Revista Nº16 " DEFENSA NACIONAL Y SEGURIDAD HEMISFERICA "
Universidad de Buenos Aires

 

Resumen:

 

Las Fuerzas Armadas, a lo largo de todo el siglo XX, han sido un factor de poder determinante en la suerte de los procesos políticos de todos los países de Latinoamérica. Asociadas siempre a un nacionalismo conservador, y bajo la influencia doctrinal de los Estados Unidos, se consolidaron como  garantes del status quo, oponiéndose a cualquier gobierno de tendencia “izquierdista” que intentase construir un proyecto alternativo.

El nuevo escenario político regional de “Giro a la Izquierda”, con la llegada al gobierno, por vía democrática, de los presidentes  Chávez en Venezuela y Evo Morales Bolivia, se ha producido una serie de transformaciones de corte revolucionario que modificaron por completo la estructura de la vieja democracia liberal.

El objetivo del presente trabajo es analizar comparativamente los vínculos existentes entre las FF.AA. y los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y de Bolivia Evo Morales Ayma, para establecer cuál seria el nuevo rol asignado a las FF.AA. en sus proyectos políticos de corte Socialista.

 

 

 

Abstract:

 

Throughout the twentieth century, the Armed Forces have been a determining factor concerning the distribution of power in the political processes of all of the countries in Latin America. Always associated with a conservative nationalism and under the doctrinal influence of the United States, the Armed Forces were consolidated as guarantors of the status quo, opposing any government with leftist tendencies that intended to construct an alternative project.
The new, regional political scene known as "The Turn to the Left," with the arrival of Presidents Chávez in Venezuela and Evo Morales in Bolivia both elected through democratic means, has produced a series of revolutionary transformations that have completely
modified the structure of the old liberal democracy.
The objective of this work is to comparatively analyze the existing links between the Armed Forces and the presidencies of Hugo Chávez Frías and Evo Morales Ayma in Venezuela and Bolivia respectively in order to establish what new role the Armed Forces would be assigned in their socialist political projects.

 

 

 

“Liderazgo político y Fuerzas Armadas: una aproximación al modelo venezolano de Chávez y al de Bolivia de Morales, en perspectiva comparada”

          

                   Por: Nicolás Alfredo García*

 

 

INTRODUCCIÓN

 

 

Las Fuerzas Armadas, a lo largo de todo el siglo XX, han sido un factor de poder determinante en la suerte de los procesos políticos de todos los países de Latinoamérica. Asociadas siempre a un nacionalismo conservador, y bajo la influencia doctrinal de los Estados Unidos, se consolidaron como  garantes del status quo, oponiéndose a cualquier gobierno de tendencia “izquierdista” que intentase construir un proyecto alternativo.

Es por ello que resulta necesario en este contexto de gobiernos autoproclamados de izquierda en la región, analizar el  rol que ocupan las Fuerzas Armadas. Así como  también hacer un estudio de los vínculos existentes entre las mismas y los presidentes. 

El nuevo escenario político regional de “Giro a la Izquierda”, con la llegada al gobierno, por vía democrática, de los presidentes  Hugo Chávez Frías en Venezuela en 1999 y Evo Morales Ayma en Bolivia en 2006, se han producido una serie de transformaciones de corte revolucionario que modificaron por completo la estructura de la vieja democracia de corte liberal.

 Es en este contexto, de transformaciones y de incorporación de nuevos actores a la arena política,  en donde se  pueden abrir  varios interrogantes. ¿Cómo es la relación que se establece entre los presidentes y las FF.AA? ¿Cuál es la visión que tienen los presidentes, Chávez y Morales, de las Fuerzas Armadas? y ¿Cuál es el rol de las FF. AA en estos procesos transformadores?.

El objetivo del presente trabajo es analizar comparativamente los vínculos existentes entre las FF.AA. y los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y de Bolivia Evo Morales Ayma, para establecer cuál seria el nuevo rol asignado a las FF.AA. en sus proyectos políticos de corte Socialista.

En esta monografía partimos de la hipótesis de que “El nuevo rol asignado a las Fuerzas Armadas por Hugo Chávez Frías en su proyecto de “socialismo del siglo XXI” en  Venezuela, como así también de Evo Morales Ayma y su “revolución democrática cultural” en Bolivia., la convertirían  en el garante institucional y la base de sustento de sus liderazgos políticos”

El marco general sobre los gobiernos de los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales será tratado a partir de los trabajos de Marco Aurelio García, Álvaro García Linera y complementado por los estudios de la autora Deborah Norden.

La investigación se servirá de los trabajos de Enrique Ibáñez Rojo y Walter Guevara para explicar el marco histórico en el cual se desarrollaron las Fuerzas Armadas en Bolivia. La situación de Venezuela será estudiada a partir de los textos de Edgardo Lander y de José Machillanda.

Las obras de Juan Romero, Luis Tapia, Luis Lander y Margarita Maya se utilizarán para describir y comparar las rebeliones sociales y el proceso de  resquebrajamiento del modelo neoliberal que se da con la llega democráticamente de los presidentes Chávez en Venezuela  y Morales en Bolivia.

Por último, en lo que específicamente se refiere a las Fuerzas Armadas bajo los gobiernos de izquierda utilizaremos el trabajo de Sonia Alda Mejía  para analizar el caso de Bolivia, mientras que para el caso de Venezuela nos sustentaremos en los escritos de Francine Jácome.

 

 

 

 

 

Antecedentes históricos:

 

 

Fuerzas Armadas entre el apego al orden constitucional y las dictaduras.

 

Tanto en Bolivia como en  Venezuela, el mantenimiento del frágil equilibrio de los Estados Nacionales en el siglo XIX se realizó a través de la mediación de la fuerza armada de los Caudillos o grupos armados. Este dato da la pauta del gran valor que  adquirió el factor militar en el devenir de los Estados modernos en el siglo XX.

            En el caso particular de Venezuela, la excesiva incidencia del elemento militar en el mantenimiento del orden institucional, generó un proceso de progresivo deterioro de la participación del factor civil en  la estructura política.

El Pacto de Punto Fijo es el intento más nítido de subordinar a las FF.AA. ante el gobierno de los civiles. Este pacto de gobernabilidad tienen como protagonistas a los dos principales partidos  políticos del país (Acción Democrática y COPEI), la alta jerarquía de la iglesia católica, la confederación  de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la mayor organización empresarial FEDECAMARAS. (Lander 2001,1) Posteriormente, en el mandato del presidente R. Betancourt (1959-1963)  y a través de los instrumentos jurídicos (Constitución de 1961 y la ley orgánica de las FF.AA.) se logra encausar a los militares en la aceptación de su subordinación al poder civil que se va a mantener inalterable hasta 1992.

 Alejada de esa realidad venezolana, Bolivia transitó desde la trágica derrota en la Guerra del Chaco, un proceso de agotamiento de su modelo político oligárquico que confluyó en la Revolución del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en 1952.  El proyecto que concibiera el MNR, nutrido por sectores del ejercito que antes habían intentado reformas con el general Villarroel, pretendió recortar los recursos de los “barones del estaño” para  paliar las extremas dificultades que atravesaba el país. (Toer, 2008, 71)

A diferencia de la plena subordinación y lealtad de las FF.AA. a los gobiernos democráticos en Venezuela, las FF.AA. en Bolivia tendrán plena injerencia en la política domestica a tal punto de convertirse en su actor principal.  El golpe de Estado al mando del general Barrientos en 1964 dará inicio a un largo ciclo autoritario. Lo particular del proceso boliviano es que desde 1969 a 1971 se vivió un “breve experimento del populismo militar” (Ibáñez Rojo, 1993 2- ) a cargo de los generales Ovando y Torres. Estos militares nacionalistas lograron la adhesión de la Central Obrera Boliviana (COB), elemento que alertó a los sectores más conservadores de las FF.AA., encabezadas por el coronel Hugo Bánzer, quienes en 1971 realizaron otro golpe de Estado, iniciando otro nuevo ciclo de represión y exclusión política de los sectores populares. Este periplo de inestabilidad política al mando de las FF.AA. terminará con la elección democrática del presidente Siles Zuazo en 1982.

Cabe destacar como un elemento central, que une o relaciona el accionar que han llevado adelante las diferentes FF. AA de cada uno de los países, es el grado de injerencia que tuvieron los EE UU dentro de las instituciones en el contexto de la guerra fría y la Doctrina de Seguridad Nacional. Tanto en Bolivia, como en Venezuela, las Fuerzas Armadas fueron empleadas para contrarrestar los movimientos insurgentes de izquierda. Un hecho con gran trascendencia simbólica, es la captura y posterior fusilamiento del guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara, en 1967, por parte de los militares “Rangers” bolivianos entrenados y asistidos logísticamente por las Fuerzas Armadas  Norteamericana.

Las  FF.AA. y el devenir de la crisis neoliberal.

 

 

Bolivia: de la estabilidad democrática a las rebeliones sociales.

 

Bolivia va a atravesar desde 1982 a 2003 una continuidad democrática in-interrumpida que da fin a una seguidilla de 20 Golpes militares en 45 años (Guevara, 20-1989) Se impone la solución política ante los conflictos sociales. Con el empleo de políticas neoliberales en la presidencia de Paz Estenssoro en 1985 se desarticuló la  capacidad de resistencia de los actores sociales, principalmente de la Central Obrera Boliviana, sin recurrir a la violencia del sector militar. 

            Las FF.AA. dejan de ser una amenaza y se apegan al orden constitucional vigente. Paralelamente a los canales formales de subordinación militar al poder legalmente constituido, también se emplean  mecanismos informales para garantizar esta obediencia. (Guevara, 1989-20)

En el contexto de fin de la guerra fría: las prioridades de seguridad global,  fuertemente condicionadas por EE.UU., están marcadas por las denominadas nuevas amenazas (Vargas Velásquez, 2008-4). El narcotráfico se convierte en la principal amenaza para la estabilidad política, se trata de un factor delictivo y no político-militar que contribuye a precipitar la fractura del sistema de dominación castrense del país. Siendo Bolivia unos de los pocos países donde se cultiva la hoja de coca en condiciones optimas, los militares han ido comprometiéndose cada vez más, proporcionando a los narcotraficantes impunidad.  (Guevara, 1989-21)

 En oposición al accionar de las FF.AA. contra la erradicación de la Hoja de Coca va a surgir un incipiente movimiento campesino, cuyo núcleo más combativo se encuentra en el departamento de Cochabamba. Su líder sindical, Evo Morales,  será uno de los actores principales en la lucha contra el neoliberalismo.

Bolivia atravesará un proceso de crisis democrática como consecuencia del desgaste de modelo neoliberal. Periodo conceptualizado por García Linera como la etapa de “develamiento de la crisis del Estado”[1]. Las revueltas populares conocidas como “la guerra del agua” en el 2000 y “la guerra del gas” en el 2003 provocan  la caída de los presidentes  Sánchez de Lozada y C. Mesa. Los movimientos sociales, aglutinados en el partido Movimiento al Socialismo (MAS), empiezan a ocupar un rol clave en el desarrollo de esta nueva etapa en la vida política boliviana  Ante estos episodios las FF.AA. se mantienen bajo las órdenes de los presidentes constitucionales pero dejan en claro que “están preparadas para intervenir, solo en el caso que la solución política, constitucional y democrática fracasara”. De esta manera las FF.AA. actuaron con prudencia y moderaron el desenlace de la crisis neoliberal y la emergencia del MAS como nuevo partido que le disputa el poder a la “elite gobernante”.    

 

 

 

 

La quiebra del “putofijismo” venezolano.

 

En Venezuela el panorama parecía transcurrir aparentemente bajo total tranquilidad. Pero paralelamente, el  proceso de pacificación  de la primera etapa después de “punto fijo” trajo cambios significativos en la profesionalización  de las FF.AA., constituyéndose en  un elemento clave de estos cambios la transformación de la Escuela Militar. En el año 1973, el entonces presidente Rafael Caldera hizo un cambio sustantivo, al aprobar la creación del Plan de Estudios Andrés Bello, cuyo objetivo era convertir las escuelas militares en Institutos Superiores Universitarios e incrementar la profesionalización de los oficiales.   

El plan Andrés Bello:

“permitió que numerosos contenidos teóricos que apuntaban a que el líder militar pueda, en buena medida, interpretar la situación económica del país, la situación  y características de sus Fuerzas Armadas, la situación político-social de Latinoamérica, la posición estratégica de Venezuela, el componente militar en el proceso de cambio del país, la influencia  de la tecnología en la guerra moderna y los conceptos sobre seguridad  y defensa” (Machillanda 1988.13-124)

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Estos cambios en la formación militar desplazan el envió de militares a la ESCUELA de las AMERICAS. Este proceso educativo marca una notable diferencia con la formación recibida por los militares en Bolivia.

Subterráneamente, en Venezuela, se empiezan a tejer movimiento insurrecciónales de naturaleza militar o cívico-militar que se fortalecerán durante la década del ochenta .Etapa que Machillanda (1988, 49) denomina de diferenciación en las relaciones civiles militares del sistema político venezolano 1974-1992.       

Con el agotamiento del modelo de democracia pactada del puntofijismo, que excluye a los sectores populares, empiezan a advertirse fuertes tensiones  entre el sector castrense y la dirigencia política civil. Poco a poco se fue perfilando una tendencia entre los militares que buscaba mayor participación política. Dentro de las organizaciones militares clandestinas se encuentran: el Ejercito Bolivariano Revolucionario (EBR) que luego pasara a llamarse Movimiento Revolucionario 200 (MBR-200) y los COMACATES. (Comandantes, Mayores, Capitanes, Tenientes)

Es así que en febrero de 1989 la violencia se hizo presente en el escenario nacional de Venezuela, cuando a raíz del alza del precio de los pasajes en el transporte colectivo, la protesta popular se convirtió en una situación de anomia y desorden, lo cual ameritó la suspensión de las garantías constitucionales y la militarización del país. Hecho conocido popularmente como el “Caracazo” (Olivieri y Guardia, 2008, 3).

Por primera vez en mucho tiempo los militares salieron de sus cuarteles. El Presidente Carlos Andrés Pérez, viendo que la policía era incapaz de controlar las manifestaciones: “…recurre a las instituciones cediendo así las riendas del poder en al ministro de Defensa el General Alliegro. De esta manera hombres que estaban entrenados para combatir enemigos externos se encontraron apuntando sus armas hacia sus propios conciudadanos.”    

A partir de esta fecha se manifestó un progresivo deterioro de la imagen y capacidad de convocatoria de los partidos, líderes políticos e instituciones del Estado, como uno de los signos de la pérdida de legitimidad del sistema político conocido como “de conciliación de élites” (Norden. 2003, 125)

 El  4 de febrero de 1992 se produce un intento de golpe de Estado encabezado por un joven coronel Hugo Chávez Frías, miembro del MBR-200. Su intentona golpista no tiene éxito en el corto plazo .Sus tropas son derrotadas y él es encarcelado. Pero en el largo plazo,  el hecho de liderar un intento de golpe de Estado que busca romper con la  estable democracia venezolana producto de pacto de Punto Fijo, lo catapulta como máximo líder opositor. Su objetivo era claro, dejar atrás 40 años de democracia liberal para instaurar una democracia directa y popular. Su nuevo desafió era imponerse democráticamente en  las elecciones de 1998. 

 

Los Presidentes de izquierda y las FF.AA.

 

Con la llegada al poder de los presidentes Hugo Chávez en Venezuela  (1999) y Evo Morales en Bolivia (2006), comienza una etapa radicalmente diferente en la política nacional de ambos países. Las  Fuerzas Armadas no permanecerán ajenas ante este inédito contexto, en el cual pasaran a ocupar un rol clave.

En Venezuela el presidente Chávez, haciendo cumplir su promesa electoral, llama a modificar la Constitución a través de la Asamblea Constituyente. Esta nueva etapa en la vida política venezolana genera amplias expectativas en el sector militar, que tendrá en ese momento una oportunidad inédita de formar parte de un gobierno democrático.

El  proyecto “bolivariano”, que continua proclamándose en la actualidad,  tuvo como propósito, en su principio, la instauración de un nuevo modelo para el país, el mismo tenía como característica central establecer una democracia participativa y una sociedad más justa y equitativa. Es por esto que, llevándose a cabo los cambios que se habían propuesto para el país,  Chávez  decide convocar una Asamblea constituyente para proclamar una posterior modificación de la caduca constitución “puntofijista” de 1961.

La Constitución Bolivariana de la República de Venezuela, le permitirá al Gobierno de Chávez, el establecimiento de una estructura político-jurídico y económico que sentara las bases legales para su nuevo proyecto. Desde esta perspectiva se buscó la puesta en marcha de un gobierno de carácter cívico militar, cuyos actores principales serian el pueblo y las Fuerzas Armadas. La necesidad de una estrecha relación en la conjunción de estos dos elementos es fundamental para la defensa y el éxito de la “revolución”. 

Como bien  lo marca JM Romero:

 

“La presencia del elemento militar en  el gobierno de Hugo Chávez, se dio desde su instalación en febrero de 1999, a través del nombramiento del coronel retirado Luís Alfonso Dávila, como presidente del congreso (hoy denominada Asamblea Nacional) y era así , pues el nombramiento era parte de la concesión hecha a uno de los sectores que pervivían dentro del chavismo: los militares que formaron parte de la conspiración previa y posterior al intento de golpe de Estado de 4 de febrero de 1992” ( Romero, 2008, 13-10)

 

La nueva Constitución Bolivariana fue una notable herramienta que permitió la transformación de las FF.AA. en un instrumento de mediación y apoyo político. Esta situación queda marcada explícitamente en dos de sus artículos.  En el articulo 328[2] se establece un nuevo rol para las Fuerzas Armadas, el cual se sumará al de las labores tradicionales de seguridad y defensa, ese nuevo rol agrega una obligación: la de participar en la consolidación del modelo político. Otro artículo que demuestra los cambios para el organismo estatal es el 330[3] que significaría un cambio rotundo en lo que atañe al papel de subordinación de las Fuerzas Armadas Nacionales establecido en la constitución de 1961. Es a través de este artículo que se le concede el derecho al sufragio en las elecciones de las autoridades en Venezuela” (Romero, 2008,21)

 

En el caso de Bolivia con la llegada al poder de Evo Morales en el 2006, las FF. AA. se mantendrán expectantes ante el  rumbo político, aunque también manifestarán públicamente en ese momento su respeto y subordinación ante un gobierno electo democráticamente. No obstante, apenas asumió la presidencia Evo Morales dejo en claro cual sería el papel de las FF.AA. en su gobierno. El propio presidente  confirma su posición  en su discurso público, para la posesión del alto mando militar y policial el 24 de enero de 2006. Morales dejo acentuada su idea con respecto a las FF.AA. diciendo: Después de reflexionar profundamente como Capitán General de las Fuerzas Armadas, he entendido que es importante potenciar, fortalecer a nuestras Fuerzas Armadas, porque un país sin Fuerzas Armadas no sería un país libre, soberano, y por eso hay que fortalecerlas”.

 

Teniendo en cuenta procesos anteriores, tanto políticos como económicos y sociales, el gobierno de Evo Morales tomó dos reivindicaciones  populares, las mismas habían justificado la caída de los anteriores presidentes. El MAS hizo suyas esas motivaciones sociales insatisfechas, al punto de ser los ejes fundamentales de su gobierno. Los dos ejes sobre los que el partido creó una base firme para llegar al gobierno fueron: la nacionalización de los hidrocarburos y la celebración de una Asamblea Constituyente. Ambas cuestiones se han considerado fundamentales para iniciar un profundo proceso de transformación y  para implantar en Bolivia una “verdadera democracia participativa”, un Estado multinacional y pluricultural, justicia social y la liberación del neo-colonialismo, del imperialismo y las transnacionales, entre otras cuestiones.[4] Para llevar acabo un plan de transformación en esas dos áreas, el presidente Morales ha pedido la colaboración de las Fuerzas Armadas, a las que les ha otorgado una considerable centralidad. (Alda Mejía, 2008, 8)

El objetivo fundamental del MAS es implicar a las Fuerzas Armadas en el proyecto de transformación, intentando que las mismas fuerzas formen parte “del desarrollo económico, social, político, cultural de nuestros país”. Pese a la breve referencia dedicada a las Fuerzas Armadas se considera que éstas “deben responder a necesidades de cambio, de tratar de establecer una relación recíproca con el pueblo”[5].

Las FF.AA. de Bolivia, no sólo se han ocupado de la cuestión de Defensa en su concepción tradicional, sino que también  han incursionado en múltiples misiones no tradicionales. Las medidas tomadas, hasta el momento, han estado orientadas en este sentido. Ejemplo de las  transformaciones en las actividades de las Fuerzas Armadas son: las campañas con la intención de prestar atención médica odontológica, desparasitación, vacunación, el suministro de vitaminas en comunidades con altos índices de pobreza, construcción de carreteras y obra pública civil, así como también la incorporación a campañas de alfabetización colaborando con cuestiones de logística.

Parte de la acción social de las Fuerzas Armadas también se centra en formar a los soldados que cumplen con el servicio militar, un tema en el que el actual gobierno ha puesto especial énfasis. Se aspira a que el servicio militar obligatorio sea una oportunidad para la formación profesional. Tratando de emular lo que fue el plan Andrés Bello en la formación profesional de los militares venezolanos

De igual manera desde los inicios del gobierno de Chávez, se diseño el Proyecto de Acción de integración social. (PROPaís), el cual formó parte del proyecto Bolívar 2000. Este plan se encontraba definido como “un plan cívico militar que tiene como finalidad activar y orientar la recuperación y fortalecimiento de Venezuela y atender las necesidades sociales del país”[6].

 En Bolivia, las FFAA intervienen en dos temas muy conflictivos. Uno de ellos es la lucha contra el narcotráfico. La represión directa de este ilícito le corresponde a las fuerzas policiales. Sin embargo en algunos casos puntuales los militares bolivianos son convocados por el gobierno para participar en la lucha contra el narcotráfico, sea integrando una Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) con la policía, o actuando por sí mismo sin integrarse con fuerzas policiales. Este modelo de conducta que lleva más de dos décadas de vigencia, no se ha alterado con el acceso al poder de Evo Morales.

              “Como evidencia de la vigencia de este modelo, en abril de 2007 el presidente Morales movilizó aproximadamente  un centenar de efectivos militares a la zona de Caravini, en el trópico del departamento andino de La Paz, para realizar tareas de erradicación de plantaciones ilegales de coca” (Bartolomé  2008-24)

 

Las  FF.AA. en Bolivia también intervienen en “conflictos   de tierras.” con el objetivo de pacificar a sus protagonistas y contener la violencia social dentro de ciertos parámetros. Dos hechos se destacan sobre el resto. El primero es la asignación al ejercito de la responsabilidad de dirigir el proceso de desarme del grupo denominado “Ponchos Rojos”[7] formados por  campesinos aymaras. El gobierno tomó la decisión en enero del 2007 después de realizado un desfile en un pueblo cercano al Lago Titicaca, de miembros de ese grupo, el cual  portaba armas largas.  (Bartolomé  2008-5) EL segundo caso se dio a fines del 2007 en la cuidad de Santa Cruz de la Sierra entre campesinos del Movimiento Sin Tierra (MST) que intentaban ocupar  una hacienda , y jóvenes de la fuerza local Unión Juvenil Cruceñista que se oponían a esa medida de fuerza, esa situación arrojó un saldo de un muerto  y casi treinta heridos. A raíz de ese desenlace el poder Ejecutivo determinó la conformación de una Fuerza Especial Permanente para afrontar conflictos de tierras. También en los últimos tiempos, Bolivia utiliza a las Fuerzas Armadas para reafirmar la soberanía nacional y promover el desarrollo en la porción amazónica de su espacio territorial.[8]

Un hecho significativo que marcó un hito en el gobierno masista se dio en  mayo de 2006, cuando las tropas del ejército boliviano fueron empleadas en los actos de nacionalización de los hidrocarburos, ocupando pozos y refinerías operadas por empresas  extranjeras. La carga simbólica que tuvo este suceso deja clara la alianza que se forma entre el pueblo-las fuerzas armadas y el proyecto emancipador del MAS.

 

En este marco de unión entre las Fuerzas Armadas y el pueblo, algunos de los elementos fundamentales de esta reforma se centran en los mecanismos que regulan las relaciones civiles-militares y en el cambio de misión a desempeñar por los militares. Respecto a las relaciones civiles-militares, el gobierno ha insistido en que la norma y la institucionalidad serán los términos fundamentales bajo los que se determinen esta relación. Esta opción es una novedad si consideramos que la informalidad y el clientelismo han sido predominantes hasta el momento. Desde la transición democrática, los privilegios y las prebendas han sido la moneda de cambio empleada para asegurar la subordinación de las Fuerzas Armadas. (Alda Mejia, 2008, 5)

 

 

En Venezuela las reacciones del arco opositor al proceso de transformación del presidente Chávez no se hicieron esperar. Los grandes sectores marginados del manejo del aparato gubernamental como los partidos políticos tradicionales, los sectores capitalistas agrupados en FEDECAMARAS, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), sumados a los medios de comunicación privados comenzaron, una campaña de continuó enfrentamiento. Su punto máximo de tensión de dio en abril de 2002 con el golpe de Estado que duro apenas tres días e involucro a un cierto sector de la plana mayor de las Fuerzas Armadas.

Una explicación a la participación del frustrado proceso destituyente del Presidente Chávez  por parte de un selecto grupo de altos mandos castrense es la aportada por  J. M Romero.

Para el autor los sucesos de abril de 2002 hay que enmarcarlos en un:   

 

“…contexto de frustración de las expectativas creadas dentro del sector castrense en relación con el proceso de cambio institucional iniciado por Hugo Chávez, donde los militares esperaban que se terminara con un rol que les había sido asignado, desde su institucionalización y sometimiento al poder civil a partir de 1958, que los obligo a transformarse en factores de disuasión de cualquier manifestación política contraria al gobierno de turno, operando por lo tanto los militares, como brazo ejecutor de los anhelos y manifestaciones de poder de los actores políticos tradicionales. Cuando el chavismo, por las mismas circunstancias de debilidad político organizativa del Movimiento Quinta República (MVR) transformó a las FAN en un operador político de las acciones públicas destinadas a lograr la adhesión social del colectivo a través del Plan Bolívar 2000 y la progresiva utilización de los militares en otras funciones, se produjo esa crisis de expectativas, que explican los múltiples pronunciamientos de  miembros del estamento militar en los años 2001-2002.” ” (Romero, 2008, 22)

 

 

 

   Es también en este contexto de frustración de las expectativas”  que gran parte de los altos mandos se mantuvieron leales a Chávez. Vale destacar la fidelidad del Comandante de la Brigada de Paracaidistas del Ejército Raúl Isaías Baduel[9] quien dirigió la llamada "Operación: Restitución de la Dignidad Nacional" cuyo objetivo era rescatar de su cautiverio al presidente Hugo Chávez, y el General Jesús del Valle Morao, que en el 2002 era comandante de Regimiento de Guardia de Honor Presidencial que retomó el control del palacio de Miraflores, al día siguiente que el presidente de FEDECAMARAS, Pedro Carmona Estanga[10] se autoproclamara Presidente de Venezuela disolviendo mediante decreto todos los poderes públicos. Una vez que se encarcelaron a los militares sediciosos y se depuro a todo miembro de la Fuerza Armada Nacional que no se subordinó a las órdenes del Poder Ejecutivo, las FAN venezolanas volvieron a convertirse en el brazo de confianza del Presidente Hugo Chávez.

El gobierno de Evo Morales también atravesó momentos de debilidad institucional que pusieron en riesgo su continuidad. Los hechos comenzaron con los intentos de referendos autonómicos en los departamentos que conforman la “media luna” del país (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), referendos que fueron calificados como ilegales por parte del Poder Ejecutivo. Desde el gobierno se argumentó  que los procesos autonómicos podían derivar en un espiral de violencia que podría afectar negativamente la integridad territorial de la nación. El propio ministro de la presidencia, Juan Ramón Quintana dijo: “que las consultas electorales debían suspenderse para preservar el contexto de unidad nacional pues la patria está signada de un peligro de fragmentación” (Bartolomé M. 2008-2) Estas amenazas de una posible división territorial de la República que fueron llevadas a cabo por los sectores más ricos de oriente, llevo a buena parte de los sectores castrenses a encolumnarse junto a Morales para impedir que se debilitara el control del gobierno central y la posible división territorial de Bolivia.   

 

Un actor principal que se hace fuerte.

 

Cambio en la doctrina de seguridad y el rol de la UNASUR.

 

Unos de los principales objetivos del gobierno de Evo Morales, consistió en administrar la defensa como una política pública, entre cuyas características principales se encuentra el principio de supremacía civil. Este objetivo es de exigencia fundamental en una democracia representativa. Esto, sin embargo, pareciera ir en contra  del esfuerzo de convertir a las Fuerzas Armadas en un eje de apoyo al proyecto político del MAS. Si por un lado el objetivo principal es implantar la norma y la institucionalidad como el elemento fundamental que medie en las relaciones civiles miliares, bajo el control civil; por otro determinadas medidas del gobierno masista, como la directa implicación de las Fuerzas Armadas en los proyectos políticos del MAS, podría cuanto menos neutralizar los esfuerzos orientados en aquel sentido. (Alda Mejía, 2008, 9)

Es por esto que resulta determinante la institucionalización de las relaciones civiles- militares, como único antídoto para lograr la supremacía civil y la democratización de esta Fuerza. También se hace precisa la implementación de un marco jurídico mediante el cual se establezca la norma que ha de regir la Defensa y las relaciones civiles-militares.

Una particularidad del proceso boliviano es el nuevo rol que le asignan a las Fuerzas Armadas. Se deja de lado las clásicas misiones relacionadas con la seguridad interior, particularmente la lucha antidroga, que queda bajo la órbita de la policía en lo que atañe al narcotráfico. Otra de las misiones que se le va quitando a las Fuerzas de su espectro de acción es  el control de la movilización social. Uno de los  motivos  que han justificado la oposición del MAS a las tareas de seguridad interior  de las FFAA, es el gran número de victimas fatales y la violación de derechos humanos que habrían sucedido en los gobiernos anteriores.

El nuevo rol que se le asigna a las Fuerzas Armadas parece ser el de desempeñar tareas que den un fuerte impulso en el desarrollo nacional. Este papel quedó plasmado en las propuestas del MAS a la Asamblea Constituyente, además de asignar como tareas fundamentales el cumplimiento de la Constitución, la soberanía y la independencia nacional, la protección de las fronteras nacionales y de los recursos naturales, también se encuentra la colaboración de las Fuerzas Armadas a las políticas de desarrollo del país.

 

Según las palabras del  ministro de Defensa de Bolivia, Walker San Miguel: “El nuevos paradigmas de la seguridad y defensa que tienen que ver fundamentalmente con los nuevos desafíos de los Estados y, especialmente, del Estado Plurinacional. Ya que la visión clásica de la defensa entendida como vigía, como aquella que implica colocar puestos fronterizos o asume hipótesis de conflictos interestatales, si bien no ha desaparecido, se ha modificado”. [11]

 

El nuevo paradigma de defensa y seguridad integral se asocia a todo el universo que rodea la vida del ser humano en sociedad, como individuo y en comunidad. Desde esta perspectiva, la seguridad integral está relacionada al medioambiente, a la alimentación, a la salud y actividades económicas dedicadas a la gestión de recursos naturales y/o su exportación.

Desde el primer año de gobierno se insistió en el apoyo a proyectos de desarrollo y a programas de conservación del medio ambiente en áreas rurales. Las primeras medidas se orientaron hacia campañas de atención médica, construcción de infraestructuras, participación en campañas de alfabetización o en la protección del medio ambiente. Además de estas tareas, el ejército también asumió en 2006 la distribución del bono “Juancito Pinto”[12]y en 2008 el pago de la “Renta Dignidad”.[13]

Los antecedentes de estos proyectos se remontan a la otra historia del Ejército boliviano: la historia nacionalista, anti-imperialista y anti-oligárquica. Cuyos orígenes se ven plasmados en la trágica Guerra del Chaco[14] donde se da el escenario para el gran desengaño liberal, y el inicio de su derrumbe como ideología dominante en la sociedad boliviana. Habrá que esperar hasta 1952, con la revolución del MNR para que se empiece a materializar la idea de “Ejercito Productor”[15], de esta manera se buscaba que  el ejercito estuviera ligado estrechamente a los cambios socio-económicos que se estaban llevando a cabo. También se puede observar rastros de ese nacionalismo militar en los gobiernos de Ovando y Torres iniciados en 1969, con las nacionalización de las concesiones privadas de explotación de  petróleo y las minas.

En la actualidad, la Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional (COFADENA), empresa estatal ubicada en la localidad Cochabambina de Santibáñez; la cual había entrado en quiebra en 1978 y que fuera reactivada por el presidente Morales en 2009, ha producido cincuenta “tractores multipropósito”[16] destinados para la producción agrícola de la quinua y un “buque multipropósito”  destinado a impulsar el turismo en el lago Titicaca.

El Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera reconoce la necesidad de  industrializar la economía del país como forma de aumentar la soberanía nacional. Para Linera[17]  la industrialización, (junto a la autonomía y el plurinacionalismo)  forma la base del trípode de los objetivos del MAS. Es por ello que el gobierno presenta a  las FF.AA. como empresarios modélicos, ya que su forma de trabajar representa un modelo ideal de desarrollo productivo, pues contribuyen a un desarrollo endógeno que permitirá prescindir de la influencia imperialista.

En lo que atañe a la defensa de la influencia imperialista en la región, la política militar venezolana dirigida a Sudamérica persigue la materialización de dos objetivos generales. El primero de ellos apunta en la dirección de estructurar mecanismos de integración, cooperación y/o confederación transnacionales de las fuerzas armadas de las acciones de la región. El segundo objetivo general  es alterar el balance militar de la zona en cuestión, de tal forma que el poderío de las armas le permita a Venezuela, tener la suficiente proyección estratégica regional para coadyuvar en la tarea de apuntalar, promocionar y/o defender en el terreno operativo a aquellos regímenes políticos y modelos económicos construidos bajo la inspiración de la experiencia nacional venezolana. (Buttó, 2009-4)

            Para el desarrollo de estos objetivo, el Presidente Chávez propuso avanzar hacia la conformación de un acuerdo militar macro de características similares a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en este caso destinado a operar de manera concreta en el ámbito comprendido por el territorio correspondiente a la porción sur del continente. El propósito de afiliar a todas las fuerzas armadas de América del Sur a un órgano colectivo que propuso denominar Organización del Tratado de América del Sur (OTASUR) era para que este organismo asuma  todo lo referente a las tareas vinculadas con la operación de la defensa regional frente a agresiones externas. Proyecto que  no consiguió muchos adeptos y que fue perdiendo fuerza con el Surgimiento de la UNASUR[18].

 

             Las relaciones militares entre Bolivia y Venezuela, se hicieron explicitas en el año 2006:

 

La relación entre Bolivia y Venezuela, militarmente llego a su punto máximo el 26 de mayo de 2006-  fecha en que se firmo el “Acuerdo de Cooperación Técnica entre la República de Bolivia y la República Bolivariana de Venezuela en materia de defensa. El acuerdo de marras se firmó con la manifiesta intención de garantizar que las fuerzas armadas de estas dos naciones se brinden asistencia militar mutua y directa en la..."gestión de crisis sociales"... (Jácome, 2007: 92),

           

            Entre otras cosas, el contenido del acuerdo obliga a Venezuela a: (1) brindar asistencia técnica a Bolivia en materias como... "legislación militar, prevención de conflictos, control de armamentos y desarme, gestión presupuestaria, apoyo a la paz, búsqueda, rescate, operaciones humanitarias y control de sustancias químicas. (2)construir bases militares diseminadas a lo largo y ancho de la geografía boliviana; (3)adiestrar y entrenar un batallón de ingenieros de la Fuerza Armada de Bolivia; y, (4)mejorar sustantivamente el material bélico con que opera y operará la institución armada del país del altiplano (Ibíd.).

            El acuerdo entre los países, está en plena vigencia y funcionamiento. Los siguientes son algunos ejemplos del accionar derivado de esta alianza militar: los helicópteros superpuma en los cuales se desplaza a lo interno de su país el presidente Morales son unidades de fabricación norteamericana pertenecientes a la Fuerza Aérea de Venezuela piloteados por efectivos de igual nacionalidad. Igualmente, en repetidas oportunidades el avión utilizado por Morales para sus travesías fuera de Bolivia es propiedad del Estado venezolano y estuvo previamente asignado a la aviación de este país como transporte presidencial. (Buttó, 2009-15)

El ámbito de integración regional por excelencia en materia de seguridad, donde tanto Bolivia como Venezuela juegan un rol importante, es la UNASUR, la Unión de Naciones Suramericanas tiene la gran responsabilidad de mantener la paz y la institucionalidad de los diferentes procesos democráticos de la región. Tanto sea al interior de un país, como sucedió en  Bolivia en 2008 con la denominada masacre de Pando, o entre dos países miembros, como fue la mediación entre Colombia y Venezuela en los momentos de mayor tensión  

En el año 2011 se ha creado el primer Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa en el marco de consejo de Defensa Sudamericano de la UNASUR. Según palabras de la actual Secretaria General, María Emma Mejía,  “A quedado atrás la etapa de riesgo institucional, se ha supero esa época. Sudamérica es una zona de paz”. La nueva agenda es la defensa de los recursos naturales de sudamericana ,ya que como dice  la Secretaría General de UNASUR “vivimos en la zona más rica en aguas, más rica en biodiversidad, rica en  minerales, rica en petróleo, rica en carbón y gas, la que tiene el Amazonía” [19]

Un concepto que se destaca en la visión de María Emma Mejía es el de ver al desarrollo como forma de seguridad. Esto coincide con la forma que tienen de ver la seguridad tanto Bolivia como Venezuela. Este hecho no hace sino ratificar el rumbo tomado por estos países, en donde las Fuerzas Armadas cumplen un papel fundamental. De esta manera, se remarca la idea de “cambio de época” en la región, ya no sólo como un simple concepto retórico, sino como algo que se materializa y se hace realidad en cada país de la región.   

 

 

Conclusiones

 

 

Tanto la Revolución Bolivariana, comandada por Hugo Chávez, como la Revolución Democrática y Cultural boliviana, liderada por Evo Morales, marcan un proceso de ruptura frente al tradicional esquema de funcionamiento sociopolítico y económico en sus respectivos países. Ambos procesos desde un primer momento han dejado bien claro que las FF.AA. serian uno de los pilares fundamentales para llevar a cabo los cambios revolucionarios que se proponían desarrollar. 

  Desde en un primero momento, todo el arco que componen a las Fuerzas Armadas aprovecharon la situación histórica que les permitía tener una plena injerencia en la construcción de los procesos políticos de sus respectivos países. Con el paso del tiempo, la consolidación de los presidentes de izquierda hizo que las Fuerzas Armadas se fueran depurando de aquellos sectores castrenses que se oponían políticamente al rumbo tomado. De esta manera fueron quedando, en las respectivas instituciones armadas, sólo aquellos sectores leales a los presidentes, respetuosos del orden democrático vigente y que cuentan con una alta impronta nacionalista- antioligárquica. Estos atributos les permitieron ganarse la plena confianza del Poder Ejecutivo y convertirse en el brazo ejecutor del modelo en cuestión.  

La visión clásica de la defensa, la defensa entendida como vigía, se ha modificado. Hablar de defensa y seguridad integral significa hablar de todo el universo que rodea la vida del ser humano en sociedad. Desde esta perspectiva, la seguridad integral está relacionada a un amplio espectro de acción que incorpora temáticas como el  medio ambiente, la alimentación, y así como también el cuidado de la  salud de la población en general.

Bajo esta concepción de seguridad, las FFAA, en su búsqueda de reciprocidad con el pueblo, tienen legitimado una amplio campo de acción que se manifiesta en los espacios que ocupa en la administración del Estado, muy particularmente en las políticas sociales y de desarrollo. El nuevo rol que se le asigna a las Fuerzas Armadas parece ser el de desempeñar tareas que den un fuerte impulso en el desarrollo nacional

Desde esta perspectiva, los gobiernos de Bolivia y Venezuela buscan  la puesta en marcha de un gobierno de carácter cívico militar, cuyos actores principales sean el pueblo y las Fuerzas Armadas. Las nuevas Constituciones  se convierten en una notable herramienta que permiten la transformación de las FF.AA. en un instrumento de mediación y apoyo político.

La  nueva perspectiva de integración de Sudamérica, que se ha fortalecido a través de bloques como el MERCOSUR y la UNASUR, permite trasladar el nuevo paradigma de seguridad y defensa hacia toda la región. De esta manera se legitima los procesos iniciados en Venezuela y Bolivia donde las  FF. AA. tienen el rol  clave de llevar adelante la misión del desarrollo nacional, no sólo en sus propios territorios, sino también  expandir su acción integral hacia todo el continente.

A nuestro modo de ver,  este nuevo rol de las Fuerzas Armadas  permitirá a estar cada vez  más cerca de cumplir el objetivo de una definitiva Independencia. En donde la unidad de las naciones Latinoamérica en pos del desarrollo de la región se convertirá en el más sólido garante de la estabilidad Democrática, desterrando definitivamente los fantasmas de las asonadas militares del pasado. El rumbo ya esta marcado, el tiempo nos dirá si estamos cada vez más cerca de la verdadera y definitiva independencia de nuestros pueblos.

 

 

*Carrera de Ciencia Política (UBA)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía

 

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[1] García Linera. Periodos de la etapa revolucionaria.  Etapa del develamiento de la crisis del Estado 2002 al 2003. Etapa del empate catastrófico 2003 al 2005. Etapa de sustitución de las elites de gobierno 2005 al 2008. Etapa del punto de bifurcación -2008 al 2010 y la etapa de las contradicciones en el seno del pueblo  2010 a la actualidad. Disponible en http://www.centrocultural.coop/blogs/nuestragente/2011/05/31/alvaro-garcia-linera-en-la-biblioteca-nacional/

[2] Articulo 328. “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia y la subordinación. La Fuerza Armada Nacional está integrada por el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional, que funcionan de manera integral dentro del marco de su competencia para el cumplimiento de su misión, con un régimen de seguridad social integral propio, según lo establezca su respectiva ley orgánica”.

[3] Articulo 330: “Los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en situación de actividad tiene derecho al sufragio de conformidad con la ley, sin que les esté permitido optar a cargo de elección popular, ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político”.

 

[4]Programa del MAS”, www.masbolivia.org/mas/programa/principios.htm.

                 

[5]“Palabras del Presidente de la República, Evo Morales Ayma, en el reconocimiento por el alto mando militar de las Fuerzas Armadas en el Colegio Militar de Ejercito”, La Paz, 15/02/06.

 

[6] Ministerio de planificación popular de la Republica Bolivariana de Venezuela

[7] La tradición de los Ponchos Rojos se remonta a mucho antes de la creación de la república en 1825, y la vestimenta de este sector habría inspirado el uniforme que hoy caracteriza al Regimiento Colorados de Bolivia Escolta Presidencial. En su mayoría, las armas que posee el grupo provienen de la Guerra de Chaco y la Revolución de 1952)

[8] Son significativos los avances en la construcción por parte de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela de un puerto fluvial sito en la zona conocida como Guijarro -adyacente a la frontera de Bolivia con Brasil- y la edificación de un fuerte militar en el área denominada Riberalta -ubicada en la amazonía boliviana-, siendo el presupuesto programado para ambos proyectos superior a los cincuenta millones de dólares americanos. Dichas instalaciones se justificaron teóricamente con la necesidad de la Fuerza Armada de Bolivia de resguardar las zonas fronterizas e incrementar sus posibilidades de enfrentar con

éxito amenazas a la seguridad del país provenientes del tráfico de sustancias psicotrópicas y

estupefacientes, el comercio ilegal de armas y la explotación no autorizada de recursos naturales.   

 

 

[9] El 5 de noviembre de 2007 se manifestó en contra de la reforma constitucional (promovida por Chávez y por la Asamblea Nacional), llamando a levantarse ante lo que se consideró un momento crucial en la historia moderna venezolana El 2 de abril de 2009, Baduel es arrestado por agentes de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) por supuestas sospechas de corrupción por parte de la Fiscalía de la República. El 7 de mayo de 2010 fue condenado a casi 8 años de cárcel, por el supuesto robo de 30 millones de bolívares y 3,9 millones de dólares durante su gestión como ministro Mas información en: www.eluniversal.com/2010/05/08/pol_art_condenan-a-baduel-a_08A3869297.shtml

[10]Fue encarcelado y luego puesto en arresto domiciliario, de dónde escapó, refugiándose en la embajada de Colombia, país que luego le otorgó asilo. La posterior permanencia de Carmona bajo asilo en Colombia ha contribuido a mantener cierto grado de tensión entre ambos países.

 

[11] Entrevista a el ministro de Defensa, Walker San Miguel. Disponible en Http://desarrolloydefensa.blogspot.com.ar/2010/02/bolivia-el-gobierno-busca-revolucionar.html

[12] Programa gubernamental basado en prestar ayudas familiares para fomentar la escolarización regular de la población infantil.  

[13] La renta consiste en el pago de 320 dólares anuales a personas mayores de 60 años sin jubilación, mientras los jubilados de la misma edad reciben 240 dólares mensuales.  

[14]Guerra del Chaco: entre Paraguay y Bolivia, se libró desde mediados del año 1932 hasta junio de 1935, por el control del Chaco Boreal.

[15] Más información en El nacionalismo militar boliviano. Barrios Morón, J.R. disponible en http://www.nuso.org/upload/articulos/1348_1.pdf

[16]http://www.agromeat.com/index.php?idNews=96318

[17]Discurso pronunciado en Bs. As el 31/05/11. Disponible en http://www.centrocultural.coop/blogs/nuestragente/2011/05/31/alvaro-garcia-linera-en-la-biblioteca-nacional/

[18] El 16 de abril del 2007 se efectúan en Isla Margarita, Venezuela, paralelamente el Diálogo Político de los Jefes de Estado y de Gobierno y, la Cumbre Energética de los países de América del Sur. En este marco se decide adoptar el nombre de Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) para el proceso sudamericano de integración. Los países firmantes de este documento fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Suriname, Uruguay y Venezuela. El Tratado Constitutivo de la UNASUR fue suscrito en Brasilia, el 23 de mayo de 2008.

[19]Nota de Pagina 12, “La prioridad son nuestros recursos” 28/05/11.   http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-168995-2011-05-28.html