar al país oriental en  el plano internacional y el Mercosur parece ser el camino mas apropiado para  dicho suceso, ya que el mismo experimenta la posible entrada de Bolivia y  Chile, no como Estados Parte, sino como Estados Asociados.
 
 A partir del año 2000, vuelve a  escena el Partido Colorado de la mano de Batlle, quien gana las elecciones  mediante el ballotage luego de una reforma constitucional que introduce este  mecanismo de doble vuelta.
             “En lo regional, la devaluación del  real en Brasil en 1999 y la posterior devaluación en Argentina y las  consecuentes severas crisis económicas y políticas que se sucedieron en este  último, a las que se sumo la tardía respuesta del gobierno nacional, desataron  la peor crisis financiera padecida por Uruguay y que hizo eclosión en el año 2002”15.  La devaluación de la moneda brasilera provocó  una crisis al interior del Uruguay.   “Entramos con esta decisión en una etapa en la cual el bloque se vio  afectado principalmente por decisiones unilaterales tomadas por los dos países  grandes que contribuyeron a agudizar la crisis económica por la que atravesada  la región”16.  A partir de este suceso, es que Uruguay  comienza a establecer nuevamente relaciones con Estados Unidos que comprará  productos uruguayos y esto generará un aumento en las divisas.  Este alineamiento provocará además de algunas  oposiciones, una lógica de “hermandad” con Estados Unidos; la cual Argentina  había tenido durante la década del ´90, entre los presidentes Menem y  Clinton.  Es sabido, que los países partes  del Mercosur, no asienten esta especie de uniones carnales, ya que ven con  desconfianza la intromisión del país hegemón en la región latinoamericana.  Además esta intromisión hace que se genere  una especie de recelo entre los países del bloque y con esto, se retrasa el  fortalecimiento del proyecto mercosureño: que Estados Unidos compre productos  de la región genera uniones bilaterales que no están bien vistas ante la mirada  de los vecinos.               Con la llegada al poder de Tabaré  Vázquez en 2005, se manifiesta un cambio en el sistema de partidos (hasta  entonces manejado bajo la mecánica bipartidista) y entra en juego un tercer  partido que se da origen tras una coalición de izquierda entre Encuentro  progresista, Frente Amplio y Nueva Mayoría y es el que lleva a Tabaré a la  presidencia.  En esta etapa, puede verse  una actitud positiva y constructora del Mercosur desde los gobernantes de los  diferentes países parte.  Todos los  presidentes opinan que es necesario fortalecer los lazos y generar políticas  que hagan del Mercosur un área sólida en materia económica, ya que puede verse  una década después de su creación, que no se ha llegado al nivel de crecimiento  que se buscaba y que se ha producido un estancamiento que puede afectar a los  países en todos sus aspectos, ya que el mundo globalizado requiere economías y  países que actúan en bloque bajo estructuras sólidas.
 “Junto con el significado retraso de  la internalización de las normas jurídicas adoptadas en su seno la no  concreción de la Unión   Aduanera así como las importantes asimetrías entre sus  socios, el Mercosur ha dejado de ser un bloque de cuatro países para  convertirse en uno de dos. Los socios mayores -Argentina y Brasil- toman sus  decisiones en forma bilateral, decisiones que no ofrecen alternativa a los  socios menores”17.
 
 Uruguay continúa con su política de  acercamiento a Estados unidos, pese a la oposición de los socios del Mercosur y  en el seno de las negociaciones del ALCA.
 
 Otro hecho que golpea al Mercosur se  da durante el gobierno de Tabaré, en el que se endurecen las relaciones  bilaterales con Argentina. El motivo es el conflicto en torno a la instauración  de dos fábricas de celulosa, situadas sobre el Río Uruguay.
 
 1.4.  COMO SE LLEGA AL CONFLICTO                Los antecedentes históricos en torno  a las relaciones bilaterales que vinculan a Argentina con Brasil y Uruguay,  fueron explicados con el fin de mostrar que si bien los anteriores países mencionados,  junto con Paraguay, firmaron un acuerdo que los relacionaba y responsabilizaba  a actuar en forma conjunta para la preservación del bloque regional, en el  plano real su actuación dista de lo formal: hay una especie de brecha  insalvable entre la teoría y la práctica.   Debe reconocerse también, que el bloque presenta diferencias marcadas  entre los socios.  Algunas de estas  refieren a lo económico, otras a lo geográfico, etc.   Siendo así debe remarcarse que “el bloque  regional del Mercosur es pródigo en asimetrías de variada naturaleza: por  ejemplo y para exponer la más obvia, el 97% del producto del bloque proviene de  Brasil y Argentina, correspondiendo al primero casi el 80% del total. La  contribución de los socios menores es sólo algo mayor al 3% (Secretaría Técnica  del Mercosur, 2004: 28)"18.Otra de  las asimetrías que se presentan es la capacidad que tienen los Estados a la  hora de afrontar crisis. Los Estados con mayor poder de la zona regional (Argentina  y Brasil) son más proclives a enfrentar efectos negativos que los Estados más  pequeños como Uruguay y Paraguay.  Es así  también, como los Estados más atrayentes para los inversores internacionales a  la hora de elegir un país para encomendar sus negocios, serán los más grandes.
 Se genera de esta manera, una  necesidad de los países de actuar por fuera del bloque, ya que éste, muchas  veces, no colma sus expectativas, ni representa sus intereses. Una de estas  necesidades se ve en la frecuente búsqueda de apoyo o inversiones de los países  centrales; oportunidad que es aprovechada por Estados Unidos, para introducirse  en la región y poner en jaque la integridad del bloque.
             Con lo descrito anteriormente, se  puede corroborar, que los países que forman el Mercosur, no tomaron de manera  rígida y lineal el proceso de integración y colaboración entre los países, es  decir, recorren un camino en pendiente que los acerca y aleja según las  necesidades particulares y el contexto que se dé en el plano  internacional.  Lo formal, en lo que  respecta a obligaciones entre los miembros, nos brinda una brecha amplísima en  la práctica. 
 Se percibe de esta forma, que el  Mercosur al no cubrir las expectativas de los países firmantes, lleva a los  mismos a crear acuerdos extra bloque.   Esto, por un lado muestra que el Mercosur no nuclea a los países bajo  una lógica conjunta de cooperación y deja la puerta abierta de par en par hacia  negociaciones por fuera del bloque con países que a menudo vienen a romper la  estabilidad entre los miembros del mercado común y por el otro lado, la falta  de cooperación intrabloque, hace que se establezca una lógica de privilegiar el  cuidado de cada país en particular y no del bloque en general.  Es de esta manera que surgen a través del  tiempo diferentes consecuencias por la falta de responsabilidad de los líderes  al tomar decisiones y por la lógica de privilegiar las economías domésticas en  detrimento de la del bloque.  Una de las consecuencias  de estas acciones puede encontrarse en el actual conflicto bilateral que surge  entre Argentina y Uruguay, el cuál se desarrollará a continuación.
 2. PAPELERAS: UN  CONFLICTO QUE AFECTA LAS RELACIONES BILATERALES ENTRE ARGENTINA Y URUGUAY
 “En 2002 la Empresa Nacional  Celulosa España (Ence) presentó al Gobierno uruguayo el proyecto para la  instalación de una planta de pasta de celulosa en Fray Bentos, con una  inversión de 600 millones de dólares. Lo mismo hizo la finlandesa Metsa-Botnia  Botnia en 2004, con una inversión de 1.200 millones de pesos”19.
 
 Esta inversión le  brindaría al Uruguay: desarrollo productivo y mayores fuentes de trabajo y será  el resultado de toda una cadena productiva que se ha venido impulsando en el  país de explotación forestal, con vistas a su tratamiento en las plantas de  celulosa.  Por lo cual, no sólo la  inversión extranjera le generará un gran beneficio económico, sino también, la  ubicación de las materias primas que viene gestando para dicha fabrica, desde  hace largos años.  Sin embargo, este  proyecto no pudo articularse, ni obtener la forma de un rompecabezas en donde  todas sus piezas encajan, ya que ante ciertos planes a futuro, a veces no se  pueden predecir posibles oposiciones.  De  esta manera, aparecen diferentes actores en escena tanto del lado argentino,  como del uruguayo.  Estos actores son los  gobiernos de ambos países, tanto provinciales, como nacionales, organismos  internacionales, las población uruguaya y argentina, los medios de  comunicación, los organismos que defienden al planeta, los dirigentes de las  empresas de celulosa, etc.  Es así, que  se acude a una explosión  de la  participación de diferentes actores en la esfera pública (algunos a favor y  otros en contra de la instalación de las plantas) con el ambientalismo como  telón de fondo.
             “La oposición firme al proyecto fue  impulsada desde sectores del Frente Amplio y pequeños, pero activos, grupos  ambientalistas preexistentes en Fray Bentos, creados en contra de la política  de forestación”20   Estos sectores al no ser oídos en forma  masiva en Uruguay trasladaron su protesta hacia el otro lado de la costa.  Así se unió a ellos, la población de  Gualeguaychú, quienes luego darán vida y formarán la Asamblea Ciudadana  Ambiental de Gualeguaychú (ACAG).
 Las relaciones bilaterales entre  Argentina y Uruguay comenzaron a tensionarse a principios de Octubre del año  2003, cuando la Cancillería Argentina,   advierte en un comunicado su preocupación ante la eventual instalación  en la zona uruguaya de Fray Bentos de una planta de celulosa de la firma  española ENCE, frente a la ciudad de Gualeguaychú, Argentina.  También se venían gestionando operaciones del  lado uruguayo para construir una segunda fábrica de celulosa, Botnia.
             El punto de inflexión, en lo que  respecta a las relaciones bilaterales, estalló en Febrero de 2005, cuando el  gobierno de Batlle autorizó la construcción de la segunda planta, de origen  finlandés, Botnia.  El gobierno uruguayo,  autorizó la instalación de la planta, unilateralmente, rompiendo la medida de  consulta previa dispuesta y acordada entre ambos países, lo que suscita las  quejas de la Argentina  ante la violación del Estatuto celebrado con Uruguay en 1975 del Río Uruguay,  en el cuál se reglamenta la cooperación entre Argentina y Uruguay para  administrar este recurso natural y asimismo luchar contra la contaminación.  Al ser éste un recurso compartido, cualquier  alteración del mismo, requiere que la parte que quiera utilizarlo con algún fin  consulte previamente al segundo país firmante del acuerdo, antes de realizar  alguna acción que pueda producir algún perjuicio o cambio sobre dicho recurso.             “En Marzo de 2005 tuvo lugar un  cambio de gobierno en Uruguay.  Tras las  elecciones presidenciales de octubre de 2004, el Frente Amplio resultó  victorioso.  Los indicios de oposición al  proyecto de las plantas que este partido había adoptado en los comienzos se  disolvieron rápidamente y durante la campaña electoral el tema no fue, por  cierto, uno de los ejes de discusión21” Esto deja claro que el gobierno de Tabaré  Vázquez no estaría dispuesto a dar el brazo a torcer.  La instauración de las plantas generaba un  gran avance económico para Uruguay, ya que por un lado incrementaba el mercado  de trabajo y por el otro venía a dar forma a la política forestal que se había  iniciado en la década del ´80.             Estas medidas impulsaron a los  vecinos de Gualeguaychú a recurrir al espacio público a luchar contra la  instalación de las pasteras.  Y es así  como en Abril de 2005, organizaron un corte de ruta (el cual sería el primero  de una serie de protestas interminables) que generó el bloqueo del puente  internacional General San Martín. Ante estas manifestaciones el Gobierno  Nacional Argentino, a través de su   Canciller Bielsa, pidió la realización de un Estudio de Impacto  Ambiental, (ya que la instalación de plantas de celulosa podría llevar al aumento  de la contaminación) y que se detengan las obras en construcción hasta que  dicho informe esté listo
 Ante el reclamo de los vecinos de  Gualeguaychú y frente al carácter público que fue ganando este conflicto, ambos  países acuerdan crear el GTAN (Grupo Técnico Bilateral de Alto Nivel): un grupo  de conformación binacional; para que analice el impacto ambiental que la  instalación de las pasteras podría provocar, pero este grupo no lanza ningún  informe, ni acuerdo sobre su trabajo.
 Paralelamente  al desacuerdo entre ambos gobiernos, los cortes de ruta que realizan los  vecinos de Gualeguaychú, hacen levantar al gobierno uruguayo reclamando por la  libre circulación y por el perjuicio que éstas medidas provocan a los ingresos  generados por el turismo en dicho país.   Asimismo, dentro del territorio uruguayo también hay movimientos de  protesta social en torno al medio  ambiente.
 
 Seguido a esto, el gobierno argentino  pide a la Corporación Financiera Internacional que realice un estudio de  impacto ambiental antes de otorgarle a Uruguay los créditos que solicita para  financiar la creación de las papeleras.   En Diciembre de 2005, “La Corporación Financiera Internacional (CFI), el  área del Banco Mundial que otorga créditos a privados, consideró en un informe  preliminar publicado ayer que los proyectos de dos papeleras en Uruguay,  cuestionadas en Argentina, cumplen sus requisitos técnicos ambientales”22.
 
 De esta manera puede verse que “lo  que comenzó siendo un problema ambiental tomó, sin duda, la forma de un conflicto  geopolítico que involucraba múltiples actores que representaban, con formas y  métodos distintos, intereses empresariales, inquietudes sociales espontáneas,  cálculos políticos y metodologías de gestión gubernamental”23.   El debate que se genera en torno a la  instalación de las plantas además de estar polarizado, genera un “juego de suma  cero” en el que el ganador se lleva todo.   Si Uruguay resignaba  la creación  de las plantas, con ello renunciaba a una causa de soberanía nacional que venia  gestando décadas atrás, e iba a alzarse con la derrota de este juego que acepta  sólo a un ganador.
             A  partir de Mayo de 2006, ante la incapacidad de ambos gobiernos de llegar a un  acuerdo, este conflicto traspaso el ámbito regional, para ser tratado ante un  órgano internacional, es así, como la demanda Argentina fue llevada a la Corte Internacional  de Justicia (CIJ) con sede en La Haya.  Desde  la Argentina  se reclama la violación e incumplimiento del Estatuto del Río Uruguay.  Pero no obstante, Uruguay defiende la  instalación de las papeleras diciendo que éstas no contaminarán y genera un  reclamo, ante la CIJ  y  ante el Tribunal Arbitral del  Mercosur, argumentando el mismo, en la violación de la libre circulación  (obstruida por los movimientos de protesta, los cuáles cortaron diversos  puentes de conexión entre ambos países).   “Según el Estatuto del Río Uruguay, de 1975, la Corte Internacional  de Justicia de La Haya  es la instancia a la que las partes pueden recurrir en sus controversias  bilaterales, después de agotar algunos pasos negociadores previos (...). Esta  composición es pedida por los Estados que presentan razones de urgencia, como  los casos medioambientales, para los cuales la Corte creó en 1993 una sala de siete  miembros.  Las partes tanto del tribunal,  se expida sobre el fondo de la cuestión, aunque hasta ahora el Tribunal de la Haya no ha hecho lugar con  frecuencia a este tipo de peticiones”24.              La Corte Internacional  de Justicia rechazó el pedido de Argentina de frenar la construcción de las  pasteras en Uruguay, de manera casi unánime: 14 votos a favor y 1 en contra.,  ya que se consideró que no afectarían a la contaminación del Río Uruguay.  Y por otra parte el Tribunal Arbitral del  Mercosur resolvió que: “… Argentina incurrió en un desconocimiento de los  tratados internacionales del bloque regional al “no prevenir, ordenar o  corregir” los cortes de rutas binacionales, pero descartó que esa actitud haya  respondido a un interés de perjudicar al Uruguay y se abstuvo de fijar penas a  futuro si es que las obstrucciones se reiteraran”25.             Uruguay por su parte, intentó llevar  el conflicto al seno de la   Organización de Estados Americanos, pero no consiguió que  Argentina acceda a querer la mediación de esta institución en el  conflicto.  “La Organización de  Estados Americanos (OEA) no debe mediar en el conflicto por el bloqueo de los  pasos fronterizos entre Argentina y Uruguay porque es un problema bilateral,  dijeron fuentes de la   Cancillería Argentina.   La OEA no  mediará en el conflicto desatado por la instalación de  dos papeleras en Uruguay porque, además,  tiene que existir un pedido de ambas partes para que lo haga”26. Ya habían  transcurrido tres años del conflicto que enfrentaba a ambos países, pero  todavía no había llegado ninguna mediación, ni solución posible.  En Noviembre de 2006, se realizó en  Montevideo La Cumbre  de Iberoamérica de jefes de Estado y gobierno. El diálogo entre Tabaré y  Kirchner estaba cortado,  y aún no se  había podido resolver la relocalización de la planta Botnia exigida por parte  de Argentina, por lo que el presidente Kirchner pidió al rey de España, Juan  Carlos, que sea un mediador entre ambos países y así poder ayudar para que  pueda reestablecerse el diálogo entre los dos jefe de estado. El rey aceptó y  encomendó a Yánez Barnuevo, embajador de España ante Naciones Unidas, a ejercer  el rol de facilitador del diálogo entre ambos países. Así, en Noviembre de 2006  se realizó la primera visita de Yáñez al país, en la que se reunió con el Jefe  de Gabinete, Alberto Fernández, con el Canciller Jorge Taiana y el presidente  Kirchner. En dicha reunión “Se pusieron a disposición del enviado español, los  documentos que respaldan la posición de la Argentina.  La primera línea del  Gobierno dedicó tiempo a explicarle en detalle el argumento de la presentación  ante La Haya,  basado en el presunto desconocimiento por parte de Uruguay del Tratado del Río  Uruguay al haber aprobado de manera inconsulta la instalación de las plantas en  el curso de agua compartido”27.             Paralelamente a la visita de Yáñez,  los reclamos sociales desde las porciones de la sociedad que reclaman por el  cuidado del medio ambiente, inician nuevos cortes de ruta promovidos  por la Asamblea Ambientalista  de Gualeguaychú. El dato que debe tenerse en cuenta, es que estas  manifestaciones efectuadas en medio de las rutas generan bloqueos ilegales,  pero no ilegítimos, ya que no son reprimidos por las autoridades argentinas que  ven en el derecho a reclamar por la no instalación de Botnia,  un acto puramente legítimo, aunque se  obstruya la circulación.             Una situación que sorprende y causa  apoyo tanto para el Gobierno Argentino, como para los grupos manifestante, es  la decisión de ENCE de reubicar la papelera en el Río de la Plata, en una zona cercana a  Colonia, ya que su proyecto de ubicarse en la zona de Fray Bentos fue duramente  criticado desde la Argentina  y ocasionó duras tensiones entre los gobiernos vecinos. Luis Arregui, titular  de la papelera española Ence, “dijo estar tremendamente satisfecho por terminar  el problema con la Argentina  al decidir la relocalización de la planta que en principio iba a construirse en  Fray Bentos.  El ejecutivo español agregó que ENCE  utilizará madera argentina, con el objetivo de contribuir al desarrollo  económico de la región”28.   Ante estas declaraciones “el senado de Entre
 Ríos,  convirtió en ley el proyecto que prohíbe la exportación de madera a Uruguay”29,  iniciativa gestada desde la sociedad de Gualeguaychú.
 
 A pesar del logro por la  relocalización de ENCE, los conflictos persistían, ya que no había avances con  respecto a la reubicación de Botnia.  El  diálogo entre los líderes estaba resquebrajado y no faltaban oportunidades  entre los presidentes para desprestigiarse entre sí.  Tal es el caso del presidente Néstor  Kirchner, que en la apertura del año legislativo, a principios de Marzo esbozó  las siguientes palabras hacia su par uruguayo: "Querido Tabaré: negociar  haciendo solamente lo que ustedes creen que hay que hacer, por más buena fe que  tengan, es acatar, no negociar (...).   Nosotros no hemos sido los que hemos violado el Tratado del Río Uruguay;  nos duele en el alma no encontrar una voluntad negociadora para relocalizar (la  pastera Botnia) y alcanzar un punto de acuerdo que sintetice los intereses de  los dos países"30.
             A fines de Marzo de 2007 y luego de  tres visitas por Argentina y Uruguay, el embajador español ante Naciones Unidas  Juan Antonio Yáñez Barnuevo,  anunció que  a partir de Abril del mismo año, comenzaría en España una serie de reuniones  bilaterales entre los gobiernos enfrentados, para reabrir el diálogo y tratar  de solucionar el conflicto generado por la ubicación de la planta Botnia.  "No obstante, ambos países procuran el  respaldo del gobierno brasileño para sus respectivas posiciones. Uruguay  vincula la opción por el Mercosur como foro apropiado para dirimir la  controversia con la necesidad de solucionar urgentemente los problemas de  asimetría al interior del bloque.  El  gobierno brasileño evita compromisos con una respuesta lacónica"31. Debe  mencionarse que el Mercosur ha tenido precarios mecanismos para solucionar el  conflicto entre las partes, dada su ineficiencia institucional.             Llegado el mes de Abril, se  iniciaron las reuniones anunciadas en Marzo.   Produjeron un alto impacto entre ambos países, ya que el resultado de  dichas reuniones fue la reapertura del diálogo postergado entre ambos gobiernos  desde hacía más de un año, todo gracias a la mediación de España, tanto del  rey, como de Yáñez. .  “Este es el inicio  del diálogo, dijo el Canciller Jorge Taiana, quién informó por el lado  argentino, tenemos la mejor predisposición”32. En la  reunión, llevada a cabo en Madrid entre el 18 y 21 de Abril de 2007 por la corona  española,  hubo cierto acuerdo, el cual  llevó a que ambos gobiernos firmaran el Tratado de Madrid, en el que se decidió  continuar con el diálogo en el mes de Mayo en Nueva York, Estados Unidos.  Pero cabe destacar los acuerdos logrados  entre ambos países, los cuáles serán tratados en la reunión de Mayo: “Los temas  sobre los que girará la negociación entre los dos países son cuatro y ponen a  salvo la dignidad de las partes, dicho en términos comprensibles: la  localización de la planta de la empresa Botnia, los cortes de ruta en Entre  Ríos, la aplicación de estatuto del Río Uruguay y la protección ambiental  conjunta del Río Uruguay.  Los dos  primeros recogen las posiciones de máximas de las dos partes, pero suavizadas.  Conviene recordar con cuales llegaron aquí, públicamente.  La Argentina reclamaba –aún lo hace formalmente-  discutir la “relocalización” de la planta, una demanda que cambió por  “localización”, sin el prefijo “re”. La demanda uruguaya todavía sufrió más  ante lo obvio: el gobierno de Tabaré Vázquez tuvo que resignar su pretensión de  no negociar, cosa que está haciendo, mientras continúen los cortes, que como se  sabe, siguen”33.
 En la reunión en Nueva York,  realizada entre el 29 y 30 de Mayo, donde se esperaba que pueda darse una nueva  serie de acuerdos, se produjo una contracción en el diálogo entre ambos países.  Los cuatro puntos del Tratado de Madrid  fueron revisados nuevamente, pero Argentina continuó con su antiguo pedido de  “relocalización” de la planta Botnia, de esta manera se quebró uno de los  cuatro puntos en el que los países habían llegado a un acuerdo y Uruguay por su  lado volvió a insistir en la necesidad de levantar los cortes de ruta  realizados por los asambleístas de Gualeguaychú, es decir, que no hubo un  avance en el diálogo y se postergaron las futuras negociaciones hasta que el  mediador Yáñez indique el próximo punto de encuentro para el debate.  “Sin embargo, en off the record, fuentes del  Gobierno vienen admitiendo desde la reunión de Madrid que la instalación de la  planta ya es un hecho, y que el pedido para que se relocalice obedece a una estrategia  de cara a ganar tiempo para postergar una definición hasta después de las  elecciones de octubre”34.  Terminada  la reunión se dio a conocer lo que era evidente “no ha habido cambio de  planes.  La empresa anunció que empezará  a funcionar en el tercer trimestre del año, y así será”35de esta  manera lo afirmó la titular de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, Alicia  Torres.
 Las manifestaciones por parte de los ambientalistas continúan y  por el momento a pesar de ser éstas las causantes de trabar las negociaciones  (ya que Tabaré dice que no habrá diálogo mientras las rutas estén bloqueadas)  el gobierno argentino no impone medidas que pongan freno a la interrupción del  tránsito en las rutas.  Es más, no se  observa demasiada oposición a la manera de proceder de los asambleístas ya que  se pudo observar en los medios de comunicación a un Néstor Kirchner envuelto en  una bandera facilitada por los vecinos de Gualeguaychú en donde decía  "Fuera Botnia".
 El conflicto seguía en pie, la  acusación hecha por Argentina (por la violación por parte de Uruguay del  Tratado del Río Uruguay hecho en 1975) en la Corte de La Haya, continuaba aún  sin ninguna resolución.  Por otro lado,  Uruguay también acusaba a Argentina de saber sobre la iniciativa del presidente  Battle de construir dos fábricas de celulosa en Fray Bentos y de que en su  momento Argentina no puso ningún impedimento ante dicha construcción.  El problema que se presenta es que la  resolución del Tribunal de La Haya se prevé para el año 2008, mientras que la  inauguración de la planta será a fines del 2007.  Botnia comenzará sus funciones antes del  fallo de La Haya.
 
 Mientras tanto, se produjeron  nuevas reuniones entre los mandatarios argentino y uruguayo para facilitar el  dialogo y volver a tratar el tema de la "localización" de  Botnia.  Estas reuniones se llevaron a  cabo en Nueva York a fines de Julio, nuevamente bajo la supervisión del  facilitador español Juan Antonio Yánez Barnuevo.  Luego de la reunión se advirtió que no se  generaron acuerdos, ya que ambos gobiernos seguían manteniendo las posturas que  dieron origen a la disputa. Por su parte Uruguay, comunicó que las plantas  comenzarán a funcionar a más tardar en Septiembre; frase que generó por un lado  resignación y por el otro bronca en la delegación argentina en Nueva York.
             Por otro lado se recibieron  declaraciones desde el país oriental, acusando a los ambientalistas de querer  realizar acciones "terroristas" hacia la planta Botnia.  Entre estas acciones se planteaba el miedo a  potenciales bombas que hicieran explotar la planta.  Finalmente estas especulaciones infundadas,  por parte del gobierno uruguayo no ocurrieron realmente.En el mes de Agosto, se produjo por primera vez la  entrada en acción de la Gendarmería Argentina, al impedir que un grupo de ambientalistas  corten el tránsito e impidan la libre circulación. A pesar de que los  mecanismos para impedir los bloqueos ya estaban dados en el plano judicial,  todavía no se había llevado a cabo una acción de este tipo por parte de las  fuerzas públicas argentinas.
 El rebrote social se produjo a fines de Agosto cuando  Tabaré inauguró la terminal portuaria sobre el Río Uruguay  que facilitará tanto la exportación como la  recolección de la pasta de celulosa.   Este acto además de haber sido mal visto por parte del gobierno  argentino, provocó la ira de los ambientalistas quienes llegaron a repudiar  esta acción a pocos metros de la planta de Botnia a través de  embarcaciones.  También al interior de  Uruguay se sucedieron protestas por parte de ambientalistas uruguayos. "La  inauguración de esta terminal fluvial, con la presencia de Tabaré y buena parte  de su gabinete, fue vista tanto por el Gobierno argentino y los asambleístas  como un acto de provocación"36.  Los asambleístas ante este hecho tomaron conciencia de que se estaba perdiendo  la lucha,  que Botnia ya era un hecho  y  realizaron  (al poco tiempo de la inauguración de Tabaré)  protestas contra ambos  mandatarios: Tabaré y Kirchner. "Los  ambientalistas acusaron a Kirchner de  haber "dilatado el conflicto" y de estar "más  preocupado" en "sus intereses electorales" que en  "encontrar soluciones concretas" a sus problemas. A Tabaré le enrostraron darle  "impunidad" a Botnia, la empresa finlandesa que en pocas semanas más pondrá en funcionamiento  pleno su planta"37.
 Por su parte, La Corte de Justicia de La Haya comunicó  que el veredicto sobre el conflicto que tienen Argentina y Uruguay por la  instalación de la planta de celulosa Botnia, se desarrollará a fines de Julio  del 2008
 El  conflicto había llegado a una instancia en donde no se podía advertir alguna  solución que llevara a un acuerdo que fuera óptimo para ambos mandatarios.  Por su lado, Tabaré toma la  resolución de dilatar la inauguración de  la  planta  hasta después de las elecciones  presidenciales en Argentina, del 28 de Octubre.  "El mensaje se leyó  como un  guiño al Gobierno argentino que  en el  último tiempo ante la terminación  de la planta, que ya es un hecho, pidió a  Montevideo que demore  su inauguración para que no interfiera con los  comicios presidenciales  argentinos"38.  Por   otro lado Tabaré planteó que la planta comenzaría a desempeñar sus  funciones cuando cumpla  con todos los  requisitos ambientales y sanee algunas de las fallas que se produjeron tras sus  pruebas.
 
 Es a fines del mes  de Septiembre que Kirchner admitió la derrota ante la lucha de localización de  la planta cuando en un discurso dice: "La planta ya está ahí, no hay nada más que  hacer", dijo el Presidente. Y agregó que el conflicto se resolverá en La  Haya el año que viene39.  El conflicto entre ambos países habría quedado  "de algún modo resuelto" en el marco del diálogo ya que Botnia era un  hecho, no iba a trasladarse como lo había hecho Ence.  Se quedaría en la zona de Fray Bentos, guste o  no a los argentinos.  Sólo quedará el  fallo de La Haya, un fallo tardío, ya que Botnia sólo necesita la autorización  del gobierno uruguayo para comenzar a funcionar. "En La  Haya, lo que está en juego es si Uruguay violó o no el Tratado del Río Uruguay  y si eso tendrá efectos nocivos sobre el medio ambiente. El Gobierno, sin  embargo, cree que será muy difícil que la Corte ordene el desmantelamiento de  la pastera, porque  desde que la empresa  española  Ence  decidió  relocalizar su pastera, no hay un efecto acumulativo nocivo sobre el medio  ambiente"40.
 
 Finalmente y como  era de esperarse, en el mes de Noviembre, el gobierno de Tabaré autorizó a  Botnia para que empiece a funcionar. "Tal como había  anticipado Clarín, la  administración Kirchner le pidió al gobierno de Vázquez que postergara el  arranque de la planta para después del domingo 28, para que ello no  entorpeciera los comicios en los que fue electa presidente Cristina Kirchner"41.
 
 Éstas son las instancias a las que ha llegó el conflicto.  Por el momento, no hay ninguna solución  próxima, el diferendo "se resolverá" el próximo año en el seno de la  Corte de Justicia de La Haya.  Sin  embargo, ha sido un gran logro, por parte tanto de Argentina como de Uruguay,  de volver a encarar el ciclo de negociaciones y de esta manera dialogar para  llegar a algún acuerdo futuro.  Como nos  dice Vicente Palermo: “Se trata de una situación en la que una de las  partes          -Uruguay- concentra el  poder de decisión y en ausencia de mecanismos supra o intergubernamentales  propios de regulación, la parte beneficiaria tiene pocos incentivos para  negociar en cuanto la otra tiende a utilizar recursos muchas veces no previstos  por las reglas”42
 3.  PAPELERAS: POLITICAS INTERNAS, ALCA Y MERCOSUR             El gobierno argentino, en Junio de  2004, llegó a un acuerdo con Uruguay en la Comisión Administradora  del Río Uruguay (CARU) para instalar las papeleras “se trata de uno de los  puntos mas oscuros del conflicto, ya que los argentinos dicen que dicho acuerdo  nunca se ratificó y los uruguayos le dan plena validez”43.  Desde aquí es que quiero analizar la posición  argentina de acción en el ámbito de la política exterior.  Porque considero que el Gobierno Argentino  comienza a tratar el problema ampliamente contaminante que podrían causar las  papeleras en el Río Uruguay,  a partir de  que el pueblo de Gualeguaychú realiza diferentes cortes de rutas en reclamo y  no como una toma de conciencia a nivel gubernamental.             Es cierto que América Latina, ante  su situación de perisféria, posee pocos recursos económicos para desarrollarse,  por esto “el crecimiento del consumo de papel a nivel mundial hizo que América  Latina y Asia se transformaran en lugares ideales para la instalación de  plantas de celulosa con el consiguiente aumento de la contaminación ambiental”44.   Los gobiernos tanto de Argentina como de  Uruguay, no analizan el impacto ambiental negativo que estas fábricas pueden  producir con el pasar de los años, ya que encaran la situación en el corto  plazo, pensando más en los beneficios económicos que introducen las inversiones  extranjeras , que en el cuidado del medio ambiente y el desarrollo  sustentable.  Sino, no se explicaría la  forma de proceder de ambos países.  El  gobierno de Uruguay ante tal inversión (la mayor en la historia uruguaya) por  parte de los capitales españoles y finlandeses, siempre sostuvo y encarnó el  proyecto como de sumo “interés nacional”, sosteniendo el carácter no  contaminante y la gran tecnología de avanzada de las fábricas.  Esta defensa de la instalación, puede verse  como una medida pensada desde años anteriores   “en los últimos 20 años la explotación forestal se ha convertido en una  cuestión económica de interés creciente, no sólo en Uruguay, sino también en  todo el Cono Sur.  Uruguay se volcó en el  tema forestal en 1987, con una ley de estimuló a la forestación y la  transformación de la madera, centrada en la exportación.  Desde entonces se forestan unas 50.000 hectáreas  anuales, hasta llegar a las 800.000 actuales.   La expansión del sector forestal tiene gran impacto en la estructura  económica uruguaya, que será reforzada con la entrada en explotación de las  fábricas de celulosa.  De ahí las  expectativas uruguayas y el disgusto frente a la sobrerreacción argentina”45.   Mediante  esta cita puede apreciarse que Uruguay no cambiaría, ni cedería ante el pedido  de Argentina de recolocación de las plantas, ni evaluaría objetivamente el  impacto negativo ambiental que puedan producir las plantas de pasta de  celulosa.             La pregunta que debemos hacernos es:  ¿Qué hubiese pasado si los capitales de inversión en vez de radicar sus “papeleras”  en las costas uruguayas, los hubiesen  radicado en las argentinas?             Argentina reclama por la “no  contaminación” o la “relocalización” de las plantas en Uruguay, pero  internamente también posee plantas de celulosa de alto impacto contaminante. Ejemplo  de esto son: la Papelera Tucumán  (ubicada en la localidad de Lules, Tucumán), la Papelera Ledesma  (ubicada en Libertador General San Martín, provincia de Jujuy), la Papelera Alto Perú (ubicada en  Puerto Esperanza, provincia de Misiones), La Papelera Papel Prensa S.A  (ubicada en San Pedro, provincia de Buenos Aires),46 etc.  Todas estas fábricas producen  sustancias contaminantes tanto para el medio ambiente como para la salud, por  su falta de una tecnología de avanzada. Sin embargo, siguen su funcionamiento  diario, sin una reglamentación por parte del Gobierno Argentino y no cumpliendo  con el enunciado de la Constitución Argentina en su Artículo 41: " Todos  los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el  desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las  necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, y tienen  el deber de preservarlo.  El daño  ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo  establezca la ley”.47  Lo que hace pensar en una conducta un tanto  irresponsable y contradictoria por parte de nuestros representantes, ya que  internacionalmente se preocupan y reclaman por los impactos que pueda causar la  mala utilización de los recursos naturales compartidos, pero internamente no  actúan con el mismo proceder.  Por esto,  creo que si las inversiones extranjeras, para implantar las papeleras en vez de  ir a Uruguay, hubiesen cruzado la frontera para instalarse en Argentina, las  cosas, hoy, serían diferentes.   Principalmente, porque se hubiese privilegiado una inversión económica,  antes que el cuidado ambiental y porque los movimientos de protesta (los  cuáles, considero, pusieron en la agenda de gobierno la importante tarea de  llegar a un acuerdo ante la cuestión papeleras) no hubiesen sido tenidos en  cuenta o se los hubiese acallado, bajo la enunciación del Articulo 22 de la Constitución   Nacional Argentina que dice: “el pueblo no delibera ni  gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta  Constitución.  Toda fuerza armada o  reunión de personas que se atribuyan los derechos del pueblo y peticione a  nombre de éste, comete delito de sedición”. 48                   “Si Kirchner desea proteger a sus  hermanos uruguayos de los estragos de las papeleras, que primero mire a su  propio país y proteja a sus propios ciudadanos de sus propios e inmediatos  desastres ambientales, y confíe en que Uruguay tiene la integridad y los medios  para ser responsable de su propia gente” argumentó Wayne Dwernychuk, experto  independiente contratado por la Corporación   Financiera Internacional que le pido que analizara si las  plantas de celulosa papel proyectadas sobre el Río Uruguay contaminarían el  medio ambiente.49 También debe mencionarse que las aguas argentinas, sufren continuamente la  contaminación por parte de estas fábricas, el ejemplo mas conocido es el del  Riachuelo, en el que varios gobiernos hicieron énfasis en la necesidad de su  limpieza, pero hasta el día de hoy, todo sigue igual y sus aguas sufren una de  las mayores contaminaciones del mundo.             “El caso de los vecinos de  Gualeguaychú es suficientemente ilustrativo.   Cortan rutas y puentes internacionales aunque altas autoridades  provinciales y nacionales les ruegan que no lo hagan.  Cortar rutas y puentes internacionales es un  delito tipificado en el Código Penal, pero en nuestro país la crispación social  tuerce la ley”50.  Esta  reacción por parte del gobierno Argentino, de dejar libre acción de los  asambleístas y de seguir la pugna con Uruguay por la “relocalización” de  Botnia, se tradujo en un manejo político, que intentó dilatar las negociaciones  hasta Octubre de 2007, mes en el que se realizaron las elecciones  presidenciales y el gobierno Kirchnerista necesitaba el apoyo de la población  para que obtenga la victoria en dicha elección Cristina Kirchner.  Es por esto, que aunque el gobierno sabía que  su lucha con Uruguay por la reubicación de la planta Botnia estaba perdida,  necesita dilatar las negociaciones y no asumir ante la opinión publica que  Uruguay no trasladaría la planta.  Esto  es un factor de la política doméstica, que también juega a la hora de pensar  una solución de un conflicto que se viene extendiendo en el tiempo, y nadie  querrá cargar con los costos políticos que un acuerdo o solución negativo pueda  generar.                El problema  expuesto hasta aquí, entre estos dos países,  puede llevar a disparar problemas aún más serios. Principalmente, si no se  resuelven las tensiones, ya que ambos países forman parte del Mercado Común del  Sur, el cuál debe fortalecerse para generar la inversión de capitales  extranjeros y poder insertarse en el mercado internacional.  La tensión por la instalación de las  papeleras generada entre ambos países, con la ausencia de dialogo lleva no sólo  a frenar las relaciones entre ellos, sino con los países integrantes  restantes.  “El Mercosur debería avanzar  desde la actual concepción comercial intrazona (que no genera empleos en  términos netos pero si conflictos) a una visión estratégica que posibilite  emprendimientos conjuntos de empresas y cadenas productivas para acceder, con  niveles adecuados de escala, al mercado internacional.  Ello será un atractivo importante para nuevas  inversiones, con el consiguiente efecto favorable sobre los niveles de empleo,  tanto mas significativo en cantidad y calidad cuanto mayor sea el valor  agregado regional”51. 
 Por un lado, el “no-dialogo” pone  sobre la cuerda floja y en duda la continuidad de las relaciones regionales, ya  que los gobiernos vecinos siguen pensando como “país” en vez de cómo región y a  veces este nacionalismo económico extremo es el que genera tensiones a la hora  de decidir acciones en conjunto.  Por el  otro lado, mientras el Mercosur, no cree lazos mayores, puestos de trabajo y  actúe realmente como bloque, las decisiones autónomas de cada país que lo  integran, van a estar más condicionadas ante las agresiones que el mundo  económico genere.  Si estos países  actuaran integrados, hoy el debate sería otro, porque Uruguay no estaría  condicionado económicamente a la entrada de   capital externo y con esto, a los “supuestos” puestos de trabajo que la  planta de celulosa genere, y de esta manera sería responsable y atendería a  cuestiones de medio ambiente.  Y porque  el Mercosur, hubiera mediado la situación entre ambos países, para no llegar a  esta instancia, tal vez, irreconciliable a mediano plazo  Creo que en los países subdesarrollados. las  inversiones económicas de tal magnitud generan mucha aceptación, aunque se sepa  que en el mediano a largo plazo pueda provocar una catástrofe ambiental.  Desde la perisferia hay necesidades urgentes,  como resolver la desocupación, la pobreza y la falta de presupuesto que llevan  a los líderes a aceptar efectos adversos provocados en sus recursos naturales,  a cambio de inversiones.
             “La crisis de las papeleras, apenas  es un detonante de una crisis que cruza el Mercosur desde su fundación y que  tiene que ver con su inviabilidad como un mercado común y de integración  comercial y de desarrollo económico y de progreso social para los países y  pueblos del Cono Sur de Latinoamérica.   Este proyecto siempre fue inviable en manos de las burguesías regionales  y de sus gobiernos atados a los intereses de las multinacionales y de los  grandes pulpos económicos”52. “El conflicto internacional   puede extenderse. Brasil anunció, la posible  construcción de otra papelera, de similar tecnología en el Río Uruguay.  La secretaria del Medio Ambiente de Paraguay  envió el 7 de Febrero un comunicado a la Comisión Mixta  Argentino-Paraguaya del Río Paraná, en relación con la probable contaminación  que el Paraguay estaría recibiendo por las papeleras instaladas en la provincia  argentina de Misiones (en particular la de Puerto Piray).  Si a esto, unimos las repercusiones en Chile  por el corte de los puentes se ve un conflicto que podría terminar afectando a  todo el Cono Sur”53.
 Uruguay busca con este conflicto reposicionarse dentro  del Mercosur.  Mientras que para  Argentina el Mercosur es de vital importancia y se enmarca en el plano de una  de sus principales prioridades a nivel regional, desde Uruguay se puede ver a  un Tabaré que ejerce una especie de juego de zigzagueo en el que muestra cierto  interés ante eventuales acuerdos con terceros países.  Esto se observa claramente en su posición  moderada frente al ALCA afirmando que "el Mercosur así no sirve"54 y que  es necesario "más y mejor Mercosur"55.
 Dentro del Gobierno Uruguayo se generaron quiebres de  posturas a nivel interno.  Mientras  continúa la puja con Argentina por el conflicto papeleras, a su vez se discute  la continuidad o no de Uruguay en el Mercosur, es decir, si se rompe o no el  acuerdo con los países del bloque.  Esto  demuestra que no es clara la postura uruguaya y que las posiciones al interior  de su gobierno varían y con éstas también las declaraciones y acusaciones por  parte de sus funcionarios hacia la Argentina.
 El juego planteado por Uruguay deja entrever su necesidad  de replantear su papel, rol y función dentro del bloque.  Tanto Argentina como Brasil desde la confección  del Mercado Común han dictado las reglas de la región, muchas veces no  observando ni teniendo en cuenta las necesidades de los países menores del bloque.  Lo que demanda Uruguay es tener voz y voto en  las negociaciones, es decir, que el Mercosur no sea resultado sólo de las  urgencias y necesidades argentino-brasileras.   Uruguay juega con el conflicto del Río Uruguay para poder modificar su posición  en el bloque y negociar desde allí.
 Lo que se reclama es sanear la estructura institucional  del Mercosur.  Su crisis es producto de  la puja de poder entre los países y la falta de una conciencia colectiva.  Uruguay, día a día, reabre el conflicto  sobreactuando el problema efectuado por los cortes de ruta por parte de la ACAG,  buscando con esto, deslizar el eje central del conflicto papeleras hacia otro  lado para renegociar su función y rol al interior del bloque regional.  Esto demuestra que la falta de una eficaz institucionalización   genera que los países deban realizar  reclamos "encubiertos" derivados de otros problemas.  En un Mercosur cuyas instituciones funcionen  bajo condiciones ejemplares; ante un inconveniente entre países; las partes estarían  dispuestas a sentarse a negociar y conseguir un acuerdo sin tener que llegar a  la instancia de una puja, en la que gane la contienda el país que posea más  poder y así se genere un juego de suma cero con un solo ganador.   En un Mercosur con instituciones fuertes y  funcionarios responsables no existiría la necesidad de que una sola parte sea  la beneficiaria del conflicto y obtenga todo el rédito del diferendo, sino que habría  negociaciones que generarían un acuerdo justo para cada parte.  Hay una clara diferencia entre un Mercosur en  el que los conflictos se discuten, negocian y resuelven, con el Mercosur de hoy  día en donde todo se lleva a un extremo de la discusión de la cual es difícil  retornar y pactar una resolución favorable para todas las partes.
 Uruguay ante los problemas institucionales que presenta  el Mercosur ha demostrado un claro y público acercamiento hacia Estados Unidos  que a pesar de haber sido golpeado por el freno al ALCA, no se detiene y busca  ingresar constantemente en la región mediante la firma de tratados  bilaterales.  Este acercamiento pudo  verse mediante el viaje a Washington de Tabaré, en el que quiso demostrarle a  Argentina que el acuerdo del Mercosur no es sólido, que la permanencia de  Uruguay en el bloque está en duda y que todo no está dicho.  Es claro que, como dijo Tabaré, "el  Mercosur así no sirve"; pero también es claro que un acercamiento a  Estados Unidos no es una decisión acertada.   Ésta no llevará a Uruguay a insertarse en el mercado global, sino que la  aislará y minimizará en un mundo económico en donde se actúa y sobrevive si se  pertenece a un bloque regional.
 La crisis institucional del Mercosur muestra que los  asuntos que tendrían que ser asumidos y desarrollados por los funcionarios, son  puestos en la agenda por la sociedad.   Ambos gobiernos trataron el conflicto ante un pedido por parte tanto de  la población argentina, como de la uruguaya.   De esta manera puede verse que si el pedido de un tratamiento al  conflicto papeleras no hubiese emergido desde la población, no se hubiese  analizado el impacto ambiental que la instalación de las pasteras podría haber  ocasionado en la región.
 Queda claro que ni Argentina ni Uruguay se han puesto de  acuerdo en la manera en que debe presentarse el conflicto papeleras.  Mientras que Argentina se niega a tratarlo en  el seno del Mercosur, objetando que se trata de un problema bilateral; Uruguay  busca regionalizar el diferendo y esto pudo verse en su intento frustrado de  llevar el conflicto al marco de la OEA.
 Si bien el Mercosur cuenta con una estructura  institucional en su interior para resolver este tipo de controversias, estos  mecanismos distan de ser eficientes a la hora de encarar las  negociaciones.  Esto demuestra la baja  institucionalización de la región, ya que nos encontramos ante democracias  jóvenes e inmaduras, que al no poder resolver los conflictos con otros Estados  dentro de la propia región, acuden a organismos internacionales como la CIJ  para encontrar algún tipo de solución a sus problemas.
  4. CONSIDERACIONES FINALES
 A través de este trabajo hemos visto  el comportamiento poco responsable de los líderes de la región.  De esta manera queda verificada la hipótesis  que propuse al inicio de este trabajo: “El Mercosur no habría logrado crear  fuertes lazos institucionales en la región, lo que llevaría a que los lideres  latinoamericanos privilegien la coyuntura interna de sus propios países, en  detrimento de los intereses regionales que nuclean al Mercosur”.  Esto lo podemos observar desde las instancias  previas a la confección del Mercado Común.   Desde allí podemos ver los diferentes comportamientos que se dan entre  los socios y los acuerdos o acercamientos que se generan hacia países que no  son parte del bloque.  Estos contactos  son realizados para obtener beneficios al interior de cada país, lo que muestra  una conducta paralela al ámbito regional.   Los líderes a pesar de haber dicho muchas veces que el Mercosur era la  prioridad en sus administraciones, dejan la construcción del mismo relegada al  segundo plano.  Lo que no se dan cuenta  es que el Mercosur necesita de años de solidaridad y reforzamiento para llegar  a ser un espacio políticamente confiable y viable; como también requiere de la  disposición de los líderes de la región para que el Mercosur tenga poder propio  y no dependa exclusivamente de los representantes del Poder Ejecutivo de cada  país, ni esté subordinado a los ánimos de éstos.  Que el Mercosur se refuerce dependerá de que  funcione como una organización que pueda tomar decisiones autónomas y que no  dependa de los presidentes de turno da cada país.
             Debe mencionarse que el dilatamiento  de la resolución del conflicto se debió a que declararlo como  "terminado" en el marco de las negociaciones y el diálogo (ya que la instalación  de las pasteras era un hecho),  generaría  un riesgo y podría provocar un giro por parte de los electores. Esto se explica  ya que el oficialismo iría a elecciones en el mes de Octubre, presentando como  candidata a presidente a Cristina Fernández de Kirchner, esposa del actual  mandatario.  Es claro que si se  presentaba el conflicto como perdido, podría restarle votos a la candidata  oficialista y éste es un  riesgo que no  debe correrse a pocos meses de que se celebren las elecciones.             El Mercosur necesita que cambien en  su interior las reglas de juego, que se abra el diálogo entre los presidentes,  que se fortalezca el bloque regional, porque de esto depende su  existencia.  Tanto para Argentina, para  Uruguay, como para todos los países tanto miembros como asociados, el Mercosur  es su espacio para construir en conjunto un mercado para enfrentar los vaivenes  de la globalización en un mundo que exige y lleva a la regionalización.  El Mercosur debe generar acuerdos en donde  todos sus miembros se sientan a gusto con las resoluciones que se generen y en  donde se resuelvan tanto los problemas que se enfrentan en común, como las  dificultades que pueda tener cada país.   Lo que debe implantarse en la región es una conciencia colectiva que  exija a los países a pensar como bloque y no individualmente para superar las asimetrías,  que exija a los países a abandonar la idea de que ante cualquier situación  critica, se amenace con renunciar a ser parte del bloque.               Lo que puede rescatarse del  conflicto es que éste introdujo en la escena pública a ambas poblaciones a  discutir sobre la política que se quiere.   Nos demostró que el Mercosur no está firmemente consolidado y que  todavía debe trabajarse sobre el mismo para que sea un espacio virtuoso y  ejemplar.  El conflicto reabrió una  herida, la de un mercado que necesita profundizar tanto sus reglas como sus  acuerdos y nos demostró que estamos ante un Mercosur que necesita de la predisposición  de los presidentes para sentarse a la mesa de discusiones para acordar los  pasos a seguir y así confeccionar un espacio común y a donde recurrir ante  potenciales problemas.  De cada país  dependerá el crecimiento tanto del Mercosur como de la región.             "... una sinergia entre una  opinión pública mas activa (los medios tienen en esto desde luego un papel  clave) y liderazgos políticos mas osados es una condición necesaria -aunque no  suficiente- para que los argentinos hagamos nuestra parte en la solución del  intríngulis en que, junto a nuestros hermanos uruguayos, nos hemos metido.  Desde luego, cualquiera sea el ganador en las  presidenciales de octubre, habrá una nueva oportunidad para la difícil tarea de  desmontar este conflicto".56 
 * Egresada de la carrera  de Ciencia Política de la UBA.
 1  Rodrigo Goya.  “El  Mercosur”.  Monografías.com, 1997, véase  en http://www.monografias.com/trabajos/mercosur2/mercosur2.shtml?relacionados
 
                        
                    2  "El Mercosur". Lawebdelemprendedor, véase en http://www.lawebdelemprendedor.com.ar/recursos-tps/el-mercosur.htm 
                    4  "El Mercosur". Lawebdelemprendedor, véase en http://www.lawebdelemprendedor.com.ar/recursos-tps/el-mercosur.htm 
                    5  Santiago Leiras.  “Carlos  Menem y Fernando Collor de Mello ¿Arquitectos del Mercosur?  Algunas reflexiones sobre calidad democrática  e integración regional”, Octubre 2005, véase en http://www.caei.com.ar/es/programas/integracion/20.pdf 
                    6  Mercedes Botto, Mercedes; Delich,  Valentina y Tussie, Diana.  “El nuevo  escenario político regional y su impacto en la integración.  El caso Mercosur.”, Nueva Sociedad  186,  p. 120 a 127, véase en http://www.nuso.org/upload/articulos/3138_1.pdf 
                    8  Riordan Roett “El papel  de Brasil como potencia regional,   América Latina en un entorno global en proceso de cambio" en: “Seguridad  internacional desde el reestablecimiento de la democracia (1983)”, Maria  Belén Vázquez, Laura Romina Pradal, Santiago Casanello, 2007. 
                    9  Mercedes Botto, Mercedes; Delich,  Valentina y Tussie, Diana.  “El nuevo  escenario político regional y su impacto en la integración.  El caso Mercosur.”, Nueva Sociedad 186,  p. 120 a  127, véase en http://www.nuso.org/upload/articulos/3138_1.pdf  
                    10  Caracterizada por  la  salida de la presidencia de Brasil de  Collor de Melo y la llegada de Cardoso a  ocupar el Ejecutivo. 
                    11  Mercedes Botto, Mercedes; Delich, Valentina  y Tussie, Diana.  “El nuevo escenario  político regional y su impacto en la integración.  El caso Mercosur.”, Nueva Sociedad 186, p. 120 a 127, véase en http://www.nuso.org/upload/articulos/3138_1.pdf    
                    12  "Otra historia general de las relaciones exteriores de la  República Argentina", véase en http:www.cema.edu.ar/ceieg/arg-rree/14/14-085.htm 
                    13  Lilia Ferro Clérico.   "La participación de Uruguay en los mecanismos de concertación  política latinoamericana". Perspectiva Internacional paraguaya en:   “Democracia y Política Exterior: Uruguay  (1985 – 2006)”, Lilia Ferro Clérico.   América Latina Hoy, diciembre, año/vol. 44.  Universidad de Salamanca.  Salamanca, España. pp. 115-132, véase en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/308/30804406.pdf 
                    14  Lilia Ferro Clérico.  “Democracia  y Política Exterior: Uruguay (1985 – 2006)”.  América Latina Hoy, diciembre, año/vol.  44.  Universidad de Salamanca.  Salamanca, España. pp. 115-132, véase en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/308/30804406.pdf 
                    17  Lilia Ferro Clérico.  “Democracia  y Política Exterior: Uruguay (1985 – 2006)”.  América Latina Hoy, diciembre, año/vol.  44.  Universidad de Salamanca.  Salamanca, España. pp. 115-132, véase en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/308/30804406.pdf  
                    18  Adriana   Pagani  y Enrique Martínez  Larrechea.  “Asimetrías en el  MERCOSUR: La bilateralidad argentino-brasileña y el caso uruguayo.” Centro  Argentino de Estudios Internacionales, véase en http://www.caei.com.ar/es/programas/integracion/i13.pdf 
                  
                  
                    20  Lucia Aboud y Anabella Museri.   "En caída libre.  Del  diferendo al conflicto", en: Del otro lado del río.  Ambientalismo y política entre uruguayos y  argentinos, Vicente Palermo y Carlos Reboratti (Comps).  Edhasa, primera edición Septiembre de 2007,  Buenos Aires, Argentina, p. 17 
                  22  “Un informe del Banco Mundial  respalda a las papeleras de Uruguay ”. Clarín.com. Diciembre, 20 de 2005,  véase en http://www.clarin.com/diario/2005/12/20/sociedad/s-04601.htm 
                    23  Lucia Aboud y Anabella Museri.   "En caída libre.  Del  diferendo al conflicto", en: Del otro lado del río.  Ambientalismo y política entre argentinos y  uruguayos, Vicente Palermo y Carlos Reboratti (Comps).  Edhasa, primera edición Septiembre de 2007,  Buenos Aires, Argentina, p. 27 
                    
				    
                      28  “Del reclamo vecinal al juicio  ambiental”. Resumen de Prensa. Gerencia Ambiental. La Revista Sobre  Gestión Ambiental Empresaria Edición 134:. Año XIV – Marzo 2007. Pág. 10 
                      29  “Papeleras: el Senado de Entre Ríos  convirtió en ley el proyecto que prohíbe la exportación de madera al Uruguay”.  Clarín.com.  Marzo, 8 de 2007, véase en http://www.clarin.com/2007/03/08/um/m-01376516.htm 
                      30  Lucia Aboud y Anabella Museri.   "En caída libre.  Del  diferendo al conflicto", en: Del otro lado del río.  Ambientalismo y política entre uruguayos y  argentinos, Vicente Palermo y Carlos Reboratti (Comps).  Edhasa, primera edición Septiembre de 2007,  Buenos Aires, Argentina, p. 50. 
                      
                          31  Miriam Gómez Saravia y Marcelo De Almeida Medeiros.  "La crisis de las papeleras y los  actores subnacionales en el Mercosur ", en: Del otro lado del río.  Ambientalismo y política entre uruguayos y argentinos, Vicente Palermo y Carlos  Reboratti (Comps).  Edhasa, primera  edición Septiembre de 2007, Buenos Aires, Argentina, p. 175.  
                        36  Guillermo Pellegrino. "Tabaré inauguró el puerto de  Botnia en medio de protestas".   Clarin.com. Agosto, 30 de 2007, véase en http://www.clarin.com/diario/2007/08/30/elpais/p-00301.htm  
                        37  Lucio Fernández Moores. "Papeleras: protestas sin  incidentes y con críticas a Kirchner y Tabaré".  Clarin.com.   Septiembre, 3 de 2007, véase en http://www.clarin.com/diario/2007/09/03/elpais/p-01201.htm  
                        38  Natasha Niebieskikwiat. "Papeleras: desconcierto por declaraciones de  Tabaré".  Clarin.com. Septiembre, 27  de 2007, véase en http://www.clarin.com/diario/2007/09/27/elpais/p-00602.htm 
                        39  Walter Curia. "Papeleras:  "Kirchner admite que Botnia ya no se va a relocalizar".  Clarin.com. Septiembre, 28 de 2007, véase en http://www.clarin.com/diario/2007/09/28/elpais/p-00301.htm 
                        40  Ana Baron. "Si gana las elecciones, el primer viaje de  Cristina Kirchner será al Uruguay" .   Clarin.com  Septiembre, 28 de 2007, véase en http://www.clarin.com/diario/2007/09/28/elpais/p-00401.htm
 
                        41  Natasha Niebieskikwiat. "Uruguay dará hoy vía libre para que Botnia  empiece a funcionar".   Clarin.com  Noviembre, 1 de 2007, véase en http://www.clarin.com/diario/2007/11/01/elpais/p-00315.htm
 
                        42  Miriam Gómez Saravia y Marcelo De Almeida Medeiros.  "La crisis de las papeleras y los  actores subnacionales en el Mercosur", en: Del otro lado del río.  Ambientalismo y política entre uruguayos y  argentinos, Vicente Palermo y Carlos Reboratti (Comps).  Edhasa, primera edición Septiembre de 2007,  Buenos Aires, Argentina, p. 180 
                        44  Paula  Brufman.  “Papeleras: un problema  mundial”. Revista Greenpeace en acción.   Edición 49.  Otoño 2007. Pág. 7 
                        46  Paula Brufman. “Papeleras: un  problema mundial”.Revista Greenpeace en acción. Edición 49. Otoño 2007.Pág.  8 y 9. 
                        50  R. Eugenia Bec y Horacio J. Franco. “Del  reclamo vecinal al juicio ambiental” Gerencia Ambiental. La Revista Sobre   Gestión Ambiental Empresaria Edición 134. Año  XIV – Marzo 2007. Pág. 29.
 
                        51  Juan Carlos  Scannone, Daniel García Delgado (Comps). “Ética, Desarrollo y Región.  Reflexiones en torno a un regionalismo integral”.Grupo  Farrel –  Ciccus.  Buenos Aires, Noviembre de 2005.  Pág. 8. 
                        54  “Tabaré Vázquez: El Mercosur no  sirve”.LANACION.com.  Abril, 20 de 2006,  véase en http://www.lanacion.com.ar/Archivo/nota.asp?nota_id=798944 
                        56  Vicente Palermo.  "Papeleras:  sacando las castañas del fuego", en: Del otro lado del río.  Ambientalismo y política entre uruguayos y argentinos, Vicente Palermo y Carlos  Reboratti (Comps).  Edhasa, primera  edición Septiembre de 2007, Buenos Aires, Argentina, p. 230. |