Revista Nº33 "PAPER"

 

RESUMEN

El presente pequeño paper cuenta con el pensamiento del Premio Nobel de Literatura de 1947, André Gide, que demuestra su decepción al observar empíricamente en qué se había transformado la URSS a la que los comunistas franceses veían ideológicamente como la “cuna del nuevo hombre”.

 

ABSTRACT

This brief paper is about Nobel Prize of Literature 1947 winner, André Gide, and his disappointment once he observed the transformation of URSS, the political unit that French communists had seen ideologically as the “cradle of the new man”.

 

ANDRÉ GIDE: REGRESO DE LA URSS.

 

Por: IÑAKI VÁZQUEZ LARREA. 

 

El obrero ruso se considera feliz, es más feliz, mucho más feliz que el obrero de Francia. Su felicidad está hecha de esperanza, de confianza y de ignorancia”

André Gide

 

El viaje iniciático del que fuera un enamorado de la URSS, a la verdadera naturaleza del homo sovieticus se inicia a finales de 1936. Como gran parte de la intelectualidad occidental de izquierdas, sucumbió  al mito revolucionario ruso de 1917. No obstante, la honestidad crítica de Gide nos retrata una objetiva decepción y un paisaje humano desolador.

 André Gide no solo relata la ausencia de espíritu revolucionario alguno, sino que nos habla abiertamente de ortodoxia, de línea conformista y de una sorprendente uniformidad ideológica: “En la URSS se admite por anticipado y una vez para siempre que, en todo y sobre cualquier tema, no puede haber más de una opinión. El espíritu de la gente, además está moldeado de tal suerte que su conformismo le resulta fácil, natural, insensible hasta el extremo- a mi modo de ver-de que no encierra hipocresía. ¿Es esta la gente que hizo la revolución? No; esta es la que se beneficia de ella. Cada mañana Pravda los alecciona sobre lo que es oportuno saber, pensar, creer. ¡Y no es recomendable salirse de ahí! De resultas, siempre que se habla con un ruso es como si se hablara con todos. No porque cada uno obedezca de manera precisa una consigna, sino porque todo está dispuesto de modo tal que nadie pueda diferenciarse. No olvidemos que este moldeamiento del espíritu empieza desde la más tierna infancia” (Gide, p.40).

 La cultura soviética es en Gide meramente acumulativa, y un marxismo cosificado sirve para ahogar cualquier forma de espíritu crítico, “¡y pese al marxismo, la mínima crítica, va expuesta a las penas mayores, se ve inmediatamente ahogada. Y dudo que en ningún país, ni siquiera en la Alemania de Hitler, exista espíritu menos libre, más doblegado, más temeroso (aterrorizado), más avasallado!” (Gide, p.53).

 Por descontado, que la dictadura del proletariado soviético no deja de ser un sarcasmo a los ojos de Gide. Lo que predomina en la Unión Soviética es el culto  a la personalidad de Stalin y la supresión de toda fuerza opositora: “Dictadura del proletariado nos prometían. Nada más lejos de la realidad. Sí: dictadura por supuesto, pero la de un hombre (Stalin), no ya la de los proletarios unidos, de los soviets. Es capital no dejarse ilusionar, y no hay más salida que reconocer muy claramente: no es esto lo que queríamos. Un poco más y hasta diremos: es exactamente esto lo que no queríamos” (Gide, p. 53).

El arte, por último, languidece, muere por ausencia de crítica, “En la URSS, una obra por hermosa que llegue a ser se ve denigrada sino está en la línea. Se considera la belleza como un valor burgués. Por más genio que demuestre un artista la atención se desvía, y es desviada, de su trabajo, si este no sigue la línea: conformidad es lo que se le pide al artista, al escribir todo lo demás le será dado por añadidura” (Gide, p.65).

 

BIBLIOGRAFÍA:

GIDE, A. (2017).Regreso de la URSS (seguido de Retoques a mi regreso de la URSS), Madrid, Alianza Editorial.