Revista Nº44 "TEORÍA POLÍTICA E HISTORIA"

 

LA UNIDAD LATINOAMERICANA EN EL PENSAMIENTO DE SIMÓN BOLÍVAR Y JOSÉ MARTÍ

 

 

 

  Autoras:

1. Xiomara Caridad Barajona Caro

Licenciada en Historia. Especialista en Historia de América y Universal.   Profesora Auxiliar en la Universidad Tecnológica de La Habana, Cuba.

E-mail: xbarajona@icb.cujae.edu.cu

2. Victoria L. Barajona Caro

 Licenciada en Economía Política. Master en Ciencias de la Educación Superior. Profesora Auxiliar en la Universidad Tecnológica de La Habana, Cuba

E-mail: victoria@icb.cujae.edu.cu

Resumen

Las autoras consideran oportuno abordar   en pleno siglo XXI el pensamiento de dos grandes figuras de Latinoamérica: Simón Bolívar y José Martí, pretendiendo reflexionar acerca de la coincidencia de ambos en lo relativo a la unidad en aras de lograr la verdadera independencia de Hispanoamérica primero y consolidar esta, después que las colonias españolas se convirtieran en Republicas.

Para lograr una aproximación al pensamientos de estos próceres se consultaron numerosos artículos, cartas, documentos elaborados por ambos, entre otros materiales no menos importantes; que justifican la presencia de  muchos puntos de coincidencia  a pesar de haber vivido en  diferentes etapas históricas.

Es significativo el legado dejado por Bolívar en la “Carta de Jamaica” y posteriormente Martí en “Nuestra América” donde se encuentran puntos de contacto en cuanto a las relaciones que debían establecer las Repúblicas, ya que para ellos sería un error que la posición de estas tuviera un carácter de subordinación hacia Estados Unidos u otra potencia europea.

El pensamiento Bolivariano y el Martiano tiene  significativa vigencia  en  el  contexto latinoamericano,  donde  se evidencia la necesidad de la unidad  en aras de  viabilizar  el desarrollo  que estas Republicas  necesitan.

 

THE LATIN AMERICAN UNITY IN THE THOUGHT OF SIMÓN BOLÍVAR AND JOSÉ MARTÍ

 

 

 Summary

The authors consider appropriate to address in the 21st century the thought of two great figures in Latin America: Simón Bolívar and José Martí, pretending to reflect on the coincidence of both in relation to unity in order to achieve the true independence of Spanish America first and consolidate this, after the Spanish colonies became republics.

To achieve an approach to thoughts of these protracts, numerous articles, letters, documents prepared by both, among other non-less important materials were consulted; that justify the presence of many coincidence points despite having lived in different historical stages.

It is significant the legacy left by Bolívar in the "Letter of Jamaica" and Later Martí in "Our America" ​​where there are contact points regarding the relations that the republics had to be established, since for them it would be an error that the position of these had a character of subordination towards the United States or another European power.

Bolivarian thought and Martian have significant validity in the Latin American context, where the need for unity is evident in the interests of viability that these republics need.

 

 

Introducción

Nacidos a finales del Siglo XVIII Simón Bolívar y a mediados del Siglo XIX José Martí, simbolizan la continuidad del pensamiento revolucionario   latinoamericano.

De cuna rica Bolívar y de origen humilde Martí, son portadores de un pensamiento universal que rebasa el límite de sus patrias de origen y del continente americano. No fueron hombres de patria chica como catalogaba Martí a aquellos que  solo  luchaban  por su territorio y a veces  con  ideales  de lucro; para Bolívar  al decir también de Martí  “patria es humanidad”.

Fueron hombres no solo de su tiempo, sino que su ideario tiene plena vigencia en estos días donde América Latina demanda más que nunca la necesidad de la unidad. Martí al igual que Bolívar soñó con una América Latina unida donde estaban presentes muchas semejanzas en las Repúblicas que la conforman. Luchó Martí porque Cuba que no hizo su proceso independentista junto al resto de la América Hispana, lograra la independencia y se insertara en la América nuestra: El avizoraba que era la hora del recuento y de la marcha unida, donde América lograra su segunda independencia.

Sus palabras parecen dichas hoy, donde sería viable para que la América Latina se desarrolle plenamente, la búsqueda de la unidad por la que tanto lucharon Simón Bolívar y José Martí.

Simón Bolívar y Palacios

Simón Bolívar nació el 24 de julio de 1783 en Caracas, Venezuela, perteneció a una familia que contaba con grandes riquezas: fincas, ingenios azucareros, casas, numerosos esclavos, así como otras propiedades. Todo ello hacía a la familia Bolívar y Palacios estar dentro de las más ricas de Venezuela. Siendo un niño quedó huérfano, primero falleció su padre cuando contaba solo con tres años y a los siete murió su madre; Simón y sus tres hermanos quedaron al cuidado del abuelo materno.

Fue de suma importancia en la vida de Bolívar su maestro preceptor Simón Rodríguez que le inculcó valores decisivos para su vida futura. Con la guía de ese ejemplar maestro se fue forjando su recio carácter y ampliándose su cultura.

Junto a Simón Rodríguez viaja a Italia y en el Monte Aventino en 1806 jura ante este consagrar su vida a la libertad de la patria. Se vincula también con figuras destacadas de la ciencia lo que le permitió ampliar su horizonte cultural. En ese propio año conoce al Barón de Humboldt; naturalista alemán que había realizado profundos estudios de la naturaleza y las sociedades en gran parte de la región Hispano Americana.

El Barón le brindó a Bolívar una panorámica de las amplias potencialidades naturales de la América Hispánica, los conocimientos adquiridos contribuyeron a la formación del pensamiento bolivariano sobre la naturaleza.

En 1808 después de ocupar Portugal, Napoleón ocupa también a España y pone en el trono español a su hermano José. Este hecho inicia   la lucha contra el absolutismo y la ocupación de las fuerzas francesas, constituyéndose Juntas de Gobiernos Locales.

Esa situación en la metrópolis repercutió en las colonias de Hispanoamérica, donde se produjo un movimiento juntista en rechazo al Rey francés   impuesto en España, que después se transformó   en un movimiento independentista en las Colonias.

Uno de los primeros lugares donde se consolidó el movimiento fue en Venezuela y al cual se incorporó Bolívar. La Junta Suprema de Caracas creada el 19 de abril de 1810 se pronunció por la creación de una Confederación que reuniría a   los pueblos americanos. En este contexto se desarrolló la actividad revolucionaria de Bolívar, quien desde su incorporación a la lucha por la independencia comprendió la necesidad de la unidad de las colonias hispanas para alcanzar primero la independencia y consolidar ésta después.

La idea de Bolívar era crear una gran nación que llamó indistintamente América Meridional, Sudamérica, Hispanoamérica o simplemente América. Su pensamiento a partir del inicio de la lucha independentista estará muy vinculado a la integración latinoamericana. En la medida que va madurando    el pensamiento independentista del Libertador se produciría una toma de conciencia con relación a la necesidad de la unidad de todas las fuerzas revolucionarias del continente. Esa idea se pondrá de manifiesto en las numerosas cartas que envía a diferentes oficiales del Ejército Independentista y a otras personalidades; también en documentos que suscribe desde los importantes cargos que ocupa a lo largo de la lucha   por la independencia.

Bolívar considera que solo la unión en una gran nación permitiría eliminar el regionalismo, las indisciplinas y la anarquía que tanto daño causaban, contribuyendo   solo a la fragmentación.  Planteaba constantemente   que era necesario para evitar los males que llevarían al fracaso el proceso independentista, un gobierno central   fuerte para lograr los objetivos supremos de toda la América Meridional.

El fracaso de la Primera y la Segunda República en Venezuela, le daría a Bolívar duras lecciones que le sirvieron para radicalizar su pensamiento, con ideas que van más allá de los intereses de la clase social a la que pertenecía. Consideró la necesidad de eliminar la esclavitud como paso importante para lograr el apoyo popular en la lucha por la independencia donde debían luchar juntos las grandes masas de indígenas, mestizas y esclavos.

En sus discursos a las tropas Bolívar explica la importancia de que cada luchador revolucionario comprenda el papel que en el proceso independentista le corresponde jugar no como simple soldado de una región determinada, sino de toda la América. En una arenga a la División de Urdaneta el 12 de noviembre de 1814, Bolívar finaliza exclamando: “Para nosotros la patria es la América; nuestros enemigos los españoles, nuestra enseña la independencia, y la libertad” (Galich, 1975.pag 29). Evidentemente se ponen ahí de manifiesto una vez más sus ideas acerca de la unidad y ver la América como una sola nación.

Bolívar en la Carta de Jamaica señalaba: “es una obra grandiosa formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tienen un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formar…”. Sin embargo, esa idea bolivariana de unidad no dejaba de ser en ese momento un sueño que la vida demostró irrealizable todavía.

Más adelante Bolívar reconocía “…más no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América”. (Tres documentos, 1979 pág.179)

Todo esto quedó demostrado antes de su muerte ya que otros luchadores por la independencia de la América Hispana se encargaron de desbaratar lo que Bolívar con tanto esfuerzo había construido.

En 1830 cando muere Bolívar ya la Gran Colombia  se había disuelto; hombres de patria chica - al decir de Martí - se habían encargado  con sus ambiciones  de desmembrar la unidad de Venezuela, Colombia y Ecuador.

 En la Carta de Jamaica elaborada por Bolívar en 1815, expresa lo que significó para América los tres siglos de colonización española, durante los cuales saqueó las riquezas del área y contribuyó a la destrucción de su población autóctona. Valora que después de todo lo sufrido por los americanos bajo el yugo español, la única salida posible era luchar por la independencia absoluta.

En su análisis de la situación socioeconómica de la América Latina  consideró   que era el resultado de  la forma  en que España  administró  las colonias   considerando solamente  los intereses de la metrópolis e ignorando  los intereses de las regiones colonizadas; lo que en definitiva,  contribuyó  a sentar las bases  del subdesarrollo futuro.

 Precisamente las limitaciones  para el desarrollo económico  y político  de la región  se manifestaron  a la hora de luchar  por la independencia  y de llevar   a cabo  un proceso  revolucionario radical.

En la Carta citada Bolívar analiza la disposición de cada territorio latinoamericano para lograr la independencia, incluida Cuba y Puerto Rico a los que considera por su posición geográfica no dispuestos aún a levantarse en armas.

Teniendo en cuenta las condiciones históricas de la región, hace alusión además al tipo de gobierno que sería más conveniente luego de alcanzar la libertad. Vaticinó el futuro de acuerdo a sus conocimientos de la región de América Latina. Concluyó el documento referenciado señalando que lo único que   faltaba a los americanos para alcanzar su verdadera independencia era la unión.

José Martí continuador del  pensamiento latinoamericanista de Bolívar y estudioso de  su labor  en aras de la independencia  y la unidad de las antiguas colonias  de España  en América; en  un discurso  pronunciado   en honor a Simón Bolivar  el 28 de Octubre de 1893 señalaba “ ¡Pero así está Bolívar  en el cielo de América , sigiloso, y ceñudo, sentado aún en la roca  de crear, con el inca al lado  y el haz de banderas a los pies; así está el  calzando aún las botas  de campaña,  porque lo que él  no dejó hecho, sin hacer  está hasta hoy , porque Bolivar  tiene que hacer en América todavía  (Martí, 1975 OC.T8 pág. 243)

Antes de realizar una valoración objetiva de la situación de América Latina en la Carta de Jamaica, Bolívar había manifestado algunas ideas unionistas de forma esporádica. En la misma, en 1815 se plantea de forma más precisa la idea de la integración latinoamericana. Se muestra deseoso “…más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria…” (Galich, 1975. pág. 23)

En numerosas cartas, documentos y discursos; Simón Bolívar expresa la necesidad de la unidad latinoamericana para alcanzar la independencia e irse integrando las nacientes republicas liberadas del yugo español.

 En una carta del 12 de junio de 1818 dirigida a Juan Martin Pueyrredón, Director de las Provincias Unidas del Rio de La Plata, el Libertador señalaba “Una sola debe ser la patria de todos los americanos, ya que en todo hemos tenido una perfecta unidad”. (Galich, 1975. pág. 68)

Se refería en este caso a la integración que debían ir realizando las repúblicas que se irían creando a partir de su independencia. Así vemos el apoyo que da Bolívar para el logro de uniones que se dieran entre antiguas colonias de Rio de La Plata. También en carta al general Carlos Soublette, del 22 de noviembre de 1822, le expresaba sus temores con relación al régimen monárquico establecido en México. Consideraba que las ambiciones del monarca podrían amenazar a la vecina Colombia, pues dicha monarquía también tendría el respaldo de Europa y podría invadir con el objetivo de restaurar el régimen colonial en los territorios liberados. Al respecto señalaba: “Es necesario ir difundiendo en nuestro pueblo aun ignorante, estas ideas para prevenir al enemigo, es preciso hacerle concebir la posibilidad de que esto suceda y enseñarle el remedio   de preservarse del mal, que no es otro que la unión”. (Galich, 1975.  pág. 109)

En esa etapa Venezuela no había logrado aún su independencia, pero Bolívar  asegura en su carta a  Pueyrredón, que cuando su patria alcance  la independencia  firmará  “…el pacto americano,  que  formando de todas nuestras republicas  un cuerpo  político , presente la América al mundo   con un aspecto  de majestad  y grandeza  sin ejemplo  en las naciones antiguas . La América así unida, si el cielo nos concede este deseado voto, podría llamarse la reina de las naciones, y la madre de las repúblicas”. (Galich, 1975. pág. 69).

En este sentido cuando el Libertador se refiere a América excluye a los Estados Unidos   de quien critica su falsa “neutralidad” con respecto a la lucha de las colonias hispanas por su independencia. Consideraba que EEUU no era imparcial, pues apoyaba a España y estaba en contra de los independentistas del Sur.

En carta a Bautista Irvine, agente de los Estados Unidos de la América del Norte, fechado desde Angostura el 20 de agosto de 1818 señalaba: “hablo de la conducta de los Estados Unidos del Norte con respecto a los independientes del Sur, y de las rigurosas leyes promulgadas con el objetivo de toda especie de auxilios que pudiéramos procurarnos allí”. (Galich, 1975. pág. 84).

Para Bolívar no cabían dudas con respecto a la posición de los Estados Unidos y su marcado interés en no tomar partido sobre la gesta independentista hispanoamericana. Por ello en su lucha por la unidad de la América Meridional no incluía   a la Anglosajona. Detallaba los distintos territorios que conformaban la América Hispana. Sus características, potencialidades y hasta vaticinó   el futuro de la región.

Ya desde la Carta de Jamaica en 1815 El Libertador cuando consideraba, la posición europea con relación a la lucha independentista en América, decía de Estados Unidos que “…hasta nuestros hermanos del Norte se han mantenido inmóviles espectadores de esta contienda”. (Casa de las Américas 1973, pág.  14).

 Sus ideas sobre la actitud norteamericana se reflejaron también en la Convocatoria al Congreso de Panamá de 1826, donde llamaba la atención al colombiano Francisco de Paula   Santander   en cuanto a su criterio con respecto a que se   invitara a Estados Unidos a participar.

 Sus ideas son concluyentes cuando en carta del 5 de agosto de 1829 al Coronel Patricio Campbell le expresa que “…los Estados Unidos…parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad”. (Galich 1975, pág. 329)

En las numerosa cartas que escribe Bolívar, sobre todo a Santander  manifiesta su  idea de que  Estados Unidos  eran  los mayores enemigos de la creación de una Confederación  que abarcara a las republicas  que habían  surgido en la  América Meridional. No le gustaban los norteamericanos. En su preparación del Congreso de Panamá se opuso a que se invitara a una representación de dicho país. Bolívar trabajó con denuedo por realizar su sueño de una Hispanoamérica unida. Empezó   a lograrlo con el surgimiento de la Gran Colombia cuando se materializó la independencia de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador. Otros territorios también se confederaron pero la unidad fue efímera.

Bolívar además intentó crear la Confederación de Los Andes, que la integrarían la Gran Colombia, Perú y Bolivia, deseo que no germinara pues eran muchos los   factores en contra. Cuando Bolívar muere en 1830, ya la Gran Colombia se había desmembrado y la unidad latinoamericana siguió siendo una utopía.

José Martí y Pérez

El 28 de enero de 1853 nace en la Habana José Martí y Pérez. De familia humilde desde niño comenzó a comprender las injusticias y se opuso a estas. Con solo nueve años vio de cerca  lo que era la esclavitud, pues  en una temporada que pasó  junto a su padre en una finca  en  Hanábana, provincia de Matanzas, vio  azotar a un esclavo, acto que lo impresionó  y le hizo tomar partido  contra  la  crueldad de la esclavitud. Numerosos son sus escritos referidos a esta etapa.

Años después de lo que había presenciado  en cuanto al trato  dado a los esclavos,  reflejó en sus conocidos  “Versos sencillos” lo siguiente: “Rojo como  en el desierto, salió  el sol al horizonte:/y alumbró  a un esclavo  muerto, /colgado a un ceibo del monte./Un niño lo vio:  tembló / De pasión  por los que gimen , /Y al pie del muerto  juró / Lavar con su vida el crimen /”(Martí, 1975. OC T 16, pág.  106 - 107)

Contó Martí en su niñez con la enseñanza de hombres como el maestro Rafael María de Mendive, quien inculcó en el valores que fortalecidos en el ámbito familiar contribuirían al desarrollo de un pensamiento abarcador, universal.

Sus rectas ideas con relación a la justicia, al deber ciudadano, a la lealtad, a la amistad, lo llevarán a definirse desde muy joven contra las injusticias del régimen colonial. Con solo diecisiete años sufrió cárcel y destierro que forjarán su carácter y le darán una visión más amplia del yugo colonial que pesaba sobre Cuba.

En su primer destierro en España, conocerá las interioridades de la metrópolis, e irá al mismo tiempo enriqueciendo su cultura. Vivió durante años en varios países de América Latina, entre ellos Venezuela donde se aproximará al pensamiento bolivariano y se convertirá en el continuador en la lucha por la unidad latinoamericana.

El deseo de Martí de conocer más profundamente a la que él llama Nuestra América, también la necesidad de buscar una situación económica más estable para su familia, lo que no había logrado hasta el momento lo llevó a Venezuela en 1881.

Muy impresionado y ferviente seguidor del Libertador narra en “Tres Héroes”: “Cuentan que un viajero llegó un día a Caracas al anochecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó ni donde se comía ni se dormía, sino como se iba a la estatua de Bolívar” .Martí consideraba a Bolívar como el padre de América y a Caracas la cuna del continente liberado. (Martí, 1975. T 8, pág. 304)

Martí observa críticamente la situación de Venezuela, donde el gobernante del momento solo beneficia a la oligarquía y hace nada por las clases más humildes. Estudia además la historia de los países de América Latina, todo ello le permite comprender los males que sufre Hispanoamérica y la necesidad de la unidad para poder enfrentarlos.

Consideró que la Revolución en América estaba solo iniciada. Es en esa etapa que madura su pensamiento latinoamericanista y toma conciencia de su lugar en la lucha, no solo por lograr la independencia de Cuba y Puerto Rico, sino en contribuir a la realización de las grandes transformaciones que considera inaplazables, para ocupar el lugar que en el mundo le corresponde a América.

Se identifica Martí con la causa venezolana y a su vez con América. En su carta a Fausto Teodoro de Aldrey, desde Caracas el 27 de julio de 1881 le dice: “De América soy hijo y a ella me debo. Y de la América a cuya revelación, sacudimiento y fundación urgente me consagro, esta es la cuna, ni hay para labios dulces, copa amarga, ni el áspid muerde en pechos varoniles; ni de su cuna reniegan hijos fieles. Deme Venezuela en qué servirla, ella tiene en mi un hijo”. (Martí, 1993. Epistolario. T I, pág. 212).

Consideraba el Apóstol su deber para América, no solo su sacrificio seria por Cuba. Para el América era la patria grande al igual que lo había sido para Bolívar, Martí fue su continuador.

Analizando la situación de América Latina Martí aseguraba: “…Ni ¿en qué patria puede tener un hombre más orgullo que en nuestras republicas dolorosas de América, levantadas entre las masas mudas de indios, al ruido de pelea del libro con el cirial sobre los brazos sangrientos de un centenar de apóstoles?…De factores tan descompuestos, jamás en menos tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compuestas”. (Martí, 1975, OC T 16, pág. 16)

Reconocía Martí cómo a pesar de las diferencias de origen social los hombres fueron capaces de unirse con el objetivo común de lograr la independencia. Decía el Apóstol en estas consideraciones sobre las diferencias: “Con los pies en el rosario, la cabeza blanca y el cuerpo pinto de indio y criollo, venimos denodados al mundo de las naciones. Con el estandarte de la virgen salimos   a la conquista de la libertad”. (Martí, 1975.  OC T 6, pág. 18)

En este análisis de Nuestra América, Martí pone de manifiesto el origen de esta región, conformada por elementos   de diverso origen pero que forman un todo   haciendo posible la unión.

Martí supo valorar con justeza la labor emancipadora de Bolívar para lograr la independencia de las colonias hispanas de América. Bolívar en la Carta de Jamaica se refería a los factores diversos de  la región latinoamericana que no contribuían  a la unión; Sin embargo Martí  acerca del pensamiento bolivariano consideraba: “Su gloria más que en ganar las batallas  de la América, estuvo en componer para ellos sus elementos  desemejantes u hostiles, y en  fundirlos a tal calor  de gloria, que la unión cimentada  en él  ha podido más, al fin  que sus  elementos de desigualdad  y discordia…”. (Martí, 1975. OC T 8, pág. 252)

El Apóstol enaltece la obra del Libertador, pues comprendió la posibilidad de alcanzar la libertad de la América hispana mediante la unidad. Como seguidor de las ideas de Bolívar, comprendió la necesidad de lograr la independencia de Cuba y Puerto Rico, lo cual estuvo en los planes libertarios de Bolívar.  Lo que no pudo cumplirse por su muerte en 1830, así como la muerte de ese gran General Antonio José de Sucre a quien Bolívar en su momento, había   confiado esa importante misión.

Al igual que Bolívar, Martí comprendió el peligro que constituían los Estados Unidos para América Latina y expresaba que solo la unidad podía constituir un obstáculo a las ambiciones norteamericanas, “¡Los árboles se han de poner en fila para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes”. (Martí, 1975. OC T 6 pág. 15).

También en su obra Nuestra América, el Apóstol manifestaba con relación a los Estados Unidos: “Pero otro peligro corre acaso, Nuestra América, que no le viene de sí, sino de la diferencia de orígenes, métodos e intereses entre los dos factores continentales, y es la hora próxima en que se le acerque demandando relaciones íntimas, un pueblo emprendedor y pujante que la desconoce y la desdeña”. (Martí, 1975. OC T 6. Pág. 21)

A estas consideraciones llegaba Martí luego de analizar la situación que tenían la republicas hispanoamericanas, donde el principal problema lo constituía el peligro norteamericano que despreciaba a Latinoamérica, pero la deseaba, pues consideraba que debía estar bajo su dominio. “El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América, y urge, porque el día de la visita está  próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto para que no la desdeñe” (Martí, 1975. OC T 6. pág. 22)

Otra ocasión en que Martí criticó la posición norteamericana lo fue cuando en 1888 Estados Unidos convocó a una Conferencia Internacional en Washington, para entre otras cosas aprobar la adopción por cada uno de los gobiernos de una moneda común de plata. Durante algunos años en que Estados Unidos realizó Congresos y Conferencias tratando de imponer su dominio, engañando a los delegados latinos que participaron, tratando de mostrarles beneficios al realizar uniones con un país poderoso. Martí escribió numerosos artículos acerca de la Conferencia Internacional convocada por Estados Unidos.

En uno de los artículos escritos en la Revista Ilustrada de Nueva York, en marzo de 1891, señalaba “…pueden los Estados Unidos convidar a Hispanoamérica a una unión sincera y útil para Hispanoamérica ¿Conviene a Hispanoamérica la unión política y económica con los Estados Unidos?...” (Martí, 1975. OC T 6. Pág. 160).

Quien dice unión económica dice unión política: El pueblo que compra manda. El pueblo que vende, sirve. En el artículo Martí hacia reflexiones sobre el peligro que constituía vender a un solo país, eso llevaba al pueblo más débil a servir al pueblo poderoso, a doblegarse a este.

 En el pensamiento martiano, su patria Cuba y América van juntos lo que expresó hasta en la carta inconclusa que escribió a su amigo mexicano Manuel Mercado, el día antes de caer en combate. En la misma señala el peligro que representaba Estados Unidos para Cuba y América. Por eso consideraba que  la guerra de independencia  en Cuba contra el colonialismo  español debía ser  breve, para “…impedir  a tiempo con la independencia de Cuba  que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más sobre sobre nuestras tierras de América…” (Martí, 1993.  Epistolario, T 5, pág.250)

Era vital en las consideraciones que hacia Martí, lograr la independencia de las colonias españolas de Cuba y Puerto Rico. Con respecto a la guerra por la independencia Martí decía el 17 de abril de 1894 “Es un mundo lo que estamos equilibrando: no son solo dos islas las que vamos a libertar”. Él le concedía mucha importancia al logro de la independencia de las dos islas antillanas y como bien expresaba, contribuiría al equilibrio del mundo. Más adelante  en el artículo  aseguraba: “Un error en Cuba es un error en América, es un error en la humanidad moderna…la independencia de Cuba y Puerto Rico  no es solo  el medio único de asegurar el bienestar  decoroso del hombre libre  en el trabajo  junto a los habitantes de  ambas islas, sino el suceso histórico indispensable para salvar la independencia  amenazada  de las Antillas libres, la independencia amenazada de la América  libre, y la dignidad de la republica norteamericana” . (Martí, 1975. OC T 3. Pág. 142- 143)

 

 

Referencias Bibliográficas

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  2. García Pascual, Luis; Moreno Pla, Enrique H. José Martí Epistolario. Tomo I y V. Edit. Ciencias Sociales. La Habana, 1993
  3.  Martí, José. Obras Completas. Tomo 3, 4, 5, 6, 7, 8, 16,18 y 24. Edit. Ciencias Sociales. La Habana, 1975
  4. Romaní Velazco, Roberto. Tres documentos de Nuestra América. Edit. Casa de las Américas. La Habana, 1979

 

 

Bibliografía

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  2.         Galich, Manuel. Simón B. Documentos. Casa de las Américas. La Habana, 1975
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  6. Valdés Galarraga, Ramiro. Diccionario del pensamiento martiano. Edit. Ciencias Sociales. La Habana, 2012.
  7. Atlas histórico biográfico de José Martí. Instituto cubano de Geodesia y Cartografía y Centro de Estudios Martianos. La Habana, 1993.