Revista Nº29 "INSTITUCIONES Y PROCESOS GUBERNAMENTALES"

Resumen:

Néstor Kirchner y Hugo Chávez fueron líderes latinoamericanos que asumieron la presidencia de sus respectivos países en años distintos (2003 y 1999, respectivamente), sin embargo, a partir de un análisis comparado, el presente artículo pretende demostrar que su surgimiento puede explicarse por los mismos motivos, relacionados a las crisis económicas y políticas que afectaron a sus países como consecuencia de la aplicación de políticas neoliberales desde los años setenta. En ese marco, el artículo se pregunta acerca de cuales fueron los elementos sobre los cuales basaron la legitimidad de sus gobiernos.

Palabras clave: Kirchner – Chávez – Neoliberalismo - Orígenes – Liderazgo – Legitimidad

 

Abstract:

Nestor Kirchner and Hugo Chavez were Latin American leaders who assumed the presidency of their respective countries in different years (2003 and 1999 respectively), however, from a comparative analysis, this paper aims to demonstrate that its emergence can be explained by the same reasons related to economic and political crises that affected their countries as a result of the application of neoliberal policies since the seventies. In this context, the article wonders about what were the elements on which they based the legitimacy of their governments.

 

Key Words: Kirchner – Chávez – Neoliberalism - Origins – Leadership - Legitimacy


 

Los Representantes de los Excluidos: Néstor Kirchner y Hugo Chávez Frías en Perspectiva Comparada (2003-2007)

Por Sebastián Calvo Ramírez[1]

 

1. Introducción:

El estudio de los distintos tipos de liderazgos políticos en los países de América Latina reviste de una importancia esencial, ya que dichos países, en su mayoría, se encuentran regidos bajo regímenes presidencialistas que otorgan atribuciones especiales a los Presidentes –entendidos como los líderes del Poder Ejecutivo- para solucionar los problemas de la acción colectiva en detrimento de los otros poderes que comprenden el sistema republicano de gobierno. Asimismo, reviste de especial importancia el análisis acerca de los contextos en los cuales dichos líderes emergen y como influyen en el desarrollo de su liderazgo futuro. El presente trabajo intentará demostrar, a partir del análisis comparado de Néstor Kirchner y Hugo Chávez, que ambos son, en gran parte, producto de las crisis económicas y de representación política ocasionadas por la aplicación de la concepción neoliberal del Estado en Latinoamérica a partir de los años setenta. Dicho lo anterior, otra pregunta que adquiere relevancia en este contexto es acerca de donde proviene la legitimidad de dichos líderes. En ese marco, este trabajo intentará exponer, mediante el estudio de los casos de los presidentes referidos, que existen diversas fuentes (formal-institucional, soberanía popular, etc.) a partir de las cuales los líderes pueden construir legitimidad y que la apelación constante a alguna de ellas como estrategia discursiva y mediante mecanismos institucionales, representa una herramienta fundamental para justificar decisiones que aspiran a realizar reformas estructurales en sus respectivos países, aun cuando estás sean fuertemente cuestionadas por múltiples actores que conforman el sistema político y la sociedad civil.

2. Objetivos:

El objetivo principal de este trabajo es comparar los contextos políticos y económicos sobre los cuales Néstor Kirchner y Hugo Chávez llegan al poder y en ese marco analizar, desde la teoría política, los elementos a los que cada líder apeló para construir la legitimidad de su gobierno.

3. Planteo del Problema:

Néstor Kirchner, un gobernador de la provincia de Santa Cruz, que hasta dos años antes de las elecciones del año 2003 no era conocido por la opinión pública y por la mayoría de los votantes del país, logra acceder a la presidencia de la Nación Argentina en un contexto de crisis económica y de representación política con un porcentaje muy bajo de votos (22 %) y luego de la renuncia de su oponente a competir en una segunda vuelta presidencial. A pesar de que los factores nombrados anteriormente parecían condicionar la fortaleza de su liderazgo y socavar su legitimidad, intentaremos demostrar que a lo largo de los cuatro años de su gestión logró desarrollar un estilo de liderazgo decisionista en el marco de una democracia delegativa, construyendo la legitimidad que no poseía inicialmente, lo que le permitió emprender diversas reformas entre las que destacaremos las propuestas por su modelo de desarrollo económico con inclusión social y por su política de derechos humanos. Hugo Chávez Frías, un ex-teniente coronel que había participado de los intentos de golpe de estado de 1992, asume la presidencia de Venezuela en el año 1999 con el 56,26 % de los votos, derrotando al candidato opositor, que era respaldado por los dos partidos tradicionales de Venezuela (COPEI y Acción Democrática). Chávez, asume en condiciones similares a las de Néstor Kirchner, en un contexto de pobreza económica, altos índices de desempleo y corrupción, provenientes, en este caso, del viejo sistema político de “punto fijo” que había sido aplicado en Venezuela desde el año 1958.  En el período que pretendemos analizar, Chávez se enfrento con fuertes oposiciones tanto de los partidos políticos tradicionales como de organizaciones petroleras y sindicales (FEDECAMARAS, CTV) y a pesar de ello logró mantenerse en el gobierno y hasta sobrevivir a un intento de golpe de estado para luego emprender reformas que apuntaron a lo que el denominó el “Socialismo del siglo XXI”

4. Problema:

¿Existieron similitudes entre los contextos políticos y económicos que explicaron el acceso al poder de Hugo Chávez y Néstor Kirchner? Una vez en el poder ¿en que elementos basaron la legitimidad de sus gobiernos desde una perspectiva de la teoría política?

5. Desarrollo:

5.1 El Camino hacia el poder. La Emergencia de los Líderes.

La pregunta que debemos hacernos es ¿Existieron similitudes en el origen de estos dos líderes latinoamericanos, a pesar de que hayan asumido la presidencia en países distintos y en años diferentes?  

En el presente trabajo sostengo que el elemento de similitud de origen de ambos lo podemos encontrar en la concepción de la figura del representante de los excluidos y en el hecho de que ambos provienen de un contexto de emergencia, para dar una respuesta a las crisis de representación política y socio-económica que azotaban a sus respectivos países. Como veremos mas adelante, estas crisis tuvieron sus máximos corolarios en los sucesos ocurridos en 1989 en Venezuela (el llamado Caracazo) y en la denominada Crisis de diciembre del 2001 en la Argentina.

Con respecto a la figura del excluido refiero a una cita de Leticia Bontempo que a su vez recuperan en su capítulo Baldioli y Leiras[2]: “Según Laclau (2005) las peticiones de los excluidos son convertidas en reclamos. Las demandas no satisfechas o que están aisladas las denomina “demandas democráticas”, y a la pluralidad de demandas que por medo de una “articulación equivalencial” posibilitan una “subjetividad social” más amplia las llama demandas populares (…)”. Más adelante los autores, agregan (en referencia a Néstor Kirchner, aunque yo lo hago extensivo a Chávez en mi trabajo) que “El excluido logró captar la demanda de todos los excluidos de la Nación, convirtiéndolo en la voz que representa a aquellos que no pueden expresarse públicamente, logrando recoger los frutos de su popularidad en pos de las demandas del pueblo que serían paulatinamente satisfechas (…)”[3]

Con respecto al contexto de emergencia me refiero al hecho de que entiendo que ambos líderes son, entre otros factores, producto de la crisis del modelo neoliberal implantado en américa latina desde los años 70 y que tuvo su manifestación en la caída del Pacto de Punto Fijo en Venezuela y de la Hiperinflación y su consecuente crisis del sistema político Argentino. Este contexto dio el marco para que dos outsiders de la política nacional pudieran erigirse como candidatos a la presidencia de sus respectivos países, teniendo en cuenta que provenían de contextos distintos como veremos luego (uno ya había ocupado cargos públicos y contaba con el apoyo de una estructura partidaria consolidada en la Argentina y otro provenía de las filas militares y no había ejercido ningún cargo público hasta su asunción en Venezuela).

5.2 La emergencia del Chavismo. Caída del Pacto de Punto Fijo.

Múltiples factores pueden utilizarse a la hora de analizar el arribo de Hugo Chávez al poder. Desde un contexto mucho más amplio, puede analizarse en términos de la tradición caudillista de Venezuela[4] o desde la mirada de la emergencia de los populismos en américa latina[5]. Sin embargo, a título de lo que referencié anteriormente me voy a focalizar en entender el advenimiento al poder de Chávez como una respuesta al vacío de poder generado por la crisis de un sistema político había sido “estable” durante mas de cuarenta años en Venezuela.

El 31 de octubre de 1958, pocos meses después de la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez se firmó el denominado “Pacto de Punto Fijo” entre los máximos dirigentes de los partidos de Acción Democrática, COPEI (Comité de Organización Política Electoral Independiente) y la URD (Unión Republicana Democrática) en conjunto con una serie de organizaciones empresariales y sindicales. Este acuerdo generó un sistema de partidos bipartidista estable en Venezuela a partir una alternancia pactada entre Acción Democrática y COPEI. Fue un pacto de gobernabilidad que garantizó consensos mínimos en torno a ciertas políticas públicas. Esto se manifestó en la Reforma Constitucional de 1961, en donde, entre otras cuestiones, se acordó el disciplinamiento de las Fuerzas Armadas al orden constitucional, se estableció un límite al mandato presidencial por cinco años, quedando imposibilitado para ejercer el cargo por un período de diez años siguientes a la culminación de su mandato y por último se le otorgaron prerrogativas legislativas al poder ejecutivo. Según Luis Aznar[6], “El Pacto, mediante el cual se logró la consolidación de la dinámica democrática, representó, como lo hemos señalado anteriormente, la culminación de un largo y complejo proceso de aprendizaje político de las elites venezolanas. Se privilegiaron los acuerdos y el consenso sobre el conflicto, a partir de nuevas reglas de juego político que aseguraban la existencia de todos los partidos del sistema sin tomar en cuenta su tamaño o capacidad de influencia”. Ahora es importante señalar que este acuerdo entre las elites políticas, el empresariado, los sindicatos, la iglesia y las fuerzas armadas estaba sostenido en la renta petrolera. Como lo expresan Baldioli y Leiras[7], “(…) Los ingresos petroleros pagaron la factura de la democracia pactada, subsidiando tanto al sector empresarial, como así también a los sectores populares. Protegieron al país de la inflación y de los problemas de la balanza de pagos, que han caracterizado a otros sistemas políticos con similares proyectos económicos”. A pesar de la cantidad de años que se sostuvo este sistema, el factor de la renta petrolera le otorgó un carácter volátil al mismo que se manifestó en muchas oportunidades y que como veremos luego, fue en algún punto la causa, si no la más importante, de su quiebre definitivo. A su vez, a título de este trabajo, debemos tener en cuenta que este pacto es fundamental ya que contiene, en los actores excluidos del mismo (como el Partido Comunista Venezolano –PCV-, los movimientos sociales y las asociaciones vecinales) a aquellos quienes reunió Chávez cuando formó su alianza política para alcanzar la presidencia.

Hernán Fair[8] indica que la ruptura del sistema bipartidista que se había estructurado luego de la firma del Pacto de Punto Fijo genero en Venezuela una fuerte crisis de representación política y al igual que yo sostengo en este trabajo, señala que la emergencia de la figura de Hugo Chávez fue consecuencia directa de la misma. Para explicar la caída del sistema, el expone cinco acontecimientos disruptores que incrementaron el grado de descontento de la ciudadanía con los dirigentes políticos y los partidos tradicionales. El primer acontecimiento disruptor tiene que ver con las elecciones presidenciales de 1988 en donde se produjo el triunfo, por segunda vez, de un candidato de Acción Democrática (Carlos Andrés Pérez) que remplazó a un candidato de su mismo partido. Esto puso en duda la alternancia del sistema de partidos tal como se había pactado. El segundo acontecimiento disruptor es fundamental y responde al llamado “Caracazo”. Durante el 27 y 28 de febrero, en un contexto de frustración de expectativas, de demandas sociales insatisfechas y de fragilidad de los mecanismos tradicionales de agregación y articulación de intereses (partidos políticos y sindicatos) se produjeron en Caracas, pero también en otras ciudades del interior, levantamientos sociales muy intensos que tuvieron como principal disparador el aumento del precio de la gasolina y del transporte. A pesar de estos disparadores concretos, debemos señalar que el malestar de la sociedad respondía en concreto a un plan más amplio del presidente de ese momento Carlos Andrés Pérez, de profundas reformas neoliberales. Durante estos días se produjeron protestas, saqueos a supermercados y numerosos comercios. El gobierno declaró el toque de queda, militarizó las ciudades principales y aplastó las protestas con violencia. Hubo más de trescientos muertos. Este segundo acontecimiento disruptor es importante para nuestro análisis ya que en él se observa la figura de los excluidos del sistema político que nombré al inicio del trabajo y que, como también señala Fair[9] en los términos de Laclau, “se produjo un cúmulo de demandas insatisfechas, que articuló equivalencialmente las demandas institucionales y de crítica económica de amplios sectores de la población, descontentos con el orden vigente”. El tercer acontecimiento disruptor fue el intento de golpe de Estado de Hugo Chávez, enmarcado en una feroz crítica a los partidos, al neo-liberalismo y una fuerte defensa del nacionalismo. El cuarto acontecimiento disruptor fue en las elecciones para gobernadores de diciembre de 1992, en donde Acción Democrática, que era el partido gobernante a nivel nacional, pierde el dominio de varios estados en manos de la oposición. Y finalmente el Quinto acontecimiento disruptor es en las elecciones presidenciales de 1993 cuando Rafael Caldera, uno de los fundadores de COPEI, decide presentarse a elecciones por fuera de su partido tradicional.

En este marco debemos entender el surgimiento de Hugo Chávez, un líder que hasta el momento de su asunción como presidente no había ejercido ningún cargo en el poder político, un militar de carrera, licenciado en Ciencias y Artes Militares que supo analizar el tiempo histórico en el que se encontraba y canalizar las demandas de gran parte de la población venezolana y así llenar el vacío de poder generado por la crisis del bipartidismo y el colapso del modelo neo-liberal. Nicolás Pardy[10], en su artículo, acuerda con esta visión que propongo, como se puede apreciar en la siguiente cita: “La elección presidencial de Hugo Chávez Frías fue producto de quince años de un proceso de descenso de poder de la política tradicional en Venezuela. Chávez llenó el vació político que emergía durante el proceso de crisis del sistema de partidos tradicional y los principios de su Revolución Bolivariana resonaban en el nuevo ambiente político”.

 5.3 La emergencia del Kirchnerismo. Colapso del modelo neo-liberal y estallido social.

Considero que para entender tanto la emergencia del Kirchnerismo como del Chavismo y sus reformas posteriores una vez obtenido el poder necesitamos tener una mínima noción acerca del neo-liberalismo como corriente política-económica y comprender cual fue su impacto en sus respectivos países. Para dar una noción acotada del neo-liberalismo (entendiendo las limitaciones de este apartado) utilizaré a David Harvey[11] en su libro Breve historia del neoliberalismo. El autor señala que: “De acuerdo con la teoría, el Estado neoliberal debería favorecer unos fuertes derechos de propiedad privada individual, el imperio de la ley, y las instituciones del libre mercado, y de libre comercio. La inviolabilidad de los contratos y el derecho individual a la libertad de acción, expresión y elección deben ser protegidos. El estado, pues, utiliza el monopolio de sus medios de ejercicio de la violencia para preservar estas libertades por sobre todo” (…) La empresa privada y la iniciativa empresarial son tratadas como las llaves de la innovación y la creación de la riqueza. Los incrementos incesantes en la productividad, deberían, pues, conferir niveles de vida más elevados para todo el mundo. Bajo la premisa del derrame o goteo, la teoría neoliberal sostiene que el mejor modo de asegurar la eliminación de la pobreza (tanto a escala doméstica como mundial) es a través de los mercados libres y del libre comercio. (…) Los sectores económicos anteriormente dirigidos por el Estado deben ser traspasados a la esfera privada y desregulados”. Por último, el autor explica que “La libre movilidad del capital entre sectores, regiones y países se considera un factor crucial. Todas las barreras a esta libertad de movimiento (como aranceles, ajustes fiscales punitivos, la planificación y controles medioambientales) han de ser eliminadas, salvo en aquellas áreas que sean cruciales para los intereses estatales (…)

Entiendo que esta teoría neoliberal fue aplicada en la mayoría de sus rasgos en múltiples países de américa latina a partir de los años 70 y particularmente en Argentina tuvo su mayor exponente durante los años 90 bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem. Siguiendo a Ruth Felder[12] “Al asumir la presidencia, Carlos Menem lanzó su programa de transformación estructural. (…) Partiendo de un diagnóstico que responsabilizaba al estado por su ineficiencia y por su excesiva intervención en la economía, se postulo la necesidad de recortar el tamaño del aparato estatal y de crear condiciones para la expansión de los mercados mediante la privatización de activos y empresas públicas, la modificación de la estructura de la administración pública, la desregulación de un amplio conjunto de actividades económicas. (...) así, en menos de cinco años se privatizaron casi cien empresas públicas, se eliminaron numerosas dependencias públicas y se redujo la planta de personal de la administración pública, se eliminaron diversas normas que regulaban las relaciones laborales y protegían a los trabajadores, se desregularon numerosas actividades económicas, se liberalizaron las actividades financieras y se privatizaron parcialmente los sistemas públicos jubilatorios y de seguridad social”.

Lo dicho anterior adquiere especial relevancia por que considero que las políticas neoliberales, que habían comenzado ya durante la dictadura militar, pero que se consolidaron durante el gobierno menemista, fueron las que en ultima instancia derivaron en el estallido social del año 2001 bajo el gobierno de Fernando de la Rúa y la crisis política que duro hasta el año 2003. Los hechos que acontecieron el 19 y 20 de diciembre del 2001 bien pueden ser relacionados realizando un paralelismo con el “Caracazo” en la Venezuela de 1989. Podríamos decir que ambos fueron causa de la aplicación de las recetas neoliberales en sus respectivos países. Las imágenes observadas en ambos países fueron muy similares, protestas, huelgas generales, saqueos, represión por parte de las Fuerzas de Seguridad. Este estallido era una representación de la crisis económica y política que azotaba al país. La crisis de representación política ya comenzaba a vislumbrarse en las elecciones del año 2001 en donde predomino el “voto bronca”, en donde los votos en blanco o anulados intencionalmente alcanzaron el 25% del total del padrón. La crisis política se expresaba bajo el lema “Que se vayan todos”. En ese marco asumía la presidencia Eduardo Duhalde el primero de enero del año 2002 y sentenciaba “La Argentina esta quebrada. La Argentina esta Fundida. Este modelo en su agonía arraso con todo”.[13]

La emergencia de Néstor Kirchner debe entenderse en este marco, con la Argentina recuperándose de una crisis económica profunda mediante la gestión de Eduardo Duhalde pero aún bajo las consecuencias de la crisis de representación política.

A diferencia de Chávez, Néstor Kirchner no era ajeno a la gestión gubernamental. Si bien era un outsider para la política nacional hasta su aparición en los medios de comunicación, su carrera política había comenzado mucho tiempo antes en la provincia de Santa Cruz. En 1987 fue Intendente de la Ciudad de Rio Gallegos, en 1991 fue electo Gobernador de la Provincia de Santa Cruz. En 1994 reforma la Constitución provincial y logra ser elegido en 1995. En 1998 mediante una forma de “ingeniería legislativa” cambia la interpretación y aplicación de la Constitución Provincial y logra ganar las elecciones en 1999 para sumir por tercera vez su mandato como Gobernador.

Finalmente, en el año 2003, Néstor Kirchner gana las elecciones a pesar de haber obtenido un porcentaje muy bajo de votos en la primera vuelta. Julián Horvath[14], en su artículo expresa de forma muy clara las condiciones en las que asume la presidencia del país. El concluye lo siguiente: “En resumen, Néstor Kirchner asume marcado por ciertas condiciones que lo sitúan en una posición de debilidad. Por una parte, como aprecia Rodríguez Kauth, la decisión de Menem de no participar en la segunda vuelta tuvo la "intención política de no permitirle a Kirchner triunfar con un apoyo electoral superior a 22 por ciento que ya había obtenido. Esto se hizo para que el nuevo Presidente asumiera en condiciones de debilidad política y se le dificultara su quehacer futuro"; en este sentido, vale decir que las encuestas que reflejaban un elevado apoyo de la opinión pública a Kirchner para la segunda vuelta no expresaban un voto a su favor, sino más bien el rechazo hacia Menem y el modelo neoliberal que éste encarnaba. Por otra parte, como se describió anteriormente, la victoria de Kirchner se debía en gran medida al apoyo de Eduardo Duhalde y la estructura del partido justicialista bonaerense; la intención de éste era la de elegir un presidente "títere" que le permitiría permanecer como el "hombre fuerte" del justicialismo, ejerciendo "tras bastidores" la primera magistratura. Si a estos factores políticos les sumamos la profunda crisis económica y social arrastrada desde las administraciones anteriores, el contexto de asunción del nuevo presidente implicaba serios límites a su estrategia de gobierno.”

5.4 Estilos de Liderazgo y Construcción de la Legitimidad

En los apartados anteriores expuse las similitudes con respecto a los contextos de emergencia de los que puede explicarse el surgimiento de ambos líderes a pesar de la diferencia en las carreras políticas y en la historia personal de ambos. En este apartado me referiré al liderazgo de ambos y a los elementos sobre los cuales construyeron su legitimidad para poder gobernar. En el caso de Néstor Kirchner, considero que a pesar de haber asumido el poder con una escasa legitimidad debido a los motivos que expliqué anteriormente, logró “construir” la misma a partir de la utilización de los mecanismos institucionales que caracterizan al presidencialismo argentino, constituyendo una “democracia delegativa” fundada en un estilo de liderazgo decisionista, mediante la apelación de una situación de emergencia permanente. En el caso de Hugo Chávez, observamos que su estilo de liderazgo es coincidente con el régimen político que puede ser definido como una “autocracia electiva”, en donde su principal elemento de legitimidad es la apelación constante a la soberanía del pueblo, creando nuevos mecanismos constitucionales mediante los cuales se observa un paso de una democracia representativa a una democracia participativa.

5.5 Democracia Delegativa y Néstor Kirchner.

Para comprender el marco en el que Néstor Kirchner operó durante su gestión (2003-2007) es necesario trabajar con el concepto de Democracia Delegativa propuesto por Guillermo O`Donnell en su libro[15]. En su capítulo, define a la democracia delegativa mediante los siguientes puntos: “La DD (Democracia Delegativa) es una manera de concebir y ejercer el poder político sustentada por algunos presidentes y colaboradores. (…) La DD es democrática por dos razones básicas. Una es su legitimidad de origen, es decir su surgimiento de elecciones que son razonablemente limpias y competitivas. La otra es que se mantienen vigentes ciertas libertades políticas básicas, tales como las de expresión, reunión, asociación y movimiento. (…) La concepción central de la DD es que la elección le da al presidente el derecho, y la obligación, de tomar las decisiones que mejor le parecen para el país, sujeto sólo al resultado de las próximas elecciones. (…) Las DD consideran un estorbo indebido a la “interferencia” de instituciones que ejercen diversos aspectos de control o rendición de cuentas. Ellas incluyen las instituciones básicas del constitucionalismo, el Congreso y el Poder Judicial (…) Lo anterior lleva a esfuerzos de las DD por anular, cooptar, suprimir, privar de recursos y/o ignorar las instituciones recién mencionadas. (…) Más globalmente, la concepción de la DD expresa la idea de que en virtud de la elección el líder es la encarnación, o al menos el más autorizado intérprete de los grandes intereses de la nación. En consecuencia, el líder se siente colocado por encima de las diversas “partes” de la sociedad. (…) Las DD surgen de las crisis ya mencionadas (…) Los lleva a presentarse como auténticos “salvadores” de la patria, quienes necesitan y merecen todos los poderes según ellos necesarios para rescatar la patria no sólo de sus crisis sino también, claro está, de las siniestras y poderosas fuerzas que las han provocado (…)”

La relación con este tipo de Democracia puede observarse durante la gestión de Néstor Kirchner mediante la excesiva utilización de la prerrogativa constitucional del Decreto de Necesidad y Urgencia. El artículo 99, inciso 3 de la Constitución Nacional Argentina[16] establece que: “(…) El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo. (…) Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o de régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros. (…) El jefe de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez días someterá la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya composición deberá respetar la proporción de las representaciones políticas de cada Cámara. Esta comisión elevará su despacho en un plazo de diez días al plenario de cada Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras. Una ley especial sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara regulará el trámite y los alcances de la intervención del Congreso.

A pesar de que el artículo refiere a “circunstancias excepcionales” durante la gestión de Néstor Kirchner firmó 48 decretos en 2003, 64 en 2004, 46 en 2005, 58 en 2006 y 20 en 2007 como se observa en el siguiente cuadro[17]:

 Descripción: http://www.politicargentina.com/advf/imagenes/2015/12/568441fd259dd_750x1006.jpg

Lo interesante acerca de la información contenida en el cuadro anterior es que el Presidente utilizó este mecanismo excepcional a pesar de tener un porcentaje muy alto de bancas en la cámara de diputados, lo cual afirma la presencia de elementos que justifican hablar de una democracia delegativa.

Podemos afirmar que, además de utilizar las características institucionales características del presidencialismo argentino a su favor, Néstor Kirchner se basó en determinadas políticas públicas para construir su legitimidad entre las que destacamos su modelo de desarrollo económico con inclusión social y su política activa de derechos humanos.

La recuperación económica, que ya había comenzado bajo el gobierno de Eduardo Duhalde, fue un factor principal a la hora de legitimar un gobierno que asumía con muy pocos votos. Considero que en gran parte, de ella depende el “humor social” de la ciudadanía y como se ha visto en numerosos casos de la historia argentina, puede afectar la gobernabilidad de cualquier presidente. En el caso de Néstor Kirchner no solo fue importante el incremento de los niveles de crecimiento sino fundamentalmente las políticas sociales que adaptó en términos de redistribución del ingreso. Mediante un trabajo de Alejandro Dabat[18], podemos remitir a la política económica de Néstor Kirchner a grandes rasgos: “El nuevo gobierno prolongará y ahondará la emergencia económica y la dispersión institucional, apoyándose en el poder presidencial para avanzar desde arriba en los objetivos trazados. Ello conducirá al desendeudamiento externo, la captura de una parte substancial de la enorme renta del suelo, la preservación de la subvaluación cambiaria para promover exportaciones y substituir importaciones, el pasaje de la política puramente asistencial a otra de empleo productivo y, finalmente, a un nuevo tipo de integración a la economía mundial por fuera de los mercados financieros especulativos, de integración con Brasil, comercio en gran escala con China y otros países emergentes y establecimiento de estrechas relaciones con otros países de América del Sur. (…)En la renegociación de la deuda externa con los acreedores privados, Argentina tensaría al máximo las negociaciones con los acreedores y el FMI en búsqueda de un acuerdo favorable. Con el apoyo de numerosos países, economistas de primer nivel mundial como Stiglitz y organizaciones como la CEPAL, Argentina logrará una renegociación muy favorable en febrero de 2005, que le permitirá pagar un dólar por cada tres de deuda original. (…)En lo que hace a las retenciones a las exportaciones de bienes primarios,22 agropecuarios (granos, harinas, aceites de girasol y soja, granos y harina de trigo, maíz, carnes, lácteos, quesos y cueros) y extractivos (hidrocarburos, cobre y oro fundamentalmente) las retenciones servirían también para fortalecer las finanzas públicas y atender necesidades asistenciales apremiantes (como el Plan Jefes y Jefas de Familia), subsidiar actividades protegidas o reorientar recursos hacia la recuperación de la producción industrial. En este sentido, constituirán un aspecto central del fortalecimiento fiscal del Estado (10% adicional de ingresos) (…)

Con respecto a la política social, Carolina Lebermann, en su artículo[19], Néstor Kirchner, desde su asunción embanderó la cuestión de resolver a inequidad social, tanto a través de planes inmediatos y asistencialistas, como de soluciones más estructurales. “Allí se enmarca el aumento cuantitativo y cualitativo del alcance de los planes sociales, como el Plan “Manos a la obra de 2003, el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria, también de 2003, y el Programa Familias por la Inclusión Social de 2005, todos implementados desde el Ministerio de Desarrollo Social, y que se suman a los diversos planes y programas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Tras la crisis financiera de 2008-2009, el gobierno lanza el Plan Argentina Trabaja, que implica una transferencia de ingresos hacia los sectores más pobres, y por ende con más propensión al consumo, de más de 7.500 millones de pesos en el 2010. Todo esto implica, en contraposición al menemismo, una clara expansión de las funciones sociales del Estado.”

En relación a la capacidad de impulsar este tipo de medidas sociales, observo un paralelismo entre las gestiones de Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Ambos dependieron en gran medida, para poder aplicarlas, de amplios recursos fiscales. En el caso de Chávez estos provinieron de las remesas de la renta petrolera, en el caso de Néstor Kirchner, puedo afirmar que provinieron de las retenciones impuestas a la exportación de commodities, la cual se incrementó considerablemente durante su gestión debido a un contexto internacional favorable. Al respecto se expide Fabián Repetto, en su capítulo[20]: “Luego de algunos años de profunda recesión, la conjunción de políticas activas y contexto internacional favorable (alto precio de las commodities) favoreció una mejoría notable en las finanzas estatales. Esto generó al gobierno de Néstor Kirchner el margen fiscal indispensable para afrontar medidas que requerían de nuevos e importantes recursos, tales como la Ley de Financiamiento Educativo, algunos programas de salud pública o la expansión de la cobertura provisional, sea vía moratoria, o multiplicando el número de pensiones no contributivas.”.

Néstor Kirchner consideró a la política de derechos humanos (especialmente en referencia a aquellos que fueron violados gravemente durante la última dictadura militar) como uno de los pilares de su gobierno y sobre los cuales construiría rápidamente legitimidad frente a la población. Desde que asumió el poder observo medidas claras con respecto a esta cuestión. En 2003 promovió el envío al Congreso de un proyecto de ley para declarar nulas a las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final. A su vez, por decreto descabezó a los altos mandos del estado mayor conjunto (Compuesto por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea). En agosto de dicho año el congreso finalmente anuló las leyes propuestas por Néstor Kirchner y además le otorgó rango constitucional a la Convención sobre imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y lesa humanidad. Desde lo simbólico, también realizó actos que sentaron una posición muy fuerte y le otorgaron una inmensa popularidad entre la gente, como los sucedidos el 24 de marzo del año 2004 en un acto en el Colegio Militar de la Nación, en donde ordenó a un general que descolgara los cuadros que exponían los rostros de los ex dictadores Videla y Bignone. Al mismo tiempo, declaraba[21]: “Nunca más tiene que volver a subvertirse el orden institucional en la Argentina. Es el pueblo argentino por el voto y la decisión de él mismo, quién decide el destino de la Argentina. Definitivamente terminar con las mentes iluminadas y los salvadores mesiánicos, que solo traen dolor y sangre a los argentinos”

En 2005 la Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró inconstitucionales a las Leyes de Obediencia debida y punto final, dando paso de esta manera a la reapertura de las causas judiciales hacia los que participaron durante el proceso. Recordemos que dicha corte había sido renovada durante los primeros años de su gobierno, con la designación del Dr. Eugenio Zaffaroni en 2003 y de las Dras. Elena Highton de Nolasco y María Carmen Argibay en 2004, hecho que fue considerado como muy positivo para la opinión pública debido a la diversidad ideológica de los nuevos miembros y el desprestigio que habían sufrido los anteriores por ser miembros de la “corte menemista”.

5.6 Chávez y la Autocracia Electiva.

A diferencia de la Democracia Delegativa que podemos encontrar en la Argentina durante el gobierno de Néstor Kirchner, considero que el caso Venezolano bajo la presidencia de Hugo Chávez puede definirse en los términos de lo que Spinetta denomina como autocracia electiva. El la define en los siguientes términos: “En este tipo de régimen, se presenta una coexistencia entre procedimientos democráticos y prácticas autoritarias por parte de un líder que, mediante atributos excepcionales de decisión política, genera un campo de juego desigual entre sus fuerzas y las de la oposición. (…) Todo ello conlleva un fuerte culto al líder, un excesivo personalismo, y una perniciosa concentración de poder. La misma se da en manos de ejecutivos, que, ante la necesidad de construir nuevas formas de legitimidad que trasciendan la legalidad formal y democrática, fomentan una dinámica de movilización al interior de la sociedad civil y prevén su permanencia en el poder por períodos prolongados de tiempo. A su vez, manipulan los resultados electorales y cometen otras violaciones flagrantes a las instituciones de la democracia liberal. (…) Estas prácticas tienen como objeto neutralizar y vaciar la institucionalidad normal de la democracia política para que todo punto de gravitación decisoria descanse inexorablemente en el líder; para lo cual los autócratas se valen de un permanente estado de excepción. Consecuentemente, mediante un estilo de democracia plesbicitaria, el pueblo se convierte en legislador y el líder pasa a ser soberano y emisario de un mensaje popular que doblega la legitimidad de origen de cualquier poliarquía puesto que en estos regímenes híbridos, la legitimidad plesbicitaria prevalece por sobre la legalidad comicial.”[22]

El período que por razones comparativas debemos exponer (2003-2007) no es un período en el cual se aprecie en su totalidad lo que he expuesto anteriormente, pero de todas formas pueden apreciarse alguno de sus rasgos. El período que abarca del año 2002 al 2005 es definido como crisis por Santiago Leiras[23] debido a las complicaciones políticas y económicas que afrontó su gobierno entre las que se destacan el “lock-out” empresarial. Recordemos en 2003 en Venezuela, el PBI estaba cayendo, la tasa de desempleo había alcanzado su pico máximo en los últimos 20 años, el producto bruto por habitante había disminuido y el salario real también. Las encuestas revelaban un descenso en el apoyo a la gestión de Chávez. En 2004 se cumplía la mitad del mandato presidencial y con eso se abría la posibilidad de convocar a un referéndum revocatorio para destituir por vías constitucionales al presidente. (Recordemos que esta fue una estrategia utilizada por la oposición al no poder derrocar al presidente ni mediante la presión ejercida por el paro petrolero ni por el intento de golpe de estado del año 2002). Es importante tener en cuenta que el mecanismo de referéndum revocatorio fue impulsado por el mismo Chávez en la reforma constitucional del año 1999 y es un mecanismo institucional que refleja el carácter de democracia participativa al que referimos en este trabajo. El 15 de agosto de 2004, Chávez, bajo sospechas de fraude, obtenía nuevamente un triunfo aplastante. ¿A que factores puede atribuirse este triunfo electoral?, principalmente a la evolución de los precios del petróleo, que genero un rápido incremento de los recursos fiscales a disposición del gobierno y por el otro lado, la rápida implementación de las misiones. Las Misiones Bolivarianas del Gobierno de Venezuela fueron un elemento de legitimidad social y política bajo la gestión de Chávez a partir del año 2003. Comprenden programas para luchar contra la pobreza, para fomentar programas de educación y alfabetización, la mejora en la salud pública y la obtención de la vivienda. Además poseen programas culturales, científicos, políticos, dedicados a derechos indígenas y medioambientales. Estas misiones fueron sostenidas con el excedente de la renta petrolera originado por la empresa estatal PDVSA.

Luego de la derrota en los comicios del 2004, la oposición decide abandonar la participación política con el objetivo de deslegitimar al oficialismo, pero esta estrategia no tiene el efecto buscado, sino todo lo contrario, Chávez gana las elecciones a nivel presidencial, gubernamental y municipal en las elecciones del año 2006 y comienza la etapa de consolidación de su régimen la cual intenta comenzar en el año 2007 mediante la convocatoria a un nuevo plesbicito para la reforma de la constitución en pos de modificar el artículo 230 para permitir una nueva relección. De todas formas, el hecho de nuevamente intentar legitimar la reforma de la constitución mediante un plesbicito nos otorga otro indicador del paso de Venezuela de una democracia representativa a una participativa, al conformarse este mecanismo, junto al de la revocatoria del mandato, como dos elementos claves para entender esta transformación.

Con respecto al concepto de democracia participativa, observamos que el mismo se encuentra consagrado por la misma Constitución de 1999 de Venezuela. Siguiendo a Margarita López Maya[24] “El gobierno de Chávez y las fuerzas políticas que lo apoyan ensayan desde 1999 una democracia participativa y protagónica”. Dice el preámbulo de la Constitución: El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores (…) con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia federal y descentralizado (…) decreta la siguiente constitución. Y dice en sus artículos 2 y 6: “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables. (…) La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica”.

Finalmente podemos concluir que el principal elemento de legitimidad en Venezuela es el Pueblo, entendido en última instancia como el soberano, quién ejerce su soberanía a partir del voto popular mediante los mecanismos consagrados en la constitución para tal fin (referéndum revocatorio, plesbicitos). En este marco el Gobierno de Chávez, mientras tuviera el apoyo popular en las urnas, pudo realizar la mayoría de las reformas que emprendió sin tener en cuenta ningún mecanismo de accountability horizontal. El discurso nacionalista, latinoamericanista y anti-imperialista, sumado a las remesas fluctuantes de la exportación de petróleo utilizadas para el desarrollo de programas de asistencia social, sostuvieron en gran medida a la gestión durante el período que comprendimos en este artículo.

5.7. IV Cumbre de las Américas – “No al ALCA”

Considero que la postura de ambos líderes frente a la integración latinoamericana es otro de los elementos de legitimidad en los cuales basaron sus respectivos gobiernos tanto desde el plano discursivo como en lo concreto, mediante políticas públicas que apuntaron al desarrollo del MERCOSUR en el caso de Néstor Kirchner y al intento de constitución del ALBA en el caso de Hugo Chávez. Esta integración los países de ambos líderes se manifestó entre otros hechos, mediante la creación en el año 2007 del Banco del Sur, impulsado por Chávez y apoyado por Argentina. El Banco busca desarrollar políticas económico-sociales, actividades, obras de infraestructura y promover el desarrollo de zonas atrasadas sin depender del apoyo de otros organismos internacionales de crédito como el FMI, el Banco Mundial y el BID. Así mismo observo que entre Argentina y Venezuela se firmaron múltiples tratados comerciales durante ese período, entre los cuales destaco los convenios para la construcción de gasoductos entre ambos países.

Entiendo que los hechos sucedidos durante la IV Cumbre de las Américas, realizada en la Argentina durante los días 4 y 5 de noviembre del año 2005 fueron un punto de inflexión en la política exterior latinoamericana en el sentido de que sentaron un fuerte posicionamiento de los líderes de la región con respecto a la lucha contra el neoliberalismo y frente a los postulados del Consenso de Washington, a mi entender, encarnados bajo la intención de los Estados Unidos de constituir el Área de Libre Comercio Americana (ALCA).

A su vez, pretendo utilizar esta experiencia para comparar las diferentes posturas de los líderes que estudio en este trabajo, mediante una exposición de los discursos que pronunciaron en dichas fechas ya que ambos cumplieron un rol protagónico en dicha cumbre.

La IV Cumbre de las Américas[25] tuvo como lema “Crear Trabajo para Enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática” y reunió a los Jefes de 34 Estados Soberanos Americanos, con excepción de Cuba, por disposición de la OEA. La agenda de dicha cumbre tuvo como temas fundamentales los principios de libertad, justicia, seguridad y protección social, que se vieron plasmados en una serie de puntos concretos como la promoción de políticas para la generación de empleo y la incorporación del sector informal de la economía al sector formal, la promoción de medidas concretas para prevenir y erradicar las formas de trabajo infantil y el combate de la desigualdad, la pobreza, el hambre y la exclusión en los pueblos, entre otros. Sin embargo, el tema que no se encontraba en agenda, que tuvo la mayor repercusión y que fue puesto en discusión entre los 34 Jefes de Estado fue la creación del Área de Libre Comercio Americana (ALCA).

A grandes rasgos, el ALCA proponía la creación de una zona de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego, con la eliminación de barreras arancelarias, la liberalización de determinados servicios estratégicos, acuerdos de protección de inversiones extranjeras intrazona y limitación de la capacidad estatal para orientar las compras públicas. El ALCA presentaba como ejes centrales la desregulación de los mercados, la libre circulación de capitales y mercancías y la privatización de los servicios públicos, con lo que se reforzaría el poder de las grandes corporaciones multinacionales, en especial estadounidenses, y se debilitaría la capacidad de los Estados para poner en práctica políticas activas que reactivan la economía, y promueven el desarrollo económico y la integración social.

En este marco, es importante remitir a algunos fragmentos del discurso inaugural que brindó Néstor Kirchner. En dicho discurso podemos observar una profunda crítica al Consenso de Washington y a las políticas Neoliberales que afectaron a la región desde los años setenta y que como señalé anteriormente en este trabajo, fueron factores claves en la configuración de la crisis económica y de representación política de la Argentina y Venezuela y a su vez derivaron en la emergencia de los líderes que analizo en el presente trabajo.

Néstor Kirchner expresó lo siguiente:

“Crear trabajo decente, cómo hacerlo de la mejor y más eficaz manera, está en la clave del debate sobre cuáles son los mejores caminos para lograr un desarrollo sustentable que garantice el bienestar de nuestros pueblos, vinculado con los atributos de la libertad, la justicia, la seguridad y la protección, la creación de trabajo no sólo es un fundamental vehículo de integración social, sino que puede constituirse en la verdadera clave de la construcción de la gobernabilidad.”[26]

En referencia a como obtener dichos objetivos, señala lo siguiente y es de especial importancia:

“En la obtención de esos consensos para avanzar en el diseño que las nuevas políticas que la situación exige, no puede estar ausente la discusión respecto de si aquéllas habrán de responder a recetar únicas con pretensión de universales, válidas para todo tiempo, para todo país, todo lugar. Esa uniformidad que pretendía lo que dio en llamarse el “Consenso de Washington” hoy existe evidencia empírica respecto del fracaso de esas teorías. Nuestro continente, en general, y nuestro país, en particular, es prueba trágica del fracaso de la “teoría del derrame.”[27]

Además aconseja: “De la fe ciega y excluyente en el mercado, el objetivo aconsejado o impuesto de reducir o minimizar el rol de los gobiernos, hacer desaparecer al Estado y avanzar en la degradación de la política, debemos pasar a la generación de una nueva estrategia de desarrollo de crecimiento sustentable, con equidad, calidad institucional, ejercicio de la representación, el control y la participación ciudadana.”[28]

Finalmente, entiendo que en referencia a la posible discusión del ALCA, refiere este párrafo acerca de la cooperación internacional: “En este punto es necesario advertir que a la ahora de analizar el sistema de comercio internacional, subsidios agrícolas o barreras arancelarias, hay que tener en cuenta las asimetrías y los diferentes grados de desarrollo. Porque la igualdad es un concepto valioso y necesario, pero sólo aplicable a los que son iguales. Igual tratamiento para los diferentes; igual tratamiento entre países poderosos y débiles; igual tratamiento entre economías altamente desarrolladas y economías emergentes, no sólo es una mentira sino que, además, resulta una trampa mortal. Trampa que primero atrapa y afecta a los débiles, pero que luego de un modo u otro, también termina llegando a los poderosos.”[29]

Con respecto a la participación de Hugo Chávez, debemos señalar que él fue el artífice de lo que se denominó como la “III Cumbre de los Pueblos” o la “Contra-cumbre” en donde participaron personalidades destacadas como las “Madres de plaza de mayo”, el futuro presidente de Bolivia en ese entonces, Evo Morales y el premio nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel, entre otros. En este marco se realizaron foros desde ópticas alternativas y críticas a la Cumbre de las Américas bajo la consigna “No al ALCA, No a Bush”. Podemos afirmar, que las palabras que pronunció Chávez en dicha ocasión, se relacionan directamente con algunas de las características discursivas claves que señala Hernán Fair[30] en su capítulo acerca de “La construcción político-discursiva del régimen chavista”. Entre otros aspectos, el autor concluye que “(…) desde el discurso populista de Chávez, lo nacional se articulaba equivalencialmente a lo latinoamericano. (…) En este marco, frente al proceso de inserción subordinada al ALCA, el Presidente instaba a realizar una integración diferente, que respetara la soberanía nacional de los Estados y promoviera la integración entre todos los países latinoamericanos. (…) El chavismo se articulaba a un modelo de integración que privilegiaba la unidad nacional y latinoamericana y a la inclusión popular, mientras que el anti-chavismo era articulado al poder de las oligarquías, vinculado a un modelo que se basaba en la defensa de los privilegios, la injusticia, la desigualdad y la exclusión social del pueblo”

Considero que lo expresado anteriormente por Fair se ve materializado en la siguiente cita textual del discurso de Chávez en la Contra-Cumbre:

“La batalla del ALCA, la batalla del ALCA, que como bien decía Hebe Bonafini sin duda que la hemos ganado, pero ¡cuidado!, eso es sólo una batalla, eso es sólo una batalla de tantas batallas pendientes que nos quedan para toda la vida, ahora, decía que tenemos una doble tarea, enterrar el ALCA y el modelo económico, imperialista, capitalista por una parte, pero por la otra a nosotros nos toca, compañeros y compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los parteros del ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Américas, para los pueblos de América, una verdadera integración liberadora, para la libertad, para la igualdad, para la justicia y para la paz, sólo nosotros unidos podemos hacerlo y además enterrar al capitalismo para parir el socialismo del siglo XXI, un nuevo proyecto histórico socialista, lloran los pueblos de la América, nos toca a nosotros, yo estoy seguro de que ya en la América está engendrado el nuevo proyecto histórico del socialismo del siglo XXI, lo ha engendrado el vientre de América, ahora pujemos nosotros para parirlo, para darle vida, para perfilarlo. Rosa Luxemburgo lanzó aquella expresión: “Socialismo o barbarie”, hoy se hace más dramática la expresión y hay que repetirla: “Socialismo o muerte”, “Socialismo o barbarie”.[31]

Finalmente, como conclusión de este apartado podemos señalar que si bien ambos Líderes coinciden en su mirada crítica acerca de determinados procesos históricos asociados a la implantación de las políticas neoliberales en américa latina. Difieren en la expresión de dichas críticas y sus respectivas propuestas en el plano discursivo. En Néstor Kirchner se observa una mirada más institucional, relacionada con la construcción de consensos y alternativas de trabajo dentro de los marcos propuestos por los organismos institucionales. En cambio en Chávez se observa una mirada crítica más amplia, que asocia concretamente al avance neoliberal con las políticas imperialistas de los Estados Unidos en concreto y plantea transformaciones globales que exceden a los propios procesos de su país y que abarcan a Latinoamérica como un todo en pos de la obtención del llamado “Socialismo del Siglo XXI”.

6. Conclusión

Frente al problema que planteamos al inicio del artículo, podemos concluir que existieron similitudes en los contextos políticos y económicos que explicaron la llegada al poder de Néstor Kirchner y Hugo Chávez. Encontramos dichas similitudes en el hecho de que ambos líderes surgieron de crisis políticas y económicas producidas por la aplicación de los modelos de Estado neoliberales en sus respectivos países desde los años setenta. En el caso Venezolano, realizamos un recorrido histórico por el desarrollo y la consecuente caída del Sistema de Punto Fijo, el cual, entre otros factores, es sustancialmente explicativo del vacío de poder que logró llenar el Chavismo. En el caso Argentino, realizamos un repaso por la concepción del neoliberalismo en general y cuales fueron las consecuencias concretas de su aplicación en dicho país, lo cual conllevo a una profunda crisis que devino en última instancia a la emergencia de Néstor Kirchner. Si bien destacamos que ambos líderes provenían de orígenes distintos (uno con una carrera política enmarcada en un partido tradicional y otro siendo un militar consagrado sin experiencia de gestión previa), los dos basaron su apoyo político en el sector que alude el título de mi artículo, “los excluidos”. Es decir aquellos sectores sociales que se vieron desamparados tanto en términos económicos como políticos durante los años anteriores y que encontraron en estos líderes una “voz” que defendiera sus derechos. Podemos decir que ambos líderes respondieron a la emergencia que les demandaban sus respectivos contextos.

Con respecto a la segunda parte de nuestro problema, la pregunta se configuraba alrededor de cuales fueron los elementos de legitimidad a los cuales apelaron los líderes una vez que accedieron al gobierno. En este punto encontramos más diferencias que similitudes. En el caso de Néstor Kirchner observamos que el basó su legitimidad en la configuración de una democracia delegativa, empleando a su favor las prerrogativas constitucionales de la Nación Argentina, utilizando, por ejemplo, en reiteradas ocasiones el Decreto de Necesidad y Urgencia a pesar de tener mayoría absoluta en ambos cuerpos legislativos. A su vez, a lo largo de su gobierno, logró ganarse la legitimidad y el apoyo popular mediante la recuperación de la economía y la redistribución del ingreso vía políticas sociales. Esto fue clave y le permitió diferenciarse claramente de sus antecesores y de los modelos neoliberales que representaban. Además, otro factor explicativo de su gestión fue su marcada defensa de los derechos humanos, mediante acciones tanto en el plano concreto como en el simbólico / discursivo para garantizar el cumplimiento de la justicia y el castigo a los culpables de los hechos sucedidos durante la última dictadura militar en su país. En el caso de Chávez, observamos que, a diferencia de Néstor Kirchner, el basó enteramente su legitimidad en la soberanía del pueblo encarnado en el apoyo popular constante en las elecciones. Esto se vio manifestado en el uso constante de los mecanismos constitucionales del “referéndum revocatorio” y el “plesbicito para la reforma de la constitución”. Estos rasgos, en conjunto con otros, permitieron definir al régimen chavista como una “Autocracia electiva”. Asimismo, en comparación con la democracia representativa y liberal del gobierno de Néstor Kirchner, En Chávez se observa un paso hacia una democracia participativa, consagrada mediante la constitución y aplicada mediante los mecanismos nombrados anteriormente además de la aplicación de una serie de políticas a nivel departamental o local.

Con respecto a las similitudes entre ambos gobernantes, podemos concluir que ambos basaron su legitimidad en la aplicación de políticas sociales progresivas basadas en el ingreso de recursos fiscales provenientes de remesas de exportaciones (petróleo en el caso de Chávez y Commodities como la soja o el trigo en el caso de Néstor Kirchner). Este fue un elemento clave durante sus gestiones ya que la variación en el ingreso de dichos recursos tuvo consecuencias concretas para la gobernabilidad de sus respectivos países.

A su vez, se observan similitudes en la política exterior de ambos líderes, orientados hacia una defensa de la integración latinoamericana frente a los modelos de desarrollo económicos neoliberales impulsados por las potencias extranjeras y los organismos multilaterales de crédito. Dicha postura se observó concretamente en la participación de ambos presidentes en la IV Cumbre de las Américas y en su negativa a la constitución del Área de Libre Comercio de las Américas y también en sus acciones bilaterales posteriores, orientadas a la constitución de la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), al impulso del MERCOSUR y a la creación del Banco del Sur, además de la firma de tratados comerciales para el impulso de ambas economías regionales.

 

7. Bibliografía Consultada:

Libros:

- Aznar, L. Tragedias y comedias en el Caribe. EUDEBA. Buenos Aires (2014).

- Leiras, Santiago C. (compilador). Estado de excepción y democracia en América latina: Argentina, Brasil, Perú y Venezuela en perspectiva comparada. Homo Sapiens Ediciones. Rosario – Santa Fe - Argentina (2010).

- Leiras, Santiago C. (compilador). Democracia y estado de excepción: Argentina, 1983-2008. Prometeo Libros. Buenos Aires (2012).

- Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015).

- Malamud, Andrés y De Luca, Miguel (coordinadores). La política en los tiempos de kirchner. Eudeba. Buenos Aires (2012).

 

Capítulos de Libros:

- Baldioli, Alberto y Leiras, Santiago: “De Néstor C. Kirchner a Cristina Fernández de Kirchner: ¿Un cambio ideológico dentro de la continuidad?” en Leiras, Santiago C. (compilador). Democracia y estado de excepción: Argentina, 1983-2008. Prometeo Libros. Buenos Aires (2012).

- Baldioli, Alberto y Leiras, Santiago: “¿Un nuevo modelo de liderazgos político? Una recorrida a través de la historia de Venezuela” en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015).

- Fair, Hernán. “La construcción político-discursiva de la revolución chavista. Entre la ruptura radical y el refundacionalismo (1999-2002)” en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015).

- Felder, Ruth. “Auge y crisis de las reformas neoliberales y transformación del Estado en la Argentina” en Fernández, Arturo (editor), Estado y Sindicatos en perspectiva Latinoamericana.

- Harvey, David. “El Estado neoliberal” en Harvey, David. Breve historia del neoliberalismo. AKAL. 2007.

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- Spinetta, Robertino Nicolás: “Autocracia y legitimidad política. Alcances y límites de la forma decisionista de gobierno en Venezuela entre 1998 y 2006” en Leiras, Santiago C. (compilador). Estado de excepción y democracia en América latina: Argentina, Brasil, Perú y Venezuela en perspectiva comparada. Homo Sapiens Ediciones. Rosario – Santa Fe - Argentina (2010).

- O`Donnell, Guillermo “Nuevas reflexiones acerca de la democracia delegativa (DD)” en O`Donnell, Guillermo – Iazzetta, Osvaldo y Quiroga Hugo (Coordinadores). PP. 23. 2001. Prometeo.

- Repetto, Fabián “Las Políticas sociales de transferencias de ingresos: avances hacia una mayor equidad” en Malamud, Andrés y De Luca, Miguel (coordinadores). La política en los tiempos de kirchner. Eudeba. Buenos Aires (2012).

Artículos de Revistas:

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- Dabat, Alejandro “El rumbo de la economía argentina bajo el kirchnerismo” en Revista Economía UNAM Vol. 9 Nº 26. México. Mayo/Agosto 2012.

- Horvath, Julián “Legitimidad democrática y representación política en la argentina del nuevo siglo: los orígenes del kirchnerismo y el liderazgo presidencial de Néstor Kirchner (2003-2007). Disponible en http://www.revcienciapolitica.com.ar/num16art5.php

- Lebermann, Carolina “Neoliberalismo y carácter de la ruptura con el mismo, en los casos de Hugo Chávez y Néstor y Cristina Kirchner” Disponible en http://www.revcienciapolitica.com.ar/num14art6.php

- Lopez Maya, Margarita “Democracia Participativa y Políticas Sociales en el Gobierno de Hugo Chávez Frías” en Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales. Disponible en http://produccioncientificaluz.org/index.php/rvg/article/download/9794/9781

- Pardy, Nicolás. “Análisis de la consolidación democrática en Venezuela entre 1999-2010 durante el liderazgo de Hugo Chávez Frías”. Disponible en http://www.revcienciapolitica.com.ar/num21art7.php

 

Páginas WEB:

- http://www.lanacion.com.ar/363496-este-modelo-arraso-con-todo

- http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/804/norma.htm

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-http://www.telam.com.ar/notas/201305/17971-el-24-de-marzo-de-2004-el-dia-que-kirchner-hizo-bajar-el-cuadro-del-colegio-militar.html

 



[1] Universidad de Buenos Aires

[2] Baldioli, Alberto y Leiras, Santiago: “De Néstor C. Kirchner a Cristina Fernández de Kirchner: ¿Un cambio ideológico dentro de la continuidad?” en Leiras, Santiago C. (compilador). Democracia y estado de excepción: Argentina, 1983-2008. Prometeo Libros. Buenos Aires (2012).

[3] Ibídem.

[4] Ver el Capítulo “¿Un nuevo modelo de liderazgo político? Un recorrido a través de la historia de Venezuela en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015).

[5] Ver Artículo “El liderazgo populista de Hugo Chávez Frías, características e implicancias sobre la ciudadanía Venezolana” Disponible en http://www.revcienciapolitica.com.ar/num8art1.php

[6] Aznar, L. (2014) Tragedias y comedias en el Caribe. EUDEBA. PP. 98

[7] Baldioli, Alberto y Leiras, Santiago: “¿Un nuevo modelo de liderazgos político? Una recorrida a través de la historia de Venezuela en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015). PP. 52

[8] Fair, Hernán. “La construcción político-discursiva de la revolución chavista. Entre la ruptura radical y el refundacionalismo (1999-2002) en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015).

[9] Fair, Hernán. “La construcción político-discursiva de la revolución chavista. Entre la ruptura radical y el refundacionalismo (1999-2002) en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015). PP. 118.

[10] Pardy, Nicolás. “Análisis de la consolidación democrática en Venezuela entre 1999-2010 durante el liderazgo de Hugo Chávez Frías”. Disponible en http://www.revcienciapolitica.com.ar/num21art7.php

[11] Harvey, David. “El Estado neoliberal” en Harvey, David. Breve historia del neoliberalismo. AKAL. 2007.

[12] Felder, Ruth. “Auge y crisis de las reformas neoliberales y transformación del Estado en la Argentina” en Fernández, Arturo (editor), Estado y Sindicatos en perspectiva Latinoamericana.

[13] Ver http://www.lanacion.com.ar/363496-este-modelo-arraso-con-todo

[14] Horvath, Julián “Legitimidad democrática y representación política en la argentina del nuevo siglo: los orígenes del kirchnerismo y el liderazgo presidencial de Néstor Kirchner (2003-2007). Disponible en http://www.revcienciapolitica.com.ar/num16art5.php

[15] O`Donnell, Guillermo “Nuevas reflexiones acerca de la democracia delegativa (DD)” en O`Donnell, Guillermo – Iazzetta, Osvaldo y Quiroga Hugo (Coordinadores). PP. 23. 2001. Prometeo.

[16] Constitución Nacional Argentina. Disponible en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/804/norma.htm

[17] Fuente: http://www.politicargentina.com/notas/201512/10800-como-utilizaron-los-dnu-los-ultimos-ejecutivos.html

[18] Dabat, Alejandro “El rumbo de la economía argentina bajo el kirchnerismo” en Revista Economía UNAM Vol. 9 Nº 26. México. Mayo/Agosto 2012.

[19] Lebermann, Carolina “Neoliberalismo y carácter de la ruptura con el mismo, en los casos de Hugo Chávez y Néstor y Cristina Kirchner” Disponible en http://www.revcienciapolitica.com.ar/num14art6.php

[20] Repetto, Fabián “Las Políticas sociales de transferencias de ingresos: avances hacia una mayor equidad” en Malamud, Andrés y De Luca, Miguel (coordinadores). La política en los tiempos de kirchner. Eudeba. Buenos Aires (2012).

[21] Extraído de un artículo periodístico. Disponible en http://www.telam.com.ar/notas/201305/17971-el-24-de-marzo-de-2004-el-dia-que-kirchner-hizo-bajar-el-cuadro-del-colegio-militar.html

[22] Spinetta, Robertino Nicolás: “Autocracia y legitimidad política. Alcances y límites de la forma decisionista de gobierno en Venezuela entre 1998 y 2006” en Leiras, Santiago C. (compilador). Estado de excepción y democracia en América latina: Argentina, Brasil, Perú y Venezuela en perspectiva comparada. Homo Sapiens Ediciones. Rosario – Santa Fe - Argentina (2010).

[23] Leiras, S. “La Presidencia de Hugo Chávez Frías (1999-2012): La dinámica de cambio en un régimen en cambio” en en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015).

[24] Lopez Maya, Margarita “Democracia Participativa y Políticas Sociales en el Gobierno de Hugo Chávez Frías” en Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales

[25] Véase http://www.summit-americas.org/iv_summit_sp.html para más información y la obtención de diversos discursos y de las declaraciones al cierre de la cumbre.

[26] Véase http://www.cfkargentina.com/nestor-kirchner-en-la-iv-cumbre-de-las-americas-en-mar-del-plata/.

[27] Ibídem.

[28] Ibídem.

[29] Ibídem.

[30] Fair, Hernán. “La construcción político-discursiva de la revolución chavista. Entre la ruptura radical y el refundacionalismo (1999-2002) en Leiras, Santiago C. (compilador). América del sur en los comienzos del nuevo milenio: Entre la continuidad y el cambio. Eudeba. Buenos Aires (2015).

[31] Véase http://argentina.indymedia.org/news/2005/11/345326.php para Obtener el Discurso Completo.